CUIDEMOS EL AGUA

Cierta tarde, se encontraban cuatro amigos saliendo del colegio Ignacio Sánchez Luis,
Cristhian, Héctor y Leonardo Sánchez se la pasaban super juntos.
En eso Luis, Dijo: ¡ Qué hambre! Comeré este rico plátano.
Yo tengo mucha sed, dijo Cristhian me beberé esta rica gaseosa a mí me quedó solo este
chocolate dijo, Héctor y tú Leonardo qué comerás, bueno yo me comeré estas galletas rellena
de fresa, ¡Que rico! Dijeron los niños.
Ellos iban muy contentos corriendo y jugando en el camino, hasta que llegaron al puente se
acercaron y empezaron a ver el agua y riendo empezaron a lanzar desperdicios que tenían en
la mano.
Luis lanzó la cascara de plátano y sus compañeros empezaron a lanzar los empaques de dulces
y la botella de gaseosa que Cristhian tenía en sus manos.
Pero, derrepente escucharon una voz que les decía: ¡Por favor, no hagan eso!
Los niños voltearon muy asombrados y empezaron a buscar de donde venía esa voz.
¿Quién dijo eso?, pregunto Luis.
No sé dijo, Juan.
Cuando en ese momento se les acercó un ave amarilla.
Y les empezó a decir: ¿ Por qué hacen eso? ¿ Por qué ensucian el agua?
Pero si todos lo hacen, muchas veces las personas arrojan basura en el agua respondió,
Héctor.
En eso el ave les dijo: Yo les mostraré lo que ustedes causan cuando arrojan los despercios en
el agua.
Y en ese momento los niños empezaron a volar siendo guiados por el ave amarilla, ellos
estaban muy felices volando hasta que el ave los llevó por lugares muy contaminados por las
basura que los humanos arrojan.
Los niños se pusieron muy tristes al ver tan sucios, esos bellos lugares como las playas, ríos.
Pudieron ver también algunos animales llorando y sufriendo, porque su habitad o su casa
estaban muy sucias y arruinadas.
Luego los peces empezaron a hablarles: Amiguitos porque ustedes no nos quieren, mucho de
mis hermanos peces mueren al confuncir estos desperdecios con alimentos y por toda esta
contaminación, ¡Ayudenos, por favor!
Por favor cuiden el agua, el agua es vida y se está acabando no la desperdicien ni la
contaminen. Se los pido por favor, repetia una y otra vez, el enorme pez…
En ese momento el ave amarilla les dijo: Ahora entienden porque no deben arrojar los
desperdicios al agua. Y porque debemos cuidarla.
Finalmente, los niños pudieron entender el mensaje del ave amarilla, que después todos
juntos fueron al río a recoger todos los desperdicios que encontraban en su camino.

Y todas las personas que observaron, empezaron a imitar sus buenas acciones, como las
personas que vivian cerca empezaron a limpiar el río por varios días.
Dias después el río quedó muy hermoso y limpio.
Y sobre todo los peces vivieron muy agradecidos y felices gracias a las acciones de Luis,
Cristhian, Héctor y Leonardo.
FIN