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Consideraciones Sobre la Ética Profesional para el Psicoterapeuta

Article · January 2003

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1 author:

Jorge Francisco Aguirre Sala


Autonomous University of Nuevo León
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CONSIDERACIONES SOBRE LA ETICA PROFESIONAL PARA EL PSICOTERAPEUTA.“PSICOLOGÍA IBEROAM ERICANA”, REVISTA DE LA U.I.A. SANTA FE,
M ÉXICO. Vol. 11, No. 1, M arzo 2003, Págs. 60-70

Psicología Iberoamericana (2003) Vol. 1\ No. 1, pp. 60-70


60

Consideraciones Sobre la Ética


Profesional para el Psicoterapeuta
Considerations About Professional Ethics
for the Psychotherapist

Jorge Francisco Aguirre Sala*

Resumen

Desde la definición general de ética se deducirán, a través de la definición de ética profesional, las consideraciones éticas para
el psicoterapeuta. Pero como el trabajo terapéutico no es ajeno a la diferencia entre una supuesta "neutralidad moral del
psicoterapeuta" y la ideología ética del paciente, se estudia la discrepancia de credo religioso y moral entre el psicoanalista y el
paciente católico. Dicha desigualdad se revisa en el contexto asimétrico de salud mental que guarda la relación entre ellos, la
transferencia, la contratransferencia y el involucramiento mutuo. Además, se d iscierne entre culpa y sentimiento de culpa, para
distinguir entre la mo ralidad del paciente y las razones de su neurosis.
Descriptores: ética profesional, neutralidad del terapeuta, credo del paciente, contratransferencia, culpa

Abstract

Fro m the general defin ition of ethics, and through the definition of professional ethics, the ethical considerations for the
psychotherapist will be deduced. But the therapeutic work isn't detached fro m the difference between an ostensible "moral
neutrality of the psychotherapist" and the ethical ideology of the patient; discrepancy of religious and moral creed between the
psychoanalyst and the catholic patient is studied. Such inequality rev iews itself in the asymmet ric context of mental health that
keeps a relationship between them, the transference, the counter-transference and the mutual involvement. Besides, it is
discerned between guilt and fault feeling, to distinguish between morality of the patients and the reasons of theirs neurosis .
Descriptors: professional ethics, neutrality of psychotherapist, creed of patient, counter-transference, guilt

Introducción determinar cómo deberían de ser aquellos que toda vía


no realizamos. Pero las tradiciones y costumbres
El título de nuestro trabajo nos obliga desde el inicio a (realidades a las que hace referencia el término ética
abordar tres referentes, y por lo demás, cada uno puede por su etimología) que se dan en una comunidad, en un
estudiarse en sí mismo y con un sinnúmero de pueblo, en una nación, en una cultura, etc., de hecho
relaciones con otras instancias. Éstos son: ética, étic~ constituyen el mundo moral y, en contraste, existe el
profesional y psicoterapia. Se presentan con un campo mundo ético que es la parte de la filosofía encargada
amplísimo de consideración que es necesario acotar, de juzgar del bien o del mal, que califica y también que
acerquémonos de una en una. marca un deber ser. Es decir, existe una diferencia
l. Si iniciáramos sólo con ética nos vendría a la entre moralidad y ética. La moralidad es una cuestión
mente el estudio de tradiciones y costumbres que pre- de hecho, de lo que sucede en el ámbito humano,
tenden señalar lo bueno y lo malo, tanto para juzgar mientras la ética aborda las cuestiones de derecho, de
con estas nociones los actos, como para orientar o lo que debería suceder (pretendidamente

-
· Licenciado en Filosofía por la Universidad Iberoamericana y Especialización en P sicología Terapéutica de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México. Maestro en
-
Filosofía por la Universidad Nacional Autónoma de Mé xico. Docto r en Filosofía por la Universidad Iberoamericana Ciudad de México. P rofesor Titular en la Universidad de
Monterrey, México. Correo electrónico: joaguirre@udem.edu.mx
Consideraciones Sobre la Ética Profesional para el Psicoterapeuta 61

mejor) en vez de lo que sucede. Pero ¿quién dicta lo que se aplica particularmente a la psicología en todas
que debería suceder?, ¿con qué criterios se puede cali- sus ramas y especialidades.
ficar algo como bueno o malo?, ¿con qué criterios se De esta manera podríamos encontramos con prin-
podría establecer el deber de lo que habría de ser? La cipios y valores qlle puedan valer para la psicología en
historia de la filosofía, y de la humanidad entera está general pero no para alguna de sus ramas en especial.
llena de estas descripciones morales y de estas pro- Como por ejemplo algunos de los cánones del código
puestas éticas. profesional que versa sobre la investigación y
Pero dentro de las muchas cosas que ocurren en las experimentación en animales, probablemente poco
sociedades y en las culturas está la realidad que ahora tendrá que aplicarse al quehacer profesional del psi-
denominaremos el ejercicio de las profesiones. Dicho coanalista.
ejercicio no está exento de juicio moral (que según la Podríamos establecer subespecies de la ética pro-
distinción arriba planteada mejor deberíamos decir fesional del psicólogo para las áreas que constituyen los
juicio ético) para elucidar si una acción en el ejercicio diferentes tipos de psicología: psicología educativa,
de la profesión puede calificarse de "buena" o de psicología industrial, psicología de la" investigación y
"mala". El ejercicio profesional tampoco estáexento de psicología clínica, por mencionar las principales.
ser orientado, o mejor valdría decir, dirigido por el B) Para la segunda tarea, una vez cumplida la misión
deber ser que le proponga la ética. de establecer códigos generales y específicos, se podrán
Así, una definición general de ética podría rezar: aplicar esos principios, valores y cánones a los casos
ciencia práctica y normativa que juzga de la bondad y particulares según la rama o especialización.
maldad de los actos humanos. En este contexto nuestro trabajo pretende abordar
2. Dicho lo anterior, un acercamiento para definir la algunas consideraciones del caso particular del ejer cicio
ética profesional podría ser: ciencia práctica y nor- profesional del psicólogo como psicoterapeuta de
mativa que juzga de la bondad o maldad de los actos tratamiento individual. En este último campo también
cometidos en el ejercicio profesional. Decimos que es se debe advertir que en la psicología psicoterapéutica
ciencia porque implica un conocimiento que debe ser existen muchas cuestiones específicas que la ética
demostrado con cualquiera de los métodos específicos, profesional no debe olvidar, entre otras, por ejemplo:
argumentación o prueba que la epistemología reconoce
y promueve. Afirmamos que es práctica y normativa - Las cuestiones relativas al inicio de un tratamiento:
porque orienta, sugiere, exhorta a ciertas acciones tipo de contrato, costos, pagos directos o por
(tanto profesionales como no profesionales) terceros.
para que éstas resulten buenas. Y finalmente decimos. - La evaluación psicodiagnóstica y su predicción,
que juzga de las acciones realizadas en razón de su para efectos de cambio de contrato, uso de diván,
bondad o maldad, y todo ello implica lo que por frecuencia de sesiones.
bondad o maldad se entienda, según tanto en los - El proceso y el trabajo de elaboración que se da en
contextos habitualmente convenidos, como por las él: cancelaciones, interrupciones, consentimiento
aportaciones del sentido común y sus enriquecimientos informado, contactos con familiares y con
con la especulación de diversas doctrinas filosóficas. instancias jurídicas, etcétera.
3. Así, la ética profesional de la psicología tendrá - y sobre todo los problemas éticos que pueden darse
como tarea una función doble. Por un lado orientar, a partir del manejo de la transferencia y la
por no decir normar (con coerción ética y moral, no contratransferencia.
con coacción jurídica), el quehacer profesional del
psicólogo y por otra parte podrá tener a su cargo la Sobre este último punto tratan nuestras considera-
evaluación de la acción profesional realizada por el ciones, pues cabe destacar la posibilidad de problemas
psicólogo en el despliegue de su labor. específicos tanto de índole teórica como de la práctica
A) Para la primera tarea la historia nos muestra la (profesional) como cuando se atiende a pacientes de
realización de múltiples estudios sobre los principios, distinto credo religioso, o con diferencias de credo
valores, cánones y códigos profesionales de los psicó- moral o institucional, como podría ser típicamente un
logos. Algunas de est'as ideas se encuentran consigna- caso mexicano en que el psicoterapeuta pretenda
das en las reflexiones de los códigos, pues en ellas ubicarse en la zona de "la neutralidad" ortodoxa de la
existe claramente un campo de nociones generales que ciencia de la psicología y el paciente declare ser
se aplican para todas las profesiones, así como un cristiano o resulte católico, aunque no sea practicante.
campo
62 Jorge Francisco Aguirre Sala

Este último problema, la intervención del La teoría de Freud, que por razones de espacio no
psicoterapeuta con orientación psicoanalítica -dado el reproduciremos aquí, aporta los matices del origen y
contexto de la transferencia y la contratransferencia, en desarrollo de la conciencia, de la culpabilidad, de los
referencia a la ideología ética del paciente, a su nivel criterios personales para considerar lo correcto y lo
moral de vida y a la neurosis que padece y su incorrecto, la génesis y establecimiento de principios
pretendida cura, será el asunto que nos ocupe. ético-operativos en el sujeto como la justicia, el amor,
los ideales, los propósitos de vida, etcétera.
Rosenbaum (1985, p. 26) nos dice que
Método
Freud, interesado en que sus teorías fueran consideradas
como una parte de la ciencia y del positivis mo lógico,
Tal y como corresponde a una temática límite del cam-
evitó el campo de la ética. Sentía curiosidad y al mis mo
po de la filosofía como lo es la ética profesional, y en tiempo escepticismo por la obra de James Jackson
este caso con la profesión de la psicología y particu- Putnam, un neurólogo que trabajaba en Boston y que fue
larmente con el quehacer del psicoterapeuta, se ha uno de (os primeros en practicar el psicoanálisis en
seguido el método cualitativo de revisión e interpre- Estados Unidos. Le preocupaba que la psicoterapia lle -
tación filosófica de ideas en una bibliografía y hemero- gara a verse mezclada con la teología. Sin embargo,
grafía amplia y variada. Putnam creía que era imposible realizar una psicoterapia
La revisión e interpretación filosófica se ha reali- intensa a menos que se exp lorara la moralidad del
zado en estricto apego al método de argumentación paciente. La ética de Freud era simple: perseguir la ver -
filosófico, sin que por ello exista un abuso en el uso de dad a expensas de la ilusión, sin impo rtar cuán confor-
la lógica y las expresiones de formalización que en la tante fuera esta última.
misma abundan. El criterio lógico de consistencia y
Sin duda alguna Rosenbaum no profundiza cuando
validez ha sido aplicado y se considera que es suficiente
escribe este comentario, pues la metapsicología, la
para el propósito fenomenológico-descriptivo y
propositivo de este trabajo. reflexiones de Freud sobre la religión y la mo ralidad juegan
un papel esencial en su explicación de la génesis y
constitución de las psicopatologías.
Sin embargo es cierto lo que Rosenbaum (1985) a su vez
Planteamientos
toma de Po lanyi (1974), pues éste observó en los científicos
el deseo moderno de proteger el conocimiento del
La intervención del psicoterapeuta (de orientación dogmatismo religioso y de sus excesos. De este modo, nos
psicoanalítica) en referencia a la ideología ética del relata, las afirmaciones científicas llega ron a ser aceptadas
paciente, a su nivel moral de vida y a la neurosis que porque satisfacían las pasiones mo rales (refiriéndose, claro
padece y su pretendida cura está, al caso del psicoanálisis y a su descubrimiento de las
pulsiones inconscientes). Una vez que se excitaban las
La teoría psicoanalítica subraya que la moralidad se pasiones, le daban aún más poder de convencimiento a las
basa en la identificación con los padres. Considera que afirmaciones científicas. Así, el sistema estaba estructurado
la conciencia (entendida como conciencia moral) es lo de manera invulnerable: cuando se criticaba una verdad
mismo que el súper-yo y, por lo tanto, los criterios del científica, la pasión "moral" salía al paso para rebatir la
bien y el mal son las reglas paternas que absorbe el crítica, y si había objeciones basadas en la moralidad,
niño, y su respuesta a estas reglas arbitrarias entonces los descubrimientos científicos se alegaban en
constituyen la fuente de los actos que determinarán su defensa de la nueva Ciencia.
moralidad. Del choque entre las pulsiones y el Por esto podemos comprender la pretensión de al-
súper-yo, es decir, de entre los deseos y la ética, de gunos seguidores de Freud: el psicoanálisis separa la
entre sus apetitos y la identificación paterna, proviene moralidad (y en especial la moralidad sexual) de la ética
la neurosis que eventualmente atenderá el de las relaciones humanas, de manera que la vida psí-
psicoterapeuta. Este choque tiene entonces un elemento quica (y en especial la que corresponde a la sexualidad)
de moralidad que provoca "la disfuncionhf1idad" y que no tiene nada que ver con el bien y el mal. Pero... ¿será
el terapeuta deberá a su vez tratar con ética profesional. esto cierto?
Y por si esto fuera poco, el terapeuta deberá realizar su Drane (1985) considera que los psicoterapeutas,
trabajo en una posición profesional que se ubica más como los filósofos y los sacerdotes, trabajan con un
allá de su propia convicción ética y de la personalidad
moral que tiene en su vida.
Consideraciones Sobre la Ética Profesional para el Psicoterapeuta 63

modelo de lo que es deseable y bueno para los seres sidera malo, llega a ser conocido para el paciente, e
humanos, de cómo deben comportarse consigo mismos, influyen enormemente en él, no co mo sugestión sino
con los demás y con la sociedad. Y cualquier persona como inspiración.
con un poco de sentido común se sumará con nosotros a
suscribir tal afirmación. El altruismo, por ejemplo, se No es posible entonces considerar el trabajo psico-
considera más sano que el narcisismo, y el pacifismo terapéutico moderno en la neutralidad y al margen de
mejor que la agresión y la hostilidad. Entonces, el los valores. Sin embargo hay quienes no piensan así y
psicoterapeuta es un filósofo en el sentido ético. pretenden que al realizar el tratamiento, los psicote-
Cuando más porque su intervención sobre la cura, o la rapeutas mantengan sus valores en reserva:
salud mental del paciente no puede estar desligada de la "(refiriéndose a los psicoterapeutas) se concentrarán
calidad de vida y ésta incluye la calidad de vida moral. únicamente en la realización de una categoría de
Pero por si esto fuera poco, el psicoterapeuta además valores: los valores de la salud" (Hartmann, 1960, p.
está involucrado en creencias ontológicas y éticas 55). Fromm Reichmann (1950, p. 17) considera que el
existenciales referentes a su cultura, lugar geográfico e terapeuta "debe estar libre de cualquier meta evaluativa
histórico y formación profesional. Y en este tenor, mu- mientras trata con los pacientes". Muchos otros autores
chos atributos éticos son reconocidos y también exigi- consideran que los terapeutas no deben dar consejos a
dos como esenciales para funcionar como sus pacientes, ni compadecerlos, ni siquiera simpatizar
psicoterapeuta. con ellos o tomar decisiones por ellos o con ellos, no se
Así, los problemas ético-profesionales que enfrenta debe intentar hacerles felices ni incluir ninguna actitud
el psicoterapeuta tienen dos dimensiones; por una parte moral que pueda obstruir el tratamiento. En una palabra:
la calidad moral y la condición ético-profesional del la psicoterapia que proponen es tan anárquica como
psicoterapeuta en relación a la objetividad y positividad nihilista y con ello tratan de quedar fuera de cualquier
de la ciencia que sustenta su quehacer. Y en segundo ideología, sin darse cuenta de que esta misma posición
lugar, el trabajo con los problemas éticos que son parte es ya tomar una ideología. Sin duda alguna lo extremos
de la etiología de sus pacientes sobre los cuales no sólo no son deseables.
hace juicios clínicos, sino también, inevitablemente, Pero también, sin mayor dubitación, los valores de
juicios éticos (aunque no los manifieste al paciente, salud en el orden de la psique incluyen las tendencias al
claro está) más allá de su perspectiva clínica, pues crecimiento y la maduración, el desarrollo y la
necesariamente está involucrado en su personal realización personal, y en ello no pueden quedar indi-
"metapsicología". ferentes los valores personales, como los de la ética y de
Para el primer asunto existen los códigos y las la religión, la filosofía y la política, por mencionar sólo
normatividades que sobre el derecho de los pacientes se algunos. Spotnitz (1985, p. 131) considera que "la
cuestionan los alcances y límites del comportamiento opinión de que el psicoterapeuta puede y debe mantener
del psicoterapeuta. Aquí hacen presencia los tópicos una actitud de verdadera neutralidad encuentra pocos
sobre confidencialidad, consentimiento informado, partidarios en la actualidad", pues si bien los
valoración diagnóstica capaz, etcétera. psicoterapeutas no adoctrinan en ética, sí dotan de una
Pero en la segunda dimensión, debemos considerar a cosmovisión filosófica y moral a sus pacientes cuando
la conciencia moral del paciente como raíz probable de les ayudan a adoptar nuevas actitudes hacia sí mismos y
su conflicto, que puede poner al psicoterapeuta en la hacia los demás, y muchísimo más cuando les auxilian a
necesidad del juicio ético y lo fuerza a la orientación ensayar y evaluar diversas estrategias para este
ética de la vida del paciente, pues la salud mental no es propósito.
ajena al estado de moralidad, como en tantas ocasiones Se adiestra en las instituciones a los psicoterapeutas
insistió Fromm (1985) en su Ética y psicoanálisis. como si su ejercicio profesional, por definición, no tu-
Puestas así las cosas, en el trabajo psicoterapéutico viera nada que considerar respecto a la ética y el nivel
existen valores que el terapeuta trata de fomentar en de calidad moral de sus pacientes. Se aconseja, cuando
algunos pacientes y muchos de estos valores están no se exige, a quien se está formando en los programas
estrechamente arraigados en la cosmovisión ética del para psicoterapeuta, que no intervenga en las creencias
terapeuta. Menninger (1958, p. 94) lo explicita: éticas, políticas, filosóficas o religiosas del paciente,
que sólo se le ubique en algunas de estas categorías para
completar la historia clínica, que se le tenga en cuenta
[...] lo que cree el psicoanalista, aquello por lo que vive,
para no marginarle y que toda intervención se
lo que ama, lo que considera bueno y lo que con
64 Jorge Francisco Aguirre Sala e

reduzca a curar el sufrimiento. No aparece más la ética se elige entre ellos y en el sentido de que el propio
en la psicoterapia que como un elemento de certifica- modelo de diagnóstico lleva en sí mis mo un sistema de
ción social que garantiza la psicoterapia competente y evaluación. Un modelo valo ra la adaptación, otro la
eventualmente exitosa. productividad, un tercero el máximo incremento de la
satisfacción personal.
Existen en esta postura de pretendida "neutralidad
científica" de parte de los psicoterapeutas psicoanalí-
ticamente orientados, dos actos de reduccionismo: el Aunque en esto Drane sigue a Macklin (1973),
primero consiste en reducir la ética y la vida moral del nosotros notamos que esta intervención evalúa a la
paciente a una de las instancias etiológicas del con- psicoterapia, y en general a la psicología, como
flicto psíquico, sin dar oportunidad a que las orienta- una ideología. Braunstein (1970), en un texto que
ciones de credo religioso, ético, político, etc., puedan se convirtió en clásico dentro de algunos círculos
ser un elemento de estrategia y plenitud para la salud latinoamericanos, denunció, con todo rigor y acierto,
mental. Y la otra reducción consiste en considerar a la que la psicología ha sido manejada como una
psicoterapia como una mera instrumentalización ~(ua ideología y que en ello y por ello, agregamos
alcanzar la cura psíquica sin mayor asociación a las nosotros, es imprescindible su vinculación con la
dimensiones morales de la psique que pueden con- ética más allá de su operatividad de eficiencia. Pero
formar tanto su salud como su patología, pues como lo también añadiremos que la ética obedece a principios
dice Rilke en uno de sus versos: ahí dónde está lo que de índole filosófica, en los cuales se di rimen y se
mata, también se encuentra lo que cura. soslayan todas las diferencias ideológicas.
Si salvamos ambas reducciones comprenderemos Kohlber (1971) Y Piaget (1966) nos enseñan que
que no hay. forma de evadirse de la responsabilidad la distinción entre las deficiencias psicológicas y las
ética en el ejercicio profesional de la psicoterapia. El deficiencias éticas referidas al diagnóstico de la pa
ejercicio profesional, entonces, exige un ejercicio tología y su respectiva asignación de etiología, es sutil.
ético: el juzgar en forma racional, lógica y rigurosa, a y ¿no es acaso una deficiencia ética, en la formación,
los valores y hechos de moralidad que presenta la vida en la asimilación de principios morales, lo que
clínica del paciente; el intervenir en ellos y también con da pauta para detonar las psicopatologías?
ellos para buscar la cura, y el reconocer que dada la Frente a esta situación creemos que lo mejor que
complejidad asimétrica entre psicoterapeuta y paciente puede hacer el psicoterapeuta es abandonar su pre-
-no sólo en el orden profesional, de salud mental y de tendida posición cientificista de "neutralidad" y re-
posición moral y cosmovisión ética-, se trata de ir más conocer que posee una cosmovisión ética, que es un
allá de la aplicación de los cánones y normas de sujeto con ideas e ideales éticos y con el deseo de
cualquier código. Todo exige que los problemas propagar sus valores. Quien se niegue esta
sean tratados con una reflexión filosófica de alto nivel autoconciencia, se hala más expuesto a convertirse en
que no sólo cuestionan la moralidad y la patología del un tirano que busca imponer sus creencias, aun a
paciente, sino la tradición y los principios sobre los expensas de autoignorarlas.
cuales operó en el último siglo la psicoterapia. El Otra razón para aceptar la necesidad de la inter-
psicoterapeuta requiere una sólida formación filosófica vención ética en la intervención psicoterapéutica de
para ejercer con irreprochable eticidad su profesión. las neurosis, estriba en el hecho comprobado por la
Drane (1985) propone varios niveles para analizar y práctica profesional común de que cualquier modali-
aprovechar la necesidad de la incursión de la ética en la dad terapéutica tiene éxito por el aumento de la capa-
psicoterapia. En un nivel básico, el existencial, donde se cidad del paciente al desarrollar su sistema personal
dan los valores contextualizados, se reconoce que la de valores y actuar de acuerdo a dicha axiología. El
ética está implicada en el diagnóstico, la patología, pero psicoterapeuta tiene entonces la tarea de conocer,
sobre todo en la transferencia y en las metas del reconocer y distinguir las razones éticas de los con-
tratamiento. Nosotros debemos añadir que también en la flictos neuróticos y la forma ética de alcanzar la au-
contratransferencia. Drane (1985, p. 40) lo reconoce tonomía y la mejor calidad de vida, con calidad
implícitamente cuando afirma: moral y soporte ético en la vida del paciente.
No desconocemos la probable objeción sobre la
relatividad de los valores, de los principios éticos y
Los conceptos y las categorías mis mos por los cuales se por tanto la apelación a la inutilidad de la ética. Pero
distingue la salud de la enfermedad y la normalidad de la consideramos que todos estos alegatos, que bien
anormalidad son éticos en el sentido de que sabemos
'"

Consideraciones Sobre la Ética Profesional para el Psicoterapeuta

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provienen de los relativistas culturales diseminados y nos decía: adopte el mal menor, y si no sabe cuál es
entre los situacionistas (ética de situación), emotivistas éste, se debe obrar en cualquier sentido... pues ni si-
y sentimentalistas, no hacen blanco alguno en nuestra quiera los psicoterapeutas están obligados a acertar
consideración, porque sólo postulamos la generación siempre después de haberlo intentado con su mejor
autónoma de una axiología y el cumplimiento esfuerzo.
congruente y consistente de dicha axiología en la vida Pero lo importante de los principios es su capacidad
psíquica, para salvar cualquier escollo moral que le formativa. Más que acentuar su extraordinaria cualidad
impidiera al paciente ser psíquicamente saludable. de universalidad, lo que interesa es encarnarlos en la
Para evitar el relativismo ético (tanto en la forma- existencia concreta y particular. Esta circunstancia, su
ción de los psicoterapeutas como en la expresión de sus capacidad formativa, sobre todo vía introyección, es
códigos), debemos prever que cualquier canon (que uno de los fenómenos mejor conocidos por los
norme una conducta profesional ética, un juicio ético o psicoterapeutas. Pero éste no es el lugar donde he
moral, o un código ético), puede ser cuestionado, ser querido tratar lo que llamo la mediación simbólica en la
contradicho por otra regla o instrucción, puede entrar (se)elección de valores (Aguirre 1999). Baste por ahora
en conflicto con tradiciones o posibilidades (por tomar en cuenta que nos aparece, en el fondo de las
ejemplo, del avance científico-tecnológico) hasta hoy cosas, una mayor verdad la sabiduría de la psicología
desconocidas. ¿Qué prever para estos casos? que la de la filosofía, cuando aquélla nos mues tra las
La única salida que ha aportado la filosofía y la relaciones entre cosmovisión axiológica y conducta
ética de todos los tiempos es resolver dichas cuestiones explicadas por las instancias psíquicas (sobre todo las
en y por principios. Cuando una regla contradice a otra, pasionales) que por las reglas, principios y teorías de la
cuando una realidad enfrenta a un canon establecido, razón, muchísimo peor si se trata de "la razón pura".
cuando una duda aparece respecto a cierta norma, hay Por lo anterior, Grayson (1985) considera impor-
que elucidar qué regla se encuentra más cercana a los tante que los terapeutas aprendan las contradicciones
principios. La norma más cercana a la evidencia, de las diversas terapias, particularmente las de su pro-
necesidad, obviedad y universalidad de los principios pia especialidad. Pues ningún psicoterapeuta está al
adquiere, por esta misma cercanía, primacía frente a la margen de las influencias científicas, sociales, cultura
contraparte en conflicto. Esto supone, claro está, que les, filosóficas y religiosas de diversos géneros
los principios proporcionan una base para juzgar reglas ideológicos. Y en particular, no está al margen de esas
y situaciones existenciales. mismas influencias en la vida que tienen sus pacientes.
Sin embargo no deseamos caer en la clasificación Pero si volvemos a la discusión sobre la psicoterapia
ideológica de "principalistas", puesto que la ética es psicoanalíticamente orientada y nos situamos en la ética
algo mucho más sofisticado que la mera aplicación de profesional del psicoterapeuta, descubriremos que el
principios a las conductas. La función de los principios punto más álgido en la práctica clínica estriba en vigilar
estriba en su auxilio para determinar lo inaceptable en los sentimientos de contratransferencia que su labor le
lugar de indicar una receta técnico-operativa. Es decir, provoca. Y dicha contratransferencia no es ajena a la
los principios nos ayudan a juzgar más y a orientar o introyección de los principios morales que deambulan
normar menos. Por ello los solos principios no bastan, y por el sistema psíquico del psicoterapeuta.
el principalismo, tan en boga hoy en día en bioética, Freud consideraba que la religión (en términos
olvida que se requiere gran sensibilidad y prudencia, amplios, toda la moralidad social) era una neurosis
mucha creatividad y astucia para obtener una correcta universal. La religión y la moral se basan en el hecho
conclusión y una sana aplicación cuando se trata de los (interpreta el psicoanálisis) de tener protección de un
casos particulares. padre. Así, la religiosidad y la moralidad no son sino un
La formación ético-profesional del psicoterapeuta sustituto de la racionalidad y la cientificidad. Y muchos
parece ser más efectiva cuando se aprenden e interio- de los seguidores de Freud han tomado tal posición
rizan principios, que cuando se aplican y memorizan como una declaración ideológica y creen que entre más
cánones de los códigos. Los estudios de Piaget y Kohl- agnósticos, ateos y reaccionarios se muestren, más
berg ya referidos dan prueba de ello. Pero de igual profesionales son. Y, evidentemente, no es así.
modo la moral tradicional exige del profesional un Debemos recordar que en la correspondencia de
dictamen de conciencia cierto para tomar decisiones. Freud hacia Oskar Pfister, un amigo suyo que era
¿Qué hacer cuando no hay certeza para ejecutar una ministro protestante, Freud le dice: "el psicoanálisis no
decisión? La moral tradicional ya preveía estos casos
66 Jorge Francisco Aguirre Sala

es religioso ni no religioso, sino una herramienta atenta en nada contra los principios de la moral católica,
imparcial" (citado en Meng & Freud, E. L., 1964, p. 17). pues admite que el hombre no posee ningún principio
Del mismo tenor es la distinción freudiana que innato que le oriente hacia lo bueno. Ahora bien, no es
encontramos en una carta que le envía en 1927: posible, considera, que los elementos constitutivos del
"Dejemos claro -le dice Freud a Oskar Pfister- que las ser ético de las personas estén puestos en su historia al
opiniones expresadas en mi libro (se refiere a El azar, sino que deben hallarse integrados en un marco
porvenir de una ilusión) no forman parte de la teoría significativo; ahí se podría defender la existencia de un
analítica". Con todo lo dicho anteriormente podemos foco de aparición de las leyes éticas denominado la
sospechar de la verdad de la primera afirmación orientación trascendental hacia el bien. Así, coincide
freudiana, mientras que la última la damos por suscrita. con la teoría psicoanalítica, pues el niño en principio es
Braun (1985) ha estudiado las respuestas protestan- un ser amoral, pero se halla en un proceso de
tes, católicas, judías ante este problema y las respuestas constitución de su personalidad por el cual devendrá
de la comunidad de psicoterapeutas y psicoanalistas ante con conciencia moral.
dichas comunidades, con singular objetividad. Por En este sentido, el complejo de Edipo representa un
nuestra parte, dado que la mayoría de la población en conflicto de estructuración de las relaciones afectivas
México se declara católica (o por lo menos dice serio del niño. Las relaciones entre niño-padre-madre po-
con el adjetivo de "no practicante"), sólo diremos al- sibilitan los aspectos fundamentales de la maduración
gunas palabras con referencia al catolicismo. psíquica y, en consecuencia, de la constitución y ma-
López Castellón (1972) se vio en la intención de duración moral. De este modo, el conflicto freudiano
señalar algunas obligaciones a los psicólogos y psico- entre pulsiones y represión externa debe ser desechado,
terapeutas que él mismo adjetivó de "cristianos". Sin pues el auténtico conflicto es el que se produce en el
explicar, claro está, si se refería a cristianos que ejer cen seno mismo de la libido, por lo que es anterior a la
tales profesiones o si se refería a una teoría de la violencia de la prohibición social. (No está demás
psicología cristiana. Les exigía que deberían considerar recordar que antes del conflicto edípico y de la prohi-
al hombre como unidad y conjunto psíquicos, unidad bición del padre, existe entre el niño y el padre una
cerrada en sí misma, unidad socia l y unidad relación de ternura, la cual facilitará la identificación
trascendente, es decir, tendente a Dios. necesaria para salir del conflicto y transitar por la etapa
El universo de los autores católicos que abordaron de latencia.)
este problema es inmenso y, evidentemente, no es ho- El conflicto entonces es primordial, anterior en
mogéneo. Destacan en el mundo europeo de la primera tiempo y natura, al conflicto edípico, pues se da entre el
parte del siglo xx las consideraciones de Dalbiez, de placer y la conservación, entre la pulsión y sus
Liertz, de Maritain y, sobre todo, de A. Vergote de la movimientos y la estabilidad. El conflicto, por tanto,
Universidad Católica de Lovaina. Este último autor, en exige la síntesis entre el renunciar a una moral de la
un libro intitulado El conocimiento del hombre por el honradez y las realidades del principio del placer. El yo
psicoanálisis, del que tenemos noticia por López debe enriquecerse con las estructuras del incons ciente
Castellón (1972), critica a Freud el hecho de haber (pues esto es justo lo que constituye la cura; ahí donde
aplicado una interpretación ética y de la religión en los es lo inconsciente que devenga consciente), con lo cual
historiales de sus casos clínicos. Considera que pasa de una ética de la represión a una ética de la
felicidad y del amor.
[...] la cultura precede al indiv iduo y le anima por su Los psicoterapeutas saben que la vocación del
poder de simbolización; en la óptica freudiana no es el hombre consiste en conquistar el dominio del
individuo el que explica la cu ltura, sino por el contrario, inconsciente y sustituir los motivos inconscientes por
la cultura es la que forja al individuo. Al tratar del normas conscientes y libremente admitidas. El
malestar de la civilización, dice Freud que las personas psicoterapeuta busca
quedan prendidas en amplios movimientos que las re- en qué momento y de qué modo apareció en la vida
basan, que se desarrollan por encima de ellas y que de- psíquica del sujeto la ley moral y busca ponerla en el
terminan sus destinos. La ética, el arte, la política y la plano de la positividad, la autonomía y el carácter
religión forman parte de esos movimientos envolventes
racional de la conciencia.
(Vergote, según López Castellón, 1972, p. 603).
López Castellón (1972, p. 606), siguiendo a
Vergote, nos muestra la paradoja de que se considere
Vergote ofrece entonces las bases de una ética que,
al psicoanálisis como una ética de la liberación de las
teniendo en cuenta el punto de partida freudiano, no
pulsiones, impregnada de hedonismo utilitarista y
libertino. "Nada
Consideraciones Sobre la Ética Profesional para el Psicoterapceuta 67

más lejos de la verdad, nos dice, la aceptación del tiempo distingue que ser pecador no es lo mismo que
principio de realidad supone la aceptación de nuestra estar neurótico o enfermo.
propia limitación". En ese tenor entendemos que la Lo propio del concepto de la culpa, o del mal moral,
psicoterapia nos ayuda a reconocer la imposibilidad de para ponerlo en términos estrictamente éticos y
alcanzar la perfección y el paraíso perdido en donde se racionales, es que se cometa u omita un acto sabiendo
sacia todo deseo. Nos invita a abandonar el ideal que se atenta contra el dictamen libre y cierto de la
perfeccionista del puritanismo, escondido tras el nar- propia conciencia. No hay culpa inconsciente c invo-
cisismo, y nos exhorta al dominio racional de nosotros luntaria en el sentido religioso o ético, ni puede haberla,
mismos en tanto es posible adecuar las pulsiones al porque las condiciones de culpabilidad son la libertad y
principio de realidad sin quedar presos dcl ideal utópico la conciencia. Si el psicoterapeuta trabaja con el
e inaccesible. sentimiento de culpa o la culpa inconsciente e invo-
Si la psicoterapia tiene como propósito suprimir la luntaria, entonces se ocupa de un fenómeno distinto al
angustia, la culpabilidad y obviamente, la neurosis que que ocupa al moralista y al teólogo. Toda culpa moral,
ambas provocan, no por ello tiene como finalidad ética, teológica, ha de ser una culpa en el saber y en el
suprimir la religión. querer. El psicoterapeuta trabaja con una representación
En 1953, cl Papa Pío XII, al dirigir su mensaje ante de la culpabilidad, representación inconsciente a nivel
el Congreso Internacional sobre Psicoterapia y Psi- noesis. El moralista trabaja sobre la culpabilidad que da
cología Clínica expresó: "Ciertamente no debemos origen a la representación en el orden del noema, para
criticar a la psicología profunda si trata el aspecto psí- decirlo en los términos de la más estricta
quico de los fenómenos religiosos, y se esfuerza por fenomenología.
analizarlos y reducirlos a un sistema científico, incluso La culpa tal como la entiende el moralista y el teó-
si esta investigación es nueva" (1953, pp. IO-ll). logo no es un estado de psiquismo. Son acción y suceso,
Debemos advertir que cuando existe -más allá del no estado ni representación. La acción moralmente
sentimiento- una culpa verdadera, dicha culpa persiste culpable es la acción libre, no la inconsciente.
aunque el sentimiento de angustia y culpabilidad De manera tal que los campos de la dimensión
desaparezcan, sea por motivos del tratamiento, por teológica y ética no coinciden con los de las dimen-
sugestión o por cualquier otra variable independiente. siones psicopatológicas del sentimiento de culpabilidad.
La psicoterapia es muy útil para quitarse de encima Por tanto, no hay razón para repugnar los aportes de la
sentimientos de culpas ficticias, pero las culpas reales se psicoterapia cuando ésta se encuentra en el campo que
solucionan por otras vías. le corresponde. No podemos dejar de enumerar los
El catolicismo, entonces, no tiene como intención casos en que un sujeto ha recibido la absolución
curar los "sentimientos" de culpa, sino abolir la culpa sacramental y ésta no ha llevado automáticamente a la
verdadera, cause o no ésta los sentimientos corres- desaparición del sentimiento de culpabilidad. De igual
pondientes. Salvarse de la culpa es una cosa que tiene manera la desaparición del sentimiento de culpabilidad
que ver con Cristo, el arrepentimiento y la absolución no exonera a nadie de sus responsabilida des religiosas,
sacerdotal como sacramento. Y muchos son los morales y legales.
sacerdotes que relatan casos confesionales entre sus El moralista y el teólogo, o más precisamente el
feligreses que se arrepienten de cosas que no son, ni en sacerdote, no deben incurrir en la tentación de auxiliar a
latus sensu, pecado. Así que tenemos, por un lado, desaparecer la angustia neurótica. Son cosas distintas la
sacerdotes a los que se les solicita perdonar y salvar de salud y el estado de gracia, como lo son diferentes la
pecados que no lo son, y por otro a psicoterapeutas que a enfermedad y el pecado. Más de un neurótico se ha
veces se empeñan en exentar de sentimientos de culpa a salvado y también a más de dos los han canonizado.
sujetos que los padecen por causas ajenas a su El lado recalcitrante de la psicoterapia dirá que la
responsabilidad. Por supuesto que no son estos todos culpa real, el pecado real que provoca culturalmente
los casos, pero sí una buena parte de lo que sucede en muchas neurosis, es una mera invención de la religión y
ambas prácticas. de la moralidad, que se dan sentimientos de culpa falsos
Además, es ilustrativa la distinción que adopta que es necesario atender, porque éstos surgen de culpas
López Castellón (1972) cuando -sin dar la referencia falsas imputadas por la Iglesia y la moralidad. La
bibliográfica precisa del artículo de Rahner intitulado respuesta de la ética más ortodoxa sigue siendo la
Culpa y Perdón- define el pecado y la culpa como un misma: en religión y en moral no hay culpas falsas, o
fenómeno teológico por excelencia. Pero al mismo son culpas verdaderas porque fueron conscientes y
68 Jorge Francisco Aguirre Sala

libres o simplemente no son culpas, aunque pueda manifestó que sus creencias religiosas eran una parte
persistir dicho sentimiento. Si un moralista o un sa- importante de su filosofía de la vida y que en general
cerdote, en la orientación o en la confesión trata con un eran mucho menos religiosos que la población de su
neurótico que se arrepiente de lo que no debe, debe comunidad y que las personas formadas en otras
canalizarlo al psicoterapeuta. La confesión es tera- profesiones. También es de hacer notar que entre las
péutica pero sólo en sentido indirecto, es decir, bien diversas orientaciones y escuelas, excepto el grupo de
pobre, pues su función no es la de resolver la etiología conductistas, no hubo diferencias significativas. Los
de las neurosis, aunque puede descubrirla. De igual conductistas manifestaron menos religiosidad y una
modo la psicoterapia, de manera indirecta, podría alla- actitud más negativa hacia la religión.
nar el camino para la conversión. En todo caso, de todas las corrientes y escuelas
Ahora bien, no todo en el sentimiento de culpabili- psicológicas, seguramente la última que elegiría nues-
dad es negativo o falso. Cuando este sentimiento pro- tro lector para recibir tratamiento sería conductista.
viene de una culpabilidad real, entonces provoca el Pero es de justicia señalar que en esta técnica sería
arrepentimiento, y con él la posibilidad de adoptar difícil detectar una problemática ética de contratrans-
nuevas actitudes más positivas que ayuden al trabajo de ferencia. De todos modos los problemas éticos del
reparación. psicoterapeuta respecto a la contratransferencia es-
Pero desde estas consideraciones de Pío XII y triban en que éste puede utilizar a sus pacientes para
Rahner a la fecha mucho ha llovido y, como en todo y satisfacer necesidades personales en lugar de utilizar
siempre, el grupo universal de católicos no acaba de sus sentimientos en beneficio de la alianza terapéutica.
guardar cierta unidad de opinión respecto al psicoa- Los psicoterapeutas pueden caer en una contratransfe-
nálisis o la psicoterapia psicoanalíticamente orientada. rencia individual que los atrape en su necesidad de
Debemos entonces también mencionar, por el propósito omnipotencia, en su narcisismo y su mercantilismo.
de hacer justicia, que uno de los pensadores católicos La omnipotencia, como actitud éticamente defec-
más versados en el asunto y cuya autoridad intelectual y tuosa en el psicoterapeuta, se concretiza cuando se hace
moral es destacable, ha considerado la psicoterapia y el del sistema de terapia una especie de religión o culto en
psicoanálisis como uno de los signos científicos y lugar de un simple método. El narcisismo lleva, por su
teológicos positivos de la evolución del hombre. Sin parte, a que el psicoterapeuta tenga la sensación -poco
duda nos referimos al controvertido Pierre Teilhard de realista- de superioridad y se alimente con el ejercicio
Chardin, de quien, como Michael de Certau (y no es constante de la autoridad que ejerce sobre la vida de los
casualidad que ambos fueran miembros de la Compañía pacientes y manipule a éstos, en su transferencia, a que
de Jesús, el primero sui generis, el segundo lacaniano), le tengan admiración, servilismo y un culto ritualístico
nos lamentamos no nos hayan ilustrado más sobre las y neurótico hacia su persona. La parte del
implicaciones éticas de la contratransferencia en la mercantilismo puede generar tensión hacia el paciente
práctica terapéutica. por lo que se refiere a las diferencias de dinero entre los
Antes de abordar la práctica terapéutica en el con- estatus sociales de ambos, las ganancias y acumulación
texto de los valores que están puestos en la transferencia de bienes que obtiene el psicoterapeuta mercantilista a
y la contratransferencia, aportemos algunas de las cifras costa de los honorarios que el paciente paga y que,
que Nix (1978) nos proporcionó al estudiar los valores muchas veces siente, nunca terminará de cubrir.
religiosos en los psicoterapeutas norteamericanos, pues De los tres aspectos anteriores quizá el más difícil de
el caso de México, según tenemos noticias, apenas va controlar sea el narcisismo, pues en él está involucrada
planteándose en los estudios que poco a poco se hacen toda la persona del psicoterapeuta. Éste se satisface
por Lafarga et al. (1998), pues en la variable."respeto emocionalmente cuando ayuda a sus pacientes, se
cultural" no se diferencia el pluralismo moral, ético o siente fuerte, rico, poderoso, pues se ve a sí mismo
religioso, y dentro de la variable general, sólo 20.1 % de como capaz de satisfacer a los demás en todo lo que
sus encuestados consideró mencionarlo. Los datos de necesitan profunda y realmente. Ello conlleva, además
Nix son más amplios, pues descubrió que 17.7% de los del narcisismo, el deseo del psicoterapeuta de no
terapeutas de su muestra manifestaron ser ateos, 9.7% concluir pronto, quizá nunca, el tratamiento. Pues si
agnósticos y 60% poseer algún grado de religiosidad. bien es agradable el poder de ayudar, no lo es el darse
De éstos, 10.5% se consideraba muy religioso, mientras cuenta de que la propia ayuda ya no es necesaria. Los
que 32.3% sólo de ma nera moderada. El dato psicoterapeutas no están exentos de calcular que su
interesante es que 16.8%
Consideraciones Sobre la Ética Profesional para el Psicoterapeuta 69

trabajo profesional es más útil de lo que en verdad cación, a diferenciar entre la moralidad del paciente y
resulta. Pero debemos recordar que la finalidad pro- las razones de sus neurosis. El psicoterapeuta no es un
fesional del terapeuta es conseguir que sus pacientes abogado, tampoco, estricto sensus, un moralista, pero
sean emocionalmente capaces, independientes, autó- el mundo moral y el mundo legal están presentes en las
nomos, que logren satisfacer y dar cumplimiento a sus dimensiones humanas del universo psíquico. Y por ello
propias necesidades narcisistas y no a la de sus es necesario ubicar, distinguir y volver a dar unidad a
psicoterapeutas. Como bien ha señalado Wolman cada objeto de estudio y a cada propósito profesional.
(1985, pp. 212-213): "El objetivo de la psicoterapia es Para que el psicoterapeuta tenga una práctica sana
hacerla superflua. Un buen psicoterapeuta trabaja de tal debe poseer una práctica ética, pero como señalaba el
manera que su trabajo llega a ser innecesario". propio Freud (1980, p. 249), todo ello dentro de los
Sin duda éste es un duro golpe al "narcisismo pro- límites de lo razonablemente humano:
fesional" del terapeuta. Wolman (1985, p. 210) nos
relata qué responde ante la pregunta más halagadora
que hace el paciente para colocar al terapeuta en el Detengámonos un mo mento para asegurar al analista
narcisismo: nuestra simpatía sincera por tener que cu mp lir él con tan
difíciles requisitos en el ejercicio de su actividad. y hasta
En varias ocasiones los pacientes me han preguntado: pareciera que analizar sería la tercera de aque llas
"Doctor, ¿me quiere usted'?". Mi respuesta -dice profesiones "imposibles" en que se puede dar an-
Wolman- es inequívoca: "Me interesa su bienestar. Es mi ticipadamente por cierta la insuficiencia del resultado.
responsabilidad mo ral hacer todo lo que pueda por Las otras dos, ya de antiguo consabidas, son el educar y
ayudarlo, pero no soy un mago ni un ángel. M i pro fesión gobernar. No puede pedirse, es evidente, que el futuro
es ayudar a la gente, es la forma en que me gano la v ida. analista sea un hombre perfecto antes de empeñarse en el
Mi tarea es ayudar a la gente y la llevo a cabo análisis, esto es, que sólo abracen esa profesión personas
concienzudamente. Yo no soy su padre ni su amante. Soy de tan alto y tan raro acabamiento.
su médico, y haré todo lo que pueda por ayudarlo".
Sería una exigencia exagerada pedir al psicotera-
Por esto podemos establecer un principio ético que peuta la perfección, o un trabajo que lleve a todo
regule la contratransferencia: un buen psicoterapeuta se tipo de pacientes a la legalidad, la honorabilidad moral
involucra con el caso de su paciente, sin involucrarse y la santidad religiosa. Pero es completamente legítimo
con su personalidad. Atiende los rasgos que le aquejan, pedirle una madurez mínima para ocuparse de indivi-
otorgando tratamiento integral a la persona del duos trastornados de los nervios y que los ayude con las
paciente. sensaciones de culpa y de angustia, en especial de
aquellas de las que no son culpables.
Esta madurez mínima es la que exige y garantiza el
Conclusiones cumplimiento del código ético, a pesar de los des fases
de las posiciones morales entre paciente y psicotera-
Al distinguir entre culpa y sentimiento de culpa (y a su peuta y de la presencia de estos des fases en la contra-
vez, entre culpa real-libre y consciente- de culpa transferencia.
ficticia, ya sea por el sentimiento infundado o por la Para finalizar, necesitamos reconocer que este tra-
instancia externa de una falsa imputación legal, moral o bajo inspirará un estudio más detenido del fenómeno de
religiosa), podemos establecer una normatividad la contratransferencia y su posible regulación ética,
profesional para reconocer, tratar e intentar evitar la desde el inicial adiestramiento de candidatos a psico-
intervención psicoterapéutica inadecuada en la vida terapia, hasta lo más íntimo de la supervisión avanza da
moral del paciente. Esta distinción obliga, por impli- y del abandono de la supervisión.

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Recibido: 28 de febrero de 2002


Aprobado: :2 de mayo de 2003

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