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La Sanidad Divina - John G. Lake 5
La Sanidad Divina - John G. Lake 5
Capítulo 6:
Capítulo 7:
Preste atención a lo que oye. Marcos 4:24-29 – 24. Y les dijo: Mirad lo que oís; con la medida con que midáis, se os
medirá, ya vosotros que oís, se os dará. 25. Porque al que tiene, se le dará; y al que no tiene, aun lo que tiene le
será quitado. 26. Y él dijo: Así es el reino de Dios, como si un hombre echara semilla en la tierra; 27. Y debe
dormir y levantarse de noche y de día, y la semilla debe brotar y crecer, él no sabe cómo. 28. Porque la tierra
produce fruto de sí misma; primero la hoja, luego la mazorca, después el maíz lleno en la mazorca. 29. Pero
cuando el fruto ha dado, luego mete la hoz, porque ha llegado la siega. (KIV)
El que oye Mis Palabras y no las hace es un necio. Lucas 6:47-49 – 47. Cualquiera que viene a mí, y oye mis
palabras, y las hace, yo os mostraré a quién es semejante: 48. Es semejante a un hombre que edificó una casa, y
cavó hondo, y puso los cimientos sobre una roca; y cuando vino el diluvio, la corriente azotó con gran fuerza
aquella casa, y no pudo sacudirla, porque estaba cimentada sobre una roca. 49. Pero el que oye y no hace, es
semejante a un hombre que edificó una casa sobre tierra sin cimientos; contra la cual la corriente golpeó con
vehemencia, e inmediatamente cayó; y fue grande la ruina de aquella casa. (RV)
A quien mucho se le da, mucho se le exige. Lucas 12:42-48 – 42. Y el Señor dijo: ¿Quién es, pues, ese
mayordomo fiel y prudente, a quien su señor pondrá sobre su casa, para darles su ración de alimento a su
tiempo? 43. Bienaventurado el siervo, a quien su señor, cuando venga, lo halle haciendo así. 44. De cierto os
digo, que él le hará señorear sobre todo lo que tiene. 45. Pero si aquel siervo dijere en su corazón: Mi señor
tarda en venir; y comenzará a golpear a los siervos y a las doncellas, y a comer
y beber, y embriagarse; 46. El señor de ese siervo vendrá en el día que él no espera, ya la hora que él no sabe,
y lo cortará en dos, y le pondrá su parte con los incrédulos. 47. Y aquel siervo que conociendo la voluntad de
su señor, y no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. 48. Pero el que no supo, e
hizo cosas dignas
de azotes, será azotado con pocos azotes. Porque a quien mucho se le da, mucho se le demandará; y a quien
mucho se le ha encomendado, más se le pedirá. (RV)
El que sabe hacer el bien y no lo hace, es pecado . Santiago 4:17 - De modo que al que sabe hacer el bien, y no lo
hace, le es pecado.
Jesús anduvo haciendo bienes y sanando a todos... Hechos 10:38 - Cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con
poder a Jesús de Nazaret; el cual anduvo haciendo bienes, y sanando a todos los oprimidos por el diablo; porque
Dios estaba con él. (RV)
Camina en la luz que tienes . - Lucas 12:48 - Pero el que no supo, e hizo cosas dignas de azotes, será azotado con
pocos azotes. Porque a quien mucho se le da, mucho se le demandará; y a quien mucho se le ha encomendado,
más se le pedirá. (RV)
La regla de oro. Mateo 7:12 - Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también
haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas. (RV)
(Esto nos dice que si estuviéramos enfermos y supiéramos de alguien que tenía el poder de Dios para sanar a los enfermos (también
conocido como: El Bautismo
del Espíritu Santo) y quisiéramos que vinieran a nosotros, entonces estamos moralmente obligados a ir a ellos y orar la oración de fe y
curarlos).
Notas:
Creemos...
En la inspiración verbal de las escrituras, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento.
Nuestro Dios es una Trinidad en la unidad, manifestada en tres personas: el Padre, el Hijo
y el Espíritu Santo.
En la deidad de nuestro Señor Jesucristo, en Su nacimiento virginal, en Su vida sin pecado,
en Sus milagros, en Su muerte vicaria y expiatoria en la cruz, en Su resurrección corporal,
en Su ascensión a la diestra del Padre, y en Su regreso personal a
poder y gloria.
Esa regeneración por el Espíritu Santo para la salvación del hombre perdido y pecador, a
través de la fe en la sangre derramada de Cristo, es absolutamente esencial.
En una vida de santidad, sin la cual nadie puede ver al Señor, a través de la santificación
como una obra de gracia definida, pero progresiva.
En el Bautismo del Espíritu Santo como habilitación del creyente para ser testigo.
El bautismo en agua por inmersión solo para los creyentes, que es un mandamiento directo
de nuestro Señor.
En la cena del Señor y el lavatorio de los pies de los santos.
Esa sanidad divina está prevista en la expiación y está disponible para todos.
En la segunda venida de Jesús: primero, resucitar a los justos muertos y arrebatar a los
santos vivos para que se encuentren con Él en el aire; y, segundo, reinar sobre la tierra por
mil años.
En la resurrección corporal tanto de los salvos como de los perdidos: los salvos para
resurrección de vida, y los perdidos para resurrección de condenación.