Introducción Histórica Al Modelo Neuropsicológico

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HISTORIA Y HUMANIDADES

Introducción histórica al modelo neuropsicológico


D. Barcia-Salorio

A HISTORICAL INTRODUCTION TO THE NEUROPSYCHOLOGICAL MODEL


Summary. In this work we outline the different approaches and doctrines that have been successively developed throughout
the history of western medicine with the intention of offering an overall view of the matter. The author believes that the most
important facts from a conceptual point of view are centred around F. Gall’s notion of the cerebral localisation of the psychic
functions; the development of the notion of nerve centres put forward by Fritsch and Hitzig, which was the foundation for the
splendid work of D. Ferrier, the true father of scientific neuropsychology; the work of Klest, which gave rise to a new
neogallism in the sense that it represented a real effort to locate the higher psychic functions; the fundamental work of J.H.
Jackson, especially in relation to the subject we are studying, and his ideas about the levels of functioning and integration of
the nervous system, which enabled later developments to be carried out, such as that of MacLean, whose concept of the limbic
system is a core matter in this area. Other milestones were W.H. Hess’s critique of the notion of nerve centre and that of
function by A.R. Luria, which is necessary to be able to understand the modern-day neuropsychological models, and finally
the development of the ideas about the specialisation of the nervous system. [REV NEUROL 2004; 39: 668-81]
Key words. Cerebral localisation. History of neuropsychology. Nerve centres. Nerve function. Phrenology.

INTRODUCCIÓN años después. La aventura griega fue dar razón científica, ‘hacer
Lo que pretendemos en este trabajo es analizar las vicisitudes razonable’ la interpretación de la enfermedad como aconteci-
históricas del modelo neuropsicológico, un término que al pare- miento natural 1.
cer introdujo Osler en 1913. El tema, naturalmente, es extenso y Los planteamientos de los autores griegos clásicos se cen-
complejo, por lo que en este artículo destacaremos sólo los tran en la preocupación por localizar la función principal (ege-
hechos que a nuestro juicio han sido decisivos. monikón) de la mente humana, y hay al respecto numerosas teo-
Pensamos que, si bien es muy antigua la elaboración de teo- rías y posibles localizaciones. Así, podemos citar a Teodoreto
rías relativas a explicar los fundamentos neurofisiológicos de la de Ciro, que en su obra De natura hominis hace una excelente
vida psíquica, lo cierto es que hay que esperar a F. Gall para que exposición de los hechos: ‘Quanta inter eos controversia es in
verdaderamente pueda hablarse de un modelo neropsicológico. collocanda principalia animae vi, facile est videre’ (Es fácil
Nos referiremos a planteamientos anteriores a la obra del autor comprobar la existencia de numerosas controversias entre ellos
austriaco, destacaremos sus puntos de vista importantes y, final- respecto a la localización del alma principal.) 2. Pero, resumien-
mente, hablaremos de los desarrollos posteriores, que recogemos do todas las opiniones vertidas, puede concluirse que dos son
en la tabla I, centrando nuestro comentario en la obra de Ferrier, las localizaciones principales: el corazón, representado por las
Jackson y Luria, autores decisivos en el tema que tratamos. tesis de Aristóteles, Hipócrates y los estoicos, y el cerebro,
según la propuesta de Platón, Pitágoras y Alcmeón de Trotona 3.
Quizá sea interesante recordar los planteamientos de Platón
DE GRECIA A H. JACKSON en el Timeo 4, especialmente por haberla aceptado Galeno y re-
Historia de las localizaciones cerebrales: de Grecia a Descartes cogido, en lo esencial, por autores de la escolástica. En el mito
Desde tiempo inmemorial y, de hecho, en la mayoría de las cul- narrado por Platón, se dice que los dioses colocaron el alma
turas, la gente se preguntó por el lugar en donde debía estar inmortal en la cabeza, por ser la parte más noble, y allí reside la
situada la mente, Así, por ejemplo, leemos en el Libro de Job: función principal, es decir, el entendimiento. El alma mortal, en
‘Habet argentum venarum suarum principia, et auro locus est, el pecho, más concretamente en el corazón, o ‘apetito irascible’
in quo confiatur... Sapientia vero ubi invenitur?, et quis est locus de los escolásticos, y las necesidades básicas del cuerpo, en el
inteligentiae?’ (Jog, 28, 1-12) (La plata tiene sus yacimientos, y vientre, o ‘apetito concupiscible’. Esta topística se acepta du-
el oro lugar en donde se acrisola.., pero la sabiduría ¿donde rante mucho tiempo. Ya en el inicio del siglo XIX, en 1800, X.
hallarla? ¿Cuál es el lugar de la inteligencia?). Bichat, discípulo de Pinel y autor decisivo en la creación del
Pero para nuestra pesquisa histórica dentro del ‘saber médi- modelo anatomoclínico, escribe en su obra Recherches physio-
co occidental’, hemos de partir de los planteamientos griegos. logiques sur la vie et la mort: ‘El cerebro es seguramente la
De hecho, la medicina occidental se inicia en Grecia y, más pre- sede de la inteligencia, pero no lo es de las pasiones’ 5. Esta dis-
cisamente, con Alcmeón de Crotona (s. VI a.C.), el primero en tinción justifica la dicotomía que se observa en la obra de Pinel
ofrecer una tesis patológica alejada de cualquier interpretación y Esquirol de la doble distinción del origen de la locura, la pato-
mágica. El corpus hipocrático reelaboró sus planteamientos 100 logía cerebral y las pasiones 6.
La tesis de Galeno (129-201) 7 supuso, como en tantas cues-
Recibido: 25.03.04. Aceptado tras revisión externa sin modificaciones: 14.06.04. tiones del saber médico, un hito decisivo en el tema de las loca-
Catedrático Emérito de Psicogeriatría. Universidad Católica San Antonio. lizaciones cerebrales, al que dedicó dos amplios capítulos en
El Palmar, Murcia, España. dos de sus obras: De Hippocrates et Platonis decretis y en su
Correspondencia: Dr. Demetrio Barcia Salorio. Universidad Católica San tratado fundamental de fisiología De uso partium corporis
Antonio. Ctra. Cartagena, 61. E-30120 El Palmar (Murcia). humanis. En ellas critica los planteamientos de Aristóteles y los
 2004, REVISTA DE NEUROLOGÍA estoicos y sigue, como decíamos, a Platón; de este modo, sitúa

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MODELO NEUROPSICOLÓGICO

Tabla I. Hitos fundamentales de la historia del modelo neuropsicológico. ejemplo, Juan Frenel (1485-1558), aunque acepta la existencia de
varias capacidades (memoria, inteligencia, sentido común, etc.),
De la Grecia clásica a Galeno (120-210 d.C.) señala que éstas son funciones de un solo sentido primario. En
La tesis de Descartes (1596-1650) esta misma línea hay que citar a autores españoles como Huarte
de San Juan o Miguel Sabuco, pero, especialmente, a Gómez
Imposibilidad de planeamientos localizacionistas de funciones psíquicas Pereira, que en su obra fundamental Antoniana Margarita (1554)
F.J. Gall (1717-1828) mantiene una tesis que es prácticamente idéntica a la que defien-
de Descartes, y no sólo en el tema de las localizaciones cerebra-
Elaboración de la noción de localización cerebral les, sino en el modo de entender el cuerpo, que interpreta mecáni-
G. Fritsch y G. Hitzig (1870) camente, así como tesis esenciales respecto al modo de hacerse
cargo de la realidad. Descartes prácticamente copió su famoso
La publicación de Über die electrische Erregbarheit des Grosshirns ‘Pienso, luego existo’ de la sentencia de Gómez Pereira, Nosco
(Sobre la excitabilidad eléctrica de la corteza cerebral), hizo posible
la elaboración de la noción de centros nerviosos me aliquid noscere et quidquid noscet est, ergo sum (Conozco
que conozco algo, todo el que conoce existe, luego existo) 9.
D. Ferrier (1843-1928) René Descartes (1596-1650) 10, como es bien sabido, esta-
Su trabajo fue el centro del desarrollo de la auténtica bleció la existencia de dos sustancias fundamentales: el alma,
neurofisiología científica que identificó con el pensamiento, y el cuerpo, una tesis que
desarrolló especialmente en su obra fundamental Traiteé de
Consolidación de las tesis localizacionistas (Broca, Wernicke)
l´homme, publicada en 1662, después de su muerte.
La obra de K. Kleist (1879-1961) Descartes señaló que el alma, puro pensamiento, y el cuer-
po, que es materia, pura extensión, son dos sustancias que nada
Intento de aplicar la doctrina de las localizaciones
cerebrales a la psiquiatría tienen en común y que, de suyo, son incapaces de acción recí-
proca; pero, como la experiencia enseña que las excitaciones
Resurgir de los planteamientos de H. Jackson (1834-1911) externas son seguidas de sensaciones, o como él dice, también
y desarrollos posteriores antilocalizacionistas
pensamientos, y que de los actos de la voluntad, que verdadera-
La crítica de la noción de localización por parte de los clínicos mente son asimismo pensamientos, se siguen movimientos cor-
(Freud, Pierre Marie) y el desarrollo de las tesis de Jackson
y Goldstein, fundamentalmente
porales, se vio forzado a tender un puente artificial entre el alma
y el cuerpo, para salvar el abismo que había abierto entre el
La elaboración de otros modelos cuerpo y el alma. Para ello, ideó la teoría de la ‘asistencia divi-
neuropsicológicos (MacLean, Nauta, Livingston, etc.)
na’, y señaló que Dios colocó el alma en la glándula pineal y
La crítica de la noción de ‘centro nervioso’ (Hess, Luria) dispuso las cosas de manera que a las variaciones de los poros
de la superficie de los ventrículos cerebrales correspondieran
La especialización del cerebro
diversos pensamientos en el alma, y que movida la glándula
pineal de diferentes maneras por los ‘espíritus animales’, se
siguieran determinados movimientos musculares.
en el cerebro las funciones psíquicas fundamentales (entendi- Descartes hace mención por primera vez de la localización
miento, memoria, imaginación, sensibilidad y voluntad), en el del alma en la glándula pineal en su tratado Les passions de
corazón, las pasiones o ‘apetito irascible’, y el ‘concupiscible’, l’alme que publicó en 1649, pero esta idea la había establecido
en el hígado. Pero su trabajo importa, especialmente, porque Juan Cousin en 1641, en su tesis de París An ‘ponárin’ sensus
representa la demostración de la hegemonía del cerebro en el communis sedes?, por tanto, ocho años antes 11. Pero lo cierto es
tema de las funciones mentales, por haber aceptado la existen- que la teoría de que el alma reside en la glándula pineal es muy
cia de muchas de ellas, pero, además, por haber establecido que antigua, y debe retrotraerse a los filósofos griegos. Posiblemen-
ello es así porque las lesiones del cerebro dan lugar a la pérdida te, fue Herófico de Calcedonia (325-280 a.C.) el primero en des-
de algunas de las funciones pero no de todas ellas, lo que indica arrollar la tesis de que la glándula pineal actúa como un esfínter
la independencia de función y de localización de cada una, y que regula y controla ‘la corriente de los pensamientos’ 12.
por la recuperación al curar del proceso patológico. Pero lo que interesa destacar ahora es que, con tales puntos
Pero el panorama va a cambiar absolutamente con los plan- de vista, el problema de las localizaciones cerebrales cambia
teamientos de R. Descartes, que significaron la desaparición del radicalmente de planteamiento, ya que no se trata de averiguar
tema de las localizaciones cerebrales y una nueva manera de dónde se localizan los órganos productores de las funciones psí-
considerar las relaciones alma-mente, que tuvo un peso decisivo quicas, de hecho, dónde deben localizarse las funciones psíqui-
en muchos de los planteamientos antropológicos y médicos cas, ya que no existen, sino que la cuestión queda en averiguar
posteriores, y que dio lugar a que el ‘trabajo’ de los teóricos en qué lugar debe situarse el alma y cómo pueden explicarse sus
consistiera en tratar de explicar cómo era posible la relación del relaciones con el cuerpo 13.
‘alma’ con el ‘cuerpo’. Como antes hemos señalado, hasta bien entrado el siglo
Desde Galeno hasta la obra de Descartes, hacia la mitad del XVIII no vuelve a plantearse el tema de las localizaciones cere-
siglo XVII, apenas hay aportaciones notables en el tema que nos brales, lo que realiza F.J. Gall. Faltos de la dirección de Galeno,
ocupa, como ha mostrado Soury en su revisión de 1899, Le syste- y bajo el peso de la doctrina de Descartes, los médicos se plan-
me nerveux central 8, y en general siguen los puntos de vista de tean básicamente dónde colocar el Sensorium comunae, según
Galeno. Sin embargo, hacia finales del s. XVI aparecen las obras la terminología escolástica, un órgano en el que convergen y se
de algunos autores que sugieren los planteamientos posteriores sintetizan las sensaciones externas y de donde parten los movi-
de Descartes y pueden verse como antecedentes de ellos. Así, por mientos voluntarios; por tanto, un órgano de función doble, sen-

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D. BARCIA-SALORIO

sitivomotora, como decía el gran clínico, y en buena parte crea- posiblemente siguiendo al autor español, especialmente G. Ent
dor de la clínica moderna, H. Boerhaave (1761): ‘Primun sen- y T. Willis 17).
tiens et impetum faciens’ (Primero siente y luego actúa) 14. Pero lo que interesa ahora decir es que la tesis de la rete mira-
La tarea ahora es ‘colocar’, decíamos antes, el Sensorium bilis y el desarrollo de la teoría de las celdas o teoría ventricular
comunis; las opiniones varían considerablemente: glándula pi- como origen de la actividad nerviosa se desarrolla en la Edad
neal (Descartes, Muralt, Meysonier, Camper, etc.), distintas Media, y aquí hay que citar especialmente a Nemesio, Obispo de
partes del cerebro, como el bulbo raquídeo (Pissolomini, Mez- Emesa (ca. 390) y a San Agustín (354-420), que dan primacía a la
ger, Hoffmann, Lorry, etc), el cuerpo calloso (Lancisy, Chopart, formación de la psique en los ventrículos, una tesis que desarrolla-
etc.), u otras partes, como las meninges, etc., especulaciones rá la escolástica y persistirá en el Renacimiento. Hay que citar a
que van a desaparecer cuando Gall realice su trabajo 15. Berengario di Capri (1457-1519), defensor de la tesis de la rete
mirabilis, aunque también se refirió a la teoría ventricular, que
Historia del funcionamiento cerebral: de Grecia a T. Willis adquirió las mejores descripciones, esta última con Leonardo da
De un modo esquemático, pero que se ajusta bien a la realidad Vinci (1452-1519) y Andrés Vesalio (1514-1564), entre otros 18.
histórica, hasta Gall la ‘función cerebral’ se explicó según tres En 1672 aparece la obra de T. Willis, De anima brutorum, que
tesis fundamentales: La rete mirabilis, la doctrina de las células entre otras cosas significó el final de las teorías anteriores (rete
cerebrales (ventrículos) y, sólo tardíamente, el funcionamiento mirabilis y ventricular) respecto al origen del funcionamiento
cerebral. Lo que había que establecer era el modo por el que la cerebral. En la obra de Willis, en este sentido, persisten aún plan-
actividad cerebral actúa e informa a la totalidad del cuerpo. Las teamientos cartesianos y los de la rete adnirabilis, pero da paso a
dos primeras teorías, que en muchos aspectos se coordinan, tie- una nueva concepción que se desarrollará con el vitalismo, según
nen su origen en la escuela de Alejandría (Herófilo y Erasistra- la formulación inglesa, es decir, el intento de explicar la vida en
to), pero fueron desarrolladas por Galeno 16. función de la actividad del sistema nervioso. Willis había distin-
Dentro de la escuela Alejandrina, descuellan dos médicos guido entre el ‘alma animal’, que corresponde al ‘alma sensitiva’
geniales, Herófilo de Calcedonia (nacido el 340-280 a.C.) y del hombre y que no debe confundirse con el ‘alma racional’ de
Erasístrato de Ceos, un poco posterior a aquél, los cuales desa- éste, no sujeta a la muerte y específicamente humana. El ‘alma
rrollaron una actitud revolucionaria ante el saber médico que sensitiva’ provendría de la porción más ígnea y sutil de la sangre y
habían recibido, debido, en parte, a su genio personal, pero tam- de los espíritus animales; de ella dependería la sensibilidad, la
bién por haber seguido la filosofía escéptica (Pirón) y el espíri- motilidad y los impulsos; en ella tendrían su última clave los
tu de la joven Alejandría, rival de la vieja Grecia y culturalmen- ‘movimientos reflejos’. Pero, gran anatomista (recuérdese el ‘polí-
te enfrentada a ella, y en ambos surgió la necesidad de crear una gono de Willis’, como aún conocemos la formación de los vasos
medicina científica basada sobre una nueva experiencia del cuer- de base del encéfalo), de alguna manera ‘localizó’ funciones en el
po humano. cerebro. El ‘sensorio comunis’ en el corpus striatum, la inteligen-
Herófilo, que había recibido la herencia de la escuela médi- cia en el corpus callosum y la memoria en la corteza cerebral. 19
ca de Cos, aunque enfrentado a ella, fue la gran figura de la Tal era la situación anterior a la obra de Gall, que puede re-
Anatomía alejandrina: describió las meninges, los plexos coroi- sumirse con dos sentencias de G. Prochaska que aparecen en su
deos, la formación venosa que todavía lleva su nombre (‘la obra A Disertation on Functions of the Nervous System (1784):
prensa de Herófilo’) y el cuarto ventrículo; pero, aparte de otras a) la teoría de la localización cerebral está carente de bases
cuestiones, dio gran importancia al sistema vascular y estable- científicas, y b) no se ha podido demostrar qué porción del cere-
ció que en las arterias hay sangre y neuma, un punto de vista bro o del cerebelo está en la base de tal o cual función 20.
que defendió también Erasistrato. Ambos autores explican y
describen conexiones entre las venas y las arterias, además de La obra de F.J. Gall: la constitución
examinar la circulación y su significado. Como antes hemos de la neurofisiología científica (la frenología)
señalado, Herófilo piensa que la glándula pineal está situada en y la creación de la noción de localización cerebral
una posición tal que le permite regular la cantidad de ‘sustan- En general, la obra de F.J. Gall (1758-1824) ha sido mal interpre-
cia’ que pasa del tercer al cuarto ventrículo. Tanto él como Era- tada, especialmente por la historiografía más reciente, ya que se
sistrato piensan que el pneuma zoticon (spiritus vitalis) que se ha limitado a comentar lo menos interesante, ’La cranioscopia’ 21
halla presente en la sangre y es trasportado al cerebro por medio (Figs. 1 y 2).
del corazón y los grandes vasos, se trasforma dentro de los ven- Realmente, el éxito de su doctrina frenológica procede de su
trículos laterales en pneuma psychicon (spiritus animalis), el difusión y exageración. Gall había sido bastante cuidadoso en
cual estaba sometido a la influencia de los sentidos y era el sus- sus conclusiones y su sistema era relativamente modesto. Como
trato sobre el que se desarrolla el conocimiento. un ejemplo de su actitud puede citarse que en el frontispicio del
Galeno desarrolló los puntos de vista de estos autores y, en Instituto de Anatomía de Viena hizo esculpir la siguiente ins-
el tema que nos ocupa, interesa decir que la sangre neumatiza- cripción: ‘Im Forschen kühn, Bescheiden in Behaupten’ (Auda-
da penetra en el cerebro. Los autores griegos y Galeno explican ces en la investigación, modestos en las afirmaciones), pero sus
el modo de hacerlo; de este modo, además de nutrirse, puede tesis las desarrollaron un ‘número de vociferantes y superentu-
formar el sutilísimo pneuma psíquico o espíritu animal. A tra- siastas continuadores’ (Clarke y Dewenhurst, 1996), tales como
vés del conducto que luego se llamará ‘acueducto de Silvio’, el K. Spurzheim (1776-1832), que había colaborado con él, y es-
pneuma psíquico pasa a la médula y a los nervios, como agen- pecialmente G. Comte (1788-1858), que la introdujo en el mun-
te inductor de la dynamis psykhiké y, por lo tanto, de la sensa- do anglosajón, en donde tuvo una sorprendente difusión. Sus di-
ción y el movimiento. Siglos mas tarde, el español Miguel fusores, entre ellos el español Mariano Cubí (1801-1875), reali-
Sabuco (ca. 1588) cambiará la doctrina de los ‘espíritus anima- zaron una mezcla de afirmaciones basadas en la obra de Gall
les’ por la del suco nerveo, que desarrollarán médicos ingleses, con muchas especulaciones sin ningún interés científico.

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MODELO NEUROPSICOLÓGICO

b a

c
d

Figura 1. F.J. Gall, verdadero creador de la no- Figura 2. Portada de una de las obras de Gall y Figura 3. Esquema de Fritsch y Hitzig que repre-
ción de localización cerebral de las facultades su colaborador Spurzheim. senta en la corteza cerebral del perro los lugares
mentales. cuya estimulación es seguida de un movimiento
independiente. a Músculos del cuello; b Abducto-
res de la pata anterior; c Flexión y rotación de la
pata anterior; d Pata posterior; e Nervio facial.
Pero el trabajo de F.J. Gall importa por haber sido el prime-
ro en la historia de la psicología en hacer una aproximación
empírica, tanto de la naturaleza de las facultades mentales como
de sus localizaciones en el cerebro (Tabla II). Este término no alude a la ética, como tiende a entenderse
En una de sus obras, señala Gall que desde muy joven le ahora, sino a facultades psíquicas distintas de la inteligen-
había extrañado el hecho de que si los fisiólogos eran capaces cia. De ahí, por ejemplo, el término que utiliza Prichard de
de dividir cualquier función del organismo en numerosas partes Moral, ‘insanity’, para calificar lo que con el tiempo serían
que localizaban en distintos lugares del mismo, por ejemplo la las psicopatías 22.
digestión, circulación sanguínea, etc., ¿cómo era posible que no 2. El ejercicio de estas facultades intelectuales y morales de-
tuviera la mente el mismo trato? Estaba entonces convencido de pende de la organización del cerebro. Aquí está el origen de
que la mente era el resultado de distintas funciones, las cuales lo que los estudios anatómicos posteriores dieron lugar a la
deberían tener que ver con el funcionamiento cerebral. Partien- aparición de los conocidos mapas cerebrales, como por ejem-
do de esta idea, y basándose en la aplicación de una metodolo- plo el de K. Brodmann (1868-1918).
gía absolutamente científica, creó la neuropsicología. 3. El cerebro es el órgano de todas las inclinaciones, instintos
Por lo que respecta al método, lo esencial es que Gall parte y facultades. Esto plantea de nuevo la posibilidad del estu-
de la observación. De niño, comenta él mismo, se había dado dio de las localizaciones cerebrales que, decíamos antes,
cuenta que sus compañeros con mejor memoria tenían ‘los ojos había desaparecido desde los planteamientos de Descartes.
saltones’. Esta observación la realizó después en sus estudios de 4. El cerebro está hecho de muchos órganos particulares, tan-
la Universidad. De esta observación pasa a la verificación esta- tos como inclinaciones, instintos y facultades, los cuales
dística; así, observa a numerosos individuos y su método se difieren unos de otros. De nuevo, la ‘mente’ se divide en di-
contrasta con ‘la observación de lo opuesto’. Más tarde procede ferentes funciones que deben localizarse, lo que, por otro la-
a la ‘inducción’. Si la observación era correcta, los sujetos con do, permite el desarrollo de la psicología 23.
gran memoria deberían tener un buen desarrollo del lóbulo fron- 5. El cráneo refleja el crecimiento de las zonas cerebrales. Por
tal, el cual ‘empujaba’ durante su formación (un hecho, este tanto, midiendo el cráneo se pueden conocer datos menta-
último, rigurosamente cierto) a la formación craneana, en este les. Estas dos últimas afirmaciones son, decíamos antes, co-
caso los fosas oculares, lo que daba lugar a los ‘ojos saltones’. rolario de la tesis fundamental, la división de la mente en
Finalmente, procede la generalización: ‘las distintas funciones distintas funciones localizadas en partes diferentes del cere-
psíquicas’ tienen localizaciones diferentes en distintas partes bro, pero fueron las más populares y dieron lugar a la cra-
del cerebro. La ‘cranioscopia’, es decir, la ‘medida de los ‘bul- nioscopia, y con ella se identificó a la frenología 24.
tos’ cranianos, es un corolario obligado.
Presentados en forma de tesis, los planteamientos de F.J. La obra de Gall es, según lo que acabamos de señalar, decisiva
Gall pueden esquematizarse en cinco afirmaciones (Tabla III): para el desarrollo de la psicobiología, de hecho una ciencia que
1. Las facultades intelectuales y morales son innatas. Una parte de sus estudios, que se alinea junto a las ciencias natura-
tesis que se opone a las que en ese momento dominaban, les. Hasta ese momento, la psicología era tema de la filosofía, y
como son las de Locke y Condilac, que presentan la psique la reflexión era el método que se utilizaba; ahora hay la posibi-
como una tabula rasa y lo que llamamos vida psíquica co- lidad de aproximaciones científicas. Junto al hecho decisivo de
mo consecuencia únicamente de la experiencia. Conviene crear la noción de localización cerebral, Gall planteó las pre-
recordar que el término ‘moral’ se corresponde con el sen- guntas fundamentales: qué es función cerebral y como ésta se
tido utilizado en la época de Gall por todos los autores. localiza en el cerebro.

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D. BARCIA-SALORIO

La frenología científica. Fritsch, Hitzig y D. Ferrier. Tabla II. Características esenciales del trabajo de F.J. Gall
La creación de la noción de centros nerviosos
Es el primero en la historia de la psicología en hacer
Es cierto que la obra de Gall estaba sujeta a defectos en la una aproximación empírica, tanto de las facultades
observación y cargada en buena parte de especulaciones, pero psicológicas como de su localización en el cerebro
su trabajo fue decisivo porque posibilitó el desarrollo de la cien- Crea la psicobiología y la alinea junto a las ciencias naturales
cia posterior, lo que, decíamos antes, Sherrington había califica-
do como frenología científica 25. Establece la noción de localización cerebral
El paso decisivo lo dieron Fritsch y Hitzig, quienes en 1870 Plantea las preguntas fundamentales:
publicaron un trabajo fundamental: Über die elecktrische erreg- ¿qué es función cerebral?, ¿cómo se localizan en el cerebro?
barkeits des Grosshirns (Sobre la excitabilidad eléctrica del
Hace posible el desarrolla científico posterior
cerebro) 26, que marcó una nueva época en la investigación neu-
ropsicológica y fue una referencia obligada para los estudios
posteriores. Ello fue así, sin embargo, únicamente por la meto- Tabla III. Tesis fundamentales de F.J. Gall.
dología y los hechos de observación, pero no lo fue respecto a la
interpretación de los hallazgos; aquí hay que citar a D. Ferrier Las facultades intelectuales y morales son innatas
(1843-1928), cuyo trabajo fue el centro del desarrollo de la El ejercicio de estas facultades intelectuales y morales
auténtica neurofisiología científica (Fig. 3). depende de la organización del cerebro
Mediante estimulaciones eléctricas de la corteza cerebral,
El cerebro es el órgano de todas las inclinaciones, instintos y facultades
Fritsch y Hitzig destronaron la teoría que venía manteniéndose
desde P. Flourens (1824). Demostraron la posibilidad de una El cerebro está hecho de muchos órganos particulares, tantos como
excitabilidad cerebral, la existencia de zonas cerebrales inde- inclinaciones, instintos y facultades, los cuales difieren unos de otros
pendientes y el papel de la corteza en la motilidad voluntaria, El cráneo refleja el crecimiento de las zonas cerebrales.
mostrando la ‘posibilidad de estimular grupos de músculos deli- Por tanto, midiendo el cráneo se puede conocer
el desarrollo de las facultades mentales
mitados muy próximos que se restringe a pequeños focos que
llamamos centros’, y establecieron con sus estudios la existen-
cia de cinco centros de movimientos independientes. De este
modo, crearon la noción de centros nerviosos. origen de la espléndida escuela inglesa de neurofisiología, que
Por lo que respecta a la interpretación de los resultados, tiene sus máximos exponentes en Sherrington, Adrian y Eccles,
Fritsch y Hitzig se movieron dentro de un ‘ontologismo dualis- los tres premios Nobel.
ta’ y de este modo, señalaron, que hay que separar la mente de De lo anterior hay que destacar que se demostró la existen-
sus mecanismos. El cerebro es el instrumento material del cia de zonas cerebrales responsables de distintas funciones,
‘alma inmortal’, y la sustancia gris y la corteza constituyen la específicas para cada una. Se pasa de ser un objeto de reflexión
‘primera herramienta del alma’. Se observa aquí el peso del a tener una evidencia experimental; se crea así la neuropsicolo-
dualismo cartesiano. gía científica y experimental.
Pero los resultados de la investigación de Fritsch y Hitzig Pero por lo que respecta a la posibilidad de una neuropsico-
revolucionaron los estudios neurofisiológicos y replantearon, logía científica de interés psiquiátrico, han de pasar muchos
ahora desde observaciones científicas rigurosas, la tesis de las años aún. En 1878, D. Ferrier había escrito: ‘Que el cerebro es
localizaciones cerebrales. A partir de 1870, el número de traba- el órgano de la mente, no es dudoso. Y que cuando los trastor-
jos experimentales en animales es muy elevado, y los autores nos mentales, de cualquier naturaleza, se manifiestan, el cerebro
fundamentales son Hitzig, Munk, François-Frank, Luciani, está enfermo orgánica o funcionalmente, lo que tomamos como
Schafer, Horsley y D. Ferrier. Estos autores, mediante técnicas un axioma. Y que la fisiología y la patología son aspectos dife-
de estimulación y ablación cerebral, extendieron los estudios rentes de un mismo sustrato, son conclusiones a las que tienden
iniciados sobre las funciones motoras a otras zonas corticales las investigaciones modernas’ 28. Pero, a pesar de lo evidente de
relacionadas con la sensación. La doctrina de la ‘energía especí- estas afirmaciones, lo cierto es que la psiquiatría, desde finales
fica de los nervios’, de Johanes Müller, se extendió al cerebro, y del siglo XIX hasta las dos últimas décadas, pocas veces intentó
se establecieron los centros cerebrales relacionados con los sen- explicar la enfermedad desde modelos neurofisiológicos.
tidos (visión, audición, gusto, etc.), una tarea que se desarrolló
en años posteriores. Pero en este trabajo, el autor decisivo es D. La tesis de Kleist (1879-1960)
Ferrier, tanto por la metodología de trabajo como por el modo Es cierto que desde el siglo XVIII se desarrollaron conocimientos
de interpretar los hechos 27 (Fig. 4). que entran en lo que podemos llamar neuropsicología, cuyos
Desde el punto de vista conceptual, Ferrier se mueve dentro antecedentes están en Inglaterra en la obra de Willis (1622-
de la tradición inglesa del ‘paralelismo psicofísico’, y adopta un 1675), R. Whytt (1714-1780) y C. Bell (1774-1842), y en Alema-
punto de vista evolutivo que asume a partir de los planteamien- nia con Weber (1777-1841), Fechner (1801-1887), etc. También
tos de H. Jackson. Ferrier piensa que sus estudios confirman el hubo autores en el seno mismo de la psiquiatría que intentaron
‘experimento preformado por la enfermedad’ (1873), que fue el explicar la enfermedad mental desde la neurofisiología, especial-
campo de observación de Jackson, y considera a este autor mente Griessinger (1817-1869), autor fundamental por muchas
como la fuente del renovado interés por la localización cerebral. razones. Afirmaciones suyas como ‘las enfermedades mentales
La obra de Ferrier es el corolario de las doctrinas de Bain, son enfermedades del cerebro’ o que ‘la locura es sólo un com-
Spencer y Jackson, a las que dio una evidencia experimental, y plejo de síntomas de diversos estados anómalos del cerebro’
fue, decíamos antes, la figura fundamental respecto a la investi- expresan bien su forma de pensar, aunque, como hemos señalado
gación neurofisiológica de las últimas décadas del siglo XIX y el en otro momento, su psiquiatría trasciende la patología cerebral.

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MODELO NEUROPSICOLÓGICO

Por otro lado, Griessinger creó una escuela, que podemos asentado en el lóbulo parietal izquierdo, y en la clínica nos
llamar la ‘Escuela de Berlín’, que nunca aceptó plenamente los encontramos con las agnosias (cegueras para el reconocimien-
planteamientos de Kraepelin y que se mantuvo fiel a los plantea- to de los objetos, desconocimiento del esquema corporal, etc.).
mientos de su fundador. En esta línea, hay que citar fundamen- En el sistema auditivo, en el sector psicopatológico, están com-
talmente a Westphal (1833-1890), que sucedió a Griessinger en prendidas las alteraciones más elevadas de la comprensión del
la dirección de la Cátedra de Berlín y especialmente a Wernicke lenguaje (sordera para las palabras, los nombres y las frases).
(1848-1905), quien, basándose en la idea de Griessinger de ‘arco La pérdida de las formas superiores del lenguaje supone una
reflejo psíquico’ y siguiendo modelos utilizados para la elabora- merma grave de la capacidad psíquica y, por eso, Kleist dice
ción de la noción de las afasias, intentó hacer una psiquiatría que ‘toda afasia sensorial es una especie de demencia circuns-
basada en la alteración del sistema nervioso y estimular el estu- crita’, y aproxima a estas afasias sensoriales ciertas alteracio-
dio del funcionamiento cerebral. Entre sus discípulos hay que nes del lenguaje y del pensamiento claramente psicopatológi-
citar a H. Berger (1852-1941), creador de la electroencefalogra- cas. Por ejemplo, Fleishacker ha descrito la existencia de alte-
fía con la intención de analizar la actividad cerebral de las es- raciones de la comprensión del lenguaje en los esquizofréni-
tructuras psicológicas, o Hitzig (1838-1907), quien con Fritsch cos. En el sistema visual, el sector psicopatológico da lugar a
(1838-1891), inició los estudios de estimulación eléctrica del las agnosias ópticas, que comprenden una variada gama de
cerebro y cuyos planteamientos son el origen de la investigación trastornos con distintos grados de gravedad. Las agnosias pura-
neuropsicológica, y junto a ellos a otros autores, más clínicos mente ópticas (para los objetos, la alexia y la agnosia para los
pero que aportaron conocimientos psiquiátricos importantes, colores), las agnosias ópticas del pensamiento y ocasionalmen-
entre los que podemos mencionar a O. Binswanger, que descri- te alogia amnésica son trastornos que se observan en lesiones y
bió la encefalopatía vascular que lleva su nombre, y especial- enfermedades cerebrales pero también en formas confusas y pa-
mente a Kleist, que aportó una enorme cantidad de conocimien- ranoides de la esquizofrenia, por ejemplo, la llamada parapra-
tos psiquiátricos, intentó una teoría de las psicosis desde mode- xia idioquiética, una proyección del pensamiento paralógico
los neurofisiológicos, aunque excesivamente localizacionistas, proyectado en el sistema táctil.
pero que aportó además una gran cantidad de datos sobre las El sistema propioceptivo debe verse como un sistema unita-
bases cerebrales de las funciones psíquicas, que publicó en una rio aunque sus fuentes sensoriales sean muy diversas. El lóbulo
importante monografía, Gehirnpathologie (1934), que reúne sus frontal dirige numerosas funciones de este sistema, que en el
observaciones sobre lesiones cerebrales en heridos de guerra 29. sector psicopatológico se manifiesta por alteraciones de la im-
Como acabamos de citar, Wernicke intentó introducir en pulsividad, alteraciones apráxicas y afásicas y alteraciones aló-
psiquiatría las tesis localizacionistas. En 1884, en una reunión gicas del pensamiento.
de médicos y naturalistas alemanes de Dantzig, refirió la obser- Kleist describe diferentes tipos de trastornos de la impulsi-
vación de dos casos que pudo autopsiar y en los que ‘se puede vidad que, por ejemplo, además de en las lesiones orgánicas,
demostrar –dice– el lugar que contiene las imágenes sonoras del como en la demencia de Pick, se reconocen también en la
lenguaje’, y llevado por sus observaciones y las de Broca res- esquizofrenia, como la disminución del impulso de hablar. Un
pecto al lenguaje motor cree poder afirmar que ‘el análisis de la caso típico lo constituye el llamado agramatismo de los enfer-
afasia nos sirve de paradigma para el de todos los trastornos psí- mos catatónicos. Cuando de halla lesionado el cerebro frontal,
quicos de contenido concreto’, y aunque puso límites a su ten- se pierde la capacidad configurativa del pensamiento y las rela-
dencia localizacionista, sin embargo planteó el tema que des- ciones ideativas se cortan o se establecen de modo incompleto,
arrolló su discípulo Kleist (Fig. 5). lo que da lugar a descarrilamiento y embrollos, un trastorno del
Kleist parte de la idea de que las esferas y zonas que se pue- pensamiento que Kleist ha llamado alógico y que contrapone al
den delimitar en la corteza cerebral se agrupan en torno a la pro- pensamiento paralógico de las lesiones occipitales y parietales.
yección de los diversos sistemas sensoriales. Partiendo del órga- En el sistema enterocéptico, Kleist divide su actividad en
no correspondiente, la vía sensorial alcanza la corteza cerebral, tres grupos: el grupo de la persona, instintos, impulsos y ten-
y desde ahí vuelve la corriente nerviosa a la musculatura. A la dencias; el grupo de soma interno y los sentimientos, y el grupo
parte motora y sensitiva representada en la corteza se le agrega de las acciones enteroceptivas sobre los procesos exteroceptivos
siempre una zona psíquica. La importancia de la patología cere- y propioceptivos.
bral para psicopatología se ve claramente cuando se estudian las En el aspecto relacionado con la psicopatología de la perso-
alteraciones patológicas del cerebro, pues se comprueba que en na, Kleist realiza un profundo análisis de los distintos aspectos
cada sistema existen tres tipos de disturbios, más o menos deli- de la actividad del yo: yo-social, yo-cósmico y yo-religioso, que
mitados: los síntomas neuropatológicos, lo que él llamó sínto- tienen representaciones diencefálicas y corticales situadas en el
mas patologicocerebrales, y los psicopatológicos. Los sistemas lóbulo orbitario. Los heridos de guerra han mostrado que cuando
mismos se organizan según los tres grupos que Kleist, siguien- en ellos se producen lesiones del lóbulo orbitario hay un déficit
do a Scherrington, estableció: sistema exteroceptivo, es decir, el de los sentimientos de comunidad, tendencia a la mentira, el
responsable de las sensaciones (vista, tacto, audición, visión, engaño y robo, y si se afecta el yo-mismo, se observa entonces
gusto y olfato), sistema propioceptivo, en relación con las tendencia al chiste, conductas infantiles e inestabilidad de la
impresiones motoras y vestibulares, y sistema enteroceptivo, de voluntad. Estas observaciones sirven para aclarar aspectos de las
las sensaciones procedentes de las vísceras, glándulas y vasos. conductas de caracterópatas y esquizofrénicos paranoides.
Una topística, pensamos, que se adelanta a la de los ‘tres cere- Aunque de forma muy resumida, se observa claramente que
bros’ de MacLean. Kleist ha sido indudablemente el autor que ha intentado una doc-
Partiendo de esta organización, Kleist estudia y’sitúa’ la trina más elaborada de las bases neurológicas en el estudio de los
sintomatología observada. Por lo que respecta al sistema exte- trastornos mentales, y de algún modo deberíamos hablar de
roceptivo, en el sistema táctil el sector psicopatológico se halla ‘neogallismo’, pensamos que debería reelaborarse en el momen-

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D. BARCIA-SALORIO

to actual a partir de las observaciones con


el método lesional y los estudios con ima-
ginería funcional. En el apartado que lla-
mamos anatomía funcional analizamos con
detenimiento algunos de estos hechos.
Sin embargo, un análisis de los mode-
los fundamentales desarrollados en psi-
quiatría, tanto clínicos como psicopatológi-
cos –Kraepelin, Jaspers, Freud, Kretsch-
mer, etc.–, muestran que sus planteamiento
teóricos se hicieron a espaldas de toda con-
sideración de la actividad cerebral. La ra-
zón hay que verla, por un lado, en la esca-
sez de conocimientos que sobre la anato-
mía y fisiología existía en la época en que
estos autores elaboraron sus teorías, que
difícilmente podían recurrir a ellas para
explicar la compleja realidad de la patolo-
gía mental; pero, por otro lado, se debió
fundamentalmente a que recurrieron a
otros planteamientos, la mayoría proceden- Figura 4. D. Ferrier, creador de la neuropsicolo- Figura 5. K. Kleist, que intentó una auténtica lo-
tes del pensamiento fisiopatológico alemán. gía científica experimental. calización de las funciones psíquicas superiores.
Su trabajo debe considerarse un ‘neogallismo’.
Las ‘tesis localizacionistas’ que en prin-
cipio intentaron ‘localizar’ las funciones
mentales en el cerebro, lo que como hemos visto ocurrió con Gall La doctrina de Flourens, que años mas tarde reprodujo S.
y Kleist, tuvieron poca repercusión en psiquiatría por su carácter Lashley (1929) 31, fue aceptada por muchos autores (Goltz, Hert-
‘espacializante’ y, además, por la dificultad de investigar, por wig, Munk) y sirvió para planteamientos alejados de los de Gall,
ejemplo de modo experimental, la ‘localización’ de funciones psí- como los de Johanes Müller y algunos autores ingleses.
quicas, por lo que funcionaron casi exclusivamente en neurología. Pero, a pesar de lo anterior, las tesis localizacionistas de Gall
El resultado fue que en la investigación de las bases neurológicas desplazaron a todas las demás y tuvieron repercusión en algu-
de la conducta éstas tuvieron un espléndido desarrollo en neurolo- nos planteamientos psiquiátricos, aunque esencialmente en el
gía, pero aquí se analizan funciones (movimiento y sensación estudio del lenguaje, que llevó a que, con la aportación de Bro-
básicamente) de escaso valor en psiquiatría. Solamente tuvo cierto ca, se estableciera definitivamente la tesis localizacionista, es
interés en psicopatología el estudio de lo que se llamó ‘actividad decir, la idea de que la mente se divide en múltiples funciones
simbólica’, es decir, el estudio de las afasias, apraxias y agnosias. que se localizan en distintas partes del cerebro.
En definitiva, creemos que hay intentar recuperar a Gall. En 1861, la Sociedad Antropológica de París dedicó ocho
Hay que tratar científicamente los planteamientos de Gall, éstos sesiones a discutir una comunicación de Gratiolet 32, que defen-
sí auténticamente de interés psiquiátrico, ya que hablan de día los planteamientos de Flourens. En estas sesiones intervino
memoria e inteligencia, pero también de deseos, instintos, acti- Broca, que se opuso a lo anterior y ‘localizó’ el lenguaje al pie
vidad voluntaria, inclinaciones, etc., pero esto es una tarea que de la tercera circunvolución frontal, doctrina que significa la
sólo se ha hecho parcialmente. conclusión de un modelo 33.
Así, en 1823, Foville y Pinel Granchamp, por medio de ob-
servaciones clínicas, establecieron la necesidad de admitir la
LA OBRA DE H. JACKSON existencia en el cerebro de órganos funcionalmente distintos.
Y DESARROLLOS POSTERIORES Hasta entonces, aparte de las especulaciones de los frenólogos,
La localización del lenguaje. sólo se conocía con precisión el entrecruzamiento de las pirámi-
Dominio de las tesis localizacionistas: Broca y Wernicke des, descubrimiento de Mistichelli (1709) que posteriormente
Con anterioridad a los planteamientos de Fritsch y Hitzig, Flou- comprobó Poufouer de Petit; pero, en 1825, Boileaud localizó
rens (1794-1867) 30 mantenía la tesis de que el cerebro funcio- en el lóbulo frontal el ‘centro de la palabra’, que fijó definitiva-
naba como un todo, una idea que desarrolló a partir de estudios mente Broca, como decíamos antes, en 1861. Sin embargo, no
experimentales reproduciendo experiencias de otros autores todos aceptaron esta propuesta. Aparte de otros postulados,
(Redi, Haller, Fontana, etc.). Pensaba que solo había una fun- como los de Jackson, que citamos más adelante, había no pocas
ción, la facultad cognitiva o inteligencia, y un solo órgano, los dudas sobre la teoría de Broca; por ejemplo, en 1868 Vulpian
hemisferios cerebrales. consideraba como no demostrada la teoría de las localizaciones.
Respecto a la relación entre el cerebro y la inteligencia, con- No obstante, poco a poco se fue imponiendo el planteamiento
cluyó que en la escala de los mamíferos hay un claro paralelismo de Broca, que pareció definitivamente confirmado con la inves-
entre el desarrollo de la inteligencia y el tamaño del cerebro, mien- tigación de Wernicke.
tras que la ‘pérdida’ de inteligencia es proporcional a la ‘cantidad’ Broca llamó al trastorno del lenguaje afemia, término que
de corteza cerebral que se extirpa, aunque en el hombre no se die- cambió Trousseau en 1864 por el de afasia, que se hizo popular.
ra esta perfecta proporcionalidad. Así, en 1863, escribió: ‘el tama- Además, este último insistió en la localización izquierda, un
ño del cerebro no produce el «tamaño» de la inteligencia’. hecho que señaló M. Dax en 1828.

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MODELO NEUROPSICOLÓGICO

La tesis localiza- Kraepelin con su discípulo Lange un tratado de psiquiatría en el


cionista se impuso, y pa- que ordenaba los síndromes en función del grado de lesión, que
recía además confirma- determinaba su presentación, y los ponía en relación con los gra-
da con los trabajos ex- dos de relación filogenético y ontogenético. Según estos plan-
perimentales de Fritsch teamientos, los síndromes corresponderían a ciertas liberaciones
y Hitzig (1870), divul- de los aparatos originarios. Cuanto más hondo calen las lesiones
gados por Ferrier, co- más se destruirán o eliminarán los dispositivos superiores y más
mo hemos comentado, primitivos serán los aparatos preformados filogenéticamente
y como acabamos de que se manifiestan según su propia ley 36.
referir, por la aporta- Pero el autor más fiel a Jackson en psiquiatría quizás fue H.
ción de Wernicke, que Ey (1960) 37, cuya tesis organodinámica es, posiblemente, el
en 1874 describió la planteamiento teórico más completo de la psiquiatría. Reciente-
afasia sensorial, que, mente, Carpenter 38 y N. Andreasen 39 han reformulado esta tesis
junto con la afasia mo- para explicar la formación de los síntomas esquizofrénicos.
tora de Broca, sirvió de Jackson 40 señala que el sistema nervioso actúa como un todo,
base para el desarrollo pero frente a los puntos de vista de Flourens, llama la atención
de los ‘esquemas del sobre el hecho de que las distintas partes del cerebro están ar-
lenguaje’ y marcó el ticuladas y diferenciadas, es decir, que no se trata de una masa
inicio de la confección indiferenciada.
posterior de los ‘mapas El sistema nervioso está organizado en tres niveles. El infe-
Figura 6. J.H. Jackson, cuyo modelo sobre cerebrales’. rior, que corresponde a las estructuras medulares y bulbares; el
la organización del sistema nervioso es de- Sin embargo, una medio, propio del tronco cerebral y los núcleos basales, y el
cisivo para entender los desarrollos actua-
les de la neuropsicología. serie de hechos empe- superior o cortical. Cada nivel es ontogenéticamente más madu-
zaron a poner en duda ro y asume e integra las funciones del nivel anterior, que no des-
lo cierto de las tesis aparecen pero están subordinadas.
localizacionistas 34. Las primeras críticas vinieron de la obser- Hay, pues, una evolución en el sentido de que se produce un
vación clínica, que puso de manifiesto la existencia de casos desarrollo ascendente a lo largo de la vida individual. Se pasa
‘negativos’, es decir, pacientes que tenían trastornos neuropsi- de lo más antiguo, sencillo, más compactamente organizado,
cológicos, pero con lesiones cerebrales en un lugar distinto del automático y emocional, que corresponde a los niveles inferio-
esperado y, del mismo modo, enfermos con lesiones en determi- res, a lo moderno, complejo y más laxamente organizado, vo-
nadas partes del cerebro sin el correspondiente cuadro clínico. luntario e intelectual.
Algunos autores, como por ejemplo Déjérine (1914), aun man- En caso de una lesión, se produce una ‘disolución’ –término
teniendo puntos de vista localizacionistas, redujeron considera- que Jackson tomó de Spencer– de la función. Dado que los nive-
blemente los esquemas sobres las afasias, ya que muchos de los les superiores son más sensibles y vulnerables, quedan afectados
trastornos descritos teóricamente no tenían en la clínica una antes y su alteración da lugar a los ‘síntomas negativos’ (destro-
correspondencia real. ying lesions) de un determinado nivel. Se produce entonces la
Ello llevó a la idea de que, al menos, las localizaciones no liberación de las estructuras inferiores, cuyas funciones no ha-
eran tan precisas, y que cada función debía tener una amplia bían desaparecido, sino que estaban controladas por las superio-
representación cerebral, por ejemplo, las ‘zonas del lenguaje’ res, que dan lugar a los ‘síntomas positivos’. Las lesiones irrita-
propuestas por Pierre Marie y Freud. tivas no producen meramente una irritación local, sino que son
Todo ello llevó a la necesidad de encontrar otros modelos un estímulo o descarga (discharging lesions), que significa la
neuropsicológicos y se empezó a aceptar el de H. Jackson, que en expresión de una estimulación local seguida de la respuesta de
las sesiones de París, que hemos citado, resultó ‘vencido’ por todo el sistema. La concepción de Penfield (1954) 41 de la epi-
Broca, pero cuyas ideas fueron posteriormente las que se utiliza- lepsia es una reproducción exacta del los planteamientos de
ron más frecuentemente y las que se han mostrado más fecundas. Jackson, lo que significó el inicio de la epileptología moderna.
Si bien las tesis localizacionistas dieron lugar a importantes
Teorías estructurales. Sistema integrador. Crítica de conocimientos respecto a las funciones cognitivas de localiza-
la noción de centro nerviosos (Jackson, Hess, MacLean) ción cortical, singularmente, lo relativo a las funciones simbóli-
Varios autores mantuvieron la tesis de que el sistema nervioso cas –afasias, apraxias y agnosias–, la idea de los niveles de fun-
tiene una organización estratiforme, en el sentido de que se ción de Jakson llevó a investigar la ‘localización’ de las funcio-
organiza en una serie de niveles según el principio de subordi- nes afectivas e instintivas en los niveles inferiores.
nación, de manera que el nivel más elevado tiene y asume la W.B. Cannon (1871-1945) 42 fue el primero en demostrar, por
función del nivel inferior, de modo que estas funciones se hacen medio de experiencias de descorticación, que la ‘emoción’ se
más complejas y menos automáticas. localiza en el tálamo, localización que su discípulo Bard extendió
La formulación más importante fue la que propuso en 1911 al hipotálamo, al producir respuestas de agresividad (sham rage)
J.H. Jackson (Fig. 6), cuyos planteamientos tuvieron una in- en animales con preparación talámica e hipotalámica 43.
fluencia decisiva sobre la neurología, como hemos de ver más La conclusión de estos autores fue que las estructuras sub-
adelante, y sobre la elaboración por Penfield (1954) de la mo- corticales son las responsables de las conductas emocionales,
derna epileptología. En psiquiatría fue inspiradora de Bleuler y que están controladas e inhibidas por la corteza, control que se
del psicoanálisis de Freud 35, y de los últimos planteamientos de ejerce no de un modo total, sino especializado, y así, por ejem-
Kraepelin, un hecho quizás poco conocido. En 1927, escribió plo, Kennard puso de manifiesto que la sham rage se produce

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D. BARCIA-SALORIO

sólo por ablación de las áreas orbitarias. Kluber y Bucy, por no come los objetos situados entre los dientes, sino los que
ablación bilateral de zonas de la corteza temporal, consiguieron están situados delante de él. Así, en este caso, la percepción
producir un síndrome, que habitualmente lleva su nombre, que óptica está al servicio de la impulsión vegetativa. En las expe-
se caracteriza por conductas orales y sexuales, el cual se ve con riencias de ataque, no solamente se modifica la ‘postura’ debido
cierta frecuencia en pacientes con demencia senil de tipo Alz- a la tensión de la musculatura estriada, sino que también, por
heimer (Sourander y Sjoegren, 1954 44,45). ejemplo, se produce un aumento de la tensión arterial. De este
Cuando se desarrolló la técnica ‘estereotáxica’ de Le Gros modo, ambos sistemas, el de la vida de relación y el vegetativo,
Clark, aumentó considerablemente el conocimiento de la parti- forman una unidad y están subordinadas uno al otro en función
cipación de las estructuras subcorticales en la vida emocional. de las necesidades del organismo.
Con esta técnica, no es necesario la ablación de amplias zonas Un paso adelante se dio cuando MacLean (1948-1964) ela-
corticales, sino que puede estudiarse la conducta por medio de boró la noción de sistema límbico, que significa el más alto sis-
pequeñas lesiones o estimulaciones con el cerebro prácticamen- tema integrador de la experiencia 49. En 1949, MacLean utilizó
te intacto. Esta técnica se enriqueció considerablemente cuando el término ‘cerebro visceral’ en vez del de ‘rinencéfalo’, que era
Rodríguez Delgado 46 consiguió producir estimulaciones a dis- el que usaban habitualmente los anatómicos. Pero en 1950 lo
tancia e investigar al animal ‘libre’ en condiciones ampliamente sustituyó por el de sistema límbico, siguiendo la descripción de
similares a las naturales. Broca, ‘esperando –dice–, que el término límbico, neutral y
Estos estudios experimentales se completaron con observa- descriptivo, no producirá, especialmente en mis colegas, senti-
ciones clínicas, por ejemplo, el estudio de la sintomatología psí- mientos desagradables viscerales’, aludiendo a algunas críticas
quica en tumores cerebrales (Walter Bühl, 1951; Hecaen y Aju- por haber utilizado el término de ‘cerebro visceral’. Lo cierto es
riaguerra, 1950), y por observaciones de los neurocirujanos que este término no es el más indicado, ya que lo decisivo es
(Bayley, 1950; Foerster, 1934, etc.), y con la cirugía esterotáxi- que este sistema integra la vida vegetativa con la vida de rela-
ca en seres humanos (Richter, 1960) 47. ción, lo que le da una significación especial en la conducta. Pos-
Todos estos estudios experimentales y clínicos confirmaron teriormente, lo normal fue utilizar el término ‘sistema límbico’.
la hipótesis estratiforme de Jackson; las funciones antiguas, El sistema límbico comprende el sistema olfatorio, algunas
emocionales e instintivas, se situaron en relación con las estruc- porciones talámicas e hipotálamicas, parte del lóbulo orbitario y
turas nerviosas más antiguas, y en las corticales, las superiores el lóbulo temporal. En este sistema están representadas todas las
o intelectuales. estructuras citoarquitectónicas en proporción diferente en las
A pesar de la concepción de Jackson de que existía un siste- distintas especies, dependiendo del grado de evolución. En el
ma integrador, que él situó en la corteza y que Penfield corrigió ser humano hay una regresión real de ciertas regiones: la ante-
señalando que el sistema integrador del ‘más alto nivel’ (high rior y media del limbo del hipocampo, mientras que otras sólo
level) correspondía al centroencéfalo, un problema básico resi- sufren una regresión relativa del arquicerebro en relación con el
día en poder explicar la unidad funcional que abarcara la totali- neocórtex: las regiones del bulbo olfatorio anterior (bulbo olfa-
dad del sistema nervioso, tradicionalmente dividido en sistema torio, circunvoluciones olfatorias, cuerpo paramedial). El resto
nervioso de relación y sistema nervioso vegetativo. de las estructuras no sólo no sufren regresión, sino que se des-
Un avance considerable lo dio W.S. Hess (1948) 48 con la des- arrollan de modo idéntico al neopalio.
cripción de los sistemas ergotropo y trofotropo y la crítica que MacLean mantiene una concepción estratiforme y habla de
realizó de la noción de ‘centros nerviosos’. Hess investigó cuida- la existencia de tres formaciones estructurales, que representan
dosamente la conducta de los animales después de estimular dife- distintas fases o niveles del desarrollo del cerebro: 1. cerebro
rentes zonas del sistema nervioso y, aparte de analizar funciones reptiliano, el más antiguo, que comprende la parte central del
aisladas, estudió la respuesta global de todo el organismo, de tronco (sustancia reticular, rinencéfalo y ganglios de la base); 2.
modo que pudo establecer las bases neurofisiológicas de algunas cerebro paleomamífero, constituido por el paleocórtex –el siste-
funciones ‘superiores’. Como ejemplo, referiremos su análisis de ma límbico–, cuyo tamaño varía también a medida que se dife-
los movimientos voluntarios. Hess puntualizó que el resultado fi- rencia la especie, y 3. cerebro neomamífero, el neocórtex, que
nal de toda actividad motora es una composición simultánea y alcanza en el ser humano el desarrollo máximo.
sucesiva de fuerzas coordinadas. Es artificial preguntarse por qué Hasta el informe de Papez (1937) se consideró al sistema
el ‘centro’ nervioso es el responsable de tal o cual movimiento, ya límbico como ligado a la función olfatoria. A partir de entonces
que la motilidad es una función global y tiende a un fin determi- se vio que tenía importantes funciones emocionales, psicoso-
nado que se relaciona con las necesidades o deseos del individuo. máticas y endocrinas, y fue MacLean (1948-1950) quien puso
La motilidad sólo tiene sentido dentro de un esquema de esa de manifiesto que este sistema es autónomo y está ligado espe-
totalidad, y el ejemplo de la actividad motora ilustra bien la crí- cialmente a la emoción.
tica de Hess de la noción de ‘centro’. No hay ‘centros’, sino una El fascículo mediano del diencéfalo que realiza el anillo
‘organización’ cerebral como base de una determinada activi- límbico da dos ramas: una inferior en conexión con la amígdala,
dad. Cuanto más complicada sea esa actividad, mayor será la que parece estar relacionada con los afectos y las conductas de
complejidad y el número de estructuras que intervienen en el autoconservación –el citado síndrome de Klüver-Bucy–, y otra
proceso. La estimulación de determinadas zonas de la región superior conectada con el septum y relacionada con las conduc-
mesoencefálica es el ‘desencadenante’ de una reacción coordi- tas sociales, la procreación y la conservación de la especie.
nada de movimientos que, claramente, tienen una finalidad, en Una tercera vía une el hipotálamo con los núcleos talámicos
las direcciones ergotropa o frofotropa. Pero lo que hay que des- anteriores y la circunvalación del cuerpo calloso. Esta vía, que
tacar es que, en ambos casos, actúa tanto el sistema de relación se une también al núcleo dorsomedial del tálamo, tiene proyec-
como el sistema vegetativo. ciones al lóbulo prefrontal y está ligada a la función de previ-
En el impulso bulímico, por ejemplo, el animal estimulado sión de la conducta.

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MODELO NEUROPSICOLÓGICO

Vemos, pues, que todo el sistema guarda relación con la que va desde el locus coeruleus al sistema limbico y la corteza,
vida instintivoafectiva y, aunque hay evidencia de que puede y el sistema serotoninérgico, que va desde los núcleos del rafe
funcionar con plena autonomía, es decir, con independencia del anteriores y mediales al sistema límbico y la corteza, y, posible-
resto del cerebro (Schizophisiologie de MacLean), sin embargo, mente, por mecanismos indirectos del sistema gabérgico.
es ante todo un sistema integrador de la totalidad de la experien- A partir de estas aferencias, el sistema septo-hipocampo po-
cia, por lo que es necesario que el sistema límbico se conecte ne en marcha mecanismos que producen la respuesta ansiosa:
con las estructuras responsables tanto de las experiencias inter- inhibición de la conducta, aumento de la alerta cortical, incre-
nas como con las de la experiencia externa, lo cual se ha docu- mento de la atención selectiva y mecanismo de selección de los
mentado extensamente: estímulos significativos e hipersensibilidad a los estímulos.
– Se ha visto que el sistema límbico tiene importantes conexio- También desde la formulación del modelo de MacLean han
nes con el sistema extrapiramidal, lo que explica la significa- aparecido otros, como el de Yacolev (1968) y el de J.W. Brown
ción emocional de este último: gesto, actitud de ataque, etc. (1977) 52, que han introducido conocimientos más recientes,
– La estimulación del hipotálamo produce reacciones viscera- sobre todo respecto al desarrollo y funcionamiento de la corte-
les, lo cual posiblemente ha sido lo que mejor se ha investi- za, por ejemplo, las aportaciones de O. Creutzfeld (1975) 53, que
gado (Dusser de Barenne, Cannon, Bard, Surgan, Ramson, mostró que la integración cerebral se realiza en paralelo más
Fernández Molina, Heusperger, etc.). Se sabe que la estimu- que en forma jerárquica, por lo que la noción de integración
lación del hipotálamo da lugar a tres respuestas característi- jerárquica de las zonas cerebrales debe revisarse.
cas: vago-insulínica, linfático-adrenérgica e hipofisario-cór- El modelo de Brown consta de cuatro niveles jerárquicos. Los
tico-suprarrenal y de otras glándulas de secreción interna. tres primeros (reptiliano, paleomamífero y neomamífero) se co-
– Todo lo que se ha señalado en los dos puntos anteriores se rresponden ampliamente con la concepción de MacLean. Estos
refiere a las conexiones del sistema límbico con las estructu- niveles serían filogenéticos, a los que habría que añadir el nivel
ras responsables de las experiencias internas, por lo que se humano ontogenético: nivel simbólico o asimétrico neocortical.
precisa también, para que sea un sistema integrador de la Este cuarto nivel presenta nuevas zonas de diferenciación de
experiencia total, que se conecte con las estructuras respon- la corteza cerebral: frontal y temporoparietal. Este autor piensa
sables de las experiencias externas, lo cual está asegurado a que la asimetrización debe entenderse como una prolongación
través de lóbulo temporal, que pertenece al sistema limbico de la encefalización en el proceso ontogenético, y que significa
y cuya corteza tiene importantes conexiones con los siste- una solución al problema de limitación del tamaño del creci-
mas acústico, olfatorio y visual. Las conexiones con los sis- miento del cerebro. La forma de función cognitiva que caracte-
temas acústico y olfatorio se conocen de antiguo. Estudios riza este nivel debe calificarse de simbólica.
posteriores (McLean, 1966) han puesto de manifiesto que el
córtex del parahipocampo posterior recibe información vi- Crítica del concepto de función y localización (Luria).
sual del complejo geniculopulvinar. De este modo, el siste- La noción de complejidad creciente o emergentismo
ma límbico aparece como el sistema integrador fundamental Las tesis anteriores, aunque han ofrecido enormes posibilidades
de la experiencia humana. para explicar el funcionamiento cerebral, adolecen del defecto
de un cierto ‘localizacionismo’ de la función. Un paso más en la
Livinston (1980) 50 ha mostrado que, atendiendo a las principa- comprensión del funcionamiento del sistema nervioso se dio
les conexiones del sistema límbico, este sistema puede concep- cuando empezó a relacionarse la diferenciación cerebral con un
tualizarse como formado por dos circuitos mayores, uno orien- nuevo concepto de función. Varios autores desarrollaron con-
tado particularmente hacia la pared mesial del hemisferio, tal cepciones de este tipo, que en lo esencial coinciden (J. Camp-
como lo describió Papez, y otro hacia la convexidad lateral del bell, 1954; L.S. Vogotsky, 1958; H. Hecaen, 1969; A.R. Luria,
hemisferio y las estructuras límbicas basolaterales que descri- 1973). Dado el carácter restringido de esta exposición, comen-
bió Yakolev. taremos exclusivamente la concepción de Luria, porque segura-
El circuito límbico mesial incluye el hipotálamo, los nú- mente es la más popular y, en nuestra opinión, la que plantea
cleos anteriores del tálamo, el girus cinguli, el hipocampo y sus mejor la noción de función 54.
conexiones, las cuales están densamente articuladas con el sis- Luria (Fig. 7) señala que los investigadores que han querido
tema reticular del tronco cerebral a través de la vía fórnix-septo- examinar el problema de las localizaciones cerebrales (mediante
hipotalamo-tegmental. estímulos o extinción) han entendido ‘función’ como ‘función de
En contraste, el circuito límbico basolateral incluye la corte- un tejido particular’; como la bilis es función del hígado o la
za orbitofrontoinsular y la temporal anterior, y sus conexiones ‘percepción de la luz’ es función de la retina. Pero esta noción de
con la amígdala y el tálamo dorsomesial, que recibe aferencias función no cubre todas las acepciones posibles. Así, hablamos
desde la corteza sensorial neocortical con las áreas de asocia- de la digestión o de la respiración, en donde intervienen varios
ción de la mitad posterior de los hemisferios cerebrales. tejidos. Es decir, se trata de un sistema, por lo que debe hablarse
Con base en estas ideas, se han elaborado numerosas hipó- de ‘sistema funcional completo’, que se caracteriza por ser com-
tesis para explicar diferentes experiencias psíquicas normales y plejo en su estructura, con mayor movilidad en sus partes com-
patológicas. Una de las más interesantes es el modelo que des- ponentes, no respecto a la tarea original y resultado final, sino al
cribió J. Gray (1982), relativo al mecanismo neurofisiológico de modo de realizar la tarea, la cual debe definirse como ‘la presen-
la ansiedad normal 51. Este autor señala que el sistema límbico cia de una tarea constante (invariable) ejecutada por mecanismos
es el responsable de la respuesta ansiosa, pero que son el septo variables (variante) que lleva al proceso a un resultado constan-
y el hipocampo las estructuras fundamentales que deben verse te’. Así, por ejemplo, se puede escribir con la mano izquierda,
como un sistema, el cual se activaría mediante diversos sistemas con el pie, etc., de modo que la función escribir se mantiene. Y
aferentes, el sistema noradrenérgico troncoencefálico dorsal, esto es válido para los procesos mentales. Todos los procesos

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D. BARCIA-SALORIO

mentales, escribe Luria, como la percepción y memorización, La organización de


gnosis y praxis, lenguaje y pensamiento, escritura, lectura y arit- la corteza en áreas
mética, no pueden considerarse como ‘facultades’ aisladas ni primarias (de pro-
tampoco indivisibles a las que se puede suponer ‘función’ direc- yección o recep-
ta de grupos limitados de células o estar ‘localizados’ en áreas toras), secundarias
particulares del cerebro. (gnosis) y terciarias
Y junto a la crítica de la noción de función, hay que añadir (supramodales), y
otra respecto a la de localización. Sólo pueden localizarse fun- el hecho de la late-
ciones elementales, pero no complejas, por lo que las funciones ralización cerebral,
mentales no pueden localizarse en zonas precisas del córtex, llevó a Luria a la
sino que dependen de sistemas organizados o zonas que traba- elaboración de tres
jan concertadamente, cada una de las cuales ejerce un papel leyes que regulan
dentro de un sistema funcional complejo, y que pueden estar las conductas de las
situadas en áreas completamente diferentes y muy distantes del zonas cerebrales del
cerebro. Este punto de vista que mantienen los neurofisiólogos segundo y el tercer
rusos (Luria, Anokhin, Bernstein, Vigostsky, etc.) es fácilmen- bloque:
te comparable con la noción de emergencia elaborada por pen- – Ley de la estruc-
sadores occidentales (Bunge, Popper, etc.) 55, y tiene indudables tura jerárquica
concomitancias con otras concepciones, como la de Roger de las zonas cor- Figura 7. A.R. Luria, cuyas ideas sobre el fun-
Sperry 56. Es decir, se señala que existe una organización de ticales. Las zo- cionamiento cerebral son fundamentales para
complejidad creciente que da lugar a funciones y propiedades nas primaria, se- la neuropsicología actual.
que no se encuentran en los sistemas más elementales que lo cundaria y ter-
componen. ciarias son responsables de la síntesis de la información ca-
En conclusión, visto históricamente el problema, observamos da vez más compleja.
el paso por cuatro tesis: 1. localización aislada de las funciones; – Ley de la especificidad decreciente de las zonas corticales
2. superposición o estratos; 3. integración, y 4. complejidad cre- jerárquicamente organizadas que la componen. Las zonas
ciente. Una vez establecidas estas nociones de función y locali- primarias son modales y específicas (visual, auditiva, etc.),
zación, pueden utilizarse diferentes modelos para comprender el las secundarias poseen menos especificidad. La informa-
funcionamiento del cerebro, como los de los autores antes cita- ción pierde su somatrofismo para organizarse funcional-
dos o la teoría bioprospectiva de E. Lazlo (1972) o de G. Globus mente. Las terciarias proveen de información supramodal.
(1973), o la holográfica de K. Pribram y M. Ramírez (1980), – Ley de la lateralización progresiva de las funciones. Esto
pero sólo comentaremos con cierta extensión la de Luria. representa una forma de localización. La asimetría se hace
Este autor señala que el cerebro está organizado en tres blo- de forma progresiva. La tendencia es que el hemisferio
ques funcionales: izquierdo se haga verbal y el derecho perceptivo no verbal,
– Primer bloque funcional. Regula el tono y la vigilia cortical lo cual es, sin embargo, sólo parcialmente cierto. Ambos
y está relacionado también con las regulaciones emotivas, hemisferios tienen funciones similares y cierta complemen-
vegetativas y de la memoria. Anatómicamente, comprende tariedad. La dominancia es, en muchos aspectos, relativa.
las estructuras troncoencefálicas, el sistema reticular ascen- Más que en el tipo de información, la diferencia está en el
dente y el sistema límbico. Las lesiones corticomesiales y modo de procesar la información. El hemisferio izquierdo
mediobasales nunca cursan con alteraciones de la gnosis o analiza sobre el tiempo, los detalles y descripciones lingüís-
la praxia, sino que dan lugar a un apagamiento del tono, ten- ticas; el derecho, sobre el espacio, la forma y las imágenes.
dencia a la acinesia y fatiga.
– Segundo bloque funcional. Su función consiste en obtener, Especialización del cerebro
procesar y almacenar la información que llega del mundo La última ley de Luria que hemos comentado se refiere a la
exterior e interior. Las estructuras nerviosas responsables se especialización del sistema nervioso, es decir, que los estudios
sitúan en la convexidad retrorolándica: analizadores visual sobre las funciones cerebrales fueron elaborando la noción de
(occipital), auditivo (temporal) y sensorial general (parie- que, aunque el cerebro funcione conjuntamente, las distintas
tal). La información que llega a través de los distintos anali- partes del cerebro se ocupan de unas tareas determinadas, no
zadores es tratada sucesivamente por sus áreas primarias sólo respecto a la función, sino al modo de procesarla, lo que
(receptoras), secundarias (gnósicas) y terciarias (supramo- llevó a la noción de especialización.
dales). Estas últimas desempeñan un papel primordial en el Desde el inicio de la tesis localizacionista se señaló una cla-
paso de la percepción concreta hacia el pensamiento abs- ra diferenciación derecha-izquierda. A partir de los plantea-
tracto, y convierten los estímulos sucesivos en grupos si- mientos de Broca y Wernicke, pero más concretamente desde
multáneamente procesados. Max Dax (1828), es decir, en el inicio de los modelos localiza-
– Tercer bloque funcional. Tiene como función programar, re- cionistas, se empezó a sospechar que había diferencias claras en
gular y verificar la actividad mental. Las zonas cerebrales que el funcionamiento de los dos hemisferios, y hoy sabemos que
realizan esta función son las que se hallan delante de la cisura hay diferencias entre derecha e izquierda, y quizá sea esto el
de Rolando: motora (primaria), premotora (secundaria), pre- principio más sólido de la neuropsicología.
frontal (terciaria). La terciaria representa una superestructura Pronto se asumió que en lo que se refiere al lenguaje, quizá
sobre el resto de las áreas de la corteza, de modo que realiza la función más tempranamente y mejor estudiada, que el hemis-
una función más general de regulación de la conducta. ferio izquierdo tenía que ver esencialmente con la percepción y

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MODELO NEUROPSICOLÓGICO

Tabla IV. Dicotomía funcional de la dominancia hemisférica derecha e propia ‘conciencia’, y que el hemisferio izquierdo trabaja en lo
izquierda. que tiene que ver con los temas verbales y el hemisferio derecho
con los no verbales (Bogen, 1993; Gazzaniga, 1987), lo que ha
Izquierda Derecha
permitido saber en qué aspecto se especializa cada hemisferio.
Verbal No verbal En la tabla IV se citan los hechos admitidos actualmente.
Junto a lo anterior, pronto se desarrolló otro principio útil
En serie En paralelo
para conocer la relación entre cerebro y conducta, el que se
Analítica Holística refiere a la distinción entre anterior y posterior.
La demarcación básica lo establece el surco de Rolando,
Controlada (vigilada) Creativa
que separa el lóbulo frontal del parietal, y la fisura de Silvio,
Lógica Pictórica que limita el lóbulo temporal y los lóbulos frontal y parietal. En
general, los lóbulos posteriores se refieren a la percepción, es
Proposicional Aposicional
decir, son cortezas para la percepción visual, auditiva y somato-
Racional Intuitiva sensorial. Sirven para la aprehensión de los datos sensoriales
procedentes del mundo exterior, tanto en el sentido de exterior
Social Física
al cuerpo y al cerebro, lo que habitualmente entendemos por
mundo o ‘mundo circundante’, desde la propuesta de von Uex-
kull (um Welt), pero también como lo exterior al cerebro pero
emisión del lenguaje y con el lenguaje gestual (Bellugi et al, interior del cuerpo.
1989; Damasio, 1986, etc.), mientras que el hemisferio derecho El cerebro anterior se relaciona con el sistema efector, es-
era responsable de la actividad no verbal, es decir, las conductas pecialmente con la ejecución de la conducta motora, la zona
visuales, las señales auditivas no verbales y la música. El inmediatamente anterior al surco de Rolando, área de Broca o
hemisferio derecho interviene también en los procesos relacio- área motora del lenguaje. La parte derecha, la correspondiente
nados con las sensaciones (feeling status), por ejemplo, percep- a la izquierda del área de Broca, tiene que ver con la prosodia
ciones corporales, afectivas (miedos, alegría, etc.), percepcio- (entonaciones emocionales y acentuaciones del lenguaje). Una
nes espaciales intrapersonales y extrapersonales. variedad de funciones ejecutivas, como juicios, decisiones y
Se pensó desde el principio que el hemisferio izquierdo era capacidad de organizar planes de acción, se asocian a los lóbu-
mayor o dominante y el derecho menor o no dominante, y así es los frontales.
como se han venido denominando habitualmente. Durante Todo lo anterior tiene que ver, fundamentalmente, con la
tiempo, se pensó que el derecho contribuía poco en las funcio- especialización de las funciones corticales, que se refiere espe-
nes cognitivas, pero hoy sabemos que cada hemisferio contribu- cialmente a las funciones cognitivas. Pero antes hemos señalado
ye de modo peculiar a funciones cognitivas, y por eso la noción que a partir de la doctrina de H. Jackson prosperó la idea de que
de dominancia cerebral ha dado paso a la de especialización. las funciones instintivas y emocionales tenían que ver básica-
Cada hemisferio es dominante para una tarea especializada de mente con las estructuras nerviosas subcorticales, y fue a partir
las funciones cognitivas; el hemisferio izquierdo lo es para el de los trabajos de Cannon y su escuela cuando empezó a tener
lenguaje, lo que se sabía ya desde los primeros estudios, pero consistencia experimental.
luego se fue aclarando que el hemisferio derecho es dominante De este modo, el funcionamiento del sistema nervioso debe
respecto a las tareas visuoespaciales. entenderse según tres principios fundamentales: el de la estrati-
Muchos de los datos definitivos se deben a los estudios en la ficación, atendiendo a la organización filogenética, el de com-
dirección de Roger Sperry (1968) 56 sobre el ‘cerebro dividido’ plejidad creciente, en relación con lo anterior, por el que el des-
(split-brain). Cuidadosas investigaciones de enfermos con cere- arrollo ontogenético y filogenético va dando lugar a que el cere-
bro dividido por cirugía del cuerpo calloso, por tanto sin infor- bro se vaya haciendo cargo de tareas y funciones cada vez mas
mación y con incomunicación de un hemisferio con el otro complicadas, y, finalmente, el de especialización, por el que
durante tiempo, mostraron que cada parte del cerebro tiene su cada zona cerebral asume unas determinadas tareas.

NOTAS
1. La literatura relativa a la medicina griega es, naturalmente, extensísi- cept of cerebral localization in the nineteenth century’ (Bull Hist Med
ma. Nosotros podemos recomendar el tomo segundo, ‘La antigüedad 1957; 31: 99-121); W-C. Gibson, ‘The early history of localization in
clásica’, de la Historia Universal de la Medicina, dirigida por P. Laín the nervous system’ (en P.J. Vinken, G. W. Bruyn, Eds. Handbook of
Entralgo (Barcelona: Salvat Eds. SA; 1972); también de P. Laín Entral- clinical neurology, Vol. 2. Amsterdam: North-Holland Pbls, Co; 1969);
go, Historia de la Medicina (Barcelona: Salvat Eds SA; 1977); P. Laín E. Clarke, K. Dewhurts, ‘An Illustrated History of Brain Function (San
Entralgo, ‘Ciencia helénica y ciencia moderna: La Phycis en el pen- Francisco: Norman Pbl; 1996); E. Clarke, C.D. O’Malley, ‘The human
samiento griego y en la cosmología postmedieval’ (Actas II Congr. Es. brain and spinal cord. A Historical study illustrated by writings from
Estudios clásicos. Madrid, 1961; 153-169); P. Laín Entralgo, ‘La Antiquity to the Twentieth Century’ (Berkeley & Los Ángeles: Univer-
relación médico-enfermo. Historia y teoría’ (Madrid, Revista de Occi- sity of California Press; 1968); J. Soury, ‘Le système nerveux central.
dente, 1964); G.E.R. Lloyd, ‘Magic, reason and experience. Studies in Structure et functions. Histoire critique des théories et des doctrines’
the origin and development of Greek Science’ (Cambridge: Cambridge (Paris; 1899); R. Révész, ‘Gesichte des Seelebegriffes und Seelenokali-
University Press; 1979); E.R. Dodds, ‘Los griegos y lo irracional’ sation’ (Stuttgart; 1927).
(Madrid: Alianza Universal; 1980); P. Piegaud, ‘La maladie de l’ame. 4. Cfr As. Guillaume Budé, París, Collection des Universités de France,
Étude sur la relation de l’âme et du corps dans la tradition médico- 1920. Posiblemente, una de las colecciones sobre las obras de Platón
philosophique antique’ (París: Les Belles Letres; 1981). mas importantes.
2. Teodoreto, De natura hominis Migne, P.L., 33, 931. 5. Cfr X. Bichat, Recherches Phsiologiques sur la Vie et la Mort (1800).
3. Para el estudio de la historia de las localizaciones de las funciones Paris: Alliance Culturelle du Livre, 1962.
psíquicas véase P.M. Barbado O.P., Estudios de Psicología experimen- 6. Sobre el significado de las pasiones en las obras de Pinel y Esquirol
tal (Madrid: C.S.I.C.; 1946); A.E. Walter, ‘The development of the con- véase Piegaud P, La maladie de l’ame op. cit. y D. Barcia, ‘Historia del

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D. BARCIA-SALORIO

Concepto y Desarrollo de la noción de Psicopatías (personalidad anti- University Press; 1990). De esta obra tomamos muchos datos sobre los
social)’ en V. Rubio Larrosa y A. Pérez Urdaniz, Eds., Trastornos de trabajos de Firtsch y Hitzig y de Ferrier (véase más adelante).
Personalidad. Madrid: Elsevier; 2003. 22. Cfr. D. Barcia, ‘Historia del Concepto y Desarrollo de la noción de Psi-
7. Sobre la obra de Galeno en relación con el tema que estudiamos, copatías (personalidad antisocial)’, op. cit.
véase: J. A. López Férez, Ed. ‘Galeno, obra pensamiento e influencia’ 23. Es menos conocido que aparte de localizar diferentes funciones en el
(Coloquio Internacional celebrado en Madrid el 22-25 de marzo, 1988. cerebro, Gall propuso también la localización de ‘enfermedades men-
Madrid: UNED, 1991); H.E. Sigerist, ‘Los grandes médicos. Historia tales’. Cfr. F. Gall, ‘Philosophisch-medicinische Untersuchungen über
biográfica de la Medicina’, Traducción española de F. Arasa y M. Natur und Kunst im gesunden und kranken des Menschen’ (1791).
Scholz (Barcelona; 1949); L. García Ballester, ‘La psyche en el soma- 24. Gall había llamado a su sistema ‘Organología’ y Schädellehre (doctri-
tismo médico de la Antigüedad: La actitud de Galeno’ (Episteme, na del cráneo) y más tarde simplemente ‘la fisiología del cerebro’.
1969; 3: 195-209); L. García Ballester, ‘Galeno’ (en P. Laín Entralgo, Generalmente, se cita que fue su colaborador Spurzheim, que había
ed. Historia Universal de la medicina, op. Cit.) comenzado a trabajar con él en 1805, quien sugirió el término
8. Cfr. Soury, Le systeme nerveux central, París, 1899. frenología, que hizo fortuna. Esto es correcto; sin embargo, el que creó
9. Un comentario sobre estos autores puede verse en D. Barcia, ‘Historia el término frenología fue B. Rush, cfr. B. Rusch, ‘An inquiry into the
de la psiquiatría española’ (Madrid: You & Us; 1995). influence of Physical causes upon Moral Faculty, 1786’ (New York:
10. R. Descartes, ‘Ouvres complètes’ (Paris: Adam-Tennery Ed; 1964-65). Brunner/Mazel Publs; 1972). Véase también P. Noel y E. Carlson,
Sobre el tema que estudiamos puede verse, G. Jefferson, ‘René ‘Origin of the Word ‘Phrenology’’ (Am J Psychiat 1970; 127: 649-697)
Descartes and the localisation of the Seúl’ Irish J Med Sci 1949; 285: y D. Barcia, ‘Historia del Concepto y Desarrollo de la noción de Psico-
691-706. patías (personalidad antisocial)’, op. cit.
11. Citado por Soury op. cit. 25. Cfr. Ch. Sherrington, ‘Sir David Ferrier, 1843-1928’ (Proc R Soc B
12. Cfr. A.E. Chainet, ‘Histoire de la Psychologie des Grecs’, Vol. I (Paris; 1928; viii-xvi, 203).
1887) y K. Schudhoff, ‘Kurzes Handbuch des Gesichte der Medizin’ 26. G. Fritsch, E. Hitzig, ‘On electrical excitability of the cerebrum’
(Berlin: Krager; 1922). (1870), traducción de G von Bonin, en ‘Some papers on the Cerebral
13. Este dualismo, la consideración de la existencia de dos sustancias inde- Cortex’, (Springfield: Thomas; 1960).
pendientes, el alma y el cuerpo, ha pesado sistemáticamente en la histo- 27. Quizá la obra de D. Ferrier más significativa sea ‘The Functions of the
ria de la cultura occidental y, por ende, en la de la medicina, y ha oblig- Brain (1876)’ (London: Smith Elder; 1886).
ado a plantearse cómo era posible la relación de estas dos sustancias 28. Cfr. D. Ferrier, ‘The Localisation of Cerebral Disease’ (London: Smith
que el empirismo enseña que se relacionan de algún modo, y también Elder; 1878).
en la historia de la patología psicosomática. Sobre esto puede verse D. 29. Para el tema que nos ocupa, los dos autores más importantes de lo que
Barcia, ‘El problema alma-cuerpo. Un punto de vista psiquiátrico’ he llamado escuela de Berlín son Wernicke y Kleist. Sobre Wernicke
(Communio 1987; 3: 271-87), en donde además de los puntos de vista véase su famoso manual ‘Grundriss der Psychiatrie in klinische Vor-
del autor se cita una amplia bibliografía, y D. Barcia, ‘Las raíces históri- lesungen’ (Leipzig: Thieme; 1906); Kleist, ‘Carl Wernicke’ (en K.
cas del pensamiento psicosomático’ (Psiquis 1998; 19: 171-81). Kolle, Ed. Grossen Nervenärtzte. Stuttgart: Thieme; 1959), y H. Beck-
14. Cfr. H. Boerhaave, ‘Praelectiones academicae de morbis nervorum’ man, E. Franzek, ‘La Nosologie de Wernicke-Kleist-Leonhard et son
(1761), en A. Lindeboom Gerrit, ‘Boerhaave and his time’ (Leiden: E. importante dans la Recherche et la Practique clinique’ (en P. Pichot, W.
J. Brill; 1970) y P. Laín Entralgo, Ed., ‘Historia Universal de la Medi- Rein, Eds. L’Approche clinique en Psychiatrie, Vol. III. Paris: Les
cina’, op. cit. Empécheurs de Penser en Rond; 1993). De la obra de Kleist interesa
15. Cfr. P.M. Barbado, ‘Estudios de Psicología experimental’, op. cit. especialmente ‘Gehirnpathologlie’ (Leipzig: Barth; 1934).
16. Véanse los textos citados en (1). 30. P. Flourens, ‘Recherches experimentales sur les propietés et les fonctios
17. Cfr. D. Barcia, ‘Historia de la psiquiatría española’, op. cit. du systéme nerveux dbas es nilaux vertébrés’ (Paris: Balliére; 1882).
18. Sobre la medicina en el Renacimiento y el Barroco véase P. Laín 31. Cfr. K.S. Lahsley, ‘The neuropsychlogy of Lahsley: Selected Papers of
Entralgo, Ed. ‘Historia Universal de la medicina’, op. cit. Respecto al K. S. Lahsley’ (en F. A. Beach, Ed. New York: McGraw-Hill; 1960).
tema de la tesis ventricular las citadas obras de P. M. Barbado, ‘Estu- 32. Cfr. L.P. Gratiolet, ‘Communication’ (Bulletin de la Société de Anthro-
dios de Psicología experimental’ y E. Clarke y K. Dewhurts, ‘An Illus- pologie 1861; 2: 66, 238, 421).
trated History of Brain Function’. Un estudio especialmente intere- 33. Sobre la historia de la afasia en este primer período puede verse H.
sante sobre Leonardo da Vinci y el tema de los ventrículos es el de Head, ‘Aphasia: An historical review’ (Brain 1920; 43: 390-411); W.
K.D. Klee, ‘Leonardo da Vinci research on the central nervous system’ Riese, ‘The early history of apasia’ (Bull Hist Med 1947; 21: 322-34);
(en L. Belloni, Ed. Per la storia della neurologia italiana, Studi e testi. Query & Bayle, ‘Les fondateurs de la doctrine française de l’aphasie’
Milano; 1963. (Ann Med Psychol (Paris) 1940; 1: 297-311, 141, 1: 209-24); P. Barba-
19. Sobre la obra de T. Willis existe una gran cantidad de estudios, entre do, ‘Localización de los centros del lenguaje’ (en Estudios de Psicología
los que destaca el de H. Isle, ‘Thomas Willis (1621-1675)’ (Stuttgart; experimental, op. cit.); P. Eling, ‘Reader in the History of Aplasia. From
1964). Para el tema que estudiamos, véase K.D. Klee, ‘Thomas Willis Franz Gall to Norman Geschwing’ (New York: J, Benjamins; 1995).
on the Brain. An Essay Review’ (Med Hist 1967; 11: 194-200) y Meyer 34. Sobre la revisión de la doctrina clásica de la afasia véase J. de Ajuria-
y R. Hierons, ‘On Thomas Willis’s concepts of Neurophysiology’ guerra y H. Hecaen, ‘Le cortex cerebral. Étude Neuro-Psycho-
(Med Hist 1965; 9: 1-145 y 142-55). Pathologique’ (Paris: Masson & Cue; 1960).
20. Se trata de la traducción de T. Leycok, Sydenham Society (London; 35. Cfr. E. Stengel, ‘Hughlings Jackson’s influence in Psychiatrie’ (Brit J
1851. Psychiat 1963; 109: 348-55).
21. Hemos podido consultar la edición italiana de Marsilio Editori, Venecia, 36. Cfr. E. Kraepelin, J. Lange, ‘Psychiatrie, 9 Aufl.’ (Leipzig; 1927).
1985, ‘L’organo del alma’, en donde además se incluye una amplia nota 37. Cfr. H. Ey, J. Ruart, ‘Essai, d’application des principes de Jackson a
bibligráfica de F. J. Gall. Bajo este título se recogen seis artículos de une conception dynamique de la neuro-psiquiatrie’ Paris: G. Doin,
diferentes trabajos de Gall. En nuestra opinión, el título está mal elegido Eds.; 1938); H. Ey, ‘Esquise d’une conception organo-dynamique de la
debido a que el mismo año, 1796, en que Gall comenzó la publicación de structure, de la nosographie et de l’etiopatogénie des maladies men-
su sistema, en una carta dirigida a Retze de lo que llamó ‘organología’, tales’ (en H.W Gruhle, R. Jung, W. Mayer-Gross, M. Müller, Eds. Psy-
S.T. Soemmerring (1755-1830), un destacado anatómico alemán con ese chiatrie der Gegenwart, Band ½. Berlin: Springer Verlag; 1963).
mismo título, Über das Organ der Seele, publicó una monografía en 38. W.T. Carpenter, D.W. Heinrichs, A.M.I. Wagman, ‘The deficit and non-
donde entre otras cuestiones intentaba localizar el Sensorium comunae, deficit forms of schizophrenia’ (Am J Psychiat 1988; 145: 578-83).
de hecho ‘el alma’ en el espacio interventricular, e idénticamente a 39. N. Andreasen, S. Olsen, ‘Negative and Positive schizophrenia: defini-
Descartes pensaba que el alma actuaba a través de la glándula pineal; por tion and validation’ (Arch Gen Psychiat 1982; 39: 789-94).
tanto, una idea absolutamente opuesta a los planteamientos de Gall, pero 40. La literatura sobre J.H. Jackson es inmensa. Véase J.J. Barcia Goyanes,
sobre todo porque puede prestarse a confusiones. ‘Historia de la neurología; las escuelas anglosajonas; Inglaterra; la
La literatura sobre Gall es abundantísima. Una referencia bibliográfica obra de Jackson’ (Rev Esp ONO y Neurocir 1946; 5: 259-71); M.
puede verse en John van Wyhe, un especialista en Gall que ha publica- Critxhley, ‘The contribution of Hughlings Jackson to Neurology’, The
do varios artículos sobre este autor, The History of Phrenlogy on the Black Hole and other essays (London; 1964); H.H. Jasper, ‘Evolution
Web. Es especialmente interesante su trabajo ‘The authority of human of conception of cerebral localization since Hughlings Jackson’ (World
nature: the Scädellere of Franz Joseph Gall’ (BJHS 2002; 35: 17-42). Neurol 160; 1: 97-109); P. Laín Entralgo, ‘La historia clínica’ (Madrid:
Un estudio magistral sobre la obra de F. Gall, pero en especial sobre su CSIC; 1950); J.M. López Piñero, ‘John Hughlings Jackson (1835-
significación en la historia del pensamiento neuropsicológico que nos 1911). Evolucionismo y Neurología’ (Madrid; 1973; F. Walshe, ‘Con-
interesa ahora, lo representa la monografía de R.M. Young, ‘Mind, tribution of John Hughlings Jackson to Neurology: An introduction to
Brain and Adaptación in the Nineteenth Century’ (Oxford: Oxford his teschnigs’ (Ach Neurol 1961; 5: 119-31).

680 REV NEUROL 2004; 39 (7): 668-681


MODELO NEUROPSICOLÓGICO

41. Cfr. W. Penfield, H. Jaspers, ‘Epilepsy and the Functionalnatomy of K. Livinston, ‘Limbic Connections: limbic System as a Substrate for
the Human Brain’ (Boston: Little, Braow & Co; 1954). Epileptic Disorders’ (en M. Girgis y L.G. Kiloh, Eds. Limbic Epilepsy
42. W.R. Cannon, ‘Bodily changes in pain, hunger, fear and rage; an and the Discontrol Syndrome. Amsterdam: Elsevier; 1980).
account of recent researches into the functions of emotional excite- 51. Cfr. J. A Gray, La Psicología del miedo (Madrid: Ediciones Guadarra-
ment’ (New York: D. Appelton; 1929). ma; 1971).
43. P. Bard, D. Rioch, ‘A study of four cats deprived of neocortex and addition- 52. Cfr. J.W. Braum, ‘Mind, Brain and Conciusness. The neuropsychology
al portion of the forebrain’ (Bull John Hopkins Hosp 1937; 60: 73-147). of cognition’ (New York: Academic Press; 1977).
44. Cfr. H. Klüver, P. Bucy, ‘Preliminary analysis of Functions in the Tem- 53. Cfr. O. Creutzfeld ‘Some problems of cortical organization in the light
poral Lobes in Monkeys’ (Arch Neurol Psychiatry 1939; 47: 979-88). of ideas of the classical ‘Hirnpathologie’ and of the modern neurophys-
45. Sobre el Síndrome Klüver-Bucy en la demencia senil tipo Alzheimer iology. An essay’ (en K.J. Zülch, O. Creutzfeld y G. Galbarth, Eds.
véase Sourander P y Sjoegrem H, ‘The concept of Alzheimer’s disease Cerebral localization. Berlin: Springer Verlag; 1975).
and clinical implication’ (en G.E. Woltemholme y M. O’Connor, Eds. 54. La obra de Luria es bien conocida y existen numerosas ediciones en
Alzheimer’s disease and related conditions London: Churchill; 1970) y castellano de su producción científica; puede verse A.R. Luria, ‘El
D. Barcia, ‘Demencias’ (Madrid: Jarpyo; 1988). cerebro y el psiquismo’ (Barcelona: Martínez Roca; 1969) A.R. Luria,
46. Cfr. J.M. Rodríguez Delgado, ‘New trends in Limbic Research’ (en M. ‘Cerebro y lenguaje’ (Barcelona: Ed. Fontanella; 1974). Puede verse
Girgis y L.G Kiloh, Eds. Limbic Epilpesy and the Discontrol Syn- nuestro comentario en D. Barcia, ‘El problema alma-cuerpo. Un punto
drome. Amsterdam: Elsevier; 1980). de vista psiquiátrico’ (Communio, op. cit.) Comentarios excelentes a
47. Un análisis de todas estas cuestiones puede verse en D. Barcia, ‘Tras- muchas de estas cuestiones con un análisis de muchas de las teorías
tornos mentales en las enfermedades neurológicas’ (Murcia: Publica- citadas puede verse en C. Lamote de Griñón, ‘Antropología Neuroevo-
ciones Fundación Universitaria San Antonio, en prensa). lutiva’ (Madrid: Faes Farma; 1993).
48. Cfr. W.R. Hess, ‘Die funktionelle Organisation des vegetativen nerven- 55. Cfr. M. Bunge, ‘The mind-body problem in an evolutionary perspec-
systems’ (Basilea: Krager; 1948) y W. R. Hess, ‘Das Zwichenhirn’ tive’ (en Body and Mind Ciba Fundation Symposium 69, Excerpta
(Basilea: Krager; 1949). Medica, 1979).
49. P. Maclean, ‘A triune concept of the Brain’ (Toronto: Toronto Universi- 56. Cfr. R.W. Sperry, ‘The great cerebral commisures’ (Sci Am, 1968; 210:
ty Press; 1973); P. MacLean, ‘Limbic mechanisms’ (en K. E. Liviston 42-52); R.W. Sperry, M.S. Gazzaniga y J. Bogen, ‘Interhemisferic rela-
& O. Hornykiewicz, Eds. Limbic System. New York: Plenun Press; tiosihps: the neocortical comisure; syndromes of hemispheric discon-
1978); P. Mac Lean, ‘The Limbic System of the Brain’ (en M. Girgis y nections’ (en Handbook of ClinicalNeurology. Amsterdam: North Hol-
LG Kiloh, Eds. Limbic Epilpesy and the Discontrol Syndrome. Ams- land; 1969); M.S. Gazzaniga, ‘The bisected brain’ (New York: Appel-
terdam: Elsevier; 1980). ton-Centrury-Crofst; 1970; M.S. Gazzaniga y J.E. Ledoux, ‘The inte-
50. K. Livinston, ‘Limbic mechanisms’ (New York: Plenum Press; 1978); grate mind’ (New York: Plenun Press; 1978).

INTRODUCCIÓN HISTÓRICA INTRODUÇÃO HISTÓRICA


AL MODELO NEUROPSICOLÓGICO AO MODELO NEUROPSICOLÓGICO
Resumen. Se realiza una somera exposición de los diferentes plan- Resumo. Realiza-se uma exposição sumária dos diferentes credos
teamientos y doctrinas que se han ido desarrollando a lo largo de e doutrinas que se foram desenvolvendo ao longo da história da
la historia de la medicina occidental con la intención de ofrecer medicina ocidental com a intenção de oferecer uma visão de con-
una visión de conjunto. El autor cree que los hechos más importan- junto. O autor acredita que os factos mais importantes sob o ponto
tes desde el punto de vista conceptual se centran en la noción de de vista conceptual centram-se na noção de localização cerebral
localización cerebral de las funciones psíquicas en la obra de F. das funções psíquicas na obra de F. Gall; a elaboração da moção
Gall; la elaboración de la noción de centros nerviosos debida a de centros nervosos devida a Fritsch e Hitzig que possibilitou o
Fritsch y Hitzig que posibilitó el espléndido trabajo de D. Ferrier, esplêndido trabalho de D. Ferrier, verdadeiro criador da neuropsi-
verdadero creador de la neuropsicología científica; el trabajo de cologia científica; o trabalho de Klest, que supões um novo neo-
Klest, que supone un nuevo neogallismo en el sentido de represen- gallismo no sentido de representar um verdadeiro esforço de loca-
tar un verdadero esfuerzo de localización de funciones psíquicas lização de funções psíquicas superiores; o trabalho fundamental de
superiores; el trabajo fundamental de J.H. Jackson, especialmente J.H. Jackson, especialmente em relação ao tema que estudamos,
en relación con el tema que estudiamos, sus ideas sobre los niveles suas ideias sobre os níveis de função e integração do sistema ner-
de función e integración del sistema nervioso, que permitió los des- voso, que permitiu os desenvolvimentos posteriores, entre outros o
arrollos posteriores, entre otros el de MacLean, cuyo concepto del de MacLean, cujo conceito do sistema límbico é central neste tema.
sistema límbico es central en este tema; la crítica de la noción de A crítica da noção de centro nervoso que realizou W.H. Hess e a de
centro nervioso que realizó W.H. Hess y la de función de A.R. Lu- função de A.R. Luria, necessária para poder entender os modelos
ria, necesaria para poder entender los modelos neuropsicológicos neuropsicológicos actuais e, finalmente, o desenvolvimento das ideias
actuales, y, finalmente, el desarrollo de las ideas sobre la especia- sobre a especialização do sistema nervoso. [REV NEUROL 2004;
lización del sistema nervioso. [REV NEUROL 2004; 39: 668-81] 39: 668-81]
Palabras clave. Centros nerviosos. Frenología. Función nerviosa. Palavras chave. Centros nervosos. Frenologia. Função nervosa.
Historia de la neuropsicología. Localización cerebral. História da neuropsicologia. Localização cerebral.

REV NEUROL 2004; 39 (7): 668-681 681

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