En este discurso se aborda el tema de la mejor manera de conversar con las personas que

piensan distinto. La ponente señala que tenemos que respetar el pensamiento de los demás,
intentar escuchar a la otra parte y estar más abiertos a aprender y entender más, en vez de
convencerle.

Como punto de partida, la conferenciante nos muestra dos decepciones recibidas en la

conversación con otras personas, aportando algunos ejemplos. Por ejemplo, con evidencia
educativa y científica, la ponente le explicó a un estudiante que las vacunas son seguras, pero no
logró convencerle. Despúes de sus propias experiencias, sacó una conclusión de que la evidencia
científica y la educación a veces no pueden cambiar la postura de los individuos, y todavía
algunos insisten en creer que tienen razón.

Más adelante, la oradora nos demuestra que la mayoría de las personas no sabe cómo dialogar
con las que poseen una ideología diferente. Cada discusión o cada desacuerdo parece una batalla
entre el bien y el mal, lo cual no es un intercambio adecuado entre personas.

Al final de la ponencia, nos proporciona algunos consejos para hacer un buen diálogo con los
demás. Se enfatiza que debemos expresar honestamente nuestras opiniones a la vez que
escuchamos las de los demás. (No entiendo mucho lo que dice la mujer de 4’47 a 5’17,
comentamos en la clase.)

Desde mi punto de vista, la intención de la ponente es exhortarnos a realizar una conversación

saludable con las personas que piensan distinto. No debemos dialogar como educadores
cordiales con los que no entienden o no saben la verdad. Tenemos que estar abiertos a
comprender y respetar las ideas de los demás, y nuestros "conocimientos" y nuestros puntos de
vista pueden cambiar como resultado de la comprensión de nuevas cosas.

Las personas no quieren cambiar su manera de pensar porque eso implicaría cambiar su
identidad. De ahí que también decidan relacionarse con personas similares a ellas, que piensan
de la misma manera.