Paul de Man, Visión y Ceguera

You might also like

Download as pdf
Download as pdf
You are on page 1of 20
696609 0666666800800 PAUL DE MAN VISION Y CEGUERA ENSAYOS SOBRE LA RETORICA DE LA CRITICA CONTEMPORANEA Edicién y waducci6n Hugo Rodriguez Vecchini Jacques Lezra EDITORIAL DE LA UNIVERSIDAD. DE PUERTO RICO 9 Se ee ee a aera Vision y ceguera La crisis de la critica El interés que tiene la perspectiva del critico flamenco estriba no s6lo en haber convertido la frontera lingiistica en una ventaja. sino ey haber conseguido cambiar —si bien retroactivamente,a partir de si segundo libro, Allegories of Reading (1979)— el panorama de la critica contemporinea. Hoy podemos decit que Visidm x ceguera decide, a partir del ensayo inicial, “Critica y crisis”, la posibilidad de que haya critica, dando respuesta, con mayor penetracién, a pre- guntas fundamentales como éstas: ,En qué consiste la critica? ;Cual es Ia especificidad constitutiva de su objeto? ;Como ha de ser y hasta dénde puede llegar la critica, conforme a su objeto? El planteamient> que hace de Man muestra que la crisis dela critica contemporanea, de donde surge la vanguardia estructuralista francesa, se ha visto condenada a repetir la crisis de otros tiempos, como la de los tiempos también criticos del poeta Mallarmé y del filésofo Edmund Husser.. permanecido al margen de la crisis contemporénea apunta no s6lo hhacia el cardcter relative del fenémeno sino también hacia su improbabilidad como argumento referencial histérico. La sub- jetividad de la crisis, sin embargo, no deja de tener implicaciones ineludibles incluso para la critica que no haya hecho suya la crisis. Es esa inclusividadén la que de Man desempefia un papel decisivo, at hacer pertinente el lenguaje de la crisis en ambos continentes, mediante, precisamente, la desconstruccién de su retorica. El caso de Husserl, quien propone la “autodesmitificacién” como solucién a la La vision ciega XIN crisis resulta partcularment evelador. stan slo porejemplificala ironta de una solucin que termina por nega la avtodesiiicasi, alafirnar la condiigminherenteal puebleeuropeo paca la reflexién lsd, La eeguera de Husser! frente a su propia rc6rica crea tans entpicnimplieciones. Noa eefinos por l moment a eon dios puntos, En primer lugr. la desconstruccion permite descubricen reper ise ame rng tpt ocd wl madald Gel orc: roficabnese Goya In lt gor paren agetarcop aha epi terrcaahiaa faoranal nga arse, jor sia lila a raged de In digresion em el epigrafe: “el camino toreido suele conducr con mnayorrapider queet derecho" La dgesion histreasemejante la epoca inden if Abts meta lah, Sepa aioe one nueva funcin erica. En efecto, et eemplo de Hustert permite la desconstruceién dela retdriea de la ers que proponia resolver el fvévofo y en ln que, a su manera de ver, a encontcaban tanto la [oof ches tscacascarapems besten lat (Dial dina det emrata,a oS, oes Thera, bases resolver su rss, fundies en melodos derivados de esa clencas fierce parce, i bella sped Mle gu tate Hamer En calidad de “ciencia”, la critica pretende llegar a resultados verifi- cables. mediante, por ejemplo, elallanamiento de a especiiekad del lenguaje literario y la supresién del factor subjetivo, considerado como €l agente principal de la desesablizacion epitemclégia Procede entoncesa la trea primordial de desta la pretension ee i de ee ee considtreun mio romdatice. El mito const, segin lo reuoe el comentario en"laceencia fala de que enellenguaje otic sda ieee oe dae 6 Ge as ce, Telacion de equliosio armonico y libre que define la belleza™La> Ke icadora, sin embargo. no tarda en descubrie que le 7a habla ido realizada BOP WOU cate erfoleaple gfe (por cnto —_— Si ias. Aliada_ paradéjicamente al objeto det que pretende diferenciarse, la ciencia proyeeta un futuro cercano cuando todo quedara claro, cugndo todo seri ver y transparente. El esquema apocaliptico implicito no deja de XIV. Visidn y ceguera ser tranquilizador, ialmente fals a ann eco ScaeLe a? Ejempios embleméticos que descubre en la Hada le permiten caracterizar del a través daa cual ia obra pia existencia, su sep zencia, como signo, del significado, cuya existencia depende de la actividad signica constitutiva”. Optando a continuacién por una relectura del “romanticismo™, de Man pasa al escritor considerado como el més iluso entre los romanticos, el ereador de mitos, J.J Rousseau. En lugar de un nostélgico mitificador, ta relecura descubre all una conciencia autorreflexiva que habla dela nada de los suefios, y que trasciende la nocién de nostalgia o de deseo, al revelar que éstos constituyen un “patréa fundamental del ser que rechaza toda posibilidad de satisfaccién”. “La conciencia [del esctitor romantico]", eseribe de Man, “no resulta de la ausencia de algo {el deseo nate}, sino qu aioe a SRE dame ‘no se cansa de nombrar la literatura con renovado La relectura permite, entonces. proponer esta otra definicién dele literario: ‘ conclusién se hace. inevitable: aje literario termina traiciondndose, puesto que efecta, en retribucidn, la desmitificacién — dal intento, La critica desmitificadora termina, por consiguiente, haciendo lo contrarioa lo que se propone. En lugar de salir dela crisis, la revela ciegamente, cayendo en mistificaciones seudocientificas, que se separan dela fuente literaria de la cua la critica recibe Ia revelacién. A diferencia de esta “ciencia” que se automiifica ciegamente, la ficci6n, afirma de Man, nunea se ha constituido en mito, Mas acé del juego historia-fiecién, de su radical ambivalencia, la literatura nunca se ha hecho pasar ingenuamente por lo que no €3, puesto que se sabe y 3° rnombra ficcién desde un principio. La crisis dela critica comienzacon la brecha que se abre entre la actuacién critica y su intencion desmitificadora, es decir, con la separacion (krisis) de su origen revelador, el texto lterario, que la hace a una vez necesaria, en cuanto 4 Ia interpretacién que exige, e innecesaria en cuanto al propésito La vision ciega XV desmitificador. Pero la separacién (kriss) es tambign ciega; no resulta el autoexamen a fondo, de la reflexién sobre el origen y la razén de serdela critica. Queda confirmado asel patrénirénico de la ret6rica de Ia crisis: “es radicalmente ciega a la luz que emite™. La descons- truccién de la ceguera parece proponer, en cambio, una eritica que, dada la naturaleza de la fuente, encuentra cerrado el recurso a la retérica de la isis, a toda solucién que quiera esconder la inesta- bilidad ontolégica y epistemoldgica inherentes a la fuente. En esto radiea la crisis de una critica que, de conformidad con el abjeto, ha de ser siempre critica de criss = Alia dei" La edundanciaetinoipe del coneepto eve a preguatar si el examen de los fundamentos © principios, la autorreflexién, no seri lo que en un principio define a critica, Visién ¥ ceguera comienza, por consiguiente, por un final —el estado actual de Ia eritica— haciéndola retroceder hasta la reflexi6n sobre la intencién original, hasta preguntar, para recomenzar, si cs necesario que lacritica se dé. La pregunta es, en efecto, fundamental,e irénico el cuestionamiento, puesto que termina por levar la critica, conforme a su objeto, a su verdadero estado de crisis Lo que se interroga, pues, noes el aspecto referencial dela crisis, los acontecimientos historicos que podrian © no justificarla, sino algo paradéjicamente mas revelador: la retdrica reineidente de a erisis que ciega la vision critica Elensayo inicial anticipa y resume ast la orientacign general de Visicn y-ceguera hacia uneuestionamiento de la ceguera de laretdrica critica que eva simultineamente a la posiblidad de la critica y a la retoricidad del objeto que la hace necesaria Critica de la retérica de la ertica, Visién y ceguera resulta ser, en efecto, una metacritica mediante la cual se va descubriendo, a ta vez que ejecutando, la teoria dela critica y el texto literario. Es decir, una que, dad: i * la critica y el text se encuent A Biter a eis eercachegee cites promt en el texto” es exclusiva del texto literario: se encuentra tam! stitico, asi como el texto eritico se encuentra « Insistiendo sobre la proximidad y reciprocidad entre las partes, el Ehsayo VI, “La obra de Georges Poulet...", muestra cémo el texto critica puede resultar, en intpncién y ejecucibn, tan complejo como el e e XVI. Vision y ceguera texto literario, Esto pareceria sugerir que la metacritica tiende a borrar la distincién entre ambos textos para quedarse con uno sélo: 1 texto literario, La retoricidad constitutiva del texto literario, dice de Manenel Ensayo VII, “Retorica dela ceguera”, genera la ceguera del texto critico, que no es sino el correlato de dicha retoricidad, y el criterio, cabria afiadir, para afirmar la literariedad del texto critics: “La lectura critica de la lectura critica que hace Derrida de Rousseau muestra que la ceguera es el correlato necesario de la naturaleza retdrica del lenguaje literario, Podria decirse que Lukics, Blanchot, Poulet y Derrida son literarios en el pleno sentido del término, por su ceguera y no a pesar de ella”, Estas afirmaciones resultan contra- dictorias, o cuando menos paraddjicas. Si el correlato resulta ciego por los efectos de la retérica, la del texto literario y la suya propia, ;r0 seria precisamente esa ceguera la que lo diferenciaria del texto que es consciente de la ceguera que su retoricidad provoca? . define de | omando a Rousseau de cjemplo”, a que, al buscar el entendimiento, consiga abo propia modalidad retérica? La metacritica demaniana ée orienta en esta direccién, consciente, no obstante, de la imposibilidad de la tarea, La plenitud dei entendimiento es inalcanzable aun en el propio texto literario, puesto que, de existir dicha plenitud, la lectura (critica) resultaria innece- saria. El problema radica en que el entendimiento no puede ser consciente de su propia ceguera (Io que no sabe 0 lo que sabe en a modalidad del error), y,sobre todo, en que la “plenitud”, més 0 menos ciega, més 0 menos consciente, esti desfigurada por la figura, De esto da ejemplo el propio titulo det libro, en el que la reciprocidad inclusiva de la oposicién metaférica intencional, visién y ceguera, cexige interpretaciOn, a partir de la traduccién que desfigura en “visién’” la intraducible insight. Nos encontramos, pues, frente a ura tcoria que, por una parte, tiendea borrar la diferenciaentrelacriticay el objeto de l or otra, apunta hacia una cme necesaria: el .y,sobre todo, esté necesi La vision ciega XVI ‘Scmanei neces Queda implicito, sin embargo, lo que se hard explicito ensayo de su segundo libro, Reading ty lene ge Se concten ye 0 resultaria imposible, en todo caso, sep ade . tilizando como criteio el ej epistemol6gico que separa oo égica deta retériea. La critica no puede postularse como la gramitica ola logica del texto literario, segin ha pretendido hacer, entre otras escuelas, la semiologia estructuralista, simplemente porque la “naturaleza” del objeto subvierte esa gramética. Sobre el problema epistemolégico que plantea la incompatibilidad entre la ‘gramitica (0 la légica) y la ret6rica —el punto ciego o“aporia” que se genera entre ambos lenguajes— volvereinos més adelante, al acudir ruevamente a ese segundo ensayo inicial, “Semiologia y retrica” que sirve retrospectivamente a la interpretaci6n de la metaférica ocular det primer libro. La apertura del circulo hermenéutico Iuteresa ver inicialmente el problema epistemolégico desde et punto de vista de la relacién que establece de Man entre pistemologia y hermenéutica, y anticipar, asi el por qué la critica no puede optar por reducir el texto a una gramitica cognoscitiva. La relacidn puede verse ventajosamentea partir de una conclusién a la que, por carninos no siempre distintos, ha llegado, a su vez, Mijail Bajtin, El texto literario no es cognoscible, 0, mejor dicho, s6lo se puede conocer mediante la interpretacién o malinterpretacion —mediante la “respuesta”, diria la" ibn dialogica” bajtiniana'— que dicho tet atipe PeldMalese concise por trocamo, Ba lugar de seguir el principio y el vocabulario de la imaginacién dialégiea inssteen la ) que existe entre la Lectura y el texto literario. El texto literario y la interpretacién constituyen una temporalidad estructuralmente con- timua, inseparable, a la vez. que incoincidente. La paradoja radica en la naturaleza hermenéutica intencional del objeto textual. En efecto, es la intencionalidad hermenéutica lo que separa la |. M. Bajtin, The Dialogic Imaginardon, trad, y ed., M. Holquist yC. Emeson (Austin: U, of Texas Press, 1981) \res XVIII Vision y ceguera estructura cognoscitiva de la pareja texto-lectura del conocimiento de la forma natural; ésta se conace extrinsecamente; no es inmanente su conocimiento; aquélla, en cambio, implica el entendimiento desde adentro. Inmanente al objeto, la lectura no puede sino repetirio en el tiempo. La repeticién es, por tanto, inevitable, como lo es también su incoincidencia. La lectura no coincide con el texto, sino que abr> el cireulo de la repetici6n al horizonte de las diferencias. En el Ensayo Il, “Forma e intencién en la Nueva Critica no:te- americana”, de Man explora el concepto de “anticipacién” o sitesi ieee |, deserbir el feireuto hermenéutico™ que, segtn el filosofo aleman, es Ninevitable etm ‘@ Ta intérpretacién. De conformidad con Heidegger, podria decirse que la lectura y el texto no son sino dos caras de la misma moneda: el texto anticipa (es la preseiencia de) su propio conocimiento; la interpretacién. por su parte, revela el conocimiento preexistente enel texto interpretado, Desde el puntode vista légico, el circulo hermenéutico es, por definicién, un “cirexlo vicioso", pero este “circulo vicioso” resulta inevitable desde ei punto de vista epistemoldgico. La solueién no consist entonees en buscarle una salida al eirculo sino en entrar en él dela manera correcta, que es precisamente lo que Heidegger propone. El circulo, dice: “es la expresién de la presciencia (Vorhabe) existencial del ser (Dasein) mismo... En él se esconde la posibilidad concreta de la forma mis primordial de conocimiento™. Y aqui volvemos, por implicacién, «la solucién seudocientfiea de la criss. diferencia de la cientifica, la iterpretacién no consiste Se ficable ¢ independiente de lahipétesis sino, por el contrario, en suponer lo que tiene que demostrar, es decir. en llegar a un 1 Remitiendo ala postura que el propio Heidegger asume y contradice como exegeta de Hilderlin (Ensayo X11), De Man hace el siguiente replanteamiento metacritico: el comentario ideal, que propone el filésofo exegeta, resultariasuperfiuo y, sobre todo, tendria que abolir Jacontinuidad temporal que caracteriza el proceso hermenéutico Man corrige asi el circulo heideggeriano, abriéngolo en espiral. al revelar la estructura temporal Se rceae dS EAs temo) lectura, que no sélo introduce Ia diferencia en la tepeticidn, la La visidn ciega XIX horizonta} diacrénica en el circulo, sino que mina todo intento de totalizacién: “el entendimiento puede ser total s6lo cuando cobra conciencia de s se dacuenta dequeet horizonte en el que esa totalizaciby puede darse es el tiempo mismo. Elacto del entendimiento es un actedtemporal que tiene su propia historia, pero esta historia siempre elude la totalizacién, Cada ver que el circulo parece estar a punto de cefrarse, lo (nico que se ha conseguido es ascender 0 descender un paso més en la ‘spirale vertigineuse conséquente’ de que habla Mallarmé” (Ensayo Il). La continuidad temporal no postula, por tanto, un progreso ascendente del entendimiento, como la élevacién hegeliana hacia el Espiritu Absoluto o cl escalonamiento de la exégesis biblica hacia el sentido anagégico intencional del Autor de a revelacién. La vertical que,en estos casos, queda proyectada sobre la horizontal histérica, se transforma en un acontecer que gira vertiginosamente en torno al vacio, que se aproxima ala verdad através de la mentira, que asciende en la caida, como un trompe d’oeil. La visidn es inseparable de la Cipir cena iodo cyano ampecnolatia _fallenguae pero corretlexi eee tae cares cl d Si in autorreflerign agotara ia compension, elector ra aurorreflexiva estaria de vuelta en el circulo vicioso, Ls aperica dlceulo queda establid, ete cos momestes metacriticos, cuando de Man se enfrentaa la“falacia intencional”, esa negacién dela intencionalidad (y, por tanto, del sujeto) que necesita postular la Nueva Critica, al concebir Ia obra literaria como una uunidad formal orgénica. La Nueva Critica no puede ver que, a diferencia del objeto de las ciencias naturales, la “forma” del objeto literario es de“naturaleza” in-organica, Nila dimensidn semantica ni Ia sensorial, sefiala de Man, coincide con la forma cerrada que postula elintérprete cuando la obra se le abreal responder asus preguntas, “didlogo” entre el intérprete y la obra nunca termina, precisament porque el texto n0 clausura, porque el lector se encuentra implicado en un proceso interpretativo que es histérico y que, por tanto, _ imposibilia la totalizacién, Y, sobre todo, porquela lectura soto sabe : led ‘proca, aunque dificilmente,inclusivos. Entre texto” lo hay que esperar, pues, una especificidad ficil y univoza de lo » fesurs existe to sélo una diferencia de economia o rigor de Ia ticulacién sino wna. clantes y después, afin a “literario, Cada ensayo, conforme a su planteamiento, va descu- XXXII isin y ceguera poral auténtica de otra que la que separaria una conciencia tem} ar ser ales no puede coineldieconel tempo deltexo,£0m Inerpretacin eon el signo que la anticipa, Peroesprecisamente eS, hnocoincidencia lo que hace de la Jectura. vale | ="( ' 6 En “Semiologia y retérica", seep Forma ciel” - Fn gla notonhesggvana Get Vora, eae tar ear del vorbulasi fnoena Geo ulna Seis par ase planet el ct ee ered ora lca! a decostucin Begin» deanna al tec (de Prout 1 a constituye el texto en primer jugar” (“Semiologia y ret6rica”). i re eee oe Bor reume allo guectenajo-Retscn explicita © 4 i wrefigure la al rrelaodest natural Eee ae “‘Vemos, pues, como la mela~ recs ls oni [en este caso ln semiogia) mediante la crn corti gio iterario [de roust en ene cao] qu It | fetdrca, es deci, de cetoriid “ jento”. Recuérdese, esconstruceién*repite” con renovado entendimient ; aera eriie” la defimcion detalteraturaalaque de Manes slenfrentarse ala e2guera critica que pretende desmitifiar al lengvale Titerari, Reeuérdese también critica ala Nueva Citcn oa a eiica formalista en torno la desvirtuaci6n del objeto literario. En suma, inctacritica corrige la critica cuando ésta desvirtia el objeto, diciendo expliita oimplicitamente lo que el texto noes y descendiendo. por tanto, en la “vertginosa. espral (hermenéutica) de que mabe Mallarmé” La metas u mo asi, in critica que exig ios rest iM “que a critica con pretensidn de rigurosidad ha necesitado negar para” poder llegar a Pero la ceguera rigor (formalista o estructural como el de Heidegger, Husser isn ode ste ceukado dl afin cet a 1). Lo es tambien del trabajo filos6fico, ty stat propio Jacques Dri e0 La vision clega XXXII al ue, sein reconoce el propio de Man, se ext dicindo “la pontiiad far dea ren” No es i ver en la metaoien Semanianaclreconocimintoqutehacea ogo [Derrida] ta hecho de la complejidad del acto de lectura, de as discrepancias que genera el Ienguaje, el centro de layreflexién y el objeto de la pregunta tos desubrimentos dea natarsiea del enguaje" Retr a coyuci: Jusyucs Der yi ecra de Revere’) El recomoct Sas ci easoanga, ees mirada a csc’ gue lo Ietura de Derrida resulta ser una malitrpretacién del feta de ois og oa oe be ies ee pores cventa de quel texto de Rowseau, os onscente dela ambivlenca ais daca exes guage co anpocs Osta mataergrtacin gue dich ambivaleni provoca, Resa paradic,ntonec, qua Soe aed cas a ieaes cone peas oe mac ceruere cr Rouseavel tee demayoruier teva russnuniana dela retérica y sus inevitables consecuencias”, Estas consecuencias se resumen en ota apertura hacia le posibided deere la conunion del signo con la sustaneia, de la ficeidn con el referente empirico, de la rs cons edna Ady a pan, es también de Mat eel sho de quel lctradeDerida xs sn ce aameiele ere aa Derrida se equivoca 0 no sobre Rousseau, puesto que su propio texto Gir Peano Bal ual ents tebe cog can Seclaracione, También Derrida cuenta una bstora.* Ena historia semelante ala de Rouse, conse sigieatvament la precbs Sa gee een eae Teorcdad del exo deriian efkjaashcegament a deltexio de ogee La ceguera del filésofo, pues, radica por igual cn no leer el texto de Rowen por lo que ct; un alBi En ets sentido, conomia da novinieatowetciicy terre caus ni corn Se ane pple egeieeae feet a ance eect aces cage Ia paria separable exoleturaconiaambivalencaimptcta en eximorénica “visi (que) ciega” _ la ceguera de quiem ve sino de Ia ceguer XXXIV. Visién y ceguera La economia de la metacritica pasa entonces del efecto a la causa, cuyos efectos negativos (la ceguera que provoca) terminen por revelarla. Que un eritico se equivoque a cierto nivel de lectura y que postule incluso un modelo textual equivocado, no niega que haya podido legar acierto grado de comprensién del texto, y en particular cuando ésta surge, como en el caso de Lukaes, de una contradiccion interna, Nos encontramos, pues, frente a esta otra forma del corretato critico-iterario: los resultados de la ejecucion Secon -nimplicita -claraciones en torno al modelo textual que fost La meter usa entont tual ooo las revelaciones de los que, paradéjicamente, la desconocen en el ‘Ambito de la suposicién, el método y la afirmacién explicita. Y aqui tenemos que volver a la intuicién peor de Bo sabre naturaleza contradictoria de una escritura cuya ejecucién contradic To que parece sostener. Es, pues, el momento de cumplir con Ia cita prometida, ena que la autorreflexiGn esclarecela labor metacritica, ¥ lleva la intuicidn borgiana a consecuencias insospechadas. Escribe de Man en el “Prélogo” a la primera edicién. la imagen de la lectura que artoja el examen de unos cuantos ticos ontemporineos no tiene nada de senila. Aparec en todo ellos una ‘iserepancia paradejica entre las afrmaciones generales que hacen so2rcla naturaleza de la literatura (afirmaciones en las que basan su. método tritico) y los resultados coneretos de sus interpretaciones. Sus halltzgos acerca dela estructura de os textos contradicen|a concepeién general que tlizan como modelo, No slo permanecen ciegos asta diserepanca sino {que se nutren de ella y deben sus mejores revelaciones (insights) a las suposiciones que esas revelacionesrefutan, Oscilando entre el efecto y la causa, Ja autorreflexion termina por deshacer la relacién logica de causa y efecto, transformandols en una aparente continuidad criticorlteraria: “Haber seleccionado a los eriticos entre escritores cuya sensibilidad literaria parece incon- trovertible{Lukacs, Poulet, Blanchot... sugiere que dicho pateén [de inconsstencia.epistemol gical, lejos de ser el resultado de aberra- ciones individuales o colectivas, es una caracteristica del lenguaje. literario en general.” Efectivamente la inconsistencia epistemolégica ritico revelay’ por objeto, la cia epistemol sucerrelato, poesia oe La visién ciega XXXV ‘Acaso esta inconsistencia epistemolégica, como la inestabilidad ontolégica del sujeto, sea lo que permite que “Critica y crisis” concluya con esta propuesta: “Una antropologia filoséfica (que supere la supresién del sujeto de Lévi-Strauss] seria inconeebible de no considerar la literatura como fuente primaria del conocimiento”. aul de Man devuclve a la literatura la posicion epistemolégica de , asi como ha devuelto ata critica no sélo la dignidad del cuestionamiento filoséfico, que reconoce en Derrida, sino también la dignidad de ser, como la literatura, critica y litera Después de Paul de Man, la critica no tiene que arrastrar ni el complejo de inferioridad de una exégesis que sacraliza al autor a quien sirve, ni levar el manto positivista de una metodologia que, al autorizarse en las “ciencias” que imita, termina por quedarse sin objeto. Que la interpretacién no sea sino la posibilidad del error remite a la naturaleza de un objeto muy diferente al que, de hecho, concibe una metodologia que pretende llegar a resultados verifi cables. La metacritica demaniana desempefia entonces una doble funcion que, al resolverse en ambivalencia, reivindicae incrementa en étasu alcance er{tieoyliterario, Esta doble funcidn no es reducible a la contradiecién légica ni tampoco a la “contradiccién aparente” dela paradoja, precisamente porque la irresolucién légica de la indecidi- bilidad tiene la estructura peculiar de una pradoja ambivalente, La” pPeculiaridad, por tanto, no es s6lo estilistica sino consttutiva de un nuevo razonamiento filoséfico. La paradoja es ambivalente cuando la contradiccién que narra no es aparente sino real, y no tiene, por consiguiente, una solucién definitiva, ni una definicién que pueda estar en paz consigo misma. La historia titeraria, dice de Man, no puede tratarel texto literario por {un hecho objetivo, una comunicacién refereneial, una psique empirica), pero t \ qusla literatura dicequees. La dela literatura no puede Ste por sutada como hor formalin que, chedecends ss propia necesidad metodolégica, presumen ia estabilidad de la litera- tura, como “si el movimiento fluctuante de una autodefinicién abortiva no fuese parte constitutiva del lenguaje literario” (“Historia literaria y modernidad literaria”). Asimismo descubre de Man en el “noi” de Baudelaire, “insatiable de non moi”, que la especificidad de cse “moi”, como metafora de la especificidad de la literatura, “se SSSSSSELES XXXVI Visidn y ceguera define, por su incapacidad de ser constante con su propia especi- ficidad”. En la paradoja ambivalente los términos contradictorios no son, por tanto, antitéticos sino reciprocamente inclusivos: se nece- sitan ala vez queamenazan con destruirse, peo sn llegar cancelarse dialéeticamente entre sl Entre la verdad y la mentira, como entre el lenguaieinformatvo yn ejecuci6nretdric, no puede habe logic dialéetica reefprocamente esclarecedora, “Cada tna es ciegn ¢ 14 Sabiduria de la otra”, dice de Man en el Ensayo IX, “Lirica y modernidad”, refriéndose en particular a la relacién aporética que existe en lirica entre la alegoria y la mimesis (Ia representacién dea realidad, el sentido literal.) La paradoja-ambivalente revela as la ‘estructura aporética sobre la que opera la desconstruccién critica, EL titulo mismo del libro, Visidn y ceguera, resulta entonces emale- ‘mitico dela obra desconstructiva tanto como de que refleja ta visin eiega. Escribe de Man en “Retérica de la ceguera” sobre los ~ ensayos precedentes en esta otra instancia autorreflexiva: olor eon cos Lats, Pol, Blt, 1 dea Nuva Cee ree tongedndo «dsr go su dcrnte def que quieren se SS rs sine deshace frente 1s propos rnuade Seon Sdegeemonegs wa vin sigh) penetrate is Steal el ngune Merri. Pero eta sin se dy pret, 36 pamuiekepadve de un cousa mu peculiar suengajeseacra Peasscles prado devstn clo porgueel método permanes Cet08 seem pion at xe sin Lavon exe slo para el leon, ie agus pr csi itp omnec epi ees TYE portant cape de iting enrea deca sen ae TLS ate esq rstcomo lol se econ ena sombra yl eee tor lho poco antes Elector ene que deshacer os Sods tape a uma vin (son aus puede ventas hacia eridatpaet alear ye segs no ene que temera La vin, crs atns cde formar coresamente logue a percidoens cao Cou movimento: Hacer ea des ceo ep ase, pes, on forme ‘masta ectdd paride una ison eg gue bay 3 serge teaves denies stg) que esta misma vin ea Sine coe, si ambivalente de la Llama la atencién, en primer lugar, el cardcter ambivalent metacritica desconstructiva, que parece implicar la posibilidad de So al | La vision ciega XXXVI construir: deshace (la ceguera) para rehacer o corregir (la visién), haciéndota consciente de su error, y escalonar asi en entendimiento. La visién corregida no coincide ni con la visién ciega ni con sus revelaciones: al librarla de su error produce un nuevo entendimiento que desplaza la ceguera. En efecto, este nuevo entendimienta no esta exento de su propia ceguera, que queda, segin autorreflexiOn, inevitablemente fuera de su aleance. La metacritica es también un acto de lenguaje y como tal tampoco puede saber lo que no sabe, ni “informar correctamente lo que ha visto en el curso de su movie miento”. Dada la naturaleza del conocimiento lingtlistico, segiin descubre de Man en su lectura de Nietzsche, el paso de la concepcién cognoscitiva del lenguaje a la conativa es completamente irrever- sible." Lo que si compete ala metacritica es hacer del movimiento de ta ecturael centro dela reflexion. La retérica dela ceguera es también lade De Man, pero la ceguera en.de Man se vuelve autorreflexiva. La metacritica desconstruye el correlato de la retoricidad del lenguaje literario para veren la ceguera critica y no ena propia ceguera, donde no tiene competencia para ver. La especularidad remite, pues, a la dimension autorreflexiva del texto literario que marca la apertura y el limite cognoscitivo de la interpretacién, la posibilidad del error. La critica autorreflexiva, observa Barbara Johnson, se pareceenesto ala literatura; inscribe la estrategia del lector en el texto, como una alegoria del acto de lectura que subvierte la posibilidad de una lectura autoritativa, Y al igual que la literatura, la critica es unacto de ficcién cen el que no se puede: Pasemos a un ejemplo que muestra cudn vulnerable resulta la autoridad en textos que pretenden autorizarse mediante el cuento, mas alla del argumento circular de apelacién de la Autoridad. Es el caso del Setenario y del Prélogo de Las Siete Partidas ée Alfonso X, elSabio, cuyo nombre, posicién, y genealogia —algo en lo que insiste Ja obra alfonsi—es ya una apelacién a la autoridad secular y divina, del rey. Este argumento, sin embargo, no basta en una obra que es, en buena medida, obra de traduccién ¢ interpretacién. La obra alfonsi 12, Veral respecto S. Felman, ob. cit. 13, B. Johnson, “Rigorous Unreliability", The Lesson of Paul de Man, Yale French Studies 69 (1985), 73-80. XXXVI Visidn y ceguera también cuenta para autorizarse, y “contar” tiene alli no s6lo el sentido matematico de “enumerar” sino también el de“narrar”, sobre todo cuando lo que narra, segin dice el Prologo, es “el cuento de siete”! Elautor cuenta para mostrar la validez natural y divina dela divisign heptapartita de la totalidad y autorizar asf el orden de sus divisiones: de las leyes en siete partidas o de la figura astrologica del centauro en siete partes (sinéedoques) de Cristo. Contar y mostrar son aqui esencialmente [0 mismo y esencialmente alegéricos. En la indecisién entre el contar y el mostrar —entre la narratio yla prucba, que como la narratio es, en titima instancia, una prueba reté:ica— radica la imposibilidad dé una lectura “autoritativa”, como la que pretende ser cientifica, verifiable, y, por verificable, universalmente vlida, Esto implica también que el lector no puede decidirse por la parte verificable del enguaje a expensas de a ejecucién, sin sustracrse deun acto delenguaje que no se rige por el criterio que distingue entre lociertaylofalza. Fs posible que la “ciencia”en la obra alfonsiresulte hoy ingenua, pero no lo es mas que la pretension cientificiste de la critica “contemporéinea”. La imposibilidad de decidir o distinguir no niega, sin embargo, la Utilidad de la oposicién entre los dos lenguajes. Por el conrario, permite ver el juego que se produce entre posiciones incompstibles que se deshacen sin cancelarse entre st. Permite la desconstruccién. El juego hay que verlo entonces como un replantamientofilos6fieo, que es lo que hace de Man en sus ensayos dedicados a la lectura de | Nietzsche: “Retorica de la persuasién (Nietzsche), “Retérica de los tropos (Nietzsche)". Le metacritica demaniana, como critica fun~ ‘damental dela critica, no sélo cuestiona los fundamentos de lacritica (literaria 0 filoséfica), sino que al desconstruir la ret6rica de la crisis hace un replanteamiento del qué es la razén de ser de acritca, Noes que la critica deje deser critica (de crisis, sino que la desconstracci6n hace patente su nivel de superscién floséfica, Paradéjicamente, esta suuperaeién, eleuestionamiento incesante lleva lavisién hasta eipunto tn que se queda cegn al descubrrlaaporia que se efectia entre os 14, Alfonso X,"Prologo”, Ed. Real Academia dela Historia I (Madr At 1972), pp. 1-9. Setenari, Ley LX 1S. Ver Bibliograia La vision ciega XXXIX lenguajes que se deshacementre sf. Si la critica de Nietasche a la metafisica se estructura, segiin de Man, como una aporia entre el lenguaje cognoscitivo y el conativo, entonces Ia persuasiéa, irénica- ‘mente ciega a su propia retoricidad, constituye la estructura aporética misma que sirve de modelo a la desconstruccién. La desconstruccién apunta, asf, hacia una indecisién, indeterminabilidad 0 ambivalencia en extremo rigurosa, No es posible optar por una cosa a expensas de otra sin caer en el error. Es necesario, en cambio, entrar en el juego hasta ascender en la caida inevitable, hasta quedar suspendido en el limite det conocimiento, hasta que ciegue la vsién. Las consecuencias del replanteamiento lidico no se hacen esperar. La posicién cognosctiva dela metafisica queda puesta enentredicho: lafilosofia que se define por su negativa a reconocerse como literatura no puede negar la literariedad de su retorica de la verdad a la que es ciega."6 Lo mismo podria decirse de a pretensin de la historia, que, a partir de Aristoteles, se define por oposicin ata literatura (poiesit), postulando un referente real independiente de la mediacién textual, Ya Don Quijove se ha encargado de suspender la verdad histériea, de parodiarsu.retérica, disolviendo conflictivamente en ambivalencia la distincidn entre historia y fiecién, verdad y mentira... Dicha retérica « precisamente a a que Borges alude al rectar y desconstruir, avant la lettre, e\“elogio retérico de a historia” en “Pierre Ménard, autor del Quijote”: “La verdad cuya madre es la historia...”. En “Historia literaria y modernidad literaria”, de Man concluye con esta leceién a los historiadores: “Para ser buenos historiadores de la literatura, debemos recordar que lo que llamamos historia lteraria tiene muy poco o nada que ver con la literatura y lo que llamamos interpre- tacién..cs de hecho historia lteraria”. Laleccién en este punto rebasa la historia lteraria y se extiende al conoeimiento histérico en general para confirmar que: “las bases del conocimiente hist6tieo no.son- hnechos empiricos sino textos, ain cuando éstosvengan disfrazados de 16. La pacadoje ambivalente expresa la estructura aporética del propio Jenguaje lossfico. Escribe B. Johnson, eyendo ade Man: “la autodefinicion de Js fliosotia depende de un rigor que subvert la iterariedad de eu retérica de la verdad, pero es precisamente esta lterariedad el modelo mismo del rigor flosético”. Ob. et, p. 76. em ana ee SSSSSSOSOSSS XL. Vision y ceguera Peeper Las ciencias humanas,asuver, han quedado implicadas desde el primer ensayo, “Critica y crisis". Comentando 1 intento esclarecedor de la critica “cientifiea", escribe de Mas: “cuando Tos erticas modernos piensan que estin desmistificando a titeratura, son ellos los que estén siendo desmistificados por ella. Enel momento en que pretenden deshacerse de la literatura aparece [a Theratura por todas partes lo que llaman antropologia,linguistion, psicoanilisis noes sino la literatura que reaparece, como la cabeza de Hidra, en el mismo lugar donde presuntamente habia sido cer- enada”, La bisqueda de la especificidad literaria a través de la snetacritica se ha ido extendiendo, asi, desde un principio, 2m a vex mis abarcadores, hasta llegat & incluir a toda “ciencia” cuyo objeto de estudio es el-texto y cuya produccién es tambi {En este punto a semejanza con Bajtin Peatensifica, En efeeto, la conclusion de “Critiea y crisis” sobre la Tteratura como fuente epistemoldgica para una antropologia flo- sofica acaso nombre a. Bajtin sin saberlo. Ambos han logrado movimientos expansivos, cad desarco part . una teoria det correlat jectura, que | o pueden darse el lujo de ignorar. Hay también entre Bi ferencias cue “apenas hemos tenido espacio para empezar a nombrar.” Mas cefiida que la empresa bajtiniana, cuyoprincipio dialdgico"loes tambiénde tina antropologiafilosofica y de una sociologia de la literatura trabajo de Man se centra ‘comoen buena medida lo 5. Si la Ye \dad” de lo literario en dé se extiende fuera de su came yue Ia aporia se en forma autorreflexiva adage, ‘evelando el problema episte- tpoldgico que plantea elmedio y que, por tanto, no es exclusiva dela literatura, Es lo que permite a de Man avanzar por “el camino torcido” y llegar incluso a deshacer el principio ontolégico de la “imaginacién dial6gica” de Bajtin. ‘El lengua visual con el que Visién y ceguera deseribe la aporia, se iri apartando del discurso fenomenoldgico, segiin puede verse en “Bleiclope” de Jacques Lezra, Asilo reconoce el propio Paul de Man” 17. La comparacién ya ha sdo iniciada por John Snyder, ob. ct a La vision ciega XLI en el “Prélogo” de 1983, y queda confirmado en su critica a le derivacién irreflexiva que, como Bajtin, hace también la teorfa de la recepeién (Rezeptionsasthetik) del modelo perceptual de-Husserl!* Segiin el “Prélogo", hay cambios no s6lo en cuanto a la intensifi cacién en el uso de la terminologia retoriea sino también cambios de sustancia, La terminologia se iré apartando del “vocabulario de la temporalidad y la conciencia”, segin puede verse en el ensayo “Retérica de la temporalidad”, que da a seial del cambio (“Prélogo” p.6)-Interesa aqui, no obstante, insistiren cl vocabulario en tornoa la Imetaférica titular, que anticipa el vinculo entre los diversos ensayos del libro, No es dificil ver en el fragmento citado de “Ret6rica de la ceguera”, una metaférica no sélo de cufio fenomenoldgico sino pages inclao, que tanto énfasis pone en “ver” (idein). Pero la vis ) en de Man no constituye un registro lexical irreflexivo dde sustancia fenomenolégica y mucho menos platénica. Se trata, en de una apropiacioneritica de a “vision” que arroja luzsobre a, tanto la de la fenomenologia en su aplicacién teérico- traria como la del método dialéetico de los Didlogos socraticos de Platén. Eh aha ager sae utiliza de Man no sélo 3¢ cifiea ls y la temporalidad (Heidegger), que dice fl "Prélogo”, sino que apropia la terminologia fundamental de la epistemologia del “fendiieno”, a partir de la “visiGn” titular “intuicién”, “descripci6n”, “reflexion”, “intencionalidad”. Es posible decir que, como la “intuicién” (Anschauung) fenomenologica, la insight demaniana es el resultado de la “reflexi6n”, que suspende I existencia del “fenémeno” intencional, su verdad 0 mentira refe- rencial. La verdad del fenémeno no depende de la prueba empirica sino de la correccién de la descripcién, de su inteligibilidad 0 ininteligibilidad. El propio énfasis en el pensamiento reflexivo, particularmente en cuanto a la prueba (los ejemplos), es de origen fenomenoldgico. Responde a la pretensién de rigor de la nueva ‘ciencia”, que se opone a la induccidn empirica, a todo cientificismo reduccionista que no tiene como objeto el “acto intencional” de la conciencia; responde, por tanto, a la necésidad metodolégica que tiene dicha ciencia para resolver el problema del circulo-episte- 1, P, de Man, “Introduccién”, Hane Robert Jauss, Toward an Aesthe » Hans Robert Jauss, Toward an Aesthetic of ‘Reception, ad, Timothy Babti (Minneapolis: U of Minnesota Press, 1982). Ver nota 3, XLII Visidn y ceguera molégico: el frnomendlogo confirma la afirmacién sobre el fendmeno faduciendo ejemplos, pero la precisién de la descripcién de los cjemplos depende de las declaraciones que de ellos deriva. Igualmente pertinente resulta la nocién de “continuidad” del acto intencional Gentro del limite del campo perceptual, que Husserl lama “hori- zonte”, Hay intencionalidad cuando hay continuidad, y hay conti- nuidad cuando el 10. La identidad del acto intencional permite saber lo que un sujeto dice o se propone’kacer, cuando es posible saber a continuacién lo que dir o esta a punto de hacer. Dicho de otro modo, algo es positivo cuando se puede explicar (cepetir de otra manera), 0, por el contrario, cuando a continuacion se ‘oscurece y contradice. La inteligibilidad o ininteligibilidad de: acto intencional depende, por consiguiente, de la continuidad 0 dis- continuidad de actos intencionales sucesivos. Esto esasi nl plano de dos actos en sectiencia; en el caso de un mismo acto, depende de la adecuacidn del medio al propésito u objeto de la accién. No interesa agui ver la corrcecin o el aleance del arAlisis fenomenoldgico de la intencién en el horizonte lingltstico de la declaracién referencial, su inteligibilidad o ininteligibitidad, Interesa en cambio, la sob) ‘enel horizonte del lenguaje lit ‘de Paul'de Man. “La angustia de P:oust, coneluye de Manen “Semiology and Rhetoric”, noes una angustia de referencias..., ni una reaccién emotiva en cuanto a lo que hace el Jenguse, sino le imposiiiad de saber Lo aus dicho lenguaje se propone™(p. 19). De Man llega asial limite del andlisis intencional, a Bo eade sete ue es paraddjcamente, resultado de la reflexién sobre la intencionalidad, y de la revelacién (i ui) sobre la naturaleza aporttica del 5 4 ae cnelonal dea desepon. En eto, re tecamon de a dearecton referencia al lnguaje Herero —de la légica (fenomenolégica o semiolégica) a la retérica— nos cncontramos de leno ene campo dela inabia, ue ahora dice “ilegibilidad”, de la irreductibilidad del medio que resulta scr, puradSfenmonte ‘cl més riguroso por mis adecuado al odjeto rcncnal Enea posanents “horizon qucexplorade Man, our desraboca es suspension dela Sgurosicad dla Woe a “Ae Saenomenolspicas eta puede cer tmbien Una espuesaa regu taand aca esomenologia nla concusionde"Semiolgiy ret6rica”: “La literatura al igual que la critica (I dstinci6n ergafia) x La visién ciega XLII staré por siempre condenada ao tiene el prvilegio de) inisrigurosoy, por tanto, «menos able, reece. Lesastiamnecoad "eae ahora el texto ctado de “Retérica del ceguera”ala uz det uastondo fenomenoldgio y del momento en ques intensifican loscambios de vocabularioy de sustancia. La celia contempordnes, observa de Man, contradice en su ejecuci6n la intencionalidad dei So eer desir "i decane Desh posturn cla mediante sua plopia ro-veusioued (insighs): Ia vain {tus lavertad)queseeacandcen i sombra(acegucs,lertor) La oa" coasting ttle el tondasesn ea 9 do a taaacn sega neaiieies imomtagee Ga tahoe vad eaine Imismo de la reflexion y la descrip de ln metacrica, La deseripeién de un fendmeno que por paraddjico y ambivalente, resus initcigibl,revela la naturale aporética del medio que el iShiceteraiha por sevetars mente do coceloo Gein ecerndat dal texto. En conclusién, llega @ sus descubrimientos -scusminnidGleegae ma fica que hae acco para poder ver sus revelaciones n0 s6lo sobre el texto que est leyendo y su naturaleza literaria sino también sobre el lenguaje eritieo. La paraddjica“ ciega” constituye pues el primer registro de la separacién (krinein ‘establece la metacritica de la fuente fenomenoldgica Lejos de la intuicién fenomenoldgica, en el snol6gica, en el origen mismo de la vision (insight), de sus ascensos y descensos, la teoria platénica de las ideas se orienta hacia la presencia in-inmediata de la verdad, libre de los errores que arrastran las palabras. Esta visin, sin embargo, es eminentemeate poética, especialmente mediatizada, a pesar de la pretension dialéctica del didlogo mimético, de esa suerte de hermenéutica programada de preguntas y respuestas, que, des- haciendo los exrores entre las sombras, quiere llegar al sol en la plenitud det ver. El rigor de esa dialéctica “hermenéutica” no vacila, sin embargo, en recurrir a In demostracién retérica, Como se recordaré, en a alegoria dela caverna, cl filésofo puede hacer pasar al disefpulo, a través de In dialética, de las sombras de la percepcién fisica ai verdadero conocimiento, toda vez que puede superar la ceguera que provoca el excesa de la luz solar. Noes necesario entrar aqui en la poética de una epistemologia que aparte dialéetica es también una hermenéutica de desalegorizacién, consecuente con la 9099992090999 898 POeSeeeanaanennanere ~ La visién ciega XLV XLIV Visidn y ceguera “Aristételes, en cambio, repudia la dialéctica, pretendiendo, a su vez, librarse de los gitos y desvios de Ia mediacién a través del rigor el método cientifico: la prueba de una epistemologia definitoria que Se opone a la retorica y pretende superar el método dialéctico, La Tégiea es instrumental en esta epistemologia del de-fin-ir, ave sntencibn de corregir y controlar Tos excesos tropicos ADSI los ae. Bastara preguntar, noes acasoelsol uno d= S08 desvios,el trope del ropo en PlatOn, que gira una y otf8 Yes pCO al vacfo de arom ienitud que no puede ver a a cara? La pobtica, Sa de Man, ae ce rebaces ava iacroantsin Salles t-te ST reaiece la entelequia y busca la fisca (naturaleza) de las cosas, de Ia aporia como el dialogismo, no permite n la sintesis dialéctica ni le tina identidad perfectiva que totalice los cambios. Del conocimiento reduccién semantica.'” Dice ‘“Retérica de la ceguera”y corrigiendo @ fisico, la epistemologia pasa a la metafisica, cuyos resultados rear inceguera es la del método: “una vision ave A 0 Et satolbgicos, sin embargo, resultan ser bastante similares en voct- Pisin ie raanel cde onaocare are LA Gulario y sustancia a los plat6nicos. La presunta transpariencia del ciow [Por rte dencubrit ia retoricidad consitutiva del KOgU poten copula, conla que se construye la ontologia, le permite legar a eng Hing tambien desplaza Ia capac: COPTE & Sory la tresenclas (naturalezas), a os participios del verbo ser ("0 on, usa), ¥ podtico fino ae precisa e problema. En otra part cvento S00": superar asi con estas metiforas Blancas la mediacion equivoca del Tera on ea que hacen Ios Didlogos de textos anterions Sihvo separedo iremediablemente de las cosas (oma) La definicion leurs “GgorateyPlaton esth constantemente COrglens Baste saiclica redime asi el signo, concebido como mimema, esa Star el subtitulo del Cratilo, “De la eorreccion de las palabras”, ¥ imitacién o representacién, que pretendia corregir Platén y de la que 4 a oy ecb tunedin exten utero BO aa aciye caadn x vision desconfiaba. representaciones de autores amteriorsi, ‘© como an fe a ‘La “definicion” demaniana, con su forma paradéjica ambivalente, cae pyalogama”, el reultado de una estratgia Nog G2 Hee annie traste, un rezonamiento mis dial ae 2 eee capacio donde desaparece ia otredad de la paieort unterie. Se eee ea spores aE 2 eee sah , mare LSPA ga mtonyeumologi dela radii os aki: un Si on spe implean pms ea fiteraria, constituyen el objeto central de la corrscsien Las conelu- incompatibles y reciprocamente contradictorios, No es posible fo quede explctamente ne ‘busca librarse confundir este razonamiento con el sofisma ni con otros argumentos ict, parent oy a Tuere posible reduir a poétca « frasocriticos, como los que ofrecen, pr ejemplo, as famoses aporas : Dropia retérica y asus remitificaciones, La reger® de Platén noes tstitica que estin defendiendo dialécticamente, y contraponen dos , Prop i jel metodo, sino también 1a ideo-l6sica y, SOO%s todo, la puntos de vista que son incompatibles, ya sea porque el punto de vista | soto “ente a sus alegoias, mits y etimologias 6m la Gu %© aotearoa de tor pluralisas, es reducido al absurdo mediante esconde el sol que permite deshacerla.7! fargumentos que la légica aristotélica declara falaces, © poraue raven a dos esfeas del conceimiento de naturaleza diferente, a ‘ Dp slones, sin embargo, aun cuando el didloge siprto, aparentan ser el resuitado de un método auP To, P. de Man, “Dialogue and Diatogism”, ob: ci foes acta a otiodof ds palma” Beers 21172 al Se Temanticalasemilla del seior (kyrias). La definieibn, que compartela estructura rosamente la que hace derivar Ia eencia Nntietiea dela metdfora, pretende, por el contraro, hacer coincidir al sjeto con | 21. Une de estas etimolowis 6 € (sta dela vest Hex, diosa inmaculada dea uriicacin yla pureza, oe bien tlpredicado, y de esta manera borat la diferencia y duplicidadimplicadas co Sn cmiologla bane. La sauatorizacion. La defiacion representa asi la depuracin o literalizacin de la podria ser emblemética de la ontologia

You might also like