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Cuestionarios 1,2,3,4,5,6
Cuestionarios 1,2,3,4,5,6
CICLO: XI
EL DECURSO PRESCRIPTORIO
CUESTIONARIO
El inicio del decurso prescriptorio tiene lugar desde que la acción puede
ejercitarse. Según el principio romanista de la actio nata, es menester que la
acción haya nacido y que esté en la posibilidad de ser ejercitada (actioni
nondum natae non praescribitur). Por actio nata debe entenderse, según
Coviello, la que se puede ejercitar, y que, ello, no obstante, no se ha
ejercitado.
La regla fundamental para el inicio del decurso prescriptorio está contenida
en el art. 1993 y se inspira en el principio de la actio nata. Como lo dejó
planteado León Barandiarán, con la posibilidad de interponer una acción
comienza a correr la prescripción de la misma con prescindencia de si el
pretensor tiene o no conocimiento sobre la posibilidad de ejercitar su acción,
por el carácter objetivo de la prescripción pues el efecto que se impone
como consecuencia del transcurso del tiempo deriva de la ley y de las
consideraciones que le sirven de fundamento.
Por ello, por constituir excepciones de una regla general en nuestro Código
Civil la del art. 1993- la codificación civil las enumera con carácter taxativo.
El Código Civil las enumera en el art. 1994, cuyo enunciado "Se suspende la
prescripción", tomado de nuestro Anteproyecto, no presenta el equívoco al
que podía dar lugar el del art. 1157 del Código anterior al señalar que "No
corre el término para la prescripción" y que León Barandiarán hubo de
precisar y aclarar.
CUESTIONARIO N.º 02
2. ¿Qué es el plazo?
Situación que varía dependiendo de la norma legal de que se trate, dado que
la determinación del plazo no es uniforme.
En otras palabras, el término es parte del plazo, por ejemplo, si una norma
establece que el tiempo para impugnar una decisión de la Administración es
de 15 días, significa que dentro de dicho lapso se podrá ejercitar el derecho
de impugnación, debiendo iniciarse el cómputo en un momento determinado
y teniendo como límite de vencimiento el día número15, que será la fecha
específica que se determine como resultado de dicho cómputo.
Los días hábiles son sólo cinco, es decir, de lunes a viernes, excluyéndose
los sábados y domingos que son días inhábiles.
Asimismo, serán inhábiles los días feriados no laborables, los cuales según
el artículo 6 del Decreto Legislativo N.º 713 son los siguientes:
Cabe señalar que hay casos de excepción en cuanto a los días inhábiles,
pues los mismos pueden ser considerados hábiles para algunas situaciones,
tales como interposición de denuncias o cuando la autoridad jurisdiccional
habilita el día inhábil para efectos de alguna actuación judicial.
El artículo 183 del Código Civil establece las reglas aplicables para el
cómputo del plazo.
El plazo señalado en “días” se computa por días naturales (todos los días).
Excepcionalmente, la ley o las partes podrán establecer que los plazos se
computen en días hábiles.
CUESTIONARIO N.º 03
6. ¿Qué es la acción?
CUESTIONARIO N.º 04
Los tratadistas citan como casos que revelan la renuncia, los siguientes:
reconocimiento de deuda; pago de parte de la deuda, o de sus intereses;
oferta de pago; compensación consentida por el deudor de la deuda
susceptible de prescripción, con crédito que tuviera contra la otra parte;
consentimiento dado para una novación de la obligación; petición de plazo
para el cumplimiento de la misma; constitución de una seguridad respecto de
ella; convención sometiendo una cuestión a arbitraje.
El artículo 1151 [art. 1991, C.C. 1984] prevé dos casos de renuncia tácita de
la deuda. Si el deudor reconoce la deuda sin alegar prescripción, hay
renuncia tácita a ésta, o como dice el precepto "se entiende renunciada la
prescripción". Es el primero de los dos casos de renuncia tácita que
contempla el artículo.
1.4.- Entre los menores y sus padres o tutores durante la patria potestad o la
tutela. Es la causal prevista en el inc. 4 y registra como antecedente el inc. 3
del art. 1157 del Código de 1936. Está tomada del Anteproyecto del que fuimos
autores (23) y debe entenderse, como lo advierte el Código Civil, durante la
patria potestad o la tutela.
Ninguna.
CUESTIONARIO N.º 05
Tal lo que comúnmente se dispone. Pero nos parece que en ello hay un rigor
excesivo. Con Spencer Vampré creemos que "la falta de observancia de las
formalidades de la citación se debe, por regla, a los oficiales judiciarios, y de
ello puede derivar la falta de una solemnidad insignificante, que no afecta la
intención del autor, y a pesar de eso ser nula la citación".
Pero el inciso 1º del artículo 1164 agrega: "Y no consta que el demandado se
instruyó de la notificación". Luego, debería pensarse que así la citación sea
nula por falta de solemnidad, interrumpe la prescripción si el demandado se
instruyó de la notificación.
El artículo 1165 [art. 1196. C.C. 1984] sólo habla de solidaridad pasiva. Pero
dicho artículo debe apreciarse en relación al artículo 1214 [art. 1196. C.C.
1984], que hace que, tratándose de la solidaridad activa o pasiva, los efectos
de la interrupción de la prescripción se extiendan a todos los deudores o a
todos los acreedores. Al comentar el artículo 1214, daremos nuestro parecer
respecto al régimen instituido.
Los primeros importan sólo una oposición a la pretensión del actor, pero no un
desconocimiento en sí a su derecho mismo; los segundos, en cambio, importan
que el derecho no existe más. De otro lado, las causas de interrupción o
suspensión que obran sobre la prescripción, son inoperantes tratándose de un
plazo de caducidad, que es un tempus continuum. La opinión de Wend de una
asimilación de ambos casos, no ha podido prosperar. Los casos de caducidad
funcionan en conexión a casos determinados, fijados por la ley; por ejemplo, en
los artículos 18, 81, 149, 324, 341, 365, 382, 383, 414, 527, 551, 667, 672,
1393, 1440, 1446. Los plazos de prescripción del artículo 1168 [art. 2001, C.C.
1984] actúan en todos los casos en general.
Otros plazos de prescripción, que siempre deben ser menores, sólo obran en
caso de indicación concreta del Código.
Tales casos, distintos de los señalados como regla ordinaria para la
prescripción de acciones, están fijados en los incisos 3º (acción de nulidad), 4º
(acción por determinados servicios), 5º (acción por pensiones alimenticias y
suministro de víveres), 6º (acción de responsabilidad civil), 7º (acción de
responsabilidad de los menores e incapaces contra sus padres), 8º (acción de
daños y perjuicios entre las partes por violación de un acto simulado). Hay, así
pues, prescripciones largas (las de los incisos 1º y 2º) y breves (las de los otros
incisos).
LA CADUCIDAD
CUESTIONARIO N.º 06
1. ¿Qué es la Caducidad?
La prescripción extingue la acción, pero no el derecho mismo ‘; el art. 2003
adopta el postulado según el cual: ―La caducidad extingue el derecho y la
acción correspondiente‖. El deslinde planteado tiene una especial significación
pues la doctrina ha prestado poca atención a la caducidad y la codificación civil
no ha relievado su tratamiento, habiéndosele confundido con la Prescripción y,
es más, subsumido sus plazos dentro de los de ésta. Como el efecto extintivo
de la caducidad se produce también por el mero transcurso del tiempo y ello, a
su vez, producía su confusión con la prescripción extintiva, la conceptuación de
la caducidad era resultado de una contraposición. entre una y otra, lo que,
indudablemente, no era suficiente para su deslinde conceptual.
Según el art. 2004: Los plazos de caducidad los fija la ley, sin admitir pacto
contrario‖. La norma no está tomada del Proyecto de la Comisión Reformadora
ni del Anteproyecto del que fuimos autores en el que planteamos una
propuesta según la cual: Los plazos de caducidad están prefijados por la ley o
pueden ser fijados convencionalmente y que complementamos con una fórmula
que establecía que: No pueden pactarse términos de caducidad cuando ellos
están prefijados en la ley.
Es nulo todo pacto orientado a dificultar a una de las partes el ejercicio de su
derecho.
Las propuestas de nuestro Anteproyecto las explicamos en su Exposición de
Motivos partiendo del supuesto doctrinal de que la caducidad es un modo de
extinción de ciertos derechos en razón de la omisión de su ejercicio mediante la
acción correspondiente o mejor, para ser más precisos, de la pretensión que de
ellos dimana durante el plazo prefijado por la ley o por la autonomía de la
voluntad privada. Indicamos que dicho plazo debía tener el carácter de fatal y
que, cuando el plazo fuera resultado de un acto jurídico, de un concierto de
voluntades, su eficacia, que no podía ser contraria a las disposiciones de la ley,
debía estar referida a negocios o actos jurídicos en los que las partes habían
querido cautelar el ejercicio de la acción fijando un plazo en interés de ambas o
de una de ellas.
Nuestro Anteproyecto, pues, conforme a lo expuesto, pretendió consagrar el
origen de los plazos de caducidad, haciéndolos emanar del imperio de la ley o
de la autonomía de la voluntad privada, y que, establecido que fuera que la
caducidad podía ser pactada, la autonomía de la voluntad debía ceder ante las
consideraciones de orden público pues, siendo el orden público el fundamento
de la caducidad, si los plazos estaban predeterminados en la ley resultaba
apodíctico que las convenciones no podían tener eficacia respecto a los plazos
prefijados por la ley, no pudiendo ser modificados por la voluntad privada ni en
cuanto a su abreviación ni en cuanto a su ampliación.
Expusimos, por último, que la fatalidad y perentoriedad sólo debían darse en
los plazos prefijados por la ley y que cuando el plazo resultara de la
convención, atendiéndose al fundamento de orden público de la caducidad, se
consagraba la nulidad absoluta del pacto orientado a trabar el ejercicio del
derecho.
Concluimos en que las convenciones sobre caducidad eran jurídicamente
posibles cuando, en ejercicio de la autonomía de la voluntad y en interés de
una de las partes o de ambas, se establecían plazos con a arreglo a las reglas
de la buena fe y a la manifiesta intención de las partes arreglo a las reglas de la
buena fe y a la manifiesta intención de las partes.