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Xl Resistencia al esfuerzo cortante de los suelos XIL1. Introduccién EI problema de la determinacién de la resistencia al esfuerzo cortante de los suelos puede decirse que constituye uno de los puntos fundamen- tales de toda Ia Mecénica de Suelos. En efecto, una valoracién correcta de ese concepto constituye un paso previo imprescindible para intentar, con esperanzas de éxito, cualquier aplicacién de la Mecdnica de Suelos al andlisis de la estabilidad de las obras civiles. Empero, debe hacerse notar que, quiz4 como ningin otro, este capitulo de Ia especialidad refleja las incertidumbres y encrucijadas cientificas del momento, Gracias sobre todo a Coulomb, la Mecinica de Suelos tradi- cional habfa creido resolver el trascendental problema en forma satisfac- toria; durante afios, bas4ndose en ideas sin duda més precisas que otras anteriores, el ingeniero valué Ia resistencia al esfuerzo cortante y cons- truyé obras de tierra con una tranquilidad que hoy se antoja exagerada, Una vez que, en épocas modemas y aprovechando desarrollos paralelos de la Teorfa de Ia Plasticidad, se revisaron las ideas tradicionales sobre a resistencia de los suelos, se vio que aquéllas podrfan ser muy dificilmente sostenidas; de hecho, se hizo indispensable abandonarlas. Sin embargo, la tecnologia o investigacién actuales no han sido capaces ain de sustituir el cuerpo de doctrina, sistematizado y completo del que antes se disponia, por otro andlogo y acorde con las nuevas ideas; en lo que se refiere al problema de la resistencia al esfuerzo cortante, Ia Mecdnica de Suelos esti en una etapa de transicién: Ja investigacién moderna se ha mostrado iconoclasta con lo antiguo y, por otra parte, atin no le ha sido posible claborar una doctrina completa y sistemética. Esta es la razin por la que atin hoy en muchos laboratorios de ingenieria de suelos se trabaja en estos terrenos, como si los tiltimos afios no hubiesen transcurrido, por lo que 373 Escansado con Camseanne 374 Mecénica de Suelos el tema resulta particularmente espinoso para ser abordado en un libro de texto, En lo que sigue, tatarin de exponerse las ideas tradicionales sobre el tema, indicando las razones que aconsejan su abandono y se expon= drin algunas de las ideas modernas que aparecen hoy como de sobre- vivencia mis probable, El lector no debe olvidar que las verdaderas fuentes actuales del tema son los articulos, comunicaciones y trabajos de én que, en gran niimero, aparceen por doquicr; alli, climinando Jo que haya de probarse insostenible, se encontrardn las ideas que. irén normando el futuro de este campo, XIE2. Resefia histérica El primer trabajo cn que seriamente traté de explicarse la génesis de Ja resistencia de los suclos es debido al conocido fisico e ingeniero francés C. A, Coulomb (1776). La primera idea de Coulomb consistié en atribuir a la friccién entre las particulas del suelo la resistencia al corte del mismo y en extender a este orden de fenémenos las leyes que sigue Ja friccién entre cuerpos, segin la Mecénica elemental. Es sabido que si un cuerpo (Fig. XII-I.a) sobre el que acta una fuer= za normal P ha de deslizar sobre una superficie rugosa, se encuentra que Ja fuerza F, necesaria para ello, resulta ser proporcional a P, teniéndose: F=\P donde j recibe el nombre de coeficiente de friccién entre las superficies en contacto, Coulomb admitié que, en primer lugar, los suelos fallan por esfuerzo cortante a lo largo de planos de deslizamiento y que, esencialmente, el mismo mecanismo de friccién arriba mencionado rige la resistencia all esfuerzo cortante de, por lo menos, ciertos tipos de suelos. Dada una masa de suelo y un plano potencial de falla de la misma Ad’ (Fig. XII-1.b) el esfuerzo cortante méximo susceptible de equilibrio y, por lo tanto, la resistencia al esfuerzo cortante del suelo por unidad de area en ese plano, es proporcional al valor de @, presién normal en el plano Ad’, teniéndose: F GTS tate = oan g CO) o P P a Figura XII-1. Mecanismos de los fenémenos de friccién. Escansado con Camseanne Resistencia al esfuerzo coxtante de los suslos 375, Autométicamente nace asi una ley de resistencia, segin Ja cual a falla se produce cuando el esfuerzo cortante actwante, 1, aleanza un valor, 5, tal que: s=atang (12-1) La constante de proporcionalidad entre ¢ y a, tan qh, fue definida por Coulomb on téminos de un Angulo al cual é Iams “Angulo de friecién interna” y definié como una constante del materia De la ccuacién (12-1) se deduce que Ja resistencia al esfuerzo cor. ‘© de los suclos que Ia obedezcan debe ser nula para 7 = 0, Basta fener en una mano enteabierta una muestra de arena seca y suclta (por ejemplo, arena de playa), en la cual obviamente puede conside- 0, para darse cuenta, al ver deslizar entre los dedos a la are- + gue ese material es de los que para ¢ = 0 presentan una s = 0, Por otra parte, Coulomb pudo observar que, en otros materiales, tales somo por ejemplo un fragmento de arcilla, el sencillo experimento an- terior conduce a otras conclusiones; en efecto, es un hecho que la arcilla no deslizarfa entre los dedos, de modo que ese material exhibe resistencia al esfuerzo cortante aun en condiciones en que el esfuerzo normal exterior es nulo. A los materiales de este tiltimo tipo, Coulomb les asigné arbitrariamente otra fuente de resistencia al corte, a Ia cual llamé “cohesién” y consideré también una constante de los materiales, Es més, Coulomb observé que en arcillas francas, la resistencia parecta ser independiente de cualquier presién normal exterior actuante sobre ellas y, por lo tanto, en dichos materiales parecia existir s6lo cohesién, comportandose en definitiva como si en ellos ¢ = 0. La ley de resisten- cia de estos suelos serd: see (12-2) En general, segin Coulomb, los suelos presentan caracteristicas mix- tas entre las antes enumeradas; es decir, presentan, a la vez “cohesién” y “friccién interna”, por lo que puede asigndrseles una ley de resistencia que sea una combinacién de las (12-1) y (12-2). Esta ecuacién, tradi- cionalmente conocida en Mecdnica de Suelos con el nombre de ley de Coulomb, podria, escribirse: s=c+otang (12-3) Asi, las ecuaciones (12-1) y (12-2) pueden verse como casos par ticulares de una ley més general. Un suelo cuya resistencia al esfuerzo cortante pueda representarse por una ecuacién del tipo (12-1) se ha Mamado tradicionalmente “suelo puramente friccionante”, asi como un suelo que satisfaga la ley (12-2) ha recibido el nombre de “puramente cohesive”, En el caso més general se ha hablado de suelos “‘cohesivos y friccionantes” 0 suelos “intermedios”. Estos términos atin son usados en Ja actualidad por muchos ingenieros, | aunque el significado intimo de las expresiones se haya modificado consi- _ derablemente, respecto al pensamiento original de Coulomb. Escansado con Camseanne 376 Mecénica de Suelos La ecuacién (12-3) fue usada por més de un siglo y sirvié de base para la elaboracién de teorias de presién de tierra, capacidad de car- ga y métodos de anilisis de la estabilidad de terraplenes y presas de tierra, No obstante, los ingenicros con ciertas dotes de observacién empe- zaron a notar las fuertes discrepancias que existian entre la realidad y lo que alguno de ellos Ilegé a denominar teorfas de “libros de texto”? En 1925? Terzaghi establecié, con base en serias investigaciones expe- rimentales, comenzadas alrededor de 1920, que en las ecuaciones (12-1) y (12-8) la presién normal total deberia sustituirse por la presién inter- granular (X-5), de modo que la presién que se admite controla los fenémenos de resistencia al esfuerzo cortante, 0 sea la presién efectiva, no es la total, sino la intergranular, Actualmente es comin considerar los términos intergranular y efectiva como sinénimos al ser aplicados a presiones. La ecuacién (12-3) se modificé asi para tomar la forma: s € + (o~u) tang (12-4) En donde, como es usual, u, representa la presién neutral en el agua. La modificacién de Terzaghi tomé en cuenta, por primera vez, la trascendental influencia del agua contenida en el suelo. Pronto se descubrié que el valor de u, depende no sélo de las condiciones de la carga, sino también y en forma muy notable, de la velocidad de apli- cacién de ella,* lo que condujo a distinguir el valor de la resistencia oe de Ja “rdpida”; més adelante habra ocasién de extender estas ideas. Posteriormente, Hvorslev® hizo notar que el valor de la “cohesién” de Jas arcillas saturadas no era una constante, sino que resultaba ser funcién de su contenido de agua, Por lo tanto, la ecuacién (12-3) debe escribirse ahora: 5 = f(w) + (o—ug) tang (12-5) Es interesante hacer notar que la contribucién de Hvorslev destruyé, de una vez por todas, la idea, en si insostenible, de que c fuese una cons~ tante del material. La ley (12-5) es lineal en un diagrama o—s para todo valor de o. Las ideas més recientes sobre el tema, aplicadas a suelos compresibles, hacen necesario establecer una distincién entre las arcillas normalmente consolidadas, para las que Ja ley lineal parece seguir siendo satisfactoria, con Ia ordenada en el origen nula (¢ = 0) y las preconsolidadas, en las que la ley lineal ha tenido que ser sustituida por otra mas complicada. En lo que sigue habra ocasién de insistir sobre estas ideas, XIL-3. Prueba directa de resistencia al esfuerzo cortante Durante muchos afios, la prucba directa de resistencia al esfuerz cortante fue practicamente la ‘mica usada para la determinacién de la Escaneado con Camseanne Resistencia ol esfuerzo cortante de los suelos a7 resistencia de los suelos; hoy, aun cuando conscrva interés prictico debido 1 su simplicidad, ha sido sustituida en buena parte por las pruebas de compresién tiaxial, descritas adelante, Un esquema del aparato necesario para efectuar la prucha se presenta en Ja Fig, XIL2 J~ Extens6metro Extensbietro Marco superier mbvil Figura XIL-2, Esquema del aparato de resistencia al esfuerzo cortante directo. El aparato consta de dos marcos, uno fijo y otro mévil, que contienen a la muestra de suelo. Dos piedras porosas, una superior y otra inferior, proporcionan drenaje libre a muestras saturadas, cuando se desee y se sustituyen simplemente por placas de confinamiento, al probar muestras secas. La parte mévil tiene un aditamento al cual es posible aplicar una fuerza rasante, que provoca la falla del espécimen a Jo largo de un plano que, por la construccién del aparato, resulta bien definido, Sobre la cara superior del conjunto se aplican cargas que proporcionan una presién nor- mal en el plano de falla, ¢, graduable a voluntad. La deformacién de la muestra es medida con extensémetros, tanto en direccién horizontal como en vertical. Una descripcién un poco més detallada de la prueba figura en el Anexo XII-a. oi zs 4567 8 Deformacionestangenciles, mm ‘Detormacionestangencales, mm. Deformaciones normales Figura XII-3. Gréficas de los resultados de una prueba directa de resistencia al esfuerzo cortante. Escansndo con CamSeanne 378 Mecénica de Suelos Los resultados de la prueba, en la cual suclen calcularse los valores de Ia relacién z/o correspondientes a deformaciones sobre el plano de falla, se dibujan en forma similar a Ja indicada en la Fig. XII-3. En ésta, como en todas las prucbas de resistencia de suelos, caben dos posibilidades de realizacién: el método de esfuerzo controlado y el de deformacién controlada, En el primero la prueba se Heva a efecto aplicando valores fijos de la fuerza tangencial al aparato de modo que el esfuerzo aplicado tiene en todo momento un valor prefijado; en el segundo tipo, la maquina actéia con una velocidad de deformacién cons- tante y la fuerza actuante sobre el espécimen se lee en la bascula de la maquina que la aplica. Ejecutando varias pruebas con diversos valores de la presién nor- mal, pueden trazarse puntos en la grafica o—s con los valores de las presiones normales y los valores maximos de 7 obtenidos de cada una de las pruebas, Uniendo los puntos asi obtenidos se tendré Ia linea de falla del material, correspondiente a este procedimiento de prueba. Una de las desventajas de esta prueba consiste en Ia imposibilidad de conocer los esfuerzos que actitan en planos distintos al de falla du- rante su realizacién. En el instante de falla incipiente, los esfuerzos actuantes en estas otras direcciones pueden determinarse teniendo en cuenta que, en ese instante, el circulo de falla debe ser tangente a a linea de falla, Este circulo, asi como los valores y direcciones de los esfuerzos principales, pueden obtenerse por el procedimiento del polo como se ilustra en la Fig. XII-4. En esta figura se ha considerado que Ja linea de falla pasa por el origen de coordenadas. Conociendo los esfuerzos 6 y 5 = rais. (PUM to D) se traza el circulo tangente a dicha Iinea de falla en D, ux centro est4 sobre el eje o. El polo P se encuentra trazando por D una paralela al plano en que actiian esos esfuerzos; es decir, en direccién horizontal. Uniendo P con A y B se tienen las direcciones de los plancs principales, que se detallan en la seccién (a) de la Fig, XII-+. Notese que el punto D esté en la parte positiva del eje z, debido a que Ia des viacién ¢ del esfuerzo total en la seccién de falla es positiva, segin convencién ya introducida. ) Figura XIL-4. Circulo de falla con los esfuerzos y direcciones principale prueba directa de resistencia al esfuerzo cortante. sen Escansado con Camseanne Resistencia ol esfuerse cortante de los sutos 379 Resistonin ti Resistencia —Estuer20 Jo Curve aquetino a Loh Curva ea sinter tenidn en prueba directa Detormacion (a) Fala tess, (b) Falla plsticn Ficura XILS, Tipos de falla considerados en los suelos. sabido que cuando un material falla en una prueba de resistencia curva esfuerzo-deformacién sera semejante a alguno de los dos arque- pos que aparecen en la Fig, XII-5. La curva Ilena, de (a) es representativa de materiales Iamados de “alla fragil” y se caracteriza porque después de llegar el esfuerzo a un maximo bien definido (resistencia) desciende rapidamente, al aumentar la deformacién, La curva (b) corresponde a materiales de “falla pléstica” en los que Ja falla se produce a un esfuerzo que se sostiene aunque la deformacién aumente; la falla no est bien definida, habiendo en realidad Jo que suele denominarse un flujo del material, bajo esfuerzo constante, Uno de los inconvenientes més importantes de la prueba de resis- tencia al esfuerzo cortante directa es que su uso debe restringirse a los suelos de falla plastica, debiendo no efectuarse en suelos fragiles, pues Ja curva esfuerzo-deformacién obtenida para éstos resulta desplazada hacia valores menores del esfuerzo, respecto a la que se obtendrfa con pruebas més adecuadas, proporcionando, por lo tanto, valores menores de la resistencia (curva discontinua de la Fig. XII-5.a). El hecho puede explicarse como sigue: cuando se inicia el movimiento del marco mé- vil, la deformacién tangencial en la superficie de falla A’B’ no es uni- forme, sino que existen concentraciones de deformacién en las zonas préximas a A’ y a BY, que son menores en el centro de la muestra. A estas diferentes deformaciones corresponden diferentes esfuerzos en un material frégil y cuando Jas zonas A’ y BY alcancen Ja deforma- cién y el esfuerzo de falla, en el centro de la muestra obrarin esfuerzos mucho menores; al proseguir la deformacién la falla progresa hacia el centro de la muestra y las zonas extremas, ya falladas, estardin traba- jando a un esfuerzo mucho menor que el de falla (falla progresiva).. El extens6metro horizontal mide Jo que podria considerarse, Ia defor macién media de la superficie de falla y asi, Ia resistencia medida en la prueba, en el momento en que la falla se presente en un suelo frdgil, es un promedio de los esfuerzos actuantes que no representa la maxima resistencia, sino que es menor. Esto no sucede en los suclos de falla pléstica, pues una vez alcanzada la falla, en todos los puntos de Escansado con Camseanne 380 Mocénica do Suclos Ia seccién critica los esfuerzos son iguales, independientemente de cual- quier concentracién de la deformacién tangencial; en este caso el es fuerzo promedio representa al maximo de falla. El grado en que el mecanismo de falla progresiva afecta los resul- tados de una prueba, esta teéricamente representado por Ja diferencia de esfuerzos de los puntos 1 y 2 de Ja Fig. XII-5.a, Esta diferencia depende de varios factores de los que el més im- portante es la diferencia que, a su vez, exista entre la resistencia méxi- ma (punto 2) y lo que sucle denominarse resistencia ‘iltima del mate- rial (punto 3). Asi, cuando al efectuarse una prueba se encuentre que Ja diferencia entre la resistencia maxima y tltima sobre la curva real obtenida en el laboratorio sea grande, respecto al valor de la resistencia maxima, podré pensarse que, en ese suclo, el mecanismo de falla progresiva fue de importancia y por lo tanto la resistencia obtenida ser muy conservadora, respecto a la real. En la prictica, sobre todo en anilisis que se refieran a cuestiones de estabilidad, es conveniente distinguir entre Ia falla en puntos aisla- dos y Ia falla del conjunto de la masa de suelo. En teoria de estructuras, cuando se usa un criterio “eléstico” de disefio, es norma calcular los distintos elementos de modo que en ningun punto de ellos se sobrepase el esfuerzo de falla. En Mecénica de Suelos suele seguirse otro criterio, por otra parte también ampliamente usado en Ja teoria de las estruc- turas, segtin el cual no es objetable que ciertas zonas de la masa hayan sobrepasado su resistencia eléstica y estén en estado pléstico confinado, siempre y cuando el conjunto esté en razonables condiciones de se- guridad. Se sigue que la prueba de que se esté tratando, dinicamente puede usarse en suelos de falla plistica, como son las arcillas blandas y las arenas sueltas. En arcillas rigidas y arenas compactas, la prueba con- duce a resultados por lo general demasiado conservadores, Otro inconveniente que sucle citarse para la prueba es el hecho de que el drea de la seccién critica esta, en realidad, variando durante Ja aplicacién de la fuerza tangencial, lo cual conduciria a efectuar correcciones, que normalmente no suelen hacerse. XIA, Prueba “in situ” por medio de la yeleta La prueba de Ja veleta es una contribucién relativamente moderna al estudio de Ja resistencia al esfuerzo cortante de los suelos ‘“‘cohesi- vos”. La prueba presenta, en principio, una ventaja considerable: In de realizarse directamente sobre los suelos “in situ”, es decir, no sobre mues~ tras extraidas con mayor 0 menor grado de alterabilidad, sino sobre los materiales en el lugar en que se depositaron en Ia naturaleza, La altera- cién de los suelos sujetos a la prueba dista, sin embargo, de ser nula, pues Ia veleta ha de hincarse en el estrato en el cual vayan a realizarse las determinaciones y esta operacién ejerce siempre influencia negativa. La prueba guarda cierta similitud, desde un punto de vista interpretative Escansado con Camseanne Resistencia ol aa Xe Sula moved je yt Figura XII-6, Aparato de veleta para determinaciones de resistencia al esfuerzo cortante. de sus resultados, con la prueba directa de resistencia ya mencionada y esté afectada por algunas de sus limitaciones. El aparato consta de un vistago, desmontable en piezas, a cuyo extremo inferior esté ligada la veleta propiamente dicha, generalmente de cuatro aspas fijamente ligadas a un eje, que es prolongacién del véstago (Fig. XII-6). Para efectuar la prueba, una vez hincada la veleta a Ja profundidad deseada, se aplica gradualmente al vistago un momento en su extremo superior, en donde existe un mecanismo apro- piado, que permite medirlo, Generalmente la operacién de hincado se facilita perforando un pozo hasta una profundidad ligeramente menor al nivel en que la prueba haya de realizarse; Ja parte superior de la veleta ha de quedar suficientemente abajo del fondo del pozo. Al ir aplicando el momento, Ja veleta tiende a girar tratando de rebanar un cilindro de suelo. Llamando s a la resistencia al esfuerzo cortante del suelo, el momento méximo soportado por éste seré medido por los momentos resistentes generados, tanto en las bases del cilindro, como en su Area lateral. El momento resistente que se desarrolla en el Area lateral seri: =DH-s. = 1 pms Mp, z ys despreciando el efecto del vastago, el momento generado en cada base valdrd: we 2 Pl py 4 8 2 12 Mr, Notese que, en la base, se toma el brazo de palanca de la fuerza resis tente como 2/3+D/2, lo que equivale a considerar elementos resistentes en forma de sector circular. Escansado con Camseanne 382 Mecéniea de Suelos El momento resistente total, en cl instante de falla incipiente, sera igual al momento aplicado (Mis.) 1 Mots, = Mr, + 2Mu, = 5 2D*Hs + us De donde: (12-6) Obsérvese que el valor de C es una constante del aparato, calcu- lable de una vez por todas, Es frecuente que H = 2D, con lo que: 7 C= Ged) Facilmente se nota que el tipo de falla que produce la veleta es progresiva con deformaciones méximas en el extremo de las aspas, y minimas en los planos bisectores de dichas aspas. Aqui pudiera repe- tirse todo lo dicho al respecto en la prueba directa, por lo que puede concluirse que la veleta sélo es aplicable a materiales de falla plistica, del tipo de*arcillas blandas. En las arenas, atin sueltas, Ja veleta modifica, al ser introducida, la compacidad de los mantos y, sobre todo, el estado de esfuerzos gene- ral de Ja masa, por todo Jo cual los resultados que pudieran obtenerse son de interpretacién imposible. En las arcillas finamente estratificadas, en que capas delgadas de arcilla alternan con otras de arena fina que proporcionan facil drenaje, los esfuerzos debidos a Ja rotacién inducen consolidacién en Ia arcilla, efecto que se hace notorio durante Ia prueba por el pequeiio espeset de Ia estratificacién; por ello se obtienen resistencias miis altas que ls reales, XIL-5, Pruebas de compresién triaxial de resistencia al esfuerzo cortante Las pruebas de compresién triaxial son mucho mis refinadas ave las de corte directo y en la actualidad son, con mucho, las mis ustd3s en cualquier laboratorio para determinar Jas caracteristicas de esfuere™ deformacién y de resistencia de los suelos, Teédricamente son prucbas ° que se podrian variar a voluntad las presiones actuantes en tes direceOr, ortogonales sobre un espécimen de suelo, efectuando mediciones so! Escansado con Camseanne Resistencia al esfuerzo cortonte de los svelor aaa Vistago de [——* Neempresor Pets oe TeSoen Peta pas LL raters vt ¥ Figura XII-7. Esquema de Ja cémara de compresién triaxial, caracteristicas mecénicas en forma completa. En realidad y buscando sencillez.en su realizacién, en las pruebas que hoy se efectian, los esfuerzos a dos direcciones son iguales. Los especimenes son usualmente cilindricos y estén sujetos a presiones Jaterales de un liquido, generalmente agua, el cual se protegen con una membrana impermeable. Para lograr el de- bido confinamiento, la muestra se coloca en el interior de una camara cilindrica y hermética, de lucita, con bases metilicas (Fig. XII-7), En las bases de la muestra se colocan piedras porosas, cuya comunicacién con una bureta exterior puede establecerse a voluntad con segmentos de tubo pléstico (tubo Sarin). El agua de la cémara puede adquirir cualquier presién deseada por Ia accién de un compresor comunicado con ella. La carga axial se transmite al espécimen por medio de un vastago que atra- viesa la base superior de la e4mara. Las Figs. XII-8 y XII-9 muestran vistas de conjunto de un banco de compresién triaxial, instalado en el laboratorio de Mecénica de Sue- los de la Secretaria de Obras Piblicas, en México. La presién que se ejerce con el agua que lena la c&mara es hidrostatica y produce, por lo tanto, esfuerzos principales sobre el espécimen, iguales en todas las direcciones, tanto lateral como axialmente, En las bases del espé- cimen actuard, ademés de la presién del agua, el efecto transmitido por #1 véstago de la cémara desde el exterior. La primera prueba triaxial desarrollada, la mas usada en los viltimos afios y atin actualmente, es aquella en la que se transmite al espécimen luna presién por medio del vastago; el valor de esa presién (f), sumada la del agua (oe), dard el esfuerzo axial actuante sobre la muestra (vs) : oa = oc + p (12-7) Escansado con Camseanne 384 Mocénica de Suolos Figura XII-8. Detallede una cimara tria- Figura XII-9. Conjunto de un banco tris xial (Laboratorio del Departamento de xial (Laboratorio del Departamento ae Geotécnia de Ia Secretaria de Asents- Geotéenia de la Secretaria de Asenta- mientos Humanos y Obras Piblicas. mientor Humanos y Obras Publicas. México, D. F.) México, D. F.) En épocas més recientes se han desarrollado otras modalidades de prueba triaxial, En una de ellas, ya bastante usada, el esfuerzo transmitido por el vastago es de tensién, disminuyendo asi la presién axial actuante sobre la muestra durante la prueba; en otra, se varia la presién lateral, modificando la presién de cimara dada con el agua, pero se mantiene la presién axial constante, para lo que son precisos los ajustes correspon- dientes en, la presién transmitida por el vastago. Finalmente, sobre todo en trabajos de investigacién, se estin efectuando pruebas en las que s© hace variar tanto al esfuerzo axial como al lateral. Hoy las pruebas triaxiales pueden clasificarse en dos grandes grupos: Pruebas de compresién y de extension. Las de compresién son aquellas en las que la dimensién original axial del espécimen disminuye y las de extensién, aquellas en las que dicha dimensién se hace aumentar durante la prueba, Una prueba de compresién puede tener, evidentemente, varias moda- lidades de laboratorio; en efecto, la dimensién axial del espécimen s¢ puede hacer disminuir aumentando el esfuerzo axial, por aumento carga transmitida por el vistago o manteniendo constante el esfuerz? Escansado con CamSeanne Resistencia al esfuerzo cortonte de los s 38s, axial, pero haciendo disminuir el lateral, dado por el agua (naturalmente, este método exige ajustes en la carga transmitida por el véstago, para mantener Ia misma presién axial) 0, finalmente, aumentando la. presién axial y disminuyendo a lateral simulténeamente; la mas comin de las prucbas de este tiltimo tipo es aquella en que cada inéremento de presiém axial sobre Ja muestra es el doble del decremento de pretién lateral, de modo que el promedio aritmético de los esfuerzos normales principales © mantiene constante. Correspondicntemente, las prucbas de extensién pueden tener también varias modalidades, En la primera, la dimensién axial del espécimen se hace aumentar disminuyendo la presién axial, pero se deja constante Ia presién lateral; en la prictica esto se logra haciendo que el vistago jerza una traccién sobre el espécimen. En la segunda modalidad, la pre- sién axial se hace permanecer constante (con los precisos ajustes con el vistago), pero se hace aumentar la presién dada con el agua. Finalmente, en la tercera modalidad posible, se hace disminuir la presién axial, a la vez que se aumenta la lateral; en este tipo de prueba también es muy usual que la disminucién de presién axial sea, en cada variacién de carga aplicada, doble del aumento de la presién lateral, buscando una vez més, que el promedio aritmético de los esfuerzos normales principales se man- tenga. Es usual lamar 1, 2, a9 a los esfuerzos principales mayor, intermedio y minimo, respectivamente, En una prueba de compresién, la. presién axial siempre es el esfuerzo principal mayor, a,; los esfuerzos intermedio Y menor son iguales (o: = ¢3) y quedan dados por la presién lateral, En una prueba de extensién, por el contrario, la presién axial siempre seri el esfuerzo principal menor (3); el mayor y el intermedio son ahora iguales y estén dados por la presién lateral del agua (oi = 02). El estado de esfuerzos en un instante dado se considera uniforme en toda la muestra y puede analizarse recurriendo a las soluciones grificas de Mohr (capitulo XI), con o1-y a, como esfuerzos principales mayor Y menor, respectivamente. Debe observarse que en una cimara triaxial el suelo estd sujeto a un estado de esfuerzos tridimensional, que apa- rentemente deberfa tratarse con la solucién general de Mohr, que en- vuelve el manejo de tres circulos diferentes; pero como en Ia prueba dos de los esfuerzos principales son iguales, en realidad los tres circulos de- vienen a uno solo y el tratamiento resulta simplificado, La resistencia al esfuerzo cortante, sobre todo en suelos “cohesives”, s variable y depende de diversos factores circunstanciales. AL tratar de reproducir en el laboratorio las condiciones a que el suelo estari sujeto en Ja obra de que se trate, serd necesario tomar en cuenta cada uno de esos factores, tratando de reproducir las condiciones reales de ese caso Particular. Por ello no es posible pensar en una prueba tinica que refleje todas las posibilidades de la natur: Parece que, en cada caso, deberia montarse una prueba especial que Io representara fielmente; sin embargo, 3 obvio que esto no es practico, dado el funcionamiento de un Laboratorio comin, Lo que se ha hecho es reproducir aquellas circunstancins mis tt. Escansado con Camseanne scinica de Suelos 306 picas ¢ influyentes en algunas prucbas estandarizadas, Estas prucbas se refieren a comportamientos y circunstancias extremas; sus resultados han de adaptarse al caso real, interpretdndolos con un criterio sano y teniendo siempre presente las normas de la experiencia. Las pruchas triaxiales suclen considerarse constituidas por dos etapas, La primera es aquella en que se aplica a Ia muestra la presién de cémara (oc) ; durante ella puede 0 no permitirse el drenaje de la muestra, abrien- do o cerrando la valvula de salida del agua a través de las piedras porosas (Fig, XII-7). En Ia segunda etapa, de carga propiamente dicha, la mues- tra se sujeta a esfuerzos cortantes, sometiéndola a esfuerzos principales que ya no son iguales entre si; esto requiere variar Ja presién que comu- nica el vastago, de acuerdo con alguna de las lineas de accién ya men- cionadas (pruebas de compresién o de extensién); esta segunda etapa puede también ser o no drenada, segtin se maneje Ia misma valvula men- cionada. En realidad, la alternativa en la segunda etapa sOlo se presenta sila primera etapa de la prueba fue drenada, pués no tiene mucho sentido pemnitir drenaje en la segunda etapa, después de no haberlo permitido en Ia primera, La descripcién de las pruebas se hace con base en la més familiar, que es la prueba de compresién aumentando el esfuerzo axial por aplicacién de una carga a través del vastago. Prueba lenta. (Simbolo L). Prueba con consolidacién y con drenaje. La caracteristica fundamental de la prueba es que los esfuerzos apli- cados al espécimen son efectivos. Primeramente se sujeta al suelo a una presién hidrostética (cz), teniendo abierta la valvula de comunicacién con Ia bureta y dejando transcurrir el tiempo necesario para que haya completa consolidacién bajo la presién, actuante. Cuando el equilibrio estitico interno se haya reestablecido, todas las fuerzas exteriores estarin actuando sobre la fase sélida del suelo; es decir, producen esfuerzos efec- tivos, en tanto que los esfuerzos neutrales en el agua corresponden a la condicién hidrostatica. La muestra es levada a la falla a continuacién aplicando la carga axial en pequefios incrementos, cada uno de los cuales se mantiene el tiempo necesario para que la presin en el agua, en exceso de la hidrostatica, se reduzca a cero. Prueba répida-consolidada. (Simbolo R.). Prueba con consoli- dacién y sin drenaje. En este tipo de prueba, el espécimen se consolida primeramente bajo la presién hidrosttica og, como en la primera etapa de la prueba lenta; asi, el esfuerzo oe llega a ser efectivo (@-), actuando sobre Ia fase sélida del suelo, En seguida, la muestra es Ilevada a la falla por un répido incremento de la carga axial, de manera que no se permit cambio de volumen. El hecho esencial de este tipo de prueba es el no permitir ninguna consolidacién adicional durante el periodo de falla, de aplicacién de la carga axial, Esto se logra fécilmente en una ci Escansado con CamSeanne Resistencia al esfuerzo cortonte de los suelos a7 mara de compresién triaxial cerrando la valvula de salida de las piedras wosas a Ja bureta; una vez hecho esto, el requisito es cumplido inde- Fendientemente de la velocidad de aplicacién de la carga. axial; sin Prbargo, parece no existir duda de que esa velocidad influye en Ja re- fistencia del suclo, aun con drenaje totalmente restringido, En la segunda etapa de una prucba ripida-consolidada podria pen- se que todo el esfuerzo desviador fuera tomado por el agua de Ios vacios del suelo en forma de presién neutral; ello no ocurre asi y se sabe qué parte de esa presién axial es tomada por la fase sélida del suelo, sin que, hasta Ia fecha, se hayan dilucidado por completo ni la distribucién de esfuerzos, ni las razones que la gobiernan. De hecho no hay ninguna razén en principio para que el esfuerzo desviador sea {ntegramente tomado por el agua en forma de presién neutral; si la muestra estuviese Iateralmente confinada, como en el caso de una prueba de consolidacién, si ocurriria esa distribucién simple del esfuerzo vertical, pero en una prueba triaxial la muestra puede deformarse lateralmente y, por Jo tanto, su estructura toma esfuerzos cortantes desde un principio. Prueba rapida. (Simbolo R). Prueba sin consolidacién y sin drenaje. En este tipo de prueba no se permite en ninguna etapa consoli- dacién de la muestra, La valvula de comunicacién entre el espécimen y la bureta permanece siempre cerrada impidiendo el drenaje. En primer lugar se aplica al espécimen una presién hidrostatica y, de inmediato, se hace fallar al suelo con la aplicacién répida de la carga axial. Los es- fuerzos efectivos en esta prueba no se conocen bien, ni tampoco su distribucién, en ningiin momento, sea anterior o durante la aplicacién de la carga axial. Prueba de compresién simple. (Simbolo C,). Esta prueba no es realmente triaxial y no se clasifica como tal, ero en muchos aspectos se parece a una prueba rapida. Los esfuerzos exteriores al principio de la prueba son nulos, pero existen en la estruc- tura del suelo esfuerzos efectivos no muy bien definidos, debidos a tensiones capilares en el agua intersticial. ‘Mis adelante se describen los aspectos tedricos de estas pruebas reali- zadas en suelos en diferentes condiciones y en el Anexo XII-c de este capitulo se detallan los procedimientos de laboratorio para Ilevarlas a cabo. XIL-6. Pruebas de compresién triaxial en suelos “friccionantes” En suelos “puramente friccionantes”, tales como las arenas limpias, las pruebas de compresién triaxial arriba mencionadas encuentran part 4 ejecucién el inconveniente de orden prictico de no poderse Jabrar wn “pécimen apropiado, por desmoronarse el material durante la operacién; Escansado con Camseanne 388 Mecénica do Svel aun si se trabaja con muestras alteradas Ja preparacién de la muestra resulta complicada ¢ insegura. La dificultad puede subsanarse con mues- tras alteradas secas usando la prueba al vacio, cuya descripcién figura en el Anexo XII-c de este capitulo, La esencia de la prueba consiste en aplicar el esfuerzo lateral o¢ por medio de un vacio que se comunica a una muestra de arena, previamente envuelta en una membrana de hule; este vacio cumple también Ja misién de proporcionar soporte a la arena impidiendo que se derrumbe. El hecho de que la prueba al vacio haya de ser efectuada en mues- tras alteradas secas no le resta mucho valor prictico a sus conclusiones en lo que se refiere a las aplicaciones, por ejemplo a un anilisis de estabilidad de un talud o de capacidad de carga de un estrato, pues las caracteristicas de esfuerzo-deformacién y resistencia de una arena natural pueden considerarse sensiblemente iguales a las de una mues- tra alterada en la cual se hayan reproducido las condiciones de com- pacidad relativa del campo. Por otra parte la prueba da buena idea del comportamiento mecdnico de arenas saturadas, similar, segiin queda dicho, al de las secas, siempre y cuando se les considere Ja presién efectiva como presién actuante. Sea con la prueba al vacio aqui mencionada o con otros tipos de pruebas especiales que no se discuten, es posible realizar una investi- gacién de las caracteristicas de resistencia de las arenas a la compresin triaxial, Por otra parte, es de interés hacer notar que en cuanto la arena posea algo de cementacién natural ya es posible someterla a pruebas triaxiales convencionales, XIL7. Factores que influyen en la resistencia al esfuerzo cortante de los suelos “cohesivos” Segiin ya se dijo, el término “cohesivo” ha sido usado tradicional- mente en Mecénica de Suelos con referencia a aquellos suelos que sin presién normal exterior apreciable, presentan caracteristicas de resistencia a los esfuerzos cortantes. El término nacié porque en realidad se pen- saba que estos suelos tenfan “cohesién”; es decir, se crefa en la presencia de una suerte de liga entre las particulas constituyentes; hoy Ia denomi- nacién prevalece, aun cuando est4 bastante bien establecido que la resis- tencia de estos suclos tiene, esencialmente, la misma génesis que en los suelos granulares: la friccién, En una muestra de suelo, aun no existiendo presiones exteriores, Ia estructura est sujeta a presiones intergranulares, a causa, sobre todo, de efectos capilares; estas presiones hacen posible la generacién de un mecanismo de friccién entre Ins particulas sélidas del material, La resistencia al esfuerzo cortante de los suelos “cohesivos” es de mucho més dificil determinacién que en los suelos “friccionantes”, pues en los primeros la estructura del suelo no puede adaptarse con sufi- ciente flexibilidad a cualesquiera nuevas condiciones de esfuerzo que Escansado con Camseanne Resistencia ol estuers6 cortante de tox suelos a puedan presentarse; esto es debido, sobre todo, a la relativamente baja permeabilidad de estos suelos, respect a tas arenas; ahora, el agua roquiiere siempre _perfodos. import tm de Ja masa de suelo cuenta que Tas cantidades de cho mis importantes que en el Gad relativamente grande, cara ites de tiempo para movilizarse dene 1 andlisis se hace ands complejo al tomar en a movilizadas son ahora también rue 50 de las arenas, por Ja compresibili- eristica de los suclos. “cohesiven” Asi como en materiales tales como el acero o el conereto no existe fnconveniente prictico de consideracién para tomar su resistencia a. los esiveras como constante, por lo menos en todos los problemas refe- rentes a los disefios estructurales comunes, la resistencia al esfuerz0 cortante en los suclos “cohesivos” se ve de tal manera influenciada por factors circunstanciales que, en ningiin caso, es permisible manejarla con férmulas 0 criterios prefijados, siendo imperative en cada caso, efoctuar un estudio minucioso y especifico de tales factores, hasta llegar a determinar el valor que en cada problema haya de emplearse para intizar Ja consecucién de los fines tradicionales del ingeniero: la seguridad y la economia. Este hecho complica, sin duda, el manejo de Ja teoria en los casos de la prdctica, pero, por otro lado, garantiza que al ingeniero de suelos que aspire a mediana competencia no le es Ii- cita la inercia mental que lleva a la aplicacién indiscriminada de formulas © manuales, tan frecuente, por desgracia, en otras especialidades inge- nieriles. Los factores que principalmente influyen en la resistencia al es fuerzo cortante de los suelos “‘cohesivos” y cuya influencia debe sope- sense cuidadosamente en cada caso particular, son los siguientes: historia previa de consolidacién del suelo, condiciones de drenaje del mismo, velocidad de aplicacién de las cargas a que se le sujete y sensibilidad de su estructura, Para visualizar en forma sencilla el mecanismo a través del cual cada uno de estos factores ejerce su influencia, se considera a continua cién el caso de una arcilla totalmente saturada, a la que se someta a una prueba directa de resistencia al esfuerzo cortante (Fig. XII-10), La prueba se usa ahora con fines puramente explicativos, aunque en la reali- dad sélo sea aplicable a arcillas de falla plastica, y, aun para éstas, haya pruebas preferibles. Supéngase que la muestra ha sido previamente consolidada bajo una presién normal @;, proporcionada por una carga P, cualquiera. Supingase yer Piedra pares ‘Sano Piedra pores J diversos factores sobre Figura XII-10. Esquema para ilustrar Ja influencia la resistencia al esfuerzo cortante de un suelo “cohesi Escansado con Camseanne Resistencia al esfuerzo cortante de los svelor 309 puedan presentarse; esto cs debido, sobre todo, a Ia relativamente baja permeabilidad de estos suclos, respecto a las arenas; ahora, cl agua requicre siempre perfodos importantes de tiempo para movilizarse den- tro de la masa de suclo, El anilisis se hace més complejo al tomar en cuenta que las cantidades de agua movilizadas son ahora también mu- cho més importantes que en el caso de las arenas, por la compresibili dad relativamente grande, caracteristica de los suelos “cohesives”. Ast como en materiales tales como e] acero o el concreto no inconveniente prictico de consideracién para tomar su resistencia a los esfuerzos como constante, por lo menos en todos los problemas refe- rentes a los disefios estructurales comunes, la resistencia al esfuero cortante en los suelos “cohesivos” se ve de tal manera influenciada por factores circunstanciales que, en ningan caso, es permisible manejarla con férmulas o criterios prefijados, siendo imperativo en cada caso, efectuar un estudio minucioso y espectfico de tales factores, hasta llegar a determinar el valor que en cada problema haya de emplearse para garantizar la consecucién de los fines tradicionales del ingeniero: la seguridad y la economia. Este hecho complica, sin duda, el manejo de la teorfa en los casos de la préctica, pero, por otro lado, garantiza que al ingeniero de suelos que aspire a mediana competencia no le es I+ cita Ia inercia mental que leva a la aplicacién indiscriminada de fénmulas o manuales, tan frecuente, por desgracia, en otras especialidades inge- nieriles. Los factores que principalmente influyen en la resistencia al es fuerzo cortante de los suelos “cohesivos” y cuya influencia debe sope- sarse cuidadosamente en cada caso particular, son los siguientes: historia previa de consolidacién del suelo, condiciones de drenaje del mismo, velocidad de aplicacién de las cargas a que se le sujete y sensibilidad de su estructura. Para visualizar en forma sencilla el mecanismo a través del cual cada uno de estos factores ejerce su influencia, se considera a continua cién el caso de una arcilla totalmente saturada, a la que se someta a una prueba directa de resistencia al esfuerzo cortante (Fig. XII-10). La prueba se usa ahora con fines puramente explicativos, aunque en la reali dad s6lo sea aplicable a arcillas de falla plastica, y, aun para éstas, haya pruebas preferibles, Supéngase que la muestra ha sido previamente consolidada bajo una presién normal oy, proporcionada por una carga P, cualquiera, SupSngase yer r [pied parosa| Siete [i Fiedra porosap Lea Figura XI-10. Esquema para ilustrar Ia influencia de diveros factores sobre Is resistencia al esfuerzo cortante de un suelo “cohesivo”. Escansado con Camseanne 390 Macénica do Suclos también que In muestra munca soporté, a través de su historia geolégica, un esfuerzo mayor que dicho 0; cn otras palabras, Ia muestra esté nor- malmente consolidada, En estas condiciones debe tenerse en el agua uy = 0. (Se considera ty = 0 en la muestra.) Si ahora se incrementa répidamente la presién normal en un valor eo, aplicando un incremento de carga AP, actuard sobre la muestra una presién total og = 0; + doy. Este incremento de carga puede pro- ducir muy diversos efectos sobre la resistencia al esfuerzo cortante de la muestra, dependiendo del tiempo que se deje actuar antes de apli- car la fuerza F que la hard fallar, del drenaje de la muestra y de la velocidad con que F sca aplicada. En efecto, supéngase que la muestra tiene muy buen drenaje, estando expedita la salida de agua de las pie- dras porosas hacia el exterior; en el primer instante Ac seré tomado por cl agua de la muestra, pero si transcurre el tiempo suficiente se produciré la consolidacién de la arcilla bajo la nueva condicién de esfuerzos y Av; llegara a ser también esfuerzo efectivo. Si ahora la mues- tra se lleva a la falla, aplicando F en incrementos pequefios y permi- tiendo el paso del tiempo suficiente entre cada uno, como para que se disipe cualquier presién neutral que se origine en la zona vecina a la superficie de falla, la resistencia de la arcilla quedara dada por la ex- presi6n: 5 = (o, + Ao.) tang = os tang Pues, en todo momento, o y Ao, son efectivas y no existen presiones neutrales en el agua. Por otra parte, si F se aplicase rapidamente, aparecerian en las zonas vecinas a la superficie de falla presiones neutrales causadas por la ten- dencia al cambio de volumen bajo la deformacién tangencial. Esta tendencia es, en arcillas normalmente consolidadas, siempre hacia una disminucién, por lo que los esfuerzos que aparecen en el agua son presio- nes, que disminuyen los esfuerzos efectivos, Si usr representa a éta presiones neutrales en el momento de la falla, Ia resistencia de la arcilla quedard dada por: 5 = (0, + Aoy — upp) tang = (02 — tar) tang La resistencia al esfuerzo cortante ha variado simplemente porque cambié Ia velocidad de aplicacién de F. El valor de tar depende grandemente de la sensibilidad de la es tructura del suelo; bajo la deformacién que esti teniendo lugar en la prueba, una estructura sensible se degrada, tendiendo a disminuir mis su volumen, por lo que tir se hace mayor que en el caso de una arcilla muy poco sensible a la deformacién. Si, por el contrario, la prueba se efectuase estando impedida la sa- Iida del agua de las piedras porosas hacia el exterior, el esfuerzo Ac: nunca podri Megara ser efectivo, pues la arcilla no puede material- mente consolidarse; por lo tanto, el esfuerzo Ac, no dejaré de ser neutral (Ao: = u,). Al aplicar F tampoco se disiparan las presiones neutrales Escansado con Camseanne Resistencia al esfuerzo cortante de lor suelos FD que pueda generar la deformacién tangencial y ello aunque F se aplique Tentamente (se supone que a salida del agua estS idealmente impedida, cosa muy dificil, por no decir imposible, de lograr en un aparato de corte directo; ésta es otra grave desventaja de esta prueba). Suponiendo que la presién neutral originada por la deformacién tangencial es también tigr (en realidad es un poco menor), la resistencia al esfuere cortante de la arcilla seré ahora, teniendo presente que Ag, = ty: (0, + Aor — ty — unr) tan § = (oy — tyr) tang de nuevo diferente a las dos anteriores, nada més que a causa de un cambio en Ja condicién de drenaje de la muestra, Esta misma resistencia se podria haber obtenido si Ao y F fuesen aplicadas rapidamente, una tras otra aun con drenaje libre, pues en tal caso no se daria tiempo a que se disipase ninguna presin neutral en los poros del suelo. Todos Jos razonamientos anteriores pueden considerarse aplicables 2 un suelo normalmente consolidado en la naturaleza; si el suelo es pre- consolidado pueden desarrollarse razonamientos andlogos. En efecto, con- sidérese la misma muestra anterior, pero fuertemente consolidada por una presién oy, de gran magnitud. Si ahora se descarga répidamente la muestra, quitando la fuerza P que producia la oj, la arcilla tenderé a expanderse; como la muestra no puede tomar instantaneamente el agua necesaria para ello, aun en el supuesto de que existiese en el exterior disponible, el agua intersticial quedard sujeta a un estado de tensién tal que proporcione 2 Jas particulas minerales una presiOn suficiente para mantener el mismo volumen; obviamente, esta presién debe ser la misma que actuaba antes sobre Ia arcilla desde el exterior; es decir: Uny =~ 1 Si inmediatamente después de retirar la carga P, Ix muestra se lleva ala falla, aplicando F répidamente, la deformacin tangencial en el plano de falla ocasionard, segin se dijo, una perturbacién de la estructura sS lida y la presién del agua intersticial, usr, consecuencia de ello disninuye Ja tensi6n tiny existente, de acuerdo con lo dicho en el pirrafo anterior En este caso la resistencia al esfuerzo cortante pod esribise,tenienlo e# cuenta que la presién total es nula, por haber retirado P y que Has ~~ & como: $= (0 — thay — ton) tan g = (oy tar) tang como “eel aque, sit consti a cast Esta es la resistencia que se interpreta histéricamente tin” de las arcillas, por ocurrir a esfuerzo exterior nulo y ’e ve, en realidad es también friccién consecuencin de ha pe dacién (historia previa de consolidacién) adquirida por In arllt © Ty, de ta accién de o1, Si no existe ninguna fuente de 9st °C. jy | donde absorber no importa el tiempo que se deje transcurt 1 Escansado con Camseanne 392 Mecéniea do Su remocién de la carga P hasta Ia falla de la muestra por aplicacién répida de F. La resistencia permaneceré la misma. Debe observarse que si las facilidades de drenaje son nulas; es decir, no existiera po- sibilidad para la muestra de ganar o perder agua, cualquiera que sea el decremento 0 incremento de presién exterior, toda esa presién adicio- nal Ia tomara el agua y al aplicar la fuerza F rapidamente, el material tendria exactamente Ja misma resistencia debida a la preconsolidacién bajo 0; es decir, el material se comportaria como puramente cohesivo. Por otra parte, si el suelo tiene facilidad para absorber agua y se deja transcurrir el tiempo para que esto suceda, después de haber removido P, la muestra se expanderd y gradualmente ird disipandose la tension en el agua y por lo tanto el esfuerzo efectivo hasta que, finalmente el esfuerzo efectivo seré prdcticamente nulo y por ende, la resistencia del material se habré reducido précticamente a cero, Claro es que todos los razonamientos anteriores pueden aplicarse a estratos de arcilla depositados en la naturaleza, cuya resistencia au- mentaré 0 disminuird conforme las compresiones o tensiones, originadas en el agua por las cargas, se disipen con el tiempo. XI-8. Resistencia al esfuerzo cortante de los suelos “friccionantes” Para una mejor comprensién de las caracteristicas de resistencia de los suelos es conveniente tratar primeramente aquellos que suclen conside- arse puramente friccionantes; es decir, las arenas limpias, las gravas limpias y Ios enrocamientos (aunque estos tltimos caigan fuera de la categoria de los suelos definidos en forma tradicional) y las combinaciones de tales materiales. Los criterios que se describen a continuacién se refieren a la prueba directa de esfuerzo cortante, por simplicidad y buscando mayor claridad de exposicién, El comportamiento triaxial se expondré en un capitulo posterior. La explicacién de la resistencia al esfuerzo cortante de los suelos friccionantes parte de los mecanismos de la friccién mecénica, presen- Cf Estuerro Deformacin Figura XII-I1. Grificas esfuerzo-deformacién para una arena en estado sueltoy ‘compacto y cementado, bajo Ia misma presién normal, Escansado con Camseanne Resisfoncia al esfuerzo cortants de lot sutls a tados en Ia Fig, XI-L, pero para una aplicacin mis esticta de ta ley vomna masa de particulas discretas, hay que considerarisactuando en kx puntos de contacto. Cuanto mayores scan Tas particulas menos. serdn Fis puntos de contacto, si todas las demés cieunsancis prevalern y, por lo tanto, mayores serdn las concentraciones de presién en ellos, Ani- Jogamente, los puntos de contacto aumentan con la mejor distinucién gqamulométrica. Las presiones en los puntos de contacto erbran inp tancia si se relacionan con Ja resistencia individual de los granos del material, pues bajo aquellas, éstos pueden legar a delormane 0 a rom pense, La resistencia al esfuerzo cortante de una masa de suelo friccionante depende de las siguientes caracteristicas del propio material Compacidad. Forma de los granos. Distribucién granulométrica, Resistencia individual de las particuas, Tamafio de las particulas ‘Ademés de las caracteristicas anteriores existen dos factores cicuns- tanciales, dependientes de cémo se hace llegar el material a la fala, que ¢jereen también gran influencia en la resistencia, Estos son os nivles de esfuerzo y el tipo de prueba que se haga en el laboratoro. La Fig, XII-11 muestra las gréficas esfuereodeformacién obtenidas para tres muestras de la misma arena, una supuesta suelta, una compacta y una cementada (con un cementante natural obrando entre sus grancs), en pruebas directas de esfuerzo cortante hechas aplicando en cada cao lb misma presién vertical; se supone que se aplican lo que pueran cons deratse esfuerzos de bajo nivel. Puede observarse que en el caso de la arena suet, la grifica eer deformacién es del tipo de falla plstica, en Ia que al aumentar el esern, lh deformacién crece, tendiendo aquél a un valor limite que se conserva aunque Ja deformacién siga creciendo hasta valores muy grands. ta, el tipo de fala coresponde a! il En el caso de la arena compac ; en ela, cuando el esfuerzo llega a un miximo, dsninge Is dee macién aumenta. El esfuerzo méximo en In arena comparia & que en la arena suelta, pero al crecer Ja defornacién, evar tiende a ser.el mismo en los dos 230s. Por ditimo, en el caso de Ja arena cementads, cbse un co ‘da del esfuergo a partir del ve tamiento frégil, con disminucién répi at ae ndximo, al crecer Ja deformacién, Al erecer 1a defonuciin © fi ci anteriores. valores finales del esfuerzo anlogos a los de los dos casos HN La deformabilidad es menor en In arena compacts que C8 yen la cementada es la menor de las tres, ee En la arena suclta, puede afirmarse en términos Sf ae tiende a ocurrir un desplazamiento a lo largo de un pl "0 aie masa, las particulas no se traban entre si, ni s Blogs Fo, : ormacién es sélo fri la resistencia que se opone a la de Escansado con Camseanne 394 Mocéiniea de Sue . la resistencia que se opone a la deformacién no Gv, sino también a todo un conjunto de efectos debidos a a tabarén de los granos entre si, que se opone y bloquea toda tendencia. al moy 0 entre ellos. En la arena suelta, la deformacién por esfuerzo cortante produce un mejor acomodo de los granos, que se manifiesta por una disminucién de volumen, cl cual tiende a un valor constante, cuando el esfuerzo Hoga tambign a ser constante, En la arena compacta, los granos que original- mente estaban bien acomodados, han de moverse sobre sus vecinos y relativamente a ellos para que haya deformacién; esto produce estruc- turas mas sueltas que la original y el volumen de la arena crece. Este aumento de volumen continiia ain después de la resistencia maxima y tiende a un valor constante cuando la resistencia ha alcanzado su valor ‘iktimo, menor que el maximo. La relacién de la resistencia maxima a la resistencia vitima, en la arena compacta es, asi, mayor que 1. Si la resistencia de las particulas individuales es baja, manteniéndose constante toclos los demas factores, la relacién anterior disminuye, debido a que el efecto de trabazén es menos eficiente por el mayor grado de rotura de los granos, Similarmente, si la magnitud de los esfuerzos apli- cados sube, Ia relacién de las resistencias maxima a iltima baja, aunque ahora esta iiltima seré mayor, correspondiendo al mayor nivel de esfuerzos. Esta disminucién en la relacién de resistencia es lo que produce que la linea de resistencia para una arena compacta sea una curva céncava hacia abajo, de tal manera que al elevarse el nivel de esfuerzos, esta curva tiende hacia Ja linea recta de resistencia de la arena suelta. Esto ocurre cuando, debido al alto nivel de esfuerzos, el efecto de trabazén entre las particulas es ineficiente por deformacién y principalmente rotura de los granos al tratar de deformarse. La exposicién anterior puede extenderse fécilmente hacia los conceptos tamafio de las particulas y distribucién granulométrica, para Iegar a la conclusién de que manteniendo todos los demés factores constantes, Ia re- lacién de las resistencias maxima a tiltima decrece al aumentar el tamafio de las particulas y decrece igualmente al empeorar la distribucién granu- lométrica, es decir, al ser el material més uniforme en la dimensién de sus particulas, Los detalles de este mecanismo se dejan como ejercicio al lector. Es obvio que cuando la compacidad disminuye de muy compacta hacia muy suelta, en toda la gama posible en la naturaleza, el comportamiento en la ley esfuerzo-deformacién sera, en algin grado, intermedio entre los descritos arriba para los extremos. Por iiltimo, también es fécil ver que manteniendo todos los demis factores constantes, la deformabilidad decrece y Ia resistencia crece al variar Ja forma de los granos de una forma redonda hacia una forma equidimensional angulosa. Las razones por las que la resistencia varia con el tipo de prueba no son ya tan obvias y no se discutiran con mayor detalle; baste decir que en una arena. comps ¢ El valor de dy decrece a mayores niveles de esfuers, @ BT eh presién nula. En presiones muy altas de ~ $s Y el efecto de trabaxit Pt feamente np tiexe relevancia en comparacén al de (ion WT Esto gourre a exfuersos superiores 30 0 40 kgjen? en bs 280 Notese que ¢- involucra no sdlo de trabazén estructural por la re males, . Para el caso de la arena cementada, Ia ley prétcn de resistencia 4 del tipo: we) s=etotang . ad _ Ahora ¢ y 4 son tinicamente pardmetros de caleulo, anew nivel de esfuerzos y con el intervalo de presionts cont” gat Se ha estado considerando en todos !os = is yet at aso de ages ene a, En el objeto del estudio est4 totalmente sce: mente io ante saturadas, el comportamiento es absolut 1m Escansado con Camseanne 396 Mecénica de Suelos y todas Jas férmulas son aplicables, sin més que hacer la consideracién de que ahora ¢ = « — u es cl esfuerzo efectivo a tomar en cuenta. En el caso de arenas parcialmente saturadas se puede observar que el comportamiento depende, en gran manera, del grado de saturacién; en arenas ligeramente htimedas, las fuerzas capilares producidas por el agua intersticial comunican a la arena una “cohesién aparente” que Ja hace aparecer resistente, aun bajo presién normal exterior nula, Este fenérmeno es grandemente aprovechado por los constructores de “castillos” en las zonas himedas de las playas. Lo que en realidad sucede es que, a pesar de la, no existencia de una presin exterior, existe una presién capilar intergranular que la suple; esta presién genera la resistencia friccionante del material. Al aumentar el grado de saturacién de las arenas disminuyen los efectos capilares, que Ilegan a anularse cuando aquél toma valores lo suficientemente altos como para que el aire contenido en el suclo exista s6lo en forma de burbujas aisladas, estableciéndose una continuidad en el agua intersticial que ya no permite la generacién de presiones capilares importantes sobre la estructura sélida del suelo. En la practica, en el caso de arenas parcialmente saturadas, las lineas de resistencia pueden obtenerse directamente de pruebas. Sin embargo, es importante notar que en la naturaleza las arenas estan arriba o abajo del nivel fredtico; en el primer caso, por no existir prdcticamente zona de saturacién capilar y por ser Ia arena permeable, estaran secas o ligeramente himedas; en el segundo, saturadas, Claro.esta que lo anterior es tanto mas cierto cuanto mas gruesa sea la arena; en arenas muy finas, el asunto ya no es tan simple y el criterio a aplicar sera similar a los que se discutiran para suelos finos en paginas posteriores, En arenas htimedas existe un fenémeno segin el cual aumentan su volumen cuando se someten a un efecto vibratorio (dilatacién por vibra- cin. IV-1), legando a alcanzar relaciones de vacios mayores que la ma- xima correspondiente a un estado totalmente seco. Este fenémeno resulta ahora de facil explicacién si se tiene en cuenta la resistencia comunicada a la masa de arena por las presiones intergranulares provocadas por el agua capilar. Una vibracién brusca hace que las particulas de arena abandonen sus posiciones de equilibrio, tendiendo a ampliar el espacio que ocupan; la existencia de presiones capilares hace posible que las particulas permanezcan en esas nuevas posiciones de equilibrio aparentemente ines- table, En arenas secas eso no ocurre y las particulas pasan de esas posicio- nes inestables intermedias a otras finales atin més estables que las origi- nales, produciéndose una compactacién del conjunto. ; ; 1 XI-9. Relacién de vacios critica y licua nm de las arenas Segin ha quedado establecido, existe el hecho, revelado por el ex- perimento, de que, en deformacién bajo esfuerzo cortante, las arenas sueltas disminuyen su volumen y, por lo tanto, su relacién de vacios, en tanto que en las arenas compactas ambos aumentan. De lo anterior se puede intuir la existencia de un valor intermedio de la relacién de Escansado con Camseanne Resistencia al esfuerzo cortanto de los avalos 397 yacios tal que, teéricamente, Ja arena que Io tuviese no variaria su volu- Tren al deformarse bajo es{uerzo cortante. Este valor ha sido llamado por A. Casagrande “relacién de vacios critica”.* La obtencién de este valor critico ha de basarse en pruebas de la- poratorio, Desde Iucgo la prucba directa de resistencia al esfuerza cor- tante no es adecuada, por no ser uniforme cl estado de esfuerzos que se produce en toda la masa de suelo; por ello, es preciso recurrir a pruchas de compresién triaxial, que se describirin més adelante, efectuadas sobre arenas totalmente saturadas. Los resultados obtenidos por diferentes investigadores indican que la relacién de vacios critica no es un valor constante de cada tipo de arena, sino que depende de varios factores, de los cuales son los prin- cipales el estado de esfuerzos a que se sujete la muestra durante la prueba y el método empleado para llegar a dicho estado de esfuerzs, por lo que pueden obtenerse valores diferentes para la relacién de va- cfos buscada; por esta raz6n algunos autores prefieren hablar de un “intervalo critico de la relacién de vacios” y no de un valor preciso de ella, La importancia de la relacién de vacios critica aparece cuando se considera la resistencia al esfuerzo cortante de las arenas finas satura- das, sometidas a deformaciones tangenciales répidas. La resistencia al esfuerzo cortante de tales arenas queda expresada por la ley, ya dis- cutida: 5 = (0 — u,) tang = Stang (12-10) En arenas finas, de permeabilidad relativamente baja, el agua no aleanza a moverse dentro de la masa con la misma velocidad con que las deformaciones volumétricas pueden Iegar a tener lugar, en casos de solicitacién muy répida. Si la arena es compacta, tal deformacién tiende a aumentar el volumen de la masa y, por Jo tanto, al volumen de los vacios; esto hace que se genere una tendencia a que el agua exterior entre a Ja masa de arena, pero si esa absorcién de agua no ocu- re con suficiente rapidez el agua interior quedard sujeta a una presiOn neutral, ,, menor que la inicial, aumentando, por Jo tanto, la diferen- cia o — ug, 0 sea el esfuerzo efectivo, %, y, por endo, la resistencia, 5, al esfuerzo cortante de la arena. En resumen, una arena compacta que s° trate de deformar aplicdndole las cargas con velocidad alta, atimenta su resistencia al esfuerzo cortante. Si Ja arena es suelta, naturalmente debe producitse el ; trario, Al deformarse tiende a compactarse, Jo que aumenta la pres neutral en el agua, si ésta no se drena con la suficiente rapide aumento en presién neutral rebaja la presién efectiva y It res al esfuerzo cortante (ecuacién 12-10). En principio pareceria no haber limite al crecimiento del témino u,, hasta que la diferencia o ~ ts Megue a anularse, reduciendo a cero In resistencia al esfuerzo cortante (licuacién), pero esto nunca se ha observado en las prucbas efectuadas en el laboratorio, ni existe evidencia confiable de que esto haya si fecto con: Escansado con Camseanne ‘sfuerzo cortante de los suelos aa ha producido un desplazamiento brusco que ocasioné un dezrumbe en la estructura de la arena suelta; esto fue causa de la licuacién momentinea de, por Jo menos, la parte en que se apoyaba el peso, En una arena depositada en Ia naturaleza, el peligio de la licuacién disminuye segiin sea mis compacta y munca se ha reportado una lalla en mantos en Jos que la compacidad relativa futse mayor de 50%. Por lo demés, las fallas por licuacién, relativamente frecuentes en zonas sénicas constituyen un capitulo de los mas dramdticos dentro de Ia literatura sobre Mecinica de Suelos, Algunos autores han tratado de estudiar la posibilidad del fené- meno de licuacién comparando la relacién de vacios de la arena en cuestién con su valor critico, pero en realidad no se ha encontrado nin- guna razén para pensar que exista una relacién de tal naturaleza. XIL-10. Consideraciones sobre los resultados de pruebas triaxiales en suelos “cohesivos” saturados, normalmente consolidados Los resultados de las diferentes pruebas triaxiales se interpretan gene- ralmente a partir de grdficas constituidas segin el método de Mohr (capitulo XI); es decir, en una representacién de los esfuerzos nor- males contra los esfuerzos cortantes correspondientes. El andlisis de los resultados de las pruebas exige distinguir aquellas realizadas sobre suelos saturados por completo; aun dentro del primer grupo, es preciso separar los casos en que se prueban arcillas normalmente consolidadas, de lcs que tratan con arcillas preconsolidadas. En esta seccién se tratarin, como queda indicado por su titulo, los suelos “cohesives” saturados y normal- mente consolidados, Jo cual implica que la presin del agua en la cémara deberé ser, por lo menos, igual a la presién vertical efectiva actuante sobre la muestra “in situ”, supuesto que esta presién es la maxima sopo:- tada por el suelo en su historia geolégica. A continuacién se analiza cada prueba por separado. A) Prueba Ienta: 1. Prueba de compresién (variante con incremento del esfuerzo axial). Como queda dicho, los esfuerzos actuantes sobre el espécimen de suelo en esta prueba son efectivos en toda etapa signifcativa de ella; esto se logra permitiendo drenaje libre en las lineas de la muestra a la bureta y, por lo tanto, la completa consolidacién del suelo bajo los dis tintos estados de esfuerzos a que sc Je somete, En la primera etapa, la muestra es sometida en todas direcciones a la presiin del agua (o,) y, en la segunda etapa, se a Ileva a la fall con incrementos de carga axial (p), permitiendo completa consolidacidn bajo cada incre El esfuerzo total axial de falla sera designado por a: = os + fr, donde %e se denomina esfuerzo desviador de falla y es el mi Escansado con Camseanne 400 Mecénica do Suclos desviador p. pe mide la resistencia a la compresién del espécimen en esta prueba, Los instantes finales de cada etapa pueden sumarse esqueméticamente para obtener Ja condicién definitiva de falla (Fig, XII-14.a.). Estuerzos totoles Esfuerzos efectivos * Pe 44854 5 4 4 . «Beg; Byres % Pe forces FTAs +Pe 1 Etopo 22 Etopo a. Prueba de compresién. Estuerz0s totates Esfuerzos efectivos % ago «, % 4 elolte = % 4 % % 5 12 Etopa 22 Etapa b. Prueba de extensién. Figura X1I-14, ibucién de esfuerzos totales y efectivos en prueba, Prueba de compresién triaxial lenta. En la primera etapa el espécimen aparece sujeto al esfuerzo total oy Y, por haberse permitido la consolidacién total, a presién neutral, tty Se ha reducido a cero; como se considera u, = 0, dado el pequefio tamafio de los especimenes, puede escribirse esa condicién como «= 0. En la segunda etapa obra sobre cl suelo cl esfuerzo desviador de falla, pe, y nuevamente u = 0, por existir drenaje libre y dejarse trans- currir suficiente tiempo. La suma de estas dos etapas conduce a la etapa final que se repre- senta desplegada en dos croquis, uno relativo a esfuerzos totales y otro a los efectivos. Los resultados de una prucba Ienta se llevan a una grdfica cons truida de acuerdo con Ja Teoria del Circulo de Mohr. En la Fig. XIJ-15 aparece una de estas graficas, Escansado con Camseanne Resistencia al exfuerse lo de lox sualor 401 Figura XII-15. Linea de falla de arcillas saturadas y normalmente consolidadas en prueba lenta. El circulo I es el circulo de falla para una presién del agua en la cdmara igual a yz, que es la que tenia el suelo en el lugar (y seré el correspondiente a la condicién en que el suclo se encuentre). En este ciroulo s es Ja resistencia al esfuerzo cortante y o el esfuerzo normal que obra en el plano de falla. Si con especimenes del mismo suelo se ejecutan otras pruebas lentas con presiones de cimara erecientes se obtienen otros circulos de falla (cfreulos IT y TI de la Fig. XII-15). La envolvente de estos circulos en el intervalo de presiones utilizadas resulta ser una linea recta cuya prolongacién pasa por el origen de coordenadas y es el lugar geométrico de las resistencias al esfuerzo cortante del suelo. Esta Tinea recibe el nombre de linea de falla y el angulo ¢ que forma con el eje horizontal es el Angulo de friccién interna del material, ya men. cionado. Nétese que el hecho de que la linea de falla resulte pasando por el origen indica que la resistencia del material debe atribuirse tinicamente a su friccién interna, corrobordndose la ley antes dada: s=Ttang (1242) En el Circulo de Mohr el polo resulta sobre el eje horizontal, en el Punto correspondiente al esfuerzo principal menor, pues el esfuerzo prin- cipal mayor (representado por el punto B, circulo I en la Fig, XII-15) est4 actuando sobre el plano horizontal; por lo tanto esa direccién hori- zontal Ilevada por B corta al cfrculo en el punto P, polo, que coincide ahora con el punto A. Uniendo el polo con el punto D se obtiene la direccién del plano de falla, que forma con Ia horizontal un Angulo 45° + 4/2, segiin se vio en el capitulo XI y puede comprobarse en Ja Fig. XII-15. También se tiene prueba de compresién si en lugar de aumentar ad esfuerzo axial, se disminuye el lateral o si se efectiia una prueba en la que, Escansado con Camseanne 402 Mecénica do Suelos al mismo tiempo, se haga aumentar el esfuerzo axial y disminuir el lateral, Sin embargo, cualquier disminucién de la presién lateral induce un efecto de preconsolidacién, pues en tal caso, a medida que Ja prueba progresa, el espécimen iri teniendo esfucrzos laterales menores que los que tenia anteriormente; asf, estos casos corresponden a pruebas en suelos pre- consolidados, tratadas mis adelante. 2. Prueba de extensién (aumentando el esfuerzo lateral). En la Fig. XII-14b se muestra la distribucién de esfuerzos correspon- diente a Jas diferentes etapas significativas de esta prucba. La primera etapa es idéntica a la prueba de compresién ya descrita. En la segunda, el incremento de carga se efectiia lateralmente y se estima evidente la distribucién de esfuerzos presentada, Es un hecho experimental que en pruebas de extensién el valor del esfuerzo desviador en la falla p, resulta igual al p, obtenido en pruebas de compresién, a igual presién inicial de cdmara (03), por lo que la Fig. XII-15 representard también a la prueba de extensién, excepto que ahora el polo P estard situado en B, en lugar de en A y, por Jo tanto, la inclinacién del plano de falla ser ahora 45° — 4/2, respecto a la hori- zontal, Se trataran en suelos preconsolidados las pruebas hechas disminuyendo el esfuerzo axial vertical. Estuerzos efectos Bs Use betos-ur de Bytosu be fe 540 24 C1000 (De follo) a, Prueba de compresién. Esfuezos efectives 18 Etapo 20 etapa b. Prueba de extensién, Figura XII-16. Distribucién de esfuerzos totales y efectivos en prueba. Prueba de compresién triaxial rApida-consolidada. Escansndo con Camseanne Resistencia al esfuerzo cortonte do tos suelos 40a B) Prueba rapida-consolidada: 1, Prueba de compresién (variante con inctemento del estuerzo axial). En esta prucba Ia distinciém entre Ja primera etapa (ce conseldae cién) y la segunda (de falla) se establece afin ands marcadamente que en la Ienta. Al principio cl espécimen se deja consolidar totalmente bajo Ia presién de la cémara os, que lega a ser esfueran efectivo: desputs se Neva al suelo a la falla con aplicacién de un esfuerzo desviador axial actuante con la valvula de salida del agua a la bureta cerrada, de modo que no se permita ninguna consolidacién adicional en el espécimen; esto ocasiona que, conforme se aplica el esfuerzo desviador, se vaya desarrolando presién en el agua intersticial con lo que, durante toda la segunda etapa de la prueba los esfuerzos efectivos ya no serin iguales a los totales, sino que se verin disminuidos vertical y lateralmente por el valor de esa presién. Si se representa por w el valor que haya alcanzado esa presién new tral en el momento de la falla, esquemiticamente las etapas de la prusba se desarrollaran como indica la Fig. XII-16.a. La primera etapa de esta prucba es similar a la misma en la prue- ba lenta, La segunda etapa se caracteriza por el desarrollo de pr neutral en el agua de la muestra y Ia resistencia a la compresiin (2'.) resulta mucho menor que en la prueba lenta (f,), Los esfuereos tota- Ies, que son los que el operador aplica sobre el espécimen, son ahora mayores que los efectivos, siendo la diferencia precisamente la presiia neutral del agua (u). El Circulo de Mohr, de falla, puede trazarse ahora de dos mane- ras: una inmediata, a partir de los esfuerzos totales que el operador conoce en todo momento de la prueba y en el de falla en particular; Figura XII-17. Linea de falla en prueba répida-consolidada, en svelos st Y normalmente consolidados. purados Escansado con Camseanne 404 Mecénica de Suetos otra, a partir de los esfucrzos efectivos, para lo cual seria preciso cono- cer la presién neutral, cuando menos en el instante de falla incipiente. AL ojecu ias pruchas con distintas presiones de cAmara, siempre mayores que Ia que la muestra tenia naturalmente, podrén obtenerse entonces dos envolventes de falla, una para los cfrculos de esfuerzo total y la ota para los de esfucrzo efectivo. Si se efectitan prucbas répidas-consolidadas con medicién de pre- siones neutrales (Ancxo XII-c) se obtienen resultados segtin los que puede concluirse que ¢s bastante correcto cl suponer que los. circule de esfuerzos efectivos son tangentes a la linea de falla obtenida en prueba lenta. En Ia Fig. XIJ-17 se muestran los resultados de una prueba ripida-consolidada hecha a tres especimenes de un mismo suelo saturado y normalmente consolidado, empleando presiones crecientes en la cémara triaxial (circulos I, II, III); también aparece el circulo de esfuerzos ef tivos correspondientes al circulo I (circulo 1’). Debe notarse que el circulo de esfuerzos efectivos y el de esfuerzos totales tiene el mismo diémetro f'c3 en efecto, tanto 3 como @; se obtienen restando Ia misma u acs y oy respectivamente, lo que grificamente equivale simplemente a trasladar el pirculo de falla hacia la izquierda una distancia uw, Como el circulo de esfuerzos efectivos puede razonablemente suponerse tangente a la linea de falla de prueba lenta se sigue que, si se conoce esa linea, el valor de u puede ser muy facilmente estimado, Obsérvese también que la envolvente de los circulos de falla, dibu- jados con esfuerzos totales, también es una linea recta en la prueba riépida-consolidada y en términos de esfuerzos totales podré expresarse: s=atang! (12413) Donde ¢’ recibe el nombre de “Angulo aparente de friccién” y es simplemente un pardmetro matemético que se introduce para determi: nar la resistencia del suelo en este tipo de prueba, a partir de los esfuer- zos normales totales que también son aparentes, pues no son los que @l suelo soporta realmente en su estructura. En términos de esfuerses efectivos, la resistencia del suelo quedaria dada por: $= tang = (o— u) tang (12-14) Que es la ecuacién (12-12) vista para la prueba Ienta, La diferencia que exista entre los valores de ” y g depende det valor que llegue a alcanzar la presién u en el instante de la falla; § ficamente se ve (Fig. XII-17) que cuanto mayor sea u, los circules Te TI’ estaran més separados y ¢' resultard menor para un suelo dade en el que ¢ tiene un valor caracteristico. El valor de « depende fun damentalmente, en arcillas normalmente consolidadas, de la sensibilidad de su estructura; es decir, de la facilidad con que ésta se degrada baje Ja deformacién. Si el suelo se comportara de un modo perfectament elistico, se tendria: | Escansado con CamSeanne 40s a3 (12-415) Esto puede probarse en ‘Teoria de la Blasticidad (Anexo XUIL-A) Por el presente, basta razonar como sigue: si fle obrara sobre la mn tra en las tres direcciones principales (por ejemplo, como efecto de presién hidrufien), cf agua de la muestra quedaria sujeta a. una pre= Hen neutral igual a fe, ya que, en la prueba en estudio, no se permite Sambio de volumen al aplicar esa presién ff, de la segunda etapa; como se supone valido en Blasticidad el Principio de la Superpesicie se sigue que sip’. se aplica s6lo en direccién axial (como es el caso en Jas pruchas), el valor deberia ser un tercio del anterior, cumpliéndeze la ecuacién (12-15). En realidad el comportamiento de los suclos, segyin las mediciones hechas al presente, no concuerda con la Teoria Elistica, sino que exit ten efectos plisticos que se atribuyen esencialmente a pérdidas de es- tructuracién, que hacen que dicha estructura transmita al agua lo que deja de tomar en forma de presién efectiva. En suelos de sensibilidad baja a media, se han medido presiones comprendidas entre f'e/2 yf’ mientras que en suelos altamente sen- sibles se han legado a medir valores de 1.5 p'.. Resultan tangentes los circulos efectivo y total si u = ff, y si u > los cfrculos se separan, haciendo que 4” disminuya mucho respecto a $. ‘A primera vista pudiera verse paradéjico que u > p's; es deci, que en la segunda etapa de la prueba el agua desarrlle cerea de 1s fall presiones mayores que el esfuerzo vertical aplicado, pero la paradoja se Gesvanece al tomar en cuenta la desintegracién parcial de la bajo deformacién que, en arcillas de alta sensibilidad, afecta in: capacidad de resistir las presiones hidréulicas en la efimara, coresp ientes a la primera etapa de la prucba; asi el agua no silo toma esfuerzo desviador, sino que se ve obligada a cooperar para cesstir le Presién hidrostética. 2, Prueba de extensién (aumentando el es{uerzo Intel) La primera etapa de Ia prueba es idéntica an de lx pacha deo presn’ (Fig, XII-16). En In segunda etapa se hace cecer el en lateral por inorementos, hasta llegar al valor ff en Is fala (sisi desvindor en extension). La distribueién de esfuerzos que se mest

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