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LA VIOLACION DE LUCRECIA. UE WRI y este opiseulo, supériluo. © La cor ter, no el mérito de m acogida. Lo que como parte agrado, vuestro es tam~ mi vale, is grande, mayor pareeeria este tal como es hoy, va dedieado quien deseo larga vida acompafiada de incesante ventura. Do Vuestra Sefiorfa, siempre agradecido es jonio tengo de vuestro noble care rima, es la que promete Wi » ARGUMENTO. ino, apellidado el soberbio & causa de su excesivo orgullo, despues de haber hecho asesinar crue mento & su suegro Servio Turlio y de haberse apoderado ds trono contra las leyes y costumbres de Roma, sin pedir ni esperar los sufragios del pueblo, fut 4 poner sitio & Ardea, acompafiado de sus hijos y de otros nobles romanos. Durante el asedio, reunidos una tarde los principales cau- dillos det ejército, en la tienda de Sexto Tarquino, hijo d rey, ¥ hablando de sobremosa, se dieron encomiar las vir~ Indes de sus mujeres; siendo esto causa de que Colatino pre- gonase la incomparable castidad de su esposa Lucrecia.—En alas de su alegre humor, se dirigieron todos é Roma, deseosos de comprobar con su inesperada y repentina presentacion la verdad de lo que antes habian sostenido; pero solo Colatino, 4 pesar de hallarse adelantada la noche, hallé & su mujer hilando en union de sus criadas; las esposas de los otros fue- ron sorprendidas en bales, fiestas y diversiones parecidas.— Los nobles romanos, visto el caso, discernieron el triunfo & Colatino y la gloria & su mujer. Sexto Tarquino, al contemplar 4 Lucrecia, qued6 pren- dado de su hermosura; pero sofocando por el momento su pasion, volvié al campo con sus compaiieros.—Poco tiempo despues partié en secreto y fud, eonforme a su rango, honori— ficamente recibido y hospedado por Lucrecia en Collatium, —Durante la misma noche, el principe se introduce traidora- mente en Ia aleoba de la viola esta, y huye eo) primera luz del dia,—Luerecia, en su lamentable situacion, perder instante, dos mensajeros, el uno & Roma donde esti. su padre y el otro al campo de Colatino.—El pa- dre y el esposo Hegan, acompafiado el primero de Jun Bruto y el segundo de Publio Valerio, y hallando Luci vestida de luto le preguntan la causa de su dolor.—Ell pues de arrancarles un juramento de venganza, descubre al culpable, dice los pormenores se da de pufaladas. ‘Al ver esto, todos undnimes hacen voto de ex por completo 1a odiosa familia de los Tarquinos. Llévanse & Roma el cadiver; Bruto revela al pueblo el nombre del cul- pable y los detalles del erimen, vectivas contra la tiranta del rey. vamente, que por aclamaeion general decret6 el todos los Tarquinos y sustituyd al gobierno de los reyes el le los cénsules LA VIOLACION DE LUCRECIA. Alojéndose 4 toda prisa del ejéreito romano que sitiaba & Ardea, eonducido por las pérfidas alas de un culpable deseo, el imptidico ‘Parquino leva & Collatium el invisible fuego, que oculto en pilidas cenizas, se halla pronto brotar y & envolver con 5 ardientes lamas los encantos ' de Luerecia la cas- ta, el dulce amor de Colatino. jAy! ese titulo de casta avivo desgraciadamecte el aguijon de su imperioso apetito cuando Colatino se di6 4 celebrar sin cautela * el incomparable 10 bermellon y la blancura que brillaban en ese firmamento do su felicidad, en que estrellas mor- tales, tan Iuminosas como los esplendores celes- tes, guardaban para él solo sus puros reflejos. i cyan Tapp" ly extoran CCC or * LA VIOLAGION DR LU 3, ¥1 mismo, la noche precedente, en la tienda de Tarquino, habia revelado el tesoro de su dicha, * habia hecho conocer la inestimable riqueza que le habian coneedido los cielos en la posesion de su bella consorte, estimando tan subidamente su for~ tuna que, si bien a su juicio, * los reyes pudieran compartir més gloria, ni rey ni sofor podia unirse & mujer mas perfecta, jOh ventura, que tan pocos séres conocen! jven- jura que apenas gustada, pasas ® y te evaporas co- mo el liquido, ? plateado rocio de la mafiana ante los fulgentes rayos dol sol! {Momento pasado antes de su efectivo comienzo! EI honor y la belleza bajo la guarda del propio favorecido, poca resistencia ofrecen contra un mundo de asechanzas. to poraao antes de Dexa tus exaias edenacT te bpuns Cp Cy Cr as LA VIOLACION Di pregon, resalta d los ojos do los hombres; jqué ne- cesidad, pues, de enaltecerla, de evidenciarla, siendo ian fulgente? ;Por qué Colatino ha hecho conocer la rica joya que hubiera debido ooultar 4 Jn ponotracion de los raptores, como su bien mas caro? # ueREcta, ‘Tal vez el elogio de a soberana gracia de Lu- crecia fud el que tenté 4 ese arrogante hijo de un rey, pues el oir es causa frecuente de las seduecio- nos del corazon humano, Tal vez fé el panegirico do una prenda tan valiosa y que sobrepujaba todo simil, el que irrité In altiva y preocupada mente de ‘Tarquino, humillado de oir enoumbrar 4 wn infe- rior el rico tesoro que sus prineipes desconocian. 7 Sea lo que quiora, una temeraria inspiracion presta alas a su més tomeraria premura, * Dando al olvido su honor, sus deberes, sus amistades y su rango, todo en suma, corre con afan vertigi- noso ® para extinguir el fuego que inflama su co- razon, {Oh vivo y engafioso ardor, despojo del frio arrepentimiento, tu anticipada primavera muere siempre sin aleanzar madurez! " gut necesdad-Whot neoleth—nesdat Gi cela mapology—olopes Bl. Cam. mappotopeC 1S —ponctracica —curs.sver Ion, WG MelaThatet he Cy —indema ows my 4 0 Llegado & Collatium, el desleal principe es bien acogido por la matrona romana, en cuyo rostro la delleza y Ia virtud se disputan 4 porfia el sosteni- miento de su renombre, Cuando la virtud pre- tende relucir, la belleza enrojece de pudor; y si esta muestra orgullo en sus colores, la otra, con- traridmdola, cubre todo este oro con un blanco de plata. 9 La belleza, revindicando empero esta blancura, este campo argentino, afirma que le viene de las palomas de Venus; la virtud reclama en cambio & la belleza el divino bermellon que ella presté 4 la edad de oro para iluminar sus plateadas mejillas, bermellon que, 4 manera de eseudo, aprendieron 4 usar estas tiltimas, cuando acometidas y asaltadas por el pudor, la blancura tenia que ampararse tras el carmin, " 53 —cltat Morons er Testor Bi Malone (720, 55 5 La VIOLACION pe LucRECIA leza, mitad rojo de virtud, campeaba en el rostro de Lucrecia. Belleza y virtud, reinas de sus colo- res respectivos, podian establecer su derecho desde la infancia del mundo; mas su ambieion las man- tenia en lucha perenne, y ambas, grandes en po- der, se arrebataban miituamente sw tron Sobre el campo de faz tan peregrina, ® contem- pla Tarquino esta muda contienda de lirios y de rosas; su mirada traidora se entremezcla en sus nobles filas, y ya en ellas, temiendo ser viotima de ‘su contrario choque, el cobarde, vencido y cautivo, se rinde & los dos ejércitos, que de buen grado le dejarian libre por no triunfar de un enemigo tan bajo. * 1 Este comprende al fin que Colatino, el prodigo avaro, que ha encomiado tanto 4 Lucrecia, se ha mostrado superficial y corto en las celebracio- nes de una belleza que excede en mucho a sus estériles elogios. Hechizado, pues, " el principe, Mena con el ponsamiento, en el mudo éxtasis de su prolongada * contemplacion, lo que faltaba all panegirico del esposo. 6 80 85 9° 2 LA VIOLAGION DE LUCRECIA. 13, Besta santa de Ja tierra, adorada por este Lu- cifor, nada sospechaba del pérfido idolatra, pues los castos pensamientos sueftan el mal pocas ve- ces. Los pajaros que no se han visto enyueltos on la liga, jams so cuidan de ramas traitloras. Por esto, toila confiada, la inocente Luerecia brin- da noble ® y vespetuosa acogida a su real hudsped, cuyo porverso interior no dejaba ver externamente su maldad. 14. Encubriendo su mal designio con la dignidad de su rango, ocultando el vieio inmundo ® on los pliegues de la majestad, nada en él acusaba extravic, como no fuese, en contados momentos, la oxtraordinaria sorpresa de su mirada, que abra- zandolo todo, no se daba por satisfecha; que pobre- mente rica, se hallaba miserable en su optlencia, y que harta ‘de tesoros, anhelaba siempre acrecen- tarlos. Luerecia, que aunea habia resistido los ojos de 95 105, 5 cattos pansemion‘ce—anstal Meuphtroneein'e Cy Cy Cy. ‘ —el—oamof Oilaba. (6 “eavceltor lim Texto eon Ch, Cys Cys Cytimel BA, Camhatimtd A toughts=vnsind thoughts Ch, Cys Cy: Com 1 C fue onnt Cyto Cs Ce & : La VIoLACTON Ds LiveRzoxa un extrafio, no podia comprender la expresion de Jos clocuentes que la miraban ni descifrar los va- liosos secretos brillantomente estampados en Ins ‘transparontes margenes de semojantes libros. ® Ningun raro ineentivo la estimulaba, ningun ries- go preveia. Los atrovidos ojos del principe le de- mostraban ‘inicamente que estaban abiertos y que veian. " 16, ‘Tarquino le cuenta la gloria adquirida por su marido en los anos de la fértil fialia, Uena de elogios el gran nombre de Colatino, que este ha ilustrado eon sus varoniles proezas, sus rotas lan- zas y sus victoriosos laureles. Ella, alzando las ma- nos, expresa su regocijo y da mudas gracias all cielo por semejantes trinntos. "7 Para més disimular el proyecto que le trae Collatium, el principe se justifica de su presencia en ella, y ni el més simple, nebuloso indicio * de cruda tempestad aparece en su tranquilo semblan- te ® hasta que la noche sombria, madre de la in- quietud y del terror, extiende sobre el mundo sus lobregas tinieblas y encierra al dia en su prision subterrénea, * 18) mene naan tt Cy Ce ns ory 130 uf tereclos Texto ¥ BA taco de Mloue--svdtie hing Cosbil iL —madze—nothor Tertay Bl. Camm. con Cy, Cy, Cy. Cymt mre Ca Co Cp s LA VIOLAGION Dz LUcRECIA. 18. Si, Hegado ese instante, Tarquino se hace con- ducir st lecho afectando lasitud y vendimiento de espiritu, pues desde la cona habia pasado el tiempo en departir largamente con la asta Lucrecia. Era la hora en que el suefio de plomo lucha con las fuerzes de la vida, hora en que todos so dan al descanso, y en que solo velan los ladrones, los cui- dados y las conciencias intranquilas. ‘9 Velando como ellos, Tarquino repasa en su mente * los diversos peligros que puede traer el cumplimiento de su deseo, y aunque sus débiles, infundades esperanzas, * le aconsejan renunciar & 41, predomina siempre el afan de realizarlo. El ansia de veneer tiende incansablemente & la vieto- ria; y cuando un gran tesoro es el procio que se agnarda, aunque Heve consigo la muerte, la muer- ie no se tonia en nta. 20. Los que desean mucho, se afanan tanto por ad- 135 140 150 1a VIOLACTON Dr LUGREC, 6 quivir, que tiran y derrochan sin provecho Io que sin poseer, tienen en sus manos, y asi, por aguardar Jo més aleanzan ® al fin lo ménos. Y si consiguen. 155 adelanto, cl frato de él os solo una saci inquietud tan constante, que se ven arm por la pobre riqueza ® de sti medro. Elafan humano aspiva sobre todo mantener la existenciacon honor, bienestar y eontento hasta 160 su fin, y en alas de tal deseo Iuchamos con tantos escollos que ® exponemos un bien por todos, 6 to- dos los biones por uno, Este arriesga su vida por el honor en la terrible furia de las batallas, aquel su honor por las riquezas, y 4 menudo esta propia ri queza trae consigo la muerte y In pérdida de todo. 165 22 Asi, en nuestros locos intentos, * renunci i lo que somos por lo que esperamos ser, y esta torpe, ambiciosa fiebre de poseerlo todo, nos ator- menta tanto con la deficiencia de Jo que tenemos, 70 que no nos euidamos de lo poseido, y solo por falta, 08 152 —que...JowThat what Texto y BA, Camb. com Cy Cy: Ce, CyePhat oft Ca ama Cy Cy, Cyan Toga their Cy 18? —arrulaedoe—bankrupt Texto y H8. Camb, eon Gilton.abdctrout Chae vou Ge Cs, Cu Cu Cgbontrout Cy 161 —en-iowOm Ce. 161 —lecos—illmalt Linttt y Gin, = LA VIOLACION Ds LUCRECIA. de rozon reducimos & nada lo que queremos au- mentar. 23, ‘Tal os la ventura que va i correr el insensato ‘Tarquino; saerificar su honor por cumplir sus afanes y tener por si propio que perderse. ;Ay! jle quién fimse, si no puede uno arse de si mismo! {Como sofia on la sensatez de un extrafio, cuando uno, por si propio, se arruina, * se entrega 4 la calummnia y ‘i nna vida miserable y odiosa? 4 EI sndario de la noche vela al fin por completo la natnraleza; ® un suefio profundo cierra los ojos humanos, ninguna propicia estrella presta su luz, solo se oyen los gritos nefastos que lanzan las le- chuzas y los Lobos. Es el momento favorable para sorprender 4 las inocentes ovejas. Mientras los pensamientos puros duermen en paz, la lujuria y el homicidio volan para mancillar y destruir. 25. En tal instante, el noble libertino salta de su 180) —y— anlmona Oy Cyt Latte y Gikun 18) Cyide yeti Linuott y Gi ISD Majormayesrme Cy Ce Ce ss ystems vvake, Text con Stal Unter Ea, Cam con os Ce re 180 135 1A VIOLAGION DE LVERECIA ® lecho, se echa bruscamente el manto subxe el bra- igo 20, y febril, es presa & un tiempo de la inquietud y cl deseo. El uno le halaga duleemente, Ia otra le predice desgracias; pero la noble inquietud, redu- cida por los impuros eneantos 4 ijuria, se ve atropelladamente compolida & batir en retivada, ® igs 4 ofecto del rudo y frenético atague de su con- trario. 26, Golpeando suavemente con su espada un peder- nal para hacer salir de la fria piedra chispas de fuego, ® Tarquino logra encender sin tardanza * 00 un hachon de cera, que debe ser la estrella polar ® de sus ojos impitdicos, y dice asi mentalmente 4 la lama: «Como he hecho brotar este fuego del frio guijarro, haré que Lucrecia sueumba & mi capri- cho.» 205 27 Ein soguida, palideciendo de temor, reflexiona en los peligros de su culpable empresa, piensa in- teriormenta on las sucesivas ® desgracias que pue- den originarse, y con mirar desdefioso, ridiculi- zando el palado Topaje de su matadora lujuria, "210 dirige estas justas reconvenciones 4 su delineuente pensamiento: 399 —hacor oma Ce Co, Cr 2) heehomenfre downforeed Ra. Cun 28 —refexionnpremeditstomprenetinw Ce forte Ch, s LA VIOLAGION D wucracta, 28. «[Laeida antorcha, estingue tus reflejos y no los prestes para rebajar 4 la que en brillantez te so- brepuja! [Morid, pensamientos saerilegos; morid ® antes de manchar con vuestra infamia lo que es divino! jOfreced puro incienso en tan puro taber- ndculo, y que la sensata humanidad aborrezea una accion que deslustea y empatia la nevada, vest- dura # del casio amor! 29 »0h baldon de la nobleza y de las Iucientes armas! jNegro deshonor del sepulero de mi fami- lial ;Acto impfo que comprende los més torpes atentados! ;Un hombre de guerra, esclavo de una pasion “* voluptuosal E] verdadero valor debe te- ner siempre el verdadero respeto de si mismo. ;Ah! mi erimen es ton infame, fan ruin, que quedard grabado sobre mi frente. 3o. »Si, aunque muera, la ignominia me sobrevivir’ y seré una mancha en el oro de mi escudo de ar- mas. El heraldo inventaré algun degradante cuar- tel © para atestiguar mi loca pasion, y mis descen- WO Si —Voom Ter Ue La vi LACTON DB LucRECtA © dientes, avergonzados de esta alegoria, maldecirin mis cenizas y no tendrdn 4 crimen ol desear que Yo, su padre, no hubiese existido, 235 3h »4Qué es lo que gano si aleanzo Lo ¢ Un suefio, un soplo, la burbuja ® de un placer efi- mero que paga con una semana de tristeza la satis- faceion de un minuto, 6 que vende la eternidad para conseguir una fruslerial ,Quién por una uva ago delicada destruye 4 sabiendas la vifia? ;Cudl es el insensato mendigo, que tan solo por tocar In. coro- na consintiera en ser instantsneamente aplastado por el cetro? »Si Colatino sospecha mi intencion, zno es fiteil 245 que se levante, y en su furor desesperado, acuda aqui para oponerse 4 este vil designio, i este asedio que estrecha su télamo, a esia deshonra de la mo- codad, & este percance de la cordura, & esta muerte de la virtud, 4 esta infamia imperecedera, cuya perpetracion arrastra un oprobio sin fin? $ 33, a hallaré mi mente cuando me 25 cB Com, 213 —aplesade-atrocken dows? Testo y Bi stroke on doris Sin interrogation Ce. C b. can Cy. Cpomstohé C= 2 » ray crow be Luexse eohes en cara tan negra accion? Mi lengua enmu- decer4, temblaran mis débiles miembros, quedarin sin luz mis ojos y sin sangre mi pérfido corazon Cuando el delito es grande, es mayor ai mordimiento, y el remordimiento exeesivo, inea- paz de fuga y resistencia, muere como el cobarde, en medio de terribles convulsiones. 34 »$i Colatino hubiese matado 4 mii hijo 6 & mi pa- dre, si hubiese armado asechanzas contra mi exis tencia, si no fuera mi leal amigo, mi afan de pa der & Lucrecia tendria la exeusa de la venganza 6 do Ins ropresalias. Pero como es mi deudo, como es mi intimo, el crimen, el baldon, jamés aleanza- rin disculpe. 35, JA! si Legan saberlo—jqué oprobio! es una aceion abozainable—Pero el amar no es delito; yo 6 su amor:—No, ella se pertenece;— qué en suma? una negativa, reproches: mi voluntad es firme, la débil razon no sabra quebran- tarla. El que teme una sentencia 6 la moral de un anciano, se dejaré intimidar por un tapiz. alegé- rico. 36. De tal suerte lucha el sacrileyo entre su fria 265 ta viows YON pe wweRBCLA conciencia y su ardionte pasion, hasta que al fin destierra los nobles pensamientos y exeita el triun- fo del instinto grosero, que en un segundo confun- dey aniquila toda honrada influen o domi hasta el punto de presentarle emo accion merito- ria lo que es una infamia. 39 «Me dié afectuosamente la mano, dice interior- mente Tarquino, quiso ansiosa leer en mis ojos presivos, recelando algo siniestro de la. hueste en que milita su adorado Oolatino. Ah! jcdmo avivo el miedo sus mejillas! Primero, purptreas como rosas sobre un blanco lino; ** en seguida, blancas como el propio lino sin las rosas. * 38 »Luego, al sentir que mi mano aprotaba la suy en alas de un leal presentimiento, se estremecié sin querer, y presa de mortal angustin, no ees6 ya de temblar hasta que obtuvo satisfactorias nuevas de su amado. Entonces sonrié de un modo tan dulce, que si Narciso hubiese contemplado su as- pecto, el amor de si propio no le hubiera impul- sado nunca 4 sumergirse on las ondas * a eel Gay Cy 280 290 295 @ LA VIOLACION DB Li 3g. »Asi pues, 74 qué buscar pretextos ni excusast Todos los oradores son mudos cuando habla la be- Teza. Pobres desmanes impresionan & pobres des- vyenturados; el amor no prospera en corazones que se amedrentan de las sombras. El amor es mi cau- dillo, é1 me guia, y cuando ondea su expléndido estandarte, el mismo cobarde ® lucha y no quiere ser vencido, 40. »jAtrds, pues, miedo pueril; termina, vacilacioi Juicio y prudencia, ® servid de escolta 4 la rugosa vejez! Mi corazon nunca contrariaré 4 mis ojos; la grave ® calma, las profundas reflexiones, son pro- pias de la experiencia; yo represento la juventud, y esta las escluye de su escenario. El afan es mi piloto, la hermosura es mi presa. ;Ah! ;Quién teme inse 4 pique en busca de tal tesoro% Como el trigo candeal invadido por la maleza, ‘01TH ta. Camb, nin la coma & ejemplo de 18 Ue $800 —Juieio y prulencia Resp BA. Camb. ‘30 —s:n pronies—bescem Texto con Malone i euden, Texto coa Malone coe 300 305 1A VIOLAGION x LucKBcta la prudente inquietud se ve casi sofocada por la irresistible concupiseoncia, ‘Tarquin avanza far- tivamente, inquiriendo con atento oido, leno vergonzosa esperanza y presa de febril recelo; mas recelo y esperanza, savélites al fin de la injusticia, le turban de tal modo con sus opuestas sugestio- nes, que tan pronto se inclina 4 transigir como # porsevernr. 42. La celestial imagen de Luerecia reina en su pensamiento, y al lado de ella se alza tambien la de Oolatino: la mirada que fija sobre Ja primera le turba la razon, la que detiene sobre el guerrero, més lena de pureza, rehusa contemplacion tan pérfida y hace una virtuosa Hamada al corazon del principe. Pero este corazon, ya vieindo, adopta cl partido peor. 4B Si, allé en su fondo, estimula los agentes que le sirven, y estos, lisonjeados por la favorable de- mostracion de su Arbitro, vuelan al fin de su an- siedad eual los minutos al fin de la hora, * rivae lizan en audacia con su capitan y pagan més ser- vil tributo del que deben. Asi, loco, en alas de sus infernales deseos, el principe romano se dirige é la aleoba de Lucrecia. BLL —oofcnde—chok!dchted Bs, Cont elone Lato ete cy 35 320 330 338 % LA VIOLACION DR LUCRECIA 4 Los eerrojos que se interponen entre su volun- tad y el lecho de la matrona, forzados uno despues de otro, van abriendo paso; pero al eeder, todos dejan oir un rechinamiento acusnlor que hac adopiar precauciones * al furtivo ladron. Los um- brales rozan las puertas para denunciarle; ™ las comadrejas, crrantes noeturnos, chillan al verle en su camino y Je infunden sobresalto; pero él, 4 pesar de su miedo, marcha siempre adelante 43 A medida que cada puerta, despues de resistir, Je tranquoa entrada, al través de los respiraderos ¥ de las pequefias ® rajas de las paredes, el viento lucha con su antorcha para detenerle y le envia 4 la cara el humo que esta despide, extinguiendo 4 intervalos " 1a claridad conductora; pero el ar diente corazon de Tarquino, abrasado de loco de- seo, exhala un soplo contrario que reanima la an 46. A favor de esta luz que le aclara, descubre un 348 380 358 LA VioLAGION pe Lucnsea guante de Luerecia, guante que conserva la aguja de esta filtima; Tarquino lo recoje del suelo, done Jo vé abandonado; mas no bien lo estrecha, la aguja ® le pica el dedo como diciéndole: Este guante no esti habituado & juegos licenci sefiora rebosan castidad. 47. Todos estos inesperados contratiempos no lo- gran, sin embargo, detenerle; ol prineipe interpro- ta su oposicion del modo més absurdo; las puertas, el viento, el guante, que han paralizado su andar, son para él detalles accidentales do In empresa; * son como esos engranajes reguladores del activo minutero, que con pausas uniformes retardan In marcha del altimo, hasta que cada division del cundrante pagn su trascurso de tiempo fila hora. 48. «Si, si, dice Tarquino en su interior, estos suce- sivos pereanees * son como las pequefias heladas que interrumpen 4 veces la primavera para dar mayor encanto al retorno de esta, y ofrecer 4 los desconcertados ® pajaros nuevas ocasiones de itd oi 360 370 ws. {LA VIOLAGION DE LICRECIA, trinar. La fatiga es el constante tributo de toda valiosa presen. Enormes pefiascos, fuertes venda- yales, crueles piratas, escollos y baneos de arena, tiene que arrostrar el navegante antes rico rra.> 49) ‘Tarquino llega por fin 4 la puerta que le separa del cielo de su pensamiento: un décil pestillo es lo finieo que le aparta del objeto divino que busca. La impiedad le ha extraviado 4 tal punto, que se pone & rogar por la vietoria, # cual si los ciclos pu- dievan autorizar sto No, on medio de su estéril plegaria, apenas ha dirigido su voz al Poder eterno para que le otorgue el dulee encanto ® de sus criminales delirios, para que en tal instante le sean propicios 1os hados, presa de un tamblor repentino, exclama: «jSerd fuerza que la deshonre! * los dioses que yo invoco detesian esta accion; je6mo pueden ayudarme 4 cometerla? Nailas que el amor y Ja fortuna sean mis diose 380 390 95 eympray C1.Cy. Cx Ce 1A VioLAcioN x newer mis guias! Mi voluntad se cimenta en la audacia. Los pensamientos no son mas que suefios en tanto que no se haceri patentes sus efectos; la absolucion lava el més negro pecado: el hielo del espanto se disuelve al fuego del amor. Los ojos del ciclo estan cerrados y la brumosa noche oculta Ia vergiienza que sigue 4 Ia dulce volupt Dichas estas palabras, la culpable mano del prin- cipe levania el pestillo y su rodilla abre de par en par el cancel. Imerecia, la paloma de que intenta apoderarse este buho nocturno, duerme profunda- mento} si, la traicion acecha, pero el traidor no es acechado. El que apereibe la emboscada serpiente, huye de su direccion; pero la infeliz romana, libre de inguietud y entregada al reposo, yace 4 Ia mer- ced de su dardo mortal. 53 Tarquino penetra despiadadamente en la estan- cia ® y contempla el atin inmaculado lecho. Cor- ridas las cortinas de esta, yerra 4 su alrededor, volviendo en sus drbitas los avidos ojos, euya ex- trema alevosia subyuga por fin el alma. El corazon moieek Cr 400 405 45 « LA VIOLACION DB LUCRECIA. no vacila, y In mano, obedionte 4 su érden, deseu- » ooulta fla argentina Diana.” 54, Lo mismo que el brillante sol, de rayos de fuego, nos deja sin vista cuando sale repentinamente de una nube, al ser replegadas las cortinas, los ojos de Tarquin se cierran sin poderlo remediar. Ya sea que los ofusque la radiante imagen de Lu- erecia, ya un aparente resto de pudor, es lo cierto se nublan y se mantienen velados. 55. ;Ah! jque no se hubiesen apagado de una vez en su tenabrosa prision! De esa suerte habrian visto el fin de su maldad, y Oolatino hubiera podido atm roposar tranquilo al Indo de Luerecia, en su siem- pre inmaculado lecho. Pero fuerza es que se abran para coneluir esta union bendita: si, & la curiosi- dad de esos ojos, la venerada matrona tiene que sactificar su contento, su vida, sit satisfaceion en la tion 56 Una de sus manos de lirio sostiene su faz de 420 Bs po —fry-peintateary-pondl Ba. Camb. eon Nelones fete bA VIOLACTON pie eons rosa, * hurtando legitimo beso tila almohada, que, irritada, parece dividirse en dos y elevarse de am. hos lados para aleanzar su ventura. Ent dos cimas yace enterrado el rostro de Lucreci 440 cido 4 la admiracion de los ojos impuros * fanos. : Su otra mano eneantadora, fuera del lecho bre la verde cobertura, semejaba por su blanca transparencia una margarita de Abril sobre el césped, recordando su aperlada humedad el rocio de la tarde. Sus ojos, Jo mismo que caléndulas, habian cerrado su brillante cdliz ” y reposaban duleemente bajo un dosel * de tinieblas, hasta que pudiesen abrirse para embellecer el di 445 430 58 Sus cabellos, puros hilos de oro, jugaban con su aliento, ;0h castos voluptuosos! ;Voluptnosidad modestal Hilito y cabellos parodiaban el triunfo 455 de 1a vida en el dominio de la muerte, y los som- brios colores de la muerte en el eclipse de In vida. 499 —hurtand>—Comening = Count ing Cy 85" gu0—Who.=Wnies Gi ‘1 —towteobeade ead Oy. $59 SJugabes—play’smom Cy os 5 Ce Ge C3, CoreCaneniny Cs Cunt ™ 1A VIOLAGION bi LucmCIA Unay otra se armonizaban de tal modo en el suefio de Lucreoia, que lejos de parecer contrarias, se hubiera dicho que la vida vivia en la muerte, y la muerte en In vida. 39: Sus senos, ylobos de marfil, cireuidos de azul, eran como dos mundos virgenes, * conquista de su solo duefio, sin otro yugo que el de su sefior, " al que honraban con sit més eal fidelidad. Esos mundos inspiran una nueva ambicion 4 Tarquino, que, vil usurpador, proyecta hacer bajar del ex- celso trono al poseedar legitimo. 60, jQné portia ver él que no fuese digno de admi- racion? ;Qué podia admirar que no exeitase su deseo? Cuanto veia, inflamaba su delitio, y su mi- vada ansiosa se cebaba en sus dnsias. * Con mis que deleite, se estasiaba su vista en las azules venas de Lucrecia, en su tez de alabastro, en sus labios de coral y en el hoyuelo desu barba, blanca como la nieve. 6 Como el leon feroz juega con sit presa una vez 460 465 479 7 Lun VIOLACION DE LuCRECTA. m que la vietoria ha satisfecho su voraz apetito, ast Tarquino se goza ante esta dormida Eva, tom- plando con miradas sucesivas ® su rabia amorosa, 480 contenido pero no domado; * pues halldndose tan cerca, sus ojos, que han retardado un instante la explosion, excitan 4 sus venas con violencia des- medida, 62. Y sus venas, como viles mandatarios que com- 485 baten por el pillaje, vasallos insensibles que llevan A cabo feroces hazaiias, que se gozan en el asesi- nato y Ia violencia sin cuidarse de Ilantos infanti- les ni maternas siplicas, se hinchan codiciosas esperando el ansiado * ataque. El palpitante cora- 490 zon de Tarquino so apresura 4 marcar Ia fogosa embestida, y batiendo carga, les manda obrar a discrecion. * 63. Su agitado espiritn infunde ardor 4 los encen- didos ojos; estos trasmiten su poder * ai la mano, 495 y la mano, desplegando licencia, abrasada en de- eos, se adelanta y detiene sobre el desnudo seno de Luereeia, centro de todos sus encantos. ®* Mas 469 —materumm—mothers’ Textoy Ba, Cam. cos Malone drs Ce memes’ wing. 42 —earga.—alarum ‘Toxto y Bd. Camb. con Cy. Cy Gy Cyazetorum Cy Cum arm Cy 15 —Eeno—breast =brnss Cy Cy 98 —oontrobeartmhar Cy @ LA VioLAciOs DE LucRECtA. no bien toma posesion, * cuando las filas de venas azules abandonan sus redondos baluartes, piilidas 500 y sin defensa. 64, Todas adluyen hicia el apacible santuario en que duerme su reina quorida, le dan parte de la terrible agresion y la atemorizan con sus confusos ® Sobresaltada en grado extremo la s berana, abre bruscamente los eerrados ojos, que, al darse a luz ® para apreciar el conflict, quedan anublados y confundidos por el humo de la antor- cha de Tarquino. 65, Tmaginaos una criatura arraneada de su pro- s10 fundo suelo, por una vision terrible, en medio de la noche, creyendo haber pereibido un lagubre fantasma, euya horrenda vista ha hecho temblar todos sus miembros: jser4 este espanto? Pues bien, Lucreeia, en sittacion peor, ve realmente, al ser 515 sacada de su sueho, una aparicion que justifiea sus alarmas. 66, Desconeertada, presa de mil incertidumbres, cc a VIOLAGION De LVORECIA. 1 mienza & temblar como un pajaro reofen herido de muerte, ® sin atreverse 4 mirar, pero viendo apa- s20 recer ante sus ojos, medio cerrados, espectros que asumen en un instante formas horrorosas, crea- ciones fantésticns del quebrantado cerebro que, resentido al ver que los ojos esquivan la luz, los amedrenta en las tinieblas con visiones terrori- ss ficos. La mano del principe, siompre fija sobre el seno de Lucrecia, (toseo ariete para muralla de seme- jante marfil), siente distintamente el corazon de la ‘iltima que, infeliz sitiado, rebosando angustia ¢ 50 hirigndose de muerte, ® se levanta y se hunde ha- ciendo temblar con sus sacudidas el brazo del rap- tor. Ménos piadoso al sentirlas, Tarquino, en su ardor creciente, se apresta 4 romper la valla y a posesionarse desu dulce conquista. * 38 68, En son de paz, con acento que parodia una trompeta, principia ante todo por dirigirse 4 la desfallecida esposa, la cual, asomando por encima de sus blancas envolturas su faz més blanca toda- via, quiere inquirir la ocasion de tan brusco asalto. S40 Lea VIOLAGION bE LUCRECIA El principe trata de orientarla con mudos gestos, pero ella, redoblando sus vehementes siplicas, in- siste en saber la causa que le mueve 4 cometer tal maldad. 69. ‘Tarquino contesta: «Rl color de tu tez, que hace 545 siempre palidecer al lirio de despecho y sonrojar de vergiienza 4 la rosa purptirea, responderd por mi y te haré mi tierna ® confesion. El vigoriza la idea que me trae & asaltar este baluarte nunca con- quistado. Tuya es la culpa, pues al dejarse ver, tus propios ojos te han vendido, 70. »Si quieres amonestarme, me anticiparé dicién- dote que in belleza es la que te ha tendido el lazo esta noche, y que ya en él, debes someterte con resignacion mi deseo. Hil te ha escogido para mi sss delicia terrestre. He apurado, para dominarle, todos los medios posibles; pero, & medida que los remordimientos y la razon lo amortiguaban, el resplandor de tu helleza lo hacia renacer. >Preveo las desgracias que ha de atraer mi cri- 560 HL —mados—dum Texto y BA. Camb. con Coondu Cy, Comdunbe Cy Cy Ca.Ce od —ill lit Cy, Cy Cy. Ce ta ihy faethe face Cy 51 Iathe=tin te 519 MesteThy= Tey Lint LA VIOLAGION pe uct 6 men; sé qué clase de espinas resguardan 4 la rose floreciente, sé * que hay junto 4 In miel un agi jon; todo esto me lo ha representado antes la pru- dencia; pero mi deseo es sordo y no escucha con- sejos amigos. HE] solo tione ojos para extasiarse en 565 la belleza y adorar lo que ve sin cuidarse de, leyes ni respetos. n »He pesado en el fondo de mi alma el ultraje, la vergitenza y los dolores de que seré causa; pero nada pudo reprimir el curso dela pasion ni conte- 570 ner la ciega furia de su arrangue. Sé que las li mas del arrepentimiento, el oprobio, los desdenes, el édio mortal seran consecuencias de este crimen, y sin embargo, estoy resuelto & consumar mi in- famia» 55 2p Dicho esto, blande Tarquino su hoja romana, semejante al haleon que, cerniéndose on los aires, cubre la abatida presa con Ia sombra de sus alas ¥ amenaza matarla con su corvo pico si toma vuelo, De igual modo, bajo la insolente espada del roma- 580 no, yace estendida la inocente Lucrecia, oyendo lo ‘it —evimen attempt Pexto y Bd, Cans, can Ci Cy, Oss Ch mates Cy Co Ch 2 —ieodeasa—dindain —dideine Cy 57 —eubreZoueheth-Soust Cy, Cy 1 —alas—wings' Texto Bd, Cam. eon Matone.=stuge Cemta's Ewing, 590 carve crooked-eraok Cy on —oepataalehlon=fouchin Cynon las dente a 106 LA VIOLACION DE LUCRECLA. que este dice con el tembloroso espanto del ave que escucha los cascabeles del halcon. 74 <;Luorecia! exolama el prineipe; tienes que ser me rechazas, alcanzaré fines por la fuerza; pues me hallo resuelto & de- jarte cadaver on tu Jecho, & quitar la vida incon- tinenti & cualquiera de tus miseros esclavos, y, 4 fin de arranearte vida y honra 4 un tiempo, & co- locarlo en tus inertes brazos, jurando que le maté al sorprenderte acariciéndole. p. vAsi, sobreviviéndote, tu marido vendré & sor un objeto de irrision para todo el que lo mire; tus deudos bajardn la cabeza agobiados por el oprobi y tus hijos levardn la mancha de una bastardia 3in nombre, En cuanto 4 ti, causa de su degrada- cion, tu muerte seré un asunto de coplas que can- tardn las generaciones venideras. 76. »Por el contrario, si cedes, permanecoré tu 588 590 598 S80 tap Tay =The Ce Cy DL —eabors—nends—hoar Cy. Seusceedingesweuelny Cy 8 por amigo secreto: la falta ignorada es como un samiento sin realizar. Un ligero mal por un bien grande y Util, pasa por un acto de legitima ha dad. La planta venenosa se mezela 4 pocion mais inocente, y asi empleada, su veneno obra, saludablemente, es 7 «din bien, pues, de tu marido y de tus hijos, con- cédeme lo que pido; * no les legues por toda for- una mancha que nada podrd borrar, una que jamés se echari en olvido, més inde- leble que el sello del esclavo 6 la sefial que saca un 610 jen nacido; pues las marcas que muestran los hombres al venir al mundo, agravios de la natu- raleza, no les deshonran.> 7, se yergue y detiene ada mor basilisco, mientras ella, imagen de la misma pie- dad, y como una corza blanca oprimida por las agudas garras de un grifo en un ™ desierto 1) —oprimide-under—=heneath Cy. Cy Cy 1 [A VIOBACION DE LUCRECIA. amparado, implora 4 la fiera indémita que des noce las leyes protectoras, y solo obedece 4 su G20 79. hh! cuando una nube negra amenaza el mundo, envolviendo en sus sombrios vapores los altaneros picos, de las oscuras entraiias de la tierra se es- capa uma dulce brisa que deshace el apifiamiento as de esas brnmas tenebrosas, é impide, aparténdolas, su inmediata caida. ™ Asi, la voz. de Lucrecia sus- pende el sacrilego afan de ‘Tarquino, ™ y el feroz Pluton cierra los ojos escuchando 4 Orfeo. Bo, Pero el rondador nocturno, el terrible gato, ™* 630 no hace més que jugar con el débil raton, que pal- pita bajo sus garras. La desolada actitud de Lu- crecia alimenta esta furia de buitre, ™ abismo sin fondo que no puede colmar el exceso mismo. El oido acoge Ia. saplica, pero el corazon no se deja 635 penetrar por las quejas. Las lagrimas endurecen Ja lujuria, sin embargo de que el agua desgasta el mérmol. $10, —dasumparedo,—where ere uo Laws. mare Om Gy (7 —desgnta~wear—erry Cystoee Cy, C, Cy tare Cy, Coazeare Cr. LA VIOLAGION DE LUCR La infortunada fija una mirada triste y si cante en el inflexible, contraido rostro del princi- pe, y su easta elocueneia alterna con suspiros que afiaden mayor encanto 4 sus palabras, A menudo rompe el periodo de sus discursos, y de tal suerte Jo falta la vor al emitir sus pensamientos, que los empieza di antes de conelnirlos, 82 Ella pide Tarquino por el grande y prepo- tente Japiter, en nombre del pundonor, de la eor- tesfa, por los votos de la dulce amistad, por el Manto que la invade, * por el amor de Colatino, por las santas leyes de la humanidad y de In £8 co- mun, por el cielo y la tierra, por cilanto g ade eneierran ambos, ella le pide que se vuelva & Techo de hospedage, y que ceda al honor antes que un infame deseo. 83, «jAh!_prosigue Lucrecia, no recompenses la hospitalidad con el negro ultraje que has concebi- do; no enturbies el manantial que ha calmado tu sed; no cometas una irreparable degradacion; (32 —yuelvammuke retirenemey rere 640 635 0 A VIOLAC Is occa abandona tu criminal designio antes de levarlo 4 efecto, No es uin digno eazador ol para herir indebidamente 4 una poh 84. »{Mi esposo es tu amigo; en gracia a él, déjame libre! {TG estas muy alto; en consideracion & ti mismo, déjame on paz! Yo soy una débil criatura, no me tiendas, pues, ningun lazo; tu semblante no es de perfidia, no seas pérfido conmigo; los tor- bellinos de mis ayes luchan para alejarie de mi, Si cupo en pecho varonil apiadarse de los lamentos de una infortunada, conduélete de mi Nanto, de mis suspiros, de mis sollozos. 85, »Todos ellos, como un revnelto Océano, baten tu corazon de roca, especie de amenazador escollo, & fin de ablandarlo con su accion continua; pnes las, iedras, ndigndose en particulas, se convierten en agua, jOh! si no eres més duro que un pedernal, déjate ablandar por mis lagrimas y sé lee piedad penetra por una puerta de hierro. 86. »Te he rveibido ereyendo que oras ‘Tarquino; 665 675 jhas asumido su semejanza para ultrajarle? Toda 6x0 la cohorte celestial escucha mis lamentaciones; ti atacas su honor, ti degradas su nombre de prin- cipe; ti no eres lo que aparentas, 6 por lo ménos, no aparentas Jo que eres, un dios, un rey; pues los reyes, al igual de los dioses, deben regir cuanto oss existe. 87. »,A qué cimulo legardin tus infamias en tus afios postreros, cuando ya muestras tantos vicios en tu Juventud? * Si antes de tu advenimiento te arries- gas 4 una accion tan vil, jqué no osards cuando Gyo Megues & sentarte en el trono? ;Ah! meditalo; ! si el ultraje de un vasallo no logra borrarse nunca, las malas aeciones de los reyes tienen que vivir eternamente, * 88, »Despues de tu maldad, solo el miedo te hard ser cos respetado, al contrario de los monareas felices, & quienes siempre se respeta por amor. Tendrés que transigir con los més odiosos ™ criminales cuando ellos, en sus erimenes, pongan los tuyos de relieve. tbe soedod—onied om har Be ie en Cs ~iuvontuit—spring=pring Ba Cam urring. Cy 2 La Aunque solo sea por temor 4 esto, renuncia 4 tu deseo; ™ pues los principes son el espejo, la es- cuela, el libro en que se instruyen, leen y ven los ojos de los vasallos. 80, »{Quieres ser, acaso, el aula en que aprenda el libertinage? ;Permitirds que lea en ti semejantes leceiones de villania? Quieres ser el espejo en que halle el patrocimio de su maldad, la patente de su oprobio, el nombre que deba escudar su deshonor? Ta antepones In infamia 4 la gloria inmortal, j haces de fu limpia reputacion una vil encubridora. 90. »jTienes poder? En nombre del que te Joha dado, ibyuga cual noble corazon ™ tus rebeldes deseos. No desenvaines la espada para proteger Ja iniqui- dad; pues ta ha sido entregada para exterminar su ralea, ;C5mo podrds Henar tus augustos " debe- res, si tomando ejemplo en tus faltas, "el ver- gonzoso vieio puede responder: De ¢? aprendi el delito, of me amartal—ong lived Texto con Malone, ton Titbyuge—conmantmcomnanded Cy. Cy uate, Cy ua. Comb, ing BA. Cam, y otras 710 ‘eominando con pate LA VIoLAc «Piensa qué degradante especticulo seria con- templar en otro tus actuales excesos! Los hombres ven raras veces sus faltas; su. pareialidad deseolora sus propias transgresiones. El crimen que intentas te pareceria digno de muerte en tu hermano, ;Ah! jeuan ligados se hallan con la infamia los que apartan los ojos de sus propios extravios! 92 «. aguas, dan caudal sus ondas sin alterar su to.» us 94, «Ta, principe soberano, dice Lucrecia, ti eres pidlago y, jay! en tu insondable abismo se engol- fan la negra lyjuria, el deshouor, la infamia, el 745 desarreglo, que tienden 4 deslustrar las ondas de tu sangre, Si todos estos manantiales de corrup- cion alteran tu virtud, verds tu Océano sepultarse enel fondo de un lodazal, pero no perderse éste en ins olas, 70 95. >Sucederd, pues, que tus esclavos seran reyes, y ti servidor suyo; tu nobleza seré rebajada y su ba- jeza ennoblecida; ti serds su dulee vida y ellos tu peg etos—pattyrety Cs, CoCr Tletbute eden Cy. Cy Tegane fall /slse Gita, Sie hie Texto y BA, Cam. eon Cy, Cyt Cye=shie Cy C2 Co Cr Ca Cx Ce. Cr LA VIOLAGION DB Lon, indigna tumba; su oprobio hard tu vergiienza, el tayo su gloria. ™ Las cosas inferiores no debieran 755 eclipsar a las més grandes, El cedro no se humilla al pid del pobre arbusto, no; los humildes arbust. se marehitan al pié del eedro. 96. »Asi, que tus pensamientos, pobres vasallos de tu dignidad...» No me expongas al indisereto dial Su luz m: tward, inscrita sobre mi frente, la historia de los ultrages hechos 4 la inefable castidad y la impia violacion de los sagrados votos del himeneo. Si, el profano que no haya jamés interpretado los ren- glones de un instructive volimen, leerd en mis 9.0 ojos mi vergonzosa desgracia. »Para callar a su hijo, la madre le contaré mi historia y amedrentard 4 su Ioroso pequefuelo con el nombre de ‘Tarquino. Para engalanar sus discursos, el orador asociard. mi oprabio «i la infa- mia del principe; los trovadores que solemnicen Jos banquetes, cantarin mi infortunio, ™ y fijando Ja atencion del auditorio, relataran mi deshonor y el deshonor de Colatino. 21 —aimymoy C 6 hisarie—sterytatria Cy Molen tetera i —Aimenen—wedlocree estchs mates Oy, Cy ei ete. Ce ke 14 VIOLAGION DE LURE! Divs que mi buen nombre, lustre del espiritu," queds sin mancha, en bien de mi es- poso adorado! Si de él se hace un tema de ludi- rio, la podredumbre alcanzaré 4 las ramas de otro tronco, y una inmerecida vergiienza se adherira & un ser, tan inocente de esta culpa mia, como ino- cente lo era yo antes de ahora para con mi duefio. >jOh baldon seereto! miserable desgracia! ;Her da impalpable, misteriosa cicatriz que injuria la frente! “' La infamia queda impresa en la faz de Golatino, y los ojos del principe pueden leer desde lejos esta inscripeion: Herido en la paz y no en la guerra. jAb! jeuintos hay que levan, sin per- cibirlo, estas marcas afrentosas, que tan solo dis- tinguen los que las han causado! 120. »Colatino, si es verdad que soy la guardadora de tu honor, sabe que este me ha sido arrebatado con violencia irresistible. Mi miel se ha perdido, y ya, al igual de un zéngano, no me queda nada de mis ‘12 jensntos ow maa ge oe os A VIOLACION D juveniles tesoros, ** pues han sido sustraidos y arrebatados con infamante latrocinio. En tu débil 950 colmena se ha introducido una abispa errante y chupado la miel que guardaba tu casta >jAh! soy eulpal : Y sin embargo, en honra tuya di acogida al prin- cipe; viniendo de tu parte, no podia despedirle, oss puics hubiera sido una afrenta el tratarle sin aten- cion, Ademés, se dolia de cansancio y hablaba de lealtad.—jOh! jqué imprevisto crimen es el que un malvado revista semejante aparienciade virtud! laa. >4Por qué el gusano se introduce en el tierno ca- allo? Por qué el odioso cuclillo empolla en el nido del pardal? {Por qué los sapos infectan los puros manantiales con insalubre fango? ;Por qué a demencia tirnica ™ se desliza en las almas no- bles? ;Por qué violan los reyes sus propias orde- 965 nanzast No hay perfeecion, tan completa "en si que no tenga su mancha de impureza. oo 193, >Elanciano que amontona su oro, se ve atormen- ty of thy Nonou’s ‘erect; Texto con Mae rash, Cyr, Cymrrares Cy Cpr Sowel ‘eagulio?bud? Texto y Bi, Camb. ureaa,—inpuity te {A VIOLAGION pe LCRRCIA tado por la gota, los calambres, por crueles dolen- cias, y apenas tiene ojos para ver su tes0r0} pues 970 como ‘Tantalo, presa de continuo desfallecimiento, acopia sin fruto la cosecha de su industria, * sin aleanzar otro goce do sus riquezas que el doloroso pensamiento de que no pueden curar sus males. 14. »Asi pues, en posesion de ellas cuando no les sirven do nada, las trasmite en propiedad "4 sus hijos que, rebosando satisfaccion, se apreswran A disiparlas. Hl padre earecia completamente de i os tienen sobrado fuego para conservar po sn maldita, dichosa fortuna. Las dul- «8 quvas que anlielamos se truecan en insoportables hastios desde el instante en que contamos con ellas. 135, >Impetuosos vientos acompafian 4 la benigna primavera; plantas nocivas enraigan con las flores precicsas; 1a serpiente silba donde cantan-los dul- 985 ces paijaros; lo que engendra la virtud lo devora la iniguidad. Todo bien legado 4 poseer por la criatura, viene unido 4 una estrella fatal que al- tera su esencia 6 anula sus beneficios. anlelamoe—svia. foranetih ftCy tba nlswe Foxtel, Com, Con Cy, Cae LA VIOLACTON DE L.vcRECtA, w 136. »Ocasion! ti ores In gran culpable. 'T quo ejecutas la traicion del traidor; la que guia al lobo y pone el cordero en sus garras. Al que me- dita un atentado le fijas la oportunidad; tit ores la. que vejas la ley, el derecho y la razon, y on tu antro sombrio, donde nadie puede descubrirlo, se 99s embosca el mal para apoderarse de las almas que se le acerean. »Ta haces que la vestal viole su juramento; ti atizas la Hama en que se funde la temperancia, {Ta ahogas la probidad, th inmolas la fé! jIndigna complice, intrigante reconocida, sicmbras la ca- lumnia y extirpas la alabanza, ;Corruptora, aleve, ladrona infame, tu miel se cambia en actbar, tu alegria en dolor! 1005 128, »Tus intimos goces llevan si una evidente igno- minia, tus secretas orgias 4 un declarado hastio, ius lisonjeros titulos & un despreciable renom- ro 7 tehim mtn Cy Ce. 6 A Letmplice,-abeifr! Texto Ba, Carb, con Cyt Cs - sis B 3, —Hsonjeronamootbing-emettelag Cy Ca Cr ie 1A VIOLAGION pe LUCRRCIA bre, “ tus melosas frases 4 un acre, desapacible idioma. ™ ‘Tus violentas vanidades no pueden sub- sistir. ;{6mo acontece, pues, vil Ocasion, que sien- do tan maligna suspiren tantos por tf? 129. »{Cudndo seras la amiga del pobre suplicante y le harés Hegar al colmo de su deseo Cudndo fija- rés un término a sus gigantes luchgs? ;Cusndo li- * bertandis al alma que la desdicha encadena? ;Cuéndo darés salud al enfermo y bienestar al doliente? El pobre, el impedido, el ciego, se arrastran, ™ te invocan, se tambalean, pero nunca, Ocasion, dan contigo. 130. »El enfermo sucumbe mientras reposa Escula- pio, el huérfano desfallece mientras come el opre- sor, el juez goza mientras lora la viuda, la expe- riencie rie mientras la peste se propaga: ti no concedes un instante 4 los actos caritativos. La célera, la envidia, la traicion, el rapto, el furioso exterminio, hallan siempre ius horas horribles que Jes sirven de paginas. oa —n sere bitter dt Cs (Gemb, con Cr. Gammel Ia Joss TE 015 1025 ACION pe »Cuando Ja lealtad y la virtud apelan 4 ti, mil obsticulos Jes interceptan tu ayuda, aunque com- pren tu apoyo: el mal, por el contrario, no paga, nunca, Hega gratis, y ta te muestras tan satisfecha, de oirle como de acordarle lo que pide. mi Colatino hubiera podido llegar aqui en lugar del prineipe; pero ti lo has retenido. 13a, »Eres culpable de muerte y de robo, culpable de perjurio y soborno, culpable de traicion, falsedad & impostura, culpable de odioso incesto. Ta eres, por inelinacion natural, cémplice de todos los ori menes pasados, de todos los que han de perpe- trarse; cémplice desde la creacion hasta el fin del mundo, »Tiempo monstruoso, satélite * de la horrible noche, rapido y sutil postillon mensagero de la si- niestra zozobra, " vampiro de la juventud, esclavo falso de los falsos placeres, vil centinela de los do- 101 —zompren tubuy thy) 1a oo pega aunea.—e'er gi Ju —soborso.—aaborntion vu 1030 1035 1040 rey LA VIOLACION De LORRCIA. loves, bagaje del vicio, trampa de la virtud, tit ali- mentas y neabas cuanto existe. Si, si; dyeme, Tiem- po injurioso y variable, sé oeasion de mi muerte ya que lo ores de mi deshonra. 1050 134. »;Por qué la Ucasion, ta sierva, ha hecho alevo- samente (le otro las horas que me diste para repo- sax? ,Por qué ha destraido mi dicha y me ha en- cadenado 4 una era continua de interminables des- ventures? La mision del tiempo es poner fin la safia de los que se odian, devorar los exrores en- gendrados por la opinion y mantener incolume el rico bien de un amor sin mancha. 1085 135, >Gloria del tiempo es poner en paz 4 los prinei- pes guerreros, desenmascarar la alevosia y hacer relucir la verdad, estampar el sello de las edades 00 en las cosas vetustas, velar durante el dia y custo- diar en las sombras, perseguir al ofensor hasta que repare sus maldades, ® arruinar hora tras hora Malone ity ero Cer onet ta—to Acme oo) Cee tw come vets in et LA VIOLACION DE LUCRECIA, ry los suntuosos edifleios ® y oubrir de polvo sts do= 105s rados, relucientes ™ torreones. 136, »Gloria suya ™ es carcomer por todas partes los magestuosos monumentos, alimentar el olvido con los ruinosos vestigios, borrar los viejos pergai nos y alterar sus conceptos, arranear plumas & las alas de los euervos disecados, ™ secar la sivia de las encinas seculares y prestar fuerza a los re- tofios, ' deteriora las antiguallas de acero forja- do“ y dar vueltas 4 ln veloz, eaprichosa ru la fortuna, ™ 37, »Presentar a la abuela las hijas de su hija, hacer del nifio un hombre y del hombre un nitio, acabar con el tigre que vive de matanza, amansar al uni- cornio y al leon feroz, burlarse del prevenido con- virtiéndole en engaiiado, esperanzar al labrador yo80 con wna cosecha abundante y carcomer gruesas piedras con pequefias gotas de agua. 138. »{Por qué haces tanto mal en tu peregrinacion, sino puedes volver sobre tus pasos para repararlo? 107 —alterar attorsater Cy—ifter Cy = LA VIOLACION DE LUCRECIA Un pobre minuto perdido "® en otorgar sensai que presta a malos deudores, te aria adquirir un siglo millones de amigos. Ab! si pudieras dar por no pasada, wna hora de esta noche fatal, ™ yo lograria precaver esta tormenta y evitar agio. en »jOh, tt, perpétuo lacayo de la eternidad! deten en su fuga a Tarquino con cualquier pereance, in- venta conflietos de extremidad nunca vista p: hacerle maldecir esta maldita noche de erimen. Haz que fantistieasvisiones espanten sus malvatlos ojos ¥ que el horrible pensamiento de su perversa aecion * trensforme cada zarza en un monstroso demonio. 40 yTurba sus horas de reposo con angustias ince- tes; atorméntale en su lecho con ahogados so- lozos; haz que, presa en él de lamentables desgra- cias, tenga que exhalar gemidos que no aleancen contniseracion; lapidalo con empedernidos corazo- nes més duros que el marmol, y que las sensibl mujeres, olvidando su sensibilidad, sean con él mas selvaticas que los tigres en su selva. al 1085 1090 1095 LA VIOLAGION DB LUCRECIA, 183 »Dale tiempo para que se arranque los cree los; dale tiempo para que vuelva su furor contra si mismo; dale tiempo para desesperar del tiempo protector; ™ dile tiempo para que viv: como escarnecido esclavo; dale tiempo para que implore las sobras de un mendigo; tiempo para que vea 4 un hombre que vive de limosnas, ne arle con desprecio * Jos despreciados mendrugos. 142. »Dale tiempo para que vea trocarse 4 sus ami- gos en contrarios, y & los alegres locos burlarse de él & porfia; daselo para que note con qué len- titud marcha el tiempo en las horas de dolor con qué rapida brevedad en las horas de aturd miento, on las horas de placer. Si, que siempre 1130 su irrevocable crimen tenga tiempo de Horar un tiempo tan mal gastado. 143. Oh tiempo, preceptor de Jo bueno y de lo malo, enséfiame 4 maldecir al que enseftaste 4 violen- tarme! {Quo ese aleve se vuelva loco ante su mis- s:25 ma sombra! jque trate él propio de matarse 4 Clee 12 —erjmen—erimo=t 1 LA VIOLACION DE LCRECIA, Sus miserables manos solo pueden miserable. Si; qué hombre hay abyecto verdugo * 144. »Nadie tan vil como él, porque, hijo de rey, des- honra st porvenir con actos degradantes. Mien- tras més poderoso es el hombre, mis inspira su eondueta veneracion «t horror, pues Ja suma in- famia se adhiere al rango mis alto. Si las nubes yelan Ja luna, su desaparicion se nota al punto, los pequefios luminares, por el contrario, pueden npunemente. ue. »E] cuerv puede bafiar en un pantano sus alas negras como el carbon, y emprender vuelo sin que el fango de ellas se pereiba; perosiel cisne, blanco como la nieve, quiere hacer lo propio, la mancha lucira sobre sus plumas de plata. Los pobres vasa- los son una noche ciega, los reyes un dia esplén- dido. Los mosquitos vuelan por donde quiera sin dejarse ver, las mn todas las miradas. »jLejos de mi, ™' frases vanas, intérpretes de los 5) ~fucineroo?—alave? sacs. Cy. Cs 15 ide alto,—grentestmorenter Cy, ferakOut=ove nyo 148 LA YIOLAGION cerebros vacios! ;Sones indtiles, débiles arbitros, id, ensayaos en las aulas, donde es un arte Ia dis- puta; intervenid en los silogismos de los estitpidos argumentistas; servid de mediadores & los temblo- rosos clientes! 13 no tengo el menor empefo en defenderme, ™ pues que no hay apoyo legal que me favorezea. 147. >En vano maldigo a la ocasion, al tiempo, & Tar- 1155 quino, & la ligubre noche; en vano lo echo todo sobre mi infamia; en vano lucho contra mi fatal desesperacion; ™ esta initil confusion de palabras no me hace bien alguno. El solo remedio que pue- de curarme es verter mi sangre impura y corrom- 1160 pida, "* 148. »Pobre mano, ;por qué tiemblas ante semejante decreto? Hénrate en librarme de la presente igno- minia; pues si muero, mi honor vivir en ti, mien- tras por el contrario, si vivo, vivirés con mi infa- 1165 mia, Ya que no pudiste defender 4 tu leal sefiora, ya que te amedrenté desgarrar 4 tu pérfido enemi- go, inmélate con tu dueha por haber cedido asi.» 151 Meret Gy. alt Gikon anh Cy Ce CoC Pisefeerd 2a, Camb, LACION DE Lec 149. de un fatal instrumento de muerte; pero su casa, que no es un albergue criminal, no le brinda arma alguna pars abrir nueva salida & sw respiracion que, afluyendo sus labios, se desvanece y eva- pora en el aire como el humo del Hina 6 el que brota de un cafion descargado. 150. «Ein yano, prorumpe Lucrecia, en vano jvivo ¥ dichoso medio de terminar una vida fi nesia: tuve miedo de que acabara conmigo la es- pada del principe, y sin embaggo, buseo un acero para darme la muerte. Ab! cuando tenia miedo 1:80 era una esposa fiel; lo soy atin.—Oh! no, no lo soy; Tarquino me ha despojado de este bello titulo. »Si, he perdido lo que me hacia desear la vida, y por lo tanto, ya. no debo temer la muerte; puriti- cando con esta mi deshonra, estampo al ménos en mi infamado euerpo "un signo de gloria, dando Ons La vionActoN bz LCCRICTA una vida agonizante 4 la voraz difamacion. Triste, impotente remedio, el de quemar, des- pues de robado el tesoro, Ja inocente eaja que lo guardabal yo va, »No, no, amado Colatino, jamas saborearis el mentido beso de la {6 violada; ™ no ultrajaré tu leal afecto hasta el punto de halagarte con un jura- mento desleal. Este ingerto bastardo no aleanzard nunea desarrollo. El que ha maneillado tn idlamo 1195 no hard gala de que eres el padre iddlatra de su progenie, 153. »No se reiri de ti cuando hable 4 solas con su conciencia, no haré mofa de tn infortunio con sus amigos; no, has de saber que tu bien no ha sido y200 innoblemente comprado 4 precio de oro, si ar tado con violencia de tu hogar. Déjame hacer, soy a duefia de mi destino, é infamada, nunca me per- donaré hasta que la vida haya pagado 4 la muerte mi ofensa involuntaria, 1205 154. »No te envenonaré con mi impureza, no disfra- 18 LA VIOLACION DE LUGRECIA, zaré mi falta con escusas diestramente forjadas, no colorearé ™™t de mi crimen para disimu- lar los v Mi boca lod eataraias que Ih s valle, fluiran puras corrientes para pura confesion.» En tanto que asi terminaba la quejosa Filomena el armonioso canto de su dolor nocturno, y que la 1213 noche solemme descendia con paso lento y triste hécia el tenebroso averno, la sonrosada aurora aparece prestando luz 4 los limpidos ojos que se la demandan; pero la atribulada eonsorte se reprocha ol ver y solo anhela que las sombras la enclaustrem 1220 de continuo. * 56, EI dia revelador se desliza ai través de todas las junturas y parece denunciarla en su triste sitial. ‘Oh luz de las luces, dice Luerecia sollozando, jpor qué traspasas mi ventana? Cosa de espiarme; 12:5 seduce con las earicias de tus rayos ® los ojos afin lormidos; no estigmatices mi frente con tn pene- 198 teeta ea pest 1215 —pase—falt Tanto y Bie Camb, con Malone.—yote Ce 12; —tenedowo—uply ove Cymovgty Ce Ce Cx Ca 122) enchant clovmtard be, Texto YE, Cam. 20 trot bas zs Bt Lay LAWION bE LuCENCIA io trante resplandor, pues nada tiene que hacer el dia con lo que pasa en la noche.» ‘Tal impresiona & Luerecia todo lo que ve: el 1250 verdadero dolor es pueril ™ ¢ irritable como un nifio que, desde el instante en que se encapricha, no se satisface con nada, Las antiguas penas, no las recientes, son las que se suavizan; el trascurso del tiempo mitiga las primeras; las segundas, vio- 1233 lentas, parodian al nadador inhébil que zambulle sin pavar y con esfuerzos desmedidos se ahoga por falta de destreza, 138, Igual a este, sumergida en un max de angustias, batalla Luerecia con cuanto se presenta 4 su vista, asimilandolo fodo 4 su martirio; todos los objetos, mos en pos de otros, renuevan la violencia de su afan. Su dolor, mudo 4 veces, carece de expresio- nes; fi veces frenético, se lamenta sin medi 240 Los pajarillos que modulan su contento matinal 1245 exasperan sus congojas con dulees gorgeos, pues la alegria escarva en Ja llaga viva dela angustia, ™ Las almas tristes sufren mortalmente en j ‘compatila; el dolor prefiere sobre todo la socied del dolor. El verdadero pesar siempre halla mar- 1250 cado alivio cuando se pone en contacto con otro pesar andlogo, 160. Ess dos veces morir, ahogarse a la vista de la pla- veces desfalleee, el que desfallece contem- plando el susten el dolor de la hi agravan considerablemente al presentir su alivi Las penas profwndas imitan en su curso 4 un apacible que, si halla obstculos, traspasa los boi des que Je aprisionan. Cuando son contrariadas, 160 no reconocen ni ley ni limites. #* «Hé aqui, en breve resiimen, mi postrer volun- mi alma al cielo, mi cuerpo 4 la tierra, mi 1350 aliento 4 ti, Colatino, mi honor al puital que me hieva, mi vergiienza al que hundid mi preclaro nombre. Y lo que reste de mi gloria, sea In parte de los que vivan y no piensen mal de mi. »Ta, Colatino, pondris en ejecucion mi volun- 1355 tela! * Mi sangre lavaré el escdndalo de mi des- dicha; el noble fin de mi vida hard olvidar la negra accion de mi vida. Débil corazon, no desfa- Nezcas, no; di resueltamente: lévese 4 término. 1360 Vede 4 mi mano, mi mano te vencera; muerto ti, ella moriré contigo, y ella y ti soreis vence- pubal—knife's tne Cy hale la ata i-—Thou, Texte y EA. Camb. con Cy, Cy, Cy=Then ln generated de os texton =Waen Sew 1935 ponds en ejeesionehalt oversee! oxorme Cs, Cy Chan oerne ait 1 owas: 1998 vide. via te. 151 mi mano te veneniny had Chmond tht shal Gilen ied ell mori contig, —both die tat ios Tos demas textos. Cem et 16 1A VIOLACION DE LuCRECIA Asi que Lucreeia hubo isiemente concertado te plan de muerte y enjugado la am: sus Ls brillantes, ae quebrada y sorda ™ llama 4 su doméstica, que, sumisa y presurosa, acude 4 su estancia; pues el deber, en raudo vuelo, se remonta con las alas del pensamiento. Los ojos de la. infeliz matrona aparecen 4 su sierva cual 1370 prados de invierno cuando la nievese derrite alsol. 1305 175 La fimula divige 4 su duefta un timido saludo en son dulce y lento, claro indicio de modestia, y acomodando su aire triste 4 la tristeza de Lucre- cia, pues que la faz de la matrona viste las som- 1375 bras del pesar, no osa irreverente *® preguntarla por qué sus dos soles se ven tan cubiertos de nu- hos, ni por qué inunda el dolor sus hellas me- filles. 176. En cambio, eual la tierra se humedece durante 1380 305% —Wasae—aall Trad. con BA, Camb =Texto eit con Cys Cy melds Cam pasar For why hes tee 1a vioLAcieN bx LueRcra la ausencia del sol parodiando on las mojadas flores los ojos de los que Horan, la famula comienza pregnar los su 4 hace que los de aquella Hloren como una nod abundante rocio. 177. Durante un corto intervalo, ** estas hechiceras eriaturas permanecen inméviles, como dos fuentes de marfil que lenan cisternas de coral. La una Hora con razon, la otra solo tiene el mévil de la simpatia para verter sus lagrimas. El dulce sexo & que pertenecen esté siempre dispuesto a Iorar; so aflige imaginando las angustias de otros, y al ima- ginarlas, se anogan sus ojos 6 se parte su corazon, 390 178 Si, los hombres tienen corazones de mérmol; lJ mujeres corazones de cera, que toman por esto la forma que les imprime el marmol. Débiles opri- das, 4 efecto de la violencia, del dolo 6 la asiu- 1400 cia, sufren las impresiones extrafias. No, no las 4. Ce 1005 otros matharsmeier Cy Cqoary os dens textos 00 onan ne —jnnruemos—y ace ountedte scone 1 La VIOLACION DE LUCRECIA. mala & nuestro juicio la cera en que se hallase es- tampada la imagen de un demonio. 179. Su etitis delicado, raso como una hermosa cam: pifia, #” es necesible al menor reptil que se a tre. Kn los hombres, como en Jes, pululan vicios que duermen confusamente en antros ocultos. ™ Al través de un tabique de cris- tal se hace ver el mas leve corpiisculo: los hom- bres pueden disimular sus crimenes con aire inso- lente é imp: mas el rostro de las pobres mu- jores es el registro de sus propias faltas. 180. Que nadie increpe fla flor marchita, no; que in- calpe al erndo invierno que ha matado la flor: lo qus devora, no lo que es devorado, merece censu- va. jAh! no digais que falta el pobre sexo femenil porque soporta paciente las injurias de los hom- lives; culpad & Los altivos sefiores que imponen & Jas débiles mujeves el vasallaje de su ignominia. 181, Luorecia os ofrece un ejemplo. Forzada en me- 1405 1410 145 ry20 dio de la noche, por la violenta amenaza de una muerte instantinea y del baldon que esta debiera legarle, 4 ultrajar & su esposo, peligros en la resistencia, que un terror mortal se 1423 lar un cuerpo sin vida? 182, A pesar de su estado, la dulee paciencia hace que Ja hermosa Lucrecia se dirija 4 la humilde imigen de su dolor: ™ «Hija mia, dice, spor qué causa 1430 viertes esas lagrimas que caen en luvia sobre tus mejillas? Si Horas por el mal que soporta, sabe, no- ble criatura, que poco adelantards con ello; * si las lagrimas pudieran darme Jas mias me lo hubieran traido. a5 183, Pero dime, buena joven,—detavose aqui, y des- pues de lanzar un profundo suspiro, continud: j4 qué hora partié Tarquino’» !!' —«Sefiora, antes de lovantarme, ropuso la criadas mi perezosa negli gencia es por demas reprensible, y sin embargo, cabe decir, en disculpa de mi falta, que me levanté antes de romper el dia, y que antes de clarear habia partido el’principe. 440 Toate y Ed. Camb. e08 Cs Cas Coy Cy Th Cy Cy Ce iid Cyc ‘0 —porerosn—sluggertontyoie 1% LA VIOLACION DE LUCRECIA 184, »Pero, sefora, sino faltara vuestra don ca, **os preguntaria la causa de somejante triste 1445 za.>—«[Silencio! exclama Lucrecia; site la dijeso, esta revelacion no atenuaria mi dolor, pues excede 4 cuanto es posible manifestar. Verdadero inflerno es esta ertel toriura, euyo sufrimiento no cabe tra- due 1450 185, »Vé, tréeme papel, tinta y pluma;— " no, ahor- rate este trabajo, pues tengo aqui de todo—jQué queria decir? di 4 uno de los siervos de Colatino que se prepare sin dilacion para llevar una carta &su amo, a mi amor, & mi dulce duefio; dile que 1435 se apreste & levarla corriendo; la cosa exige pre mura, la carta estard escrita ahora mismo.» 186, Anséntase la doméstiea, y Lucrecia se dispone & escribir, iniciando con Ja pluma aéreos rasgos so- bre el papel. Su arrogancia y su dolor libran un safiudo * combate; lo que traza el pensamiento lo tacha acto continuo la voluntad: & veoes peca de 460 1A VioLACiON bE LueRECIA. tibio y rebuscado, 4 veces de aspereza_y barbarie; como un tropel de gente ante una puerta de salida, aglomeradas, se disputan el paso sus ideas. 187. Al fin, Luerecia escribe lo siguiente: «Noble es- poso de la indigna mujer que te dirige su vos: yo pido al cielo por ti, y te ruego en seguida, * amor mio, si quieres ver atin & tu Lucrecia, te ruego que acudas con presteza & su lado: yo me confio d tu amparo desile esta nuestra mansion de dolor; mis angustias son inmensas, aunque son breves mis palabras.» 188, Dicho esto, cierra el triste mensaje, incierta ex- presion de su cierta desventura, Sus cortas lineas deben revelar 4 Colatino su desgracia, aunque no la verdadera indole de ella, Luerecia no ha que- vido aventurar explieaciones sobre el caso, temien- do ser juzgada por su marido como una gran erimi- nal antes de haber empapado en sangre la escusa de su impureza, 189, Pero atin tiene otro motivo: la infeliz reserva la 12 —oqui-tere. Testo Hi, Crm, con Cpa Tos dems 145 —aglomeradss ~Throag=Threwh Cy iat Doe Ca, Ce Cyeneaury Los dems tenon, 18 sobre 1465 1470 1480 1 La VIOLACION recta energia y el arvanque de su emocion para prodi- arlos cuando Colatino, ya 4 sw lado, pueda oirla; cuando los suspitos, los sollozos y las ldgrimas pue- dan dorar a tal punto la nube ‘de su desdoro que disipen las sospechas que el mundo pudiera eon- cebir contra ella. *" Para evitar juicios denigran- tes, para que la accion haga mas sublimes sus fra- ses, no ha querilo prodigar éstas en su carta. Igo, Presenci un drama triste cunmueve mis que oir su narracion, * porque, testigos los ojos, tra- ducen 4 los vidos el penoso especticulo que ven; ¥ pues cada sentido solo aloanza una parte del do- lor, los offos vevelan tinicamente un sufrimiento parcial. *" Los hondos eanalizos hucen mienos rui- do que las aguas bajas, ® y el dolor que ha levan- tado un huracan de palabras, amengua, La carta queda un segundo, y leva esta direccion: Para mi marido, con la mayor w geucia. Ardea, Bl correo se halla listo, y Luerecia le entrega la misiva, recomendando al azoriado pos- tillon que vuele con la ligereza de las aves tar- dias * empujadas por el viento del Norte. La mi 2 —no-nat—n Cy 185 ray 1498 a Ac1oN ve extraordinaria rapidez, le parece fastidiosa Ienti- 1505 tud: la emocion extrema quiere siempre los ex- tremos. 192. El niistico esclavo ** Ia hace un reverentesalndo, ¥ confuso ante ella, con ojos atdnitos, recile el pa- pel sin pronuneiar un monosilabo, y parte veloz~ mente con la timider, de Ia inocencia. Pero todos Jos que tienen un remordimiento en el alma, se imaginan que los demds penetran su vergitenza, y por eso eree Luerecia que al esclavo le ha sonro- jado la suya, 135 193 Ant! pobre siervo! Dios sabe que él se turbaba por falta de dnimo, entereza y atrevido * descaro. De esos séres inofensivos que demuestran con ges tos su leal obedieneia, era lo contrario de esos ot que prometen audaces wna excesiva actividad y cumplen 4,su capricho. Vivo reflejo de los pasa- dos siglos, “el eselavo de Luerecia unia 4 un exte- rior honrado una mudez inquebrantable. ** Bon ie ak fen gunarah mPor outward. he Sawell its. Texta y Bl. Camb. e08 Cy ¥ Cele Cyt Cy Cae Coons Cry Sewell rae iosone Cr. 20 LA VIOLACION bi LUCRECLA, how Su ardiente doferencia habia encendido la in- quietud de la matrona, y un fulgoroso carmin ® js25 habia inflemado las mejillas de entrambos; el rubor ra signo para ella de conocer el crimen de Tarquino, ¥ enrojeciendo 4 su vez, habia cla- jos y aumentado con su escruta- dora mirada la contusion del doméstico, Mientras 1530 més veia afluir la sangre 4 las mejillas de este, ms se convencia de que estaba al corriente de st ultraje. 195. Pero ya tarda un siglo para Luerecia el retorno de] esclavo, y el leal servidor acaba apenas de sa- 4535 lir. La desdichada no sabe cémo abreviar las fas- tidiosas * horas, en fuerza de lo mucho que ha suspirado, orado y gomido. El dolor y los sollo- zos han agotado, han apurado 4 tal punto sus li- grimas y sufrimientos, que da breve tregua 4 sus 1540 ayes, buscando un nuevo modo de exhalar su de- sesperacion, 196. reeuerda que hay colgado en su casa 159 —apare' LA VioLacios pe neem i un primoroso cuadro del sitio de Troya, ™ en que al frente de esta ciudad, se ve desplegado * ol ejér- 1545 cito griego, pronto 4 asaltarla para vengar el rapto de Elena, y castigar con In ruina & In empinada Mion, * KI ingenioso pintor ™ habia dado tan arrogante aspecto @ Ia ciudad, que el cielo parecia inelinarse para 1550 1555; 07. Rival de la naturaleza, el arte habia prestado una vida artificial 4 mil objetos lamentables; habia seeas concreciones * que semejaban humanas lé- grimas vertidas por Ia esposa sobre el cadiiver del marido. Testificando el esfuerzo del pintor, ™ la roja sangre * parecia humear, y veianse mori- bundos ojos que despedian la propia, amarillenta luz de las brasas cenizosas que se consumen en las noches osenras. 198, Alli hubiérais visto al activo asaltante inundado de sudor y cubierto de polvo. En las murallas de ‘Troya se percibian claramente, al través de las tro- neras, los rostros de Jos sitiados ** Janzando des- contentas miradas ™ sobre los griegos. Habia en el cuadro fan esquisita verdad, que hasta en aque- 1565 G32 —ertieial—tisens Tostoy B Camb. con 1838 eoous-ry Texto y I. Cad. con Cy ai Cy, 1554 lathes G, 158 —eraitante—poneer Tex ooner aa. on esse ota Ce, air lo dens textos oth Gilden poner 3, Cam, con Ch us La VIOLACION DE LUCRECIA, llas fisonomias de segundo término se hacia trans- parente la tri ae 199. En Ia faz de los principales caudillos griegos ** hubiérais podido notar el aire y la majestad del triunfo; en la de los jévenes resplandecian el ardor 1570 y el habito de combatir. Aislados en diversos pun- tos, habia figurndo el pintor huyendo con paso va- cilante, livilos cobardes, tan exactamente pareci- dos & medrosos villanos, que se hubiera jurado verles extremecerse y temblar. ™* 1595 los ji 200, En Ayax y en Ulises, jeudnta verdad de en presion cabia admirar! El rostro de cada uno ex- presabe. los sentimientos de su alma; sus fisono- mias retrataban exactamente sus caractéres. En los, ojos de Ayax brillaban el ciego encono * y la fe- 1580 rocidad; la iranquila mirada del astuto Ulises anunciaba ‘sagaz penetracion y afable comporta- miento, En son de perorar, como incitando 4 los griegos dtninatit-atl epee of e968 Cy. Cale Off e388 Gym 1A WioLAGION px LcnECtA m al combate, hubiérais podido contemplar al grave 1585 Nestor, con la mano alzada en actitud tan noble, que cautivaba la atencion y atraia los ojos. Su barba, toda ella de un blanco argentino, parecia seguir el movimiento de la boca, y de sus labios so escapaba como un ténue, ondulante aliento, que 1 ia en espirales hasta el cielo. * 202. Alrededor de él se apifiaba una turba de azo- rados guerreros que parecia devorar sus discretas reflexiones, todos en distintos ademanes, pero escuchindole absortos, cual si alguna sirena cau- 1595 tivase sus oides: unos eran altos, otros bajos} la gran exactitud del pintor habia medio ocultado en el fondo los rostros de muchos, que parecian elevar su talla para confundir al observador. ** 203, Habia hombre que, apoyada Ia mano en Ia es- palda de otro, recibia en la faz la sombra que le daba el perfil de su vecino: aqui era un oyente que, al verse comprimido, se hacia espacio con las ca- deras, todo rojo y abotargado; ** alla, otro que, casi sin respiracion, parecia enfurecerse y j mostrando todos en su despecho tales signos de vabia, ® que solo el miedo de perder las valiosas 08 CoG Bs Ls VIOLAGION DE LUCRECIA, palabras de Nestor, pareeia impedir que la empren- s mandobles. ** 204. Si, el lienzo revelaba un gran esfuerzo de ima- ginacion, una concepeion artistica tan armoniosa, tan natural, ® que una mano robusta, empuflando su lanza, * hacia reconocer & Aquiles, relegado al fondo y solo perceptible a los ojos de la intaligen- cia, Un pig, une mano, un perfil, una pierna, una cabeza, basiaban para hacer adivinar un perso- naje. 205 Sobre los muros de la bien sitiada Troya, * en tanto que el bravo Hector, su herdica esperanza, marchaba al combats, so veia un sin mimero de 60 madres ‘Troyanas felicitindose de maneomun al mirar en manos de sus jévenes hijos relucientes armas; mas tal indefinible expresion revestia su entusiasmo, que, como una sombra sobre un fondo luminoso, al través de su vivo contento, ™ pare- 162s descubrirse cieria especie de penoso sobresalto. 206, Desie la costa de los Dardanelos, * sitio de la 1oia —enapuBuntoGriyd Tort con Cy Gripet ymcrip ‘gin —eatanatrn Testo oon Ceeuvand Fa, Cam. eon Rwing, rip Cy, Cgmripte av AciON ve LucnRcrs ‘ lucha, hasta los encafiados hordes del Simois, ** corria la sangre en olas de parpura que, parodian- do la pelea, se atacaban en hinchados volime- nes; * sus liquidas hileras iban 4 estrellarse con- tra la resquebrajada costa, ® y refluian acto con- tinuo ®" para agregarse 4 olas més altas, engro- sarlas ** y lanzar su espuma en las riberas del Simois. 1035 207, Hicia este cuadro de pincel maestro se encamind Luereeia para dar con un rostro en que se hallasen impresos ® todos los dolores; pero aunque ve mu- chos que llevan esculpidas las huellas de la in- quictud, * ninguno contempla que refleje el colmo 160 del sufrimiento y le agonia, ® como no sea el de la desesperada Hécuba, cuyos gastados ojos ** no se apartan de las heridas de Priamo, que ® yace ensangrentado & los pigs del soberbio Pirro. 208, El pintor habia personificado en Hécuba las rui- 1635 nas del tiempo, el naufragio de la belleza, el reino do la siniestra zozobra. * Su semblante aparecia desfigurado con grietas y con arrugas; de lo que habia sido no quedaba el menor resto; Ja azulada 168) —seto ontinuo—thanms 18 Tipreace—a 1648 qa Whicb= io 1) —reino—roign—reine Cy, iS —agratan shape Texto y HA. Camb. con Cy =ehps as dems Fa 1 LA VIOLACION Dz LucRRCIA sangre se ‘ido en sus venas todas agotado el manantial que nutria sus contraidos masculos, * venia ser como una vida aprisiona- 1650 En este lagulre espectro concentra * Lucre- cia sus miradas, ajustando su angustia & la triste expresion de la anciana, 4 quien solo falta un grito para responderla y amargos reproches para mal- decir 4 sus crucles enemigos. El artista no era un dios para otorgar acentos 4 la figura, y Lucrecia, que lo comprende, jura que ha obrado mal el pin- tor dando & aquella un dolor tan acerbo sin con cederle palab 210, «Pobre instrumento mudo, exclama la infeliz, ‘Yo prestaré mi lastimera voz A tus congojas y ver- teré dulce balsamo ** en la pintada herida de Pria- cas mo; yo maldeeiré 4 Pirro, ®* que le ha dado muer- te; extinguiré con mis ligrimas el prolongado in- cendio de Troya, y con mi cuchillo haré saltar los fariosos ojos de todos los griegos, que son tus ene- 60 »Preséntame Ia infame que ha ocasionado esta LA vionacion f LUCRECTA. 7 guerra para deshacer sus encantos con mis ufas. Tu ardorosa lnjuria, insensato Paris, es la que ha hecho caer sobre la incendiada Troya ®® este ex- ceso de furor; tus ojos han encendido el fuego que arde aqui; y por el crimen de tus 0 ‘een en Ja ciudad de Troya el p la doneella, ad >4Por qué el privado deleite ™ de uno solo se tor- na para tantos en piblica calamidad? Que la falta del verdadero culpable caiga tinicamente sobre la cabeza del que ha delinguido! * que las almas ino- centes no compartan las desdichas del criminal! jPor qué la ofensa de un hombre ha de aleanzar & infinitos séres, atrayendo una aislada trasgresion .6ss el general escarmiento? »Ved, ved dla llorosa Héeuba, ved & Priamo es- pirante, ved flaqueando al esforzado Héctor, ved 4 ‘Troilo desvaneeido, ** ved en tierra al amigo jun- to du amigo on un ehareo de sangre, al compa- 1 fiero hiriendo sin querer al compane jsolo el sensualismo de un hombre hunde tantas existencias! Si el demente Priamo hubiese refre- nado la pasion de su hijo, la gloria, y no el incen- dio, habria iluminado &'Troya.» 1695 10 =a vanecito,-swounda: Teato y HA Cimb, eon Maton msnna Ce 21 we LA VIOLACION bx LUCRRCIA, 24 Al expresarso asi, lamenta sentidamente Incre- cia Ins retratadas desdichas de Troya, pues el do- Jor, como una pesada campana ya puesta en vai- ven, balancer por su propio peso, y la fuerza mis simple hace resonar su ltigubre tafiido, Hselava de esta ley, la infeliz matrona, impulsada en su deses- peracion, * prorumpe en amargos ayes, contem- plando la tristeza y los dolores trazados por el ar- tista, dolores y tristeza A que presta palabras, y cayn espresion hice suya. 215, Despues rle reeorrer todo el lienzo con la vista y le sollozar ante cada una de sus aisladas figuras, se fije en un infeliz, encadenado personaje, que se adelanta hicia Troya lanzando miradas de compa- sion 4 los pastoves frigios, 4 los rfisticos pastores que le custodian, Surostro, aunque leno de ansie~ dad, deja vislw egria, y va tan resignado, quesn paciencia parece despreciar In desgracia, EL pintor hal apurado su talento para darle, 1701 —ienao~ palate Ta —enda uaa Fax 1708 LA VIOLAGION DE LucwECLA , bajo un velo de perfidia, cierta aparieneia de can- 71 dor, un continente humilde, una fisonomia serena, un mirar compasivo, una frente sin art puesta & soportar la contrariedad; mejillas ni pa- Tidas ni rojas, pero donde los los matices se con- fundian tan bien, que el rubor no publieaba som- s720 bra ** de remordimiento, ni su mate palidez *¥ la inguietud de un corazon pértido, 207. No, como un endurecido y consumado traidor, la figura presontaba un aspocto tal de inocencia y escondia tan bien su perversidad secreta, que no 1725 era dable recelar a la sospecha misma, que la baja, rastrera astucia ® y el perjurio, pudiesen desenca- denar tan negras tormentas en un dia tan bello, ni manehar con infernal villania formas tan visi- blemente santas. * 1730 218. El habil y entendido *® artista habia represen- tado bajo esta dulce imagen al perjuro Sinon, cuyo sedactor relato debia perder al anciano y erédulo Priamo, *' y ouyas palabras, como un devorador incendio, * debian consumir los esplendores de la 1735 15 Cottier ponsagui nto ¥ come, entra a texto y In BY. Car, suprimen ada postussion, Tig —eoutnente—gait TiS meus y BA. Cu {il Tertinteworktn—eorman Cys=tonn FR ule mah Gilden oy A VIOLAGION DE LUcRECtA rica, arquitectonica Ilion: * catistrofe que 4 tal punto conmovid a los cielos, que las estrellas se apartaron de sus invariables posiciones al ver der- rocado el espejo en que se reflejaban, 219. Luerecia examina atentamente la pérfida figu- ra, y reprocha al pintor su maravilloso talento, diciendo que se hia equivocado en la imagen de Si- non; que un exterior tan bello jamés abrigé un al- ma tan negra. Y tornando 4 mirarla, y miréndola de continuo, descubre en su noble somblante tal aire de verdad, que coneluye por vindicar al trai- dor. * 220, No es posible, exelama, que tanta dobles—é iba 4 afiadir: se cculle bajo una eapresion como esta, cuando la imagen de Tarquino se ofrece repenti- namente a su memoria, y viniéndosele 4. los labios el si en ver del né, sustituye sin querer la afirma- cion 4 la negacion, diciendo: «fmposible es, impo- sible, que no se esconda un alma eriminal tras un vostro semejantel * aa »Si, que igual 4 como aqui aparoce el artero Si- 1789 de Sion —in Sinonoes Gs i740 1780 1755 1A VIOLAGION Die LUCRECIA ts non, con ese aire de serena tristeza y de dulce la- xitud que remeda el desfallecimiento del pesar 6 del trabajo, leg6 armado hasta mi Tarquino, mos- trando mascara ™* de exterior virtud, aunque ya 70 plagado de vicios interiores. Como Priamo al grie- go, acogi yo 4 Tarquino, y asi ha sucumbido mi lion, aaa, »Ved, ved cbmo los ojos del atento Priamo se en- ternecen al aspecto de las mentidas Iigrimas que 176s vierte el perjuro. {Por qué, Priamo, legado a la vejex, careces ain de cordura? Por cada ligrima que deja caer Sinon, * sucumbe un troyano; de sus ojos no fluye liquido alguno, brota fuego. Hsas redondas, limpidas perlas que despiertan tu com- 1770 pasion, son proyectiles * de lama inextinguible que van 4 incendiar tu ciudad. 223 »Semejantes malvados toman su exterior del te- nebroso infierno; pues en su ardor aparente, Sinon tiembla de frio, y un incendio voraz se encubre 1775 1m) —ogs aerate taste obeguild Texto puisuan rat 2 bepue Gihdon orm, bas Be Ce Coamarmad i Bes Cyr 00 ‘at —yo-t=0m Cy. 1988 —vlorto—ahede Texto y Ee. Camb, con Cy, Ce, Cy, Chante Le gee slo tatoo [88 —Sinon Rome Cy. 7 —tumthy=de Cy ‘Tarquin, mostean came "o propio que la 8d. Cath, sogus Mr morined to bepuld Cys Gp Co Cu, ‘Collier teed a, Cin tat LA VIOLACION De LUCRECTA, bajo su propio hielo; tales contrarios se combinan asi con Ia sola tendeneia de sodueir & los débiles y prestarles valor. Sinon burla tan bien la conflanza que con Toya.» 1780 224. Llegada 4 este punto, en alas de su delirio, se ™ apodera de Lucrecia tal frenesi, que desterrada la paciencia de su corazon, desgarra con las ufas la inanimads. figured, asimiléndola al inieuo hués- ped ™ cuyo erimen la ha hecho odiarse a si mis- 73s De este modo sube y baja el oleaje de su deses- peracion, y el tiempo fatiga al tiempo con sus que- 790 jas. Priméro elama por la noche, luego anhela la aurora, y halla que una y otra tardan demasiado; pues las breves horas parecen largas durante el acerbo perfodo de la angustia, * Por abramadora que sea la pena, halla el reposo dificilmente, y los 1798 que sufren insomnio, ven trascurrir el tiempo con gran lentitud. 1H0 Toleego—curast Tosto y Bi. Camb. con Cy mew 1 —do ns engustia—sorzow' Texto y Hd. Camb, con wing.mtorroie 6 aor LA VIOLAGION DE LUCRECLA. Pero Lucrecia nv habia notado el trascurso de as horas, distraida en contemplar estas fleticias imagenes; ® extraiia al sentimiento de su propio 1800 dolor, por darse hondamente & pensar ®™ en los males de otro, olvidaba sus tormentos ante estos simulacros de infortunio. Muchos hay que se con- suelan, aungue jamas logran alivio, pensando que sus dolores han atormentado 4 otros. 1805, Mas, ya esté de vuelta el diligente mensajero que, con otres acompafiantes, vuelve su hogar & Colatino. *™ Este halla su Luerecia vestida de negro luto, y alrededor de sus ojos, encendidos por Jas légrimas, vé impresos * circulos azules, verda- 1810 eros arco-itis de la béveda celeste, himedos mo- teoros que, en su nebulosa esfera, * predicen in- mediatas tempestades, continuacion de tempesta- des pasadas. 238. Hallindola este aire desolado, Colatino se fija 1815 pun Gy, Cymcomer Ls ott textos TARR “eefra, element wy LACION DE LUCRECLA. con estupor en el triste rostro de Lucrecia, *” ou- yos ojos, & pesar de estar bafiados on lagrimas, aparecen rojus, y sanguinolentos, y cuyos vivos co- lores se ven quebrantados por mortales angustias. Sin énimo para. preguntar lo que pasa por ella, 10 ambos permanecen inméviles, sorprendidos, como antiguos conacidos que, tras larga ausencia, ® se maravillan del azar que los reune. aay, Al fin, Colatino se apodera de Ja yerta mano de Ia infeliz, y dice el primero: «jQué fatal accidente oeasiona el temblor que tienes? ;Qué pena ha devo- rado tu hermoso carmin, dulce amor mio? Por qué, por qué ests vestida de luto? Amada, amada mia, descorre el velo de esta sombria afticcion, y dinos tus sufrimientos * para que podamos poner 1830 remedio.» ‘Tres veous aviva Luerecia con suspiros el fuego de su dolor antas de poder exhalar una expresion lastimera; ® y cuando al fin se halla en situa- cion * de cumplir el deseo de su marido, se apres- 835 ia timidamente revelar e6mo su honor ha sido presa. de un extrafio, en tanto que Colatino y sus nobles compafieros aguardan su relato con febril atencion. 3818 —aparecesiock =o Oiléou 1eBL “emo Both Trad. cea le ‘Comb —testo Butcon GC LA VIOLAGION 160 jAh! Oid entonar é este blanco cisne, en st amo- roso nido, el triste canto de su cereana muerte. «jAh! ensefiadie atonuar mi propia falta, 6 por lo ménos, permitidie este recurso. Si mi torpe sangre se halla envilecida por el erimen, mi alma se conserva pura y sin maneilla; ella no ha sido violada ni se ha prestado nunca si punibles con- descendencias; ella se mantiene siempre inmacu- Jada en su infecto asilo.» 1885 890 238, Fijaos ahora en el herido y desesperado con- sorte. Con la cabeza baja, In voz comprimida por el dolor, los ojos tristes ¢ inméviles, los impoten- tes brazos eruzados, lucha por exhalar de sus la- 1893 bios, pélidos como la cera virgen, * la angustia que le impide responder; pero en vano so esfuerza el infeliz, pues el aliento que exhala torna de nue- vo 4 su pecho, *! Lo mismo que bajo un areo, ciertas olas impe- yoo tuosas y mugientes, escapan 4 los ojos de aqiu Hos que las ven eorrer, y al estrellarse, rebotan por su propio empuje hiicia el estrecho pasaje que les did violento curso, y repelidas de nuevo con furia, retroceden con furia igual, asi los suspiros, los su 190s frimientos de Colatino, excitan la, explosion de su rabia y la fuerzan 4 vedluir en su pecho 240, La infeliz Luerecia observa el mudo dolor de su amado y despierta asi su inactiva desespera- cion: «Caro esposo, tu tormento presta nuevo im- pulso 4 mi tormento; no hay aluvion que pare el curso de un torrente. *® Tu emocion hace més sen- sible atin mi havto sensible dolor; que basten, pues, dos ojos arrasados en lagrimas, para lorar una des- gracia miitua, 1915 a4t >En nombre de la. que tanto logré encantarte, en gracia de la que fué tu Luerecia, escucha Io que Imiref.. eyetmoren verde of Ce © wba tegracia mitua~To drown ane wae, Texto y Ed. Comb, fm 03 Cy. Cy. Cg. Cy Cy, Cy WNT —Luerecin —Lnorec, Teniocon Gidon Lue, BA, Camby oa 1A VIOLAGION DE LCRA voy a decirte: véngate sin dilacion del que ha cons- pirado contra mi, contra ti, contra si propio; si ideas protegerme contra el crimen ya cometido, el auxilio que quieras ofrecerme llega demasiado tarde; si, que muera el traidor; pues no hacer jus- ticia es fomentar la iniquidad. »Pero antes de nombrar al aleve, prosigue Lu- creeia dirigiéndose 4 los que habian venido con Colatino, dadme, nobles sefiores, * yuestra pala- bra de honor, de que tratareis con la mayor pres- teza de vengar este ultraje que pesa sobre mi, por- que es accion meritoria, legitima, perseguir con vengadora mano la injusticia. * Los eaballeros estén obligados con juramento 4 salir en defensa de las pobres mujeres ultrajadas.» 243. Al oir esta demanda, cada uno de los hidalgos testigos se apresura con leal ardor si promoter el socorro que le obliga & prestar su-nobleza, mos- trandose ansioso de ver denunciado al odioso ene- mas Luerecia, que no ha terminado atin su triste confesion, interrumpe sus protestas ™ excla- mando: «jAh! decidme, jedmo aleanzaria purif- carme de esta involuntaria mancilla? mig 19a 1935 1940

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