Download as doc, pdf, or txt
Download as doc, pdf, or txt
You are on page 1of 4

Materia: Panorama de la Seguridad Publica en Mexico

(Asignacion a cargo del Docente).

Nombre de la carrera: Seguridad Pública.

Nombre del Alumno: Cesar Alejandro Cerda Perez.

Matricula: ES1521221578.
Profesor: Josué Salvador Ramos Rosales.
REFORMAS EN EL SISTEMA PENITENCIARIO MEXICANO

Al hablar de readaptación o resocialización o de las políticas “re”, siempre indican lugar, tiempo y
pago a la sociedad por el delito cometido. Lugar, el centro penitenciario; tiempo, el que se ocupará
para realizar la readaptación; y, el pago a la sociedad, la sentencia que se le asigne al
delincuente.

El presente trabajo contiene un desarrollo sobre la realidad de los Centros Penitenciarios de


nuestro país, al hablar de la realidad de los Centros Penitenciarios, cabe destacar que estaremos
enfocados en el aspecto de la reinserción social, la cual es la base de nuestro nuevo sistema
penal, ya que se busca no castigar al delincuente, sino ayudarle a dejar los hábitos que lo llevaron
a delinquir y brindarle ayuda para que se transforme en un ser humano que sea de utilidad para la
sociedad.

Según sectores de la doctrina, las obligaciones de los Estados, constituyen derechos para sus
ciudadanos, desde este punto de vista, cuando la Constitución manda a que se creen Centros
Penitenciarios adecuados, para promover la readaptación del delincuente, está prácticamente
otorgándoles un derecho a las personas privadas de libertad a que puedan ser sujetos de ayuda y
de atenciones para una efectiva reincorporación a la sociedad, reincorporación que debe de traer
una formación integral que permita al delincuente, alcanzar una vida honrada y digna al momento
de dejarlo en libertad.
 
Tenemos una legislación enfocada a cumplir con el buen tratamiento al recluso, pero la cruel
realidad de nuestro Sistema Penitenciario, contrasta totalmente con la teoría, los niveles de
hacinamiento son desesperantes, es necesario buscar el cumplimiento efectivo de las
disposiciones en materia penitenciaria para nuestro país, ya que escasamente se cumple, la
política criminal del Estado, se ha separado de su finalidad ulterior y está cometiendo enormes
violaciones a los derechos de las personas privadas de libertad.
 
En el trabajo se apreciará que nuestra legislación en materia penitenciaria es muy moderna y
apegada a criterios internacionales, no se cumple en lo absoluto, que ya no se puede obviar el
problema y hay que denunciar los atropellos que se cometen.

Durante los últimos años los sistemas se han aplicado en forma estandarizada para todos los
internos de una institución penitenciaria.

Pocas son las variantes que se encuentran y sí muchas críticas, las que se recogen, desde
aquellas que manifiestan que no sirve para nada y que no es cierto que se pueda reinsertar a un
exconvicto, como las que magnifican los resultados positivos pero difíciles de comprobar.
 

2
Pudiera afirmar que se encuentran los internos y algunos externos medio readaptados al medio
social.

Aquí, quisiera hacer algunas consideraciones sobre el medio social, haciendo destacar algunos
conceptos de Rodríguez Manzanera 1999 que dice: “A quien vive en condiciones infrahumanas
¿a qué sociedad va a adaptársele?, a su sociedad que por su índole tiene un carácter
marcadamente crinógeno o bien al medio social de la clase media en el que no podrá vivir por
razones socioeconómicas evidentes”. También destaca que: “No basta ser pobre para ser
criminal”.

Tradicionalmente se ha determinado que cualquier tratamiento de socialización tiene que darse


necesariamente dentro de la prisión. Las duras críticas que se hacen a la cárcel como institución
readaptadora, se sustentan en resultados totalmente opuestos. 

El delincuente sale perfeccionado, desadaptado, desocializado y resentido contra la sociedad y el


Estado.

Añadiría también que la falta de recursos materiales, personal inadecuado, corrupción y maltrato,
preparan para la reincidencia. No obstante todo ello, no estamos de acuerdo con las teorías
abolicionistas, cuya tendencia de criminología radical, propone la abolición de la cárcel y de todo
el sistema penal. Para los abolicionistas, la preocupación central es la pérdida de la libertad y
autonomía del individuo por obra del Estado y la sociedad. Y preconizan la justicia comunitaria
con reglas establecidas por los participantes. 

La historia demuestra que la comunidad puede ser más represiva que un sistema de leyes,
originándose la situación de desigualdad social para la víctima o para el delincuente.

En toda la criminología conocida, la literatura que mayor producción e inabarcabilidad de datos


muestra, la encontramos en los grandes temas de la cárcel, como si dijéramos que todas ellas
alcanzan a establecer una ‘teoría de la prisión’. Sin embargo, el teórico que hoy día interviene en
debate y controversia carcelarios, sobre reformas y alternativas de la institución penitenciaria,
experimenta, “regular y avergonzadamente, que las ideas que él puede presentar, fueron dichas
hace tiempo, y casi siempre mejor la primera vez”.

También ha estado ocurriendo que las teorías penal y penitenciaria superan grandemente lo que
ocurre en la práctica de esta penalidad: la realidad de las cárceles es asunto muy diferente de lo
que las leyes aspiran establecer.

La siguiente conferencia que presentamos con el título de El Sistema Social de la Prisión, supone
el estudio de la institución que conocemos como cárcel o prisión, que son los nombre sinónimos
con los que designamos el castigo de privación de libertad (penalidad de detención), aunque
debemos advertir que ambos términos son, en realidad, completamente distintos. La cárcel se
refiere al edificio, al emplazamiento físico, a las paredes, a las rejas; la prisión, en cambio, “es el
lugar de ejecución de las pena..., la base y el edificio de nuestro sistema legal de justicia”.

3
La organización social de la prisión es muy compleja y casi siempre está representada por su
carácter binario; es decir, ser vista como una organización formal y al mismo tiempo informal, o lo
que es lo mismo, el personal penitenciario y la población reclusa. Sin embargo, como propósito
central de nuestro trabajo, no sería muy pretencioso de nuestra parte, si nos limitamos solamente
al análisis de las estructuras más elementales de su particular funcionamiento.

No es parte de esta disertación hacer señalamientos sobre las alternativas o proyectos para su
reforma; sino, en realidad, ambientar, informar lo que hay de mínimo de esta organización
carcelaria, trascendente más allá de sus muros infranqueables. En los momentos presentes de su
historia no podemos abolir la prisión, a pesar de la marginalidad social en que éstas se han
convertido. Es por ello, que urge reconocerle su verdadera importancia como el principal sub-
sistema de administración de Justicia. Porque no debe haber duda alguna, sobre la utilidad de la
cárcel como parte del sistema de administración de Justicia criminal.

Obviamente, siempre hay, en un trabajo de este tipo, una objetividad de forma mediata, indirecta,
utilizable a las alternativas que esperan sean aplicadas (pero que están lejos de cumplirse,
aunque existen grandes propuestas). La importancia, pues, al hablar de cárceles, es que
podamos comprender más sobre el delito, el delincuente institucionalizado, la pena de detención
(prisión), y todo esto en forma integral, teleológica. Estoy seguro que las conferencias que van a
ser escuchadas aquí, obligatoriamente, tratarán sobre los grandes y completos aspectos de la
criminología de la prisión, el delito, y de este tipo especial de infractor: el preso.

Los sistemas humanos, reflejados en un contexto amplio de la vida social, conforman una unidad
de tipo económico y político, determinando ciertas relaciones entre individuos y grupos, quienes
además se identifican por las funciones y los roles que realizan. Tal es la unidad de este análisis;
de un instituto social que demuestra tener fuerza propia, un “híbrido social”, una sociedad cuyo
carácter racional tiene por meta cumplir unos fines “formalmente admitidos”, fines declarados
previamente y que están lejos de cumplirse. El papel sobre el que se fundamenta la prisión es,
como se ve, ser un aparato de reforma que transforma individuos: pero transformar individuos, no
significa aquí “derrotar culturalmente a los delincuentes”, otorgándole una educación total; es
decir, aquella que entra en posesión del hombre entero; sino, más bien, la comprensión de toda la
cárcel, sobre la que se monta la esquematización de la organización carcelaria. (3)

Por lo demás, un análisis histórico-político de la prisión, al estilo de Michel Foucault, de los críticos
radicales de la criminología, tales son, Alessandro Baratta, Eugenio Raúl Zaffaroni; Emma
Mendoza Bremauntz, entre muchos otros, nos alejaría de nuestro propósito que consiste en
referirse a lo qué es una cárcel y cómo funciona, qué ocurre en el mundo de las personas
recluidas, en el personal general de la institución, cuáles son esos sub-sistemas que organizan la
vida de intramuros, y otras realidades.

You might also like