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    tado y la colonizacién Portugal construyen, los dos primeros grandes im- s de ultramar. Espaiia, sobre todo, es la pri- mas importante nacién imperial de la Edad Moder- s posesiones coloniales americanas se extienden toda- ipios del siglo xix, a lo largo de cien grados de desde California hasta el Cabo de Hornos. Portugal, rte, ocupa en Brasil la mitad de Sudamérica. E] po- quico metropolitano de ambos paises tiene un papel en la conformacién de las estructuras socioeconémicas, les, politicas y culturales de la América hispano-por- Es factor constitutivo de la dependencia externa que one a la region, y de la organizacién y dindmica de la edad colonial. Determina, asi, caracteristicas y tendencias erduran, modificadas en mayor o menor grado, mas alla €tapa inicial. Ambas coronas imperiales asumen el pa- encial de trasmisién de un tipo de organizacién y de europeas en Centro y Sudamérica. Comenzaré por el caso del Imperio Espafiol, para considerar luego pectos especificos de su equivalente portugués, metro poli e la conquista y colonizacién de América, Espana €n trénsito desde un feudalismo peculiar a un capi- 9 mercantil incipiente, presentando una combinacién es- ca de rasgos correspondientes a estos dos modos de pro- ¥ organizacién social. En esta configuracién, el domi- an y la Reconquista espafiola desempefian un pa- tal. Espaita entre el islam y la Reconquista La influencia del islam en Espafia abarca de tres a ocho siglos, segiin las regiones, y se traduce en un refuerzo y mejoramien- to de la obra cumplida originariamente por Roma. Bajo los drabes, Espaiia, que ya en la etapa romana fuera llamada pro- vincia nutrix, llega a ser ain més opulenta y floreciente. Ello se explica y manifiesta al mismo tiempo a través de: una agricultura eficiente y diversificada, una notable red de obras hidrdulicas, una amplia gama de artesanias y manufacturas, una vasta y compleja actividad comercial, un desarrollado aparato politico y administrativo, un florecimiento cientifico y cultural de alio nivel, y una red de ciudades rebosantes de elementos de civilizacién (talleres; unidades mercantiles; go- bierno municipal; arquitectura de palacios, mezquitas, escue- las y bibliotecas). Verdadero criso] de etnias y culturas, el sector musulman de la peninsula ejerce una influencia per- durable sobre todos los aspectos y niveles de la Espafia y la Europa cristianas. El mundo arabe, y la red de relaciones y flujos de todo tipo que teje dentro de su esfera y con las re- giones circundantes, van engendrando condiciones previas pa- ra un posterior desarrollo capitalista en Espafia. El proceso de la Reconquista espafiola, que comienza tempra~ namente y se acelera a partir de la batalla de Navas de Tolo- sa (1212), tiene por su parte repercusiones multiples, La ex- tensa duracién de esta operacién militar —casi ocho siglos— es de por si determinante de una profunda influencia en las estructuras, las formas organizativas, la psicologia y los habi- tos de la Espajia cristiana. Por su propia naturaleza, la Re- conquista genera y refuerva un sentido de comunidad étnica, nacional y religiosa, y de cruzada contra el mundo 4rabe. Re- presenta una absorcién de cuantiosas energias nacionales du- rante varios siglos, y un estimulo al espiritu militar que re- fuerza actitudes de tipo medieval. La alta nobleza se afirma, no sobre grandes feudos de tipo francés, sino sobre la capa- cidad militar tanto personal como de movilizacién de com- batientes. La Reconquista —como la empresa militar, europea y colonial, mas tarde— dan posibilidades de existencia, acti- vidad y expansién numérica a una pequefia nobleza de me- nores recursos. Esta cruzada peninsular interna imprime tam- bién su sello sobre la Islesia, le permite ejercer el papel de direccién espiritual y encuadre ideolégico de Ja sociedad his- pano-cristiana, le confiere un caracter militante y un alto sentido de su importancia y de su autoridad. 56 confiere caracteristicas peculiares a la Edad determina modificaciones en el sistema feu- n atipico en comparacién con el resto de Eu- La presi6n demografica que opera sobre re- obliga a combinar la Cruzada con un proceso colonizacidn. Las necesidades de la defensa, ito y Ja produccién contribuyen a posibilitar que 0 se halle relativamente menos sujeto a relacio- de servidumbre; Je permiten lograr concesiones y colectivas (behetrias, cartas pueblas), darse orga- es mas © menos libres, conservar estructuras y tradicio- aria irmar el sentido Jocalista, Por otra parte, y prosigue a partir de territorios mon- icamente Pine y estimula asi desde el co- formacién de reinos independientes y, mas en ge- 28 la tendencia aj particularismo y al separatismo regio- es y locales que se vera reforzada por otros factores socia- todas maneras, por nccesidades también militares, se tempranamente un poder mondrquico centralizador muevos reinos, de modo que, aunque estos conserven al tasgos feudales, e] proceso feudal general se debilita y se van preparando lentamente jas condiciones que finalmente a la unificaci6n cumplida por los Reyes Las monarquias despliegan un sentido regalista; en a concentrar el mando politico-militar, usan las tierras das para afianzar el propio poder e imponer de- ssala nobleza ya la Iglesia, La nobleza comienza a per- a, se subordina a la Corona, se torna cortesana, o de la conservacién e incremento de tierras y privi- De modo similar, la Iglesia es favorecida con bienes y as, pero pierde autonomia y pasa a ser cada vez resorte del poder mondrquico. te los “iltimos siglos de la Reconquista, se va producien- desarrollo de la ganaderia, el comercio, las finanzas factura. La ganaderia trashumante, organizada en produce ovinos para abastecer de lana los centros ros del norte europeo, y luego de la misma Es- Por el propio caracter de empresa mercantil que la asume, y por la expulsién de campesinos de las ss afectadas a la produccién, se contribuye a debilitar el de servidumbre. Ello es acompafiado. por una expan- cantil financiera, una temprana concentracién de ca- el surgimiento y consolidacién de una burguesia co- Esta participa activamente en el trdfico internacio- nal, financia y organiza talleres artesanales y de manufacturas, contribuye a desencadenar la revolucién comercial europea que destruird el feudalismo, tiene un papel decisivo en el des- cubrimiento y conquista de regiones ultramarinas. Las necesi- dades de la Reconquista y de la organizacién politico-militar de las zonas recuperadas, y la expansién del comercio y de la burguesia_mercantil-financiera, estimulan la urbanizacién re- vitalizando viejas ciudades y creando otras nuevas, algunas de las cuales, por la condicién peninsular de Espafia, legan a ser de primer orden. Este proceso es particularmente acen- “tuado en la periferia de la peninsula: Portugal, Catalufia, Va- lencia, Islas Baleares, donde se constituyen, «verdaderos ni- cleos burgueses, repitblicas mercantiles a la italiana» (Jean Vi- lar) y se ven reforzadas las tendencias particularistas y se- paratistas a que ya se hizo referencia. La burguesia basada en sus propias fuerzas demograficas y socioeconémicas y en sus posibiliriades organizativas y mili- tares, participe importante en Ja . teconquista, prestamista de los reyes y de la nobleza, apoyada ademas en otros nuevos €s- tratos urbanos (artesanado, prolecariado embrionario), co- mienza a presionar con éxito en favor de su derecho a un cierto grado de coparticipacién en el poder politico y en los asuntos de Estado. La realeza busca el apoyo de la burgue- sia para obtener recursos destinados a la Reconquisia, en- frentar y doblegar a la nobleza, resolver querellas dindsticas. La burguesia apoya a la realeza en busca de un poder centra- lizado que posibilite la expulsién del rival musulmén, la crea- cién de un mercado nacional unificado y en expansién, con- diciones de orden y legalidad, proteccién contra los sefiores y,- mas tarde, apoyo en la expansién ultramarina. Por su aso- ciacién con el poder real, combinada en ocasiones con la pre- sién armada, la burguesia obtiene para si y para las ciudades en que se asienta y opera una serie de derechos, inmunidades, concesiones y privilegios (cartas y fueros, conccjos municipa- les, hermandades, milicias urbanas, participacién en las Cor- tes). Estas conquistas son utilizadas por Ja burguesia para reforzar su poder econdémico, financiero, social, politico y militar. El triunfo fina] de la Reconquista (toma de Granada en 1492) coincide con el salto de la expansién-ultramarina de Espa- fia en el descubrimiento de América, dos procesos que se arti- culan en su origen, desarrollo y consecuencias. del Imperio E por impulso y bajo la égida de una mo- eentralizada de tipo absolutista. Esta tiende a re- mas la tradicién castellana de larga reconquista y la concepcién territorial y religiosa de expansién, linea mediterranea, catalano-aragonesa, de desarrollo 9 y bajo signo capitalista. La unificacién se pro- = un pais que ya se encuentra en una etapa de capita- ercantil y financiero, sin haber liquidado totalmente s y resabios feudales. No ha terminado de consoli- na burguesia pujante e innovadora. La que existe si- ri en segmentos regionales, sin integracién en una con visi6n nacional y suficiente capacidad de para contrarrestar la influencia de la nobleza y de la influir decisivamente sobre la monarquia

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