Download as pdf
Download as pdf
You are on page 1of 96
oauary 1x pouuonpay “uojop 12 puugnasap mp un onb ora un ap vusossspy euny-efueseu op eyueyd Ay SOTAONOODSVA 2G OANVW aSOl imp - Buenos Aires: El Ateneo, 2008. ISBN 975-950.02-0448-6 |. Narrative Brsiler. 2, Novela, I. Jofé Baroso, Haye M, tod. cDD B869.3 eee INDICE t por Hayle M, Jefe Baroso PRIMERA PARTE I: © Mon Pé de Laranja Lima Haydeé M, Jofre Barroso 168) Eltors Melhoraments Lids, Brasil Derechos exclusivos de edvién en castellano para Amtia lating SEGUNDA PARTE IF edickn: diciembre de 1982 edie: mayo de 2000, cin: mayo de 2008 1 impcesign: agosto de 2008 Paine ISBN 978-950.02-0448-5 3. Conversaciones de aqh 4. Dos es ‘Diseto de cubieriae interiores: Departamento de Arte de eno aur Veuuna' pedis 6. os se forma la ternura 7. 8 kos los viejos Arboles 9) La confesion fina Queda hecho el depésito qu establece Ia ley 11.723 Libr de edicion argentina x 15 27 St 6 55 95 107 ug 131 49 1ST a3 17 2 vsn2te & seaaenddosep sod bqv2e anb ‘eprasons & vsourd ood ap ‘Doraipsop wossaRe URUE ‘OLDS -19 ap avows nend poping wpoordiyus nf ‘ossorunf oot ns "Out -UUaIU aruajooxe Dun SMIUMISUNDLO SPLLDA Loans NS B nua ‘49s Sous0 B SoluBDpOA ‘Sauatut ns ua & ‘ques oupisep ns ua Denise dad “PrsyeAOU ua O[sKLIANUOD n uDLEMf onb guiSoun vounu anb soouauadis ojmunoy < ypia of ap orp -nsso ns oz14 ‘souotoypear d SoDys\AaINLDD OAMYDL ‘SPSOLND SLO! -s1q o4puasde ‘Soya axnua ‘yyy *OBNDS ODtssta 1899 aS@ 119 SOEPUA SO} woo viouaqiauos ep opowad ns opvonisep wv8rg un vdris0 Soo U3 4 souapsmg ans jo « aUON je exjua ugaioa ap sou, wodeney ‘oumrasdiotut ap & sped ns s020u09 ap ‘eoloia ap oasep jo out -1uY of anb visoq sopypianoe sns ap soundyp sq oq ‘sazoprosed ap vjenose Dun ua ouseDiu ‘sopvosed ‘,opuezef, Dun ua sopofog uy ‘ound osad ap sesopnexog ap sopouaiiug “opja vj & ofquus [2 uo Quutof 98 anb ofupipome couupiny tn ‘oLampunsas o152{02 rep sand v ‘anf —onounf ap ony ‘nBuvg ap oar ‘sonSnuiod A wipes ap ozpsou— (¥g61-0261) Sojanuoasy, ap ounvpy asof WOOLLY Ta oral: decia, inventaba y expiicaba cosas, ayudandose con mimi- ca, con cambiantes entonaciones de voz, animando, en si ¥ un dia comenzé a darles forma escrita; cuentos, novelas registraron ste profundo espi ion y esa cwualidad ‘sutil que establece desde el comienzo un didlogo fecundo con el lector. Desde los 22 aftos produjo doce libros (Banana brava, Ba- fro branco, Longe da terra, Vazante, Arara vermelha, Arraia de fogo, Rosinha, minha canoa, Doidao, © garanl racdo de vidro, As confissdes de Frei Abobora y Mi planta de na- ranjalima), que ban editado y reeditado incontables veces sus 1res. Casi todos ellos recogen sus experiencias, repito; de la sma manera que sus historias lo tienen de personaje, porque ichas de ellas nos entregan sus aventuras vividas en el interior ‘aunque no sea su nombre el que aparece entre los pro- tagonistas. Pero esto no es enteramente original, ya que cualquier escri- tor acaba por ser autobiografico en alguna medida. En cambio, su originalidad estd en su método de trabajo: primero, la carga eas, la acumulacion de los detalles fisicos y pstcoldgicos que dardn forma a sus criaturas, la eleccién de los paisajes que le servirdin de escenarios, el bosquejo de la novela, y finalmente, cuando ello es posible, su traslado al escenario elegido para con- sustanciarse con él, Realizada esta primera parte, sobreviene la , propiamente dicha, en la que suelta toda {cos me inieresa recal- car su fidelidad al habla y los modismos propios de la zona en que instala sus bistorias—, y juega con el didlogo, que es en s profusion y acterto una de sus caracieristicas. Para decir todo es- 10 con palabras de José Mauro de Vasconcelos: "Cuando la bisto- est enteramente realizada en mi imaginacion, comienzo a tengo la fmpresién de que fo- da la novela estd satiéndome por los poros del cuerpo. Y entonces todo marcha como en un avin a cborro”. Esto, en lo que bace a Vasconcelos como escritor; porque también esta el Vasconcelos actor. El cine y la television lo han visto animar bistorias propias y ajenas, y obtener por sus actua- ciones importantes premios. Una referencia, también, al Vascon- celos protector de indios, a los que sirve de enfermero, de gufa Pero, naturalmente, a nosotros nos interesa como bombre de letras. En 1968 encabez6 la lista de best sellers con Mi planta de naranja-lima (O meu pé de laranja-lima), su historia de un nifto que una vez, un dia, descubrié el dolor y se hizo adulto precoz- menie. En éte, como en casi todos sus otros libros, Vasconcelos fue un autor afortunado con la critica y con el piiblico. Puede ‘que sea por el olor a naturaleza que se agita en sus paginas, Co- mo una de esas culebras con las que muchas veces debi6 luchar durante sus aventuras en la selva. O puede que sea por ese lirismo que en algunas ocasiones vis- te sus temas; por la simplicidad de las formas literarias adopta- das, la presencia del patsaje Iujurtante que, de pronto, estalla con toda la gama de sus colores y de sus olores 0 de sus ruidlos; 0 ‘por su intencign de llegar faécilmente y con toda su carga emot ‘ua al corazén del lector. Porque, fundamentalmente, es el cora- 26n de su piiblico lo que él busca, mucho mas que su intelecto: sus libros son mensajes de un espiritu ai otro, y nunca una vacia demostracin de academicismo. En ese emperto intervienen los recuerdos de su vida en la misma medida en que lo hacen sus re- cursos de novelista. Como fo demuestran las miiltiples ediciones de cada uno de sus tétulos, Vasconcelos supo encontrar el cami- no que conduce al lector. ‘Sus personajes viven, se mueven y se desenvuelven con la fidad con que lo hace su autor en la vida real, y ‘en ello se perciben dos cosas: su intencin de no convertir sus na~ rraciones en meros juegos literarios y su entrega apasionada a cada tema y a las posibilidades que brinda. A veces bay en lo que escribe esbozos de critica, pero nunca se sittia en ef papel de so- xI a1wH ‘soxitsad90 UOISPN] as anb Ua sosvd sof Ua “eONPeN UJ ap SoU -mustuo9 0 souOPENEpE ‘seI0U se BUFEC ap aid je vesNBLy dalsnppur 2 ‘sazended sopot ue ise Ans seuttsoy st] \dxo ap vunroy ns ua ‘aleuosied Yj NODONGVUL IG SVLON tx OSOWEVE RUOL W IIGAVH “seugr jap © vaupioduaruo? vastoseou 2 a osttap sootgti9 301 wnioIpe9i0o 2] anb vroupuiodus vy ooyines go6r ua anb vysspenou aise viguos 0] € wigaquod of owod jot ‘aIqUIOY [> sofa OWS uN ua AE -o1ug 2 uoyjiuapt as —2pastpp Duaipnd anb worosusfep soinbjono nuadns send ‘aqvoydes oruoupoyip— oumionpouxe owstunzeus wines unSip 40d soy spor “sofouosiad ap popiuasfin » opta opunp & safosiod opune.sas ‘so49s0 ap ousuivo joss ns anBis 01d sopaoucosaa ap o1nvyy 9sof ‘popuntos aquapuasdios wo orasou09 ‘ads ‘oxsaasp ‘oBorEp [2 40d owo up}990 9 40d omen uppyo.sbsap piss Dop22uD v1 ‘10ND alse ap BAGO v1 Ug vepr Dy 40 opnuaw » UoLOZHICuaeL Nf ISB ap SaL0})ND SO] AP soqonyy “pSigt Jap DiNaion ponIOw vy P Souo}oo.odiooU} SMS ap BAO 140 aq ‘DIOPIIUD VT ‘OLMOUApIMa Bund SBIN}DLID SNS ap So -s101402 $0] ap & up}290 vy} ap “elopopuD vy ap anus as anb ‘ous outs ‘oonpumsp viood un ou o1ad ‘o1Git aise ap soy ap seqanu ua 4 soppiuooue sput souSpd sts ap sounsyo ua sounuanpy 04 180 & ‘wieod 20d un uarquivy so ‘ouaqus uss pein ‘sojau09sia, ‘PRPYDAL VI ap ay -undiorind ap & o8ssor ap vorfiusts oy anb of opor uo> ‘orLease un anb souam vpou « spi opore, 498 ap oasap ns v jo4f ‘O501919 Para los vivos: Ciccilo Matarazzo Mercedes Cruanes Rinaldi y Amaldo Magalhaes de Giacomo y también Helene Rudge Miller (Piu-Piu!) ‘sin poder tampoco olvidar a mi “bijo Fernando Seplinsky A los muertos: EL homenaje de mi nostalgia a mi hermano Luis, el Rey Luis, y mi bermana Gloria; Luis renuncié a vivir a los veinte aftos, y Gloria a los veinticuatro también pens6 que realmente vivir no valia la pena. Igual nostalgia para Manuel Valadares, que mostré a mis seis aos el significado de la ternura. iQue todos descansen en paz! y abora Dorival Lourenco da Silva (GDod6, ni la tristeza ni la nostalgia matant...) o1qri ounN 12 a0wu sone » ‘popiany ug GLaVd VERA EL DESCUBRIDOR DE LAS COSAS ‘Venfamos tomados de la mano, sin apuro ninguno, por la calle, Totoca venia ensefiindome la vida. Y yo me sentia muy contento porque mi hermano mayor me llevaba de la mano, en- seftindome cosas. Pero enseftindome las cosas fuera de casa. Porque en casa yo aprendia descubriendo cosas solo y hacien- do cosas solo, claro que equivocindome, y acababa siempre lle- vando unas palmadas. Hasta hacia bastante poco tiempo nadie me pegaba. Pero después descubrieron todo y vivian diciendo que yo era un malvado, un diablo, un gato vagabundo de mal pelo. Yo no queria saber nada de eso. Si no estuviera en la ca~ lle comenzarfa a cantar. Cantar si que era lindo. Totoca sabia ha~ cer algo mis, aparte de cantar: silbar. Pero por més que lo it ‘Ug}eSIBAUOD BI Hoo opruorseidury eqeso 04 ‘smaureiU9| ‘Osan ap sounBos { ouvUL Bf ap OUIOI apy ‘ys09 BUN oLIENSOU © doa anb ‘sours woyy ‘spur reonoeid v sowea wypona ef ¥ Teuas e] auep ered nbe seiso v hoa ardwiois oN “ayDoo un audtA 18 J04 ered ope] sop soy exed Jenus onb souaty -o8je ap asep “JO 91 O19 "UaIQ Anz aistanisa ‘zaa viounsd ¥ 408 EEG — ‘e1olajoa anb ap jeu ~28 ¥] OI |p A on0d un azodsa “eqendsas ou isu9 ‘ard ja asng ‘sour, “eoyy— ‘OD|20e as UOTIOD nIDeIqUIOY, UN OpixaIs sis eA nb ‘opara ap pen ‘ojos reznuo saqus vd eioyy— SOUITATOA vaisipuasde J 3a o1ainb sondsaq “soqunf ‘oaonu ap sezn19 v sou;— ‘Bz0qeO v] YOO ‘ou anb alip orsd ‘optus viqey anb armeseg, copara aisianyy— “wsmIaHeD v| OpUaHIOD soueZNI jBioyy! ‘opey ano 4 oun wed vs AWW ‘org emur as orauutrg “arueuodum so o1s0 ‘9297 “eI ‘se “PHI 4 sonra ‘saqAowoIne ‘ssuORUED “opor ap eqused Oleted Ues-Ony BIDIEBD Bf ap aplog [e opeBoH sourerqeyy ‘OPEUDSUD B CI OU OK eIGES OM Ig ‘OpETTe> ap -onb apy conuap exed sere eipod as anb ‘euqes ou oseay? “opsos awopurpanb seis> ogop ssououa— 1S coptreaeg?— ‘pune equisa "epeN— 2297, ‘souon angy— “puadsoq ‘uolndura un omp au wo10L saptiaidusoo wiges ou anb vzeisin vun eqep aw voIsMUT eso wOYe eIseE “ubqvadjo® soo soy D10g BS U9 BA as 19 x SBIDUD ney OLaBU IEE ‘piog vipaue ap sou sy osouLoue ap some gp “equ opuny of ants ousuniou jo anf as oyy ‘uvquzysop as puasv vy ue x unquadjos sejo soy sunyndes 21 » puntos, ‘ouousepus ‘psn nt sod ‘anSuou ap osoupoyy ‘odoupnU “OLouDY “opuarpuaide ope] ns e eqeponb out 04 A equiues opueno wi opull of org “wraUT Bf eisey UEqEBST 3] soxjons eqelap soy opueny ‘Sosy & soxBau sofjaqea soy 4 peut -enb waiq x0o9 un eyway, “epuyy Anu o1ad “epeSfap ‘eye t1 yo “PW “vs¥9 Ef ap sorsef soy us sepnde ered Joqeyfnes JO1Op op ese e[ ap vdou vy savy ap eqednoo ag ‘sedos se] sepo1 OD OUT “Sh O| BPE “wu ¥] BIPUadsns A za UD Opor eqeEjoD “eprono a wisey eqE 2 edor ef e1s01 sandsag “wundss ua eraNmAUOD 98 uogel Je anb opuarsey ‘ene Jo uo ouNUI z{ OpuHoUt ‘sEIOY A seioy eqeponb as 4 vBuxreq ef enqno 2] anb yeuejap un eqeaayy 108 19p asreprenfsar wied ezaqeo ry] F o1a{ns oden un woo ‘eoTd i ua equpanb as vig ‘ouuonbad Anu eo of opuend pureur eqe? anb rojspur pun opuepsores eqeIso 4 “oul 19 OFany orad ‘ores eq ‘onuep Jod seiuv & goust0D ‘eiory 40d reNEeD eypod ‘of OwoD oF JOpeldos ap e0q wuA ou EAepo) onb ‘equa ~rodurt ou onb opusiorp oumue orp au Tg “epeu exes aur ou ase —Totoca. —:Qué pasa? —da edad de la raz6n pesa? —1Qué tonteria es ésa? —Tio Edmundo lo dijo. Dijo que yo era “precoz” y que en seguida iba a entrar en la edad de la raz6n. ¥ no siento ningu- na diferencia. —Tio Edmundo es un tonto, Vive metiéndote cosas en Ia ca- beza. —E1 no es tonto. Es sabio. ¥ cuando yo crezca quiero ser sabio y poeta y usar corbata de mofo. Un dia voy a fotografiar- me con corbata de mofo. —sPor qué con corbata de moi? —Porque nadie es poeta sin corbata de mofo, Cuando tfo Edmundo me muestra retratos de poetas en una revista, todos tienen corbata de mono. —Zezé, deja de creerle todo lo que te dice. Tio Edmundo es medio “tocado”. Medio mentiroso. —ntonces é] es un hijo de puta? —iMira que ya te ganaste bastantes palizas por decir malas palabras! Tio Edmundo no es eso. Yo dije “tocado”, medio loco. —Pero dijiste que él era mentiroso. —Una cosa no tiene nada que ver con la otra —Si que tiene. El otro dia papa conversaba con don Severi- no, ese que juega a las cartas con él y dijo eso de don Labonne: “BI hijo de puta del viejo miente como el diablo”... Y nadi¢ le peg. —La gente grande si puede decirlo, no es malo, Hicimos una pausa. —Tio Edmundo no es... (Qué quiere decir “tocado”, Totoca? I hizo girar el dedo en la cabeza. —No, él no es eso. Es bueno, me ensefta de todo, y hasta hoy solamente me dio una palmada y no fue con fuerza. Totoca dio un salto, —¢le dio una palmada? ;Cuindo? —Un dia que yo estaba muy travieso y Gloria me mandé a casa de Dindinha. £1 queria leer el diario y no encontraba los anteojos, Los buse6, furioso. Le pregunt6 a Dindinha, y nada. Los dos dieron vuelta al revés a la casa. Entonces le dije que sabia donde estaban, y que si me daba una moneda para com- prar bolitas se lo decia. Buscé en su chaleco y tomé una mo- neda: —Ve a buscarios y te la doy. —Fui hasta el cesto de la ropa sucia y los encontré. Enton- ces me insult diciéndome: “Fuiste t, sinvergienza’, Me dio una paimada en Ja cola y me quit6 la moneda. Totoca se rid. e vas alla para que no te peguen en casa y te pegan al ‘Vamos més rapido, si no nunca Ilegaremos. Yo continuaba pensando en tio Edmundo. —Totoca, dos chicos son jubilados? —1Qué cosa? —Tio Edmundo no hace nada y gana dinero. No trabaja y la ‘Municipalidad le paga todos los meses. “i que? —Que los chicos tampoco hacen nada, y comen, duermen. y ganan dinero de los padres. Un jubilado es diferente, Zezé. Jubilado es el que trabajé mucho, se le puso el pelo blanco y camina despacio, como tfo Edmundo. Pero dejemos de pensar en. cosas dificiles. Que te guste aprender con él, vaya y pase. Pero conmigo, no. Haz co- mo los otros chicos, Hasta di malas palabras, pero deja de Lle- narte la cabeza con cosas dificiles. Si no, no salgo mis contigo. Me quedé medio enojado y no quise conversar més. Tam- poco tenia ganas de cantar. Ese pajarito que cantaba desde aden- tro habia volado bien lejos. Nos detuvimos y Totoca seftalé la casa. —Es ésa, ahi. Te gusta? “08 auremu09 es ‘ed aiuowanjos 020] owoD aurureD A ese ap autA of anb sq— "ys00 wun UD seuadura a1 opuENd ‘tas apond oN— “2ueu e] ap wiund ¥ epey sofoatue So] Qaal] as OA ap anb epnuas we QUOS UOBUTEPXD BT ead and— “UooUH ru 9p ses OM Osag “wiNID9| Bj Ue asseAUaoUCD OIUDIUT a LeBNY Ns UD solo so] 990[05 eIUMD vj 2p opuoy [2 Ue seqedendl Ary Is 394 F aA “esNIDDy wf JeUTUID) ouUn -9P HIOYE A “O88 J9deY ENS|daU OpUNUE fo Opor ‘9z9z “ExIY— opesinuy ota apy as ‘opunur Jp opor ‘opor o1g?— ys ‘edas of ang— 99% anb susan opunu jo opoy-— VEL opuarsig “ee e] ud ‘opunur [> oper owrog— aisa| aistpuaide owoDe— ‘quanbad Anus $9 v3 01 optend Osa Jade eisn a] aIpen org ‘apand sopoq— (s0ue OOUPD sof & 199] apand uamsye AI— ‘PEpO OP SOUP A1IS O sI9s So] ¥ SOUDUE o sy 99] ¥ aisipuaide opueno?— vfaia o1ue8 ey epol aovy owod “zeu Bap eund yj EpEY sofoaue soy ofndurg coy na ‘an ase |p Wi] Ip senuoRE “eyuipuig ap ese wa ‘opunaipg on ap go12 gas sur opueNd ‘opezuawion viqey opoy, “eprpuaudios nut opanb as eqrures eT sowoue eueWes ¥| opesed wiqey anb o8[e opueprooas mg ousistal un erg “epeu 9WOPUEYDSUA oIpeU e OF -sia viqey OU aitauyjear anbrod oprpunyuoo equpanb as o1q “sesoo sesa ojos apuaide orpEN— g ‘epeu apreiuod wpod ou Of orag “EMIUOD af anb wed souan02s09 opep wqeY au visey ozuaTUOD Jy “opipuaidios uquise to0i01, ERUIOP Of semanUT opevasua edey ow anb Je ‘ounped pu so empurf unos anb ‘o(q, “21 [9 vas onb O}O§ “Quesua ow aIpeN “epeU sIprIse ON— ‘ugin8[e oD arseipnisa ‘opuanume spsq— ‘98 OU anb seiaA aq “9s Ou onb “eo10], ‘oun! at— .olfenbe, aismBasto2 anb any ows aumeuos epeu visono A ou ssouoIug {22z9z ‘ofrue m dos OUND asta? “UaIg— SIN] ‘oonyo seus oMEEMIZEY Tt HOD FeBN{ ered oaanu o8fe sewaauy onb enpusi of ‘ou 1s ‘onbiog “operate apand snbe oaanu ap of ~reurre 4 o2i89]00z uspue{ ja seiuoUIsap e ea anb fo 4os OA— “euad A oun outa uo ou apy “oxen [> aequoursap anb ypuai uamb s2 onepso J> A Is aonb ore[y— sseuoa| sop sv] A viau vioywed v] s9eN ¥ UPA? “eDOIO— ‘opuatis Uo ores uN gpanb og “seo ud sepnde ered estar ey uo ‘opuepne seqeoe onb satan & Aoa of olod "159 OUIOD ‘saxsin ses -o9 saqus eed oom Anuw soso ny “eBed ¥ ou pded onb sosous ‘Oyo OUID vA advy ENO eT "ESeD eaanU ¥] ap JoLINbye > seed A oraunp un8je seaun{ ered so os9 opoi ‘ogog ‘aig sang {s918u, OUHOW 2 Ue ‘ouUDD Te selegen e eA urPUE and saqes ON? Zw>Hq, “pg ¥| Ue seleqen v gzuouioD yey anb aisia ON? “a[feo vj Ua UO -vlep 0] 4 pjaynoog saisitt uo gajad as anb sasow sios ap seus aoe} {OUs]) $9 OU? ‘oajdua us FIs ¥deg geszo ua Avy onb eu “Rap JEP wUDND arsqp a1 OU? ‘opor opfaqes sarainb anb ‘ny — ‘ono ap ‘opunwur ap wun A ‘oper uN ap ,oF -uewr, ap ered un opuearosqo sourepanb sou ¥9199 | Jog ‘asiepnus ouang so ardursig— gov sourepnuz aonb sowauar anb sod? orag “wasn ayy— ‘esoFUays A ep ~B1199 wpo} ‘sopnize seURIUDA 9p ‘eOUL|E “UNUWOD vse BUN IG —Entonces vamos, cuenta. —No. Asi no. Primero quiero saber cuando vas @ cobrar la jubilacién. —Pasado mafiana. Sonrié suavemente, estudindome. ZY cudndo es pasado mafiana? —El viernes. =Y el viernes gno vas a querer traerme un “Rayo de Luna’ del centro? —Vamos despacio, Zezé. ;Qué es un “Rayo de Luna”? —£s el caballito blanco que vi en el cine. Su duefio es Fred ‘Thompson. Es un caballo amaestrado. ——iQuieres que te traiga un caballito de ruedas? —No. Quiero ese que tiene cabeza de madera con riendas. Que la gente le pone un cabo y sale costiendo, Necesito entre~ narme porque voy a trabajar después en el cine. Continus riéndose. —Comprendo, Y si te lo traigo aqué gano yo? —Te doy una cosa. —iUin beso? ‘ —No me gustan mucho los besos. —2Un abrazo? Lo miré con mucha pena. Mi pajarito de adentro me dijo una cosa. Y fui recordando otras que haba escuchado muchas ve- ces... Tio Edmundo estaba sepatado de la mujer y tenia cinco hi- jos... Vivia tan solo y caminaba tan despacio, tan despacito... 2Quién sabe si no caminaba despacio porque tenia nostalgia de sus hijos? Ellos nunca venian a visitatlo. Rodeé la mesa y apreté con fuerza su cuello. Senti su pelo blanco rozar mi frente con mucha suavidad —Esto no es por el caballito, Lo que voy a hacer es otra co- sa. Voy a leer, —Pero, 6 sabes leer, Zexé? Qué cuento es ése? ;Quién te enseaé? 10 —Nadie. —No me mientas. Me alejé y le comenté desde la puerta: —iTréeme mi caballito el viernes y vas a ver si leo 0 nol Después, cuando anocheci6 y Jandira encendi la luz del fa- rol porque la “Light habia cortado la luz por falta de pago, me puse en puntas de pies para ver la “estrella”. Tenfa el dibujo de una estrella en un papel y debajo una oracién para proteger la casa, —Jandira, dlzame que voy a leer eso. —Déjate de inventos, Zezé. Estoy muy ocupada, —Alzame y vas a ver si sé leer. —Mira, Zezé, si me estés preparando alguna de las tuyas, vas a ver. Me alz6 y me llevé detras de la puerta —Bueno, a ver, lee. Quiero ver. Entonces me puse a leer. Lei la oraci6n que pedia a los cie- los la bendici6n y protecci6n para la casa, y que ahuyentaran a los malos espiritus Jandira me puso en el suelo. Estaba boquiabierta, —Zezé, te aprendiste eso de memoria, Me estés engaftando. —Te juro que no, Jandira. Sé leer todo. —Nadie puede leer sin haber aprendido. Fue tio Edmundo quien te enseni6? {O Dindinha? —Nadie. Tom un pedazo de diatio y lef. Correctamente, Dio un gri- to y llamé a Gloria. sta se puso nerviosisima y fue a llamar a Alaide, En diez minutos un montén de gente de la vecindad ha- bia venido a ver el fendmeno. Eso era lo que Totoca queria saber. —Te enseid, prometiéndote el caballito si aprendias. *Compania de electticidad (I. de la 7). wn er “cepues8 seus o198 ed auaza anb euewas vj onb avared ap?— ‘qunord 31 < opunmpy on tory e “SIA ¥] guueaa] sgndsop 4 ‘oduien oe] omeqes ju grOuvOy ‘ueqeist NP Sour O1MEND “seLOISIY se] UPENboTES apy vhorsty] v9 91e UO 9) apuLIE spUE seas op ‘Geng “ordi ap gsof op euoisty v| sq “ows sopuanUD ON— UI0) “Wl “opunuspg on e g>eqe cagT ap & oMfeRED To 9UeB ope ‘opipiod eqvisa puns jo anb oBuozar vjonge Ip swaureisazed B9| ‘399 ered sesoo oumep v uorezuawo> sort sop soy inopuuies maser wag 99] ‘gareyy— “PqUIpUIC ¥ opuos |e IeUIET e any opuNUIpY oF, OW! Jap ses ~® A sojomunf ej sepo1 ua enuanouD as otmmpoud ars, “orpawios Un 2p epuefedaid ap asey eum onsour au A ouEIp jo ouGY 24 oxBINb BIOYY ‘oupeEqeD Jo ¥ISO Inby— of anb Orso uaiqurey Seouowo apuaide ‘ores Anur soz ny “oduton yo opol aropuyz “Tu ‘oma opvajdwa op se2%y & AoA sasepp ap eoodg uo anb soo ward ou onbiog ‘ofqed ues-ony x] Ud soureuaRIUD e some, — ‘opronpe syuy ses v eHepuarde of A zed uo tueUENE Yl up ~01 tiepanb vseo ¥] ‘sy “"EEpUEL ap vapr opis eIqey offonby ‘oraiqay Ua EJandse ¥ Wa TeNUD oNb roa) ¥ sea TOYY “Ome: ‘owword opesewap arspuardy joysoy uoIg!— ‘esreSuas ered of us suad pe x ‘oprlous ‘oueur ef ap oun ayy “08 “Te sousodeu opuend 194 v sea eA Olog ‘sotroUtEA sooUOIUG— “ere }UOD of 22 word “TS O] I$ "wOIO], ‘any o1o> s|9p 98 ON -epeMINBaId A 2a— 9B aremnfard ay— ‘ou ‘oN— USED & vyfoNA Op OAaTy aur A 4 ee UNA CIERTA PLANTA DE NARANJA-LIMA. En casa cada hermano mayor criaba a uno menor. Jandira < habia tomado a su cuidado a Gloria y a otra hermana que le die- jorte. Antonio era el protegido suyo. Después, omado por su cuenta hasta hacia bastante poco gustar de mf, pero iego se abi jue era un petimetre igualito al de la md- : de pantalés domingos a hacer “footing” (el pretendiente de ella hablaba asf) en la Estacion, me compraba caramelos en cantidad, Era para que yo no dijera nada en casa. Y tampoco le podia preguntar a * io Edmundo qué era eso, pues si no se descubria todo... ‘Mis otros dos hermanitos habian muerto pequefios y yo so- 15 au ‘oueur ef ame “sepenua se{ rerduios % souter oroumg— ‘wzaqeo e| ua sejmbsoo sary uespod aj as wisey anb esis wei wie waBou euTpe® vias v| fopuvarooid ueqeisa sesep semurje8 sop sx] ‘onuapy ‘ofeia osumpes qe orunl souresary ‘os1oj007 upref ja eETEND JO Boye A ‘opeooambe epeu ouvuLoY tu v apeuos ~ta wsanb ou of J “selfa ap tun eID O1ag “eEqOoT o PDeGIODE ‘epeqane vie Is Figes ON “tuqered ese asanidar sur anb opunts “Pa On e euMoureAonU aprpad eqeMsaDEN ‘eqeeN au yy ‘opusisey wis ‘ouRjdosoe un s3~ espuardures awowyeas 4 ‘equiqey 28 gnb op esorpussdwioo JS 01109 ‘Z1[9y ‘SonosOU ap 1Opapaxye seIjaNA eqep OURINT A sy “ey — .SOSUOTY sop odureD, Ja od eqeyoa anb ugiae uN ex OUEIONT ‘oypig Un wie ou OUD] anb ap zpesuaauoD oYpNuT 91509, '$e809 St] woo se|qey sod 4 soysiq so] sod souan anb wrueut esa uoQ— 20 -0009 aur |g ‘OBTUe UN sy Ise s> OW OUEIN “EIDPOD ‘ON— SOUTH SOT ap axSues e| uednys anb ‘sostdies so] owoo vos soBejppmu so} anb epep 4 euanb 0] euo[5 ooodumry, “soprmp sauary eqezue] BDA aw OpuEND “OSE UN BID OURPM Odd “soUNEI—|AI0a anb ‘souoqemred soy sp auropuvin ‘soavy sod ‘vipad oui 4 [9 op opens oypnur entrar ‘oztaruod ye ‘sinq “ouRPNT ve ofan! ono [a ‘oourel O14 ap osodap p wa eqefeqen opuew ng qs anb onausoid aw A Op as EIT ‘ued Jap Ps[Oq e aiqos visg “eputiounc] euop 494 v 4} apond ‘onuape wis3— opesed oye ja Ip at anb ja woo aystory anb Ae— opesed oue |p owoo ‘peprawn! tied anbeuewye un rep e va aur parsy?— “-svaniqeip seoey anb ‘opury seur Joqey erpod epeu ‘eqe{ndia aut ‘osoraen jo ‘,ounp or ed, 1ur anb ua owauow je us ord ‘ouog spur asany znd ase rofeur sa ON? ‘oURUHaY m2 HOD OMDaIEMb sanBon{ and “eens our joy— ‘real apang “epuTFowic, eUOP ‘ON— @972Z ‘B19 tus OpURUINITE ses ON?— a -uinb eno ¥] ap Zon BUN BO as soda y “OYUINbUIG oMALOUF Jap JAUBN [2 BIO onib OBS UOOG UN vIge] “epIOOUOD aTtIaS ap ou -2]] uEA O1SURN epED ‘oun sod oN suDUTEWWE] equIOS 4 SUI -Oq SO] Sopor ¥IGNS “SINT ap Sopap So UD ENO eT A VID ¥] UD vt und vun uquie ‘spndsaq (°, 90209, wf offequo anb aied ‘opras ~ed wis anb ooydxa aur [9 4 “olfeque wx9 Jpioo anb equsuad on J9pioo,, Be opunUIpg OLL) ‘ONY UN Uo equsqayLD soy A Souter -0g S0] ap vle> vj eqewO], IeINZyY ap Ue_’|ep oU1IUAN fo UOD souL -eqe8nl ry “wiqes o] omnefed ru IN Zedong anb 304? “one up ap ese ¥[ 9p PyPEY UdIq vOIE0 EI e OUNRKOId eqeIse anb ‘dor “ng ‘oorB9joog UIpaef 1a “soBan{ san ud expraIp as wun vy ‘opuoy jap winquaae ue8 yy exed sounpes 4 ouew vj ap auto of Zan esq itorage as anb pesoduian jo esp! “sin] ‘O20f seIsE— ‘epap 9] 4 s1 ap scuLs vu OU saDaA v anbiog ‘opNUDUE BI “ed afesoo us gpanb ayy "Inze O[>1 [9 Opot ‘opuly exp Ta ay sola] vy “uainSye 3es & eq OMUIU janby @SILDOaIMbs us opor eqrounuaid owgo s10 osopEIB ery cous so ou? ‘ean vzeu -eure ou 40H] Z0o189]007, uIpref Je seAdy] v sva ow? “9297— *2119890a NS UOD ‘ofp aur { aye e] v aes v eq! BX OpuUeNd vapr ap s:quIED ose 10g oypoiainb 4 ousng ‘pur seur ouru wiqey ou anbrod ‘19 ap asednooard eqeysaoou aIpen “od sandsap 4 ‘eHOFD any je @P 9pino osu waINd ‘smy OWreWay Tur eUOA sondsoq, “dpuemf omutu je & ery ourey as euru e] oso tog ‘osy A oxau oped ap 4 soupeuranb usig “seSeutg souso1p “UL sop ueia anb ueqeuoD ‘soya ap Ieqey Oplo eIquy aouTE] que los nifios pueden perderse en esta multitud. ‘Ves cémo es- :no los domingos? iraba y comenzaba a ver gente por todas partes, y apreta~ ba mis mi mano. En Ja taquilla empiné hacia adelante la bastiga y escupi pa- ra darme mayor importancia. Metf la mano en el bolsillo y pre~ vendedora: —/Hasta qué edad no pagan los niftos? —Hasta los cinco aos. —Entonces, una de adulto, por favor. ‘Tomé dos hojitas de naranjo como billetes, y do. —Primero, hijo mio, vas a ver la belleza de las aves. Mira, papagayos, loros y “ararés” de todos los colores. Aquellas de plumas de diferentes colores son las “ararés” arco iris. 'Y é{ agrandaba los ojos, extasiado. Caminabamos despacio, viéndolo todo, Tantas cosas, que hasta vi que detris de todo Gloria y Lal4 estaban sentadas en un banco, peland s, Los ojos de Lali me miraban de una manera. :Ya lo habrian descubierto? En ese caso, este Jardin Zoologico iria a terminar en grandes chinelazos en el trasero de alguien, Y ese alguien Gnicamente podia ser yo. —¥ ahora, Zezé, squé vamos a visitar? Nuevo escupitajo y pose: —Vamos a pasar por las jaulas de los monos. Tio Edmundo siempre los lama simios. ‘Compramos algunas bananas y las arrojamos a los animales. Sabiamos que eso estaba prohibido, pero como habia tanta gen- te los guardianes ni se daban cuenta. —No te acerques mucho, porque te van a tirar las cAscaras de banana, muchachito. —Lo que yo queria era ver en seguida a los leones. —Ya vamos para alld Miré de reojo hacia donde las dos “simias” comfan naranjas. imos entran- 18 Sefialé las dos lex » bien africanas. Cuando él quiso acariciar la cabeza de la pantera negra ~iQué idea, muchachito! Esa pantera negra es el terror del Zool6gico. Vino a parar aqui porque le arrancé los brazos a die- ciocho domadores y se los comi6, Luis puso cara de miedo y sacé el brazo, aterrado. —iVino del circo? Si. —iDe qué circo, Zezé? Nunca me contaste eso antes. Pensé y pensé. zA quién conocia yo que tuviera nombre pa- ra circo? jAh, ya estabal Habfa venido del circo Rozemberg, —iPero ésa no es la panaderia? Cada vez era mis dificil engafarlo. Comenzaba a estar muy enterado. —No, ésa es otra. Y mejor sentémonos un poco a comer la merienda, Caminamos mucho. Nos sentamos y fingimos que comfamos. Pero mi oido esta- ba all4, escuchando las conversaciones. —Uno debiera aprender de él, Lal. Mira, si no, la paciencia ne con el hermanito. —Si, pero el otro no hace lo que él hace. Eso ya es 1 no travesura. —Es cierto que tiene el diablo en el cuerpo, pero asi y todo ¢s divertido. Nadie le tiene rabia en la calle, por més diabluras que haga. —Aqui no pasa sin llevarse algunos chinelazos. Hasta que aprenda, Arrojé una flecha de piedad a los ojos de Gloria. Ella siem- pre me habia salvado, y siempre le prometia que nunca mis lo iba a hacer... —Mis tarde. Ahora no. Estén jugando Ella ya lo sabia todo. que dad, quietecitos. ja que yo habia saltado la cerca y 19 Wz ‘uequiey as sej[o apuope my ‘offanbe vo sequoe sofour wy uopesadsasap vj onua ow soouoiug “epeu A “,euouRY, ap eg -Bs on soluarayip seng] sop sey “,ruouy, misey A ,orslesed 6; ~>2Fe M1 sq, gum ‘nadax vy “uIDue By por g2uUrD jan oraq! ‘psresuvo sod weyeq “POV ‘oUpou eT exeBOq anb wascy OpueMNED se eLepanb aus ‘apt wun sang, swopupradso ‘souny ueqenuuoD sep “aIed Tuy uowastus un otuanf my ua x amanf oun vruvs uspaol po ug ‘aquoziiog J9 on as vo4a7 108 J2 co ap assanjon 17 sp4s08t9 Sey sopos unpuL Son sodowuped soy augusy Sosion Sp ugnuour Un ore od 9sea Sofa] 0} 1B soU Jo a0 a8 4 ‘BuyoD Pun ap oyv of uy ‘vunbiqo ps9 wun sy ‘oueng un D otunt pgp vpand ‘Bua anb wisseo oun aq ‘oBuan apuop ap soqus ny soypad anbeg seure8i0 Se] ap vIqey as apuop esg “v1 “sn 01 anb auzed yy ojgs xeaues v Aon “en9y vp wBuey Anur sq— ‘opua’ visa as BA a1u98 Py “ON— ‘siua8 eynuy Avy ZODIH9|OOZ Upref Ja ua ‘IMnby? seuuonbad nyse, aurmays ‘9z97— ‘ofan! [ep esopuysura vquisgy ‘Tear aueyosue ou exed opapuaide v Aon ord ‘sola ap seBny jo udiq Anut 9s ON ‘ax8n A opeuaa ‘O50 ‘oso ‘eaeA, Avy anb 9s of ‘oournuloa oraumnu j9 eysey ‘959 apsac “aruTeA oz ‘Cro ap 1N) jeumue openrusorep 91 S9PEpIUN F ap odnus ype ¥ anbuod sse wpet n apuodsasion ‘eusi0] ap spoadsg OuauING [2 BISEH “OUR epy> ap oseUIDUE Jo A soTRLUNUE sof seu “este ¥ £oa 21 059 ased opueng jugmmBasd cory anb Ay aanb? ‘toXeur vas of opueny— Ie ueqenuRUOD sop sey JokeUI svas OpuEND “o918o] “007 UIPHEL > & .,049Iq Op OBoL, ja 1eDID v SOIC] OpnKe uaHnb © 214 anbiog ‘soidi ap ofrune Anu opis soqey| OGap UME [21 Ig “ses00 stiso Joqes wzed oomyp Anu sazq ‘ou anb owfondns Jog ePucmmUTUCT 9p uoTeg [> any upINb saqus? ‘Jaqest EEA uO ‘pUuoLE “WN ap ore ape vy ap [> so msn out spur anb fy “yded woo zaa vun opr eiqey D010], "peH vusUsAKS Ou eA anb omBos ‘soureryBaq, open ‘anb oye oP et qUpLE Ip Ode "eID UNSTE Pie uEFEADT| OpueNUIONM ‘op “untupa On wsEIUOD aun anb of wo viqes anb of opor ‘enuayy PIA fs UD SoySMUT grISIA eA Yq! — ‘SorBoIOOZ UIPIEL Tap sesoo seu soqes owgD auERU=Ny— emmy ‘esed andy ezazi— ‘OUIA ap ozepad un uoo oltre [9 ua opurdan ta oF -omnea Wop op oonyp Jap omowsap 980 anj— “OIE SUL OLB apUop ap 9s OU ZOA vuN oIOg “wpIaN Ff Aw 2s anb ‘4OALy sod “neBLa\— ‘oW109 opuntt fo op feqe OUIA 25 OS9 Oper opuend veD aur I8e> “wpuared ‘doo vprono ¥| 209 A ‘ofemew ye Iams ‘open uorq oUpIa ap oz Bped uh gnbsngy “opnroagp An enias anb wa jp oo opsonoe 9p earasg ‘seuroyd & sozeiq so] sopos ua oduon oUSTUr e reyes Up od anb ssouo1s olfp aw ofqeip 1a “sozexq A seutord ap ugntou ln olveia [e epursoueeq edox | ap epiono v] tos oprupsey apenb aq “euIs0 Fuop ap wuINb e ap sopuoy so] ua openus 01 A os uq, | el is eo SES —Esta bien, Lala. Me puedes pegar. Me puse de espaldas y ofrect el material. Apreté los dientes porque la mano de Lalé tenia una fuerza de mil diablos en la chi- nla. Fue mamé quien tuvo Ia idea. —Hoy todo el mundo va a ver la nueva casa. ‘Toroca me llam6 aparte y me avis6 en un susurro: —Si llegas a contar que ya conocemas Ia casa, te hago pol- vo. Pero yo ni siquiera habia pensado en eso. Era un mundo de gente por la calle. Gloria me Ilevaba de la mano y tenia drdenes de no soltarme ni un minuto. ¥ yo lleva- a de la mano a Luis, —(Quando tenemos que mudarnos, mam4? ‘Mam le respondié a Gloria con una cierta tristeza —Dos dias después de Navidad hemos de comenzar a arre- glar los trastos Hablaba con una voz cansada, cansada. ¥ yo sentia mucha pena por ella, Mama habia nacido trabajando. Desde Jos seis afios de edad, cuando construyeron la FAébrica, Ja habian puesto a trabajar alli. La sentaban encima de una mesa y tenia que que- datse alli limpiando y enjuagando las herramientas. Era tan chi- quitita que se mojaba encima de la mesa porque no podia bajar sola... Por eso nunca fue a la escuela ni aprendi6 a leer. Cuan- do le escuché esa historia me quedé tan triste que prometi que cuando fuese poeta y sabio le iba a leer todas mis poesias. 'Y la Navidad ya se anunciaba en tiendas y mercerias. En to- dos los vidrios de las puertas ya habtan cibujado a Papa Noel. Algunas personas compraban postales para que cuando llegase la hora no se lenasen demasiado las casas de comercio, Yo te- nia una lejana esperanza de que esta vez el Nifio Dios naciera. 22 Pera que naciera para mi. A lo mejor, cuando llegara a la edad de la raz6n, tal vez mejorase un poco. —Aqui es, Todos quedaron encantados. La casa era un poco més chi- ca. Mamd, ayudada pot Totoca, desat6 el alambre que sostenia el portén y todo el mundo se lanz6 hacia adelante. Gloria me solto y olvid6 que ya estaba haciéndose una sefiorita. Se preci- pit en una carrera y abraz6 Ia ‘mangueira”’ —Bsta es mia. Yo la agarré primero, Antonio hizo lo mismo con la planta de tamarindo. No ha- bia quedado nada para mi. Casi llorando miré a Gloria —2Y yo, Gloria? —Corre al fondo. Debe de haber mas drboles, tonto. Corr, pero s6lo encontré el yuyo crecido. Un mont6n de na- ranjos viejos y pinchudos. Al lado de la zanja haba una peque- a planta de naranja-lima Estaba desconcertado. Todos estaban mirando las habitacio- nes y determinando para quién seria cada una. Tire de la falda a Gloria, —No hay nada mis. —No sabes buscar bien, Espera aqui que voy a encontrarte un Arbol Al rato vino conmigo. Examiné los naranjos. —iNo te gusta aquél? Es un lindo naranjo. No me gustaba ninguno. Ni siquiera ése. Ni aquel otro, ni ninguno. Todos tenfan muchas espinas. —Para quedarme con esos mamarrachos, antes prefiero la planta de naranja-lima. —qouae Fuimos hacia donde estaba. —iPero qué linda plantita de naranja-lima! Mira, no tiene ni *Aebol frutal que da fa manga (N. de la T). St “sepntu ap save ‘epand anb arduraig “eso un arey ‘emy— vun-efuereu ap viueid ru eA opueiope afeg esoqst ‘ouewoy jus oysnus ssn v BA al “.eUNT ap Odey,, OME Tar souats oymewnay Ture apep ¥ Ao, “osoyauseu sy “oun — ole omjeqes un epia vr] ue arsiama zan eunSLy? ger gnQe— "eqepuewr au anb of 201, ‘solo so] exam 4 ood un aregouepeg “eoyy— “papego wares us 8 S19qNg— ~zanb ap soxe om9g?— copurld ap Sos 0wi9d 494 sazamnd? ‘aIuaUIEOs p ered ‘Dap sq ‘seure~— ae|qeY ep sepHAO e SPIT 21 OU? OuaTHONT 989 visy}] “eueWOS BUN ep spUE vIpeg ‘9pm ow anb ese as00 andi— aresodso v sea Ke— yey Anat 19s 4 seiqey eupod of ‘on o8jere wIoIORY 2s Be Jen3! ours un opueno anb offp aur epey up ‘opemn{ opang— epeplas aq— "ma a1UDUEE|OS “ON— sseiqey anb ages opunus jo opor ‘ounp ‘org— NI 7B “OH oe) “OH wey eUPfat EOD EUN A elato y] gAody -oparur pied ouewr ns opuaia ofed ‘ostapur ompaut apanb ow wozeio9 ju serdjed seypnosa & sta & couoR nu Ua mbz opro m ehody {79a sarInd? “soores set sod ‘seures sv} 10d ‘seloy se] 0g ‘soued sepor sod uejqey sajoqre soy— {sviqiey apuop 104?— pepisouns x eqeral ‘ns aut omg “vHTND yj Jod opuEss ses IseD ‘omtleg OM as 5 copuryonose seis ot ON?— @PEPIPA ap seIgeY mM o1g?— we sauopesioauod sel syiBarre op eqeBiwous 2s onb onuepe op cauefed jar we enb eqestiad o1ad ‘opoi woo eqesieauoo audways anbiod ‘oses erg ‘omjoqte yo amur 4 ‘opeisnse ‘iteasy apy ” -vano anep Jod seureqese “ualg sasearur ow Ig “ODI s9 ON— ‘of dos vount ouan vf ou ‘nb oorun Je tuozes e[ ypor asdwiofs auan opunte [9 opoy— ‘uozes Yj epor suan euEMZAY Mm anb oaID— ‘ugze509 Hau ap vaie0 ‘apugp ap ages uginb ypriaa ‘za vun glqeH ‘seanb “OT| ap sefap ¥ gouatH09 & oujed uN LOD oJDAE jp 9asa!NSY uozes Hust 04 anb opuauiqnosap spreqeoy “9297 ‘emp ou ofous asq— “‘opuantos olepe as euory “vummpeftrereu ap vy -uvjd nu us ofous tw aXode ‘ojans Je ua operuag ‘s{ous ay Ye ap OzON UN BrOMbIS ya wypua aipeu 4 soje8uy ap seuay] sejja1oq ap ousodap un euerd “WOO ‘Soyur UeEFas OJSID Jp UETEDO) aNb sajoque so] sopor A woruGZ -vule vajes 2un eURIdUIOD “oA ¥ Leg! wIO1N9I OpuEN ‘oUINID Ff sos anb wuay auduiaig “ozawa ja8uy un wo vrombys qu anb “59> -onse jour oueno Ig ‘See UIS Isto ‘sBAIE ¥Igey anb wID9qQUD wso 398 QD01 aur amrawTEUTY 204 A? Tp BEd ONO OBI woOI0], eS ered Ono ofeyas ELO[ 1,04 Aos agg, :offp pjey ‘sas200089 59/98 -uy so] ap esnSy yj HYua anb epiqaq ap wsIEq e| Uoo oprMDo ©] equp1099y ‘opunue Jap opeioeLSsap spur tas [> eNUAS Opy iI9 We sauour anb eid oypey oupfeqes un eoared osad! ‘eorun vj so onb pepsea sq ou fl anb vUred yf aisiA? “soueUEIaY SOP UasoTy IS OLHOD JOpUaTLD v eA a8 SOP SOT “sorun! UBIa9aID Jsy “mopuEA® olueeU UN esas od “Wan Jo Yoo “eaepor oyenbad Anu sq “9207 ‘UaIq esUdIg— ‘a1opuei8 Joly un vuaNb of oog— jes0o eno wus -anb ou eiaeiso my exarana of 16! “eury-viueswu so onb ages a8 sol 9 apsap eA anb peprreuosiad ewe) aun 4 -eurdsa eun wombs nos, vendré a charlar un ratito contigo... Ahora necesito irme, ya | estan saliendo todos. F —Pero los amigos no se despiden asi. —Chist! Alla viene ella. momento en que lo abrazaba. ( Eres la cosa mas linda del mundo! | dicho? I di Ahora, aunque ustedes me diesen la “man- | la planta de tamarindo a cambio de mi arbol, no que- : mano por él pelo, tiernamente. —Cabecita, cabecital Salimos tomados de las manos. —Goddia, zno te parece que tu "mangueira” €s Un poco $O- | sa? —Todavia no se puede saber, pero parece un poco, si —i¥ el tamarindo de Totoca? —Es un poco sin gracia, por qué? No sé si lo puedo contar. Pero un dia te contaré un mila~ gro, Godéia. LOS FLACOS DEDOS DE LA POBREZA Cuando le conté mi problema a tio Edmundo, lo encaré con toda seriedad. —Entonces, zes0 es lo que te preocupa? —Si, es0. Tengo miedo de que, al mudar de casa, Luciano no venga con nosotros. —Crees que el murciélago te quiere mucho... —Si, me quiere... —iDesde el fondo del corazén? —Sin duda. —Entonces puedes estar seguro de que ind. Puede ser que deinore en aparecer por allé, jpero un dia descubre el lugar y aparece! 27 6% spa gnuenge ou anb eiseey copaeon “uoquot i.e sot eto eto edo Opes eyes a 3H 2d udos ap sezoid neosnq ‘onoyLOp fe eq “opuemr ‘eu BL ap jequin jo vo opeiues aquise of A ‘cand ¥] ua ene zeosng a9 sso8 ma OYNUE EEO PEs wo Spd atbsog "pre 1 we> opened siopnoi# wo opetas OBL wy “reoue 28 & ‘oe sen wpuigo ev wal IEC wz red ereu Ip WY “My OU ONDA ron sao ys Ip a eed WEE POW OU BA © a4 “eIseq RIO A “OIPAuEE UOP o opuNUUpE ON anb spt so9 “Bn Sop stata ® seQ “o8turP na “omuord we} auto v Sta ON— i d “pep Se Opiaoas F2qeY LIS apoyy gorgTUE aw IS KP— “Hen eso off opiqpar reqey ou heN s1q093 wed odurap oxnt socioKy, “sf sexeInb m1 anb so es ed anb oj ‘semuau uos ses9 x “Aon ou anb af e& ‘3z3z— PepIAeN v] uD vsuaid aiuouIEIOs pepe bs 9p con ua -ommnbapp we 6 "ye OFEAOT SEB HowONd ; : : ae seq "04 ‘fu od $9 ON ZeI9POH “e09 Eun s% ee ny our ou oF 9797, ‘wn © aA amqMbn “eyOI tod sesed ausD.ey saroin@? ZeuwTe vj 9p OYDO Se] B soIOPRD arSIA apuOG?— a ete ete “soropeo $0} sod wand0y vmuar ‘omapens un uo eqeSed anb A | Apmyy, eqeurey eye woIn © ‘ounuateA oyopoy ap sorenar reuH99I09 sp seWOpy . somped ap UoTOUT tm Uotata Urq] — See eee offany [> 9 sefos80 -vo se] rey, “ezuepnus 2 sejBowse e eMpUEL e spe “TeNDUMA sageq anb seso> ap uoxow un oBual, “9207 “rypNOsI— serena ap omuai] PepnD #1 9p ou anb ug un Ae seer spo a HE : coupeypns ‘esed and?— ‘eHOTD ap sopapeste sejonA opp aanpue A eseD > FnIOA We sourenuosua sou vueuEyy “ord onb Bua: woye orsg “rue & Aoa off ‘ouang— “eqesuad anb of ap une sou PW oon Anat ea vrsepoy anb puss £ nw 9p votes ond ag ePIGWOY UN sox9 BA anb opursuad ronbiod wun 4s anb omjy— 208]P eqpan “pigs Of anb atqysod wiog?siny v gxeaatl A hoa anb se &8eA? ‘sional ap Og) Un tesdiwoo opuew eaisgea vf ap ouonp jp arb 2p a1 ~098 VI niueg ous jap eazond v] ua ‘oxo sere rovueyy— és2 opupng?— 21924 @1 anb op ojjanbe x ‘MbE 9p w5199 vpand “oHe9 ENO wf ua so IND jour sousyy— ‘ouumbing ary oypnur quenxs as ou amb 1q TOME and! “ejpaws iouend ands! 2929z_sepnur e wea as anb jsye ‘SuBa[e 01898 oo UeDap aus sapuBIB seuos wed set ap exioxeus vy ezurpnta vf zeqeiodse wou ont, ©} opuna B epor e seru09 wed ajieo ev my ‘eum|gord me onjonsoy, “mnpiqes ns sod opemupe spur zaa vp “ gPanb 4 “ugem=L0 ap epnuas jo EID anb o] gortdee aw con ‘anb wauopy7— ‘uopEIUDBO 1 ON “sesodn Rui SUL® ‘SOIC eA, 80} & ‘soMreled sor e opueunBosd eseny anb on bod B2l Biqes OU 1S ‘ouFN ¥ aqED ey & o1UInE > apep Noo eaeue® 9ND? “osoapur vqeiss eyaepor of ‘oftmequID tig Opeou ¥ sea vreinbis 18 & ‘Suoned Prnbjen> e ‘ound un e ‘ouewnoy un e prepuyee ‘sosntosciuso Son 2oUB1 10d ‘st apand ou 1s “1B spur sa ssouCIUD sang — “Mata e 2] ex SPSS O! ‘ourmME 2189 ap x, eur and! « °P OpHues uauan sofepiomur sol ‘gzaz ‘sorsnse 2 Sotmea 2PUOP uD ¥se> B| ap oLoUEDH Fo A ame —Bueno, basta, Zezé. Ya dije que no y no. Por amor de Dios, no termines con mi paciencia. Ve a jugar. Pero no me fui. Es decir, pensé que no me iba. Porque ella me agarré, me llev6 afuera y me depositd en el fondo. Después enti6 en la casa y cen6 la puerta de la cocina y de la sala, No me rendi. Me fui sentando delante de cada ventana por la que ella iba a pasar. Porque ahora comenzaba a limpiar la casa y a arreglar las camas. Se encontraba conmigo, espiindola, y cerra- ba la ventana. Acabé cerrando toda Ja casa para no verme. —iMujer de los mil diabtos! ;Parda de mal pelo! Ojala que nunca te cases con un cadete! ;Ojalé que te cases con un solda- do raso, de esos que no tienen ni un centavo para lustrarse las, polainas! Cuando vi que realmente estaba perdiendo el tiempo, sali furioso y gané de nuevo el mundo de la calle. En la calle descubrf a Nardinho que jugaba con una cosa Estaba en cuclillas, totalmente distrafdo. Me acerqué. Habfa he- cho un carrito con una caja de fésforos y le habia atado un abe- jorro tan grande como nunca lo habia visto. —jCaramba! —Es grande, «no? —iTe lo cambio! —1Por qué? —Si quieres fotos. — Cuantas? —Dos. —iQué gracia! Un bicho de éstos y me das solamente dos fotos. —Como ésos hay montones en la casa de tio Edmundo. —Por tres todavia te lo cambio. —Te doy tres, pero no puedes elegir. —Asi no. Por lo menos quiero elegir dos. —Bueno. Le di una de Laura La Plante, que tenia repetida muchas ve- 30 ces. ¥ él eligid una de Hoot Gibson y otra de Patsy Ruth Miller. Guardé en mi bolsillo el abejorro y me fui. Rapido, Luis. Gloria fue a comprar pan y Jandira esta le- yendo en la mecedora. Salimos escurtiéndonos por el corredor. ¥ lo ayudé a “desa- guar”, —Hiaz bastante, que en la calle no se puede de dia. Luego, en la pileta, le lavé la cara. Y después de lavar tam- bién la mia volvimos al dormitorio. Lo vesti sin hacer ruido. Le calcé los zapatitos. Porqueria de calcetines, no servian mas que para complicarlo todo! Abotoné su saquito azul y busqué el peine. Pero su pelo no se asentaba; habia que hacer algo. No contaba con nada en ningtin rincén. Ni brillantina, ni aceite. Fui a la cocina y volvi con un poco de grasa en la punta de los dedos. Restregué la grasa en la palma de la mano y la oli, primero. —No tiene olor. ‘Acomodé los cabellos de Luis y comencé a peinarlos. Enton- ces su cabeza quedé linda; llena de rulos, parecia un San Juan con un carnerito sobre las espaldas. _—Ahora te quedas ahi, parado, para no arrugarte. Me voy a vestir Mientras me ponia los pantalones y la camisa blanea, mira- ba a mi hermano. {Qué lindo eral No habfa otro mas lindo en Bangu, Me caloé las zapatillas de tenis, que tenian que durar hasta que fuese al colegio, el afio siguiente. Continué mirando a Luis, Lindo y arreglacito como estaba hasta podria ser confundi- do con el Nino Jestis, mas crecidito. Apuesto a que va a ganar montones de regalos. Cuando lo miraran. Me estremeci, Gloria acababa de volver y colocaba el pan 31 € ‘asresenal & wiajoa { aiuourepides syur ood un eqvenme saxongnf soyonu: Avy A ennbrao soureisa ex “sin ‘sourey— sosed sns spur emupuisip 29a UpeD “fp Ud asresayuEM & eqeZUATIOD BA opUEsURD |g “CHD “ur ¥[ sourenunUOS 4 SINT ap OUeU Y] ezIaNy seUE HOD SWOL, eqeastt sou anb vuo[p v oppawiod apaqey ap sand “sop ‘ruIaLIeD Bj US SeIMIELD sop v IUOPULAY jpieqoo!— sosoiqes ‘psuaq “oze3q pp oleqop sajaded { seueo ap axanbed jo woo ‘esud ap ‘ones ‘orBiod upBuru Avy ou anb ‘nye od uedea wOyy opursene: uese sopaisy ‘opesnde Anur 40189 ‘soyur sof ‘aquSpUOS Olip SoU ‘O]qua Ues-ONI wOIIIWD 2 8 soureSol] opueny “epmBas ua ‘uo‘oe Be snadas v BAIOA “eqEZ “weofe sou A osed ja equinde sgndsaq ‘suse sey uo swueo se] 108 -onuio & vqr 9 aquejepE mT eqepUTEE sou UOIse LOC “soURTES Anca vos ‘omar sory ‘ox AS ab pads opond on ‘peproutodo wun vy Sos sae eee ‘onunuoo 4 esned van o7ipy : . ‘Avy owios sasgod some exed Seine Arts sesoo sep uapand ooodum anb orp ‘soueulpo ssien8n{ ap senanbiod seun asiewe8 vied ofeqen owey— ‘epIsIyE s H09 “uMd Ie oucD & 3489 ap unze Onoda cone erayoure “Ha eqeni “wots ‘gjt2 2201 & sourea oxattig 19904 on on : 21 OBUO, send ou ‘ouomeay 3297 ‘sopreaai| eapod ou anb afp oye swusurehord sourefBamre v gzusuo> £ oxnquo og esoundje tied inp uer sos anb yipuo) epra vy anb 30d? jon sorq!— " ‘otpad ns argos ezaqes ur osode 4 ompoxe ag : i929! YO! ‘opuy sase pa uatquey— ‘SeWHBE] ap soudy solo soy emual ezaqes ¥] ofeq opueng ‘eq “WE VERY ouus A watandl zy ue ors0d01 as ‘sezelouD ap Z9a uy ‘aIBeUe Of OX ZIPO5 ‘opuy ¥Is2 ON? > ®P a1uzjap sowisnd sou A souewr seq ap sopeuion sowpes : a 4 a ny 989 wey Joded Jp ‘wed viqey anb sep soy “esau yj aigen —Zexé, estoy cansado. —Te voy a alzar un poco, quieres? Abri6 los brazos y Io cargué un tiempo. (Pero vaya! jPesaba como si fuese plomo! Cuando llegamos a la Calle del Progreso quien estaba bufando era yo. —Ahora caminas otro poquito. El reloj de Ja iglesia dio las ocho, —i¥ ahora? Habia que estar alli a las siete y media. Pero no importa, hay mucha gente y van a sobrar juguetes. Traen un ca- min lleno —Zezé, me esti doliendo un pie. Me incliné —Voy a aflojarte un poco el cordén y mejorara. Ibamos cada vez mas despacio. Parecia que el Mercado no llegaba nunca. ¥ después todavia teniamos que pasar la Escue- la Publica y doblar a la derecha en la calle del Casino Bangu. Lo peor de todo era el tiempo, que parecia volar a propésito. Llegamos alla muertos de cansancio. No habfa nadie. Ni pa- recia que hubiera habido distribucién de juguetes. Pero la hubo, si, porque la calle estaba llena de papel de seda arrugado. Los trocitos de papel coloreaban la arena. Mi coraz6n comenz6 a inquietarse. vando llegamos, don Coquito estaba ya cerrando las puer tas del Casino. Extenuado, le dije al portero: —Don Coquito, aya se acabé todo? —Todo, Zezé. Ustedes llegaron muy tarde, Esto fue como un alud. Cerré media puerta y sonrié bondadosamente. El aito que viene tienen que venir mas temprano, dormi ones —No importa. Pero s{ que importaba. Estaba tan triste y desilusionado que hubiese preferido morir antes de que sucediese aquello. 34 Vamos a sentarnos alli, Necesitamos descansar un poco. —Tengo sed, Zezé. —Cuando pasemos por lo de don Rozemberg pedimos un vaso de agua. Alcanza para los dos. ‘solamente en ese momento descubri6 toda la tagedia. Ni habl6. Me miré haciendo pucheros y con los ojos perdidos. ‘No importa, Luis. Sabes? Voy a pedirle a Totoca que le cambie la cola a mi caballito “Rayo de Luna” para dartelo como regalo de Papa Noel. Pero continué lloriqueando. “No, no hagas eso. Tt eres un rey. Papa dijo que te bauti- 26 Luis porque era nombre de rey. Y un rey no puede llorar en la calle, frente a los demas, sabes? “Apoyé su cabeza en mi pecho y me quedé alisindole el ca- bello enrulado. —Cuando sea grande, voy 2 comprar un coche bonito co- ‘mo el de don Manuel Valadares. Ese del Portugués, ae acuerdas? Ese que pas6 una vez delante de nosotros en la Estacién, cuan- do estabamos saludando al Mangaratiba... Bueno, voy a comprar ‘un cochazo lindo, leno de regalos, y sélo para ti... Pero no Ilo- res, que un rey no llora Mi pecho exploté con enorme amargura. —Juro que lo voy a comprar. Aunque tenga que matar y To- bar. ‘No era mi pajarito el que me comentaba eso, alld adentro, Debia ser el corazén Solamente eso podia ser. {Por qué el Niflo Jestis no me que- tia? Bl amaba hasta al buey y al burrito del pesebre. Pero a mi, no, ¥ él se vengaba porque yo era ahijado del diablo. Se venga- ba de mi dejando a mi hermano sin su regalo. Pero Luis no me~ recia eso, porque era un Angel. Ningtin angelito del cielo podia ser mejor que él 'Y las lagrimas brotaron cobardemente de mis ojos, —Zexé, estas llorando.. 35 | | t i LE woh RI ‘wana — BUOID — pp8uy un sq— esiny o19q?-— ‘year un separ aur ou anb ‘osstven Anus aistny anb spsap # sourea ‘ouang— @aouorue 's9 oLgI?— ‘ou 0 equstad anb 0] ap 1803 Jo seIUOD onuD Os!oapur opanb 4 vsned wun oz ‘o2Ip outsDpaieg jo anb 4 emtano auped Jp onb osq “sor opunut je oper anb ouang wei oso sa snsaf ou “IN [2 ¥aInbIs IN “ouoIdaoap our ou Isy “epeL oradso ON— esaoey anb x2— cok owion soovy 4 sopuaide ‘ouata onb ove [a solau of & 1s oqus ugIN>— “olgeic OUIN [ap Z2A ua sNsaf ouRN Je Tur ered asap -eu ‘2aa kun souatt 0] sod ‘sow ap seme anb o1ues wprAIsNS ay iopeua ou oie vussenb ‘euangaypon ¥ eBay optens!— ‘auSues | Uo O[geIp [2 soon anb so esed onb o7 “ou ‘oper ‘ope copunts j2 opor soIp ouios oe um os anb soars? ‘quaurepas opue|qey— “ou anb osuatg— AON edeg op ‘epeu ‘epeu sIqiar ¥ Soa OW A?— ee wOIO|— ‘oypnut exon of anb & epug Anus ord ‘epesn ‘efota vsoo eup -oeSar un eup -U2) si] ‘SUDUT O| Jog “NSUEG OUISED [2p PUOISTY E] op OPED -u9 eigny as onbiod ‘snei8 oleqen jo opustoey eqeise e010], eUeWeU ap Ozranwe Jap eperesta y ered seinyy sey reso vied £ ous Jo vied o1ouIp [p oI op -untupg on |g "ose auan Piombys wu anb anal Aviq “ean A— ou nb 10g? ij of CL map) eeu -® Woo vazoajodso ae way ap oBany anb ‘ax9] uo epelow wed 9p elepow, VOOR], B gIUEWOD a “BuanqeYON ep vuad v] Ty “our Ue epelow ,,vpeueqes, Joey] ered opmaa viqey anb ‘eyurpuiq eqrisa euID03 yj Ug ‘opunupy OW ap pepaaou aygrsod epjontn sc pa Ee had Ps es PPUIIDUT, JUD] OMESIDDU So OSD EAE “OU aNb avamEd ay— seprepuside ‘sesoisinb aiuowsear 18 O1oq “OUOW op BIEqIOD 9p viaod sas exed gfeu opunuet f2 opoi ou anbrod so osq— ~ppsouRD ‘voueo ‘orata ‘orouTeS ‘vine! sa0eH a> ‘opor ap se0ey saqes anb 10d? “ED0104, Ig— coqto [P sepianb owioa Ise sq? zepuy opuatE -od vaso og? -oduron Je opor ejopuyidsa sepuz Is y139ar9 IN— =peU OAD ON— 2erre equise K2— “puny op odvy, 2p odiano oon [2 xj1as anb oj opueuye onunuos A ou 3g ‘se909 Sey v saiquoU so[enuOSUD ered ODD saig ‘¥[o ¥ opposed atueiseq arquiou un aisenucoUD 3] vany-elueseu ap ened yy coundury se soyqesp ug — 2 OUNURY IS TOUS Os9TNo— agnb ered? ‘oss 5— VIE eisey BNpHAOD wun ofey opand enb aiduiaig— au 3? ‘oN— GeATU BSED ET E aISTHY? “eOOIE]— “aig “oso seuady “-ojeus arg ‘oye oom un, “epeu exed aalts ou anb esoo eun os a1uoUt -P]O$ “1 oUIOD ‘ax uN fos ou ‘seMOpY “esed ypinBas ua— SNe —Bueno, a veces. a Lala? tomas mis cosas, pero eres muy bueno. _ —Pega muy fuerte, pero es buena, Un dia me va a coser mi corbata de moo. —a Jandira? —Jandira tiene ese modo... pero no es mala. i mama? —Mamé es muy buena; cuando me pega lo hace con pena y despacito, —iY papa? —iAh, él no sé! Nunca tiene suerte. Creo que debe haber si- do como yo, el malo de la familia, —jEntonces! Todos son buenos en la familia. ZY por qué el Nifio Jess no es bueno con nosotros? Vete a la casa del doctor Faulhaber y mira el tamafio de Ja mesa lena de cosas. Lo mis- mo en la casa de los Villas-Boas. Y en la del doctor Adaucto Luz, nj hablar. Por primera vez vi que Totoca estaba casi llorando, —Por eso creo que el Nifio Jestis quiso nacer pobre s6lo pa- ra exhibirse. Después El vio que solamente los ricos servian Pero no hablemos mas de eso. Hasta puede ser que lo que diga sea un pecado muy grande. Se qued6 tan abatido que no quiso conversar mAs. Ni siquie- 2 queria levantar los ojos del cuerpo del caballo que pulia. Fue una comida tan triste que ni daba ganas de pensar. To- do el mundo comié en silencio, y pap4 apenas probé un poco de “rabanada”. Ni siquieta habia querido afeitarse. Tampoco ha- bian ido a la Misa del Gallo. Lo peor era que nadie hablaba na- da con nadie. Mas parecia el velorio del Nifto Jesis que su na- iento. 38 Papa agarré el sombrero y se fue. Sali6, incluso en zapatillas, sin decir hasta luego ni desear felicidades. Dindinha sacé su pa- Auelo y se limpi6 Los ojos, pidiendo permiso para irse en segui- da con tio Edmundo. ¥ éste puso algiin dinero en mi mano y en Ia de Totoca. A lo mejor hubiese querido dar mas y no tenia. A Jo mejor, en vez de darnos dinero a nosotros, desearia estar dan- doselo a sus hijos, all en la ciudad. Por eso lo abracé. Tal vez el tinico abrazo de la noche de fiesta. Nadie se abraz6 ni quiso decir algo bueno. Mama fue al dormitorio. Estoy seguro de que ella estaba llorando, escondida. ¥ todos tenian ganas de hacer lo mismo. Lali fue a dejar a tio Edmundo y 2 Dindinha en el por- t6n, y cuando ellos se alejaron caminando despacito, despacito, coment6: —~Parece que estdin demasiado viejitos para la vida y cansa- dos de todo... Lo mis triste fue cuando la campana de la iglesia lend la noche de voces felices. Y algunos fuegos artificiales se elevaron 2 los cielos para que Dios pudiera ver la alegria de los otros Cuando entramos nuevamente, Gloria y Jandira estaban la- vyando la vajilla usada y Gloria tenia los ojos rojos como si hu- biese lorado mucho. Disimul6, diciéndonos a Totoca y a mi —Ya es la hora de que los chicos vayan a la cama. Decia eso y nos miraba. Sabia que en ese momento alli no habia ya ningtin nifio. Todos eran grandes, grandes y tristes, ce- nando a pedazos la misma tristeza, Quizé la culpa de todo la hubiera tenido la luz del farol me- dio mortecina, que habia sustituido a la luz que la “Light” man- dara cortar. Tal vez. El reyecito, que dormia con el dedo en la boca sf era feliz, Puse el caballito parado, bien cerca de él. No pude evitar pasar- Je suavemente las manos por su pelo. Mi voz era un inmenso rio de ternura. —Mi chiquitito. te ap spur wre] eun oureisid ua guia £ e20i04, ap uole> Jo UY “peprent ewe aseuoprad our yded jee Z9A Tes, vapt eun aan 4 soredez sensny ap eles tur uo Op UOTE I, ~sapuvsi ‘sopuei8 solo soso visa A solo soy eqesiD “owropuysruy ‘yur & sopeBad ueqeisa ‘ou ap ¥{feued ow ‘solo sopues8 sns A ased anb smfosuos v Soa seimsy ap epeesuo e IN cozronuye [op BOY x B arEMUT Oo] ee anb uOS? g=sin Opes ~erap equise opor ed opueno opeur spur une 19s anb rum anb Jog? “oy atuouresipaid A com soiq ‘ose sory aonb soa’ — ousa1qo8 urs eqeniony onb ‘uoze109 [UI OWIOD S¥DeA “SeDRA ‘uOSULE CWUSHU [2 UD ardwors ‘seypedex stu eqemar ye apsap A “eureD Pj uD SuUEILDS 9218999 saoey gnb raqes uls ‘o1amb rqenunuod oie “oper equaUREAL ‘oyeut Anu opis wiqey anb aproaq “yded ap seusord se] e opues off awueniede A ajjeo | sod opuanioo ayes op sewed oany peu wavd sans ON “Opy] mu ap es— 14 0] OU “20104, ‘1A OF OU IS O1Dg— “eq(ei0}] Of ‘ouNoo Era ‘ses9 ap OY Eun ajanp anb o] 4aqes & sea saouotua 4 auped 19s e sea emp UNSTY “ONsOT ns Op -vvm ‘ie8en wipod ou od 19ke 089 Jog “o2|dusa us yiso oduion oupnur sey apsop vded onb saqeg “uozero wig “opearey— ‘ype eqeiso onb 1a oN— opeuopoure off) ‘ab sa 059 J0q “aiuatdres vun owtoo opearyy “9297 ‘opeafeu soza— “oZBaq J9 9901 DUE EOIOY, S9dUOIUD OIG “2IIe9 ¥] esed oaanu ap ang as A epouigo e aigos ¥qeasa anb araiquios [P OWOY, “epeL map Japod uIs ‘sopeztered sourequisa “o!sUS] 48 Uo ‘opey onsonu & osed sandsap ‘souopupsrur ‘eounu eqequoe ‘ow anb ‘ornumur un opanb 9g ‘operoy wisigny oj ou ses0T] opudTs -onb une anb ‘euony uel ‘epuojop vzaisin ¥un solo sns ua vigeH ‘aSuvg au jap wfetsed x epor uM anb ‘ome ored ‘ome OF ‘oppor ueiqey anb epareg “solo sng souuot: “Si BT “souopuysiur ‘aid ap eqeypey os ~®P Uequise anb seno EDey selneder s1 19 oYpay vIqey e201 vded ‘1 & aitioy seprioy b 1 8p solo squ 9y4saqq ieigod auped un Jousi so wowsssap and !— ‘ou P ezaisi A uoHaqan ‘orpo wg “euie ‘sepyppzauanus ‘souoesuas sestoalq, cOUPIp Figey OT 21 ON?— ‘go1a08 as roOIO], ‘seDEA UEquise seed ‘S ouomanop jap enand vt uqy hoa 3s sang!— JOA E BT OU OA— ‘Bf Avy anb o8tp of gaa z sourea?— WOH] B gure] guadsap aw Oren uy -EPxS awUsUETTOD Jepod um fur we uorenumoe as “1219p olegep ezaqe> | oxi & ope no fo umd Gon sun ered oJ9g “oaanu offe TeBAr UN BIBISIND geD004, ‘e900 LUN ax UN apaons solour oO] y "8 ‘sauod & Joa seq yolow sq ‘seBuod se] ox— ‘uand &] 2p Ope ono Jap seqmedez si zouod & Ao, — #297, ‘sea apuopy— vurto ef ue oye wey A opemrerst iquy ow OX por ap apa Je es oun anb soey ouans tg -nunop v sowe, --ypea nesed eq ~elap aur ou anb eue8ie8 yj ua eres esoo run osnd sur 3g aonb 10g?— “aqord & IN “9s ON— \epeueqes, vy euaNq equsq— 8 oamiso vse By] Epo opuEn3, asany anb ofad “010s oun % soqes? ‘ou 222010], ‘01919 89 Ov? | ‘onfeq waiq g1unBasd semoso pomada negra, porque la mia se estaba acabando. No hablé con nadie, Sali caminando, triste, por la calle, sin sentir el peso del cajoncito. Me parecia estar caminando sobre los ojos de él. Do- ligndome dentro sus ojos. Era muy temprano y la gente debia estar durmiendo a cau- sa de la Misa y de Ia cena. La calle estaba llena de chicos que exhibian y comparaban sus juguetes, Eso me abati6 mas todavia Todos eran nifios buenos. Ninguno de ellos barfa nunca lo que yo habia hecho. Paré cerca del *Miseria y Hambre*, esperando encontrar al- gin cliente. El cafetin estaba abierto hasta ese dia. No por nada le habian puesto aquel sobrenombre. A él llegaba gente en pi- jama, de chinelas, de zuecos, pero nunca con zapatos. No habia tomado ni café y sin embargo no sentia hambre, Mi dolor era mucho mayor que cualquier apetito. Caminé hasta la Calle de! Progreso. Di vuelta al Mercado, Me senté en la cal- zada de la panaderia de don Rozemberg, y nada. El calor aument6 y la correa del cajoncito me hacia dolet el hombro; fue necesario cambiarlo de posici6n, Senti sed y fui a beber en el grifo del Mercado. Me senté en el umbral de la Escuela Publica, que en breve habria de recibirme. Dejé el cajoncito en el suelo y me desani- mé. Recosté la cabeza en las rodilias, como un mufieco, y asi me quedé, sin ganas de nada, Después escondi la cara entre las ro- dillas, cubriéndolas con mis brazos. Era mejor morir antes que volver a casa sin lo que pretendia, Un pie golpe mi caj6n y una voz conocida y amiga me lla mé: —iEh!, lustrador, el que duerme no gana dinero. Levanté la cara sin creetlo, Era don Coquito, el portero del Casino. Puso un pie y primero le pasé la franela. Después mojé el zapato y lo sequé. Y luego comencé a pasar la pomada con todo cuidado. —Por favor, puede levantar un poco el pantalér? 42 Obedecié mi pedido. —auustrando hoy, Zezé? —Nunca necesité tanto como hoy. —2¥ qué tal fue la Nochebuena? —Regular. Golpeé con el cepillo en el cajén y cambié de pie. Repett la maniobra y entonces comencé a lustrar. Cuando terminé, golpeé en el cajon y retir6 el pie. —Cudnto es, Zezé? —Dos cruzeiros. Por qué solamente dos? Todos cobran cuatro. —Solamente cuando sea un buen lustrador podré cobrar tanto. Por ahora, no. Sac6 cinco cruzeiros y me los dio. —(No quiere pagarme después? No trabajé nada hasta aho- —Quédate con el vuelto por ser Navidad. Hasta luego. —Felices fiestas, don Coquito. Quiza habia venido a hacerse lustrar los zapatos por lo que sucediera tres dias antes... Sentir el dinero en el bolsillo me dio cierto 4nimo que no duré mucho; ya eran mas de las dos de la tarde, la gente char- Jaba por las calles, iy nada! Nadie, ni para sacarles el polvo y sol tar unas monedas. Me puse cerca de un poste de la Rfo-San Pablo, y de vez en cuando soltaba mi voz finita: —Se lustra, patron! jLstrese para ayudar a la Navidad de Jos pobres! ‘Un coche de rico se detuvo cerca. Aproveché para gritar, sin ninguna esperanza. —Déme una manita, doctor. Aunque s6lo sea para ayudar a la Navidad de los pobres, La sefiora, bien vestida, y los nifios sentados atris, se que- daron mirandome, mirando. La sefiora se conmovié. 43 sy eseadane? ‘opiauoo a1 of Is ‘9297— ‘oapestisd opanb as o810g . ape & ‘eyupuig ozy anb epecequs, seusdy— “{OUIA TE ‘seuEljoae Ju ‘seyeiseo vororAny OU sopaisn anb Isy? jaiqisod so ON!— “oajdua us vaso warpo eded “ese us peplaRNy sown OU OUR a1sq— gepeu ‘pepsaa aq? cepeu? ‘oreg— sepuodsal Jepod uis ‘ezaqua ry u0D anSay, gsesoo seypnus uomepEBar ay Ne A— “epeN— 207, ‘esed and?P— “OIO], Pap oUt “eon as eT equsn 9] a nsof OUIN Jap aprooe our A ezaquo Fy aleg “"eDUvIG ¥fPA HOS soDreg sog “04194 @] axon onb uote un ‘soBan! uoo ele eup) ‘sapues® sey ap sazojoo ap seoidyy ap efe> vun ‘soiuan 9p somql] ap upIMOUE un ‘sofen san ‘rjone%a euq ‘sopeBor sounsiyonw aang — ‘ugMod J OLge A 1oleu estsauoD ered wappi2IG BL ap Oleg lay @PEPIARN BI sod uosepeBor v| a]? “eNtO seUI so vMAEPoI vOIDD aq “epEN— ‘mes seisy 29207 ‘weed 2 and?— ‘ooas ua onBely * asa apsop eure ¢ UorezuatIOD eded ap solo so] wise} ‘oper ¥q -vloyer as sowdez so] ap ofpaq jp ua “olor consyfo ap sey A sea -uelg seipaua ‘ory ap sovedez vqesn 1p anbiod ‘sozjeasap said Sm ap ezusnBiea Hues “"DOIO], anb Opes A pepe wuustU v| ap B19 o18tag olput 19a e Sea ef anb ‘uguod je seur s¥LaI92y— ‘opunui [ap epul] seu EIPIONG ¥] s¥— geasnB ap?— “on1ede aut as ssouoitg rer “yp ® uvqeSo]] anb sepevay eqep ‘seam vory ‘eID ‘seuoDEN -sourop sa0ey osnd as 4 1A aut omfag “stUETAG we ap “eqeIq -wourejos anb pe “UnYsap [COW |g solnze A sepueue sedes UoD & fos Epon I ~ed bas yf ua eave yf adody ‘Tapprorg esounay vun ua seit aniuo Jod vqepue o18i9g ‘oweutao ap opor ostd [2 4 usps UN Bian ese ET “SLOE-SEIIA SO] ap BSED x] ap vos90 analy \cveruews eunsuly 2p ‘KOH "tp ONO, ‘oust OBuTUOD slows aw! C1ag “2109 epuy euN TEE, :opurstad “uoles |p ve pew ¥] 9preno “wyuy opanb & vio uo ouwMt HE >f}OuTy wBooos vy A usu ayy alu ap ‘tor eBou eipour wun ws, ‘Ws00 EUR Uo1oUaW ef QUIET] Sur EOuID BUN ap USUI Jo Uy “e ‘ono osas jo seed wronmusiad ou: o ‘oneseg spur opard un aso “Hy aw suquieyy A euosty, j> anb 08 eupod ose opor us ared “Beqrzursye ou souszn zaiq “viyana ap OUD JP gnbsng ‘amopurzunem gded ap Solo $0] woo rqenuntos of A seioy Onend opesed ueIgey B, eqeloe 38 anb so1ow Jap opting jo aypnose amautEog “-erapapestey 3] anb oradso ww 4 ofpsiog J ua somaznuo oouio somo osnd ayy “osommuaur Jun seas anb 9a: ou onb pureur rw spap ypueut ay “ewo— yu 9p senap JAUOD B OUDe OUT UN A oUGe as ay909 Jap vUoNd eT o:Dg “PUDIAEN ue vleqen oyonu es=0dU Of amb aueunos ‘opuanut Sorse oN ‘sepea8 ‘e0URS ‘ON ‘vyyumiuea 2 10d oueu vy omsa 4 eioueD vy ouqY. IYO ‘you wa, “rep v Aoa a] of “was ise anbuny— ep Tap 4 pep ns ap as “opurypaaorde visg “soara uarq sof ap & ‘oxvord un so a8q— ‘vaueyuoosap UCo OUTED aul aIqUIOY [gq ‘omy ‘OBE afeq “oupargod ue) A oomyp wey ‘oupaiqog— Estaba adivinando de qué se trataba. Pero, aun sin haber co- mido, no tenia deseos. —-Vamos adentro, Mamé te hace un plato. Hay tantas cosas, tantos dulces.. No me arriesgaba. Habia sido muy maltratado en esos dias. ‘Mas de una vez habia escuchado: “:No te dije que no me traigas macosos de la calle a casa?” —No, muchas gracias. Esti bien, Y si le pido a mam4 que haga un paquete de castafias y otras cosas para que se lo Ileves a tu hermanito, do llevas —No puedo. Tengo que terminar de trabaj Recién en ese momento Sergito descubrié mi cajoncito de tustrar, sobre el que me habia sentado. —Pero nadie se lustra en Navidad. —Me pasé todo el dia y slo conseguf ganar diez cruzeiros, ¥ es0 que cinco me los dieron de limosna, Todavia tengo que ganar dos més. —sara qué, Zezé? —No te lo puedo contar. Pero los necesito mucho. Se sonri6 y tuvo una idea generosa. —iQuieres lustrar mis zapatos? Te doy diez cruzeiros. fampoco puedo. No les cobro a los amigos. XY si te los doy, es decir, si te presto los diez cruzeiros? —2¥ puedo demorar en pagarte? —Como quieras. Hasta puedes pagarme después en bolitas. —Asi, si. Metio la mano en el bolsillo y me dio una moneda, —No te aflijas, que recibi mucho dinero. Tengo Ie alcanc llena. Pasé la mano por la mueda de la bicicleta, —Es realmente linda, —Cuando crezcas y sepas andar te dejaré dar una vuelta, gest bien? —Bueno. | | | Me Jancé en una carrera enloquecida hasta el cafetin de "Mi- seria y Hambre” zangoloteando el cajén de lustrar. Entré como un huracdn, con miedo de que fuesen a cerrar ya. —Sehor, diene todavia de aquellos cigarrillos caros? ‘Tomé dos paquetes cuando vio el dinero en la palma de mi mano. Esto no es para ti, verdad, Zezé? Una voz dijo, atris: —iQué idea! jUn chico de esa eda darse vuelta, le contest6: —Porque usted no conoce a este cliente. Es capaz de cual- quier cosa. —Es para papa. Sentia una enorme felicidad haciendo rodar las monedas en Ja palma de la mano. —ése o Este? —Ti sabras. —Pasé todo el dia trabajando para comprarle a papa este re- galo de Navidad. —aDe veris, Zezé? WY él que te regal6? —Nada, pobre. Todavia esta sin empleo, usted ya sabe. Se emocioné y nadie hablo en el bar. —Cual le gustaria mds, si fuese para usted? —Los dos son Lindos. Y a cualquier padre le gustaria recibir un regalo asf. —Envuélvame éste, por favor. Hizo el paquete, pero estaba medio raro cuando me lo en- treg6. Como si quisiera decirme algo y no pudiera. Le entregué el dinero y sonrei. —Gracias, Zezé. —iQue tenga felices fiestas! a7 sesed ua vqes -oulap o1uEl] fur ap O1ses [g “OpEYS OIsNB UO vg THE UD UEqUA -ua sepeseypno seraurid sey orad ‘ezoqeo ey] woo 3s anb ao] coy, 48 anb onar so ov? ‘sed e1oyy— sepempno seganbed e9 -og ft easey opueaay] any & giuas ag «eden EMMBasucD OU OK ‘seInyy ap eperesua ap ood un gpren¥ 91 vuO;D— ouvune yop ord un guia, SOZOTIOS sft ap o1sas J TOD OMT! ‘ofans jo Ua gUSodap oA, “ara7, ‘aid sg “waIq yisg— ‘sews ou ‘auezad sapang “rmseiord v Soa syur eounu seSad serainb our optens ‘yded ‘soqeg— swap -nuree: apnd *u epla v{ ypo1 aizemp auuANBas v uErany solo soso vey O| OU IS anb ap opartr guy ‘apueIs eed effanbe urs “re8np_ns ua sopesco2 opuEIuaUE ‘solo sns siqos sopap So] aiuauiaaens gseg "ened ns gpuEDe A souRMr stat gUEATT rolaur yisa Isy— ‘wore yype eqen 498 vj HOD 398 OF A oNsOL TUE OIUAdT Sondsaq spur ood un oUNDe apy -soonb ei SF ‘uozes semua op “uo [2 ue enbiod gfous our ou ‘s~wopy “98 O] BA “98 O] BA— ‘08a “sep euanb ou og “-pded ‘eyronb ou o,— ““OanoUra Ue) COMP tN OpuaIs seNUAUOD Is pr vl Ue OYSMUT wT anb seua e sea “onlny ‘say ON— ‘IUSWeUINN YPaLs aut A sozEIG So] OME 1g ‘SOZOTOS A seUTIBE] NUD asopugNUMsUOD any ZOA ZI A ydeg ““edeg— ‘supep apnd ojos 's0f0 sns ‘opngzeq onsos ns ‘eded © any, ‘wip J@ Opol opezEuAUTE rIqeY our anb spurs wei JO|Op 989 OpuENaAsy “oNEp Jod Opor auopuyZoNsaq ‘op -urioydxe eqeise anb nus A ‘opefede os0js03 Jo Ojons Te plouy sed aut o8fe A “eprurcog wound x son ered glope OW ‘wood FI Ua EGA anb ofpre8> ye ofopuvUET -orde ‘spuzous 07 “030 ]80] uN seOsNq EIed NOHO] Ja wIseY My “yded ‘oun euing— “epeu map snBas -woo UIs orad ‘opuatitios ‘ooeqes ja guidse A ojanbed jp ouqY ur [2 BIg geISNE aP— “opeiso wiqey ose anb of opor opuarpuarduos ontuog ‘n ezed vpury esoo un aiduroo ‘rded “emy— ‘ommanbed ru [ISiOq [2 Uo OURW v] Hou! & O[ans [9 ud aap OT sowdez sensnj ap owuofes 1s ansow ay Gp [2 Opor arsjanso apuog?— 20k NS Ue OUNBTE 1O9uAX eICey ON, colry ‘9nd?— ying ‘sou e[ U2 poo ja 4 ‘oueut ve ap vuNfed yj US opedode on -s01 Jo wuEy, ‘IDeA pared ej opuem ‘esau ey ¥ OpeIUds equis pded osad ‘sopor opyes uriqeH Or Jap znI ¥] eprpusous equi -s9 vUINOD vj Ue amTUTE[Og “atPOU ¥] OpeBal] eIqeY UgIquIEY, est) v eBay] Ese OAANU ap ;1I0D, reoes vied drada y entr6 en la se deslizaba suave y agradablemente, Pas6 un coche Ss (EM ap 1A) CUOpe 9p eM, Y] Ya OIUAWOU! UN asuag ‘aAanU Se] ULI SIUDLUT!OYIC! “oYDO sv] 2p sy uvro ou anb ose & ‘eonqed ¥] Uo vipzen8 opuarey ten -Fis9 sounsye anb aweweinBag ‘souosuLs so] UeqeoIqUIOS .,su0I -039,, SOUP ap sva499 sey A ‘sarsod soy ap uoLeurump vod ef 2p Wala ayfe> ET ‘opueiadse ‘euod je ua onpoieinb apanb apy wqRY Yj OU odutaN oYPNUE yDEY apsop omOD wEBs[e euN vqeU “91 ey e| uy “sopor ap muidse jo opeIqures wisIgny BaoNL ws ~e e[ anb epareg ‘epra ns ap eqepio oun epeo ‘you oq. ‘xe uerB ruat e eq? pepunoso y ua A eIG. -09 eun epared ‘ousedsap opueindurs ‘sola aq “pu of A aopuieq ap ofp uaiq ony un asnd aid jp opeise eqey apuop “sondsog ‘aid jp wiund ef g409 4 oy uN US jAfoauta ey “Iolmus op wBSU ‘vipews wun QUETIa apse] vUN o13q “UaIq equUIOd auT ‘SOUSA so] e reuoysardus vyzanb anbsod 0 ‘erenbna rod ‘ozuonuoo Tv ‘uQDUH vPeD ap vso> ¥PED OpuEIU gpanb ou A, ‘fe e| sod HUSA UDgep VA seUBMAIEY stuE & purERy “auUepanb v koa— @SONOSOU LOD soUdIA O s¥panb ay?— ‘awopupuly A ese ef opuErIad sap “asi wop equise vA A UgHeSIeAtIOD BI EqRZLIDNOD UAIG ON “soRpul @ seour ap ouay Sse reisa apand atuauejog “seB1p of au IN— counSuyy oud! so ou? ‘safeazes sorput ap svou -v9 9p oust] seis aqap ‘oleqe eIIy “seuozemTy ‘owsrur osg— ‘seuozeury— 20H ais ¥ seu] & Soureg anb wp ono Jo sounkp anb any owgy?— zs en “09 anb ‘wions ne jo aatur A e1rea wf ap oxsed Je anbiooe apy copionoe ap? ‘seu0> © axpudA se] a1 a1aqUD ow anb set ap sesoo se] sepor ‘wuIPY “ot 9p senoyjad sv] ap seqjanbe ap vioua8imp tun ypared onb aavne 4 spuri8 uri one un ua selera ap ogeoe ‘ounSuiyy ‘soqeg “seid SO] ¥ sue@ay| vipod ogre uSuR! anb opuy ux auauod v doa ‘OnO Jap eos99 OUN aiCWa!s sata ¥ SOUNEA woYE ‘ounBuTPE— “my eur 4 oes un ig. S8euFeI| 2 JB.4jOA ap BIOY FI vas OpuENd anb ‘seAf e ep “HY ‘opueissjour ‘aIUE8 ¥] ap vUIDUa sepuE OU IS sEIEpNAy— 2509 vundie ue opnée 9] onb azaingP— “TeIpyoD 198 gua “UL 9 aap] ¥] anBanuD aI ‘ese YI suo soweSoq] opueN> japues8 squs8 vv sop “WaIUD sed9a v tH HYIP and! ~euad y HEA ow auDUTLOY ‘voUy] esa ap outeyodum spur [9 $9 olag “oN — E12 ature sy von 959 eqnesetuey 1? “opnsuy weer PEN “ODUOTES ‘eqneseSuvyy Pe aypnoso 4 spnfinuiog Jap pagwomne ja 9suooUg -oLte> UD op cue onb zoa vround wy “yur ered zyoy Amur xp un so 4opy— “msiaauoo sa1nb ou wpared “ound, — ceurET] 28 OWS? ‘opuy se o1ma Jo waIquiE: A— “89 anb of vied aang— “SpnsuY vop ‘opuy Anu sa ome ng— a1qepwide 388 sajosox o1g “euny Anur esared ou ong jg ‘saypearype9 somsanu sopon sour “PHBER Sofein Sop Sono UD “ooMUQUODS ‘auY EID O1Dq ‘OUR “Woo TW “oaenu Anu ¥s= ou MED Jo anb 9azesqo “ouRM [9 Ua Solteqe> soy ap stitd se] 9p ,201201, [a equtnase as o19§ ‘opmuos Je oozouoy— Fabrica, No me gustaba. Su sirena triste en las mafianas se hacia mas desagradable a las cinco de la tarde. La Fabrica era un dra- gon que devoraba gente todo el dia y vornitaba a su personal de noche, muy cansado. Y menos me gustaba porque mister Scot field se habia portado mal con papi... iListo! Por alld venia una mujer. Trafa una sombrilla debajo del brazo y una cartera colgando de Ja mano. Se alcanzaba a es- cuchar e] ruido de los zuecos golpeando la calle con sus tacones. Corti a esconderme en el portal y probé el hilo que arrastra- a Ja cobra. Ella obedeci6. Estaba perfecta. Entonces me escon- bien escondidito detrds de la sombra de la cerca y me quedé con el hilo entre los dedos. Los zuecos venian acercandose, mas cerca, mas cerca todavia, y zas! Comencé a tirar de la cobra que se desliz6 despacio en medio de la calle. ‘Solo que yo no esperaba aquello! La mujer dio un grito tan grande que despert6 a (ode la calle. Largé la bolsa y la sombri- lla para arriba y se apret6 Ja barriga sin dejar de gritar: jSocorrol {Socorro}... Una cobra, amigos. jAytidenme! Las puertas se abrieron y solté todo, corti hacia la casa, entre en la cocina. Destapé rapidamente el cesto de la ropa sucia y me meti dentro, cubriendo de nuevo el cesto con la tapa. Mi corazon latia, asustado, y continuaba escuchando los gritos de la mujer: Ay! iDios mio, voy a perder a mi hijo de seis meses! En ese momento no solamente estaba asustaclo, sino que co- mencé a temblar. Los vecinos la llevaron para adentro y los sollozos y las que~ jas continuaban. —iNo puedo mis, no puedo més! jY una cobra, con el mie- do que les tengo! ~—Tome un poco de agua de flor de naranjo. Calmese. Qué- dese tanquila, que los hombres fueron detras de la cobra arma- dos con palos, machetes y un farol para alumbrarse. {Qué lio de los mil diablos por causa de una cobrita sin im- 54 F portancia! Pero lo peor de todo es que la gente de casa también habia ido a mirar, Jandira, mama y Lalé, —iPero si no es una cobra, amigos! Apenas es una media vieja de mujer. En mi miedo habia olvidado tirar de la “cobra”, Estaba frito Auris de ls cobra venfa el hilo y el hilo entraba en nuestra casa. “Tres voces conocidas hablaron al mismo tiempo: —iFue él! Ya no se trataba de la caza de una cobra. Miraron debajo de las camas. Nada. Pasaron cerca de mi, y yo ni respiré. Fueron del lado de afuera para mirar la casa. Jandira tuvo una idea —iMe parece que ya sé dénde esta! Levant6 la tapa del cesto y fui levantado por las orejas y le- vado hasta el comedor. ‘Mama me pego duro esa vez. El zapato cant6 y tuve que gri- tar para disminuir el dolor y que ella dejara de castigarme. —Pestecital T no sabes qué duro es cargar un hijo de sei meses en la bart Lal coments, irdnica: —i¥a estaba demorando mucho en estrenar la calle! —Y ahora a Ja cama, sinvergiienza. Sali frotandome el traste y me acosté de bruces. Fue una suerte que papa hubiese ido a jugar a las cartas. Me quedé en la oscuridad tragindome el resto del llanto y pensando que la ca- ma era la mejor cosa del mundo para curarse de una zurra. Al dia siguiente me levanté temprano. Tenia dos cosas muy importantes que hacer: primero, espiar un poco como quien no quiere. Si la cobra todavia estaba por alld, la agarrarfa para es- conderla dentro de la camisa. Todavia podria usarla en otra par- 55 Lg -is909U O] OU A OUTU Ja OptTENd ‘sandsaq “sesoD se] sUgnosop ¥ seinen sel v sepnde wed sorg od oypay any oyseled jg— courefed Jo x? “98 eA — pla BNSONT ap soIaUIOU! so] sop -01 ua 4 sofo sonsonu ua at, ugz¥i09 onsanu A veaqro ensantut por wiuiand ns Jod eutor A aoe1 ‘oar oquorUEsuad |g “EARL “bUI BUN apaons ssouoIUg ‘sapianse a1 anb ouang Anu sy— qugzes Bf ap pepo e— ‘woud Anus seupuay anb affp of zaa vun anb of, -anbe aovy anb 0] so ouanesuad {q ‘orvaruresued eureyl as an K ¥yqey_anb sao1p anb vso> vso ‘opuotary A “opustoai spasa anb YOURUBS oy os sa anb of saqus? “gx07z, Ouwordxo v Ao,— ‘ugIsMJUOD Tur ap OW 9s K oPUDTUg conuap od 084 4 ojqeyy optens 4? ‘omseled as0 2p opeguoossp oxpeut opue eioye anb eseg “asIpuaua oN— yee otefed un seus) anb epravrew vun sg jpfy!— eq ~eiueo uaInb [9 vag “eqviuED anb A onuape inbe omeled un vuuai onb eqesued ouyanbad wie of opuens ‘on ‘esy— eBay] exranb opuope viqes ou oxad ‘pepoyduns mu op ony ‘wany 40d sentre> Uuis ontiap 10d os opor 192ey Opand OA “V909 vI FASB Y— ePepI9n s2 OU? ‘opuEILED s¥Is9 O19g— tyyenbad Buse, ap ejonso wun ume 4— sy— ‘uaiq optonua ON— copuriues reise UIs se ap zedvo saig? ‘sureyodu Anu! vsoo van sages osind— ‘oypnur op -wofeur uvjqeq seso9 s¥j Sopuarde us w1949] 2] Of onb.ap sand -sep ‘4 ‘,sapeppooasd, sir yoo equiuvots os 79 anb enuag aren es aub ap? seouomg— ‘089 ap epeu so ou ‘on ‘eUONG eu OpuaIreY do1sy— ‘dumuaru of osad ‘oypsjog jp us OULU yl soIOU v eqr eeqes ugib? ‘sas apand eupouow eup— os ‘ouuos ag @seuoq wed expauous eun We “oumugo un o8ta1 ou —sopap sor o8 “ansaI— oDUIp ap ,oruNse,, uN so o1unse My IS ‘9287 “USIg— ‘Ope un © ofop sey A sui svy o> oypuoIoUt un OZIE ‘oN dotles ON? ‘SeUED Se] SepOL OfZaUr eIpINBas Ua o1og Soulosestoauoo aqnoe omteNd us ‘opueUMUIa: AoIsgG— ‘Bnu0D ws LUN esIDatOD e oULA ‘ON ‘saqeg— ‘ox [op ayuarans ap o1adse wma ‘gnb 10d 98 ON “wos vy vse oYpnus equIsN8 oUt ou onb vworun ey -elemg ey ap sens se sepor tiD0UOD BA OA ‘opurl s3— foj2 jap [> sq— 208 ‘,OURIN|OS, B89 ap arquioU Je 9 owFOy-— orsta e1aiqny 9W OU IS oWoo opuameY equisg ‘pa sang iqyi— ‘ouBou A couelq zampale ap sauein So] sopuy Uorpared au aidwais Cuioo A ‘esruxe> ef ap eSaew 4 9eU0M 37 “opios Opeisewop tI Kou OMIOD “{spuapy eideped e] eqeisn8 ou owgo!) spmapy “ex>ey] 0} ou OBRUTIOD ‘woress94tI09 By Bqesaz91U} 2] Ou opuend Ise Jovy equIsNE 9] [9 B anb UEP Sopol ese UE “Optos Ja asopugirey eqeisg -o~puodsa: oN ioun ‘woIopuag vy OnRUJOs, OASMU UM OpuDDeEY FTES B UD equIse ‘any Ise A ‘SoLeIp so] sesdusoo A ‘wap Jp owsoo “eansay ns s30ey “E] ~syainb vf & Je8nl ered opyes enqey ou ‘owe o| Jog “opentqn! ap vpia ns ered ouvsduza: wie eyaxpor onb opuarges pife anu ‘OpunUIpA On uoo JeIqQey EquUssDON “YLT “Wid 2p ese> e OpurURMED Iny atu A sepredso ap rajon aw FIIgnbe ows vuong wer wigoo run as -aIp an eipaur eno renuOoUa POYIp 498 & wa] “eqeIse OU O1Dg “21 ta mas, devuelve el pajarito a Dios. ¥ Dios lo coloca en otro ni- fio inteligente como t6, ¢No es lindo eso? Rei feliz porque estaba teniendo un *pensamiento” Si. Y ahora me voy. —2Y la monedita? —Hoy no. Voy a estar muy ocupado. Sali por la calle pensando en todo, Peto estaba recordando una cosa que me ponia muy triste. Totoca tenia un pajaro muy lindo, tan manso que subia a su dedo cuando le cambiabe el al- piste. Podia hasta dear la puerta abierta que no se escapaba, Un dia Totoca se olvid6 de él y lo dejé al sol. ¥ el sol caliente lo mats. Me acordaba de Totoca con él en la mano y Ilorando, llo- rando con el pajarito muerto apoyado en el rostro. Y decia: —Nunca mds, nunca més voy a tenet preso @ un pajatito, Yo estaba con él y le dij: —Totoca, yo tampoco voy a tener a ninguno preso. Legué a casa y fui derecho a ver a Minguito —Xururuca, vine a hacer una cosa —2Qué es? —zVamos a esperar un poco? —Vamos. Me senté y recosté mi cabeza en su tronquito, Qué es lo que vamos a esperar, Ze26? —Que pase una nube bien linda por el cielo —ePara que? —Voy a soltar a mi pajarito. Si, voy a soltarlo; ya no lo pre- ciso més... Nos quedamos mirando el cielo. —iBs ésa, Minguito? La nube venia caminando muy despacio, bien grande, como si fuese una hoja bianca toda recortada —Es aquélla, Minguito, Me levanté, emocionado, y abri mi camisa. Senti que él iba saliendo de mi pecho flaco. 58 —VWuela, vuela, pajarito mio. Bien alto, Sabi a cantare ind, como siempre cantaste para mi, ;Adiés, mi pajari- Senti un interminable vacio interior. Mira, Zezé, Se pos6 en el dedo de la nube. i Ya lo vi Recosté mi cabeza en el coraz6n de Minguito y me quedé mirando la nube, que seguia su camino. —Nunea fui malo con él. Di vuelta mi cara contra su rama —Xururuca f —cQué pasa? —28s feo si me pongo a llora? —Nunea es feo llorar, bobo. Por qué? No sé, todavia no me acostumbré. Parece como si aqui | adentro mi jaula hubiese quedado vacia... Gloria me habia llamado muy temprano, —Déame ver las uiias. Le mostré las manos y —Ahora las orejas. —iUyuyuy, Zezs Me llevé hasta la pileta, moj6 un trapo con jabén y fue res- tregando mi suciedad —iNunca vj a una persona decir que es un guerrero Pinagé | y vivir siempre sucio! Anda calzéndote mientras busco una ropi- ia decente para ti Fue a mi cajén y revolvi6, Revolvi6 mas. Y cuanto mas re- | volvia menos encontraba. Todos mis pantaloncitos estaban rotos, | agujereados, remendados 0 zurcidos. la aprobé. 59

You might also like