2012 HHAyNPM Malacates

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LOS MALACATES ARQUEOLÓGICOS DE LA PENÍNSULA DE YUCATAN

Article  in  Ancient Mesoamerica · September 2012


DOI: 10.1017/S0956536112000284

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2 authors:

Héctor Hernandez Nancy Peniche


Universidad Autónoma de Yucatán University of California, San Diego
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LOS MALACATES ARQUEOLÓGICOS DE LA PENÍNSULA DE YUCATAN
Héctor Hernández Álvarez and Nancy Peniche May

Ancient Mesoamerica / Volume 23 / Issue 02 / September 2012, pp 441 ­ 459
DOI: 10.1017/S0956536112000284, Published online: 

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Héctor Hernández Álvarez and Nancy Peniche May (2012). LOS MALACATES ARQUEOLÓGICOS DE LA PENÍNSULA DE 
YUCATAN. Ancient Mesoamerica, 23, pp 441­459 doi:10.1017/S0956536112000284

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Ancient Mesoamerica, 23 (2012), 441–459
Copyright © Cambridge University Press, 2012
doi:10.1017/S0956536112000284

LOS MALACATES ARQUEOLÓGICOS DE LA


PENÍNSULA DE YUCATAN

Héctor Hernández Álvareza y Nancy Peniche Mayb


a
Facultad de Ciencias Antropológicas, Universidad Autónoma de Yucatán, Km. I Carr. Mérida – Tizimin, Cholul, CP 97305, Mérida,
Yucatán, México
b
Department of Anthropology, University of California, San Diego, 9500 Gilman Drive, La Jolla, California, 92093-0532

Abstract
El trabajo presenta una propuesta de tipología de malacates procedentes de distintos sitios de las tierras bajas mayas del norte tales como
Chichen Itza, Ciudad Caucel, Dzidzilche, Ek Balam, Poxila, Siho, Isla Cerritos, Ichpaatun y Xaman Susula. Tales malacates corresponden
a temporalidades que van desde el período preclásico hasta el posclásico. El análisis de esta muestra se basa en la correlación de sus
atributos formales. Otros atributos tales como el tipo cerámico, el contexto del hallazgo y sus elementos decorativos y simbólicos también
son considerados. El principal objetivo es demostrar que en la península de Yucatan hay evidencia de una continuidad de la presencia de la
industria textil, así como cambios en la forma y el uso de los malacates, que muy probablemente sirvieron para el hilado de fibras de
algodón. Consideramos que estos objetos en el área maya, muestran una estrecha relación con las labores femeninas, esto a partir de su
contrastación con datos provenientes de las fuentes etnohistóricas, de las representaciones iconográficas sobre la actividad textil y los
mismos malacates provenientes de otras regiones de Mesoamérica, principalmente el centro de México. De manera particular,
pretendemos determinar si es posible obtener información complementaria sobre el tipo de fibras que se hilaban con ellos o cuestiones más
complejas, como la atribución de género y estatus, que son aspectos recurrentes en la interpretación de estos materiales arqueológicos.

La actividad textil mesoamericana, que se desarrolló desde épocas Al igual que los textiles y las fibras que la componían, la tecnología
tempranas y que se fue perfeccionando con el paso del tiempo, del hilado y el tejido en Mesoamérica era altamente perecedera, por
constituyó, sin lugar a duda, una industria fundamental para los dis- lo que ha resultado difícil reconstruir todos sus aspectos
tintos pueblos que habitaron, y hasta para los que aún sobreviven, en arqueológicamente. Los artefactos que la componían eran telares de
esta región. En la antigüedad, su alto valor económico y social sirvió cintura hechos de madera y variados instrumentos de hueso y
para que esta actividad fuera utilizada como un medio de control madera, como agujas y punzones, que difícilmente se conservan. Sin
político-económico por varios estados preindustriales de la América embargo, entre los artefactos más comunes presentes en los contextos
precolombina (ver, por ejemplo, Costin [1993] para el caso de domésticos arqueológicos mesoamericanos se encuentran los mala-
Peru). Sin embargo, su trascendencia no se limita sólo a los aspectos cates o contrapesos de los husos empleados para realizar la labor del
socio-económicos ya que también contamos con una amplia eviden- hilado (Hendon 1995:60). El término malacate proviene del náhuatl
cia sobre la importancia simbólica, ritual e identitaria que caracteri- malacatl, huso o cosa giratoria, y designa a un objeto que sirve de con-
zaba a la actividad textil en la antigüedad (Schneider 1987). trapeso al colocarse en la parte inferior de un huso o astil, cuya función
Aunado a lo anterior, el algodón ha sido considerado como una es la de mantener una inercia giratoria para conseguir formar un hilo a
de las fibras más finas y más demandadas por las antiguas comuni- partir de una masa de fibras; también se le conoce como fusayola,
dades de Mesoamérica. El algodón se significó como un bien apre- peso, volante, tortera y rodaja (Ramírez Martínez 1994).
ciado para su uso cotidiano y ritual al constituirse en la materia Una gran variedad de malacates, principalmente de cerámica y
prima de una gran cantidad de vestimenta o al ser utilizado para piedra, han sido reportados en distintos contextos arqueológicos
fabricar mantas para el intercambio y/o el tributo. Por lo tanto, alrededor del mundo y se les ha llegado a estudiar siguiendo diver-
este producto fue altamente demandado por las comunidades sas estrategias analíticas, incluso experimentales, que buscan discer-
mesoamericanas desde la época prehispánica y aún entrada la nir sobre sus propiedades físicas, tecnológicas y/o simbólicas
época colonial (Brumfiel 1997; Clark y Houston 1998; Quezada (Chmielewski y Gardynski 2010; Keith 1998; Kimbrough 2006;
2001). Desgraciadamente, las muestras conservadas de textiles Tiedemann y Jakes 2006). En el caso de Mesoamérica
son muy escasas (Vaillant 1939), lo más que se ha podido recuperar prehispánica, sabemos que los malacates fueron elaborados princi-
sobre la riqueza y la diversidad de los textiles prehispánicos pro- palmente de cerámica y de materiales tan diversos como piedra,
viene de evidencias secundarias como las ricas representaciones madera, concha, calabaza, coral e incluso semillas de algunas
gráficas, la documentación etnohistórica y, sobre todo, los distintos plantas. Esta variedad de materiales empleados para elaborar los
trabajos etnográficos realizados entre pueblos actuales que aún con- malacates, aunado a sus distintas formas, pesos y tamaños, posible-
servan parte de la rica tradición textil en México y Guatemala prin- mente nos esté refiriendo a diversas modalidades del hilado, corres-
cipalmente (Brumfiel 2007a). pondiente a los diversos tipos de fibras que se trabajaban en la
antigüedad como el algodón, el ixtle, el izote, el pelo tanto de
E-mail correspondence to: hhernandez@uady.mx humano como de animales, plumas u otro tipo de fibras vegetales

441
442 Hernández Álvarez y Peniche May

(McCafferty y McCafferty 1998:216; Mastache 1971; Voorhies 2007; Charlton et al. 1991), el Valle de Hueypoxtla (Palma Linares
1991). et al. 2007), Texcoco (Noguera 1975), Culhuacan (von Winnning
A partir de lo señalado anteriormente, en este trabajo nos propo- 1993), Chiconautla (Elson 1999) y los pueblos de Huexotla,
nemos realizar un estudio sistemático de una muestra de malacates Xaltocan y Xico (Brumfiel 1991, 1997, 2001, 2007a, 2007b).
arqueológicos, recuperados de diversos sitios de la península de En regiones aledañas a la Cuenca de México, se tienen eviden-
Yucatan, para intentar acercarnos a los cuestionamientos sobre cias de malacates provenientes de la zona de Tlaxcala (García Cook
diversos aspectos de la actividad textil en el área maya. Los aspectos y Merino 1997; Serra Puche 2002), de varios sitios en el actual
que se discutirán a continuación consisten en hacer un breve estado de Morelos (Brumfiel 1991; Fauman-Fichman 1999; Smith
recuento de los antecedentes de estudio de los malacates en el y Heath-Smith 2000; Smith y Hirth 1988), la región de Tula
área de Mesoamérica en general y la región maya en particular. (Franco 1956), la Huasteca (Ekholm 1944) y Cholula (McCafferty
Posteriormente, presentamos los elementos que componen la base y McCafferty 1998, 2000, 2007), los cuales datan también para el
de datos de los malacates de la península de Yucatan y la contrasta- período posclásico.
mos con una tipología general emanada del estudio de autores como El estudio de McCafferty y McCafferty (2000) sobre la impre-
Parsons (1972, 1975) y McCafferty y McCafferty (2000, 2008). sionante muestra de malacates provenientes de Cholula es un
Además, intentamos hacer un análisis propio, basado en las cues- notable ejemplo del desarrollo analítico de los estudios aplicados
tiones formales, funcionales, temporales e iconográficas de los a estos elementos arqueológicos. Su tipología es ampliamente referi-
materiales, para establecer algunas consideraciones a nivel regional. da y su metodología de análisis es frecuentemente utilizada. Además,
Por último, nos daremos a la tarea de discutir brevemente algunas de sus análisis iconográficos y de fuentes han evidenciado ampliamente
las implicaciones, derivadas del estudio de dichos artefactos con a favor de desentrañar la ideología de género que permeaba las
respecto a cuestiones sociales, económicas e ideológicas relaciona- prácticas textiles en la época prehispánica (McCafferty y
das comúnmente con la actividad textil prehispánica. McCafferty 1998, 1999).
En otras regiones de Mesoamérica también se han estudiado
algunos aspectos relacionados con este tipo de objetos
ESTUDIOS SOBRE MALACATES EN MESOAMÉRICA
arqueológicos, predominan principalmente las descripciones de los
El uso de los malacates como elementos importantes en la actividad artefactos, su temporalidad y su relación con la intensificación en la
textil mesoamericana está ilustrado en varios documentos y códices actividad textil. Por ejemplo, destacan los hallazgos de malacates y
de inicios de la época colonial, como los recopilados por Sahagún discos de cerámica perforados fechados para períodos tempranos, prin-
(1985), y se sabe aún de su uso entre varios grupos indígenas del cipalmente del formativo o preclásico medio, provenientes de la Costa
México actual (Parsons 2005). Aunado a esto, existen varios traba- del Pacífico, de sitios como Balberta (Arroyo y Bove 1991) y El
jos que se han encargado, de alguna u otra forma, de analizar sobre Bálsamo (Stark et al. 1985), además de sitios de la zona nuclear
todo los aspectos formales, funcionales e iconográficos de los mala- olmeca en la Costa del Golfo (Follensbee 2008).
cates arqueológicos en distintas regiones de Mesoamérica. La presencia de malacates formales, junto con otros artefactos
El trabajo realizado por Parsons (1972, 1975) es uno de los estu- propios de la manufactura textil, se encuentra bien documentada
dios pioneros sobre la materia; sentó las bases para el posterior en Oaxaca, sobre todo en emplazamientos domésticos de sitios de
análisis de estos materiales e incentivó el interés por estudiar tierras altas como Ejutla y El Palmillo, fechados para el período
dichos elementos en contextos arqueológicos y contemporáneos. clásico (Feinman y Nicholas 2006; Feinman et al. 1994). Además
A partir de establecer varias correlaciones morfológicas de una se han hecho estudios sobre malacates provenientes de sitios de la
muestra extensa de malacates procedentes del valle de región de la costa como Río Viejo, que estuvo habitado durante el
Teotihuacan, esta autora sugirió que existían diferencias significati- posclásico (King 2008). Igualmente se ha documentado la presencia
vas entre los contrapesos utilizados para hilar fibras duras y de elementos representativos de la actividad textil en las ricas
gruesas—como aquéllas provenientes del maguey—con respecto tumbas mixtecas del período posclásico en Monte Albán
a los malacates usados para hilar fibras más finas y ligeras como (McCafferty y McCafferty 1994).
el algodón. Además, dicha investigadora corroboró su trabajo con Por su parte, en el Soconusco chiapaneco también han aparecido
varios experimentos realizados con hilanderas expertas de un una gran diversidad de malacates fechados principalmente para el
pueblo de la región de El Mezquital, en el Estado mexicano de clásico y el posclásico tardío (Voorhies 1991). Por su parte, en el
Hidalgo, quienes emplearon diversos malacates prehispánicos para estado de Veracruz se ha reportado la presencia de malacates en
hilar distintos tipos de fibras de maguey (Parsons 2005). sitios como Matacapan (Hall 1997) y la región de La Mixtequilla
De acuerdo con lo reportado hasta ahora, la distribución de estos (Stark et al. 1998). Además, también se cuenta con evidencia de
artefactos en el área de Mesoamérica es muy amplia, abarcando artefactos para la elaboración de textiles—agujas, punzones—y
todas las regiones culturales y períodos, pero con sus respectivas gran cantidad de malacates en emplazamientos periféricos de la
peculiaridades. A partir de una comparación somera de los mala- región mesoamericana como el sitio posclásico de Santa Isabel en
cates reportados por la literatura en esta región podemos destacar Nicaragua (McCafferty 2008; McCafferty y McCafferty 2008).
que las principales variaciones las encontramos en los aspectos for- Un estudio que resulta muy interesante es el planteado por Stark
males del artefacto, los porcentajes de presencia de estos objetos por y sus colegas (1998), quienes intentan reconstruir la secuencia tem-
período y contexto, aspectos relativos a la iconografía y el tipo de poral de la industria textil de algodón en la zona denominada La
materia prima utilizada para su elaboración. Mixtequilla, Veracruz a partir de una muestra de malacates y herra-
Por ejemplo, para la región de la Cuenca de México se han recupe- mientas de hueso de diferentes períodos. El intento por establecer
rado y analizado malacates principalmente del período posclásico, dicha secuencia, con respecto a la distribución de los artefactos
con marcada filiación azteca, provenientes de sitios y regiones para elaborar textiles, se justifica por el hecho de que intenta respon-
como el Valle de Teotihuacan (Parsons 1972, 1975), Tlatelolco der a preguntas más amplias referentes a la economía política de la
(Ramírez Martínez 1994), la zona de Otumba (Charlton y Charlton región. Por lo que, a partir de estudiar los aspectos referentes a la
Los malacates arqueológicos de la península de Yucatan 443

industria textil del algodón en la región (factores posclásico (Tabla 1). Nuestra intención inicial fue la de reunir una
medio-ambientales, tecnológicos, históricos, etc.) y las evidencias muestra regional de este tipo de artefactos que fuera susceptible de
materiales de la misma, los autores argumentan que la manufactura, irse ampliando. Una vez logrado este objetivo, nuestro interés se
el intercambio y el consumo de textiles de algodón en La centró en contrastar los datos obtenidos de la muestra con respecto a
Mixtequilla fueron actividades importantes para la economía otras tipologías previamente establecidas.
política de la región desde el preclásico y hasta el período
posclásico. Principalmente durante el clásico, al igual que ocurre
ANÁLISIS TIPOLÓGICO DE LOS MALACATES
en Matacapan (Hall 1997), la producción y muy probablemente la
PENINSULARES
exportación de fibra o textiles de algodón se significaron como acti-
vidades fundamentales en la región sur-central de Veracruz (Stark En un estudio previo fueron clasificados 191 malacates procedentes
et al. 1998). de Chichen Itza, Ciudad Caucel, Dzibilchaltun, Ichpaatun, Isla
Para la zona maya, los primeros reportes de malacates provienen Cerritos, Poxila, San Gervasio, Siho, Tekax y Xelha siguiendo prin-
de sitios como Chichen Itza (Bolles 1977; Cobos Palma y cipalmente la tipología establecida por McCafferty y McCafferty
Fernández Souza 1998; Coggins y Shane 1989; Fernández Souza (2000) para los malacates posclásicos de Cholula y la clasificación
1999; Kidder 1943), Mayapan (Proskouriakoff 1962), morfológica establecida por Carrillo Góngora (2003) para un con-
Balankanche (Andrews 1970), la isla de Cozumel (Phillips 1979), junto de malacates provenientes de Chichen Itza, Dzibilchaltun,
Dzibilchaltun (Taschek 1992) y Altar de Sacrificios (Willey San Gervasio y Xelha (Hernández Álvarez y Peniche May 2008).
1972). Más recientemente han sido estudiados en sitios como Esta muestra de malacates se ha ampliado a 201 elementos al
Copan (Hendon 1995, 1997), Aguateca (Inomata et al. 2002), incluir malacates recuperados recientemente en otros sitios como
Caracol (Chase et al. 2008), Motul de San José (Halperin 2008) y Dzidzilche, Ek Balam y Xaman Susula (Figura 1 y Tabla 2).
K’axob (Bartlett 2004). También se han recuperado malacates en Como ya mencionamos, la temporalidad de tales artefactos es
contextos domésticos emplazados en lugares predominantemente diversa, ya que datan desde el periodo preclásico medio hasta el
rurales como Chichicapa en el estado de Tabasco, México posclásico (Figura 2). Asimismo, aunque la gran mayoría de los
(Gallegos Gómora 2009), Chan Noohol y Pooḱs Hill en Belice malacates de la muestra fueron elaborados en cerámica, también
(Morehart y Helmke 2008) y Cerén en El Salvador tenemos conocimiento de artefactos manufacturados en otros materi-
(Beaudry-Corbett y McCafferty 2002). ales como el hueso, las semillas de la planta de cocoyol y en materi-
Como hemos visto hasta aquí, los malacates son artefactos ales líticos diversos (Tabla 3). Para ver imágenes de las formas y
arqueológicos cuya presencia está documentada en amplias regiones algunos de estos tipos de malacates hechos con materiales diversos
y muchos sitios de Mesoamérica para todos los períodos. Sus remitirse al trabajo de Taschek (1992:162, 169, 175).
características morfológicas son variadas, pero ahora sabemos que Basándonos en los trabajos elaborados por McCafferty y
los más grandes y pesados se utilizaban para hilar fibras gruesas, McCafferty (2000, 2008) y Parsons (1972, 1975), tomamos en
como las obtenidas del maguey, y que aquellos malacates de consideración atributos métricos tales como el diámetro de la
menor tamaño y peso servían para hilar algodón. Hasta el pieza, la altura, el diámetro de la perforación central, el peso y la
momento la mayoría de estos artefactos han aparecido en contextos forma calculada a partir de la proporción altura-diámetro (ratio).
domésticos, tanto de élite como de gente común, así como en Cada una de estas variables métricas se relaciona con las propie-
asociación a contextos más simbólicos. Es común encontrarlos dades funcionales de rotación del malacate y se vinculan directa-
también formando parte de ofrendas funerarias (Chase et al. 2008; mente con la calidad de la hebra que se produce; incluyendo
McCafferty y McCafferty 1994), ofrendas dedicadas en edificios aspectos como el grosor, el grado de torsión y, de manera indirecta,
(Pool Cab 2006; Serra Puche 2002), depósitos rituales (Kamp el método de hilado (McCafferty y McCafferty 2000).
et al. 2006) y en cuevas y cenotes (Andrews 1970; Brady et al. El objetivo de esta parte del análisis fue determinar si la tipología
1992; Coggins y Shane 1989). Además, los malacates fueron producto de los trabajos arriba mencionados es aplicable a la
objetos ampliamente representados en su forma de uso o como muestra proveniente de la península de Yucatan. La base de datos
parte de los tocados de algunos dioses y diosas en los códices primordial para nuestro análisis, en un inicio, se constituyó de la
mesoamericanos (Berdan y Anawalt 1992; Hamann 1997; clasificación elaborada por Carrillo Góngora (2003), basada en
McCafferty y McCafferty 1998, 1999). los atributos morfológicos de una colección de artefactos resguarda-
A diferencia de los estudios realizados con malacates del centro dos en el Museo de Antropología de la ciudad de Mérida, Yucatan
de México, en el área maya, y específicamente en la península de (Figura 3). Posteriormente se añadieron otros malacates a la muestra,
Yucatan, se carece de un estudio que se haya centrado en estos mate- por lo general recién descubiertos, tratando de determinar si existía
riales arqueológicos con un enfoque regional. Muchas veces, la algún patrón entre la morfología de los malacates, su temporalidad y
carencia de registros precisos sobre estos artefactos en contextos el contexto de donde proceden. También consideramos importante
arqueológicos se debe a diversos factores como el hecho de que incluir las imágenes representadas en la superficie de los malacates
estos objetos bien pudieron haber sido manufacturados con para describir e intentar establecer si existe alguna correlación entre
materiales perecederos (madera, semillas o hueso), por lo que su los elementos icónicos que presentan (Figuras 4 y 5).
estado de conservación no es bueno, o debido a que estos elementos, En términos generales, los malacates de la muestra exhiben un
como en el caso de los discos o tiestos reutilizados, no son recono- diámetro que oscila entre 12 mm y 57.5 mm, poseen una altura
cidos como malacates. Tomando conciencia de este sesgo en la que abarca entre 6 y 20 mm, tienen una perforación central con
información, y con un deseo por indagar en las particularidades del un diámetro entre 3 mm y 10 mm y un peso que varía entre 1g y
trabajo textil prehispánico en la península de Yucatan, nos propusimos 30 g. Partiendo de los datos anteriores, mencionaremos que sólo
la tarea de reunir y analizar una muestra que se compone de 201 se pudo establecer una correlación moderada entre el diámetro
malacates, provenientes de trece sitios de la península con diversas total de los malacates con respecto al peso de los mismos (r de
temporalidades que van desde el preclásico medio hasta el Pearson = 0.695, p = 0.000, n = 174 malacates sólo de cerámica)
444 Hernández Álvarez y Peniche May

Tabla 1. Presenta los atributos de una muestra de 201 malacates provenientes de la península de Yucatan

Diámetro Altura Diámetro de perforación Peso


Malacate Sitio Material Condición (mm) (mm) Ratio (mm) (g) Decoración

M-CI-032 Chichen Itza Cerámica Completo 26 7 .27 6 4 Zoomorfa (ave)


M-CI-015 Chichen Itza Cerámica Completo 26 9 .35 8 5 Fitomorfa
M-CI-065 Chichen Itza Cerámica Completo 32 17 .53 10 5 Geométrica
M-CI-054 Chichen Itza Cerámica Completo 25 12 .48 8 6 Fitomorfa
M-CI-023 Chichen Itza Cerámica Completo 30 12 .4 6 7 Fitomorfa
M-CI-042 Chichen Itza Cerámica Completo 26 11 .42 8 7 Fitomorfa
M-CI-001 Chichen Itza Cerámica Completo 27 12 .44 6 8 Fitomorfa
M-CI-057 Chichen Itza Cerámica Completo 21 14 .67 6 8 Liso
M-CI-005 Chichen Itza Cerámica Completo 29 12 .41 7 8 Zoomorfa (ave)
M-CI-022 Chichen Itza Cerámica Completo 29 12 .41 7 8 Fitomorfa
M-CI-033 Chichen Itza Cerámica Completo 26 12 .46 7 8 Zoomorfa (ave)
M-CI-016 Chichen Itza Cerámica Completo 27 13 .48 7 8 Fitomorfa
M-CI-036 Chichen Itza Cerámica Completo 28 14 .5 7 8 Zoomorfa (ave)
M-CI-025 Chichen Itza Cerámica Completo 27 15 .56 7 8 Liso
M-CI-063 Chichen Itza Cerámica Completo 24 14 .58 7 8 Geométrica
M-CI-037 Chichen Itza Cerámica Fragmentado 28 13 .46 7 — Zoomorfa (ave)
M-CI-027 Chichen Itza Cerámica Completo 24 17 .71 7 8 Zoomorfa (ave)
M-CI-030 Chichen Itza Cerámica Completo 30 10 .33 8 8 Zoomorfa (ave)
M-CI-056 Chichen Itza Cerámica Completo 29 13 .45 8 8 Zoomorfa (ave)
M-CI-021 Chichen Itza Cerámica Completo 27 13 .48 8 8 Geométrica
M-CI-043 Chichen Itza Cerámica Completo 26 13 .5 8 8 Geométrica
M-CI-070 Chichen Itza Cerámica Completo 33 19 .58 8 8 Zoomorfa (ave)
M-CI-067 Chichen Itza Cerámica Completo 30 11 .37 9 8 Zoomorfa (ave)
M-CI-055 Chichen Itza Cerámica Completo 28 12 .43 9 8 Liso
M-CI-047 Chichen Itza Cerámica Completo 29 12 .41 6 9 Fitomorfa
M-CI-068 Chichen Itza Cerámica Completo 26 9 .35 7 9 Zoomorfa
(felino)
M-CI-066 Chichen Itza Cerámica Completo 29 12 .41 7 — Geométrica
M-CI-009 Chichen Itza Cerámica Fragmentado 28 16 .57 7 — Zoomorfa (ave)
M-CI-041 Chichen Itza Cerámica Completo 29 13 .45 7 9 Zoomorfa
M-CI-049 Chichen Itza Cerámica Completo 29 14 .48 7 9 Geométrica
M-CI-018 Chichen Itza Cerámica Completo 27 15 .55 7 9 Geométrica
M-CI-073 Chichen Itza Cerámica Completo 29 20 .7 7 9 Fitomorfa
M-CI-014 Chichen Itza Cerámica Completo 29 12 .41 8 9 Geométrica
M-CI-004 Chichen Itza Cerámica Completo 29 13 .49 8 9 Zoomorfa
(mono)
M-CI-024 Chichen Itza Cerámica Completo 26 14 .54 8 9 Geométrica
M-CI-028 Chichen Itza Cerámica Fragmentado 34 9 .26 8 — Zoomorfa
M-CI-071 Chichen Itza Cerámica Completo 30 15 .5 9 9 Erosionado
M-CI-017 Chichen Itza Cerámica Completo 24 16 .67 9 9 Geométrica
M-CI-058 Chichen Itza Cerámica Completo 30 13 .43 6 10 Geométrica
M-CI-069 Chichen Itza Cerámica Completo 29 13 .45 7 10 Zoomorfa
(mono)
M-CI-031 Chichen Itza Cerámica Fragmentado 29 12 .41 8 — Zoomorfa (ave)
M-CI-007 Chichen Itza Cerámica Completo 30 14 .47 7 10 Zoomorfa (ave)
M-CI-074 Chichen Itza Cerámica Completo 24 15 .63 7 10 Zoomorfa (ave)
M-CI-029 Chichen Itza Cerámica Completo 31 11 .35 8 10 Zoomorfa (ave)
M-CI-064 Chichen Itza Cerámica Completo 32 16 .5 8 10 Fitomorfa
M-CI-062 Chichen Itza Cerámica Completo 26 14 .54 8 10 Fitomorfa
M-CI-053 Chichen Itza Cerámica Completo 27 16 .59 8 10 Fitomorfa
M-CI-013 Chichen Itza Cerámica Completo 27 18 .67 9 10 Geométrica
M-CI-012 Chichen Itza Cerámica Completo 25 12 .48 6 11 Geométrica
M-CI-006 Chichen Itza Cerámica Completo 32 11 .34 7 11 Geométrica
M-CI-012 Chichen Itza Cerámica Completo 25 12 .48 6 11 Geométrica
M-CI-006 Chichen Itza Cerámica Completo 32 11 .34 7 11 Geométrica
M-CI-044 Chichen Itza Cerámica Completo 28 17 .61 7 11 Fitomorfa
M-CI-034 Chichen Itza Cerámica Completo 29 18 .62 7 11 Zoomorfa (ave)
M-CI-046 Chichen Itza Cerámica Completo 29 18 .62 7 11 Zoomorfa (ave)
M-CI-039 Chichen Itza Cerámica Completo 30 14 .47 8 11 Geométrica
M-CI-052 Chichen Itza Cerámica Completo 29 13 .49 8 11 Zoomorfa (ave)

Continued
Los malacates arqueológicos de la península de Yucatan 445

Tabla 1. Continued

Malacate Sitio Material Condición Diámetro Altura Ratio Diámetro de perforación Peso Decoración
(mm) (mm) (mm) (g)

M-CI-051 Chichen Itza Cerámica Completo 28 15 .53 8 11 Fitomorfa


M-CI-050 Chichen Itza Cerámica Completo 29 15 .52 9 11 Fitomorfa
M-CI-040 Chichen Itza Cerámica Completo 30 14 .47 7 12 Geométrica
M-CI-048 Chichen Itza Cerámica Completo 30 14 .47 8 12 Zoomorfa
M-CI-002 Chichen Itza Cerámica Completo 28 17 .61 8 12 Geométrica
M-CI-035 Chichen Itza Cerámica Completo 28 15 .53 7 13 Zoomorfa (ave)
M-CI-020 Chichen Itza Cerámica Completo 29 18 .62 8 13 Geométrica
M-CI-038 Chichen Itza Cerámica Completo 31 15 .48 8 14 Geométrica
M-CI-019 Chichen Itza Cerámica Completo 31 17 .55 8 14 Geométrica
M-CI-045 Chichen Itza Cerámica Completo 37 9 .24 7 15 Geométrica
M-CI-072 Chichen Itza Cerámica Completo 28 20 .71 7 15 Zoomorfa (ave)
M-CI-011 Chichen Itza Piedra Completo 27 12 .44 8 15 Liso
M-CI-026 Chichen Itza Cerámica Completo 36 15 .42 7 17 Liso
M-CI-003 Chichen Itza Cerámica Completo 33 18 .54 6 18 Geométrica
M-CI-008 Chichen Itza Cerámica Completo 37 15 .41 8 — Zoomorfa (ave)
M-CI-061 Chichen Itza Piedra Completo 20 15 .75 4 — Fitomorfa
M-CI-060 Chichen Itza Cerámica Completo 30 11 .37 6 — Zoomorfa (ave)
M-CI-010 Chichen Itza Cerámica Completo 29 16 .55 7 — Geométrica
M-CI-059 Chichen Itza Cerámica Fragmentado 30 13 .43 — — Zoomorfa (ave)
M-CCL06-012 Ciudad Cerámica Completo 28 12 .43 7 8 Geométrica
Caucel
M-CCL05-021 Ciudad Cerámica Completo 28 13 .46 7 8 Zoomorfa (ave)
Caucel
M-CCL05-022 Ciudad Cerámica Completo 27 13 .48 7 8 Zoomorfa (ave)
Caucel
M-CCL05-016 Ciudad Cerámica Fragmentado 29 14 .48 7 4 Zoomorfa (ave)
Caucel
M-CCL06-013 Xaman Susula Cerámica Completo 28 16 .57 8 11 Geométrica
M-CCL06-014 Xaman Susula Cerámica Completo 30 13 .43 8 11 Geométrica
M-CCL05-003 Ciudad Cerámica Fragmentado 27 8 .26 4 5 Liso
Caucel
M-CCL06-015 Ciudad Cerámica Completo 24 8 .33 6 3 Liso
Caucel
M-CCL05-005 Ciudad Cerámica Completo 29 6 .21 5 4 Liso
Caucel
M-CCL05-002 Ciudad Cerámica Completo 29 7 .24 5 4 Liso
Caucel
M-CCL05-008 Ciudad Cerámica Fragmentado 31 7 .23 5 5 Liso
Caucel
M-CCL05-009 Ciudad Cerámica Fragmento 25 8 .32 5 3 Liso
Caucel
M-CCL06-011 Ciudad Cerámica Completo 23 9 .39 3 5 Liso
Caucel
M-CCL05-001 Ciudad Cerámica Completo 32 6 .19 6 5 Liso
Caucel
M-CCL05-006 Ciudad Cerámica Completo 32 7 .22 6 6 Liso
Caucel
M-CCL05-004 Ciudad Cerámica Completo 30 7 .23 7 6 Liso
Caucel
M-CCL05-007 Ciudad Cerámica Fragmentado 38 6 .16 7 6 Liso
Caucel
M-CCL05-010 Ciudad Cerámica Fragmento 30 8 .27 7 3 Liso
Caucel
M-DZ-016 Dzibilchaltun Cocoyol Completo 17 15 .88 5 1 Liso
M-DZ-010 Dzibilchaltun Hueso Completo 18 12 .67 5 2 Liso
M-DZ-017 Dzibilchaltun Cocoyol Completo 18 15 .83 6 2 Liso
M-DZ-015 Dzibilchaltun Cocoyol Completo 19 17 .89 6 2 Liso
M-DZ-002 Dzibilchaltun Piedra Completo 18 7 .39 3 3 Liso
M-DZ-011 Dzibilchaltun Piedra Completo 15 7 .47 4 3 Liso
M-DZ-005 Dzibilchaltun Hueso Completo 22 11 .5 4 4 Liso

Continued
446 Hernández Álvarez y Peniche May

Tabla 1. Continued

Malacate Sitio Material Condición Diámetro Altura Ratio Diámetro de perforación Peso Decoración
(mm) (mm) (mm) (g)

M-DZ-009 Dzibilchaltun Hueso Completo 20 11 .55 5 4 Liso


M-DZ-014 Dzibilchaltun Madera Completo 24 14 .58 7 4 Liso
M-DZ-012 Dzibilchaltun Piedra Completo 18 11 .61 6 5 Liso
M-DZ-018 Dzibilchaltun Cocoyol Completo 25 20 .8 6 5 Liso
M-DZ-008 Dzibilchaltun Piedra Completo 25 10 .4 7 9 Liso
M-DZ-004 Dzibilchaltun Piedra Completo 20 9 .45 3 — Liso
M-DZ-003 Dzibilchaltun Piedra Completo 19 9 .47 3 — Liso
M-DZ-001 Dzibilchaltun Piedra Completo 17 10 .58 4 — Liso
M-DZ-006 Dzibilchaltun Piedra Completo 21 14 .67 4 — Liso
M-DZ-007 Dzibilchaltun Piedra Completo 25 10 .4 6 — Liso
M-DZ-013 Dzibilchaltun Cerámica Completo 26 15 .58 7 — Zoomorfa (ave)
M-DZCH08-001 Dzidzilche Piedra Completo 21.3 9.4 .44 4.3 6 Liso
M-DZCH08-002 Dzidzilche Piedra Completo 21.5 10.3 .48 5.2 7 Liso
EKB97-1163 Ek Balam Piedra Completo 30.2 14.8 .49 5.1 12 Liso
EKB98-293 Ek Balam Piedra Completo 17.4 9.4 .54 4.8 4 Liso
M-ICH94-53 Ichpaatun Cerámica Completo 26 11 .42 9 6 Liso
M-ICH94-55 Ichpaatun Cerámica Completo 26 11 .42 9 6 Liso
M-ICH94-57 Ichpaatun Cerámica Completo 31 10 .32 7 9 Geométrica
M-ICH94-62 Ichpaatun Cerámica Fragmento 32 13 .41 8 7 Liso
M-ICH94-58 Ichpaatun Cerámica Completo 31 15 .48 8 10 Geométrica
M-ICH94-54 Ichpaatun Cerámica Completo 29 15 .52 8 10 Liso
M-ICH94-60 Ichpaatun Cerámica Fragmento 29 14 .47 8 5 Liso
M-ICH94-44 Ichpaatun Cerámica Completo 31 18 .58 8 10 Liso
M-ICH94-46 Ichpaatun Cerámica Completo 33 14 .42 9 10 Liso
M-ICH94-45 Ichpaatun Cerámica Completo 31 17 .55 9 10 Liso
M-ICH94-59 Ichpaatun Cerámica Completo 30 16 .53 8 11 Geométrica
M-ICH94-49 Ichpaatun Cerámica Completo 30 17 .57 8 11 Liso
M-ICH94-63 Ichpaatun Cerámica Fragmento 30 16 .53 8 5 Liso
M-ICH94-56 Ichpaatun Cerámica Completo 35 17 .49 8 12 Geométrica
M-ICH94-43 Ichpaatun Cerámica Completo 30 18 .6 9 12 Liso
M-ICH94-51 Ichpaatun Cerámica Completo 33 16 .49 9 13 Liso
M-ICH94-48 Ichpaatun Cerámica Completo 33 17 .52 9 13 Liso
M-ICH94-50 Ichpaatun Cerámica Completo 34 16 .53 9 13 Liso
M-ICH94-52 Ichpaatun Cerámica Fragmentado 30 11 .37 9 7 Liso
M-ICH94-41 Ichpaatun Cerámica Completo 33 17 .52 8 14 Liso
M-ICH94-42 Ichpaatun Cerámica Completo 31 18 .58 8 15 Liso
M-ICH94-47 Ichpaatun Cerámica Completo 34 18 .53 9 16 Liso
M-ICH94-61 Ichpaatun Cerámica Fragmento 33 19 .58 9 8 Liso
M-IC07-002 Isla Cerritos Cerámica Fragmento 25 17 .68 7 6 Fitomorfa
M-IC07-001 Isla Cerritos Cerámica Completo 30 12 .4 8 10 Zoomorfa
(mono)
M-PXL03-017 Poxila Cerámica Completo 24 12 .5 7 6 Zoomorfa (ave)
M-PXL03-018 Poxila Cerámica Completo 29 12 .41 7 9 Zoomorfa (ave)
M-PXL03-019 Poxila Cerámica Completo 29 13 .45 8 9 Geométrica
M-PXL03-020 Poxila Cerámica Fragmentado 24 6 .25 5 3 Liso
M-SG-8 San Gervasio Cerámica Fragmentado 31 13 .42 7 — Geométrica
M-SG-27 San Gervasio Cerámica Completo 27 14 .52 8 8 Liso
M-SG-5 San Gervasio Cerámica Completo 29 14 .48 8 11 Geométrica
M-SG-9 San Gervasio Cerámica Completo 31 14 .45 5 13 Geométrica
M-SG-7 San Gervasio Cerámica Completo 35 12 .34 7 14 Fitomorfa
M-SG-22 San Gervasio Cerámica Fragmentado 28 10 .36 — — Liso
M-SG-26 San Gervasio Cerámica Fragmentado 30 15 .5 — — Zoomorfa (ave)
M-SG-20 San Gervasio Cerámica Completo 24 13 .54 9 6 Liso
M-SG-2 San Gervasio Cerámica Completo 28 11 .39 9 6 Liso
M-SG-14 San Gervasio Cerámica Completo 26 11 .42 8 6 Liso
M-SG-3 San Gervasio Cerámica Completo 33 14 .42 8 7 Liso
M-SG-4 San Gervasio Cerámica Completo 27 18 .67 8 7 Geométrica
M-SG-23 San Gervasio Cerámica Completo 29 8 .28 8 7 Liso
M-SG-19 San Gervasio Cerámica Completo 32 9 .28 9 7 Liso
M-SG-1 San Gervasio Cerámica Completo 29 15 .52 9 8 Liso

Continued
Los malacates arqueológicos de la península de Yucatan 447

Tabla 1. Continued

Malacate Sitio Material Condición Diámetro Altura Ratio Diámetro de perforación Peso Decoración
(mm) (mm) (mm) (g)

M-SG-24 San Gervasio Cerámica Fragmentado 29 9 .31 7 Liso


M-SG-21 San Gervasio Cerámica Completo 26 13 .5 9 8 Liso
M-SG-12 San Gervasio Cerámica Completo 34 13 .38 9 8 Liso
M-SG-6 San Gervasio Cerámica Completo 28 13 .46 9 10 Liso
M-SG-28 San Gervasio Cerámica Fragmentado 26 11 .42 9 — Liso
M-SG-17 San Gervasio Cerámica Fragmentado 29 7 .24 — — Liso
M-SG-16 San Gervasio Cerámica Fragmentado 26 9 .35 — — Liso
M-SG-25 San Gervasio Cerámica Fragmentado 34 12 .35 — — Geométrica
M-SG-13 San Gervasio Cerámica Fragmentado 29 11 .38 — — Geométrica
M-SG-18 San Gervasio Cerámica Fragmentado 27 11 .41 — — Liso
M-SG-15 San Gervasio Cerámica Fragmentado 26 11 .42 — — Liso
M-SG-10 San Gervasio Cerámica Fragmentado 12 — — — — Liso
M-SG-11 San Gervasio Hueso Completo 29 9 .31 8 4 Liso
M-SG-29 San Gervasio Hueso Completo 28 11 .39 9 4 Liso
M-SH01-39 Siho Cerámica Completo 28 16 .57 7 9 Zoomorfa (ave)
M-SH01-40 Siho Cerámica Completo 29 14 .48 7 10 Zoomorfa (ave)
M-SH03-32 Siho Cerámica Fragmento 28 12 .43 8 — Geométrica
M-SH03-33 Siho Cerámica Fragmento 28 12 .43 8 — Liso
M-SH03-31 Siho Cerámica Fragmento 30 13 .43 8 — Zoomorfa (ave)
M-SH03-27 Siho Piedra Completo 20 12 .6 4 — Liso
M-SH03-29 Siho Cerámica Completo 31 16 .52 8 — Geométrica
M-SH03-30 Siho Cerámica Completo 26 16 .62 8 — Geométrica
M-SH03-26 Siho Cerámica Completo 26 16 .62 8 — Zoomorfa (ave)
M-SH03-28 Siho Cerámica Completo 29 12 .44 9 — Fitomorfa
M-SH03-37 Siho Cerámica Fragmento 30 13 .43 — — Geométrica
M-SH03-35 Siho Cerámica Fragmento — 16 — — — Geométrica
M-SH03-38 Siho Cerámica Fragmento — — — — — —
M-SH03-36 Siho Cerámica Fragmento — 17 — — — Zoomorfa (ave)
M-SH03-34 Siho Cerámica Fragmento — 15 — — —
M-RAV07-68 Tekax Cerámica Completo 29 14 .48 9 9 Fitomorfa
M-RAV07-65 Tekax Cerámica Completo 31 12 .39 10 9 Zoomorfa (ave)
M-RAV07-67 Tekax Cerámica Completo 30 16 .53 7 11 Zoomorfa (ave)
M-RAV07-64 Tekax Cerámica Completo 33 15 .45 8 12 Geométrica
M-RAV07-66 Tekax Cerámica Completo 30 15 .5 8 12 Zoomorfa (ave)
M-CCL-028 Xaman Susula Cerámica Fragmentado 29.1 11.4 .39 7.5 8 Geométrica
M-CCL-08-023 Xaman Susula Cerámica Fragmento 57.5 7.8 .14 9.4 — Acanalado
M-CCL-08-024 Xaman Susula Cerámica Fragmento 40.5 8.4 .21 5.6 — Liso
M-CCL-025 Xaman Susula Cerámica Fragmento 47.4 9.7 .21 — — Liso
M-CCl-026 Xaman Susula Cerámica Fragmento — 6.2 — — 8 Liso
M-CCL-027 Xaman Susula Cerámica Completo 27.3 8.5 .31 6.7 6 Liso
M-XH-76-025 Xelha Alabastro Completo 24 11 .46 5 8 Liso
M-XH-76-023 Xelha Cerámica Completo 27 12 .44 8 10 Liso
M-XH-76-024 Xelha Cerámica Completo 31 17 .55 6 18 Geométrica

(Figura 6). Con respecto a las demás variables, la correlación entre Los análisis previos nos permiten saber que la muestra de mala-
el diámetro total y el diámetro de la perforación resulta muy poco cates peninsulares presenta características diversas en lo que
significativa (r de Pearson = 0.19, p = 0.02, n = 174), igualmente respecta a sus atributos formales. Esto pudiera indicarnos más que
la relación entre el diámetro de la perforación con respecto al peso nada variaciones temporales y geográficas, aunque definitivamente
es muy débil (r de Pearson = 0.21, p = 0.01, n = 174). Por su no pensamos que se trate de diferencias relativas al tipo de materia
parte, la correlación entre el diámetro total y la altura del malacate prima que se hilaba con ellos. Estos y otros aspectos serán discuti-
(r de Pearson = −.049, p = .530, n = 174), la altura del artefacto dos con mayor detalle más adelante. A continuación se describen los
con respecto al diámetro de la perforación (r de Pearson = .380, resultados de los análisis efectuados en las colecciones de cada uno
p = .000, n = 174) y el peso (r de Pearson = .345, p = .000, n = de los sitios que componen la muestra.
174) tampoco resultaron relevantes. De lo anterior se puede
inferir que los implementos analizados son, por lo general, de
Chichen Itza, Yucatan
diámetro pequeño (variando entre muy pequeño a mediano), de
una altura que va de baja a alta, muy ligeros y presentan una Se trata del sitio de las tierras bajas mayas en donde, hasta la fecha,
amplia perforación (Beaudry-Corbett y McCafferty 2002). se han recuperado y documentado el mayor número de malacates en
448 Hernández Álvarez y Peniche May

Figura 1. Mapa de la península de Yucatan con los sitios de donde proviene la muestra de malacates prehispánicos.

Tabla 2. Se muestra la frecuencia y los porcentajes de un conjunto de (1990–1991) a cargo de Agustín Peña del Instituto Nacional de
malacates provenientes de distintos sitios de la península de Yucatan Antropología e Historia (Carrillo Góngora 2003). Esta circunstancia
hace que los artefactos provengan de diversos contextos y en
Sitio Frecuencia Porcentaje algunos casos se carece de este tipo de información. Además, pre-
sumimos que los implementos datan del periodo clásico terminal,
Caucel 18 8.96
Ichpaatun 23 11.44 ya que se encuentran fabricados en tipos cerámicos característicos
Poxila 4 1.99 del principal período de ocupación del sitio.
Tekax 5 2.49 La colección de malacates de Chichen Itza está formada de 74
Siho 15 7.46 elementos elaborados en cerámica (n = 72), piedra caliza (n = 1)
Xelha 3 1.49 y piedra (n = 1). En este sitio se identificaron los tipos B, C, D, E
Dzibilchaltun 18 8.96 y F (Tabla 4). Sin embargo, el 43.2% (n = 32) de la muestra no
Chichen Itza 74 36.82 pudo ser clasificada de acuerdo a la tipología establecida para
San Gervasio 29 14.43 Cholula debido a que la proporción altura/diámetro de los mala-
Isla Cerritos 2 1
cates suele ser mayor a los tipos establecidos previamente; la
Ek Balam 2 1
razón es que las piezas tienden a tener una mayor altura. El peso
Dzidzilche 2 1
Xaman Susula 6 2.99 también fue un factor importante en la no aplicabilidad de la
Total 201 100 tipología ya que las piezas de Chichen Itza tienden a ser más
pesadas que los artefactos de Cholula con dimensiones semejantes.
En cuanto a las formas que presentan los malacates, nuestro
análisis también se basa en la relación hecha previamente por
diversos contextos. Por ejemplo, Kidder (1943) fue el primero en Carrillo Góngora (2003) quien menciona al menos 14 formas o
reportar 147 malacates provenientes de las exploraciones llevadas siluetas que presentan dichos artefactos. En Chichen Itza se regis-
a cabo por la institución Carnegie de Washington. También traron 12 de las 14 categorías predominando la “elíptica, sin
Bolles (1977:237) y Krochock (2002:160) mencionan que en el edi- borde” con 31 ejemplares. También importantes fueron las formas
ficio de Las Monjas se recuperaron 31 malacates, siendo ésta la “cónica, superficie saltada, sin borde” (n = 11) y la “elíptica, super-
concentración más grande recuperada en cualquier estructura del ficie saltada, sin borde” (n = 12).
sitio. Cobos Palma y Fernández Souza (1998) reportan siete mala- Además, cuando se analizan los diseños iconográficos presentes
cates provenientes de excavaciones en dos estructuras del Grupo en los malacates, ésta muestra también resulta muy interesante. De
del Sacbe 61 que tienen como particularidad la representación de los elementos que componen la colección, únicamente cinco no pre-
batracios en dos de ellos. Además, Andrews (1970) describió y re- sentaron diseños, los restantes tuvieron diseños zoomorfos (n = 29),
presentó 26 malacates provenientes de la cercana gruta de geométricos (n = 23) y fitomorfos (n = 16). Entre las representa-
Balankanche. ciones zoomóficas predominan las aves (n = 23), aunque también
La muestra analizada en el presente estudio se encuentra resguar- hay representaciones de monos (n = 2) y de felinos (n = 1).
dada en el Museo de Antropología e Historia de Mérida, Yucatan, Previamente, como ya se había mencionado, se reportaron
México y es producto de los trabajos realizados por la institución también malacates con representaciones de batracios (Cobos
Carnegie entre 1923–1935 y del Proyecto Chichen Itza Palma y Fernández Souza 1998).
Los malacates arqueológicos de la península de Yucatan 449

Figura 2. Gráfico que muestra la frecuencia de los malacates de la península de Yucatan por temporalidad.

Caucel, Yucatan fue clasificado como Tipo B; fue elaborado mediante la


reutilización de un tiesto, sólo que su morfología corresponde a la
En la comisaría de Caucel, Yucatan se han realizado diversos salva-
categoría de “cónica, superficie plana, sin borde” (Carrillo
mentos arqueológicos producto de la expansión de la mancha
Góngora 2003). Por otra parte, cuatro malacates más fueron fechados
urbana en el lado poniente de la ciudad de Mérida. Durante la
para el clásico tardío. Los tipos de estos artefactos corresponderían a
realización del Proyecto de Salvamento Arqueológico Reserva
B (n = 2) y E (n = 2), siendo sus categorías morfológicas “elíptica,
Territorial Ciudad Caucel se recuperaron catorce malacates proce-
sin borde” (n = 4) y “cónica, superficie saltada, sin borde” (n = 1).
dentes de ocho estructuras con temporalidades y características dis-
En cuanto a los diseños decorativos que presentaron los artefac-
tintas (Peniche May 2008a). Esta muestra se complementa con dos
tos, cabe mencionar que los discos y el malacate del preclásico
ejemplares recuperados en la Estructura 20 del Proyecto
medio carecieron de diseños, mientras que los del clásico tardío
Caucel-Soblonché, los cuales datan del clásico tardío (Pantoja
cuentan con diseños zoomorfos con representaciones de aves (n = 2)
Díaz, comunicación personal 2007). El análisis de los edificios
y diseños geométricos (n = 1).
aún está en proceso por lo que no es posible proporcionar más
información sobre ellos.
La colección total de malacates de Caucel fue elaborada en Dzibilchaltun, Yucatan
cerámica (Peniche May 2008a, 2008b). Once objetos corresponden
a la categoría morfológica denominada “discos,” los cuales fueron La muestra de malacates de Dzibilchaltun consiste en 18 elementos
elaborados a partir de tiestos reutilizados. La temporalidad de manufacturados en cerámica (n = 1), hueso (n = 3), madera (n = 1),
estos implementos data para el periodo preclásico medio. Cuando piedra (n = 9) y de semilla de cocoyol (n = 4). Este es el asenta-
se aplicó la tipología de McCafferty y McCafferty (2000), miento en el que está representada una mayor diversidad en
se pudo observar que éstos pudieran corresponder a los tipos A cuanto a los materiales de fabricación debido a que algunos de
(n = 2), B (n = 4) y D (n = 5). Además de estos discos, se estos malacates, principalmente aquellos hechos con materiales
recuperó otro malacate, que data para el preclásico medio y que orgánicos, provienen del Cenote Xlacah. Sin embargo, sus tempor-
alidades son desconocidas (Carrillo Góngora 2003).
Al parecer, la tipología de McCafferty y McCafferty (2000) pre-
Tabla 3. Contiene la frecuencia y el porcentaje de los distintos tipos de senta problemas cuando se aplica a elementos manufacturados con
materiales con que se fabrican malacates en sitios prehispánicos peninsulares
materiales no cerámicos, ya que únicamente seis malacates (de
aquéllos elaborados con cerámica, madera, hueso y piedra) corre-
Material Frecuencia Porcentaje
spondieron a los tipos establecidos como B (n = 4) y C (n = 2).
Cerámica 174 86.57 Cabe destacar que la mayor parte de los malacates de piedra
Lítica 16 7.96 (n = 6), de hueso (n = 2), así como los elaborados en semillas de
Hueso 3 1.49 cocoyol no se pueden incluir en los tipos establecidos para los mala-
Madera 3 1.49 cates de Cholula ya que las dimensiones de éstos tienden a ser
Semilla Cocoyol 4 1.99 menores a los de aquéllos analizados por McCafferty y
Alabastro 1 0.5 McCafferty (2000).
Total 201 100
Por otra parte, los artefactos de piedra mostraron una variedad de
categorías morfológicas que incluyen las “esféricas con bordes en la
450 Hernández Álvarez y Peniche May

que pueden ser datados para el período clásico tardío. La forma de


estos malacates corresponde a la “esférica con borde a la perfora-
ción” y uno de ellos pudo ser clasificado como Tipo B; el otro se
encuentra cerca de las dimensiones de este tipo excepto que la
proporción altura/diámetro no corresponde (Peniche May 2008c).

Ek Balam, Yucatan
Los dos malacates que comprenden esta muestra fueron recuperados
en la Acrópolis o Estructura 1 localizada en el recinto amurallado de
este importante asentamiento yucateco y datan para el clásico tardío
(Peniche May 2007). Morfológicamente corresponden a la forma
“esférico-semi-sin borde” y “compuesto.” Sin embargo, ninguno
de estos malacates pudo ser clasificado con base en la tipología
de McCafferty y McCafferty (2000).

Ichpaatun, Quintana Roo


El sitio de Ichpaatun se localiza 13 km al norte de la actual ciudad de
Chetumal y a menos de 500 m de la bahía del mismo nombre. En
reportes previos, Escalona (1946) y Sanders (1960) ya habían desta-
cado la presencia de gran cantidad de malacates provenientes de este
sitio de Quintana Roo. Los 23 malacates que componen la muestra
de este sitio se recuperaron en la Estructura II del asentamiento,
específicamente en su fachada este. Tanto la estructura como los mala-
cates han sido datados para el periodo posclásico temprano/tardío (De
Vega 2004). Asimismo, con base en la evidencia proporcionada por el
análisis cerámico, se ha considerado que este edificio fue de carácter
ritual, relacionado con el culto a la diosa Ixchel (Pool Cab 2006).
La muestra de este asentamiento resulta de interés debido a que no
fue posible aplicar la tipología establecida por McCafferty y
McCafferty (2000) a la mayoría de los artefactos. Únicamente siete ele-
mentos correspondieron a los Tipos B (n = 2), D (n = 1), E (n = 2) y F
(n = 2). Los dieciséis malacates restantes, cuyo tipo no pudo ser deter-
minado, tienen un diámetro que puede corresponder a los Tipos D, E y
F. Sin embargo, la altura de los malacates de Ichpaatun es mayor, lo que
genera que el ratio (diámetro/altura) sea también mayor. Asimismo,
los malacates de Ichpaatun muestran una tendencia a tener mayor
masa. Este hecho puede estar relacionado a las categorías
morfológicas de los malacates. La mayoría de los elementos corres-
Figura 3. Clasificación morfológica establecida por Carrillo Góngora pondieron al denominado “hongo” (n = 19), aunque también se repor-
(2003). (a) Elíptica sin borde; (b) elíptica semi sin borde; (c) elíptica super-
taron las formas “compuesta” (n = 3) y “cónica, superficie saltada, sin
ficie saltada sin borde; (d) cónica superficie plana sin borde; (e) cónica
borde” (n = 1). Cabe mencionar que la categoría morfológica “hongo”
superficie plana con borde; (f) cónica superficie saltada sin borde; (g)
cónica superficie saltada con borde; (h) esférica sin borde; (i) esférica con se reportó únicamente en los sitios de la Costa Oriental (Xelha, San
borde a la perforación; (j) esférica semi sin borde; (k) tubular; (l) hongo; Gervasio). Asimismo, la mayoría de los malacates de este sitio (n =
(m) compuesta; (n) irregular. 19) carecen de elementos iconográficos. Únicamente cuatro artefactos
exhibieron diseños geométricos simples.

perforación” (n = 4), “esféricas, semi, sin borde” (n = 2), “forma


compuesta” (n = 2) y “forma irregular” (n = 1). Tanto el malacate Isla Cerritos, Yucatan
de cerámica como el elaborado en madera exhibieron la forma En el sitio costero de Isla Cerritos se recuperaron dos malacates ela-
“cónica, superficie plana, sin borde;” mientras que los elaborados borados en cerámica. Estos artefactos fueron localizados en la
en hueso fueron “esféricos con borde en la perforación.” En Estructura 23, edificio del periodo clásico terminal que pudo
cuanto a los elementos iconográficos, únicamente el malacate de haber fungido como unidad habitacional de élite (Canto Carrillo,
cerámica exhibió un diseño de ave. comunicación personal 2007).
Los malacates de este sitio fueron clasificados como Tipo F,
“elíptica, superficie saltada, sin borde” y como Tipo C, “cónica,
Dzidzilche, Yucatan
superficie saltada, sin borde,” de acuerdo a las tipologías de
Dzidzilche es un sitio arqueológico localizado en el municipio de McCafferty y McCafferty (2000) y Carrillo Góngora (2003), respec-
Mérida, el cual se ha explorado como parte de un salvamento tivamente. En cuanto a sus diseños iconográficos, uno de los mala-
arqueológico. En este asentamiento se recuperaron dos malacates cates tuvo la representación de un mono y el otro de una flor.
Los malacates arqueológicos de la península de Yucatan 451

Figura 4. Frecuencia de los tipos de decoración presentes en la muestra de malacates de la península de Yucatan.

Poxila, Yucatan
de estos implementos es un disco elaborado mediante la
Poxila se encuentra ubicado en el municipio de Uman (Yucatan). reutilización de un tiesto que ha sido datado, al igual que los
Durante las exploraciones realizadas en el edificio conocido como discos de Ciudad Caucel, para el periodo preclásico medio. En
Acrópolis o Estructura 1 se recuperaron cuatro malacates manufac- cuanto a la tipología, este disco corresponde al Tipo B. Los tres
turados en material cerámico (Robles Castellanos et al. 2006). Uno malacates restantes datan para el periodo clásico tardío y se

Figura 5. Relación entre el diámetro total y el peso de una muestra de malacates de cerámica de la península de Yucatan.
452 Hernández Álvarez y Peniche May

recuperados durante las intervenciones realizadas en diversas estruc-


turas de los Grupos I, III y V, así como en pozos de prueba explora-
dos en diversas áreas del sitio (Robles Castellanos 1986). La
mayoría de los artefactos datan para el periodo posclásico (n =
20), aunque también algunos han sido fechados para el clásico
tardío (n = 7).
Phillips (1979) previamente había documentado la presencia de
76 malacates provenientes de Cozumel. Presume que fueron hechos
con molde y que, debido a sus dimensiones, pudieron servir para
hilar algodón. Esta información corrobora la presencia de una
gran cantidad de este tipo de artefactos en sitios de la Costa Oriental.
Los malacates recuperados en San Gervasio corresponden a los
Tipos B (n = 7), C (n = 3), D (n = 1), E (n = 3) y F (n = 4). Once
piezas no pudieron ser determinadas tipológicamente ya sea porque
las piezas se encuentran demasiados fragmentadas para poder esta-
blecer sus atributos métricos o porque no pueden ser clasificadas en
la tipología empleada en el presente estudio debido a la altura y al
peso de las piezas.
En cuanto a la morfología de las piezas, éstas corresponden a las
categorías de “cónica, superficie plana, sin borde” (n = 2); “cónica,
superficie saltada, sin borde” (n = 7); “elíptica, sin borde” (n = 2);
“elíptica, superficie saltada, sin borde” (n = 2); “esférica, semi sin
Figura 6. Decoración de los malacates: (a) zoomorfa (mono), Chichen Itza borde” (n = 1); “forma compuesta” (n = 2); “hongo” (n = 11), y
(Carrillo Góngora 2003:86); (b) zoomorfa (ave), Caucel; (c) zoomorfa (ave), “tubular” (n = 2).
geométrico costado, Santa María, Tekax; (d) geométrica, Santa María, Al igual que en la colección de Ichpaatun, la mayoría de los
Tekax; (e) geométrica, geométrico costado, Xelha (Carrillo Góngora malacates (n = 21) carecieron de diseños. Entre los diseños de los
2003:55); (f) fitomorfa (flor), Siho; (g) fitomorfa (fruto), Santa María, malacates con representaciones, se encuentran fitomorfos, zoomor-
Tekax; (h) liso, Ichpaatun.
fos (ambos datando para el clásico tardío) y geométricos (datando
para el clásico tardío y posclásico).
clasificaron como Tipo C (n = 1) y B (n = 2). En cuanto a su
morfología, los tres objetos corresponden a la categoría “elíptica,
sin borde.” Por su parte, las representaciones que exhiben en su
cara principal estos malacates son imágenes de aves (n = 2) y de Siho, Yucatan
una flor (n = 1) (Peniche May 2008d). La muestra de malacates de Siho, integrada por 16 piezas, se
recuperó durante las exploraciones de dos unidades habitacionales
de elite. La unidad habitacional integrada por 5D16, 5D19 y
San Gervasio, Quintana Roo
5D20 se localiza a 200 metros del centro del sitio, mientras que la
La colección de malacates de San Gervasio, sitio localizado en la otra unidad habitacional se ubica en el centro mismo (Fernández
isla de Cozumel, Quintana Roo, comprende 27 piezas elaboradas Souza et al. 2003; Fernández Souza y Peniche May 2004). La tem-
en cerámica (n = 25) y en hueso (n = 2). Los malacates fueron poralidad de los malacates se ha datado para el periodo final de

Tabla 4. Tipología de malacates provenientes de la península de Yucatan con respecto a la propuesta de McCafferty y McCafferty (2000) para malacates de
Cholula

TIPO A TIPO B TIPO C TIPO D TIPO E TIPO F TIPO G TIPO H TIPO I TIPO J ND1 Total

Chichen Itza 13 4 1 13 11 32 74
Ciudad Caucel 2 7 5 2 16
Dzibilchaltun 4 2 12 18
Dzidzilche 1 1 2
Ek Balam 2 2
Ichpaatun 2 1 2 2 16 23
Isla Cerritos 1 1 2
Poxila 1 1 2 4
San Gervasio 5 3 1 3 4 13 29
Siho 2 1 1 11 15
Tekax 2 3 5
Xaman Susula 2 1 1 1 3 8
Xelha 2 1 3
Total 2 41 12 8 26 23 0 1 0 0 88 201

1
Se trata de los malacates que no pudieron ser asignados a las tipologías debido a sus diferentes proporciones, algunos fueron hechos con materiales no cerámicos.
Los malacates arqueológicos de la península de Yucatan 453

ocupación de los grupos el cual corresponde al clásico terminal pequeña muestra sólo uno de los malacates de cerámica estuvo deco-
(Cobos Palma 2004). Al igual que en Chichen Itza, la tipología rado con un diseño geométrico.
de Cholula no parece ser aplicable ya que únicamente cuatro ele-
mentos pudieron ser categorizados con base en la clasificación pre-
sentada por McCafferty y McCafferty. Los tipos identificados DISCUSIÓN
fueron B (n = 2), E (n = 1) y F (n = 1). En cuanto a la
La información básica proporcionada por la tipología de Parsons
iconografía representada en los malacates, se pueden señalar
(1972, 1975) y McCafferty y McCafferty (2000) señala que existe
diseños fitomorfos (n = 1), geométricos (n = 5) y zoomorfos (n =
una correlación positiva entre los malacates grandes y pesados,
5). Estos últimos con representaciones de aves. Al parecer, los mala-
con perforaciones de diámetro grande, y las fibras de hebra larga,
cates encontrados en las excavaciones efectuadas en los grupos
tales como las fibras de maguey o ixtle. Por el contrario, observan
domésticos de Siho presentan características similares a los reporta-
una correlación positiva entre malacates pequeños y ligeros, con
dos en otros sitios del norte de Yucatan como Dzibilchaltun,
perforaciones de diámetro reducido y las fibras de hebra corta,
Chichen Itza y Balankanche (Hernández Álvarez 2005).
tales como el algodón (aunque algunos pudieron servir para hilar
plumas o pelos de conejo).
Los hilos resultantes fueron de calidad diversa y dependieron de
Tekax, Yucatan
los atributos métricos presentes en los malacates. Por ejemplo,
Los cinco malacates de cerámica provenientes del Rescate basándonos en las consideraciones tipológicas propuestas por
Arqueológico Hacienda Santa María, Tekax fueron recuperados McCafferty y McCafferty (2000) para Cholula, los tipos B y E corres-
en un pozo registrado en la Estructura 2. Estos elementos datan ponden a tamaños asociados con malacates para hilar algodón en el
para el periodo clásico tardío (Gallareta Negrón, comunicación per- centro de México. Ambos producen un hilo delgado, ligeramente
sonal 2007). Desafortunadamente, las investigaciones de esta torcido, usando una fibra corta tal como el algodón o el pelo de
estructura aún están en proceso por lo que no es posible proporcio- conejo. Por su parte, el tipo C es un malacate ultraligero, con un
nar más información. diámetro pequeño y una altura media. En este caso, la proporción
Los malacates han sido clasificados como Tipo E (n = 2) y Tipo altura-diámetro que designa la forma es muy alta y el diámetro de
F (n = 3), mientras que morfológicamente corresponden a las cate- la perforación varía de pequeño a medio. Este artefacto se empleó
gorías “cónica, superficie saltada” (n = 3) y “elíptica sin borde” para hilar una fibra corta o mediana, como el algodón, y para producir
(n = 2). En cuanto a la iconografía representada en los malacates un hilo delgado con una torsión ligeramente reducida
de este sitio, al igual que la colección de Siho y Chichen Itza, (Beaudry-Corbett y McCafferty 2002). El malacate tipo D es ligero
ésta colección exhibió diseños zoomorfos (n = 3), geométricos como los que se usan para algodón pero más ancho de diámetro y
(n = 1) y fitomorfos (n = 1) (Peniche May 2008e). con una perforación más grande que los tipos B y E. Este tipo
producirá un hilo más grueso y sin mucha torsión. La categoría
puede corresponder a los malacates llanos, tipo disco, que se
Xaman Susula,Yucatan usaban para hilar plumas. Además, para la muestra de malacates de
la península de Yucatan, observamos una ausencia total de lo tipo
Xaman Susula es un asentamiento ubicado en la comisaría meridana
G, H, I y J; este último tipo corresponde a los malacates grandes
de Caucel cuyo periodo de ocupación comprende desde el
usados para hilar fibras de maguey y que producen hilos gruesos
preclásico medio hasta el clásico temprano (Peniche May 2010).
(McCafferty y McCafferty 2000). Por lo tanto, podemos señalar
En este asentamiento se recuperaron un total de ocho malacates
que la información extraída de los malacates nos indica que
de los cuales cinco datan para el preclásico medio, uno para el
estamos ante una tecnología textil peninsular ampliamente especiali-
preclásico tardío y dos para el clásico temprano. Los malacates
zada en el trabajo del algodón.
del preclásico medio corresponden morfológicamente a los llama-
Con respecto al diámetro de la perforación, éste suele ser general-
dos discos y dos de ellos se clasificaron como Tipo B y Tipo H,
mente más grande para los malacates mayas que para aquéllos prove-
los tres restantes no pudieron ser clasificados. El que data al
nientes del centro de México, esto quizás se relaciona con el tipo de
preclásico tardío presenta una forma “cónica, superficie saltada,
madera que se empleaba como huso. Por ejemplo, si se usa una
sin borde” y corresponde al Tipo B. Los dos malacates del clásico
madera suave para fabricar un huso es necesario que este sea más
temprano fueron clasificados con la forma “elíptica, sin borde” y
robusto para solventar problemas relacionados con su durabilidad.
“cónica, superficie plana, sin borde.” Estos malacates corresponden
Asimismo, el peso de los artefactos varía, como el caso de Chichen
a los Tipos E y C. Algunos presentaron diseños geométricos
Itza cuyos malacates están entre los más pesados de la muestra.
(Peniche May 2009).
Por otra parte, los malacates de piedra, que se reportaron en
Dzibilchaltun, Chichen Itza, Siho y Xelha, que pudieron servir
para hilos finos de algodón, cabello o plumas, tienden a tener las
Xelha, Quintana Roo
dimensiones más pequeñas y a ser más ligeros que la categoría
Por último, en el asentamiento costero de Xelha se han reportado más pequeña establecida para Cholula. Por ejemplo, el malacate
tres malacates, dos elaborados en cerámica y uno en alabastro. de piedra caliza encontrado en Siho es muy similar a un grupo de
Estos artefactos fueron hallados en las estructuras 23 y 93 del asen- malacates de piedra reportados por Taschek (1992:100) para
tamiento y han sido datados para el periodo clásico tardío (Robles Dzibilchaltun. Los malacates de caliza en Dzibilchaltun se encon-
Castellanos 1981). Los malacates corresponden a los Tipos B traron en contextos que datan de la fase Copó (700–900 d.C.). Por
(n = 2) y F (n = 1) y a las categorías morfológicas de “cónica, lo tanto, comparados con ejemplares similares encontrados en
superficie plana, sin borde;” “cónica, superficie saltada, sin otros sitios de las tierras bajas mayas (Chase et al. 2008; Kamp
borde” (n = 1) y “esférica, semi, sin borde” (n = 2). En esta et al. 2006), los malacates de piedra tienden a ocurrir a partir del
454 Hernández Álvarez y Peniche May

clásico tardío/terminal, al menos en la secuencia de aparición de los que posiblemente aparezcan, aunque no se reportan, en otros
malacates elaborados en cerámica de la península de Yucatan. sitios y otros periodos.
De manera clara, la muestra de malacates peninsulares corrobora Otra categoría morfológica, la forma de hongo, aparece única y
la idea de que en ésta región se hilaban principalmente hilos de exclusivamente en la Costa Oriental en sitios que datan del período
algodón de diferentes tipos y calidades. Las fuentes etnohistóricas posclásico (Ichpaatun y San Gervasio). Las otras categorías predo-
del norte de Yucatan señalan que los mayas dividían en dos la super- minan durante todo el período clásico y perduran hasta el
ficie de sus milpas: una la destinaban al maíz, chile, frijol y cala- posclásico. Lo importante es considerar que las formas que se
baza, y la otra al algodón (Quezada 2001). En la actualidad aún creían diagnósticas del clásico tardío/terminal, aparecen desde el
se puede ver que en ciertas zonas de la península crece algodón clásico temprano en sitios como Caucel.
de manera silvestre. Los patrones iconográfico-temporales de la muestra de malacates
Derivado de todo lo anterior, también debemos mencionar que peninsulares nos manifiestan, de manera preliminar, que durante el
existen ciertos problemas al aplicar la tipología de McCafferty y preclásico medio dichos artefactos no presentan ningún tipo de
McCafferty (2000) a los malacates provenientes de sitios mayas imágenes o decoración, se trata principalmente de discos lisos.
de la península de Yucatan. Las dificultades de aplicación se Para el clásico temprano, aparecen los diseños geométricos, líneas
remiten especialmente a los malacates no cerámicos como y grecas representados en las caras frontales y en las paredes latera-
aquéllos fabricados en piedra y semillas de cocoyol. En este caso, les. Durante el clásico tardío/terminal aparecen los diseños fitomor-
las dimensiones de ciertas piezas son menores a las del tipo C, fos y zoomorfos (principalmente aves), los cuales perduran durante
que es el más pequeño, lo que puede indicar una producción e el clásico terminal. También las paredes laterales son decoradas gen-
hilado de fibras de algodón de alta calidad. eralmente con diseños geométricos. En Chichen Itza, inclusive las
Con respecto a los materiales con que están hechos los mala- caras inferiores de algunos malacates presentan diseños. Este sitio
cates, Dzibilchaltun es un buen ejemplo para mostrar la gran varie- presenta una mayor diversidad y riqueza en las representaciones
dad de materias primas que se emplearon para manufacturar este geométricas, fitomorfas y zoomorfas, de estas últimas se han iden-
tipo de artefactos. Corroborando lo anterior, Taschek (1992) tificado imágenes de aves, batracios, monos y felinos. Inclusive,
ilustró y describió malacates hechos de caliza, de hueso, de sólo cinco malacates no presentan diseños. Para la época
madera, de semillas de cocoyol, de tiestos reutilizados y, por posclásica, los malacates son en su mayoría lisos y cuando tienen
supuesto, de cerámica de este sitio del norte de Yucatan. Esta decoración ésta suele ser de diseños geométricos de carácter más
consideración resulta importante porque puede llevar a una sencillo que los que exhiben los artefactos del período clásico.
identificación incorrecta de tipos de artefactos. Obviamente, en la Finalmente, los malacates no-cerámicos carecen de diseños.
muestra se observa un predominio de malacates manufacturados Para el centro de México, se ha sugerido que la importancia
en cerámica quizás debido a su perdurabilidad, pero no hay que simbólica de los malacates decorados enfatiza una afiliación con
olvidar el hecho de que los malacates pudieron ser elaborados con las deidades femeninas, principalmente Xochiquetzal como
materiales perecederos. Con respecto a los malacates de la patrona de las tejedoras (McCafferty y McCafferty 1998, 1999). A
muestra fabricados en piedra, y a diferencia de aquellos reportados la vez, dicho simbolismo promovió una identidad de grupo ya que
por Kamp y sus colegas (2006) para Belice, estos exhiben una ten- la decoración pudo haber servido como un emblema de estatus, de
dencia a poseer diámetros—tanto de la pieza como de la perfora- género, de religión o incluso de etnia (Brumfiel 1991; McCafferty
ción—más pequeños por lo que en ocasiones se pueden confundir y McCafferty 1998). Algunos llevan motivos geométricos o de
con otros tipos de artefactos. Esto nos lleva a pensar que el hecho flores relacionados con el sol y su aspecto militarista (Brumfiel
de no encontrar malacates en un sitio arqueológico no significa 2007b), algunos otros asemejan pequeños escudos de barro
que allí no se haya llevado a cabo la industria textil sino que proba- (McCafferty y McCafferty 2007). La mayoría pudieron usarse en
blemente los artefactos empleados en estas actividades tuvieron una rituales de fertilidad o manifestarse como una forma del culto rela-
pobre preservación (Coggins y Shane 1989; Taschek 1992). Aunado cionado con la(s) diosa(s) madre(s).
a esto hay que considerar que existen técnicas de hilado que no En el caso maya, destaca la relación que se establece, principal-
requieren el empleo del malacate (Beaudry-Corbett y McCafferty mente en el posclásico, entre los malacates como elementos de
2002; Tiedemann y Jakes 2006). ofrenda y estructuras con un marcado énfasis religioso. Como
Por su parte, los patrones morfológico-temporales de la muestra ejemplo tenemos el caso de Ichpaatun donde, en la Estructura II,
indican que los artefactos en forma de disco aparecen en el norte de se encontraron gran cantidad de artefactos relacionados a la activi-
Yucatan durante el preclásico medio, principalmente en el sitio de dad ritual. Pool Cab (2006) ha sugerido que la presencia en este
Ciudad Caucel. Previamente, Large (1975 en Voorhies 1991:237), contexto de fragmentos de incensarios, los malacates relacionados
en su estudio sobre los malacates de Chichen Itza ya había mencio- con el tejido y las pesas de red relacionadas con el agua son eviden-
nado que los discos fueron anteriores a los malacates “formales”, cia de actividades rituales femeninas posiblemente en honor a la
considerando que pudieran provenir del período preclásico medio. diosa Ixchel. Este ejemplo también se podría relacionar con los
En la zona maya han sido reportados otros malacates de disco lugares de culto femenino identificados en otras partes de
hechos de tiestos reutilizados en sitios como Altar de Sacrificios Mesoamérica, como el caso de Xochitecatl, un sitio localizado en
(Willey 1972), Copan (Hendon 1995, 1997), Motul de San José el actual estado de Tlaxcala, donde se excavaron cerca de 500 mala-
(Halperin 2008), Pook’s Hill (Morehart y Helmke 2008) y cates y diversas figurillas de mujeres, relacionadas a la Pirámide de
K’axob (Bartlett 2004), aunque datan principalmente del período las Flores, que dan cuenta de la presencia de lugares específicos
clásico. Además, sabemos que hay un problema de identificación de culto femenino en la cosmovisión mesoamericana (Serra
de este tipo de malacates ya que fácilmente se pueden confundir Puche 2002).
como tejos perforados y generalmente no son reconocidos como Igualmente, se pudiera considerar que formas particulares de
instrumentos utilizados en la actividad del hilado. Esto lleva a un malacates como los “hongos” pudieran estar relacionados con la
problema de representatividad de los artefactos y nos hace pensar idea del uso de sustancias alucinógenas por parte de las mujeres
Los malacates arqueológicos de la península de Yucatan 455

que ofician determinadas prácticas rituales o curativas. Por todo lo Hamann 1997; Hendon 1997, 2006; Hernández Álvarez 2006a;
anterior, apoyamos la idea que considera que en la época Inomata et al. 2002; McAnany y Plank 2001). Actualmente,
prehispánica mucho del poder femenino se expresaba a través de sabemos que en Mesoamérica la actividad textil no estaba restrin-
la metáfora del hilado y el tejido (McCafferty y McCafferty 1998). gida a los grupos sociales privilegiados (Beaudry-Corbett y
McCafferty 2002; Feinman y Nicholas 2006; Halperin 2008;
Morehart y Helmke 2008; Palma Linares et al. 2007) aunque es
CONSIDERACIONES FINALES
en éstos donde hasta ahora se ha encontrado la mayor cantidad de
Con base en el análisis realizado a la muestra de malacates prove- evidencia arqueológica al respecto.
nientes de distintos sitios de la península de Yucatan podemos con- Para la época colonial, los diccionarios y las diversas fuentes
siderar que la industria textil en esta región se inicia desde el período escritas, provenientes del norte de Yucatan, también hacen referen-
preclásico medio, cuando hacen su aparición los primeros malacates cia al carácter doméstico y femenino de la actividad textil. Al
en forma de discos en sitios como Ciudad Caucel, Poxila y Xaman respecto, Clark y Houston (1998:35) han comentado, de acuerdo
Susula. Durante el período clásico, los malacates adquieren una a su análisis de vocablos en fuentes coloniales como el
mayor importancia ya que su frecuencia aumenta, se encuentran Diccionario de Viena, que en las actividades diarias, los hombres
en mayor cantidad de sitios, su elaboración es más especializada y mayas aparecen como responsables de la agricultura, la pesca, la
aparecen las representaciones iconográficas. Para el período caza, la apicultura y probablemente de extraer materias primas del
posclásico, los malacates presentan formas muy diferentes a monte. Por su parte, las mujeres aparecen relacionadas con activi-
aquéllas que estaban presentes durante el clásico. Estos provienen dades como criar a los niños y cuidar de los animales, preparar
exclusivamente de la Costa Oriental y pierden su rica iconografía. los alimentos y elaborar hilo, telas y atuendos con textiles.
Además, cabe destacar que, a diferencia de otras regiones de Para el centro de México, Brumfiel (1991) estima que el hilado y
Mesoamérica, como la región de Otumba donde se encontraron talle- el tejido realizado por mujeres en la época azteca servía a tres fines:
res de cerámica con presencia de moldes para elaborar malacates proveía de ropa a los miembros del grupo doméstico, fueron produ-
(Charlton y Charlton 2007; Charlton et al. 1991), en el área maya cidos para cumplir con las demandas del tributo y también se produ-
no contamos con evidencia sobre los lugares donde se producían jeron para la venta en el mercado. En pueblos como Xico, Huexotla
este tipo de artefactos. y Xaltocan, todos localizados en el Valle de México, hay evidencia
Como es bien sabido, algunas fuentes etnohistóricas evidencian que indica que el hilado y la producción de textiles fueron activi-
además la importancia simbólica que pudieron haber tenido las acti- dades comunes del grupo doméstico que habitó en el período
vidades relacionadas con la producción, distribución y uso de los azteca temprano y tardío. Sin embargo, la frecuencia de malacates
textiles entre distintas culturas prehispánicas. En el centro de en los sitios anteriormente mencionados sugiere que pudo haber
México, fuentes como el Códice Mendocino muestran escenas de existido un cambio en el período azteca tardío. Ya que, a partir de
algunas de las tareas propias del trabajo textil, donde se puede per- ese período, se observa una disminución en la producción textil
cibir su marcada tendencia a significarse como una actividad reali- que viene acompañada de una intensificación en la producción de
zada exclusivamente por mujeres (Berdan y Anawalt 1992:57r, 58r, alimentos, ambas actividades son consideradas como labores feme-
59r, 60r, 68r). A partir de estas representaciones, además de las figu- ninas (Brumfiel 1991:236).
rillas, el arte monumental, los entierros, se ha podido observar la Para el área maya, la evidencia artefactual sobre la actividad textil,
fuerte relación que existe entre las actividades textiles, la identidad presente en forma de agujas, punzones, navajillas y especialmente
y la ideología de género femenino en Mesoamérica prehispánica malacates nos remite a una atribución de labores exclusivamente
(Brumfiel 1991, 2001; Gallegos Gómora 2010; Hendon 1995; femeninas. Además, las representaciones y la documentación
Hernández Álvarez 2006b; McCafferty y McCafferty 1998; Tate etnohistórica han servido para reforzar la relación entre los elemen-
1999). Este vínculo es reforzado con otras representaciones, princi- tos del hilado-tejido y las labores de las mujeres mayas de la época
palmente de códices tardíos, donde diosas aztecas y mayas son mos- prehispánica. Por ejemplo, la evidencia del Grupo Sepulturas de
tradas tejiendo o portando en su tocado elementos relacionados con Copan provee suficiente evidencia del hilado y el tejido, realizado
el tejido. por mujeres de élite o sus sirvientas, a partir de la evidencia de mala-
Para el área maya, la evidencia artefactual sobre la actividad cates, discos de barro con perforación y agujas, broches y leznas
textil, como agujas, punzones, navajillas y obviamente malacates, para tejer (Hendon 1997:38). Como ya se había mencionado, el
además de la información iconográfica derivada de los códices, hilado-tejido es una actividad altamente relacionada con individuos
donde se observa a Ixchel patrona del tejido, nos remite a una de estatus privilegiado, sin embargo, también en comunidades
atribución de labores también exclusivamente femeninas. Además, rurales como Joya de Cerén se han encontrado conjuntos de artefac-
las representaciones iconográficas, la epigrafía y la amplia tos para el hilado de varias fibras como: husos de varios tamaños,
documentación etnohistórica han servido para constituir una malacates de diferentes dimensiones, contenedores para mantener
atribución casi automática entre los elementos relacionados con el la fibra y contenedores para soportar el hilado (Beaudry-Corbett y
hilado-tejido y las labores de las mujeres mayas (Chase et al. McCafferty 2002:54). Esto nos habla de una actividad textil amplia-
2008; Clark y Houston 1998; Joyce 1993). mente difundida y presente en el registro material de los grupos
Al ser considerada como una actividad realizada por las mujeres, domésticos mayas de distintos niveles jerárquicos. Por todo lo
la producción textil estuvo estrechamente relacionada a la esfera anterior, los malacates deben ser considerados como importantes
doméstica. A partir de las imágenes de ricas vestimentas que se artefactos arqueológicos representativos de la actividad textil
hilaban con algodón y el trabajo textil que se sabe realizaban las femenina en Mesoamérica (Beaudry-Corbett y McCafferty 2002;
mujeres de la nobleza, tradicionalmente se ha considerado que la Brumfiel 1991, 2006, 2007a; Chase et al. 2008; Hendon 1995,
producción textil de algodón se relaciona con el estatus de diversos 1996, 2006; Inomata et al. 2002; Joyce 1993; McCafferty y
grupos de élite mesoamericanos (Brumfiel 1991, 1997; Elson 1999; McCafferty 1998).
456 Hernández Álvarez y Peniche May

SUMMARY
This paper introduces a proposed typology for spindle whorls from sites in with the spinning of cotton fibers. We propose that in the Maya area,
the northern Maya lowlands, including Chichen Itza, Ciudad Caucel, spindle whorls are closely related to female labor, an argument supported
Dzidzilche, Ek’ Balam, Poxila, Siho, Isla Cerritos, Ichpaatun and Xaman by accounts from ethnohistorical sources, iconographic representations
Susula, which span the Preclassic through the Postclassic periods. The analy- depicting activities associated with the production of textiles, and existing
sis of this sample is primarily based on the correlation of formal attributes of research on spindle whorls from other regions in Mesoamerica, principally
the spindle whorls, however, ceramic type, archaeological context, and dec- central Mexico. We attempt to determine whether it is possible to obtain
orative and symbolic elements are also considered. information about the types of fibers that were spun or more complex
Our principal objective is to show evidence of continuity in the pres- questions about the association of spindle whorls with gender and status
ence of the textile industry in the Yucatan peninsula, as well as changes in which are recurrent issues in the interpretation of these archaeological
the form and use of the spindle whorls, which are probably associated materials.

AGRADECIMIENTOS
Al Dr. Fernando Robles (Centro INAH-Yucatan) por proporcionarnos los Pool (FCA-UADY) por proporcionarnos los malacates que componen
materiales provenientes de Caucel, Dzidzilche, Poxila, San Gervasio, la muestra de Ichpaatún. Agradecemos también a la arqueóloga Teresa
Xaman Susula y Xelha; al Dr. Rafael Cobos (FCA-UADY) por facilitar- Ceballos (Centro INAH-Yucatan) por la identificación de los grupos
nos el material de Siho e Isla Cerritos; al arqueólogo Luis Pantoja cerámicos a los que pertenecen los malacates y a las alumnas Mayté
(Centro INAH-Yucatan) por los artefactos provenientes de Caucel; a la Graniel y Wendy Osorio (FCA-UADY) por su ayuda en la elaboración
arqueóloga Leticia Vargas (Centro INAH-Yucatan) por los materiales de este trabajo. La versión final de este artículo se enriqueció gracias
de Ek’ Balam; un agradecimiento al arqueólogo Tomás Gallareta a los valiosos comentarios y sugerencias de la Dra. Stacie King y la
(Centro INAH-Yucatan) por los materiales provenientes de la Hacienda Dra. Sharisse McCafferty, así como las aportaciones de un comentarista
Santa María, Tekax; además, queremos dar las gracias a la arqueóloga anónimo. No obstante, todos los errores y omisiones son responsabilidad
Hortensia de Vega (Centro INAH-Quintana Roo) y al Mtro. Marcos nuestra.

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