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“H lugar de Juan José Saer" por Meria Tosa Gramugtio De prologos y epilogos En vez de llevar un prélogo, esta antologia sabre con al unas reflexiones de Saer sobre su escritura Se rata del din, ‘tile y sempre dncutido intento de recuperar una instar ia ahandonada por la critica, en su exigencia de que los tex- tos hablen por sf mismos: la del autor como sujeto pertene- ciente al mundo, no reductible a la categoria de sujeto de “Mia TG mex Rati princi Sane on 1938 Bs ts ir) Pfs “Sarge om fo Sr at 198 pad nun Jou er por nn fn Sac (Bure ie, al 1986 fel rer us [i bet outer "pee Aas moment ar ean et ‘i mas yr x rel asus aun eta (a forms acon y tant Se partner ‘lin nd acon popina yo ea, iss d ‘hace nate ta xeric oid, ie [remiss pie xr kar peop safe {ger Sores 9 rt mc ars tine eas {tl desu ey pnw dso goa etapa ‘itt ae Ami, fone Prine lal fart pe ‘Sm mt natty pcm patent inno af St it a ny ae (ate dr, nara Sa oe ter oad teh a antec tn ent ds gi oa Dele, rtd cme etn pt far dear moe» ‘sate pe ants on cent 9 as peal are ‘Sonos tig FA 319 cenunciacin ni reemplarable por una figura lingistea. Vel intento se funda en kt soxpecta de que al reflexionar sobre su trabajo, elescritor nos abre nuevas perspectvas acerca de elo, funque es0 no implica suponer que en us palabras reside al {guna verdad dhkima acerca de obra. Pues lo que el eseritor propone -sus propucsas, us propésitos- acaba excedido por Jos textos, quc,arrojados al Gempo ya las lecturas, van segu- ramente mas all, pevo siempre, de un modo w otro, deja en ‘logs marca Se tata, también, de que el lector ponga en re lacin lo que el excite dice de si, de sus dudas y obsesiones, de la esritra y de fa literatura, con lo que dice Is obra; y quello que él dice pas a formar parte de la red discursiva {qe rodea a los textos, aunque, ocupanc, por su posicén, un ‘stauto diferente '¥ al final de [a antologia, exe epilogo. Si todo prélogo suelealbergar, de manera mis 0 menos encubierta, Ia inten ‘ion de orientar una lectura, ex freevente que los epilogor fupiren 3 clnururarla,a jar un sentido alo que se ha leido algo asi como Ia fantasia contable de un balance. Por suerte, texisen esor cies tenchrosos que son los buenos lectores, ‘que se saltean Ios prélogos, o que espian los epilogos antes Ake Teer los textos, aunque mais no sea por puro ejercicio de tun suludableexpiitw de contradicidn. Ni orientacién ni ba Jance, aquf slo se intenta acompatiar alos textos con alg nas ideas propiasyajenae que se encuentran desperdigadas tn unos pocos trabajos exstentes; pues, como es sabido,e in- ‘luso ha sido sefalado como pruca desu calidad, Ia obra de Juan Joré Saer, una “obra en marcha" que hasta ahora inclu ye cuatro libros de relator, ses novelasy un ibro de poemas, ‘bo ha obtenido de Ia erica una atencidn sstemética que ex ya pareja con ss densidad y con su rigor Preguntas fuera de reportje De yo ink youl seeive i the history of Phat not ey pb Ion want ih ao it Bud ome sso ‘Sate Juan Jo Ser a ying fon, sme of my ages a cary and cone pore al alge her pati fom the ps De un reporije a Enzo Cuchi Fla Ar novembre de 088 nls ona el primer libro de Juan José Saet, fue publicado en 1960, Veinicinco ais de una obra en curso despiertan tentacion de someteria a preguntas que busquen algo mis aque la descripein de sus procedimientos constructvos,Pre~ guntas, por ejemplo, ome aquells que Herman Broch form Jaa al Uses cemo expresa tna obra su relacién con el tiempo fen que vive? JF Ia obra algo pasaero que como una ola 9c mo un juego, pronto se desanece, o, frmemente araigida fen las corrientes de su Uerpo, se exige en él como una eons truccion s6lida y tangible, emergiendo ms alli desu inmedia- tery proyectindase hacia el futuro, en el eval pod, qui, per ddurary aun elercer sina? Cl es, en todo caso a apuesta de un artista? (Solo la de hacer una Toba bell”, a de hacer “an buen trabajo" Tal ve muy pocos se atreerian a aditir algo masa de lo primero y menos ain de da rexpuests ta reagomas como la del pintr italiano del epigrafe. En los do- rminios de a literatura, al menos, la proesién de madestia es costumbre (también en esto Borges es un paradigma) yel pe taulo de soberbia puede ser catgada con el olido de loss los. Vea, tno, en esta antologis, Flos ‘Delo que no cabe dda es de que esta preguntas segura: mente ienan excess, y hasta anacrénicat,en un Hem po eo mo el auesto que, justamente, se caracteria por desconfiar {e todo ipo de aproximaciones que impliquen alguna jez, align afm totalizador, alguna ertera mis alld de la compro. bnacion de que no quedan certezas ni totalraciones posibles ¥ ‘3 formulacion se torna aun ms problemdtica cuando ella se reali desde el interior de una tadicén herria, o, mejor, de tana cultur que tiene tna colocacim perifria con respecto alas grandes radiciones del eltura occidental, Sin embargo, su clas pueden volver obstinadamente cuando se considera una ‘ora como In de Sacra la que no parece exagerado atibuir tina tendencia alo cisco, entendiendo aquf por eisico aque: Tle que puede perdurar, como dia Habermas, justamente por ser moderno de un modo auténtco, es decie, por estar fertemente enraizado en el iempo.en ques vive. Pues en cs ta escrturasurgida de la negauivdad yde laincertidumbre en ‘onramos la construccién de na poctiea que desplaza las formas tradicionale toalzantes de representacion para tr bijarcon un registro minucioso y reiterative de la percepeiéa, del recuerdo y de la conciencia del recuerdo, tnicas insta ‘ie capaces de asi en el embladeral de "loreal", esas realida- ds inasibles que son materia de la fiteratura el tiempo, el es pacio, los sere, ls corms Yencontramos también el riesgo de Jun proyecto que apuesta ala escrtura come préctica capar de resttui a la miliples direeciones en que se fragmenta lo real alguna forma de totalidad que solo podria alcanzarse des ‘dela dimensin estética, 0, se prefiee, desde la poesi: fs fi, prerario y permanentemente-amenazado camino para Bcerearte al improbable sentido ~les que hay un sentido~ de lo que llamamos “el mundo”. Alpas lcturas Hay indicios claros de que en los limos afos se ha ido produciendo un cambio en la recepeién de la obra de Sae, Jungue siempre en el interior de un circuito que, pese 2 reediciones de fel acceso, no ha dejado de ser minorita Muchos escrtoresy eritcos recién ahora empiezan a leery también, en algunos esos, a lerlo de modo diferente. Es pro- bable qu se pueda empezar a trazar una pequefia historia de cm lector, en In que we perciba emo se combinan tanto el crecimiento mismo dela obra, que ha ido cteando sus propia condiciones de lectra, como la diversdad de perspectiva, partir las cas ella ella. Ast como para Borges un c= ‘itor erea asus propios preeusores a leetura (0 electra) {del primer libro de un autor desde un presente que supone 1 sa Sobre un os Sar conocimiento de los que le siguicron aroja sobre él nuevas lo- ‘es-lamina aspectos ue pasaron inadvertides, propone otto Telieves,repara en zona antes no pereibida. Toda lectus, incluida la del eritico, posee una buena dosis de ejerccio Conjetual, controlado por el conjunto de presupuestos yco- hhocimientos que el letor (0 el eritico) manejan.¥ toda obra propone, asa ver, su propio cSdig, que en muchos casos en fra en conficto eon et de lector, incomodndol, desajustan- ‘lo, subrayande la noidentidad. Yes en buena parte debido {Tata batalla entre el letor y la obra, yno slo a ls cambios ‘el hagaje de experiencins y de conocimientas tedricos, que uevas letras pueden orientarse en nuevas digeccones, mo- Uifeand total © parcalmente el horizonte de recepcién de fos textos ‘Gnando, por ejemplo, en Literatura y subdearale Adolfo Prieto inelaye a Saer entre los excritores que ofrecen un test tmonio sobre los aos de primer peronio, ene seguramer te como punto de referencia Raspensa, una nowelle donde el tlerrumbe de Barros, el personaje central, est estrechamen” te ligado, en la trama de relato, ala caida de Per6n. Desde la perpectiva que organiza Ia letura en un libro como Literatu ta Subdesarnla,exerito sends en el marco de las polémicas cbre el realismo que en cre momento atravesaban el campo Iiterario,extainclusén, anterior la aparicién de Gare, no dja de ser pertinente. Lecturse posterior han ido privle igando la puesta en cscena del proceso de producciin del ro {hto, la intrtextwalidad como insaneia productva ola repe- ticidny la fragmentacién como procedimientos para derogar Ia representacién tradicional y la inealidad de la esertara, y close debe tanto la materia misma que han ido proweyer- ti los textos de Saer como las diferentes perspective lee tra que ottos textos literatios y nsewos desrroloste6ricos hrieron en el espacio de Inertia. Es probable que el efecto de estas nuevas lecturas se taduzca en una reubicacién de ‘Ser en el sistema itraio, modificando su colocacién lateral y generapdo ronas de lecturay de inIuencia més ampli, 333 roconts ances aunque siempre fesistentes a las formas més ortodonas de la Consigracin institucional y del mercado a la que los textos ‘mismos, por otra parte se muestran refractarios. '¥ como exalquie otra, la lectura que aq se propone ¢s tuna lectra feed, atrapada en el cielo ess prpiospre= supuestosypreferencias, con los cuales discute, Lectura por lo tanto abierta, aceptadora de su correspondiente dosi conje- tural, segoramente modifica y aun cantradicha por nuevas lecturas, por nuevos texios. Goza, pese a todo, de los files prvilegios que concede el tiempo: por ejemplo, el de relecr hora Bx la sonay poder seialar de entrada que ese vtulo no remite a ningsn regionalism y que se vineula, como veremcs, ‘on aspectos de wn proyecto que se iréreaizando,y al que aluden, de modo explicit, dos textos de eta antologfa: “Algo {se aproxima” y “Diseusidn sobre el témino zona rimeros pasos de un proyecto Pass de in peering som, erates La cta gongorina que leva como epigrafe La mayor pate ce autorizr i propuesta de esta letra in recorrd parcial jor algunos textos. En exe pereprinaje de la escritura que e= Ia obra, los libros (los textos) exhiben la huella de los paso. ‘© mejor son ellos mismas los pasos en ea marcha errante har ciael proyecto, el cual, como un espejismo,se muestra con en ‘zis precin para diuine rapidamente con cada accrea- mmiento y recomponerse de nuevo, nde, como ust meta sempre renovads en una distaneia nunca alanzable. El primer soe primer libro de Sac, En la sna, ve publi ‘ado en 1960 por la editorial santafesina Castell. Ninguno de ‘ston es dato, aera, el uoulo ya eo resuftan inden es, Slo se watade ponerlos en relacin cone sistem vivo de literatura argentina y con el conjunto de Is produccin de Sacre para que desplieguen, como las pitas en as roves policies, o- ‘do el sentido que encierran bao su aparente neutaliad. sa Sabre fun Js Saer En primer gar la fecha. Es posible que la mencin de los fos sesenta convoque de inmediato en ls leetres fs imagen ‘de un momento de particular efervesencia y expansiin cu tral, que en el campo itraro se vineua af apaticin y los elects de Rayuelarecortados sobre ls fenémenos mae astos Gel crecimiento del publico yde la industria editorial, com temporineat del boom de ki leratura latinoamericana, CConviene puntualizar, sin embargo, que a prineipios de ext ‘écada la tendeneia més notoria en la narrative argentina en tlobaba diversas vaiantes del reaismo en la que confluian Ye enlazaban Tos antecedentes més remowos de Boedo, las ormae difusas de la eflexién mora representada por agus cacritoesvinealados a Sur ye fuerte compromiso con ls x tia socal y politica que consti I realimacién literati, en cl campo de la fccign narrauva, del programa de Contorna Vesbitshy, Sabato, Viias, Guido, Lynch, son los nombres que remiten a esa etapa. Rayuela se publica en 1963, 9 esa partir ‘dell que povlemos fechar el comienizo de algunos cambios y ‘esplazimientos que dsefan las nuevas tendencias que pass Fin aserdominantesen la segunda mitad de la cada. ayuda “nunca la declinacin de aguelie variants realists y el vise hacia nuevas poétcas ineorporadas por Cortizar y luego por ‘su sequidores; al mismo tiempo, hace posible una relectura fe Borges, que coneluird por asignar a te un lugar eenual ‘en el interior del sistema iteraio. Ambos efectos estinrefor tados por spoyaturas externas la repercusin (para continsae ‘on la metifora sonora) del boom dela narraiva hispanoarne- ‘cana yl consagracicn internacional de Borges, ue empic 1 por exon aon. Entre la herencia de los aos cincwenta ya rarrativa que cristaliza a mediados de los sesenta, Bn la zona pede ser vista como ocupando o inangurando un expacio dk ferent, inasimilable para cualquiera de las dos tendencias principales, nto por ra colocacién eomo por sus elecciones Tierarias mis visible. das, ademas, ef dtulo, Bn la zona designa una sept racidn con respecto al lgar geogrfico que es el centro del 335 sistema literario argentino: Buenos Aires. es, adem, un bra publicaco en Santa Fe, Estos datos alimentaron el equivo- co de una adscripelén regionals, que el texto, por sis catac teristias, desmiente, remitiendo en cambio al momento de fandacién lteraria de espacios que se tornan Iterariamente significaivos. En este caso la zona’, la ciudad de Santa Fe que los relatos nunea mencionan ¥ sus alrededores, lene, ‘como la Dublin de Joyce o et Paris de Provst(y fa mencin de {]stos nombres no es casual, pues se hallan viiblement ligados alas elecciones de Sar) un referente real a partir del cual se ‘despliega a construcein del espacio imaginario; un ancaje que tenrré uertes proyeccionesen la coofiguracién del mundo rralivo,en el cul la "zona", como reserrio de experience y recuerdos, se constituye en un nelea productive de los matera- les iteraiosy en uno de los elementos formales que confieren toni —unidad de lgar”al conjunto dels textos. ‘En ls soma ess formado por trece eventos separados en ‘dos partes por un poems, Pato de baile”, verdadero paso o pa- ‘aje entee dos espacios dierentes que se dibsjan en el interior de In zona. En la primera pare, ln “Zona del puerto” os persona jes pertenccen al submunda det hampa: flleros, prostitutas, delincuentes ydrogadictos, su relaciones amore © ani: tosas, iliales 0 fraternales estén sometidas a un duro cédigo ‘eyo desconocimientoo transgresin puede acarrear la muer~ te Fs posble leer aqur una alsin, pero también wna replica, ‘menos colorida, menos crolista, del mundo de los malevos y ‘asl borgeanas,entetejida con elementos provenientes de ‘otro émbito teravo: la novela poicial dura y la poeaéa norte. tmericana; un stem de eleeiones que es atipico en la narra ‘argentina de exe aos. Lefdas desde una perspectiva actual, tas pista iterarias de que estn sembrados estos eatonexceden nivel ingenuo debs inlencias preibls en os libros prime- ‘os, para apuntar 2 un uabgio de wansformacisn de lor mate rials provenientes del reperoro literati; pues en ells, para decilo con algunos elms el estilo conjetral, a frase hipose- ‘ia los signos de una orliad pudorosamente dubtava-raras 336 Sabre Ju Jos Saar veces asertiva~ a historias que rpiten otras historias, os perso nije que parecenexpejo de otros personas, sn algo mie que In ucla de as preferencias literarias de facia borgeana: son, tambien la rama via sobre a que mds adelante se condensin los iécleos més significative del mundo narratvo: algunos te- ‘mas, algunos personajes, algunos procedimientos. Puntos de partida de la unidad En la segunda parte de En Ja zon, “Mis al cent", los personajes revisten otro tipo de marginalided: son j6venes ‘studiantes, excrtores en cleres, a asesino fetieo;itelec- tales de cate media provinciana que mantienen relaciones ‘muy lias com las insiticiones familiares y sociales. En este conjunto, Algo se aprxima,dltimo relato de! libro y timo de fos includes en esta antologi, resulta también wn tulo ig- nificativ: proyeetado sobre lo que vino despues (o leido al final, en el orden que aqui propone Sact), puede ser visto como la primera aproximacién aqvello que In excritara ‘busca. “Texto fondante de la Becida narratva’, como lo ha ‘alficado Mirta Stern, reine lineas temsticas, personajes, tmouivosycrcenas que se reiterarin, wansformadasen los tex- tos posteriores Encontramos allen primer lugar. personajes que reaps recern et los textos Futiros, armando wna red de reladones, fencuentrs y desencuentros: Horacio Barco, Carls Tomiatis (cayo nombre no se menciona en el cuento), Led un aboga- do judy comminita que es com una prefguracin de Marcos Rosenberg, el abogado de Giennzes Encontramos también una ‘xcena frecuente, la eunién de amigos, ess antes desma ‘ejadas y pobres donde nadie parece diverts, y que suelen fiancionat como un pretexto para introdueie un didlogo Inge nloao, que a veces hordea la parodia, cuya culminacién exe Cerbatia se encuentea en La outta complet Una escena cuyes Sesarvollos y vriantes se extienden, en una dzeccién, hacia novelas cpmo Cisatiesy Node nada munca, pero que acanza, también ls teunionesritules de BI Kona real (el asado 397 de un cordero para una festa Eamiliar de fin de so) y de BE ‘entonad (el festn antropotigico de los indis) ese alas liferencias yvariantes de esta escenas, pese as ‘cambiante funcién segin el contexto en queseinsertan les: Critars tiende entre ellis nexos debberatos, a través de tun ‘eonjunto de insgenesy sintagmas descriptivos que el lector aprende a reconocer: como ciertos motivos musicales en el in terior de una partura, 0 como los conjuntosfénicos que se reiteran en in poema, wielven en ests pasjes a cokemia de Iumo ascendente, el rico jugo de la came, los flamentor cexangiies de las plas maria, le textara os brillos de los alimentos, los cierdos de la coccién; imagenes cuyo de- rnominador comdn, ademis, reside en la inistencia en la terisidad de los objetos yen el regateo de In experiencia seme sible de esa materaidad En otto nivel, la problematizacisn explicit de Ia literate ra que recorre todo el relatoen el didlogo de ls personajes, ‘cnuneia algo mir que tr mieleo temaico, para aludir a las ‘condiciones de posbilidad dela esritura, partir de una pre- ‘gunta central: ebmo hacer Iteratura en un pais que "no ene tuna tradicin que la sustente”. Las desoplantes divagaciones ‘de Barco y de Tomats en "Algo se proxi despiegan, en un registro irdnico ya veces grotetco, tn arsenal inagotable de “evestioneslteavias", que se condensan més apretadamente cen el relato intereabo de Barco, In Fabla del andnimo del ‘igo xm y el poeta estresido": alse revisan desde los mode- Jos lteraris posibles (Dostoiewki y Cervantes, Borges y los poets de suplemento dominical) hasta la eondicién y los mae Tes del escritor; desde el uso del idioma (‘parece rico porque «asi nate lo ha usedo todavia con ideas") hasta la oposicin centre calidad y popularidad ("lo que gusta 2 muchos posce elementos intrinsecamente malos"); desde la elacién de fa celiora nacional con la europea ("esos pos que van a Euro pay waen ideas nuevas. siempre me han pareco de Ia peor «alaia") hasta los procedimientos constructivos: el elato den- tro del rlato la digresisn, ls versiones degradada oligadas 338 Sid Juan ot Sarr un verosimil realist, Ia mezela de esis y de niveles, las alusiones-ts parodia-y el sechazo de una retériea (los git0s Y variantes del estilo “claborado” al tipo de “cordero que 4 Inmola en el altar picrio"), la doble valde de a fuente oral ye Is invencidn. ‘Uno de estos enunciados acerca de cuestoneslitrariasre- sulla decisivo para Ia configuracion del mundo narrative: ex el iicleo tematico de la “zona”, que araviesa los textos como motivacin estructurante,y que teaparece como tema central cen Discus acerca del trmino zona. "Yo esribira" dice Barco fen “Algo se sproxima” “la historia de una civdad, No de un pais nid una provincia: de una regina lo sumo". La produe- tividad de este envmciado eas programitic se verifia, en pr ‘mer lugar, en su propio cumplimiento, pues lo que hace Sar, ddealgin modo, es “escribir la historia de una tegi6n que ‘conatitye en el substrato espacial de su escritura. Pero si pro- ‘ductvdad no se agotaen exafancion, ya que es posible ver co mo en su desarrollo se condensan y entrecrazan otros aspec- tos: no, eel tradicin americana, euya formulacin a ine cre en la larga serie de textos literarios que problematizan Ia Telacin entre América y Europa, con sus tei sobre el desiero, sobre la ciudad americana como espe, sobre la ausencia de historia y Ia precariedad la radiein (-Por e10 me gusta [América una citdad medio del desierto es mucho mas rea ‘que una slid tadicin. Es una especie de radicin en ele pacio. Lo dificil es aprender a soportarla. Hs como un cuerpo Solido eincandescente irrumpiendo de pronto en el vac"). (Otro ede ls relacin entre experiencia, conciencia y real dad del mando, que hace ala dimensin cognosciia y Sloss fica de la postiea de Saer ("Una ciudad es para un hombre la concrecia de una abla de valores que ha comenzado a inv flirlo a partir de wna experiencia ircional de ea misma ci dad (.) En certa medida el mundo es el desarrollo de una ‘concienca. La cindad que uno conoce, donde tno se ha er {o, las personas que uno trata todos los dias, son la regresén fala objedvidad y a Ia existencia eoncreta de las pretensiones 339 Fronts ances de «xa conciencia”). De modo que la experiencia de la ciudad, fede ln“vona”, como punto de anlaje para uma coneiencia que funda el mundo, es, mismo Gempo, el fundamento espacial de la esritura a experiencia, la eoneienca (oe reewerdo) de In experiencia, finalmente a exrtura misma con sus proce tents, aparecen como una constelacin en torno dela igura ‘mbes de la “zona” una constlacin que en Elona se transforma a partir delalejamiento de Europa yb aproximacin al eyacio americano, en movimiento inverso al de "Discusién acerca del tino zona", donde el protagonist, Pichén Garay, sealeja de fa “oma para radicarte en Europe {Qué eslo que se narra, finalmente,en “Algo se aproxima’? En rigor, una historia minima: una comida, una reunién de dos parejas, donde pricticamente no pasa nada, y euya narrar tividad se sostiene sobre In descripeign detenida que hace cl nnarrador de lo ms pequetios estos de los personajes, de sas fdas y venidas, y de ls cualidades de los objetos que los ro- ‘dean? sonidos, bills, texturas, bores, La contraposicién en- tue una historia poco menos que inexistente Y la densidad de ear deseriptva ydiscusiva que satura el texto, crea en el relato tuna tensén casi enigmstica, que alarza sus pnton mi ximos en Tos ramos mis filowos y Henos de sobreentendidos ‘dl dislogo entre Barco y Tomatis, yen la secuencta de baile de Tomatis con Mir, para disolverse al final en la pregunta so- bre el sentido del vida (un “final ihusorio", que desde el pun- tosde vista de I acid no cierra nada). De los cuatro personajes del relato, hay uno que no tiene nombre: son Pocha, Barco, Mir yl escrito). Es, en el pl no constructive, una tanggresién de la norma general, que acentia ea tens, exe malestar del texto, homelogo al qe ‘en otros textos crea, con procedimientos de repeticién, frag ‘mentacin y elisiones otras formas de enigma; son los peque- fos mistrios de lo aldo, de lo no dicho, siempre ligados la tranagresin de alguna norma, y por los cuales ira la ex- periencia familiar y soil de lee perzonaje, como, en Gira, Ia relacion edipica de Angel con su madre ya homosexualidad s40 Sale fu Jos Seer ‘de Emnesto, 0, en Nadie nada munca, ka posible vineulacion del (Gato con los aesinatos de caballos, {La constraceton del gar Sistas hipStess delet acerca de “Ago se aprxima” an corrects, ex posible er en Response Pe y hase yen La ‘nus empl desarolos natives ve modulanyexpanden Se mcleo inl a was de historias que anncrren en eh tmismo émbito,yen las que resparecen con fecuencia lo ri tos personajes o variants de ellos un pero fracsado, promitas, aximetristasyeapecialment,e tipo grupo de Jmigor itelectuales relacionados de wn moda wot co It teraur,euys tayectoriassuclen crue Ee Pore (nclidoen Palys) y"La wc com pet” tascurre un amo narrative que cea Uta etapa en For la vue Pancho Expésito regres Santa Fe despues de una itemacin en una cia paguiica de Buenon Ares, En "La welt comple Pancho decile regresar a Bcnon Aes ¢ incerarse para siempre. En la eunigi fal de La mila com plea, otto dels personae, Osar Rey anuneia abn tesladoa Buenos Aes. sos alejamients de a zona figuran Ua dngregacn,ycolnciden con la culinacign de un cco de laobra que remtecaramente af etapa de formacigin dee Gio, cays veprescnlacion puede lee bajo ln perstela de las eacenas dl “enevento de amigos" con les recreidos port luda y la nterminables chats trai En Por lo fre, Horacio Barco evoca estas excenas de formacién® co- tno algo ya pertenecenural pando de los personajes: “No de- tbe aber habido en todo el mundo noche mejores, en oct bre y noviembre on marzay abril que las que hemon pas dosde muchachoscaminando lentament por la chad, asta laa, charlando como locos sobre mil cosas, sobre plea, tobre iteratra, sobre mujer, sobre el vi Borger, sobre Flr, sobre Sacrats, sobre Bre, sobre Casts Mare (.) Sn enbargo, quella épocaexiraordinara nse vohersarepe- tr del sural norte, dl este al este, por plas, por avenis a Prososts ancentias Por ares, hemos coy vendo, desde los quince afies, duran fe todas las horas del ia, en especial las le la martrgadt, chattando, como he dicho, de mil cosas, hurgueteando fees, lad.” (Narracions, cea, p. 204). La cita pone de relieve de tun modo condensado, casi paradigmético, que estas eacenas ie formacién estructuradas en torne del encuentro de amigos Ye los paseos por la ciudad, adem de Hlevar la marca de on clsponibilidad propia de la adolescencia, tienen una fuerte y

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