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Identificación y DX Precoz de Los Trastornos Del Espectro Autista
Identificación y DX Precoz de Los Trastornos Del Espectro Autista
INTRODUCCIÓN
o una firme adhesión a rituales o rutinas no funcionales. Al
Los trastornos del espectro autista (TEA), también denomina• mis• mo tiempo, con frecuencia se observa una preocupación
dos trastornos generalizados del desarrollo, son un conjunto de excesi• va por partes de objetos y la existencia de estereotipias
problemas vinculados al neurodesarrollo, con manifestaciones motoras muy repetitivas.
preferentemente cognitivas y comportamentales, que
Estos criterios clínicos gozan de un amplio y sólido
ocasionan notables limitaciones en la autonomía personal y
consen• so, que corrobora su utilidad para el diagnóstico de los
son una im• portante causa de estrés en la familia.
TEA. Sin embargo, la práctica clínica ha puesto de manifiesto
Con la excepción del síndrome de Rett, hasta el momento algunos puntos débiles de estos criterios de diagnóstico que, en
actual no disponemos de marcadores biológicos de los TEA, entre otras cosas, se traducen en una notable limitación para
por lo que el diagnóstico de este grupo nosológico descansa, establecer el diagnóstico precozmente aun cuando se subraya
fundamentalmente, en sus manifestaciones clínicas. De este que las alte• raciones deben aparecer antes de los 3 años de
modo, los TEA se definen por la presencia de alteraciones cua• edad. De hecho, la edad promedio en la que se hace el
litativas en la interacción social y la comunicación, y por una diagnóstico de TEA son los 6 años [3]. Consecuentemente, en
importante restricción del repertorio de intereses, actividades y la práctica, la evaluación y el diagnóstico de los TEA se suele
conductas [1,2]. realizar bastante más tarde de la edad en la que se supone que
Las alteraciones en la interacción social se caracterizan por deben aparecer los síntomas.
dificultades en el empleo del lenguaje no verbal –como el con• Sin embargo, más del 50% de los padres de niños con TEA
tacto ocular y la postura–, problemas en el desarrollo de expresa abiertamente algún tipo de inquietud acerca del neuro•
relacio• nes interpersonales, ausencia de la tendencia desarrollo de sus hijos cuando estos tienen entre 18 y 24 meses
espontánea a mos• trar y compartir intereses y falta de [3]. Por tanto, es frecuente que los padres sospechen la existen•
reciprocidad social en las emociones. cia de algún problema en su hijo, pero que no reciban informa•
Las alteraciones en la comunicación se pueden manifestar ción clara hasta bastante tiempo más tarde [4].
como un retraso en el desarrollo del lenguaje, que no se com• Generalmente, los padres solicitan consulta para manifestar
pensa con lenguaje no verbal, o por un lenguaje reiterativo y algunas preocupaciones sobre el neurodesarrollo de su hijo
estereotipado. Además, es frecuente observar dificultades en el cuando éste tiene 2 años. Con esa edad, a menos del 10% de
inicio y el mantenimiento de la conversación, y la ausencia o los niños se les identifica el cuadro clínico y se establece el
escasa variedad del juego imaginativo y de imitación social. diag• nóstico. A poco más del 10% se les indica que vuelvan a
La restricción de los intereses, actividades y conductas sue• consul• tar, más adelante, si empeoran o persisten las
le expresarse como una hiperfocalización en temas particulares preocupaciones. Al resto de los niños, cuando tienen cerca de 4
años, se les deri• va finalmente a otro profesional. En ese
momento, sólo al 40% se les diagnostica, al 25% se les indica
que no deben preocupar•
se, y al resto se les envía a un tercer o cuarto profesional [3].
Recibido: 06.02.04. Aceptado tras revisión externa sin modificaciones: Correspondencia: Dr. Javier Cabanyes. Departamento de Neurología. Clíni• ca
11.05.04. Salvia. General López Pozas, 10. E-28036 Madrid. E-mail: jcabanyes@
clinicasalvia.es.
a
Departamento de Neurología. Clínica Salvia. Madrid. b Asociación Nuevo
Horizonte. Las Rozas, Madrid. c Departamento de Personalidad, Evalua• 2004, REVISTA DE NEUROLOGÍA
ción y Psicología Clínica I. Universidad Complutense de Madrid. Madrid,
España.
REV NEUROL 2004; 39 (1): 81- 1
Cerca del 20% de los padres se quejan de haber tenido
que ejer• cer una considerable presión para que a su hijo
se le remitiera a un especialista o tuvieron que acudir a
uno privado. En conse• cuencia, el diagnóstico de TEA no
se llega a hacer hasta dos o tres años después de reconocer
los padres algunos síntomas. Es decir, es frecuente que el
diagnóstico de TEA se realice a los 6 años de edad, a
pesar de que muchos padres expresaban preocu• paciones
desde que sus hijos tenían entre 18 y 24 meses [3,5,6].
1. Interacción social
En el año 1999, a propuesta de la Tabla II. Identificación y evaluación precoz de los TEA.
Child Neurology Society (CNS) y la
American Academy of Neurology Propósito Objetivos Ámbito Medios
(AAN), el equipo multidisciplinario Fase I Identificación de Detección de Atención primaria Síntomas de alerta
encabezado por Filipek posibles casos manifestaciones Educación infantil Gillberg, M-CHAT,
[37] publicó un trabajo de consenso para sugerentes PDDST-1
la identificación y el diagnóstico de los Fase II Evaluación global Confirmar sospechas Equipos Entrevista, observación
TEA que, poco después, pasó a ser guía
práctica en el ámbito norteamericano Diferenciar especializados y exploración
Descartar PDDST-2,
[58]. Este informe concluyó que el apro• STAT
piado diagnóstico de los TEA exige un Estudio audiológico
Otras pruebas según
doble nivel de acercamiento. El primer sospecha
nivel corresponde a una estricta vigilancia Fase III Diagnóstico Establecer el Equipos PDDST-3, ADI-R-S, PIA,
trastorno en este proceso;
del neurodesarrollo el segundo
de todos ni•
los niños específico diagnóstico especializados CARS, ABC, ADOS-G
vel representa la adecuada identificación
y evaluación de los TEA, y su separación de otros problemas Cada una de estas fases cumple un propósito concreto, y la
del neurodesarrollo. sistematización en su seguimiento contribuye a mejorar la sen•
Lógicamente, el diagnóstico precoz de los TEA descansa, sibilidad y especificidad del diagnóstico de los TEA y a
en primer lugar, en el estricto seguimiento del neurodesarrollo optimi• zar el proceso.
de cada niño. En la medida de lo posible, este seguimiento
debe iniciarse en el período gestacional, pero es obligado que Identificación de posibles casos (fase I)
se lleve a cabo desde el nacimiento. El control evolutivo de los
Esta primera fase tiene como propósito detectar manifestacio•
paráme• tros del neurodesarrollo permite detectar con
nes sugerentes de la presencia de un TEA. Estas manifestacio•
prontitud cual• quier desviación que, inmediatamente, exigiría
nes se encuentran en alguno de los tres grandes campos de pre•
pasar al segundo nivel de abordaje del problema.
ocupación temprana de los padres: la comunicación, la interac•
El seguimiento del neurodesarrollo es obligado en todos ción social y la conducta. En este sentido, el grupo de Filipek
los niños, pero es particularmente importante en aquellos [37] elaboró una lista de preocupaciones de los padres que son
definidos como de riesgo por la existencia de antecedentes indicadores de alerta de los TEA y constituyen una gran ayuda
personales o familiares. En este grupo se encuentran todos los en esta primera fase (Tabla III). Entre las manifestaciones refe•
que han sufri• do algún tipo de noxa durante el embarazo o el ridas por los padres, destacan las siguientes: no responder al
parto, los que han padecido alguna patología neurológica en nombre, no mostrar objetos ni decir adiós, no sonreír
los primeros años del nacimiento y los que tienen antecedentes recíproca• mente, no mostrar interés por otros, tener rabietas
familiares de en• fermedades neurogenéticas. frecuentes y desproporcionadas, andar de puntillas y tener una
No es el propósito de este trabajo analizar las estrategias de adhesión ex• cesiva a algún objeto.
este primer nivel. Sin embargo, conviene recordar que se re• Varios estudios de clase I han puesto de manifiesto que las
quiere una sistematización de los controles neurológicos preocupaciones de los padres acerca de los comportamientos y
duran• te, al menos, los tres primeros años y el empleo de el desarrollo motor y del lenguaje de sus hijos tienen una
adecuados instrumentos de evaluación del neurodesarrollo. eleva• da sensibilidad (75-83%) y una alta especificidad (79-
Una correcta vigilancia del neurodesarrollo del niño permite 81%) en la detección de alteraciones en el neurodesarrollo [59-
alertar con pron• titud sobre un amplio grupo de problemas, 62]. Sin embargo, que los padres no manifiesten ninguna
entre los cuales están los TEA. preocupación en este campo tiene una baja especificidad sobre
la normalidad del neurodesarrollo (47%) [63].
ESTRATEGIAS PARA EL Dado que los padres con esas preocupaciones no suelen
DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LOS TEA acu• dir en primera instancia a los especialistas ni éstos
vigilan el neurodesarrollo de los niños sin factores de riesgo,
El segundo nivel del proceso de detección precoz de los TEA es imprescin• dible que los profesionales de asistencia
corresponde, propiamente, a su diagnóstico. El objetivo de este primaria reconozcan esas manifestaciones y que,
segundo nivel es definir si existe o no un TEA y, en su caso, expresamente, las busquen en todo niño que presente algún
qué características tiene. El que esto se efectúe de forma pre• grado de retraso neuromadurativo (pri• mer nivel) o que sufra
coz depende de que exista una rigurosa vigilancia del neurode• una pérdida de habilidades ya adquiridas. Como se ha
sarrollo (primer nivel) y de que se reconozcan las manifesta• señalado, existe acuerdo en considerar que las alteraciones de
ciones más tempranas de los TEA (segundo nivel). Una ade• la atención conjunta son, en gran medida, sínto• mas nucleares
cuada sistematización de la búsqueda y evaluación de esas y precoces de los TEA [47,64]. En este sentido, el estudio de
manifestaciones permite llegar al diagnóstico de los TEA de Charman [47] señala que la capacidad de atención conjunta a
forma precoz y fiable. Con este propósito, es muy conveniente los 20 meses de edad se correlaciona positivamente con la
llevar a cabo tres fases de evaluación diferentes aunque fre• elaboración del lenguaje, las habilidades de comunicación y las
cuentemente solapadas (Tabla II). A estas fases las podemos conductas sociales que tiene el niño a los 42 meses. Más en
denominar como: identificación de posibles casos (fase I), eva• concreto, algunos aspectos de la atención conjunta, como son
luación global de los TEA (fase II) y diagnóstico específico de los declarativos y los cambios en la mirada triádica, predicen
los TEA (fase III). el len• guaje y la gravedad de los síntomas, mientras que los
imperati• vos y el contacto ocular tienen escaso poder
predictivo. Con to-
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ESPECTRO
Tabla III. Preocupaciones de los padres que alertan sobre los TEA (reela
borado y adaptado de Filipek et al, 1999). en cuenta el psicopatograma nosológico y evolutivo y la varia•
bilidad sintomatológica de los TEA, lo que lleva a aconsejar el
Preocupaciones sobre la comunicación
empleo de más de uno de ellos. En todo caso, la combinación
de
la información proporcionada por estos instrumentos con las
No responde a su nombre preocupaciones espontáneas manifestadas por los padres
No dice lo que quiere aumenta notablemente el grado de acuerdo en la identificación
precoz de los TEA [63]. Con una adecuada formación y un
Tiene retraso del lenguaje oportuno entrenamiento, estos instrumentos pueden aplicarse
Ha dejado de emplear palabras que antes decía tanto en la asistencia primaria como en los centros de
educación
infantil. Sin embargo, es importante tener siempre presente que
No sigue por donde se le señala el paso a la fase II del proceso de diagnóstico (evaluación global
A veces parece sordo de los TEA) no está determinado exclusivamente por las pun•
tuaciones obtenidas en estos instrumentos, sino que depende de
Parece oír unas cosas y otras no la sospecha clínica de profesionales formados, reforzada por
No señala
esos datos.
Los tres instrumentos que gozan de mayor respaldo cientí•
No dice adiós fico, aun considerando sus limitaciones, son el cuestionario
Preocupaciones sobre la relación social de Gillberg [70], el CHAT (del inglés Checklist for Autism in
Toddlers) [48] y el PDDST (del inglés, Pervasive Developmental
No nos sonríe Disorders Screening Test) [71].
No mira a los ojos Gillberg elaboró un instrumento de cribado de autismo para
niños entre 10 y 18 meses de edad [70,72]. Algunas de las pre•
Parece que prefiere estar solo guntas que se les formulan a los padres son las siguientes:
Coge las cosas por sí solo ¿Considera que el contacto ocular de su hijo es normal?, ¿se
opone al contacto corporal?, ¿muestra algún interés por su en•
Es muy independiente torno? Lamentablemente, todavía no disponemos de datos so•
Está en su mundo
bre las propiedades psicométricas de este instrumento.
El CHAT es otro instrumento de cribado, diseñado para
No sintoniza con nosotros aplicar a niños de 18 meses de edad, que ha demostrado
No se interesa por otros niños utilidad en la detección precoz de síntomas de autismo por su
especifici•
dad y valor predictivo positivo, y es muy adecuado en estudios
Preocupaciones sobre la conducta de doble etapa [73,74]. Su sensibilidad es aceptable pero no ple•
Tiene muchas rabietas na, ya que no identifica todos los posibles casos. Entre otras co•
sas, evalúa la atención conjunta, el juego simbólico y los proto•
Es hiperactivo/oposicionista o no coopera declarativos. Consta de 12 ítems que responden los padres y
No sabe cómo jugar con los juguetes cinco ítems de observación que se utilizan para verificar la in•
formación que han aportado. El tiempo de aplicación es de cin•
Tiende a alinear las cosas co minutos. En la actualidad, hay disponible una versión modi•
Está excesivamente apegado a algunos objetos ficada (M-CHAT) [51], dirigida a los padres, que consta de 23
ítems y goza de una fiabilidad mayor.
Repite las cosas una y otra vez El PDDST es un cuestionario dividido en tres estadios, cada
Es hipersensible a algunos ruidos o texturas uno de los cuales se centra en un ámbito de cribado diferente.
En la fase I se emplea el PDDST-1, que contiene ítems que
Tiene movimientos anormales cubren los diversos síntomas desde el nacimiento hasta los 36
Camina de puntillas meses. Evalúa tanto síntomas positivos como negativos, e inclu•
ye una serie de preguntas con respecto al deterioro progresivo o
regresión. También incluye síntomas referentes al temperamen•
to, respuestas sensoriales, estereotipias motoras, atención, ape•
do, se ha podido observar que lo realmente predictivo de la clínicas, cog• nitivas y conductuales del autismo [69]. La mayoría
gra• vedad de los déficit en los TEA es el grado de de ellos son un registro sistemático de la información que pueden
monitorización y regulación que el niño hace de su atención aportar los padres.
hacia otra persona en la relación que establecen con los objetos En la aplicación de estos instrumentos se debe tener siempre
y eventos [65-67].
Si bien, hasta el momento, la identificación de los TEA
des• cansa principalmente en las impresiones clínicas basadas
en la observación [68], se han desarrollado varios instrumentos
desti• nados al diagnóstico precoz que son irrenunciables, ya
que faci• litan la identificación fiable de las características
dos los niños de 16 meses que no dispongan de las primeras Tabla IV. Indicaciones absolutas de evaluación global (fase II) (AAN, CNS,
palabras o que a los 24 meses no hayan elaborado frases 2000).
espon• táneas de dos palabras, y en todos los niños que, a
No balbuceo a los 12 meses
cualquier
edad, sufran algún tipo de pérdida de lenguaje o de habilidades
sociales (Tabla IV) [37]. No gestos sociales a los 12 meses
Evaluación global de los TEA (fase II) No primeras palabras a los 16 meses
Cualquier niño en el que se han identificado manifestaciones No frases simples de dos palabras a los 24 meses
sugerentes de un TEA (fase I) debe remitirse a un equipo de Pérdida de lenguaje o de habilidades sociales a cualquier edad
especialistas en estas patologías para que efectúe una evalua• ción g
fase es analizar la consistencia y el significado de las manifesta•
ciones neurocomportamentales del niño. Por tanto, la fase II exploraciones
del diagnóstico precoz de los TEA pretende:
– Confirmar las preocupaciones referidas por los padres y
profesionales de asistencia primaria.
– Efectuar el diagnóstico diferencial con otros problemas de
la infancia (mutismo selectivo, abusos en la infancia,
esqui• zofrenia, trastornos específicos del desarrollo,
síndrome del cromosoma X frágil, etc.) [75,76].
– Descartar la existencia de patologías que puedan condicio•
nar un TEA secundario (esclerosis tuberosa, retraso mental,
encefalopatías metabólicas, etc.) [77].
neuronal, etc.) o para la evaluación funcional de casos – ADOS-G (del inglés Autism Diagnostic Observation Sche•
concretos, pero no en la sistemática de diagnóstico precoz de dule-Generic): es una entrevista semiestructurada destinada
los TEA [58]. a evaluar el juego, la interacción social, la comunicación y
Diagnóstico específico de los TEA (fase III) el juego simbólico por medio de una serie de actividades
so• ciales de tipo lúdico [112,113]. Está normalizada desde
Esta tercera fase está destinada a establecer el diagnóstico defi• los 15 meses hasta los 40 años. Consta de cuatro módulos
nitivo de TEA e identificar el tipo del que se trata. Para ello, dife• rentes en función del grado de desarrollo. Ofrece un
además del nivel 3 del PDDST, que es específico para el autis• diag• nóstico de tipo algorítmico, según los criterios
mo, disponemos de una serie de instrumentos que también han clínicos de la CIE-10 y el DSM-IV, con puntos de corte
demostrado su utilidad [58,101]: para diferenciar el trastorno autista de otros trastornos del
– ADI (del inglés Autistic Diagnostic Interview): es una espectro. Tiene bue• nas propiedades psicométricas (95%
entre• vista que proporciona una información muy de sensibilidad y 90% de especificidad) [113].
detallada sobre el desarrollo social, el juego, la
comunicación y el lenguaje en los cinco primeros años de
Existen otros instrumentos, algunos desarrollados en nuestro
vida [56]. El intervalo de con• ductas explorado es
entorno, que podrían ser útiles en esta tercera fase, pero cuyo
suficiente para dar cuenta de los crite• rios exigidos para el
comentario se escapa del propósito de este trabajo porque toda•
diagnóstico del autismo, tanto según el DSM-IV como la
vía requieren validación, necesitan un mayor refrendo clínico o
CIE-10 [102].
tienen una edad de aplicación más tardía.
– ADI-R (del inglés, Autism Diagnostic Interview-Revised):
En nuestra opinión, siguiendo la práctica recomendada
se trata de una entrevista semiestructurada, dirigida a los
por Moore y Goodson [55], un protocolo adecuado en esta
pa• dres de niños con una edad mental superior a 18 meses
tercera fase es obtener información a partir de ADI-R-S, lle•
[57]. Su duración es de aproximadamente una hora y media
var a cabo una observación apoyándose en el ADOS-G, con•
con niños de 3 y 4 años de edad, y en torno a tres horas en
trastar los datos obtenidos entre todos los especialistas del
el caso de niños mayores o adultos. Tiene una alta
equipo y correlacionar la información con los criterios esta•
correlación con los criterios clínicos del DSM-IV y la CIE-
blecidos por el DSM-IV-TR.
10 y goza de buenas propiedades psicométricas (96% de
sensibilidad y 92% de especificidad) [103,104]; no
obstante, presenta al• gunas limitaciones, tales como el CONCLUSIONES
sesgo por sobrevaloración de ciertos síntomas que pueden
El diagnóstico precoz de los TEA es el requisito imprescindible
hacer algunos padres y la carencia de un punto de corte que
para aumentar las expectativas terapéuticas de estas patologías, al
separe los casos de autis• mo de otros TEA [105]. Por otra
tiempo que supone una clara ayuda para reducir la angustia de la
parte, se trata de una entre• vista muy extensa que, si bien
familia. Por tanto, el diagnóstico precoz de los TEA es una exi•
es útil en la investigación, resulta excesivamente prolija en
gencia terapéutica y social que se ha de llevar a cabo. Con los
la clínica. Los autores han editado una versión abreviada
conocimientos actuales, se podrían diagnosticar los TEA bastan•
(ADI-R-short edition) que alivia algo este problema, pero
te antes de la edad promedio en la que, en la práctica, se efectúa.
es todavía excesivamente amplia para la actividad
En gran medida, el diagnóstico precoz de los TEA depende
asistencial.
del reconocimiento de una serie de manifestaciones clínicas,
– PIA (del inglés Parent Interview for Autism): es una entre• muchas de las cuales son preocupaciones expresadas por los
vista estructurada destinada a padres de niños pequeños padres. En consecuencia, es fundamental que en atención pri•
con un posible trastorno autista [106]. Consta de 118 ítems, maria se conozcan estas manifestaciones y exista suficiente
organizados en 11 dimensiones, que evalúan varios sensibilidad para recoger convenientemente las inquietudes
aspectos de la conducta social, las comunicación, las que trasmitan los padres sobre ellas. Además, han de existir
actividades repetitivas y el comportamiento sensorial. Su equipos multidisciplinarios especializados en TEA, adecuada•
aplicación re• quiere unos 45 minutos. Goza de aceptables mente coordinados con la atención primaria, que puedan llevar
propiedades psicométricas [106]. a cabo las últimas fases del proceso de diagnóstico, definir el
– CARS (del inglés Childhood Autism Rating Scale): es una perfil de cada caso y poner en marcha el programa de trata•
escala de evaluación de conductas por medio de una entre• miento específico [114].
vista a los padres y de la observación del niño [107-110].
Todo ello requiere la creación de una red sociosanitaria
Identifica retrasos en el neurodesarrollo, problemas en la
específica, anclada en la propia comunidad, desde los servicios
imitación y las relaciones interpersonales, resistencia al
de atención primaria y los centros de educación infantil, con
cambio y afecto inapropiado.
programas de información para los padres y conexión directa
– ABC (del inglés Autism Behavior Checklist): contiene 57 con equipos multidisciplinares especializados en trastornos
descripciones de conductas anómalas propias del autismo neu• rocognitivos de la infancia [5].
que se agrupan en cinco áreas sintomáticas: sensorial, rela•
ción, uso de los objetos y del propio cuerpo, lenguaje, auto•
nomía social y personal [111].
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