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1.

Los residuos plásticos son una amenaza creciente y una oportunidad


desperdiciada

Asia sudoriental se ha convertido en una zona crítica de la


contaminación por plásticos
El uso de productos de plástico está profundamente arraigado en
nuestras vidas cotidianas, en todos los ámbitos, desde las bolsas
de compras y los cubiertos hasta las botellas de agua y el
envoltorio para sándwiches. Pero la búsqueda de la comodidad ha
ido demasiado lejos y no usamos los productos de plástico de
manera eficiente, desperdiciamos recursos valiosos y dañamos el
medio ambiente.

El consumo excesivo de estos productos y la mala gestión de los


residuos plásticos son una amenaza creciente, que provoca el
desbordamiento de los vertederos, obstruye el flujo de los ríos y
pone en peligro los ecosistemas marinos. Esto tiene un impacto
negativo en sectores que son cruciales para muchas economías,
como el turismo, el transporte y la pesca.

Asia sudoriental se ha convertido en una zona crítica de la


contaminación por plásticos a causa de la rápida urbanización y el
crecimiento de la clase media , cuyo consumo de productos
plásticos y envases está aumentando debido a la conveniencia y
versatilidad de estos. Sin embargo, la infraestructura local de
gestión de desechos ha quedado a la zaga, dando lugar a grandes
cantidades de residuos mal gestionados. La COVID-19 ha agravado
la situación por el mayor consumo de mascarillas y botellas de
desinfectante y los paquetes de las compras en línea.

En Tailandia (i), Filipinas (i) y Malasia (i), más del 75 % del valor


material del plástico reciclable se pierde, el equivalente a USD 6000
millones al año, cuando el plástico de un solo uso se descarta en
lugar de recuperarse y reciclarse, según una serie estudios
emblemáticos (i) del Grupo Banco Mundial.

En estos países solo se recupera y recicla entre el 18 % y el 28 % del


plástico reciclable, por lo que con la mayor parte de los residuos de
envases plásticos no solamente se contamina el medio ambiente,
ensuciándose las playas y los caminos, sino que también se pierde
el valor que tienen dichos residuos para estas economías. Esto
debe cambiar. Es necesario transformar la manera en que
utilizamos y gestionamos el plástico y debemos ayudar a los países
a transitar hacia una economía circular que procure diseñar
productos que no generen residuos o se reutilicen y reciclen.  

En estos países solo se recupera y recicla entre el 18 % y


el 28 % del plástico reciclable, por lo que con la mayor
parte de los residuos de envases plásticos no solamente se
contamina el medio ambiente, ensuciándose las playas y
los caminos, sino que también se pierde el valor que tienen
dichos residuos para estas economías. Esto debe cambiar.
Es necesario transformar la manera en que utilizamos y
gestionamos el plástico y debemos ayudar a los países a
transitar hacia una economía circular que procure diseñar
productos que no generen residuos o se reutilicen y
reciclen.
Victoria Kwakwa
Vicepresidenta de la Oficina Regional de Asia Oriental y el Pacífico del Banco Mundial

La lucha contra este problema está cobrando impulso. Los países,


las empresas y las comunidades están elaborando estrategias y
tomando medidas para reducir, reutilizar y reciclar los productos
de plástico. Los Gobiernos de Tailandia, Filipinas y Malasia han
preparado hojas de ruta de la economía circular para priorizar las
políticas y las inversiones relacionadas con el plástico en sectores y
lugares específicos . Las principales marcas y tiendas minoristas del
mundo se han comprometido voluntariamente a que el 100 % de
sus envases de plástico se reutilice, recicle o convierta en compost
para 2025.

Los sectores público y privado se están uniendo para realinear las


prioridades, replantear los enfoques y cambiar la mentalidad para
ver al plástico como un recurso valioso y una oportunidad de
negocios en lugar de un residuo. Estos esfuerzos han dado lugar a
plataformas público-privadas, como la alianza público-privada de
Tailandia para la gestión de plásticos y desechos, la Alianza para
Promover la Gestión Sostenible del Plástico en Malasia y la Alianza
de Filipinas para el Reciclaje y la Sostenibilidad de los Materiales.

Pero es necesario hacer más. En estudios del Grupo Banco Mundial


se plantea que modelos como la reutilización y el relleno se
encuentran en una etapa incipiente en estos tres países y que
actualmente no son lo suficientemente ampliables como para
hacer frente a la magnitud del creciente problema de los desechos
plásticos. Los materiales alternativos que se producen a partir de
energías renovables en lugar de materias primas basadas en
combustibles fósiles siguen siendo un nicho de mercado que aún
no cuenta con el respaldo de las normas o la infraestructura
locales.

A pesar de la oportunidad de ganar dinero a partir del reciclaje de


productos de plástico, varias fallas del mercado limitan la inversión
del sector privado. Además, los plásticos vírgenes, más baratos,
siguen dificultando la rentabilidad del reciclaje. Las pequeñas y
medianas empresas locales, muy afectadas por la COVID-19, no
pueden aprovechar la creciente demanda de contenido reciclado
por parte de las marcas mundiales.

Hay una necesidad urgente de invertir en infraestructura local de


recolección y reciclaje para sacar los residuos plásticos de los
vertederos, la quema al aire libre y el medio ambiente marino.   A
menudo, los países importan restos de desechos plásticos debido a
su mejor calidad, mientras exportan plástico reciclado para
satisfacer la demanda externa. Los mercados emergentes, como
Filipinas, son exportadores netos de restos de residuos plásticos
porque carecen de la capacidad de reciclaje nacional y de una
mejor rentabilidad para las exportaciones. Aquí es donde los
sectores público y privado pueden intervenir.

Los Gobiernos pueden desempeñar un papel crucial en la


elaboración de normas y políticas para fortalecer la demanda de
plásticos reciclados , crear condiciones de igualdad para las
empresas nacionales e internacionales y ayudar a impulsar una
economía circular para los productos de plástico. Con este fin, el
Grupo Banco Mundial está promoviendo «inversiones inteligentes
en el ámbito del plástico» mediante el desarrollo de instrumentos
financieros innovadores, la creación de mecanismos de incentivos y
la identificación de inversiones en los principales sectores
económicos que podrían reducir los desechos plásticos.

Las opciones de políticas incluyen responsabilizar a los productores


e importadores de artículos de plástico de la eliminación de los
residuos plásticos, e instrumentos económicos, como los
impuestos, para ayudar a eliminar gradualmente los productos de
plástico no esenciales. Las políticas, normas y directrices deben
armonizarse mediante medidas regionales específicas alineadas
con los programas nacionales.

Para crear un entorno propicio, es particularmente importante


elaborar y aplicar normas sobre el contenido de plástico reciclado
para los principales productos de consumo.   Esto puede ayudar a
desvincular los precios del plástico reciclado y del plástico virgen y
a crear una demanda en el mercado local de productos de plástico
reciclado y reutilizado creativamente.

El sector privado debe ser un asociado fundamental para


impulsar soluciones al problema planteado por el consumo
de plástico, liderando las innovaciones en materiales,
tecnología y financiamiento; promoviendo la educación y
la colaboración, e intensificando los esfuerzos de limpieza.
Por su parte, la Corporación Financiera Internacional
(IFC) está elaborando un marco para ayudar a crear una
nueva “clase de activos” de préstamos y bonos azules con
el objeto de movilizar capital para el incipiente mercado
de la lucha contra la contaminación por plásticos marinos.
Alfonso Garcia Mora
Vicepresidente de IFC para Asia y el Pacífico
El sector privado debe ser un asociado fundamental para impulsar
soluciones al problema planteado por el consumo de plástico,
liderando las innovaciones en materiales, tecnología y
financiamiento; promoviendo la educación y la colaboración, e
intensificando los esfuerzos de limpieza. Por su parte, la
Corporación Financiera Internacional (IFC) está elaborando un
marco para ayudar a crear una nueva “clase de activos” de
préstamos y bonos azules con el objeto de movilizar capital para el
incipiente mercado de la lucha contra la contaminación por
plásticos marinos. 

Para catalizar la transición hacia una economía circular, el sector


privado debe promover alternativas ecológicas al plástico y
modelos de negocios innovadores para respaldar la reutilización y
el reciclaje de este material. Esto ayudará a los inversionistas a
alinearse con los intereses de los Gobiernos y a generar valor a
partir del uso del plástico y, lo que es más importante, allanará el
camino para un futuro más sostenible.

Esta entrada de blog se publicó originalmente como una columna de


opinión en  Nikkei Asia  (i) el 29 de marzo de 2021.
El plástico, que ya ha atragantado nuestros océanos, terminará por asfixiarnos a
todos si no actuamos rápidamente
2 Octubre 2021Cambio climático y medioambiente
La contaminación causada por el plástico en los ecosistemas acuáticos ha
crecido considerablemente en los últimos años y se prevé que se duplique
para 2030, con consecuencias nefastas para la salud, la economía, la
biodiversidad y el clima, según un nuevo informe de la ONU, que advierte que
el reciclaje no es suficiente y denuncia las falsas soluciones que se están
dando frente a este problema.
Un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio
Ambiente (PNUMA) califica la actual contaminación del planeta causada por el
plástico como una “crisis mundial” y propone que se actúe rápidamente y de
forma coordinada para atajar este problema, porque “es urgente reducir la
producción mundial de plástico y de residuos plásticos en el medio ambiente”.

Para hacerse una idea del problema basta una cifra apenas comprensible para
nuestras cabezas: aproximadamente 7000 millones de los 9200 millones de
toneladas de producción acumulada de plástico entre 1950 y 2017 se
convirtieron en residuos plásticos, tres cuartas partes de los cuales fueron
desechados y depositados en vertederos, formaron parte de flujos de residuos
incontrolados y mal gestionados o fueron vertidos o abandonados en el medio
ambiente, incluso en el mar.

El plástico es de hecho la fracción más grande, más dañina y más persistente


de los desechos marinos, y representa al menos el 85% del total de esos
desperdicios , según el documento, titulado  De la contaminación a la solución:
una evaluación global de la basura marina y la contaminación por plásticos.

Pero los expertos también demuestran que la contaminación por el plástico es


una amenaza creciente no ya sólo para los ecosistemas acuáticos, sino para
todos los ecosistemas, desde aquellos en donde se origina este material hasta
los marinos y los que están en el camino que recorre entretanto.

E incluso para el clima: la evaluación, publicada diez días antes de la


Conferencia sobre el Cambio Climático (COP26), enfatiza que los plásticos
también son un problema climático, ya que se estima que en 2015 su
fabricación está relacionada con la producción de 1,7 gigatoneladas de CO2 y
se proyecta que para 2050 esta cifra se triplique a aproximadamente 6,5
gigatoneladas, un 15% del presupuesto mundial de carbono.

Persistente y omnipresente

“La contaminación actual es omnipresente y persistente. Aunque el mundo ha


logrado un importante crecimiento económico en las últimas décadas, éste ha
ido acompañado de grandes cantidades de contaminación, con importantes
repercusiones en la salud humana y los ecosistemas, así como en el
funcionamiento de algunos de los principales procesos de los sistemas
terrestres, como el clima”, se lee en el informe.

El documento destaca que el plástico representa el 85% de los residuos que


llegan a los océanos y advierte que, para 2040, los volúmenes de este material
que fluirán hacia el mar casi se triplicarán, con una cantidad anual de entre 23 y
37 millones de toneladas. Esto significa alrededor de 50 kilogramos de plástico
por metro de costa en todo el mundo.

En consecuencia, todas las especies marinas, desde el plancton y los


moluscos, hasta las aves, las tortugas y los mamíferos, se enfrentan a riesgos
de intoxicación, trastornos del comportamiento, inanición y asfixia. Los corales,
los manglares y los pastos marinos además están sofocados por desechos
plásticos que les impiden recibir oxígeno y luz.

 
Los desechos plásticos marinos afectan a más de 600 especies marinas.

Riesgos para la salud

El cuerpo humano también es vulnerable a la contaminación que generan los


residuos plásticos en las fuentes de agua, lo cual podría causar cambios
hormonales, trastornos del desarrollo, anomalías reproductivas y cáncer. El
plástico es ingerido a través de los productos del mar, bebidas e incluso la sal
común, pero también penetran en la piel y pueden ser inhalados cuando están
suspendidos en el aire.

“Los riesgos para la salud y el bienestar humano surgen de la quema de


residuos plásticos, la ingestión de mariscos contaminados con el plástico, la
exposición a bacterias patógenas transportadas en él y la lixiviación (la
separación mediante disolvente de las partes solubles de las insolubles) de
sustancias preocupantes en las aguas costeras”, indica el informe.

Precisamente, añade que “la liberación de sustancias químicas asociadas a los


plásticos a través de la lixiviación en el medio ambiente marino está recibiendo
mayor atención, ya que algunos de estos productos químicos son sustancias
preocupantes o tienen propiedades de alteración endocrina”.

De acuerdo con los científicos, el microplástico puede entrar en el cuerpo


humano por inhalación y absorción a través de la piel y acumularse en los
órganos, incluida la placenta.

Es probable que la absorción de microplásticos por parte de los seres humanos


a través de los alimentos de origen marino ponga en peligro a las comunidades
costeras e indígenas, donde las especies marinas son la principal fuente de
alimentación. Los vínculos entre la exposición a las sustancias químicas
asociadas a los plásticos en el medio ambiente marino y la salud humana no
están claros. Sin embargo, algunas de estas sustancias químicas se asocian
con graves impactos en la salud, especialmente en las mujeres.

Hasta la salud mental puede verse afectada

Según el informe, los plásticos marinos tienen un efecto generalizado en la


sociedad y el bienestar humano, ya que pueden disuadir a la gente de visitar las
playas y costas, y de disfrutar de los beneficios de la actividad física, la
interacción social y la mejora general de la salud física y mental.

La salud mental puede verse afectada por el conocimiento de que animales


marinos carismáticos como las tortugas marinas, ballenas, delfines y muchas
aves marinas están en peligro. Estos animales tienen importancia cultural para
algunas comunidades. Las imágenes y imágenes y descripciones de ballenas y
aves marinas con sus estómagos llenos de fragmentos de plástico, que son
frecuentes en los medios de comunicación, pueden provocar fuertes impactos
emocionales.

ONU Día Mundial de los Océanos/Shane Gross


 
Artes de pesca descartadas pueden ser mortales. Esta tortuga verde falleció en
el mar Caribe en las Bahamas.

Coste económico

La basura marina y la contaminación del plástico afecta, además, a la


economía mundial. Los costos que acarrea la contaminación por plásticos en el
turismo, la pesca, la acuicultura y otras actividades, como las limpiezas, se
estiman en entre 6000 y 19.000 millones de dólares en 2018. Y se proyecta que
para 2040 el riesgo financiero anual podría ser de unos 100.000 millones para
las empresas si los gobiernos exigen que cubran los costos de la gestión de
residuos en los volúmenes esperados.
En comparación, el mercado mundial del plástico en 2020 se ha estimado en
unos 580.000 millones de dólares, mientras que el valor monetario de las
pérdidas de capital natural marino se estima en 250.000 millones de dólares al
año.

Los riesgos múltiples y en cascada que plantean los desechos marinos y el


plástico los convierten en multiplicadores de amenazas. Pueden actuar junto
con otros factores de estrés, como el cambio climático y la sobreexplotación de
los recursos marinos, causando un daño mucho mayor que si se producen de
forma aislada.

Las alteraciones del hábitat en ecosistemas costeros clave causadas por el


impacto directo de la basura marina y el plástico afecta a la producción local
de alimentos y daña estructuras costeras, lo que conlleva consecuencias de
gran alcance e imprevisibles, como la pérdida de resistencia a los fenómenos
extremos y el cambio climático.

El riesgo acumulado

Los microplásticos pueden entrar en los océanos a través de la


descomposición de artículos de plástico de mayor tamaño, los lixiviados de los
vertederos, los lodos de los sistemas de tratamiento de aguas residuales, las
partículas transportadas por el aire (por ejemplo, por el desgaste de los
neumáticos y otros artículos que contienen plástico), la escorrentía de la
agricultura, el desguace de barcos y las pérdidas accidentales de pérdidas de
carga en el mar.

Los fenómenos extremos, como las inundaciones, las tormentas y los tsunamis
también pueden arrojar a los océanos importantes volúmenes de residuos
desde las zonas costeras y las acumulaciones de basura en las riberas de los
ríos, a lo largo de las costas y en los estuarios. Se prevé que la producción
mundial acumulada de plástico entre 1950 y 2050 alcanzará los 34.000
millones de toneladas.

Además, los riesgos de los desechos marinos y el plástico deben evaluarse en


función de los riesgos acumulados. Más de la mitad de los plásticos que se
encuentran flotando en algunos giros oceánicos se produjeron en la década de
1990 y antes.

El movimiento de los desechos marinos y los plásticos dentro y fuera de la


costa está controlado por las mareas, las corrientes, las olas y los vientos, con
plásticos flotantes que se acumulan en los llamados giros oceánicos, mientras
que los plásticos que se hunden se concentran en las profundidades marinas,
los deltas de los ríos, los cinturones de lodo y los manglares.
Según el informe, hay un número creciente de puntos calientes en los que
existen riesgos a largo plazo y a gran escala para el funcionamiento de los
ecosistemas y para la salud humana. Entre los principales focos se encuentra:

 el Mar Mediterráneo, donde se acumulan grandes volúmenes de


desechos marinos y plásticos debido a su naturaleza cerrada, lo que
supone un riesgo para millones de personas
 el Océano Ártico, por el daño potencial a su naturaleza prístina y el daño
a los pueblos indígenas y a las especies emblemáticas por la ingestión
de plásticos en las cadenas alimentarias marinas
 la región de Asia oriental y sudoriental, donde hay importantes
volúmenes de residuos incontrolados cerca de poblaciones humanas
muy grandes con una gran dependencia de los océanos

Falsas soluciones

Los autores del informe rechazan la posibilidad de que el reciclaje sea una


salida a esta crisis y advierten sobre alternativas dañinas a los productos de un
solo uso, como los plásticos de base biológica o biodegradables, que
actualmente representan una amenaza química similar a los plásticos
convencionales.

Con respecto al reciclaje, un problema importante es la baja tasa de reciclaje de


plásticos, que actualmente es inferior al 10%, de acuerdo con el informe.

“Millones de toneladas de residuos plásticos se pierden en el medio ambiente,


o a veces se envían a miles de kilómetros de kilómetros hasta destinos donde
generalmente se queman o se tiran. La pérdida anual estimada del valor de los
residuos de plástico de los residuos de envases de plástico sólo durante la
clasificación y el procesamiento es de 80.000 a 120.000 millones de dólares”,
agrega.

Un área de investigación en rápida expansión se refiere a los plásticos


biodegradables y de origen biológico. Los resultados de estudios de campo
muestran que cuando estos plásticos están fuera condiciones industriales o de
compostaje controlado, algunos pueden persistir durante muchos años una
vez que se encuentran en entornos marinos sin mostrar ningún signo de
biodegradación.

Por lo tanto, asegura el informe, “en el medio ambiente, estos tipos de plásticos
pueden suponer los mismos riesgos que los plásticos convencionales”.

El informe también analiza las fallas críticas del mercado, como los bajos
precios de las materias primas vírgenes basadas en combustibles fósiles,
frente a los de los materiales reciclados; los esfuerzos poco articulados en la
gestión formal e informal de residuos plásticos, y la falta de consenso sobre
soluciones globales.

No hay una solución única, sino múltiples medidas de la economía circular

Una estrategia que conlleve una solución única destinada a acabar con la
contaminación será inadecuada para reducir la cantidad de plásticos que llegan
a los océanos. Se necesitan múltiples intervenciones sinérgicas en la
producción y uso del plástico, aseguran los autores del informe.

Y añaden que tales intervenciones ya están surgiendo. Por ejemplo:

 las políticas de economía circular


 la eliminación progresiva de productos y polímeros innecesarios,
evitables y problemáticos
 la adopción de instrumentos fiscales como como impuestos, tasas y
cargos
 los sistemas de depósito-reembolso
 los sistemas de responsabilidad ampliada del productor
 los permisos comercializables
 la eliminación de subvenciones perjudiciales
 las innovaciones de la química verde para polímeros y aditivos
alternativos más seguros
 las iniciativas para cambiar la actitud de los consumidores y "cerrar el
grifo" de la producción de plástico virgen
 los nuevos modelos de servicio y el ecodiseño para la reutilización de
productos

Una informe clave

"Esta investigación proporciona el argumento científico más sólido hasta la


fecha para responder a la urgencia, actuar de manera colectiva, y proteger y
restaurar nuestros océanos, y todos los ecosistemas afectados por la
contaminación a su paso", dijo Inger Andersen, directora ejecutiva del
Programan de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

"Una preocupación importante es el destino de los microplásticos, los aditivos


químicos y otros productos fragmentados, muchos de los cuales se sabe que
son tóxicos y peligrosos para la salud humana, la vida silvestre y los
ecosistemas. La velocidad en la cual la contaminación de los océanos está
captando la atención del público es alentadora, y es vital que aprovechemos
ese impulso para lograr un océano limpio, saludable y resistente", añadió
Andersen.

Sobre la campaña Mares Limpios


El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente lanzó la
campaña Mares Limpios en 2017 con el objetivo de impulsar un movimiento
global para revertir la marea del plástico al reducir el uso de plásticos
innecesarios, evitables y problemáticos, incluidos los de un solo uso, y eliminar
los microplásticos añadidos intencionalmente. Desde entonces, 63 países se
han unido a la campaña y han adquirido compromisos para mejorar la gestión
de los plásticos mediante, entre otras medidas, la reducción de la prevalencia
de productos plásticos de un solo uso. Ahora, la campaña destacará los
problemas y sus soluciones desde el origen de la contaminación y pedirá una
acción global urgente. Mares Limpios contribuye a los objetivos de la Alianza
Mundial sobre Basura Marina y el Compromiso Global de la Nueva Economía
del Plástico.

2. La Deforestación: un daño más al medio ambiente

Para empezar, a lo largo de las últimas décadas, el medio ambiente está sometido a
cambios abruptos que los seres humanos causan, ya sea por un ciclo de supervivencia,
o por uso desmedido de recursos; como tema central, se debe conocer que, a la
deforestación, se le conoce como un proceso provocado acción de los humanos, en el
cual se puede llegar a destruir o agotarla superficie forestal, generalmente con el
objetivo de destinar el suelo a otra actividad. [1] Comenzando con este tema de la
deforestación, en los últimos años, en todo el mundo se han escuchado distintas
noticias con respecto al medio ambiente, bien sea que se generó un incendio de
magnitudes inmensas, incluso que un bosque ha sido destruido por temas industriales,
todo esto por culpa del hombre. La deforestación es un tema que se ha visto en la gran
mayoría de hábitats donde se preserva una gran fauna flora, pero centrándose más en
el tema, la deforestación de Latinoamérica es un hecho. [2] Si bien se han hecho
escritos, ensayos, documentales o conferencias con respecto a este tema, el hecho es
que algunos consideran que no es un tema de gran importancia. Una de las razones del
por qué se hace o se presencia la deforestación, es por temas industriales, es decir,
algunas empresas llegan a los territorios en busca de materia prima, o simplemente
hacen “negocios” con los gobiernos de este país, con tal de beneficiarse ambas partes;
algunos de estos casos ha sido cuando empresas “compran” parte del territorio, y
extraen los recursos que hay allí, como por ejemplo la madera, si se encuentran
territorios con árboles que tienen una buena madera para extraer, y posteriormente
llevarla a las industrias a procesarlas, es un negocio rentable para todos, y es allí que
empiezan a quedarse dichas empresas y por empezar a talar más y más para producir y
ganar más, no se dan cuenta de que están causando un daño enorme al ambiente [3];
lo mismo ocurre con el tema de la extracción de aceite, si bien algunos gobiernos han
reglamentado y dado unas normas para que este proceso sea sustentable tanto para el
ambiente como las empresas, algunos han hecho uso desmedido de máquinas con tal
de sacar un buen producto, pero incluso esto ha llegado a deteriorar otras especies por
el uso de estas, generando un gran daño ambiental, que no tiene alguna solución.
Como bien ya se había mencionado, la deforestación es un tema serio que se
presentan en territorios con gran diversidad de especies animales y plantas, incluso
con presencia de tribus indígenas, y ¿por qué hablar de esto?; primero, la mayoría de
territorios, en la amazonia, han sido deteriorados, y ha habido incendios que han
dejado perdidas grandes, sin remedio alguno. En el año 2018, se perdieron alrededor
de 11 millones de hectáreas de vegetación en las regiones tropicales, lo que equivale
alrededor de 28 campos de fútbol por minuto, y algunos datos del IDEAM, sugieren
que los bosques y demás hábitats, tuvieron una reducción notable al último registro,
con respecto a Colombia [4], mientras que, en América latina, en la última década se
perdieron alrededor de 1.6 millones de hectáreas del territorio de las amazonas, una
cifra que es demasiado alta. Para concluir, ¿A que lleva esto?: la respuesta es clara, que
como en todo lugar, siempre va a sobresalir el bien de algunos dejando a un lado el de
los otros, como bien lo dice una Ley de Nicaragua que dice que: “se establecen normas
para la conservación, protección, mejoramiento y restauración del medio ambiente y
los recursos naturales que lo integran, asegurando su uso racional y sostenible” [5], así
mismo, en otros lugares de América Latina se debe tener en cuenta que esto debe
preservarse, y no que solo se beneficien unos, e incumplir estas leyes, porque a futuro,
el panorama será distinto., o incluso, sin alguna solución posible

Deforestación en Piura: 667 mil has. se han perdido en los últimos 20 años

Por César Flores Córdova•Publicado: 6 agosto, 2018•Últ. actualización: 30 mayo, 2020


00:15

El administrador técnico del Servicio Nacional Forestal y de Fauna


Silvestre (Serfor) en Piura, Juan Otivo, señaló que, en los últimos 20 años, en la
región, se han deforestado 667 mil hectáreas de bosques.

El funcionario del Serfor afirmó que las provincias de Ayabaca y Huancabamba


tienen las más altas cifras de deforestación y esta es una situación que preocupa
porque la ausencia de árboles en la parte alta de la cuenca del río Piura puede
generar otra inundación como la del 27 de marzo del año pasado.

«Debemos tener en las partes altas mayor cobertura porque la vegetación


ayuda a retener el agua y no deja filtrar hacia las cuencas bajas. Lastimosamente
ha existido un mal manejo y hay una alta tasa de deforestación. En el 2010,
teníamos 20 mil 824 hectáreas; en el 2015, se redujo la tasa de deforestación a
17 mil 589. Vamos reduciendo los bosques y por ello hay que sensibilizar a las
comunidades», afirmó Juan Otivo.

De acuerdo a las cifras, Huancabamba tiene 313 mil hectáreas deforestadas y


Ayabaca 250 mil hectáreas.

En total, Piura aún tiene 2 millones de hectáreas de bosques pero sin un buen
manejo de los recursos forestales.

Juan Otivo señaló que la deforestación tiene uno de sus principales


responsables a las comunidades que cortan los árboles para ampliar la frontera
agrícola, porque no hacen buenas prácticas de conservación de suelos.

Otra de las causas son los incendios forestales. En época de sequía la gente cree
que quemando va a haber lluvia y ocasionan incendios.

«El 2017 hemos tenido 13 mil hectáreas que se han quemado del bosque seco.
Una hectárea de bosque tiene un valor de 3500 dólares», afirmó Juan Otivo.

El funcionario de Serfor señaló que se debe incluir en las obras de la


Reconstrucción estos proyectos que le denominamos ‘infraestructura verde’.

«Muchas veces sabemos que es importante los bosques para la conservación de


los suelos, pero no se prioriza. Tenemos experiencias encaminadas en Sechura y
Tacalá. Debemos pedir a las autoridades que prioricen la infraestructura verde a
la par de la gris», concluyó.

3. ¿Por qué se destruye la capa de ozono?

La actividad humana ha dañado esta capa protectora de la estratosfera y,


aunque la salud de la capa de ozono ha mejorado, aún queda mucho por
hacer.

POR CHRISTINA NUNEZ

El año 2020 ha observado un récord en disminución de la capa de ozono en


el Ártico debido al cambio en los patrones meteorológicos y de la circulación
de la atmósfera. Esta imagen ha sido capturada por el instrumento TROPOMI
a bordo del satélite Sentinel 5P.
FOTOGRAFÍA DE ESA
En los últimos 30 años el ser humano ha avanzado en la detención del daño a la
capa de ozono al frenar el uso de ciertas sustancias químicas, pero aún queda
mucho por hacer para proteger y restaurar el escudo atmosférico que se
encuentra en la estratosfera, entre 15 y 30 kilómetros por encima de la
superficie de la Tierra. 
¿Qué es el ozono?
El ozono atmosférico absorbe la radiación ultravioleta (UV) del sol,
especialmente los dañinos rayos UVB. La exposición a la radiación UVB está
relacionada con un mayor riesgo de cáncer de piel y cataratas, así como con
daños en las plantas y los ecosistemas marinos. El ozono atmosférico se
denomina a veces ozono "bueno", por su función protectora, y no debe
confundirse con el ozono "malo" troposférico, o a nivel del suelo, un
componente clave de la contaminación atmosférica que está relacionado con las
enfermedades respiratorias. 
El ozono (O3) es un gas muy reactivo cuyas moléculas están formadas
por tres átomos de oxígeno. Su concentración en la atmósfera fluctúa de
forma natural en función de las estaciones y las latitudes, pero en general era
estable cuando se empezaron a realizar mediciones globales en 1957. Las
investigaciones pioneras de los años 70 y 80 revelaron signos de problemas. 
La preocupación internacional por la destrucción de la capa de ozono
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) eligió el 16 de septiembre
como fecha para la lucha por la protección de la capa de ozono en
honor a la firma de este exitoso pacto mundial, convertido en uno de los
acuerdos ambientales más importantes a nivel internacional.
“Gracias al Protocolo de Montreal, la capa de ozono se está recuperando y se
espera que vuelva a los valores anteriores a 1980 para mediados de siglo”,
afirma la ONU. “En apoyo al Protocolo, la Enmienda de Kigali, que entró en
vigor en 2019, trabajará para reducir los hidrofluorocarbonos (HFC), gases de
efecto invernadero con un gran potencial de calentamiento climático y dañinos
para el medio ambiente”.
La amenaza del ozono y el "agujero" 
En 1974, Mario Molina y Sherwood Rowland, dos químicos de la Universidad de
California en Irvine (Estados Unidos), publicaron un artículo en Nature en el
que detallaban las amenazas que suponían para la capa de ozono los
gases clorofluorocarbonos (CFC). En aquella época, los CFC se utilizaban
habitualmente en aerosoles y como refrigerantes en muchos frigoríficos. Al
llegar a la estratosfera, los rayos UV del sol descomponen los CFC en sustancias
que incluyen el cloro. 
La innovadora investigación, por la que se les concedió el Premio Nobel de
Química en 1995, concluyó que la atmósfera tenía una "capacidad finita de
absorción de átomos de cloro" en la estratosfera. 
Según la Agencia de Protección del Medio Ambiente de EE. UU., un átomo de
cloro puede destruir más de 100 000 moléculas de ozono y erradicar el ozono
con mucha más rapidez de la que puede reemplazarse. 

El trabajo de Molina y Rowland recibió una sorprendente confirmación en 1985,


cuando un equipo de científicos ingleses descubrió un agujero en la capa de
ozono sobre la Antártida que posteriormente se relacionó con los CFC. El
"agujero" es en realidad una zona de la estratosfera con
concentraciones extremadamente bajas de ozono que se repite cada
año al comienzo de la primavera del hemisferio sur (de agosto a
octubre). La primavera trae consigo la luz del sol, que libera cloro en las nubes
estratosféricas. 
El aerosol de las latas contiene a veces sustancias que agotan la capa de
ozono, llamadas clorofluorocarbonos o CFC. 

FOTOGRAFÍA DE MARK THIESSEN


La situación actual de la capa de ozono 
El reconocimiento de los efectos nocivos de los CFC y otras sustancias que
agotan la capa de ozono condujo a la firma del Protocolo de Montreal relativo a
las sustancias que agotan la capa de ozono en 1987, un acuerdo histórico para la
eliminación de estas sustancias que ha sido ratificado por los 197 países
miembros de la ONU. Sin el pacto, en Estados Unidos se habrían producido 280
millones de casos más de cáncer de piel, 1.5 millones de muertes por esta causa
y 45 millones de cataratas, y el mundo sería al menos un 25 % más caluroso. 

Más de 30 años después del Protocolo de Montreal, los científicos de la NASA


documentaron la primera prueba directa de que el ozono de la Antártida se está
recuperando gracias a la eliminación de los CFC: En 2019, el agotamiento
del ozono en la región había disminuido un 20 % desde 2005. Y a
finales de 2018, las Naciones Unidas confirmaron en una evaluación científica
que la capa de ozono se está recuperando, y preveían que se sobrepondría
completamente en el hemisferio norte (no polar) para la década de 2030,
seguido por el hemisferio sur en la década de 2050 y las regiones polares para
2060. 
La supervisión de la capa de ozono continúa aunque se sospecha que quizá la
recuperación no avance tan bien como se esperaba. Un estudio de principios de
2018 descubrió que el ozono en la estratosfera inferior ha disminuido
inesperada e inexplicablemente desde 1998, mientras que otro señalaba posibles
infracciones en curso del pacto de Montreal. 

El mundo aún no ha ajustado cuentas con los gases nocivos de los


refrigerantes. Siguen utilizándose algunos hidroclorofluorocarbonos (HCFC),
sustitutos transitorios menos dañinos pero que siguen siendo perjudiciales para
el ozono. Los países en desarrollo necesitan financiación del Fondo Multilateral
del Protocolo de Montreal para eliminar el más utilizado de ellos, el refrigerante
R-22. La siguiente generación de refrigerantes, los hidrofluorocarbonos (HFC),
no agotan el ozono, pero son potentes gases de efecto invernadero que atrapan
el calor, contribuyendo al cambio climático. 
Aunque los HFC representan una pequeña fracción de las emisiones en
comparación con el dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero, su
efecto de calentamiento del planeta provocó una adición al Protocolo de
Montreal, la Enmienda de Kigali, en 2016. Este último documento, que entró en
vigor en enero de 2019, pretende reducir el uso de los HFC en más de un 80 %
en las próximas tres décadas. Mientras tanto, las empresas y los científicos
trabajan en alternativas respetuosas con el clima, como nuevos refrigerantes y
tecnologías que reduzcan o eliminen la dependencia de los productos químicos. 
El 5 de septiembre de 2010 se publicó una primera versión de este artículo que
ha sido actualizado el 30 de mayo de 2022 a partir de una versión en inglés
publicada en nationalgeographic.com.

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