Download as pdf
Download as pdf
You are on page 1of 19
oe eel ae eran | A, Ex PROBLEMA Le ayuda y la inversign extranjera parecen hoy plantear el pro- de loe paises is © ne. De parte de es subdesarrollados, ef probleme parece ser el de de- i términos ba de aceptarse la inversién y ayude extran- Pera la opin 8 parece reativamente nueve problema que plantean, lejos de ester sujeto tad, ha sido siempre y sigue sieado resuelto por las realidades obj y las necesidades dei desarrollo. his extranjera he sido dura mente parte integrante del desarrollo ca lo y subdesarrollo econdmicos en Asia, nevesatic examinar cémo ha estado pital extranjero con otros espectos del desarrollo ca- mundial en cade una de sus ctapes histéricss, Este ensayo en el di inoamericane. El py capital extranjero, mejor iluminade por la historia, sera 4 an, se eS SS SE a reece ceceacroace xesuelto por una més adecuada intervencién de los hombres ea esa misma historia, B. De coromarismo at mirenALismo 1. Explotacién y acumulacién originaria en la ‘colonia La propia conquista y colonizeciéa de América Latina fueron scciones de To que hoy Mamerfemos financiacion o ayuda extranjora, Cristébal Colén, el descubridor de América, declaré: “La mej. en el mundo es el oro.., Sirye hasta para enviar las almas aaiso...” Cortés, el conquistador de México, agregé: “D os ‘spafioles, tenemos una enfermedad del corazén para Ia cual el remedio indicado es el oro." Lés franciscancs confirmaron: “Donde zo hay plata no entra el ovan es de dene cubsiiento y Ia inversién expan ‘aren parte de dlle con capital mercantil holandés ¢ italiano, fueron parte de la 20 fnversiones on traneporte do hombres y mereancfas, Como en Europs se carecia del capital y trabajo nocessrios para producir la acumul indios de América Latina y Ios negros de Afr el exterminio del 89% de la poblacién (en truccién de varies 10 encontraron la feliz combinacién de tuvieron que crear una econouia col 8. Indixectamente, fue Ia bonanza previa de Eapesia in, por Ia concen: Jag en estas Sierras tropicales, poniendo a trabajar a los negros de Africa en Ia produccién de asicar letinoamericano pasa les 1 -europeas, Si Espafia y Portugal no 0+ beneficiaron con ests estado de cosas en la medida que era de esperurae, se debié en gran parte tlizacién a través del capital holandés y briténico, in las molestias del coloniaje, como Ia Hamé en 1755 el primer iminis. tro de Portugal, marqués de Pombel. Un xesultado importante do esta combinacién de capital extra. jero y comercio doblemente triengular de esclavos, asticar, ron, cerea. culos manufacturad idad y Tobago, Eric Williams, en ou obra Cepi itrucen de barcos para el transporte de Liverpool ea el siglo xvm, lo sigaificd para manufacturas de algodén para la com- mulo para el crecimiento de Algodoné. polis vino de los mercados de Africa y I clmiento de Manchester estuvo intimam salida ol mar y al mereado mu pool por el comercio de esclavos fl interlor ora fert enorgias de Manchester; Iss mercancias de Mi Hevadas a Ia costa en los barcos do Live: Lanes mente las dentales y tremenda dependencia del comercio la qus bizo'a Mancheste ms, 68), con las corrientes menores de capitel de preciear durante los tres siglos anteriores, el coms fos generaron haci gresos —desde Améri bras esterlinas apros procedia de la primers vidas a vapor ea toda de Gran Bretaia en su dos 0 capital de inversisn Propio, pero que gran parte de él he sido Hevado el exterior © invor, tido allt, y no en América Latina, Esta transferencia de capitel al 218 as SS reer ror ere ernie exterior, y no sa supuesta inexistencia en América Latina, ha sido evi dentemente Ia causa pI 1 para invert desarrollo de América Latis inera, egricola y con de la mesa econémiea, como Mamé Claudio Véliz : tes del siglo xix no contaron con desatro. de la economia de Ia época y se concluye que fueron aquéllas estrecha- interno, (Para sais detallados, véase Frank, 1966c) mente ligadas al comercio exterior. Le mineria, los cultivos tropicales, | Hasta el imperialismo, Ja peace, la caza y la explotacién forestal, dedicadas fundamentalment de los a Is exportecién fueron les a durante las guerras 0 depr y mano de obra... gicamente, los de m juntamente con los altos funcionarios de la coron: los de Sdo Paulo en + Querd » 19664 pues, al capital ex ante tedo un del trabajo © imposble produe- interna) en el exterior, y menor fue la proporcién del ingreso tote] de la comunidad gastado internament El sector exportador no permitia, pues, Ia transformacién del sistema en su conjunto Poca duds cabe que tanto la estructura del sector exportedor como Ix de la riqueza constituyeron obstéculos bésicos par: Bretsfia y le ic de Ins guerras nay temo y a la biaqueda potencia metropolitana, Este chato horizont ‘americano y, notoriamente, de las posesfones La segunda causa de le inadecuada la estructura interna de subdesarrollo econémico, financiamiento exter provocada y mantenida por los intereses extranjeros; } Ja estructura de subdesarrolle encauz6 la mayor parte del capital res que intentaben defender 3 el comercio que smenazaben aniquilarles josa_ Inglaterra, en expansi l, cuyo 108 Exterioze 274 7 275 Bibre; y oi no moncjamos mal nuestros asunt Iineas de batalla estaban tendidas con Ia tradicional burguesia latino americana en natural alianza con la buxguesia industrial-mercantil de la metrépoli, contra los débiles industriales nacionslistas de Amé. rica Latina, El resultado cstaba précticamente predeterminado por €l anterior proceso histérico del desarrollo capitalists, que de esta manera habia dispuesto les cartas, En 1824, ndo las pautas sefisladas por Canning, Inglaterra comenzé —sobre todo por intermedio de Baring Brothers— a con- ceder empréstitos| masivos a varios gobiemos latinoamericanos que habian iniciado la vida con deudas contraidas en las guerras de dependencia incluso con las heredadas de sus predecesores col listas. Los préstamos. por supuesto, fueron concedidos para abr! esmine al camercio con Inglaterra; y en algunos casos se les acom- Pali de inversiones en minerfa y otras actividades, Pero la hora no hebia Hegado ain. Analizando este episodio. Rosa Luxemburgo se pregunta oo Tugon-Barenovski, a quien cita: “;Pero de dénde obtuvieron los p: ses suramericanos los meéios para duplicar en 1828 las compras 18217 Los ingleses mismos les suministraron estos medics. Los em- jos en Ia bolsa do Londres ervian de pago por las importadas”. Y coment duré este singular comercio, en el que los ingleses s6lo exigtan latinoamericanos ser tan amaables pera comprar mereancias con capital inglés, y consumirlas en su nombre, la prosperidad de la industria inglesa perecia deslumbrante, No habia ingress, ai inglés se empleaba para impulsar el consumo: lo: mos compraben y pegaban por sus propies mercancias, laa que ea- visban a América Latina, privandose solamente del mirlas.” (Luxemburgo, 422-424). En estes condiciones el comercio exterior no era en verdad suficientemente provechoso para la metrépo- Hi y los empréstitos briténicos a América Latina se agotaron alrededor de 2830 y no reaparecieron durante un cuarto de siglo. Pues el comer cio exterior Gnfeamente no ha sido nunca el principal interés de les metrépolis, y menos sin con paises —como muchos de los latinoame- ficanos de entonces— cuya capacidad de exportacin de msteries Primas habia sido ceriamente disminuida por el deterioro de las mines ¥ el estimulo a Jos cultives de subsistencia ocasionsdes por le guerra, 7 €n los cusles los intereses nacionslistas ¢ industriales hebian comen- ‘2ado imponer tarifas proteccionistas tras Ins que (como en México) » ella es inglesa”. Las 316 empezaban a levantarse fabrices textiles tan completas y modemas como las de la que el comercio y importante en el desenolle capi J comercio x el capital con! aban en América Latina, pero s6lo en cor binacidn con la diplomacia metzopo los blog como eon las guorras internacionales y civiles En el perfodo que va de mediados de la década de los aiits 20, haste mediados de los altos 40 6 50, los intereses nacionalistas obliga: a sus gol istas en rauchos paises, Industr lades generadoras de sefiales de vids, Al mismo tiempo, los propios Ia aban lag minas abandonadas y abrfan y comenzaron a crementar sus sectores de exportacién agricole y de ottas materias imas. Para favorecer © imp ico interno, a igual que para responder le erecionte demanda externa de meteria pri sas, los liberales lucharon por i woamericanas, osientadas les de Ie fe desarrollo capitalista auténomo, ya que les is interferian sus intereses come! y lucharon idustriales nacionalistas y los derroteron en las guervas de les afios 30 y 40 entre feder cias metropolitenss ayudaron a sus so con armas, blogueas navel de nuevas guerras dondequiera anciade nacionalmente y de si es. fuerzo de desarrollo auténomo genuinamente independiente, EL comercio y la espade estuban prepsrendo a América Latina i époli, y para que asf fuese habia lo industrial Intinoamericano; tereses econémicos orientados sobre Jos grupos nacionalistes, la economia y los 207 extranjero a sus domini sefiulabe: “Después de 1810 belanze comercial del pais ha sido permanentemente desfavorable, en tanto que los comerciantes del pais han suftido pérdidas irreparables. Tanto el comercio de ex: portacién como el de impo! manos extranjeras. La conclusién no puede » Paes, sino que Ja apertura del pais a los extranjeros ha demostrado ser p: la balanze. Los extranjeros desplazaron a los nacionales no comercio, sino también de la industria y Ia agr dia: “No es posible que Buenos Aires haya si queza con el solo propésito de convertirse en cons Guetos y manufactures de ges extranjeros, pues tal situaciéa es degradante y no cor Jas grandes potencialidades que la ne- turalea he otorgado «Es erréneo suponer han pasado a mano ex proteccién de premineneia econémica, el haber dado el primer paso h econémica... Le nacién no puede seguir sin restr exterior, ya que sélo in restriccién hace posible la expans + no debe soportar por més tlempo ol peso de los monopolios extranjerse, que estrangula toda tentativa de industrializacién”. (Citedo en Bi 234). Pero lo soports. Segiin el correcto anilisis de Burgin en su estu na postevo- acterizé por un desplazamfento del centra de graveded interior haci provocado por Ia répida ex ‘time y el simulténeo retroceso del prizaero, leearrollo econémico condujo a lo que fuc ea da una desigualdad que ce perpetuaha a @ividido en provinoias pobres_y jor tenfan que despojaze de grandes proporciones del ingreso nacional en favor do Buenos Aires y otras provincias del (Bargin, 81). En Bra: Chile, México, en toda América Latina, los industriales, patriotas, denunciaron este table 278 6 Megs et capital extranjero. El libre comerci 10 nacié en Algodonép. wiasmo, como lo ha sefialado Claui vi vientes de los intereses terior— para asegurer el cerrado monopol socios extranjeros. E] libre comercio entre Jes fuertes monopoli Intinoamericanos produjo inmedistamente una bal tarin para los altimos, Para financiar el déficit, por supuesto, metrépoli ofrecié, y los gobierno sstélites aceptaron, capital extranjero; y en los affos 50 del a de pago de its y el subdesarrollo latin 50% de las ganancias de Ja exportaci ata douda y al fomento del conti metrépoli, Entre dundaron en suces neda, y en inflacién, Esto ya que que pagar mis por las manufactures de Ix segund: Jes materias primas de la primera, En América Latina, las devalua. cionea y Ja inflacién beneficiaron a los comerclantes y propietarion nativos y extranjeros, en tanto que expoliaban « aquellos cuyo trabajo produoia riqueza, robéndoles no sélo su ingreso real sino también cus iedades. al libro cometeio impli- estractara econémica, pol Spoli, El capital extranj jaments uno de los instrumentos metropol ¥ sociel & les nuevas compensatorio fue os para la gene- de este desarrollo del subdesarrollo latinoameticano, 279 3. Expansién imperialisia y subdesarrolio latinoamericano EI perfodo anterior preparé la irrupcién del imperialiaao y sus nuevas formas de manejo del capital, tanto en Ix metrops América Latina, donde el libre comercio y les reformes fan concentrado Ia tlerra en poces manos, ereando asi una mayor fuerza ociosa de trabajo agricole y fomentando gobiernos dependien- tes de ls metrépoli, que abrian ahora las puertas no sdlo al cometcio. las nuevas formas de inversién del capitel imperialista, que idamente tomaba ventaja de estos deearro La demenda metropolitana de msterias p produceién y exportacién para Amériee Latina, ron el capital privado y piblico de esta hacia Ia expansion de le infraestructi- En Brasil, Argentina, Paraguay, Guateraala y México (hasta lo que sabe el autor, pero proba. Blemente, también en otros paises), el capital doméstico 0 nacional construyé el primer ferrocarril. En Chile, dio acceso a las mines de as y eu locrativa tes. Sélo después que demostraron ser negocios brillantes —como una y otra vez ha acontecido en la historia de Amériea Latina— y después la para su ecero, entré el ‘Un argentino, por ejemplo, pregunt desarrollo después de Cascros? Con los recurtos necionsles, 0 con ol organizadores? «. el desarrollo posterior a Caseros se hizo entre nosotros, con recursos na extranjero... entre 1852 y 1890 Argentina se procuré la mayoria de los elementos del progreso moderno, por los restantes ferrocarriles que habian de integrax Ja red nacional (el nordeste de Entre Rios, el centralnorte de Cérdo- ba @ Tucumn, el Andino, el alumbrado a gas, los tranvias do traccién a sangre, en la capital y el interior, el puerto de Buenos Ai- Iniciése en 1877 un movimiento de traspaso de crapresas nsx cionales a compatiias extranjeras. Caso primere y tipico, @ modelo de operaciones posteriores, fue la venta de la Compaife de Consumid Pues, on efecto, g 280 de Gas de Buenos Aires Gas Company Limi Ja municipalided ‘agentina, sin desombelser un centa. Ja sociedad inglesa mandé im- primir ecciones con Ia compafiia de conaumidores, mas tm paquete de acciones por cinco fibres, para giro del negocio (porque hasta de eso o: a fabrica que comprah ico invertido en The Buenos Aires papel y Ia impresién de los titulos que ve c la compafte porteia traspasads, més damente Gas Company Limited era entregaron a los acc bien que vendida, = cuarto del siglo xix y el primero del xx Argentins traspasé en forme similar el Ferrocarril Oeste (cuya historia nerrada poi Scalebrini Ortiz ha quedado al de Entre Rfos, el Andino, a empresas briténi- cas que en Ia mayoria de lon casos no invirtieron sino el dinero neco- satio para promover el negocio, for prom: (lrezuste, TL74. Pars tuna inversién extranjera 5 En Chile, John N. No: fortuna, legs a ser el legend: rato” por la compra que hizo de los bonos de les mines y ol ferrocarril —-depreciades por lz guerra del Pasifico— por el 10% de au valor nomi é cot 6 millones de délares que le presié el Banco Chileno de Velparaise, Su verdadera inversién vino méa tarde, cuando ya habia hecho mi. Hones: 100,000 libres en la guerre civil que con le asistencia de Js Marina Real de Su Majested derrocé al presidents Balmaceda, cayo programa de gobierno inclufe Ia racionalizacién de las mings de ni- trato y el empleo de aus beneficies en el desarrollo industrial y egri- cola de Chile, en ver del de Gran Bretafis, (Frank, 1966). CAleulos sobre “rendimientos del Semper J, Fred Rippy en ou obra Inversiones brit 1822.1949, tienen en cuenta valores aparentes como los provechos registrados como Jos pagos y gastos de orden pol produccién, en la exposicién d mente “no page”, que Strachey y ot No obstante, prosiguieron los empréstitos « América Latins. Pero las condiciones impuestas a los bonos comptados en Londres, Paris, Berlin y Nueva York eran tales, que las sumas de su pago representa ban varies veces el valor del capital. Pero muchos de estos bonos no se pagaron, o su pago fue demorado y parcial. {Por qué, entonces era ofrecido y aceptado este capital, y quién lo pagaba? J. Fred Rippy da parte de la respuesta: “Después de deducidos todos Ios honorsrios, comisiones descuentos y costos de impresién, y retenides los intere, ses de los primeros 18 meses, los latincamericanos se encontraban pré. simos al remate de Is operacién, con dinero en mano equivalents sf 60%. mis 0 menos de la deuda contrafda. Por una suma neta de 42 millones do Libras esterlinas, se habian obligado por mis de 21 ‘illon ++ Probablemente cl beneficio fue gl de los bangueros, corredores y exportadores ingleses, y los. burécra. ta» concscionsrios de Américas Latina”. (Rippy, 11. 92, $2, 178). Los gobiemos latinoamericanos, ademés, traspasaron a manos ex: i tales nacionales. Si los gobiernos existentes Ro 0 mostraban inclinados « hacerlo, 0 extaban politicamente inceps, sitedos, pronto un golpe militar con ayuda de la metr6poli instalaba un gobiamo militar, que s6lo requeria tzes 0 cuatro. ai cla para dlopensar a los monopolios extranjezes concesionies por 99 afcs, suficientes Pera que pudlesen operar tezabién durante lo goblemnoy democrétices, tradicién que les dictaduras militares de nuesttos po kan moderalzado bajo la direccién del “ “el En una palabra, este capital extrunjero fue y es aiin en gran me. dida un instrumento que permite « les burgueties metropelitana astélite enriqeceree y prosperar por Ja combinacién de los ahorros, hhoy los impuestos, del pueblo de Ia metrépoli con el del pueblo Ge los satélites. Esto expiica le profuss propagenda burguesa slzede. wy irregular, La mayor parte del capital América Latina en la década de 1860 y en la Esto es, se suspendié en la década de depresién ‘que siguié @ Ia crisis sundial de 1898, AL igval que en le Epoca del 282 bre cambio, x luego en el siglo xx, el flujo de capital de la metrSp. ‘hacia América Latina légicameate aiimentaba en los momentos de pros peridad, para decrecer durante las depresiones, imu favorables » los paises deficitarios, y de los ricos a los pobres. El ‘hecho es que operan en contrario y sitven para incrementar el déficit y la pobreza de los setélites de América Latina, en tanto ymentan el excedente y la riqueca de le metropoli de Europa y del Norte. del capitel imperialista no radica sino en su papel en el desars neto de los paises pobyes Jos sicos y avanzados de la metrépoli, incluso en tiempos del imperia- Bao “esportador de capital” de que hable Lenin. Cairncross (180) slcule las exportaciones de capital de Inglaterra en ag ssterlinas y ef ingreac proveniente de so jones entre 1870 y 1918, Amé mantener sus precios de monepolios y elevadas que se ejercia mayor presién sobre los salariog re yy su capital para penetrar en la econoz: wr su potencial productive muche mas complete, y exhaustivamente en favor del desarrollo de la misma met que de lo que fueron capaces les metrépolis colonialistes. Como anotaba Rosa Luxembuigo sobre un proceso similar, “deapojadas de todos aus eslabones oscarecedores, estas relacis e que el capital europeo ha absorbide totalmente Is economia agci- 233, er cola egipcia. Hnormes extensiones de tierra, trabajo y producciéa sin wimero, afluyendo como wibutos al estado, han sido convertide por ‘ultimo en capital europeo, y acumulados”. (Luxemburgo, 498). 'm realidad, en América Latina el imperialismo fue més lejos. ura, sino que tems especialmente en Argen ca Central. Con la ayuda de los gobiernos I tranjeros se aduefiaron —casi por nade— de Hera. ¥ donde no se apropiaron de fueron duefios de sus Productos, porque la metrépoli tam! control y monopolizé resmbio de los productos agricolas y de la mayoria de los demés, Toms posesién de las minas letincamericanss y auments su rendi. miento, ngotando a veces recursos econGmicos en pocos aiios, como los primas de Amérles La. ina © importar sus equipos y mercancias, la metropoli estisaulé Ie coién de pusrtos, ferrocarriles y otros servicios con recursos Pablicos, Les redes ferroviari i de ser vordaderes redes, hi cada pais, y a veces de varios paises, con el puerto de entrada y salida, que a su vez esteba conects do con Je metrépoli. Hoy, 80 afios después, permanece atin mucho de este esquema exportaciénimportacién, en parte porque el ferrocersi todavia cst orientado en esa forma, pero principalmente poryue al desarrollo uzbano, econdmico y politico orientado hecio le metrSpo que el lismo del Xm generé en América Latina—, origen a i , eon el apoyo de la metrépoli, mantuvie- ron y expandieron este desarrollo del subdesarrollo latinosmericana durante ol siglo xx. Tmplaateds en la era coloniel y ehondada en la del libzecambio, la estructura de subdesarzollo se consolidé en América Latina con ef somercio y el capital imperialists del siglo xxx. Se convistié en una economia monoexportadora primaria con sus latifundios y au proleta: risdo rural expropiado y aun con un hmpen-proletariedo explotado Por una burgue Wade actuando a través del estado corrompido de un antipaf 0 bérbaro” (Turner) ; les “repiblicas banans- res” de América Central, que no son sino “paises compafla”; “la inexorable evolucién del latifundio: superproduccién, dependencia oco- némica y crecimiento de la pobreza en Cuba” (Guerra y Sénches) ; 284 La marin mercante.,. ha caido en triste campo @ Ja navegacién extyanjera aun en el comercio & mayoria de las compasias de sezuros que operan entre. no: sa case matriz en el exterfor, Los bancos nacionales han cedido y si- guen cediendo terreno e las sucursales de log bancos extranjerce. Usa miento del centro metropolitan de Europa a Estados en la transformacién conjunta de lo que hab isto de monpol ‘amente en Estados Unidos, pero apareciendo poco des. pués en Europa y también en cl Japén, la simple firma industrial o casa findnciera de antafio fue reemplazada por Is corporacion mono Polists gigante, de base nacional pero dispuesta en realidad paca el vio del mundo, que es una multindustria, productora colosal ea serie de articulos estandarizad: lante sus propias oper es su propio agente mund de compras y ventas, y = menudo gobierno de facto en muchos pai satélites y cada ver més en muchos paises metropolitenos tambié Para responder a las nuevas necesidades del catado y la corporecién 285 monopolista de la metrSpoli, el desarrollo meoimperialista del siglo xx hha creado nuevos instrumentos de inversién y penetracién del capital y los ha convertido en mayor medida que el misiso comercio exter Fior, en Ja principal relacién internacional con que se afianaa en le metrépoli el desarrollo capitalista en eu etapa de monopolio, a costa el desarrolio de un subdesarrollo ain mis profundo en América Latina, 1. Crisis en la metrépoli y desarrollo latinoemericano Le primera guerra mun ferming“le guerra, cuando la indu palmente norteamericana, penetré pr sectores, como los manufactureras de ron, fueron remediadas con empréstitos externos, Pero también servian pera obtener del go- ficaben Ia penetracién de la metrépoli hierno concesiones que i en les economfas de América Li metropel a deptesin de 1930, se mantuvo estén de 1987, y in segunda guerra mundiel y Ia cousiguiente reconstruce! pios de la década de 1950. Creé con cambios politicos en América Latina que redundaron en el principio jonaliste y su més grande industrializaclén independiente desde les décades de 1830 y 1840, y posiblemente de ‘eualquier tiempo, En Brasil ia revolucién de 1980 dio a los interese 286 Sto Paulo, En México, la primera guerra el renacimiento y conti de 1910; la depresign ocasiond y favorecié le consolidacién de bajo Ie presidencia del nacionalista general Cirdenas, que jodo el petréleo en manos de extranjeros, distribuyé las terres bases para la i lizacién de la década de 1960. En fa América Latina, Ia crisis en In metrépoli fue Ia época naclonalistas de Heya d Rémulo Gallegos y Rémulo Beten- ting, Ahora, la industrializa- extranjero— de In industria pesada, tales como acero, productos trica y maguinaria, 2 Expansion de le metrépolt y subdesarrollo de Arétice Latina y el comercio de le corporaci : e nuevo en pleno empuje, reincorporé totshmonte a América Latina el proceso del desarrollo capitalists lal, y renové su proceso de eabdesarrollo, Les tradi América Latina ahondado, por el anhelo nesimperialiste de les gigantes- 0s monopolios de apoderarse de las industrias manufactareras y de eer vicios de América Latina © incorporarles al imperio privado del mo- nopelio. Entretanto, las grandes masas latinoamericanss emprobrecian cada dia més, Los principios esenciales Je las inversiones del monopolio metro- politano fueron ya snalizados con agudeze y perapicucia hacia fines 287 20, por J. F. Normano en su obra La lucha por América ‘Comparemos Ia estructura del comercio y lee inversiones extranjeras en Amnéri jones de Estados Unidos comprenden los de ls moderna pro- duce’ ine fonégrafos, maquinas, pocos productos de las industrias en gran escala orgenizadas rr + {Quién produce estos artfculos? Prineipalmente los mi inta grendess.., Las importaciones de Estados Ui ica del Sur comprenden esencialmente productos de minerales, moterias primas como pelréleo, eataho, café. :Qu! produce en América del Sur? En su mayor parte, las orga afiliedas de ino también en co- 0 con América det un resultado de Ja incesante expan: Las empresas de los atreinta gran todo el mundo, pero tienen sus do: fas la cxpoztacton de materiales de produccién tsles como méquinas laciones de varias clases. Son ‘Tal expansién mundial cs tipica de la moderna etapa det ismo, porque las fronterss nacionsles son demasiado eatrechas les”. (Normano, 64-66, 61). Hacia 1950, 300 cor poraciones nortesmericanss aportaban mée del 90% de las inversi directas de Estados Unidos en Amé grado de concentracién so ha cons des 1964a: 233) Ex Ia década de 1950, 1a corporacién de monopolio internacional fue mis alla de la simple instalacién do la industria extranjera en el recinto de la barrera tarifaria protectora de América Latina, que garantizs altos precios y beneficios. En primer término, el taller de montaje y la organizacién comercial extranjeras organizan una expecie de sistema subsidiario, en el que los medianos y pequefios industriales Iatinoamericanos producen partes para 1a ensambladora local por cuen- ta del monvpolio de le metrépoli, que prescribe su proceso industrial, ledo ain més”. (Naciones Uni 208 tanto que reserva para si mismo la parte del leém en los be este arreglo, para la reinversién y expansién en Ay remitirla a Ia metrépoli y a otros lugares de En los tlkimos afios, do un paso mas en ecto dose con grnpos es oficiales en proceso es y a proponen ~-generalmente los i mal af beni lente un 25, un 49, 0 en St % de participacién del gobierno en las minas norteamericanas de ese mets! En Estados Unidos, este pro- teso acaba de ser conssgrade on una Carta cl pueblo norteamericano del Comité Coordinador Republicano, encabezado por Jador en México, en Ja que se como Ia mejor Alianza para or onsigulente et mercado aver fms on aa ‘Al mismo tlemso recencesn ve iat eenicas, news métadoe que, pus. 289 ee Ja sociedad extranjera Hege frecuentemente con poco 0 ningiia | pero consigue su aporte en Ia localidad, respaldadd en au internacional y capecidad de crédito. Asi, de acuerdo con el Departamento de Comercio de Estados Unidos, ‘un 26% del total del capital obtenide y empleada, teniendo en cuenta todas las fuentes de las operaciones de Estados Unidos ea Brasil, en 1957, salié de Estados Unidos, y el reato se foment6 en Brasil, Incluyendo el 36 9 de fuentes brasilefus fuera de las firmas norteame- Fieanas (McMillen, 205). Ese mismo ao, del capital nortesmericeno de Estados Unidos mientras que el resto fue también obtenido en Canadé. (Safatien, 195.241 para éste y demas datos sobre Canadd). Ya ex 1964, sin em: argo, la parte de inversion norteamericana procedente de Estados Unidos habla descendido a un 56, haclendo que el promedio do contribucién norteamericana al capital total manipulado por las firinas as fuese sélo de un 15%, durante el periode de 1957 4 1964, Todo el remanente de “inversiGn extr fue obtenido ea Canada a través de ganancias retenidas (42 %), reserves para depre- ciacién (31 %) y de fondos obtenides por las firmas norlesmericanas en el mercado de capital canadiense (12%). Segim una encucsta reali. > y Un 47% de las firmas norteamericanas con invetsiones en Canada obtuve todo su capital operativo canadiense en este propio pais y no en Estados Unidos, Hay razones para creer que este aproveche- miento norteamericano ) extranjero pera finenciar la “in. jera” norteamericana, es mucho mayor ain en lee paises subdesarrollados, mucho més débiles 0 indefensos que Canadé, ipal contribucién de Ins corporaciones metropolitanas a ixta es, pues, un bloque tecnolégico de patentes, disefion, técnicos superpagedos y, lo que no es menos im: portante, marcas de fabrica y campafias de propaganda, le mayor parto del capital de financiacién es latinoamericano, como son Ticen: tante, la proteccién aduanera, La corporeciéa internacional monope- lista procede entonces a tomar plens ventaja de su monopolio tecnolé- gico, ou reserva financiera y su poder politico directo o indiresto, part derivar de In empresa comin cada vex mayores beneficios que sus 290 | socios latinoameicanos, seinvertirlos y Ja empresa, la cconomis y jnoamericanos son polit gocios y gobiernos de # sorcién de los iltimos por J a Je industria manufecturera, mo los de seguros, por supu: esta ab- y co- ¥ se extiende al comerelo sl por yal comerci i in eada ver mis;'a la produc: necional y mundial, aten control de su producciéa; grabade, noticies para la prenia, radio, televisi nos importante, a la propaganda (como cu pare su placer 0 au disgusto, ya que el 95 % jera puede comprobar Jos productos que se ¥ otros paises de s, empaguetados en Amética del Norte les prestan los di corpers en agencies de pub que ‘utili sobre los medios masivos de comunicacién de América presionar por la adopcién de medidas econémicas y a favorables a los intereses de la metrépoli y contrarias a lee populares. El monopolio capitalista integrado genera de en América Latina economfas ext i Por consiguiente ae descapi Hoy, ef desarrollo capi ya evelucionado desde export té dando un paso de capital para inversién hasta 208 esta preparéndose chora para. ab- jeane en su conjunto en el monopolio Estados Unidos ha comenzado resientemente a fomenter la integracién econémica latinoavaericane, y trate de lograr la formacién de un Mercado Corin In que inchiria a Estados Unidos y Canada, Aun sin el ican de manufactures bajo el tratada de Montevideo, es de corporaciones notieamericanss como la Kaiser y la General Hlectric, que pueden asf fabricar « pats latinoamericano para exporter @ otto, raultilater entrando ferales, que son una espe parece haber escogido a B: Sur —desde el golpe militar de 1964— y en do a México en América nor gras tral, como una quite eulurana o cabexa 4 en el continente americana, desde la cus] los monopolios nerteamericanos y su gobietuo ce apropian de Jos mercados y gobiernos de los paises menores./ después qi nologia, su cepital y su influencia . Este ta egtave, por supuesto, el d estos €n su conjunto la expansién mundi int.) El principal impulso e estas formas nooimperialistes de desarro- mundial desigual y de subdesarrollo latinoamericano desequilibra. ene de la expansin y monopolizacién incesante de las con macionsles de base norteamericana y ica, Las consecuencias de este des La revolucién teonel Ia unifieacién de todo el e conducen a equipo ociosa 0 recientemente obsoleto de la me- tr6poli_ a América Latina a menudo sin cambiar de duefio (pero que, descarga de la casa matric y se catga a las subsidierias a exorbitantes precios de contabiligad, lo que au- 202 y tecnologia para competir con los rivales locales y sorberlos, pues carecen de fondos o proveedores para comprar de los mismos, © no pueden obtener licencias para importarlos. A esto se De hecho en todas partes del mundo capitalista, Ia tecnol tana se hace la nueva fuente del poder monop. bese del colo la revista de negocios norteamericana, informa: “De repente el temor es quedando cada ver mis atréa de EL res i los europeos, es que el cons tinente se esté trasformendo, teonolégicamente hablendo, en una “co- Jonia norteamericana”... n destacado ingeniero alemin: « mo van las cosas, seremos una regién atrasada dentro de 10 aifos Entonces nos encontraréa golpeando la puerta de Estados U endo limosnas, igi compatiiotas més fuertes, y éstas a su ver son absorbides @ precios re- ucidos por los monopolies de la metrép: grandes y fuertes, incrementar todavia més el grado de monopolio y de desl que durante 1964 al ingreso nacional per capita bajé su mds grande productora de avero fue absorbida por la Bethlehem’ Ste De esta manera, el empleo el equipo existente la ditecciéa de sus nuevas inversiones y la seleccién de sus des aim ¥ correspon: den cada ver menos a nay 2 las necesidades genera por ilidades por parte de estas fiz as y un mayor flujo de capital de Aunérica Latina hacia En efeéto, las estimaciones conservedoras del Departamento de Co- mercio de Estados Unidos muestran que entre 1950 y 1965, el flujo total de capital destinado a inversiones salido de Estados Unidos hacia el resto del mundo, ascendia a 23,9 correspondiente entrada de ganai cendia a 37 mill millones, de- Jando una entrada neta, hacia Estados Unidos, de 131 mil millones. De este total, 14,9 mil millones afle mientras que 11,4 se ditigia en la di para Estados Unidos de 3,5. mil mi cexistente entre Eatados Unidos y tod los pobses y subdesarrollados, es tot inversia fluye a eos paises, nencias de capital salen de ellos hacia Estados Unid neta de lor pobres hacia el rico de 16,6 mi inides hacia Amé millones de délares y el flujo desde América Latina hacie Estados Unidos fue de 11,2 shil millones, de desiavorable pare América Latina ce (Magdofi, 29.) Como las corpora mnales. evaden uestos y restricciones cambiarias mediante ls sobrefecturacién regis lar de las ventas de la casa xaatriz y Ia subfacturacion de sus compres 3 Les tasa do utilidades de los monopolios di la metrépeli en Ame es eesconasics, pero inldos es superior al 10 46. Unidos poiees i 4 sas subsidiarias de América Latina, parte de sus ocultas bajo al renglén de costos; y I remision x América Letina a Is metrépoli es mayor que Ia que se registra por los gobiemos Istinoamericanos y el de la metrépoli, Pero las operaciones en el exterior sobrepasan las inversiones eon ayeepondientes, La remisién de beneticios de invers tas de Jas cosporaciones extranjeras Ie cuesta a América Latina (con la ex cepeién de Cuba) alrededor del 14 % de sus ingresos por concepto de esportacién de mercancias y servicios. Pero ottes transferenciaa de capital registradas y ocultas estén representadas por otto 11% de cue ingresos en divisas, mas un 15 % adicional por el servicio de su deuda externa, lo que cleva al 40% do sus ingretos en aso: 6% gran fotal de un 61 9% de las utilidades por comercio exte foa Latina -~més de 6,000 millones de délares por afio, o sea de su producto nacional brutv, y casi la mitad de su inversin bruta {probablemente més que toda su inversién neta)— que ée pagan s los extranjeros —casi enteramente de la metrépoli— por estos servicio: Visibles prestados, que no inclayen un solo centavo de mercar eas para América Latina, No es de exirafiar el déficit exénico de Is halenza de pagos a pesar del hecho de contar con Jos recursos adecua. des, (Frank 1965a,) Las facilidedes comerciales de pago en América Latina han de clinado al mismo tiempo y en parte como resultado del capitalismo mo. nopolista exeminads arriba, ya que la pol 7 poraciones monopolist : tructura econémica de América Latina afecta negativamente les con- nes comerciales de Ie Gltima, Entre 1950 y 1962, los presice de Jas importaciones latinoamericane, se elevaron on un 10 precios de sus exportaciones cayeron en tn 12 per deriva de sus exportaciones, equivalente al 8 % ‘Unidas, CEPAL 1964b; 83.) Esta pérdida del 3 % de su PNB por con. ‘vepto de comercio, agregada a la de 7 % del PNB por concepto de ser. vieios, 0 aun solamente el 5% (40 % de utilidades sobre -soncepto de pagos financieres a extranjeros, equivale del 8 295, a probablemente el monto del capital quo dedicando & im, el desembolso total para la educacién desde el kindergarten hasta la universidad, pa vada, asciende en América Letina a solamente 2.6 % de su PNB. (Lyons, 63) Si se agrega, ademas, el je de PNB y el miltiplo de inversin neta que adicionalments se pierde por con van adn més. caleular la desi monopolista mundial de ia ‘poli —en lugar de zerlo al desarrollo econémico propio—, ten- wos una medida més exacta del desvio que sufren los recursos latinoamericanos, de su desarrollo econémico perdido y del subdesarro- Wo estructural que el capital monopolista del neoimperizlisino ba gene rado en Ia América Latine de hoy.! ‘eon mucho, Ie pérdida mayor ‘mala distribuciéa todo monepolio, producs una vaste ibucién de los recarves del todo econ de que gozen unos poces. Este torpe di sien no sélo a Ia clase de mercanciss que 19 ver de eamiones, érm de 12000 unidades anusles por. fabri ron eneambladorss on Venerscla, pars un mereado nec de 30.000 unidades. Ex Europe, el mercado promedio por fabricantes es de 250.000 ye Estados Usidoe, por supuesto, de una clfte eproximadamente cies veses myer, 296 ta de condiciones desmejorades du recurrentes en Ie balanta de pagos creciente necesidad de carreteras, ener mente entrenado para el servicio de los estable- cimientos de la metrépeli on ella, 1a ha levado a creat toda una sopa de letras con las instituciones financieras que manejan estes situaci y stienden estas necesidades. Algunes de ellas soa organiz las Naciones Unidas, como el Banco Mundial (BIRF) y el Fondo Mo- Otras son independientes, como el forma] 0 efectivamento dependencias de Estados Uni- iximbank, el Banco Interamerican © ellas alguna capecializa snfe les mismas funciones en que shore io recomiends, menudo financiande de las corporacion nes que total o parcialmente pertenecen a Ia metrépoli, gue reciben directamente estos empréstitos, o indirectamente a través de los gobier- del gobierno de Naciones Uni siguen restringidas a empréstitos para proyectos cone debe al deseo de ambos bancos de com ico con los de los prestatarion en y tstudio previos..., también para posi control més estricto sobre el empleo de fos fondos... En ter de 1a supervivencia econémies y politica do Joe més gra Barguesis latinonmericans, que so le primera on delendetle 297 el Eximbank y el BIRF han tratado por large préstamos que puedan competir con’ el capital privado extrenjero. Esto redundé en un plan de créditos coneentrado sobre todo en tructura mas bien que en la industria,” (Naciones Unides, CEPAL En su obra Inversin privada y oficial de Estados Unidos en el exterior, Raymond Mikes afirmar que “el Banco [Eximbank] es fandamentalmente un instrumento de la pelt: tica de Estados Uni igen la economia y Ia politica Bajo Ia amenaza de suspender esta finan ereando balanzes de pago insostenibles y cxisis politicas, estas agencias ralmente chantajean a los gobiernos de sada vez més dependi ‘as monetarias y fiscales y planes de inversi or la metrépoli, en ben sto en devenas de casos devaliaciones y politicas mone. estructuralmente Ponsabilidad de los gobiernos letinoamericanos— los principales efeo. tos evidentes de esta politica en América Latina han sido las devalua. Latina las regles comerciales del juego y rebajan para los monopolios de economia latinoamerica- forzosa de las monedas Jetinoamericanas, que permite a los monopolios internacionales conver. ‘tir ficilmente aus utilidades en América Latina en délares y oro; loo obligados emp: de otra os emprést corte plazo del FMI yd ‘que vienen atados con cuerdecitas econémicas p politicas; siotultanes- 208 mente, el desempleo y | ica Latina que, con las devalusciones, favorecen a los prop! nacionales y extranjeros a costa de los obreros y emplesdos, cuy gresos reales se ven reducidos 0, pero lo que 0 es anenos importante, el consecuente di de inversion y erédito de la metrépoli, acompai dosis de remedios del FMI y de politica neoimperialista bi is josa espiral interminable, 1 ee reileja, en-el hecho de que Ix cuota que Ami Latina debe dedicar al servicio de au deuda externa se eleva cx mais, del $% de sus ingretos de divises en 1951-1956, al 11% en 1956-1960; al 16 9% en 1961-1963 (Frank 1965e.} Gracias a le Align. za para el Progreso, el servicio. de Is deude latinosm tk @udablemente ain mis gravoso, y se clevard inevitablomente en el fu taro; aungue, de acuerdo con un comunicsdo de le A ahora ocupado por su miento téenico, orienta de Estados Unides— reprimen las demos tes y otros grupos contra Is bierno), 0 donde sn solve’ tina y a contener la resistencia popular sedi, estos negocios menos fucratives no le queda otra alter iva que o Je prisién de sus lideres y el terror sobre el pueblo mismo, Que estas __,_—_‘juchar aunque en vano- por su supervivencia, agravando ea: precios medidas econémicas y polities en América Lating «i Ly salarios el grado de explotacién de eu pequefia burguesia, obreros y te del decarrollo y lap i ‘atapesines, con el fin de exprimiz alguna sangre adicional; y a roves, as propuestas meizop. militar directa para lograrlo. Por esta se duplicé por el presi ¢ Kennedy en ol primer aiio de su adminis joamericana se ve obligada a contract teacién) y por Iss declaraciones de los funcionarios del gobierno fa metropolitana, esto es, someteree: norteamericano (tales como las de los expertos ‘inoameri- terés bésico comin en defender el sistema de canes del Depart Bst de que no ts.Es que no puedo ser nacional o defender inte- son més iguales que otros, eses nacionalistas y oponerse a Js usurpacién extranjera en alianza con ha penetrado 0 incor- los obreros y campesinos de América Latina —como k del Frente Popular—, porque la misma usurp: ahora en mayor grado, jentes de los se y reprime sus l bn, no podi fa, La pol nacion 80 y 40 ya no existe, porque un nimero creciente d c empujando a toda la clase burguesa en Am Roamericanos son ya, o lo serén préximamente, socios, fancionari na a ung alianze econdmica y politica y a una dependencia ain mas abastecedores y mpreses y grupos mixtos, que nublan tsttechas respecto a la metrépoli ism y owcurecen Ios intereses nacionales de América Latina y —lo que ex vertir el desarrollo del subdesarrollo inds imaportante— aten cada ver mis fuertemente sus intereses persona. tanto a los pueblos mismos, y le Jes @ Ia cola del perro neoimper que la mueve, La mal Hamada burguesia nacional jos de hacerse més fuerte e in- Gependiente, a medida que la industria se desarrolla be; de la metrSpoli, se hace més débil y més satelizada o 4 aio, werieano correaponde por capitalismo sacional © sstetal después que esto ers imposible és cla Ia politicn ext se apodera de una porcién 3 negocios de América Latina y somete al resto 2 tremendas dificultades econémices, a la buiguesia que vive 800 301 hacia el desarrollo econdmice esta ya destruida para ellos por el neoim. perialisimo actual. D. Sumanto ¥ conctusiones declarado que eados pare le. industri imiento general del comercio ext ja en la elevacién de Ia produc greso en el exterior; es un Ia produc norteamericane’ do en Cémara Pextil, 48). EI economista mexicano Octaviano Campos Seles resume las con secuencias de Ia inversin extranjera pare los paises de Amériea Lat “a) El capital privado extranjero se apodera permanentem vectores de eltos rendimientos, expulsando el capital domé pidiéndole Ja entrada, apoydndose en los am; Ge sus cases matrices y en el poder apoderamiento permanente de import bmi Ye forma mnistas privados extranjeros pars crear i6n en los paises reveptores son 302 jamente exportadas, como tido hubiese sido importade por De este modo, doméstica vine @ for una oportunidad destruy6 e intent renuncia a las posibilidades nacionales. Lo més terrible en este proceso de capture sociolégica creado por el imperialismo es que personas de buena fe, sean ellas conocedoras o ignotantes, a sabiendas © no, sicven al imperialismo por defender sus intereses y la necesidad de mantener su continuada presencia, Por esta via, los individuos y el pablo pier den ia conciencia de sa propia personalidad y de la misién que debe. rien cumpfir como su obligacién histérica” (Frondizi, 123, 76). El aplastente peso de la realidad histérica obj has intenciones subjetivas, fue confirmado plenamente por el propio Arturo Frondizi cuendo, como presidente de Argentina que habia sido elegido sobre ta plataforma expuesta, sucumbié a esta situacién de cap- tura cconémica, politica y psicoldgica creada por el imperi nuneid a las postbilidades nacionales de Argentina, y pasé y Ta historia como el hombre que entregé a los monopolics norteamericanos todo setréleo de su pais y la mayor parte de lo que restaba de su econo. mia. “Pér_su parte, el atrés citado economista mexicano, Octaviano Campos Selas, ministro de industria del actual gobierno de México, ahora otorga al capital menopolista norteamericano las concesiones que une ver lamara “ilimitadas y excesivas” y preside —como lo ob- servé entonces— sobre “el progreso y permanente apoderamiento por parte de le metrSpoli de importantes sectores de la activided econémics, Jo que impide la formacién de capitales domésticos”. Dejando a un lado la propaganda y los buenos deseos, Ie tender. cia real del aumento y descenso anual del producto nacional brito per capita (y del ingreso nacional per capita) en América Latina cs: 1950- 1955: 2.2% (19%) de aumento; 1955-1960: 1,7% (14%) de aumento; 1961-1962: 0,8% (0.0 %) de aumento; 1962-1963: 1,0 % {menos 0.8 96), esto es, una baja absoluta (Neciones Unidas, CEPAL, 1964b: 6). Ea tanto que desde antes de Ia segunda guerra mundial Ia produc. a per capita de climentos se elevé en un 12 %-en el mundo entero 1963-1964, y un 45% en la Unién Soviética y Europe oriental yos fracasos sgricolas son conocidos universalmente), la produc- cién Tatinoamericana de alimentos per capita descendis un 7% y su distribucién entre el pueblo es cada dia més desigual: ol nivel abso- Juto de vida de la mayoria de Jos letinoamericanos esté descendiends (Frank, 1966b). Para el pueblo latinoamericano Ia nica salida del subdeearrollo es, se entiende, In xevolucién armada y la construccién del socialism. 304 APENDICE LA DEPENDENCIA HA MUERTO VIVA LA DEPENDENCIA Y LA LUCHA DE CLASES Une respueste a criticos

You might also like