7 Cuerpos Los Koshas

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LOS KOSHAS O ENVOLTURAS DE LA CONSTITUCIÓN DEL SER

HUMANO

Desde el punto de vista del Yaga, del Vedanta y del Samkhya, el ser humano está formado
por tres cuerpos diferenciados pero interrelacionados. El cuerpo físico, el cuerpo mental y el
espiritual. Por su parte estos tres cuerpos contienen a su vez cinco envolturas
llamadas Pancha Koshas. Desde el punto de vista tántrico se subdividen en 7 Pancha Koshas.
La primera referencia a los koshas aparece en el Taittinya Upanishad escrito tres mil años
atrás.

Sthula Sharira, el cuerpo burdo, es el cuerpo físico, la carne y los huesos y cuya anatomía
está establecida de forma precisa. Hasta el momento de la muerte es el vehículo donde se
aloja el cuerpo sutil y el causal.

Sukshma Sharira, el cuerpo sutil, que no es visible para el ojo, pero que experimentamos.
Comprende en el ser humano el aspecto energético, vital, mental, emocional y psíquico. Esta
constituido por los cinco aires vitales (pancha pranas), los cinco órganos de
conocimiento (gñanendriyas) y las cuatro facultades de la mente individual o antah
karana (budhi, intelecto; ahamkara, ego; manas, pensamiento y chitta, memoria).

Karana Sharira, el cuerpo causal, origen de los otros dos. Es el componente más puro del
ser humano. Se encuentra más allá de la mente y su naturaleza es la bienaventuranza.
Constituye la esencia del ser humano y es donde reside el Ser, el Atman o el alma.

Los siete Koshas o envolturas de la constitución del ser humano son los siguientes:

Annamaya Kosha, envoltura hecha de comida, es la envoltura física compuesta de carne,


huesos, sangre, etc. y es la manifestación más densa del ser humano. Se alimenta
del prana (energía) más burdo en forma de comida, agua, aire, pero depende de
los pranas más sutiles, pertenecientes a las otras envolturas. Según el Tantra y el Yoga toda
la materia está compuesta de cinco Tattwas (principio o elemento). Los tattwas son
principios de la realidad y también estados y formas de la experiencia.
Los tattwas impregnan todo el Universo y nuestro cuerpo-mente. Son emanaciones creadas
por la diferentes frecuencias de vibración de la energía. Los primeros
cinco tattwas son: akasha (éter), vayu (aire), agni (fuego), apas (agua)
y prithivi (tierra), pero según el Tantra son hasta treinta y seis y se dividen en puros (suddha
tattwa), puros-impuros (suddhasuddha tattwa) e impuros ( asuddha tattwa).

Pranamaya Kosha, envoltura hecha de prana o energía vital, es una réplica energética del
cuerpo físico, al cual da vida y sostiene. El Prana es la energía vital, responsable de iniciar la
vida y también de traer la muerte. Ingresa en nuestro organismo a través de diferentes vías,
la respiración, la comida y los líquidos. Se distribuye por nuestro cuerpo y se manifiesta en
cinco tipos diferentes de energía: prana, apana, sanama, udana y vyana.

Manomaya Kosha, su naturaleza es más sutil que la de Pranamaya kosha. Está constituido
por los cinco órganos de la percepción (gñanendriyas), oído, tacto, vista, gusto y olfato; los
cinco órganos de la acción (karmendiyas), habla, aprehensión, movimiento, generación y
excreción; y el pensamiento (manas). Es también el lugar de las emociones y los
sentimientos, registra los fenómenos internos y externos y realiza la función del
pensamiento, y se alimenta de las experiencias de la persona.

Vygñanamaya Kosha, que también se denomina envoltura psíquica o cuerpo intuitivo, se


dice que por su proximidad al Ser (Atman), posee el reflejo de su luz, el reflejo del
conocimiento puro. Aquí es donde residen las facultades superiores de la mente. Cuando se
desarrolla su potencial, mediante la práctica de la meditación, se manifiestan la intuición o
conocimiento directo, la sabiduría, las percepciones extrasensoriales, etc. Es también la
residencia del ego (ahamkara), el principio de individualidad que nos hace sentirnos
diferentes de los demás. Junto al pranamaya kosha conforma el cuerpo sutil.

Anandamaya Kosha, la envoltura de bienaventuranza o felicidad que da origen a los demás


koshas. Transciende el conocimiento intuitivo y se experimente la dimensión transcendente
del ser humano donde no existen ni el tiempo, ni el espacio, ni la individualidad. En su centro
reside el Ser o Atman, cuya naturaleza es Sit, Chit, Ananda (existencia, conocimiento y
bienaventuranza).

Cittamaya Kosha, significa el “cuerpo de consciencia”, haciendo referencia a la Consciencia universal,


la mente pura, quieta. Es la mente trascendental que impregna todo el universo. Mahat, conciencia
cósmica.

Atma kosha o Sat kosha, el cuerpo del “atman” que en sánscrito hace referencia al Ser o Espíritu
universal. Relacionado a lo Causal. Es el Infinito mismo, el Todo en el que todas las posibilidades están
contenidas.
Muchas veces oímos hablar sobre los Chakras. A poco que nos interesemos por el tema,
vemos que existe muchísima información al respecto (a veces contradictoria) y que existen
miles de maneras de “abrir” los Chakras. Incluso practicamos técnicas, pero no llegamos a
tener demasiado claro de qué se trata eso de “abrir los chakras”, y es más, ¿qué es eso de
los Chakras y que tan de moda parece estar?

Puede ser que no compartas nada de esta filosofía y concepción del ser humano: es muy
respetable. Sin embargo, de algo sí estoy segura: pensar, meditar (a la manera occidental)
sobre cada uno de estos conceptos, pueden hacer que te plantees tu vida y diversos aspectos
de ella. Por eso, te animo a que, dentro de tus creencias y concepciones, te animes a
zambullirte en este entramado de energías, chakras, consciencias, envolturas y serpientes.
¿Quién sabe si quizás descubras aspectos de ti mismo que antes no conocías? Quédate con
lo que realmente te interesa.

Y dicho esto, vamos a intentar adentrarnos en el meollo del asunto, pero para ello,
tendremos que tocar previamente muchísima información y temas que nos sirva para
ubicarnos un poco. ¡Agarrémonos los machos, que vienen curvas!

El ser humano: los cinco Koshas

Comenzaremos por aquí: las cinco envolturas del ser humano. Según la
tradición Vedanta (una de las escuelas filosófica de la India), el ser humano se compone de
cinco envolturas:

La primera, Annamaya Kosha, que significa “envoltura hecha de comida”. Es decir, se refiere
a nuestro cuerpo físico, que es capaz de desarrollarse gracias a la nutrición y al alimento que
le damos. Es la parte más material y tangible que poseemos.

La segunda envoltura es Pranamaya Kosha, cuyo significado es “envoltura hecha de Prana o


energía vital”, y es aquí donde residen los nadis y chakras de los que hablaremos en el
artículo más adelante. Este cuerpo es, digamos, donde la corriente de la vida circula y
permite que estemos vivos. Como si se tratara de la red eléctrica de nuestra casa.

La tercera envoltura es Manomaya Kosha, cuyo significado es “envoltura mental”, y es


donde reside el pensamiento analítico, es decir, las acciones de la mente: los sentidos
recogen información y el cerebro la procesa. Aprendemos a través de ello, por la experiencia
que nos aportan. Se trataría de la mente analítica, la que nosotros mismos ponemos en
acción.
La cuarta envoltura es Vijnamaya Kosha, cuyo significado es “envoltura psíquica o intuitiva”.
A diferencia de la anterior, podríamos decir que este cuerpo es el de la sabiduría vital. Es
aquello que podemos conocer a través de la introspección, del conocimiento intuitivo. No
son los sentidos los que nos dan información y el cerebro la procesa, sino que somos nosotros
mismos los que llegamos al conocimiento a través de la intuición. Algo así como el dicho
aquel de “más sabe el diablo por viejo que por diablo”.

La quinta envoltura es Anandamaya Kosha, que significa “envoltura de felicidad o


bienaventuranza”. Y aquí es donde reside nuestro espíritu, el Atman.

Todas estas envolturas, realmente no se superponen unas a otras, sino que forman un
entretejido en el ser humano, mezclándose unas con otras. De tal modo que lo que afecte
a Vijnamaya Kosha, necesariamente repercutirá en las otras cuatro. De este modo, el trabajo
que hagamos desde cualquier punto de vista, repercutirá en los otros cuerpos.

Entendiendo esta diferenciación, podemos adentrarnos un poco más en el mundo de


los Chakras y de las energías.

Pranamaya Kosha: donde confluye la energía

Imagina que eres un teléfono móvil: es decir, puedes recibir y emitir llamadas, sin embargo,
lo que hace que tú puedas recibir y emitir llamadas son las ondas electromagnéticas. Es decir,
el dispositivo es simplemente un captador y emisor de ondas y sin ellas, el aparato no serviría
para lo que está destinado.

Pues bien, esas “ondas electromagnéticas” que están en el aire, se identificarían con los
cuerpos más sutiles, esto es, Manomaya Kosha, Vijanamaya Kosha y Anandamaya Kosha, y
los Chakras serían las antenas de los móviles: unos puntos concretos que captan la señal y la
transmiten a los otros dos cuerpos: Pranamaya Kosha y Annamaya Kosha. Es decir, los
estratos psíquicos se encuentran con los estratos sutiles y densos, convirtiéndose
los Chakras en centros de energía y de consciencia.

Trabajando desde los Chakras

“Chakra” significa “remolino, rueda, vórtice” y se llaman así porque los clarividentes (no
confundir con los “videntes” que adivinan el futuro y demás…) los describen como vórtices
de energía, como remolinos que tenemos en nuestro cuerpo sutil. Cada uno rueda a una
velocidad y con una energía determinada y existen elementos que los activan.
Estos remolinos de energía tienen contacto con nuestro cuerpo físico, con nuestro cuerpo
sutil (pránico) y con nuestro cuerpo mental (psíquico) – y aquí dejamos un poco apartado el
cuerpo causal-. De manera que, del modo en que funcione, afectará a todas nuestras
envolturas, aunque, de un modo muy especial, a nuestro plano de la consciencia, a nuestro
conocimiento y a nuestra concepción del mundo y de la vida en general. A través del
recorrido de los chakras, nos planteamos cuestiones vitales, existenciales…

¿Y cuáles son esos “chakras”? ¿Dónde están? ¿Cómo los localizo?

En realidad tenemos un montón de Chakras y remolinos. Por todo el cuerpo… Pero,


tradicionalmente, se habla de siete en concreto:

Muladhara: el chakra raíz, situado en el perineo para hombres y en el cérvix para mujeres.
Se relaciona con la supervivencia, con aquello básico para mantenernos vivos.

Swadistana: el chakra sacro, situado en el hueso sacro. Se relaciona con las relaciones
afectivas y con la creatividad.

Manipura: el chakra del plexo solar, situado en la zona lumbar. Se relaciona con el individuo.

Anahata: el chakra del corazón, situado en la zona dorsal. Se relaciona con el amor
incondicional.

Vishuddi: el chakra laríngeo, situado en la zona cervical. Se relaciona con la comunicación y


con la expresión de los sentimientos.

Ajna: el chakra del entrecejo, situado en el centro del cerebro. Se relaciona con la intuición
y el conocimiento intuitivo.
Sahasrara: más que un chakra, es un estado de la consciencia. Se encuentra fuera de nuestro
cuerpo, y cuando alcanzamos dicho chakra, alcanzamos el Samadhi o iluminación.

Grosso modo, estos son los chakras principales. No obstante, no son los únicos. Existen
muchos otros, con cierta importancia, pero que no suelen ser tan profundizados.

Hemos hablado de las envolturas, hemos hablado de las ruedas de energía, pero, ¿y de la
energía en sí misma? ahora viene otro capítulo más del asunto. La energía.
Resulta que en la base de nuestra columna, donde reside Muladhara Chakra, se encuentra
una energía dormida que todos tenemos en nosotros. Al ir activando los chakras, que estos
se equilibren ellos mismos y que además, el equilibrio de uno influya en el otro, nos ayuda a
que la energía dormida, llamada Kundalini, empiece a subir por un canal
energético, Sushumna Nadi.

Que es un canal energético?

Recuerda Pranamaya kosha, el cuerpo energético. Imagínate tu cuerpo, tal y como es ahora,
pero que en vez de componerse de carne, huesos, pelo, sangre, etc. se tratara de una red
inmensa de carreteras, de autovías, autopistas, etc. y todas relacionadas entre sí. Pero,
además, resulta que existen varios puntos donde hay rotondas y la circulación se facilita… Y
cuando ya la circulación ha sido facilitada, entonces esas rotondas te dan acceso a la
autopista: a la comodidad de la autopista… y vas con tu coche cómodo, circulando por ahí.
Existen tres autopistas: una a la izquierda y otra a la derecha, y una autopista central. La
izquierda y la derecha nos sirve para que el tráfico vaya fluyendo por todas las rotondas
(chakras) y se desatasquen un poco, que no haya colapsos. Y cuando hemos conseguido que
la circulación sea óptima, entonces resulta que se nos abre una tercera autopista por donde
podemos circular sin peligros, con calma, y llegar a nuestro punto tan ansiado.

De este mismo modo, funcionarían los nadis y los chakras respecto a nuestra energía
dormida. Kundalini, como os digo, es una energía que tenemos en la base de la columna. Esa
energía dormida, cuando activamos los chakras, ayudamos a que se despierte, y a medida
que vamos “des embotellando” los chakras, limpiando y mejorando la circulación a través
de los nadis de la izquierda y de la derecha (Ida y Pingala), como “vehículo privilegiado”,
puede ir ascendiendo a través de la autopista central, que nos lleva directos a la Consciencia,
esa autopista es Sushumna, el canal central, por donde asciende la kundalini.

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