Fiologia de La Lactacion

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FISIOLOGIA DE LA LACTACION

ESTRUCTURA DE LA UBRE:

Aspecto externo

Cuatro mamas se unen para formar la ubre. La ubre es una glándula epitelial cubierta de pelo, excepto en los
pezones, que se ha descrito como cuadrada o dotada de un aspecto sacular más o menos redondeado.

La ubre está dividida en dos mitades por una acanalatura longitudinal. En algunas existe otra acanalatura que
separa los cuartos anteriores de los posteriores; se trata sin embargo, de una característica no deseable. Los
cuartos posteriores componen en conjunto la parte más voluminosa de la mama y segregan alrededor del 60% de
la leche producida. Además de los cuatro pezones que drenan las glándulas mamarias, algunas ubres poseen
pezones supernumerarios, que suelen estar localizados detrás de los dos pezones posteriores normales, aunque
en ocasiones lo están entre los anteriores y los posteriores.

El peso de la ubre varía con la edad de la vaca, el estadío de la lactación, la cantidad de leche presente en ella y las
características genéticas. Se ha determinado que el peso y la capacidad de las ubres aumentan con la edad de los
animales hasta los 6 años de edad y que el incremento más notable tenía lugar entre la primera y la segunda
lactación. Después de los 6 primeros años no se ha observado incrementos significativos de peso o capacidad.

La forma del pezón varía de cilíndrica a cónica. Los posteriores suelen ser más cortos que los anteriores. Desde la
aparición de las máquinas ordeñadoras se ha ido seleccionando vacas con pezones más cortos porque dan un
flujo de leche más rápido que las de pezones más largos. La forma deseable de la ubre se describe como larga,
ancha y de moderada profundidad; debe extenderse bien hacia adelante, estar fuertemente adherida y tener un
fondo razonablemente nivelado. Las adherencias posteriores deben ser altas y anchas y los cuartos mamarios
simétricos y equilibrados.

Estructura interna

Las dos mitades anterior y posterior de la ubre están internamente separadas por el ligamento suspensor medio,
que consta de dos hojas de tejido conjuntivo denso. Aunque no existen membranas que separen los cuartos
anterior y posterior de cada mitad de la ubre, sus conductos son independientes.

La ubre consta de pequeñas áreas de tejido secretor de color carne rodeadas por cápsulas de tejido conjuntivo. El
tejido secretor está formado por alveolos. Cierto número de alveolos se unen por medio de un conducto común y
se rodean de tejido conjuntivo formando un lobulillo. Por unión de numerosos lobulillos, que se rodean también
de tejido conjuntivo, se constituyen los lóbulos.

La mama está recorrida por láminas blancas de tejido conjuntivo que sirven de sostén del tejido glandular. Los
cuartos anterior y posterior están separados sólo por la cápsula de tejido conjuntivo que rodea los lóbulos de
ambos cuartos.

Sistema de conductos: Los lóbulos drenan a conductos que desembocan en otros de mayor tamaño que
confluyen en los grandes conductos que terminan en la cisterna glandular, encima del pezón. El sistema de
conductos y la cisterna glandular conducen la leche, del sistema secretor hasta el pezón, de donde es extraída por
el ordeño manual o mecánico, o por los terneros. Los conductos y las cisternas glandulares sirven también de
vasos de depósito de parte de la leche entre cada dos ordeños, lo que permite a la ubre segregar volúmenes de
leche superiores a los que pueden ser almacenados por el tejido glandular.
Cisterna glandular: La forma y el tamaño de la cisterna glandular (sinus lactifer) de cada cuarto varía
considerablemente. En algunos casos la cisterna es circular; en otros no parece ser otra cosa que bolsas de
diverso tamaño, formadas a partir de las terminaciones de los conductos galactóforos más grandes. La capacidad
de las cisternas varía entre 100 a 400 gramos de leche. No existe relación alguna entre el tamaño de la cisterna y
la cantidad de leche segregada por los respectivos cuartos.

Pezón: Las cisternas del pezón (sinus papillaris) son cavidades situadas en el interior del pezón que se localizan
exactamente debajo de las cisternas glandulares. Las cisternas de la glándula y del pezón se continúan; sin
embargo, en la mayor parte de las vacas existe una construcción circular que las separa denominada pliegue
anular. La mucosa de la cisterna del pezón ofrece numerosos pliegues longitudinales y circulares que tienden a
solaparse para formar bolsas, a los lados del pezón que pueden servir de albergue a las bacterias. El extremo del
pezón de la vaca tiene una abertura denominada el canal de la leche, meato del pezón o ductus papillaris, cuya
longitud ordinaria es de 8 a 12 mm., pero puede variar de 5 a 13 mm. La circunferencia de este canal varía de 4 a
11 mm. Su longitud disminuye al aplicar presión al pezón durante el ordeño, al tiempo que la cisterna del pezón
tiende a hincharse por la presión interna de la ubre; asimismo, se alarga y se dilata en cada nueva lactación
fundamentalmente entre la primera y la segunda.

El canal de la leche está formado por 5 a 7 proyecciones epiteliales convexas que le dan una luz estrellada. Estas
proyecciones se mantienen cerradas por esfínteres circulares involuntarios. El canal retiene la leche en la ubre
frente a la presión desarrollada por el acúmulo de leche; evita además la entrada de bacterias y suciedad entre
cada dos ordeños. El tamaño del canal y la fuerza del músculo del esfínter que rodea al meato, juegan un papel
importante en la determinación de la velocidad a que la leche fluye. Esta propiedad parece ser una característica
hereditaria. Inmediatamente por encima del canal hay una serie de 4 a 8 pliegues radialmente proyectados en
todas las direcciones, que se conoce con el nombre de roseta de Fürstenburg, en honor de quien la describió por
vez primera.

Los pliegues grandes van acompañados de otros accesorios de inferior tamaño. La presión producida por acúmulo
de la leche dentro del pezón o de la glándula distiende estos pliegues, lo que facilita la retención de la leche.

Aparato suspensorio:

Al estudiar el aparato suspensorio de la ubre de una vaca, se han separado los tejidos en siete partes:

El tejido correspondiente a la piel, que en menor extensión sirve también para suspender y dar estabilidad a
la ubre.

El fino tejido areolar subcutáneo o fascia superficial, que une la piel al tejido subyacente.

El tejido areolar grosero, que constituye un nexo laxo entre la superficie dorsal de los cuartos delanteros y la
pared abdominal. Cuando este tejido se debilita, la ubre se distancia de la pared abdominal.

El tejido formado por las dos capas superficiales del ligamento suspensor lateral, que está parcialmente
compuesto de tejido elástico. Estos ligamentos proceden del tendón subpélvico y se extienden hacia abajo y
hacia adelante, sobre la ubre, sufriendo una reflexión al llegar a la cara interna del muslo. Las dos capas se
encuentran bastante próximas a la línea mediana en la parte posterior de la ubre; luego se separan y dirigen
hacia las porciones anteriores de la misma. Constituye uno de los ligamentos suspensorios
fundamentales de la ubre.

El tejido que está formado por un par de capas profundas y algo más densas, de los ligamentos suspensores
laterales; procede también del tendón subpélvico. Estas hojas laterales más profundas recorren de arriba a
abajo toda la ubre, a la que virtualmente envuelven. Se adhieren a las superficies laterales convexas por
numerosas laminillas, que pasan al interior de la ubre y continúan con la trama intersticial de la misma.
El tejido constituido por el tendón subpélvico, que no es en sí parte del aparato suspensor de la ubre, pero del
que proceden las capas superficiales y profundas de los ligamentos suspensores laterales. El tejido subpélvico
no es un tejido laminar continuo, sino que se adhiere en numerosos puntos a lo largo de la cara ventral de la
pelvis.

El tejido del ligamento suspensor intermedio, está formado por dos láminas adyacentes de tejido elástico de
color amarillo. Se inician en la pared abdominal y se unen a las superficies mediales planas de las dos mitades
de la ubre para formar un septo entre ellas. El tejido suspensor intermedio posee gran resistencia tensil. Está
localizado en el centro de gravedad de la ubre y le proporciona una suspensión casi perfectamente
equilibrada, tras la eliminación del resto de los tejidos. Estos ligamentos intermedios juegan un papel
importante en la suspensión de las glándulas mamarias.

Si el tejido 3 se debilita y los ligamentos suspensores intermedio y lateral se alargan, la ubre se descuelga.

FORMACION DE LA LECHE

La glándula mamaria para producir leche, tiene que llevar a cabo por lo menos tres funciones en sus
células epiteliales; la primera es obtener energía para realizar su trabajo, donde la mitocondria juega un
papel muy importante; la segunda es elaborar los elementos para la leche que no provienen directamente
de la sangre; y el tercero, regular la cantidad de los diferentes elementos que integran la leche. Para el
proceso de producción, la glándula dependerá del flujo sanguíneo para el suministro de energía y de los
elementos precursores de la leche. La cantidad y disponibilidad del material producto del metabolismo
con que cuenta la glándula, así como la capacidad con la cual ésta tome esos productos, dependerán por
tanto de la rapidez con que la sangre fluya por la glándula.

PRECURSORES DE ALGUNOS CONSTITUYENTES EN LA LECHE

Los precursores de los constituyentes de la leche, son en general: glucosa, aminoácidos, acetato, B-
hidroxibutirato y triglicéridos. La energía empleada para el proceso de síntesis se forma por la oxidación de
los compuestos absorbidos por las células y que son desdoblados principalmente en las mitocondrias.

Proteínas: En la leche de vaca las fracciones aisladas de proteínas son: alfa-5-caseína, beta-caseína, gamma-
caseína, kappa-caseína, lactoalbúmina, beta-lactoglobulina, seroalbúmina sanguínea, inmunoglobulinas y
fracciones de proteasa y peptona. También se encuentran otras proteínas en pequeñas cantidades, como son
las enzimas, nitrógeno no protéico en úrea, creatina, creatinina, ácido úrico entre otros, proviniendo algunos
elementos de la sangre y otros como desechos del metabolismo de la glándula mamaria. La caseína
comprende aproximadamente el 82% de la proteína de la leche; con la alfa-lactoalbúmina y beta-
lactoglobulina en total constituyen alrededor del 90 a 95% de la proteína presente en el suero y son
sintetizadas por la glándula; la seroalbúmina, inmunoglobulinas y gamma-caseína son sintetizadas por la
glándula y aparentemente se absorben de la sangre.

Las principales fuentes precursoras de este nutriente son los péptidos, proteínas plasmáticas y aminoácidos
libres.
Lactosa: La lactosa es el principal carbohidrato de la leche y consiste en una molécula de glucosa y una de
galactosa; este carbohidrato se sintetiza en la glándula mamaria de la vaca. La ubre emplea la glucosa para
cuatro funciones principales:

Como fuente de energía

Para sintetizar la lactosa

En la síntesis del ácido ribonucleico

Para originar el glicerol, componente de los triglicéridos de la leche

Por esto la glucosa es de tanta importancia en la producción de leche y es un elemento que puede ser
limitante para lograr la máxima capacidad de producción de la glándula mamaria.

Los carbohidratos presentes en la dieta del ganado serán convertidos en el rumen en ácidos grasos volátiles;
de ellos el ácido propiónico será convertido a glucosa en el hígado y por tanto es un precursor muy
importante de la lactosa.

Grasa: La grasa presente en la leche de vaca se caracteriza por contener una mezcla de triglicéridos. El 50% de
los ácidos grasos, aproximadamente son de cadena corta y el resto de ácidos grasos de cadena larga, la leche
se caracteriza por contener una elevada proporción de ácidos grasos saturados.

Los ácidos grasos presentes en la ración de la vaca, proporcionan cerca de la mitad de los ácidos grasos
encontrados en la leche; estos son casi exclusivamente de cadena larga no saturados, que en el rumen del
bovino se saturan, luego son absorbidos del intestino delgado al sistema linfático; se combinan con una
proteína y son desplazados al sistema circulatorio, de donde las células secretoras de la glándula mamaria los
absorben. Los ácidos grasos de cadena corta son sintetizados en la glándula mamaria a partir de acetatos,
cuerpos cetónicos y beta-hidroxibutirato.

Minerales: Los principios minerales de la leche son: calcio, fósforo, potasio y magnesio. Las células secretoras de
la glándula mamaria no sintetizan minerales; estos son suministrados por la sangre. Existe evidencia de que la
célula epitelial tiene la capacidad de pasar minerales a la leche o regresar éstos a la sangre, lo que sugiere la
existencia de un mecanismo activo de transporte.

Vitaminas: La cantidad de vitaminas A y D, en relación a la cantidad presente en los alimentos suministrados a la


vaca es variable. La leche es una fuente importante de riboflavina, la misma que es afectada ligeramente por
el calor durante la pasteurización, así como por exposición a la luz. La niacina está presente en pequeñas
cantidades. La leche se considera pobre en ácido ascórbico y rica en tiamina.

Las vitaminas son suministradas por la sangre, pues las células secretoras de la glándula mamaria no las
sintetizan.

Agua: El agua de la leche, pasa parcialmente cuando el potasio alcanza el líquido intracelular de las células de los
alveolos y parcialmente por el movimiento de agua de la sangre a las células en el mantenimiento del
equilibrio osmótico, como resultado de la síntesis de proteínas, grasa y lactosa.
COMPOSICION DE LA LECHE
MECANISMO DE DESCARGA Y BAJADA DE LA LECHE

Después de que la vaca ha sido preparada para el ordeño, las cisternas del pezón y de la glándula aparecen
distendidas por la leche, determinando un endurecimiento de la ubre. Esta situación suele denominarse la
“bajada” de la leche. Algunas veces no se produce ésta situación, hecho al que se denomina “retención” de la
leche. Es preferible el término “eyección de la leche”, que hace referencia al movimiento de la leche desde los
lúmenes de los alveolos hacia los conductos principales y después hacia la parte inferior de la ubre. Al fallar la
eyección de la leche se produce una retención de la leche; sin embargo, la vaca no puede hacer esto
voluntariamente. Debido a la naturaleza esponjosa del tejido secretor en el que se mantiene la mayoría de la
leche antes del ordeño y debido a las reducciones de diámetro en las zonas donde los conductos menores
desembocan en otros mayores, es necesaria una cierta fuerza positiva de eyección para mover la leche desde el
tejido secretor. En este proceso actúa tanto el sistema nervioso como una hormona.

El proceso neurohormonal de la eyección de la leche se inicia con un impulso nervioso derivado de un estímulo
que la vaca asocia con la acción de mamar o de ordeñar. En la mayoría de las rutinas del ordeño, el lavado de la
ubre de la vaca antes de acoplar la máquina ordeñadora actúa como estímulo. Si no se practica el lavado, la
inserción de las ventosas en los pezones puede actuar como estímulo. Cualquier fenómeno que la vaca asocie con
el ordeño puede servir también como estímulo; algunos son el reparto de alimentos, el ruido de los cubos del
ordeñador y el sonido de la bomba de vacío puesta en marcha..

El impulso nervioso se dirige hacia el hipotálamo en el cerebro, determinando que el lóbulo posterior de la
glándula pituitaria libere oxitocina en la sangre. La oxitocina es transportada a todas las partes del organismo,
cuando llega a la glándula mamaria, determina la contracción de las células mioepiteliales que rodean cada uno
de los alveolos y disminuye el tamaño del lúmen del alveolo, forzando a la leche para que penetre en los
conductos. Además, los conductos pequeños se acortan y ensanchan para facilitar el movimiento de la leche
desde los alveolos hacia los conductos mayores. Transcurre un periodo aproximado de 45 a 60 segundos entre el
momento en que la oxitocina es liberada hacia la corriente sanguínea y el momento en que llega a la ubre.

Como la eyección de la leche es un proceso transitorio, para alcanzar rendimientos máximos de leche debe
completarse el ordeño en un periodo de tiempo relativamente corto.

El temor y la excitación interfieren sobre la eyección de la leche debido a su asociación con la hormona
adrenalina (epinefrina). La adrenalina que se libera en la corriente sanguínea antes del estímulo para la eyección
de la leche inhibe totalmente dicha eyección; la adrenalina liberada después de la eyección de la leche provoca
una inhibición parcial. La inhibición originada antes de ser liberada la oxitocina se debe parcialmente a la
constricción de los vasos sanguíneos, que impide que la oxitocina llegue a la ubre, y por la interferencia parcial de
la liberación de oxitocina de la pituitaria posterior. La inhibición después de ser liberada la oxitocina se debe
probablemente a una interferencia sobre la acción de la oxitocina en las células mioepiteliales. El temor y la
excitación deben evitarse durante el proceso de ordeño para conseguir una producción máxima de leche.

FACTORES QUE AFECTAN LA PRODUCCIÓN LÁCTEA

Durante el periodo de producción láctea de la vaca, convergen ciertos aspectos denominados “factores”, que
hacen variar la cantidad de leche producida, así como su composición química; estos factores pueden ser
fisiológicos y ambientales.

FACTORES FISIOLÓGICOS:
1. Raza y herencia individual

La variación en la capacidad de las vacas para producir leche, grasa y sólidos no grasos es una característica
hereditaria. Existe diferencia entra las razas y entre los individuos de la misma raza. Por lo común, la
producción total de leche disminuye y el contenido de grasa butirométrica aumenta según las razas.

2. Etapa de la lactancia

La mayor variación en la composición de la leche tiene lugar inmediatamente después del parto, dentro de los
cinco días de haber ocurrido éste. El producto conocido como calostro, que se encuentra en la ubre al tiempo
de nacer el ternero y es secretado por un corto tiempo después, tiene una composición distinta de la leche.
Contiene más globulinas, vitaminas A y D, hierro, calcio, magnesio, cloro y fósforo, pero su proporción de
lactosa y de potasio es menor.

La producción total de leche aumenta durante el primer mes que sigue al parto y luego decrece
gradualmente. A la inversa, la proporción de grasa butirométrica es en general más alta hacia el fín del
periodo de lactancia que poco después del parto.

3. Persistencia

Es el nivel en que se mantiene la producción de leche a medida que progresa el periodo de lactancia. En
términos generales, a partir del momento de mayor producción, la cantidad total de leche en cada mes es
aproximadamente igual al 90% del mes anterior.

4. Estro y preñez

La producción de leche y grasa puede oscilar; por lo común desciende el mismo día o al siguiente de iniciarse
el periodo de celo. La preñez parece tener poco efecto en la composición de la leche. Sin embargo, más o
menos al comienzo del quinto mes la producción total de las vacas que están gestando declina con mayor
rapidez que la de las vacas no preñadas. Se ha estimado que la energía requerida para el desarrollo del feto
equivale a la producción de 180 a 270 Kg. de leche.

5. Intervalo entre pariciones

Las investigaciones revelan que es más beneficioso para las vacas parir cada 12 meses que a intervalos más
largos. Con un periodo seco de 2 meses, podrá lograrse un periodo de lactancia de 10 meses.

6. Fases del ordeño

El porcentaje de grasa de las últimas porciones de la leche extraída es más alto que el de la leche que se saca
primeramente. Las razones no son conocidas.

7. Edad
Tiene un efecto preciso sobre la producción. La mayor parte de las vacas llegan a la madurez y a la producción
máxima de leche alrededor de los seis años, después de lo cual ésta declina. Las investigaciones indican que
las vacas producen aproximadamente el 25% más de leche en la madurez que cuando tienen 2 años de edad
al parto. Asimismo, a partir de los 6 años de edad la proporción de grasa decrece gradualmente.

8. Tamaño

Dentro de la misma raza, las vacas grandes suelen producir más leche que las pequeñas. Sin embargo se
estima que por cada 45 Kg. de aumento de peso, la producción se acrecienta solamente en 70%.

FACTORES AMBIENTALES:

1. Alimentación

Si las vacas lecheras no comen o no son alimentadas, no producirán. La alimentación puede influir de diversas
maneras en la cantidad y en la composición de la leche.

a) Subalimentación

Cuando la alimentación no proporciona la energía suficiente, la producción de leche disminuye


paralelamente a la intensidad y duración de la deficiencia alimentaria.

b) Alimentación con alto contenido energético

Uno de los periodos más críticos para la alimentación apropiada es el que sigue inmediatamente después
del parto. Les resulta muy difícil a las vacas de alta producción consumir el alimento suficiente como para
satisfacer las necesidades energéticas que ésta exige. Por ello, la mayoría de las vacas pierden peso
durante éste periodo. El sistema habitual de llevar la alimentación al máximo tan rápidamente como se
pueda después de la parición y de mantener el consumo de energía tan próximo como sea posible
a sus necesidades totales, se conoce como alimentación con alto contenido energético.

c) Deficiencia de uno o más principios nutritivos

La deficiencia de cualquiera de los principios nutritivos esenciales hará descender la producción de


leche y la eficiencia alimenticia, pero casi no ocasionará cambios de importancia en la
composición de la leche.

d) Condición y calidad de los alimentos

Algunos alimentos reducen el porcentaje de grasa, tales como el forraje muy tierno, el forraje finamente
picado, una cantidad demasiado pequeña de alimento fibroso. En cambio, alimentos como las semillas de
algodón enteras y la soya originan un aumento temporal del porcentaje de grasa de la leche. El contenido
de vitaminas liposolubles (A, D y E) de la leche es influido por las concentraciones de éstas en la ración; en
el caso de la vitamina D, la exposición a la luz solar es también un factor significativo.

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