Professional Documents
Culture Documents
La Jurisprudencia Su Conocimiento y Form
La Jurisprudencia Su Conocimiento y Form
Introducción
1
Luis Weckman. La herencia medieval de México. Tomo II. El Colegio de México. 1984. p. 557
2
Pierre Goubert y Daniel Roche. Les francais et l´Ancien Régime. Volumen 1. 2ª. Edición. Armand Colin.
Paris. 1991. p. 218
1
Constitución Griega de León y Antemio, que fuera tomado de las Basílicas, en el
Libro I,Título XIV, párrafo 12 dice lo siguiente:
Sin embargo, este precedente del Derecho Romano emana del presupuesto que
la ley y su interpretación derivan de la autoridad real 4 por lo que tanto la función
legislativa como la jurisdiccional reconocen esa misma fuente. Correspondería al
genio del Derecho Judicial que se forjaría en los países anglosajones separar
dichas funciones e independizar a los jueces de la prerrogativa real.
3
Cuerpo del Derecho Civil Romano a doble texto, traducido a casellano del latino, publicado por los
hermanos Kriegel, Hermann y Osenbrüggen con las variantes de las principales ediciones antiguas y
modernas y con notas de referencias por D. Ildefonso L. García del Corral. Segunda Parte. Código. Tomo I.
Barcelona. 1892. Jaime Molinas Editor. Reedición por Editorial Lex-Nova. 2004. p. 148-149
4
En el párrafo subsecuente de la cita antes referida del Código de Justiniano se confirma esta hipótesis: “Y
declaramos que toda interpretación de las leyes hecha por el emperador, ya sea sbre súplicas, ya sea e juicios,
ya de cualquier otro modo, sea cnsiderada válida e indubitada. Porque si al presente solo al emperador es
permitido hacer las leyes, también a interpretar las leyes debe ser digno slamente de su autoridad imperial”.
Op. Ult. Cit. p. 149
2
Capítulo Primero
Sin embargo, aún antes, desde 1557 por lo menos, en la Gran Bretaña se reporta
la notoriedad de los precedentes, hecha valer por los mismos jueces. 6 Los jueces
en los países anglosajones con el objeto de lograr su independencia frente al
poder real, confiaron en que sus propios precedentes tendrían fuerza vinculante
en posteriores resoluciones; de esta manera crearon un sistema judicial basado y
desarrollado más en su propia autoridad que en la del Rey y, por lo tanto,
independiente de la voluntad soberana de las leyes y de la autoridad ejecutiva.
Incluso dentro de estos mismos precedentes, no pasó el siglo XVII sin que el foro
inglés ya distinguiera entre los criterios (holdings) que contienen los argumentos
jurídicos que deciden un caso y los argumentos secundarios que no tienen la
relevancia de los primeros (obiter dictum o gratis dictum). A través de los “criterios”
(holdings) se identificarían las tesis de interpretación de las leyes y la forma de su
aplicación, para hacer más fácil su seguimiento y forma de reportarse. El célebre
Tribunal de Agravios Comunes que dio vida a la revisión judicial en la Gran
Bretaña, siguió esta identificación de criterios en los precedentes. Dichos criterios
serían todos aquellos argumentos dignos de ser tomados en cuenta para futuros
casos. De esta manera, el juez John Vaughan enfatizó en la resolución Bole v.
5
Manuel González Oropeza. Los orígenes del control jurisdiccional de la Constitución y de los derechos
humanos. Comisión Nacional de los Derechos Humanos. México. 2003. p. 21
6
“Se ha dicho que la sentencia fue emitida a pesar de lo contrario en dos precedentes” Así reza una sentencia
de los tribunales ingleses emitida en 1557. Harold J. Berman y Charles J. Reid jr. “The transformation of
English Law Science: From Hale to Blackstone”. 45 Emory Law Journal 449. 1996. A partir de esta
interpretación en el sentido de que las sentencias judiciales tenían valor para ser tomadas en cuenta por los
mismos jueces en futuros casos, el juez Edward Coke construyó la revisión judicial como una muralla contra
la prerrogativa real y preparó así el camino a la “Gloriosa Revolución” de 1688.
3
Horton 124 Eng. Rep. 1124 (KB) la importancia de los “criterios” formulados desde
1673.
7
Blackstone. Commentaries on the Laws of England. Reedición de la Universidad de Chicago. 1979. Edición
facsimilar de Stanley N. Katz. Tomo 1. p. 69-70
8
The Federalist. Clinton Rossiter Editor. Penguin. Nueva York. 1961. p. 471
4
Capítulo Segundo
Al respecto habrá que mencionar que por lo menos desde 1904, la doctrina
jurídica de los Estados Unidos, a través de Edward B. Whitney, 10 presagiaba el fin
del precedente judicial y del principio de stare decisis. No obstante, aunque ya son
bien cnocidas sus limitaciones, resulta un principio fundamental del sistema
judicial no sólo en países anglosajones sino también en países mixtos como el
nuestro, donde el derecho codificado se ha fusionado con principios del derecho
judicial.
9
Cambios que pueden ser conservadores o liberales, como se aprecia en el caso Planned Parenthood of
Southeastern Pa. v. Casey 505 US 833 (1992), donde el precedente de Roe v. Wade 410 US 113 (1973) sobre
la inconstitucionalidad de la ley tejana haciendo del aborto un crimen, no fue reconsiderado por la Suprema
Corte de los Estados Unidos, basándose en la fuerza del precedente sin tomar en cuenta, aparentemente, las
circunstancias que rodeaban el nuevo caso.
10
Quien escribió un artículo en Michigan Law Review, número 3, página 94 con el título de: “The Doctrine of
Stare Decisis”. Citado en Thomas R. Lee. “Stare Decisis in Historical perspective: From the Founding Era to
the Rehnquist Court”. 52 Vanderbilt Law Review 648. Abril 1999
5
Anuario la intención de que la resolución recaida fuera de “autoridad” en cada
caso similar bajo la acción quare non admisit 11 en todo el Reino. Estas
intenciones se repiten antes de la invención de la imprenta durante el sglo XIV, los
jueces ingleses Hengham y Bereford no ocultan la importancia de sus
resoluciones a las que les dan el carácter de “leyes del Reino”, 12 aún a pesar de
que los propios Anuarios no tenían en la época la fuerza de publicaciones
oficiales.
No obstante, su consulta era sólo para los iniciados y los ejemplares de los
Anuarios escaseaban, pero esta situación cambió con la imprenta a través de la
cual las ediciones de los Anuarios comenzaron a proliferar y la divulgación de lo
decidido por los tribunales fue más consultada y conocida, creando así un
argumento de autoridad inusitado.
11
Esta acción interpuesta ante el Rey tenía como objetivo penalizar a un Obispo que hubiese negado dar
cumplimiento a una orden del Rey para admitir la presencia de una persona merecedora de un beneficio.
12
Theodore F. T. Plucknett. A Concise History of the Common Law. Little, Brown & Company. Quinta
Edición. Boston. 1956. p. 345
13
Bradley Stewart Chilton. “Star Trek and stare decisis: legal reasoning and information technology”. Journal
of Criminal Justice and Popular Culture. Volumen 8. Numero 1. 2001. p. 25. En la Gran Bretaña, los
Reportes del Derecho (Law Reports) iniciaron a publicarse hasta 1865. Cuando los Anuarios fueron
sustituidos por Reportes más formales, incluso bajo la supervisión de jueces prestigiados, comenzaron los
reportes publicados emprendidos por registradores de casos en su carácter de impresores privados, aunque se
tratase de personajes públicos, como fue el caso de los Reportes que publicó el gran juez Edward Coke (1572-
1616), a su muerte siguieron los Reportes de Burrow (1751-1772) que tuvieron gran influencia en las
Colonias Inglesas de América y posteriormente siguieron los Reportes de Término (1785-1800).
6
1585) quien en 1571 publicó sus Reports con tal maestría que se convertirían en
material necesario no sólo para los estudiantes, sino que ganó el respeto de los
practicantes. El mérito de tomar cuidadosas notas sobre las resoluciones de los
tribunales ingleses, lo llevó a ser propuesto a ocupar el más alto cargo judicial del
Reino, el de Lord Chancellor, pero por no abjurar de su religión católica, su
nombramiento no se logró, pues no aceptó cumplir con el requisito de abrazar la
religión anglicana. Su integridad y conocimiento lo llevaron, no obstante, a
considerar sus reportes como confiables y sujetos de total crédito, por lo que el
prestigio de estos Reports ayudó a conformar el sistema de precedentes judiciales
anglosajón.14
De esta manera, la fuerza de los precedentes más que significar una potestad de
los tribunales, se presentó en Estados Unidos como una limitación sobre los
mismos. Igual que el concepto de Estado de Derecho enfatiza la fuerza de la ley
por encima de las autoridades, la fuerza del precedente implica que los jueces
futuros tendrán que regirse por las resoluciones pasadas, o los juicios por encima
de los jueces.
14
Una edición completa de su obra se publicó en Saboya en 1761 con el extenso título de: The Commentaries
or Reports of Edmund Plowden, of the Middle-Temple, Esq.; and Apprentice of the Common Law, containing
divers cases upon matters of Law, argued and adjudged in the several Reigns of King Edward VI, Queen
Mary, King and Queen Philip and Mary, and Queen Elizabeth. Originally written in French, to which are
added, the queries of Mr. Plowden, now first rendered into English at large, with references, and many useful
observations.
15
Thomas R. Lee. Op. Cit. p. 662
7
Al igual que en la Gran Bretaña, los Estados Unidos comenzaron un sistema en el
reportaje de sus sentencias a través de editores privados sin un reconocimiento
oficial. No obstante, fueron los Estados originarios de ese país, los que iniciaron la
elaboración de Reportes mucho antes de su publicación por parte de los tribunales
federales. Josiah Quincy jr. y Ephraim Kirby (Connecticut) junto con Francis
Hopkinson fueron los primeros en hacerlo en sus respectivos Estados16
El siguiente registrador de los casos federales fue William Cranch quien reportó
las opiniones judiciales de 1801 hasta 1815. Cranch siguió la tradición inglesa al
ser él mismo un juez que gustó encargarse de la pesada labor de publicar y editar
las resoluciones de la Suprema Corte. Henry Wheaton de Nueva York prosiguió
esta labor hasta 1827, fecha en que fue nombrado enviado diplomático a
Dinamarca. Sus reportes están acompañados de minuciosos comentarios y de
una acuciosa labor editorial.
16
En algunos casos, las resoluciones datan desde 1658 y en otros a partir de 1761. Los reportes de Kirby y de
Hopkinson fueron impresos por primera vez hasta 1789 y los de Quince lo fueron hasta 1865. A partir de
1790, muchos Estados adoptaron como nombre de su publicación como State Courts Reports. Una u otra
forma de reportar sus resoluciones judiciales fue común aún antes de la Independencia de ese país en 1776 y a
partir del 4 de julio de ese año, cuatro Estados (Nueva Jersey, Kentucky , Pennsylvania y Delware)
prohibieron citar resoluciones de jueces ingleses y obligaron a reportar sólo la incipiente justicia del nuevo
país. De 1789 a 1803 había 16 registradores en ocho Estados que reportaban con prontitud las resoluciones y,
a pesar, de su carácter privado, sus reportes eran tomados en cuenta por litigantes y jueces por igual. No fue
sino hasta 1803 que los reportes oficiales fueron reconocidos en algunos Estados, pero su convivencia con los
reportes no oficiales sobrevivió hasta 1871.
17
Gerald T. Dunne. “Early Court Reporters”. 1976 Yearbook Supreme Court Historical Society
18
Wheaton v. Peters 33 US 591 (1834). Wheaton quien había invertido su patrimonio personal en la
publicación de sus Reportes y en el costo del litigio terminó en quiebra. Dunne Op. Cit. Lance A. Wade.
8
A Peters le siguieron Benjamín Chew Howard quien reportó hasta 1861 y William
Sullivan Black, quienes completaron los primeros 91 volúmenes de los
precedentes de la Suprema Corte de los Estados Unidos. Hasta este punto, los
Reportes de Cranch y Howard fueron conocidos de acuerdo a los apellidos de los
registradores; así los Ministros de la Suprema Corte Mexicana de fines del siglo
XIX citaron casos como Marbury v. Madison, Luther v. Borden y Dred Scott v.
Sanford e Ignacio L. Vallarta junto con la doctrina constitucional más relevante de
México se familiarizaron con los casos célebres del vecino país. Pero poco antes
de la salida de Vallarta como Ministro Presidente de la Corte, las leyes que
regulaban el registro de las opiniones judiciales federales en ese país, obligaron a
cambiar el formato y las decisiones de la Suprema Corte comenzaron a reportarse
con las iniciales de United States Reports, en lugar de identificarlos con los
apellidos de los registradores, uniformándose incluso los anteriores precedentes
contenidos en los primeros 91 volúmenes.19
“Honda meets Anastasoff: The procedural due process argument against rules prohibiting citation to
unpublished judicial decisions”. www.bc.edu/bc_org/aup/lw/lwsch/journals/bclawr/42_3/05/_FTN.htm
19
El cambio se dio con el registrador John William Wallace y fue consolidado a través de la sistematización
de William Todd Otto y John Chandler Bancroft Davis, quien cncluyó su registro en 1902. Dunne. Op. Cit.
9
Capítulo Tercero
20
Martha J. Dragich. “Will the Federal Courts of Appeals perish if they publish? Or does the declining use of
opinions to explain and justify judicial decisions pose a greater threat?. 44 American University Law Review
757, 760. February 1995.
21
El caso implicó la devolución de impuestos de Faye Anastasoff, quien ante el Tribunal del Octavo Circuito
citó en su defensa el precedente no publicado, resuelto por el mismo Tribunal, de Christie v. United States
Número 91-2375 MN (8th. Cir. Marzo 20 1992).
22
La interpretación legal era si la devolución se debería reclamar dentro de los dos o tres años siguientes al
pago de los impuestos en exceso, derivada del conflicto entre la sección 6511 y 7502 del Código Fiscal.
10
2375MN (8º. Circuito 20 de marzo de 1992 per curiam) que ofrecía una
interpretación legal de las secciones 6511(b) (2) y 7502(a) del Código Fiscal
(Internal Revenue Code), aplicable al caso en cuestión.
Dos aspectos adicionales se tenían que tomar en cuenta por el Tribunal. Tal como
lo decía la misma regla, las resoluciones no publicadas no podían citarse por las
partes ni considerarse por el propio tribunal como vinculantes, a menos que
hubiese otro precedente dictado por otro tribunal en otro circuito respaldando al no
publicado. Desafortunadamente para el gobierno federal de los Estados Unidos,
en el transcurso del caso Anastasoff, hubo otro precedente en el Segundo
Circuito, Weisbart v. United States 222 F. 3rd. 93 (2º. Cir. 2000) que contrariaba y
no apoyaba el supuesto precedente de la opinión no publicada de Christie.
23
Dicha regla dice lo siguiente: “Las opiniones no publicadas no forman precedente y las partes no deben por
lo general citarlas. Sólo cuando sean relevantes para el establecimiento de las doctrinas de res judicata o el
Derecho aplicable al caso, las partes pueden citar cualquier opinión no publicada. Las partes pueden también
citar una opinión no publicada de este Tribunal si la opinión posee un valor persuasivo respecto de la litis y
ninguna otra opinión publicada de este u otro Tribunal puede servir para tal efecto(…) Anastasoff v. United
States 223 F. 3rd. 899 (2000)
24
El artículo III de la Constitución define a la función judicial como la facultad de los tribunales para resolver
“casos y controversias”, por lo que un acuerdo de Tribunal negando efectos de obligatoriedad a las
resoluciones recaídas en esos casos o controversias, fue considerada de naturaleza legislativa. Según el
argumento del Tribunal, se deben resolver casos y no otras cuestiones. Daniel X. Levin. “Fairness and
Precedent. Anastasoff v. United States 235 F. 3rd. 898 (8th. Cir. 2000)”. 110 Yale Law Journal 1296. Mayo
2001.
25
Por lo que recibió la cantidad de $USD 11, 437.32
26
26 USC 7430
11
Por otra parte, un tribunal distinto, en el Noveno Circuito de ese país, al decidir el
caso Hart v. Massanari 266 F 3d. 1054, 1155 (9th. Cir. 2001) 27 disintió del criterio
emitido en el precedente Anastasoff. Para el Noveno Circuito operaba una regla
similar a la del otro circuito28, pero consciente de que el principio de stare decisis
es un principio de política judicial más que un principio establecido en la
Constitución29, el Magistrado Alex Kozinski determinó:
Que un caso sea decidido sin una opinión que forme precedente no
significa que sea totalmente descartada, o que la resolución no refleja un
análisis razonado de las cuestiones planteadas. Lo que significa en realidad
es que el criterio no está escrito de manera que sea completamente
entendido para quienes no tengan familiaridad con el caso y, en
consecuencia, la regla jurídica no está anunciada de manera viable para ser
utilizada en futuros casos.
Para el Magistrado Kozinski resulta obvio que los tribunales tienen el control sobre
sus resoluciones sin violar la Constitución. Lo anterior constituye una
interpretación diferente del precedente de Anastasoff, respecto de una Regla
emitida por el Noveno Circuito que es similar a la interpretada y, considerada
como inconstitucional, por el Octavo Circuito.
27
El caso cuya referencia completa es Patricia Hart v. Larry G. Massanari, Acting Commissioner of Social
Security Administration (No. 99-56472) fue interpuesto ante el Tribunal Colegiado del Noveno Circuito el 5
de marzo de 2001 contra la resolución del Juzgado de Distrito del Centro de California.
28
Regla 36-3 del Noveno Circuito: “Las resoluciones y órdenes no publicadas por este Tribunal no
constituyen precedentes obligatorios…(y generalmente) no deben ser citadas ante o por los tribunales de este
Circuito”
29
“El principio de stare decisis es una materia de política (judicial) más que un mandato inexorable”. Textile
Mills Securities Corp. v. Commissioner 314 US 334-5 (1941)
30
Anastasoff 223 F 3rd. 899
12
constituían el Derecho. 31 Las opiniones publicadas muestran la opinión aprobada
por el tribunal, que es colegiado, y no sólo la opinión de un juez en lo individual.
Por ello no siempre las resoluciones se publican, ya que la función judicial está
sometida a diversas limitaciones establecidas bien por legislación o por tradición.
De acuerdo a William Holdsworth, los precedentes implican muchos medios
mediante los cuales los jueces escapan de la necesidad de obediencia literal a la
regla general de decidir conforme a la resolución emitida. 32
Más aún, el caso Hart sostiene que las resoluciones no publicadas como
precedentes “no están escritas de manera inteligible para aquéllos no
familiarizados con el caso y la sentencia no se enuncia de manera apropiada para
vincular futuros casos”. Este lenguaje críptico no deja de ser un eufemismo hacia
una decisión de política judicial para no vincularse por ciertas resoluciones
dictadas en el pasado.
31
Commentaries on the Laws of England. Volumen 1. p. 70-71. Lo mismo se escribió por James Kent en sus
Commentaries on the Constitution of the United States (p. 475), según el cual, un precedente es prueba de lo
que es el Derecho, pero no es Derecho por sí mismo. Michael B. W. Sinclair. “Anastasoff v. Hart: The
constitutionality and wisdom of denying precedential authority to current Court decisions”. 64 The University
of Pittsburgh Law Review 695 . Verano 2003. De la misma manera, el Ministro Félix Frankfurter de los
Estados Unidos repitió esta fórmula en Helvering v. Hullock 309 US 119 (1940) manifestando que el stare
decisis era un principio de política (judicial) y no una fórmula mecánica de adhesión a las últimas decisiones
de los tribunales.
32
A History of English Law. Vol. 12. Londres. 1938. p. 151.
13
podían omitirse; entonces y ahora manifestamos que éste es el mejor
método de reportar los casos. Pero no deja de ser una tarea compleja. 33
No obstante, hay que señalar que la labor de Plowden era de un cronista particular
que se podía dar esas libertades pues el reporte de las sentencias comenzaba y
no había obligaciones legales derivadas de tal actividad.
Joseph Story, el célebre Ministro de los Estados Unidos que publicó el primer gran
Tratado sobre Derecho Constitucional de ese país, se refirió a que ningún tribunal
tenía libertad para no tomar en consideración todas las reglas y precedentes
emitidos, y en cambio, decidir por sí mismo, sin ningún fundamento en un
antecedente ya establecido. 34 Esta apreciación se basaba en que los tribunales
deberían dar certeza en sus funciones y la única manera de darla es decidir
futuros casos con base en los precedentes ya resueltos; de esta manera, se
obligaba a los propios tribunales a resolver de conformidad con anteriores fallos y
se limitaba su discrecionalidad interpretativa, según se pensaba.
Esta decisión fue sometida a revisión en dos ocasiones ante la Suprema Corte,
pero debido al procedimiento de certiorari, el Tribunal se ha rehusado a decidir el
fondo del asunto. 36 En el mismo sentido que la sentencia en el caso Jones, el
33
Dunne. Op. Cit.
34
Commentaries on the Constitution of the United States. 1833. p. 377
35
Con este propósito se han aprobado reglas de “no registro” de sentencias en los Circuitos judiciales
siguientes de la Unión Americana: Cuarto, Quinto, Sexto, Octavo, Noveno, Décimo y Decimoprimero.
36
El primer caso fue Do Right Auto Sales v. United States Court of Appeals for the Seventh Circuit 429 US
917 (1976) que fue desechado y en cuya demanda se hacía valer el argumento de que el prohibir citar
opiniones no publicadas ofendía la libertad de expresión. El segundo caso fue Browden v. Director 434 US
14
Magistrado Presidente del Tribunal Colegiado del Décimo Circuito en los Estados
Unidos, Holloway escribió con otros dos Magistrados un voto particular en el caso
In Re Rules of United States Court of Appeals Tenth Circuit 955 F 2d. 37 (10º. Cir
1992) lo siguiente:
257 (1978) el cual también fue desechado. En este segundo caso, la demanda hacía valer el argumento que al
negarse a poder citar una resolución no publicada limitaba el derecho de apelación que se podría tener de otra
manera, para lograr una contradicción de las tesis sostenidas en la opinión no publicada y otra que si hubiese
sido publicada.
37
Jason B. Binimow. “precedential effect of unpublished opinions”. American Law Reports 5to. No obstante,
los circuitos están divididos en la actualidad, pues algunos sostienen opiniones en contra como el Tribunal
Superior de Pennsylvania en el caso Albert K. SCHAAF & Patricia Z. SCHAAF v. Stephen E. KAUFMAN,
Gastrointestinal Associates, Inc. & William S. HAAZ 850 A.2d. 655 Resuelto el 22 de abril de 2004.
38
Dragich. Op. Cit. p. 800. Vid. Michael B. W. Sinclair. “Anastasoff versus Hart: The Constitutionality and
Wisdom of denying precedential authority to circuit Court Decisions”. 64 University of Pittsburgh Law
Review 695. Summer 2003. Como es de esperarse no toda la doctrina está de acuerdo con este supuesto:
Thomas R. Lee y Lance S. Lehnhof. “The Anastasoff case and the judicial power to ´unpublish´ opinions”. 77
Notre Dame Law Review 135. November 2001. Christian F. Southwick. “Unprecedent: The Eight Circuit
repaves vias with a new Constittutional doctrine”. 21 The University of Texas at Austin. The Review of
Litigation. 191. Winter 2002.
15
Capítulo Cuarto
La empresa West Publishing edita la más común de las ediciones sobre los
precedentes judiciales, que se conoce con el nombre de National Reporter, el cual
se cubren las actividades de cerca de 600 tribunales en ese país y publica y
difunde cerca de 130,000 resoluciones anualmente. La forma en que se
sistematiza esta información impresionante es muy simple, cubriendo los
siguientes elementos:
39
Esta misma casa editorial publicó desde 1887 el Northeastern Reporter
40
Fentum v. Pocock 5 Taunt English Reports 662
16
1. Nombre de las partes y tipo de juicio
2. Tribunal que emite la resolución
3. Número de expediente
4. Fecha de discusión y decisión del fallo
5. Número de Registro
6. Sumario de los hechos del caso y de la resolución aprobada
7. Resumen de los principales considerandos
8. Transcripción de la resolución
Con estos elementos se reportan todas las resoluciones de los tribunales y utilizan
un sistema breve y simple para ubicar todas y cada una de dichas resoluciones.
41
Que como ya mencionamos cuenta con la publicación de US Reports.- Supreme Court Reporter, para la
compilación de resoluciones de la Suprema Corte de Justicia.
42
Que cuenta para loos mismos fines con la edición de US Supreme Court Reports. Lawyer´s Edition.
17
Dirección electrónica Interés
http://www.fedworld.gov Informa sobre
resoluciones rendidas de
1937 a 1975
http://www.fedworld.gov/supcourt/index.htm Proporciona toda la
información y el texto
íntegro de resoluciones
de 1937 a 1975,
cubriendo los volúmenes
300 a 422 de US Reports
http://www.findlaw.com/casecode/supreme.html Ofrece los casos
decididos de 1937 a la
fecha
http://www.access.gpo.gov/sudocs/aces/aaces002.html Contiene el texto
completo de los casos de
1937 a 1975
http://www.unilegal.com/ussc.html Casos reportados desde
1893
http://www.ljextra.com/public/daily/XDspc.html Texto e información
sobre casos recientes,
desde 1994
http://www.usscplus.com Índices de más de cinco
mil casos de 1793 a la
fecha
18
Capítulo Quinto
19
tenemos la resolución de los amparos de 1849 (amparo Manuel Verástegui), de
1850 (amparo Lucas Arregui) y de 1852 (amparos de Anastasio y Daniel Ferdura).
45
Esta heterogeneidad de la aplicación del amparo en nuestro país provocó que las
sentencias debieran de publicarse para tratar de dar cierta uniformidad a la justicia
federal a través de la publicidad de las resoluciones y certeza al justiciable en sus
conflictos jurídicos. La preocupación por publicar las sentencias de los tribunales
federales comenzó en el Reglamento de la Suprema Corte de Justicia de 1862, en
cuyo artículo 12, previó la existencia de una publicación oficial para tal efecto. 46
Por ello Benito Juárez crea el Semanario Judicial de la Federación el 8 de
diciembre de 1870, como una publicación oficial donde se recogieran las “ Todas
las sentencias definitivas de los tribunales federales desde 1867” así como “las
actas del Pleno de la Suprema Corte y los informes pronunciados cuando se
acuerde la publicación”. 47
45
Manuel González Oropeza. Los orígenes del control jurisdiccional de la Constitución…Op. Cit. p. y Lucio
Cabrera y Lourdes Celis. “Estudio Preliminar”. Op. Cit. p. XXII-XXV
46
Luis Felipe Santamaría González. El Semanario Judicial de la Federación y la jurisprudencia de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación y de los Tribunales Colegiados de Circuito. Tesis profesional.
UNAM. 1989. p. 70. Dicho Reglamento fue transcrito en el Semanario Judicial de la Federación. 2ª. Época.
Tomo X. P 275-6
47
Manuel Dublán y José María Lozano. Legislación Mexicana o Colección completa de las disposiciones
legislativas expedidas desde la Independencia de la República. Edición Oficial. Tomo XI. México. Imprenta
del Comercio de Dublán y Chávez, a cargo de M. Lara (hijo). 1879. p. 195-196
48
Benito Juárez. Documentos, discursos y correspondencia. Volumen 14. Editorial Libros de México. 1975.
p. 567-569.
49
Lucio Cabrera. “La Jurisprudencia”. La Suprema Corte de Justicia y el Pensamiento Jurídico. Poder
Judicial de la Federación. 1985. p. 227
20
notan las deficiencias en su publicación periódica pues, como se anotará más
adelante, el proceso de publicación llegó a ser muy tardado y poco sistemático.
21
diciembre de 1870.- Benito Juárez.- Al C. Lic. José María Iglesias,
ministro de Justicia e Instrucción Pública.
Se exigirán cada seis meses por la Suprema Corte de Justicia a todos los
tribunales y jueces de la Federación, listas de los negocios civiles y de las
causas criminales que pendan de ella, para examinar su estado y cuidado
de su conclusión, y en el mismo tiempo se publicará un extracto, así de
ellas, como de las que la Suprema Corte mande formar de los negocios y
causas que ante ella se instruyan, con razón de las concluidas en el último
semestre. 52
Emilio Pardo, un distinguido jurista del siglo XIX escribió en los albores del
Semanario Judicial de la Federación el siguiente comentario que muestra la
relevancia que tenía para México la publicación de la naciente jurisprudencia:
Así es como, siendo indudable que la práctica de los tribunales forma lo que
se llama jurisprudencia, que consiste en la consignación de ciertos
precedentes en la fórmula de una regla común para los casos análogos,
puede preguntase si sucede otro tanto, con las sentencioas de los juzgados
50
Manuel Dublán y José María Lozano. Legislación Mexicana o Colección Completa de las disposiciones
legislativas expedidas desde la Independencia de la República. Edición Oficial. Tomo XI. México. Imprenta
del Comercio, de Dublán y Chávez, a cargo de M. Lara (hijo). 1879. p. 195-196
51
Dicho artículo prescribió: “Acordadas y firmadas las sentencias, se publicarán inmediatamente, leyéndolas
el Ministro semanero en presencia del Secretario, que deberá autorizarlas, y de todos cuantos quieran oírlas
para cuyo acto se dará la voz correspondiente, por el portero de la Sala, y se cerrará con la fórmula de
“pronunciada” que dirá el Presidente.”. Suprema Corte de Justicia de la Nación. Sus leyes y sus hombres.
1985. p. 177. La figura de un Ministro Semanero se creó desde el Reglamento que debe observar la Suprema
Corte de Justicia, del 13 de mayo de 1826, estableciéndolo en su capítulo IV. Op. Ult. Cit. P. 60
52
Idem. P. 56
22
de distrito y de la Corte Suprema a que se hace más frecuente aplicación
del Derecho Constitucional; o en otros términos, si las sentencias de los
jueces de distrito y ejecutorias de la Corte en los casos de amparo, fundan
una jurisprudencia especial. 53
Según Lucio Cabrera la ley de 1882 había impuesto a los jueces la carga de
conocer las cinco ejecutorias y de aplicar la jurisprudencia en consecuencia; sin
embargo, el Código de 1897 advirtió como excesiva esta obligación, 55 sobre todo
ante la expansión de la jurisprudencia, por lo que hacia 1908, la ley impuso la
obligación a las partes interesadas de invocar la jurisprudencia atendible a sus
casos, para que los jueces las examinaran y aplicaron en caso de ser
procedentes.
53
Publicado originalmente en El Foro del 14 de enero de 1874 que tuvo una sección de “Jurisprudencia
Constitucional”, reproducido posteriormente en La Suprema Corte de Justicia en la República Restaurada
1867-1876. Suprema Corted de Justicia. p. 239.
54
Manuel Cruzado. Memoria para la Bibliografía Jurídica Mexicana. Antigua Imprenta de E. Murguía.
México. 1894. p. 91
55
De acuerdo con Lucio Cabrera, el Código de 1897 constituye la liberación de los jueces de aplicar de oficio
la jurisprudencia y la exhoneración de cualquier responsabilidad por omisión en la aplicación de la
jurisprudencia entonces vigente; lo cual es interpretado como un reconocimiento a la falta de publicación
oportuna y correcta de la misma jurisprudencia en el Semanario Judicial de la Federación. Lo anterior resulta
en el primer testimonio acerca de los límites que existen cuando se depende de la publicación de la
jurisprudencia, para conocerla, lo cual ya no sería un problema en la actualidad ante los medios electrónicos
de difusión.
56
En cuyo artículo 149 se determinó en su último párrafo: “La jurisprudencia de la Corte en los juicios de
amparo, y en los que se susciten sobre aplicación de leyes federales o tratados celebrados con las potencias
extranjeras, es obligatoria para los magistrados de Circuito, jueces de Distrito y Tribunales de los Estados y
Distrito Federal y Territorios”. Posteriormente, en la Ley de Amparo del 10 de enero de 1936, la
obligatoriedad se extiende a las Juntas de Conciliación y Arbitraje, pues desde el 15 de diciembre de 1935 se
había creado la Sala Laboral de la Suprema Corte. Con la reforma constitucional de 1951 al artículo 107, se
crea la denuncia de contradicción de tesis de jurisprudencia.
23
época, las mismas carencias presupuestarias que se habían notado en años
anteriores surgieron, por lo que la publicación costosa del Semanario fue
retrasándose.
Periódicos como El Derecho, publicado desde 1868 hasta 1897, El Foro de 1873 a
1891, El Litigante de 1881, el Anuario de Legislación y Jurisprudencia de 1884, el
Boletín Judicial de 1884, publicado por disposición expresa del Código de
Procedimientos Civiles de ese año, la Revista de Legislación y Jurisprudencia de
1889, la Guía Práctica de Derecho de 1889, el Foro Guanajuatense, Anales del
Ministerio Público, El Foro Jalisciense, El Foro Michoacano, El Foro Colimense,
Boletín del Ministerio Público y la Gaceta Judicial, son una muestra del gran
interés por publicar la jurisprudencia federal y local en nuestro país durante la
segunda mitad del siglo XIX.
57
Manuel Cruzado. Memoria para la Bibliografía Jurídica Mexicana. p. 11. Sin embargo, el propio autor
considera que fue la ley del 5 de diciembre de 1846 la que verdaderamente impulsa la publicación de obras de
difusión jurídica en nuestro país.
24
16 (1889), 58 Fernando Vega: Necesidad de uniformar la interpretación de la ley
fundamental (1897), 59 José Ricardo Zevada: La jurisprudencia de la Corte
respecto de la Junta de Conciliación y Arbitraje (1926), 60 Ricardo Couto: Ensayo
de respetuosa crítica a algunos puntos de la jurisprudencia de la Suprema Corte
(1928), 61 Antonio Carrillo Flores: La jurisprudencia de la Corte en materia de
súplica (1931), 62 Alfonso Francisco Ramírez: La expropiación según la
Por ello podemos concluir que la publicidad de las sentencias en nuestro país
surgió antes del reconocimiento legal de la jurisprudencia mexicana. Es decir, la
obligatoriedad de los precedentes se legitimó después que se estableció una
publicación oficial para su difusión. ¿Hasta qué punto influyó la existencia de una
publicación que divulgara las sentencias del Poder Judicial de la Federación en la
adopción de la jurisprudencia? Creo que en mucho influyó el primer paso que se
dio por Benito Juárez. El segundo lo dio Ignacio L. Vallarta con el conflicto sobre la
inconstitucionalidad de la leva para el reemplazo de las bajas en el Ejército
Mexicano, según veremos en el siguiente capítulo. 66
58
Revista de Legislación y Jurisprudencia. Tomo II. p. 95
59
Revista de Legislación y Jurisprudencia. Tomo XIII. p. 247.
60
Revista de Ciencias Sociales. Tomo IV. Número 3. Diciembre de 1926. Zevada comenta la contradicción
de resoluciones de la Suprema Corte de Justicia sobre la naturaleza de tribunales asignada a las Juntas de
Conciliación y Arbitraje. Por un lado, concediéndole el carácter de tribunal, mediante la ejecutoria de la
Compañía de Tranvías, Luz y Fuerza de Puebla, S.A. del 25 de agosto de 1925 y, por el otro, negándole tal
carácter, a través de la ejecutoria de la Sociedad Gómez Ochoa y Compañía de Jalisco, de noviembre de
1926.
61
Los Tribunales. Vol. I. Números 9, 10, 11 y 12
62
La Justicia. Febrero de 1931. Número 3
63
La Justicia. Julio 1932. Num. 25.
64
Revista General de Derecho y Jurisprudencia. Año V. Num. 4. Octubre-Diciembre de 1934. Porrúa Hnos.
p. 588. De la Cueva comenta la ejecutoria del 22 de marzo de 1934 recaída al amparo promovido por la
Compañía Limitada del Ferrocarril Mexicano contra actos de la Junta Especial número uno de la Federal de
Conciliación y Arbitraje, para demostrar la diferencia de régimen, bajo nuestra Constitución de 1917, de la
regulación civil del trabajo, con la autonomía del nuevo Derecho del Trabajo en México. Op. Cit. p. 589
65
Margarita de la Villa y José Luis Zambrano. Bibliografía Sumaria del Derecho Mexicano. Instituto de
Derecho Comparado. México. 1957. p. 7-8
66
Aunque Lucio Cabrera sostiene con razón que debe considerarse a Ignacio Mariscal como el promotor del
reconocimiento legal de una jurisprudencia, pues en las sesiones de la Cámara de Diputados del 19 y 20 de
septiembre de 1861, sostuvo con vehemencia que las sentencias que declaraban inconstitucionales a las leyes,
25
No obstante, la amplitud de la jurisprudencia en su reconocimiento constitucional
no pasó sin algunos problemas de legitimación. Recordando que la interpretación
de la Constitución y las leyes es una facultad originaria del Poder Legislativo, hubo
algunas opiniones contrarias al reconocimiento de la jurisprudencia. El exdiputado
constituyente y Ministro de la Suprema Corte, Enrique Colunga dictó sentencia el
30 de octubre de 1937 en que la estimó inconstitucional la jurisprudencia por
invadir facultades del Poder Legislativo y violar el artículo 14 constitucional.
por sentencias de la Suprema Corte de Justicia, “vendrían a caer en desuso y a obligar al legislador a
derogarla sin conflictos de poderes”. Lucio Cabrera. “La Jurisprudencia”. Op. Cit. p. 230-232. En verdad, en
el primer proyecto aprobado de la Ley de Amparo de 1861, se aprobó el artículo 12 en la sesión del 21 de
septiembre de dicho año en el que se estableció que: “Las sentencias que se pronuncien en todas las instancias
se publicarán en todos los periódicos”. Con la Ley de Amparo de 1869, dicha obligación ya se había reducido
a las sentencias definitivas. Mariscal escribió en su clásico ensayo titulado Algunas Reflexiones sobre el juicio
de amparo, publicado en octubre de 1878 que la uniformidad de las sentencias de los jueces de amparo era
imperativa, pues de lo contrario, su facultad interpretativa los convertiría en una hidra nefasta. Revista de la
Escuela Nacional de Jurisprudencia. UNAM. Números 21-22. 1944.
26
Capítulo Sexto
Durante el siglo XIX, los Congresos Mexicanos, tanto federales como locales, así
como los provenientes de un sistema federal como de uno centralista, asumieron y
asumen la facultad de interpretar las leyes. Esta facultad implicó también la
facultad de interpretar la Constitución como diría el constituyente Berruecos en la
sesión del 2 de septiembre del Congreso de 1824, reconocida en el artículo 165
del texto definitivo de la Constitución de ese año, 67 quien juzgó innecesario
repetir la facultad del Congreso General de interpretar la Constitución “porque ya
se ha establecido que al Congreso General toca interpretar las leyes y decretos y
en aquella se comprende, sin duda, la Constitución”.68
67
Artículo 165.- Sólo el Congreso General podrá resolver las dudas que ocurran sobre la inteligencia de los
artículos de la Constitución y la Acta Constitutiva. Constitución de 1824.
68
José Barragán. Constitución Federal de 1824. Crónicas. Tomo II. Congreso de la Unión. 1974. p. 708.
Finalmente se debió a Manuel Crescencio Rejón la inclusión de esta facultad expresa para interpretar la
Constitución.
69
Como ejemplos podemos citar los siguientes: 1. La Constitución de Chiapas del 19 de noviembre de 1825,
estableció en su artículo 84 el siguiente principio, que fue común en el siglo XIX: “Los jueces y tribunales no
pueden más que juzgar y hacer ejecutar lo juzgado; por consiguiente, no pueden suspender la ejecución de las
leyes, interpretar, ni formar reglamentos para la administración de justicia”. 2. La Constitución de Oaxaca del
10 de enero de 1825 también repitió en los mismos términos que la de Chiapas, en su artículo 175, el
principio de interpretación auténtica por el legislador. 3. La Constitución del Estado de Occidente, que
comprendió a Sonora y Sinaloa, determinó el mismo principio con las siguientes palabras: (Artículo 215): “A
los tribunales y jueces toca únicamente hacer la aplicación de las leyes y jamás podrán dispensarlas,
interpretarlas, ni suspender su ejecución. 4. Lo mismo sucedió con la primer Constitución de Tabasco, del 26
de febrero de 1825, en cuyo artículo 136 se estableció: “Los tribunales son ejecutores de la leyes y nunca
podrán interpretarlas, ni suspender su ejecución”. 5. La Constitución de Tamaulipas del 7 de mayo de 1825
expresó lo mismo en su artículo 165, pero el Congreso Constituyente de este Estado fue más categórico, pues
aprobó el decreto 12 del 18 de agosto de 1824 que a la letra determinó:
“El Congreso Constituyente del Estado libre de las Tamaulipas, deseando evitar gravísimos daños, que se
acusan por la arbitrariedad en la inteligencia e interpretación de las leyes, decreta por ley general, lo siguiente:
27
Pero, esta facultad interpretativa del legislador prevalente no ha excluido la
competencia de los demás poderes para hacer lo propio en el ámbito de sus
atribuciones. Por parte del Poder Judicial Federal, la facultad más importante en
esta materia reside en la jurisprudencia, que según el artículo 94 es la capacidad
de interpretación de la Constitución, leyes y reglamentos, tanto federales como
locales, así como de los tratados internacionales.
1. Nadie aunque sea Magistrado, Juez o Letrado, puede interpretar las leyes; sino que éstas se
entenderán por su tenor literal, dando a las voces comunes el significado que tienen generalmente en
el Estado y en la Nación: y a las técnicas (o propias de algún arte, oficio o facultad), aquél en que las
entienden los respectivos profesores.
2. El tribunal que dude del sentido de una ley, lo consultará al Cuerpo Legislativo, y si fuere juez
inferior lo hará por medio del Tribunal de Justicia.
3. El que interprete alguna ley será castigado si fuere autoridad, como atentador arbitrario contra los
derechos de los ciudadanos; y si es letrado, quedará privado de ejercer en el Estado: si es particular,
se le aplicará por el juez ante quien se verse el negocio o causa una multa, según las facultades del
individuo, y teniendo consideración a sus luces. Esta multa, nunca bajará de veinte y cinco pesos, ni
excederá de doscientos: y el juez que la imponga dará cuenta al Tribunal de tercera instancia, para
que la apruebe, modere, agrave o revoque.
Comuníquese al Gobernador del Estado, quien lo hará imprimir, publicar y circular. Dado en Padilla a 18
de agosto de 1824. 1º. de la instalación del Congreso de este Estado.- Juan Echeandía, Presidente.- José
Feliciano Ortiz, Diputado Secretario.- José Eustaquio Fernández, Diputado Secretario.”
Otras Constituciones, como las de Querétaro del 12 de agosto de 1825 (Artículo 150) y la de San Luis Potosí
del 16 de octubre de 1826 (Artículo 184), si bien prohibieron a los jueces y tribunales suspender el efecto de
las leyes, obligándolos a aplicarlas, no se refirieron expresamente a la interpretación de las mismas.
70
Hans Kelsen. “La garantie jurisdictionelle de la Constitution (La Justice constitutionelle)” Revue du Droit
Public et de la Science Politique en France et à l´étranger. 1928. p. 199
71
Idem. p. 200
28
negaban la existencia de dicha institución, a través de los artículos 2º. y 26. 72 Por
ello, en la época de la fundación del Semanario, no existía propiamente
jurisprudencia y Pardo consideraba que su valor en esta época era más doctrinal
que de precedentes obligatorios.
29
sesión del 5 de abril de 1876 de la Cámara de Diputados se discutió sin éxito. En
reacción, durante el mes de abril se mandan detener a varios periodistas que
encabezaban la crítica a la leva, entre ellos, el propio Bianchi. En la sesión de la
Cámara de Diputados del 28 de abril de 1876 se pone del conocimiento de la
Cámara estos sucesos que ahondan más la inconformidad en torno al sistema.
Ante estas detenciones, la única posibilidad de contener el abuso de la autoridad
militar lo fue la Suprema Corte de Justicia.
Sin embargo, más de un año pasó sin que el Ejecutivo enviara el proyecto de ley
deseado y acabara con el odioso sistema de leva que afectaba más a las clases
75
Acta de la Suprema Corte de Justicia correspondiente a la sesión del 27 de agosto de 1880. Ignacio L.
Vallarta. Archivo Inédito. Tomo IV. Volumen 2. Suprema Corte de Justicia. 1998. p. 360-361
30
sociales necesitadas, separándolas de sus familias, y provocando deserciones
que se pretendían castigar con las penas máximas. Mientras tanto, la Suprema
Corte reiteró su criterio en múltiples ejecutorias que comienzan a difundirse a
principios de 1881 y que se publican íntegramente, de manera especial, en las
páginas del Semanario Judicial de la Federación.
Tal fue el caso del amparo de Sebastián Espinosa, pedido ante el juez 2º. de
Distrito del Distrito Federal contra su consignación al Ejército y retención en él. En
este caso, cuya ejecutoria se reprodujo en múltiples más, el quejoso consideró
violada en su perjuicio la garantía del artículo 5º. de la Constitución, ya que había
sido consignado al Ejército y retenido en él sin su voluntad. En la ejecutoria
recaída al amparo Espinosa, la Corte resuelve dos cuestiones constitucionales de
importancia para el tema:
76
Semanario Judicial de la Federación. Colección de las sentencias pronunciadas por los Tribunales
Federales de la República.. 2ª. Época. Tomo I. México. Imprenta Francisco Díaz de León. 1881. p. 51
77
Idem. P. 548-9
31
Juzgado 1º. de Distrito
Tranquilino Mata
Marcial Chavarría
Juan Martínez
Antonio Ruiz
Pablo Miranda
Esteban Varela
Antonio García
Eafael Camargo
Benigno Fernández
Agustín Sánchez
Manuel Cortés
Tomás Herrera
Vicente López
Tomás Velazquez
Tomás Miranda
Alberto Merlo
Juan Flores
Cosme Oropeza
Manuel Hernández
Juan Arciniega
Paulino González
Anastasio Ramírez
Simón Fragoso
Prudencio Martínez
Atilano Martínez
Prisciliano Hernández
Agapito Romero
Juan Torres
Juan García
Manuel Vazquez
Luis Gutiérrez
Pedro Cervantes
Filomeno Rosas
Félix Morales
Paulino Flores
Pedro Piña
José Agustín
Mónico López
Zeferino Ruiz
Trinidad López
Gregorio Vargas
32
José Peralta
Agustín Gutiérrez
Aristeo Licea
Clemente Morales
Colima
Gonzalo Flores
José Ma. Flores
Coahuila
Abraham Molina
Pablo Gregorio
Emilio Hernández
Guanajuato
Candelario Hernández
Luis Flores
Albino Ramos
Hidalgo
Severiano Ledesma
José Ma. Falcón
Jalisco
Michoacán
Juan Hurtado
Nuevo León
Jesús Rodrigo
Angel Ramos
Merced Escobar
33
Sinaloa
Cosme Ersolano
Juan Bautista
Tabasco
Faustino Contreras
Veracruz
Bernardo Nava
De la misma manera, durante el mes de abril de 1881, otra lista similar muestra la
diversidad de la población afectada por la conscripción forzada, la Suprema Corte
mostraba así la reiteración de casos sobre este problema:78
Colima
Santos Torres
Coahuila
Pomposo Barajas
Margarito Cisneros
Estado de México
78
Idem. P. 759
34
Rafael Baños
Cristóbal Sandate
Nuevo León
Néstor Estrada
Tamaulipas Norte
Juan Arellano
Tamaulipas Sur
Apolinar Ramírez
Yucatán
79
Acta de la Suprema Corte de Justicia correspondiente a la sesión del 15 de octubre de 1881: “El Presidente
propuso y la Corte acordó nombrar una comisión que conferencie con el Ejecutivo de la Unión, a fin de que se
35
un informe el 18 de octubre de 1881, manifestando la conformidad de la Secretaría
de Justicia, a la cual estaba sometida la Suprema Corte, en la relación con
cualquier dependencia del poder Ejecutivo.80
Como justificación ante estas actitudes, el Secretario de Justicia manifestó que los
jefes militares sólo estaban obligados a obedecer la ley de reclutamiento y a
acatar a sus superiores para proveer orden y tranquilidad. Sin embargo, el
Secretario de Justicia aludió a que el Ejército se encontraba haciendo un estudio
para evitar las consecuencias de la leva.
No obstante, fue Vallarta quien dio solución a este problema, en todos los
sentidos. Con respecto a la humillación que había experimentado el Poder Judicial
Federal por el desacato de sus resoluciones en los juicios de amparo, proyectó el
anteproyecto de Ley Orgánica de os artículos 101 y 102 de la Constitución Federal
(de 1857), que sería aprobada en sus términos por el Congreso de la Unión el 14
deroguen las circulares expedidas en que se manda que no se cumplan las ejecutorias de la Corte en los
amparos, si no es recibiendo acuerdo de la Secretaría de Guerra, y se expedite la ejecución de las sentencias
de amparo. En consecuencia, el Presidente nombró a los Ministros Vázquez, Palacios y Ortiz”. Vallarta. Op.
Cit. p. 365
80
Aparentemente, desde el 5 de octubre de 1881, el Secretario de Justicia había ya elaborado una iniciativa de
ley conteniendo el concepto de jurisprudencia por reiteración. Posteriormente, el Secretario Ignacio Mariscal
también compartió la necesidad de establecer legalmente la fuerza del precedente, aunque Mariscal no
consideró que tuvieran necesariamente que ser cinco ejecutorias en el mismo sentido, por lo que bastaba una
sola sentencia de la Suprema Corte; quizá a la postre, sería adecuado retomar la propuesta de Mariscal, y
evitar que los asuntos se congestione en el Poder Judicial para lograr los cinco precedentes necesarios para
formar una tesis. Horacio Esquivel Duarte. “Ignacio L. Vallarta y la creación de jurisprudencia mediante la
reiteración de cinco ejecutorias”. Congresistas. México. 15 de marzo de 2001. p. 9
36
de diciembre de 1882, en la cual, tomando como base el conflicto con el Ejército,
introduce el novedoso concepto de jurisprudencia, como precedente que los
tribunales deberían tomar en cuenta para sus futuras resoluciones.
Los tribunales, para fijar el derecho público, tendrán como regla suprema de
conducta, la Constitución Federal, las ejecutorias que la interpreten, las
leyes emanadas de ella y los Tratados de la república con las naciones
extranjeras. 81
A partir de esta ley, el concepto se consolida con otras leyes, mediante del
procedimiento regular para un país con Derecho codificado. El Código de
Procedimientos Federales del 6 de octubre de 1897 a través de su artículo 828
reitera los preceptos citados de la jurisprudencia y, además, incluye una muy
conveniente disposición en su artículo 845:
81
La Suprema Corte de Justicia. Sus leyes y sus hombres. Suprema Corte de Justicia. 1985
37
La anterior disposición constituye una garantía de la función judicial que no se
encuentra en nuestro sistema actual. Dicha garantía o inmunidad es de la misma
naturaleza que la parlamentaria para los miembros de los Congresos, los cuales
no pueden ser reconvenidos por las opiniones emitidas en el ejercicio de sus
funciones; de la misma manera, los jueces no debieran ser reconvenidos por las
opiniones vertidas en sus resoluciones cuando se encuentren interpretando una
ley o la Constitución. Desafortunadamente no existe en la actualidad una
disposición similar que garantice la independencia del Poder Judicial en su labor
sustantiva.
Por otra parte, Vallarta no descuidó el problema que había dado origen a la
jurisprudencia y solicitó a su primo, el prestigiado militar Bernardo Reyes,
propusiera un sistema que sustituyera a la leva para cubrir las bajas del Ejército.
Dicho sistema fue propuesto por Reyes hasta 1885 a través de su Ensayo sobre
un nuevo sistema de reclutamiento para el Ejército y organización de la Guardia
nacional82, y lo fundó en el servicio militar obligatorio por tres años, que implicaba
una reforma constitucional:
82
Imprenta de Dávalos. San Luis Potosí. 1885.
83
Reyes dice adelante en su Ensayo, que si bien la Constitución establece que los jefes de la Guardia
Nacional sean designados por los ciudadanos que la forman, “yo propongo que sean verdaderos oficiales los
que manden esas tropas, oficiales en su mayor parte salidos del Ejército permanente y de los batallones
escuelas”. p. 85
38
El servicio militar personal obligatorio para varones de 18 a 21 años y una
vez que estuvieren en actividad por tres años y por menos tiempo aquellos
que cumplieran ciertas condiciones pasaran a la guardia nacional. 84
84
Op. Cit. p. 28, 29 y 33. Concluye Reyes: “Se prescribe por todo ello que la Guardia Nacional sea la reserva
del Ejército permanente”. p. 132
85
Lucio Cabrera. “La Jurisprudencia”. Op. Cit. p. 248
86
Cabrera. Op. Cit. p. 248
39
fuerza del precedente para sus resoluciones judiciales, interpretativas de las leyes
estatales. 87 Tambien, a partir del año 2000, con base en la Constitución de
Veracruz expedida en dicho año como modelo, algunos Estados han establecido
la justicia constitucional, que ha permitido a los tribunales locales desarrollar la
interpretación de las Constituciones de sus respectivos Estados.
Las tesis de jurisprudencia así publicadas no cuentan con los mismos datos de
difusión de las sentencias que las inspiran, tales como los hechos y argumentos
específicos que se dieron en las resoluciones, sino que reportan sólo los
argumentos de manera lo más abstracta posible, siendo en consecuencia un
método de “codificación” de las sentencias, más que de reporte de las mismas.
A partir de las Épocas recientes del Semanario, estos medios se han utilizado con
discos compactos que han sistematizado las resoluciones para hacerlas más
accesibles al foro y a los propios miembros de la judicatura; pero tales medios
exigen que se actualicen periódicamente mediante la distribución de los discos.
87
Es de resaltarse la disposición contenida en el artículo 106 de la Constitución del Estado de Oaxaca que a la
letra prescribe: “Corresponde al Tribunal Superior de Justicia: (...) III. Iniciar anualmente las reformas a las
leyes que difieran de su propia jurisprudencia y de las consultas u observaciones que formulen los jueces de
Primera Instancia”. Lo cual es una peculiar consecuencia de la jurisprudencia local, que precisamente podría
adoptarse en el ámbito federal cuando exista una jurisprudencia declarando inconstitucional alguna
disposición legal.
40
Los esfuerzos del Poder Judicial de la Federación para difundir su actuación y
resolucion es encomiable y abarca programas de televisión así como infinidad de
formatos en discos, DVD e Internet, todos ellos desarrollados de manera dispersa,
que seguramente serán unificados en el futuro próximo.
41
Capítulo Séptimo
complementaban con comentarios expertos, tal como los hacía Coke en Inglaterra
en el siglo XVII.
Por otra parte, el cúmulo de decisiones y tesis emitidas por los tribunales federales
y la Suprema Corte de Justicia del país, demanda una mayor expansión en su
Reporte, para lo cual la forma tradicional de publicación en tomos y volúmenes no
será idónea en mi opinión, en el futuro inmediato, como se ha comprobado en los
demás países que forman parte de la tradición jurídica de México. 90
42
Quinta (1917-1957) 132
Sexta (1957-1968) 138
Séptima (1969-1988) 228
Octava (1988-1995) 15
Novena (1995-¿?) 20+
Primera Época
Segunda Época
91
Ezequiel Guerrero Lara. “El Semanario Judicial de la Federación: notas sobre su ritmo de publicación y
oportunidad”. Gaceta del Semanario Judicial de la Federación. Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Número 50. Febrero de 1992. p. 103-122
43
XIII Julio-Diciembre 1887 1888
XIV Enero-Junio 1888 1889
XV Julio-Diciembre 1888 1889
XVI Enero-Junio 1889 1890
XVII Julio-Diciembre 1889 1890
Tercera Época
Cuarta Época
44
XVIII Enero-Marzo 1904 1905
XIX Abril-Junio 1904 1905
XX Julio-Septiembre 1904 1905
XXI Octubre-Diciembre 1904 1906
XXII Enero-Marzo 1905 1906
XXIII Abril-Junio 1905 1906
XXIV Julio-Septiembre 1905 1906
XXV Octubre-Diciembre 1905 1906
XXVI Enero-Marzo 1906 1907
XXVII Abril-Junio 1906 1907
XXVIII Julio-Septiembre 1906 1907
XXIX Octubre-Diciembre 1906 1907
XXX Enero-Marzo 1907 1907
XXXI Marzo-Abril 1907 1908
XXXII Mayo-Junio 1907 1908
XXXIII Julio-Agosto 1907 1908
XXXIV Septiembre-Octubre 1907 1909
XXXV Noviembre-Diciembre 1910
1907
XXXVI Enero-Febrero 1908 1910
XXXVII Marzo-Abril 1908 1910
XXXVIII Mayo-Junio 1908 1910
XXXIX Julio-Agosto 1908 1911
XL Septiembre-Octubre 1908 1911
XLI Noviembre-Diciembre 1911
1908
XLII Enero-Febrero 1909 1912
XLIII Mayo-Junio 1909 1912
XLIV Julio-Agosto 1909 1912
XLV Septiembre-Octubre 1909 1913
XLVI Noviembre-Diciembre 1913
1909
XLVII Enero-Febrero 1910 1913
XLVIII Marzo-Abril 1910 1913
XLIX Mayo-Junio 1910 1913
L Julio-Agosto 1910 1914
LI Septiembre-Octubre 1910 1914
LII Noviembre-Diciembre 1914
1910
Quinta Época
45
II Enero-Junio 1918 1919
III Julio-Diciembre 1918 1919
IV Enero-Junio 1919 1920
V Julio-Diciembre 1919 1920
VI Enero-Junio 1920 1920
VII Julio-Diciembre 1920 1921
VIII Enero-Junio 1921 1921
IX Julio-Diciembre 1921 1922
X Enero-Junio 1922 1922
XI Julio-Diciembre 1922 1923
XII Enero-Mayo 1923 1923
XIII Agosto-Diciembre 1923 1924
XIV Enero-Junio 1924 1925
XV Julio-Diciembre 1924 1925
XVI Enero-Junio 1925 1925
XVII Julio-Diciembre 1925 1926
XVIII Enero-Junio 1926 1927
XIX Julio-Diciembre 1926 1927
XX Enero-Junio 1927 1928
XXI Julio-Diciembre 1927 1927-1928
XXII Enero-Abril 1928 1929
XXIII Mayo-Agosto 1928 1929
XXIV Septiembre-Diciembre 1929
1928
XXV Enero-Abril 1929 1929
XXVI Mayo-Agosto 1929 1930
XXVII Septiembre-Diciembre 1930
1929
XXVIII Enero-Abril 1930 1931
XXIX Mayo-Agosto 1930 1931
XXX Septiembre-Diciembre 1932
1930
XXXI Enero-Abril 1931 1932
XXXII Mayo-Agosto 1931 1933
XXXIII Septiembre-Diciembre 1933
1931
XXXIV Enero-Abril 1932 1934
XXXV Mayo-Agosto 1932 1934
XXXVI Septiembre-Diciembre 1935
1932
XXXVII Enero-Abril 1933 1935
XXXVIII Mayo-Agosto 1933 1936
XXXIX Septiembre-Diciembre 1936
1933
XL Enero-Abril 1934 1936
46
XLI Mayo-Agosto 1934 1936
XLII Septiembre-Diciembre 1936
1934
XLIII Enero-Marzo 1935 1935
XLIV Abril-Junio 1935 1936
XLV Julio-Septiembre 1935 1937
XLVI Octubre-Diciembre 1935 1937
XLVII Enero-Marzo 1936 1937
XLVIII Abril-Junio 1936 1937
XLIX Julio-Septiembre 1936 1938
L Octubre-Diciembre 1936 1938
LI Enero-Marzo 1937 1938
LII Abril-Junio 1937 1938
LIII Julio-Septiembre 1937 1938
LIV Octubre-Diciembre 1937 1938
LV Enero-Marzo 1938 1938
LVI Abril-Junio 1938 1939
LVII Julio-Junio 1938 1939
LVIII Octubre-Diciembre 1938 1939
LIX Enero-Marzo 1939 1939
LX Abril-Junio 1939 1939
LXI Julio-Septiembre 1939 1939
LXII Octubre-Diciembre 1939 1940
LXIII Enero-Marzo 1940 1940
LXIV Abril-Junio 1940 1940
LXV Julio-Septiembre 1940 1940
LXVI Octubre-Diciembre 1940 1941
LXVII Enero-Marzo 1941 1941
LXVIII Abril-Junio 1941 1941
LXIX Julio-Septiembre 1941 1941
LXX Octubre-Diciembre 1941 1942
LXXI Enero-Marzo 1942 1942
LXXII Abril-Junio 1942 1942
LXXIII Julio-Septiembre 1942 1943
LXXIV Octubre-Diciembre 1942 1943
LXXV Enero-Marzo 1943 1943
LXXVI Abril-Junio 1943 1944
LXXVII Julio-Septiembre 1943 1944
LXXVIII Octubre-Diciembre 1943 1945
LXXIX Enero-Marzo 1944 1945
LXXX Abril-Junio 1944 1945
LXXXI Julio-Septiembre 1944 1945
LXXXII Octubre-Diciembre 1944 1946
LXXXIII Enero-Marzo 1945 1946
LXXXIV Abril-Junio 1945 1946
47
LXXXV Julio-Septiembre 1945 1946
LXXXVI Octubre-Diciembre 1945 1947
LXXXVII Enero-Marzo 1946 1947
LXXXVIII Abril-Junio 1946 1947
LXXXIX Julio-Septiembre 1946 1947
XC Octubre-Diciembre 1946 1947
XCI Enero-Marzo 1947 1947
XCII Abril-Junio 1947 1948
XCIII Julio-Septiembre 1947 1948
XCIV Octubre-Diciembre 1947 1948
XCV Enero-Marzo 1948 1948
XCVI Abril-Junio 1948 1948
XCVII Julio-Septiembre 1948 1949
XCVIII Octubre-Diciembre 1948 1949
XCIX Enero-Marzo 1949 1949
C Abril-Junio 1949 1949
CI Julio-Septiembre 1949 1950
CII Octubre-Diciembre 1949 1950
CIII Enero-Marzo 1950 1950
CIV Abril-Junio 1950 1950
CV Julio-Septiembre 1950 1951
CVI Octubre-Diciembre 1950 1951
CVII Enero-Marzo 1951 1951
CVIII Abril-Junio 1951 1951
CIX Julio-Septiembre 1951 1952
CX Octubre-Diciembre 1951 1952
CXI Enero-Marzo 1952 1952
CXII Abril-Junio 1952 1952
CXIII Julio-Septiembre 1952 1953
CXIV Octubre-Diciembre 1952 1953
CXV Enero-Marzo 1953 1953
CXVI Abril-Junio 1953 1953
CXVII Julio-Septiembre 1953 1953
CXVIII Octubre-Diciembre 1953 1954
CXIX Enero-Marzo 1954 1954
CXX Abril-Junio 1954 1955
CXXI Julio-Septiembre 1954 1955
CXXII Octubre-Diciembre 1954 1956
CXXIII Enero-Marzo 1955 1956
CXXIV Abril-Junio 1955 1957
CXXV Julio-Septiembre 1955 1957
CXXVI Octubre-Diciembre 1955 1964
CXXVII Enero-Marzo 1956 1964
CXXVIII Abril-Junio 1956 1964
CXXIX Julio-Septiembre 1956 1965
48
CXXX Octubre-Diciembre 1956 1965
CXXXI Enero-Marzo 1957 1965
CXXXII Abril-Junio 1957 1965
Sexta Época
Séptima Época
49
55-60 Julio-Diciembre 1973 1975
61-66 Enero-Junio 1974 1975
67-72 Julio-Diciembre 1974 1975
73-78 Enero-Junio 1975 1976-1977
79-84 Julio-Diciembre 1975 1977
85-90 Enero-Junio 1976 1977
91-96 Julio-Diciembre 1976 1977
97-102 Enero-Junio 1977 1978
103-108 Julio-Diciembre 1977 1978
109-114 Enero-Junio 1978 1979
115-120 Julio-Diciembre 1978 1979
121-126 Enero-Junio 1979 1980
127-132 Julio-Diciembre 1979 1980
133-138 Enero-Junio 1980 1981
139-144 Julio Diciembre 1980 1981
145-150 Enero-Junio 1981 1982
151-156 Julio-Diciembre 1981 1982
157-162 Enero-Junio 1982 1983
163-168 Julio-Diciembre 1982 1983
169-174 Enero-Junio 1983 1984
175-180 Julio-Diciembre 1983 1984
181-186 Enero-Junio 1984 1986
187-192 Julio-Diciembre 1984 1986
193-198 Enero-Junio 1985 1987
199-204 Julio-Diciembre 1985 1987
205-216 Enero-Diciembre 1986 1988
217-228 Enero-Diciembre 1987 1988
Octava Época
92
A partir de este Tomo, la publicación del Semanario Judicial se regulariza y sale en el año en que se
reportan las decisiones.
93
A partis de este Tomo, se editan volúmenes separados con una periodicidad de uno y dos meses.
50
XI Enero-Junio 1993 1993
XII Julio-Diciembre 1993 1993
XIII Enero-Junio 1994 1994
XIV Julio-Diciembre 1994 1994
XV Enero-Febrero 1995 1995
Novena Época
51
Gacetas y una variedad de publicaciones adicionales al Semanario, lo cual
obligaba a enumerarlas y compilarlas con periodicidad, por lo que incluso las
mismas tesis firmes de jurisprudencia cuentan con distintos números según el
Apéndice al Semanario Judicial de la Federación en que se reportan.
Por otra parte, la jurisprudencia en México entra al siglo XXI con una experiencia y
desarrollo de más de 134 años, que merece ser consultada con facilidad; sin
embargo, por la misma extensión de volúmenes que siguen incrementándose para
reportar las tesis jurisprudenciales, resulta conveniente considerar medios
alternativos y simplificados de reportes de dichas resoluciones, para lo cual se
presenta opciones ya implementadas en otros países. Las formas en que se
reportan las tesis de jurisprudencia se modelaron de acuerdo a la resolución de los
juicios de amparo que era el principal procedimiento sustanciado en el Poder
Judicial Federal; sin embargo, a partir de 1995, la reforma constitucional en
materia judicial inició una nueva actividad para la Suprema Corte de Justicia y
operó una reasignación de mayores responsabilidades para los Tribunales
Colegiados, por lo que la forma en que se reportan las sentencias de las
controversias constitucionales y las acciones de inconstitucionalidad podría contar
con características distintas a las tradicionales tesis de jurisprudencia recaídas
sobre los juicios de amparo.
94
Lucio Cabrera. “Hacia una mejor justicia. Algunos aspectos”. La Reforma Jurídica de 1983. p. 124
52
Pedimentos del Ministerio
Público)
Segunda 9 años Se eliminan los
Pedimentos del Ministerio
Público. Durante esta
época y hasta la cuarta,
se incluyen las
sentencias de los
juzgados de distrito, las
cuales eran reportadas
en su totalidad, pues eran
revisadas de oficio por la
Suprema Corte. Esta
época, diseñada por
Ignacio L. Vallarta,
reporta los considerandos
de las sentencias en
forma de preguntas, lo
cual ayudaba a identificar
los principales puntos de
interpretación.Se reportan
los con abundancia de
índices, los cuales siguen
el siguiente orden: 1.
Cronológico; 2. Nombre
de quejosos; 3. Materias
y 4. Artículos
constitucionales
Interpretados;
adicionalmente se
incluían las resoluciones
de los Tribunales de
Circuito y la lista de
juicios sobreseídos.
Tercera 7 años Contiene las mismas
características de la
Segunda Época.
Cuarta 16 años Al reportar las sentencias,
incluye un pequeño
sumario del fallo, como
encabezado.
Consideramos que este
sumario sirve de
antecedente a la
formulación de “Tesis” de
jurisprudencia que
53
encontramos en épocas
posteriores.
54
XXXVI, L, LIV, LXXVI y relevantes de los
XCVII de la Quinta Época precedentes reportados
en los respectivos tomos.
Apéndice 1917-1954 Origen inmediato de las
“Tesis” de Jurisprudencia.
Se publicaron de manera
separada para publicar
las principales tesis, con
el objeto de ser “más
conciso, sin perjuicio de
la precisión jurídica”,
según expresó el Ministro
Inspector José María
Truchuelo. Los Apéndices
se dividieron en cinco
secciones, de acuerdo a
la materia: 1. Tesis de
Jurisprudencia relativas a
cualquier materia; 2.
Tesis en materia penal; 3.
Tesis en materia
administrativa; 4. Tesis
en materia civil y 5. Tesis
en materia de Trabajo. Se
hacen referencias
cruzadas con tesis
relevantes.
Boletín de Información 20 años Fundado por Francisco
Judicial 1943, 1945-1965 Parada Gay, Secretario
General de Acuerdos de
la Suprema Corte, poco
antes de su fallecimiento
en 1948. Se interrumpió
su puiblicación mensual
de junio de 1953 a julio
de 1954. La edición de su
segunda etapa estuvo a
cargo de la Asociación
Nacional de Funcionarios
Judiciales. Se publicaron
las tesis más importantes
en orde alfabético.
Contuvo una sección de
doctrina en la que se
publicaron 80 ensayos de
importancia.
55
Suplemento 1956 Poco antes de concluir la
Quinta Época, se publicó
este suplemento con las
tesis que no habían sido
seleccionadas para
incluirse en el Apéndice,
por no haber reunido los
requisitos que marcaba la
Ley de Amparo. Se
reportaron en orden
alfabético según su
materia, y se cita al calce
el número de toca, el
nombre del quejoso, la
fecha de la ejecutoria y la
votación respectiva.
Contiene las tesis que no
habían sido
seleccionadas para el
Apéndice 1917-1954 “por
no reunir los requisitos
que la Ley de Amparo
señalaba”.
Sexta (+) 11 años Se comienzan a dar
“Bases” que regulan el
Reporte de la
Jurisprudencia,
señalándose los datos
que toda tesis deberá
contener de manera
uniforme. Se separa en
publicaciones distintas las
tesis sustentadas por el
Pleno de la Suprema
Corte y las Salas de la
misma. El orden de las
tesis es alfabético, de
acuerdo a los criterios del
Suplemento. Las Bases
señalaban que se pueden
publicar algunas
ejecutorias en su
integridad, cuando tengan
un interés especial.
Apéndice 1917-1965 Constituye una
actualización del anterior
56
Apéndice (1917-1955).
Se integró en seis partes,
conteniendo la
jurisprudencia
alfabéticamente en el
siguiente orden: 1. Pleno
(jurisprudencia sobre
amparo contra leyes y
competencias de
tribunales); 2. Primera
Sala (materia penal); 3.
Segunda Sala (materia
administrativa); 4.
Tercera Sala (materia
civil); 5. Cuarta Sala
(materia del trabajo) y 6.
Común (Temas genéricos
sobre el juicio de amparo
y comunes a las Salas y
al Pleno).
Séptima (+) 19 años Continúa con las
características de la
anterior época.
Primer Apéndice de la 1917-1975 Para conmemorar el
Séptima Época Sesquicentenario de la
Suprema Corte se integró
esta actualización de las
tesis sustentadas hasta
mayo de 1975. Bajo este
Apéndice, se había
establecido la Sala
Auxiliar y se había
determinado la
obligatoriedad de la
jurisprudencia de los
Tribunales Colegiados,
por lo que se integró en
ocho partes, adicionando
la séptima de la nueva
Sala, más una octava
relativa a las tesis sobre
temas genéricos de
amparo: 1. Pleno; 2.
Primera Sala; 3. Segunda
Sala; 4. Tercera Sala. 5.
Cuarta Sala; 6.
57
Tribunales Colegiados de
Circuito; 7. Sala Auxiliar;
8. Común.
Segundo Apéndice de la 1917-1985 Debido a que hasta esta
Séptima Época fecha se habían
publicado los Apéndices
cada diez años, se
actualizaron las tesis
emitidas a través de esta
publicación. Contiene
nueve partes, donde da
cuenta de las tesis que
tenían que reagruparse
debido al cambio del
sistema de competencias
operado en la Suprema
Corte.
Tercer Apéndice de la 1917-1988 Debido a los cambios
Séptima Época estructurales del Poder
Judicial de la Federación
que entraron en vigor el
14 de enero de 1988, se
actualizan las tesis hasta
esa fecha en esta
publicación, concluyendo
así la Séptima Época. Se
crean dos grandes
partes. La primera
comprende las tesis del
Pleno de la Suprema
Corte relativa a la
constitucionalidad de
tesis y se le divide en dos
secciones, una para las
tesis firmes de
jurisprudencia y la otra
conteniendo precedentes
surgidos entre 1969 y
1987. La segunda gran
parte comprende todas
las materias que figuraron
en las partes segunda a
la novena del Apéndice
1917-1985.
Octava 8 años Se crean las “Gacetas”
como publicaciones que
58
contendrán las tesis de
jurisprudencia.
Apéndice de la Octava 1917-1995 Se publica como
Época consecuencia de las
reformas constitucionales
del 31 de diciembre de
1994, concluyendo la
Época y marcando la
necesidad de una nueva
época. Contiene 7 tomos,
seis por materia y un
séptimo con un índice
general. De la misma
manera, se divide en dos
grandes partes: Una
compuesta por las tesis
de jurisprudencia
vigentes, con dos
secciones, una para la
Suprema Corte y para los
Tribunales Colegiados y
la segunda sección para
las tesis históricas u
obsoletas que revisten
importancia o porque
propiciaron criterios
interpretativos de los
tribunales federales. Se
publicaron siete tomos: I.
Materia Constitucional. II
Materia Penal. III. Materia
Administrativa, IV.
Materia Civil, V. Materia
del Trabajo. VI. Materia
Común y VII Índice
General.
Novena (+) 10 años
Apéndice de la Novena 1917-2000 Contiene las tesis más
Época relevantes del siglo XX.
Contiene las tesis desde
junio de 1917 hasta
marzo de 2000.
59
países de volver a un formato sencillo que es compatible con los avances
tecnológicos.
Primera Época
Segunda Época
a) Año de la decisión, con una periodicidad por mes del año correspondiente,
b) Nombre del quejoso, siendo el primero el amparo de Juan Hernández y
socios,
c)Descripción del caso, describiendo ante la autoridad judicial que se interpuso
el amparo. En el primer caso se hizo la siguiente descripción: “Amparo pedido
95
Semanario Judicial de la Federación. Colección de las sentencias pronunicadas por los Tribunales
Federales y pedimentos del Ministerio Público. Tomo 1o. México. Imprenta dirigida por Jorge Batiza. 1871.
60
ante el juez de Distrito del Estado de Hidalgo, por Juan Hernández y socios, en
nombre de los vecinos del pueblo de San Ignacio Nopala, y de otros, contra el
juez de primera instancia”96,
c) Transcripción de sus considerandos, De manera sucinta y en forma de
preguntas se explican los argumentos jurídicos del caso,
d) Pedimento del Promotor Fiscal, sugiriendo la procedencia o no del amparo
interpuesto,
e) Sentencia del juez de distrito, donde se reproduce exclusivamente los
argumentos jurídicos,
f) Ejecutoria de la Suprema Corte de Justicia.
Tercera Época
Bajo la Presidencia de Félix Romero, que había tomado protesta del cargo el 9 de
octubre de 1888, se inicia esta época, sin una explicación clara sobre su origen.
La organización de la época es similar a la anterior, comenzando a reportar
sentencias correspondientes al mes de enero de 1890, siendo el juicio de amparo
promovido por Trinidad Cortés y Romero el primero en ser reportado en esta
nueva época. 98 Se agrega a la identificación de la sentencia el sentido del fallo del
juez de distrito así como el de la Suprema Corte.
96
Semanario Judicial de la Federación. Colección de las sentencias pronunciadas por los Tribunales
Federales de la República. Segunda Época. Tomo I. México. Imprenta Francisco Díaz de León. 1881.
97
Este índice puede ser considerado como el antecedente de los epígrafes de las tesis de jurisprudencia
actuales, pues para la elaboración de este índice se identificaba la institución más significativa de la sentencia,
como ejemplo tenemos en la “A”: Acusación, Administración de Justicia, Alcabala, etc.
98
En la descricpión del caso se lee: “El Presbítero Trinidad Cortés y Romero se presentó al juez de distrito de
Querétaro pidiendo amparo contra el juez de San Juan del Río, que le mandó entregara un rancho, con lo cual
estima el quejoso violados en su persona los artículos 8o. y 16 de la Constitución”. Esta época conserva el
mismo título que el de la Segunda Época, y su impresión corresponde a la Imprenta de Guillermo Veraza en
1891.
61
Entre las otras secciones que se incluyen adicionales al juicio de amparo, está el
de competencias de tribunales, que comienza a cobrar gran importancia en la
época. Los índices conservan el racional orden que impuso la segunda época.
Cuarta Época
Quinta Época
99
Semanario Judicial de la Federación, fundado por ley del 8 de diciembre de 1870. 4a. época. México.
Imprenta y Encuadernación. 1898.
62
cuando interpreta instituciones que no han cambiado sustancialmente en la
Constitución de 1917, desde las garantías individuales hasta el sistema
presidencial y la regla genérica de distribución de competencias, fueron pocos los
cambios operados no sólo en 1917 sino aún la actualidad con los cientos de
reformas parciales que han operado sobre la Carta de 1917.
1º. Juicio de Amparo.- Tendría que ser reestructurado para garantizar mayor
independencia del Poder Judicial Federal y reducir su procedencia contra actos
“insignificantes” de las autoridades de los Estados;
2º. Soberanía de los Estados.- Habría que respetar la soberanía de los Estados y
utilizar menos las medidas de intervención federal;
3º. Sentencias de los Tribunales estatales.- Establecer en definitiva la procedencia
del juicio de amparo en negocios judiciales para corregir excesos de la justicia
local;
4º. Garantías penales.- Reforma al artículo 20 constitucional para evitar los abusos
de la incomunicación;
5º. Libre concurrencia comercial.- Propone limitar los monopolios de todo tipo;
6º. Elección directa del Presidente de la República
7º. Municipio Libre.- Autónomo de toda autoridad intermedia.
8º. Responsabilidad política del Presidente.- Los diputados no deberían juzgar
políticamente al Presidente, pues se han cometido abusos de parte de los
Congresos.
9º. Consolidación del sistema presidencial.- El Presidente no debe estar sometido
al Congreso, los gobiernos de la Revolución Mexicana requieren un Presidente
fortalecido; 100
10. Desaparición de la Vicepresidencia.- Por haber sido un instrumento de los
“científicos” del Porfirismo.101
100
Por ello, Carranza usó toda su influencia para que se desechara en el Congreso Constituyente, la propuesta
del diputado Froylán Manjarrez para implantar unj sistema parlamentario. Manuel González Oropeza y
Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. “Proyectos de parlamentarismo en México”. El constitucionalismo en las
postrimerías del siglo XX. La Constitución Mexicana 70 años después. UNAM. 1987. Tomo VI. p. 407-416
101
Manuel González Oropeza. Homenaje al Congreso Constituyente de Querétaro. UNAM. 1998. p. 15
63
VENUSTIANO CARRANZA, Primer Jefe del Ejército Constitucionalista,
Encargado del Poder Ejecutivo de los Estados Unidos Mexicanos,
hace saber:
La Suprema Corte por su parte, tuvo que enfrentar los problemas creados por el
decreto del 11 de julio de 1916, que había suspendido la jurisdicción de los jueces
de distrito para conocer y sustanciar juicios de amparo instaurados a partir de la
vigencia de la Constitución, que inició el 1º. de mayo de 1917. El caso reportado,
102
“La sustanciación de los juicios de amparo con arreglo a la Constitución de 1917 y a la Legislación
anterior”. Semanario Judicial de la Federación. Quinta Época. Tomo I. p. 15
64
más controvertido al inicio de la época, fue el de Rafael Navarrete, preso en
Veracruz por el delito de rebelión.
103
Como se observa, estos sumarios ya ensayan los epígrafes de las tesis que actualmente se utilizan.
104
Se incluye un “Vocabulario de las materias” donde se relacionan las “tesis jurídicas” de manera alfabética,
con los sumarios de cada caso reportado. Sin embargo, es de notarse que en esta época se abandona el nombre
de tesis jurídicas
105
Se refiere a las tesis sustentadas con motivo del cambio de régimen constitucional.
65
p) Sección 16: Responsabilidad oficial en materia penal atribuida al
juez de distrito;
q) Sección 17: Revisión de autos de improcedencia;
r) Sección 18: Sobreseimientos
s) Sección 19: Revisión de autos de suspensión;
t) Sección 20: Relación de los nombres de personas interesadas en
los fallos;
u) Sección 21: Artículos constitucionales interpretados;
v) Sección 22: Artículos del Código Federal de Procedimientos
Civiles; y
w) Sección 23: Artículos del Código Federal de Procedimientos
Penales
10. Fé de erratas
Los Magistrados que iniciaron la Quinta Época del Semanario tomaron posesión
de su cargo el 1º. de junio de 1917 y designaron como Secretario General al
célebre historiador de nuestro Máximo Tribunal, Francisco Parada Gay. 106 El
primer Ministro Inspector del Semanario lo fue Victoriano Pimentel quien ejerció
esta función a partir del 15 de abril de 1918. Al rendir su primer informe, el Ministro
Pimentel describió:
106
Breve Reseña Histórica de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Antigua Imprenta de Murguía.
1929. 82 p.
107
Semanario Judicial de la Federación. Quinta Época. Tomo I. Antigua Imprenta de Murguía. 1918
Eefcetivamente los índices se dividieron en 23 secciones, lo cual hacdía por sí mismo, muy difícil la consulta
de las tesis.
66
Sexta Época
Los índices se organizan por cada mes y por orden alfabético de los quejosos de
cada caso. Se gregan en apéndices los discursos y estudios o documentos
especiales que se hubiesen generado. En esta época, la información se ofrece a
través de “Partes”, siendo la primera lo relacionado con el Tribunal Pleno de la
Suprema Corte y así hasta la Quinta Parte que incluye la información relativa a la
Cuarta Sala. En cada parte se fragmenta la información con sus tesis,
alfabéticamente ordenadas, y con sus índices. Se expide, por regla general, un
volumen por mes.
Las bases que rigieron la Sexta Época ordenaban que se publicaran cuadernos
separados por cada mes de actividades, con las tesis extractadas por el
Departamento del Semanario Judicial y que se publicaran, a continuación de las
tesis, las ejecutorias, bnien completas o extractadas, previo acuerdo del Pleno o la
Sala en cuestión. Los índices de las tesis aparecerían cada semestre descritos en
tres secciones.
Séptima Época
67
En esta época que sigue el formato de la anterior, se aprueban nuevas “Bases”
que rigieron al Semanario Judicial de la Federación y que transcribimos a
continuación:
108
Esta disposición sugiere que ya en esta época se cuestionaba el nombre de “Semanario”, cuya periodicidad
no correspondía al nombre, pero que por respeto a la tradición, al menos nominal, fincada por Benito Juárez.
68
cuando se hayan formulado votos particulares, o cuando se traten
cuestiones jurídicas de gran importancia o cuya complejidad haga difícil
su comprensión al través del extracto.
X. Cada semestre aparecerán en sendos cuadernos para el Pleno, las
Salas y los Tribunales Colegiados de Circuito, los índices de la
publicación que comprenderán las secciones siguientes:
a) Índice alfabético de las tesis, con voces de referencia que faciliten su
localización.
b) Índice onomástico de los promoventes de los asuntos cuyos fallos
sean materia de la publicación, en el que se hará constar, además,
los números de los expedientes y, las fechas de las ejecutorias, y
c) Índice de los votos particulares.
Los índices semestrales abarcarán las ejecutorias de enero a junio y de
julio a diciembre de cada año.
Octava Época
69
respectivos volúmenes, lo cual ya muestra una dificultad para mantener el paso de
las tesis producidas por la Suprema Corte y los Tribunales Colegiados con
relación a los tiempos de impresión del Semanario Judicial de la Federación.
La Primera parte cuenta con dos divisiones, la primera abarca cuatro secciones
que cubren las tesis del Pleno y las primeras tres Salas de la Corte, mientras que
la segunda comienza con la quinta sección correspondiente a la Cuarta Sala de la
Corte y finaliza con una sección séptima donde incluye varios documentos en
donde se localizan acuerdos e índices de variado contenido.
El inicio de esta época fue objeto no de bases sino de un acuerdo, el 3/88, relativo
a su registro que se transcribe a continuación:
Acuerdo del Tribunal en Pleno del día cuatro de febrero de mil novecientos
ochenta y ocho.
Considerando
Por tanto, con apoyo en los artículos 195, 197, 197-A y 197-B de la Ley de
Amparo y 12, fracción XXXVIII de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación, este Tribunal en Pleno expide el siguiente
ACUERDO
70
SEGUNDO.- Se da por terminada la Séptima Época del Semanario Judicial
de la Federación.
SÉPTIMO.- Al calce de cada tesis se consignan los datos que sirvan para la
completa identificación de la ejecutoria que la sustente, incluyéndose los
precedentes relativos, el nombre del ministro ponente y los de los
disidentes y ausentes, en su caso, así como el del secretario de Estudio y
Cuenta respectivo.
71
NOVENO.- Las ejecutorias se publicarán a continuación de las tesis
respectivas, ya sea íntegramente o en forma parcial, cuando la Suprema
Corte o los Tribunales Colegiados así lo acuerden expresamente, y cuando
se hayan formulado votos particulares; o cuando, a juicio del director
generaql del Semanario Judicial de la Federación, se traten cuestiones
jurídicas de gran importancia o cuya complejidad haga difícil su
comprensión a través de la tesis. 109
TRANSITORIO
109
Nótesse en este punto del Acuerdo, con relación a la discusión actual del Derecho Judicial de los Estados
Unidos anotadea en capítulos anteriores de este trabajo, que los tribunales federales mexicanos no asumen la
discrecionalidad para publicar o no una ejecutoria, sino tan sólo para reproducirla íntegra o parcialmente,
incluso a discreción del director del Semanario Judicial de la Federación.
110
Una nueva publicación fue la Gaceta, que desde un principio se unió al Semanario, alterando desde
entonces su nombre de Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta.
72
ÚNICO.- Publíquese este acuerdo en el órgano correspondiente del
Semanario Judicial, y hágase del conocimiento de todos los Tribunales de
Circuito y de la Suprema Corte de Justicia para su debido cumplimiento.
ACUERDO
73
1.- Una tesis consiste en la expresión por escrito, en forma abstracta, del
criterio de interpretación de una norma jurídica con el que se resolvió un
caso concreto. Luego, la tesis no es un extracto, una síntesis o un resumen
de la resolución.
4.- La tesis se redactará con claridad y de modo que pueda ser entendida
cabalmente sin recurrir a la resolución correspondiente, pero no deberá
formularse mediante la simple transcripción de una parte de ésta.
7.- Para facilitar su rápida localización, los títulos o rubros de las tesis se
clasificarán temáticamente. Con frecuencia el enunciado gramaticalmente
natural se sustituye por la inversión de palabras, colocando en primer
término las de rango principal. Por ejemplo, es más propio el rubro
“Divorcio, Abandono del domicilio conyugal como causal de”, que la
expresión “Abandono del domicilio conyugal como causal de divorcio”.
Además, el rubro se integrará no únicamente con la voz principal, sino
también con la diferencia específica del contenido de la tesis. Así, en el
ejemplo anterior no sería suficiente que el título fuera “Divorcio” o “Divorcio,
causales de”.
74
Amparo Directo 1479/80.- Adolfo León Naranjo.-4 de noviembre de 1980.-
Unanimidad de votos.-Ponente: Enrique Mota Aguirre.-Secretario: Eufemio
Zamudio Alemán.
Precedentes:
Séptima Época:
Véase:
En tal virtud, las bases para reportar la jurisprudencia que se adoptaron mediante
este Instructivo cambiaron sustancialmente los objetivos tradicionales del
111
Nótese el reconocimiento en este Instructivo de la existencia de precedentes no publicados, que además
tienen la fuerza de precedente, lo cual ha sido de gran controversia en el Derecho Judicial de los Estados
Unidos, tal como lo mencionamos en un capítulo previo.
112
Al respecto habrá que recordar que la Constitución confiere al Legislador la facultad de interpretar,
modificar o derogar las leyes, sólo mediante el proceso legislativo, según el artículo 72, inciso f).
75
Semanario Judicial de la Federación, que habían sido el reportar los casos y
resoluciones, ofreciendo criterios de interpretación de las normas, pero ligados a
los hechos y circunstancias de cada caso; por ello se reproducían los
considerandos de las sentencias, no sólo de la Suprema Corte sino de los propios
juzgados de distrito.
CONSIDERANDO
ACUERDO
76
QUINTO.- El presente acuerdo será aplicable, en lo conducente y
respetando sus sistemas de organización interna, a las Salas de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación y a los Tribunales Colegiados de
Circuito.
Novena Época
No obstante las bases sentadas en el Instructivo de la Octava Época, las tesis son
frecuentemente seguidas por la reproducción de los considerandos de los casos
que resolvieron el carácter de jurisprudencia, o resolvieron una contradicción de
tesis.
Los índices más comunes en esta época se dividen en las siguientes secciones:
77
3. Onomástico de Tesis de Jurisprudencia. Clasificadas con el número de
expediente, fecha de resolución y página del Semanario donde se
encuentra publicada.
4. Ejecutorias de Pleno y Salas que integran jurisprudencia.
5. De tesis aisladas de Pleno y Salas.
6. Tabla temática de tesis aisladas de Pleno y Salas
7. Onomástico de tesis aisladas de Pleno y Salas
8. De tesis de jurisprudencia de Tribunales Colegiados de Circuito
9. Tabla temática de tesis de jurisprudencia de Tribunales Colegiados de
Circuito
10. Onomástico de tesis de jurisprudencia de Tribunales Colegiados de Circuito
11. De ejecutorias de Tribunales Colegiados de Circuito que integran
jurisprudencia. Incluyen el nombre del Magistrado Ponente
12. De acuerdos del Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia
13. General.
Capítulo Octavo
78
Dos paradigmas en la encrucijada de México
Ni uno ni otro paradigma es realidad plena en nuestro país y ante el comienzo del
siglo XXI, estamos en una encrucijada, que se concentra en el problema del
denominado efecto Otero de relatividad de las sentencias, ante juicios de amparo
contra leyes. Si aceptamos que los jueces puedan declarar con efectos generales
la anulación de las leyes consideradas como inconstitucionales estaremos
negando la tradición del principio de autoridad formal de la ley, consagrada en el
artículo 72, inciso f), de la Constitución, que proviene desde la Constitución de
Cádiz de 1812 y que se repite en la mayoría de las Constituciones estatales, de
donde la interpretación, modificación o reforma de las leyes sólo pueden lograrse
siguiendo el mismo proceso que para su formación; es decir, siguiendo el proceso
legislativo.
De ello resulta que los vicios de inconstitucionalidad de las leyes sean objeto de
resoluciones de los más altos tribunales del país, de acceso restringido para
aquellas personas que tienen los medios suficientes para hacer valer sus
derechos a tan alta escala; aunque habiendo consumado estos supuestos, los
efectos de las resoluciones favorables sólo benefician a esa élite de ciudadanos,
pues el legislador no participa en nada para solucionar los vicios de la ley. De tal
suerte, que es intrascendente el control constitucional de las leyes y cualquier
deseo por hacer prevalecer el principio de división de poderes es impotente ante la
soberanía legislativa.
79
De cualquier manera, la jurisprudencia del Poder Judicial Federal, válida a partir
de 1917, tiene ante sí una inmensa tarea por interpretar la Constitución. Su único
efecto es obligar a los tribunales, por lo que sólo aquellos que promueven un juicio
de amparo se ven beneficiados por una tesis jurisprudencial. Las autoridades
administrativas que son contra quienes se promueven esos amparos no se les
perturba en sus decisiones para el resto de la población y continúan aplicando una
ley inconstitucional, a pesar de haber sido declarada como tal por la tesis más
reiterada que se pueda encontrar del más alto tribunal.
80
verdaderamente afirmarse que no tiene ni fuerza ni voluntad, sino sólo
juicio.113
En esa época, los Estados Unidos estuvieron al borde de declarar la guerra con
Francia, por lo que el Presidente Adams había suspendido el comercio entre
ambos países, mediante decreto del 13 de junio de 1798 y el 25 de junio del
mismo año, había expedido una ley que autorizaba la defensa y agresión por parte
de cualquier bote de los Estados Unidos contra los barcos franceses; pero el
principal problema lo constituyeron las cuatro leyes que fueron destinadas a
hostilizar y reprimir a los extranjeros residentes en los Estados Unidos. Esta
actitud es un problema crónico que sufre ese país, pues los mismos parámetros se
pueden distinguir en la reacción contra los ataques del 11 de septiembre de 2001.
81
3. Ley de extranjeros hostiles, del 6 de julio, autorizando el arresto y la
deportación de cualquier extranjero nacional de cualquier país hostil a los
Estados Unidos, y
4. Ley de Sedición, aprobada el 14 de julio, consideraba como traición la
publicación de cualquier escrito “falso, escandaloso y malicioso”. En virtud
de esta ley particularmente, 25 extranjeros fueron reprimidos y varios
periódicos fueron cerrados. Ni siquiera el nieto de Benjamín Franklin
escapó a su temible aplicación, Benjamín Franklin Bache, editor del
periódico de Filadelfia, Aurora, fue obligado a cerrar y fue multado.
82
La anulación de la ley es el correctivo apropiado, pues cada Estado tiene un
derecho natural contra casos fuera de la Constitución, para anular por su
propia autoridad, todos los excesos de poder arrogados por otras
autoridades fuera de sus límites (...)
(La Legislatura) declara sin lugar a dudas su fidelidad a la Unión, y a su
Pacto, que es concordante con su intención real y notoria, y será la última
en buscar su disolución. (...)
Que el gobierno general sea el juez exclusivo de los poderes a él
delegados, constituye poco menos que despotismo; dado que la
discrecionalidad de los que administran al gobierno, y no a la Constitución,
será la medida de sus poderes. Que los diversos Estados que formaron
este Instrumento, al ser soberanos e independientes, poseen el derecho
incuestionable para juzgar sobre sus infracciones, y que la anulabilidad por
parte de esas soberanías de toda ley no autorizada hecha contra la
Constitución, es el remedio adecuado.117
Lo mismo hizo James Madison ante la Legislatura de Virginia, la cual hizo formal
declaración el 24 de diciembre de 1798. El texto dice lo siguiente:
117
Vid. The Kentucky Resolutions of 1798. http://www.constitution.org/cons/kent1798.htm
118
Vid. The Avalon Project at Yale Law School. Virginia Resolution: 1798.
http://www.yale.edu/lawweb/avalon/virres.htm
119
James Madison. “Report on the Alien and Sedition Acts” (1800). Madison Writings. The Library of
America. 1999. p. 624
83
De haber prosperado dichas declaraciones, los Estados Unidos hubieran
incursionado igualmente en el control político de la constitucionalidad de las leyes,
tal como se hizo en México.120 Particularmente, llama la atención el Reporte que
prepararía Madison a la Asamblea de Virginia, donde alerta sobre los
inconvenientes de la revisión judicial:
Sin embargo, verdadero como es que el poder judicial sea en todas las
cuestiones sometidas a él, mediante las formas establecidas en la
Constitución, para decidir en ultima instancia, esta instancia debe
necesariamente ser considerada la última en relación a las autoridades de
los otros poderes de gobierno; y no en relación a los derechos de las partes
del Pacto constitucional, de los cuales, el judicial al igual que los otros
poderes cuentan con poderes delegados. De otra manera, la delegación del
poder judicial, anularía a la autoridad que le delega (...)121
120
Al respecto, Lucio Cabrera y Hector Fix Zamudio escribieron: “El punto de partida en este estudio es el
principio de que no bastan las meras declaraciones de derechos del hombre, declaraciones teóricas que pueden
quedar en el papel. Se necesitan medios prácticos y efectivos para proteger estos derechos. En los Estados
Unidos se ha considerado siempre, que son los procedimientos judiciales los medios adecuados para la
defensa de esos derechos de la persona humana; y en América Latina hemos seguido fundamentalmente ese
sistema de protección judicial, aunque histórica y ocasionalmente han existido otros procedimientos de
protección constitucional”. “Prólogo”. En J. A. C. Grant. Op. Cit. p. 8
121
Madison. Op. Cit .p. 613-614
84
constitucional Joseph Story explicaría en su obra (1833), cada poder es un
intérprete de la Constitución al ejercer sus funciones; de esta manera, el Poder
Legislativo interpreta la Constitución al expedir leyes y decretos reglamentarios.
Esta vision la sostuvo Andres Serra Rojas como senador de la Republica el 28 de
diciembre de 1964 con motivo de una resolución sobre ratificación de
nombramientos del Ejercito y la Armada; y 2º. Que siendo el poder judicial parte
del gobierno federal, no está exento de sobrepasar sus propias facultades, por lo
que el intérprete final en esta materia deben ser los Estados, aquellos que son
partes fundantes del Pacto Federal; pues si bien el Poder Judicial es el supremo
intérprete de la Constitución, lo es, según Madison, respecto de los demás
poderes de la Union, pero no respecto de los Estados partes del Pacto Federal, ya
que para esos efectos, el Poder Judicial Federal es una parte del gobierno con
poderes delegados. En este punto, Story mostraría su desacuerdo y propondría
que fuera el propio pueblo quien decidiera la infraccion constitucional mediante su
voto en las elecciones y el cambio de representantes en el Congreso, o mediante
el juicio político al Presidente o a los jueces federales infractores.
85
resolver cualquier duda sobre el significado de la Constitución, asi como de juzgar
a cualquier funcionario que infringiera la Constitución, mediante el juicio político,
después de haber sido investigado por el Consejo de Gobierno, que estaba
integrado por un senador de cada Estado, según lo prescribia el articulo 116,
fraccion I de la misma Constitución. De la misma manera, la Constitución de 1824
otorgaba exclusiva competencia a las Legislaturas de los Estados para hacer
observaciones y plantear reformas a la Constitución, en el articulo 166.
86
empleados para vigilar y aplicar la Constitución contra las leyes y actos que fueran
contrarios. La funcion jurisdiccional en un pais de Derecho Codificado posee
ciertas restricciones que lo limitan frente a los paises que fueron sus modelos en el
establecimiento de la denominada revisión judicial y que se concretó en nuestro
juicio de amparo. Los supuestos de la legitimación procesal reducen grandemente
a esta funcion judicial en el acceso de los intereses difusos o colectivos, cuyo
daño no sea personal ni directo; y los efectos de las sentencias son siempre inter-
partes , por lo que no son efectivas tratándose de leyes inconstitucionales, ya que
se refieren solo a las partes en cuestion.
Si bien Mariano Otero fue el promotor del amparo en el ámbito federal y sus
postulados están vigentes, de acuerdo al célebre articulo 25 del Acta de Reformas
(1847), en la historia de las instituciones jurídicas ha pasado desapercibida la
aportación de Otero en materia de inconstitucionalidad de leyes, pues si bien
recoge la relatividad de las sentencias de amparo contra actos del Poder
Legislativo, parece dudoso que el sentido original del amparo hubiese sido contra
todo tipo de leyes o decretos de los poderes legislativos, sino que, en nuestra
opinión, solo se refirió a aquellos que contuvieran un contenido administrativo e
individualizado.
87
Si estos dos articulos establecieron claramente dos tipos de reclamos ante las
asambleas legislativas, para juzgar de la inconstitucionalidad de las leyes, ¿Qué
sentido tiene el articulo 25 del Acta, facultando a los tribunales federales para
proteger a cualquier habitante de la Republica en el ejercicio de sus derechos,
contra todo ataque del Poder Legislativo?. Nuestra respuesta es que Otero no se
equivocó como la doctrina moderna repite, instaurando el juicio de amparo como
el medio idóneo contra las leyes inconstitucionales, o anticonstitucionales como
Otero lo refería, sino que el amparo procedía, en el Acta de Reformas, sólo contra
leyes, decretos o resoluciones de los Poderes Legislativos que tuvieran un
contenido individualizado, como eran los decretos sobre pensiones, contratos de
obra pública, concesiones, patentes de invención, derechos de autor, revalidación
de estudios y títulos, asi como otros de contenido administrativo, pero formalmente
legislativos.
Estos dos artículos del Acta de Reformas que estuvieron vigentes durante el
azaroso período de diez años, de 1847 a 1857, con un intervalo durante la última
dictadura de Antonio López de Santa Anna de 1853 a 1855, seguramente se
aplicaron en nuestro pais de manera errática, pero lo importante es que reflejan el
verdadero pensamiento de Otero respecto al control constitucional y a las leyes
contrarias a la Constitución. No era el amparo, como control jurisdiccional, el
encargado de enfrentar las leyes inconstitucionales, sino era el reclamo ante las
Legislaturas, el encargado de resolver la condición de las leyes, con la derogación
o abrogación de la norma inconstitucional, pero de evidentes efectos generales,
siguiendo un procedimiento legislativo y no jurisdiccional.
El principio de que las leyes no pueden ser derogadas o reformadas mas que por
otras leyes, es uno de los principios fundamentales del Derecho Codificado de
nuestro pais. Proviene desde la Constitución de Cadiz, en cuyo articulo 153 se
establecio: “Las leyes se derogan con las mismas formalidades y por los mismos
tramites que se establezcan”; y que se repite en todas las subsecuentes
Constituciones, ya mexicanas, hasta la vigente, según veremos a continuación. De
esta manera, la regla de la revisión judicial de que una resolución de esta
naturaleza puede derogar una ley es incongruente, aunque dicha derogación esté
legitimada por la inconstitucionalidad de la ley. También es incongruente con el
legado de Otero, el cual previó en los articulo 22 y 23 del Acta de Reformas
88
diversos reclamos legislativos, no jurisdiccionales, para derogar la ley
inconstitucional, y no sólo para suspenderla en el caso concreto de un juicio de
amparo.
De esta manera resulta pertinente analizar, sin detrimento de los avances que en
la administración de justicia se tomen, la posibilidad de implementar un control
legislativo de la constitucionalidad, rescatando el pensamiento genuino de Mariano
Otero.
De cualquier manera, para los efectos de este trabajo, ambos puntos de vista
contradictorios nos muestran que los fundadores del control constitucional tanto en
89
Estados Unidos, a traves de Madison y Story, como en México, con Otero, no
descartaron el control político de la constitucionalidad ejercido por el proceso
electoral a través del órgano representativo por antonomasia que lo es la
asamblea legislativa, tanto federal como estatal.
Las anteriores consideraciones no son una mera especulación historica, sino que
nos muestran una intencionalidad que hemos tergiversado con el paso del tiempo,
asumiendo que México es idéntico a los Estados Unidos y que a pesar de no
contar con una tradición inmemorial de interpretacion judicial amplia y radical, nos
hemos circunscrito al juicio de amparo como único medio para el control
constitucional, aunque ahora complementado con la controversia constitucional y
la acción de inconstitucionalidad; olvidando así que nuestra tradición de derecho
codificado nos obliga a considerar otros medios, igual de eficaces, como lo es la
teoria de la anulación de las leyes por las asambleas legislativas. La interpretación
jurídica reconocida por el articulo 14 constitucional fue una innovación en la
Constitución de 1917, pero sigue atada a la letra de la ley y a los principios
generales del Derecho previstos en la misma ley; de tal manera, que el legislador
sigue siendo constitucionalmente el intérprete de la norma, tal como esta previsto
en las Constituciones Mexicanas desde sus orígenes. La misma jurisprudencia
reconocida en la Constitución está sujeta a las modalidades que la ley le consigne.
Por ello, resulta oportuno considerar que además del desarrollo que pueda tomar
el juicio de amparo, México requiere de un cambio estructural para poder
reconocer las amplias facultades de anulación que el stare decisis o la fuerza del
precedente, cobra en los paises del Common Law, por lo que resulta mas natural y
oportuno para nuestro pais volver a sus raices de Derecho Civil, y desarrollar una
nueva teoria de la anulación de leyes, de la manera en que Otero la plasmó en el
Acta de Reformas, fortaleciendo asi a los Poderes Legislativos, simiente de
nuestra democracia. El fortalecimiento de las Asambleas Legislativas es por igual
el fortalecimiento de los procesos electorales, característica que no poseen los
Poderes Judiciales.
Las criticas que sufrieron las ideas de Madison en los Estados Unidos por conducir
a la secesión de los Estados, fueron disipadas con su actuación como Presidente
de ese país, asi como por la negociación de Henry Clay en el Congreso Federal
frente a la anulación de las tarifas decretada por la Legislatura de Carolina del Sur
en 1833.
90
Otero superó la versión de Madison, pues en lugar de reconocer que un Estado,
por sí mismo, pudiera anular una ley federal expedida en nombre de la Nación,
contempló que tendría que ser la mayoria de Estados la que decidiera, con la
mayoria de su población a través de sus representantes en las respectivas
Legislaturas, la suerte de una ley federal que infringiera gravemente las facultades
delegadas. Además de que nuestro pais no reconoce la Secesión, sino que ha
considerado a la Union como una decisión fundamental, los Estados fundantes del
Pacto Federal deben decidir la inconstitucionalidad de una ley federal, por la
mayoria de sus Legislaturas, así como el Congreso como representante de la
Nación, deberia decidir la constitucionalidad de una ley local, con resoluciones de
efectos generales en ambos casos, anulando la ley en cuestion.
De esta manera, seguiría el juicio de amparo sin desnaturalizarlo con sus efectos
particulares para el quejoso, declarando inconstitucional la ley contraria a la Ley
Fundamental, pero sin efectos generales. De la misma manera, la controversia
constitucional continuaria para resolver los conflictos entre uno de los integrantes
del Pacto Federal, asi como la accion de inconstitucionalidad para una fraccion de
las Asambleas Legislativas que deseen controvertir la constitucionalidad de una
norma recien aprobada.
Para el caso de la ley federal, podria seguirse en parte el procedimiento del Acta
de Reformas, donde tres Legislaturas estatales, o un número que se conviniera,
sometieran a la Suprema Corte de Justicia el recurso, para que ésta con su
dictamen lo consultara a las demás Legislaturas de los Estados, incluída la
Asamblea Legislativa del Distrito Federal, y en un plazo constitucional se
resolviera por ellas, sometiendo su resolución a la declaración pertinente de la
Suprema Corte. Si la mayoria de dichas Legislaturas considera a la ley federal en
cuestion inconstitucional, la Suprema Corte declararia con efectos generales la
nulidad de la ley federal.
Si la ley atacada fuera una ley local, el recurso se sometería ante el Congreso de
la Union, por el Tribunal Superior de Justicia correspondiente, con su dictamen
respectivo, cuando para esos efectos hubieran acudido por los menos el o los
Ayuntamientos que representaran el 10 por ciento de la población del Estado en
cuestión. El recurso se turnaria a la Comision de Puntos Constitucionales la cual
dictaminaría en un plazo previsto en la ley, para ser resuelto por el pleno como
una ley de anulación.
91
jurisprudencia relativa a una ley local, se remitiria igualmente al Congreso de la
Union para agotar de oficio el procedimiento de anulación.
Con este nuevo control constitucional, se dejarían a salvo todos los demás
procedimientos constitucionales, incluyendo los que las Constituciones Estatales
desarrollaran para el control interno de sus Constituciones, pero además se
lograria un fortalecimiento evidente de los Poderes Legislativos, con total respeto
de los poderes judiciales, los cuales tendrían en algunos aspectos una
intervención en la anulación de las leyes, y se rescataría la valiosa tradición del
Derecho Codificado donde las leyes se anulan por representantes del pueblo, en
bien del federalismo que todos deseamos.
La interpretación constitucional
Los jueces que aplican las leyes son la boca de la ley, parodiando a Montesquieu,
quien con esa frase expresó la desconfianza que la Ilustración Francesa había
inspirado hacia la judicatura real del absolutismo; ejemplo de embrollo
administrativo.123
122
Montesquieu. De L´Esprit des Lois. GF-Flammarion. Paris. 1979. Libro VI. Capítulo III. P. 203.
123
Pierre Goubert y Daniel Roche. Les francais et L´ancien Régime. I: La societé et L´Etat. Armand Cobin.
2ª. Ed. 1991. p. 271-290.
124
Esta disposición se repite en quince Estados: Campeche (art. 51), Chihuahua (art. 77), Coahuila (art. 65),
Guerrero (art. 56), México (art. 56), Michoacán (art. 40), Morelos (art. 50), Nuevo Leon (art. 63), Querétaro
(art. 56), Quintana Roo (art. 69), San Luis Potosí (art. 45), Sinaloa (art. 46 fr. VIII), Sonora (art. 63),
Tamaulipas (art. 74) y Zacatecas (art. 45 fr. IV)
92
El presupuesto de la interpretación legislativa es que la ley debe claramente
mencionar los supuestos de su aplicación, cualquier desviación o concepto no
establecido normativamente, podría incurrirse en una interpretación que por
disposición constitucional sólo corresponde al legislador hacer mediante el
mismísimo proceso legislativo.
Fue común durante el siglo XIX, prescribir en el más alto nivel normativo de las
Entidades Federativas, la prohibición por parte del Poder Judicial para interpretar o
suspender la aplicación de las leyes, por lo que cualquier duda de ley que
surgiera, debería hacerse del formal conocimiento al Congreso del Estado, por
conducto del gobernador, sin que el Tribunal Superior de la Entidad pudiera
plantearla directamente al Poder Legislativo. Tal fue el sentido del artículo 189 de
la Constitución de Xalisco de 1824, 147 de la Constitución de Zacatecas de 1825,
210 fracción tercera de la Constitución de Tamaulipas de 1825, así como el
artículo 171 de la Constitución de Tabasco de 1826, 118 de la Constitución de
Michoacán de 1825 y 123 de la Constitución de San Luis Potosí de 1826, entre
otras.
En la segunda mitad del siglo XIX, el procedimiento sobre las “dudas de ley”
continuó en vigor gracias a las Constituciones estatales de Chiapas de 1858
(artículo 73, fracción VIII), Guanajuato de 1861 (artículo 82, fracción III), y Morelos
de 1878 (artículo 108, fracción IX) entre otras.
Por lo tanto, los jueces no podían ejercer otras funciones más que las de juzgar y
hacer que se ejecutara lo juzgado, por lo que sus sentencias en todas las causas,
civiles o criminales, deberían contener la expresión de los hechos, según resultare
del proceso, así como el texto de la ley en que se fundare y a la cual se tendría
que arreglar literalmente, tal como lo afirmaban los artículos 142 y 150 de la
Constitución de Yucatán de 1825. Tamaulipas llegó a sancionar con la remoción
de la autoridad si ésta se atrevía a interpretar la ley, así como a multar a los
particulares que indujesen la interpretación de las leyes por autoridades distintas
de la legislativa.125
125
La ley constitucional del 18 de agosto de 1824 de Tamaulipas determinó: 1. “Nadie aunque sea
magistrado, juez o letrado, puede interpretar las leyes; sino éstas se entenderán por su tenor literal, dando a
las voces comunes el significado que tienen generalmente en el Estado, y en la Nación; y a las técnicas (o
propias de algún arte, oficio o facultad) aquél en que las entienden los respectivos profesores. 2. El Tribunal
que dude del sentido de una ley lo consultará al Cuerpo Legislativo, y si fuese juez inferior lo hará por medio
del Tribunal de Justicia. 3. El que interprete alguna ley será castigado si fuere autoridad como atentador
arbitrario contra los derechos de los ciudadanos; y si es letrado quedará privado de ejercer en el Estado, si es
93
El monopolio del legislador para interpretar su obra proviene de la legislación
europea de fines del siglo XVIII. El decreto francés de agosto de 1790 estableció
con el nombre de referé, el procedimiento mexicano de “duda de ley”, mediante el
cual los jueces consultarían el sentido de cualquier ley, ya que se prohibia
expresamente la interpretación judicial. En el mismo año, mediante decretos del
27 de noviembre y 1º de diciembre, se creó por la Asamblea Constituyente
Francesa el Tribunal de Casación dependiente del propio Poder Legislativo,
facultado para revisar y anular, en su caso, cualquier resolución judicial fundada
en interpretación de la ley y en el alejamiento de la aplicación literal de la
misma126.
particular se le aplicará por el Juez ante quien se verse el negocio o causa una multa, según las facultades del
individuo y teniendo consideración a sus luces. Esta multa nunca bajará de veinte y cinco pesos, ni excederá
de docientos; y el Juez que la imponga dará cuenta luego al Tribunal de tercera instancia, para que la apruebe,
modere, agrave o revoque”. Colección de Leyes y Decretos del Congreso Constituyente del Estado Libre de
las Tamaulipas, 1825. Imprenta del Estado. Ciudad Victoria. 1825 p. 7.
126
Sebastián Soler. Interpretación de la ley. Ediciones Ariel. Barcelona. 1962. p. 18-20. Jorge Ulises
Carmona Tinoco. La interpretación Judicial Constitucional. UNAM. 1996. p. 28-29.
127
José Barragán Barragán. Proceso de discusión de la ley de amparo de 1869. UNAM. 2ª, Cd. 1997. México.
P. 247 Sección del 4 de enero de 1869.
94
interpretación del artículo 101 constitucional (de la Constitución de 1857), aun en
contra del texto expreso de la ley de amparo, en el amparo promovido por Miguel
Vega.
128
Historia Parlamentaria Mexicana. Crónicas. Vol. I. Mayo-Octubre 1823. Instituto de Investigaciones
Legislativas. Cámara de Diputados. 1983. p. 335.
95
contratos, exceptuar del pago de impuestos, conceder pensiones, y muchos otros
actos de aplicación de las leyes que convertían al órgano legislativo en el ejecutor
e intérprete de las normas. Esta práctica influyó en el demérito de los Congresos
que por desahogar los actos pedestres de aplicación, no concluían la codificación
y la gran obra legislativa que el país requería para emanciparse jurídicamente de
España.
1. Proceso Penal
129
No fue sino hasta recientemente, que se vislumbra la preocupación en la judicatura mexicana por el
“inmovilismo” del Derecho, ante la carencia de interpretación (judicial): “El exacto cumplimiento de la
Constitución sólo puede lograrse si su interprete liberándose de las ataduras de quienes se encargan
simplemente de aplicar los textos legales (expresión positivizada del Derecho), entiende que su función no se
agote en la mera subfunción automática del supuesto derecho al texto normativo, ni tampoco queda encerrada
en un positivismo formalizado superado muchas décadas atras, sino que comprende básicamente una labor de
creación del Derecho en la búsqueda de la efectiva realización de los valores supremos de justicia…” A.R.
553/89. Perfiles Termoplásticos S.A. 7 de junio de 1989. Tercer Tribunal Colegiado en materia administrativa
del Primer Circuito. 8ª. época.
96
1.1 El concurso de delitos por doble homicidio resulta inaplicable por el juez
cuando no lo solicitó el Agente del Ministerio Público, pues “es evidente que
conforme a una correcta técnica procesal, dicha actuación judicial debe
sustentarse a los lineamientos del pliego de conclusiones del Ministerio Público,
quien es el titular indiscutible de la acción penal”. (Gaceta del SJF. 8a. ep. Tesis
Núm. 75. Marzo 1994. Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia. p. 11)
1.6 La discrecionalidad del juez para individualizar la pena, dentro de los mínimos
y máximos establecidos en la ley, debe sin embargo razonarse debidamente de
acuerdo a las prevenciones generales que la misma ley prevé. (SJF. 5a. ep. Tomo
CXXVII. Primera Sala. p. 377. Tomo CXIX.p. 1299).
97
1.7. La falta de determinación de un hecho preciso que constituya delito por
violación de garantías es atentario de la garantía de la exacta aplicación de la ley
penal. (SJF. 5a. ep. Tomo C. Primera Sala. p. 1216).
2. Orden Público.
2.3. La substitución del día multa que es la percepción neta diaria o el salario
mínimo diario vigente en el momento y lugar de la comisión del ilícito, por
sanciones pecuniarias equivalentes a otro cómputo de jornadas de trabajo, es una
violación a la garantía de la exacta aplicación de la ley, contenida en el artículo 14
constitucional. (SJF. 8a. ep. Tomo VII. Enero 1991. Tribunales Colegiados de
Circuito. p. 79).
2.4. El cálculo para fijar la reparación del daño en caso de la muerte de una
víctima debe hacerse conforme al salario mínimo vigente en el lugar y fecha en
que tuvo verificativo el evento luctuoso, y no el que regía al momento de
pronunciarse la sentencia, pues de lo contrario se violaría la garantía de la exacta
aplicación de la ley. (SJF. 8a. ep. Tomo II. Segunda parte-2. Tribunales
Colegiados de Circuito. p. 478. SJF. 6a. ep. Vol. LXIII. Tercera Sala. p. 67).
98
de créditos hipotecarios, a menos que la ley posterior prive al organismo de dicha
facultad o precisara las políticas de manera contraria. (SJF. 6a. ep. Vol. LXX.
Segunda Sala. p. 19).
3. Las excepciones.
99
1917-1975. Parte. VI. Tesis 28. Tribunales Colegiados de Circuito. p. 54. SJF. 7a.
ep. Vol. 42. Sexta Parte. Tribunales Colegiados de Circuito. p. 147).
3.3. La facultad judicial de imposición de penas no puede estar restringida por las
conclusiones acusatorias del Ministerio Público, por lo que el juez define la
conducta antijurídica de un inculpado y la sitúa dentro de las normas legales
represivas sin infringir la exacta aplicación de la ley. (SJF. 5a. ep. Tomo CXXIII.
Primera Sala. p. 1883).
100
discusión, aprobación, modificación o rechazo”. (A.R. 1390/90 Mueblería El
Dorado, S.A. de C.V. 31 de marzo de 1992).
Si bien las tesis antes mencionadas se refieren a que las razones expuestas en la
exposición de motivos de las iniciativas de ley presentadas no vinculan a la
aprobación definitiva del texto por parte del Congreso de la Unión; hay que
convenir que las únicas exposiciones de motivos que se presentan son las de las
iniciativas de ley que, en nuestro país, son elaboradas fundamentalmente por el
Poder Ejecutivo Federal, y no son reelaboradas por el Congreso cuando introduce
alguna modificación a la iniciativa presentada, por lo que el legislador mexicano ya
ha abandonado el explicar las razones que lo motivaron para aprobar la ley tal
como se publica.
Esto demuestra que los precedentes de nuestro Poder Judicial no han tenido la
fuerza y el peso político que tienen en los sistemas anglosajones. La solución que
vislumbró Vallarta fue la jurisprudencia o sea, la reiteración de cinco precedentes,
aprobados con determinadas características, que obligarían a su acatamiento por
las autoridades judiciales.
101
La técnica de la jurisprudencia ha operado como una codificación de los casos
resueltos por la Suprema Corte de Justicia y, posteriormente, los Tribunales
Colegiados de Circuito. Cuando no se publican por entero todas las ejecutorias se
pierde de un valioso aporte de hechos y circunstancias que rodearon cada caso,
por lo que generalmente contamos tan sólo con una frase, párrafo o página que
determina con lenguaje prescriptivo, más que explicativo, el contenido de la
decisión resuelta; de lo anterior se deduce que entre más abstracta se redacte la
tesis de jurisprudencia, mejor se satisfará el objetivo de la jurisprudencia moderna,
que se presenta un esfuerzo codificador de los cinco precedentes.
130
JURISPRUDENCIA. SU VARIACIÓN NO IMPLICA APLICACIÓN RETROACTIVA DE LA LEY.
Cuando esta Suprema Corte de Justicia declara el contenido de una norma, es obvio que no cre una nueva
disposición, sino que decide cuál es la interpretación correcta de una norma ya existente; y si esa norma
tendría vigor en la época en que se ejecutó la conducta, no hay base para sostener la aplicación retroactiva de
la ley, que es lo que prohibe el artículo 14 de la Constitución Política de la República. Sexta Epoca, 2ª. parte.
Vol. LX p. 58. A.D. 5075/61 Amador Román Berúmen, Ap. SJF 1917-1985 Tesis relacionada a la Tesis No.
143. p. 293. Convertida en tesis firme con el numeral P./J. 145/2000 Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Tomo XII, Diciembre 2000. p. 16: JURISPRUDENCIA. SU APLICACIÓN NO VIOLA LA
GARANTÍA DE IRRETROACTIVIDAD DE LA LEY.
102
empleada de alguna disposición legal, de la que no exista una
interpretación auténtica, es decir elaborada por el mismo legislador, es
deber del Tribunal servirse de todos los métodos.” (Informe de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación 1987. Tercera Parte. Tribunales Colegiados.
p. 119 A.R. 1487/87 Productos Monarca S.A. 25 de noviembre de 1987.
Tribunal Colegiado de Circuito).
103
por lo que la variación de la Jurisprudencia no implica la aplicación retroactiva de
la ley (SJF. 6a. E.P. Primera Sala. Vol. LX. Segunda Parte. p. 58. Tesis 164
Apéndice SJF. 1917-1975, p. 336. Vol. I. Cuarta Parte) ni la validez de la ley
depende de su reconocimiento por la jurisprudencia (SJF. 6a. ep. Tercera Parte.
Vol. CXXXII. p. 60).
A pesar de esta autolimitación del Poder Judicial, existen algunos criterios que
inspiran un avance en la tarea interpretativa que le depara a nuestra judicatura.
Como la Primera Sala de la Suprema Corte de México aludió de manera poco
ortodoxa: “Si se admite que los países de legislación escrita se debaten
irremediablemente entre la tragedia jurídica de la inmovilidad (que por su
naturaleza es la característica de la ley prescriptiva), y la perenne movilidad de la
sociedad que dentro de esa ley se desenvuelve, entonces tendrá que admitirse
también que no es posible aceptar, como medio o sistema interpretativo de una
ley, aquel que descanza sobre la vieja tesis construida sobre el criterio inmóvil,
meramente letrista y gramatical, por que ello equivaldría a entorpecer la evolución
social siempre en constante progreso, sino el que deriva de la nueva tesis móvil y
progresiva que permite interpretar los preceptos legislativos, hasta donde su texto
lo admite, alrededor de las modernas ideas avenidas al campo de la ciencia
jurídica y de las recientes formas y necesidades apreciadas en la vida social”.
(SJF. 5a. ep. Tomo CIV. Primera Sala. p. 984).
131
A matter of interpretation. Federal courts and The Law. Princeton University Pres. 1997. p. 23.
132
Los principios generales del Derecho son “Los principios consignados en algunas de nuestras leyes”, pues
de otra manera sería un concepto “vago e impreciso” Quinta Epoca. T XLIII p. 858 y T. LV p. 2641.
104
Capítulo Noveno
133
Fue Sieyès quien el 20 y el 21 de julio de 1789, quien consideró a la ley como la fuerza capaz de reconocer
los límites y las extensiones de la libertad. Fauré. La Déclaration des Droits de l´Homme et le Citoyen. p. 98
134
Aristóteles. The Constitution of Athens. Harvard University Press. p. 33
105
Fuera de una pequeña observación del diputado Villanueva, esta facultad quedó
aprobada sin mayor debate. 135
Pocos días después, el mismo diputado Villanueva explicó en las Cortes que
interpretar una ley era aclarar o manifestar la intención del legislador, al cual se
consideraba como inmutable; es decir, con una sola voluntad y objetivo en las
leyes que aprobara. 136
Las propias Cortes de Cádiz ejercieron con plenitud esta facultad interpretativa y
sus resoluciones fueron muy explícitas. Como ejemplo citamos algunas de ellas:
1. “La Comisión, repitiendo que nadie más que las Cortes puede interpretar
esta orden del Rey” 137
2. “A la (Comisión) de Constitución pasó un oficio del Secretario Interino de la
Gobernación de la Península, en el cual da cuenta de que a la Regencia
del Reino llegan con frecuencia recursos de dudas acerca de los límites de
la jurisdicción contenciosa, y de las facultades políticas, políticas y
gubernativas; de que en la mayor parte de ellos se trata de interpretar las
leyes o de suplir su silencio, con cuyo motivo acompaña una
representación de la Diputación Provincial de Extremadura, junto con una
nota que esta incluye de los recursos y casos de la indicada naturaleza”138
3. El 11 de mayo de 1813, el diputado Terreros defendió la facultad de las
Cortes para interpretar la Constitución misma y no sólo las leyes. 139
4. Los magistrados de la Audiencia de Sevilla Pedro Garrido, Isidoro Sáenz
de Velasco y José Villanueva, así como el juez de primera instancia,
Manuel de Siles, presentaron atenta súplica a las Cortes para que su
aclaren dudas sobre las reclamaciones de magistrados y jueces, a lo cual
las Cortes resolvieron: “Que en los casos en que alguna Sala del Supremo
Tribunal de Justicia imponga la pena de que habla el artículo VII, capítulo I
del decreto de 24 de marzo del presente año de 1813, así el mismo auto
por el que declare la nulidad y reposición del proceso, podrá también
conocer de las reclamaciones que se conceden a los magistrados y jueces
por el artículo VIII del propio capítulo de aquel decreto; y que tengan y se
les conceda segunda instancia en este nuevo juicio”. 140
5. Las Cortes dictaron una orden con el nombre de “Aclaración” sobre la
inteligencia que debería darse a la voz de sirvientes domésticos y de sus
consecuencias en ciertas leyes. 141
135
Diarios de las Cortes de Cádiz. Sesión del 3 de octubre de 1811. p. 1983
136
Diario de las Cortes de Cádiz. Sesión del 7 de octubre de 1811. p. 2008
137
Diario de las Cortes de Cádiz. Sesión del 25 de enero de 1813. p. 5560. Refiérese a la Real Orden de 1807
separando a Alonso de Montalvo de su esposa y ordenando la entrega de cierta cantidad para su
mantenimiento.
138
Diario de las Cortes de Cádiz. Sesión del 26 de enero de 1813. p. 4594
139
Diario de las Cortes de Cádiz. p. 5620
140
Decreto del 1º. de septiembre de 1813. Manuel Dublán y José María Lozano. Legislación Mexicana. Tomo
1. p. 425
141
Decreto del 24 de junio de 1821. Dublán y Lozano. Op. Cit. Tomo 1, p. 545
106
6. Resolviendo una consulta del Gobierno, las Cortes resolvieron que: “Los
individuos del cuerpo político del Ejército y Armada que hasta ahora han
debido obtener Real licencia para contraer matrimonio, lo podrán verificar
en adelante, sin necesidad de este requisito, cualquiera que sea el número
de sus años de servicio”. 142
Pero estos casos de interpretación asumidos por las Cortes no fueron pretexto
para evitar la interpretación de las leyes por parte de otras autoridades quienes en
el ejercicio de sus funciones, debían igualmente aplicarlas e interpretarlas, como
se desprende de la siguiente declaración que obra igualmente en el Diario de las
Cortes:
Como vivo ejemplo de que las Cortes interpretaban no sólo las leyes sino la
Constitución, en la sesión extraordinaria de Cortes del 6 de junio de 1821, el
diputado Puigblanch discutió que una interpretación aprobada sobre la ley de
señoríos, no debería mandarse a la sanción real, ya que la facultad de interpretar
debería ser exclusiva de las Cortes, ya que:
Por ello presentó la siguiente propuesta, sobre un punto que no ha sido discutido
lo suficiente:
142
Diario de las Cortes de Cádiz. Sesiones del 9 y 11 de enero de 1822.
143
Sesión del 3 de mayo de 1813. p. 326
144
Diario de las Cortes de Cádiz. p. 2086
107
Tribunal de Justicia que es el que motivó con su consulta dicha declaración.
145
Con esta tradición, México adoptó los mismos principios que perviven hasta
nuestros días, aunque la práctica fue nutrida y la facultad se ejerció puntualmente
por los congresos mexicanos, a diferencia de la actualidad, donde por una inercia
inexplicable, las Asambleas Legislativas han dejado de ejercer esta facultad que
fuera objeto de defensa y pulcritud antaño.
Dicho precepto en particular se debatió en la sesión del 1º. de mayo de 1824 146.
El artículo se presentó originalmente con una redacción complicada,147 pero la
intervención del diputado Guerra, ayudó a desagregar las partes y a darle mayor
claridad al precepto; a pesar de que el diputado Osores, el defensor de Querétaro
como entidad federativa, pidió que el precepto se eliminara pues consideró que
era “un principio inconcuso que las leyes se interpretan, modifican o derogan del
mismo modo que se establecen”; no obstante ello, Manuel Crescencio Rejón opinó
con la mayoría de que los denominados principios suelen ser olvidados, por lo que
era mejor el establecerlo claramente. Con qué razón defendió Rejón este principio,
pues en la actualidad, a pesar de constar expresamente en la Constitución, el
legislador ha perdido su capacidad de intérprete de la ley.
145
Idem. p. 2087
146
José Barragán. Crónicas de la Constitución Federal de 1824. Senado de la República. México 1974. Tomo
I. p. 258
147
“Las leyes se interpretan, modifican o derogan del mismo modo que se establecen; y todas las resoluciones
del Congreso que no siendo sobre esta materia exigen sin embargo, la concurrencia de ambas Cámaras, se
presentará al Poder Ejecutivo para que tengan efecto con su aprobación, o para que siendo desaprobadas por
él, se observe lo que en igual caso se prescribe respecto de los proyectos de ley. Se exceptúan los casos de
suspensión y prorrogación de sesiones, y el de traslación del Congreso, en los cuales se necesita la aprobación
del poder Ejecutivo”. Ibidem.
108
aprobación. El tema regresó en la sesión del 9 de junio de 1824, cuando el
diputado Martínez del Distrito Federal, observó que en las interpretaciones de ley
por las Cámaras, podría darse una discrepancia entre los modos de interpretar por
cada Cámara. Tanto Rejón como Miguel Ramos Arizpe indicaron que tal
disparidad era normal y que como en cualquier debate legislativo, debería llegarse
a una conclusión o interpretación en el caso. 148
En esta ocasión, Osores volvió sobre el tema del veto por parte del Ejecutivo y
manifestó, como lo había hecho Puigblanch en su momento, que la interpretación
era una cuestión exclusiva del Congreso y que las observaciones del Ejecutivo
sólo eran posibles, formularlas en el proceso legislativo primigenio, y no con
motivo de la interpretación posterior de la ley. Sin embargo, el diputado J. B.
Guerra estuvo a favor del veto del Ejecutivo “porque podría ser que el nuevo
sentido que éstas dan a las leyes, halle el Poder Ejecutivo algún inconveniente”.
149
Ramos Arizpe menciona que el que hace la ley debía interpretarla y, en los casos
identificados sobre la interpretación de leyes, de manera ejemplificativa, pudimos
constatar tanto la promulgación del Ejecutivo en los decretos de interpretación por
parte del Congreso, como decretos expedidos en uso de facultades
extraordinarias directamente por el Ejecutivo, así como decretos simples
expedidos directamente por el Congreso; por lo que la experiencia en este sentido
es variada y valdría la pena uniformarla, para determinar en qué casos si procede
la participación del Ejecutivo y en cuáles es exclusiva la facultad de los
Congresos. Ramos Arizpe está en lo correcto, como es costumbre, para privilegiar
la interpretación del Congreso, pues así se ha ejercido; sin embargo, la opinión de
Guerra es igualmente atendible, ya que la interpretación no se constriñe
necesariamente a aclarar el significado de los supuestos normativos, sino que
incluso puede variarlos, modificando o reformando el sentido de una ley, por lo
que puede constituir un nuevo proceso legislativo, en el que dejar fuera al Poder
Ejecutivo, sería privarlo de una facultad que la Constitución también le reconoce
como exclusiva, por lo que respecta a la promulgación o al veto de los decretos
aprobados.
148
Barragán. Op. Cit. p. 405
149
Idem. p. 406
150
Dublán y Lozano. Op. Cit. p. Tomo 2. p. 73. A este le siguió el decreto del 15 de mayo de 1829, aclarando
el de 29 de noviembre de 1828. Idem. p. 109
109
Durante el siglo XIX, el término de aclaración fue ampliamente utilizado para
interpretar las leyes y no sólo fue exclusivo de los decretos del Congreso, sino
incluso de Poder Ejecutivo y hasta de circulares de las Secretarías de Estado.
151
Dublán y Lozano. Op. Cit. Tomo 2. p. 140. A éste siguieron muchos, como el decreto del 7 de septiembre
de 1829, expedido en uso de facultades extraordinarias, interpretando la ley del 27 de septiembre de 1823
sobre consejos de guerra. Idem. p. 159. Lo mismo respecto del decreto del 11 de septiembre de 1829 sobre
abusos de libertad de imprenta. Idem. p. 160 y del decreto del 18 de noviembre de 1833, donde el Ejecutivo
“aclara” el sentido del decreto del 29 de julio de 1833. Idem. p. 603
152
Dublán y Lozano. Op. Cit. Tomo 2. p. 270
153
Dublán y Lozano. Op. Cit. Tomo 3. p. 740
110
1842 duda del jefe de la 1842
Plana Mayor del
Ejército
31 de agosto de Decreto aclarando 11 de marzo de Tomo 4, p. 259
1842 que un decreto no 1842
derogó el decreto
del 7 de octubre de
1823, sobre
habilitación de
extranjeros en la
adquisición de
bienes
11 de julio de 1843 Aclaración de la 19 de junio de Tomo 4, p. 81
remisión de 1813
artículos en el
decreto
interpretado
20 de noviembre Aclaración sobre 3 de septiembre de Tomo 4, p. 632
de 1843 mutuo usurario 154 1839 y 30 de
diciembre de 1833
9 de febrero de Aclaración sobre la 1º. de marzo de Tomo 4, p. 363
1843 propiedad de 1842
baldíos situados a
los lados del
ferrocarril del Istmo
de Tehuantepec
17 de abril de 1855 Aclaración sobre 12 de abril de 1855 Tomo 7, p. 417
derechos por la
circulación interior
154
Este decreto es muy ilustrativo de la facultad interpretativa arrogada por el Presidente:
“Valentín Canalizo... Sabed: Que considerando conveniente y necesario hacer una aclaración de la mente de
la ley de 3 de septiembre de 1839 que derogó la de 30 de diciembre de 1833 sobre mutuo usurario, para evitar
las dudas y cuestiones suscitadas sobre su verdadera inteligencia, y para restablecer la moral pública,
corrigiendo los abusos y males que se cometen con notoria ofensa de todos los principios de justicia y
equidad, y con detrimento de la fortuna y bienestar de los ciudadanos, he tenido a bien decretar, en uso de
facultades que me conceden las Bases de Tacubaya:”
155
Circular del Secretario de Hacienda, Manuel Payno. Dublán y Lozano. Op. Cit. Tomo 8. p. 639
156
Circular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Francisco Zarco. Idem. p.
111
No obstante, la situación vuelve a su normalidad en el año de 1861 donde el
Congreso retoma sus facultades interpretativas, comenzando con el decreto del 25
de septiembre de 1861, mediante el cual el Congreso declara que la ley del 7 de
junio de dicho año no ha derogado el artículo 31 de la ley del 2 de febrero de
1861. 157
157
Dublán y Lozano. Op. Cit. Tomo 9. p. 308
158
Manuel González Oropeza. “El juicio político”. Derecho Procesal Constitucional. Editorial Porrúa. Tomo
I.
112
9 de marzo de 1829 Decreto 97 del Contrario al artículo Tomo 2, p.
Estado de Occidente 157. División de 97
(Sonora y Sinaloa), Poderes
declarando a
Francisco Iriarte
inhábil para ocupar
cargo de elección
28 de abril de 1829 Decreto del 3 de
Contrario al artículo Tomo 2, p.
enero de 1827 de
21 del Acta 105
Zacatecas Constitutiva y 158
por
impedir a José
de la Constitución.
Miguel Díez de León
Integración del
Poder Legislativo
1º. de marzo de 1830 Decreto 83 del Contrario al artículo Tomo 2, p.
Congreso 158 sobre 228
Constituyente del integración de la
Estado de México Legislatura
sobre elecciones a la
Legislatura
6 de marzo de 1830 Decreto del 24 de Contrario al artículo Tomo 2, p.
diciembre de 1828 de 161, fracción II 231
Puebla por falta de
publicación y
cumplimiento
13 de marzo de 1830 Decreto del 18 de Contrario al artículo Tomo 2. p.
agosto de 1829 159 de la 232
declarando Constitución
gobernador a José
Salgado
7 de abril de 1832 Decreto del 19 de Contrarios a los Tomo 2, p.
marzo de 1832 159 artículo 16 y 34 del 419-420
Acta Constitutiva y
la ley federal del 4
de agosto de 1824
25 de mayo de 1832 Decreto 7 del 22 de Contrario al artículo Tomo 2, p.
marzo de 1827 del 30 del Acta 436-437
Estado de México Constitutiva y 161,
disponiendo de los fracción III y artículo
bienes de las 9º. De la ley federal
Misiones de Filipinas. del 4 de agosto de
1824
22 de septiembre de Decreto del 12 de No especificado. El
1848 abril de 1848 de Congreso lo envía
159
El Decreto de Tamaulipas soslaya un espíritu secesionista: “El Estado de Tamaulipas protesta del modo
más solemne que no dará al Gobierno General auxilios de ninguna clase” y declara que “Los productos de las
aduanas marítimas se quedarán en el Estado”.
113
Chiapas decretando directamente a
el exilio a “todos los Mariano Otero para
que de cualquier su publicación y
modo intenten” cumplimiento
perturbar la paz
pública
Decretos 20, 27 y 29 No especificado Diferente
de septiembre de 160
1828
11 de junio de 1845 Decreto del 21 de “Reprueba” del Tomo 5, p.
febrero de 1844 de la decreto por ser 22
Asamblea contrario a las
Departamental de Bases Orgánicas
Oaxaca sobre (sin especificar)
ocupación de
propiedades para
beneficio público
28 de marzo de 1845 Decreto 2 de la Contrario a las Tomo 5, p.
Asamblea Bases Orgánicas 11
Departamental del 9
de febrero de 1844
18 de julio de 1853 Leyes del 10 de No especificado
febrero y 15 de
marzo de 1849 de
Veracruz sobre
tratamientos a las
corporaciones y
autoridades locales
23 de enero de 1862 Decreto 5 de Contrario a la Tomo 9, p.
diciembre de 1861 de División de 366
Sinaloa que Poderes161
estableció el pago de
derechos a efectos
extranjeros
nacionalizados
11 de marzo de 1862162 Decreto 24 de No especificado Tomo 9, p.
febrero de 1862 de 392
Michoacán sobre
circulación de
numerario
28 de mayo de 1862 Decreto del 12 de No especificado. Tomo 9, p.
160
Colección de los Decretos, Circulares y Órdenes de los Poderes Legislativo y Ejecutivo del Estado de
Jalisco. Tomo IV. p. 147 Reimpresión de la Edición de 1875. Tipografía de M. Pérez Lata.
161
El decreto menciona que el Estado “ha legislado sobre asuntos que son de la exclusiva incumbencia de las
autoridades federales”
162
Expedido por el Presidente Benito Juárez en uso de facultades extraordinarias.
114
mayo de 1862 de Invasión de 471-472
Nuevo León y competencias con el
Coahuila que redujo Gobierno Federal
a la mitad la gracia
concedida a la zona
libre
27 de junio de 1862163 Decreto del 18 de No especificado Tomo 9, p.
junio de 1862 al 482
suprimir empleos
federales
7 de julio de 1862 Decreto del 12 de No especificado Tomo 9, p.
mayo de 1862 487
expedido por el jefe
político de Querétaro
15 de julio de 1862 Decreto del 27 de No especificado Tomo 9, p.
junio de 1862 489
expedido por el
comandante militar
de Jalisco y Colima
1º. de agosto de 1862 Decreto de 27 de No especificado Tomo 9, p.
junio de 1862 de 504
Jalisco estableciendo
un préstamo forzoso
Como se observa, esta rica tradición interpretativa del Congreso de la Unión fue
muy intensa, ya que el anterior cuadro representa tan sólo una demostración de
algunos ejemplos del control constitucional, via interpretación y derogación,
completa o parcial, de algunas leyes particulares de los Estados.
115
de la Republica (Articulo 127) y presentar iniciativas de leyes y decretos de la
Federación al Congreso de la Unión (Articulo 52, fracción II).
Con los anteriores vicios a cuestas de las asambleas legislativas, pareciera que la
vida democrática del país, que desde 1963 se ha ido perfilando con formas de
representación política más reales, para perfeccionar la composición de los
poderes legislativos, y donde la pluralidad ha dado muestras más palpables de
esta democracia, al contar en México con una mayoría de gobiernos divididos,
donde el titular del Poder Ejecutivo es de un partido político, mientras que la
mayoría de su respectivo Congreso corresponde a la oposición de dicho partido.
Pareciera incongruente que a pesar de los avances democráticos, ocurridos en los
Poderes Legislativos, sea en donde menos facultades se ejercen, comenzando
por el control constitucional.
116
función judicial para acordar resoluciones con efectos erga omnes. 164 En
contraste, la Constitución Mexicana todavía prevé la capacidad del Congreso para
interpretar leyes mediante el mismo procedimiento de su creación.
Si bien Mariano Otero fue el promotor del amparo en el ámbito federal y sus
postulados están vigentes, de acuerdo al célebre artículo 25 del Acta de Reformas
(1847), la historia de las instituciones jurídicas ha pasado desapercibida la
aportación de Otero en materia de inconstitucionalidad de leyes, pues si bien
recoge la relatividad de las sentencias de amparo contra actos del Poder
Legislativo, parece dudoso que el sentido original del amparo hubiese sido contra
todo tipo de leyes o decretos de los poderes legislativos, sino que, en nuestra
opinión, sólo se refirió a aquellos que contuvieran un contenido administrativo e
individualizado.
Estos dos artículos del Acta de Reformas que estuvieron vigentes durante el
azaroso periodo de diez años, de 1847 a 1857, con un intervalo durante la ultima
dictadura de Santa Anna de 1853 a 1855, seguramente se aplicaron en nuestro
país de manera errática, pero lo importante es que reflejan el verdadero
pensamiento de Otero respecto al control constitucional y a las leyes contrarias a
la Constitución. No era el amparo, como control jurisdiccional, el encargado de
enfrentar las leyes inconstitucionales, sino era el reclamo ante las Legislaturas, el
encargado de resolver la condición de las leyes, con la derogación o abrogación
de la norma inconstitucional, siguiendo un procedimiento legislativo y no
jurisdiccional.
El principio de que las leyes no pueden ser derogadas o reformadas mas que por
otras leyes, es uno de los principios fundamentales del Derecho Codificado de
nuestro país. Proviene desde la Constitución de Cádiz, en cuyo artículo 153 se
estableció: “Las leyes se derogan con las mismas formalidades y por los mismos
tramites que se establezcan”; y que se repite en todas las subsecuentes
Constituciones, ya mexicanas, hasta la vigente. De esta manera, la regla de la
revisión judicial de que una resolución de esta naturaleza puede derogar una ley
es incongruente, aunque dicha derogación esté legitimada por la
inconstitucionalidad de la ley. También es incongruente con el legado de Otero, el
cual previó en los articulo 22 y 23 del Acta de Reformas diversos reclamos
legislativos, no jurisdiccionales, para derogar la ley inconstitucional, no para
suspenderla en el caso concreto de un juicio de amparo.
164
En otra trabajo, el autor ha explicado con detenimiento las restricciones de la interpretación judicial,
siempre sometida a las modalidades de la ley misma.
117
En el sistema de Derecho Civil o Codificado, la ley es interpretada primariamente
por el mismo legislador, tal como la antigua Constitución de Cádiz lo estableció y
la Constitución actual lo repite; a saber: Los Congresos son los intérpretes de la
ley. La jurisprudencia, como interpretación de la Constitución, está sometida a las
modalidades que la ley le determine y, en la actualidad, la interpretación
constitucional o legal que lleva a cabo el Poder Judicial Federal, mediante la
jurisprudencia, está constreñida a una observancia de los propios tribunales, sin
extenderse en sus efectos a las demás autoridades. Al respecto, la lectura del
articulo 14 constitucional es significativa cuando establece en su ultimo párrafo
que en los juicios del orden civil, la sentencia definitiva deberá ser conforme a la
letra o a la interpretación jurídica de la ley, y a falta de esta, se fundara en los
principios generales del Derecho.
Por lo anterior, resulta pertinente analizar, sin detrimento de los avances que en la
administración de justicia se tomen, la posibilidad de implementar un control
legislativo de la constitucionalidad, rescatando el pensamiento genuino de Mariano
Otero.
118
En dicha Resolución, la Asamblea Legislativa de Virginia había aprobado en su
punto tercero la consideración de que los poderes del Gobierno Federal son
limitados, pues según el Pacto Federal, sus facultades son delegadas por los
Estados, los cuales son partes fundantes de dicho Pacto. Madison que fue
constituyente en Filadelfia en 1787, así como el cronista de la Convención
Constituyente, aseveró en su Reporte, que los poderes no otorgados a la
Federación fueron retenidos por los Estados, tal como fuera explicitado en la
Enmienda X que dice: Los poderes no delegados a los Estados Unidos por esta
Constitución, ni prohibidos por ella a los Estados, están reservados a los
respectivos Estados, o al pueblo.
Pero en un país con tradición anglosajona, con énfasis en la creación judicial del
Derecho, Madison se pregunta si la facultad de apreciar las violaciones al Pacto
Federal por los Estados, no pondría en peligro la facultad del Poder Judicial de ser
el único expositor de la interpretación constitucional.
De cualquier manera, para los efectos de esta ponencia, ambos puntos de vista
contradictorios nos muestran que los fundadores del control constitucional tanto en
Estados Unidos, a través de Madison y Story, como en México, con Otero, no
descartaron el control político de la constitucionalidad ejercido por el proceso
119
legislativo a través del órgano representativo por antonomasia, como lo son las
asambleas legislativas.
Las anteriores consideraciones no son una mera especulación histórica, sino que
nos muestran una intencionalidad que hemos tergiversado con el paso del tiempo,
asumiendo que México es idéntico a los Estados Unidos y que a pesar de no
contar con una tradición inmemorial de interpretación judicial amplia y radical, nos
hemos circunscrito al juicio de amparo como único medio para el control
constitucional, olvidando que nuestra tradición de derecho codificado nos obliga a
considerar otros medios, igual de eficaces, como lo sería la teoría de la anulación
de las leyes por las asambleas legislativas.
Por ello, resulta oportuno considerar que además del desarrollo que pueda tomar
el juicio de amparo, México requiere de un cambio estructural para poder
reconocer las amplias facultades de anulación que el stare decisis o la fuerza del
precedente, cobra en los países del Common Law, por lo que resulta más natural
y oportuno para nuestro país volver a sus raíces de Derecho Civil, y desarrollar
una nueva teoría de la anulación de leyes, de la manera en que Otero la plasmó
en el Acta de Reformas, fortaleciendo así a los Poderes Legislativos, simiente de
nuestra democracia. El fortalecimiento de las Asambleas Legislativas es por igual
el fortalecimiento de los procesos electorales, característica que no poseen los
Poderes Judiciales.
Las críticas que sufrieron las ideas de Madison en los Estados Unidos por
conducir a la secesión de los Estados, fueron disipadas con su actuación cuando
fue Presidente de los Estados Unidos, así como por la negociación de Henry Clay
en el Congreso Federal frente a la anulación de las tarifas decretada por la
Legislatura de Carolina del Sur en 1833.
Otero, por su parte, jamás insinuó la menor idea de secesión, pero además superó
la versión de Madison, pues en lugar de reconocer que un Estado, por si mismo,
120
pudiera anular una ley federal expedida en nombre de la Nación, contempló que
tendría que ser la mayoría de Estados la que decidiera, con la mayoría de su
población a través de sus representantes en las respectivas Legislaturas, la suerte
de una ley federal que infringiera gravemente las facultades delegadas. Además
de que nuestro país no reconoce la Secesión, sino que ha considerado a la Unión
Federal como una decisión fundamental, los Estados fundantes del Pacto Federal
debieran decidir la inconstitucionalidad de una ley federal, por la mayoría de sus
Legislaturas, así como el Congreso como representante de la Nación, debería
decidir la constitucionalidad de una ley local, con resoluciones de efectos
generales en ambos casos, anulando la ley en cuestión.
Para el caso de la ley federal, podría seguirse en parte el procedimiento del Acta
de Reformas, donde tres Legislaturas estatales sometieran a la Suprema Corte de
Justicia el recurso, para que ésta con su dictamen lo consultara a las demás
Legislaturas de los Estados, incluida la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, y
en un plazo constitucional se resolviera por ellas, sometiendo su resolución a la
declaración pertinente de la Suprema Corte. Si la mayoría de dichas Legislaturas
consideran a la ley federal en cuestión inconstitucional, la Suprema Corte
declararía su nulidad con efectos generales.
Si la ley atacada fuera una ley local, el recurso se sometería ante el Congreso de
la Unión, por el Tribunal Superior de Justicia correspondiente, con su dictamen
respectivo, cuando para esos efectos hubieran acudido por los menos el o los
Ayuntamientos que representaran el 10 por ciento de la población del Estado
respectivo. El recurso se turnaría a la Comision de Puntos Constitucionales la cual
dictaminaría en un plazo previsto en la ley, para ser resuelto por el pleno como
una ley de anulación.
121
igualmente al Congreso de la Unión para agotar de oficio el procedimiento de
anulación.
Con este nuevo control constitucional, se dejarían a salvo todos los demás
procedimientos constitucionales, incluyendo los que las Constituciones Estatales
desarrollaran para el control interno de sus Constituciones, pero además se
lograría un fortalecimiento evidente de los Poderes Legislativos, con total respeto
de los poderes judiciales, los cuales tendrían en algunos aspectos una
intervención en la anulación de las leyes, y se rescataría la valiosa tradición del
Derecho Codificado donde las leyes se anulan por representantes del pueblo, en
bien del federalismo que todos deseamos.
También fue común durante el siglo XIX, prescribir en el más alto nivel normativo
de las entidades federativas, la prohibición por parte del Poder Judicial para
interpretar o suspender la aplicación de las leyes, por lo que cualquier duda de ley
165
Esta disposición se repite en quince Estados por lo menos: Campeche (art. 51), Chihuahua (art. 77),
Coahuila (art. 65), Guerrero (art. 56), México (art. 56), Michoacán (art. 40), Morelos (art. 50), Nuevo Leon
(art. 63), Querétaro (art. 56), Quintana Roo (art. 69), San Luis Potosí (art. 45), Sinaloa (art. 46 fr. VIII),
Sonora (art. 63), Tamaulipas (art. 74) y Zacatecas (art. 45 fr. IV)
122
que surgiera, debería hacerse del formal conocimiento al Congreso del Estado,
por conducto del gobernador, sin que el Tribunal Superior de la Entidad pudiera
plantearla directamente al Poder Legislativo.
166
Sebastián Soler. Interpretación de la ley. Ediciones Ariel. Barcelona. 1962. p. 18-20. Jorge Ulises
Carmona Tinoco. La interpretación Judicial Constitucional. UNAM. 1996. p. 28-29.
167
José Barragán. Proceso de discusión de la ley de amparo de 1869. UNAM. 2ª. Ed. 1997. México. p. 247
Sesión del 4 de enero de 1869.
123
circulares de las Secretarías de Estado pueden ser interpretativas de la ley,
aunque el Secretario no sea más que colaborador de un poder constitucional, y
aunque dichos funcionarios no tengan la facultad para expedir reglamentos: “Es
claro que aunque la Secretaría de Hacienda está facultada para interpretar la ley y
atender a su expedita aplicación, mediante la expedición de circulares...”, según
menciona una ejecutoria (SJF 7a. ep. Vol. 35. sexta parte, p. 25. A.R. 547/71
Compañía de Luz y Fuerza de Pachuca y coags.).
168
Historia Parlamentaria Mexicana. Crónicas. Vol. I. Mayo-Octubre 1823. Instituto de Investigaciones
Legislativas. Cámara de Diputados. 1983. p. 335.
124
precisamente por ausencia de interpretación judicial que le imprima dinamismo a
nuestro Derecho.169
169
No fue sino hasta recientemente, que se vislumbra la preocupación en la judicatura mexicana por el
“inmovilismo” del Derecho, ante la carencia de interpretación (judicial): “El exacto cumplimiento de la
Constitución sólo puede lograrse si su interprete liberándose de las ataduras de quienes se encargan
simplemente de aplicar los textos legales (expresión positivizada del Derecho), entiende que su función no se
agote en la mera subfunción automática del supuesto derecho al texto normativo, ni tampoco queda encerrada
en un positivismo formalizado superado muchas décadas atras, sino que comprende básicamente una labor de
creación del Derecho en la búsqueda de la efectiva realización de los valores supremos de justicia…” A.R.
553/89. Perfiles Termoplásticos S.A. 7 de junio de 1989. Tercer Tribunal Colegiado en materia administrativa
del Primer Circuito. 8ª. época.
125
Una sentencia de la Suprema Corte definió a la jurisprudencia como “la
interpretación correcta y válida de la ley que necesariamente se tiene que hacer al
aplicar ésta” (SJF. 6a. ep. Segunda Parte. Vol. XLIV. p. 86 A.D. 7971/60 José G.
Romo 20 de febrero de 1961). Por ello, si bien la “interpretación auténtica” es la
única permitida por nuestra Constitución, la judicatura tiene como objetivo
desentrañar esa interpretación: “Dos elementos debe tener presentes el juzgador
al interpretar la ley: el texto o sentido gramatical de las palabras y la intención o
propósitos que llevaron al legislador a dictarla” (SJF. 5a. ep. Tomo XVIII. p. 116
A.D. Josefa Ramos suc. 16 de enero de 1926); aunque la letra prevalece sobre la
voluntad del propio legislador (SJF. 5a. ep. Tomo XVIII. p. 893 A.R. María Teresa
Huller y coag. 27 de abril de 1926 y SJF. 5a. ep. Primera Sala. Tomo CXIX p. 3063
A.D. 5930/51. 16 de octubre de 1953) y sobre todo, hay que interpretar
integralmente el texto legal (SJF. 5a. ep. Primera Sala. Tomo XXV. p. 1126. SJF.
5a. ep. Tomo LXXIX. Cuarta Sala. p. 5083 A.R. 8179/43 Coalición de Trabajadores
Huelguistas de la Fábrica Ampolletas, S.A. 8 de marzo de 1944. SJF. 5a. ep.
Segunda Sala. Tomo CXIII. p 494 A.R. 6772/51. G. Kessel y Cía. S.A. 13 de
agosto de 1952. SJF. 7a. ep. Vol. 34 Tribunales Colegiados de Circuito. p. 44 A.D.
343/70 Central de Aduanas Consolidadores de Carga, S.A. 13 de octubre de
1971).
126
A pesar de esta autolimitación del Poder Judicial, existen algunos criterios que
inspiran un avance en la tarea interpretativa que le depara a nuestra judicatura.
Como la Primera Sala de la Suprema Corte de México aludió de manera poco
ortodoxa:
170
A matter of interpretation. Federal courts and The Law. Princeton University Pres. 1997. p. 23.
171
Los principios generales del Derecho son “Los principios consignados en algunas de nuestras leyes”, pues
de otra manera sería un concepto “vago e impreciso” Quinta Epoca. T XLIII p. 858 y T. LV p. 2641.
127
lado, los jueces poseen una nominal facultad interpretativa anclada en el principio
de respeto literal de la ley, cuya máxima expresión ha sido la jurisprudencia,
obligatoria tan solo para los jueces, y que ha reiterado en la mayoría de los casos
el texto de los preceptos legales, sin mayor esfuerzo por dinamizar su significado.
Por lo tanto, los jueces no podían ejercer otras funciones más que las de juzgar y
hacer que se ejecutara lo juzgado, por lo que sus sentencias en todas las causas,
civiles o criminales, deberían contener la expresión de los hechos, según resultare
del proceso, así como el texto de la ley en que se fundare y a la cual se tendría
que arreglar literalmente, tal como lo afirmaban los artículos 142 y 150 de la
Constitución de Yucatán de 1825. Tamaulipas llegó a sancionar con la remoción
de la autoridad si ésta se atrevía a interpretar la ley, así como a multar a los
particulares que indujesen la interpretación de las leyes por autoridades distintas
de la legislativa.172
172
La ley constitucional del 18 de agosto de 1824 de Tamaulipas determinó: 1. “Nadie aunque sea
magistrado, juez o letrado, puede interpretar las leyes; sino éstas se entenderán por su tenor literal, dando a
las voces comunes el significado que tienen generalmente en el Estado, y en la Nación; y a las técnicas (o
propias de algún arte, oficio o facultad) aquél en que las entienden los respectivos profesores. 2. El Tribunal
que dude del sentido de una ley lo consultará al Cuerpo Legislativo, y si fuese juez inferior lo hará por medio
del Tribunal de Justicia. 3. El que interprete alguna ley será castigado si fuere autoridad como atentador
arbitrario contra los derechos de los ciudadanos; y si es letrado quedará privado de ejercer en el Estado, si es
particular se le aplicará por el Juez ante quien se verse el negocio o causa una multa, según las facultades del
individuo y teniendo consideración a sus luces. Esta multa nunca bajará de veinte y cinco pesos, ni excederá
de docientos; y el Juez que la imponga dará cuenta luego al Tribunal de tercera instancia, para que la apruebe,
modere, agrave o revoque”. Colección de Leyes y Decretos del Congreso Constituyente del Estado Libre de
las Tamaulipas, 1825. Imprenta del Estado. Ciudad Victoria. 1825 p. 7.
128
Sobresale en el contexto de estas tendencias, la figura del Ministro Superior de
Justicia del Estado de Veracruz, único ejemplo en nuestro país del Poder Judicial
depositado en una sola persona, al estilo del Poder Ejecutivo, según disposición
expresa en el artículo 65 de la Constitución Veracruzana de 1825. Este Poder
Judicial depositado en una sola persona también fue adoptado en Chihuahua a
fines del mismo año de 1825.
173
Otros casos se ventilaron polémicamente en 1869 contra el texto de la recién promulgada Ley de Amparo.
El Amparo promovido por el general Canto, acusado del homicidio del general Patoni, contra la sentencia del
Tribunal Superior de Justicia de Durango (Cfr. El Derecho. Tomo II. Sábado 8 de mayo de 1869. No. 19. p.
129
Constitución de 1857, hacía proceder el juicio de amparo contra cualquier acto de
autoridad que violase derechos del hombre, por lo que los diputados Alcalde y
Herrera, sobre todo éste último, afirmó desde entonces que el juicio de amparo es
un “recurso ordinario” y no subsidiario, queriendo manifestar con ello de que la
violación de garantías individuales debían ser conocidas a través de un juicio
propio, “natural y ordinario”,174 por ende, distinto del juicio originario en el Estado.
340). Por otra parte, el amparo del Coronel Carlos Gagern contra la sentencia de privación de empleo emitido
por el Jurado de Sentencia o Consejo de Guerra de la Comandancia Militar de México fue desechado en
acatamiento a la ley de amparo de hacer procedente el amparo contra negocios judiciales, que en este caso
fueron federales. (Cfr. El Derecho. Tomo II. sábado 3 de abril de 1869. No. 14. p. 246-247 y sábado 12 de
junio de 1865. No. 24. p. 426).
174
José Barragán Barragán. Proceso de discusión de la ley de amparo de 1869. Universidad Nacional
Autónoma de México. 2a. edición 1987. México. p. 97.
175
Barragán. Op. cit. p. 258. Sesión del 9 de enero de 1869.
130
En la discusión quedaba claro que el juicio de amparo y la revisión judicial era el
mejor remedio para controlar la constitucionalidad de las mismas leyes, fueren de
la Federación o de los propios Estados, por lo que si la acción de la justicia federal
sobre las leyes locales no podía considerarse abiertamente contraria a la
soberanía de los Estados, menos lo era sobre sus sentencias.
Por ello desde el primer dictamen de la ley de amparo mencionada, rendido por
las Comisiones Unidas de Puntos Constitucionales y de Justicia el 19 de
noviembre de 1868, hizo procedente el juicio de amparo contra las ejecutorias de
la justicia de los Estados, en caso de que éstas violaran alguna garantía individual
contenida en la Constitución federal, atendiendo al proyecto original de la ley
preparado por el Secretario de Justicia, Ignacio Mariscal, defendido el 9 de enero
de 1869 por el propio Secretario.
176
Barragán. Op. cit. p.247-248. Sesión del 4 de enero de 1869.
131
Pankhurst y Beas, o la misma Suprema Corte de Justicia177, según los sugería
otro sector de diputados con base en el proyecto de ley reglamentaria sobre el
amparo de 1852.
Las ideas abundaron no sólo en torno a dicho tema, sino que las percepciones se
multiplicaron, elaborándose incluso un nuevo proyecto de ley con un contenido
específico sobre las sentencias que se pronunciasen en última instancia por los
Tribunales de los Estados el Distrito Federal y los Territorios Federales, elaborado
por los Diputados Mata y Baz el 12 de enero de 1869.
Los ataques a la procedencia del amparo en esta materia son sintetizados por el
Diputado Ríos y Valles: a) Mengua de la soberanía de los Estados destruyendo la
Administración de Justicia, b) Convierte en interminables los juicios y c) Centraliza
la Administración de Justicia. Ante esta oposición se adopta la resolución de negar
la procedencia del juicio contra las resoluciones de los Tribunales Superiores de
Justicia, convencidas además de que la Constitución Federal confiaba a los
Jueces Locales la aplicación del control de constitucionalidad federal sobre las
Leyes Locales, de conformidad con el entonces artículo 126, actual 133.178
Aunque así fueron los resultados de esta pródiga discusión, los debates nos
ofrecen una concepción interesante del significado de interpretación jurídica. El
diputado Lama, contrariando los argumentos de Montes, aludió:
177
Sesión del 27 de noviembre de 1868.
178
Según el Diputado Ríos y Valles los problemas de constitucionalidad surgidos en los Negocios Judiciales
Locales deberían también ser resueltos por los mismos Tribunales. Sesión del 28 de diciembre de 1868. La
segunda parte del precepto citado refiere, después de declarar a la Constitución Federal como ley suprema de
toda la Unión, que “los jueces de cada Estado se arreglarán a dicha Constitución, leyes y tratados, a pesar de
las disposiciones en contrario que pueda haber en las constituciones o leyes de los Estados”.
179
Para el diputado Lama el hecho de que el amparo en negocios judiciales no se hubiese discutido en la
Constitución de 1857, no invalidaba al legislador para que legislara al respecto, interpretando
gramaticalmente la disposición constitucional relativa. Barragán. Op. cit. p. 227-228 Sesión del 2 de enero de
1869.
132
A esta posición, el diputado Velasco volvió a insistir en su posición de que
correspondería al poder judicial interpretar la Constitución federal.
En toda la discusión de la ley de amparo de 1869 permearon dos ideas fijas: a) los
precedentes judiciales de los Estados Unidos debieran ser el ejemplo a seguir
para resolver sobre la procedencia del amparo en negocios judiciales y b) la
autoridad judicial podría interpretar el significado del precepto constitucional
respectivo (artículo 101 de la Constitución de 1857).
Para 1869, estas cuestiones habían sido resueltas por la Suprema Corte de los
Estados Unidos a través de una decisión fundamental: Martín vs. Hunter’s Lessee
14 U.S. 304 (1816).
David Hunter de Virginia obtuvo en 1789 sobre el gran latifundio de Lord Fairfax
una dotación de 788 acres, que correspondían a la porción de terreno conocida
como “de desperdicio y sin titular”.
Dicha dotación fue otorgada por las autoridades estatales con base en las leyes
confiscatorias que Virginia había expedido en la época de la Revolución de
Independencia de los Estados Unidos contra los súbditos ingleses desde 1779
pero que no se habían aplicado por respeto al Tratado de Paz con Inglaterra,
suscitó en 1785 por los Estados Unidos, donde se había pactado que no se
molestaría a las personas y propiedades de ingleses en territorio norteamericano.
La Corte de Apelaciones presidida por Spencer Roane conoció del caso en 1796.
En ese mismo año, John Jay firmó un nuevo Tratado con Inglaterra ratificando el
compromiso de Estados Unidos para con ese país de no tomar represalias contra
las propiedades de los súbditos ingleses.
133
Para James y John Marshall, así como a su cuñado, el latifundio de Fairfax era
una posesión que preciaron y compraron en 1806 y la porción de Hunter era de
pequeñas dimensiones que se encontraba en litigio cuando comenzaron las
negociaciones de su adquisición. La compraventa en 1806 había sido concluida
por Philip Martin, heredero de Denny M. Fairfax.
180
Albert J. Beveridge. The life of John Marshall. Houghton Mifflin Co. Boston. 1947. 2a. ed. 4o. Vol. p.
160.
181
En este sentido se entiende que la Constitución y el derecho federal es la ley suprema de toda la Unión.
Hart y Wechsler. The Federal Courts and the federal system. 2a. ed. The Foundation Press, Inc. 1973.
Mineola. p. 11.
134
de ‘error’, la decisión del Tribunal Estatal, para confirmar o revocar esta
decisión”182.
No fue sino hasta la intervención federal de Ramón Corona que hacia 1869 se
apuntaló el gobierno de Rubí en Sinaloa. El bandolerismo en los caminos
públicos183 y las rebeliones de Adolfo Palacio y Plácido Vega fueron los problemas
más graves de ese año.184
182
Beveridge. Op. Cit. p. 158-159. Un segundo caso confirmó este precedente, Cohen v. Commonwealth of
Virginia 19 US 264 (1821). Charles Warren. The Supreme Court in United States History. Vol. I 1789-1835,
Little, Brown and Co. Boston. 1922. p. 442.453.
183
Informe del Gobernador Domingo Rubí. Culiacán. 1869. Biblioteca Nacional FR. 354.72008 Mex. n. 48.
184
Antonio Nakayama A. Sinaloa. Un bosquejo de su historia. Universidad Autónoma de Sinaloa. p. 310.
185
Informe de gobierno de Domingo Rubí rendido en Mazatlán el 15 de octubre de 1869. Fondo Lafragua. R.
949 LAF p. 8.
135
El Supremo Tribunal estaba integrado por tres Ministros y un Fiscal que eran
electos popularmente cada cuatro años, con la posibilidad de reelegirse.186
186
Eustaquio Buelna. Compendio histórico, geográfico y estadístico del Estado de Sinaloa. Imprenta y
litografía de Irineo Paz. México. 1877. p.62.
187
Lucio Cabrera Acevedo. La Suprema Corte de Justicia. La República y el Imperio. Suprema Corte de
Justicia. p. 204-205.
136
como indudablemente lo haría, si cooperase a hacer efectivo el amparo en
negocios judiciales?188
En México, el amparo Vega votado por los Ministros Vicente Riva Palacio, Ignacio
Ramírez, Joaquín Cardoso, Manuel Aura, Pedro Ordaz, José Ma. del Castillo
Velasco, Simón Guzmán y el Procurador León Guzmán, y habiendo sido
reprobado por los Ministros Pedro Ogazón como Presidente de la Suprema Corte,
Luis Velázquez, José García Ramírez y M. Zavala, sentó las bases del amparo
casación, con el principio de que la interpretación de la Constitución y las leyes
correspondía al Poder Judicial, atenuando la rígida regla de la interpretación
legislativa.
188
Archivo General de la Nación. Fondo de la Suprema Corte de Justicia. Caja 81. Expediente 45.
189
La decisión de la Suprema Corte que se publicó no declara inconstitucional el artículo 8o. de la ley de
amparo y sus argumentaciones no son difundidas describiendo tan sólo de manera esquemática, razones de
índole legal pero no constitucional.
190
Todavía en 1874 el fiscal Ignacio Manuel Altamirano desahogaba puntos sobre el aso Vega y el
cumplimiento de la sentencia de amparo.
191
Desde el proyecto de reformas a la ley de amparo del 3 de octubre de 1877, el Secretario de Justicia,
Protasio Tagle, acepta como “admitido el principio de que el amparo (es) procedente en negocios judiciales...”
por lo que introduce en el artículo 31 de la iniciativa la casación. La Suprema Corte de Justicia a principios
del Porfirismo (1877-1882). Suprema Corte de Justicia. 1990. p. 456-457.
137
Sin embargo, los propios Magistrados mexicanos sufrieron la represalia del juicio
político que el Congreso de la Unión trató de fincar en su contra por resolver un
amparo contra el texto expreso del artículo 8o. de la Ley de Amparo. En sesión
secreta del 3 de mayo de 1869, cuando todavía no había dictado resolución
definitiva la Suprema Corte, que fue el 20 de julio, los diputados Gaxiola, Macín,
Sánchez Azcona y Julio Zárate presentaron acusación formal contra Riva Palacio,
Castillo Velasco, Ordaz, Cardoso y Ramírez y los Guzmán por haber admitido la
demanda de amparo:
192
Pantaleón Tovar. Historia Parlamentaria del Cuarto Congreso Constitucional. México. Imprenta
Cumplido. Tomo 4o. 1874. p. 290-291.
193
Emilio Rabasa. “Reformas a la Constitución Política de la República con el fin de organizar la Corte
Suprema de Justicia, como un Tribunal que pueda garantizar la rapidez de sus resoluciones y cumplir las
funciones técnicas que la Constitución le encomienda”. Memoria del Primer Congreso Jurídico Nacional.
Imprenta M. León Sánchez, Sucs. México, D. F. 1922. p. 19-28.
138
Capítulo Décimo
En la actualidad, los artículo 178 y 179 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación otorgan la facultad a la Suprema Corte de publicar las resoluciones,
acuerdos y demás textos derivados de la función judicial. De esta manewra, el
acuerdo 5/2003 emitido por la Suprema Corte ha determinado que todos los
tribunales tienen la responsabilidad de reportar sus resoluciones y tesis
resultantes a la Coordinación de Compilación y Sistematización de Tesis,
dependiente de la Suprema Corte de Justicia. Sin embargo, ya en la actualidad,
dichas tesis no sólo se publican en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, sino que también esa dependencia hace disponibles en Internet y en
formatos de CD-ROM las tesis. Ello contribuye a la gratuidad y rapidez en la
consulta de las resoluciones judiciales y sus tesis.
194
1. Época. 2. Tomo o Volúmen. 3. Parte o Sección. 4. Fecha de Publicación. 5. Página. 6.Tribunal. 7
Identificación de la tesis.
139
está acorde con el nuevo milenio que comenzamos y con los avances en la
consolidación de la Suprema Corte de Justicia como Tribunal Constitucional.
Canadá
Esta norma distingue tres partes en el reportaje o referencia de las decisiones, que
se ilustran a continuación con un ejemplo:
195
Roy M. Mersky & Donald J. Dunn. Fundamentals of Legal Research. Foundation Press. 2002. Nueva
York. p. 590
196
Para una consulta sobre sus trabajos visitar www.lexum.umontreal.ca/ccc-ccr/index_fr.html
197
Que puede ser consultada en www.lexum.umontreal.ca/ccc-ccr/neutr.jur_fr.html
140
π
Arsenault-Cameron c. Ile-du-Prince-Edouard 2000 CSC 1 21, 39-41, 49
Los elementos de esta forma neutra para citar la jurisprudencia canadiense son
tres principales:
Desde sus inicios, esta forma neutra de citar precedentes fue apoyada por los
miembros de las Barras de Abogadas y los propios tribunales canadienses, por su
simplicidad y exactitud, ya que permite revisar íntegramente la resolución, sin
resúmenes o simplificaciones. 198
Australia
198
Law Times. Julio19 a Julio 25, 1999. Journal du Barreau. Vol. 31. Num. 16. 1o. De octubre de 1999 y
National, Enero-Febrero 2000. Vol. 9. Num. 1
199
Recommended Standard for Medium Neutral Cittation. www.lawfoundation.net.au/lisc/
141
Person v. Company [1998] HCA 25 at [27]
Gran Bretaña
200
Lawlink NSW Guidelines on Judgement in Electronic Form.
142
Dada la peculiar organización judicial del Reino de la Gran Bretaña, es necesario
dos identificadores para el Tribunal, de tal cuerte, que la forma de citar las
decisiones se hará de la siguiente manera:
Estados Unidos
En virtud de que los Estados Unidos han sido detenidos en la adopción general de
la forma neutra de registro de sentencias, por los intereses editoriales de
compañías que han monopolizado su publicación y difusión, sólo algunas
jurisdicciones estatales han adoptado este sistema que comienza a ser popular en
este país.
π
Jones v. Smith, 1996 Wis 47 15
143
decisiones de otros países con la comodidad del Internet y sin gastos ni espacios
para guardar la colección de libros que involucran tener esas mismas fuentes en
libros publicados. Por supuesto, la forma neutra es tan sencilla que requiere de
adecuaciones según la jurisdicción que la esté utilizando. 201
Con estas reglas que se podrían utilizar en México, se podría confiar más en el
reporte por Internet y quizá actualizar el Semanario a través de discos compactos.
La Red Jurídica ya está funcionando en la actualidad y habría solo que hacerla
accesible a los usuarios de computadora. La costosa edición impresa del
Semanario podría reducirse en su tiraje sustancialmente y este sistema podría
incoporar la cita completa de las sentencias en sus considerandos y resolutivos,
sin necesidad de repetir todos los resultandos que son los causantes del
abultamiento de dichas ediciones. Todo ello beneficiaría la cita de la jurisprudencia
y ayudaría a conservar la tradición de difundir el texto de las sentencias en todo
momento y no sólo concentrarnos en las tesis.
La jurisprudencia sigue siendo tan compleja, como abundante, por ello los nuevos
sistemas electrónicos deben modificar la forma en que se reporta, tal como la
imprenta lo hizo en los orígenes de la administración de justicia.
201
Bruce Kennedy. “Cultural Considerations´ behind neutral citations for the International legal Community”.
Journal of Information, Law and Technology.
www2.warwick.ac.uk/fac/soc/law/elj/jilt/2000_3/kennedy/kennedy.rtf
144
Índice
Capítulo Primero
El Legado del Derecho Judicial Anglosajón
Capítulo Segundo
Origen del Reporte de las decisiones judiciales en los países de Derecho Judicial
Capítulo Tercero
Obligatoriedad de los precedentes no publicados en el sistema de Derecho
Judicial
Capítulo Cuarto
¿Quién reporta las decisiones judiciales en los Estados Unidos?
Capítulo Quinto
Surgimiento de la publicación de sentencias en México
Capítulo Sexto
Reconocimiento legal de la Jurisprudencia Mexicana
Capítulo Séptimo
Formas de citar la Jurisprudencia en México
Capítulo Octavo
Opinión sobre la jurisprudencia como función interpretativa
145
Capítulo Noveno
La interpretación auténtica de la Constitución y de la Ley
Capítulo Décimo
Hacia una nueva forma para reportar la Jurisprudencia
146
Bibliografía General
Barragán Barragán, José. Proceso de discusión de la ley de amparo de 1869. Universidad Nacional Autónoma
de México. 2a. edición 1987. México. p. 97.
Barragán Barragán, José. Proceso de discusión de la Ley de Amparo de 1882. UNAM. 1993. p. 597
Barragán Barragán, José. Crónicas de la Constitución Federal de 1824. Senado de la República. México
1974. Tomo I. p. 258
Benito Juárez. Documentos, discursos y correspondencia. Volumen 14. Editorial Libros de México. 1975. p.
567-569.
Beveridge, Albert J. The life of John Marshall. Houghton Mifflin Co. Boston. 1947. 2a. ed. 4o. Vol. p. 160.
Berman, Harold J. y Charles J. Reid jr. “The transformation of English Law Science: From Hale to
Blackstone”. 45 Emory Law Journal 449. 1996
Buelna, Eustaquio. Compendio histórico, geográfico y estadístico del Estado de Sinaloa. Imprenta y litografía
de Irineo Paz. México. 1877. p.62.
Cabrera Acevedo, Lucio. La Suprema Corte de Justicia a principios del Porfirismo (1877-1882). Suprema
Corte de Justicia. 1990. p. 456-457.
Cabrera Acevedo, Lucio. La Suprema Corte de Justicia. La República y el Imperio. Suprema Corte de
Justicia. p. 204-205.
Cabrera Acevedo, Lucio. “Hacia una mejor justicia. Algunos aspectos”. La Reforma Jurídica de 1983.
Procuraduría General de la República. México. 1986. p. 124
Cabrera Acevedo, Lucio. La Suprema Corte de Justicia. Sus leyes y sus hombres. Suprema Corte de Justicia.
1985
Cabrera, Lucio. “La Jurisprudencia”. La Suprema Corte de Justicia y el Pensamiento Jurídico. Poder Judicial
de la Federación. 1985. p. 227
Cabrera, Lucio y Lourdes Celis Salgado. “Estudio Preliminar”. El Derecho. Periódico de Jurisprudencia y
Legislación. 1ª. Reimpresión. Suprema Corte de Justicia. 2004. p. XX.
Carmona Tinoco, Jorge Ulises. La interpretación Judicial Constitucional. UNAM. 1996. p. 28-29.
Carmona Tinoco, Jorge Ulises. “La jurisprudencia obligatoria de los tribunales del Poder Judicial de la
Federación”. Boletín Mexicano de Derecho Comparado. Número 83. UNAM. 2005.
Cruzado, Manuel. Memoria para la Bibliografía Jurídica Mexicana. Antigua Imprenta de E. Murguía.
México. 1894. p. 91
Chilton, Bradley Stewart. “Star Trek and stare decisis: legal reasoning and information technology”. Journal
of Criminal Justice and Popular Culture. Volumen 8. Numero 1. 2001. p. 25.
147
Dublán, Manuel y José María Lozano. Legislación Mexicana o Colección Completa de las disposiciones
legislativas expedidas desde la Independencia de la República. Edición Oficial. México. Imprenta del
Comercio, de Dublán y Chávez, a cargo de M. Lara (hijo). 1879.
Dunne, Gerald T. “Early Court Reporters”. 1976 Yearbook Supreme Court Historical Society
González Oropeza, Manuel. “El juicio político”. Derecho Procesal Constitucional. Editorial Porrúa. Tomo I.
González Oropeza, Manuel y Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. “Proyectos de parlamentarismo en México”. El
constitucionalismo en las postrimerías del siglo XX. La Constitución Mexicana 70 años después. UNAM.
1987. Tomo VI. p. 407-416
González Oropeza, Manuel. Los orígenes del control jurisdiccional de la Constitución y de los derechos
humanos. Comisión Nacional de los Derechos Humanos. México. 2003. p. 21
Goubert, Pierre y Daniel Roche. Les francais et L´ancien Régime. I: La societé et L´Etat. Armand Cobin. 2ª.
Ed. 1991. p. 271-290.
Guerrero Lara, Ezequiel. “El Semanario Judicial de la Federación: notas sobre su ritmo de publicación y
oportunidad”. Gaceta del Semanario Judicial de la Federación. Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Número 50. Febrero de 1992. p. 103-122
Holdsworth, William. A History of English Law. Vol. 12. Londres. 1938. p. 151
Kelsen, Hans. “La garantie jurisdictionelle de la Constitution (La Justice constitutionelle)” Revue du Droit
Public et de la Science Politique en France et à l´étranger. 1928. p. 199
Kennedy, Bruce. “Cultural Considerations´ behind neutral citations for the International legal Community”.
Journal of Information, Law and Technology.
www2.warwick.ac.uk/fac/soc/law/elj/jilt/2000_3/kennedy/kennedy.rtf
Lee, Thomas R. y Lance S. Lehnhof. “The Anastasoff case and the judicial power to ´unpublish´ opinions”.
77 Notre Dame Law Review 135. November 2001.
Levin, Daniel X. “Fairness and Precedent. Anastasoff v. United States 235 F. 3rd. 898 (8th. Cir. 2000)”. 110
Yale Law Journal 1296. Mayo 2001.
Madison, James. “Report on the Alien and Sedition Acts” (1800). Madison Writings. The Library of America.
1999. p. 624
Mariscal, Ignacio. Algunas Reflexiones sobre el juicio de amparo. Revista de la Escuela Nacional de
Jurisprudencia. UNAM. Números 21-22. 1944.
Mersky, Roy M. & Donald J. Dunn. Fundamentals of Legal Research. Foundation Press. 2002. Nueva York.
p. 590
Montesquieu, Charles Marie de Secondat, Baron de. De L´Esprit des Lois. GF-Flammarion. Paris. 1979. Libro
VI. Capítulo III. P. 203
148
Nakayama A, Antonio. Sinaloa. Un bosquejo de su historia. Universidad Autónoma de Sinaloa. p. 310.
Parada Gay, Francisco. Breve Reseña Histórica de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Antigua
Imprenta de Murguía. 1929. 82 p.
Rabasa, Emilio. “Reformas a la Constitución Política de la República con el fin de organizar la Corte
Suprema de Justicia, como un Tribunal que pueda garantizar la rapidez de sus resoluciones y cumplir las
funciones técnicas que la Constitución le encomienda”. Memoria del Primer Congreso Jurídico Nacional.
Imprenta M. León Sánchez, Sucs. México, D. F. 1922. p. 19-28.
Reyes, Bernardo. Ensayo sobre un nuevo sistema de reclutamiento para el Ejército y organización de la
Guardia Nacional. Imprenta de Dávalos. San Luis Potosí. 1885
Scalia, Antonin. A matter of interpretation. Federal courts and The Law. Princeton University Pres. 1997. p.
23.
Sinclair, Michael B.W. “Anastasoff versus Hart: The Constitutionality and Wisdom of denying precedential
authority to circuit Court Decisions”. 64 University of Pittsburgh Law Review 695. Summer 2003.
Southwick, Christian F. “Unprecedent: The Eight Circuit repaves vias with a new Constittutional doctrine”.
21 The University of Texas at Austin. The Review of Litigation. 191. Winter 2002.
Story, Joseph. Commentaries on the Constitution of the United States. 1833. p. 377
The Federalist Papers. Introducción de Clinton Rossiter. The New American Library of World Literature.
1961. p. 465
Tovar, Pantaleón. Historia Parlamentaria del Cuarto Congreso Constitucional. México. Imprenta Cumplido.
Tomo 4o. 1874. p. 290-291.
Warren, Charles. The Supreme Court in United States History. Vol. I 1789-1835, Little, Brown and Co.
Boston. 1922. p. 442.453.
Weckman, Luis. La herencia medieval de México. Tomo II. El Colegio de México. 1984. p. 557
149