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MAYO 2023

inflación
La inflación de mayo se aceleró al 9,1%
y la inflación interanual superó el 115%
RESUMEN EJECUTIVO
La inflación de las y los trabajadores se ubicó en el 9,1% en mayo, acelerándose en 1,1 puntos porcentuales
respecto a los registros de abril. Este valor es el más alto desde abril de 2002, cuando superó el 10% tras el
salto inflacionario derivado de la salida de la Convertibilidad.

La inflación alcanzó el 42% en los primeros cinco meses del año, cifra que si se anualiza para el resto del año
se transforma en un 132%. En tanto, la inflación interanual (esto es, contra el mismo mes del año previo)
alcanzó al 115,7% y mostró la decimosexta aceleración consecutiva.

La inflación de mayo estuvo motorizada nuevamente por Vivienda (+23%), impulsada por subas del 54% en
electricidad y del 27% en gas producto de la baja de subsidios implementada por el gobierno nacional. A ello
se suman los alquileres, que subieron 8,4%.

El resto de los capítulos subió por debajo del nivel general, aunque todos subieron por encima del 6%, algo
que no se evidenciaba desde febrero de 1991, previo al Plan de Convertibilidad. Los alimentos y bebidas se
desaceleraron y anotaron un 6,8%.

La segunda parte del informe se concentra en la composición del empleo en los últimos 20 años. Tras haber
pasado del 37,6% al 51,8% entre 2003 y 2015, el empleo asalariado registrado viene perdiendo peso dentro
del total de la población ocupada. En 2022 dio cuenta del 46,4% del total, cifra similar a la de 2007-8. En
contraste, vienen ganando peso el cuentapropismo (particularmente el femenino) y el empleo asalariado no
registrado.

El informe presta particular atención a un segmento del empleo asalariado no registrado poco analizado
hasta ahora: el de los trabajadores y trabajadoras en relación de dependencia que, si bien no tienen acceso
a vacaciones pagas o aguinaldo, aportan por sí mismos al sistema jubilatorio (por ejemplo, a través del mono-
tributo). Este segmento viene ganando participación en el total de los asalariados no registrados: pasaron del
8% al 14% del total de este universo entre 2016 y 2022. El dato llamativo es que se trata mayormente de
asalariados altamente calificados, con niveles de ingresos y pobreza mucho más parecidos a los asalariados
registrados que al resto de los informales. Aquí se inscriben, por ejemplo, médicos que facturan a un emplea-
dor o mismo una parte de los trabajadores de plataformas como las de transporte y mensajería.


LA COYUNTURA DE PRECIOS
Tendencias generales de la inflación de mayo
La inflación de las y los trabajadores se ubicó en el 9,1% en mayo, acelerándose en 1,1 puntos porcentuales
respecto a los registros de abril. Este valor es el más alto desde abril de 2002, cuando superó el 10% tras el
salto inflacionario derivado de la salida de la Convertibilidad.

La inflación alcanzó el 42% en los primeros cinco meses del año, cifra que si se anualiza para el resto del
año se transforma en un 132%. En tanto, la inflación interanual (esto es, contra el mismo mes del año previo)
alcanzó al 115,7% y mostró la decimosexta aceleración consecutiva (Gráfico 1).

GRÁFICO 1
Inflación Interanual de los asalariados registrados (2014-2023)

Fuente: elaboración propia en base a relevamientos propios de precios.


La inflación de mayo estuvo motorizada nuevamente por Vivienda (+23%), impulsada por subas del 54% en
electricidad y del 27% en gas producto de la baja de subsidios implementada por el gobierno nacional. A
ello se suman los alquileres, que subieron 8,4%.

El resto de los capítulos subió por debajo del nivel general. Por encima del 8% mensual estuvieron Recrea-
ción y cultura (8,4%), Comunicaciones (8,3%) y Salud (8,2%). Equipamiento del hogar (7,8%), Otros bienes y
servicios (7,4%) y Transporte (7,1%) estuvieron un escalón por debajo. En tanto, Alimentos y bebidas (6,8%),
Educación (6,5%) e Indumentaria y calzado (6,1%) completan el resto de la canasta. Nótese que todos los
capítulos subieron por encima del 6%, algo inédito desde febrero de 1991, previo a la Convertibilidad.

GRÁFICO 2
Inflación mensual de abril

Fuente: IET en base a relevamientos propios de precios.


Dentro de Alimentos, sobresalieron las subas en lácteos (9,2%) y pan y cereales (9,1%). Amortiguaron las
subas las infusiones (-0,8%, por la yerba) y bebidas no alcohólicas (+0,2%, por gaseosas). En tanto, las
carnes treparon 4,5% y desaceleraron respecto al mes previo.

¿Qué pasa con el empleo informal?


De acuerdo a los datos del INDEC, en 2022 (última información disponible), la composición de la población
ocupada argentina se distribuyó de la siguiente manera: un 46,4% asalariados formales (el empleador les
realiza descuento jubilatorio), un 26,9% asalariados informales (el empleador no les realiza descuento
jubilatorio) y un 26,7% no asalariados (cuentapropistas mayormente).
El gráfico 3 muestra la evolución de estos porcentajes desde 2003, cuando inicia la serie de la Encuesta
Permanente de Hogares, distinguiendo al interior de los asalariados no registrados entre dos categorías:
aquellos trabajadores y trabajadoras en relación de dependencia que aportan por sí mismos al sistema
jubilatorio (por ej., a partir del monotributo u otro instrumento) y aquellos que no lo hacen.
Gráfico 3:

GRÁFICO 3
Composición de la población ocupada de Argentina, 31 aglomerados urbanos, promedios anuales

Fuente: IET en base a la EPH.


Entre 2003 y 2015 (principalmente hasta 2011), se nota una clara mejora en la composición de la población
ocupada: los asalariados registrados pasaron de dar cuenta del 37,6% del total al 51,8%. Lo que más se
contrajo fueron los asalariados no registrados, que pasaron del 36,1% al 24,9% del total. En menor medida
también disminuyó el peso relativo de los no asalariados, que pasaron del 26,3% al 23,2%. Este cambio en
la composición del mercado laboral se produjo centralmente por el fuerte crecimiento experimentado en el
período 2003-2011, sumado a una política proactiva en la institucionalización del mercado laboral, que
condujeron a una progresiva formalización. El débil desempeño económico a partir de 2011 -y particular-
mente de 2015- limitó la capacidad de generación de empleos formales en el sector privado, algo que fue
parcialmente compensado con el aumento del empleo público. No obstante, tomando como un todo, el
mercado laboral tendió a precarizarse: en 2022, el 46,4% de la población ocupada fue asalariada registra-
da, cifra similar a la de 2007-8. En 2022, el PBI per cápita de Argentina fue similar al de esos años, de modo
que no sorprende que la composición del mercado laboral haya seguido, a grandes rasgos, una misma
tendencia. No obstante, vale la pena aclarar que en 2021-2022 el empleo asalariado formal creció con
fuerza, y sin embargo perdió peso relativo dado que otras categorías ocupacionales como el cuentapropis-
mo y el empleo asalariado no registrado se expandieron todavía más rápido.

Entre 2015 y 2022 ganó peso el empleo no asalariado, que pasó del 23,2% del total al 26,7%. Esto estuvo
impulsado particularmente por el cuentapropismo femenino, que pasó del 35% al 40% del total del empleo
cuentapropista. En tanto, el empleo asalariado no registrado ganó peso también, pasando del 24,9% del
total al 26,8%. La nota distintiva -que se menciona poco en los análisis generales- es que la suba del peso
del empleo asalariado informal estuvo casi íntegramente traccionada por aquellos empleados asalariados
que aportan individualmente al sistema jubilatorio (pasaron del 2,1% del total al 3,6% y, si contamos solo el
universo de los asalariados a los que el empleador no les realiza descuento jubilatorio, pasaron del 8% al 14%).

Resulta interesante analizar más en profundidad qué características tiene este segmento del empleo asala-
riado, que está en una zona gris entre la formalidad plena (es decir, en donde el empleador le aporta al siste-
ma jubilatorio) y la informalidad plena (en donde el Estado no conoce la existencia de este trabajador
producto de que ni siquiera aporta por sí mismo al sistema jubilatorio). Los datos se consignan en la tabla a
continuación.


Cuadro 1:
Características socioocupacionales del empleo por categoría ocupacional, 2022.

Fuente: IET en base a EPH-INDEC.

En primer lugar, el trabajador/a que aporta por sí mismo al sistema jubilatorio es en promedio más joven que la

media de la economía: la edad promedio es de 39,7 años, contra 40,9 del promedio de la economía. No obstan-
te, son trabajadores de mayor edad que los asalariados informales que no aportan por sí mismos a la jubilación,
cuya edad promedio es 35,7 años. En otras palabras, los jóvenes están particularmente sobrerrepresentados en
este frágil segmento del mercado laboral.

En segundo orden, la tasa de feminización en los trabajadores/as que aportan por sí mismos al sistema jubilato-
rio es más elevada que la media de la economía: el 48,8% son mujeres, 5 puntos por encima de la media y casi
1 punto por encima de los asalariados informales que no aportan a la jubilación.

En tercer lugar, un dato muy llamativo es que los trabajadores/as que aportan por sí mismos al sistema jubilato-
rio presentan niveles de calificación e ingresos mucho más parecidos a los asalariados registrados que al resto
de los asalariados informales. Tal como se ve en la tabla anterior, el nivel educativo de los trabajadores/as asala-
riados que aportan por sí mismos al sistema jubilatorio tienen 15 años de escolarización promedio , esto es, 1,7
años por encima de la media de la economía e incluso 0,6 años por encima de la media de los asalariados
formales. El dato para destacar es la gran diferencia que hay con el resto de los asalariados informales, que
tienen apenas 11,6 años de educación. En la misma dirección, el porcentaje del empleo que es altamente califi-
cado (con calificación profesional o técnica) alcanza el 41,5% en los asalariados que aportan por sí mismos a la

 
jubilación, 13,4 puntos por encima de la media de la economía (e incluso 5,3 p.p por encima de los asalariados
registrados). Comparado con el resto de los asalariados informales, la brecha es muy grande: apenas el 6,4%
de estos tiene alta calificación.

Los ingresos laborales de los asalariados que aportan por sí mismos al sistema jubilatorio son muy parecidos a
la media de la economía y el doble que el resto de los informales, aunque 25% inferiores al de los registrados.
A su vez, las horas trabajadas a la semana son menores al promedio de la economía (2 horas menos por
semana) y a los asalariados registrados (3,3 horas menos) pero más que el resto de los informales (1,7 horas
más).

La tasa de pobreza en los asalariados que aportan por sí mismos a la jubilación es casi idéntica a la de los asala-
riados registrados (16% en ambos casos), y un tercio de la del resto de los asalariados informales (48%). Que la
tasa de pobreza sea similar a la de los asalariados registrados, aun teniendo ingresos totales 25% menores, se
explica porque los asalariados que aportan por sí mismos a la jubilación viven en hogares considerablemente
más pequeños en cantidad de miembros que el resto de los trabajadores, de modo que la canasta básica a
considerar es más económica. El tamaño promedio del hogar es de 2,78 miembros, una cifra 12% menor al
promedio de los ocupados.

En resumidas cuentas, podríamos decir que este tipo de empleo asalariado es, por un lado, relativamente califi-
cado y profesionalizado, aunque en simultáneo precarizado, ya que no se goza -además del aporte jubilatorio
por parte del empleador- de otros derechos tales como obra social, vacaciones pagas, aguinaldo, etc. No
obstante, la calidad de vida pareciera ser muy diferente a la del resto de los asalariados informales y en muchos
sentidos más parecida a la de los asalariados formales, lo cual se plasma por ejemplo en métricas de pobreza
similares.

¿En qué sectores gana peso esta forma de empleo? Tal como se ve en el gráfico a continuación, el peso es
mayor en los servicios, tales como salud (10,9% del empleo total), inmobiliarias (9,5%) y transporte (7,7%). En
este último sector el porcentaje viene creciendo de la mano de plataformas digitales tales como Uber, Cabify,
Rappi o PedidosYa, en donde por lo general se exige al trabajador que se inscriba en el monotributo. Resulta
difícil estimar el empleo en trabajadores de plataformas con la EPH -dado que posiblemente una parte se consi-
dere como no asalariado, en particular, aquellos que trabajan con varias plataformas, dado que para ser asala-
riado se requiere trabajar para un único cliente-, pero sin dudas algo se capta a través de esta categoría ocupa-
cional. En efecto, al interior de transporte puede verse que el rubro de mensajerías tiene un 22% de trabajado-
res bajo esta condición de asalariado que aporta por sí mismo al sistema jubilatorio.


Gráfico 4:
Porcentaje de los trabajadores de una rama que son asalariados y aportan por sí
mismos al sistema jubilatorio, 2022

Fuente: IET en base a la EPH del INDEC.

Por otro lado, el hecho de que salud dé elevado obedece probablemente a médicos y médicas que facturan a
algún empleador en lo que es una relación laboral encubierta.


@centrocyd

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