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Pràctica 2 Dret Processal
Pràctica 2 Dret Processal
Pràctica 2 Dret Processal
OBJECTE D’ESTUDI:
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← La llei processal aplicable
← La jurisprudència i la seva funció en la interpretació del Dret Processal
1. Tal i com afirma l’article 1 del Codi Civil, els usos forenses són font del dret processal.
Fals -> la principal font del dret processal és la llei. Si la llei té una llacuna legal, existeixen els
usos forenses, però no es considera font del dret processal.
1. Un jutge penal de Tarragona està coneixent d’uns fets delictius que es van cometre per un ciutadà
francès quan va venir a la ciutat a passar les vacances d’estiu. La Directiva 2014/41/UE del
Parlament Europeu i del Consell, de 3 d’abril de 2014, relativa a l’ordre europea d’investigació
en matèria penal, és una norma europea que permet l’obtenció de proves a en un altre estat de la
UE. Essent així, pot aplicar-la el jutge espanyol per obtenir la declaració del ciutadà francès
sense que aquest s’hagi de desplaçar a Tarragona? O caldrà que, d’acord amb la LECrim, aquest
senyor vingui a Tarragona el dia del judici per declarar, doncs cal prioritzar l’aplicació de la llei
processal estatal a la normativa de la UE?
Veritat -> ja que el dret europeu és d’aplicació preferent al dret espanyol.
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SEGONA PART: DE QUÈ ES TRACTA?
Identifica la corresponent llei processal reguladora en cada cas:
1. Materialitzar un divorci contenciós (entre cònjuges que es no posen d’acord en els termes del
divorci); i un divorci de mutu acord? Ley de Enjuiciamiento Civil.
1. Impugnar una decisió acordada per la Junta de govern local del teu municipi. Llei Reguladora
de Jurisicció de Contenció Adminstrativa.
1. La impugnació d’un acord social adoptat per una Junta General d’accionistes d’una S.L. Ley de
Enjuiciamiento Civil.
Interpuesto por el codemandado recurso de casación (la sociedad codemandada fue declarada en
rebeldía), uno de los motivos, el quinto, se refería a la fijación del precio.
SEGUNDO
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Por otra parte, contra el mismo codemandado recurrente en casación y contra la misma sociedad, se
interpusieron por otros arrendatarios análogas demandas sobre el derecho de adquisición forzosa de
respectivas fincas rústicas, que fueron estimadas en primera y en segunda instancia y el mismo don
Antonio G. Ch. interpuso sendos recursos de casación.
Recayeron las sentencias de esta Sala de 1 de octubre de 1997 ( RJ 1997, 6962) , 4 de octubre de
1997 ( RJ 1997, 7100) , 24 de octubre de 1997 ( RJ 1997, 7183) , 30 de octubre de 1997 ( RJ 1997,
7620) , 3 de noviembre de 1997 ( RJ 1997, 7931) , 4 de noviembre de 1997 ( RJ 1997, 7929) , 8 de
noviembre de 1997 ( RJ 1997, 7890) , 12 de febrero de 1999 ( RJ 1999, 655) , 7 de octubre de 1999
( RJ 1999, 7315) y 19 de octubre de 1999 ( RJ 1999, 7617) . En todas ellas se estimó el motivo del
recurso relativo al precio que se debía pagar por el acceso a la propiedad con el siguiente
razonamiento que se contiene en la primera de las citadas sentencias y que mantienen las
posteriores: «En el quinto motivo , con igual cobertura jurídica, se denuncia la infracción de lo
dispuesto en el núm. 3 del art. 9 CE, sobre la irretroactividad de las leyes, al haber aplicado la
Sentencia recurrida lo dispuesto en el art. 2.2 de citada Ley 10-2-1992, sobre el pago del justiprecio
que debe abonar el arrendatario como contraprestación al derecho de acceso que se le reconoce;
como es sabido, en dicha materia, la evolución legislativa al respecto viene resumida, entre otras, en
Sentencia de 31-10-1996 ( RJ 1996, 7725) : “... el proceso evolutivo sobre la materia proviene de la
referencia del art. 98-1 LAR a los criterios de valoración de la Legislación de Expropiación Forzosa
( RCL 1954, 1848; NDL 12531) , que, devino en que aparte del fijado en su art. 39 procedía el
reajuste al valor real de su art. 43 –ambos de la Ley 16 diciembre 1954–, sin que sea posible
compartir que este modelo ha sido sustituido por los arts. 66 y ss. de la Ley 8/1990, de 25 de julio,
en cuya Disposición Derogatoria se derogan ‘en especial los preceptos sobre valoración de suelo
contenidos en la legislación expropiatoria’; y no, porque, si bien el inmueble arrendado se califica –
no se cuestiona– como de ‘suelo no urbanizable’, y por ello se aparta de las exclusiones de su art. 7
de su Legislación arrendaticia, y por tanto cabe subsumir el evento en aquellos arts. 66 y ss. sobre
‘Valoraciones’, no puede desconocerse la terminante sanción de su art. 73, en donde se expresa que
‘los criterios de valoración de suelo contenidos en la presente Ley regirán cualquiera que sea la
finalidad que motive la expropiación y la legislación urbanística o de otro carácter, que la legitime’,
porque su recta hermenéutica conduce a que su campo de aplicación es todo lo referente a la
expropiación forzosa (a ello tiende tanto su ‘nomen’ explícito como su pronombre subsiguiente) y
es obvio, que el arrendamiento rústico y su privilegio ‘ope legis’ derecho de acceso no encaja en esa
figura excepcional, por lo que, en lo atinente, respecto a su vigencia temporal ha de mantenerse el
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sistema precedente, al no ser aún aplicable la instauración del nuevo régimen a resultas del art. 2
Ley Arrendamiento Rústicos Históricos de 10 de febrero de 1992 núm. 1/1992, y todo ello, con
independencia que citada Ley 25 de julio de 1990, a su vez se haya derogado por el Texto
Refundido del RDLeg 26 junio de 1992, sobre Régimen Suelo y Ordenación Urbana, cuyos arts. 46
y ss. reemplazan a los repetidos 66 y ss. de la extinta...”; tesis esta conciliable con la antecedente
Sentencia de 17-2- 1995 ( RJ 1995, 879) al decirse: “... el propósito que anida en la ‘mens
legislatoris’ lo acredita hasta la saciedad la nueva Ley superespecífica de 10-2-1992 ( RCL 1992,
323) –posterior por tanto a la del Suelo de 25-7-1990–, que en materia de arrendamiento histórico
establece la norma modular en su art. 2.2 –que aunque en este caso no es aplicable por razón de
fechas de vigencia– , de cuál es el precio que ha de satisfacerse en los casos de acceso a la
propiedad, que dista mucho del criterio legal en materia urbanística...”, por lo que habiendo
aplicado la Sentencia recurrida retroactivamente la sanción contenida en repetido art. 2.2 de la Ley
10-2-1992 de LAR Histórico, sobre la fijación del precio por la Juntas Arbitrales de Arrendamientos
Rústicos..., ello es contrario a la referida jurisprudencia, porque ese art. 2.2 se aplicará cuando
mentada ley cobre vigencia, y la misma, según su Disposición Final, entró en vigor en la fecha de
su publicación en el BOE, esto es, el 11-2-1992, por lo que habiéndose iniciado este procedimiento
con anterioridad, no procede la aplicación retroactiva, y por lo tanto, habrá de mantenerse el criterio
precedente, esto es, el recogido por el reenvío del art. 98 a la normativa de Expropiación Forzosa, o
sea, lo dispuesto en los arts. 39 y 43 de dicho Texto Legal; en Sentencia de 11-7-1995 ( RJ 1995,
5960) se decía: “... el art. 39 se explica porque es el que específicamente dedica la LEF a la
determinación del justo precio de fincas rústicas (que es el objeto del derecho de acceso a la
propiedad del arrendatario rústico). Aquella fijación no elimina por sí misma la norma de cierre de
los sistemas legales de valoración de los bienes, cualquiera que sea su naturaleza, que es el tan
citado art. 43 LEF”, y en Sentencia de 25-11-1994 ( RJ 1994, 8948) : “... en cuanto a la procedencia
de aplicar la línea sancionadora establecida en citado art. 43, particular este que dadas las
circunstancias del litigio ha de prevalecer, siguiendo al respecto, entre otras, lo dispuesto en S. 2-2-
1993 ( RJ 1993, 796) ‘es doctrina reiterada al respecto de esta Sala que en la fijación del precio del
acceso a la propiedad de finca arrendada la norma fundamental es la del art. 39 LEF, si bien también
es cierto que cuando el precio calculado conforme al precepto citado no resultase conforme con el
valor real de las fincas, puede acudir el órgano judicial encargado de la valoración a otros criterios
estimativos...’”, en ese sentido deberá admitirse el recurso , con los demás efectos derivados».
TERCERO
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Ante tal contradicción don Antonio G. Ch. formuló recurso de amparo ante el Tribunal
Constitucional y éste, en el recurso número 2151/1999 dictó sentencia de 5 de julio de 2001 (RTC
2001, 162) otorgando el amparo y anulando la sentencia de esta Sala de 27 de abril de 1999.
CUARTO
Tal como ha hecho esta Sala en otras ocasiones, como en el caso de la sentencia de 20 de julio
de2000(RJ2000,6184) (quedice:«efectivamente,elartículo5-1delaLeyOrgánicadelPoder Judicial
proclama que los Jueces y Tribunales aplicarán las leyes según la interpretación que en sus
resoluciones realice el Tribunal Constitucional sobre derechos y principios constitucionales»)
débese cumplir lo declarado por el Tribunal Constitucional en su mencionada sentencia, que no es
otra cosa que razonar el criterio divergente con las otras sentencias o seguir el de éstas.
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sentencias de la misma Sala mantuvieron que sí era aplicación retroactiva y casaron las sentencias
de instancia que también habían seguido la primera opinión.
Ante ello, se considera preferible cambiar el criterio y, ante dos posturas defendibles, seguir el que
ha mantenido una larga serie de sentencias de la misma Sala. Es decir, estimar el motivo quinto del
recurso de casación, por las razones, antes transcritas, de las aludidas sentencias.
Con ello, se sigue el concepto de jurisprudencia que se da en el presente caso. Siendo el concepto
formal de la misma, la doctrina que se mantiene en las sentencias de este Tribunal Supremo, ésta no
es fuente del Derecho (tal como se dijo explícitamente en la sentencia de 20 de enero de 1998 [ RJ
1998, 57] ): no crea normas, no produce Derecho positivo, ni se halla entre las fuentes del Derecho
en el artículo 1 del Código Civil y la Constitución Española configura el poder judicial separado e
independiente del poder legislativo (artículo 117). La jurisprudencia complementará el
ordenamiento jurídico, tal como dice el artículo 1.6 del Código Civil (y resaltan las sentencias de 12
de diciembre de 1990 [ RJ 1990, 9949] y 19 de abril de 1991), en el sentido esencial de conseguir la
unidad de criterio.
Y es en este sentido, en que se acoge el motivo quinto del recurso de casación, siguiendo el criterio
que ha mantenido la jurisprudencia, complementando el ordenamiento jurídico. Se considera, como
se alega en tal motivo formulado al amparo del núm. 4o del artículo 1692 de la Ley de
Enjuiciamiento Civil, que se ha infringido el artículo 9.3 de la Constitución Española y el artículo
2.3 del Código Civil sobre retroactividad de la norma jurídica. En virtud de lo cual, en aplicación de
lo dispuesto en el artículo 1715.1.3o, esta Sala asume la instancia y resuelve lo que corresponde, en
este extremo, ya que en los demás del recurso de casación se mantiene firme la sentencia –no
alterada por el Tribunal Constitucional– de 27 de abril de 1999. En este sentido, se declara que el
precio se fijará en la forma mantenida en las sentencias mencionadas de esta misma Sala.
Por lo expuesto, en nombre del Rey y por la autoridad conferida por el pueblo español.
FALLAMOS
Que debemos declarar y declaramos haber lugar al recurso de casación interpuesto por el
Procurador don José Manuel V. G., en nombre y representación de don Antonio G. Ch. E. contra la
sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Segovia en fecha 25 de marzo de 1994 que
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casamos y anulamos en el único extremo de que el precio a pagar por el acceso a la propiedad será
el que se obtenga por aplicación de lo dispuesto en el artículo 43 de la Ley de Expropiación Forzosa
( RCL 1954, 1848; NDL 12531), sobre criterios estimatorios para determinar el valor real de la
finca arrendada.
No se hace imposición de costas en ninguna de las instancias ni en este recurso, en que cada parte
satisfará las suyas.
Así por esta nuestra sentencia, que se insertará en la Colección Legislativa pasándose al efecto las
copias necesarias, lo pronunciamos, mandamos y firmamos. –José Almagro Nosete.–Antonio
Gullón Ballesteros.–Xavier O'Callaghan Muñoz. Rubricados.
En aquest cas es recor a la Ley de Enjuiciamiento Civil per dir que s’ha infringit articles de la
CE i de la CC. Ha passat aixo perquè s’ha solucionat duna forma diferent a sentències
anteriors. Per saber com s’hauria d’haver resolt, van al Tribunal Suprem per unificar la
doctrina i donar una solució final a aquest cas i nous de similars. En aquest cas, el TS dona
suport al criteri interpretatiu que s’ha utilitzat en més casos.