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BLOQUE III - Primera Parte - El Siglo XVII en Holanda - Texto y Contexto-Ontología de Spinoza
BLOQUE III - Primera Parte - El Siglo XVII en Holanda - Texto y Contexto-Ontología de Spinoza
BLOQUE III - Primera Parte - El Siglo XVII en Holanda - Texto y Contexto-Ontología de Spinoza
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La multiplicidad de la cristiandad en varias iglesias se resolvió de un modo
progresivo en la localización del estado y la iglesia. El lema que se impone en Europa
Occidental es una ley, una religión, un rey. Bajo este mandato se constituyen los
absolutismos. Todo el poder se centra en el Monarca. La lógica imperante de la gestión
de gobierno es siempre un movimiento que va de arriba hacia abajo.
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las monarquías católicas. El conservadurismo holandés se caracterizará por intentar
supeditar el poder del estado a la iglesia y concentrar el poder en la nobleza, en
perjuicio de las burguesías comerciales e intelectuales.
Jan de Witt gobierna Holanda como Gran Pensionario desde 1654 hasta 1672,
fecha en la que será expulsado del poder y muerto en la calle, en el mismo barrio en
que vivía Spinoza. Es un aristócrata que expresa los deseos y aspiraciones de la
burguesía comercial e intelectual holandesa. Spinosa escribe el Tratado Teológico
Político como un discurso de intervención frente al linchamiento y destitución de Jan de
Witt.
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De Witt llevó adelante una política activa de descentralización del poder, de
defensa de la tolerancia religiosa y de la paz civil, como condición necesaria para el
desarrollo del comercio. Fue también impulsor de un decreto por el cual dejaba
establecida la independencia de la filosofía respecto de la teología. Como republicano
defendió la subordinación de todas las iglesias al poder civil.
Los primeros fomentaban una religión depurada de los milagros. Negaban el dogma de
la trinidad, el pecado original, y sostenía que la divinidad de Cristo era solo una alegoría
de la perfección moral.
No obstante esta pluralidad, debe tenerse presente que el campo político de ese
periodo estaba intervenido por la hegemonía de un calvinismo dividido y fragmentado
en un calvinismo ortodoxo – que es el elemento conservador- y un calvinismo
heterodoxo – el elemento liberal- Ambas tendencias trabajaban y disputaban su
consolidación como religión nacional o iglesia estatal. Dieron lugar a la conformación
de dos partido políticos: los “remontrantes” y los “contra-remontrantes”, cuya contienda
explica la amenaza de restauración conservadora, que pondrá fin al republicanismo de
Jan de Witt, y propiciará el triunfo de la casa de la casa de Orange.
Los primeros se apoyan en la doctrina del libre albedrío, retomando con ello la tradición
erasmiana de la tolerancia religiosa y paz civil. El eje de sus posiciones es la libertad de
conciencia en la interpretación de las sagradas escrituras, la inmediatez de la relación de
la conciencia con el texto y con Dios y la eliminación de las jerarquías religiosas. A esta
posición se suman los cartesianos, por cuanto se interpreta que la libertad religiosa de la
conciencia es también la afirmación de la libertad filosófica.
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Los segundos se apoyan en la doctrina de la predestinación. Postulan la necesidad – no
de la libertad de conciencia- sino de promover una doble obediencia: al poder civil de
los príncipes y al poder sacerdotal. Es esta ala ortodoxa la que lleva adelante la
destitución de Jan de Witt y la realizó, promoviendo su linchamiento social en los
sectores populares. Socialmente este partido reunía a la nobleza y a los sectores
empobrecidos del campo y de la ciudad. Mientras que los “remontrantes”, a
comerciantes prósperos e intelectuales.
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torno a un proyecto político, cuyas tesis centrales son la igualdad, el panteísmo y la
democracia.
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el breve Tratado de Ética, antecedente de la Ética demostrada según el orden
geométrico. Estas últimas circulan en el contexto libertino y entre protestantes heréticos.
Serán recién publicadas en el siglo XIX, en 1862.
Conclusión
Bibliografía
Mantecón, T (2005) “La Afirmación del parlamento británico y los avatares del
republicanismo neerlandés” en Floristán Alfredo, Historia Moderna Universal,
Barcelona: Ariel.
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Clase 2 teórica- comentario de La ontología de Spinoza en la Etica Demostrada
según el orden geométrico
Los libros que se tomarán a consideración serán los libros I, II, III. Nuestro
objeto de análisis es discernir la especificidad de la ontología de Spinoza, su
demarcación respecto de la tradición. En principio sabemos que se trata de un escrito
que comienza a redactarse en 1660/1661 y se sostiene durante 14 años; que fue
publicado póstumamente y por su círculo de amigos, para inmediatamente engrosar la
lista de los libros prohibidos en Holanda y en toda Europa. Particularmente en estas
clases teóricas expondremos los pasajes más sustantivos de los libros I, II. EL libro III
tendrá tratamiento en la clase práctica. La Ética se compone de cinco libros. Los libros
que no comentaremos son los libros IV y V. El IV trata de la vida ético-política,
mientras que el V sobre la ciencia intuitiva.
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hay en Spinoza proyección de trascendencia alguna. Dios se identifica con la
naturaleza. La Ética puede leerse tachando la palabra dios. Las existencias singulares
son su expresión, son modos de Dios. Todo es en Dios y todo es su expresión: la
extensión, la materia, el cuerpo, el pensamiento, el alma, las ideas, el error y la verdad,
la vida condicionada por las pasiones y la vida ética son en dios –naturaleza.
Libro I De Dios
El libro I “de Dios” trata de la sustancia. Las tesis sobre la misma conducen a la
identificación dios-naturaleza como única sustancia. Son teorías preparadas en discusión
con Descartes y la tradición.
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En este contexto es también absurdo el gesto de demostrar la existencia de dios.
Va de suyo la existencia en una teoría en que se piensa la sustancia como esencia
actuante, en tanto es causa de sí.
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Finalmente, un tercer agrupamiento que conduce al planteamiento del carácter
determinado de las existencias singulares o modos finitos. El escolio de la Proposición
25 y las proposiciones 28 y 29 señalan la pertenencia de las cosas singulares a una
concatenación o causación infinita tal que el mundo – en el sentido de los eventos que lo
componen- debe pensarse siempre como determinado y nunca como contingente.
La sustancia dios-naturaleza
Los modos no son idénticos a los atributos, Spinoza los define como
modificaciones de los mismos, y en tanto se siguen de la sustancia actuante, también
están atravesados por el índice de la acción propio de la sustancia. Los seres singulares
de la naturaleza se esfuerzan por perseverar en el ser. Este esfuerzo es su índice. Se
esfuerzan los hombres y mujeres particulares, los peces, las rocas. En el hombre y la
mujer este esfuerzo se singulariza como conato u apetito (III/P6-9), si se es consciente
entonces es deseo, y si interviene la razón aquel esfuerzo se singulariza como esfuerzo
por entender, donde entender es equivalente al ejercicio de la virtud (IV/P23-24 dem,)
En este libro Spinoza presenta una teoría del conocimiento, el prólogo la enuncia
como el estudio o explicación de las cosas que nos conduce a conocer el alma y su
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felicidad. El sentido ético y político se integra a la relación del conocimiento. Cuerpo y
alma son dos singularidades diferenciadas, implicadas cada una en una concatenación
causal que permite distinguir tres géneros en el conocimiento. Uno de ideas confusas,
otro de ideas claras, y un tercer y último de felicidad, amor y libertad.
Respecto del primero, el corpus se inicia con una definición sobre el cuerpo
como modo de la extensión. El cuerpo es una de las singularizaciones en que dios se
expresa. ¿Por qué si el tema del libro es el conocimiento del alma y de su suprema
felicidad este conjunto de definiciones comienza con el cuerpo y no con la idea, por
ejemplo?
La esencia del alma es formar ideas, las ideas son la acción del alma y por eso
son ellas el ser del alma. Según la proposición 13 la idea tiene por objeto el cuerpo en la
medida en que existe en acto. Esta afirmación no debe hacernos pensar que el alma
toma por objeto al cuerpo, sino que está referida, determinada a percibir las afecciones
del cuerpo y a formar ideas o percibir esas mismas percepciones de los afectos del
cuerpo. El sistema spinoziano no admite una acción de determinación de uno sobre el
otro, sino una acción refleja, especular.
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anteriormente, este paralelismo se explica en términos de la siguiente correspondencia
entre estados del cuerpo y del alma: “cuánto más apto es un cuerpo para hacer o padecer
más cosas a la vez, más aptas que las demás es su alma para percibir más cosas. Y
cuanto más dependen de él solo las acciones de un cuerpo, y menos concurren con él en
su acción otros cuerpos, tanto más apta para entender directamente es su alma” (II/13 e)
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Las propiedades de su dimensión receptiva (Post, 5) y activa (Post.6) son
presentadas en términos de capacidad, de aptitud. Ambas constituyen el campo para
distinguir, el conocimiento adecuado o inadecuado, y de este modo conocer las cosas
que nos conduce al conocimiento del alma y su felicidad.
Veo un evento del mundo en que vivo y le atribuyo una voz que escuché y
recuerdo, sobre la base de un nexo establecido por la costumbre o la repetición. Veo una
mujer y le atribuyo la voz “bruja”, por haber estado expuesto a escuchar repetidamente
esa voz cada vez que pasaba una mujer. El recuerdo de una de estas imágenes
reestablece mi vínculo con la cosa presente. Spinoza cita otro ejemplo (pero podría
haber hecho tranquilamente referencia a la persecución de las mujeres en el siglo XVI,
XVII) el de un romano que pasa de la voz o nombre de una cosa a la cosa, no debido a
una relación de semejanza entre las palabras y las cosa, sino por la costumbre, por la
repetición de haber escuchado por ejemplo el sonido manzana, cada vez que tuvo
presente esa fruta en particular.
En el escolio de la proposición 40, Spinoza plantea sus tesis de los géneros del
conocimiento, lo descripto hasta aquí sobre la vida en una pluralidad de afectos y
afecciones, con los estados de confusión que desencadena pertenece al dominio de la
imaginación, de la opinión. Ahora bien no parece ser la imaginación a secas lo que
determina el género, ya que provengan las ideas de los sentidos o de signos acuñados
por repetición lo central es que se trata de sentidos y de signos nacidos de un modo
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fragmentario de vivir la existencia. Las palabras claves para caracterizar este género son
los términos “mutilación y confusión”.
Conclusión Libro II
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El estar “en medio de” puede adquirir una forma de existencia mutilada o
fragmentada o una forma ética integrada, equilibrada. Su tesis de los géneros del
conocimiento vincula el conocimiento confuso con la existencia fragmentaria,
desarticulada. Mientras que el conocimiento claro y distinto se relaciona con una
existencia integrada a la totalidad. La línea de demarcación entre ideas adecuadas e
inadecuadas es la relación de actividad o de pasividad en que se encuentre el cuerpo y el
alma respecto de los afectos, respecto de esa pluralidad que lo constituye.
Bibliografía Obligatoria
Spinoza, B., Ética demostrada según el orden geométrico, Madrid: Trotta, 2009.
Libros I y II.
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