veces se describe nuestra cultura como narcisis-
con bastante frecuencia, el narcisismo es entendido
la concentracién total en uno mismo y la falta de
en los demas, en la sociedad. El Narciso mitol6-
embargo, no esta interesado en perseguir sus
en contemplar sus visiones interiores, sino en la
que le ofrece al mundo. Y la imagen de nuestros
externa a nosotros. No podemos ver nuestra
uestro cuerpo en su totalidad. Nuestra imagen les
a los demas, a la sociedad en la que vivimos.
en que Narciso mira el lago, se incorpora a
chaza su propia perspectiva “subjetiva’, y
ez puede verse desde afuera, tal como lo ven
o esta fascinado con su propia imagen en
“objetiva”, producida por la Naturaleza y
Os por igual.
0 consiste en entender el propio cuerpo
mo una cosa en el mundo similar a todas
ra posreligiosa, secular, ya no se piensaHwee
n<0o7o
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en los seres humanos como recipientes colmados de ee.
piritu, de razon o de alma, sino como cuerpos Vivientes,
Pero uno puede hablar sobre un cuerpo al menos de dos
maneras diferentes. Se puede entender Un CUeIpO como
carne viva que se manifiesta a través de distintas clases de
deseo: hambre, sed, deseo sexual, “sentimiento césmico”,
etc. Aquila diferencia entre espiritu y carne, o entre pen-
samiento y deseo, no es tan grande como puede Parecer
a veces. En el primer caso, uno experimenta la evidencia
resolviendo problemas matematicos; en el segundo, ex-
perimenta la intensidad del deseo. Pero en ambos casos
lo hace dentro del “mundo interior” de los sentimientos
subjetivos y los pensamientos.
El cuerpo, no obstante, no solo puede ser descubier-
to “desde adentro”, a través de los deseos de la carne,
sino también desde la perspectiva externa, social, publica.
Desde esa perspectiva externa, la vida no se manifiesta en
el cuerpo como energia o deseo, sino que se establece por
medio del examen médico. El deseo narcisista es el deseo
de apropiarse de esa perspectiva publica sobre el propio
cuerpo, de verse a si mismo a través de la mirada de los
demas. 0, en otras palabras, es el deseo de cerrar la brecha
ae — intema del cuerpo como carne vivien-
; peion publica de ese mismo cuerpo como cosa
Particular, como objeto en el mundo.
En nuestra cultura, la cos
de la mirada ajena ha tenj
, Parec
ificacién del cuerpo a través
do Pn fama porque el objeto,
¢ i i € quedar en una posicion infe-
foe ee de valores, De ahi la sna saa
; ww Sartre de que el infierno son los otros: su
asi la seduccién
tealmente quiere decir “no”, y waljlusién la pobre ninfa pierde el cuerpo.
sible utilizar, en modo alguno, la imagen de
Tampoco ¢s Po" 5; solo se la puede contemplar. Y el pro-
Narciso en aie idéntico a su reflejo. Uno podria de-
jo Narciso a ndo interior” de Narciso se convierte en un
cir que el ae carente de pensamientos y de deseos-.
lago aoa ts tras el rostro de Narciso: lo que se ve
a has Narciso sacrificé su mundo interior en favor
ae eccieaies accesible para todos. En el instante
te eRe vio su imagen en el lago rechaz6 toda seduc-
a Pia y todas las posibilidades y recompensas de la
aa practica para abrazar la contemplacion Pura: En este
sentido, la diferencia entre la contemplacion narcisista
de la propia imagen y la contemplacién platénica de la luz
eterna del Bien no es demasiado grande. ‘
De todos modos hay, si, una diferencia entre estas
dos escenas contemplativas. En la alegoria de la caverna,
Platon describe a un filésofo que abandona la caverna de
la sociedad humana y contempla la luz eterna en sole-
dad, sin que los demas lo vean. Narciso, por el contrario,
se hunde en la contemplacién de su propia imagen en
medio de la naturaleza, potencialmente a la vista de los
demas. Narciso es como un muerto en vida: ain vivo pero
ya muerto, en proceso de convertirse en una imagen, re-
ducido a la pura forma. Eso no quiere decir que Narciso
haya elegido la muerte por sobre la vida. Contempla su
eflejo en el lago en un estado de olvido de si en el que ya
no distingue entre la vida y la muerte. Narciso no desea
la muerte, pero tampoco desea evitar su advenimiento. El
narcisismo es lo opuesto a la autopreservacion, al cuidado
personal. Transforma el cuerpo en una forma no-muerta
que solo existe para la mirada piblica.
En su ensayo sobre el estadio del espejo, Jacques Lacan
caracteriza el encuentro del nifio con su imagen especular
como un hecho presocial, “en el cual el yo se precipita en
Je esa des
una forma primordial, antes de objetivarse en la dialéctica
eeo
u