Eficacia de Fallos y Sentencias Judiciales

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CaptruLo VIL EFICACIA EXTRATERRITORIAL DE SENTENCIAS Y LAUDOS ARBITRALES EXTRANJEROS 1. Concerto La jurisdiccién emana de la soberanfa, y como esta tiene por limite el territorio sobre el que se ejerce, la sentencia solo produce efectos juridicos en ese territorio. Pero la cooperacién judicial internacional ha impuesto la nece~ sidad de reconocer y otorgarle efectos a una sentencia de un juez extranjero. Como lo expresa AtsiNa!: “Pero dentro de la comunidad juridica en que viven los pueblos modernos, no es posible desconocer, que asi como las leyes tras- pasan las fronteras y los jueces se ven a menudo precisados a aplicar las de otros paises, de no acordarse a la sentencia efectos extraterritoriales desaparecerfa la seguridad de los derechos, pues bastarfa paraeludirlos substraerse a la jurisdic~ cin del juez que la pronuncié” Por razones de seguridad juridica y conveniencia reciproca, casi todos los, Estados les reconocen validez a sentencias y laudos arbitrales proferidos en el extranjero y permiten su ejecucién como si hubiesen sido dictados por sus propios jueces, si bien difieren en cuanto a los requisitos que exigen para ello. Por esta razén, la materia del exequétur corresponde tanto al derecho procesal como al derecho internacional privado. Determinar por qué se da a las senten- cias extranjeras, pertenece al derecho internacional privado; y todo lo que se refiera a cémo se les da valor a las sentencias extranjeras, esto es, el procedi~ miento para el reconocimiento y ejecucién, pertenece al derecho procesal 2, NATURALEZA La doctrina ha discutido la naturaleza del exequatur. CarNeLuTTr con- sidera que el exequdtur de una sentencia extranjera, mas que un acto de ejecu- cién, es una figura autGnoma, que denomina “equivalente jurisdiccional”. El ' Hyco Atswia, Trutado teérico-préctico de derecho procesal civil y comercial, 2*ed., tv, Buenos Aires, Ediar S, A., 1962, pags. 161 y ss. * Francesco Carnetmn, Sistema de derecho procesal civil, 4, Buenos Aires, Utena, 1944, mim. 797, pags. 796-805. EFICACIA DE SENTENCIAS Y LAUDOS ARBITRALES EXTRANJEROS 293 maestro Ciiovenpa* dice que el reconocimiento de la sentencia extranjera esta vinculado a la extensién territorial y que el juicio del exequatur no es sino un modo de alcanzar el fin de la relacién procesal. El procesalista Repent ex- presa que el juicio de exequiitur no es de jurisdiccidn contenciosa, sino que su naturaleza es idéntica a las de las resoluciones que acuerdan el cumplimiento del laudo arbitral o de la sentencia dictada por los tribunales eclesidsticos. SanmiAGo Sextis Metenpo® considera que “la finalidad del juicio de reconoc! miento no puede ser otra que la de determinar si a una sentencia extranjera se Ie pueda dar la consideracién de sentencia nacional; esto es, si se le puede reconocer el valor de cosa juzgada y si se puede proceder a su ejecucién, pero sin modificar su contenido”. Laevolucién de la doctrina ha llevado a que hoy el procedimiento del exe- quétur no tenga por propésito revisar el objeto de la relacién sustancial contro- vertida, sino la sentencia extranjera como tal, es decir, aspectos externos y for- males, Segdin Derrurré®, en Francia hasta mediados del siglo xx los tribunales franceses tenfan el derecho de revisar (revoir) el fondo del asunto. Pero a partir del arrét Munzer de 7 de enero de 1964 (Rev. crit. 1964, 344), la Corte de Ca- sacién ha enunciado limitativamente los aspectos de control que puede ejercer el juez francés. En realidad, la validez de la sentencia extranjera en cuanto al fondo debe presumirse prima facie. More.” afirma que la delibacion (expresisn i na que significa reconocimiento) no tiene por objeto a relaciGn sustancial, sino gue su aleance es puramente procesal, pues contempla la idoneidad de la sen- tencia extranjera para producir eficacia en el ordenamiento italiano, 3. SIsTEMAS En derecho comparado hay legislaciones que le niegan eficacia a la sen- tencia extranjera, pero cada dia son menos tales sistemas. Dentro de las legis laciones que aceptan la eficacia de las sentencias extranjeras hay dos sistemas de reconocimiento. En el primer sistema, la sentencia extranjera tiene valor y eficacia en el Estado independientemente de todo procedimiento y con ante- rioridad a él. Es el sistema alemin, en cuanto a la atribucién a las sentencias » Giuserre: Cnrovenpa, Principios de derecho procesal civil, t. , Madrid, Instituto Editorial Reus, pags. 793 y ss * Enrico Renexni, Derecho procesal civil 1, Buenos Aires, Ediciones Juridicas Eu- ropa-América, 1957, pag. 354. > SaNTIAGO SENTIS MELENDO, La sentencia extranjera, Buenos Aires, Ediciones Juridi- ‘cas Europa-Ameérica, 1958, pig. 94. * Jean Derkurrt, Droit international privé, Patis, Librairie Dalloz, 1971, pag. 72. ? Gaetano Moret, I diritto processuale civile internazionale, Padova, 1988, pags. 1,7, 11, 14, 15, 43 y 45. 204 CONFLICTOS DE LEYES extranjeras de la eficacia de cosa juzgada (328, Z. P. O.). Asi mismo, se acep- 16 en los tratados celebrados por Italia con Suiza, Holanda, Alemania, Austria y Francia, en los que se reconocié, sin mas, en un Estado, la eficacia de cosa juzgada a las decisiones emitidas en el otro*, El articulo 3030 del Tratado de Versalles establece que las resoluciones dictadas por los tribunales de los Estados aliados o asociados dentro de los limites de competencia establecidos por él son ejecutivas en Alemania sin declaracién especial’. EI segundo sistema, més extendido, implica que la sentencia de exequé- tures requisito indispensable para el valor y eficacia de la sentencia extranje- ra, que solo mediante dicho procedimiento adquiere eficacia juridica Los sistemas de exequatur pueden ser eficaces por la via administrativa © por la via judicial, que es la mas frecuente en las legistaciones. 4. MATERIA DEL EXEQUATUR En este texto no analizaremos los aspectos procesales del exequatur, sino el tratamiento que le otorga el derecho internacional privado. Unicamente nos basta afirmar que la materia del exequatur es la sentencia extranjera definitiva y ejecutoriada, los laudos arbitrales extranjeros que tienen fuerza de senten- Cia, los autos interlocutorios que tienen valor de sentencia por finalizar el pro- ceso y las providencias definitivas proferidas en procesos de jurisdiccién vo- luntaria. En el proyecto de Cédigo Procesal Civil Modelo para Iberoamérica, pre- parado por el Instituto Iberoamericano de Derecho Procesal, el articulo 385 norma: “385.1 El presente capitulo se aplicard a las sentencias dictadas en pafs extranjero en materia civil, comercial, de familia, laboral y contencioso admi- nistrativo; también comprenderd las sentencias dictadas en tales materias por Tribunales Internacionales cuanto estas refieran a personas o intereses priva- dos, Asi mismo incluiré a las sentencias recaidas en materia penal en cuanto a sus efectos civiles. "385.2 La naturaleza jurisdiccional de la sentencia extranjera y la mate- ria sobre la que hubiere recafdo, serdn calificadas por los Tribunales del E: do de origen del fallo y segin su propia ley’ Ademis, el articulo 386.2 estatuye que “las sentencias extranjeras debe- réin ser reconocidas y ejecutadas en el Estado, si correspondiere, sin que pro- ceda su revision sobre el fondo del asunto objeto del proceso en que se hubie- ren dictado”. Este Cédigo también extiende el exequatur a las resoluciones en * Carta Guy, Les problémes soulevés par l'exequattar, Paris, Librairie Générale de Droit, et de Jurisprudence, 1967, pags. 51 y ss. ° Hex BarirroL, Droit international privé, Jurisprudence, 1971, pags. 716 y ss. Paris, Librairie Générale de Droit et de EFICACIA DE SENTENCIAS ¥ LAUDOS ARBITRALES EXTRANJEROS 295 procesos de jurisdiccidn voluntaria (art. 390) y a laudos arbitrales extranjeros (art. 391). El Cédigo limita el exequétur a las sentencias extranjeras de con- dena (art. 389.1) y exige las siguientes condiciones para otorgarle eficacia a la sentencia extranjera (art, 387): “a) Que vengan revestidas de las formalidades externas necesarias para ser consideradas auténticas en el Estado de origen. b) Que la sentencia y la documentacién anexa que fuere necesaria estén debida- mente legalizadas de acuerdo con la legislacion de Estado, excepto que la sentencia fuere remitida por via diplomdtica o consular o por intermedio de las autoridades administrativas; ¢) Que se presenten debidamente traducidas, si provienen de paises de idiomas diferentes; d) Que el tribunal sentenciante tenga Jurisdiccién en la esfera internacional para conocer en el asunto, de acuerdo con su derecho, excepto que la materia fuere de jurisdicci6n exclusiva de los tribunales patrios; e) Que el demandado haya sido notificado o emplazado en legal forma de acuerdo con las normas del Estado donde provenga el fallo; f) Que se haya asegurado la debida defensa de las partes; g) Que tengan autori- dad de cosa juzgada cn el Estado de origen; h) Que no contrarien manifiesta- mente los principios de orden puiblico internacional del Estado” Como podemos ver, el proyecto de Cédigo Modelo de Derecho Procesal Civil admite el exequtur sin revisién de fondo y con las mismas condiciones de los tratados internacionales, como veremos mas adelante, 5. REGULACION DEL EXEQUATUR EN LOS TRATADOS INTERNACIONALES En términos generales, si existe un tratado piblico internacional, sea bilateral o plurilateral, es necesario aplicarlo. Si no hay tratado, se puede acu- dira lareciprocidad legislativa o de hecho, en ditimo lugar se aplica en cuanto alas condiciones y el procedimiento la ley del Estado donde se ejecuta la sen- tencia extranjera. Universalmente abundan los tratados sobre reconocimiento y ejecucion de decisiones extranjeras: Convencién de La Haya de 1956, relativa al reco- nocimiento y ejecucién de decisiones en el campo de las obligaciones alimenta- rias en favor de hijos; Convencidn de La Haya de 26 de abril de 1966 sobre reconocimiento y ejecuci6n de sentencias extranjeras dictadas en asuntos ci- viles y comerciales y su protocolo adicional (atin no vigente); Convenio de 1968 sobre competencia judicial y ejecucién de decisiones judiciales en asuntos civiles y comerciales: Convenio de Luxemburgode 1967 sobre reconocimiento de decisiones dictadas en las causas matrimoniales (atin no vigente); Conven- cidn de La Haya de 1968 sobre reconocimiento de divorcios y separaciones de Cuerpos (atin no vigente); Convencién de La Haya de 1956, relativa a compe- tencia del juez acordado contractualmente en ventas internacionales de bienes muebles (atin no vigente); Convenio de La Haya sobre acuerdos de competen- cia judicial de 1964 (ain no vigente). 298 CONFLICTOS DE LEVES El reconocimiento y ejecucién de laudos extranjeros esti pactado en los siguientes tratados: Convenci6n Multilateral de Ginebra, sobre ejecucién de laudos extranjeros de 1927; Convenio Multilateral de Nueva York de 1958, relativo a reconocimiento y ejecucién de laudos extranjeros; Convenio Euro- peo de Ginebra, relativo a jurisdiceién arbitral, comercial ¢ internacional del 21 de abril de 1961 y acuerdo de Paris, relativo a su aplicaciGn, del 17 de di- ciembre de 1962; Convenio Multilateral Europeo de Estrasburgo, relativo a introducci6n de una ley unificada sobre jurisdiccién arbitral del 20 de enero de 1966 (ain no vigente); y Convencién de! Bloque Oriental, relativa a deci- siones arbitrales en litigios civiles. Cada Estado tiene tratados especiales sobre exequétur cuya aplicacién es preciso observar. En cuanto a Colombia, estan vigentes los 5 sobre Ejecucién de Sentencias Civiles, de Madrid, aprobado por ley 6" de 1908 (13 de agosto), canjeadas las ratificaciones en Madrid el 16 de abril de 1909; Tratado de Derecho Procesal Internacional de Montevideo de 11 de enero de 1889, aprobado por ley 68 de 1920; Convencién Interamericana sobre Efica- cia Extraterritorial de las Sentencias y Laudos Arbitrales Extranjeros de 8 de mayo de 1979, aprobada mediante la ley 16 de 1981; Tratado sobre Ejecucién de Actos Extranjeros, aprobado por la ley 16 de 1913; Tratado sobre Derecho In- ternacional Privado entre Colombia y Ecuador, aprobado por la ley 13 de 1905 y canjeadas las ratificaciones en Quito el 31 de julio de 1907 En cuanto a laudos arbitrales, esté vigente la Convencién Interamericana sobre Arbitraje Comercial Internacional, aprobada por ley 44 de 1986, y la Conyencién sobre Reconocimiento y Ejecucién de las Sentencias Arbitrales Extranjeras, adoptada por las Naciones Unidas! 10 de junio de 1958, aproba- da por la ley 39 de 1990. Elarticulo 220 de! Tratado de la Comunidad Econ6mica Europea preveia que los Estados miembro llevasen entre si negociaciones con objeto de asegu- rar en favor de sus nacionales “la simplificaciGn de las formalidades a las que estan subordinados, el reconocimiento y la ejecucién reciprocas de las deci- siones judiciales, asi como las sentencias arbitrales”. Posteriormente se sus- cribié el Convenio de Brusclas del 27 de septiembre de 1978, referente a la competencia judicial y a la ejecucién de las decisiones en materia civil y co- mercial (que entré en vigor el 1° de febrero de 1979 entre los seis Estados fundadores, complementado y modificado el 9 de octubre de 1978 con ocasién de ta adhesién de los tres nuevos Estados miembro). Ademés de regular la competencia intermacional de las jurisdicciones de los Estados miembro, se establece que las decisiones dadas en un Estado contratante se benefician de un reconocimiento de pleno derecho (art. 26), pero en caso de discusién, al procedimiento previsto para la ejecucidn es aplicable al reconocimiento. Se exeluye la revisidn del fondo y e! control de la competencia de la jurisdiceién EFICACIA DE SENTENCIAS Y LAUDOS ARBITRALES EXTRANJEROS 207 de origen (excepto incumplimientoen los casos de competencias derogatorias oexclusivas: arts. 7°a 16), El exequitur solo puede rechazarse en estos casos: 2) Siel reconocimiento o Ia ejecucién es contraria al orden pablico del Estado requerido; b) si el acto introductorio de instancia no le ha sido notifi- cado al demandado, regularmente y en tiempo iitil para que pueda defenderse; y ¢) si la decisiGn es inconciliable con otra dada entre las mismas partes en el Estado requerido”. 6. REGULACION DEL EXEQUATUR EN EL SISTEMA INTERAMERICANO En este sistema existen varios métodos: a) los tratados de Montevideo de 1889 y 1940; b) el Cédigo Bustamante; y c) las conferencias Interamericanas Especializadas sobre Derecho Internacional Privado. Consideramos nece rio hacer un andlisis de estos tratados, que regulan en Américael reconocimiento y ejecucién de sentencias y laudos arbitrales extranjeros. A) Tratado de Derecho Procesal Internacional de Montevideo, de I de enero de 1889 Esta vigente entre Argentina, Bolivia, Colombia (adhirié por la ley 68 de 1920), Paraguay, Perti y Uruguay. El cumplimiento de sentencias y laudos arbitrales esta previsto en sus articulos 5° a 8°, Las caracteristicas son las siguientes: a) solo admite el reco- nocimiento de sentencias y fallos arbitrales dictados en asuntos civiles y co- merciales; b) los requisitos para el reconocimiento y la ejecuci6n de la senten- cia 0 el laudo arbitral extranjero son los siguientes: a) que la sentencia o fallo haya sido expedido por el tribunal competente en la esfera internacional; b) que tenga el caricter de ejecutoriado o pasado en autoridad de cosa juzgada en el Estado en que se ha expedido; c) que la parte contra quien se ha dictado haya sido legalmente citada y representada 0 declarada rebelde, conforme a la ley del pais en donde se ha seguido el juicio; d) que no se oponga a las leyes del pats de su ejecucién. Sobre estos requisitos hay que observar que en primer lugar la sentenci extranjera debe provenir del tribunal competente en la esfera internacional, 10 ‘que implica que se rechazan las sentencias que invadan la jurisdiecién donde se pide el reconocimiento y ejecuciGn, 0 lajurisdiceién de un tercer Estado. El articulo 5° exige alternativamente la ejecutoria de la sentencia extranjera: es decir, esta debe estar en firme por no existir recurso alguno pendiente o por no haberse interpuesto, o que haya hecho trénsito a cosa juzgada material porque Isaac Guy, Manual de derecho comunitario general, Barcelona, Ariel Derecho, 1985, pugs. 348 y ss 298 CONFLICTOS DE LEYES la cosa juzgada formal permite iniciar nuevamente el proceso por haberse dic- tado sentencia inhibitoria o por tratarse de los procesos denominados rebus sic stantibus, que pueden volver a incoarse si cambian las circunstancias. También se exige la debida citacién o emplazamiento conforme a la ley del Estado donde se ha seguido el juicio, consecuencia de la territorialidad de la ley procesal y en orden a salvaguardar el debido proceso y la debida defen- sa, que constituyen garantfas fundamentales de la persona humana. En cuanto al orden ptiblico, se hace referencia al denominado orden piiblico internacio- nal, constituido por el conjunto de principios basicos que informan el Estado donde se va a reconocer y ejecutar la sentencia extranjera. Los documentos indispensables para solicitar el cumplimiento de las sentencias y fallos arbitrales son los siguientes: ) copia fntegra de la sentencia o fallo arbitral; b) copia de las piezas necesarias para acreditar que las partes han sido citadas; c) copia auténtica del auto en que se declare que la sentencia o laudo tie- ne el cardcter de ejecutoriado o pasado en autoridad de cosa juzgada, y de las leyes en que dicho auto se funda (art. 6°); 4d) el cardcter ejecutivo 0 de apremio de las sentencias o laudos arbitrales y el juicio a que se dé cumplimiento de lugar seran los previstos en la ley pro- cesal del Estado en donde se pide la ejecucién. Es regla general que el proce- dimiento que se ha de seguir para el reconocimiento y ejecucién de las senten- cias extranjeras es el que determina la ley del Estado donde se va ejecutar la sentencia, es decir, lo previsto en los Cédigos de Procedimiento del pats res- pectivo. Este es un aspecto de derecho procesal que se rige también por el principio de la territorialidad de la ley procesal (art. 7°); €) los actos de jurisdiccién voluntaria, como los inventarios, apertura de estamentos, tasaciones u otros semejantes, practicados en un Estado, tendrin en los demas Estados parte en el Tratado de Derecho Procesal de Montevideo de 1889 el mismo valor que si se hubiesen realizado en su propio territorio, con tal que retinan los requisitos a que hemos hecho referencia (art. 8°). Esto sig- de Montevideo adopt6 un sistema mixto, ya que se refiere a la jurisdiccién contenciosa civil, o comercial, laudos arbitrales (art. 5®) y resoluciones dictadas en procesos de jurisdicci6én volun- taria (art. 8°). Estamos de acuerdo con el criterio del ilustre internacionalista Werner Gotpscumipr'', cuando advierte que “el tratado no menciona la juris- " Werner GoLDscumipt, Sistema y filosofia del derecho internacional privado, 2 ed. {.amt, Buenos Aires, Ediciones Juridicas Europa-América, 1954, pags, 235 y 236. Igualmente ‘Sawtiaoo Sentis MeteNvo, La seniencia extranjera, Buenos Aires, Ediciones Juridicas Eu- ropa-América, 1958, pag. 30; Pier, “Etude de jurisprudence sur le droit de révision dans instance en révision des jugements étrangers”, en Journal Clunet, Paris, 1914, pig. 753; EFICACIA DE SENTENNCIAS Y LAUDOS ARBITRALES EXTRANJEROS 299 diecién laboral que en la fecha de su redaceién no existia. Precisamente por este motivo y por haber sido considerada como inherente a la jurisdiccién privada (civil y comercial) hay que aplicar el tratado a esta clase de controver- sias, Eltérmino «fallos arbitrales» abarea toda clase de arbitraje, es decir, tanto el de drbitros comoel de los amigables componedores, El tratado no se refiere ala quiebra, reglamentada en el Tratado de Derecho Comercial Internacional (aris. 35 y ss.), ni tampoco al concurso omitido en la obra de 1889, si bien afiadido en el Tratado de Derecho Procesal de 1940 (arts. 16 y ss.). Tampoco es de suponer que el tratado se refiere a las condenas de indole civil contenidas en una sentencia penal, puesto que desprecia el criterio del contenido”. B) Tratado de Derecho Procesal Internacional de Montevideo, de 19 de marzo de 1940 Este tratado esta vigente entre Argentina, Paraguay y Uruguay. El titulo m1 del tratado se reficre al cumplimiento de los exhortos, senten- cias y fallos arbitrales, El artfculo 6° preceptiia que las sentencias y fallos arbitrales dictados en asuntos civiles y comerciales en uno de los Estados sig natarios tendrén en los territorios de los demas la misma fuerza que en el p: en donde fueron pronunciados, si retinen estos requisitos: a) que hayan sido dictados por tribunal competente en la esfera internacional; b) que tengan el caricter de ejecutoriados o pasados en autoridad de cosa juzgada en el Estado en donde hayan sido pronunciados; c) que la parte contra la que se hubiera dictado haya sido legalmente citada, y representada 0 declarada rebelde, con- forme ala ley del pais en donde se siguié el juicio; d) que no se opongan al orden piiblico del pais de su cumplimiento. Estos requisitos son iguales a los establecidos en el Tratado de Derecho Procesal de Montevideo de 1889. Pero el articulo 5° del tratado de 1940, en su inciso final, expres6: “Quedan incluidas en el presente articulo las sentencias civiles dictadas en cualquier Estado signatario, por un tribunal internacional, que se refieren a personas o intereses privados Luego el articulo 7° establece que en la ejecucién de las sentencias y lau~ dos arbitrales, y en la de las sentencias de tribunales internacionales, deben precisarse los jueces o tribunales competentes, los cuales, con audiencia del ministerio piblico, y tras comprobacién que aquellos se ajustan a lo dispuesto en la norma citada, ordenarén su cumplimiento por la via que corresponda, de acuerdo con la ley local. En todo caso, mediando pedido formulado por el ministerio piiblico y aun de oficio, podré oirse, sin otra forma de defensa, a la parte contra la que se pretende hacer efectiva la sentencia o el fallo arbitral. ‘Mauro Caprainern, El valor de las sentencias y de las normas extranjeras en el proceso civil (rad. Santiago Sentis Melendo), Buenos Aires, Ediciones Juridicas Europa-América, 1968, pags. 7-22. 200 CONFLICTOS DELEvES El juez.a quien se le solicita el cumplimiento de una sentencia extranjera Podrd, sin més tramite y a peticidn de parte y aun de oficio, tomar las medidas necesarias para asegurar la efectividad de aquel fallo, conforme a lo dispuesto Por la ley local sobre secuestros, inhibiciones, embargos u otras medidas pre- ventivas, De enorme importancia es el articulo 9°, que dispone: “Cuando solo se trata de hacer valer como prueba la autoridad de cosa juzgada de una senten- ciao de un fallo, deberd ser presentado en juicio, con la documentacién a que serefiere el articulo 6°, en el momento que corresponda segiin la ley local: y los jueces o tribunales se pronunciardn sobre su mérito en la sentencia que dicten, previa comprobacién, con audiencia, del ministerio ptiblico, de que se ha dado ‘cumplimiento a lo dispuesto en el articulo 5°". El articulo 7° del Tratado de 1889 fue suprimido. Colombia fue signataria de este tratado, pero no lo ha ratificado. ©) Reconocimiento y ejecucién de sentencias extranjeras en el Cadigo de Derecho Internacional Privado 0 Cédigo Bustamante El Cédigo de Derecho Internacional Privado o Cédigo Bustamante fue suscrito en la VI Conferencia Panamericana de La Habana el 20 de febrero de 1948 y rige entre los siguientes Estados, parte: Bolivia, Brasil, Chile, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Guatemala, Hait{, Honduras, Nicaragua, Panamé, Pert, Repti_ blica Dominicana, El Salvador y Venezuela, Lo relativo al exequiitur esta pre- visto en el libro cuarto, titulo 72, articulos 423 a 437 En cuanto a la materia del exequatur, procede: a) respecto a toda senten- cia civil o contencioso-administrativa; b) sentencias civiles dictadas por un tribunal internacional, que se refieren a personas o intereses privados (art. 433); c) actos de jurisdiccidn voluntaria en materia de comercio (art. 434); d) actos de jurisdiccién voluntaria en materia civil; y e) sentencias en lo penal tinica- mente en cuantoa la responsabilidad civil y sus efectos sobre los bienes del con- denado (art. 437). En cuanto a los requisitos, el articulo 423 enumera los siguientes: 1) que el tribunal que la haya dictado tenga competencia para conocer del asunto y Juzgarlo de acuerdo con las reglas de este Cédigo; 2) que las partes hayan sido citadas personalmente o por su representante legal, al juicio; 3) que el fallo no contravenga el orden paiblico 0 el derecho publico del pais en que quicre eje~ cutarse; 4) que sea cjecutorio en el Estado en que se dicte; 5) que se traduzca autorizadamente por un funcionario 0 intérprete oficial del Estado en que ha de ejecutarse, i allffuere distinto el idioma empleado; 6) que el documento en que Conste retina los requisitos necesarios para ser considerado auténtico en el Estado de que proceda, y los que requiera para que haga fe la legislacién del Estado en que se aspira a cumplir la sentencia, EFICACIA DE SENTENCIAS Y LAUDOS ARBITRALES EXTRANJEAOS 301 El mismo Cédigo Bustamante cnuncia las reglas sobre competencia inter- nacional. En cuanto a los demas requisitos, son los comtinmente exigidos por los tratados internacionales. Pero es conveniente reiterar que cuando la norma menciona orden piiblico hace referencia al llamado orden ptiblico internacio- nal, constituido por los principios fundamentales que informan el orden juridi- co en que se vaa reconocer y aplicar la sentencia extranjera. Desde luego que comparando estos requisites con los exigidos por los Tratados de Derecho Procesal de Montevideo de 1889 y 1940 se encuentran dos innovaciones: a) que la competencia se determina de acuerdo con el mismo Cédigo, lo que sig- nifica que no se limita a la ejecucién de sentencias extranjeras procedentes del ejercicio de acciones personales; y b) que no es necesaria la declaratoria de rebeldia, puesto que es suficiente que la parte respectiva haya sido citada, Reglamenta el Cédigo Bustamante el procedimiento para la solicitud de ejecucién del fallo extranjero disponiendo que se efectiie ante el tribunal com- petente. Ademis, se establece que contra la decisién del juez competente proceden los recursos existentes en el Estado que va a reconocer el fallo judi- cial respecto de las sentencias definitivas dictadas en juicio declarativo de mayor cuantfa. En este procedimiento se deberd ofr a la parte condenada y al minis- terio ptblico, que se notificard de acuerdo con las prescripciones del derecho local. Si la parte que deba cumplir la sentencia esta fuera del pais, se notifica por exhorto carta rogatoria. Si se niega el cumplimiento de la sentencia, se devolvera a quien la hu- biere presentado: si se acepta la ejecucién, se conformara a los tréimites del dere- cho local. Dispone ademés el articulo 431 que las sentencias firmes dictadas por un Estado contratante que por sus pronunciamientos no sean ejecutables produ- cirn en los demas los efectos de cosa juzgada si retinen las condiciones que ase fin determina este Cédigo, salvo las relativas a su cjecucién. El Cédigo Bustamante expresa también (arts. 434 y 435) que los actos de jurisdicci6n voluntaria en materia civil originarios de un Estado contratante serdin aceptados por los demds si retinen las condiciones exigidas por el Cédi- g0 para la eficacia de los documentos otorgados en pais extranjero, y proce- den del juez o tribunal competente y tendran, en consecuencia, eficacia extra- territorial. La sentencia en materia penal, en lo referente a la responsabilidad civil del sindicado, podré ejecutarse lendndose los requisitos prescritos para las demés sentencias. D) Convencién interamericana sobre eficacia extraterritorial de las sentencias y laudos arbitrales extranjeros Fue suscritaen Montevideo, Uruguay, el 8 de mayo de 1979, en la Segunda Conferencia Especializada Interamericana sobre Derecho Internacional Priva- 302 CONFLICTOS DE LEVES. do. Estd vigente entre los siguientes Estados: Argentina, Colombia (ley 16 de 1981), Ecuador, México, Paraguay, Pend, Uruguay y Venezuela. Entréen vigor el 14.de junio de 1980, conforme a su articulo I y el depositario de la Secreta ria General de la OBA (instrumento original y ratificaciones), En cuanto a su campo, Ia Convenci6n: a) se aplica en sentencias judicia- lesy laudos arbitrales dictados en procesos civiles, comerciales o laborales en uno de los Estados parte, a menos que al momento de la ratificacin alguno de estos haga expresa reserva de limitarla a las sentencias de condena en materia patrimonial; b) cualquiera de los Estados puede declarar al momento de rati- ficar la Convencién que se aplica también a resoluciones que terminen el pro- ceso, alas dictadas por autoridades que ejerzan alguna funcién jurisdiccional ¥y alas sentencias penales en cuanto se refieran a la indemnizacién de perjui- ins derivados del delito. En cuanto a laudos arbitrales, la Convencién se aplica en Io no previsto en la Convencién Interamericana sobre Arbitraje Comercial Internacional, suscrita en Panamé el 30 de enero de 1975. Entré en vigor el 16 de junio de 1976, conforme a su articulo 10, y esté en vigencia entre los siguientes Esta- os: Colombia (ley 44 de 1986), Costa Rica, Chile, Ecuador, Estados Unidos, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Panamé, Paraguay, Uruguay y Venezuela Enella se establece que los laudos arbitrales tienen la fuerza de sentencia judicial cjecutoriada y su reconocimiento y ejecucidn se hace segdin la ley del Estado donde se ejecuten, a menos que haya tratado internacional que establez- ca un procedimiento especial (art. 4°) Ademiés, en el articulo 5° se estatuye que solo se podré negar el recono- cimiento y ejecucién de un laudo arbitral por solicitud de la parte contra la que es invocada, si esta prueba ante la autoridad competente del Estado en que se pide el reconocimiento y ejecucién: a) que las partes en el acuerdo estaban sujetas a alguna incapacidad en virtud de la ley que les es aplicable 0 que di- cho acuerdo no es valido en virtud de la ley a que las partes lo han sometido, © sinada se hubiere indicado a este respecto, en virtud de la ley del Estado en que se haya dictado la sentencia; o b) que la parte contra la que se invoca la sentencia arbitral no ha sido debidamente notificada de la designacién del Arbitro o del procedimiento de arbitraje o no ha podido, por cualquier otra razén, hacer valer sus medios de defensa; 0 c) que la sentencia se refiere a una dife- rencia no prevista en el acuerdo de las partes de sometimiento al procedimien- toarbitral; no obstante, si las disposiciones de la sentencia que se refieren a las cuestiones sometidas al arbitraje pueden separarse de las que no han sido so- metidas a este, podra darseles reconocimiento y ejecucién a las primeras; 0 d) que la constitucién del tribunal arbitral o el procedimiento arbitral no se han ajustado al acuerdo celebrado entre las partes o, en defecto de tal acuerdo, que la constitucién del tribunal arbitral o el procedimiento arbitral no se han ajus- FFICACIA DE SENTENCIAS Y LAUDOS ARBITRALES EXTRANJEROS 303 tado a la ley del Estado donde se ha efectuado el arbitraje; oe) que la senten- ciano esatin obligatoria para las partes o ha sido anulada o suspendida por una autoridad competente del Estado en que, conforme a su ley, ha sido dictada. También se podra denegar el reconocimiento y la ejecucién de una sen- tencia arbitral si la autoridad competente del Estado en que se pide el recono- cimiento y la ejecuci6n comprueba: a) que, segtin la ley de este Estado, el objeto de la diferencia no es susceptible de solucién por via de arbitraje: 0 b) que el reconocimiento o la ejecucién de la sentencia son contrarios al orden piblico del mismo Estado. Esta norma fue tomada del articulo 5° de la Convencién sobre el Recono- cimiento y Ejecucién de las Sentencias Arbitrales Extranjeras, adoptada por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el arbitramento comercial inter- nacional el 10 de junio de 1958. Esta Convencién esté vigente entre los siguien- tes Estados: Argentina, Austria, Repdblica Socialista Soviética de Bielorrusia, Botswana, Bulgaria, Camboya, Colombia (ley 39 de 1990), Checoslovaquia, Dinamarca, Ecuador, Egipto, Estados Unidos, Filipinas, Finlandia, Francia, Ghana, Grecia, Hungrfa, India, Israel, Italia, Japén, Madagascar, Marruecos, Niger, Nigeria, Noruega, Panama, Paquistén, Polonia, Republica Centroafri- cana, Reptiblica de Corea, Reptiblica Federal Alemana, Rumania, Siria, Sri- Lanka (Ceylin), Suecia, Suiza, Tanzania, Thailandia, Trinidad y Tobago. El articulo 6° de la Convencién Interamericana sobre Arbitraje Interna- cional preceptiia: “Si se ha pedido a la autoridad competente prevista en el articulo 5°, parrafo 1% e) la anulacién 0 la suspensién de la sentencia, la auto- ridad ante la cual se invoca dicha sentencia podra, si lo considera procedente, aplazar la decisién sobre la ejecucidn de la sentencia y, a solicitud de la parte que pida la ejecucién, podré también ordenar a la otra parte que otorgue ga- rantias apropiadas”. Es una norma igual al articulo 6° de la Convencién sobre el Reconocimiento y Ejecucién de las Sentencias Arbitrales Extranjeras de Naciones Unidas de 1958. En cuanto a las condiciones para que procedan el reconocimiento y eje- cucién de las sentencias y laudos arbitrales extranjeros. la Convencién de Mon- tevideo de 1979 establece en el articulo 2° las siguientes: “a) Que vengan re- vestidas de las formalidades externas necesarias para que sean consideradas auténticas en el Estado de donde proceden: b) Que la sentencia, laudo y resolucién jurisdiccional y los documentos anexos que fueren necesarios segtin la presente Convencién, estén debidamente traducidos al idioma oficial del Estado donde deban surtir efecto; c) Que se presenten debidamente legalizados de acuerdo con la ley del Estado en donde deban surtir efecto: “d) Que el juez.o tribunal sentenciador tenga competencia en la esfera internacional para conocer y juzgar del asunto de acuerdo con la ley del Esta~ do donde deban surtir efecto: 304 CONFLICTOS DE LevEs “e) Que el demandado haya sido notificado 0 emplazado en debida for- ma legal de modo sustancialmente equivalente a la aceptada por la ley del Esta- do donde la sentencia, laudo y resolucién jurisdiccional deban surtir efecto; ”£) Que se haya asegurado la defensa de las partes; “g) Que tengan el cardcter de ejecutoriados o, en su caso, fuerza de cosa juzgada en el Estado en que fueron dictados; “h) Que no contrarfen manifiestamente los principios y leyes de orden ptiblico en que se pida el reconocimiento 0 la ejecucién”. Sobre estos requisitos, es importante resaltar que esta Convencién men- ciona oposicién “manifiesta” a los principios de orden piblico. Nétese que la Conyencién Interamericana sobre Normas Generales de De- recho Internacional Privado, de 8 de mayo de 1979, que entréen vigor el 10 de Junio de 1981 y vigente entre Argentina, Colombia (ley 2] de 1981), Ecuador, México, Paraguay, Pent, Uruguay y Venezuela, en su articulo 5° expres6: “La ley declarada aplicable por una convenci6n de derecho internacional privado podra no ser aplicada en el territorio del Estado Parte que la considerare ma- nifiestamente contraria a los principios de su orden puiblico”. Por tanto, el respeto del orden puiblico internacional es norma general de derecho interna- cional privado en el sistema interamericano y desde luego se refiere a los prin- cipios fundamentales que informan el ordenamiento juridico donde se pide la aplicacién de la ley extranjera 0 el reconocimiento y ejecucién de la sentencia extranjera. La Convencién de Montevideo de 1979 menciona la competencia en la esfera internacional. Al respecto, el 24 de mayo de 1984 en La Paz, Bolivia, en la Tercera Conferencia Especializada Interamericana sobre Derecho Inter- nacional Privado, se suscribié la Convencién Interamericana sobre Competen- cias en la esfera internacional para la eficacia extraterritorial de las sentene: extranjeras. Esta Convencién todavia no esté en vigor, pero complementa el articulo 2°, inciso d) de la Convencién Interamericana sobre Eficacia Extrate- rritorial de las Sentencias y Laudos Arbitrales Extranjeros de Montevideo de 8 de mayo de 1979, en el sentido de precisar el concepto de competencia en la esfera internacional, En efecto, el articulo 1° de la Convenci6n de La Paz, de 1984, preceptiia: “Con el fin de obtener la eficacia extraterritorial de las sentencias extran- se considerard satisfecho el requisito de la competencia en la esfera in- onal cuando el érgano jurisdiccional de un Estado Parte que ha dictado sentencia hubiera tenido competencia de acuerdo con las siguientes disposi- ciones “A. En materia de acciones personales de naturaleza patrimonial debe sa- tisfacerse alguno de los siguientes supuestos, o lo previsto en la seccién D de este articulo, si fuere el caso: EFICACIA DE SENTENGIAS Y LALUDOS ARBITRALES EXTRANJEROS 305 "1. Que el demandado, al momento de entablarse la demanda haya teni- do su domicilio o residencia habitual en el territorio del Estado Parte donde fue pronunciada la sentencia si se tratare de personas fisicas, o que haya tenido su establecimiento principal en dicho territorio en el caso de personas juridicas: "2. En el caso de acciones contra sociedades civiles 0 mercantiles de cardcter privado, que estas, al momento de entablarse la demanda, hayan teni- do su establecimiento principal en el Estado Parte donde fue pronunciada la sentencia o bien hubieren sido constituidas en dicho Estado Parte: "3. Respecto de acciones contra sucursales, agencias 0 filiales de socie- dades civiles o mereantiles de cardcter privado, que las actividades que origi- naron las respectivas demandas se hayan realizado en el Estado Parte donde fue pronunciada la sentencia, 0 “4. En materia de fueros renunciables que el demandado haya aceptado por escrito la competencia del drgano jurisdiccional que pronuncié la senten- cia; 0 si, a pesar de haber comparecido en el juicio, no haya cuestionado opor- tunamente la competencia de dicho érgano. "B. Enel caso de acciones reales sobre bienes muebles corporates debe sa- tisfacerse uno de los siguientes supuest: "1. Que, al momento de entablarse la demanda, los bienes hayan estado tuados en el territorio del Estado Parte donde fue pronunciada la sentencia, 0 "2. Que se diere cualquiera de los supuestos previstos en la seccién A de estearticulo. “C. En el caso de acciones reales sobre bienes inmuebles, que estos se hayan encontrado situados, al momento de entablarse la demanda, en el terti- torio del Estado Parte donde fue pronunciada la sentencia "D. Respecto de acciones derivadas de coniratos mercantiles celebrados en laesfera internacional, que las partes hayan acordado por escrito someterse a la jurisdiccién del Estado Parte donde se pronuncié la sentencia, siempre y cuando tal competencia no haya sido establecida en forma abusiva y haya exis- tido una conexién razonable con el objeto de la controver El articulo 2° de la Convencién citada afirma que se considera también satisfecho el requisito de La competencia internacional si, en criterio del érga- no jurisdiecional de! Estado parte donde deba surtir efectos, el Grgano jurisdic- cional que pronuncié la sentencia asumié competencia para evitar denegacion de justicia por no existir 6rgano jurisdiccional competent. En caso de una sentencia pronunciada para decidir una contrademanda, se considera satisfecho el requisito de la competencia en la esfera internacio- nal, si la contrademanda es una accién independiente, si ha cumplido con las disposiciones anteriores, y si la demanda principal ha cumplido con las dispo- siciones anteriores y la contrademanda se funds en el acto o hecho en que se bas6 la demanda principal (art. 3°), 306 CONFLICTOS DE LevES También se le podré negar eficacia extraterritorial a la sentencia si ha sido dictada para invadir la competencia exclusiva del Estado parte ante el que se invoca (art. 4*). Para que las sentencias extranjeras puedan tener eficacia ex- traterritorial, se requeriré que, ademas de tener el cardcter de cosa juzgada, puedan ser susceptibles de reconocimiento o ejecucién en todo el territorio del Estado parte donde fueron pronunciadas (art. 5°) Estas normas complementan la Convencién de Montevideo suscrita en 1979, ya que establecen normas para considerar satisfecho el requisito de la competencia en la esfera internacional previsto en el articulo 2°, inciso d) de lacitada Convencién, Se trata de normas que recogen la doctrina y practica in- ternacionales en esta materia, y lo dispuestoen los tratados sobre derecho inter- nacional privado existentes en América, Ademds, estén de acuerdo con lo pre- visto en la mayoria de Cédigos de Procedimiento Civil LaConvenci6n sobre eficacia extraterritorial de las sentencias y laudos ar- bitrales extranjeros suscrita en Montevideo en 1979, permite el exequatur to- tal o parcial de la sentencia extranjera ampliando mas la cooperacién judicial en esta materia (art. 42) La Convencién consagra ademds que el beneficio de pobreza reconoci- do en cl Estado de origen de la sentencia sera mantenido en el de su presenta- ci6n, para evitar que si una persona fue declarada pobre tenga nuevamente que pedir la declaratoria de pobreza (art, 5°). En cuanto al procedimiento, incluso la competencia, se aplica la ley del Estado en que se solicitael cumplimiento de la sentencia extranjera, Esta norma estd de acuerdo con el principio de la territorialidad de la ley procesal y lo pre~ visto en los tratados sobre esta materia, E) Tratado sobre ejecucién de actos extranjeros Fue aprobado el 18 de julio de 1911 en el Congreso Bolivariano median- tela ley 16 de 1913 y la ratificacién fue depositada por Colombia. Los Esta- dos parte son: Bolivia, Colombia, Ecuador, Peni y Venezuela Este convenio establece la ley territorial en materia de procedimiento (art 18). Las pruebas se admiten y aprecian, segdn la ley a que esté sujeto el acto juridico materia del proceso. Se exceptian las prucbas no autorizadas por la ley del lugar en que se sigue el juicio (art, 2°). El articulo 3° afirma: “Las sen- tencias o laudos homologados expedidos en asuntos civiles y comerciales, las, scrituras ptiblicas y demas documentos auténticos otorgados por los funcio- narios de un Estado, y los exhortos y cartas rogatorias, surtirin sus efectos en los otros Estados signatarios, con arreglo a lo estipulado poreste tratado, siem- pre que estén debidamente legalizados”. Lalegalizacién se hace con arregloa la ley del pais de donde el documento procede y debe ser autenticado por el agente diplomatico 0 consular que en EFICACIA DE SENTENCIAS Y LAUDOS ARBITRALES EXTRANLEROS 207 dicho pais o en la localidad tenga acreditado el gobierno del Estado en cuyo territorio se pide la ejecucién. Seguin el articulo 5°, las sentencias y fallos ar- bitrales dictados en asuntos civiles y comerciales, en uno de los Estados signa- tarios, tendrén, en los territorios de los demds, la misma fuerza que en el pais ‘en que se han pronunciado, si retinen los requisitos siguientes: a) que la sen- tencia o fallo haya sido expedido por un tribunal competente en laesfera inter- nacional. b) Que tenga el cardcter de ejecutoriado, o pasado en autoridad de cosa juzgada, en el Estado en que se haya expedido. ©) Que la parte contra quien se ha dictado haya sido legalmente citada 0 representada o declarada rebelde, conforme a la ley del pafs en donde se ha se- guido el juicio. ) Que no se oponga a las leyes de! orden ptiblico del pafs de su ejecu- cin. Estos requisitos son los generales que tienen todos los tratados en cuanto al reconocimiento y ejecucién de sentencias extranjeras™ En el Tratado sobre Ejecucién de Actos Extranjeros, de 1911, el articulo 6establece que los documentos indispensables para solicitar el cumplimiento de las sentencias y fallos arbitrales son los siguientes: a) copia integra de la sentencia 0 fallo arbitral; b) copia de la demanda y de la contestacin; o en caso de haberse seguido el juicio en rebeldia al demandado, copia de la piezaen que conste este particular: c) copias de las piezas necesarias para acreditar que las partes han sido citadas; y d) copia auténtica del auto en que se declare que la sentencia 0 laudo tiene el cardcter de ejecutoriado o pasado en autoridad de cosa juzgada, y de las leyes en que dicho auto se funda. El cardcter ejecutivo de las sentencias 0 fallos arbitrales y el juicio aque su cumplimiento dé lugar serdn los que determina la ley de procedimiento del Estado en donde se pida la ejecucion (art. 72) Los actos de jurisdicci6n voluntaria practicados en un Estado tendran en Jos demas el mismo valor que si se hubieran realizado cn su propio territorio, con tal que retinan los requisitos vistos (art. F) Tratado sobre Derecho Internacional Privado entre Colombia y Ecuador Se suscribié en Quito el 18 de junio de 1903, fue aprobado por ley 13 de 1905 (abril 8) y se canjearon las ratificaciones en Quito, el 31 de julio de 1907. Laejecucién de las sentencias extranjeras esta reguladaen el titulo vi (arts. 39. 49), © Manco GeRARDo Monroy Cann, Arbitraje comercial, nacional e internacional, 2° ed., Santa Fe de Bogoté, Edit. Legis, 1998, Conforme al articulo 40, las sentencias y cualesquiera otras resoluciones Judiciales en materia civil expedidas en Colombia o Ecuador se le pedirdn al Juez o tribunal de primera instancia del lugar en donde han de cumplirse. para lo cual se dirigira un exhorto con insercién de las piezas procesales que sean ne cesarias para el exequétur En cuanto hace a los requisitos, se otorgaré el exequdtur: a) si la senten- cia extranjera no se opone a la jurisdiccién nacional; b) sila parte hubiere sido legalmente citada; ¢) si la sentencia o resolucién estuviere ejecutoriada con arreglo a la ley del pais en donde haya sido expedida; y d) si no se oponen a normas de orden pablico en el pais en donde se va a ejecutar la sentencia, Este tratadoestablece el exequitur para sentencias, laudos arbitrales, actos de jurisdicci6n voluntaria. Igualmente se refiere a “otras resoluciones judiciales en materia civil”, por lo que parece que incluye las providencias judiciales que terminan el proceso y que tienen fuerza de sentencia, Elarticulo 47 del tratado se refiere al exequétur de sentencias proferidas en Estados diferentes de Colombia o Ecuador y permite el reconocimiento y sjecuci6n asi: “Lo dispuesto en los articulos 40, 41, 42 y 43 se observard tam. bién respecto de las sentencias y otros actos judiciales, asi como los arbitrales expedidos en pais extrafio a las repiblicas contratantes: "1. Si favorecen el derecho de ciudadanos de dicha reptblic £2, Si aunque sean expedidos a favor de otras personas se acredita que en cl Estado donde se verific6 el juicio o el arbitraje se observa la reciprocidad Sin embargo, conforme al articulo 48, no se exige la reciprocidad para ejecu- tar los exhortos relatives aactos de jurisdicci6n voluntaria o asimples diligen. ias judiciales”. y G) Exequéwir en derecho colombiano El articulo 693 del Cédigo de Procedimiento Civil establece como regla general la reciprocidad diplomdtica y, en subsidio, la legislativa. Ademés, Otorga el exequiitur no solo cuando se trate de sentencias, sino de providencias que revistan tal cardeter, y en los laudos arbitrales. Los requisitos para otorgar cl exequétur estin enumerados en el articulo 694 del Cddigo de Procedimien. {0 Civil yen el articulo 606 del Cédigo General del Proceso. Una ver otorga- do el exequitur, la sentencia o laudo arbitral se ejecutaré segtn las reglas ge- nerales de competencia establecidas en el Cédigo de Procedimiento Civil 7.LA COMPETENCIA INTERNACIONAL PARA LA EIECUCION DE SENTENCIAS EXTRANJERAS. No hay problema si las normas de competencia internacional se encuen- tran establecidas en el tratado sobre reconocimiento o ejecucién de sentencins extranjeras, porque entonces se aplicarén en la forma pactada. Pero ,qué se EFICACIA DE SENTENCIAS Y LAUDOS ARBITRALES EXTRANJEROS 309 entiende y cémo se determina dicha competencia internacional si nada dice e| tratado, 0 si no hay tratado, y por ende no hay normas vigentes para los Esta- dos en esta materia? El problema de la jurisdiccidn internacional se plantea Ginicamente cuando hay un litigio con elementos extranjeros. Cuando hay un litigio en que hay factores determinantes de las jurisdicciones de diferentes Estados, las normas sobre jurisdiccién internacional indican el pais a cuyos jueces corresponde la jurisdiccién, Establecido el juez.que debe actuar, se acude alos factores que determinan la competenciaen dicho Estado. Las normas sobre jurisdiccién internacional pueden tener origen en una fuente nacional (ley interna), 0 en fuente internacional (tratados piblicos) y pueden ser directas 0 indirectas. Las primeras se dirigen a los jueces y les seftalan si tienen compe- tencia tanto en la forma como en e! fondo. Las otras les indican a los jueces deun Estado las pautas para que analicen la jurisdiccién del juez extranjeroen la tramitacién del procedimiento de reconocimiento y ejecucién de una sen- tencia o laudo arbitral extranjero, La doctrina menciona estos casos de juris dicci6n directa ¢ indirecta"". Si las normas sobre jurisdicci6n, directa e indi recta, se encuentran en un tratado (por ejemplo, Tratados de Derecho Civil Internacional de Montevideo de 1889 y 1940, arts. 56 y ss.), el juez que reco- nozea y ejecute la sentencia extranjera aplicard las normas del tratado como in- directas, ya que el juez que decidié el litigio aplicé las normas directas. Respecto de la jurisdiccién directa, existe el principio del paralelismo expuesto por Asser’, que fue adoptado en el articulo 56 de los Tratados de Derecho Civil Internacional de Montevideo de 1889 y 1940, en virtud del cual hay que considerar competentes a los jueces de los paises cuyo derecho resul- a aplicable al fondo del proceso. Este principio se llama “el principio del paralelismo” (de la ley aplicable y de juez competente). El internacionalista Gotpscumupr's expresa al respecto: “El principio del paralelismo no funciona debidamente, si al iniciar el proceso no se sabe atin cual es el derecho aplica- ble. Se trata por ejemplo de un contrato internacional al que se aplica el dere~ cho del lugar de su cumplimiento: y las partes estan en desacuerdo sobre el lugar convenido, En esta hip6tesis solo la sentencia, evaluando la prueba propuesta y practicada, arroja luz sobre el derecho aplicable. Pero la jurisdicci6n inter- nacional de! juez debe constar desde un prineipio. En otros casos el principio del paralelismo no alcanza su fin, En efecto, con frecuencia en un solo caso » Baerny, Principes de droit international privé, 1, Patis, Domat-Montcherestien, 1930, pigs. 127 y 315. Asser, Derecho internacional privado, Madrid, La Espana Moderna, nim. 71, pag, 176. También Assex, en Revue de Droit International et de Législation Comparée, . pags. APB y ss. * Werwer Gotnscininr, Sistema y filosofia det derecho internacional privada, 2 ed.. ‘1, Buenos Aires, Ediciones Juridicas Europa-América, 1954, pig. 71 310 CONFLICTOS DE LevES de DIPr han de aplicarse varios derechos. Pero es obvio que la jurisdiccién no puede sino residir en el juez de uno solo de los paises cuyos ordenamientos habran de aplicarse. Este juez sabr4 bien su propio derecho, pero no los dere- chos extranjeros”. Existen varios principios generales, como el que adjudicaa los jueces del pais en el que el demandado tenga su domicilio (arts. 56 Tratados de Monte- video y 323 Cédigo Bustamante); el principio de! fuero internacional del pa- trimonio, si el demandado carece de domicilio, respecto de acciones patrimo- niales si el demandado tiene patrimonio en el pais: y la prorroga de jurisdiccin (art, 323 Cédigo Bustamante y parrafos 3° y 4° Tratado de Derecho Civil Inter- nacional de Montevideo de 1940). En cuanto a la jurisdiccién indirecta, hay que distinguir entre una regla- mentaci6n especial de la jurisdiccién internacional a los efectos de las normas sobre reconocimiento de sentencias extranjeras y la falta de reglamentacién, en ‘cuyo caso las normas sobre reconocimiento de sentencias extranjeras se con- tentan con establecer como uno de los requisitos del reconocimiento la obser- vancia de las disposiciones sobre jurisdiccién internacional. Asi proceden, por ejemplo, los articulos 5°, inciso a) de los Tratados de Montevideo de Derecho Procesal Internacional de 1889 y de 1940 y el articulo 423, inciso 1°, del C6- digo Bustamante. Lareglamentacién de la jurisdiccién internacional indirecta puede hacerse enumerando los casos en los que el juez del reconocimiento debe admitir la jurisdicci6n internacional indirecta del juez de la sentencia. Es un ejemplode ‘esta reglamentacidn positiva la convencién franco-espafiola sobre reconoci- miento y ejecucién de sentencias judiciales y arbitrales y sobre actos auténti- cos en materia civil y comercial del 28 de mayo de 1969’y que entrd en vigen- cia el 29 de marzo de 1970". En cuanto a la reglamentacién negativa, hay que tener en cuenta que el juez que reconoce la sentencia extranjera no invada la jurisdiccién exclusiva del juez que dicté dicha sentencia. Ademds, el juez o tribunal que tramite el exe- ‘quétur debe negarlo si la jurisdiccién del juez que dict6 la sentencia extranjera carece de todo fundamento razonable. Gotpscuwipt"” da como ejemplo el de un juez que juzga en una acci6n personal, porque el demandante habfa sido alguna vez ciudadano del Estado del jucz. Enel sistema interamericano, como se observé en los parrafos preceden- tes, los Tratados de Montevideo de 1889 y 1940 (Tratados de Derecho Civil Internacional, Derecho Comercial Internacional y Navegacién Comercial In- Revue Critique de Droit International Privé, t. 59, 1970, rxim. 2, pags. 327 y ss. " Werner Gotoscimipr, Estudio publicado en el Informe Final de la Reunién de Ex- pertos en Derecho Internacional Privado, OBA/Ser. K/xx1, 1980, pag. 113. EFICACIA DE SENTENCIAS Y LAUDOS ARBITRALES EXTRANJEROS ant ternacional) y el Codigo Bustamante (libro 42) establecen normas sobre juris- dicci6n internacional. Pero estas normas no vinculan a todos los Estados ame- ricanos y desde luego a los Estados que siguen el common law. Por esta razén es importante que todos los Estados americanos ratifiquen la Convenei6n In- teramericana sobre Competencia en la esfera internacional para la eficacia ex- traterritorial de las sentencias extranjeras de La Paz (Bolivia) de 24 de mayo de 1984, suscrita en la Tercera Conferencia Especializada Interamericana sobre Derecho Internacional Privado. A los principios de esta Convencién ya hici- mos referencia, pero advertimos que esta no sc aplica a las siguientes materias: a) estado civil y capacidad de las personas fisicas; b) divorcio, nulidad de ma- rimonio y régimen de bienes en el matrimonio; c) pensiones alimentarias; d) sucesi6n testamentaria o intestada; e) quiebras, concursos, concordatos 0 pro- cedimientos andlogos; f) liquidacidn de sociedades; g) cuestiones laborales; h) seguridad social; i) arbitraje: j) dafios y perjuicios de naturaleza extracontrac~ twal; y k) cuestiones maritimas y aéreas. Esta Convencién tiende a establecer mejor cooperacién judicial entre todos los Estados americanos. Ademés, se clabor6 precisamente para la eficaz, apli- caci6n del articulo 22, inciso d) de la Convencién Interamericana sobre Efi cia Extraterritorial de las Sentencias y Laudos Arbitrales Extranjeros, firmada en la ciudad de Montevideo el 8 de mayo de 1979, que debiera también ser ratificada por todos los Estados americanos. REGIMEN DE RECONOCIMIENTO Y EJECUCION DE ORIGEN INSTITUCIONAL! EL REGLAMENTO 44/2001 El régimen de reconocimiento y ejecucién de decisiones extranjeras de origen institucional se encuentra recogido en el Reglamento (CE) 44/2001 del Consejo, de 22 de diciembre de 2000, relativoa la competencia judicial, el reco nocimiento y la ejecucién de resoluciones judiciales en materia civil y mercan- til (DOCE L 12 de 16.01.2001), El Reglamento constituye un paso hacia la supresiGn del exequaturen los paises miembros de la Unién Europea. El Reglamento (CE) 805/204 del Parlamento Europeo y del Conejo, de 21 de abril de 2004, por el que se establece un titulo ejecutivo europeo crédi- tos no impugnados, tiende hacia la eliminacién del exequatur El objeto del Reglamento es suprimir el exequaitur como condici6n pre- via a la ejecuci6n en otro Estado miembro, y se sustituye por el procedimiento de “certificacin”, de tal manera que la resolucidn certificada como titulo eje- cutivo europeo (TEE) en e! Estado miembro de origen sea reconocida y ejecu- tada en los demas Estados miembros sin que se requiera ninguna otra declara- ci6n de ejecutividad y sin posibilidad alguna de impugnar su reconocimiento, 312 CONFLICTOS DE LEYES El articulo 5 del Reglamento dice: “A su vez la certificacién tiene por objeto la comprobacién de que se han respetado las normas minimas estable- cidas por el propio Reglamento normas que tienen que ver con las exigencias de un proceso justo y equitativo, en el sentido del articulo 6 del Convenio Europeo de Salvaguarda de los Derechos Fundamentales de 1950, que corres- ponde al 47 de la Carta de Derechos Fundamentales de la UE (derecho a la tutela judicial efectiva y a un juez imparcial) por cuanto la mayor parte de las resoluciones sobre créditos no impugnados se habrén dictado sin comparecen- cia del deudor demandado”. Lacertificacidnes una alternativa al exequatur siempre que se retinan los requisitos establecidos en el Reglamento 805/2204. CONCLUSIONES La forma de tramitar y las condiciones requeridas para el reconocimiento y ejecucién de sentencias y laudos arbitrales extranjeros (tal como otras provi- dencias judiciales que tengan fuerza de sentencia) dictados en procesos civiles y comerciales se harfan mas faciles si los Estados americanos ratifican las si- guientes convenciones: a) Convencién Interamericana sobre Eficacia Extrate- rritorial de las Sentencias y Laudos Arbitrales Extranjeros, de Montevideo de 8 de mayo de 1979; b) Convencién Interamericana sobre Competencia en la Esfera Internacional para la Eficacia Extraterritorial de las Sentencias Extran- jeras de La Paz (Bolivia) de 24 de mayo de 1984: c) Convencién Interameri- cana sobre Arbitraje Comercial Internacional de Panamé, 30 de enero de 1975: y 4) Convencién Interamericana sobre Normas Generales de Derecho Interna- cional Privado, de 8 de mayo de 1979. Desde luego que los Estados america- nos debieran ratificar todas las convenciones suscritas en las tres Conferencias Especializadas Interamericanas para unificar las reglas de solucién de conflic- tosen materias civil, comercial y procesal internacional en el sistema interame- ricano. La ratificacién de las convenciones sobre eficacia extraterritorial de las sentencias y laudos arbitrales constituiria indudablemente una forma de coope- raci6n eficaz para la mejor administraci6n de justicia en los Estados america- nos. Las normas de estas convenciones contienen soluciones y principios que tienen en cuenta tanto el conunon law como lo previsto en los Tratados de Montevideo, el Cédigo Bustamante y la doctrina existente en América sobre derecho internacional privado.

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