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Los Elementales
Los Elementales
A need for explanations. In the past, people did not have the scientific knowledge
that we have today. They did not understand how the world worked, and so they
turned to mythology to explain things that they did not understand. For example,
people might have believed in pixies to explain why some crops grew better than
others, or why some people were more fortunate than others.
A desire for comfort. Mythology can also provide comfort to people. Stories about
magical creatures can help people to cope with the challenges of life. For example,
stories about pixies might help people to feel less alone, or to believe that there is
still good in the world.
A sense of wonder. Mythology can also simply be a source of wonder and
excitement. Stories about magical creatures can transport people to another world,
and allow them to escape from the everyday.
In addition to the reasons listed above, there are also some psychological reasons
why people might believe in mythological beings. For example, some people might
believe in mythology because they have a need for something to believe in. Others
might believe in mythology because they find it comforting or exciting. Still others
might believe in mythology because they are trying to make sense of the world
around them.
Ultimately, the reasons why people believe in mythological beings are complex and varied.
There is no single answer that can explain why everyone believes what they do. However,
the reasons listed above provide some insights into why belief in mythological beings is so
widespread.
En su grimorio Philosophia Occulta
Paracelso, El alquimista y médico suizo,
escribe sobre numerosos tipos de criaturas
que no son, ni humanas ni divinas, a los que
llama genéricamente elementales o seres de
la naturaleza
y denominó gnomos (elemento
tierra), ondinas (elemento
agua), silfos o sílfides (elemento aire)
y salamandras (elemento fuego):
Y decía: Los elementales no pueden
clasificarse entre los hombres, porque
algunos vuelan como los espíritus, mas, no
son espíritus, porque ellos comen y beben
como los hombres.
Añade: El hombre tiene un alma que los
espíritus divinos no necesitan.
Los elementales tampoco tienen alma y, sin
embargo, no son semejantes a los espíritus,
pues ningún espíritu muere y los
elementales sí lo hacen. Entonces, estos
seres mueren, pero no tienen alma.
Son más que animales, porque hablan y
ríen. Son prudentes, ricos, sabios, pobres y
locos igual que nosotros. Son la imagen
grosera del hombre, como éste es la imagen
grosera de Dios… Estos seres no temen ni
al agua ni al fuego.
Están sujetos a las indisposiciones y
enfermedades humanas, mueren como las
bestias y su carne se pudre como la carne
animal, y son virtuosos y viciosos, puros e
impuros, mejores o peores.
Los duendes corresponderían a los gnomos
y silfos y habitan mundos propios no muy
alejados del nuestro, aunque invisibles para
nosotros porque nuestros sentidos son poco
sutiles y poco desarrollados y por tanto no
aptos para observarlos. Sin embargo todas
esas criaturas, según Paracelso, tienen en
común ser seres interdimensionales y
atemporales, viven en comunidades
jerarquizadas, son invisibles para los
hombres, pero no para algunos animales y
niños, son juguetones y tramposos y
enormemente interesados en algunos
aspectos sexuales de los humanos, a
quienes a veces raptan cuando son niños;
viven muchos más años que los hombres,
pero sin llegar a ser inmortales: 500 años o
más, son éticamente neutros, inteligentes, y
les aterroriza el hierro y el acero. Poseen
tres grandes festividades: la del mes de
mayo, la del 24 de junio (solsticio de verano)
y la del mes de noviembre.
¿PUEDE UN HOMBRE ENAMORAR UNA
NUBE
¿Y CASARSE CON ELLA?
¿Y TENER HIJOS
ATAMANTE, REY DE BEOCIA ENAMORÓ
A UNA NÉFELE, UNA DIOSA HECHA DE
NUBES Y SE CASÓ CON ELLA Y TUVO
DOS HIJOS.
Índice
1En Occidente
o 1.1La astrología y los elementos griegos
o 1.2Shakespeare y Calderón
2En Oriente
o 2.1Los cinco elementos en el hinduismo
temprano
o 2.3Los cinco elementos de la antigua
China
o 2.4Los cinco elementos en Japón
3Véase también
4Referencias
5Bibliografía
6Enlaces externos
En Occidente[editar]
Los cuatro elementos de los griegos.
Diagrama común con dos cuadrados, donde
el más pequeño se sobrepone. Las esquinas
del más grande muestran los elementos, y
las esquinas del menor representan las
propiedades.
El filósofo griego Tales de Mileto propuso
que el principio de todas las cosas (o arché)
era el agua.1
Después Anaxímenes consideró que el
principio era el aire, Heráclito creyó que
el fuego era el principio,
y Jenófanes la tierra. Aecio y Sexto
Empírico comentan un fragmento de un texto
de Jenófanes (B27) en el cual Jenófanes
dice que la tierra es principio y fin de todas
las cosas. Pero Aristóteles había dicho que
ningún pensador había atribuido a la tierra el
carácter de elemento primordial.
Para Aristóteles el éter o quinto elemento es
la quintaesencia, razonando que el fuego, la
tierra, el agua y el aire eran terrenales y
corruptibles, y que las estrellas no podían
estar hechas de ninguno de estos
elementos, sino de uno diferente, inmutable,
de una substancia celestial.
Los pitagóricos utilizaban las letras iniciales
de los cinco elementos para nombrar los
ángulos de su pentagrama, y los
identificaban con los sólidos platónicos.
La teoría de las cuatro raíces
de Empédocles (cerca del 450 a. C.) es
mencionada por Aristóteles:
El agua es a la vez fría y húmeda.
La tierra es a la vez seca y fría.
la sangre (aire).
Shakespeare y Calderón[editar]
En la literatura europea, en especial en
el teatro del Barroco, pueden encontrarse
referencias a los cuatro elementos.3
Por ejemplo, en La vida es sueño, de Pedro
Calderón de la Barca:
En quien un mapa se dibuja atento,
pues el cuerpo es la tierra,
el fuego, el alma que en el pecho
encierra,
la espuma el mar, y el aire es el suspiro,
en cuya confusión un caos admiro;
pues en el alma, espuma, cuerpo,
aliento,
monstruo es de fuego, tierra, mar y
viento.4
Otro ejemplo se encuentra en Hamlet,
de William Shakespeare:
Yo he oído decir que
el gallo, trompeta de la mañana,
con la alta y aguda voz de su garganta
sonora
despierta al dios del día, y que a su
anuncio,
todo extraño espíritu errante en el mar o
el fuego, en la tierra o el aire, huye
hasta su confín.5
En Oriente
sanguíneo, que significa
"robusto, confiado,
optimista, alegre, feliz".
Nota: haîm- latiniza
De
como haem-, que
la sangre (sanguis,αἷμα,
angliciza como "hem-",
haîma) viene:
que es de donde
provienen palabras como
"hemofilia", αἱμοφιλία,
"amante de la sangre".
De Choler, que significa "la
la bilis amarilla (bilis cualidad o estado de ser
, χολή, kholê) y sus irascible"; colérico, que
asociaciones provienen: significa "enojado,
furioso, irascible"; bilis,
que significa "inclinación
a la ira, bazo"; bilious,
que significa "pevish, de
mal carácter"; hiel, que
significa "amargura,
rencor, insolencia"; bazo,
que significa "mala
voluntad mezclada y mal
genio"; e ictericia, que
significa "envidia,
disgusto, hostilidad".
flemático, que significa
"lento, impasible, frío,
De
impasible", a menudo
la flema (φλέγμα, flema)
considerado característico
viene:
de los ingleses, como en
la cita anterior.
De melancólico, que
la bilis significa "deprimido,
negra tendiendo a deprimir los
(μελανχολία, melancolía) espíritus, irascible, triste,
viene: triste".
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Sátiros
mat
erial
Ilustración de un Tin-Tin.
Tin-Tin: En la Isla Puná de Ecuador,
el Tin-Tin es descrito como un pequeño
duende maligno que tiene el miembro viril
excesivamente grande y que arrastra por
el suelo. Usa un gran sombrero, emite
lúgubres silbidos ululantes y persigue a las
mujeres, especialmente a las velludas,
para poseerlas sexualmente.
Traucos: En la mitología chilota de Chile,
el Trauco es una especie de ogro con
características de íncubo. Mide hasta 80
cm, sus facciones son desagradables y no
tiene pies, pues sus piernas terminan en
muñones. Tiene una fuerza descomunal,
se pasea con un bastón y un hacha
mágica por los bosques, hechiza a las
mujeres con la mirada y luego abusa de
ellas para dejarlas embarazadas.
Tunjos: En la
cultura muisca de Colombia los Tunjos
eran ofrendas con formas antropomorfas y
de animales hechas en oro que se ofrecían
a los dioses en las lagunas o bajo tierra.
Posteriormente, en la tradición folclórica
colombiana, los Tunjos han sido descritos
como criaturas con forma de niños
pequeños o bebés que engañan a los
caminantes en el campo o que aparecen
cerca de lagunas encantadas y cuyos
cuerpos, por lo general, son de color
dorado.
Elementales de Asia[editar]
Asuang: En la tradición popular
del archipiélago filipino, los Asuang son
una raza de duendes o pequeños
demonios de costumbres nocturnas que
pueden adoptar cualquier forma animal.
Roban niños y extraen con sus lenguas los
fetos a las mujeres embarazadas.
Diwata o Engkanto: Los Diwata son
espíritus del Sur de las islas Filipinas a los
que se les considera guardianes de la
naturaleza. Pueden presentarse con
apariencia femenina o masculina. Se les
describe como seres de gran belleza a los
que se les hacen rituales y ofrendas.
Dokkaebi: Son una especie de Duendes,
Goblins o diablillos coreanos. A
los Dokkaebi se les atribuyen grandes
poderes y un carácter travieso. Se cree
que se divierten haciéndoles bromas
pesadas a los humanos.
Kami: En Japón, los Kami son una gran
variedad de espíritus, desde deidades
personificadas hasta espíritus de la
naturaleza que se asimilan a los
elementales porque hay Kami de los
árboles, los ríos, las montañas, etc.,
además de los vientos, los truenos, las
tormentas, entre otras fuerzas naturales.
Mogwai: En la mitología china tradicional,
los Mogwai (cuyo nombre significa
«espíritu maligno» o «demonio») son
pequeños seres que se reproducen con el
agua de lluvia. Tienen el cuerpo peludo, y
pasada la medianoche se convierten en
seres malignos.
Tengu: Son criaturas de la
tradición sintoísta japonesa, normalmente
asociadas a los duendes. Se dice que
los Tengu adoptan diversas formas, desde
aves de rapiña hasta perros rabiosos o
incluso la forma humana. Suelen ser de
mal carácter, pero también hacen bromas
pesadas a los humanos. La creencia
afirma que muchos de los que entran en
contacto con los Tengu terminan
perdiendo la razón.
Paracelso
Paracelso.
elemento Tierra.
Silfos y Sílfides: Seres del elemento Aire.