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All Mine - Kookjin
All Mine - Kookjin
All Mine - Kookjin
1
Resumen
Él ha sido el único con el que Jin ha estado hablando en línea todo este
tiempo, y nunca lo supo.
Jin puede elegir vivir en las calles, o darle a Jungkook lo que él siempre
ha buscado, pero nunca pudo tener, el cuerpo de Jin.
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1
Él tenía que hacer eso si quería algo para comer mañana. El debería ser
capaz de añadirle algo de arroz para hacerlo más abundante, entonces él
tendría, al menos, algunas calorías dentro de él.
Tuvo que aprender por las malas cómo hacer que el dinero y la comida
duraran más tiempo. Algunas veces eso significaba comer cosas que
hacía un día o dos que habían caducado, pero era aprovechable.
Infiernos, él aprendió como hacer comidas bastante decentes con solo un
dólar, gracias a ver videos de YouTube y leer cada blog que podía sobre
estirar el dinero.1
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poco mejor cuando terminó. Deseaba que hubiera algo más que comer,
pero no quería correr el riesgo de que no tuviera nada más que comer en
los próximos días.
Suficiente para aplacar a la Sra. Earig por otros cuantos días. Él sacaba
toda su información de internet, de cualquier manera.
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No quería pensar sobre eso. Era un Rolex de oro.1
Tal vez podía hacer algo con él, pero Dios. No quería desprenderse de
él.
Seokjin había hecho todas las preguntas correctas. El tipo tenía un gran
patio trasero, y el hacía suficiente dinero para cubrir las facturas anuales
del veterinario.
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A Seokjin le gustaba consolarse con eso.
Pero en el momento que él no vio ningún dinero de él, había sido más de
un año a partir de ahora, y era demasiado tarde para hacer nada sobre la
Sra. Earig.
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Hablando del Diablo.
—¡Kim Seokjin! ¡Sé que estás ahí! ¡Tú dijiste que tendrías mi dinero esta
mañana y son las seis de la tarde!1
¿Pensaba ella que le gustaba estar así? ¿Siendo despreciado por ser
incapaz de mantener sus promesas?
Por favor, solo váyase, váyase, solo por una noche más.
Las puertas del ascensor se abrieron para ella, y justo después ella entró
en él, sus cejas grises unidas en un ceño, y ella miró a su puerta.
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Seokjin reunió el valor suficiente para comprobar de nuevo. Ella estaba
en el ascensor. Seokjin solo suspiro de alivio cuando las puertas se
cerraron y ella se había ido.
Eran chicos grandes, y ellos no parecían pensar que era lindo que
Seokjin estuviera teniendo problemas para hacer sus pagos.
Supuestamente eran cambiaformas lobo, también.
Seokjin se dejó caer en el suelo, y por primera vez, levantó sus rodillas y
enrolló sus brazos alrededor de ellas. Él presionó sus ojos contra ellas
para mantener atrás la quemazón.
El cheque que él estaba esperando recibir por servir esas patatas fritas y
hamburguesas podía no ser suficiente. No era suficiente y él estaba
aterrado de lo que le pasaría si tuviera que vivir en las calles.
A su padre le gustaba decirle sobre todas las cosas que les pasaban a
los hombres, abiertamente gays, que quedaban atrapados en refugios
para
Sin-techo. Él no podía correr ese riesgo. No podía.
Había cuatro opciones ya abiertas para él. Cuatro personas que estaban
dispuestas a pagarle por sexo. Seokjin no había respondido todavía, pero
ahora...
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Solo sería una hora, tal vez dos las que tendría que quedarse. El dinero
podía hacer que valiera la pena. Él podría arreglar cuentas con la Sra.
Earig y trabajar en su videojuego. Él podía volver a levantarse. Solo
necesitaba un poco más de dinero y de tiempo. Eso es todo lo que
necesitaba.
Y por un león era la razón por la que él estaba en esta situación, para
empezar.
¡Qué le jodan!
Big_Boi88.
Estaré allí en 15
Él lo había hecho.
Por si acaso la Sra. Earig volvía con sus sobrinos, él no quería que ellos
vieran su ordenador y lo cogieran como compensación.
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Él miró por la mirilla para estar seguro de que estaba a salvo, entonces
salió de su apartamento. Cerró, optando por tomar las escaleras en vez
del ascensor.
Él solo vivía en el tercer piso de cualquier manera, por lo que no era tan
malo. Cuando llegó al primer piso, abrió cuidadosamente la puerta,
comprobando, para estar seguro, que no había nadie allí.
Él siseó y se echó hacia atrás, apenas evitando ser visto por la Sra. Earig
y sus sobrinos entrar en el ascensor.
Estaba tan jodido. Él no salió hasta que estuvo seguro de que se habían
ido, subiendo al tercer piso. Esperaba que no destrozaran su
apartamento y arrojaran su ropa a la acera. Tal vez cuando regresara
con algo de dinero, serían un poco más indulgentes.
De repente, sin pensar que esto era una mala idea, Seokjin se apresuró
a salir del vestíbulo al frío de la calle. Esperaba haber dado instrucciones
precisas, ya que si su paseo no estaba allí en el momento en que ellos
bajaran, él estaría, seguramente, muy jodido.
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capaz de cobrar más de lo que ya hacía si mantuviera el lugar limpio y se
deshiciera de los insectos de la planta superior.
Seokjin tragó saliva. Estaban tan cerca que sus narices realmente se
tocaban. El hecho de que esos grandes, afilados dientes estuvieran
fuera, largos y mortales, y el olor de su respiración tan rancio, no
ayudaba a Seokjin a mantener algo de su limitada valentía.
Seokjin tomó una áspera respiración cuando sintió sus pies levantarse
del suelo.
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Oh Cristo. Bones lo estaba levantando por el cuello con una sola mano.
Sus tácticas intimidatorias estaban trabajando totalmente.
Seokjin trató de mirar detrás de él, para ver quién los estaba poniendo en
peligro por decir eso, pero Bones tenía un fuerte agarre sobre él.
Él trató de mirar otra vez, pero Bones le hizo un favor y le dio la vuelta,
forzándole a tener una vista del otro hombre.
Y toda la sangre del cuerpo de Jin se drenó hasta sus pies. Su cuerpo se
volvió más frío que el hielo de la acera.
¿Qué coño?
No.
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No había una jodida manera de que Jeon Jungkook estuviera justo aquí,
en un caro traje italiano, de pie en la húmeda nieve que acababa de
comenzar a caer, justo enfrente de una elegante limusina Mercedes.
Él se dio prisa en ponerse sobre sus pies, para salir del hielo. Bones
presionó su bota sobre el estómago de Jin, manteniéndole abajo.
—Eso es suficiente.
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—He dicho que pagaré lo que debe.
Seokjin gruñó.
Él apenas se había dado cuenta del daño que la presión había hecho en
su estómago hasta justo ese momento.
—¿Qué tal si cojo tu dinero y pateo tu culo por meterte en mis asuntos?
¿Tienes idea de con quién te estás metiendo?
—¿Y tú?
Seokjin sintió vergüenza. Era una maldita suerte que los hermanos de
Bones no estuvieran aquí para ayudarle a enseñar una lección a
Jungkook. De lo contrario, él no estaba seguro que el otro hombre
sobreviviera.
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A Bones no le gustaba ser hablado de esa manera, e inmediatamente
lanzó un duro golpe a la cara de Jungkook.
Sus nudillos hicieron contacto, alguien gritó al fondo. Era el tipo de golpe
que podía dejar sin sentido a un humano.
La cabeza de Jungkook giró hacia un lado, pero no hizo mucho más que
dar un paso atrás. Bones no mostró ningún signo externo de ello, pero
Seokjin estuvo dispuesto a apostar que el golpe había dañado su mano.
Él era un león alfa, y cuando volvió sus brillantes ojos dorados hacia
Bones y le lanzó un gancho, Bones voló sobre sus pies, fue por los aires,
y en un ligero arco, cayó duramente sobre su espalda.
Seokjin se sacudió, temblando ante la vista.
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Seokjin miró el dinero, celoso, odiando a Jungkook por tenerlo y por
lanzarlo como si no pudiera comprar a una persona el equivalente de un
año de seguridad y alimentos.
Su pelo rubio estaba más largo, pero Seokjin todavía veía al chico del
que había estado enamorado en la secundaria.
—Déjame en paz.
Jungkook le sonrió.
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Él seguía siendo tan guapo y juvenil como lo había sido cuando tenían
dieciséis años. Había líneas bajo sus ojos. Esos ojos que Jungkook solía
pensar que eran de una hermosa sombra marrón, del tipo que tenían un
aro dorado alrededor del iris.
Él estaba muy delgado. Él se veía frágil y tal vez incluso un poco mayor
que sus años.
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—¿De verdad piensas que tanta gente te escribiría?— él frunció el ceño
al hombre. —¿Con cuántas personas has hablado?
Seokjin le miró.
—No hay manera de que puedas decir que todas las personas con las
que he hablado eras tú. Tú no sabes con cuántas personas he hablado.
¿Cuántas cuentas eran tuyas?
—Cuatro.
—Diez.
—Entonces, ¿me estás diciendo que has estado jugando conmigo todo
este tiempo? ¿Tú me has estado observando? ¿Qué eres? ¿Una especie
de psicópata?
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Jungkook cruzó su tobillo sobre su rodilla. Observaba al hombre enfrente
de él.
De acuerdo.
Que tonto.
Seokjin sabía perfectamente bien que Jungkook conocía lo que era estar
sin nada.
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Ellos nunca tuvieron sexo. Seokjin era demasiado buen chico para eso, y
ahora Jungkook lo tenía, él iba a tenerlo.
El hecho de que se viera tan mal era una especie de ayuda, pero no
había manera de que follara a Seokjin cuando había sido lanzado en un
charco de agua donde, probablemente, habían meado caniches.
Parte de él nunca pensó que Seokjin iría a por ello, no el bueno, dulce
pequeño Seokjin. Sin embargo, parecía que cualquiera podía ser
empujado a algo cuando estaban desesperados.
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—Yo siempre soy serio,— Jungkook respondió.
Jungkook había vivido una vez en una situación que era peor que la que
actualmente tenía. Probablemente, sorprendió a Seokjin darse cuenta de
que Jungkook tenía un bonito lugar todo para él.
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—Por dos horas.— Seokjin dijo.
—Y te pagaré más dinero por el tiempo que pases aquí,— Jungkook dijo.
— Pero por ahora, no pienso que estés en posición de volver a casa, ¿lo
estás?
Bueno. Él lo deseaba.
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Jungkook presionó sus labios secos en los de Jin. No era un beso, más
bien era como un toque de sus bocas, y él podía oír la respiración de Jin
engancharse mientras él hacía eso.
Seokjin se derritió.
—¡Mmmmgghh!
Era el único sonido que Seokjin pudo hacer cuando sintió el placer
derribar todo. Todas sus defensas se quebraron, y hizo algo tan
embarazoso que no había hecho desde la primaria.
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Él se vino en sus pantalones y todavía él estaba viniéndose y gimiendo y
corcoveándose sobre la rodilla de Jungkook mientras el hombre le
besaba.
Encendido.
Jungkook se apartó.
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Él parecía que trataba de abrir la puerta antes de que Jungkook se le
adelantara.
—¿Señor?
Ese error.
Él llevó una mano a sus labios, dispuesto a que esa sensación de frío y
calor se fuera.
No lo hizo.
La húmeda mancha no tenía nada que ver con haber sido empujado en
un charco.
Un enorme dormitorio.
El hombre se giró hacia él, y Seokjin tuvo una mirada cercana y personal
de los ojos y dientes brillantes.
Otro cambiaformas.
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El conductor salió, golpeando la puerta detrás de él, y ahora Seokjin
estaba empezando a pensar que el hombre no era realmente el
conductor. Él era, claramente, algo más.1
Primero, solo tenía que estar seguro que el conductor, quien quiera que
fuera, no estuviera mintiendo sobre la ropa extra, Seokjin fue a los
aparadores y armarios.
Y los precios.
Y esta ducha no era nada parecida a la que había tomado antes de dejar
su apartamento.
La única cosa buena de su edificio era que el agua caliente nunca se iba.
El pulverizador de la ducha era una basura, sin embargo, y ahora, bajo
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este, Jin sentía como si le estuvieran dando un masaje con la presión del
agua.
Seokjin debería haber estado un poco más de tiempo del que pensó,
porque el saltó cuando oyó un puño golpeando la puerta del baño.
Jungkook. Seokjin tembló, incluso a pesar de que estaba cálido bajo sus
huesos. No ayudó que su polla estuviera dura otra vez ante el sonido de
la voz del hombre.
—Date prisa.
Seokjin resopló. Había una mayor diferencia que la que diez años
podrían hacer. Aparte del beso en la limusina, Seokjin no pudo encontrar
un rastro del hombre que Jungkook solía ser.
Seokjin frunció el ceño, sí, Jungkook era el único que había puesto a
Seokjin en esta situación que estaba ahora. ¿Por qué infiernos debería
Seokjin inclinarse y arrastrarse ante él? Él no le había pedido que pagara
a Bones o algo por el estilo.
Solo para ser malvado, Seokjin tardó otros cinco minutos en la ducha,
aclarando todo el gel y el lujoso champú que había usado. El olía como a
coco y él estaba suave como un bebé cuando salió fuera del agua.
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Sentía como si hubiera tenido un día de spa en esa ducha, y estaría
mintiendo si no admitía que no quería dejarla.
—No tienes que vestirte. Vas a desnudarte otra vez, de todos modos, por
lo que no tiene sentido.
Eso era correcto. Jungkook quería a Seokjin aquí por el sexo. Seokjin no
había dicho realmente en voz alta que iba a tener sexo con Jungkook,
pero el hombre había pagado por él, y si Seokjin no hubiera querido
hacer esto, él no se habría metido en la limusina en primer lugar.
Jungkook había arreglado su pelo del desorden que había hecho antes, y
su corbata estaba perdida. El llevaba la camisa blanca con las mangas
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enrolladas, pero su chaqueta se había ido. Los zapatos lujosos todavía
estaban en su lugar, sin embargo...
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Pero, extrañamente, esa ira no duró. Se fue tan rápido como vino, como
si se hubiera derretido, dejando nada más que calma y algún tipo de paz
en esta situación.
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Jungkook quería joderle. Él quería degradarlo. ¿Por qué no debería
Seokjin dejarle?
Seokjin le miró.
Fenomenal.
—Intuición felina.
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quedarme en un refugio para los Sintecho antes que agacharme y dejar
que me folles llevando tu ropa. Eso no va a pasar.
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Jungkook dobló su ropa prolijamente, dejándola en la cama a su lado.
Eso era un extraño contraste, considerando como Seokjin recordaba a
Jungkook, era del tipo desorganizado, siempre escurriendo el bulto, y un
poco vago.
No había casi nada del chico que él amó cuando Seokjin era todavía un
niño, pero él deseaba que la versión antigua de Jungkook estuviera allí
todavía. En algún sitio.
—¿Qué?
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oscuro, y la prueba real de la excitación de Jungkook, era la gota perlada
de presemen que se formó en la punta. Era espesa.
—Cuánto más tiempo estoy sentado aquí,— dijo Jungkook, —más puedo
oler tu excitación.
Jungkook se rió de él. Sonó más como una risa de broma que como una
cruel, pero Seokjin no se sintió muy divertido en ese momento.
Jungkook inclinó su cabeza hacia un lado otra vez, como si tratara de ver
si Seokjin estaba mintiendo o no.
Seokjin había tenido miedo de tener sexo, por un largo tiempo, a causa
de su padre. Esa era la única razón por la que él y Jungkook no habían
tenido relaciones sexuales siendo menores, como casi todos los otros
chicos de su edad, en ese tiempo, pero cuando Seokjin finalmente reunió
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el coraje y salió delante de su padre, luego cuando fue repudiado,
supuso que la había jodido.
Seokjin parpadeó.
—¿Qué?
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El siempre trató de no mirar para no ponerse en evidencia delante del
resto de la clase.
Jungkook rió.
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Seokjin podía trabajar con eso. Mientras hubiera algo en Jungkook que
quisiera esto, él podría funcionar con eso.
El sonido de ronroneo era lo que hizo a Seokjin gemir con la boca llena.
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Oh Dios. Él extrañaba ese sonido malditamente mucho. Él... él no se
había dado cuando de cuando había extrañado ese dulce, bajo,
retumbante ronroneo, hasta que él lo oyó.
Eso era... tan bueno. Seokjin no podía creerlo. Él se las arregló para
tomar al menos la mitad de la polla de Jungkook. Su polla, que era larga
y gruesa, que era tan maravillosa.
Seokjin gimió y fue tan lejos como podía antes de que fuera forzado a
retroceder. Era demasiado, demasiado profundo, y él no sabía lo
suficiente de lo que estaba hacienda. Él iba a ahogarse y eso no iba a
ser bueno para ninguno de ellos.
—No pares.
Seokjin estaba sin aliento, también. ¿Cómo infiernos había pasado eso?
—Necesito un minuto. Es demasiado,— él dijo.
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—No me importa. Hazlo.
Esa era la voz más dura que Jungkook había hecho nunca. Y Seokjin se
tensó.
Seokjin apartó la vista de él, sintiendo que un poco de esa ira quería salir
a la superficie.
—No soy un imbécil. Soy honesto. Ahora, por favor, deja de tratarme
como un criminal y vuelve a lo que estabas haciendo.
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veía como un buen lugar para empezar, por lo que eso es lo que iba a
hacer.
—Oh, joder, sí,— decía, y sus manos volvieron al pelo de Seokjin. Sus
uñas arañando suavemente su cuero cabelludo. Era una sensación
placentera, una que realmente le gustaba ya que traía más de esa
sensación de cosquilleo a su cuero cabelludo, y al resto de su cuerpo.
Seokjin quería que Jungkook hiciera algo más, por lo que chasqueó su
lengua sobre ese trozo de piel otra vez y otra vez. Él empujó sus labios
tan lejos como podía, y cuando retrocedió en busca de aire, él buscó ese
lugar con su lengua otra vez.
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Maldito, pero Jungkook nunca supuso que Seokjin tuviera ese talento.
Era obvio que Seokjin no estaba mintiendo sobre ser virgen.
Esto era una buena nueva ventaja sobre la que Jungkook no había
pensado, sin embargo. El hecho de que Seokjin fuera bueno en esto, y
solo había mostrado un momento de timidez antes de mostrarle lo
talentoso que era.
Hubo todavía una pizca de contención. Seokjin era bueno en esto, pero
era obvio por la manera que constantemente retrocedía, que no era tan
confiado como estaba tratando de hacerle creer a Jungkook.
Jungkook quería hacer que Seokjin fuera un poco más salvaje. Él quería
ver qué más podía hacer Seokjin cuando perdiera todo el control.
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Jungkook agarró el pelo de Seokjin un poco más estrechamente.
Suficientemente estrecho para causarle suficiente dolor para que gimiera
alrededor de su polla.
Pero fue una buena idea cuando colocó sus pies entre las piernas de
Seokjin, encontrando la caliente, dura longitud de la polla de Seokjin, y se
empujó contra ella.
Jungkook echo su cabeza hacia atrás y abrió su boca, pero nada salió. Él
quería gritar y gritar por el placer, pero era como si no pudiera. No tenía
nada que dar, más que dejar que su cerebro y su cuerpo se deshicieran
completamente bajo el placer.
—¡Mmmh!
—¿Qué?
Seokjin le miró.
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—Deja de empujar mi cabeza hacia abajo así. Yo no puedo llegar tan
lejos.
No era malo.
Y sus ojos eran todavía tan hermosos como siempre habían sido.
Bien.
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—De acuerdo, entonces, ¿cómo me quieres?
Esto era mejor. Esto era mucho mejor, teniéndole así de ansioso ¿Por
qué él siempre pensó que sería mejor si Seokjin estaba acobardado y
miserable? No. Mejor tenerlo deseoso y dispuesto de esta manera.
Él podía sentir el calor del cuerpo del cuerpo de Seokjin incluso desde la
distancia entre ellos.
Estaba nervioso.
Jungkook sacudió su cabeza. No. Eso no era para lo que estaba aquí. Él
estaba aquí para su propio placer. No el de Seokjin.
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—¿Mis manos y rodillas? ¿No sobre mi espalda o algo?
Seokjin asintió, y se puso sobre sus manos y rodillas, dejando salir otro
molesto bufido.
Jungkook miró fijamente. ¿Con su culo expuesto y listo allí, listo para que
Jungkook lo tomara?
Absolutamente.
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Jungkook se levantó de un salto a tomar el lubricante que mantenía en
su bolsillo derecho. Lo sacó y volvió a la cama. Él salto encima, subiendo
detrás de Seokjin en sus rodillas, entonces se detuvo.
Él no le tocó.
Él suspiró.
—¿Estas nervioso?
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Jungkook empujó sus dedos profundamente, deslizándolos de un lado
para otro mientras se inclinaba sobre la espalda de Seokjin así no podría
ver esa cicatriz.
Cuando Seokjin no dijo nada, Jungkook pudo perder los estribos un poco
mientras empujaba sus dedos hacia delante con fuerza. El presionó
fuerte contra esa protuberancia dentro del cuerpo de Seokjin, y Seokjin
echo la mano hacia atrás y gritó en voz alta.
—Lo necesito.
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Eso era. Eso era todo lo que Jungkook necesitaba oír. Él liberó sus
dedos de ese estrecho calor, derramando más lubricante sobre la
longitud de su polla, y presionando la cabeza en ese maravilloso anillo de
músculos.
—Tranquilo. Tranquilo.
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Seokjin abrió su boca, gimiendo mientras su culo era presionando
firmemente contra la entrepierna de Jungkook.
Jungkook suspiró. Así. Eso era... eso era exactamente lo que había
necesitado todo el tiempo. Él finalmente le tenía, y se sentía
increíblemente bueno.
Seokjin asintió.
—Respóndeme.
—S-sí.
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Mejor, eso era mucho mejor.
Jungkook empujó hacia delante otra vez. El calor del agujero de Seokjin,
apretando la polla de Jungkook, era casi demasiado para resistirlo. Él
apretó los dientes, sintiendo sus colmillos abriéndose paso cuando esa
sensación era demasiado para retenerlo.
Seokjin no.
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Y eso era miles de veces mejor que tomar a alguien que solo estaba
tratando de impresionarle por su riqueza.
Y por qué no iba a querer hacer esto más duradero mientras follaba a su
ex-mejor-amigo contra el colchón mientras Seokjin gemía y se
entusiasmaba como si estuviera... como si estuviera fingiendo.
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Y eso lo comprobó Jungkook cuando Seokjin corcoveó y gimió,
empujando su culo hacia atrás, contra la polla de Jungkook.
Desenfrenado y desesperado.
Jungkook tembló.
—Joder.
El ego de Jungkook quería pensar que era sólo a causa de él. Debido a
que él era muy bueno y el y Seokjin habían compartido algo cuando eran
jóvenes, pero lógicamente, él sabía más. El cuerpo quería lo que quería,
y Seokjin rogaría por en el sexo a cualquiera que hiciera un trabajo
decente y consiguiera que se corriera.
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Esto no podía ser aceptable. Tenía que ser perfecto.
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antes de empujar con fuerza hacia delante, poniendo algo de su fuerza
de Jungkook en ello.
Seokjin gritó.
—¡Oh!
Sin más caricias, sin más burlas, sin mirar a la cicatriz de Seokjin.
Jungkook mantuvo un firme agarre en las caderas de Seokjin mientras
follaba fuerte y duro el apretado cuerpo de Seokjin.
Ese sorprendente silenció duró por medio segundo más antes de que
Seokjin dejara caer su cabeza y gimiera, más largo y fuerte de lo que lo
había hecho en su vida. Él apretó su agujero alrededor de la polla de
Jungkook y juró ante el repentino azote de placer que casi le hace
correrse.
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Entonces Seokjin se corrió. Jungkook pudo oler la pesada, cálida esencia
en el aire y era bueno. Era intoxicante y no pudo contenerse más.
Seokjin gimió y corcoveó. Él era tan animal salvaje como Jungkook podía
serlo y eso le hizo seguir adelante.
Jungkook no pudo sujetarle, si no que fue hacia abajo con él, su pene
todavía dolorido dentro del cuerpo de Seokjin, y duro.
—Hace cosquillas.
Jungkook se echó hacia atrás. Él tocó su cara con su mano, que eran
apenas manos en este punto.
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Genial.
Su mirada se intensificó.
—Lo sé.
Ese intercambio fue más que suficiente para que Jungkook se suavizara
de nuevo. No es que importara. Él se retiró del cuerpo de Seokjin, y
ahora estaba enfadado porque él estaba pensando en el pasado, de
nuevo.
Joder.
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Se deslizó fuera de la cama, agarrando su ropa y empezando a
ponérsela.
Jungkook había tenido sexo sin sentido antes. Él sabía cómo follar y
alejarse, esto no debería ser algo diferente. Esto no debería ser
suficiente para hacer que su estómago se encogiera y sus manos se
curvaran en puños estrechos.1
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5
Seokjin había medio esperado que hubiera sirvientes por toda la enorme
casa en la que estaba, pero no había nadie. Nadie que hubiera notado de
inmediato.
No era que planeara llamar a alguien que le cambiara las sábanas pero
él no sabía qué hacer con las sábanas sucias, excepto lanzarlas a una
esquina y tratar de no pensar en cómo ellas olían, todavía, como
Jungkook.
Era evidente que el hombre le odiaba, por lo que a pesar de que era
increíblemente más dramático establecer este hecho, Seokjin supuso
que no debería sentirse muy sorprendido de que Jungkook quisiera
alejarse de esto.
Él nunca había sido del tipo que solo tiene sexo con alguien que no le
importa. Él hizo eso durante un verano y se había deprimido como el
infierno.
Seokjin era del tipo que se encariñaba, y aunque era probable que no
quedara nada del chico que una vez amó, Seokjin pensó por unos
cuantos segundos...
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Él empujó el pensamiento lejos. Eso estaba a punto de romper su
corazón, y eso era lo último que quería. Él estaba aquí para cumplir con
la loca fantasía de venganza de Jungkook, y para evitarse ser arrojado a
las calles.1
Seokjin había pensado que había sido su padre. Jungkook era un año
más viejo que Seokjin, pero aun así, algunas veces, iba a la escuela
pareciendo pequeño y enfermizo.
Seokjin había asumido que algo pasaba en su casa. Desde que Seokjin
sabía algo sobre padres gilipollas, él estúpidamente trató de usar eso
como una apertura, una manera de entrar, y tal vez hacer un nuevo
amigo.
Sí, eso no pasó, y Seokjin no lo intentó otra vez durante dos semanas.
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Por lo que, cuando atrapó a Jungkook fumando fuera del gimnasio
cuando Seokjin llegaba tarde, él se paró.
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Y Seokjin todavía estaba lleno del desayuno que él le había empujado
por la garganta.
Cuando los ojos de Jungkook brillaron con interés, Seokjin supo que
estaba de acuerdo.
—¿Qué?
66
Cuatro bolsas de basura. Aparentemente eran las pertenencias que
había dejado en su apartamento. —Eh, gracias.
Esto no podía ser todo. Incluso a pesar de lo quebrado que había estado
el último par de años, él había acumulado más cosas que estas. Él
comprobó, encontrando la mayoría de su ropa, sus libros de texto del
colegio, otros libros que él había adquirido a lo largo de los años. Arte y
ficción, cosas que él podía usar para ayudarse con sus juegos.
—Estas son las cosas que ellos no habían vendido o echado a la basura
antes de que pudiera llegar allí.
—¿Qué?
—¿Tú no tenías nada de valor que hubieras dejado en ese lugar, no?
Poco sabía la Sra. Earig sobre libros de texto, incluso unos de hace unos
años, todavía podían venderse por un poco de dinero a los estudiantes.
Siempre y cuando él tuviera estas cosas, suponía que iba a estar bien.
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Con suerte, Jungkook iba a pagarle suficiente dinero que Seokjin sería
capaz de reemplazar todo lo que había dejado en ese lugar.
—De acuerdo,— Seokjin dijo. Él miró al reloj. Eran las siete y media.
—¿Qué?
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Seokjin miró a las bolsas, luego al hombre enfrente de él. Él las alcanzó
rápidamente, arrastrándolas dentro de la habitación, queriendo alejarse
del tipo antes de que algo más pasara hoy.
Él no era del tipo que era bueno con la violencia. Algunas veces Seokjin
no podía soportar los videojuegos violentos, lo que lo hacía interesante
desde que él estaba tratando de hacerse una vida programándolos.
Únicamente, no, eso era algo que el viejo Jungkook haría. El nuevo
Jungkook probablemente curvaría su labio y nariz y haría una mueca a
Seokjin por tomar una amenaza vacía tan seriamente.
¿Diría algo sobre el sexo de la otra noche ¿Reconocería lo que pasó? Jin
no estaba seguro de lo que deseaba, qué quería que el otro hombre
hiciera, pero él estaba tan nervioso que le tomó un poco más de tiempo
del habitual estar listo.
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Jungkook estaba justo empezando su segundo plato de bacon y huevo
cuando Seokjin entró deprisa en la sala del desayuno.
Sudor limpio. Nada en absoluto como la esencia que vino de tener sexo.
—Llegas tarde.
—¿Preparándote?
—Sí. Lo estaba.
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Tenían un duelo de miradas, y Jin, siendo el chico predecible que era,
naturalmente, retrocedió. Siempre era el primero en apartar la mirada,
siempre odiando la lucha.
—Entonces, ¿se supone que debo sentarme aquí y verte comer? ¿Eso
es por lo que me has invitado a bajar?
—Ven conmigo.
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El perro de Jungkook estaba al otro lado del mostrador, comiendo de su
plato, fuera de la vista. Estaba tan bien educado que Jungkook no tenía
que preocuparse de que el animal pusiera sus patas encima del
mostrador y robara toda la comida que Jungkook había dejado.
—Yo cociné suficiente comida para ambos. Aquí, toma esto y pon lo que
quieras en tu plato. Te haré algunas tostadas.
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Las orejas de su perro se pusieron alerta. Aparentemente ya no estaba
tan enfrascado en su cuenco y él finalmente se dio cuenta de que alguien
familiar estaba en la casa.
—¿Sam?
Las orejas del perro cayeron mientras miraba a Jungkook, entonces hizo
lo que le había dicho.
Maldito perro.
—Prefiero que mis animales no salten sobre un lugar cuando hay comida
alrededor.
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—¿Tus animales?— El volvió a mirar al perro. —¿Dónde lo encontraste?
—¿Qué?
Casi desde el primer día que Seokjin se había librado de él. La familia a
la que Seokjin se lo dio no lo había abandonado. Jungkook simplemente
fue a ellos dos días después e hizo una oferta que habrían sido estúpidos
si la hubieran rechazado.1
—¿Jungkook?
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Jungkook miró de nuevo a Seokjin, quien le miraba con ojos abiertos que
eran tan malditamente tristes.
Seokjin le miró.
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—¿Por qué debería? Tú eres el único que lo abandonó para empezar. Tú
ya has mostrado que no puedes cuidar de él.
—Pero lo hiciste.
Él sabía que sería una cosa más que podría ayudar a mantener a Seokjin
aquí, para evitar que se fuera.
76
Jungkook no intentó decirle nada más. Él solo observó como Seokjin
hacía un cerdo de sí mismo. En cierto modo le recordó a Jungkook los
días cuando había sido un pobre, uno sin dinero, comiendo como si
tuviera miedo de que alguien pudiera venir y quitarle lo que había en su
plato.
Jungkook le miró.
Seokjin asintió.
—En serio. Tu conductor trajo todas las cosas que pudo salvar de mi
apartamento. Necesito guardarlas.
Jungkook sonrió.
—Ve a colocar tus cosas, luego ven a verme. Nosotros podremos tener
un almuerzo tardío a las dos en punto.
77
Jungkook observó la manera en que la manzana de Adán de Seokjin se
balanceó cuando tragó fuertemente. Fue un movimiento sensato cuando
Seokjin asintió.
Él asintió.
78
6
Dios, ¿cuánto tiempo había planeado esto? ¿Era todo esto parte de
alguna elaborada, broma enferma? ¿Para devolvérsela por deshacerse
de él cuando estaban en la secundaria? Cristo, eso fue sobre diez años
atrás.
79
Seokjin no podía dejarle una segunda vez. Él amaba a este perro, y
rompió su corazón, más de lo que pensaba, dejarle ir. Viéndole otra vez...
No.
Porque Jungkook tenía razón en algo. Sin tener en cuenta los motivos
para hacer todo esto, Sam era ahora su perro. Esto no fue un secuestro.
Sam era suyo, y si Seokjin quería seguir viendo a su perro, él no podía
irse a ninguna parte.
...
—Taehyung, cállate.
80
—No, no me voy a callar. Me haces traerte a ti y a ese tipo hasta aquí.
Tuve que ir y recoger su mierda, y ahora tú estás básicamente usándole
para el sexo. No sé por qué. Es una especie de psicosis perturbadora.
—Me estás diciendo que él te dio la patada delante de toda la clase sin
ninguna razón, que dejó de devolver tus llamadas y tú nunca oíste sobre
él otra vez. ¿Él hace eso, y tu gran plan es invitarle aquí y... qué?1
81
Jungkook no dijo nada. Solo frunció el ceño.
—¿No lo es?
—Es mi perro.
Taehyung le miró.
82
Jungkook negó con la cabeza.
—¿Y?
—Por mucho que me guste la idea de que tortures al tipo un poco, ¿no
piensas que esto es suficiente?
—¿Suficiente?
—Su rico papaíto renegó de él por ser gay. Esa mierda no sucede
exactamente demasiado últimamente, pero pasó. Él probablemente no
sabe que sus padres están en bancarrota. Él vive en un apartamento de
mierda en el culo de la ciudad, y el tipo tiene que dar su maldito perro
porque no puede permitirse mantenerlo. Tanto como odio sus agallas
para hacerte lo que te hizo, ¡Jesús! Incluso yo tengo que admitir que eso
es lo más patético que he oído en mi vida.
Jungkook deseó que Taehyung no hubiera dicho eso, porque eso solo le
hacía sentirse culpable. No mucho, pero lo suficiente para hacer a su
estúpida conciencia patearle las bolas.
83
Las cejas de Taehyung se elevaron. — No, nosotros solo compramos su
parte de la compañía a sus espaldas, la despojamos, y vendimos sus
activos.1
—No lo sé. Nunca la había visto antes. No es nueva. Tiene que ser de
varios años atrás.
84
No había imágenes de video de ello, por lo que el alcance no fue tan
amplio, y no estuvo circulando mucho tiempo. Nadie abrió una página
para recaudar fondos para Seokjin, tampoco, pero si Jungkook quisiera,
podría entrar en línea ahora y encontrar algunas entradas de blogs
usándolo como otro ejemplo de porqué los ricos y poderosos eran
malvados y sin corazón, todo el tiempo y sin excepción.1
Por supuesto, Jungkook estaba ahora en este juego, pero lo que sea. Él
estaba en esto no solo por una pequeña venganza. Él quería un cierre.
—No lo sé.
Jungkook había pasado por cada registro público que pudo encontrar. No
había habido registros hospitalarios indicando que Seokjin se hubiera
metido en una mala pelea cuando era un niño, antes o después de que él
hubiera roto las cosas con Jungkook.
85
Cuando él terminó del todo, Jungkook asumió que Seokjin estaba de mal
humor. Él esperó tres de los días más largos de su vida antes de intentar
que Seokjin regresara.
Él había pensado que quería que Seokjin volviera. Eso era por lo que se
abalanzó y se llevó por medio su pequeña empresa. Normalmente,
Jungkook no se hubiera molestado con una compañía tan pequeña. El
solo la quería porque tenía el nombre de Kim Seokjin en ella.
86
Algo se sintió diferente.
—Eso no va a pasar.
Jungkook agarró tan fuertemente la mesa entre sus manos que la rasgó.
En su enfado por haberla arañado, él la lanzó al suelo, rompiéndola,
definitivamente, esta vez.
Joder. Ahora él tenía que salir y conseguir una nueva mesa. Tal vez él
podría ordenar una de la tienda. Él solamente tenía que enviar a uno de
87
sus ayudantes para recoger la cosa entonces podría tenerla antes del
almuerzo.
Jungkook fue quien puso fin. Él no quería este tipo de relación con su
mejor amigo, y él estaba muy seguro de que Taehyung estaba totalmente
de acuerdo...
Pero de vez en cuando, algo pasaba, Taehyung decía o hacía algo que
le hacía a Jungkook replantearse como de bien conocía a su mejor
amigo.
...
88
Seokjin comprobó sus mails, navegando en su ordenador, y hacienda
todo lo que le fuera posible para evitar salir de su habitación hasta que
fuera absolutamente necesario.
No fue hasta que Sam se levantó y gimoteó hacia la puerta que Seokjin
se dio cuenta que debía salir. Tan inteligente como pensaba que su perro
podía ser, él no estaba entrenado para ir al baño o algo.
Así que Seokjin siguió a Sam. Él parecía que sabía dónde había que ir.
¿Era un jacuzzi lo de ahí abajo? Seokjin estaba muy seguro de que era
un jacuzzi.
89
Él supuso que tenía sentido. Actualmente, podría ser raro que un
multimillonario no tuviera su propio jacuzzi.
Sam salió corriendo del porche, lo que era bueno porque Seokjin no
quería tener que explicar una caca gigante en la madera, él corrió hacia
los árboles en la distancia. Eso no era la única cosa que estaba en la
distancia.
Otra casa. Era más pequeña que la mansión en la que Seokjin estaba, y
había una... una piscina. Era la casa de la piscina.
Seokjin gimió.
Sam no volvió.
Mierda. ¿Tenía permitido estar allí? Era una trampilla para perros, por lo
que era probable.
90
Y que sí Jungkook... no, Seokjin alejó ese pensamiento. Aunque algunos
locos multimillonarios en el mundo podrían comprar una casa para sus
mascotas, era obvio que Jungkook había cogido a Sam para
devolvérselo a Seokjin. No había manera de que él hubiera
acondicionado una casa entera para un perro.
Seokjin tal vez no conocía a este León, pero él estaba muy seguro de
que conocía al hombre lo suficiente para decir con seguridad que Seokjin
no podía ser tan derrochador.
91
Las ventanas tenían las cortinas corridas, por lo que Seokjin no podía
mirar dentro.
Alguien rió.
Seokjin se detuvo.
Sam ladró.
Ese era Jungkook. ¿Qué estaba haciendo...? Bien, seguro esta era su
casa, ¿pero por qué estaba escondiéndose en la casa de la piscina?
Jungkook debió haber oído la puerta abrirse con esos oídos de alfa que
tenía, porque gritó.
En cierto modo.
—¿Taehyung?
—Lo siento. Vi a Sam correr hacia aquí y no sabía que estabas aquí.
93
Seokjin sintió que necesitaba llenar el silencio en la habitación. Jungkook
le estaba mirando, y Seokjin estaba parado en un lugar donde
probablemente no tenía permitido estar.
—Yo, ah, pensaba que cuando tu recogiste a Sam... pero tú eres bueno
con él. A él claramente le gustas.
—Yo... uh...
Él se odiaba a sí mismo por eso, pero esto era una de las cosas que
Seokjin siempre había encontrado atractiva de él. Él había amado el
tamaño y fuerza de Jungkook.
94
Seokjin tragó saliva, dejado a Jungkook llevarle por el brazo mientras
subían por las esclareas, su corazón martilleando todo el camino
mientras trataba de no mirar el culo de Jungkook en esos pantalones de
vestir.
95
7
Seokjin no podía pensar. Por unos cuantos, difíciles segundos, sintió que
no podía respirar.
Este dormitorio era más lujoso que la mayoría, más grande, pero nada
comparable con la habitación de invitados que Seokjin tenía en la casa
gigante.
96
—Ese lugar es muy grande, no puedo dormir allí.— Dijo Jungkook, sus
manos agarraron la hebilla del cinturón y tiraron de ella. Él tenía sus ojos
en el trofeo y el claramente iba a tomar lo que quería. Seokjin no parecía
que fuera a detenerlo mientras le arrancaba la ropa.
97
Seokjin gimió otra vez mientras Jungkook envolvía completamente la
cabeza de la polla de Seokjin con sus labios. Jungkook ahuecó sus
mejillas. Él no hacía esto a menudo. Él normalmente no se ponía en esta
posición, pero el deseo palpitaba caliente y pesado dentro de él. Cada
gemido que liberaba Seokjin pertenecía a Jungkook. Cada empuje de
esas delgadas caderas pertenecía a Jungkook, también. Era todo suyo, y
con cada gemido y empujón de esas caderas, la polla de Jungkook
palpitaba y dolía, como si Seokjin le estuviera dando placer solo de estar
acostado y dejarse ir.
Tenía aquí a Seokjin para que fuera él, específicamente, el que le diera
placer a Jungkook.
98
Jungkook se retiró. Él trató de ocultar su disgusto, pero incluso con esos
ojos vidriosos por la lujuria, era obvio que Seokjin lo vio. Él frunció un
poco el ceño.
—¿Qué sucede?
Cuando lo hizo, Jungkook lo vio, también. El vio la luz salir de los ojos de
Seokjin y aparecer la tristeza y la desilusión.
—De acuerdo.
—¿No vas a hablar ahora, verdad? No te invité aquí para que pudiera
follar a una muñeca sin vida.
—Bueno, eso es tan malditamente malo para ti,— Seokjin dijo. —Tú no
me hiciste exactamente firmar un contrato.
99
Joder. Él no lo hizo, pero él podía usar la baza del perro. El perro, y la
seguridad de no tener que dormir en las calles por la noche.
Seokjin tragó saliva con fuerza suficiente para que Jungkook lo oyera
sobre su palpitante corazón.
Seokjin dejó salir la palabra haciendo que sonara como si tuviera dos
sílabas diferentes. Jungkook no podía estar seguro porque él estaba muy
ocupado disfrutando los temblores que pasaban a través del cuerpo de
Seokjin mientras Jungkook le daba lengüetazos.
100
—Quise hacerte esto durante mucho tiempo,— él dijo. Incluso no se
preocupaba de si estaba admitiendo algo tan privado a Seokjin. Esta
había sido otra de las fantasías de Jungkook y él iba a actuar sobre ello.
—Eso es, dulce corazón, gime para mí. Tú me perteneces. Esto. Es. Mío.
Seokjin asintió.
101
—Entonces, grita mi nombre.
Seokjin le miró.
—¿Qué??
Jungkook dejó que saliera un poco del alfa, y porque él estaba bastante
seguro de que a Seokjin le gustaría, a pesar de su extraño comentario
todos esos años, Jungkook lo permitió. Él permitió a Seokjin ver el León
dentro de sus ojos, y tomó un gran placer de observar los ojos de Seokjin
ensancharse mientras temblaba.
—Grita mi nombre para mí. Quiero estar seguro de que sabes quién te
está follando.
No tuvo que hacer ninguna amenaza. Él podía ver que ya tenía a Seokjin
justo donde quería.
—De-de acuerdo.
102
—Esto está bien. Se siente bien, ¿no es así? Nadie más podrá darte esto
excepto yo.
Era una amenaza suficiente para hacer que Seokjin cumpliera. —J-
Jungkook.
103
La súplica era casi mejor que escuchar su nombre gemido de esa
manera.
Eso es. Eso era lo que quería. Jungkook metió su lengua más profundo,
incluso cuando eso hacía daño a su mandíbula, siguió haciéndolo.
104
Jungkook alcanzó su polla, gimiendo mientras se acariciaba a sí mismo
dos veces, y entonces se corrió, con su lengua todavía dentro del cuerpo
de Seokjin.
105
Seokjin gimió. Sus brazos perdieron su fuerza y cayó sobre su rostro, su
culo en el aire.
Seokjin soltó una risita, sus ojos parpadearon soñolientos, una sonrisa
perezosa en su cara mientras su cuerpo se sacudía de un lado a otro con
la fuerza de los empujes de Jungkook.
A él le gustaba esta vista. Le gustaba ver a Seokjin tan dispuesto para él.
106
—¡Oh, dios mío!— dijo a través de sus dientes apretados, entonces
volvió su atención a Seokjin. —Inclínate sobre mi pecho, justo así.
¿Puedes hacer eso?
Una pregunta para más tarde, mientras, Jungkook inclinaba sus caderas
adelante y atrás, adelante y atrás.
Seokjin asintió.
Jungkook rugió en un grito mientras clavaba sus dedos sobre las caderas
de Seokjin. Él golpeó dentro del otro hombre, sus caderas chocando
juntas, haciendo ruidos obscenos en el aire, y eso era bueno. Maldición,
era muy bueno.
107
Seokjin gritó y gimió, agitando su cabeza de lado a lado. Los ruidos que
salían por su boca eran tan excitantes que Jungkook no pensaba que
fuera capaz de contener su orgasmo por tanto tiempo como había
pensado.
Todo lo demás que dijo Seokjin era un galimatías, y eso era incluso
mejor que tener al hombre diciendo su nombre una y otra vez.
Jungkook curvó sus dedos alrededor del pesado eje. Jungkook trazó la
corona con el pulgar. Jungkook no se dio cuenta cuando se puso duro
otra vez. Él había pensado que Seokjin no tendría la energía para eso,
pero aparentemente, sí la tenía, y ahora que él estaba en una posición
más cómoda, rodeó sus caderas lentamente, en comparación con la
rápida, dura jodida que Jungkook le había dado antes, pero algo es algo.
108
Estaba justo donde pertenecía. Justo donde hubiera querido estar
durante todos estos años.
109
—Si quieres, puedes tomar una ducha bajando a la sala. La comida debe
venir pronto.
—¿Comida?
—Oh, correcto.
Jungkook salió.
110
8
111
Él parecía descontento por algo, y Seokjin deseaba saber que era.
De acuerdo, tal vez no era una gran idea que Seokjin estuviera dejando
que sus sentimientos sacaran lo mejor de él.
112
Ahora no. Eso no sería bienvenido. Jungkook solo quería a Seokjin para
el sexo, quería devolvérsela por la manera en que terminó las cosas en
la escuela, y Seokjin deseó estar hecho de un material más duro, pero el
hecho era que su corazón se apretó y su garganta se cerró, dando a
entender que no era el mucho más fuerte, capaz hombre que él había
pensado que era.
...
113
Más de una vez Taehyung había dicho que si no se reía, el
probablemente terminaría perforándole la garganta a Jungkook. Siendo
un lobo alfa, él podía hacerlo.
Un mes pasó. Un mes donde Jungkook apenas tenía tiempo para volver
a casa, mucho menos para dormir en su propia cama con Seokjin en ella.
Eso era demasiado privado, más íntimo que el beso, y el hecho de que
Jungkook lo quisiera era una debilidad. Él no podía permitir que Seokjin
supiera que eso era algo que quería. Él no podía dejar que eso pasara.
114
Cuando Jungkook condujo a casa, y suspiró cuando finalmente llegó a
las puertas de su casa.
Una de las compañías a las que había echado el ojo, iba a ser vendida.
Era siempre mejor cuando el propietario lo hacía en vez de forzar a
Jungkook a utilizar otros métodos. El hombre había echado un vistazo a
la trayectoria de Jungkook y supo que estaba hecho. Sin embargo, era
seguro como el infierno que él había alargado la negociación, y Jungkook
había tenido su mente en otras cosas desde hace un tiempo, por lo que
le dio más dinero cuando se lo pidió.
115
Él no había querido un perro cuando oyó que Seokjin se había visto
forzado a desprenderse de él, pero ahora que Sam había estado por un
par de meses, podía ver los beneficios de tener un perro alrededor.
Incluso como cambiaformas-gato.
Los perros eran estúpidamente fieles, y era agradable venir a casa con
alguien que le sonreía.
Sam ladeó su cabeza al sonido del nombre de Seokjin, pero eso fue todo
lo que hizo.
Típico.
Sam estaba ladrando otra vez. Cuando Jungkook llegó arriba de las
escaleras, caminando por el pasillo, vio a su perro.
116
El hueso de Sam estaba en el suelo, y no solo estaba ladrando para
entrar, él estaba saltando y arañando la puerta.
Él llamo fuerte.
Él tenía que estar echando una cabezada o algo. Esa era la única
explicación inocente para esto. Él estaba, obviamente, dentro. Incluso si
Jungkook no fuera un cambiaformas y no pudiera oler su esencia, el
perro estaba justo aquí. Esperando a entrar y ver a su antiguo dueño.
La cama estaba vacía cuando pasó dentro. Había un olor ácido en el aire
que hizo al estómago de Jungkook sacudirse. Él fue hacia el baño
rápidamente.
—¿Jin?
117
La luz estaba encendida cuando abrió la puerta. Seokjin estaba tirado en
las frías baldosas, cerca del retrete, como si se hubiera desmayado allí.
—¡Jesús!
Jungkook parpadeó.
118
Al menos eso explicó algo.
¿Qué infiernos era esto? ¿Algo que había comido? Jungkook no había
estado alrededor por un tiempo, por lo que podía haber comido comida
envenenada.1
Nunca había visto a nadie vomitar tan fuerte en su vida, sin embargo. Jin
sudaba y se sacudía como si se estuviera muriendo. Cuando esto
continuó por el resto de la noche, incluso aunque Jungkook consiguió
meter a Seokjin en la cama, y se quedó, con un cubo cerca de la cabeza
de Seokjin para coger cualquier cosa que vomitara... Jungkook estaba
más que un poco preocupado.
Jungkook llamó al doctor esa noche, y solo fue capaz de que fuera a
casa porque le ofreció pagarle muy bien.
—Él podría tener una infección, es lo que puedo decir. No puedo hacerle
pruebas aquí, y si tomo una muestra de sangre me llevaría mucho tiempo
ir y venir del hospital aquí para cualquier cosa que necesite. Usted
119
debería haberle llevado el hospital en primer lugar.— Jungkook odiaba el
hecho de que el doctor tuviera razón. El también odiaba la manera en
que le hablaba como si fuera idiota, independientemente de que se lo
mereciera.
Ellos estuvieron en ese miserable hospital por una hora antes de que
Jungkook fuera capaz de conseguirle una habitación. En ese tiempo,
Seokjin había vomitado tres veces más. Jungkook tuvo que ofrecer otro
soborno. Las enfermeras pensaron que estaba bromeando cuando dijo la
cantidad de dinero que estaba dispuesto a pagar. Ellas no se rieron
cuando hizo la transferencia a las cuentas.
—Lo siento.
120
¿De qué se disculpaba? Jungkook le preguntó, pero Jin inmediatamente
se durmió.
121
Mirando por la ventana, estaba malditamente cerca de amanecer cuando
una de las doctoras finalmente volvió.
La mujer suspiró. Ella tenía bolsas bajo sus ojos, se veía cansada, pero a
Jungkook no le preocupaba su estrés o preocupaciones. A él le
preocupaba Seokjin.
—Bien, él nos dijo que usted y él habían estado teniendo sexo sin
protección, y usted es un alfa cambiaformas-león.
—¿Está embarazado?3
¿Y por qué iba Seokjin a querer quedarse con él después de todo lo que
había pasado? ¿Hubo alguna vez un futuro en esto?
123
La doctora le dejó solo, y pasó otra media hora antes de que volviera con
la noticia.
Jungkook asintió. Él se sentía morir cuando puso un pie delante del otro.
—Hey.
124
Jungkook humedeció sus labios. Él alcanzó una de las sillas para
acompañantes. La colocó al otro lado de la cama de Seokjin, deseando
que Seokjin no se diera la vuelta cuando Jungkook se sentó, cara a cara
con él.
Seokjin le miró, por primera vez, y Jungkook tuvo un buen vistazo del rojo
en esos ojos. Jin se veía como un muerto viviente.
—Yo no te odio.
Esas no eran cosas con las que Jungkook planeara ir a un juez. —Eso
no es ilegal nunca más.
—Lo es sin una licencia, que tú sabes malditamente bien que no tengo.—
Seokjin calmó su voz. Su cara cambió de color, pero luego fue capaz de
126
obligarse a volver a la normalidad. —No importa, de todos modos. Con
licencia o no, a la gente no le gusta que las prostitutas tengas hijos.1
—Tú me estás pagando por follar contigo. No hay otra palabra para eso.
Jungkook pasó sus manos por su cabello.
—¿Qué puedo hacer para que creas que no voy a quitarte al bebé?
Seokjin le miró, sus ojos manteniendo una expresión sin vida que
Jungkook no había visto nunca antes. —Nada.
—En realidad, no me puedo ir. Te van a dar el alta. Estoy aquí para
llevarte a casa.
127
9
Habían pasado dos días desde que Jungkook trajo a Seokjin a casa
desde el hospital, y los síntomas del hombre parecían ir y venir. La
mayoría de ellos parecían venir, y Seokjin volvía a usar el cubo para
vomitar.
Hasta ahora, eso todavía tenía que pasar porque Jungkook no había
dejado su lado todavía.
128
De alguna manera, saber que Seokjin le pertenecía en algún primario,
animal nivel, hacía que algo hiciera clic en la cabeza de Jungkook. Él
veía a Seokjin con una luz completamente nueva.
Seokjin siempre había sido atractivo. Él siempre había sido el único que
había hecho lo que quería en lo que a Jungkook concernía, pero esto...
esto explicaba mucho.
—No fue hace mucho tiempo. Solo un par de días antes de que me
encontraras en el baño.
Jungkook no estaba seguro si Jin quería decir eso cuando dijo que
dejaría al bebé con él y se iría, o si él estaba diciendo eso porque estaba
muy deprimido y enfadado, pero de cualquier manera, Jungkook no
podía dejarle marchar. Él tenía que convencer a Seokjin de que se
quedara.
129
Jungkook no estaba seguro de cómo hacer eso, sin embargo. Este era
su compañero. Ellos habían sido una mierda el uno con el otro durante
años.
—Tú no me crees porque piensas que voy a hacerte daño. ¿Por qué
haría eso?
—Oh, ¿por qué pienso que vas a hacerme daño? ¿Puede ser porque tú
has estado planeando y maquinando arruinarme desde la secundaria?
130
—¡Tú robaste mi compañía a mis espaldas! No valía lo suficiente la pena
como para molestarte por ella, ¿por qué me hiciste eso? Luego te lanzas
en picado a adoptar a mi perro, y todavía no estoy seguro de que tus
intenciones fueran muy buenas cuando hiciste eso.
Era otra razón que daba sentido al por qué la paranoia de Seokjin sobre
quitarle a su hijo.
131
Jungkook trató de respirar despacio y regularmente.
—¿Por qué? ¿Por qué rompí contigo? Nosotros éramos solo niños.
Seokjin se avergonzó.
132
—Parece estúpido decirlo así, pero sí. Yo quería vengarme de ti por
romper así. No solo por romper, si no por romper de esa manera, y yo
quería que tuvieras que depender de mí.
—No le dije nada a tu padre, lo pensé. Ese no fui yo. Yo... siento que te
repudiara. Eso es duro.
Seokjin asintió.
133
—¿Más o menos? ¿Qué se supone que significa eso?
—Jesús, Jin...
134
forma de ayudarle nunca más. —Él estaba borracho esa noche. No sé
qué estaba tratando de hacer. Sacar al gay dentro de mí o algo. Mi
madre me llevó al doctor. Yo dije que estaba jugando con algunos
amigos en la cocina y solo sucedió. No creo que ellos me creyeran, pero
no era como si me hubiesen disparado u otra cosa. Eso es el por qué
perdí todas esas clases por un tiempo y el por qué no hubo reporte
policial.
...
135
Así, de repente, Jin es revelado como su compañero ¿y se supone que él
tiene que creer que Jungkook va a ser bueno con él?
Ellos no iban a tener sexo por un tiempo. ¿Entonces por qué Jungkook
estaba aquí si no era solo para mantenerse feliz por saber dónde estaba
su bebé?
Él tenía que admitir que Jungkook hacía una muy buena comida. Por
ahora, él no tuvo que preguntar si Jungkook había hecho las crepes o no.
136
Jin alcanzó una fresa. Tomó un cuidadoso bocado. Su estómago no
reaccionó y parecía que se iba a quedar tranquilo.
Seokjin suspiró.
—Para que podamos elegir algunas cosas para la habitación del bebé.
137
Él alcanzó su tenedor, tomando algo de huevo. Él no podía siempre
comerlos, y si estaba teniendo un buen día, él quería ser capaz de
disfrutarlo antes de empezar a sentirse mal otra vez.
—¿Nosotros tenemos una charla seria y se supone que tengo que creer
que todo está bien entre nosotros?— Seokjin preguntó, mirando al otro
hombre, pero entonces retiró su mirada cuando Jungkook lo miró.
—Tú no eras rico en aquel entonces. No había nada que pudieras hacer.
Seokjin se atragantó con su comida. Él tragó por mal sitio y tuvo que
toser para que los huevos y las tostadas salieran del conducto
respiratorio antes de tragar otra vez.
138
Los ojos de Jungkook estaban pesados. Él no estaba mirando a Seokjin,
y había... de ninguna manera, ¿estaba ruborizado?
—Tú no me amas.
—Jin, dime.
Él sacudió su cabeza.
—Yo no te amo.
139
Seokjin gritó cuando Jungkook de repente estuvo sobre su cara.
Jungkook se inclinó tan cerca que era un milagro que no se golpeara con
nada.
—Eres un mentiroso.
140
—Sí, lo haces. Deja de ser testarudo sobre ello.
¿Era malo que de lo primero que se dio cuenta Jin era de lo suave que
eran los labios de Jungkook? ¿Cuánto había extrañado besarle?
—Date prisa.
141
Jungkook ya no estaban sobre los de él. Su estómago se revolvió, y
empezó a preocuparse de volver a estar enfermo.
—¿Estás seguro?
—Pregúntame eso una vez más y verás como de afortunado vas a ser.
Eso fue lo que le encendió. Seokjin se encendió, no solo porque era sexy
como el infierno, sino porque Jungkook tenía razón. Por mucho que
Seokjin no quisiera admitirlo. Él estaba enamorado del alfa bastardo.
142
10
—Estás duro.
143
—¿Lo dices en serio?
Seokjin asintió.
El animal sabía algunas cosas que Jungkook no, al parecer, y ahora que
él y el león estaban en la misma página, ellos podían disfrutar,
finalmente, de su compañero.
144
A Jungkook normalmente no le gustaba cuando alguien le tocaba el pelo.
No le gustaba mucho llevarlo como un adorno, pero cuando vino de
Seokjin, él dejó que el hombre agarrara y tirara de su pelo y de su
corazón. Cualquier cosa para él.
Cualquier cosa, con tal de que no se fuera.
145
vez. Su espina se arqueó, pero no lo suficiente para separar a Jungkook
de su cuerpo.
—Jungkook.
Seokjin resopló.
Jungkook corrió sus manos arriba y abajo por el estómago y los lados de
Seokjin. Puso sus manos sobre la camisa de Jin, sintiendo su todavía
delgado pecho, y sus duros pezones.
146
—Si no quieres correrte en esos pijamas, entonces vas a tener que estar
desnudo para mí.
Seokjin tragó saliva. Jungkook pensó por una décima de segundo que
Seokjin iba a decir no, era demasiado íntimo estar desnudo mientras
follaban.
—Sí, pero para ser honesto, estaba preocupado de que no que quisieras
así. Estaba preocupado de que esto no iba a ser divertido.
Otra vez con el rubor. Jungkook no pensaba que Seokjin hubiera sido
siempre tan tímido. ¿Era el bebé el que le hacía esto? Él se lo hubiera
preguntado si no fuera por el riesgo de destruir el ambiente.
147
estremecimiento de placer cuando Seokjin tomó la iniciativa y acercó su
lengua.
—¿Te gusta?
La cara de Seokjin estaba todavía de un brillante rojo, pero hubo algo allí
esta vez cuando asintió.
148
Cuando Seokjin le besó, sujetando su nuca, atrayéndolo más cerca y
presionando sus labios juntos, Jungy juró por Dios que se sintió
transportado al pasado.
Pero ellos eran adultos ahora, y ellos podían hacer cualquier cosa que
quisieran. Seokjin estaba llevando su cachorro, y cuanto más desnudos
estaban, mejor empezaba a sentirse Jungkook sobre... bueno, sobre
todo.
149
Y entonces, justo así, Jungkook no podía aguantar más. Se echó hacia
atrás, estirando las manos para alcanzar el elástico de la cintura de los
pantalones de pijama de Seokjin.
—Chupa mi polla.
150
Los ojos de Seokjin rodaron hacia atrás. —¡Ugggh!
Eso es, dulce corazón, ese gemido me pertenece. Tú eres mío. Tú eres
mío y yo soy tuyo y tú permanecerás conmigo y con este bebé.
No sería apropiado hacer el amor sin eso. Jungkook ahuecó sus labios,
usó su lengua, y la arremolinó alrededor del eje. Él lamió todo el sabor
que pudo de la piel de Seokjin, y él lo amó. Él adoró ese sabor, tanto que
no podía creer que él se hubiera negado ese placer durante tanto tiempo.
Seokjin suspiró otra vez, tratando de empujar sus caderas más cerca, de
meter su polla más profundamente en la boca de Jungkook, pero
Jungkook no quería permitírselo. Él estaba pegado a su plan de hacerle
sufrir.
Seokjin repitió esas palabras una y otra vez. Jungkook empujó su boca
hacia abajo tanto como podía, tomando a Seokjin completamente.
151
Él fue capaz de mantener esa posición por unos cuantos maravillosos
segundos antes de que estuviera forzado a retroceder, prestando la
mayoría de la atención a la cabeza.
Y Seokjin gimió otra vez, haciendo más de esos ruidos que Jungkook
amaba tanto.
Jungkook retrocedió.
152
Seokjin gimió, dejando su cabeza descansar en las almohadas. —Dios,
tú eres malditamente agresivo.
Pero, oír que lo que estaba haciendo estaba bien, que se sentía bien, no
era suficiente para Jungkook. Él quería más. Él quería oír la verdadera
razón de por qué Seokjin quería esto, incluso si Seokjin no quería
admitirla.
—Sé por qué quieres esto.— Jungkook se inclinó sobre él, presionando
un húmedo beso con la boca abierta, en la cabeza de la polla de Seokjin,
saboreando su presemen, y sintiendo su temblor sobre su lengua. —
Dime por qué realmente quieres esto, y prometo que seguiré toda la
noche.
153
—Esa no es la razón de por qué. Ahora dime. Prometo que se quedará
en esta habitación. Nadie más lo sabrá.
El calor del cuerpo de Seokjin se multiplicó y los ojos del hombre más
pequeño, se ensancharon.
154
Jungkook se esforzó todo lo que pudo con su boca para complacer a su
compañero. Él chupo una de las bolas entre sus labios, y luego lo hizo
con la otra. Jungkook amaba hacer esto. Él amaba chupar los testículos
de su compañero, haciéndole gemir, antes de poner su atención a la
polla de Seokjin.
—Oh Dios Mío. Jodido Dios santo, eso se sintió realmente bueno.
Pero entonces Seokjin habló otra vez. Él sonaba casi temeroso mientras
sacudía su cabeza. El pánico estaba incluso en sus ojos.
155
—Está bien,— Jungkook dijo rápidamente. —Nosotros podemos hacer
eso más tarde.
—Lo quiero.
Jungkook protestó.
Bien, Seokjin no iba a dejar la cama, por lo que debería estar bien.
156
Jungkook se recostó, permitiendo a su amante, su compañero, tener su
momento perverso con él.
157
correrse entre esos hermosos, rosados labios, tan maldita-
desesperadamente, pero él no podía.
No todavía. No aún.
Cristo, esto era bueno. Era caliente, y era estupendo. Jungkook apretó
sus dientes. Sus dientes que estaban afilados en su boca, y sí, él estaba
cambiando. No había manera de contenerlo. No por mucho tiempo, y
Jungkook quería estar dentro de Seokjin antes de que el león saliera
fuera rugiendo.
—¿Jin? Bebé, sé que dije que podríamos hacer solo esto, pero yo
realmente quiero follarte.
Seokjin asintió.
—Eso es un sí.
158
Jungkook gimió. Él puso su mano detrás del cuello de Seokjin y lo atrajo
para otro beso. Los ojos de Seokjin se cerraron mientras sus bocas se
juntaron. Jungkook cerró sus ojos también, y entonces fue un real, propio
beso romántico, justo como en algunas películas, Jungkook empujó a
Seokjin contra el colchón y se colocó entre los muslos del hombre.
159
11
Seokjin no pensaba que fuera capaz de ponerse duro otra vez tan pronto.
Tan caliente como había estado antes de la mamada, él pensaba que
conocía las limitaciones de su cuerpo.
¿Eso era a causa de Jin? ¿Por qué él estaba tan ansioso de darle lo que
necesitaba?
Seokjin se aferró a los viejos rencores, las angustias, y a los amores. Eso
era probablemente porque todavía amaba a este hombre en primer lugar.
Eso era lo único que explicaba por qué él estaba incluso considerando
esto cuando ellos habían sido tan horribles el uno con el otro.
160
Jungkook acarició su polla, haciéndola brillar con el lubricante. Era de
color oscuro y gruesa. Seokjin la observó palpitar sobre el estómago de
Jungkook, y sintió un dolor vacío dentro de él, una necesidad de tener a
Jungkook en él, follando dentro de él, estirándole, y tomándole.
Él sacudió su cabeza.
Jungkook le sonrió.
161
Jungkook puso sus manos en el trasero de Seokjin, ayudándole a
levantase. Seokjin tembló.
—¿Te gusta?
162
—Tan estrecho.— Jungkook rodeó con sus brazos la cintura de Seokjin.
Él presionó su frente contra el pecho de Seokjin. —Te sientes tan bien.
163
Seokjin inclinó sus caderas hacia delante. No había nada más en la
habitación que el sonido de sus ásperas respiraciones, reunidas en el
impulso y el vapor cuando Jungkook curvó su brazo alrededor de la baja
espalda de Jin, animándolo.
El placer era tan grande, tan duradero, que tomó un momento antes de
que Seokjin se diera cuenta de que Jungkook estaba gimiendo, besando
su garganta y agarrándole más fuerte. Seokjin podía, de hecho, sentir
algo de dolor por las garras mientras sentía el caliente semen de
Jungkook disparándose dentro de él.
Todo lo que Seokjin podía hacer era sujetarse para el viaje hasta que se
terminó, acarició el pelo de Jungkook, su espalda, pellizcó sus pezones,
buscando que fuera lo mejor para él.
164
Seokjin gimió mientras los empujes se volvían más fuertes, incluso
cuando ellos se desaceleraron, después que Jungkook suspiro de alivio.
Su cuerpo parecía que iba a colapsar encima del de Seokjin, y justo así,
ellos estaban pecho contra pecho, deshechos, respirando pesadamente
uno contra el otro, y Seokjin disfrutando los últimos coletazos de un
orgasmo increíble.
Él se sentía tan bien, que fue por lo que probablemente dijo sus
siguientes palabras apenas sin voz.
—Te amo.
165
Él se enderezó, poniendo sus brazos alrededor de la espalda de
Jungkook, aferrándose mientras se dejaba ser arrastrado de nuevo.
Tal vez fuera correcto creer que las cosas podían ser diferentes. Ellos se
habían hecho daño el uno al otro, pero las cosas podían mejorar, y
Seokjin no sabría si Jungkook era sincero o no si no le daba una
oportunidad, ¿verdad?
...
Esa misma tarde, ellos fueron una vez más al enorme patio trasero. A
Jungkook se le había metido en la cabeza que Seokjin necesitaba más
sol que el doctor había recomendado, y había preparado una manta de
picnic para ellos y para todo lo necesario.
Jin pensó que era la manera del otro hombre de llevarle a una cita, ya
que ellos no podrían ir, exactamente, a ningún sitio, al menos Seokjin no
podía, hasta nuevo aviso.
166
Y Jungkook todavía le estaba dando esa mirada de loco-por-tus-huesos.
Enamorado.
—¿Qué?
—Eres precioso.
Jungkook rió.
167
—Yo, eh, te vi a través de la ventana, cuando estuvimos juntos en la
casa de la piscina.
Jungkook sonrió.
—Yo siempre he querido verte de esa forma. Tocar tu crin, si tienes una.
—Sí, lo sé.
168
12 LIBRO 2
169
―¿Qué?
Perfecto.
Seokjin asintió.
―Síp.
Supuestamente, los hombres lo llevaban peor que las mujeres dado que
ellos no habían nacido con lo necesario para albergar un feto. Todas
esas cosas debían formarse con antelación para cuando el bebé creciera
en su interior.
170
―La pasada noche fue solo una mala noche. Creo que estoy empezando
a acostumbrarme a esto.
Fue todo un lío, pero de alguna manera, a través de todo esto, a través
de todas las conversaciones que empezaron a tener, ambos habían
empezado a volver al lugar donde ellos comenzaron.
171
Estando estúpidamente enamorados el uno del otro. Por supuesto, eso
había pasado cuando Jungkook había descubierto que Jin estaba
embarazado, y por lo tanto, era su compañero, por lo que tuvo que
enfrentarse a lo idiota que había sido, pero a caballo regalado no le mires
el diente, y a Seokjin no le preocupaba excesivamente porqué había
pasado. Nunca más.
Ellos habían admitido, más o menos, que tenían sentimientos el uno por
el otro, pero las cosas todavía estaban progresando lentamente.
Jungkook gimió, y entonces fue cuando Seokjin supo que había ganado
la batalla. Su amante, su compañero, se inclinó hacia abajo y puso sus
manos en la cara de Seokjin, arrimándole, besándole dulcemente en la
boca.
Seokjin gimió. Era uno de los besos más inocentes que Jungkook le
había dado desde sus días de escuela.
172
estuviera tratando de ser cuidadoso de no ponerse demasiado cachondo
que no pudiera contenerse a sí mismo.
Jungkook siseó, separándose del beso. Sus ojos estaban cerrados, pero
Seokjin supo que si él los abría, podría vislumbrar el poderoso gato que
estaba oculto dentro de él.
―¿Estás seguro?
173
13
Él gimió.
―Mmmph.
174
Y cuando Jungkook gimió en su boca, Seokjin sintió la vibración, y un
estremecimiento le atravesó. Sus manos se cerraron estrechamente en
la espalda de Jungkook, sus uñas cavando en la piel mientras Seokjin
trataba desesperadamente de acercar a Jungkook todo lo que pudiera. Él
necesitaba a este hombre. Él no podía admitírselo en voz alta a
Jungkook, no en la manera que pensaba que realmente importaba, pero
le amaba.
Y Jungkook sabía que Seokjin disfrutaba esto, también. Por eso se retiró
del beso, dejando a Seokjin frío, sus labios ardiendo y hormigueando por
su beso, su polla desesperada sin esa fricción.
175
Él estaba a punto de ponerse sobre sus manos y rodillas cuando
Jungkook le detuvo, presionando su mano en el hombro de Seokjin.
—Taan considerado.
Seokjin no podía decir nada. Él solo asintió. Admitir esto mientras estaba
desnudo y en la cama con su amante parecía más kinky de lo que era en
realidad.
176
Él sabía que había cosas más kinkys ahí fuera. Muchas de las personas
que tenían un compañero alfa disfrutaban recibiendo órdenes de ellos
cuando estaban en la cama. Lo que Seokjin estaba atravesando era
probablemente una mezcla de eso y de que él era una pasivo natural.
Los ojos de Jungkook brillaron, y una vez más, Seokjin captó la manera
en la que el león comenzaba a salir. El pelo rubio de Jungkook estaba de
repente empezando a verse un poco más espeso y seco, como la
melena de un león.
Jungkook le sonrió.
177
besos en su garganta, mejillas, y luego en los labios. —Chupa mi polla,
ahora.
―Eso es, ―Jungkook gimió. ―Dios, te sientes tan bien. Aquí, espera.
Seokjin retrocedió.
―¿Qué?
—No vas a ser capaz de estar en esta posición mucho tiempo,— dijo él
sonriendo, y él alcanzó con sus dedos y...
179
Y Seokjin estaba bien con escuchar esas palabras. Ellas no le
asustaban. No en la manera que solían hacerlo, porque él sabía que
Jungkook no iba a presionarle para que las dijera de vuelta.
―¿Demasiado?
Seokjin retrocedió.
―No.
180
Seokjin se quitó.
—Puedes responder.
181
Iba a pedir explicaciones, cuando vio a Jungkook poner un dedo en sus
labios y pulsar el botón de descolgar.
Jungkook puso su dedo fuertemente sobre su labio otra vez, y esta vez
Seokjin entendió. Jungkook no había terminado con él.
―De acuerdo, firma los papeles,— dijo Jungkook, y sonrió como el chico
malo que solía ser en la secundaria, indicando con su mano para que
Seokjin se tumbara, y Seokjin lo hizo.
182
Al principio, Seokjin pensó que sería más fácil si él se ponía sobre su
estómago, pero Jungkook era bastante bueno en manejar a Seokjin en
cualquier posición que lo necesitara.
―De acuerdo, yo puedo llamarles esta noche,— dijo Jungkook, con toda
normalidad, como si estuviera tomando su llamada seriamente, mientras
él extendía a Seokjin ampliamente.
Jungkook estaba con un claro objetivo aquí. Él llevó sus dedos a las
profundidades, haciendo gancho, buscando la próstata de Seokjin como
si estuviera programado para encontrarla y darle placer.
Seokjin tuvo que mantener sus piernas arriba con una mano para poder
poner la otra sobre su boca. Si no lo hacía, él iba a gritar.
Aparentemente, nada que tuviera que ver con Taehyung, porque Seokjin
oyó su voz fuerte y clara en el momento siguiente.
183
Seokjin abrió sus ojos ampliamente, y casi dejó caer sus rodillas cuando
golpeó sus palmas contra las sábanas.
—De acuerdo, bien, te veré esta noche y nosotros podremos tratar con
eso entonces.
—¿A quién le importa que nos oyera o no? Fue divertido,—él dijo.
185
Seokjin no pensaba que fuera tan divertido, pero entonces Jungkook
separó sus muslos y se empujó entre ellos. Seokjin olvidó
completamente sobre qué estaba enfadado cuando sintió la redondeada
cabeza de la polla del hombre empujándose contra su pliegue.
―La próxima vez, te dejaré solo para que contestes tus llamadas.
Jungkook le besó.
—No, no lo harás.
—S-sí.—Dijo Jin.
186
―Más duro, fóllame más duro. Como la última vez.
Seokjin trató en vano de frenarlo, pero los músculos de sus piernas, sus
brazos, su cuerpo entero se apretaron mientras agarraba a Jungkook con
toda la fuerza que tenía en su cuerpo. Los pies de Seokjin se curvaron
mientras gritaba cegado por el placer, semen caliente chorreando por su
estómago, por los perfectos abdominales y el firme pecho de Jungkook.
187
empujaba sus caderas adelante y detrás más duro. Él estaba tenso y a
punto de correrse, Seokjin podía decirlo.
Y Seokjin estaba totalmente bien con ello, con su medio dura polla
todavía siendo frotada y tocada por los movimientos de sus estómagos.
Jungkook gruñó y jadeó como si estuviera corriendo una carrera, y su
boca permanecía abierta en un largo gemido.
El abrazo era muy bueno. Se sentía como unas largas caricias, y Seokjin
había llegado a apreciarlas mucho más desde que él se enteró de lo del
bebé.
Tal vez fueran las hormonas. O tal vez Seokjin había sido, secretamente,
un mimoso todo este tiempo y nunca se había dado cuenta.
188
Definitivamente había algo especial en tener los fuertes y musculosos
brazos del hombre envueltos alrededor de él cuando ambos bajaban de
lo más alto de su orgasmo.
―Hace frío.
―Lo sé, pero tengo que tomar otra ducha y correr a la oficina. Estaré de
vuelta más tarde esta noche.
―¿Tarde?
189
Incluso aunque él la había respondido, había sido una especie de
diversión y aventura, y él no lo había dejado cuando Taehyung le dijo que
lo hiciera, eso decía mucho sobre el hombre. Seokjin no iba a culparle
por no tener cada minuto del día disponible para Seokjin.
190
El resplandor del león estuvo de vuelta en los ojos de Jungkook cuando
él se inclinó a besarle. Él estuvo encantado cuando Jungkook no le
recordó lo que caminar demasiado podía hacer a su salud u otra cosa.
Eso mantuvo el ánimo de la habitación agradable y relajado+
191
14
Seokjin no tenía cita con el doctor ese día, por lo que él había tenido su
recorrido por la casa.
Ambos.
Eso fue increíble. La idea de que él tenía todo el espacio para hacer
cualquier cosa que quisiera era vigorizante. Eso no le hacía sentirse tan
encerrado, sabiendo que podía nadar en la piscina, o solo vegetar y ver
la televisión.
Habría sido mejor pasar tiempo con Jungkook, pero aun así, Seokjin
supuso que necesitaba algo de tiempo a solas. Jungkook, también.
Se sentía bien no tener que preocuparse por eso, creer que estaban en
esto juntos.
192
Seokjin no se suponía que debía caminar demasiado. Él deseaba que
fuera diferente la próxima vez que tuviera cita con su doctor y
mencionara que su apetito era mejor, pero por ahora, él estaba haciendo
un esfuerzo genuino para relajarse y no realizar mucha actividad física.
Excepto por la piscina. La natación era luz verde en la lista del doctor de
cosas que Seokjin podía hacer, y Seokjin amaba aprovecharse de la
piscina que estaba en la gran mansión. Había una fuera, también.
Seokjin no estaba seguro por qué cualquier hombre necesitaba dos
piscinas, pero ellas estaban allí. No tendría sentido tener una casa de la
piscina sin una piscina de exterior, supuso, pero estaba muy fría en esta
época del año para usarla. Eso significaba que podía nadar todo el año
en la piscina de la mansión. Tal vez era eso por lo que Jungkook había
instalado una cubierta; así podría nadar cuando hiciera mal tiempo.
193
Seokjin lanzó un trozo de pavo a Sam, que estaba sentado allí, rogando
como si fuera un perro muerto de hambre.
Por ahora, Seokjin suspiró mientras sacaba una silla de jardín y una de
esas pequeñas mesas plegables que estaban en la pared del fondo. Dejó
el libro y la comida en ella, agarró un trozo de sándwich y empezó a
comer y leer.
194
Sam se situó al otro lado de Seokjin. Él estaba allí probablemente para
rogar más comida, pero eso estaba bien. Seokjin estaba contento.
Un hombre estaba allí, uno que no reconoció. Un poco más bajo que él y
delgado. Tenía el pelo rubio con raíces castañas y los ojos marrones.1
―Uh, lo siento por esto,— dijo Seokjin, cuando miró hacia abajo y vio la
polla del hombre de nuevo, recordando que estaba desnudo.
195
Seokjin rápidamente subió sus ojos a su cara.
—¿Puedo ayudarte?
¿Él la tenía?
Él no quería parecer una nenaza, sin embargo, por lo que agarró la mano
de Jimin para darle una rápida sacudida.
196
―Supongo que se puede decir eso.
―¿Alguien, aquí?
Este tipo parecía pensar que Jin estaba con Jungkook por el dinero, que
él quería ser un novio trofeo, intercambiando sexo por dinero y regalos.
—¿Qué?
197
―Sip, — dijo Jin, sonriendo mientras pensaba sobre ello, ignorando el
hecho de que empezó como la mierda, cómo Seokjin había dudado de
Jungkook cuando descubrió que estaba embarazado, todo eso.
―¿Decirme qué?
Jungkook no le había dicho nada sobre este tipo. El hecho de que Jimin
pareciera pensar que él tenía un lugar en esta casa, incluso después de
enterarse que era el compañero de Jungkook y estaba embarazado de
su hijo, era lo más extraño.
198
―No, él nunca me dijo nada sobre ti. No creo que él supusiera que ibas
a volver aquí.
Sería mejor que él no hubiera pensado que este tipo volvería. Seokjin no
tenía planeado compartir a Jungkook con este tipo rubio-teñido. Con
ningún tipo, de cualquier modo.
199
Ahora, parecía que Jimin estaba realmente empezando a cabrearse. A
Seokjin no le importaba. A él incluso no le importó cuando Sam empezó
a gruñir otra vez.
―No, yo tengo una habitación aquí. He sido bienvenido aquí por años y
el último novio de Jungkook no va a patearme porque piense que él es
importante.
200
Hijo de puta.
Seokjin estaba echando fuego cuando dejó el recinto de la piscina.
Seokjin no iba a vestirse allí con Jimin y sus raíces oscuras, mirando a
Seokjin con esa estúpida sonrisa en su cara. Él se vistió en el vestíbulo,
afortunadamente no fue atrapado por nadie del personal después de que
se pusiera los pantalones sobre el bañador.
Aparentemente, ella no había visto a Jimin entrar, pero algunos del resto
de personal lo hicieron.
201
No contestó, así que Seokjin se vio obligado a dejar un mensaje en el
contestador.
Él se dijo a sí mismo que eran las hormonas, que este no era realmente
él, o Jungkook, y Jungkook no podía estar viendo a nadie más a sus
espaldas.
Incluso Jimin había dicho que ellos habían roto. Jimin era solo un
psicópata que pensaba que podía volver cuando le diera la gana a la vida
de su ex- amante. Él era el único loco, no Seokjin.
—Por favor, devuélveme la llamada. Ese tío está todavía en casa. Él dijo
algunas cosas, y yo...
Al parecer, ese fue todo el tiempo que Seokjin tuvo para hablar al
contestador, porque él hizo un pitido y se colgó.
202
Seokjin retiró el teléfono de su oreja y le miró. Él suspiró. De acuerdo,
esto no era tan malo como pensaba que sería. Él podía manejar esto.
Esto era un error y Jungkook estaba probablemente en una reunión o
algo.
Él devolvería la llamada.
Seokjin miró a Sam, quien le miraba con esos ojos tristes, su cola
chasqueando en el suelo donde estaba sentado. Él sentía claramente la
ansiedad de su amo, pero no sabía de qué iba todo esto.
203
15
El perro ladró y aulló mientras corría hacia afuera y bajó las escaleras.
Él solo se ponía feliz cuando Jungkook volvía a casa, por lo que Seokjin
supo quién era.
Seokjin quitó la silla, y como Jungkook tenía una llave, ya había abierto la
puerta, luego entró antes de que Seokjin pudiera alcanzar la manija de la
puerta.
204
Lo primero que hizo fue alcanzar los hombros de Seokjin y agarrarlos
estrechamente.
―¿Estás bien?
Algo del alfa salió con esas palabras. Seokjin vio al león en sus ojos. No
solo en sus ojos, si no que su cara comenzó a cambiar sutilmente.
―¿Se ha ido?
205
Genial. A Taehyung no le gustaba precisamente Seokjin, y Seokjin no
pensaba que quisiera deberle al hombre ningún favor.
―Lo hicimos, pero fue en el pasado. Eso es todo lo que fue, ―Jungkook
dijo rápidamente. Él alcanzó la mano de Seokjin, tomándola entre las
suyas y apretando sus dedos tan fuerte que la sangre los abandonó y
comenzó a sentirlos fríos.
Pero Seokjin no los apartó, porque se sentía bien. Se sentía bien tener a
Jungkook tocándole, tranquilizándole, y sí, la parte sádica de Seokjin
estaba incluso feliz de que Jungkook se viera tan asustado. Asustado de
que pudiera marcharse.
Seokjin no iba a torturarle con eso, pero eso casi confirmó que Jimin no
era nada para él que pareciera real.
―No voy a dejarte,— dijo Seokjin. —Lo siento. Solo estaba enfadado, y
ese tipo es totalmente un gilipollas.
206
―Nunca,— Jungkook dijo, sus brazos apretándose alrededor de Seokjin
de una manera que se sintió protectora y posesiva. —Tú eres mío. Tú
siempre lo has sido. Él vino y se fue antes de que te trajera a esta casa.
Con tu embarazo, vigilando tu salud... lo siento, yo no pensé que pudiera
volver aquí. Yo debería haberlo sabido.
Seokjin se rió.
207
―¿De verdad?
Algunas veces, Seokjin sentía que Jungkook era diferente cuando habían
follado. Estaba en la manera en que Jungkook le sostenía, le besaba, le
tocaba. Estaba en todo, pero Jungkook todavía seguía siendo distante.
Él había pensado que solo era otro truco, algo para bajar la guardia de
Seokjin hasta después de que el bebé naciera. Él pensó que Jungkook
podía quitarle el niño y acabar con los derechos parentales de Seokjin.
El hecho de que Seokjin había estado aceptando pago por sexo, y por lo
tanto era una prostituta sin licencia, haría más fácil para Jungkook hacer
eso.
209
La idea todavía le aterrorizaba. Seokjin había tratado, en un principio, de
no coger cariño al feto en su interior, solo para protegerse de una
angustia potencial.
Entonces vino Jimin, y todos esos miedos que Seokjin había estado
tratando de mantener ocultos volvieron a ser el centro de su universo.
Ahora que Jungkook estaba aquí, y fue capaz de explicarlo. Seokjin fue
realmente capaz de relajarse.
―Jungkook.
210
su polla a través de los vaqueros y calentándole por encima de su
cuerpo.
―¡Jungkook!
Jungkook maldijo.
—¡Ya voy!
211
—Mantén el ánimo. Necesito ir y explicar algunas cosas a Jimin. Volveré
justo después.
Jin gimió.
...
212
no había esperado que en algún momento, siempre volvería cuando
Jungkook no fuera a por él.
―¿Tienes algo que quieras decirme?— Pregunto Jimin. —¿O vas a traer
a tu perro para hacerlo, de nuevo?
213
Taehyung gruñó. Jungkook sintió que tenía que hablar sin pelos en la
lengua. —No hay nada aquí que sea tuyo. Necesitas salir de mi casa.
Jimin le miró por unos largos segundos, su boca presionada en una fina
línea antes de que se pusiera sobre sus pies. —Tú, ¡jodido bastardo!
¿Qué pasa conmigo?
Podría ser que Jungkook se estaba perdiendo algo. Tal vez Jimin se
implicó más de lo que Jungkook pensaba. Podía haberle engañado.
―Jimin, tú nunca diste una pista de que querías más que solo follar.
Nosotros solo estábamos divirtiéndonos. Tú me dejaste porque dijiste
que no tenía suficiente tiempo para ti y tú encontrarías a alguien más.
214
―Yo dije eso todo el maldito tiempo, ¡gilipollas!
No todo, pero justo lo suficiente para que Jimin se diera cuenta de esto
ahora.
―Tienes que estar gastándome una puta broma. Nosotros tenemos una
cosa en marcha, ¿pero en el segundo que ese gilipollas vuelve a tu vida
te deshaces de mí por él?
215
sin una explicación. Eso es definitivamente la señal de alguien que no es
un gilipollas.
Seokjin había tenido sus razones. Jungkook supo eso ahora. La cicatriz
en la espalda de Seokjin era la principal.
―¡Hey!— Jimin gritó, sonando con el punto justo de miedo, para que
Jungkook hiciera retroceder al león.
216
―No, no lo haces.— Jungkook le dio con la puerta en las narices. Jimin
golpeó con los puños en el otro lado, llamándolo. Jungkook lo ignoró.
Taehyung sacudió su cabeza, acercándose a él.
Jimin se había parecido a Seokjin. Eso era lo que Jungkook vio en él, y él
nunca iba a decírselo a Taehyung.
217
―Por favor, déjalo. —Jungkook suspiró y sacó su teléfono. Él llamó a un
taxi y le dio la dirección para que buscara a Jimin. A continuación llamó a
un cerrajero para que viniera a cambiar las cerraduras.
Y, con suerte, reparar el daño que Jimin había hecho. Jungkook acababa
de recuperar a Jin, ellos estaban finalmente en la misma página, y la
última cosa que necesitaba era un celoso ex novio danzando alrededor,
añadiendo un drama innecesario a todo.
218
16
Tal vez le pediría a Seokjin que lo hiciera otra vez cuando él estuviera
mirando, porque justo ahora Jungkook tenía otra cosa con la que tratar.
Como con la polla de Seokjin, por ejemplo. Eso era lago que él quería
manejar justo ahora.
Seokjin se dio cuenta de que Jungkook estaba allí antes de que este se
anunciara a su compañero. Jin volvió su cabeza, sus vidriosos ojos
marrones clavándose en Jungkook. Él sonrió suavemente, su mano
haciendo un círculo alrededor de su polla mientras la otra tocaba y
acariciaba sus pezones bajo su camiseta.
219
Seokjin le sonrió.
—Lo sé.
―Para ser honesto,— dijo Seokjin, tragando, sus ojos cerrados antes de
que los abriera y mirara a Jungkook, —Un poco de mí quiere ver que
harás para castigarme.
Seokjin gimió.
—Joder, puedo sentir como de excitado estás. ¿Es eso... es eso normal?
¿Es eso parte del acoplamiento?
220
Jungkook se inclinó sobre su amante. Le dio una sonrisa maligna,
ansiosa y con todos los tipos de felicidad y excitación.
Seokjin gimió.
—Vamos,— rogó.
Jungkook sonrió.
—No voy a hacerte sufrir por demasiado tiempo,— dijo, luego se puso
serio. —Jimin está fuera de la casa. Las cerraduras están siendo
cambiadas y Taehyung se está ocupando de los detalles por mí.
—Yo soy el único que debería darte la gracias, —dijo él. —Agradecerte
que no salieras de aquí cuando él apareció.
221
Seokjin mordió sus labios y sacudió su cabeza. Él no dijo nada, Jungkook
deseó que lo hiciera, pero él podía decir que era una de las cosas que
Seokjin simplemente no podía dejar salir lo que realmente quería decir.
Eso estaba bien. Jungkook podía esperar, con tal de que Seokjin se
quedara allí, siempre y cuando no se marchara de nuevo, Jungkook
podía manejarlo.
Él no necesitaba terminar.
Seokjin asintió, su cara era una sombra rojo brillante, y todo el rastro del
divertido juego que estaban jugando desapareció casi completamente en
ese momento.
Seokjin gimió otra vez, un suave sonido que volvió salvaje por el deseo al
animal dentro del cuerpo de Jungkook.
222
a su regazo. Ahora Jungkook estaba de rodilla en el sofá, y Seokjin
estaba montado a horcajadas sobre él.
Ellos iban a hacer esto con Jungkook con la mayoría de la ropa puesta, y
con Seokjin con los calcetines puestos, porque Jungkook no tenía la
paciencia de desnudarse en este momento.
223
Él puso a Seokjin un poco más arriba de su cuerpo. Seokjin dio un grito
apagado, pero Jungkook fue rápido cuando presionó la corona de su
erección en el agujero de Seokjin.
Todo lo que tenía que hacer era esperar a la segunda resistencia para
relajarse.
Se sentía tan bien. Jin siempre se sintió bien, pero se había vuelto mejor
desde que Jungkook se enteró que eran compañeros.
Y lo decía en serio.
224
Seokjin, como el mocoso impaciente que era, estaba ya moviéndose y
contoneando sus caderas antes de que Jungkook tuviera la oportunidad
de preguntar si él estaba bien.
225
Jungkook gimió cuando la suave caricia de la lengua de Seokjin paró de
repente de hacer dibujos en su boca.
226
Seokjin continuó dando besos en la boca a Jungkook. Ellos nunca
durarían mucho gracias al ritmo y a la manera en que Seokjin rebotaba
en el regazo de Jungkook. Además de eso, la cara de Seokjin se
mantuvo lo suficientemente cerca que Jungkook podía sentir su cálido
aliento resoplando contra su cuello y pecho. Sus narices permanecían
tocándose durante casi todo esto, y Jungkook chupó un lado de la
garganta de Seokjin.
227
Él se ordeño a sí mismo hasta que nada más podía salir. Jungkook sintió
un pequeño dolor, pero él estaba todavía duro. Él podía correrse otra vez
si seguía empujando y retrocediendo en ese estrecho agujero.
Así que eso es lo que hizo. Jungkook le dio una sonrisa torcida mientras
inclinaba sus caderas más cerca. Su polla y sus bolas estaban sensibles,
pero pronto se olvidó de eso mientras se enfocaba en disfrutar de los
sonidos de su compañero gimiendo por él. Jungkook lo jodió más
lentamente esta vez.
Él quería sacar todo el placer de Seokjin ahora que había admitido estar
tan cerca del orgasmo.
―¿Justo así?
Cada vez que Seokjin trataba de empujar sus caderas duro y rápido
contra la polla de Jungkook, Jungkook lo sujetaba fuertemente,
impidiéndole que se moviera.
228
―No,— dijo Jungkook. —Tú te corres cuando yo diga, ¿entendido?
―Oh, Dios.
―¡Ahhg!
―Justo allí. Justo así,— él gemía, su voz cambiando a un tono más alto
mientras gemía la última parte.
229
Jungkook sintió la necesidad de doblar a su compañero por la mitad,
para que realmente tomara todo mientras lo follaba, pero se recordó lo
del bebé, y como no podía hacer eso.
Eso estaba bien, esto todavía era bueno, y, joder, él estaba tan cerca,
estaba justo allí.
―¿No?
231
Jin sonrió y se retorció. Su risita fue unos de los más hermosos sonidos
que Jungkook había oído en un tiempo.
Jungkook dejó salir un poco más del león. Solo porque él hubiera tenido
dos fabulosos orgasmos no significaba que el animal dentro de él
estuviera listo para irse a dormir todavía.
232
17
Él no iba a culpar a Jungkook por ello. Tenía sentido. Ese día Seokjin
había llamado a Jungkook para que volviera a casa y él se había
quedado, obligado a ocuparse del intruso en la casa y velar por los
sentimientos de Seokjin, lo que había acabado, naturalmente, en una
acumulación de trabajo para él. Una gran parte del tiempo que Jin había
pedido a Jungkook que pasara con él, era olvidado por Jungkook.
Era dejado atrás con sus reuniones, con sus inversores, y con todas las
llamadas que él tenía que hacer si quería que su compañía funcionara
exitosamente.
Seokjin nunca echó la culpa a Jungkook por eso. Eso era su vida, y él la
había construido. Él no siempre había usado los métodos más
honorables, ¿pero quién lo hacía?
Tendría que ser más grande que un cacahuete por ahora. Seokjin lo
comprobaría en los libros de bebés.
A menudo, cuando él tenía sus dos o tres horas libres de esta prisión,
pasaba ese tiempo en la piscina. Cuando Seokjin se había dejado el libro
olvidado la otra vez, ¡cómo no! Él libro estaba en el agua cuando fue a
buscarlo. Ese gilipollas de Jimin debió haberlo tirado dentro. Al menos no
era difícil encontrar otra copia. Así que Seokjin pasaba mucho tiempo con
Sam en el agua. Cada vez que pasaba demasiado tiempo, y no quería
que el ama de llaves le delatara, él iba a una de las camas de la mansión
para esperar a que Jungkook volviera.
Él era como una máquina. Incluso un alfa no podía seguir a este ritmo, y
Seokjin estaba empezando a preocuparse por algo más que su propia
salud.
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Eso hacía a Seokjin estar impresionado y orgulloso, a la vez que
preocupado. El hecho de que Jungkook había sido capaz de tirar hacia
arriba saliendo de la nada, fue por su duro trabajo, a causa de su fuerza
de voluntad para levantase temprano cada mañana, no importaba cómo
de cansado estuviera. Su éxito y su voluntad de seguir y seguir, incluso
cuando él debería de estar exhausto probaba que Jungkook se merecía
todo lo que tenía.
Por mucho que Seokjin estuviera incómodo alrededor del otro hombre, él
no podía evitar estarle agradecido.
Otras veces, cuando Jungkook quería dar algo a Seokjin, Taehyung era,
por lo general, el encargado de entregarlo si no se podía encontrar un
repartidor antes.
Podría ser cualquier cosa, desde alimentos para la salud, a una nueva
novela de misterio que Jungkook había visto durante un almuerzo
ejecutivo, incluso una carta de amor escrita a mano.
Hoy eran más comida sana y vitaminas para Seokjin y para el bebé. No
había siempre un cocinero en la mansión, ya que solo estaban Jungkook
y Jin, y a Jungkook le gustaba cocinar, por lo que la mayor parte
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Jungkook podía tener al cocinero en su edificio preparando algo para que
Jungkook se lo pudiera enviar a Seokjin.
Pero ahora que Taehyung estaba aquí, Seokjin dejó de oler los aromas
viniendo de debajo de la tapa de metal para mirar al hombre.
Taehyung asintió.
—De nada.
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—Quiero decir, tú y Jungkook están siempre tan ocupados, y entonces
yo vengo y absorbo mucho de su tiempo. Puedo decir que no te gusto,
pero te estoy agradecido, ya sabes, por toda la ayuda que le das a
Jungkook. Tú eres un buen amigo.
—Ni lo menciones.
Jungkook vino a casa dos horas antes esa noche. Cuando entró a las
diez en punto, Seokjin se incorporó de un salto, dejando caer su libro.
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―¿Cómo estuvo tu día?
Al igual que con todo lo que era nuevo, todavía había un montón de
errores, y la base de datos era increíblemente pequeña.
Jungkook le besó de nuevo, y hubo una energía en su beso que hizo que
Seokjin se encendiera, eso hizo su piel hormiguear y toda su energía
volvió en un profundo zumbido.
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—Cierto. Lo olvidé.
Y ahora Seokjin estaba ansioso. Él tenía que saber cuál era la sorpresa,
porque, como ya había comprobado, Jungkook era bastante bueno con
las sorpresas. La primera navidad que pasaron juntos fue mayormente
espectacular mientras Jungkook le mimaba más allá de lo inconcebible
Seokjin se había sentido un poquito culpable por no ser capaz de dar a
Jungkook tanto como Jungkook le había dado, pero lo pronto lo olvidó del
todo cuando Jungkook incluyó algo sentimental y divertido con los
muchos caros regalos.
Sip, ese fue un buen día. Seokjin aprovechó esos cupones malditamente
rápido, sin embargo. Él había obtenido más por su trigésimo cumpleaños.
Hoy parecía que iba a ser uno de esos días porque Jungkook tenía una
mirada en su cara que decía que tenía algo alucinante y divertido en
mente.
―¿Son más cupones? Dime que son más cupones.— dijo Seokjin. Cada
día que el bebé se hacía más grande dentro de él, parecía que su deseo
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sexual se multiplicaba. Los cupones sonaban como una maravillosa
sorpresa en este momento.
Seokjin gimoteó.
—¿De verdad?
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Jin cerró los ojos, saboreando la calidez de esos labios, la sensación de
calor que rodeaba todo su cuerpo, y no era como si Jungkook estuviera
completamente arriba del todavía. Él estaba justo allí. Justo donde
Seokjin lo quería.
Jungkook tomó una de las manos de Seokjin entre las suyas. Él acarició
sus dedos, trayendo de vuelta ese calor calmante a su piel.
―Lo hice para poder pasar más tiempo contigo,— dijo Jungkook. Él
levantó la vista y se reunió con los ojos de Seokjin.
Seokjin fue golpeado por la sinceridad que vio allí. Su corazón se paró y
su pecho se apretó.
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―¿Hiciste esto por mí?
―Por ti, por el bebé, y por mí.— Jungkook admitió. Él sacudió su cabeza.
— Es algo que he estado pensando mucho desde que me enteré que
estabas embarazado. Yo sé que las cosas están todavía inestables entre
nosotros...
Jungkook era ese tipo de hombre. Él era el tipo de hombre que podía dar
la mayoría de su compañía a su mejor amigo para poder tener una vida
con su familia, y Seokjin sintió una ola de afecto expandiéndose en su
pecho. En realidad dolía, pero de la mejor manera posible.
Seokjin se rió.
Seokjin lo dijo otra vez. Y otra vez después de esa. Él estaba tan lleno de
energía y de cariño que su cuerpo no parecía saber qué hacer con ello.
Él estaba volviéndose malditamente loco y estaba nervioso.
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actúa de
jefe en la cama así puede desobedecerme.
A pesar de que disfrutó del beso, él era muy consciente de que Jungkook
no podía poner todo de su peso corporal encima de él. No de la manera
que solía hacerlo, la manera de la que disfrutaba Seokjin.
Él realmente no sabía.
Pero entonces una idea hizo clic en su cerebro, y Seokjin empujó contra
el pecho de Jungkook.
Seokjin asintió.
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―Jódeme así. Amo cuando lo haces así.
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Seokjin tenía dos pequeños lunares ahí detrás, y eran sus dos cosas
más favoritas del mundo para Jungkook.
El hecho de que Jin quisiera sexo justo ahora era el bonus. ―Joder,—
Jungkook maldijo, alcanzando el lubricante.
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―¿Qué?— Seokjin miró sobre su hombro.
Jin rió, pero luego suspiró cuando Jungkook presionó dos dedos
resbaladizos contra su agujero.
Él no solo suspiró. Él cerró los ojos y dejó su cabeza caer hacia atrás,
una señal clásica de placer. Él era tan hermoso. Su garganta era
hermosa y llamaba a Jungkook a besarla y lamerla y chupar en ella.
―Te quiero dentro de mí,— Seokjin gimió, empujando su culo hacia los
dedos de Jungkook. –Dios, lo necesito.
Seokjin se rió.
Santo Dios.
Pero, Dios, los ruidos que Seokjin hacía estaban malditamente cerca de
ser pornográficos. Jin empujaba sus caderas hacia atrás, y luego hacía
círculos con ellas.
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―¿Estás seguro de que necesitas mi polla?— Jungkook preguntó,
divertido. —Parece que lo estás haciendo bastante bien sin ella.
Él puso un pequeño falso tono herido en su voz, pero solo porque sentía
juguetón, y se figuraba que Seokjin se podía sentir de la misma manera.
Él exprimió algo más en su mano y untó el grueso eje de su polla con él.
―Elévate un poco. Yo te colocaré luego.
Jin tensó sus muslos para mantener arriba, incluso cuando empezó a
hundirse lentamente hacia abajo.
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dejándolo abierto, su culo agarrando la erección de Jungkook en un
apretado, hábil agarre caliente.
—¿Necesitas mi polla?
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tirando del hombre para otro beso. Él empujó sus caderas duro y rápido,
tragándose cada gemido, tomando todo lo que Seokjin le daba, y dando
a su compañero todo el placer que podía devolverle.
Ellos iban a tener un bebé, y Jungkook iba a tener suficiente tiempo para
pasarlo con su familia gracias al nuevo trato con Taehyung.
Seokjin no se corrió a la vez que él. Él se vino primero, pero eso todavía
era bueno. Era tan bueno escuchar los gritos de placer que llenaron el
espacio de la habitación, sentir los temblores y espasmos del cuerpo de
Seokjin mientras Jungkook le tiraba hacia atrás contra él, y la manera
que su entrada se estrechaba alrededor de la polla de Jungkook.
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Los únicos sonidos eran sus jadeos. Fue un orgasmo muy rápido, pero
aun así era bueno porque Jungkook tenía a Seokjin allí con él.
―¿Sí?
Ellos hicieron el amor, follaron duro, luego hicieron el amor otra vez antes
de relajarse y mirar el reloj. Jungkook celebró a medianoche, el cambio
legal de la mayor parte de su compañía a Taehyung, con algo de vino. Él
sirvió a Seokjin Sprite en un vaso de vino, y luego brindaron.
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intimidad en ella, pero para un humano, esa palabra no significaba
exactamente lo mismo que para Jungkook.
Él se lo pediría otra vez más tarde. Tenía que hacerlo perfecto. Después
del terrible comienzo que tuvieron, después de toda esa mierda que
Seokjin había atravesado con su familia, él se merecía eso y mucho más.
***
Un poco.
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vez de tan malditamente cerca de media noche, o incluso pasada la
media noche en algunos casos.
La primera cosa que hizo fue conducir hacia el edificio donde Jungkook
trabajaba para darle algo de almuerzo, para él y para Taehyung.
El hombre estaba gritando tan alto que Seokjin podía oírlo desde la sala
de espera justo en el exterior de la oficina de Jungkook.
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La rubia recepcionista detrás de mostrador se veía increíblemente
incómoda mientras hablaba al teléfono, tratando de trabajar a pesar de
los gritos que estaban produciéndose en la otra habitación.
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Oh, sí, y tiró el libro de Seokjin a la piscina. Que le jodan. Jin no sentía
más simpatía.
Él miró con la mirada más cruel que Seokjin había visto en su vida. Y
Seokjin había estado en el extremo receptor de la ira de Jungkook, en la
época en que Jungkook pensó que Seokjin era un monstruo sin corazón.
―¿Por qué le estás eligiendo a él? ¡Tú dijiste que le odiabas! ¡Tú dijiste
que arruinó tu vida!
Jin sintió vergüenza. Maldita sea, ¿Jungkook había dicho todo eso a este
tipo?
—Eso fue hace mucho tiempo. No tiene nada que ver con lo que somos
ahora.
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La expresión de Jungkook no cambió demasiado, aunque Seokjin pensó
ver algo de esa misma lástima en los ojos del alfa.
―Te dije que te amaba cuando fue conveniente para ambos. Nunca
significó más de lo que significó cuando tú me lo decías a mí.
Seokjin no iba a sentir pena por este hombre. Él en absoluto iba a sentir
lástima por él.
Jimin se encogió ante la obvia despedida. Él miro con los ojos y la boca
muy abiertos antes de girar sobre sus talones.
Jungkook suspiró.
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—Jin, yo...
Seokjin había recordado meter de más ya que eran dos alfas de los que
estábamos hablando. Ellos podían comer lo que dejaría adeudados a
una familia promedio, si les daban la oportunidad
Seokjin trató de aparentar que no había visto ni oído nada de esto. Él
dejó los recipientes en una de las dos grandes mesas de la oficina. Él
incluso trajo tenedores y platos de plástico.
Taehyung sonrió.
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Jin le miró marcharse.
―Oh, —dijo Seokjin. Él pensó que eso tenía sentido, pero ahora él
estaba un poco nervioso. —Entonces, ¿Por qué le has pedido que se
vaya?
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Lo que estaba bien con Seokjin porque a él le gustaba como se veía. Le
gustaba cuando el pelo de Jungkook estaba de esa desordenada
manera, dándole lo que parecía un aspecto real de melena de león.
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—Te amo. ¿Ese tipo de ahí?— Seokjin sacudió su cabeza. —Yo sé que
no estás haciendo nada con él. Él solo está enojado, y me siento mal por
él y todo, pero está bien que tú tengas algo de equipaje. Todo el mundo
lo tiene. Yo no soy mucho mejor, en caso de que lo hayas olvidado.
Decir estas palabras en voz alta hacía a Seokjin darse cuenta de cómo él
creía en ellas. Él no estaba celoso de Jimin estando alrededor, gritando
sobre lo malísimo que era Seokjin, y cuanto quería a Jungkook de vuelta.
Él no había hecho esto desde que eran chiquillos, y mucho de ese cálido,
agradable hormigueo se puso en marcha en el estómago y pecho de
Seokjin, extendiéndose placenteramente a través del resto de su cuerpo.
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Seokjin se acercó aún más, Jungkook se reunió con él en algún punto
intermedio, y su beso fue el zumbido que Seokjin necesitaba para
atravesar el resto del día. Él no iba a pensar en Jimin nunca más.
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