Modismos Andaluces

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MANUEL BARRIOS

Repertorio
de modismos
andaluces
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Manuel Barrios

REPERTORIO DE
MODISMOS ANDALUCES

SERVICIO DE PUBLICACIONES
UNIVERSIDAD DE CADIZ
C opyright UN IV ER SID AD DE CADIZ
ISBN 8 4 -7 7 8 6 -0 4 0 -8
Depósito Legal CA 4 7 4 /9 1
Im prim e Im prenta Repeto - Cádiz
A mi hija María Teresa, que ■
lanío se divirtió viéndome rastrear
el habla de nuestra gente andaluza.
“Es en Andalucía donde
mejor se habla el español. Yo ven­
go aquí a oírles hablar, no como
por allí arriba. La solución del es­
pañol está en Andalucía y esto no
es un piropo. Lo que siento es no
estar aquí para aprenderlo”.

(Declaraciones de
Gonzalo Torrente Ballester,
el 7/XII/1980).

Tal vez una buena forma de abordar el tema que hoy


nos congrega en ese libro sea afrontando el juicio, poco rigu­
roso y malintencionado, según el cual los andaluces de esta
hora pretendemos la invención de un idioma propio. Natu­
ralmente, de todo hay en la viña del Señor y tampoco en el
ejercicio de estos negocios faltan los excesos; pero nada hay
más lejos de la realidad para cualquier analista objetivo, en­
tre otras razones porque, dadas las indiscutibles peculiarida­
des del habla andaluza, ya es suficiente para ella una rique­
za de vocabulario muy superior a la del idioma común.
Al decir esto no estamos replanteando una polémica
bizantina de la que siempre se sale como el negro del ser­
món: con los pies fríos y la cabeza caliente. Lo que quere­
mos es defender una evidencia que, por muy entusiastas y
belicosos que sean sus detractores, no puede suprimir la se-

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nal indeleble de ocho siglos: una larguísima etapa histórica
que, si en los otros lugares de España se definió por el fragor
de la batalla, en Andalucía fue cultura viva a través de la
cual se realiza el milagro de un lenguaje nuevo. Con esto no
estamos abogando por reminiscencias nostálgicas ni inten­
tamos otorgara la presencia musulmana un papel excluyen-
te y exclusivo en la creación del habla andaluza, pero sí
queremos recordar que cuando el castellano conquistador se
desciñe el tahalí de la espada y entra en su alcoba, mira el
almanaque, huele un jazmín, toma espinacas, aspira el aza­
har. exprime un limón, compra una sandia, habla con los
aldeanos, planta tulipanes, saluda al fondista, piensa en algo
baladi, consulta con la almohada, descansa en el soja, pisa
la alfombra, sabe dónde le aprieta el zapato, acusa acha­
ques. sufre sus alardes, apunta con la carabina, se calza
unas babuchas, juega al ajedrez, cobra sus alquileres, caza
un jabalí, monta, como buen jinete, un jamelgo, se siente
ahorrativo y cierra el almacén; cuando hace todo esto, no
podría expresarlo en su castellano puro, porque ninguna de
estas palabras tuvo su cuna en la ancha Castilla mesetaria.
sino en Al-Andalus luminoso.
Es claro que con ello ponemos sobre el tapete la duda
de que sea «la manera de decir», «la forma de hablar», una
clave decisiva para reconocer la característica esencial de
nuestro lenguaje andaluz. Por citar un ejemplo
-sorprendente para el profano-, basta detenernos en la es­
critura original de la abulense Teresa de Jesús, quien utiliza
palabras que hoy podemos escuchar en la gente más desasis­
tida culturalmente del pueblo andaluz: anque (aunque), pri­
mó ir (permitir), traurdinario (extraordinario), próquita (hi­
pócrita). catredático (catedrático), naide (nadie), cuanti más
(cuanto más).... ante las que podemos preguntarnos: ¿Y si la
realidad fuera que los andaluces hemos sabido conservar el
habla real, auténtica, que un día se hablara en toda España?
Porque hoy sabemos cómo se escribía, pero ¿sabemos cómo
se hablaba?

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Por lo que respecta a la fonética (que no es. a nuestro
juicio -contra la opinión de la mayoría- el elemento más
importante del habla andaluza), estamos de acuerdo con
quienes estiman que «el lenguaje andaluz es una forma orto­
doxa del lenguaje español, que conserva en Andalucía sus
normas más perfectas, sin haberse adulterado con aportes
foráneos». Pero ya hemos dicho que, para nosotros, este es
un problema tangencial, en tanto que ya en el «Diálogo Je
la Lengua», Juan Valdés hace preguntas clarificadoras:
«¿Vos no veis que aunque Nibrixa era muy docto, era anda­
luz y no castellano?... ¡Ya tornáis a vuestro Nibrixa! ¿No os
tengo dicho que, como aquel hombre no era castellano, ha­
blaba y escribía como en el Andalucía, y no como en Casti­
lla?»...
Esto se documenta en 1535, por el tiempo en que el
autor anónimo de la «Gramática Je la lengua vulgar Je Es­
paña» escribe que «las hablas peninsulares son cuatro: la
primera, la de Vizcaya y Navarra; después, la arábiga, la
cual tiene lugar segundo no sólo por su antigua y noble as­
cendencia, como también haber escrito en ella muchos es­
pañoles bien agudamente; la tercera la catalana y, por últi­
mo. la lengua vulgar española, asi llamada porque se habla
y se entiende en toda España».
Faltan aún cuatro siglos para que Menéndez Pidal. en
su crítica a Valdés, señale: «Si le dan acierto muchas veces
para desechar por andaluzas varias formas...», lo que de­
muestra que. desechadas o no. había formas andaluzas, para
que Rodríguez de Pedrosa ponga el dedo en la llaga al decir
que «el verdadero andalucismo (giro o modo privativo de
los andaluces), que contribuye a enriquecer el peculio del
idioma español, es el léxico y el sintáctico. Así como los he­
braísmos, helenismos y latinismos, debidamente usados,
contribuyeron siempre a enriquecer el caudal lexicográfico
del idioma que los admitió en su uso vulgar y corriente, del
mismo modo toda variante o nueva forma léxica o sintácti­
ca, propia de una determinada región española, enriquece

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las obras de Herrera. Jáuregui. Góngora. Argote de Molina
y otros ingenios andaluces, se hallan nombres y modos de
construir tan graciosos y elegantes, que no son propios de
Castilla y que. por serlo de Andalucía, por haberlos adopta­
do el pueblo desde tiempo inmemorial, constituyen otras
tantas variantes del habla castellana, tan ricas como inge­
niosas. En los escritores de costumbres, como Estébanez
Calderón. Fernán Caballero, Alarcón y el padre Coloma, se
halla un caudal de andalucismos tan rico como interesante».
Somos -y lo decimos con orgullo- apasionados deten­
sores del castellano, perp procurando dar al César lo que es
del César. Quienes niegan la importancia excepcional de las
hablas regionales deberían saber que cuando, en su perfecto
castellano, ellos mismos hablan de machos, chubascos, aris­
cos y vigías, no hacen sino emplear galleguismos; que cuan­
do se refieren a anguilas, vinagre, forasteros o carteles, no
están utilizando su propio idioma original, sino los catala­
nismos incorporados a él para enriquecerlo; cuando aluden
a pizarras, izquierda, cencerros o chabolas, se sirven del
euskera: y. en fin, cuando dicen tarifas, tabiques, alubias.
/ulano o mengano, están rindiendo homenaje al habla anda­
luza. transmisora principalísima de estos arabismos conver­
tidos en lengua romance antes del siglo en que empezara a
contarse la historia de Bernardo del Carpió. Que ni siquiera
el «Mió Cid» es ya el primer documento escrito de la lengua
común -como se ha dicho hasta hace unos años-, ya que,
tras el descubrimiento de las jarchas. dicho con palabras de
Dámaso Alonso, «la literatura española no empieza épica;
ahora empieza encantadoramente lírica».

Lo escribió José María Vaz de Soto en un libro


-«Defensa del habla andaluza»- que hoy es cita obligada
para estos estudios: «Puede que sea interesante para algunos
lectores que vayamos repasando -desde nuestro punto de
vista moderadamente normativo- los rasgos peculiares del

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andaluz en los diversos niveles lingüísticos: fonético-
morfológico, morfosintáctico y lexicosemántico. Vaya por
delante que sólo en el primero de estos niveles -el de la pro­
nunciación- es donde defiendo la posibilidad o, mejor di­
cho, la existencia de una norma culta andaluza diferente a
la castellana. Es más, se ha dicho y repetido -quién sabe si
un tanto alegremente- que el andaluz se diferencia del cas­
tellano sólo a este nivel. Así lo afirma, por ejemplo. Alcalá
Venceslada, autor de un interesante -y criticado- « Vocabu­
lario Andaluz». Sin embargo, muchos autores, empezando
por el propio Alcalá Venceslada, señalan al menos una dife­
rencia cuantitativa en el léxico, más rico que el de otras re­
giones en palabras puramente castellanas, así como en for­
maciones nuevas -según apunta Rodríguez Castellano-, con
lo que el carácter de «avanzadilla» que venimos atribuyen­
do al andaluz dentro de las hablas peninsulares tal vez no se
limite al campo de la fonética, cosa natural por otra parte,
ya que los distintos niveles del sistema son independientes,
y los cambios fonológicos acaban siempre por repercutir en
el plano léxico y morfológico».
Queda claro, con esta exposición, que, en tanto las pe­
culiaridades fonéticas del andaluz son casi las únicas que
han despertado hasta ahora el decidido interés de los estu­
diosos, otros aspectos, tan dignos de atención, por lo menos,
como el fonético, apenas si han sido tenidos en cuenta;
como queda claro que ni siquiera los aislados y tímidos in­
tentos en relación con esos otros aspectos han incluido en su
interés lo que, a nuestro juicio, constituye la característica
esencial del lenguaje andaluz. Nos referimos a sus modis­
mos y frases proverbiales: un tesoro expuesto a desaparecer,
si no se emprende la tarea de rescatarlos con la mayor dili­
gencia, ya que. dado el mimetismo de los medios audiovi­
suales, corre el riesgo de sufrir una absorción desnaturaliza­
da e irreversible por parte del idioma común.
Queda aquí resumido nuestro propósito, que se con­
creta en una recopilación, por supuesto muy parca si la
comparamos con el acervo del que procede, pero suficiente,
a nuestro entender, para convertirse en el primer intento
que ojalá sirva de estímulo a una labor continuada, de pre­
tensiones más ambiciosas.

En abril de 1987, a raíz de una polémica pública sobre


la pronunciación viciosa que se difunde desde la Televisión
andaluza, publicamos un articulo en «ABC» de Sevilla, que
acaso sea oportuno transcribir aquí:
«A veces conviene detener la marcha y. sentados al
borde del camino, volver la mirada atrás. Seguro que. al ha­
cerlo en este andar de urgencia por las quebradas de alguna
polémica, descubriremos muchos pasos inútiles que quizás
deberíamos haber orientado en otra dirección. Así me pare­
ce que ocurre con los escarceos sobre el habla andaluza, en
los que tal \ez hemos consumido demasiada tinta refirién­
donos a sus características fonéticas -y, al fin y al cabo, las
hablas de todos los sures tienen una pronunciación distinta
a la de todos los nortes-, mientras seguimos ignorando el in­
menso caudal de sus modismos y formas proverbiales: un
auténtico tesoro sistemáticamente olvidado por los especia­
listas. anclados en su pequeña parcela de «palatales africa­
das» y «consonantes implosivas».
Un Universo, este de la frase hecha, en verdad fasci­
nante. en el que el verbo popular, siempre imaginativo y
creador, dice de una persona tacaña que «es de las que dan
tres bocados a una uva», y de un niño feo. que «está hecho
en sábado». Maravilloso milagro, el de los modismos de una
gente que habla de beber los vientos, acarrear penas, arras­
trar el nombre y dar tiempo al tiempo.
A veces estos modismos nos llegan desde lo hondo de
los siglos: «A la chita callando», del reinado de Alfonso X:
«Asomar risa de conejo» ya lo emplea Cervantes -filón ina­
gotable de modismos andaluces-; «Cual digan dueñas». Ma­
teo Alemán; «Como perros por Carnestolendas». Vicente

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Espinel. Otras veces conocemos las circunstancias que los
originaron: por ejemplo, antiguamente, al formar la marine­
ría y cantar el número de la guardia que correspondía a cada
cuál, el último cerraba la cuenta con un «¡Viva la Virgen!».
De ahí que. como esta guardia, por más penosa, se le reser­
vaba al más indisciplinado, quedara la frase «ser un viva-
la-virgen». para definir al que hace lo que quiere sin preo­
cuparse de sus consecuencias. «No es nada lo del ojo. > lo
llevaba en la mano», se debe al torero Manuel Domínguez
Desperdicios, que fue quien la pronunció tras sufrir una te­
rrible cogida en la plaza del Puerto. «Ser más listo que
Lepe» no alude al simpático pueblo de Huclva. sino al eru­
dito don Pedro de Lepe y Didantes. nacido en Sanlúcar de
Barrameda. en tanto que «A buenas horas, mangas verdes»
procede del remoquete irónico aplicado a la ineficacia de la
Hermandad, cuyos cuadrilleros vestían uniforme con las
mangas de ese color.
En ocasiones surge la sorpresa más imprevista, como
sucede cuando los sevillanos, ante una tormenta que está
amainando, dicen «esa ya va para carmona». aludiendo no
sólo al bello pueblo de nuestra campiña, sino a que la tor­
menta va para eahnona. de calmo. En otros tiempos, el pue­
blo crea bellísimas imágenes, como la de llamar «disciplina­
do» al clavel blanco salpicado de pintas rojas, por semejan­
za a la piel con gotas de sangre del que se disciplina. O dice
de una persona, cuando juega con seducción la mirada, que
«mece los ojos», modismo que. por cierto, es empleado en
una graciosa e intencionada copla:

«Aquel que aI andar culea


y al mirar los ojos mece,
yo no digo que lo sea.
pero si que lo parece».

Increíble Andalucía en su permanente lección creado­


ra. que dice «a cencerros tapados», «cara de quitapesares».

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«a la buena Miguel», «dar a morder cebollitas», «quedarse
como el gallo de Morón», «irse al patio de las malvas»...
Creo que los expertos en cuestiones filológicas, dejando ya a
un lado la «palatal africada» y la «consonante implosiva»
deberían patronear la defensa de este auténtico tesoro; no
vaya a ser que. como quien no quiere la cosa, con esto de
amadrigarse en los temples de la versación, a alguno se le
ahúme el pescado, y el titirimundi acabe como el rosario de
la aurora, ayer hizo un año y, si te vi. no me acuerdo».

El presente trabajo -producto de varios años de estu­


dio. especialmente uno de dedicación exclusiva gracias a
una beca de la «Fundación Machado»- se basa en la siste­
mática de un plan que parte de estas fuentes básicas;
a) Investigación de campo en puntos concretos de An­
dalucía, dado que existen características originales muy di­
ferenciadas según sus distintas zonas; occidental y oriental,
campiña, litoral y sierra, etc.
b) Obras de costumbres andaluzas, en sus diversos gé­
neros, preferentemente las de Juan Valera. Fernán Caballe­
ro, Doctor Thebussem, Pedro Antonio de Alarcón. J. López
Pinillos Panneno, A. Machado y Alvarez Dcmófilo. S. y .1.
Alvarez Quintero. P. Muñoz Seca y P. Pérez Fernández. .1.
F. Muñoz y Pabón. Luis Coloma. Salvador Rueda. S. Gon­
zález Anaya, Cristóbal de Castro. Manuel Chaves Nogales.
José Andrés Vázquez. José María Izquierdo. Joaquín Rome­
ro Murube, Arturo Reyes, S. Estébanez Calderón. José Ma­
ría Pemán. José Carlos de Luna, Fernando Villalón. Manuel
Halcón. Antonio Burgos, Fernando Quiñones. José María
Sbarbi. José María Requena y Carlos Muñiz Romero.
c) Colecciones de Cantes y Coplas, por ser éstos cante­
ra de imágenes, metáforas, giros y modos: Discografía y Co­
lecciones de Antonio Machado y Alvarez, Manuel Macha­
do. Gloria de la Prada. Rodríguez Marín, etc.
d) Estudios sobre el tema, aunque estos se refieren casi
exclusivamente a los vocablos -no a las frases-: Rodrigue/

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Marín, Alcalá Venceslada, Sbarbi, Payán Sotomayor. Luis
Montoto...
e) Otras fuentes populares: refranero, cancioneros, adi­
vinanzas y pregones.
Hecha la primera recopilación de unos 15.000 modis­
mos. seleccionamos alrededor de 1.500, después de contras­
tar inequívocamente su naturaleza andaluza según la evi­
dencia de estas características:
a) Aquellos que se expresan siguiendo unas pautas sin­
tácticas y fonéticas genuinas del Sur.
b) Los que hacen referencia a la toponimia andaluza
según giros, modos y formas locales.
c) Los que certifican su andalucismo por proceder de
fuentes exclusivas de Andalucía, como ocurre con los cantes
flamencos.
En cuanto al refranero, sus ejemplos han sido seleccio­
nados entre los 65.083 incluidos en la colección compilada
por Luis Martínez Kleiser. reservando para este trabajo solo
los que son origen de frases hechas: «Cabrita que tira al
monte...». «Con el cuento de primo...». «Desde que te vi ve­
nir...»
En la llamada «Canción Andaluza», de los años
1940-1950, con independencia de la valoración sociológica,
política o estética que pueda merecer, hemos estimado una
serie de modos, giros y metáforas de singular ínteres para
nuestro propósito, por lo que. además de los incluidos en la
recopilación propiamente dicha, forman un apéndice apar­
te: «Marcado a fuego», «la verdad del cuento», «apuntar los
claros del día», «estar más muerto que vivo», «entre vueltas
y revueltas»...
En fin. excluidas las frases hechas que corresponden a
unos ámbitos muy concretos (taurino, campesino, minero,
marinero...), al no pretender una acumulación de ejemplos
más o menos discutibles, sino un muestrario de comprobada
identidad andaluza, sólo nos queda aspirar a que el lector se
sienta atraído hacia estos estudios, fundamentales para la di­

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fusión de nuestra cultura; que ya Ambrosio de Salazar. se­
cretario de Luis XIII de Francia, dejó el caso de las peculia­
ridades lingüísticas del Sur español visto para sentencia, al
decir que «aunque la lengua andaluza sea la mesma que la
castellana, con todo esso yo la estimo mejor y más delicada.
De essa manera será menester leer los libros impressos en el
Andalucía para aprender el español...»

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A

A BARRA. Manera de plantar las vides, haciendo hoyos


con una barra.
A BOCA LLENA. Sin rebozo en la expresión verbal.
A BUENA HORA, MANGAS VERDES. Frase para resal­
tar la tardanza de alguien o de algo. Su origen alude al
hecho de que los cuadrilleros de la Santa Hermandad no
se mostraban muy diligentes a la hora de cumplir con efi­
cacia su cometido y, como vestían uniforme de vistosas
mangas verdes, sin duda la manera andaluza de esgrimir
la ironía justifica la atribución del modismo al pueblo
andaluz.
A CABRITO. Acuestas.
A CALICHE. A chorro, referido a la forma de beber.
A CALZÓN QUITADO. Sin remilgos ni respeto a los con­
vencionalismos.
A CARA BULLA. A voleo, para quien lo tome.
AC'ARALTO. Malogrado.
A CENCERROS TAPADOS. Sigilosamente. Proviene de
la costumbre arriera y contrabandista de acallar los cen­
cerros de las caballerías al pasar por lugar donde sería de­
sagradable o peligroso ser descubierto con la reata.
A CONTAR LOS FRAILES. Respuesta irónica a la indis­
creta pregunta sobre adonde va uno.

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A COSA HECHA. A propósito.
A DIESTRO Y SINIESTRO. Sin tino ni orden.
A ENEMIGO QUE HUYE. PUENTE DE PLATA. Refrán
procedente de la frase que Melchor de Santa Cruz atri­
buye al Gran Capitán (“ Floresta española de apotegmas
y sentencias”. 1584). Lope de Vega la empleará en su
“Estrella de Sevilla”: “Que al enemigo/ se ha de hacer
puente de plata”. También en el Cancionero Andaluz:
“A corazón amante./verea de zarzas;/a enemigo que
huye./ puente de plata”.
A ÉSE HAY QUE ECHARLE DE COMER APARTE. Pa­
ra expresar la excepcionalidad de alguien en considera­
ción a sus méritos.
A ESTO... En este momento.
A GABELAS. Préstamo de dinero a interés.
A GRITO PELADO. A voz en grito.
A HORROS. A cuestas.
A JAR1LLAS. En cantidad, con abundancia.
A LA BARTOLA. Referido al descanso, sin cuidado ni
preocupación.
A LA BIRLONGA. Descuidadamente.
A LA BUENA DE DIOS. Sin artificio, malicia ni premedi­
tación.
A LA BUENA MIGUEL. Limpiamente, sin trampas.
A LA CUARTA PREGUNTA. Sin recursos económicos.
A LA CHITA CALLANDO. Sigilosamente. El origen de
esta frase, según José María de Mena (“La pronunciación
sevillana”. 1975). se remonta a la época de la domina­
ción árabe, cuando se introdujo en Andalucía un animal,
especie de gato montés, al que llamaban “siita” (chita),
utilizado para cazar. Bajo el reinado de Alfonso X se pro­
hibió la caza con dicho felino, por ser muy sanguinario,
pero, naturalmente, siguió realizándose, aunque ahora
clandestinamente, callando.
A LA CORTA O A LA LARGA. Tarde o temprano, fa­

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talmente: “ De las cosas más ocultas/el tiempo tiene la lla­
ve/ y, a la corta o a la larga,/ todo en el mundo se sabe".
A LA DE LAS ORACIONES. A la hora del Angelus ves­
pertino.
A LA DESBOCADA. Atropelladamente.
A LA ENTRELUZ. Entre dos luces: “A la entreluz de los
mayos, /cuando cruzaba el albero,/ ¡qué limpio estaba el
caballo/ de don Antonio Cañero!”.
A LA HORA DE LOS MARILLOS. Cuando queda poca
mercancía para vender y ésta se ofrece a bajo precio.
A LA PATA LA LLANA. Sin cuidado ni ceremonia, cam­
pechanamente.
A LA PORFÍA. En porfiada emulación.
A LA POR PARTIDA. Al fin y al cabo, a la postre.
A LA REAL DE ESPAÑA. Francamente, sin tapujos.
A LA TRÁGALA. De mala conformidad, contrariadamen-
te.
A LA VAQUEROSA. Estilo andaluz de montar a caballo.
Domar el caballo según la escuela andaluza.
A LA VEJEZ, VIRUELAS. A destiempo y cuando ya no se
espera.
A LA VIRULÉ. Referido al ojo, amoratado por un golpe.
A LA VUELTA LO VENDEN TINTO. Frase usada para
desentenderse de algo. Procede de un cuentecillo del po-
pularísimo personaje ecijano llamado el Bizco Bardal:
Joselito el Gallo da dinero al Bizco para que le efectúe
una compra. Cuando éste llega con el encargo, intenta
marcharse sin dar cuenta del dinero que le ha sobrado.
“¿Y la vuelta?”, pregunta Joselito, y el Bizco responde
con la frase - “a la vuelta lo venden tinto”- que ha que­
dado como modismo.
A LAS CLARAS (CLARITAS) DEL DÍA. Al amanecer.
A LAS MIL MARAVILLAS. Maravillosamente.
A LAS PRIMERAS DE CAMBIO. A la primera ocasión,
inesperadamente. Deriva del lenguaje bancario.
A LAS PUERTAS DE LA MUERTE. En trance agónico:

19
“ No se borra de mi mente / el día catorce de abril. / y
siempre tendré presente / que en ese día me vi / a las
puertas de la muerte”.
A LAS TANTAS. A una hora tardía indefinida, general­
mente nocturna: “A las tantas de la noche”.
A MALA IDEA. Con plena consciencia del mal. A veces se
usa con humor irónico: “ El niño come a mala idea”.
A MANOJITOS. En mucha cantidad.
A MAS NO PODER. En situación imposible de ser supera­
da.
A MATACABALLOS. Atropelladamente.
A MATACANDELA. Como “a matacaballos”.
A MATAHAMBRE. Con el mínimo indispensable para
subsistir.
A MATAS Y POR ROZAR. Se dice referido a algo incom­
pleto.
A MEDIO MOGATE. Con descuido o poca advertencia
(por decirse de las vasijas que sólo están vidriadas por el
exterior).
A MEDIOS PELOS. Medio borracho.
A MIS (TUS. SUS...) ANCHAS. Desahogadamente, con li­
bertad y satisfacción.
A MÚSICA DE TALÓN. Andando.
A MUSICO. Con viaje y estancia pagados, sin más emolu­
mentos. La gracia popular lo define: “comío. bebió. Ile-
vao y traío”.
A ORZA. Sin sosiego ni descanso (procede del vocabulario
marinero).
A PALO SECO. Sin acompañamiento alguno. Hay quienes
hacen derivar este modismo de la antigua costumbre de
los que. al cantar sin guitarra, se acompañaban a sí mis­
mos llevando el compás con un palo sobre el espaldar de
la silla. Conviene recordar, sin embargo, que a los estilos
flamencos se les llaman “palos” y. por tanto, “a palo se­
co” equivaldría a cante sin acompañamiento.

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A PARTIR UN PIÑÓN. En relaciones extremadamente
afectivas.
A PIE. Referido a situación económica, desamparado.
A PILLA-PILLA. Por analogía con el juego infantil, forma
de perseguir sin alcanzar.
A POCO RATO. Al poco tiempo.
A PORRILLO. En gran cantidad y sin orden.
A PULSO. Por el propio esfuerzo, sin ayuda ajena.
A PUNTA DE PALA (A PUNTA-PALA). Abundante­
mente y sin criterio selectivo.
A PUNTO DE CARAMELO. En el punto ideal de sazón.
Dice un refrán andaluz: “Cuando al mozo le crece el
bozo y a la moza le llega a la cintura el pelo. \a están a
punto de caramelo”.
A PUNTO FIJO. De manera cierta.
A RACE!AS. De vez en cuando, a oleadas intermitentes.
A RAZÓN DE CATORCE. SIETE ES LA MEDIA. Frase
con que se ironiza sobre lo e\ idente.
A RECALCAPERROS. “Con todas las de la le\". cum­
pliendo todos los requisitos.
A RECULONES. Retrocediendo. Referido también a la
forma de andar moviendo mucho las posaderas.
A REPULGO. Hasta los topes, saturado.
A REVIENTACABALLO. Mu\ aprisa, sin pausa ni des­
ea nso.
A RIENDA SUELTA. Sin prudencia ni mesura.
A R1TACABRA. Forma de tirar el garrote para hacer \ol-
ver el ganado.
A ROMA POR TODO. Decididamente \. a \eces. sin me­
dirlas consecuencias.
A ROTA BATIDA. A marchas forzadas.
A RUCHE Sin dinero.
A RUIN. RUIN Y MEDIO. Frase con que se expresa la de­
cisión de dar a una persona ruin la respuesta que merece,
sirviéndose de sus propios medios.

21
A SAL SEPA. Frase con que se expresa el deseo de ver co­
ronada por el éxito una esperanza.
A SALTO DE MATA. A la que cae, aprovechando cual­
quier oportunidad desde una situación de dificultades
económicas.
A SALVO ESTÁ EL QUE REPICA. Consideración en tor­
no a la impunidad del que desempeña un alto cargo, del
que está en las alturas y, por tanto, libre del peligro.
¿A SANTO DE QUÉ? - ¿A causa de qué? ¿Con qué justifi­
cación?
A SECAS. Referido al contrato de trabajo, el que compro­
mete a pagar únicamente dinero.
A SEGURA SE LO LLEVAN PRESO. Para expresar es­
cepticismo por el resultado de una gestión, se refiere al
tiempo en que Segura de la Sierra, en la provincia de
Jaén, era prisión destinada a personalidades; de ahí que
causara admiración ver cómo éstas eran llevadas a presi­
dio, significando el poco tiempo de permanencia en él.
A SEMANERÍA. Pago a plazos semanales de préstamos o
compras así acordados.
A SOPLO Y SORBO. Referido a la comida, ingerirla preci­
pitadamente y sin esperar a que se enfríe. Por analogía, lo
que se hace con prisas.
A SUBETE EN EL POYO. De forma altanera y con ame­
nazas.
A SUS SOLAS. A solas. En solitario.
A TENTARUJAS. A tientas.
A TENTEBONETE. A todo plan, sin restricciones.
A TIRO HECHO. Con deliberación y seguridad en el resul­
tado.
A TOCATEJAS. (A TOCAR TEJAS). Al contado, alu­
diendo al pago de una edificación cuando se ha termina­
do el techo.
A TODO ESTO... Mientras tanto...
A TODO TRAPO. Sin limitación ni recelos, derivado del
vocabulario ma ri nero.

22
A TODO TREN. A toda la velocidad posible. “A todo tra­
po”.
A TOPACARNERO. Golpe en la frente dado con la mano.
A TOQUE DE CAMPANA. Con rigurosa puntualidad y
disciplina.
A TORO PASADO. Aplícase al suceso ya ocurrido.
A TRES MENOS CUARTILLO. Alcanzado de recursos.
A TROMPA TAÑIDA. Precipitadamente y sin descanso.
A TROMPICONES. Tropezando torpemente.
A TUTIPLÉN. “ Macarronismo” franco-italiano, equiva­
lente a la expresión “a todo plan”.
A UN ANDAR. En un corto trayecto por piso llano.
A UÑA DE CABALLO. A todo correr.
A VENTREGADAS. A ratos, a veces.
ABOGADO FIRMÓN. Abogado que firma, por remunera­
ción, escritos de otro.
ABRASARSE VIVO. Experimentar extremado calor.
ABRIR BRECHA. Hallar el modo de rebatir un argumen­
to.
ABRIRSE EL DÍA. Despejarse de nubes el cielo.
ABRIRSE EN ABANICO. Retroceder unos pasos, esgri­
miendo un arma, para acometer.
ABROCHARSE UNO. Prepararse para una acción.
ACABAR COMO EL ROSARIO DE LA AURORA. A
golpes y farolazos; situación que debe de tener su memo­
ria en un hecho real, puesto que también se dice "acabar
como el rosario de Espera”, pueblo de la provincia de
Cádz, lo que nos ofrece una interesante pista para la lo­
calización del desaguisado.
ACARREAR PENAS (O CASTIGO). En el sentido de cau­
sar perjuicio: “¡Válgame los cielos! / ¡Válgame la tierra!
¡Lo que acarrea un testigo falso / y una mala lengua!”.
ACERCARSE A LA REJA (DE ALGUIEN). Requerir de
amores.
ACOLLERARSE CON... Emparejarse, casarse, amancebar­
se con...

23
ACHICAR LA CARRERA (EL CABALLO). Dar pasos
cortos: “Caballito esaborío, / no me achiques la carrera; /
que al otro lado del río / mi novia guapa me espera / an­
siosa de besos mios".
¡ADELANTE CON LOS FAROLES! Por analogía al co­
mienzo de un desfile procesional, exclamación con que
dar, o darse, ánimos para emprender o continuar con
bríos renovados una acción.
ADORAR EL SANTO POR LA PEANA. Servirse de la
adulacióno el regalo con una persona para llegar a otra.
AFICIONADO A LA JATERÍA (HATERÍA). Comilón.
Hatear es término andaluz que significa comer (x).
AFINAR LA PUNTERÍA. Calcular bien, antes de actuar.
AFLOJAR LA MOSCA. Pagar con dinero.
AFLOJAR LAS RIENDAS. Ceder en algo que se defendía
con intransigencia.
AGACHAR LA CABEZA (LA CABECITA). Aceptar ser­
vilmente, incluso aquello que no es justo ni razonable:
“ No me queda más remedio / que agachar la cabecita: /
decir que lo blanco es negro".
AGUA DE CEPAS. Vino.
AGUANTAR CARROS Y CARRETAS. Soportar pacien­
temente contrariedades, trabajos y humillaciones.
AGUANTAR EL ANCLA. Por analogía con la operación
marinera, resistir los embates adversos con firmeza.
AGUANTAR EL PUJO. Admitir sin protestas, en contra
de los propios deseos.
AGUANTAR MECHA. Reprimirse una respuesta o una
acción violenta ante una actitud agresiva o injusta.
AGUANTARSE EL BOLLO. Admitir algo por temor o
por propia conveniencia.
AGUAR LA FIESTA. Turbar o estropear un proyecto,
reunión, etc.

x. Debo el dato a mi buen amigo Antonio Bocio Vargas, campesino de ley.

24
¡AHÍ ESTÁ EL TOQUE! Se emplea para confirmar un
acierto.
AHÍ ME LAS DEN TODAS. Para expresar indiferencia
ante una amenaza que no va a causar perjuicio. El origen
de la frase está en la anécdota que nos recuerda Domín­
guez Ortíz: “En un auto celebrado en San Pablo, en
1665, salió, junto con dos bigamos, dos hechiceras y va­
rios judaizantes, la estatua del novelista y dramaturgo
Antonio Enríquez Gómez, que después de larga estancia
en Francia pasó a Holanda, donde hizo pública protesta­
ción de judaismo. Se dice que un español lo encontró en
Amsterdam y le dijo: ‘¡Ah, señor Enríquez Gómez, yo vi
quemar su estatua en Sevilla!', a lo que replicó el aludi­
do: 'Pues ahí me las den todas’..." (Historia de Sevilla. El
Barroco”).
AHORA MISMITO. En este mismo momento.
AHORCAR EL DESTAJO. Desistir de lo que se había em­
prendido o defendido.
AHUMÁRSELE EL PESCADO A UNO. Acabársele a uno
la paciencia.
AJUNTAR JUNCIA PARA UNA PORRA. Acumular
deudas.
AL AGUARDO. No sólo como equivalente a estar a la es­
pera, sino resguardado.
AL AIRE. Sin provecho, fijeza ni fundamento.
AL ALBEDRÍO. Sin provecho, fijeza ni fundamento.
AL ARRIMO. Cerca, junto, al cobijo de...: “ Desapartémo­
nos ahora, / que ai arrimo de la puerta / hay gente mur­
muradora / que lo que no ve lo inventa”.
AL AVEMARIA. Al anochecer: es decir, a la hora del rezo
del Avemaria en memoria de la Anunciación.
AL CABO DE CUANDO. Al cabo de mucho tiempo.
AL CABO DE LA CALLE. Al tanto, enterado de un asun­
to con información suficiente.
AL DESPERTAR EL DÍA. Al amanecer.
AL DÍA DIARIO. Al dia.

25
AL ESTERICOTE. Al aire, al relente.
AL FIN Y AL REMATE. Al fin y a la postre.
AL IGUAL. Igualmente, asimismo. También se emplea
como "en vez de”, que es como lo utilizaba Manuel To­
rre en sus famosos campanilleros: “A la puerta de un rico
avariento llegó Jesucristo y limosna pidió; / y al igual
de darle la limosna los perros que habia se los azuzó.
AL PELO. Exactamente, correctamente, a la medida justa:
“Chiquita, te he de poner / que con media miradita / al
pelo me has de entender”.
AL PIE. Cerca, no necesariamente a los pies: "Cantando
paso la vía; / mi canto a nadie conmueve. /Yo soy como
el avefría / que canta al pie de la nieve / al amanecer del
día”.
AL POMPÓN. A escote.
AL PRÓJIMO. CONTRA UNA ESQUINA. Para expresar
la indiferencia hacia el perjuicio que a otro puede ocasio­
nar el beneficio propio.
AL RELANCE. A la media vuelta.
AL REMATE. Al fin.
AL REVOLVER DE UNA ESQUINA. Frase empleada en
el habla popular para expresar lo que ocurre cuando me­
nos se espera, en cualquier momento, aunque no sea,
exactamente, al doblar una esquina: "AI revolver de una
esquina / tus ojitos me asaltaron, / tus cabellos me pren­
dieron / y a tu cárcel me llevaron”.
AL RONCEO. Alrededor de alguien para conseguir lo que
se pretende.
AL SABER LE LLAMAN SUERTE. Como réplica a quien
atribuye a la fortuna un logro calculado.
AL SERENO. A cielo abierto, sin techo ni protección.
AL SOLANO. Al viento de levante: “Eres como la veleta /
del campanario. / que tan pronto está al norte / como al
solano”.
¡AL TIEMPO DE LEVANTE! Exclamación que fia a un
futuro más o menos lejano la confirmación de algo.

26
¡AL TORO QUE ES UNA MONA! Indica decisión del que
habla o estímulo para animar a otro.
AL TUNTÚN. Al azar, alocadamente y sin medir las con­
secuencias. “A ojo de buen cubero”.
ALARGAR EL PASO. Aguijar, andar deprisa.
ALARGARSE A... Acercarse a... (un lugar).
ALCANZAR CON DIOS (CON LA VIRGEN. CON LOS
SANTOS). Recibir sus gracias y favores: "Dime a qué
santo le rezas, / que tanto alcanzas con Dios; / dímelo,
para rezarle. / a ver si te alcanzo yo”.
ALLÁ SE LAS ABOTONEN. Frase que expresa inhibición
de un asunto.
ALMA DE CÁNTARO. Persona falta de discreción o ex­
cesivamente confiada o pastueña.
ALUMBRAR UN TIRO. Disparar un arma.
¡ALZA. PEPA! Para expresar sorpresa o incredulidad.
¡ALZA. PILILI! Como “¡alza, Pepa!”. No debe confundirse
con la “salsa pilili”, que es la traducción andaluza, por
supuesto bromista, del vocablo “sex-appeal”.
ALZARSE EL PELO. Encararse, hacer frente.
AMADRIGARSE A... (O CON...). Acogerse a la protec­
ción de...
AMONTONÁRSELE EL JUICIO (A ALGUIEN). Ofus­
carse.
ANDA AQUEL. Desde entonces.
¡ANDA CON DIOS! Expresión para manifestar sorpresa o
conformidad. También para despedir con acritud.
¡ANDA CON ÉL (CON ELLA)! Equivale a “atrévete”,
"decídete”: “Es tu cintura mimbre / que se mimbrea, / y
tus labios corales / que coralean. / ¡Anda con ella! / ¡Que
te la vas llevando! / ¡Que te la llevas!”
ANDA QUE TE ANDA. Para decir que alguien recorre un
largo camino.
ANDA QUE TE DEN UN TIRO. Frase de despecho:
“Anda que te den un tiro: / nunca llueve como truena. /
Con esa esperanza vivo”.

27
ANDA VE... ANDA Y... Diversas formas como invitación
a hacer algo: “Anda ve y dile a tu madre / que. si te quie­
re vender, / en la mano está el dinero / y en la puerta el
mercader". “Anda y vete, que no quiero / contigo con­
versación; / la que he tenido, me pesa / dentro de mi co­
razón".
¡ANDA Y QUE TE MATE EL TATO! Frase despectiva
para dar por terminada una conversación enojosa o para
descalificar la opinión del que habla. Alude al famoso to­
rero Antonio Sánchez El Talo. quien, por matar muy
primorosa y rápidamente, fue elegido como protagonista
del modismo. Este, por supuesto, encubre una acusación
de cornudo.
¡ANDA Y QUE TE ZURZAN! Despectivo, para dar por
terminado el diálogo.
ANDAR A GATAS. Exposición gráfica para calificar el
sometimiento a la voluntad de otra persona: “Anda ya.
cardillo blanco criao entre verdes matas. / que al hom­
bre de más valor lo hicistes andar a gatas".
ANDAR A LA BREGA. Estar muy afanado en trabajos o
negocios.
ANDAR A LA CAZA DE GANGAS. Frase que ha ido
transformándose al paso del tiempo. Quería decir “per­
der el tiempo pensando alcanzar alguna cosa, y que,
cuando parece tenerla ya en las manos, se escapa o se
deshace. Así acontece al cazador que. yendo tras la ganga
(ave), ésta lo espera y. antes de que dispare el arcabuz, se
levanta y se le aleja" (Cobarruvias). La ganga tiene la car­
ne dura y es difícil de pelar. De ahí la frase de Góngora
en su Epistolario: “No debe conocer quién es Armuña, su
deán, ganga tan dura de pelar como de comer".
ANDAR (O ESTAR) ACHUCHADO. En situación preca­
ria de dinero o de salud.
ANDAR AL RODEO. Ir por camino distinto al común y
más directo.
ANDAR ALECHUGADO. Andar enfermo.

28
ANDAR ALGO MANGA POR HOMBRO. Sin orden ni
disciplina.
ANDAR ARAÑANDO. Aprovechando hasta lo menos va­
lioso.
ANDAR COGIENDO ALÚAS. Hacer cosas de loco.
ANDAR COMO EL CARACOL. Tener sólo lo puesto.
ANDAR COMO LAS VACAS DEL TÍO MELENO. Sin
sometimiento a ley, autoridad ni buenas costumbres.
ANDAR CON AQUÍ LA PUSE. Justificarse con disculpas.
ANDAR CON CIEN OJOS. Sobreaviso, atento a todo.
ANDAR CON LA VIGA DERECHA. Atento a las nor­
mas.
ANDAR CON SIETE OJOS. Como "andar con cien ojos”.
ANDAR DE CAREO. Estar de fiestas.
ANDAR DE CORONILLA. Afanarse en algo con agobio.
ANDAR DE CUCA. Como "andar de careo”.
ANDAR EL DIABLO EN CANTILLANA. Gonzalo de
Oviedo, en sus “Quincenas", cree que esta expresión se
dijo por un capitán de la parcialidad del Almirante de
Castilla. Jofre Tenorio, que durante las turbulencias de la
minoría de Alfonso XI recorrió las cercanías de Sevilla
«faciendo muchos males e desafueros; e porque ejercía
especialmente sus depredaciones en Cantillana. los arrie­
ros e caminantes se alejaban de aquellos lugares diciendo:
‘Vámonos, que el diablo anda (o está) en Cantillana'».
Sin embargo, en la “Lista de los Conquistadores de Nue­
va España", de Bartolomé de Góngora, se lee: "Hernan­
do de Cantillana, por quien se dijo el refrán del diablo en
Cantillana...”
ANDAR EN COPLAS. Ser muy conocido -y generalmente
muy criticado- por una mayoría.
ANDAR EN EL AJO. Conocer el secreto.
ANDAR EN HACHES Y ERRES. Andar en altercados.
ANDAR EN LENGUA DE LA GENTE. Ser muy critica­
do públicamente.

29
ANDAR LAMPANDO. Con intentos de aprovechar toda
ocasión para provecho propio.
ANDAR MAL DE LA CAJA DE CAMBIOS. Estar enfer­
mo del pecho.
ANDAR MAL DE LA CHORLA. Andar mal de la cabeza.
ANDAR (UNO) QUE BEBE LOS VIENTOS. Estar desaso­
segado. obsesionado por algo, especialmente relacionado
con amores: “ Por pillar a uno en tu puerta / ando que
bebo los vientos; / como lo llegue a pillar, / tienes en tu
puerta un muerto".
ANDAR SUELTO POR AHÍ. Callejear sin reparo.
ANDAR TRASTEANDO. Andar rebuscando algo.
ANDAR TROPEZANDO Y CAYENDO. Encontrar mu­
chos obstáculos.
ANDAR (UNO) A LA QUE SALTA. Estar pendiente de
cualquier ocasión para beneficiarse de ella.
ANDAR (O ESTAR) UNO ALCANZANDO. Arruinado o
pasando graves apuros económicos.
ANDAR UNO CON EL HATO A CUESTAS. Mudar fre­
cuentemente de lugar, habitación, etc.
ANDAR (O ESTAR) UNO DE CAPA CAÍDA. En deca­
dencia física, moral o económica.
ANDAR UNO EN LA MAROMA. Tomar partido o hallar
favor en algo.
ANDAR UNO EN PALMAS (O EN PALMITAS). Alaba­
do y atendido.
ANDAR UNO EN LOS ALCANCES. Observar a alguien
de cerca para estar informado de su conducta.
ANDAR LOS PASOS. Realizar las gestiones oportunas
para el logro de una pretensión: “ Dígale a mi madre
que no llore más; / sino que ande, ande los pasitos / por
mi libertad".
^ANDARSE POR LAS RAMAS. Derivar hacia cuestiones
secundarias, sin atender directamente lo fundamental.
ANTES Y CON ANTES. Con mucha antelación.
APAGA Y VÁMONOS. De uso generalizado como modis­

30
mo expresivo de haber llegado a un grado extremo (el
disparate, absurdo, escándalo, etc.), proviene de un cuen­
to andaluz que recoge Luis Montoto: Optaban dos sacer­
dotes a una sola plaza de capellán castrense y, para con­
seguirla -según orden del jefe de la tropa-, era preciso de­
cir la misa en menos tiempo que el rival. Quien menos
tardara en el oficio, sería el titular de la plaza. Apostá­
ronse los dos sacerdotes en el empeño y el primero de
ellos, en vez de empezar con el “ Introito ad altarem
Dei", se limitó a decir “Ita misa est“. El otro, ansioso de
ganar la plaza, fue aún más breve, ya que, al llegar al al­
tar, miró al monaguillo y le dijo: “Apaga y vámonos".
APARTAR A CORRER (A VOLAR. ETC'.). Echar a co­
rrer, a volar, etc.
APARTAR DE LA VERA. Alejarse o ser alejado de al­
guien: “Cuando más a gusto estaba, / me apartaron de tu
vera / por una persona mala".
APARTE MIA (TUYA, SUYA...). Además de mí, de ti. de
él...
APEARSE UNO DEL BURRO. Claudicar de una actitud
hasta entonces teme y porfiada.
APENCAR CON... Hacerse cargo, asumir, cargar con... de
mala gana.
APLICARSE EL CUENTO. Aplicar el ejemplo ajeno a la
propia actitud.
APRETAR A UNO. Insistirle. coaccionarlo: “En mi casa
me dicen / que no te quiera; / mientras más me lo dicen.
/ más me lo acuerdan. / Y ahora te digo: / como me
aprieten mucho. / me voy contigo".
APRETAR LOS CORDELES A UNO. Coaccionarlo insis­
tentemente.
APUNTAR EL ALBA. Empezar a amanecer.
APURAR LA COLILLA. Realizar algo hasta el final, cui­
dando de los últimos y más insignificantes detalles.
AQUÍ HAY GATO ENCERRADO. Indica sospecha, aun­
que quienes usen el modismo hayan olvidado, probable­

31
mente, que el vocablo “gato” se emplea en esta ocasión
como “bolsa de dinero”. En 1575, a la muerte del anda­
luz Diego Hurtado de Mendoza, se consignó en su inven­
tario “un escriptorio de Alemania, el qual se abrió y te­
nía dentro muchos papeles de quentas atados en legaxos
y un talegón de gato que paresció tener mil y sesenta y un
reales”.
AQUÍ TE COJO. AQUÍ TE MATO. Para significar el
aprovechamiento de la ocasión, sin demora ni pausa.
AQUÍ TE QUIERO, ESCOPETA. Con que se expresa ha­
berse presentado la oportunidad para una acción deter­
minada.
AQUÍ TE QUIERO VER. Desafío ante una situación vio­
lenta, difícil o embarazosa. Es apremio para que alguien
demuestre con obras lo que ha expuesto de palabras.
ARAÑA, EL CAPITÁN. El paremiólogo gaditano Sbarbi
define: “ Dícese por los que exhortan a otros a hacer
aquello mismo de que ellos huyen, como lo atestigua el
refrán El patrón Araña embarca y él se queda en tierra".
Algunos dicen parecerse al capitán Araña, con más fun­
damento, pues según testimonios fidedignos, cuando a
principios del último tercio del siglo XVIII se enviaba a
America gente española, existía en una de las ciudades de
nuestro litoral -probablemente Cádiz- un capitán de bu­
que, llamado Arana (nombre que el pueblo hubo de
transformar luego festivamente en Araña), del cual se
cuenta que, después de reclutar individuos, él nunca vol­
vió a emprender viaje alguno.
ARDERSE LA CASA. Haber en ella mucho alboroto.
ASENTÁRSELE EL APAREJO A ALGUIEN. Se dice
festivamente de la persona molesta o perjudicada por algo,
haciendo extensivo a ella el hecho de sufrir mataduras la
caballería a causa del aparejo.
ARMAR (O ARMARSE) EL BOLLO. Organizarse el jaleo.
ARMAR EL GORI. Armar escándalo.
ARMAR UNA ESPETERA. Provocar pendencias.

32
ARMAR (O ARMARSE) UN BATIBURRILLO. Provocar
contusión o algarada.
ARMAR UN TREPE. Armar escándalo.
ARMAR UN ZAFARRANCHO. Como “armar un trepe”,
por similitud al desconcierto que provoca el toque de za­
farrancho de combate en la tropa.
ARMARSE UNA ENSALADA. Armarse un escándalo o
pendencia.
ARMARSE UNA ZARAMALLA. Formar escándalo, jaleo
o algarabía.
ARRANQUE DE MELONAR. Dicho estúpido o absurdo.
ARRASTRAR EL ALA. Enamorar, requerir de amores.
ARRASTRAR EL NOMBRE (O EL APELLIDO). Des­
prestigiar o desprestigiarse.
ARRASTRAR LA MANTA. Irse de jarana.
ARREAR COMIDA. Golpear, abofetear.
ARREPARAR EN... Prestar atención a...
ARRIAR EN BANDA. Por analogía a la maniobra marine­
ra de soltar los cabos del barco, ceder en todo a una pre­
tensión.
ARRIMAR CANDELA. Golpear, dar palos, aunque tam­
bién tiene connotaciones eróticas.
^ARRIMAR EL HOMBRO. Trabajar con denuedo.
ARRIMAR ESTOPA. Como “arrimar candela”.
ARRIMAR YESCA. Como “arrimar estopa”.
ARRIMARSE A LA PARED (O A LAS PAREDES). Estar
borracho. Buscar protección.
ARRIMARSE A UNA PERSONA O A UN LUGAR. A-
cogerse. en busca de protección o cariño:“¿Adónde me
arrimaré yo, / si no hay un pecho en el mundo / que
quiera darme calor?”.
ARRIMARSE AL QUERER DE OTRO. Aceptar su amor:
“Arrímate a mi querer, / como las salamanquesas / se
arriman a la paré”.
ASARSE UNO. Estar agobiado por el calor.
ASARSE UNO VIVO. Padecer un calor agobiante.

33
ASIGUATAR ALGO. Coger con firmeza algo.
ASÍ Y TODO... A pesar de...
ASOMAR EL BIGOTE. Aparecer en algún lugar poco
tiempo.
ASOMAR LA RISA DEL CONEJO. Afectar regocijo dela­
tando hipocresía, pues según Gonzalo Correa, “cuando
está el conejo en el plato, muestra los dientes desnudos
como si sonriera”. Escribe Cervantes: “Otros dos al del
Layo se llegaron / y con la risa falsa del conejo / y con
muchas zalemas así hablaron”.
ATAJA. PRIMO. Se usa para detener a alguien en su mo­
nólogo.
ATÁJAME ESOS PAVOS. Para recalcar la inconveniencia
de un discurso.
ATAR CORTO (A ALGUIEN). Reprimir o sujetar los im­
pulsos de otro.
ATERMINARSE A... Determinar, determinarse a...: “Ro­
mera. ay mi romera, / me la llevé a un romeral; / ni la
ropa de su cuerpo / me aterminé yo a tocar”. “¿Sabes a lo
que me atermino? / A dejar a padre y madre / y a gayár­
melas contigo” (Guiyar, guillar. es término caló que sig­
nifica “chalar”, pero en reflexivo equivale a huir, esca­
par).
ATINAR CON... En la acepción de encontrar: “Yo no sé
lo que me pasa, / que me ha puesto tu querer / que no
atino con mi casa”.
ATRACARSE DE TORO. Torear con delectación, entre­
gado a la faena.
ATRAS DE... Por “detrás de”: “Si el querer que puse en ti
/ lo hubiera puesto en un perro, / se viniera atrás de mi”.
AUNQUE LLUEVAN FRAILES DESATACADOS. Se
emplea para expresar el mayor grado de peligro (“desata­
car” es “desatar”, “soltar”, librarse de alguna sujeción).
AVENIRSE (O VENIRSE) A LA BUENA. Avenirse a ra­
zones.
AVENIRSE A RAZÓN. Avenirse a razones: “ Llorando lo

34
paso yo / debajo de tu ventana. / por ver si tu corazón /
se ablanda por mí, serrana, / y te avienes a razón”.
AVERIGUARSE CON UNO. Discutir con otro hasta redu­
cirlo a la razón.
AVIVAR LOS SONES. Hacer algo con diligencia.
AYER HIZO UN AÑO. Se dice, un tanto despreciativa­
mente, de lo echado al olvido por no merecer atención ni
afecto.

BAILAR DE COCOROTE. Andar desazonado en un asun­


to o trabajo.
BAILAR EL AGUA. Lisonjear, asentir a lo que dice otro
aunque sea irrazonable o injusto.
BAILAR EL POLVILLO. Manifestar nerviosismo o inquie­
tud.
BAILAR LAS CINCO ACEITUNAS. Expresar un gran do­
lor. (Alcalá Venceslada, que no da la definición, opina
que debe de tener su origen en algún baile antiguo olvi­
dado).
BAILAR UNO AL SON QUE LE TOCAN. Actuar según
los dictados o el comportamiento de otro.
BAILE DE CANDILLO. Por extensión, pasado de moda.
BAJITO DE CUERPO. Escaso de estatura.
BALAGAR LAS CARNES. Moverse mucho, contonearse.
BAMBALINAS DE PASO (O DE TRONO). Paños o pie­
zas laterales de los pasos (o tronos) de Semana Santa.
BANDEARSE BIEN. Mostrarse habilidoso en algún asunto
o trabajo.
BAÑADO EN AGUA DE ROSAS. Estar en la plenitud de
la propia satisfacción.
BARDASCA DE PASTOR. Cayado.

35
/B A RR ER PARA CASA. Hacer para conveniencia propia o
de los suyos.
BARRIO DE CHUPA Y TIRA. Según Juan Cepas, es el
nombre que se daba al barrio malagueño de la Victoria,
aludiendo a las almejas muy usadas en las comidas de la
clase media, habitante de aquella barriada.
BASTARSE Y SOBRARSE. No necesitar ayuda para reali­
zar algo.
BEBER A CAÑETE. Beber a chorro.
BEBER AL GALLETE. Como “beber a cañete”.
BEBER (COMER. VIVIR...) DE GAÑOTE. De balde,
aprovechándose de la generosidad ajena. Las variantes de
este modismo son numerosísimas, aunque no todas las
incluimos en este REPERTORIO: De baldivia (de balde),
de válvula, de valvulina. de zotal. de serrín, de pescuezo,
de gorra...
BEBER EN BLANCO (EL CABALLO). Se dice del que tie­
ne claro el belfo.
BEBER LOS VIENTOS. Andar desazonadamente enamo­
rado. mostrar a alguien una exagerada incondicionalidad.
“Con diferentes intentos / que a beber viene imagino /
por él en sus pensamientos; / por el vaso bebe vino. /
pero por ella los vientos” (Francisco Gregorio de Salas).
BEBER MÁS QUE UN SALUDADOR. Sbarbi lo define
como “beber con exceso, aludiendo a los aficionados a
echar brindis a la salud de los circunstantes”.
BESAR LA PORRILLA A... Lisonjeara...
BIEN (O MAL) ENCARRUCHADO. Se dice de la acción
bien (o mal) orientada.
BIEN VIENES. MAL. SI VIENES SOLO. Es frase de con­
suelo dedicada al que padece contratiempos o enferme­
dades.
BLANDEAR A ALGUIEN (O BLANDEARSE UNO). So­
meter a alguien a la propia voluntad (o someter la propia
voluntad a la de otro): “ Me tiraste de la cuerda / por ver

36
si me blandeaba, / y me encontraste más tlrme / que el
muro de la Giralda”.
BLANDO DE BOCA. Charlatán, imprudente en el hablar.
BLANDO DE CORONA. Susceptible en extremo.
BLANQUILLO DE AGUARDIENTE. Vaso o copa de
aguardiente con agua.
BOCATA DE... Bocadillo de... (x).

BODA DE RUMBO. Rumbosa en su celebración, de gran


ostentación y pompa: “¿Dónde va ese buen mozo, / que
se me escapa, / y a su boda de rumbo / no me convi­
da...?”.
BOQUERÓN QUE SE DUERME... Frase proverbial para
indicar que quien desatiende su negocio, gestión, preten­
sión. etc., corre el peligro de fracasar: “ Boquerón que se
duerme, la corriente se lo lleva”.
BORRACHO DE ALACENILLA. Se dice del que bebe a
escondidas.
BORRÓN Y CUENTA NUEVA. Se emplea para dar un
asunto por zanjado.
BOTICA ABIERTA... Es una fórmula, generalmente infan­
til, para advertir a otro que tiene la bragueta sin cerrar:
“Botica abierta y el boticario a la puerta”.
BRACEAR EL CABALLO. Lucir andares majestuosos:
“ Bien bracea tu jaca / Pepe Hinojosa. / -Es que sabe a
quien lleva / y va orgullosa”.
BROCHE DE HONRÁ (HONRADA). Credenciales de
honrada. Ser una mujer decente.
BUENAS AGARRADERAS. Importantes ayudas e in­
fluencias.
BUENAS ALFORJAS. Como “buenas agarraderas”.

x - No es frase de invención recienle ni pertenece de modo exclusivo al


lenguaje chcli. Nosotros, al menos, ya lo registramos en los años 40. re­
lacionado con "tener bocata”: "tener hambre".

37
BUENO ESTÁ LO BUENO. Se emplea como advertencia
del que está a punto de cambiar su actitud resignada y
paciente por otra más resolutiva o violenta. A veces la
frase tiene un complemento quinteriano: “ Bueno está lo
bueno, y ojito con la niña”.
BUEN MOZO (O BUENA MOZA). Joven de buena apa­
riencia: “Al subir por la escalera. / en el primer calabozo.
/ oí una voz que decía: / Lástima de tan buen mozo / con
la libertá perdía”.
BURRA DE CALLO. Para designar a la mujer de tempera­
mento lujurioso.
BUSCAR A UNO POR LA BOCA. Sonsacarlo para que
hable o para que replique con enfado.
BUSCAR LA GANDALLA. Procurarse buena vida con
poco esfuerzo.
BUSCAR LA PÚA AL TROMPO. Buscar complicaciones
en asunto donde no tiene por qué haberlas.
BUSCAR PAN DE TRASTRIGO. Según Correas, es “bus­
car ocasión de enojo con demasías imposibles: el trigo es
el mejor grano, que hace el pan más subido, y es imposi­
ble hallarlo mejor”. En Guzmán (Je Alfarache": “No te­
nia yo para buscar pan de trastrigo, ni andar hecho true-
caborricas en pueblo corto”.
BUSCARLE TRES PIES AL GATO. Como “buscar la púa
al trompo”. Probablemente se refiere a la bolsa de dinero
llamada “gato”, la cual, además de los dos comparti­
mientos habituales -para la plata y el cobre- tenia un ter­
cero. más disimulado, para las monedas de oro.

CABALLO DE BUENA BOCA. Se dice, por extensión, de


todo aquél que no es exigente o escrupuloso en sus gus­
tos.

38
CABALLO DE DIVISA. El caballo que. por ser de color
claro, se divisa desde muy lejos: “Caballo de divisa / yo
no lo quiero; / para entrar en batalla. / c-üballo negro”.
CABRITA QUE TIRA AL MONTE. Del refrán que conti­
núa: “no hay cabrero que la guarde”. La frase sirvió de
título a una de las más logradas obras de Serafín y Joa­
quín Alvarez Quintero, basada en la copla: “Ya me lo
decía mi madre: / cabrita que tira al monte, /no hay ca­
brero que la guarde”, para indicar que quien siente una
inclinación sucumbe a ella, tarde o temprano.
CABUCHEARSE BIEN. Cuidarse mucho.
/C A D A DOS POR TRES. Con mucha frecuencia.
CAER BIEN (O MAL). Por “sentar”, en relación a la apa­
riencia: “En llegando al Regimiento. / me tengo que re­
tratar / y verás qué bien me cae / la ropa de militar”.
CAER DE OJOS. Se dice de quien tiene la mirada atracti­
vamente lánguida: “Tienes un caer de ojos / a la almoha­
dilla. / que me robas el alma, / costurerilla”.
CAER EL SOL DE MACETILLA. Dar el sol de plano.
X"CAER EN LA CUENTA. Notar algo que hasta entonces
había pasado inadvertido.
CAER (A UNO) ESA BREVA. Que el azar le favorezca a
uno con algo (o alguien) deseado: “Si yo tuviera un chini-
to, / se lo tiraba a esa higuera: / ¡qué buena falta me hacía
/que me cayera esa breva!”.
CAER PUYERO. Fulminantemente, por analogía a la caí­
da del trompo.
CAERSE CON TODO EL EQUIPO. Frustarse. fracasar sin
remisión.
V CAÉRSELE (A UNO) LA VENDA. Descubrir la verdad
que hasta entonces se ha ignorado o se ha querido igno­
rar: “ Estaba ciego y no veía: / ya se me cayó la venda
que tan ciego me tenía”.
CAÉRSELE LAS ALAS (A ALGO O A ALGUIEN). Per­
der la ultima esperanza, la última oportunidad: “Cuando
yo te vi en la cama, / a mi corazón, de ducas. se le caye­

39
ron las alas”. (Ducas es término del caló que significa pe­
nas, fatigas, afanes).
CAÉRSELE LOS PALOS DEL SOMBRAJO. Como “caér­
sele las alas”.
CALENTAR LAS COSTILLAS (A ALGUIEN). Apalear­
lo.
CALENTAR A UNO EL HATO. Como “calentar las cos­
tillas”.
CALENTÁRSELE LA BOCA (A ALGUIEN). Sentir de­
seos de seguir bebiendo, estimulado por las primeras co­
pas. Abundar en reproches y ofensas, al hilo de la con­
versación.
CALENTURA DE POLLO. Ironía para indicar una fiebre
natural, que el sujeto exagera.
CALLA Y MOJA. Consejo que en pocas palabras apunta
la conveniencia de “ hacer la vista gorda” ante un error,
injusticia, arbitrariedad, etc.
CALLARSE LA BOCA. Curiosa redundancia, por “guar­
dar silencio”.
CAMBIAR DE MANO. En el galope corto del caballo, o
media rienda, en el que el animal lleva adelantado uno
de sus remos, hacer que adelante el otro: “Sin apoyarte
en el hierro, / cambias de mano con arte / en un galope
sereno”.
CAMBIARLE EL AGUA A LAS ACEITUNAS. Orinar.
CAMBIARLE EL AGUA AL CANARIO. Como “cam­
biarle el agua a las aceitunas”.
CAMELAR A... Enamorar, amar a...: “Chiquilla, yo te ca­
melo / por esos dientes tan blancos, / por esos ojos tan
negros”. En una segunda acepción equivale a “admitir”.
Ambas pertenecen al caló.
CAMPAR POR SUS RESPETOS. Actuar según viene en
gana, sin consideración hacia los demás.
CANELA EN RAMA. Para definir la calidad excelente.
AR LAS CUARENTA. Frase adoptada del juego de
naipes: decir francamente la verdad, cara a cara.

40
CANTAR LOS TALCOS. Oler los pies.
X CANTAR POR LO BAJINI. A media voz.
CÁNTARO BOQUINO. Para unos, el que tiene la boca
desportillada: para otros, el de boea ancha: “...dos peones
camineros / que te rinden pleitesía / fumando bajo un al­
mendro, / junto al cántaro boquino / y las alforjas de
lienzo”.
CAÑAS Y JUNCIAS VERDES. Alboroto, jaleo.
CARA DE ABRIL. Semblante alegre.
CARA DE PALO. Semblante adusto.
CARA DE QUITAPESARES. Persona que. además de
irradiar alegría, la infunde a las demás: “Si fueres a la
aceituna, / cara de quitapesares, / carita como la tuya /
no la habrá en los olivares”.
CARA PARA JUGAR AL ABEJORRO. Modismo con
que se moteja a la persona de cara ancha y gruesa, por
alusión al juego infantil en el que se dan bofetadas en la
cara.
CARGADO DE ESTAMPAS. Harto de algo, “ hasta la co­
ronilla”.
CARGADO DE ESTERAS. Como “cargado de estampas”.
CARGAR CON EL SANTO Y LA LIMOSNA. Llevárselo
todo.
CARGAR LA SUERTE. Por analogía con el lance taurino,
abundar en algo o con alguien.
CARGAR LA VIGA. Comer o beber sin rebozo.
CARIÑO CIEGO. .Amor apasionado, incapaz de reconocer
defectos en la persona querida: “ Mujer que llora y pade­
ce / te ofrezco la salvación / y el cariño ciego...”.
CARNEOTAS MIAS. Expresión de cariño que, a veces, se
usa irónicamente.
CARRILLOS SOPLADOS. Para definir la cara gruesa.
CASCAR LA MONA. Dar un coscorrón.
CASCAR LAS LIENDRES. Como “cascar la mona”.
CASO DE INQUISICIÓN. Caso o hecho que merece ser
juzgado de la forma más severa: “Yo te quiero más que

41
a Dios. / ¡Mira qué palabra he dicho. / que es caso de in­
quisición!” “De Dios te vendrá el castigo, / que es caso
de Inquisición / lo que tú has hecho conmigo”.
CELOS PERDIDOS. Celos extremados.
CERO CARTÓN DEL CUATRO. Palabrería equivalente
a “aquí no hay nada que hacer”, o para expresar la falta
total de algo.
><CERRARSE EN BANDA. No transigir bajo ninguna pre­
sión a las pretensiones ajenas.
CIGARRO CAMERO. El que se fuma en la cama, antes de
echarse a dormir.
CLAMAR (ALGO) AL CIELO. Ser algo extremadamente
escandaloso o injusto, por lo que reclama la intervención
de los poderes celestiales.
CLARITAS DEL DÍA. Primeras señales del amanecer.
CLAVEL DISCIPLINADO. Blanco con pintas rojas, como
de sangre. Es una recia y bellísima imagen la de compa­
rar esas pintas con las gotas de sangre que brota al disci­
plinarse -azotarse con la disciplina- en el acto peniten­
cial: “ Hoyos tienes en la cara / de viruelas que te han
dado: en cada hoyo, una rosa / y un clavel disciplina­
do”.
COGER AL VUELO. Captar lo que se dice, o su intención,
con gran agilidad mental.
COGER EL CANUTO. Liberarse, por analogía a la licen­
cia militar.
COGER EL PORTANTE. Marcharse con decisión.
COGER LA CAPUCHA. Marcharse de algún sitio definiti­
vamente.
COGER (O DAR) LA TABARRA. Insistir machacona­
mente.
COGER LA TAJADA (LA MONA. LA TORTA, LA PA­
PALINA. LA PAPA. ETC’.). Emborracharse.
\C O G ER LOS BÁRTULOS. Marcharse de algún sitio sin
intención de volver.
COGER RASPA. Recibir algunos golpes.

42
COGER UNA PERRA. Coger una rabieta.
COGER UNA RANA. Caerse.
COGER UN COLETO. Empaparse bajo la lluvia.
COMERSE LA PRINGÁ (PRINGADA). Quedar embara­
zada, generalmente antes de tiempo.
X COMÉRSELO (A UNO) CON LOS OJOS. Mirarlo sin di­
simular lo mucho que le atrae.
COMO A NADIE LE IMPORTA. Para eludir una situa­
ción que no necesita explicaciones.
COMO AGUA DE MAYO. De la manera más beneficiosa.
COMO CABALLO SIN FRENO. Sin atender a razones ni
conveniencias.
COMO CHIVO DE DOS MADRES. Mejor alimentado
que los demás.
COMO DECAPAR RANAS. Ignorando absolutamente un
asunto.
COMO DIOS PINTÓ A PERICO. Con suma facilidad.
\COMO DOS Y DOS SON CUATRO. Indiscutible e ine­
quívocamente.
COMO EL ALCALDE DE DOS HERMANAS. “ Parece
que en Dos Hermanas, en los primeros días de la revolu­
ción llamada la Gloriosa, un monterilla, encumbrado por
arte de birlibirloque, protegía los amores de unos novios,
con oposición del padre de la muchacha; y no pudiendo
lograr que éste consintiera en la boda, ante sí los dio por
unidos en matrimonio. Fuéronse a vivir juntos, diciendo
ella a su padre que eran marido y mujer porque el señor
alcalde los había casado. No pudiendo creer el hombre
tamaño desatino, fue a ver al monterilla. el cual le dijo
que, cierto, los había casado. El padre, no tan ayuno de
ciencia como su interlocutor, le replicó que no había más
matrimonio que el que Dios instituyó y el Santo Concilio
de Trento reguló. El alcalde, entonces, muy lleno de au­
toridad, exclamó: “Pues si eso es así. sepa usted que des­
de este instante queda derogado el Concilio de Trento"
(“ Personajes, personas y personillas que corren por am-

43
has Castillas”, de Luis Montoto). Se usa, por tanto, para
señalar a quien, poseído de su autoridad, da alguna orden
disparatada.
COMO EL ALCALDE DE TREBUJENA. Se dice, según
Gabriel María Vergara, de la persona que se preocupa
demasiado de los asuntos que. por ajenos, no le concier­
nen. Es frase del refrán “Como el alcalde de Trebujena,
que se murió de pesadumbre ajena". También se dice
“como el cura de Trebujena. que murió de sentir penas
ajenas”.
COMO EL ENFERMO DE RUTE. Del refrán “Como el
enfermo de Rute, que se comía los pollos piando”. Hay
otra \ariante: “El enfermo de Rute, que se come los po­
llos piando y las gallinas cacareando".
COMO EL GAITERO DE BUJALANCE. Del refrán:
“Como el gaitero de Bujalance, un maravedí por que em­
piece y diez por que acabe", con que se moteja a quien,
aprovechando una ocasión de lucimiento, se hace prolijo
en exceso.
COMO EL HIJO DE LA MADRASTRA. Igual que “como
chivo de dos madres”.
COMO EL QUE NO QUIERE LA COSA. Haciéndose el
desentendido.
COMO EL SOL QUE NOS ALUMBRA. Irrefutablemente
y sin sombra de oscuridad.
COMO ESTÁ MANDADO. Para ratificar la razón que
asiste a una afirmación cualquiera.
COMO GATA PARIDA. Con desazón, sin descanso.
COMO GATO PANZA ARRIBA. Para calificar una de­
fensa a ultranza.
COMO LA VIRGEN DE LOS ALTARES. Para ponderar
la virtud y pureza de una mujer: "Si no me crees tan fir­
me, vete y no vuelvas: / deja que triste y sola / llore mis
penas: / pero Dios sabe / que soy como la Virgen / de los
altares”.
COMO LAS PROPIAS ROSAS. Adecuadamente.

44
COMO LOS CHORROS DEL ORO. Inmaculadamente
limpio.
COMO MATEO CON LA GUITARRA. Extremadamente
atento y cuidadoso con algo, a lo que se alude con fre­
cuencia.
COMO PERRO POR CARNESTOLENDAS. La frase alu­
de a la cruel costumbre de mantear a los perros, como se
hacía antiguamente en tiempos de carnaval. El rondeño
Vicente Espinel, en su “Vida del escudero Marcos de
Obregón'', se refiere “al martirio perruno causado por
mazas, de quien sabe por qué huyen".
COMPUESTA Y SIN NOVIO. Se dice de la persona que.
habiéndose preparado cuidadosamente para una ocasión,
queda a la espera sin que ésta se presente.
COMO PUTA EN CUARESMA. Pasando hambre. Alude
a las leyes que. desde Alfonso XI. regularon la mancebía,
prohibiéndose a las mujeres del partido que ejercieran >u
torpe profesión en estos y otros días del año.
COMO PUTA POR RASTROJO. Maltratado sin compa­
sión.
COMO QUIEN BUSCA CANDELA. Referido al que in­
quiere con ansiedad.
COMO QUIEN TIENE UN TÍO EN ALCALÁ. “Que ni
tiene tío ni tiene ná“.
COMO SAN JINOJO EN EL CIELO. Sin merecer la aten­
ción de nadie: sin que nadie le haga caso.
COMO SI TAL COSA. Como algo corriente > natural que
no merece especial interés.
COMO TRES EN UN ZAPATO. Aclara José Mana Sbar-
bi: “Como sucedería, por ejemplo, con tres indi\ iduos de
una misma familia que. por no poseer mas que un par de
zapatos, a causa de su extremada indigencia, no podrían
presentarse al público simultánea, sino sucesi\amenie.
uno tras otro > después que el primero se hubiera descal­
zado para cederse al segundo \ éste al tercero". Es ponde­
rativo de la miseria extrema.

45
COMO UN ALFILER. Excesivamente delgado, refiriéndo­
se a alguien.
COMO UN CLAVO. Fijo, puntualmente.
COMO UNA PATENA. Limpio, “como los chorros del
oro”.
COMO UNA REGADERA. Loco.
COMO UNAS LUMBRES. Reluciente de limpio, “como
una patena”.
COMO ZORRA QUE CRÍA SIETE. Atareado en varios
asuntos a la vez.
COMPRAR POR SUS CABALES. Adquirir por el precio
justo.
CON AVARICIA. Con regodeo.
CON CAJAS DESTEMPLADAS. Forma de echar a al­
guien lejos de la propia presencia, manera desconsidera­
da de trato (como el dado a los condenados, que iban ha­
cia el patíbulo con acompañamiento de tambores (cajas)
que sonaban destemplados al aflojarles deliberadamente
el pellejo): “ Ya me sacan de la cárcel / con cajitas des-
templás; / me ponen a sacar piedras / de la orillita del
mar”.
CON COPETE. Bien colmado.
CON CHUSCADA. Con gracia y donaire.
CON EL ARCA Y LA TAPA. Con todos los requisitos
cumplidos.
CON DARES Y TOMARES. En discusión.
CON EL ACHAQUE DF. PRIMO.... Para motejar a los que
se valen de un pretexto distinto al objetivo perseguido,
para lograrlo: “Con el achaque de primo, entro \ te veo”.
CON LA BARRIGA HASTA LA BOCA. En avanzado es­
tado de gestación.
CON LA EDAD EN LA BOCA. Frase para referirse a un
joven, comparándolo con un potro.
CON LA FRENTE ALTA. Altivamente, con orgullo dé la
propia honra.

46
CON LA HERRADURA DE LA MUERTE. Con signos
de próxima agonía.
CON LA MOSCA DETRÁS DE LA OREJA. Receloso y
prevenido. Era la mosca la mecha utilizada para dar fue­
go a los arcabuces y mosquetes, antes de que se inventase
las “llaves” que lo hacían innecesario. Entre disparo y
disparo, y mientras se cargaba el arma, el arcabucero o
mosquetero hacía descansar la mecha sobre la oreja (x).
CON LA MUERTE AL OJO. Moribundo.
CON LAS DEL BERI. Con la peor intención.
CON LOS OJOS. Con la mirada.
CON MÁS AGALLAS QUE UN ATÚN. Frase para exal­
tar la valentía.
CON SUS MANOS LIMPIAS. Se dice de quien consigue
algo sin trabajos ni afanes, “limpiamente”.
CON TODO Y CON ESO. Equivale a “asi y todo”.
CONDOLERSE DE ALGUIEN. Compadecerse de su dolor
o de sus tristezas: “A llorar yo me ponía. / por ver si con
mi llantito / de mí te condolecías”.
CONOCER EL PAÑO. Saber las características, incluso se­
cretas, de alguien o de algo.
CONOCER EL PERCAL. Como “conocer el paño".
CONTRI (CONTRA) MÁS. Cuanto más.
CORAZÓN DE AZÚCAR. Se dice de la persona bondado­
sa y frágil para acceder a las pretensiones de otro.
CORTADO POR LA MISMA TIJERA. Semejante a otra
persona, generalmente para aludir a sus mismos defectos.
CORTAR EL RESUELLO. Amedrentar, amenazar con un
serio peligro.
CORTAR EL VIENTO. Correr a velocidad extremada:
“Mi jaca. / galopa y corta el viento / cuando pasa por el
Puerto, / caminito de Jerez”.

(\) Debemos el dato a nuestro buen amigo el general Manuel Esqunias


Franco.

47
CORTARSE LA COLETA. Por el antiguo símil taurino,
renunciar o retirarse de alguna acción, empresa, proyec­
to, etc.
CORRER BURRO. Recibir los perjuicios que correspon­
den a otro.
CORRERSE LA CHILLA. Correrse la voz.
CORROMPER LAS ORACIONES. Confundir a otro con
argumentos equívocos.
COSA BUENA. De lo mejor en lo que se trata: “No me
mire usté la cara, / que soy un poco morena; / míreme
usté el corazón / y verá usté cosa buena”.
COSA DE JUGUETE. Por “cosa de juego”.
COSA FINA. Para exaltar elegancia y exquisitez.
CRIADO EN BUENOS PAÑALES. Nacido de familia res­
petable.
CUAJAR LOS AMORES. Realizarse, hacerse firmes: “La
mañana de San Juan / cuajan la almendra y la nuez; /
también cuajan los amores / con dos que se quieren
bien”.
CUAL DIGAN DUEÑAS. Forma parte de la frase "Lo
puso cual digan dueñas”: tratar mal de palabra, como so­
lían las dueñas. Mateo Alemán es implacable con ellas:
“Suelen ser las tales, ministros de Satanás, comina y pos­
tra de fuertes torres de las más castas mujeres; que por
mejorarse de monjiles y mantos y tener en casa otras de
mermelada, no habrá traición que no intenten como feal­
dad que no soliciten, como castidad que no manchen,
maldad con que no salgan...”.
¡CUALQUIERA ES EL GUAPO QUE...! Equivale a
“¡Cualquiera se atreve a...!”, tomando la palabra "guapo"
en la acepción germanesca de “valentón”.
¿CUÁNDO QUERRÁ DIOS DEL CIELO? Expresa una
impaciente espera, fiando a los designios de la Providen­
cia el logro de algo: “¿Cuándo querrá Dios del cielo / que
la Pascua caiga en viernes, / y la luna en tu tejado. / y yo
en la cama en que duermes?”. En los “CANTI DELLA

48
NUOVA RESISTENZA SPAGNOLA” se incluye la co­
pla: “¿Cuándo querrá Dios del cielo / que la tortilla se
vuelva, / que los pobres coman pan / y los ricos coman
m...?(x).
¿CUÁNDO NO ES PASCUA? Para expresar que se da por
muy sabida una cosa que era de esperar.
CUATRO CHIRIGOTAS. Salidas ocurrentes y oportunas:
“A charrán no hay quien me gane, / pero a Horero tam­
poco: / que con cuatro chirigotas, / sin trabajar, vivo y
como”.
CUCHILLO DE DUELO. Dolor, tristeza.
¡CUENTA CON...! ¡Cuidado con...!
¡CUERNOS FUERA! El 19 de enero de 1565 subieron al
cadalso en Sevilla a la mujer del tabernero Silvestre An­
gulo y a su amante, que era mulato. El verdugo vendó los
ojos de los reos y los entregó al marido para que hiciese
con ellos lo que quisiera. Varios religiosos se pusieron de
rodillas delante del tabernero, pidiendo perdón para los
adúlteros, pero Silvestre no se ablandó y con un cuchillo
fue hiriendo a su mujer y al mulato, hasta que les quitó la
vida; entonces tiró el sombrero al público que presencia­
ba el horrible espectáculo y gritó esas palabras. Se usa
para rubricar una decisión drástica que, sin embargo, no
sirve para nada.
CUMPLIR DE... Trabajar de...
CURARSE EN SALUD. Prevenir eficazmente la posibili­
dad de un mal.

(x) Himno de los Voluntarios de la Libertad, de Cádiz (4 de diciembre de


1868).

49
CH

CHACH1 LERENDI. Lo mejor y más cierto. (No pertenece


al caló ni al lenguaje de germania. aunque tal vez el neo­
logismo “chachi” tenga referencia en el término gitano
“chachipé”, que significa “cierto”, “positivo”).
CHAFLE CHAFLE. Como “dale que dale”.
CHALARSE CON. Volverse loco con...
CHANTARSE (ACHANTARSE) LA MUY. Guardar si­
lencio. callar. (Achantar es “callar” en término de ger­
mania).
CHAVÓ DE LA CORA. Frase con que se designa, peyorati­
vamente. a aquél del que se habla. (“Chavó”, en caló,
“muchacho”, “niño”).
CHICHI-NABO. Algo o alguien de poco valor y crédito.
C HIFLARSE POR... Como “chalarse con...”.
CH IR LEAR EL ACEITE. Hacer ruido el aceite al hervir.
CH1NILLOS DE REBAJE. Es frase con que se designa
aquéllo que no debe causar preocupación alguna.
CHIPEN DI LERÉN. Excepcionalmente bueno, indiscuti­
blemente verdadero. (C'hipencli es término caló que signi­
fica “veraz". No así “lerén”. que carece de significado).
C HOCADO POR... Asombrado por...
C HOCHO-ALANTERA. Se dice burlonamente de la mu­
jer que anda echando la barriga hacia adelante y los hom­
bros hacia atrás.
CHORREADO EN... Para señalar la res o la caballería
cu\a capa está “manchada” de otro color.
C HORREAR SANGRE (ALGO). Ser algo extremadamen­
te doloroso, grave o injusto.
C HOTEARSE DE... Hacer burla de...
CHUFLEARSE DE... Como “chotearse de...”.
CHULEAR A... Tratar con desprecio y chulería a...
C HUMINADA DE LA CARLOTA (O DE LA TÍA CAR­
LOTA). Tontería indigna de consideración.

50
CHUNGAS PARTIDAS. Malas acciones: “Como revienta
un cañón, / a fuerza e chungas partías / tengo de reventar
yo".
CHUPAR DEL BOTE. Aprovechar la oportunidad de car­
go. situación o valimiento para enriquecerse o vivir bien
sin trabajo.
■CHUPARSE LOS DEDOS. Relamerse de gusto, recrearse
en la excelencia de algo o de alguien: “Con el hele, bele,
bele, / con el bele de Sanlúcar. / el que quiere a una mo­
rena / hasta los dedos se chupa”.
¡CHÚPATE ESA! Exclamación de burla, equivalente a
“aguántate”.
CHUP1 CHANGA. Informal, de poca palabra, “chisgara-
bí”.
CHUSQUEARSE DE... Burlarse de...

DALE QUE TE PEGO. Para expresar una recalcitrante in­


sistencia.
DAMA DE LA MEDIA ALMENDRA. Se dice de la mujer
melindrosa y que come poco.
DAME PAN Y DIME TONTO. Expresa la conveniencia
propia para el logro de un propósito, sin importar la crí­
tica adversa.
DAR A LA MUI. Como “dar a la lengua”, criticar, hablar
mal de alguien.
DAR A MORDER CEBOLLITAS. Obligar a hacer lo con­
trario de lo que desea el otro: “Yo te tengo de querer, /
sólo por darle a tu madre / cebollitas a morder”.
DAR ACHICHURRE. Dar la lata.
DAR AIRE (AL DINERO). Invertir dinero.
DAR ALAS (A ALGUIEN). Alentarlo, animarlo a hacer
algo.

51
DAR ALIVIO A LA PENA. Atenuarla: “Nadie descubra
su pecho / por dar alivio a su pena. / que el que su pecho
descubre. / por su boca se condena”.
DAR BAJERAS. Blanquear la parte interior de una pared,
tabique, etc.
DAR BARZONES. Ir de un sitio a otro, sin un objetivo o
destino determinado.
DAR BORRICATE. Timar, engañar.
DAR CALABAZAS. No acceder a las pretensiones de otro,
especialmente las de naturaleza amorosa: “Si te dan cala­
bazas. da tú melones; / por cosas de este mundo / no te
apasiones”.
DAR CALMA. Según Rodríguez Marín es “bromearle a
uno con un tema: menos que “dar baya”, en lo cual falla
algo de burla”: “Cuando a mí me dan calma / con quien
yo quiero, estoy como arbolito / que le dan riego".
DAR CALOR. Acoger con afecto o cariño: “¿A quién me
arrimaré yo. si no hay un pecho en el mundo / que
quiera darme calor?”.
DAR CAMBALLADAS. Andar oscilando de un lado a
otro, generalmente a causa de la borrachera. (El Diccio­
nario de la Lengua consigna “cambalada”).
DAR CANDI LAZO. Se dice del sol cuando se cubre el cie­
lo repentinamente.
DAR CANDONGA. Provocar envidia.
DAR CAPOTE. Privar a otro de algo.
DAR CARRETE. Distraer dolosamente.
DAR CASTAÑA. Dar una paliza, no necesariamente físi­
ca.
DAR CAUSA. Dar motivo: “Sin darte causa ninguna, te
fuistes y me dejaste / más sólita que la una”.
DAR CIENTO V RAYA. Demostrar sobradamente que se
supera a otro en conocimiento, destreza, experiencia, etc.
DAR CON CARRASQUILLO EN TIERRA. Malograr.
DAR CON LA CABEZA EN UN PESEBRE. Augurio pe-

52
simista, avisando el destino que aguarda a quien no tra­
baja, estudia o aprovecha.
DAR CORDELEJO. “Dar carrete”, llevar la corriente a
otro.
DAR CUENTA. Justificar: “No temo la muerte. / morí es
natural: / lo que temo es la cuenta tan grande que a
Dios he de dar”.
DAR CUIDADO. Sentir aprensión: “Picosita de viruelas,
a ti no te dé cuidado: / que con estrellas el cielo está
muy bien adornado”.
DAR DE MACETILLA. Propinar de lleno.
DAR DURO CON TIESO. “ Dar con la horma de su zapa­
to”.
DAR EL ACHICHURRI. Dar la tabarra.
DAR EL (UN) BAÑO. Vencer de manera abrumadora a
otro en una lid dialéctica. Ganarle ampliamente en el
juego.
DAR EL CALLO. Trabajar afanosamente.
DAR EL CANTE. Salir airoso de un empeño.
DAR EL CHOCOLATE. Atreverse a dar una medicina ra­
dical.
DAR EL DEJILLO. Imprimir al cante el aire o acento es­
pecial de una tierra concreta: “Fandango, ¿dónde has na­
cido. que tó el mundo te conoce? -Yo nací en un rin-
concillo que Alosno tiene por nombre, donde le dan el
dejillo”.
DAR ESPOLIQUE. Dar aire al dinero, consumir, gastar.
DAR EL GOLPE. Llamar la atención, sobresalir, general­
mente por exceso.
DAR EL PARCHE. Engañar, aparentar algo que no se es.
DAR EL OLIO. Administrar los Santos Oleos: “ En dándo­
me los aires de Cantillana, aunque me este muriendo.
me pongo sana. ¡Ay. que me muero si no me dan el
olio de tu salero!”.
DAR EL PEGO. Como “dar el parche”.
DAR EL SANTOLIO. Administrar la extremaunción.

53
DAR EL SEÑOR. Dar la comunión.
DAR EL TEMBLOR. Sufrir temblores repentinos.
DAR EN LA CRESTA. Dar de lleno o en el punto exacto.
En una conversación, dar una réplica incontrovertible.
DAR EN LA YEMA. Acertar en el argumento decisivo de
un asunto.
DAR ENTRADA EN LA VIDA PROPIA A ALGUIEN.
Aceptarlo en la propia intimidad.
DAR GARROT1LLO. Dar torniquete para apretar bien las
sogas de una carga.
DAR GUSTO A LOS OJOS. Recrearse en la contempla­
ción de algo o de alguien: "Ponte donde yo te vea: le
daré gusto a los ojos, / ya que otra cosa no sea”.
DAR JABÓN. Dar coba.
DAR JAR ILLA. Igual que “dar carrete”.
DAR LA CABEZADA. Dar el pésame en un duelo.
DAR LA CAMPANADA. Hacer algo que coge a los demás
por sorpresa, dado lo inesperado en quien lo realiza.
DAR LA CARA. Afrontar algo con valentía y decisión.
DAR LA CHICHARRA. Dar la tabarra, molestar.
DAR LA HORA. Decir o hacer algo espectacular y defini­
tivo.
DAR LA LATA. Dar la tabarra. Parece ser que procede de
la costumbre penitenciaria de Málaga por la que. al pre­
cio de dos cuartos, se daba al preso una lata de un mosto
sazonado con escurriduras de vinos, licores y aguardien­
tes. Esto producía una embriaguez demencial, en la que
el borracho entraba en un rollo insistente \ molesto.
DAR LA MATRACA. Dar la lata, molestar.
DAR LA MURGA. Como "dar la matraca”.
DAR LA TABARRA. Molestar de palabra con monotonía
e insistencia.
DAR LO MISMO OCHO QUE OCHENTA. Se usa para
expresar la mayor indiferencia ante algo.
DAR MAL PAGO. Corresponder a una acción buena con
otra mala: “Si la Inquisición supiera / lo mucho que te

54
he querío / y el mal pago que me has dao, / te quemaran
por judío". “ Mujer que tanto la quise / y tan mal pago
me dio, / no la miraré a la cara / mientras mi dios fuere
Dios”.
DAR MARCHA. Castigar con palabras o con hechos, espe­
cialmente en litigios amorosos.
DAR MÁS COCES (O SALTAR MÁS) QUE UN CIGA­
RRÓN. Imitar, con una actividad desasosegada, al salta­
montes.
DAR MATRACA CON ALGUIEN. Aludir insistentemen­
te a alguien como centro de conversación: “Contigo me
dan matraca / y ojalá fuera verdá, / que nunca los rayos
caen / donde la tormenta está”.
DAR MIXTAZO. Equivocarse rotundamente.
DAR NORTE. Orientar, dar noticia de.
DAR PALIQUE. Entretener con lacharla.
DAR PAN CON SAL. Embelesar con argumentos taima­
dos.
DAR PARA EL PELO. Dar una paliza, no necesariamente
física.
DAR PARES Y NONES. Ir entreteniendo con excusas.
DAR POR LIBRE. Conceder la libertad del preso: “¿En
qué tribunal se ha visto. / ni en qué Sala, ni en qué Au­
diencia, / al reo darlo por libre / y al libre darle senten­
cia?”.
DAR POR SU CUERDA. Llevar a uno la corriente.
DAR QUE HABLAR. Dar motivos para ser criticado.
DAR QUE ROER. Dar pesar a alguien.
DAR QUE SENTIR. Dar motivo a que otro se duela:
“¿Qué más quieres tú de mí, / si a nadie miro a la cara
por no darte que sentir?”.
DAR RAZÓN. Dar noticia de algo o de alguien.
DAR REMOR. Dar noticia.
DAR SARTENAZO. Matar, asesinar.
DAR SOPAS CON HONDA. Superar a otro abrumadora­
mente.

55
DAR TIEMPO AL TIEMPO. Fiar a que el paso del tiempo
haga realidad lo esperado.
DAR UN CODILLO. Ganar la mano. Se refiere al juego
del tresillo cuando uno de los dos que juegan hace más
baza que el otro.
DAR CALADA. Dar una fumada al cigarro.
DAR UNA CARADA. Echar un vistazo.
DAR UNA DE CUELLO VUELTO. Abofetear con el dor­
so de la mano.
DAR UNA MANO DE... Dar una serie de...; dar una apli­
cación completa cuando se trata de pintura, barniz, cal.
etc..
DAR UNA MOJADA. Propinar una paliza.
DAR UNA SOBA. Dar una paliza, aunque se suele aplicar
a la propinada a los niños como castigo.
DAR (O DARSE) UN BUEN TUTE. Trabajar, o hacer tra­
bajar, afanosamente.
DAR UN CH.ÁP1TE. Doblarle a uno el cuerpo hacia atrás,
en un juego infantil.
DAR UN CHUPITO. Dar un pequeño sorbo; probar un lí­
quido.
DAR UN CUARTO AL PREGONERO. Publicar o dar
pie a que se publique algo que debe pertenecer al secreto
de la intimidad.
DAR UN FLATO. Sufrir un desvanecimiento.
DAR UN GUARRAZO. Caer espectacularmente, de culo
o de bruces.
DAR UN INSULTO. Sufrir un desmayo.
DAR UN JUBÓN. Hacer a alguien objeto de una paliza o
de una fuerte regañina: “No ha andado a fe muy tirana /
la Justa en esta ocasión, / porque os ha dado un jubón, /
mereciendo una sotana". (Es posible que esta frase, “dar
un jubón", haya dado origen, por corrupción, a su equi­
valente “dar un jabón”).
DAR UN METIDO. Dar un puñetazo o golpe.
DAR UN OJO. Lavar con jabón la ropa en una primera

56
friega: “Ojos daba Margarita / a su ropa con enojos / de
verla sucia y maldita; / que ya con ojos se quita / el mal
que hicieron los ojos” (Baltasar del Alcázar).
DAR UN OREO. Tener cierto aire o parecido con otra
persona.
DAR UN PARALÍS. Sufrir una parálisis.
DAR UN SUSTO AL MIEDO. Ser de una fealdad que
asusta.
DAR UN UNATE. Forma de cazar pájaros con liga.
DARES Y TOMARES. Equivalente a “pares y nones".
DARLE A LA MOJARRA. Darle a la lengua, criticar, co­
madrear.
DARLE A LA TARABITA. Darle a la lengua.
DARLE AL MOSTO. Frecuentar la bebida.
DARLE AL OJO. Mirar algo indiscreto o con indiscreción.
DARLE AL VASO. Como “darle al mosto”.
DARLE CUIDADO A UNO. Importarle: “Aunque el rio
llegue a Palma / y se ahoguen los palmeros, / en no lle­
vándote a ti. / que se lleve al mundo entero, / ¿qué cuida­
do me da a mí?”.
DARLE FATIGAS DE MUERTE A UNO. Sentir los es­
tertores de la agonía.
DARLE LAS SIETE COSAS A UNO. Festivamente, sentir
desazón y sofoco.
DARLE POR SU CARITA (O POR SU BELLA CARA. O
POR SU CARA BONITA) A UNO. Obsequiarlo sin que
tenga méritos ni haya hecho esfuerzos para ello.
DARLE (ALGUIEN) TRES BOCADOS A UNA UVA. Se
dice de quien es extremadamente tacaño.
DARLE UN HISTÉRICO (A ALGUIEN). Sufrir un ataque
de histeria.
DARLE UN SOPITIPANDO. Sufrir un desvanecimiento o
un ataque de histeria.
DARSE EL BOTE. Marcharse de algún sitio.
DARSE EL BISTÉ. Darse la lengua al besar.

57
DARSE EL FILETE. Acariciarse intensamente en lid amo­
rosa.
DARSE EL LOTE. Acariciar con lujuria, magrear.
DARSE EL PICO. Generalmente se usa, por ironía, ante
unas relaciones amistosas excesivas.
DARSE EL ZL’RI. Huir, salir a escape.
DÁRSELA A ALGUIEN CON QUESO. Sorprenderlo ar­
teramente. Francisco Márquez Villanueva. en “Personas
y lemas del Quijote'', afirma que esta frase “suele usarse
comúnmente en Málaga”.
DARSE LA PECHA (PECHADA). Darse un hartazgo:
“Boquita de caramelo. / pecho de azúcar nevá, / piesesi-
tos de almendrita, / ¿cuánto vale la pechá?”.
DARSE PISTO. Darse importancia, presumir.
DARSE POR CACHI FUNDI DO. Darse por vencido en un
juego.
DARSE POR VENCIDO. Renunciar a toda lucha, tarea o
aspiración: “¡Ay, pobre corazón mió! / Por más golpes
que le doy. / nunca se da por vencido.
D ARSE POTE. Como “darse pisto”.
DARSE PREPONDERANCIA. Darse importancia.
DARSE UN AIRE A... Parecerse físicamente a alguien.
DARSE UNA CASCADA (O PANZADA) DE REIR.
LLORAR. COMER. ETC. Reir, llorar, comer, etc. con
hartazgo.
DARSE UNA RECALADA. Acercarse a algún sitio y estar
en él por breve tiempo.
DARSE UN BALDEO. Pasear, ir de un sitio a otro.
DARSE UN CANEQUE. Dar un paseo.
DARSE UN CHUPERO. Darse una comilona.
DARSE UN FLETE. Darse una untura, darse masaje. Dar­
se un hartazgo de caricias eróticas.
DARSE UN VERDE. Aplicarse al manoseo entre hembra
y varón, en acepción moderna, ya que antiguamente sig­
nificaba vivir despreocupado y con toda libertad.
DÁRSELE (A UNO) TRES PITOS (O TRES CARACO-

58
LES. O TRES PIMIENTOS). No sentir preocupación ni
inquietud.
DE ABRAZO CHILLADO. Referido a los niños pequeños
por su gracia, belleza, ángel, etc.
DE AMIGO A AMIGO. CHINCHE EN EL OJO. Para de­
cir que entre amigos es disculpable una broma si no pasa
a mayores. Cobarruvias opina que ésta es “una expresión
corrupta de la voz malentendida de la legítima, que es
chiz en el ojo, porque al echarla revienta y hace chiz con
el sonido”.
DE BALLESTILLA. Forma de arrojar el arma blanca, ha­
ciendo que describa un círculo en el aire antes de quedar
clavada.
DE BANDERA. Excelente, lo mejor en su clase: “ Manolo
Vázquez, torero / de los pies a la cabeza; / el barrio de
San Bernardo / frente a un toro de bandera".
DE BOQUILLA. Se aplica a lo que se dice pero no se hace.
DE BOTIJUELA. Gratis, de balde.
DE BUEN (O MAL) CATITE. De buen (o mal) talante.
DE BUEN (O MAL) METAL. De buena (o mala) condi­
ción: “No siento en el mundo más / que tengas tan mal
sonío. / siendo de tan buen metal”.
DE BUEN VER. De excelente aspecto.
DE BUENA CEPA. De nobles acciones por herencia natu­
ral: “ Desciendo de buena cepa; / no quiero que por mi
causa / ninguna mujer se pierda”.
DE BUTE. Procedente del caló: mucho, bueno.
DE BUZAS. De hocicos, de bruces.
DE CAGALÁSTIMA. Por lástima.
DE CAPOTILLO. Clase de huelga que incluye una pausa
semanal o quincenal para ir a casa a cambiarse de ropa.
DE CARA. Clase de piedra que sirve para la mampostería.
DE CARASOL. De secano.
DE CASINILLO. De palique.
DE COCO Y HUEVO. Se usa para ponderar, generalmen-

59
te. la viveza de genio o la dificultad en el trato de una
persona.
DE COGOTAZO. De gorra, gratis.
DE CON SÍ. De uno mismo, del que habla.
DE C'ORDELILLO. Hilo delgado.
DE CORRENDILLA. De corrido.
DE CORRERÍA. De jarana.
DE CORTINILLA. Disimuladamente.
DE CUCHARA. Clase de penados en período de reinser­
ción.
DE CHIPICHAPE. Que sorprende repentinamente: “Tie­
nes unos ojitos / de chipichape. / que me chipichapea
cuando los abres”.
DE DULCE. Excelente, a propósito.
DE ESTA HECHA. Esta vez. en esta ocasión.
DE FUSTE. De importancia. “Se toma también por nervio,
sustancia y entidad de alguna cosa y asi se dice hombre
de fuste, cosa de fuste, etc.” (Dice, de AuU.
DE GAÑOTE. Igual que “de balde”, “de gorra”. El que
adopta tan mala costumbre es “un gañote".
DE GUILLA. Con el verbo salir, huir, escapar.
DE HUESO. De más.
DE JURO. Con certidumbre absoluta.
DE LA CECA A LA MECA. Como dice Clemencin. “Ce­
ca” es la palabra arábiga que significa casa de la moneda.
Los cristianos de la Península dieron, no se sabe por qué.
este mismo nombre a la mezquita grande de Córdoba,
que era uno de los lugares de más devoción para los ma­
hometanos. los cuales la frecuentaban en sus romerías y
peregrinaciones: y como hacían lo mismo con la Meca
(lugar del nacimiento de Mahoma). de esto, de la casual
consonancia entre Ceca y Meca, y de lo distantes que es­
tán entre sí la Meca y Córdoba, hubo de resultar en el
uso común esta expresión para señalar grandes recorridos
o distancias, pero en particular cuando la inutilidad es el
resultado de tal ir y venir.

60
DE LA NOCHE A LA MAÑANA. En un breve plazo e
inesperadamente.
DE LIMOSNA. En el sentido de “por amor”, “por cari­
dad": “Yo se lo pedí a Jesús. / el que está en Santa Ma­
ría: / que me quite de limosna / el querer que te tenia".
DE MACETILLA. De plano.
DE MAL AGUAJE. De mal genio.
DE MANO AJENA. De un extraño y según su gusto o ca­
pricho: “Desgraciado aquél que come el pan de manita
ajena: / siempre mirando a la cara. / si la pone mala o
buena".
DE MATUTE. De contrabando, a escondidas: “A lo con­
trabandista / tengo que amarte: que si no es de matute,
no puedo hablarte".
DE MIS CARNES. De mi efecto, de mi amistad.
DE MODO Y MANERA QUE... Asi que...
DE MOGOLLÓN. Tiene varias acepciones, entre ellas las
de “comer de mogollón", que es comer gratuitamente en
casa extraña. Sin embargo. Luis Montoto afirma que “en
Andalucía dicen que es de mogollón la obra hecha muv a
la ligera, de una manera precipitada".
DE MUCHO BUQUE. De carnes abundantes.
DE NATIVITATE. De nacimiento, empleado sobre todo
para resaltar la tontería de otro.
DE NEGRO LUTO. Enlutado. Se dice "de negro luto" re­
ferido a la viudez: "Ya se te logró a ti el gusto, que era
verme por la calle vestida de negro luto".
DE OLOR. Oloroso. Se aplica a la colonia como "agua de
olor".
DE PIPEO. De copas, de fiestas con vino.
DE PITÓN A RABO. Por analogía con la expresión tauri­
na. de principio a fin.
DE POCO (O MUCHO) FUNDAMENTO. Con (o sin)
sentido común: "Grandes puñalás merezco por querer a
esta gitana con tan poco fundamento".
DE PODER A PODER. Por analogía con la suerte taurina

61
de banderillas, en las mismas condiciones y con la misma
tenacidad que otro.
DE POR DIOS. De caridad, por amor de Dios: “Salgan los
santitos / de San Juan de Dios / a pedir limosna po'el en­
tierro ’e Riego / que va de por Dios".
DE PRISA Y CORRIENDO. Apresuradamente.
DE PUERTAS ADENTRO. En la intimidad de la casa o
de la familia.
DE PUNTA A CABO. De principio a fin.
DE QUE NI PARA QUÉ. Sin razón ni motivo.
DE QUE QUIERAS, DE QUE NO. Quieras o no quieras:
“De que quieras, de que no. / tú entrarás al caminito /
que te he señalado yo".
DE RASPIVOLEO. Apropelladamente.
DE RETESO. Estar llena la ubre de la vaca.
DE RIBETE. Se usa para calificar el paseo de las modisti­
llas.
DE RINGORRANGO. De alto copete, de alta alcurnia.
DE SUPERIOR PARA ARRIBA. Para expresar el grado
supremo de bondad, calidad, etc.
DE UNA SENTADA. De una vez y con facilidad.
DE UNA (DOS, TRES...) TAPA (S). Alude a las tiras de
tela que cierran la pechera de la camisa: “Quiéreme, que
traigo capa / y sombrero a lo lorquino: / camisa de cinco
tapas, / pantalón de paño fino / y botonaúra e plata".
DE VALVULA. Una acepción más equivalente a “de bal­
de", “de gorra".
DE VALVULINA. De válvula.
DE VEINTICUATRO QUILATES. De mucho valor. Se
usa también para señalar la mucha bondad.
DE ZAMPULLÓN. De forma repentina.
DECIR (A UNO) CUATRO PALABRITAS. “Soltarle (a
uno) cuatro frescas”, decirle “las verdades del barquero”.
DECIR CUANTO SE LE VIENE (A UNO) A LA BOCA-
Hablar sin miramientos ni prudencia.
DECIR DE UNO. Criticarlo.

62
DEJAR CAMBRÍ. Del caló, dejar embarazada a una mu­
jer.
DEJAR CON LOS PIES COLGANDO. Dejar a alguien
confundido con algo sorprendente.
DEJAR EL ALMA QUIETA. Sosegarse.
DEJAR EL CAMPO LIBRE. Renunciar a la emulación o a
la competencia, abandonándolo a la merced del rival.
DEJAR EL PABELLÓN EN ALTO. Actuar de modo satis­
factorio para aquéllos a los que uno representa.
DEJAR HELADO. Dejar sin capacidad de reacción por
algo inesperado.
DEJAR LA ACERA. Ceder el paso por la acera a otra per­
sona.
DEJAR PASAR DE LARGO. No hacer caso de algo o de
alguien: “A esa mujer que allí viene. / déjala pasar de lar­
go: / es una liebre corrida, / mordida por muchos gal­
gos”.
DEJARSE CAER. En el sentido de decir algo grave o im­
portante con la mayor naturalidad.
DEL CIELO VENGAN FATIGAS. Frase de aceptación de
las contrariedades: “ Del cielo vengan fatigas; / yo por la
calle no lloro, / por que la gente no diga”.
DEL OTRO JUEVES. Dicese de la cosa que es extraña,
rara o pocas veces vista.
DEL TÍO ACÁ (DE ACÁ). Por definir al mezquino.
DEPRISA V CORRIENDO. Diligentemente.
DERRAMAR VIENTOS. Presumir, vanagloriarse: “ No
derrames tanto viento / porque te veas tan boyante:
mira que no hay luna llena / que no tenga su menguan­
te".
DESAPARTARSE DE. Apartarse de. Separarse definitiva­
mente del cónyuge: “Si me miras, me maltratas; / si no
me miras, me encelo: / si te arrimas, me asesinas; / si te
esapartas. me muero”.
DESDE EL VIENTRE DE MI (TU, SU) MADRE. Desde
muy pequeño. La exageración llega a referirse a “antes de

63
nacer”, como en los versos de Martin Fierro: ‘‘...y can­
tando he de llegar / al pie del Eterno Padre; / desde el
vientre de mi madre / vine a este mundo a cantar”.
DESDE QUE TE VI VENIR... En la frase “desde que te vi
venir, dije por la burra viene”, con que se expresa el con­
vencimiento de que otro actúa acorde con su costumbre y
fama.
DESLIAR CHISMES. Averiguar la verdad de manera pa­
ciente.
DESPEPITARSE (UNO) POR ALGO O POR ALGUIEN.
Atenderlo o aspirar a ello de forma extremada.
DESPUÉS DE LOS DESPUESES. Transcurridos varios
años de un suceso.
DESTETADO CON LECHE DE AVISPA. Se dice del que
es de genio muy violento.
DIOS TE LA DEPARE BUENA. Esta frase aparece por
vez primera en el “Gazmán de Aifarache": “Quísose pa­
recer a lo que aconteció en la Mancha con un médico fal­
so; no sabía letra, ni había nunca estudiado; traía consigo
gran cantidad de recetas, a una parte de jarabes y a otra
de purgas; y cuando visitaba algún enfermo (conforme al
beneficio que le había de hacer), metía la mano y sacaba
una diciendo primero entre sí: “ Dios te la depare buena”,
y así le daba con la que primero encontraba”. Se dice
para eludir una acción ejecutada sin cuidado.
DISPONERSE DE... Decidirse a...: “Si dispone de vender, /
señora, usté ese lunar, / por dineros que otro dé, / yo es­
toy en primer lugar”.
DISTA LUEGO. Hasta luego.
DIVERTIR PESARES. Distraer las penas y preocupacio­
nes: “A tu puerta me senté / a divertir mis pesares, / por
ver si puedo sacar / los mandamientos en cantares”.
DOBLAR CAMPANAS. Tocar a muerto las campanas.
DOLER LOS HUESOS. Para expresar un extremado can­
sancio o hastío: “¿Para qué tanto llover, / si a mí me due­
len los huesos / de sembrar y no coger?”.

64
DONDE AMARGA EL PEPINO. El culo.
DONDE CRISTO DIO LAS TRES VOCES. Para señalar
un lugar inconcreto muy lejano.
DONDE EL VIENTO DA LA VUELTA. Como “donde
Cristo dio las tres voces".
DONDE SAN PEDRO PERDIO EL GORRO. Como
“donde el viento da la vuelta”.
DORAR LA PÍLDORA. Disimular la gravedad de una no­
ticia o suceso, restándole importancia.
DORMIRSE EN LA SUERTE. Recrearse excesivamente
en algo que se dice o se hace.
DURA DE PELAR. Difícil de convencer: “Eres como el
aguanieve: / garbosita en el andar, / poca carne, mucha
pluma / y durita de pelar".
DURO, QUE ES TARDE. Frase de apremio o de estímulo.
DURO QUE TE PEGO. Para definir la tenacidad o la rei­
teración.
DUROS PERNALES (PEDERNALES). De uso frecuente
para resaltar la dureza de corazón o de sentimientos:
“ Porfia y conseguirás / del amor cuanto quisieres; / que
no son duros pernales / los pechos de las mujeres”.

ÉCHALE GUINDAS AL PAVO. Frase popular para pon­


derar. tanto la excelencia como las dificultades de una
gestión, empresa, etc. Tiene su origen en las famosas bu­
lerías de la película “Morena Clara", que cantaban y
bailaban Imperio Argentina y Miguel Ligero. Curioso es
que. perdido en el tiempo, exista el modismo “échale
guindas a la tarasca" que, según Sbarbi, significa “preten­
der alcanzar algo imposible".
ÉCHALE UN GALGO. Se dice para expresar la dificultad

65
de alcanzar a alguien que se ha ido muy lejos y deprisa:
“No te fies del hombre / porque, en logrando. / si te vi.
no me acuerdo: / ¡échale un galgo!".
ECHAR A PRADO (A ALGUIEN). Desengañarlo de un
empeño.
ECHAR CUENTA. Hacer caso. Calcular: “Entre la hija y
la madre / están echando unas cuentas: / las mismas que
no salen".
ECHAR EL CARACOL. Tocar el caracol o caracola para
atraer los perros de montería.
ECHAR EL HOMBRO AFUERA. Desentenderse de un
asunto o trabajo.
ECHAR EL TRANCO LARGO. Andar a grandes zanca­
das: “ En el andar se conoce / la que es mala y la que es
buena; en echando el tranco largo. / ¡Santa Bárbara, que
truena!".
ECHAR EL AGUA. Bautizar: “En La Habana nací yo /
debajo de una palmera / y allí me echaron el agua: / me
llamaron Petenera".
ECHAR EL GATO A LAS BARBAS. Poner en aprieto o
compromiso.
ECHAR EL SINO. Decir la buenaventura, adivinar el por­
venir: “Un sabio me echó a mí el sino / y, al escucharlo,
temblé. / ¡Qué cosas no me diría / que aborrecí tu querer,
/ tanto como te quería!”
ECHAR EL TORO AL CORRAL (A ALGUIEN). Hacerlo
fracasar.
ECHAR EN CARA. Recordar un favor hecho a una perso­
na. con la intención de ser correspondido.
ECHAR GÜENZA. Determinar, entre dos. retirarse la pa­
labra.
ECHAR LA PATA. Epatar, vencer en una emulación.
ECHAR LA SAL EN LA MOLLERA. Dejar confundido.
ECHAR LA SIESTA. Dormirla: “ La parva está en la era /
y el sol aprieta; / hay que sacar el trigo y echar la siesta”.
ECHAR LA TRANCA. Cerrar la puerta.

66
ECHAR LAS LUCES DEL DÍA. Amanecer.
ECHAR LAS MUELAS. Sufrir una contrariedad dolorosa.
ECHAR LAS PATAS POR ALTO. Actuar irreflexiva y
alocadamente.
ECHAR LAS PENAS A UN LADO. Desentenderse de
ellas o hacer por olvidarlas: “Mi madre me dijo a mí /
que tu cariño olvidara; / que echara la pena a un lado / y
de ti no me acordara”.
ECHAR LEÑA AL FUEGO. Alentar enemistades, rivali­
dades, odios; dar ocasión al rumor malintencionado: "Mi
camino es pasajero: / yo no paso por tu puerta / por no
echar más leña al fuego".
ECHAR LIBRE. Liberar: "Es tu carita la Audiencia; / tus
ojillos, los fiscales; / tu boca da la sentencia / que me
echa libre a la calle”.
ECHAR LOS CABALLOS ENCIMA. Atribuir a uno las
culpas, abrumarlo con acusaciones.
ECHAR LOS CRISTOS A RODAR. Mostrar genio violen­
to.
ECHAR LOS GRILLOS. Tomar preso, esclavizar: “Cator­
ce años tenía yo / cuando me echaste los grillos; / no me
los quieras quitar, / picaro carcelerillo”.
ECHAR LOS KIRIES. Vomitar.
ECHAR LOS PULMONES. Trabajar denodadamente.
ECHAR MANO. Recurrir, tomar, decidir una solución.
ECHAR MANO A LOS MANOJOS. En flamenco, cantar
los estilos llamados puros.
ECHAR SAPOS Y CULEBRAS. Definido en el Dicciona­
rio de la Lengua como "decir disparates" y "proferir con
ira denuestos”, el erudito sevillano Luis Montoto se ex­
tiende en consideraciones sobre "ser estos sapos y cule­
bras representaciones corpóreas de los mismos demonios
del infierno”.
ECHAR UN CAPOTE. Ayudar, salir en defensa de alguien
en el momento más oportuno.
ECHAR UN CASQUETE. Fornicar.

67
ECHAR UN CUMPLIDO. Dedicar palabras atentas y ob­
sequiosas.
ECHAR UN EMPEÑO. Adquirir un compromiso.
ECHAR UN JURAMENTO. Jurar como afirmación en la
verdad de lo que se dice o en la seguridad de lo que se
promete.
ECHAR UN OJO. Vigilar, ojear.
ECHAR UN RENGUE. Hacer una pausa, generalmente
para fumar un cigarro.
ECHAR UNA CIGARRADA. Fumar un cigarro en com­
pañía.
ECHAR UNA HORA (UN MES, UN AÑO). Tardar una
hora (un mes, un año): “Gracias a Dios que he llegado / a
tu puerta, bella aurora: / que me parece que he echado /
en cada paso una hora".
ECHAR UNA MANO. Prestar ayuda.
ECHAR UNA PELUCA. Echar una reprimenda.
ECHAR UNA TABACADA. Como “echar una cigarra-
da".
ECHARLO TODO A TRECE. Ofrecerlo por poco dinero.
ECHARSE A LA CARA A ALGUIEN. Encontrarse im­
pensadamente. Enfrentarse a otro.
ECHARSE EL ZÓCALO. Ponerse el pantalón largo al pa­
sar de niño a muchacho.
ECHARSE NOVIO. Ponerse en relaciones formales con al­
guien del sexo contrario: “¿Cómo has tenido valor / de
echarte otro novio nuevo, / estando en el mundo yo?".
ECHARSE OBLIGACIONES. Asumir deberes y responsa­
bilidades: “ Me dicen Curro Frijones / y no me caso con
nadie / por no echarme obligaciones".
ECHARSE PARA ALANTE. Atreverse, vanagloriarse de
los méritos propios: "No te eches tan pa alante, / que no
vale tu persona / la tonaílla de un fraile.
ECHARSE UN HIERRO. Apostar dinero.
EL ACABÓSE. El no va más: el grado superlativo de una
situación.

68
EL ALTO CIELO. Es la bella imagen de un cielo que está
más allá del que vemos desde la Tiera. como si hablar del
alto cielo fuera referirse directamente a la Divinidad:
“Tengo yo una queja / con el alto cielo: / cómo es que.
sin fríos y sin calenturas. / me estoy yo muriendo".
EL TIEMPO DE LA RIADA. En tiempos olvidados por
remotos.
EL CARNES MIAS. Se usa tanto para referirse a alguien en
tono de cariño como de sarcasmo.
EL CARRO DE LA PENA. El coche fúnebre: “Yo vi a mi
madre de ir / en el carro de la pena / y se me ocurrió de­
cir: / Siendo mi madre tan buena. / no se debía morir".
EL CIENTO Y LA MADRE. Para indicar un grupo muy
numeroso de personas.
EL CRISTO AL RÍO. Para definir una determinación radi­
cal. La frase, cuyo origen se asigna a varios lugares, tiene
una variante de doble intención: “ De Moguer sacaron el
Cristo a Palos”.
EL CUENTO DEL ALFAJOR. Para referirse al argumento
que se suele esgrimir como falsa excusa.
EL CHOCOLATE ESPESO. Según el profesor José María
de Mena, al introducirse en Sevilla el cacao, procedente
de América, constituyó durante el siglo XVI una golosina
que desató apasionadas controversias, incluso religiosas,
lanzándose teorías sobre sus características, beneficiosa o
perjudicial, para la salud. Hubo dos escuelas de aficiona­
dos al chocolate: unos, que lo recomendaban mu\ ligeri-
to. completamente liquido, con una mínima cantidad de
cacao. \ otros, por el contrario, partidarios del chocolate
espeso, al que llamaban socomusco. Prevaleció este ulti­
mo y gracias a ello se acuñó la frase que aun ho\ conti­
núa siendo de uso corriente: “Las cosas, claras. \ el cho­
colate. espeso".
EL DECIR DE LA GENTE. La crítica, la habladuría: “ Por
el decir de la gente yo dejé a quien bien quería: pa
mientras viva en el mundo se me acabó la alegría":

69
“Chiquilla, ¡valientemente / dejaste tú mi querer / por el
decir de la gente!".
EL HABLAR DE LA GENTE. Como “el decir de la gen­
te": “ Por el hablar de la gente / voy a dejar tu querer, /
pero ten por entendió / que me va a costar la muerte / el
haberte conocío".
EL LIBRO DEL OLVIDO. Simplemente el olvido: “Es ver­
dad que te he querío, / y es verdá que ya te tengo / en el
libro del olvío".
EL MAL DE LA TEMBLADERA. El mal de San Vito.
EL MANSO. Para expresar una enorme cantidad de algo.
EL MEJOR DÍA. El día menos pensado.
EL MORO. Tierra de moros. Marruecos (aunque, en reali­
dad, la verdadera tierra de moros sea Mauritania): “ Lo
sacan del calabozo, / lo llevan enmedio el mar. / de allí
lo llevan a El Moro / y en El Moro morirá".
EL ORO Y EL MORO. Se usa para expresar riquezas fan­
tásticas e ilusorias.
EL PADRE SANTO DE ROMA. Se usa frecuentemente
para referirse al Papa. Lo curioso de este caso no es la ex­
presión en sí, sino su empleo generalizado: “Ni el Padre
Santo de Roma, / ni el que inventó los tormentos / está
pasando más ducas / que está pasando mi cuerpo". (Du-
cas es término del caló que significa “afán, fatiga, pena").
EL PATIO DE LAS MALVAS. El cementerio: “ Perdió las
uñas y el pelo / aunque bien poco tenía / y, en vez de
pescar los duros, / lo que pescó fue una pulmonía, / y en
el Patio de las Malvas está escarbando desde aquel día".
EL PATIO DE LOS CALLADOS. Como “el Patio de las
Malvas”.
EL PERRO DEL HORTELANO. Que ni come ni deja co­
mer. Se aplica al que. no aprovechándose de los benefi­
cios, impide que otros lo hagan. Rodríguez Marín recoge
la versión “El perro del hortelano ni come ni deja comer
al amo".
EL QUE ASÓ LA MANTECA. Ha quedado en el habla

70
popular como ejemplo de estupidez y se usa para referir­
se a alguien de esta característica: “ Más tonto que el que
asó la manteca”.
EL QUE QUIERA HIGOS DE LEPE... Del refrán “El que
quiera higos de Lepe, que trepe”, para señalar que quien
quiera obtener algo ha de hacer un esfuerzo para lograr­
lo.
EL QUERER. Equivale al amor: “El querer que me mos­
trabas / era polvito de arena / que el viento se lo lleva­
ba”; “Al hombre que está queriendo, / hasta de noche en
la cama / el querer le quita el sueño”.
EL QUINTO PINO. Un lugar muy lejano, indeterminado.
EL RENGLÓN. Es un curioso modismo que señala algo
imprescindible, generalmente relacionado con la virgini­
dad: “Anda y vete, esaboría. / que el renglón que a ti te
falta / lo tiene la letanía”.
EL RINCÓN DE APAGAR HACHAS. Es un original y
muy antiguo modismo que alude a la persona a la que se
acude con penas, como “el paño de lágrimas". En los
castillos existía un rincón al que se llevaban las hachas
para apagarlas. Como, al hacerlo, el humo provocaría la­
grimeo. deducimos que de aquí proviene la frase.
EL SILENCIARIO. El que calla en una reunión, por simili­
tud al religioso que, como el de la Trapa, tiene voto de
silencio.
EL TÍO PACO CON LA REBAJA. En la frase “ya vendrá
el Tío Paco con la rebaja”, para indicar que una cosa son
los proyectos y otra las realidades.
EL VIENTO DE LA VIDA. Los azares de la vida.
EL VIVIR. La vida: “Te quiero más que al vivir: / más que
a mi padre y mi madre / y, si no fuera pecado. / más que a
la Virgen del Carmen.
EMBOLSICAR DINERO. Guardarlo.
EMPARRAR EL CANASTO. Llegar al limite de una si­
tuación.
EMPEÑAR EL CORAZÓN. Entregar el cariño a alguien.

71
EMPEZAR EL MELÓN. Iniciar algo cuyos resultados se
desconocen.
EMPEZAR EL QUESO. Como “empezar el melón".
EMPINAR EL CODO. Beber.
EMPINAR EL RABO. Enfadarse súbitamente.
EMPLEARSE CON ALGUIEN. Ocuparse de alguien:
“Quisiera que te emplearas / con otro mejor que yo / y
de mí no te acordaras”.
EN ABREVIO. En abreviatura.
EN AMOR Y COMPAÑÍA. Amigablemente juntos.
EN BERZA. Un sistema de poda en la viña.
EN BLANQUETA. En ropa interior.
EN BORRIQUETE. Doblado el espinazo y de pie.
EN CANAL. Para indicar el peso de una res abierta y sin
los despojos.
EN CORITATE. Desnudo.
EN CORTO Y POR DERECHO. En símil taurino, valien­
temente y sin rodeo.
EN CUANTITO... En el momento en que...
EN CHANCLETAS. En babuchas, alpargatas, etc. sin cal­
zar el talón del pie.
EN DEJE. Desde.
EN DICIENDO MELÓN. TAJADA EN MANO. Frase
con que se moteja al impaciente, como diciendo que en
cuanto pide algo lo ha de obtener.
EN EL BANCO DE LA PACIENCIA. Con paciencia y es­
toicismo.
EN EL MISMO PUNTO Y HORA. Instantáneamente: “En
el mismo punto y hora / que mis ojitos te vieron, / a los
tuyos se entregaron / y el corazón te rindieron".
EN LAS ANDAS. Como un santo: “Aunque en las andas
te vea, / no te voy a dar limosna, / porque tus chungas
partías / no se borran ’e mi memoria".
EN LO ALTO DE... Arriba de: “¡Malhaya de la veleta /
que está en lo alto de la torre! / Viene un aire, viene otro
/ y a todos les corresponde”.

72
EN LO QUE CANTA (O EN MENOS QUE CANTA) UN
GALLO. En un lapso brevísimo: “ En lo que canta un
gallo / me atrevo a darte / más besos que pipitas / tiene un
tomate”.
EN PAZ Y JUGANDO. Por señalar la terminación feliz de
un negocio.
EN PLAN MALACATÍN. Con aires de perdonavidas.
EN POMPA. Inclinado hacia adelante de manera que resal­
ta el trasero.
EN QUE SEA. Aunque sea.
EN ROGATIVA. A la espera de algo deseado.
EN TENGUERENGUE. En equilibrio inestable.
EN UN SÓLO CABO. A solas.
EN UN TEN CON TEN. Con exquisito cuidado de no ex­
cederse, equilibradamente. (Es modismo sefardita).
ENCARRUCHAR EL ASUNTO. Ponerlo en la vía correc­
ta.
ENCUÑAR CON... Hacerse cuñado de...
ENJARETAR ALGO. Ordenarlo, arreglarlo.
ENREDARSE LOS OJOS. Cruzarse las miradas y quedar
prendidas unas en otras: “Tus ojos y los mios / se han en-
redao, / como las zarzamoras / de los vallaos”.
ENSANCHÁRSELE AL ALMA (A ALGUIEN). Sentir
una gran satisfacción.
ENTENDERSE CON... Amancebarse con...
ENTERADO DE PE AL PA. Enterado de todo, de cabo a
rabo.
ENTERRAR LAS PENAS. Olvidarlas; recogerse con ellas.
ENTERRARSE EN VIDA. Recluirse renunciando a todos
los atractivos de la vida.
ENTERO Y VERDADERO. Toda la verdad de algo.
ENTRAR CON TODAS. En la frase “entrar con todas
como la romana del diablo”: sin escrúpulos ni miramien­
tos.
ENTRAR LA CARCOMA. Arruinarse.

73
ENTRAR POR UVAS. Acceder en contra de la propia vo­
luntad.
ENTRARSE COMO TRASQUILADO POR LA IGLESIA.
“Como Pedro por su casa", aludiendo a la tonsura de los
eclesiásticos.
ENTRAR UNA ACHUCHADERA. Demostrar de pronto
un gran cariño por alguien.
ENTRAR UN (EL) AVENATE. Sufrir un acceso de locu­
ra.
ENTRAR UN LEVANTE. Sufrir un acceso de mal humor.
ENTRAR UN TEMBLEQUE. Sufrir temblores.
ENTRE CUATRO (SALIR. PASAR, LLEVAR). Muerto,
en el ataúd: “No pierdas las esperanzas / hasta que me
veas pasar / entre cuatro por tu casa"; “De tu querer no
me aparto. / aunque a puñalás me maten / y me lleven
entre cuatro".
ENTRE DIENTES. Hablar en un susurro, disimuladamen­
te.
ENTRE VUELTAS Y REVUELTAS. Entre una cosa y
otra.
ENTRETENER EL HAMBRE. Comer algo en escasa can­
tidad entre las comidas formales.
ERRE QUE ERRE. Insistiendo machaconamente.
ES UN DECIR. Por ejemplo.
ESA YA VA PARA CAR MONA. Se emplea -sobre todo
en Sevilla- para indicar que una tormenta amaina. Cree­
mos que el ingenio popular juega aquí con un doble sen­
tido: que la tormenta vaya para Carmona (pueblo de la
provincia de Sevilla), donde efectivamente remite la vio­
lencia de los temporales, al tiempo que para “calmona",
de “calma".
ESCA LICHA RSE LAS PAREDES. Caérseles la cal a las
paredes: “Cuando me siento en la cama / y en ti comien­
zo a pensar. / las paredes se escalichan / de duquitas que
me dan".
ESGAJARSE UNA RAMA. Desgajarse del tronco.

74
ESO CHORREA SANGRE. Se dice de algo extremada­
mente grave o injusto.
¡ESO ESTÁ HECHO! Para resaltar la determinación grave
o injusta inmediatamente.
ESO NO LE HACE. Eso no importa, eso no impide hacer lo
proyectado.
ESPANTARSE LAS MOSCAS. Superar obstáculos, desha­
cerse de estorbos.
ESTAR A LA CUARTA PREGUNTA. Carecer de recur­
sos económicos. Probablemente procede de la Oración
dominical, en cuya cuarta pregunta se pide “que nos dé
Dios el mantenimiento conveniente para el cuerpo..."
ESTAR A LA QUE SALTA. Estar al acecho, pendiente de
que se presente la oportunidad.
ESTAR A LA VARILLA. Estar bajo el dominio de al­
guien.
ESTAR A LAS DURAS Y A LAS MADURAS. Tener que
afrontar los inconvenientes igual que se aceptan los bene­
ficios.
ESTAR ABURADO. No tener gracia.
ESTAR ACHARADO. Dice Machado y Alvarez: “Estar
acharado es otro modismo andaluz que significa estar
con disgusto, pero que tiene más de pena concentrada
que de ira”.
ESTAR AL DÍA. Tener dinero sólo para el día en que se
vive. Tener las cuentas ordenadas hasta el presente.
ESTAR AL PELO. Dice F. de la Sierra en “El folklore an­
daluz”: “ Me parece que estar al pelo tiene su origen en la
escopeta. Llamáronse montadas al pelo cuando la trac­
ción que pudiera hacerse con un cabello del gatillo era su­
ficiente para dispararlas”. Estar a punto.
ESTAR AL RELÓ. Como “estar al pelo”, aunque Macha­
do y Alvarez opina que equivale a “bien hecho”.
ESTAR AL RONCEO. Rondar a alguien con un fin intere­
sado.
ESTAR ALIÑADO. Ser víctima de un filtro amoroso.

75
ESTAR ALIQUIDOI. Pendiente de algo, vigilante.
ESTAR BAQUETEADO. Ducho en lo que se trata, experi­
mentado, como el recluta después de recibir los golpes
con las baquetas.
ESTAR BOQUERÓN. Sin un céntimo.
ESTAR CABAL. Estar todas, las justas: “Las estrellas del
cielo / no están cabales. / porque están en tu cara / las
principales”.
ESTAR CABREADO. Su significado es conocido de todos;
no así su origen que se halla en el impuesto suplementa­
rio que habían de pagar a los duques de Medinaceli y de
Alcalá los colonos que tuvieran cabras, por lo mucho que
éstas comen. Estar cabreado suponía la inclusión en la
lista de los acreedores de dicho impuesto por poseer ca­
bras; lo que. en buena lógica, justifica sobradamente la
acepción que después adoptaría el adjetivo.
ESTAR CANINO. Sin dinero, hambriento.
ESTAR CANTUDA (CANTÚA). Se dice de la mujer exu­
berante.
ESTAR COMO EL RÍO (ALGUIEN). Andar sin gobierno
ni rumbo.
ESTAR (ANDAR O QUEDARSE) CON EL CULO AL
AIRE. En situación desairada y sin defensas dialécticas.
ESTAR CUAJADO. Estar atontado.
ESTAR CHALADO. Es voz gitana que significa demente:
“Chiquilla, tú estás chalá / con ese novio que tienes / con
las patas ladeás".
ESTAR CHALINA. Como “estar chalado”.
ESTAR CHALUPA. Como “estar chalina”.
ESTAR CHOCLE. Es del habla popular malagueña, según
Juan Cepas, y significa “estar bien arropado en la cama”.
ESTAR CHUCHUMIDO. Estar consumido de carnes.
ESTAR CHUCHURRIDO. Muy estropeado.
ESTAR DE BUEN AGUAJE. De buen humor.
EST AR (O SER) DE BUEN VER. De excelente apariencia.
ESTAR EN CUTÍO. Estar asentado en un lugar.

76
ESTAR (O QUEDAR) DESCUAJARINGADO. Derrenga­
do.
ESTAR DETRAS DE LA CORTINA. Dirigir un negocio,
operación, gestión, sin dar la cara.
ESTAR EL PANDERO EN BUENAS MANOS. Estar un
asunto bajo la gestión o dirección de la persona capacita­
da para ello.
ESTAR EMBARCADA. Estar embarazada.
ESTAR EN BOCA DE LA GENTE. Sufrir sus críticas.
ESTAR EN CHOCLE. Como “estar chocle”.
ESTAR EN CURICHIRRICHI. Estar desnudo.
ESTAR EN EL AJO. Enterado del asunto de que se trata.
ESTAR (O PONER) EN EL OCHO. Estar enfadado o enfa­
dar a otro.
ESTAR EN EL OÍDO. Estar pendiente de oir algo inespe­
rado: “Ya mi cuerpo no cae en cama: siempre esto\ en
el oído / por ver si a mi puerta llama”.
ESTAR EN EL PLATO Y EN LAS TAJADAS. Querer
abarcarlo todo al mismo tiempo.
ESTAR EN LAS GUÍAS. Excesivamente delgado, escuáli­
do.
ESTAR EN LOS HUESOS. Como "estar en las guias".
ESTAR EN MISA Y REPICANDO. Como “estar en el
plato y en las tajadas”.
ESTAR (O NO) EN SUS SENTIDOS. En uso (o no) de su>
facultades mentales: "Cuando yo te quise a ti. no estaba
yo en mi scntio: porque si lo hubiera estao. otra cosa
hubiera sío”.
ESTAR (O NO) EN SUS CABALES. Estar (o no) en m i

sano juicio.
ESTAR EN VOZ. En buena situación material > moral.
ESTAR FU. Estar disgustado o malhumorado.
ESTAR FU LAN í. Estar mal de salud. Referido a las cosas,
no estar bien hechas.
ESTAR HASTA LA BOCA. Con la barriga hasta la boca:
en avanzado estado de gestación.

77
ESTAR HASTA LAS TRANCAS. Alude al que está “ca­
gado de miedo”. El origen de la frase tal vez remita al
palo transversal con que se aseguraba la puerta de una
casa; en tiempos de inundaciones, un punto de referencia
seria el haber llegado el agua hasta las trancas de las
puertas.
ESTAR HECHO LA SANTÍSIMA. Muy fastidiado (quizás
por alusión a la Santa Pascua).
ESTAR HECHO UN ABRIL. Estar radiante y hermoso.
ESTAR HECHO UN PERICO. Mujer alocada y callejera.
ESTAR HECHO UN SETENARIO. Molesto, fastidiado.
ESTAR HECHO UNOS ZORROS. Estropeado, mustio.
ESTAR INVENTADO. Desasosegado, intranquilo.
ESTAR LA PELOTA EN EL TEJADO. No haberse solu­
cionado aún el asunto de que se trata. Quedar aún pen­
diente.
ESTAR LAMPANDO. Buscar o desear algo ávidamente.
ESTAR MACAN DÉ. Estar loco. El modismo alude a Ga­
briel Díaz "Macandá” vendedor de caramelos que impri­
mía a sus pregones un aire flamenquísimo, muerto en el
Hospital Psiquiátrico de Cádiz en 1947.
ESTAR MAJANDO ESPARTO. Estar loco.
ESTAR MAL DE LA AZOTEA. Estar mal de la cabeza.
ESTAR (ALGO O TODO) MANGA POR HOMBRO. Sin
orden ni concierto.
ESTAR MÁS MANOSEADO QUE LAS HOJAS DEL CA­
NON. Deslucido a fuerza de ser manoseado.
ESTAR MÁS TIESO QUE UNA MOJAMA. Estar arrui­
nado, sin un céntimo.
ESTAR MEDIO QUÉ. Casi aceptable.
ESTAR MONTADO EN TACOS. En buena situación eco­
nómica.
ESTAR (ALGUIEN) MUY PAGADO DE SÍ. Muy orgu­
lloso de las propias cualidades.
ESTAR MUY PROPIO. Elegante. Referido a un cuadro,
fotografía, dibujo, etc., parecerse mucho al original.

78
ESTAR PARA MOJAR PAN. Referido a la persona que
despierta el apetito sexual.
ESTAR PARA REVENTAR. Referido a las excelentes
cualidades de algo.
ESTAR PEOR. En la frase “tú (él, ese. este, aquél) estás
peor”, indica que no está en su sano juicio.
ESTAR PICARDEADO. Al tanto picardías.
ESTAR PILÍ. Disgustado.
ESTAR PODRIDO DE DINERO. Para ponderar la abun­
dante riqueza de alguien.
ESTAR POR TODOS LOS HUESOS (DE ALGUIEN). Es­
tar muy enamorado de...
ESTAR PUESTO. Estar borrachillo.
ESTAR PUESTO EN ALGO. Estar impuesto. Conocerlo
con todo detalle.
ESTAR (ALGUIEN) QUE MUERDE. Estar dominado por
el malhumor.
ESTAR QUE PELA. Hirviendo, muy caliente.
ESTAR QUE QUITA EL HIPO. Se dice, generalmente, de
la mujer cuya presencia suspende la respiración, o de
algo de cualidades sobresalientes.
ESTAR (ALGUIEN) QUE RESUCITA A LOS MUER­
TOS. Como “estar que quita el hipo”.
ESTAR (ALGUIEN) QUE SE SUBE POR LAS PAREDES.
Dominado por el mal humor.
ESTARSE QUIETO. Permanecer en actitud pasiva, sin al­
borotar. La característica andaluza está en el reflexivo:
“A tu querer lo comparo / con un molino de viento:
que unas veces muele mucho / y otras veces se está quieto".
ESTAR SEMBRADO. Lleno de gracia y donaire: “ Esa
mujé está sembrá: / va derramando mosquetas por don­
dequiera que va”.
ESTAR TIESO. Sin recursos económicos.
ESTAR TÓ (TODO) PA (PARA) ALLÁ. En este caso nos
parece imprescindible la transcripción fonética, “estar tó
pa allá”, que indica lo mismo que “estar macandé".

79
¿ESTÁ USTED?. Expresión para reclamar atención al que
se habla.
ESTE QUERER TUYO Y MIO. Es expresión popular
equivalente a “nuestro querer”, como muestra del barro­
quismo en el lenguaje: “Este querer tuyo y mió, / mien­
tras más riendas le ponen, / más grande es su desvarío”;
“Este querer tuyo y mió / viene guiado de Dios; / mien­
tras más apartaditos, / más nos queremos los dos”.
ESTIRAR LA PATA. Manifestar el último estertor de la
agonía.
ESTORBAR LO NEGRO. Se dice del que no sabe leer, por
decir que le estorban las letras.
ESTOY PARA MÍ. Equivale a “tengo para mí”, “supon­
go”.
ESTRUJAR EL LIMÓN. Sacar, o intentar sacar, hasta el
último beneficio de un negocio, el último dato de una
consulta, el último disfrute de algo.

FALTAR A ALGUIEN. Ofender, injuriar, calumniar a al­


guien.
FALTAR EL CANTO DE UN DURO. Faltar muy poco,
lo mínimo.
FATIGAS DE MUERTE. Frase expresiva de la angustia,
generalmente ocasionada por los celos o por los amores
no correspondidos: “ Fatigas me dan de muerte / en no
viéndote en un día; / si no te viera en un año. / la pena
me mataría"; “Chiquillo, no me la mientes; / que, como
la quiero tanto, / fatigas me dan de muerte”.
FIERA CORRUPIA. Persona agresiva y grosera.
FLOR DE ROMERO. Caballo romero.

80
FLOR DEL ROMERO. Es una imagen que compendia la
belleza y la gracia femeninas, siendo el romero un símbo­
lo de la buena suerte, presente en el dicho “el que ve ro­
mero y no lo coge, que del mal que le venga no se enoje".
“ Por tu calle voy entrando, / hermosa flor de romero:
aquí tienes un criado / sin que te cueste dinero".
FORMAR UN CONVENIO. Acordar un mutuo compro­
miso: “La noche que te di el sí / formé un convenio en
mi pecho / de quererte hasta morir".
FORMAR UN ESPOLIO. Armar una trifulca.
FORMAR UN FLOREO. Como “formar un espolio".
FRECHÓN DE PELO. Mechón de pelo.
FREIR LA CASPA. Molestar, probablemente referido a ca­
lentar excesivamente la cabeza a alguien.
FREIR LA SANGRE. Enardecer de crispación a otro.
FUEGO MANSO. Fuego lento.

GACHÓ DEL ARPA. Se usa para aludir despectivamente


a alguien.
GALLITO DE MARZO. Abubilla.
GALLITO DEL MONTE. Presumido, vanidoso.
GALLO DE PELEA. Persona propensa a las reyertas.
GALLO PELEÓN. Como “gallo de pelea”.
GANAR LA PALMETA. Ser recompensado o premiado
como el mejor. Alude a que en las viejas escuelas el
maestro concedía el “privilegio” de tener la palmeta -y
aplicarla- al alumno que llegaba primero a la clase.
GANAR LA PARTIDA. Salir victorioso de una confronta­
ción.
GANAR LA VEZ. Adelantarse a otro.

81
GARBANZO DE MELLA. El individuo mal considerado
de una familia de buena fama. (Se dice “garbanzo de me­
lla' el que, por su dureza, puede dejar mellado).
GARBANZO NEGRO. Como "garbanzo de mella”.
GASTAR FANTASÍA (O MUCHA FANTASÍA). Vana­
gloriarse de méritos, sean éstos reales o imaginarios:
"Una rosa en un rosal / gasta mucha fantasía; / viene el
viento y la deshoja: / ¡Ya está la rosa perdía!”.
GASTO DE FIESTA. Convite.
GENTE FULERA. Gente de baja estofa, engañadora y
ruin: "Tu madre, fosforillera / y tu padre, esquila-perros:
/ ¡Vaya una gente fulera!
GENTE JUNTA HACE HACIENDA. Según El Averigua­
dor l argas, es una antigua sentencia referida a que cunde
más el trabajo si se ponen muchas manos en él. Rodrí­
guez Marín cuenta, a propósito de este modismo, que
"en la blanquísima fachada del caserío de cierto cortijo
andaluz vi. años ha, mal trazadas con carbón, cuatro jo­
tas mayúsculas, y preguntando qué querían decir, supe
que la torpe mano del casero había querido significar con
tales signos que "jente junta jace jacienda”. (Sin duda el
Bachiller de Osuna, al recordar la anécdota, quiso criti­
car irónicamente a quienes acostumbran a aspirar la ha­
che de manera exagerada).
GLORI A BENDITA. Lo mejor de lo mejor.
GLORIA PURA. Como “Gloria bendita”.
GOLPE DE TETA. Afluencia de la leche a los pechos de la
mujer.
GUARDAR CONSECUENCIA. Guardar consideración y
respeto: "En medio de los palmares, / no le guardo con­
secuencia / ni a mi padre ni a mi madre”.
GUARDARLE EL AIRE A ALGUIEN. Guardar las dis­
tancias con respeto a una persona, aunque también se usa
referido a animal, cosa o circunstancia.
GUASA VIVA. Bromista impenitente.

82
GUILLEN FUE TORERO. Se dice de alguien que ha hui­
do, que se las ha guillado.
GUSTAR EL ALPISTE. Ser aficionado a la bebida.
GUSTAR LA MARCHA. Gozarse con los desaires o casti­
gos de otro, generalmente del sexo opuesto.

HABER ANDANCIA. Estar propagándose algo, general­


mente una epidemia.
HABER CUATRO PITOS Y UN TAMBOR. Se usa para
definir la escasa asistencia a un acto o local.
HABER GUITA. Abundar el dinero: “¿Quién tirita ha­
biendo guita? / ¿Quién tiene la novia fea, / habiendo tan­
tas bonitas?”.
HABER MÁS DÍAS QUE OLLAS. Frase con que se expre­
sa la confianza en que la ocasión habrá de presentarse un
día u otro.
HABER MOROS EN LA COSTA. Para indicar que se
debe ser prudente, avisando una presencia peligrosa o no
deseable.
HABER SUS MÁS Y SUS MENOS. Haber entrado en dis­
cusión acalorada.
HABERLO APRENDIDO EN VIERNES. Referido a algo
que se dice con monótona insistencia.
HABLAR CON CÁSCARA. Hablar con segunda inten­
ción.
HABLAR CON TODAS VERAS. Decir la verdad desnu­
da.
HABLAR DE MIRA. Hablar de tu, tutear.
HABLAR EN PERSONA. Dialogar personalmente.

83
HABLAR POR HABLAR. Mantener una charla sin interés
alguno; exponer una opinión sin un objetivo concreto.
HABLAR POR LOS CODOS. Hablar incansablemente.
HABLAR POR LOS IJARES. Como “ hablar por los co­
dos".
HABLAR POR NO CALLAR. Hablar por no resignarse a
pasar inadvertido.
HABLAR UNAS PALABRITAS. Generalmente se usa
para expresar un diálogo de reconvención.
HACER A BOCAS V CANGREJOS. Carecer de remilgos
o escrúpulos.
HACER ACTO DE PRESENCIA. Alcalá Venceslada lo
acepta como andalucismo, equivalenta a presentarse en
algún sitio.
HACER AGACHADITAS. Ponerse en cuclillas.
HACER AGUA. Empezar a hundirse un negocio, deterio­
rarse unas relaciones, etc. Dar unas primeras muestras de
homosexualidad.
HACER CALENDARIO. Introducir novedades.
HACER CHARRANADAS. Realizar acciones reprobables
como corresponde a las de un charrán: “Siéntate y ponte
a pensá / las horitas que has gastao / en hacerme charra-
nás“.
HACER (ALGO) CON SU IDEA. Con una premeditada
intención: “El barquito de vapor / está hecho con su
idea: / que. en echándole carbón. / navega contra ma­
rea".
HACER CLÓ. Llegar al término de fuerzas, recursos, etc.
HACER (ALGO) DE UNA SENTADA. Hacerlo en poco
tiempo y de una sola vez.
HACER EL ALAMICO. Desvanecerse, mostrar síntomas
de agonía.
HACER EL ARCO (A ALGUIEN). Rehuirlo, evitar el en­
cuentro con él.
HACER EL CALDO GORDO (A ALGUIEN). Dar facili­

84
dades a que alguien realice lo que pretende. Llevar a al­
guien al terreno más conveniente.
HACER EL CANELO. Hacer el tonto, el primo, el ridícu­
lo.
HACER EL PARIPÉ. Fingir, disimular.
HACER EL TEJADILLO. Preparar dolosamente a alguien
para que realice lo que uno pretende.
HACER ENCAJES DE BOLILLOS. Hacer filigranas; hacer
algo dificultosa y primorosamente.
HACER ESCRITURA. Prometer: “Al alto cielo subí / y
hice escritura con Dios: / a no ser tuya, de nadie; / a no
ser tuya, de Dios”.
HACER FALTA. Preparar el regazo para acoger algo o a
alguien en él.
HACER GAJOS. Lanzar baladronadas.
HACER LA CAMA. Preparar a alguien con habilidad para
lograr lo que se desea.
HACER LA CORTESÍA. Atender con extrema solicitud y
aceptación: “Eres como la caña / criá en la umbría, / que
a tós los aires le haces / la cortesía”.
HACER LA CRUZ, EN LA CRUZ Y HASTA LA CRU Z.
Es un sabio consejo taurino atribuido a Fernando Gómez
“El Gallo”: hacer las tres cruces significa que, para matar
bien al toro, hay que ejecutar la suerte haciendo la cruz
(pasar el brazo derecho sobre el izquierdo y que la espada
forme una cruz con la muleta), en la cruz (en la parte
más alta del morrillo) y hasta la cruz (hasta la empuña­
dura de la espada).
HACER LA CUSCA. Fastidiar.
HACER (O ARMAR) LA ENSALADA. Armar el escánda­
lo, la bronca.
HACER LA ENTRETENIDA. Fingir que se trabaja.
HACER LA JARRITA (A ALGUIEN). Adularlo, dar
coba.
HACER LA ROSCA (A ALGUIEN). Como “hacer la jarri­
ta”.

85
HACER LAS APARIENCIAS. Hacer cosas semejantes a
las que realiza otro: “Tu querer lo pongo en duda: que
tú me vienes haciendo / las apariencias de Judas”.
HACER LAS DIEZ DE ÚLTIMAS. De uso en el juego de
cartas llamado tute, por extensión significa rematar un
trabajo, un negocio, empleándose generalmente con iro­
nía cuando ese remate resulta desafortunado.
HACER LAS ENTRAÑAS. Preparar el estado de ánimo
de otro, antes de darle una mala noticia.
HACER LOS CABOS. Matar.
HACER MAÑAS. Realizar juegos de manos.
HACER PALMAS. Acompañar el cante o el baile con ba­
tir de palmas a compás.
HACER PAPILLAS. Destruir de palabra o de obra: en sen­
tido figurado si se refiere a persona.
HACER QUE SE HACE. Simular que se trabaja.
HACER RABIAR. Hacer algo para provocar el enfado de
otro, casi siempre en tono de broma.
HACER ROMANA. Inclinarse hacia un lado.
HACER ROÑAS. Hacer rabiar.
HACER RONCHAS. Dañar con la crítica.
HACER SÁBADO. Trabajar más de lo habitual, por la cos­
tumbre del ama de casa de hacer en este día limpieza ge­
neral.
HACER (ALGO) SAL Y AGUA. Gastarlo sin medida ni
sentido.
HACER SANTOS. Dejar chafarrinones al encalar o blan­
quear una pared.
HACER TACHUELAS. Tiritar de frío.
HACER TILÍN. Provocar una sugestión inmediata en otra
persona, que queda seducida por sus atractivos.
HACER TIPITÍN. Como “hacer tilín”.
HACER UN CLARO. Dejar sitio a alguien.
HACER UN HECHO. Realizar algo determinado.
HACER UN PAPEL. Fingir algo que no responde a los
sentimientos de quien lo hace o dice.

86
HACER UN PIE AGUA. Fastidiar con una actitud gene­
ralmente inesperada.
HACER UN SAN MIGUEL. La frase -andaluza, al menos
de adopción por figurar en el diálogo entre Rinconete y
Cortadillo y según el estudio de Rodríguez Marín- signi­
fica golpear violentamente a alguien: “ Esta noche va a
llover / sin haber nublo ninguno, / que he de hacer un
San Miguel / en las costillas de alguno”.
HACER UNA BOLA. Aturdir con palabras o acciones.
HACER UNA EXTORSIÓN. Causar un perjuicio o un
daño.
HACER UNA HECHURÍA. Realizar una mala acción.
HACER UNA PANETA. Dar una paliza.
HACER UNA RAYA EN EL AGUA. Hacer algo insólito.
HACER UN CLARO. Despejarse el cielo por breves mo­
mentos.
HACERLE (A UNO) EL CALDO GORDO. Halagar, faci­
litar a otro la satisfacción de sus deseos.
HACERSE A... Acostumbrarse a...: “Cuando te veo de ve­
nir / con el sombrero a lo tuno. / me hago a que ya no
hay / hombre como tú ninguno.”
HACERSE BUEN MOZO (BUENA MOZA). Alcanzar la
edad adulta con plenitud de belleza, donaire, lozanía,
etc.: “¡Qué buena moza te has hecho! / ¡Qué alta \ que
gallardona! / El mismo rey coronado / se merece tu per­
sona”; “¡Bendito. Dios, morenita, / qué buena moza te
has hecho: / delgadita de cintura / y abultadita de pe­
cho!”; “Mañana se van los quintos; / ya se van los buenos
mozos / y a las muchachas nos dejan / los chiquitos \
achacosos”.
HACERSE CUENTA. Asumir o aceptar una situación hi­
potética: “Me haré cuenta que he querido / a una casa
sin cimientos. / a una torre sin campanas i y a un molini­
llo de viento”.
HACERSE EL AMO DEL COTARRO. Hacerse el dueño
de la situación.

87
HACERSE EL LONGUI. Fingir distracción.
HACERSE EL LORENZO. Como “hacerse el longui".
HACERSE EL MANCO. Disimular o hacerse el distraído
para no pagar.
HACERSE EL PENCA. Hacerse el distraído.
HACERSE EL SOCA. Hacerse el distraído.
HACERSE EL ZONGO. Como “hacerse el soca".
HACERSE PERSONA. Dice "Demófilo" que “éste es un
bonito modismo que equivale a darse importancia":
“Anda y que te den un tiro / que si te jaces persona / a la
cara no te miro”.
HACERSE TIESTOS. Desvivirse por alguien o por algo.
HACERSE UN CURCUÑO. Hacerse un ovillo.
HACERSE UN TACO. Como hacerse un lío. no acertar.
HARÁ COSA DE... Es frase que expresa la probabilidad al
reseñar un tiempo pasado: “ Hará cosa de un año / que
fue el encuentro, / y hará cosa de un año / que estoy sin
sueño”.
HARTO DE COLES. Expresa el grado de saturación en
aceptar o aguantar algo o a alguien.
HASTA DEJARLO DE SOBRA. Sobradamente.
HASTA LA CORONILLA. Ahíto.
HASTA LA PUNTA DEL PELO. Como “hasta la coroni­
lla”.
HECHO CUARTOS. Partido en trozos, como hacían con
el cuerpo del ajusticiado, aunque aquí se emplea metafó­
ricamente. A veces, se emplea -sin metáfora- para la
maldición o el reproche: “ Lo que tú has hecho conmigo /
no lo pagas hecho cuartos / y puesto por los caminos".
HECHO EN SÁBADO. Se dice de algo realizado burda­
mente, con materiales de poca calidad. El origen de la
frase está en que los trabajos de ciertos gremios acostum­
braban a utilizar el sábado todos los materiales que te­
nían en el taller, para empezar la semana con otros nue­
vos.

88
HECHO UN BRAZO DE MAR. Arrollador, espectacular y
con aire dominador.
HECHO UN RANCHERO. Extremadamente sucio o de­
sastrado.
HECHO UN TIESTO. Sin empuje ni iniciativa, inoperan­
te.
HECHO UN TORO. Fuerte y vigoroso.
HECHO UN TROMPO. Torpe, sin dar pie con bola.
HECHO UN ZANQUIPERRO. Estar siempre en la calle,
dado al ocio.
HECHO UNA CARRACA. Padecer achaques.
HECHO UNA CARRAÑACA. Viejo, enfermo, lleno de
achaques.
HECHO UNA GORRITA. Hecho un ovillo por dolor, en­
fermedad. penas, etc.
HECHO UNA PEUUA. Desvivirse por algo o por alguien.
HERVIR LA SANGRE. Tener vitalidad manifiesta. Por
contra, de quien se muestra apocado e inactivo se dice
que no le hierve la sangre: “Si fueras gitana pura / y la
sangre a ti te hirviera. / cogerías tu mantón / y conmigo
te vinieras”.
HILO TONTO. Se dice de una clase de hilo común, el que
se empleaba para medias y calcetines.
HINCHAR EL PERRO. Exagerar en demasía las cualida­
des de algo o de alguien.
HOMBROS RODADOS. Se dice de los hombros caídos.
HONDO DE GUSTO. Difícil de satisfacer, exigente.
HUIR (O CORRER) QUE SE LAS PELA. Escapar muy
aceleradamente, despavorido.

IDEM DE LIENZO. Lo mismo. Idem.


IMPORTAR UN PITO (UN RÁBANO. UN PEPINO, UN

89
HIGO...). En su acepción negativa. “no importar un rá­
bano” expresa la total indiferencia hacia algo o alguien.
También se usa -aunque menos- “importársele”, “no
importársele” a uno, como en las “Chuflillas" de Alberti:
“Te dije y te lo repito / para no comprometerte: / que
tenga cuernos la muerte / a mí se me importa un pito”.
IMPORTARLE (A UNO) TRES CARACOLES. Dársele a
uno muy poco.
IMPORTARLE (A UNO) TRES PITOS. Como “importar­
le tres caracoles”.
IR A CUERPO GENTIL. Sin abrigo, impermeable o ga­
bardina. arrostrando las inclemencias del tiempo.
IR A LAS ARROBAS. Vivir a costa ajena.
IR A MISA (ALGO QUE SE DICE). Ser incontrovertible.
Se usa para afirmar que el asunto de que se trata es irre­
futable.
IR A MÚSICA DE TALÓN. Ir andando.
IR A PORFÍA. Actuar en emulación con otro para diluci­
dar un vencedor en la batalla dialéctica.
IR AL COPO. Arramblar-o intentarlo-con todo.
IR AL TORO. Ir decidido y derecho a algún asunto.
IR ARENTE. Recibir un jornal y la comida por el trabajo
en el campo.
IR AVANTE. Seguir adelante, por símil marinero.
IR CON EL CUENTO. Ejercicio de chismoso y correveidi­
le. Dar noticia o transmitir rumor o comentario, general­
mente faltando a la discreción.
IR DE... Tiene dos acepciones: se emplea para definir la ac­
titud de alguien en una situación dada (“ir de loco", “ir
de rico” ), o con referencia al traje o vestido según el co­
lor: “Las niñas de Sevilla / hoy van de negro: / que a Jo-
selito el Gallo / se llevan muerto”.
IR DE MAL EN PEOR. Empeorando progresivamente en
salud, prestigio, dinero, etc.
IR TIRADO. Marchar muy deprisa.

90
IR DE TONELETE. Con todas las galas. Se dice irónica­
mente.
IR DE TUMBO EN TUMBO. A la que cae, sin acertar.
IR DERRAMANDO... Referido a gracia, belleza, rumbo,
donaire...: “Más gracias vas derramando / que el Papa
cuando bendice / y el obispo confirmando".
IR EN BUSCA DEL GATO. Buscar dinero, aludiendo a la
bolsa llamada gato.
IR EN EL COCHE DE SAN FERNANDO. “Un ratito a
pie y otro andando"; o sea, sin utilizar vehículo.
IR EN EL TREN DE LAS DOS. Ir andando, aludiendo a
las dos piernas.
IR MAL EL SON DE LAS CASTAÑUELAS. Ir mal un
negocio o trabajo.
IRLE BIEN (A ALGUIEN) EN EL MACHITO. Obtener
beneficio sin apartarse de la línea marcada, por alusión al
macho con que se forja el hierro.
IRSE A LA ACEITUNA (A LA VENDIMIA, AL ALGO­
DÓN...). Ir a trabajar en este cultivo: “Vareando aceitu­
nas / se hacen las bodas; / quien no va a la aceituna, / no
se enamora".
IRSE DE BIRLARDA. Andar de juerga.
IRSE DE BIRLANGO. Como “irse de birlarda”.
IRSE DE BUREO. Andar de fiesta.
IRSE DE JARANA. Como “irse de bureo".
IRSE DE LA VELETA. Perder la razón, desvariar.
IRSE DE SOLANA. Andar de juerga larga, por alusión a
las que acaban después de salir el sol.
IRSE DE TUERCA. Perder los nervios en una discusión.
IRSE DE VARETA. Padecer los efectos de la diarrea.
IRSE DE VIRAZA. Como “irse de bureo”.
IRSE POR LA GILANDEZ. Hacerse el distraído.
IRSE POR LA POSTA. Morir.
IRSE POR LAS MATAS. Hablar con rodeos.
IRSE POR LOS CERROS DE ÚBEDA. Se emplea para
motejar a quien desvía la charla hacia un tema o juicio

91
absurdo o que nada tiene que ver con el objeto principal
de la charla.
IRSE POR SU PIE A LA PILA. Ser bautizado cuando ya
se es adulto.
IRSE UNAS V VENIR OTRAS. Reprimirse los deseos de
réplica para evitar que se agrave una discusión.
ÍRSELE A UNO LA JACA. Dejarse llevar por la ira.
ÍRSELE A UNO LA MEMORIA A... írsele a uno el pensa­
miento hacia alguien o algo: “ Dueño mió te llamé; / Per­
dona mi atrevimiento, / que se me fue la memoria / don­
de tengo el pensamiento".
ÍRSELE (A ALGUIEN) LA BURRA AL TRIGO. Sobrepa­
sarse. transgredir las normas de la discreción, la honesti­
dad o la prudencia.
ÍRSELE (A UNO) LAS CABRAS. Tener emisión nocturna
de semen.

JABÓN DE PALO. Astilla de madera para la limpieza de


la ropa.
JALA QUE JALA. No en la acepción del transitivo fami­
liar “jalar" (halar), equivalente a comer o a atraer hacia
sí. sino como “corre que corre".
JALAR DE JÁBEGA. Derrochar, despilfarrar.
JAMAR PARTÍA (PARTIDA). Tomar nota, observar disi­
muladamente lo que hablan o hacen otros sin intervenir
en ello.
JARRO DE ACEITE. Es unidad de medida y no vasija: la
octava parte de una arroba de aceite.
JERINGAR A ALGUIEN. Fastidiarlo, mortificarlo.
JERRE QUE JERRE (ERRE QUE ERRE). Pronunciado

92
así, exageradamente con intención, se usa para indicar te­
nacidad y machaconería.
JÍCARA DE CHOCOLATE. Irónicamente, mal trago.
JUAN DE LAS VIÑAS. Muñeco que mueve brazos y pier­
nas al tirársele de unos hilos y. por extensión, hombre
que se deja manejar.
JUAN DEL PUEBLO. Por antonomasia, cualquier hijo del
pueblo y el pueblo mismo. Rodríguez Marín reclama
para sí el haber lanzado esa frase a la circulación, en una
historieta que publicó en "La Enciclopedia" (N° 18. año
1879).
JUAN LANAS. Lo define J. A. Pérez Rioja como “el hom­
bre apocado que se presta benévolamente a todo cuanto
se quiere de él”. Por extensión, define al marido demasia­
do complaciente con las veleidades de la esposa: “ Mi ma­
rido es un Juan Lanas: todos los oficios sabe: menos el
fregar tinajas. / que con los cuernos no cabe".
JUEZ DE LEYES. Se dice del juez de Primera Instancia.
JUGAR LOS OJOS. Mecer la mirada en mímica de langui­
dez.
JUGARSE EL PELLEJO. Exponerse a un gra\c peligro,
generalmente de forma valerosa.
JUGARSE LAS SUERTES. Jugarse la vida en desafio o
reyerta: “ En la vereda del soto me quisieron dar la muer­
te: eché mano a mi cuchillo y se jugaron las suertes".
JUNTAR JUNCIA PARA UNA PORRA. Acumular deu­
das con escasas intenciones de saldarlas.
JUNTARSE EL HAMBRE CON LAS GANAS DE CO­
MER. Coincidir varias circunstancias de índole semejan­
te en una determinada situación.
JURAR LAS CRUCES. Jurar o prometer haciendo una
cruz con los dedos índice y medio. > besarla: “No te fíes
de los hombres, aunque te juren las cruces, que lo que
menos encienden en un altar son dos luces”.
JUSTO Y CABAL. Completo, sin merma. Con las palabras
exactas.

93
L

LA ALBARIZA. Clase de tierra de viñedo, especialmente


en el llamado “marco de Jerez”.
LA CALOR, LAS CALORES. Por el calor. Hay que tener
en cuenta la distinta gradación que a éste se le da en algu­
nas zonas de Andalucía, de manera que la escala termo-
métrica recorre, según la expresión popular, los rigores
de el calor, la calor y las calores (de menos a más).
LA CARABINA DE AMBROSIO. Se dice de algo inservi­
ble e inútil, ya que el mítico Ambrosio cargaba su carabi­
na con balas sin pólvora. En un texto de 1900 ("Por esos
mundos") se dice que “Ambrosio fue un labriego que
existió en Sevilla a principios del siglo XIX. Como las
cuestiones económicas no marchaban a su antojo, deci­
dió abandonar los aperos de labranza y dedicarse a sal­
teador de caminos, acompañado solamente de su carabi­
na. Pero como su candidez era proverbial en los contor­
nos, cuantos caminantes detenía lo tomaban a broma,
obligándolo así a retirarse de nuevo a su lugar, maldi­
ciendo de su carabina, a la que achacaba la culpa de no
infundir respeto”. Dice una graciosa cantiña gaditana:
“ Hombre chico y sin dinero, / enamorado y celoso. / a
eso le llaman en Cádiz / la Carabina de Ambrosio”.
LA COSA ES... El caso es...
LA COSA NO TIENE MALICIA. Se dice con ironía para
expresar que lo dicho no ofrece dificultad en la interpre­
tación.
LA DEL AMARILLO ALBERO. Por antonomasia, la pla­
za de toros de Sevilla.
LA DOLOROSA. La cuenta que se ha de pagar.
LA ENFERMEDAD DEL MILANO. Para definir los ma­
les fingidos: “ La enfermedad del milano, el culito gordo y
el piquito sano".
LA ENFERMEDAD DEL TORDO. Variante del modismo

94
anterior: “ La enfermedad del tordo, el piquito sano y el
culito gordo”.
LA FIN. El fin: “Yo me metí en una cueva / para ver lo
que había dentro / y he visto la fin del mundo / y el de­
sengaño del tiempo”.
LA FUERZA DEL QUERER. Los irresistibles impulsos
del amor: “ Dices que no me pues ver: / la cara te amari­
llea / de la fuerza del querer”.
LA GENTE DE UNO. Los familiares y afectos de uno:
“Mira, por quererte, / cómo me veo aborrecido / de toíta
mi gente”.
LA GUASA. Por la mala suerte, los contratiempos. Escribe
Fernando Vi Halón a Bacarisse: “A ver si canso a la guasa
que corre tras de mí" (9/11/1929).
LA HORA DE LA VERDAD. El momento de afrontar la
suerte de matar el toro. El momento de la muerte. Cual­
quier momento decisivo en el que ya no cabe más que
una solución drástica: “Quien se la quiera lleva, / tendrá
que contar conmigo / a la hora e la verdá”.
LA LLAVE DE... El secreto, la clave de... Lo que permite
acceder a algo, incluidos los sentimientos: “¡Ay de mí.
que ya perdí / la llave de la alegría! / Hora de gusto no
tengo, / ni la tendré mientras viva”.
LA LUZ DE LOS OJOS. La mirada clara, luminosa. En los
versos de Juan Ramón Jiménez, hoy copla popular: “Era.
el pobrecillo. ciego / y cantaba, sollozando. / la luz de sus
ojos negros”.
LA MADRE QUE ME (TE, LO) PARIÓ. Es una figura fre­
cuente en el lenguaje popular para aludir a la madre: “Te
quiero yo / más que a la madre / que me parió”.
¡LA MAR Y LOS PECES! Expresión de lo superlativo.
LA MASA DE LA SANGRE. En lo profundo y genuino
del ser: “Como la campana tiene / fundios siete metales.
/ así tengo tu cariño / en la masa de la sangre”.
LA PALMA DEL RUMBO. La prioridad entre gente de ta­
lante gallardo y rumboso.

95
LA PENA NEGRA. Es modismo procedente del lenguaje
gitano para definir una especie de maldición que conduce
a una angustia invencible: “¿Qué quieres tú que yo ten­
ga? / Que te busco y no te encuentro: / ¡me ajoga la pena
negra!”; “ Hechecita de vidriera / que con mirarla se ofen­
de: / ¡mal haya la pena negra!”
LA RAÍZ DEL QUERER. Lo más profundo de un amor:
“ Hasta el alma me ha llegao / la raíz de tu querer. / Si no
es verdá lo que digo, / malas púnalas me den”.
LA SIESTA DEL CURA. El reposo de media mañana.
LA SINHUESO. La lengua.
LA TIENDA DE LOS COJOS. La más cercana al lugar en
que se vive. Dice Sbarbi: “Parece natural que el que ado­
lece de este defecto quiera ahorrarse el andar mucho, aun
cuando de ir más lejos tendría la probabilidad de hallar
mercancías mejores o más baratas”.
LA VERDAD DEL CUENTO. Lo cierto. La verdad de lo
que se cuenta.
LARGAR FIESTA. Criticara alguien sin rebozo.
LAS ALAS DEL CORAZÓN. El aliento vital. La alegría
de vivir: “Me puse a llorar un día, / por ver si con mi
llantito / de mí se condolecía. / Y no se condoleció: / a
pedazos se le caigan / las alas del corazón”.
LAS CAMPANAS DEL OLVIDO. Es una expresiva metá­
fora para definir lo que ya no forma parte de los recuer­
dos: “¿Para qué mandas tocar / las campanas del olvío, /
si no se puede apagar / el fuego que has encendió?”.
LAS CAÑAS SE VUELVEN LANZAS. Se aplica a un
brusco cambio en las relaciones que pasan, de cordiales,
a agresivas. Tal popular dicho tiene, tal vez, su origen en
un romance inserto en "Las guerras de Granada”, de Gi-
nés de Hita (1544): “ No hay amigo para amigo: / las ca­
ñas se vuelven lanzas...”
LAS CLARAS DEL DÍA. La primera claridad del amane­
cer: “Vente tú conmigo, / que asoman ya mismo / las
claras del día”.

96
LAS CUENTAS DEL GRAN CAPITÁN. Incluimos esta
frase famosa aquí por atribuirse dichas cuentas al anda­
luz. de Montilla, Gonzalo Fernández de Córdoba: “2.736
ducados y nueve reales, en frailes, monjas y pobres, para
que rogasen a Dios por la prosperidad de las armas espa­
ñolas... 100.000 ducados en guantes perfumados para
preservar a las tropas del mal olor de los cadáveres de sus
enemigos tendidos en el campo de batalla... 160.000 du­
cados en poner y renovar campanas destruidas por el uso
continuo de repicar todos los días por nuevas victorias
conseguidas sobre el enemigo... Cien millones por mi pa­
ciencia en escuchar ayer que el Rey pedía cuentas al que
le ha regalado un reino”.
LAS DEL PERL Las peores intenciones.
LAS LLAVES DEL TESORO (DE UNA MUJER). La vir­
ginidad: “A ti solito te quiero. / a ti solito te adoro, / y a
ti solito te entrego / las llaves de mi tesoro”.
LEERLE LA CARTILLA A UNO. Hacerle una severa re­
convención.
LEJAS TIERRAS. Tierras lejanas: “Vengo de lejas tierras /
a ver su talle. / que en un anillo de oro / dicen que cabe”.
LENGUA COMO EL CRISTAL. Afilada, hiriente: "No
me salgas ni a la puerta. / que no te lo digo más; / no me
salgas ni a la puerta, / que hay lenguas como el cristal / y
lo que no ven lo inventan / pa tener dónde cortar”.
LENGUA DE DOBLE FILO. Lengua viperina.
LEVANTAR AMPOLLAS. Como “hacer ronchas”.
LEVANTAR POLVAREDA. Escandalizarse hipócrita­
mente: “Tengo que jacé una cosa / contra el viento y la
marea. / Mal tiro den a la envidia / que levanta polva­
rea”.
* LIAR EL PETATE. Morirse.
LIAR LA CARRETILLA. Dejar un asunto, salirse de él.
LIBRE DE CACHO. Fuera de peligro, haberlo sorteado:
“...pero libre de cacho, / mi buen amigo: / yo. al abrirme
de capa, conozco al bicho”.

97
LIARSE UNA LIADA. Armarse revuelo, alboroto.
LO COMIDO POR LO SERVIDO. Se dice de un trabajo,
gestión, etc., que no produce beneficio alguno.
LO CUAL QUE... Por cierto que... Por lo mismo que...
LO DICHO. DICHO. Y LA JACA EN LA PUERTA. Fra­
se usada para confirmar una decisión inapelable.
LO MISMITO QUE... Por “igual que”: "Lo mismito que
aquel perro / que anda siempre por las calles / buscando
huesos que tiran, / has de venir a buscarme”.
LO PRIMERO ES ANTES. En un sentido de prelación en­
tre diversos asuntos, para reafirmarlo.
LO PRIMERO ES LO PRIMERO. Para dejar constancia
de la justa preferencia.
LO QUE CAIGA. Lo imprevisto de cualquier negocio, tra­
bajo. gestión.
LO QUE CALIENTA EL SOL. Cuanto existe en la Tierra,
cuanto hay bajo el Sol: “Tengo una manóla nueva / con
cuatro jacas castañas / y la novia más bonita / que calien­
ta el Sol de España, / sevillana y morenita”.
LO QUE EL DEMONIO NO PIENSA. Lo que puede so­
brevenir con grave perjuicio: “Quítate de mi presencia. /
no te vaya a suceder / lo que el demonio no piensa”.
LO QUE ES CANELA. Lo mejor de lo bueno: “El que
muere sin probar / el querer de una morena, / se va de
este mundo al otro / sin saber lo que es canela”.
LO QUE HUBO ENTRE NOSOTROS (VOSOTROS.
ELLOS). El amor que existió entre dos personas: “Te lo
juro y no te miento. / que lo que hubo entre nosotros / se
lo ha llevaíto el viento”.
LO QUE NO VA EN LÁGRIMAS... En la frase “ Lo que
no va en lágrimas, va en suspiros”, con que se alude a
que todo en la vida tiene su compensación.
LO QUE VENGA. Alude a la criatura por nacer.
LOCO PERDIDO. Se dice de quien ha perdido la razón,
generalmente en sentido figurado: "Por Dios que no lo

98
LLENAR EL OJO ANTES QUE LA TRIPA. Es frase iró­
nica referida a quienes sirven, o se sirven, más comida de
la que se puede consumir.
LLENAR LA CALLE. Hacer que todos admiren la belleza
y la gracia de quien pasa por ella: “Calle la Polvera. / que
es anchita y larga. / Cuando pasaba mi hermanita Rosa /
tóa la llenaba”.
LLENAR LA GANDALLA. Comer hasta el hartazgo.
LLEVADO POR UN MAL VIENTO. Inducido a algo
malo por estímulo perverso (codicia, lujuria, ambición,
etc.).
LLEVAR A CABRITOS. Llevar a cuestas.
LLEVAR A HORROS. Como "llevara cabrito”.
LLEVAR EL PULSO A ALGUIEN. Superarlo en cual­
quier asunto.
LLEVAR EL VIENTO. Quedar en el olvido.
LLEVAR EN PALMITAS. Llevar en triunfo, tratar con
mucho afecto y mimo.
LLEVAR EN TRUCHAS. Llevar a horros.
LLEVAR (A ALGUIEN) LA CORRIENTE. Admitir la
opinión de otro sin compartirla y por evitar la discusión.
LLEVARSE A ALGUIEN. Seducir a otra persona, lograr
su amor arrebatando el que sentía por otra persona:
"¡Blanquita como la nieve! ¡Qué lástima de gachí, que
otro gachó se la lleve!”.
LLEVARSE DE... Dejarse dominar, guiar, seducir por...:
"A esta chiquilla la quiero: que se lleva de su gusto,
no se lleva del dinero”.
LLEVARSE LA BANDERA. Ganar a todos los competi­
dores en cualquier asunto: "Eres delgada de talle como
junco de ribera: de todas las de tu calle, tu te llevas la
bandera”.
LLEVARSE LA LLAVE DE LA DESPENSA. Se dice
cuando muere el único que lo ganaba para mantener a la
familia.
LLEVARSE LA PALMA. Como "llevarse la bandera”:

10 1
“Nadie se pique, / que se lleva la palma / Villamanri-
que”.
LLEVARSE LA PUERTA. Cerrarla al abandonar el lugar.
LLEVARSE UN BUEN TUTE. Trabajar afanosamente du­
rante una jornada.
LLEVÁRSELO (A UNO) LA TIERRA. Morir.
LLORAR A LÁGRIMA VIVA. Sin rebozo ni contención.
LLORAR CANALES. Abundantemente. Es término usa­
do, sobre todo, en el mundillo del flamenco.
LLORAR GOTAS DE SANGRE. Llorar con extremada
aflicción: “Si en ti quisiera vengarme. / bien sabe Dios
que lo hiciera: / pero es mi querer tan grande, / que el
pensarlo me da pena / y lloro gotas de sangre".
LLORAR HILO A HILO. Ininterrumpidamente, sin pausa.
LLOR-AR PENAS DE AMORES. Llorar por motivos de
amor.
LLORAR PLAGAS. Referir una relación de desgracias.
LLOVER A CÁNTAROS. Llover torrencialmente.
LLOVER A MOCHO. Como “llovera cántaros”.
LLOVER A LA MANO. Llover oportuna y conveniente­
mente, antes de la siembra y cuando más lo necesita la
cosecha.
LLOVER MÁS QUE CUANDO ENTERRARON A BI­
GOTE. Como referencia a un día de abundantísima llu­
via. Este modismo andaluz tiene una variante en los pue­
blos de Castilla: “Llover más que cuando enterraron a
Zafra”.
LLUVIA MEONA. Llovizna, calabobos.

MACHACAR EN HIERRO FRÍO. Insistir sin obtener-ni

102
creía: / que de antes estabas tonta / y ahora estás loca
perdía”.
LOGRARSE CON ALGUIEN. Conseguir la felicidad con
otra persona: “Me olvidó el que más quería; / me lo robó
otra mujer. / ¡Padre mió de las Penas, / que no se logre
con él!”
LOGRÁRSELE A UNO ALGO. Conseguirlo: “Todo cuan­
to tú querías, / chiquilla, se te logró: / dimc a qué santo le
rezas, / que tanto alcanzas con Dios”.
LOS ALBARES. Los cuernos, generalmente en sentido fi­
gurado para aludir a los de la persona víctima de adulte­
rio.
LOS ALTOS CIELOS. Como “el alto cielo”, los altos po­
deres: “Tenía yo una queja / con los altos cielos: / cómo
sin frío ni calenturienta / yo me estoy muriendo”.
LOS CINCO SENTIDOS. De uso frecuente para expresar
la entrega a otra persona por amor: “Toítos mis cinco
sentios / en ti los vine a poner; / me cayó tierra en los
ojos, / por mi gusto me cegué”.
LOS CLAROS DEL DÍA. Como “las claras del día”, las
primeras claridades del amanecer: “ Entre los naranjos, la
luna lunera / ponía en su frente su luz de azahar. / y
cuando apuntaban los claros del día, / llevaba reflejos de
verde olivar”.
LOS CHIRLOS MIRLOS. Lugar imaginario muy lejano.
LOS GITANOS NO QUIEREN A SUS HIJOS CON BUE­
NOS PRINCIPIOS. Frase de conformidad ante algo que
empieza mal, por entenderse que lo importante de algún
negocio, gestión, trabajo, relaciones, etc. es que termine
bien, con independencia de cuáles hayan sido sus princi­
pios.
LOS OJOS DE LA CARA. Es expresión redundante muy
frecuente para referirse a los ojos: “Los ojitos de tu cara /
tan bonitos son de noche / como son por la mañana”.
LOS PAPELES. Sin más adjetivos, se refiere siempre a los
del compromiso matrimonial: “Chiquilla, no me lo nie­

99
gues, / que he cobraíto una herencia / y aquí traigo los
papeles”.
LOS REDAÑOS DEL ALMA. Para expresar la intensidad
y la furia de una persona: “Contigo me dan la calma: /
¡ahora te voy a querer / con los redaños del alma!”.

L L

LLAMARSE AL SILENCIO. Guardar silencio, callar:


“ Mucho tengo que decirte, / pero me llamo al silencio; /
harto te digo callando. / si tienes conocimiento”.
LLEGAR A LAS ACEITUNAS. Acabar el almuerzo con
este postre era costumbre en otros tiempos (siglo XVII),
por lo que "llegar a las aceitunas" significaba llegar tarde
a la cita, convite, reunión, etc. No es difícil deducir que
sea andalucismo, dada la tierra donde la aceituna se pro­
duce. El ofrecerse como postre viene documentado por
Vélez de Guevara en su "Diablo Cojudo": "Convidáron­
le a cenar unos caballeros soldados aquella noche, pre­
guntándole nuevas de Madrid, y después de haber cum­
plido con la celeridad de los brindis por el Rey (que Dios
guarde), por sus damas y sus amigos, y haber dado las
aceitunas con palillos de carta de pago de la casa, se fue
cada uno a recoger a su aposento”.
LLEGAR A LAS MANOS. En una disputa o discusión, pa­
sar de las palabras a los hechos.
LLEGAR A UN AGARRE. Como "llegara las manos”.
LLEGAR EL LOBO A LA MATA. Ocurrir algo desagra­
dable, sin que esto constituya sorpresa.
LLEGAR Y PEGAR. Resolver oportuna y rápidamente al­
gún asunto de forma favorable.
LLENAR (O COLMAR) EL GORRO DE GUIJAS. Llegar
al límite de la paciencia.

100
esperanza de obtener- el resultado que se desea: “¿De
qué le sirve a tu madre / machacar en hierro frío, / si yo
machaco en caliente / y saco mejor partido?”.
MAJAR ESPARTO. Estar loco, hacer despropósitos.
MAL FARIO. Mala suerte. Dice "Demófilo" que "fario es
una voz flamenca que corresponde perfectamente a la
frase mala sombra". Desde luego, no figura en el vocabu­
lario caló.
MAL FIN TENGA... Es una maldición muy frecuente, ex­
presándose con esta frase el deseo de que acabe mal
quien lo merece por su comportamiento: “Mal fin tenga
la persona / que se lleva del dinero; / si se le istingue el
linaje, / raza tiene de gallego”.
MAL HATO. Mala suerte.
MAL PAGO. Mala correspondencia.
MAL QUE BIEN. “A trancas y barrancas”, como se puede,
“a duras penas”.
MAL TIRO TE (LE) DEN (PEGUEN). Es una maldición
como “mal fin tenga”: “ Mal tiro le den que muera / a
aquel que tuvo la culpa / de que yo te aborreciera”.
MALA LENGUA. Predisposición a hablar mal de los de­
más: “Que convenga o no convenga, / el hombre para
querer / no ha de tener mala lengua".
MALA SANGRE. De malas intenciones: “Mal haya sea tu
madre. / que te parió tan bonita / y te dio tan mala san­
gre”.
MALAS (O BUENAS) PARTIDAS. Malas (o buenas) ac­
ciones.
MALAS PUÑALÁS (PUÑALADAS) TE (LE) DEN. Mal­
dición que expresa directamente la animadversión hacia
otra persona: “ Malas puñalás te den, / que te den los Sa­
cramentos, / porque no le tienes ley / ni a la camisa del
cuerpo”.
MALOS ACEROS. Malas intenciones: “¡Qué malos aceros
/ tenía la navaja, madre de mi alma. / con que me jirie­
ron!” Machado y Alvarez dice que ésta es “una verdadera

103
metonimia y equivale a qué malas intenciones tenia el
hombre que me hirió”.
MANDAR A LA PORRA. Aunque hay quien atribuye el
origen de la frase al lugar designado en el Ejército al sol­
dado falto de disciplina, parece ser que la verdadera his­
toria del modismo hace alusión a un Corral (el Corral Je
la Porra), de Triana, que, por estar a un nivel muy supe­
rior al del río. acogía a los damnificados por las inunda­
ciones; así, mandar a alguien a la Porra (al Corral de la
Porra) equivalía a desearle toda clase de males, ya que
quien se refugiaba allí lo había perdido todo, menos la
vida.
MANDAR A TOMAR VIENTO FRESCO. Despedir a al­
guien desabridamente.
MANGA POR HOMBRO. Referido a cómo está un asunto
mal resuelto y desordenado.
MANIATAR EL ALBEDRÍO. Coartar la libertad: “Hoy te
quiero y hoy te olvido / pa recordarte mañana; / que si
me quedo contigo. / maniatado mi albedrío, / yo pierdo y
tú nada ganas”.
MANTENERSE EN LA FIRME. No ceder: “ Dijo el Tiem­
po a la Razón: / mantente siempre en la firme / y vence­
remos los dos”.
MANTENERSE EN SUS TRECE. Como “mantenerse en
la firme”.
MAÑANA SERÁ OTRO DÍA. Es frase que expresa cierta
resignación, al par que firme confianza. La explica Ro­
dríguez Marín refiriéndose a un tuerto que salió de noche
con la sana intención de recoger sus espárragos, hasta que
optó por el modismo -es decir, por lo que al cabo del
tiempo sería modismo-, sin que debamos olvidar la cita
del maestro Correas: “Amanecerá Dios y verá el tuerto
los espárragos”. La frase se difundió por todo el ámbito
español - “y si se casa mañana, / mañana será otro día”,
dice Don Juan Tenorio- y pasó a la otra orilla atlántica,
como recuerda Martín Fierro: “...que lo que es. amigo.

104
yo / hago ansí la cuenta mía: / ya lo pasado pasó. / maña­
na será otro día”.
MARQUÉS DEL BACALAO. Título con que se moteja al
presumido que “quiere y no puede”, sufriendo delirios de
grandeza. Con este título hicieron burlas de un personaje
real: el sevillano José Rivero, del que dice Gerardo Ca-
vestany: “Su gracia, ingeniosidad y talento le permitie­
ron, pese a su origen humilde (como hijo de una vende­
dora de tortillitas de bacalao), ser admitido en el mundo
aristocrático de Madrid”.
MARTILLO DE TORMENTO. Se dice de la persona
cuyas acciones hacen sufrir constantemente.
MÁS BONITA QUE EL SOL. Requiebro con que se resal­
ta la belleza.
MÁS CORNÁS (CORNADAS) DA EL HAMBRE. Ha
quedado como frase hecha para justificar cualquier traba­
jo o riesgo, siempre preferible a pasar hambre. El autor
de la frase fue el célebre torero sevillano Manuel García
Cuesta El Espartero, como réplica a quienes le advertían
sobre los peligros de su profesión.
MÁS DE CUATRO. Varias personas; varias veces: “Si con
el pensamiento / se caminara, / más de cuatro ratitos / te
acompañara”.
MÁS DE LA CUENTA. Más de lo normal, más de lo que
debería ser: “ Mi amor desafia al viento / y a la tormenta;
/ el tuyo murmura y corre / más de la cuenta”.
MÁS FEO QUE PICIO. Para definir la extrema fealdad de
alguien. Cuenta Vicente Vega que a principios de siglo
vivía en Granada un zapatero de este nombre (Picio), na­
tural de Alhedín, el cual, por un delito que no precisan
los informes, había sido sentenciado a la última pena.
Hallándose en capilla recibió la consoladora noticia del
indulto y fue tal y tanta la sorpresa que le causó la ines­
perada nueva, que cayéndosele a poco el cabello, las ce­
jas y las pestañas, y llenándose de tumores la cara, quedó
tan monstruoso y deforme que en breve pasó a ser citado

105
como tipo de la fealdad más horrorosa. Retiróse después
a Lanjarón. donde, por no quitarse de la cabeza el pañue­
lo con que constantemente se tapaba, jamás entró en la
iglesia: lo que. observado un día y otro por los habitantes,
fue causa de que le hicieran salir más que de prisa de
aquella población. Entonces se refugió en Granada, don­
de acabaron sus años.
MAS LISTO QUE EL HAMBRE. Como ejemplo de vive­
za. en relación con los recursos del ingenio a los que el
hambre obliga.
MÁS LISTO QUE LEPE. Para ponderar la vivacidad, dili­
gencia y saber de alguien, recordando a don Pedro de
Lepe y Disdante. eminente prelado nacido, en 1651, en
Sanlúcarde Barrameda.
MÁS NEGRO QUE UN TITO. Referido a las personas
muy morenas, comparándolas con el tito (guisante) cuan­
do está seco por la acción del sol antes de haber granado.
MÁS PERDIDO QUE EL BARCO DEL ARROZ. Para ex­
presar la situación de algo perdido -persona, objeto, sen­
timiento-. con posibilidades nulas de ser recobrado.
MÁS PRONTO QUE LA LUZ. Súbitamente.
MÁS PRONTO QUE UN MIXTO. Como “más pronto
que la luz”.
MAS QUE... Como equivalente a “aunque”: “ Por el precio
no hemos de reñir, que acá traemos plata para pagarlos,
mas que fuesen de oro" (Fernán Caballero).
MÁS RUMBOSO QUE PEDRO LACAMBRA. Es frase
proverbial, sobre todo en la provincia de Huelva, que
compara a la persona extremadamente liberal con el fa­
moso contrabandista que fue -y sigue siendo- protagonis­
ta de algunas coplas por livianas: “¿De quién son esos
machos / con tanto rumbo? / Son de Pedro Lacambra, /
van pa Bollullos”.
MÁS SECO QUE EL OJO DE BENITO. Para expresar,
tanto la extremada delgadez, como la pésima situación
económica.

106
METER MENTIRAS. Mentir.
METER UN EMPEÑO. Servirse de una recomendación:
“A tos los ojitos negros / los van a prender mañana; tú.
morena, que los tienes, / mete un empeño en la Sala”.
METERLE EL RESUELLO PARA ADENTRO (A AL­
GUIEN). Asustarlo, cohibirlo.
METERSE CON... Burlarse de...: “No te metas con la Lela:
/ la Lela tiene un cuchillo / pa el que se meta con ella”.
METERSE DEBAJO DEL CHALECO. Comer.
METERSE EN AÑOS. Pasar de la juventud a la madurez.
METERSE EN EL QUERER. Entregarse confiadamente al
cariño: “Yo me metí en el querer, pensando que era ju­
guete. / y luego vi que se pasan / las fatigas de la muer­
te”.
METERSE EN FAENA. Emprender un trabajo, una obli­
gación. etc.
METERSE EN HARINA. Como “meterse en faena".
METERSE EN LAS TORRIJAS. Aproximarse el tiempo a
los días de Semana Santa, por alusión a las torrijas que
tradicionalmente se comen en ella.
METERSE EN MANTECA. Comprometerse en algo, me­
terse de lleno.
METIDO EN AÑOS. Persona de edad madura.
MI ALMA. Expresión familiar de cariño, al dirigirse a al­
guien del afecto de quien habla.
MI (TU. SU) PERSONA. Por yo (tú. él): “ Palma \ corona
me dan pa que te olvie. palma y corona. Yo no quiero
más bienes que tu persona”.
MI (TU. SU) GOZO EN UN POZO. Expresión de desen­
canto al frustrarse algo en lo que se tenía puestas muchas
esperanzas e ilusiones.
MIRA POR DÓNDE... Equivalente a “en esto que", "a
propósito de”, “casualmente"...
MIRAR BIEN. Considerar, estimar.
MIRAR DE LADO (DE LADILLO). Mirar furtiva, disi­

109
muladamente: “No me mires de lado / ni de ladillo: / mí­
rame cara a cara / como te miro”.
MOCITA VIEJA. Solterona.
MONTAR UN CIRIO. Formar un escándalo.
MONTAR UN NÚMERO. Llamar la atención como pro­
tagonista de un acto escandaloso, excéntrico, ridículo,
etc.
MONTAR UN ALBALATE. Como “montar un cirio”.
MORDER EL AJO. Mortificar, dar que sentir. Cobarruvias
opina que la frase proviene de la costumbre de dar ajos a
los gallos para que se enardezcan en la pelea.
MORIRSE A CHORROS. Acelerarse el proceso fatal hacia
la muerte. Se usa aplicado al deterioro progresivo de una
persona.
MORIRSE POR... Estar extremadamente enamorado de...:
“Tú eres aceitunera: / yo, aceitunero. / Por una aceitune­
ra, / madre, me muero”.
MUJER DE MUCHO BUQUE. Mujer voluminosa, de
abundancia de carnes.
MUJER DE SU CASA. Mujer hacendosa que atiende con
eficacia y celo el quehacer doméstico: “Recuerda que me
dijiste / que eras mujer de tu casa / y nunca te encuentro
en ella: / ésa va a ser tu desgracia”.
MUJER DEL ARTE. Prostitutas: “Anda, que no te quiero.
/ que eres del arte: / que si no bebes vino, / juegas al nai­
pe”.

NADAR EN SECO. Hacer algo inútilmente.


NADAR Y GUARDAR LA ROPA. Realizar algo previ­
niendo de los peligros o molestias que se derivarían de
ello sin tal precaución.
MÁS SECO QUE UN RIPIO. Como “más seco que el ojo
de Benito”.
MÁS SECO QUE LA PATA DE PERICO. Como “más
seco que el ojo de Benito”, aludiendo tal vez a la pata de
palo que llevara alguien llamado así.
MÁS TIESO QUE UNA MOJAMA. Con esta frase se defi­
ne al que está muerto o al que se ha arruinado.
MATA AL REY Y VETE A MÁLAGA. Forma proverbial
que “denota la seguridad con que algunos se arrojan a co­
meter excesos sin miramientos” y alude “no sólo a la tra­
dicional falta de policía, sino también a la indiferencia
musulmana de los malagueños para inquirir vidas aje­
nas” (“Diccionario Geográfico Popular" G. M. Vergara
Marín).
MATAR EL HAMBRE. Calmarla momentáneamente.
ME DIJE DIGO... ME DIJO DICE... Es una curiosa trasla­
ción del participio al presente, usado para acentuar la ac­
ción como al emplear el presente histórico en el relato de
un hecho pasado.
MECER LOS OJOS. Mirar lánguidamente y con coquete­
ría. Aplicado generalmente al llamado sexo débil, figura
en alguna copla como remoquete contra ciertas muestras
inequívocas de homosexualidad en el hombre: “Aquel
que al andar culea / y al mirar los ojos mece, / yo no digo
que lo sea. / pero si que lo parece”.
MEDIO QUÉ. Es una curiosa expresión para decir que algo
puede ser o estar pasable.
MENEAR EL BIGOTE. Comer.
MENEAR EL RABO. Expresar alegría, por alusión a cómo
la manifiesta el perro.
MENOS DA UNA PIEDRA. Se usa para expresar confor­
midad ante los pobres resultados o los beneficios mezqui­
nos.
MENTIR POR SU BOCA. Mentir sin coacciones de nadie.
METER A LA LOTERÍA. Dice Machado y Alvarez que
este modismo “debería ser más común que el de tocar a

107
la lotería, aceptado por todos, pues es lo cierto que noso­
tros metemos el dinero y el Gobierno nos saca los cuar­
tos”. “Yo metí a la lotería / y me tocó tu persona, / que
era lo que yo quería”.
METER BARBA EN CÁLIZ. Cantar misa tras recibir las
órdenes.
METER BAZA. Intervenir.
METER COMIDA. Pegar, abofetear.
METER EL CORAZÓN EN UN PUÑO. Acongojar, asus­
tar a otro con noticias alarmantes.
METER EL CUELLO. Trabajar.
METER EL CUEZO. Como “meter la pata”.
METER (O ARRIMAR) EL HOMBRO. Trabajar esforza­
damente.
METER EL PENDÓN. Asustar, meter miedo.
METER EN COLADA. Obligar a uno a acceder.
METER EN EL BOTE. Lograr la adhesión, la amistad, el
amor de alguien por habilidad o artería.
METER EN LA CANASTA. Como “meter en el bote”.
METER EN SALTOS MORTALES. Desazonar extrema­
damente a alguien: “Y en la marcha del tablao. / metías
en saltos mortales / al que alentaba a tu lao".
METER EN VEREDA. Imponer a otro disciplina y recti­
tud.
METER LA BACALÁ (BACALADA). Estafar, engañar,
hacer que otro admita algo engañosamente.
METER LA PATA HASTA EL CORVEJÓN. Ofreciéndo­
nos dudas el que la frase “meter la pata" -como expre­
sión de equivocarse lamentable o ridiculamente- sea mo­
dismo andaluz, el complemento “hasta el corvejón” sí
que resulta, a esta respecto, de inequívoco origen en la
gente andaluza.
METER LAS CABRAS EN EL CORRAL (A ALGUIEN).
Lograr que se acobarde.
METER LAS ORILLAS. Obligar a otro a que realice algo
en contra de su voluntad o de su predisposición.

108
¡NANAY DE LA CHINA! Negación.
NECESITAR EL MAZO Y LA PORRA. Se dice de la per­
sona obtusa.
NEGRO COMO EL CARBÓN. Se aplica al que ya tiene
colmada la paciencia y, por lo mismo, está quemado.
NI A LA DE TRES. De ninguna forma, ni por casualidad.
NI A TRES TIRONES. Como “ni a la de tres".
NI ARRE QUE TROTE, NI SÓ QUE TE PARE. Por simi­
litud al lenguaje arriero, es frase con que se advierte la
conveniencia de hacer lo que ya se ha decidido sin que
nada pueda modificar tal decisión.
NI ASÍ, NI ASAO. Ni de esta manera ni de otra.
NI CON ALAS. En modo alguno.
NI HABLAR DEL PELUQUÍN. Absolutamente descarta­
do.
NI MEDIA PALABRA. Para indicar que es suficiente con
lo dicho.
NI MIJITA. Ni tanto así.
NI PARA LOS CATALANES. Por nada ni por nadie.
NI PERRITO QUE LE LADRE. Como expresión del más
absoluto desamparo al relacionar lo que no se tiene,
como colofón.
NI POR ENSUEÑO. De ninguna manera, ni soñado.
NI POR SOÑACIÓN. Como “ni por ensueño”.
NI PORQUE (O NI AUNQUE) LO MANDE EL MÉDI­
CO. Como “ni por soñación".
NI TAN MONTE. NI TAN PONTE. El término medio,
especialmente en el trato social.
NO ANDAR DESCALZO. Se dice para ponderar la rique­
za de alguien irónicamente.
NO ANDAR DESCAMINADO. Ir bien orientado en algún
asunto, aproximarse a la verdad.
NO APEARSE DEL BURRO. Insistir tercamente, sin aten­
der a razones.
NO ARRENDARLE LAS GANANCIAS A ALGUIEN.
No querer estar en su lugar.
NO ARRUGÁRSELE EL OMBLIGO A UNO. No sentir
temor.
NO CABER UN ALFILER. Estar abarrotado un local.
NO CAERÁ ESA BREVA. Se usa para expresar la impro­
babilidad de que se realice lo que uno desea.
NO CAÉRSELE A UNO LOS ANILLOS. Se usa para ex­
presar que no se siente uno lesionado en su dignidad o en
su orgullo por hacer algo concreto.
NO CANTEARSE. Permanecer inmóvil.
NO DAR FRÍO NI CALOR. Quedarse igual, impertérrito
ante una situación dada.
NO DAR LA IDA POR LA VENIDA. Ir de un lado a otro.
NO DAR PIE CON BOLA. No acertar, como “hacerse un
taco".
NO DECIR ESTA BOCA ES MIA. Permanecer callado.
NO DECIR NI PÍO. Como “no decir esta boca es mia”.
NO ENTENDER DE BARCOS. Desentenderse de las razo­
nes dadas por otro para hacer o no hacer una cosa.
NO ENTRAR LA LENGUA EN EL PALADAR. Hablar
excesivamente.
NO ES NADA LO DEL OJO, Y LO LLEVABA EN LA
MANO. Para motejar a quien no da importancia a las
cosas más graves. La frase alude al torero Manuel Do­
mínguez Desperdicios, que en la tarde del 1 de junio de
1857, cuando toreaba en la plaza del Puerto de Santa
María, recibió del toro un terrible derrote que le vació un
ojo. Domínguez entró por su pie en la enfermería, tan
animoso como para pronunciar la frase que ha quedado
en el habla popular. (Recogido, por “ El Averiguador
Vargas", y por Luis Montoto).
NO ESTAR FALLO. Saber, no ignorar.
NO FALTAR NI SESOS DE MOSQUITOS. Se dice para
resaltar, generalmente referido a la comida, que no falta
ni lo que pueda pedir el más exigente.
NO GASTAR BROMAS CON LAS COSAS DE COMER.
No dejar de tomar en serio cosas importantes.

112
NO HACER NI EL HUEVO. Ser reacio a! trabajo.
NO HAY DESGRACIA EN EL MUNDO QUE POR MU­
JERES NO VENGA. Se reafirma con esta frase la culpa
que las mujeres tienen en las circunstancias adversas de
algún episodio. Alude el recuerdo de tal modismo a José
Ulloa Tragabuches, torero gitano que tenía amores con
una bailaora apodada La Nena. Un día, al llegar a su
casa, sorprendió a su mujer con un individuo, al que
mató seccionándole la yugular. Tragabuches se echó al
monte, uniéndose a la partida de Los Siele Niños de Éci-
ja, uno de cuyos componentes. Juan Antonio Gutiérrez
El Cojo, creó una copla que evocaba el triste lance de su
compañero: “Una mujer fue la causa / de mi perdición
primera. / que no hay desgracia en el mundo / que por
mujeres no venga”.
NO HAY “TÍO. PÁSEME USTÉ EL RÍO”. Como decir
“no hay nada que hacer”.
NO HAY TU TÍA. Como “no hay tío, páseme usté el río”.
NO IR NI A COGER MONEDAS DE CINCO DUROS
(CON ALGUIEN). No aceptar la amistad de otro ni
aunque ello suponga un beneficio.
NO LE HACE. No importa.
NO LLEGAR LA CAMISA AL CUERPO. Estar extrema­
damente temeroso por algo.
NO LLEGAR LA SAL AL GUISADO. No alcanzar lo que
se pretende, en especial tratándose de dinero.
NO MORIR DE CORNADA DE BURRO. Frase con que
se moteja a alguien por su pusilanimidad y excesivo es­
crúpulo.
NO NECESITAR ABUELA. Se dice del que se elogia pre­
suntuosamente a si mismo, conocida la devoción que las
abuelas tienen por sus nietos.
NO PASAR POR LA TELA DEL JUICIO. No pensar, ni
siquiera remotamente, en algo concreto.
NO PERDER PUNTADA. No perder detalle de una con­
versación o de un suceso.

113
NO PODER BARAJAR A UNO. No poder doblegar su de­
sorden. indisciplina o disipación.
NO PODER DAR MIGAS AL GATO. Estar agotado, vi­
viendo a costa de las últimas reservas de energía. En tal
sentido da El Doctor Thebussem noticia de su estado a
un amigo: “Yo estoy sin tener ánimo ni aun para dar mi­
gas al gato...”
NO PODER VER A UNO NI EN ESTAMPA. Aborrecerá
alguien hasta el punto de no querer ni verlo.
NO PODER (O NO QUERER) VER A UNO NI EN PIN­
TURA. Como "no poder ver a uno ni en estampa”.
NO PODERSE LAMER. En estado extremo de embria­
guez.
NO PONERSE NI COLORADO NI AMARILLO. Quedar
indiferente.
NO QUEBRARSE. Se dice del que trabaja poco y con des­
gana.
NO QUERER NI VER A ALGUIEN. Haberlo excluido de
la propia vida.
NO QUITAR OJO. Como "no perder puntada".
NO REMENDARSE DE VIEJO. Se dice del liberal y gas­
toso.
NO RESOLLAR. No dar noticia de sí.
NO SABER HACER LA “O" CON UN CANUTO. Para
expresar la ignorancia y el analfabetismo de otro.
NO SABER LO QUE SE PESCA. Estar totalmente igno­
rante de un asunto.
NO SE PESCAN TRUCHAS... Del refrán "No se pescan
truchas a bragas enjutas”, para indicar que quien desee
algo debe hacer los esfuerzos necesarios para conseguirlo.
NO SER COSA DEL OTRO JUEVES. No ser nada ex­
traordinario.
NO SER POCOS. Ser muchos: “Ven acá y siéntate aquí. /
tú en una piedra y yo en otra. / para contarnos las penas.
/ que las mias no son pocas".

114
NO SER PUÑALADA DE PÍCARO. Para indicar alguna
acción que no es preciso realizar con urgencia.
NO SOLTAR PRENDA. Permanecer callado o sin ofrecer
pista alguna para averiguación de algo.
NO TENER DE PARTICULAR. No tener nada de extra­
ño, de raro.
NO TENER DESPERDICIO UNA COSA. En lo que se
habla, ser todo útil y de provecho.
NO TENER ESCAPATORIA. Verse atrapado en algo.
NO TENER ESCAPE. Como "no tener escapatoria”.
NO TENER MEDIA GUANTADA. Ser muy débil y sin
fuerzas en la consideración del que habla.
NO TENER NADA EN LA TORTA. Ser ajeno a un asun­
to, gestión o trabajo.
N'0 TENER OTRA SALIDA. No tener otra opción o al­
ternativa.
NO TENER PIERDE. Ser una cosa segura y sin riesgo.
NO TENER PUERTA DONDE LLAMAR. No tener am­
paro ni refugio.
NO TENER REY NI ROQUE. Campar por sus respetos.
NO TENER VUELTA DE HOJA. Ser indiscutible, axio­
mático.
NO VALER UN PITOCHE. Valer muy poco.
NO VALER UNA MOTA. Como “no valer un pitoche”:
“Tanto como yo valía / y ahora no valgo una mota / por
tu lengua maldecía”.
NO VAYA A ANTOJÁRSELE LA PERDIZ. Se dice como
indicando que quien evita la ocasión, evita el pecado.
Tiene su origen en los tiempos en que la galantería -o el
servilismo- obligaba a los caballeros a beber el agua don­
de se había bañado la dama. Así lo hacían en el baño de
doña María de Padilla el rey Don Pedro el Cruel y sus
cortesanos. Como uno de éstos no lo hiciera, al pregun­
tarle el rey con grave enojo, respondió: “No haré tal, se­
ñor, no vaya a ser que si encuentro agradable la salsa,
vaya a antojárseme la perdiz”.
¡NO VEAS! Variante de la exclamación “¡No quieras ver!”,
como expresión admirativa.
NO VENDER UNA ESCOBA. No realizar un propósito ni
lograr un beneficio.
NUNCA LLUEVE COMO TRUENA. Se emplea para in­
dicar que los peligros suelen ser menos graves de lo que
se cree: “Anda y que te den un tiro. / Nunca llueve como
truena: / con esa esperanza vivo”.

O TODOS MOROS. O TODOS CRISTIANOS. Para recla­


mar o afirmar igualdad en el trato para todos.
¡OÍDO AL PARCHE! Equivale a “¡presten atención!”, por
analogía con la llamada del pregonero.
OIR EL DOBLE. Oir doblar a muerto las campanas, escu­
char el toque fúnebre: “Yo quisiera morirme / y oir el
doble / por saber quién decía: / Dios te perdone”.
OJO DE BOTICARIO. Ha quedado en la frase “Como pe­
drada en ojo de boticario”. Se aplica ordinariamente por
antífrasis cuando se consigue o adquiere una cosa conve­
niente. Se le atribuyen dos orígenes: a) Algunos tratados
de farmacia antiguos tenían en su portada una viñeta con
una mano abierta y en cada dedo un ojo. para indicar la
vigilancia y celo del boticario, b) Antiguamente había en
las boticas un pequeño estante de forma ovalada, llama­
do cordialera y. vulgarmente, ojo de boticario, en el que
se guardaba los ingredientes más valiosos, siendo lo que
el boticario tenía en mayor aprecio.
OJO. QUE LA VISTA ENGAÑA. Es advertencia para no
fiarse ni siquiera de aquello que estamos viendo.
OJOS ESPARPITAOS. Ojos desorbitados: “ Mirarlo por

116
dónde viene / el mejor que los nacíos: / los ojos esparpi-
táos / y el rostro descolorió".
OLER A GLORIA. Exhalar un gratísimo perfume: “Esta
casa huele a gloria. / ¡Caramba! ¿Quién vive aquí? / Tu
madre es una custodia / y tú eres un serafín".
¡OTRO QUE MEJOR BAILA! Exclamación irónica para
motejar a quien pretende criticar o corregir algo que él
mismo haría.
¡OTRO QUE TALLE! Se emplea para expresar la decisión
de abandonar un asunto o trabajo, dejándoselo a otra
persona indeterminada.

PAGAR EN BUENA (O MALA) MONEDA. Correspon­


der con buenas (o malas) acciones.
PAGAR LA DEJALA (ADEHALA). Pagar los colonos
sólo en especie.
PALABRITAS MANSAS. Palabras dulces v persuasivas:
“Yo soy un mozo barí v me tienes tú. alma nua. con
tus palabritas mansas, hecho una papa cocía". {Buril,
haré. buró, barí son términos del caló que significan ex­
celente. notable, superior. Barí, referido a ciudad, equiva­
le a grande: Serva la Barí. Sevilla la Grande).
PAN COMIDO. Se dice de lo que se supone ganado de an­
temano sin dificultad.
PAN DE MIS ALFORJAS. Expresión de cariño hacia la
persona que justifica la existencia de uno: “Como tu me
faltes, pan de mis alforjas, como tú me faltes, va todo
me sobra".
PAN PARA HOY Y HAMBRE PARA MAÑANA. Indi­
can un bien efímero que no tiene en cuenta el futuro.
PARA ECHARSE A TEMBLAR. Define lo que produce
un miedo justificado.
¡PARA EL CARRO! Expresión para interrumpir un discur­
so.
PARA LOS DÍAS QUE REPICAN GORDO. Se dice de lo
que se deja para las grandes solemnidades.
PARA LOS RESTOS. Para siempre, irreversiblemente.
PARA LUEGO ES TARDE. Expresión de apremio, afir­
mando la decisión de no dejar para mañana lo que puede
hacerse hoy.
PARA MÁS INRI. Para mayor agravio.
PARA QUE TE EMPAPES. Forma equivalente a la frase
“para que te enteres”.
PARA SI CUANDO... Por si acaso; para cuando...: “Quíta­
te, niña, ese luto. / que me da fatiga verte; / guárdalo
para si cuando / de mi se acuerde la muerte”.
PARAR LA NORIA. Cesar el curso de un acontecimiento.
PARAR LOS PIES. Impedir que continúe, seca y desabri­
damente.
PARECE QUE LE HA HECHO LA BOCA UN FRAILE.
Se dice de quien pide mucho y asiduamente.
PARECE QUE TIENE ALFERECÍA. Se dice de aquel o
aquello que se mueve continuamente o con rapidez.
PARECER UN POLLO MATADO A ESCOBAZOS. Se
dice del que muestra desaliño en el vestir.
PARECER U'N POLLO PIÓN. Se dice del pedigüeño que
semeja los polluclos alrededor de la madre.
PARECER UN POLLO TRABADO. Se dice del que anda
con paso corto o dificultosamente, como las aves de co­
rral al trabárseles las patas.
PARECER UNA TARASCA. Se dice de la mujer fea y de­
senvuelta. asemejándola a la figura que solía sacarse en la
procesión del Corpus, antítesis de la belleza y la bondad.
PARTIDA SERRANA. Mala partida, mala acción.
PARTIDAS DE CHARRÁN. Acciones de pillo: “Cuando

1 18
por la calle vas / tienes carita de santo / y partidas de
charrán”.
PARTIR LA CASA CON ALGUIEN. Repartir el uso y
disfrute de las habitaciones de una casa. Compartir la
casa.
PARTIR POR EL EJE. Perjudicar gravemente.
PARTIR RAMALES. Descompadrar dos personas.
PASAR DE LA MARCA (O DE LA RAYA). Ser excesiva
una cosa o traspasar los límites de lo prudente.
PASAR DUCAS. Pasar fatigas (ducas: fatiga, en caló): “ Me
distes una contraria / por hacerme pasar ducas; / ahora
ves que no las paso: / itoma café sin azúcar!”.
PASAR EL CHARCO. Atravesar el Atlántico.
PASAR EL EQUINOCCIO. Literalmente, cruzar la línea
equinoccial; es decir, cruzar el ecuador, que era para los
viejos barcos una prueba dura y arriesgada.
PASAR EL QUINARIO. Como “pasar el equinoccio”.
PASAR EL SINO. Como “pasar el quinario”.
PASAR LA CRUZ VERDE. Como “pasar el sino”.
PASAR LA MAREA. Pasar el excesivo calor.
PASAR LA VIDA BIRLONGA. Vivir alegremente sin tra­
bajar.
PASAR LAS DE BELICA. Pasarlas muy mal.
PASAR LAS NEGRAS. Como “pasar las de Bélica”.
PASAR MÁS QUE BARCELÓ EN LA MAR. Aunque el
personaje del modismo sea el mallorquín Antonio Barce-
ló (1717-1797), lo recogemos aquí porque “su populari­
dad fue muy grande en Andalucía, donde se cantaba esta
copla: Si el Rey de España tuviera / cuatro como Barce-
ló, / Gibraltar fuera de España, / que de los ingleses nó ”
("Historia y Vida"). Sirve para calificar al que ha sufrido
muchos padecimientos.
PASAR PENAS. Sufrir dificultades, penalidades, necesida­
des: “Soldadito del alma, / no pases penas; / que en to­
cando fagina. / barriga llena".
PASAR PENAS NEGRAS. Sufrir por amor: “Aquellas pe­
ñas tan negras / que yo pasé por tu amor; / aquellos celos
de muerte, / el viento se los llevó”.
PASAR POR LA PIEDRA. Violar.
PASAR QUEBRANTOS. Sufrirlos: “¿De qué me sirvió el
querer, / ni el pasar por tí quebrantos, / si no habías de
ser mía / si no hace Dios un milagro?”.
PASAR TRABAJO. Sufrir penalidades: “No me llores, que
es tontura; / ninguno pasa trabajo / mientras su madre le
dura”.
PASAR UNA ENCRUCIJADA. Sufrir una enfermedad,
un contratiempo, etc. pasajero.
PASAR UNA RUINA. Sufrir una etapa de miseria moral y
material: “A mí no me hables. / Tu gente se ha dao cuen­
ta: / va a pasa una ruina grande”.
PASARLAS CANUTAS. Pasarlo muy mal.
PASARLAS MORADAS. Como “pasarlas canuta”.
PASOS MURMURADOS. Acciones criticadas desfavora­
blemente.
PEDIR COMPROMISO. Declarar el amor a una mujer
para obtener su consentimiento: “Vendrá el soplo de un
suspiro / y, tras el suspiro, el payo / pa pedirte compro­
miso” (Es habitual cometer el error de usar la palabra
“payo” creyéndola del caló y equivalente a “no gitano”.
En realidad es término de la jerga germanesca y significa
“infeliz al que se le va a dar fácilmente un timo”. En el
castellano antiguo se usaba este vocablo para designar al
campesino).
PEDIR LA CONVERSACIÓN. Solicitar relaciones amoro­
sas.
PEDIR LA PALABRA. Como “pedir la conversación”.
PEDIR LA VENTANA. Como “pedir la palabra”, aunque,
una vez formalizadas las relaciones, no se hable por la
ventana.
PEGADO A LA PARED. Sin recursos económicos.
PEGAR LA HEBRA. Emprender una conversación que ge­
neralmente será larga.

120
PEGAR UN BARQUINAZO. Dar un batacazo.
PEGARSE LA GRAN VIDORRA. Disfrutar de los place­
res sin mesura.
PEGARSE UN LATIGAZO. Echarse al coleto una copa o
un vaso de vino.
PEGÁRSELE EL ARROZ (A UNA MUJER). Quedar em­
barazada.
PEGUE O NO PEGUE. Rime o no rime. Venga o no a
cuento.
PELADO Y MONDADO. Sin aditamento ni añadido.
PENA NEGRA. Pena fatal, irremediable: “¿Qué quieres tú
que yo tenga? / Que te busco y no te encuentro: / ¡me
ajoga la pena negra!”
PEOR EL ROTO QUE EL DESCOSIDO. Preferible es que
algo tenga arreglo, aunque suponga trabajo, que lo irre­
mediable.
PERDER EL SENTIDO. Generalmente, perder el juicio
-figuradamente- por causa de amores.
PERDER EL PUNTEADO. Andar desnortado, desorienta­
do..
PERDER HASTA LAS OREJAS. Perder más de lo que se
pretendía lograr en una operación arriesgada. Tiene su
origen en que perder las orejas era el castigo al ladrón;
con lo que. de ser sorprendido, no sólo perdía lo robado,
sino las orejas.
PERDER HASTA LAS PESTAÑAS. Perderlo todo en ne­
gocios o en el juego.
PERDER LA CHAVETA. Perder la cabeza; volverse loco.
PERDER LA PELLICA. Morir.
PERDONAR EL BOLLO POR EL COSCORRÓN. Re­
nunciar a algo por no arrostrar las dificultades que pre­
senta.
PERMITA DIOS... Es una apelación, generalmente para
maldecir, muy extendida y empleada sobre todo en los
versos de las coplas flamencas: “ Permita Dios que te veas
/ como se vio Juan Domínguez, / Jalajala y Juan Oreja”;

121
“ Permita Dios del cielo / que cuando vayas / a casa de la
otra. / muerto te caigas”; “ Permita Dios de los cielos /
que como me matas, mueras; / que te vean mis ojitos /
querer y que no te quieran”.
PERRO DE TODAS LAS BODAS. Se dice del que acude a
todas las fiestas y celebraciones sin ser invitado. En la le­
trilla de Góngora: “Siembra en una artesa berros / la ma­
dre, y las hijas todas / son perros de muchas bodas / y bo­
das de muchos perros”.
PIAN P1ANDITO. Sigilosamente.
PICAR ESPUELAS. Por extensión, estimular o zaherir.
PICARLE LA TARÁNTULA A UNO. Se dice del que se
muestra desasosegado y fuera de tino.
PICOSO DE VIRUELAS. Con los estigmas de esta enfer­
medad: “ Picosita de viruelas, / más bien te sientan los
hoyos / que en el cielo las estrellas”.
PINTAR EN ALBERO. Sentir predisposición hacia algo.
PINTAR LA CIGÜEÑA. Aparentar.
PINTAR UN LORO. Pedir dinero prestado sin ánimo de
devolverlo.
PINTORES NO LA PINTARAN. Es una forma de oración
elíptica equivalente a “no habría pintores capaces de pin­
tarla”: “ La vi por serranía: / pintores no la pintaran / de
bonita que venía”.
PISAR LA FLOR DE LA TONTERÍA. Es una graciosa
metáfora para señalar a la persona presumida y cursi:
“Tienes mucha fantasía: / parece que hayas pisao / la flor
de la tontería”.
PISAR UN CALLO. Fastidiar a alguien.
PITO DE CARRETILLA. El de metal, de sonido entrecor­
tado.
PLATO DE SEGUNDA MESA. En realidad quiere decir
“segundo plato”, para indicara quien queda como recur­
so. en una estimación secundaria.
PODRIDO DE DINERO. Extremadamente rico.
PONER (A UNO) COMO LAS ALCABALAS. Poner (a

122
uno) como un trapo, dedicarle toda suerte de imprope­
rios. Así transcribe la frase Alcalá Venceslada, pero noso­
tros creemos que debe de ser “poner como a las alcaba­
las”.
PONER (A UNO) COMO UN CAÑÓN. Hacerlo objeto de
insultos.
PONER CHINITAS. Poner obstáculos: “Como sabes que
no veo, / me vas poniendo con mañas / chinitas por los
caminos, / pa que tropiece y me caiga”.
PONER EL AMOR EN... Ofrecer amor a...: “Quiéreme,
tonta. / mira que pongo / mi amor en otra”.
PONER EL CORAZÓN. Demostrar arrestos de valentía:
"Sevilla pone la gracia / y Ronda pone el valor; / la
muerte la pone el toro / y el torero el corazón / debajo de
un traje de oro”.
PONER EL PARCHE ANTES DE QUE SALGA EL
GRANO. Poner previsoramente el remedio a un supues­
to mal futuro.
PONER EN CONCHA (A ALGUIEN). Poner a uno de es­
paldas.
PONER EN EL OCHO (A ALGUIEN). Sacarlo de sus casi­
llas, excitarlo hasta hacerle perder la calma.
PONER EN TOLDO Y PEANA. Poner a alguien por las
nubes, con los mayores halagos.
PONER LA ERA. Instalarse en algún sitio.
PONER LA INTENCIÓN EN... Hacer de alguien o de algo
el objeto de la propia voluntad: “Yo no quiero ir a la
iglesia. / que pierdo la devoción; / digo “bendita tú eres”
/ y pongo en ti la intención”.
PONER LA MARCA. Ir más allá de lo normal en cual­
quier asunto.
PONER LA PIQUERA. Escuchar atentamente y, a veces,
disimuladamente.
PONER LAS CARTAS BOCA ARRIBA. Exponer un
asunto en toda su verdad, aunque ésta resulte violenta o
incómoda a otro.

123
PONER LAS PERAS A CUARTO. Exponer a alguien ar­
gumentos y juicios que lo dejan en evidencia, sin retraer­
se en nada.
PONER LOS ESPART1LLOS. Poner a otro una trampa
para descubrir sus intenciones.
PONER LOS OJOS EN... Aspirar a la posesión de algo o al
amor de alguien: “¿Qué tienes, hombre de Dios, / que te
estás quedando flaco? / -Es porque puse los ojos / en un
castillo muy alto”.
PONER LOS TIROS EN... Como “poner los ojos”.
PONER PIE EN PARED. Zanjar un asunto de forma radi­
cal y definitiva.
PONER POR CASO. Poner como ejemplo.
PONER RIENDAS. Refrenar, cohibir.
PONERSE AL NIVEL. Alcanzar el grado óptimo en los
efectos del vino.
PONERSE ARATOSO. Ponerse pesado, recalcitrante.
PONERSE BIEN PUESTO. Aparentar una imagen que no
se corresponde con la realidad cuando ésta deja mucho
que desear.
PONERSE COMO UN BUFETE. Dejarse llevar de la ira.
bufar de rabia.
PONERSE CON ALGUIEN. Apostar con alguien: “¿Te
quieres poner conmigo? / le dijo el tiempo al querer, / esa
soberbia que tienes yo te la castigaré.”
PONERSE DE CERA. Ponerse pálido.
PONERSE DE GRANA Y ORO. Emborracharse.
PONERSE DE PUNTA. Levantarse de dormir para em­
prender la jornada.
PONERSE EL BARRO ANTES QUE PIQUE EL BICHO.
Como "ponerse el parche antes de que salga el grano",
prevenir antes que enfermar.
PONERSE EN EL LUGAR DE UNO. Hacerse cargo de los
padecimientos de uno antes de emitir un juicio: “Tó el
que se atreva a decir / que mis penas no son ná, siquiera
por un momento. / que se ponga en mi lugar”.

124
PONERSE FARRUCO. Adoptar aires retadores. Excitarse
sexualmente.
PONERSE ElASTA LA CORCHA. Beber vino hasta el lí­
mite de su capacidad.
PONERSE LAS MEDIAS AZULES. Asumir papel de ce­
lestina. Ejercer voluntariamente oficio de tercería.
PONERSE NOVIOS. Entablar relaciones amorosas.
PONERSE PERDIDO. Ensuciarse mucho.
PONERSE EN LAS ESQUINAS. Hacer vida de mujer pu­
blica: “Te pones por las esquinas. Como sabes que te
quiero, me jaces pasar fatigas”.
PONERSE TIBIO. Darse un hartazgo.
PONERSE UN ENTORCHADO. Hacer algo de encomio.
Con ironía, presumir de haber hecho algo meritorio
cuando es todo lo contrario.
PONERSE COMO EL QUICO. Como “ponerse tibio”.
PONÉRSELE (A UNO) ALGO (O ALGUIEN) POR DE­
LANTE. Recordarlo.
POQUITO A POCO. Despacio, por sus pasos contados:
“Anda poquito a poco, no te apresures: que lo que es
de mi gusto quiero que dure”.
POR ASÍ DECIRLO. Equivale a “valga la frase".
POR ATÚN Y A VER AL DUQUE. Según el filólogo Co­
rreas. “dícese de los que van a una cosa \ van a otra de
principal intento". La frase se refiere a Alonso Perez de
Guzmán. duque de Medinasidonia. llamado “el dios de
los atunes" por el pingüe negocio que hacia con el pro­
ducto de las almadrabas.
POR CAUSA DE TI. Por tu causa: "A los montes de \r-
menia me tengo de ir. a pelearme con los animales
por causa de ti”.
POR CHIRIPA. Por casualidad.
POR CIMA. Por encima: “ Hasta los olivaritos del valle
acompañe a esta buena gitana: le eché el brazo por
cima, la traté como a una hermana”.

125
POR CORTO Y SUCIO. Frase que justifica por qué se de­
secha una cosa, aunque en realidad no sea corta ni sucia.
POR DE FUERA. Por fuera, por el exterior: “Nació entre
canillas verdes / y fue rubio por de fuera. / y luego se vol­
vió blanco / para hacer a Dios en tierra” (Adivinanza po­
pular recogida por Fernán Caballero).
POR ÉSTAS QUE SON CRUCES. Fórmula popular de ju­
ramento. que se acompaña de un beso a la cruz formada
por los dedos índice y pulgar.
POR LA LECHE QUE MAMÉ. Fórmula popular de afir­
mación, tanto para prometer como para maldecir:
“Como con otro te vayas, / por la leche que mamé / que
te he de cortar la cara”; “ Me quieres a mí perder; no te
has de salir con ella, / por la leche que mamé”.
POR LOS PELOS. Por muy poco.
POR MÁS SEÑAS. Además.
POR MI (TU, SU) MANO. Por mi (tu, su) culpa: “Yo me
arrimé a la paré. / Me cayó tierra en los ojos; / por mi
mano me cegué”.
POR MUY TEMPRANO QUE SE LEVANTE. Es frase
con que se reafirma un calificativo adverso dedicado a
otra persona.
POR OCASIONES. De vez en cuando.
POR POQUITAS. Por poco: “Ya cesaron las campanas
que nos pusieron tan serios. / que hasta a mí me conta­
giaron / y por poquitas me muero”.
POR SU BELLA CARA. Para motejar a quien desea o lo­
gra algo sin haber hecho méritos para ello.
POR TOCA. Por turno.
POR TODO LO ALTO. Con toda solemnidad.
PREDÍCAME, PADRE. Para resaltar el poco caso que se
hace de consejos, referido al refrán “ Predícame, padre,
que por uno me entra y por otro me sale” (oídos).
PRENDA DEL ALMA. Frase de entrega > devoción a la
persona amada: “Si te pudiera llevar / como llevo la mo­
chila / no te dejara llorando, prenda del alma querida”.

126
PRESTAR CODICIA. Estimular el logro de algo.
PRESTAR (O TOMAR) DINERO A DITA. Prestar (o to­
mar) dinero a préstamo con interés generalmente usura­
rio.
PRESTAR (O TOMAR) DINERO A GABELAS. Como
“prestar (o tomar) dinero a dita”.
PREVALICAR (PREVARICAR) DEL SENTIDO. Perder
la razón, trastornarse el juicio.
PRIMERO QUE... Por “antes que”, “antes de”: “Primero
que yo te olvide, / ¡mira tú qué disparate!, / han de echar
peras las parras / y los olivos tomates”.
PUBLICAR GUERRA. Mostrar hostilidad: “A mí me pu­
blican guerra / porque me vieron hablar / contigo por
Puerta Tierra”.
PUBLICAR LA BULA. Descubrir algo oculto.
PUNTO EN BOCA. Silencio, chitón.

QUE BAJE DIOS Y LO VEA. Frase para afirmar la verdad


de lo que se dice, poniendo a Dios por testigo.
QUE BEBA AGUA Y CAMBIE EL PASO. Se usa como
réplica para mostrar indiferencia ante el enfado de otro.
QUE HAY ROPA TENDIDA. Se emplea para que se cam­
bie de conversación o se disimule por haber oyentes que
deben ignorarla.
QUE LOS HOMBRES NO SON ESCOPETAS. Como ré­
plica al que apremia, en una forma de decir que no hay
por qué “dispararse”.
QUE NI PINTADO. Que no hay nada más apropiado e
idóneo.
QUE SE LA ATE AL DEDO. Expresión para burlarse de
quien tiene esperanza vana en un logro.

127
QUE SI PATATÍN, QUE SI PATATÁN. Alusión al ha­
blador incontinente y sin argumentos en su charla.
QUE TE (LE, LES. OS) DEN MORCILLA. Fórmula des­
pectiva para dar por terminada la conversación, abando­
nar una compañía, mostrar desprecio, romper una rela­
ción, etc.
QUE TE ZURZAN. Como “que te den morcilla”.
QUE VENGA DIOS Y LO VEA. Como “que baje Dios y
lo vea”.
QUEBRARSE DE FINO. Ser excesivamente delicado, me­
lifluo.
QUEDAR COMO LA CHATA. Quedar mal, en ridículo.
QUEDAR (O DEJAR) CON LAS PATAS COLGANDO.
Quedar (o dejar) sorprendido en extremo.
QUEDAR (O DEJAR) CON LOS PIES COLGANDO. Co­
mo “quedar (o dejar) con las patas colgando”.
QUEDAR EL RABO POR DESOLLAR. Quedar por resol­
ver la parte más ingrata de un asunto.
QUEDAR ENTRE PUERTAS. Quedar a punto de lograr
un deseo.
QUEDAR PARA EL ARRASTRE. Como símil taurino,
quedar vencido y exhausto.
QUEDAR PAR LAS MULILLAS. Como “quedar para el
arrastre”.
QUEDARSE A TRECE DE MES. Quedar burlado.
QUEDARSE A PIE. Quedarse desatendido.
QUEDARSE A PIE QUIETO. Quedarse en un lugar de
manera permanente, avecindarse en él.
QUEDARSE ASPERGES. En ayunas, sin enterarse de
nada.
QUEDARSE COMO EL GALLO DE MORÓN. O sea.
“sin plumas y cacareando”. “Si preguntáis-escribe Euge­
nio Noel- qué rara cosa impersonaliza ese horrible pe­
queño monstruo, os remito al padre Morilla, un jesuita
que escribió acerca de la ciudad (Morón de la Frontera).
Y allí tenemos tres versiones: la de un corregidor que no

128
quiso pagar tributos, aunque le dejaron como a ese gallo:
la de un gallo que quedó en Sevilla como los güeñas, y la
del Lechuzo, un alcabalero al que dejaron de tal guisa
por querer cobrar...” ("España nervio a nervio').
QUEDARSE CON DIOS Y ADIÓS. Forma de despedida.
QUEDARSE CON LA COPLA. Darse por enterado rápi­
damente; hacerse cargo de la situación.
QUEDARSE CON LOS PALOS EN LA MANO. Defrau­
dado, como los banderilleros que no consiguen consumar
su suerte ante el toro.
QUEDARSE CON UNO. Embromar a alguien sin que éste
lo advierta.
QUEDARSE CORTO. Ser excesivamente discreto en pala­
bras y obras.
QUEDARSE CUAJADO. Quedarse profundamente dormi­
do.
QUEDARSE DESCUAJADO. Quedarse atónito ante una
inesperada contrariedad.
QUEDARSE EN BOSQUEJO. En ayunas, sin enterarse del
asunto.
QUEDARSE EN CRUZ Y EN CUADRO. Quedarse sin
nada o sólo con lo mínimo imprescindible.
QUEDARSE EN CUERITATE. Quedarse en cueros.
QUEDARSE EN CURICHIRI. Como “quedarse en cuén­
tate”.
QUEDARSE EN EL ZARZO. Quedarse extremadamente
delgado.
QUEDARSE EN LA ESPINA. Como “quedarse en el zar­
zo”.
QUEDARSE EN LOS HUESOS. Como “quedarse en la es­
pina”.
QUEDARSE MOCITA. Quedarse soltera.
QUEDARSE MOJADO. Quedarse profundamente dormi­
do.
QUEDARSE PARA EL POYETÓN. Como “quedarse mo­
cita”.

129
QUEDARSE PARA ENTRE SÁBANAS. Como “quedarse
para el poyetón”.
QUEDARSE PATIDIFUSO. Confundido, atónito.
QUEDARSE SIN HABLA. Quedar con el ánimo suspenso.
QUEDARSE TRASPUESTO. Sufrir un desvanecimiento.
QUERER ARROBAS. Amar mucho: “Yo te quiero más
arrobas / que hojitas menea el aire. / que cstrellitas tiene
el cielo / y arena tiene los mares”.
QUERER FINO. Amor que se expresa delicadamente:
“Entre todos los quereres. / no he visto querer más fino /
que el que esta niña tiene”; “Tengo yo unos amores /
cantillaneros / que, si fino es el oro. / finos son ellos”.
QUERER UN PEZ GORDO Y QUE PESE POCO. Se dice
del que pretende obtener todos los beneficios sin la me­
nor tacha o dificultad.
QUIEN LA SIGUE. LA CONSIGUE. Frase con que se in­
cita a perseverar en algún trabajo, negocio o gestión.
QUIEN NO TIENE PADRINO... Para señalar la necesidad
de contar con influencias para acceder a algún puesto u
obtener un beneficio: “Quien no tiene padrino, no se
bautiza”.
¿QUIÉN QUITA QUE...? Equivale a “¿quién (o qué) impi­
de que...?”
QUIEN SE PICA. AJOS COME. Se usa para mostrar la
culpabilidad de quien, sin haber sido aludido, se siente
señalado.
QUIEN TE CONOCIÓ CIRUELO... La frase completa es
“quien te conoció ciruelo, ¿cómo te tendrá devoción?” y
alude a los personajes que. conocidos en una posición
más humilde, pretenden aparentar que descienden de no­
bles linajes por haber accedido a un alto cargo. Fernán
Caballero cuenta: “En un pueblo quisieron tener una efi­
gie de San Pedro y para el efecto compraron au n horte­
lano un ciruelo. Cuando estuvo concluida la efigie y
puesta en su lugar, fue el hortelano a verla y, notando lo
pintado y dorado de su ropaje, le dijo: Gloriosísimo San

130
Pedro, yo te conocí ciruelo y de tu fruto comí; los mila­
gros que tú hagas, que me los cuelguen a mí
QUIERO Y NO PUEDO. Es frase adjetivada para designar
al que presume de posición económica, social, etc. supe­
rior a sus posibilidades y aptitudes.
QUITAR DE LA MEMORIA. Olvidar: “ No vayas a la
Victoria, / no salga un santo y te quite / mi querer de la
memoria”.
QUITAR EL EIABLA. Dejar sin respuesta, empleándose
también para ponderar la belleza de una mujer.
QUITAR EL HIPO. Como “quitar el habla”.
QUITAR EL SENTIDO. Como “quitar el hipo”.

RAMO DE LOCURA. Por “ramalazo”: “De cuando en


cuando me da / un ramito de locura; / la locura que me
queda / es volver en busca tuya".
RAYAR EL ALBA. Empezara amanecer.
REAL MOZO. Se dice del joven guapo y apuesto.
RECALAR EN... Ir a un sitio, de paso e imprevistamente.
RECIÉN SALIDO DEL CASCARÓN. Para aludir a un jo­
ven recién salido de la infancia.
RECOGER A ALGUIEN. Generalmente, admitir a una
mujer en casa como compañera: “Ajogo y martirio /
arrastro por ti / desde la horita que sola y perdía / yo te
recogí”.
REINAR ALEGRÍA. Gozar de ánimo alegre, irradiar ale­
gría: “Cuando te veo con pena, / en mí no reina alegría; /
que. como te quiero tanto, / siento la tuya y la mia”;
“Ausente del bien que adoro, / ¿qué dicha podré tener? /
En mí no reina alegría / hasta que lo vuelva a ver”.

131
REIRSE DE... Burlarse de.... despreciar a...: "Yo soy más
rico que Leria / y que Martín el Pañero; / tengo el caudal
de mi gusto / y me río del dinero”.
REIRSE DE SU SOMBRA. Se dice del burlador que ni a sí
mismo libra de sus burlas.
RELAMERSE DE GUSTO. Sentir suma satisfacción por
algo.
REPASAR EL SENTIDO. Reconsiderar, reflexionar: “Yo
repaso mi sentio / y solito me pregunto / qué es lo que
me ha sucedió”.
ROBAR CORAZONES. Triunfar en amoríos: "¿En qué
jardín te has criao. / linda maceta de llores, / que no tie­
nes quince años / y ya robas corazones?”
ROBAR EL ALMA. Ganar el amor de otra persona: "De
los cuatro muleros / que van al agua, / el de la muía tor­
da me roba el alma”.
RODAR DE BOCA EN BOCA. Propagarse una noticia.
ROMPER UN HÁBITO. Se refiere a la promesa de vestir
habito hasta que éste se rompa: “Madre mia de la Mercé:
si consigo lo que intento. / un hábito romperé".

SABER A MIELES. Producir satisfacción o alegría.


SABER (UNO) CON LOS BUEYES QUE ARA. Conocer
bien a aquéllos con los que se establece relación de amis­
tad. trabajo, negocio, etc.
SABER DE FIJO. Con certeza.
SABER DE LA RALEA DE ALGUIEN. Conocer de qué
casta es alguien.
SABER MÁS QUE BRIJÁN. Como “saber más que Lepe”.
SABER POR DONDE VAN LOS TIROS. Conocer las in­

132
tenciones verdaderas de alguien o la significación autenti­
ca de algo.
SACAR CHARCOS DE MADRE. Pasear cuando llueve.
SACAR DE CULERO. Apadrinar.
SACAR DE PILA. Como “'sacar de culero".
SACAR DE QUICIO. Mortificar, hacer que otro pierda los
nervios.
SACAR DE SUS CASILLAS. Hacer que otro abandone
circunstancialmente sus costumbres habituales.
SACAR DEL MUNDO. Matar: “Si yo fuera basilisco,
con la vista te matara y te sacara del mundo porque
nadie te gozara”. (Entre las supersticiones andaluzas está
la de creer que cuando un gallo Ilesa siete años seguidos
en un corral pone un huevo sin yema del que. empollado
por un sapo o por el mismo gallo en el estiércol, nace el
basilisco, macho de víbora, que mata con la mirada).
SACAR EL AMAGO. Amenazar gravemente.
SACAR EL JLGO. Gustar algo a placer. Saborear sus
atractivos.
SACAR EL SOL DE LA CABEZA (DE ALGLIEN). Darle
la tabarra.
SACAR LA CARA POR... Salir en defensa de...
SACAR LAS CASTAÑAS DEL FUEGO (A ALGUIEN).
Salvar las dificultades que corresponden a otro.
SACAR CERILLAS DE LOS OÍDOS. Sacar a otro todo el
dinero que tenga.
SACAR LAS TIRAS DEL PELLEJO (A ALGUIEN). Cri­
ticar a otro despiadadamente.
SACAR LAS TÚRDIGAS DEL PELLEJO (A ALGUIEN)
Como “sacar las tiras del pellejo”.
SACAR LECHE DE UNA ALCUZA. Conseguir lo que pa­
rece imposible.
SACARSE LA ESPINA. Satisfacer una pequeña venganza.
SACUDIDO DE CARNES. Delgado, pero no extremada­
mente.

133
SALIR A LA CARA. Mostrar un sentimiento en la expre­
sión del semblante.
SALIR ALZANDO. Marchar de algún lugar.
SALIR BIEN PARADO. Sortear felizmente un trance.
SALIR CON LA COPLA DE... Referirse a algo conocido.
SALIR COMO EL NEGRO DEL SERMÓN. “Con los pies
fríos y la cabeza caliente”, para indicar la inutilidad de
un diálogo, discusión, reconvención, etc.
SALIR DE CUCA. Escapar, huir.
SALIR DE GUILLA. Como “salir de cuca”.
SALIR DE NAJA. Como “salir de guilla”. (Najar. najarse,
son términos del caló).
SALIR DE PIRA. “Pirarse”, escapar. (Pirarse es término de
gemianía).
SALIR PITANDO. Huir, escapar (x).
SALIR VANO. Resultar vacio: “ I odas las mujeres son lo
mismito que avellanas: / de ciento, sale una buena y
noventa y nueve vanas”.
SALIRLE EN CONTRA (A UNO). Hallar dificultades.
SALIRLE NOVIO (A UNA MUJER). Formalizar relacio­
nes amorosas con uno: “Tú fuiste la que metiste a San
Antonio en un pozo / y lo jartaste de agua / pa que te sa­
liera novio". (Alude a la superstición según la cual, para
que a una mocita “le salga novio", ha de robar una ima­
gen de San Antonio y tenerla siete días metida en un
pozo).
SALIR UN CHAPUZ (CHAPUZA) A UNO. Realizar un
trabajo circunstancial remunerado.
SALIRSE AL CAMPO. Reñir en desafío y en solitario: “ El
amor y el interés / salieron al campo un día; y al amor,
como era ciego, / el interés lo vencía".

\.- Son innumerables los modismos aplicables al \erho huir o escapar,


como se deduce de la declinación humorística: “ Yo me \o \. tú te najas,
él se las guilla, nosotros ahuecamos, vosotros os las piráis, ellos toman
las de Villadiego".

134
SALIRSE CON ELLA. Obtener lo deseado.
SALIRSE DE MADRE. Símil al desbordamiento de un río
que significa rebasar los limites de la prudencia.
SALIRSE DEL TIESTO. Como “salirse de madre”.
SALIRSE POR LA TANGENTE. Desviar la conversación
del asunto principal.
SALIRSE POR LOS CERROS DE ÚBEDA. Para motejar
al que se desvía de la charla hacia un tema o un juicio
disparatado. Hay autores para quienes “los famosos ce­
rros de Úbeda no existen más que en la irónica invención
del pueblo”).
SALIRSE POR LOS TAMARALES. Como “salirse por los
cerros de Úbeda”.
SALTAR DE GUSTO. Manifestar júbilo muy expresiva­
mente.
SALTAR CHISPETONES. Chisporrotear el fuego.
SAN-FRANCIA. Debe entenderse -según recoge Juan Al-
cina Franch- como alteración de “zafarrancho" con el
significado de pendencia: “...y entrometerse en esa San-
Francia de matrimonio”, escribe Fernán Caballero.
SAN SERENÍ DEL MONTE. Santo imaginario de juegos
infantiles, también se emplea la frase para dar fin a cual­
quier relato, eventualidad o conjetura.
SAN SEACABÓ. Santo imaginario cuya “invocación" sir­
ve para poner fin a cualquier conversación o referencia.
(A veces la frase se amplía a "San Seacabó no tiene vigi­
lia”).
SE ACABÓ EL CARBÓN. Forma proverbial con que se
expresa la terminación de algo.
SE ACABÓ LO QUE SE DABA. Como "se acabó el car­
bón”.
SE DICE EL MILAGRO... La frase completa es “se dice el
milagro, pero no el santo”, cuando se da noticia de un
suceso, pero no de su protagonista, por prudencia.
SE ENCERRÓ LA NOCHE EN AGUA. Se emplea para
expresar contrariedad.

135
SE HA MENESTER. Es forma que se conserva en el len­
guaje popular y equivale a “se hace necesario'’: “ Pa que
yo te vuelva a hablar, / se ha menester que te pongas / la
banda de General”.
SEGUIR EN LA DUDA. Seguir dudando.
SEGÚN EL LEAL SABER Y ENTENDER (MI, TU,
SU...). Según la opinión (mi, tu, su...).
SENTARSE A MEDIA ANQUETA. Asentar una sola po­
sadera.
SEÑALES DE AGUA, TODAS MARRAN. Del refrán
“Señales de agua, todas marran; no hay señal más cierta
que cuando sudan los cuernos de los toros”. Es decir,
cuando los cuernos se mojan con la lluvia. Lo confirma
la copla: “Cuando la perdiz canta, / nublado viene; / no
hay mejor señal de agua / que cuando llueve”. La frase se
utiliza como consejo a quien debe desconfiar de las previ­
siones.
SER ABROCHADO. Ser muy bruto.
SER AMIGO DEL PADRE QUIETO. Se dice de la perso­
na pacífica, sosegada y ajena a conflictos.
SER APARENTE. Tener buena apariencia.
SER ARISTOCRACIA. Pertenecer a la aristocracia, ser
aristócrata: “Tiene el hombre buen ángel, / despejo y
gracia. / ¿Es torero, gitano / o aristocracia?”
SER ARRIMADO AL PESEBRE. Como “ser abrochado”.
SER BUENA PÚA PARA UN PEINE. Irónicamente, refe­
rido a persona indeseable.
SER BUENA GENTE. Ser de buena condición.
SER COMO EL OFICIO DE AGUADOR. Ser algo suma­
mente fácil.
SER CULO DE MAL ASIENTO. No asentarse en sitio al­
guno.
SER (O ESTAR) CHACHI. Poseer excelentes cualidades.
SER DE BUEN METAL. Ser de buena condición. A veces,
de buena naturaleza o ascendencia: “No siento en el

136
mundo más / que tengas tan mal sonío, / siendo de tan
buen metal”.
SER DE BUEN (O MAL) CATITE. Ser habitual en alguien
el buen (o mal) estado de ánimo.
SER DE BUENA (O MALA) CAPA. Tener buena (o mala)
fama o condición.
SER DE CABALLERIA. Ser de genio vivo, de armas to­
mar.
SER DE LA PIOMPA. Ser homosexual, “piompero”.
SER DE LOS QUE DAN TRES BOCADOS A UNA
UVA. Extremadamente tacaño.
SER DE LOS QUE NECESITAN EL CAZO Y EL CU­
CHARÓN. Se dice de quien necesita muchas explicacio­
nes para que comprenda el asunto de que se trata.
SER DE LOS QUE SACAN AGUA DE LAS PIEDRAS-
. Se dice del afanoso, trabajador y buscavida.
SER DE LOS QUE SE LEVANTAN TEMPRANO... Para
motejar la vagancia: “Es de los que se levantan temprano
para estar más tiempo sin hacer nada”.
SER DE LOS QUE VEN CRECER LA HIERBA. Ser muy
vivo de entendimiento.
SER DE MEDIA CAPA. Ser de una clase indefinida, entre
la media y la humilde.
SER DE MIGA MOJADA. Ser una persona de cualidades
superlativas.
SER DE OLE CON OLE. Como “ser de miga mojada”.
SER (UNA MUJER) DE VILLARRASA. Ser lisa, no tener
protuberancias pectorales.
SER EL AMO DE LAS CARGAS. Ser sobresaliente entre
los demás.
SER EL AMO DEL COTARRO. Como “ser el amo de las
cargas”.
SER EL COLMO. Ser lo máximo en algo bueno o malo.
SER EL COQUITO. Ser el más admirado de todos.
SER EL DESPIPORREN. Ser lo nunca visto.
SER FALTO DE CONOCIMIENTO. Estar falto de cono­

137
cimiento: “i Válgame Dios ! ¿ No conoces / que en ti
tengo mi amor puesto ? / ¡ Válgame Dios y qué falto /
eres de conocimiento !”
SER FIJO COMO EL RELÓ. Puntual. Firme en su com­
portamiento.
SER GENTE. Tener prestigio, amistades o influencias.
SER HARINA DE OTRO COSTAL. Ser ya otra cosa, ge­
neralmente más complicada y difícil.
SER HOMBRE AL AGUA. Estar perdido, fracasado irre­
misiblemente.
SER LA CULPA. Tener la culpa, ser el culpable: “No di­
gas que no. / que tú has sido la culpa / de mi perdición".
SER LA NIÑA DE LOS OJOS (DE ALGUIEN). Ser la per­
sona predilecta de alguien: “ Los ojos tienen sus niñas, /
las niñas tienen sus ojos, / y los ojos de las niñas / son las
niñas de mis ojos”.
SER LA REPANOCHA. Como “ser el despiporren".
SER LA SEGUNDA PERSONA DESPUÉS DE NADIE.
Ser menos que nadie, nada para el que habla.
SER LEY DE VIDA. Ser natural y fatal en la vida.
SER LILA. Ser tonto o infeliz.
SER LOS OJOS TESTIGOS. Poder dar fe de algo porque
se ha visto: “Que te vieron presinar (persignar) / mis ojos
fueron testigos: / i Quién te pudiera besar / donde dices
“enemigos" !”
SER MÁS FLOJO QUE UN VENDO. Ser extremadamente
perezoso, (Vendo: zorros: tiras de orillo o piel que. pues­
tas en un mango, sirven para sacudir el polvo).
SER MÁS VIVO QUE UN ASCUA. Como “ser más vivo
que el hambre".
SER MURMURADO. Ser objeto de crítica adversa.
SER MUY PELLEJO. Tomar las cosas con excesiva calma.
SER PATA NEGRA. Se emplea para ponderar la excelente
calidad de algo o las buenas cualidades de alguien, por fa­
miliar y bromista similitud con el ganado porcino de tal
característica.

138
SER RELÓ DE REPETICIÓN. Referido a los que repiten
machaconamente los argumentos de su discurso.
SER SACADO DE CUELLO. Querer aparentar lo que no
se es.
SER SANTO DE ROGATIVAS. Ser poco asequible.
SER SEGUIDO (O MUY SEGUIDO). Ser reiterativo y te­
naz.
SER TONTO EN VÍSPERAS. Se dice del que. por bonda­
doso, está a punto de parecer tonto.
SER UN ALMA MIA. Ser muy cachazudo.
SER UN ASAÚRA (ASADURA). Ser tan desangelado
como torcido de intenciones.
SER UN BUEN RENGLÓN. Se dice de un importante ca­
pítulo económico.
SER UN CABRILLA. Se dice del marido consentidor del
adulterio de la esposa.
SER UN CENAOSCURAS. Ser un misántropo.
SER UN CHIQUICHANCA. Ser persona de poco crédito y
respeto, por similitud con el hatcrillo de cortijo al que en
Andalucía llaman chiquichanca.
SER UN DOLOR. Ser algo doloroso: “ El día de las barricas
/ era un dolorcito. madre. / ver los gachés currelar”. (Ga­
ché es el plural del término caló “gachó"; Currelar es pa­
labra gitana que significa “trabajar").
SER ESABORÍO. Esaborido, desabrido, falto de gracia.
SER UN HIJO DE ANA. Eufemismo para no calificar con
“las cuatro letras".
SER UN HIJO DEL TIEMPO. Como “ser un hijo de
Ana".
SER UN HUEVO SIN SAL. Se dice del que se muestra
muy insípido en el trato.
SER UNA LAMPA. Ser un granuja, que está lampando.
(“ Lampar", “alampar": tener deseos vehementes de algu­
na cosa).
SER UN LÁRGALO. Se aplica a la persona que “se pega"
a otra, incluso contra la voluntad de ésta.

139
SER UN MIRLO BLANCO. Ser algo insólito, nunca visto.
SER UN PAMPLI. Ser un pamplinas, un pamplinoso: el
que dice pamplinas, cosas fútiles.
SER UN PAPAFRITA. Ser persona de poca estima y esca­
sa consideración para los demás.
SER UN PASILLO DE COMEDIA. Es frase con que se de­
fine alguna situación jocosa o enmarañada.
SER UN PEDAZO DE CARNE BAUTIZADA. Se dice de
la persona de pocas luces.
SER UN PEDAZO DE PAN. Se dice de la persona extre­
madamente bondadosa.
SER UN PETARDO. Ser algo o alguien sumamente desas­
troso.
SER UN PLOMO. Ser muy pesado y aburrido.
SER UN RABO DE LAGARTIJA. Se dice de la persona
que no descansa un momento, como el rabo de la lagarti­
ja. que aun después de cortado, sigue saltando.
SER UN REVIENTAHIELES. Ser extremadamente desan­
gelado y soso.
SER UN VIAJE DE BORRA. Se dice de alguien con el que
se ha de tener cuidado por lo artero de sus intenciones.
SER UN VIVA-LA-VIRGEN. Antiguamente, al formar la
marinería en la cubierta del buque y cantar el número de
la guardia que correspondía a cada cuál, el último cerra­
ba la cuenta con un , Viva la Virgen De ahí que. como
esta guardia, por más penosa, se le reservaba al más in­
disciplinado. quedara la frase “ser un vi va-la-virgen”
para definir al que hace lo que quiere sin preocuparse de
sus consecuencias. (En esto discrepamos de Luis Monto-
to. para quien un “viva-la-virgen" es “como una perso­
na boba o ensimismada que no se percata de lo que le ro­
dea", ya que nos parece todo lo contrario).
SER UNA CATAPLASMA. Ser muy constante y aburrido.
SER UNA MANTA MOJADA. No tener personalidad ni
arrestos (como “ser un manta").

140
SER UNA PERITA EN DULCE. Alude a una mujer joven
y “en su punto de sazón".
SER UNA PLEPA. Ser algo inservible, inútil o lleno de de­
fectos. Se origina en Cádiz, donde los naturales de aque­
lla ciudad, al llegar los franceses a sus puertas en la Gue­
rra de la Independencia, intentaban hacer negocio con
los invasores, vendiéndoles caballerías. El intendente
francés iba dando el veredicto y, ante los matalones o ca­
ballos de desecho, exclamaba: “ Ne me piáis pas", “no
me gusta”. De ahí quedó construido ese vocablo “plepa"
para designar lo que, por sus muchos defectos, no com­
place.
SERMÓN SIN PAÑO. Se dice de la amonestación o recon­
vención que se hace a otra persona.
SERVIR LO MISMO PARA UN BARRIDO QUE PARA
UN FREGADO. Servir con eficacia en cualquier situa­
ción y trabajo que lo reclame.
SI NO LA DAN A LA ENTRADA, LA DAN A LA SALI­
DA. Es un juicio -a nuestro parecer, notoriamente injus­
to- aplicado a los gitanos, aconsejando que no debemos
llamos de ellos, aunque en un principio su comporta­
miento sea irreprochable.
SI QUE SÍ. Curiosa figura de rotunda reafirmación.
SI SE OFRECE. Equivale a “si viene a bien", “si hace fal­
ta”: “Quien bien quiere, tarde olvida / y, si olvida, no
aborrece; / y al mirar lo que ha querido, / vuelve a querer
si se ofrece".
SI TE VÍ, NO ME ACUERDO. Se usa para expresar la re­
solución en una ruptura de relaciones irreversible.
SIN HILO NI TRASQUILO. Sin ton ni son.
SIN PENA NI GLORIA. Sin merecer atención ni estima.
SIN SABER CÓMO NI CUÁNDO. Inesperadamente, sin
conocer las razones ni las causas.
SOL DE LOS SOLES. Es requiebro que exalta la belleza:
“Desde que te ausentaste, / sol de los soles, / ni los pája­
ros cantan, / ni el río corre”.

141
SOLTAR LOS CHOTOS. Regañar ásperamente, por simi­
litud a la algarabía de los chotos cuando se sueltan al
campo.
SOLTAR CUATRO FRESCAS (A ALGUIEN). Decir a al­
guien las verdades sin recato ni disimulo.
SONAR A... Tener apariencia de...: “ Dice cosas este loco /
que no suenan a cordura. / pero a locura tampoco”.
SUBÍRSELE A UNO A LAS BARBAS. Faltarle el respeto
debido.
SUBÍRSELE A UNO EL PAVO. Arrebolarse, normalmen­
te por timidez.
SUBÍRSELE A UNO LOS HUMOS. Darse una importan­
cia más ridicula que justificada.
SUDAR LA GOTA GORDA. Sudar copiosamente.
SUDAR TINTA. Como “sudar la gota gorda”.
SUDORES DE MUERTE. Sudores fríos, provocados por
un fuerte sentimiento: “Cuando te oigo nombrar. / me
entran sudores de muerte. / i Válgame Dios, compañera.
/ lo que paso por quererte !”.

TÁBIRO PERDIDO. Tísico, escuálido.


TAL POR CUAL. Se dice de la persona pareja a otra.
TALANGA-MANDANGA. Alcalá lo define como “armo­
nía imitativa del paso de una caballería que lleve cence­
rro o piquete al cuello y lo hace sonar al andar”.
TALLITERO DE FRITO. Buñolero.
TAMAÑA COSA. Semejante cosa.
TAN ES ASÍ... De tal manera es asi...
TAN V MIENTRAS. Mientras tanto.
TANTO MÁS CUANTO. Mucho: “Yo tengo una prima
hermana; / la quiero tanto más cuanto. La vo\ a llevar
a Roma / pa que la vea el Padre Santo”.

142
TAPAR UN PORTILLO. Atender una obligación moral o
material que estaba pendiente.
TAPARSE CON LA PINTA. Asegurarse frente a cualquier
eventualidad, por similitud con la jugada de naipe.
TARDE Y CON BULLA. Frase con que se replica al que.
habiendo llegado tarde, apremia a otros.
TE DEN UN TIRO. Fórmula de maldición: ‘T e den un
tiro y te maten, / como sepa que diviertes / a otro gaché
con tu cante”.
i TE VAS A ENTERAR ! Exclamación con que se excluye
la proposición del otro.
¡ TELA DEL TELÓN ! Para expresar admiración o sorpre­
sa.
i TELA MARINERA ! Como "¡Tela del telón!”
TEMPLAR COLLERAS. Disponerse a un asunto, bien
preparado para ello.
TEN CON TEN. Equivale a equilibrio, cuidado para evitar
una alteración desagradable.
TENDER LA VELA. Irse de un lugar, abandonarlo (por si­
militud al significado marinero): “Aquí no hay naita que
vé, / porque un barquito que había / tendió la vela \ se
fue”.
TENDER UN CABLE. Ayudar, hacer algo a favor de uno.
TENER ALFORJAS (O BUENAS ALFORJAS). Verse
asistido de buenas influencias.
TENER ANGURRIA. Padecer incontinencia de orina.
TENER BASTA LA PIEL. Carecer de pudor, de vergüen­
za.
TENER BUEN (O MAL) VAJÍO (VAHÍDO). Tener buena
(o mala) suerte. Se dice también del que transmite su
mala suerte a los demás, extendiéndose asimismo a las
cosas.
TENER BUEN SAQUE. Comer o beber habitualmente con
gula.
TENER BUENA (O MALA) PATA. Como “tener buen (o
mal) vahído”.

143
TENER BUENAS AGARRADERAS. Como “tener bue­
nas alforjas”.
TENER BUENAS ALDABAS. Como “tener buenas aga­
rraderas”. (Para F. de la Sierra y Zafra, el origen de esta
frase debe buscarse en el derecho de asilo que se adquiría
al llamar-utilizando la aldaba- a la puerta de los lugares
sagrados).
TENER BUENAS DESPABILADERAS. Estar dotado de
buen entendimiento.
TENER BULLA. Tener prisa.
TENER CADA UNO SU ALMA EN SU ALMARIO. Fra­
se usada para indicar que, en un caso dado, todos tene­
mos arrestos y suficiencia.
TENER CARA DE VIERNES SANTO. Siendo el Viernes
Santo un día de luto para los cristianos, indica la expre­
sión de este sentimiento. (El Diccionario de la Lengua
dice sólo “cara de viernes”, pero indudablemente no to­
dos los viernes del año son tristes).
TENER CAUDALES. Tener riquezas.
TENER CAUSA. Tener motivos.
TENER COMPROMISO. Tener novio (o novia) oficial:
“Compañerita del alma: / si tú tienes compromiso, / ¿por
qué no me desengañas?”
TENER CON ALGUIEN. Tener relaciones amorosas con
alguien: “Mira lo que andan hablando: / Sin tené naíta
contigo, / la vida me están quitando”.
TENER CRISTALITOS EN LA BARRIGA. Ser de inten­
ciones perversas.
TENER CUENTA (DE ALGO O DE ALGUIEN). Prestar­
le atención, vigilarlo. En una segunda acepción, conve­
nir: “Yo no sé por qué motivo, / hasta los pasos me
cuentas; / sabiendo de tu querer. / dejarte me tiene cuen­
ta”.
TENER DELITO. Ser culpable de delito: "Entré en la Sala
del Crimen / y le dije al presidente: / “Si el querer tiene
delito, / que me sentencien a muerte”.

144
TENER DENTRO LA ESPINA. Sufrir el dolor moral pro­
vocado por otro.
TENER DESPEGOS. Indiferencia, falta de cariño: “Una
loba en su breña / de celos muere. / porque piensa que el
macho / despego tiene".
TENER EL CALINO. Tener mala suerte.
TENER EL CENIZO. Ser víctima constante de la mala
suerte.
TENER EL CULO DE ABINTESTATE. Estar desnudo.
TENER EL GUAGUI ENCIMA. Como “tener el cenizo".
TENER EL RIÑÓN CUBIERTO. Tener recursos econó-
m suficientes.
TENER MÁS RAZÓN QUE UN SANTO. Es frase con
que se pondera la razón que asiste a uno.
TENER EL ZORRUNO. Tener mala sombra, mala suerte.
TENER EN LA MEMORIA. Conservar en el recuerdo:
“No sé qué copla cantarte. / que todas las he olvidao; /
sólo tengo en la memoria / que eres un cielo estrellao".
TENER FE EN ALGUIEN. Tener plena confianza en el
afecto o el amor de otra persona: “Yo reniego de mi sino
/ y reniego de viví, / pero nunca lo jaría / de la fe que
tengo en ti”.
TENER FIRMEZA. Ser firme, consecuente, sobre todo en
el amor: “ Yo me aparto de tu vera / porque aquél que a
muchas quiere / no puede tener firmeza”.
TENER FUNDAMENTO. Buen juicio: “Yo te querría
querer. / pero veo que no tienes / fundamento de mujer".
TENER JARAMAGOS EN LA BARRIGA. Padecer ham­
bre constantemente por haberse llevado sin comer duran­
te mucho tiempo.
TENER LA NEGRA. Como “tener el cenizo”.
TENER LA NOCHE Y EL DÍA. Carecer de recursos eco­
nómicos.
TENER LA SAL POR ARROBAS. Poseer en cantidad el
don de la gracia.

145
TENER LA SARTÉN POR EL MANGO. Como “ser el
amo del cotarro".
TENER LA TORTA. Estar borracho. También, estar aton­
tado.
TENER LA VIDA LIADA EN UN TRAPO. Estar expues­
to a un peligro constante.
TENER LOS CASCOS A LA JINETA. Carecer de buen
juicio. (En el “Juan Je Manara”, de Manuel y Antonio
Machado: “Don Gil. conozco a mi sangre: / monjitas y
calaveras. / Ya sabe usted que tenemos / los cascos a la
jineta / los varones de mi casa, / y ellas -¡Dios las oiga!—
rezan...").
TENER LUGAR. Tener tiempo.
TENER LUNARES. Padecer graves defectos morales: “ La
gachí que yo camelo / está llena de lunares / hasta la
punta del pelo".
TENER MALAS (O BUENAS) PARTIDAS. Realizar ma­
las (o buenas) acciones: “Mi madre me lo decía: / no te
fíes de chavales, / que tienen malas partías”.
TENER MAL PARIO. Tener y transmitir mala suerte:
“Anda, que tienes mal fario. / Tú te fuiste con el otro /
porque te subió el salario." (Dice Machado y Alvarez
que "fario es una voz flamenca que corresponde perfecta­
mente a la frase mala sombra". Desde luego no es pala­
bra gitana ni. por consiguiente, figura en los Vocabula­
rios de caló más serios y rigurosos).
TENER MANDANGA. Tener guasa viva. Hablar con par­
simonia.
TENER MANO IZQUIERDA. Tener buena mano, por si­
militud al término taurino que define al que sabe dar
bien el pase natural. Significa saber llevar a otro al terre­
no propicio con habilidad y astucia.
TENER MÁS CONCHA QUE UN GALÁPAGO. Llevar
en palabras y hechos una disimulada segunda intención.
TENER MÁS MIEDO QUE VERGÜENZA. Es frase utili­
zada para ironizar sobra la cobardía.

146
TENER METIDO EN EL CORAZÓN. Tener un amor
profundo: “ Dicen que lo chico es malo / y lo chico es lo
mejor: / tengo yo un amante chico / metido en el cora­
zón".
TENER MUCHA CÁSCARA. Disimular segundas inten­
ciones.
TENER MUCHA RECÁMARA. Como “tener mucha cás­
cara".
TENER MUCHO EXPEDIENTE. Se dice del que emplea
muchos recursos verbales.
TENER MUCHOS PARECERES. Cambiar de opinión, te­
ner muchas opiniones distintas sobre algo o alguien:
“Tienes tú más pareceres / que un boticario tarritos / y
un escribano papeles".
TENER MUCHOS PIES. Ser muy activo.
TENER MUÑECOS EN LA CABEZA. Albergar muchas
fantasías: “Anda a la iglesia y confiesa, / que te quiten los
muñecos / que tienes en la cabeza.
TENER PLEITO. Discutir, expresar opiniones diferentes:
“Tu padre y el mió tienen / pleito porque nos queremos.
/ Déjales que ellos pleiteen: / nosotros sentenciaremos".
TENER POCA CHICHA. Tener pocas carnes o poco inte­
rés.
TENER... PRIMAVERAS. Tener x años contados desde y
hasta abril como el mes en que luce más la belleza feme­
nina: “ En teniendo quince años / y dieciseis primaveras,
/ si tu madre no te quiere, / vente conmigo, morena”.
TENER PUESTO EL TELAR. Haber motivos para una
larga charla.
TENER QUE DAR. Tener recursos económicos suficientes
para favorecer a otros: “Al pie de un árbol sin frutos / me
puse a considerar: / ¡qué pocos amigos tiene / el que no
tiene que dar!”
TENER QUERENCIA. Referido a personas, tener predis­
posición para algo o hacia alguien, a veces irreprimible:

147
“¡Vaya toro entero / que encontré en el campo! / ¡Vaya
morenita, que tenía querencias / a distintos brazos!"
TENER REAÑOS (REDAÑOS). Tener mucho valor y
arrestos.
TENER SABER. Saber lo que conviene al propio prove­
cho.
TENER SAL. Tener gracia: “Tú tienes muy poca sal: / co­
rre y vete a las salinas, / que te la acaben de echar".
TENER SALERO. Tener sal, gracia: “¡Salero! ¡Viva el sale­
ro! / ¡Salero! ¡Viva la sal! / Que tiene usté más salero /
que el salero universal".
TENER SANDUNGA. Tener gracia y garbo: “Sangre vi vi­
ta. \ ivita, sangre vivita la quiero, / porque la sangre vi-
vita tiene sandunga y salero".
TENER SANGRE EN EL OJO. Estar dispuesto a satisfacer
una venganza.
TENER SOBRANCIA. Tener de sobra.
TENER SOMBRA DE HIGUERA NEGRA. Estar marca­
do por la fatalidad y un sino maléfico: “Anda y vete de
mi vera. / que tienes tú sobre mí / sombra de jiguera ne­
gra".
TENER SU AQUÉL. Tener una gracia, un atractivo, inde­
finidos.
TENER SUS MÁS Y SUS MENOS. Entablar discusión sin
llegar ésta a la acritud destemplada.
TENER (ALGUIEN) SUS TACOS DE ALMANAQUE.
Haber cumplido bastantes años de edad.
TENER TELA. Es una expresión ponderativa que puede
referirse a una dificultad, una malicia, un mérito, etc.
TENER TELA PARA RATO. Se usa para definir a al­
guien aficionado a la conversación.
TENER TIERRA EN LA HABANA. Ser de carácter des­
pótico. a semejanza de los indianos que, habiendo emi­
grado en busca de fortuna, volvían con ínfulas de señores
feudales.

148
TENER TIERRECILLA EN LOS ZAPATOS. Ser un poco
tonto.
TENER TIRILLA (ALGO O ALGUIEN). Ser difícil de so­
portar.
TENER UN AJILIMÓJILI. Estar dotado de una gracia es­
pecial, indefinible.
TENER UN APAÑO. Tener un amante, una concubina.
TENER (O SUFRIR) UN ARRECHUCHO. Tener (o su­
frir) un mal pasajero, pero que puede ser aviso de otro
más grave.
TENER UN BELÉN. Estar en relaciones ilícitas con una
mujer. (Hay que tener en cuenta la diferencia entre este
modismo y “meterse en belenes”: en líos, complicacio­
nes, negocios turbios).
TENER UN BUEN PASAR. Vivir desahogadamente.
TENER UN CUARTERÓN DE... Tener ascendencia de
otro pueblo, otra raza, etc. Se emplea generalmente para
indicar alguna ascendencia gitana.
TENER UN FIJO. Tener un trabajo estable. Cobrarlo.
TENER UN MAJAO (MAJADO). Ofrecer serias dificulta­
des.
TENER UN NUBLADO. Sufrir un acceso de mal humor.
TENER UN PRONTO PARAO. Se emplea para referirse a
las personas pastueñas, cachazudas.
TENER UN RAMALAZO. Es frase con que se moteja a
quien acusa maneras femeninas, leves pero significativas.
TENER UN SENTIR. Tener un sentimiento profundo,
una pena por algo: “Aquél que tenga un sentí, / que no
se ponga a pensá; / que si piensa en achicarlo, / el mismo
lo agrandará”.
TENER UN TRAGO (ALGO, ALGUIEN). Ser difícil de
soportar pacientemente.
TENER UN VIEJO EN LA BARRIGA. Se dice de los ni­
ños que muestran conocimientos muy superiores a los
normales en su edad.
TENER UNA FALTA. Tener un defecto: “ Mi madre tiene

149
una falta / que yo misma le censuro; / y es que, teniendo
yo padre, / soy hija de un primo suyo” (Muñoz Seca).
TENER UNA LOSA. Tener una cuenta pendiente de pa­
gar.
TENER UNA VENA. Como "tener un ramalazo”; mostrar
signos de afeminamiento.
TENER VARA ALTA. Tener predicamento.
TENER VOLUNTAD (A ALGUIEN). Profesarle afecto o
cariño: "Me escribiste, me escribiste / que venías y no
vienes; / claritamente estoy viendo / la voluntad que me
tienes”.
TENERLA APRETADA. La frase da por supuesto que se
refiere a la cara de alguien que se distingue precisamente
por su caradura.
TENERSE EN LOS ESTRIBOS. Mantenerse en algo con
firmeza.
TENERSE POR... Estimarse con méritos que no se poseen;
“ No te tengas por bonita, / que tú bonita no eres. Tente
por resalaíta, / que es mucha la sal que tienes”.
TENÉRSELO CREÍDO. Como "tenerse por...”: “Te lo tie­
nes muy creído, / que eres guapa y buena moza, / pero
para congraciarte / habrás de ser otra cosa”.
TERRENO ABONADO. Se dice de algo o alguien idóneo
para lo que se trata.
TETA Y SOPA NO CABEN EN LA BOCA. Frase prover­
bial para señalar que no pueden obtenerse todos los be­
neficios a un tiempo.
TÍO CATORCE. Hombre sin fundamento ni seriedad.
TIRAR A MATAR. Hacer uso de una dialéctica extrema­
damente agresiva contra otro.
TIRAR AL DEGÜELLO. Como “tirara matar".
TIRAR AL TAMAREO. Disparar a bulto.
TIRAR CHUPEN DOS. Besar fuertemente con succión:
“ No me tires más chupendos. / que me ¡aces cardenales
y, en cuanto me voy pa adentro me los conoce mi ma­
dre”.

1 50
TIRAR DE JÁBEGA. Gastar el dinero alocadamente.
TIRAR DE LA CUERDA. Elacer intentos de doblegar la
voluntad de otro: “ Me tiraste de la cuerda / por ver si me
blandeaba, / y me encontraste más firme / que el muro
de la Giralda".
TIRAR DE LA MANTA. Descubrir, con cierta audacia, lo
que permanecía oculto por interés o conveniencia.
TIRAR DE LA RIENDA. Reconvenir, reprimir los excesos
o los impulsos naturales: “Deja correr el caballo. / no le
tires de la rienda. / que puede ser que algún día / quieras
correrlo y no puedas”.
TIRAR DE PLUMA. Escribir.
TIRAR DE VETA. Como “tirar de jábega”.
TIRAR EL TIZO. Decir una indirecta para conseguir algo.
TIRAR HACHAZOS. Lanzar injurias contra alguien.
TIRAR LA BARRA. Echar tierra para atrás un perro con
las patas.
TIRAR LA INCLINACIÓN. Sentir un impulso natural:
“Yo no quiero ser ladrón. / pero a robarle al Gobierno
me tira la inclinación”.
TIRAR LAS POLLERAS. Llegara la mayoría de edad.
TIRAR PIEDRAS. Se emplea como equivalente a estar
loco: “ Por lo que yo voy mirando. / si ya no has tirado
piedras, / poquito te está faltando”; “Tiro piedras a la ca­
lle / y al que le dé. que perdone: / itengo la cabeza loca
de tantas cavilaciones!”
TIRAR POR LA CALLE DE ENMEDIO. Tomar decidi­
damente una resolución, asumiendo las consecuencias.
TIRAR POR LOS SUELOS. Humillar: “ Porque te amo
con locura. / tú me tiras por los suelos. / ¡Qué malamente
me miras. / tanto como yo te quiero!”
TIRARSE A LA BARTOLA. Darse al ocio, negándose a
trabajar. (Bartola es nombre familiar de la barriga. Tirar­
se a la hartóla es descansar panza arriba).
TIRARSE AL PALO. Como “tirarse a la bartola”.
TIRARSE AL POZO. Hacer algo inconveniente, aunque

151
con plena consciencia: “Anda y no presumas más: / si te
has de tirar al pozo, / ¿a qué miras el brocal?”
TIRARSE DE RISA. Reir sin rebozo.
TIRARSE UN CHICOTAZO. Beber un buen trago de
vino.
TIRARSE UN FAROL. Por similitud al envite de cartas
sin triunfos, afirmar la realización de algo que no va a
cumplirse.
TIRARSE UN LISO. Fornicar.
TIRARSE UN PEGO. Fanfarronear.
TIRARSE UN PEGOTE. Como “tirarse un pego”.
TIRARSE UN RENTOY. Como “tirarse un farol”, alu­
diendo al juego de envite muy popular en muchos luga­
res de Andalucía.
TIRARSE UNA VENTAJA. Aprovecharse de algo disimu­
ladamente.
TOCADO DEL ALA. Herido moralmente. Acusando las
primeras señales del fracaso.
TOCANTE A... Con respecto a...: “Soldado soy de a caba­
llo; / cuanto quiera te daré. / pero tocante a casaca, / no
quiere mi coronel”.
TOCAR A TARARA. Decidir la marcha de algún sitio.
TOCAR CON LA PIEDRA IMÁN. Alude a la práctica su­
persticiosa de tocar a alguien con un imán para someter­
lo a la propia voluntad: “Yo no sé lo que me has dao, /
que no te puedo olvidar; / parece que me has tocao / con
la piedrecita imán”.
TOCAR TABLETAS. Huir, escapar.
TODITO EL MUNDO. Se usa para referirse a todos: “Toí-
to el mundo me aconseja / que te olvide y te haga daño, /
y yo digo que no quiero / que me des más desengaños”.
TOMAR ANEA. Sentarse. (Por la planta tilácea llamada
anea, cuyas hojas se emplean para hacer asientos de si­
llas).
TOMAR ABORRECIMIENTO. Aborrecer.
TOMAR CARRERILLA. Tomar aliento.

152
TOMAR CUCHARADAS. Confiaren lograr una cosa.
TOMAR DOS DEDOS DE LUZ. Marcharse de algún lu­
gar.
TOMAR EL BERIMBÓN (BERIMBOL). Adiestrarse en
algo.
TOMAR EL DOS. Como “tomar dos dedos de luz".
TOMAR EL OLIVO. Ponerse a salvo de una situación pe­
ligrosa o desagradable.
TOMAR EL PENDIL... Para indicar que se va uno a dor­
mir. La frase completa es “tomar el pendil y la media
manta".
TOMAR EL TAMAREO. Calcular algo muy bien.
TOMAR EL TEMA. Porfiar.
TOMAR EL TERRENO. Acomodarse a la vida de un lu­
gar.
TOMAR EL TOLE. Marcharse.
TOMAR LA ESPUELA. Tomar la última copa de una
ocasión. (El andaluz no dirá “la última copa”, sino “la
penúltima", alegando que “la última" es la que precede a
la muerte).
TOMAR LA TIERRA. Como “tomar el terreno".
TOMAR LAS ONCE. Es un modismo que equivale a la
palabra inglesa “lunch”. Según José María Sbarbi, es cas­
tiza. andaluza, y proviene no de la hora, sino de la bebida
que. a mediados del siglo XIX. se acostumbraba a tomar
como aperitivo: un aguardiente que, por tener su nombre
once letras, quedó en el modismo.
TOMAR LEY (A ALGUIEN). Tomarle afecto o cariño:
“¿Cómo has tenido valor / de olvidarme a sangre fría, /
cuando se le toma ley / a un perrillo que se cría?"
TOMAR LENGUAS. Solicitar y atender informaciones so­
bre algún asunto.
TOMAR LOS BIGOTES (A ALGUIEN). Abofetearlo.
TOMAR POR EL PITO DEL SERENO (A ALGUIEN).
No guardarle consideración ni respeto.

153
TOMAR POR PUNTA. Tomar un asunto desde que co­
mienza y no dejarlo hasta que acaba.
TOMAR ÚN CABO DE CUERDA. Sufrir un grave con­
tratiempo.
TOMAR UN CHINORRO. Tropezar con una dificultad
imprevista y casi insalvable.
TOMARLE UNA (O EN) FILA A ALGUIEN. Tomarle
ojeriza.
TOMAR UNA (O LA) MAÑANITA. Beber la primera
copa de aguardiente en la mañana.
TONTO DE CAPIROTE. Para eludir al que dice y hace
tonterías, (probablemente es un remoquete -sin ira- con­
tra los que visten el hábito de la penitencia en las proce­
siones).
TONTO DE REMATE. Rematadamente tonto.
TORCER LA ESQUINA. Tomar otra dirección de la seña­
lada por la acera al llegar a la esquina.
TORMENTOS DE INQUISICIÓN. Tormentos muy dolo­
rosos o simplemente tormentos: “ Me estás haciendo pa­
sar / tormentos de Inquisición; / yo estoy dando tregua al
tiempo, hasta lograr la ocasión”.
TRABAJAR PARA EL OBISPO. Se califica con esta locu­
ción familiar todo quehacer inútil, estéril, e indica "la
costumbre que tenían los obispos de saldar sus cuentas
con indulgencias y bendiciones” (F. de la Sierra).
TRAER A ORZA. Atosigar.
TRAER ANDADO. Llevar andado: "Todo el mundo trai­
go andado / y no he podido encontrar / ojitos como los
tuyos / ni en Francia ni en Portugal”.
TRAER COMO UN TANGANILLO. Traer de cabeza.
TRAER COMO UN TANGUILL.O. Como “traer a orza”.
TRAGARSE EL MONTE. Esconderse entre la maleza.
TRAGARSE LA TIERRA A ALGUIEN. Se dice del que
desaparece sin dejar rastro ni noticia.
¡TRANCO, QUE HAY BARRANCO! Exclamación para
prevenirse a sí mismo de un riesgo.

154
TRAPOS SUCIOS. Accidentes inconfesables.
TRAS DE PALOS, PENITENCIA. Frase proverbial para
advertir o informar que después de algo grave hay algo
peor.
TREPAR DE ESPALDAS. Sorprender a alguien.
TRES CUARTOS DE LO MISMO (O DE LO PROPIO).
Lo mismo, igual.
TROMPO LATIGUERO. El que se hace girar con un láti­
go.
TROPEZAR CON... Encontrarse con...
TRUENO GORDO. Noticia sensacional.
TUS RILES Y TUS CARRILES. Frase despectiva e insul­
tante. equivalente a la de mentar a otro sus muertos.

UN BALA PERDIDA. Persona alocada y poco digna de


crédito: “ Mi madre me lo decía: / “No te fies de ese hom­
bre, / porque es un bala perdía".”
UN BUEN RENGLÓN. Define un gasto importante o la
partida costosa de una cuenta.
UN CHAPARRÓN DE... Mucha cantidad de...: “¡Virgen
del alma! / ¡Qué chaparrón de Salves / el que te aguar­
da!”
UN DINERO CURIOSO. Una gran cantidad de dinero.
UN ECHACUERVOS. Alcahuete y, por extensión, hombre
embustero, inmoral y despreciable.
UN PELLIZCO. Como “un dinero curioso”.
UN PONER. Equivale a “por ejemplo”.
UN SABAÑÓN. Se dice del que tiene mucho apetito y. por
lo mismo, “come más que un sabañón".
UN VITALICIO. Una renta vitalicia.
UNA GOLONDRINA NO HACE VERANO. Dice Coba-

1 55
rruvias: “ Proverbio vulgar nuestro, latino y griego: una
golondrina no hace verano, presupuesto que es la anun­
ciadora de la primavera: entiéndase cuando ellas vienen
todas de golpe y no porque una se haya adelantado se le
ha de dar crédito".
UN/\ REMORA. Equivale a obstáculo, lastre o estorbo.
UNA PANZAÁ (PANZADA) DE... Un hartazgo de...
UNA PECHÁ (PECHADA) DE... Como “una panza de...”:
“ Boquita de caramelo. / pecho de azúcar neva, / piecesi-
tos de almendrita. ¿cuánto vale la pechá?"
UNTAR LA OREJA (A ALGUIEN). Provocar a alguien
para que pelée.
USTEDES AMAIS. TENÉIS. VIVÍS... El desconocimiento
que. en general, se tiene de Andalucía hace creer y decir
que en esta región se emplea el disparatado “ustedes vo­
sotros". por errónea información, cuando la verdad es
que ningún andaluz ha dicho jamás semejante absurdo.
Lo que ocurre en Andalucía es que. como norma muy
generalizada, apenas se usa el “vosotros" y sí el “uste­
des". incluso cuando se tutea al interlocutor y se declina
la segunda persona del plural.

VACA DESOLLADA. Se dice del cielo color rojizo a la


puesta del sol.
VALER CAUDALES. Valer mucho dinero: “Dicen que
una villa vale. / La villa vale dinero: / tus ojos valen cau­
dales".
VALER (ALGUIEN) LO QUE PESA. Para ponderar la va­
lía de uno.
VALER MILLONES. Valer mucho la persona por estar

1 56
adornada de las mejors cualidades: “Eres más bonita,
vales más millones / que los clavelitos granas / que aso­
man por los balcones”.
VALERSE DE... Servirse de...: “Tengo unas quejas, / no te
las doy a entender. / Cuando quiero hablar contigo. / me
valgo de mi saber”.
VALGA LA VERDAD. Como anuncio de lo que va a de­
cirse habiendo estado oculto hasta entonces.
VALGA LO QUE VALGA. Valga lo que valiere.
¡VÁLGAME DIOS! Para reafirmar una certidumbre o una
sorpresa.
VAMOS A VER. Veamos, expresado antes de iniciar una
parte del discurso.
¡VAMOS A VERLO! Interjección de estímulo a sí mismo o
a otro.
VAMOS TIRANDO. Para definir un estado de salud, mo­
ral y económico nada más que pasable.
VAMOS VIVIENDO. Como “vamos andando” o "vamos
tirando". (Al sostener nosotros en algún trabajo la teoría
de que el cante por caracoles se expresa en un diálogo,
queda claro el ejemplo:
-¡ Mocita !
-¿Qué quiere usté?
- Que son tus ojos dos soles.
- Vamos viviendo.
-¡ Y olé!").
VARA MENOS DOS DEDOS. Medida de los capachos en
las prensas de aceite.
VARAL DE PALIO. Largueros verticales que sostienen el
palio en los pasos o tronos procesionales.
VAREAR LA ACEITUNA. Golpear con varas los olivos
para que caigan las aceitunas: “Yo cogiendo aceituna. /
tú vareando. / de ramito en ramito / te voy mirando”.
¡VAYA CON DIOS! No sólo como fórmula de despedida a
alguien, sino a algo ido en buena hora.

157
r
¡VAYA POR DIOS! Como expresión de lamento y también
de resignación.
¡VAYA SALERO! Como requiebro.
¡VAYA TELA! Como ponderativo.
¡VAYA UN AVÍO! Como “¡Vaya por Dios!“
¡VAYA USTED MUCHO CON DIOS! Paradójicamente es
una manera de desear a otro que se vaya al diablo y equi­
vale a “Vaya en horamala!”: “¡Vaya usté mucho con
Dios, / que esas malitas partías / no me las merezco yo!"
VÁYASE LO UNO POR LO OTRO. Es frase con la que se
indica que una cosa compensa la otra.
VEN ACÁ. Modismo con que se invita a prestar atención a
lo que se dice o como una invitación al diálogo reflexivo:
“Ven acá, mujer, no hables; / que has tenido nueve meses
/ dentro del cuerpo mi sangre". (El verbo “hablar” se
emplea aquí como "criticar negativamente").
VENDER LA BURRA CIEGA. Desviar la conversación.
Salirse por la tangente.
VENDER SALUD. Mostrar el disfrute de una salud exul­
tante.
VENGA LO QUE VINIERE. Fórmula de aceptación:
“¿Qué quieres que yo le haga / a lo que remedio no tie­
ne? / Aguanta como yo aguanto. / y venga lo que vinie­
re".
VENIR A LA BUENA. Suponemos más correcto "avenir­
se". Equivale a hacer las paces, avenirse a razones: "Ven­
te conmigo a la buena / y entre los dos pasaremos las
fatigas y las penas".
VENIR A LOS PECHOS. Refugiarse al amparo de alguien.
VENIR AL PELO. Venir a propósito.
VENIR CON BELENES. Comunicar noticias de escasa ga­
rantía. Defenderse de agravios imaginarios: “No me Ñen­
gas con belenes, / que me pones la cabeza como molino
que muele".
VENIR CON OCHOS Y NUEVES. Justificarse con false­
dades y embrollos.

158
VENIR CON PINTURAS. Alardear de gracia, elegancia,
maneras exquisitas: “No me vengas con pinturas, que
yo pinturas no quiero; / que un novio que yo tenía / lo
dejé por pinturero”.
VENIR MAL DADAS. Suceder algo contrario a los deseos
de uno.
VENIRSE A LA BUENA. Como “venir a la buena".
VENIRSE ALGO A ALGO. Adaptarse una cosa a otra.
VENÍRSELE (A ALGUIEN) EL APAREJO A LA BARRI­
GA. Hallarse en un grave compromiso.
VER CRECER LA HIERBA. Se dice del que es muy vivo
de entendimiento.
VER DE VENIR. Ver venir: “Tengo los zapatos rotos de
subirme a la muralla. / por ver si veo de venir el correo
de La Habana".
VER LA MUERTE AL OJO. Estar a las puertas de la
muerte.
VER LOS TOROS DESDE LA BARRERA. Asistir a plei­
to o querella como espectador, sin participación directa.
VERDE V CON ASAS, ALCARRAZA. Para señalar la
evidencia de algo.
VERGÜENZA TORERA. Pundonor.
VERLE LA PUNTA (A ALGO). Adivinar el motivo, la
justificación o las posibilidades a algo.
VERSE LA COPLA. Armarse el escándalo.
VÉRSELE EL PLUMERO (A ALGUIEN). Descubrir las
ocultas o disimuladas intenciones o querencias de al­
guien.
VESTIR DE CORTO. Vestir el traje andaluz de chaquetilla
y calzón cortos.
VÉRSELE LA ÚLTIMA MUELA (A ALGUIEN). Reír de­
saforadamente.
VESTIR DE LIMPIO (A ALGUIEN). Hacerlo objeto de
ofensas de palabra sin mesura.
VESTIR EL MUÑECO. Desfigurar algo desagradable ador­
nándolo con tintes o perfiles amables.

159
VESTIRSE DE LUTO. En la acepción de entristecerse, de­
silusionarse: “No tuve carta: / se vistieron de luto / mis
esperanzas”.
VIDA BIRLONGA. Buena vida, “vidorra”.
VISITAR LOS SAGRARIOS. Ir de taberna en taberna be­
biendo vino.
¡VIVA LA PEPA! La exclamación -que nació en Cádiz, al
proclamarse la Constitución de 1812 el día de San José y,
por tanto, de las Pepas- se convirtió en frase proverbial
para expresar la alegría irresponsable.
VIVIR DE GUACHARRA. Vivir de gorra, a costa de los
demás.
VIVIR EN EL MUNDO. Es una curiosa frase para expre­
sar, simplemente, el hecho de vivir: “ Por el decir de la
gente / yo dejé a quien bien quería: / pa mientras viva en
el mundo / se me acabó la alegría”.
VIVIR EN LA GLORIA. Vivir gozando satisfacciones.
VIVIR PENANDO. Vivir sufriendo: “ Malaguita. Malagui-
ta / y siempre malagueando; / por una malagueñita / vivo
en el mundo penando”.
VIV1TO Y COLEANDO. Se usa para indicar señales ine­
quívocas de estar vivo, procediendo sin duda del pregón
que resalta la frescura del pescado.
VOLCARSE EN LA SUERTE. Por similitud a la forma de
entregarse en la hora de matar el toro. Afrontar con va­
lentía
VOLVER DE VIROTE. Volver el cazador sin haber cobra­
do pieza.
VOLVER EL ALMA AL CUERPO. Superar un estado
anímico de ansiedad o de miedo: “No me des calabazas, /
que vengo muerto: / dame un sí que me vuelva / el alma
al cuerpo”.
VOLVER EN SU SER. Volver en sí, tras un desmayo, o
volver al estado de ánimo natural tras un susto, una tris­
teza o un dolor.
VOLVER LA RIENDA. Rectificar la conducta.

160
VOLVER UNO DE SU ACUERDO. Cambiar de parecer.
VOLVERSE MAJARA (MAJARETA, MAJARON). Vol­
verse loco.
VOLVERSE MOCHALES. Como “volverse majara”: “El
que me hable de amor / me vuelve mochales; / yo no ten­
go la culpa / de que sean los hombres así. / tan especia­
les”.
VOLVERSE TARUMBA. Como “volverse mochales”.
VOLVÉRSELE A UNO EL SANTO DE ESPALDAS-
. Cambiar la buena suerte por la mala fortuna.
VOZ AFILLÁ (AFILLADA). Se dice de la voz bronca en el
cante flamenco, por recuerdo del cantaor apodado El Fi­
lio, de cuya áspera voz ha quedado el testimonio de la an­
tigua soleá:
“ La Andonda le dijo al Filio: / ¡Anda y vete, pollo ronco. /
a cantarle a los chiquillos!”.
VOZ LAÍNA. Se dice de la voz aguda y de falsete en el can­
te flamenco. A nuestro entender, tiene su origen en el ad­
jetivo “ladino” con que se calificaba a los judíos: de este
modo, a la voz se le llamaba “ laína”, o porque los cantos
de las sinagogas requerían esta característica, o por ser,
para el cante auténtico, engañosa.

Y AL SÉPTIMO DESCANSÓ. Es referencia bíblica aplica­


da irónicamente a una persona poco adicta al trabajo.
Y LO QUE COLEA. Para indicar que el asunto de que se
trata no ha de darse por acabado.
Y LO QUE TE RONDARÉ, MORENA. Modismo proce­
dente de copla, para indicar que aún falta mucho para
dar por concluido algo.

161
Y SALGA EL SOL POR ANTEQUERA. Como final de
frase, para dar a entender el poco cuidado que le merece
al que habla las consecuencias del asunto tratado o de la
acción adoptada.
Y TÚ QUE LO VEAS CON LOS DOS OJITOS EN LA
MANO. Como réplica rencorosa a la maldición recibida.
YA ESTÁ EL TORO EN LA PLAZA. Para indicar que ha
ocurrido el acontecimiento esperado o que una conversa­
ción ha llegado al punto principal.
YA MISMITO. Ahora mismo, en este momento.
YA VENDRÁ EL TÍO PACO CON LA REBAJA. Luis
Montoto lo explica muy donosamente: “Famoso perso­
naje proverbial, en quien representamos la experiencia
del desencanto y el desengaño. La imaginación, en alas
de las ilusiones, agiganta y abulta así los bienes como los
males, despertando en nuestro ánimo ora esperanza, ora
temores: pero el tiempo, tomando el pelaje y la catadura
del Tío Paco, pone las cosas en su punto rebajándolas
hasta la realidad".
YA VENDRÁ EL VERANO. Es modismo de reciente
creación -procedente de un mensaje publicitario- e indi­
ca la inutilidad de la impaciencia, puesto que ha\ cosas
que ocurren fatalmente.
YERBEAR AL GANADO. Darle yerbas: “Y mercó unas
treinta yeguas. / que él las yerbea y agosta, / las marcea y
las alumbra. / las manosea y las doma". (Recordemos
que el verbo "mercar" -comprar- no pertenece al caló
sino al castellano, y procede del latín).
¡YO CREO QUE ES ALGO! Para resaltar la importancia
de lo que se ha dicho.
YO TOMARA QUE USTÉ VIERA. Yo quisiera que usted
viera.

162
z

ZAPE TRAPE. Revuelta, algarada.


ZOCAR UN ÁRBOL. Quebrarle las ramas.
ZURRAR LA BADANA. Propinar una paliza.
ZURRAR LA PANDERETA. Dar una paliza en el trasero.
¡ZURRO QUE TE VI! Para expresar huida y como incita­
ción a salir huyendo. (Tiene su origen en un juego infan­
til).

163
APÉN D IC ES
I . - M O D IS M O S A N D A L U C E S EN EL
R EFR ANER O .

A lo bueno acude bulla; a lo malo, ¡que lo zurzan!


A ojo de buen cubero, ni compro ni vendo.
A la corla o a la larga, cae el burro con la carga.
A quien con malos anda, no le arriendo la ganancia.
A quien no está hecho a bragas, las costuras le hacen llagas.
A quien te vaya con cuentos, échalo con viento fresco.
A un santo, rézale tanto y más cuanto: pero a una santa, con
media Avemaria basta.
A oscuras, no hay buen tuntún.
A quien no piensa pagar la cuenta, lo mismo le da ocho que
ochenta.
A quien pleitos tiene, los dedos se le hacen huéspedes.
A chico santo, medio Padrenuestro; a gran santo, echar el
resto.
A las andadas volví y pronto me arrepentí.
A más no poder, no hay cosa fuerte.
Arrieritos somos y en el caminito nos encontraremos.
Así y tó, ¡arró!
Asi como así, a ningún hombre de bien desamparao vi.
Al que es un alma de Dios, lo engañan tos.
Al gran peje, dale carrete.
Al gañán, el pan de una sentá.
\Al agua, patos, que se la beben los gusarapos!
\Alavio\, dijo el cristiano al judío.

167
Acá y allá. Dios dirá.
Al franchute, dale un buen rute.
Al hombre ai rao. dale de lao.
\Anda. morena!. y era blanca la mozuela.
Al que te vaya con cuentos, cuéntale tú ciento.
Bien sé de qué pié cojea.
Buena labia y buen palmito hacen caer en el garlito.
Corriendo a rienda suelta, mal se puede dar la vuelta.
Cuenta (x) con la cuenta.
Cuando no hay otro remedio, tirar por la calle de enmedio.
Cada uno se apaña según tiene maña.
Cada uno puede hacer de su capa un sayo.
Caballo de buena boca, come todo cuanto topa.
Cuando pica la gana, son las doce sin campana.
Calillo de mal asiento, no acaba cosa ninguna y emprende
ciento.
Contando con los ronzales, los burros están cabales.
Como soy algo lerdo, aunque comí tu pan. si te vi no me
acuerdo.
Cuando marzo vuelve el rabo, queda invierno para rato.
Cuando al mozo le nace el bozo y a la moza le llega a la cin­
tura el pelo, ya están a punto de caramelo.
Cada uno hace de las suyas.
Cuando viene la Chata (xx). ¿qué hacer, sino estirar la pata'.'
Con las glorias, se olvidan las memorias.
Cada cosa tiene su punto y hora.
Cuando en tropel pasen burros, escurre el bulto.
Cuando de cara te dé el viento, anda con tiento.
Con las de las cuatro letras, no tengas cuentas.
\Digo\ ¿Tiene barbas el amigo?
Dando pares y nones se hacen lugar los hombres.
Donde otro se come la carne y me deja el hueso, iahí queda
eso\

x .- Ten cuenta, ten cuidado,


xx.- La muerte.

168
De menos nos hizo Dios.
-¿Dónde estamos? -En Lucena. -\La hicimos buena'.
De lo ajeno, gasta sin duelo; de lo tuyo, con mucho nenio.
Déjate ir; que pa lo que hemos de vivir...
Díceme el confesor que no yerre; y yo. erre que erre.
Despacito y buena letra.
-Dale postín. Soleá. -Ya me la voy dando, mamá.
Del pié a las manos, las lia el más sano.
De mujercillas de tres al cuarto, con poco hay harto.
De lo ajeno me vestí y en cueros vivos me vi.
El mundo da muchas vueltas.
En casa del amo mezquino, lo comido por lo servido.
En achaques de cuentas, sólo las del rosario son buenas.
El que ayer desdeñaba a todos, hoy se come los codos.
El que es tonto da la cara pronto; conocer al pillo no es tan
sencillo.
Entre col y col. lechuga; y más allá, su praíto de matalahúga.
En la duda, echar por medio.
El que inventó eso de los gananciales, o fue mujer o no esta­
ba en sus cabales.
En tiempo de campaña, el que apaña, apaña.
El mirón, mirar, pero sin rechistar.
¡En buenas manos está el pandero!, y era manco el puflete­
ro.
Entre el sí y el no de la mujer, no cabe la punta de un alfiler.
El mundo es un lira y afloja: y para que unos rían, otros llo­
ran.
En viniendo a pelo, aunque la burra se caiga al suelo.
En la casa del cura, siempre jartura.
Fraile limosnero, pájaro de nial agüero.
Fiar: sobre buena prenda, para no tener contienda.
Gracia mojosa no vale cosa.
Flombre chico, jarabe de pico.
Hay muchos buenos hombres que sólo con malos bichos.
Hablar sin ton ni son es saltar como un cigarrón.
Hay muchos burros de! mismo pelo.

169
Hacer de tripas corazón.
Haz ruido y sacarás partido.
Juez que admite regalo, \malo, malo!
Jueces necios y escribanos pillos, siempre los hubo a porrillo.
Largo, largo, maldito lo que valgo.
Lo bueno siempre aprovecha, aunque a miajillas se tenga.
Lo que se entra por los ojos no ha menester anteojos.
Los galgos de Lopera: sus partes y la calavera.
La que se alimenta de mano ajena, nunca está llena.
Lo más dulce amarga, a la corta o a la larga.
Los hombres son mal ganao: el mejor es el menos malo.
Lunarito de mentirijillas, hoy en el labio y mañana en la
mejilla.
La mujer y el vidrio, siempre en un tris.
La que, al andar, las ancas menea, bien sé yo de qué pié co­
jea.
Las muías no aguijan con dulces palabritas.
Lo dicho, dicho, y la jaca a la puerta.
Lo primero es lo primero.
Lo que me peta, sea capón o gallareta.
Llamé a una mujer loca, ¡y lo que echó por esa boca...'
Mientras menos bulto, más claridá.
Más largo que un día sin pan.
Más pronto se llena el ojo que la barriga.
Mano sobre mano, como mujer de escribano.
Mucho papel y mucho tintero, y la justicia al retortero.
Mujer de tunares, mujer de pesares.
Mal fin tenga el que tiene; que el que no tiene, mal fin tiene.
Marido con pereza, ¡buena pieza'
Músico, pintores y poetas tienen medio perdía la chaveta.
Mujer de trato, sólo para un rato.
Más vale morirse de risa que de tiricia (x).

(x) Ictericia.

170
Ni trates con hombre blandengue, ni te sientes en silla que
esté en tenguerengue.
Niños viejos y viejos niños, mal aliño.
Ni enfermo que diga así, así, ni guardar dinero en un zaqui­
zamí.
No yerra tanto el que yerra como el que en errar se empo­
rra.
No hará casa ni plantará huerto aquél al que se le pasea el
alma por el cuerpo.
No me pago de palabritas de devoción, sino de cosas que se
peguen al riñón.
Nadie regala nada a humo de pajas.
Olla sin tocino y mesa sin vino no valen un comino.
Por venir, dejarse ir y tenerse allá, nunca nada perdió ná.
Por el besar se empieza el queso, y al fin ¡ahí queda eso!
Para que la cosa ande buena, una de cal y otra de arena.
Por un fraile, no se esharata un convento.
Por su bella cara, a ninguno le dan castañas asadas.
Poquito a poquito se pierde el apetito.
Paciencia y barajar.
Pide y da para que te den, que este mundo es un ten con ten.
Por echar una cana al aire no se perdió nadie.
Quien no comió boquerones malagueños, no sabe lo que es
bueno.
Quien bebe mucho, anda pachucho.
Quien se pica, ajos come.
Quien mucho dinero tiene, pone el mingo donde quiere.
Quien venga atrás, que arree.
Quien no yerra, no se enseña.
Quien con Dios quiere ponerse en cuentas, es hombre bes­
tia.
Quien va pasito a paso llega descansao.
Quien puede ser libre, no se cautive.
Quien hace malas, barrunta largas.
Si me Has por el gasto, venga vino a todo pasto.
Si quieres que yo te cante, el dinero por delante.

171
Sacar las cosas de quicio, no es sin perjuicio.
Si te casas en Marchena. Dios te la depare buena.
Si en el sexto no hay remisoria, ¿quién es el guapo que va a
la gloria? (x).

(x) Se refiere al Sexto Mandamiento.

Sabio es quien escucha, y necio quien se escucha.


Sarna con gusto no pica, pero mortifica.
Sastre que nudo no da, perderá puma.
Tabaco de baldivia (x), el pecho alivia.
Tan bien se ha de decir lo uno como lo otro.
Todos tenemos atado un avenate: pidámosle a Dios que no
se desate.
Te conozco, bacalao, aunque vengas disfrazao.
Un día es un día.
Ven, muerte canina, pero a casa de mi vecina.
¡Valientes tres! ¡Araña, Concha y Cortés!
Ya, yaíta vale más que de aquí a una mijita.
“Ya va escampando”, y llovía a cántaros.

(x) De baldivia: de balde.

172
II - M O D IS M O S A N D A L U C E S EN LA
NO VELA.

De todos los autores que han empleado


modismos andaluces en su obra narrativa -Pedro
Antonio de Alarcón, Fernán Caballero. Juan
Valera. López Pinillos, Arturo Reyes. Blanca de
los Ríos. Manuel Halcón...-, ninguno es compa­
rable. en riqueza de lenguaje popular, a Juan
Francisco Muñoz y Pabón. tan injustamente ol­
vidado:

"apenas hubo salido del escritorio del médico, nos arran­


chamos aquí".
"arrastradísima vieja, y qué mal disimula".
"titito el que puedo arrecogé se lo guardo".
"figurárase ahora usté arrecotada".
"una cosa que se arrecuelga".
"el que quiere la có. quiere los cogojollitos de arreó".
"¿No han arreparao a lo que giiele que atafaga?
"con que arria por esa carta".
"porque tienen arriscos para ir al combate".
"comerse un canasto arrobeño".
"regalarla un platito a la arropera".
“ni así ni asado”.
"unos latidos en las sienes que me astillan”.
"aparejos y ataharres de las caballerías".

173
“Se levantó en el atalaje en que se encontraba".
“El primero que habla por ahí atento de esta cuestión".
“ No le eches atinca, que luego suena mucho".
“La noticia del chasco lo había atontolinado”.
“le atranqué y está achocao”.
“Si sabrás tú azarconear".
“Sí, cállate y azórrate".
“créete que estoy azurraíta de miedo".
“por más que acá los pobres..."
“¡Un acarralado en la manga!"
“por los corrales, acoderados y tan amigos".
“el haber estado toda la mañana acorselada hasta más no
poder”.
“y hemos tenido un agarre...”
“una peseta por un pomo de agua de olor".
“una cosa que está muy lejísimo y de aguas allá”.
"mañana, unas papas en ajopollo”.
"no tuviera que hacer por avenir y ajunjar".
“muchos muchachos alampando por ti...”
“viene haciéndose el alipendi”.
“Y alospués, de tres armendrones arrecorgando..."
“y qué botellita más amañá”.
“ Mira que está muy fresco y en amarillo”.
“para amurriarse y morirse de angustia".
"¡Anjolá. hijo, anjolá!”
"...sentado en un antcdespachete que tumbaba de espaldas",
"...aunque no pienso aperrearme mucho”.
“...un cocimiento de marvavisco, arazá y jigos pasaos”.
"...en el confesionario todo el santo día y ese barrunteo de
comuniones...”
"por tantísimo como blanqueaba; por lo que toca los bajos,
eso era todas las mañanas”.
“...se me rebela ante la bajumbre del papel de acusona".
"...va y se mete la mano a la barciquera y le planta en la
mano un sobre”.

174
“ese salenqueo del enemigo y ese beborroteo de confesio­
nes”.
“...berriones de color en una paleta”.
"¡Jesús, y qué bicharraca más mala y más dañina!”
“Una birma le pusimos una vez; lo cual que por poquito...”
“Jazmines en capullo para con ellos hacer una biznaga...”
“ Hasta que ella se blandee...”
“pues lo mismo haces a bocas que a cangrejos”.
“...asi en jugar el trompo como en jugar a los bolindres”.
“...yo no entrego mi hija a un boquera”.
“...el molino aceitero, con sus trujas y su borujera. su borre -
ra y su almacés”.
“...se internaban en la dehesa boyar”.
“.... pa bordarme un brevitín”.
“...a modo de esclavina de peregrino con muchos bujeran-
cos \ muchos trabones”.
“¡Qué bullarea en la iglesia!”
“...en que corrieron burro tapices y armadiras”.
“...ni a revientacaballo que se ande”.
“...con tan risueña y cachipareja”.
"...al lado la cachucha del agua”.
"...que si cordones granas haciendo calas de tostón",
"...caldeando está la nena”.
"...al otro lado, un pabellón de canevá”.
"...uno de esos capilletcos de que no hay idea más que en
Sevilla”.
“...chupacirios y beato y capillita”.
“...ganas desaforadísimas de echárselo a la cara...”
“...y el Señor saca la cara por los suyos”.
"...a ir a dar una caradita a la infeliz enferma”.
“Está hecha una carrañaca”.
“...se acampó ayer tarde en el carreta”.
“...tenía encima del lavamano una carrijilera de botes..."
“...me doy cascada de llorar que me pongo verde”.
“ La mujer no tiene otro guisado que el casorio".

175
“Se baila toda la noche de la víspera y toda la siguiente a
casquillo quitado".
“Siempre tuvo la buena señora cerval".
“...sabiéndole a fiesta del gran mundo la coleada por las
tiendas".
“Toas las penas der purgatorio de cominitos..."
“¡Así ibas tú de contentona y él de derretido!"
“...cogía de los copos de un jazminero que tapizaba el mu­
ro".
“...todas las tertulias y corrinches del lugarejo”.
“...cotufero de gusto y descontentadizo..."
“...si es los calcetines, como cribas garbanceras".
“...le echó encima un cubrepiés de estambre".
“...tanto asi de peligro y de cuchumandeo".
“...y a su cullivuelta hija".
“...se puso a leer con culebrinas en los ojos".
“...lleno de avemarias y de chacalacas".
“...encasquetarse el chaparro que le había serxido de almo­
hada".
“A juzgar por el chaparrón de besos..."
“...ni de quebrarle encima la charamusca".
“...\ en trueque de una chilina de mamá..."
“...su hermana, que no había dicho ni pío durante la chirri-
bomba".
“ Peligroso que es el trato frecuente con niñas chuceada-'"
“¡Aquí un abrazo que descuajaringaba a don Tomas!"
“¿Usté no ve. que desmadejao \ qué cenceño \ qué cano.
“...parecióme que no venía bien el don con el turulenque"
“¡A trabajar donde hubiera emboque!"
“¡Agradecida > ampullada!"
"...se engollipaba en el trato".
“...lo mismo que cuando se ensotaba en sus propios pensa­
mientos".
“...haber salido escascarando por todo el pueblo que su ni­
ña..."
“¡Aquí te quiero \er. escopeta!"

176
“...se ponéis hasta espelurciados, que da asco”.
“Tan ponderativos, tan espropositaos y tan verosímiles..."
“ Pues lo que es la espuela, la tiene usted que tomar".
“¿Qué estás diciendo, arrastradísima, con esa estallina?"
"Más vale tapá. que no al estericote".
“...siempre colchones de follico en los arapejos”.
“Tené garabato viene a sé como tené -¿qué le diré a usté
yo?-, como tené zandunga. tené áge. tené gancho, tené
aqué, tené zarza, tené ajilimójili (x).

v - Recogidos en l;is obras "Mansedumbre". "Temple de acero". " \ i\ idos


y contados". "Oro de ley". "Javier Miranda". "Paco Cíóngora". "I I
buen paño". "La millona". "Justa \ Rutina". "IX* guante blanco" \
"Juegos llórales".

177
I I I . - M O D IS M O S A N D A L U C E S EN E L
A R T ÍC U L O DE PRENSA.

Desgraciadamente no son las peculiarida­


des del habla andaluza las señas que caracterizan
hoy la literatura de nuestra Prensa. Como excep­
ción digna de los mayores elogios, ofrecemos un
breve repertorio de esos modismos con que el es­
critor Antonio Burgos ilustraba su popularísimo
recuadro de “ABC”, ejemplo de agudeza, garbo
e ingenio andaluces.

“...a muchos lo que les pediría el cuerpo sería amolar


la fregona para intentar, si no media en el rincón de Ordó-
ñez, sí al menos un descabello aseadito al segundo intento”.
"...y el defensor del pueblo andaluz les plantea un re­
curso que tiembla el misterio".
“Y sólo nos quedaba, al volver a casa, el olor de la al­
hucema en la copa, esperando que nos dejaran remover
aquel tesoro de calor y brasas:
- Venga, niño, echa otra fírmita...”
“Espartaco tiene temple, como lo sigue teniendo Pepe
Luis, que nos emocionó a todos de repeluco la otra noche
en televisión, cuando salía hablando desde la Maestranza y
era el cartucho de pescado frito la poesía de sus palabras”.
“Cuando el Ayuntamiento quiere crujimos con un sie­
te por ciento”.

179
“Todos los que se sienten más perdidos que el barco
del arroz frente a la prepotencia, el rodillo, el copo, la sopa
boba, la mamela...”
“ Escuchamos por primera vez el dolor con que en Se­
villa se dice la palabra criaturila. Habían muerto unas cuan­
tas criaturitas”.
“...es como una letanía lauretana, bicarbonato de los
que están hartos de coles”.
“...de estos emigrantes andaluces que invirtieron sus
ahorros en el taxi, que los hay a manojitos; me trajo que
daba gloria la velocidad que traía por La Palmera”.
“...en el suelo un “30” que significa que por allí se
debe ir a treinta por hora, y multazo al que se escantille”.
“Para todos los niños, los alfajores eran “mojoncitos
de perro”, que no es una metáfora de mal gusto, sino Gón-
gora puro”.
“ Y dentro, lo de toda la vida: el mantecado, el polvo­
rón, el alfajor, el rosco de vino y pare usted de contar”.
"Que los que decimos Pascuas somos los mismos que
decimos calentitos y nunca “churros”, que decirlo en Sevi­
lla sí que es un churro”.
"Así que un coche viene pian, piandito por Marqués
de Paradas, y en cuanto llega a San Laureano parece que le
meten un cohete en salva sea la parte”.
"Gente de Madrid, de los que no saben de la misa la
media...”
“...terminan a las mismas tantas: al final hay uno que
anima a un grupo que vayan a una güisquería donde hay
una periquita muy simpática que conoce él y, total, que re­
sulta que el pepe llega a su casa a las once de la noche, con
una tajá como un piano de Piazza, y la mari. que estaba es­
perándolo para ir a comprarles los reyes a los niños..."
"...eso es lo que te pasa a ti, que eres un tacaño y que
tienes mucho pescuezo tú, un gañote es lo que tú eres”.

180
“No era decir cartel. Era cargar la suerte, bajar la
mano, embeber al público en el engaño, radiofónico engaño
que a todos nos tenía en vilo".
“...que es hombre de paladar y gusto fino, pero a quien
en la Junta le echan menos cuenta que al cabo de los muni­
cipales de Santiponce o al guardia del Altozano, símbolos
andaluces del pito de un sereno".
“El parrafito, como habrán visto, se las trac".
“...y la rastra que trajo el trato con la Mitra”.
“...ni que para el 92 vayan a poner la ciudad de dulce.
Es un contradiós”.
“...y a alguien le hacen el negocio del siglo, embolsi­
cándole cuatro mil millones de pesetas con balcones a la ca­
lle”.
“Lo que pasa es que uno es sevillano y se conoce el
percal”.
“Ya ha surgido la nueva oposición y ha empezado a
largar”.
“Y ahí lo tienes, de presidente para todas las manos”.
“ Le hemos metido la ampliadora al personal y al final
vemos que no hay más cera que la que arde, porque el per­
sonal no da la talla”.
“ Hay que reconocer en justicia que no se les ha ido la
mano con aquel a quien se le fue la mano y se le volvieron
los dedos huéspedes”.
“ Por lo que en Londres puede practicarse la mangole-
ta”.
“...sino que encima se dedican a dejar la mano tonta
en los grandes almacenes”.
“Y así. a lo tonto, a lo tonto...”.
“...procesiones extraordinarias a todo pasto...”
“¿Quién les ha dicho a los hermanos de San Gil, de
San Roque, de San Julián que no está el horno para bollos?"

181
“...para que vayan tomando del frasco los que denos­
tan el integrismo de las cofradías".
“...mirar las esquelas y asistir a los entierros a dar la
cabezada".
“...por culpa de lo difíciles que están las habichuelas”.
“ Mal deben ir las cosas cuando J. M., un caballero,
saca el libro de V. C. cuyo título completo es que chorrea
sangre".
“...a su Angela Chany y las pelanduscas de lujo vesti­
das de tiros largos".
“ Entre los comerciantes hay muchos agonías y mu­
chos penurias".
“Si los comerciantes no le meten pronto el lápiz a esta
locura colectiva, que nos preocupó a los que lo queremos,
porque estaba el hombre chungaleta..."
“...no son 3.600 millones con números, sino tres mil
seiscientos millones con letras, que parece que así con letras
nos entra mejor la vaselina de la morterá de la manteca co­
lora de la incógnita de quién ha sido el que se lo ha llevado
calentito..."
“...no ahora, que está tieso como la garrocha de Peral­
ta \ tiene más lápidas que el cementerio de San Femando"
(x).

x - Párrafos seleccionados del recuadro de “ ABC”, agosto 1986-íebrero


1987.

182
I V - M O D IS M O S A N D A L U C E S EN LA
C O P L IL L A T A U R IN A .

Al no creer oportuno incluir en el REPER­


TORIO DE MODISMOS los derivados de la
terminología taurina -salvo en algunos casos
muy ilustrativos-, seleccionamos aquí una reco­
pilación de coplillas sobre el tema, como ejem­
plos de lenguaje popular andaluz.

Capote de Curro Puya,


que se quedó donde está,
que las manos de ninguno
le pueden ni tropezar.
Y en el embroque,
yo no quiero ni verle
con el estoque.
Fernando Gómez, ¡Sevilla
a la puerta de toriles
dando un quiebro de rodillas!
Retrato de Lagartijo
que yo saqué de la cómoda;
el verle hacer el paseo
valía su peso en onzas.

183
Voy a levantar mi chato
con buen vino de Jeré,
para brindar por la suerte
de don Alvaro Domecq.

A la entreluz de los mayos,


cuando cruzaba el albero,
¡qué buen caballo el caballo
de don Antonio Cañero!

¡Viva tu mare.
que los buenos toreros
los daba a pares!

Tengo al Gallo dando el quiebro


y a Hermosilla toreando.
Frascuelo en el volapié
y al gran Calderón picando.

Al Minuto en el ruedo,
siendo un retaco,
da la gente más gritos
que al perro Paco.

Cuando Antoñito Fuentes


coge los palos,
la gracia de Sevilla
sale cantando.
¡Vaya salero
que tiene este Antoñito
banderillero!

Curro Cuchares se ríe


mientras llora el Chiclanero.
Lástima que Curro sea
tan sin lacha y tan torero.

184
Está don Antonio Gil.
con su vergüenza torera,
alternando con Machio
en la plaza de Antequera.
Quiéreme y yo te daré
jayares para comprar
el traje de oro del Guerra
y el güito de Castelar.
Nunca le tropezó un toro
al señor Pedro Romero:
por eso acabó sus días
en un triste matadero.
Di. ¿quién es ese torero
que arma en las plazas el taco?
Se llama Antonio Borrero
pero le apodan Chamaco.
Tenía Francisco Montes
fama de guapo en Chichina,
valiente lidiando toros
> rendido con las damas.
Francisco Montes. Paquiro.
clavel de la torería,
desde Chiclana a la Corte
se extendió tu valentía.
Brega de largo,
porque si bregas corto
resulta malo.
Chicuelinas de Chieuelo.
lances de Manuel Jiménez,
que a la vez que a se\ illanas
sonaban a martinete.

185
Cual seguiriya gitana
que se abre en primavera,
es de Rafael el Gallo
la mágica revolera.

Belmonte está toreando


y da su media verónica:
se llena toda la tarde
de perfumes y de aromas.
Bocanegra se llamaba,
Domínguez fue su maestro,
y nadie le echó la mano
a los toros recibiendo.

Para ser un buen torero


hay que doblar siempre a pares:
el poderío de Romero.
Pepe Luis Vázquez, torero
de los picas a la cabeza:
el barrio de San Bernardo
frente a un toro de bandera.

Nadie quiebre un toro al cambio


a las puertas del chiquero,
que se murió Cara-Ancha,
el mejor banderillero.

¡Cuánto celebro
verte junto al morlaco
pareando al quiebro!
Si algún día me quedo ciego,
lo último que quiero ver
es aquel tercio de quites
que hicieron Juan y José.

186
Luis Mazzantini
viene a matar
toros berrendos
del Colmenar.
A los toreros
borra del mapa
cuando Manolo Vázquez
se abre de capa.
Arenal de Sevilla,
Torre del Oro.
¡Antonio Bienvenida
jugando al toro!
Con mi capote de brega
yo toreo tus intenciones
cuando por la calle llegan
los toros de tus tacones.
La pena es un toro negro
y un toro negro el querer,
con banderillas de fuego
y de poder a poder.
Ojitos negros,
cara morena,
¿quieres que te cite al quiebro
en el centro de la arena?
Apriétate bien los machos
si toreas esta tarde:
con los machos apretados
no hay un torero cobarde.
Arpegio de una guitarra,
mariposa volandera:
ningún lance con más gracia
que tiene la revolera.
El hábito no hace al monje,
ni los machos al torero,
ni la divisa hace al toro:
todo lo deshace el viento.
No existe cosa más grande
que marcar un volapié,
ver caer al toro herido
en medio del redondel.
A los que tanto critican
yo bien los quisiera ver
toreando a cuerpo limpio
un toro de Parladé.

188
V .- M O D IS M O S A N D A L U C E S EN LA
C A N C IÓ N .

Por haber gozado de predicamento bajo la


dictadura franquista, la llamada canción españo­
la -o andaluza- ha sufrido las consecuencias de
un análisis superficial y sectario que la considera
instrumento de propaganda de gran eficacia en
su “edad de oro”. Esto no deja de ser un juicio
partidista y poco riguroso que nada tiene que ver
con la realidad; y, en todo caso, bastaría descu­
brir en esa canción su extraordinaria riqueza de
lenguaje popular para que mereciera el más
atento interés.

Mi jaca galopa y corta el viento


cuando pasa por el Puerto,
caminito de Jerez...
(MI JACA)

La quiero lo mismito que al gitano


que me está dando tormento
por eulpila del querer.
(MI JACA)

Nunca yo creí
que esto en el mundo existiera;
que Dios con su poderío ...
(SOMBRERO EN MANO)

189
... sobre el manchado mostrador,
él fue contándome entre dientes
la vieja historia de su amor.
... y para siempre voy marcado
con este nombre de mujer.
(TATUAJE)

Nadie se acerca a su reja...


... y ella compuesta y sin novio
se ha quedado en su ventana.
(A LA LIMA V AL LIMÓN)

... porque no tengo un anillo


con una fecha por dentro.
no tengo ley que me ampare
ni puerta donde llamar...
(ROMANCE DE LA OTRA)

Como quien echa un cumplido


sin ná de mala intención,
me dicen lodos “ La Guapa”
como quien echa un borrón.
... ¿Dónde va ese buen mozo que se me escapa
y a su boda de rumbo no me convida?
(LA GUAPA)

i Vamos a enterrar las penas


donde no se puedan ver!
(CARMEN BARAJA)

... el que de ti se enamora


se pierde pa loa la via.
(LA SALVAORA)

... te ofrezco la salvación


y el cariño ciego ...
(LA NIÑA DE FUEGO)
Como escapada de un cuadro,
en el sentir de la copla ...
(LA MORENA DE MI COPLA)

... pero nadie supo de fijo saber


de dónde era Trini la Parra la.
Las malas lenguas decían
que las ciaritas del día
siempre le daban bebiendo,
pero nadie comprendía
el porqué de la agonía
que la estaba consumiendo.
(LA PAR RALA)

... y a mi vera
te siento llegar.
... que es martillo de tormento
... que me nubla la razón.
(PENA MORA)

... y cuando apuntaban los claros del dia


llevaba reflejo de verde olivar.
Era Antonio Vargas Heredia el gitano,
el más arrogante y el mejor plantan ...
(ANTONIO VARGAS HEREDIA)

Capote de valentía
de su vergüenza torera ...
(CAPOTE DE GRANA Y ORO)

i Ay, ay, qué cuchillo de duelo... !


(EL MALETILLA)

Por no tener, no tenía


ni madre que lo quisiera.
... y a cara o cruz se jugaba
a! loro la vida entera.
(ROMANCE DE VALENTÍA)

191
Es tanto lo que decías
"te quiero más que a mi madre",
que fui de tu brazo un día
delante de los altares.
¿ ... no ves que lo sé de más
y tengo dentro una espina?
¿ No ves que lo sé de más
y estoy más muerta que viva ?
(NO ME QUIERO ENTERAR)
... y yo digo a los guapos
que me enamoran
que tengo ya empeñado
mi corazón;
y está en mis ojos preso
del punto y hora ...
(CON ELCATAPUM)
De Madrid, con chistera y patillas,
vino un real mozo muy cortesano ...
... ¿ por qué te vas de mis redes
de la noche a la mañana ?
(ROMANCE DE LA REINA MERCEDES)
Entre vueltas y revueltas,
por un mal viento llevá ...
te pusiste ante mi puerta
y en mi vida te di enirá.
Te pagué en buena moneda,
partí mi casa contigo
sabiendo de tu ralea ...
... Tú sembraste mi sendero
de espinas y maldiciones ...
(LA MEDALLONA)

Que ruede de boca en boca


esta copla que yo canto
como si estuviera loca ...
(COPLAS DE LUIS CANDELAS)

192
Vimos los dos juntos
despumar el d ía ...
(OJOS VERDES)

Se dice que es por un hombre,


se dice que si es por dos.
pero tu verdad del cuerno ...
(LA LIRIO)

Llegan de tó el mundo entero


las caravanas calés
y la palma del rumbo le dan
la Isla. Triana y Jerez.
(T AND

En tus alas hay temblores


de mocitas sin fortuna
que lloran penas de amores...
( 'O . \1I SOMBRE ROi

Me tiré a correr el mundo


cuando yo era mayorcito ...
(EL GITANO SEÑORITO»

Es que hubo un entredicho


entre la luna y el sol ...
iL \ li \ \ \ 11 s o i i

... que pregono por las calles


con muchísimo salero.
... que piensan darme una soba
donde amargan los pepinos.
(EL TU l \ I II l \ i

193
... A los guapos de Tria na
hago andar de coronilla.
... mas le han dicho más de cuatro
que voy a meter la pata.
pues ya me tiene hasta el pelo
que ande suelta por ahí
una Carmen de camelo.
(CARMEN DE ESPAÑA)

El cuarto de mis vecinos


es un pellizco de habitación ...
(COMPUESTA Y SIN NOVIO)

... pero el viento de la vida


aventó nuestra pasión ...
Aquellas penas tan negras
que yo pasé por tu amor,
aquellos celos de muerte
el viento se los llevó.
... Te lo juro, y no te miento,
que lo que hubo entre nosotros
se lo ha llevaito el viento.
... Nos quisimos palpitando,
que no había otro querer ...
(EL VIENTO SE LO LLEVÓ)

Me preguntan que si estoy en mis cabales


(ME GUSTA MI NOVIA)

¿ Por qué te has puesto de cera ?


... Mira que tó el que no sabe
cuál es la llave de la verdad...
(CAMPANERA)

1 94
V I.- O TRO S M O D IS M O S A N D A L U C E S .

Con este trabajo no hemos pretendido la


acumulación, sino un muestrario suficiente y sig­
nificativo, del que excluimos muchos ejemplos
por diversas causas: no contar con testimonio es­
crito de su empleo, localización geográfica mus li­
mitada, haber caído en desuso, etc. Muchos de es­
tos ejemplos se incluyen en la relación de este
apéndice.

A barra A criar
A barcinadas A culo pelado
A cajones A chacabarraca
A un andar A chiquito mió
A una orilla A chupitos
A ¿qué quieres, boca? A dormivela
A caliche A empañadas
A calzón quitado A escusa
A camichocho A hormigueros
A canal tendida A humo muerto
A canto llano A lágrima viva
A caña A medio mogate
A cañete A mojadedo
A casquete quitado A ojito
A ciento en boca A pasatorito

195
A coscoletas A peón
A pie cojito Acordar tarde
A pilla—pilla i Adelante con la chula!
A súbete en el poyo Ahuecar el ala
A la puja Andar con aquí te puse
A la gola Apuntar alto
A cuatro quicios ¡ Arrea, que vas por hilo !
A rapaterrón ¡ Arrea, manco!
A rasculas Andar de cabeza
A remojado i Aquí cayó Colín !
A la rorro Amarrar el mirlo
A rumbo Andar a papitos
A salvo está el que repica Andar con esos pezuelos
A sal sepa ¿ Al tambor mayor diana ?
A semanería Al sople
A sus solas Al primer tapón, zurrapa
A la tío Diego Al triángulo
A tiragatos Al vareteo
A la traspuesta Al vaseo
A todo tren Al fin y al remate
A la trinca Al orico
A más alto es mi trigo Al porrazo
A troca i Alza. Peneque!
A trompa tañida Andar con la viga derecha
A trompiquillos Acá, para entre nosotros
A más eres tú Abrírsele las carnes
¡ A la tumba, gallego ! Bajo llave
A la uña Buen porqué
A las voladas Cambiar el disco
A volea Caparen leche
A vuelta ¡ Caballo, con la mosca !
A lo zorruco Caer en pie como los gatos
A culo pajarero Cambiar el naipe
Cargar con las pedradas Como perro al que le quitan
Cubrir aguas pulgas
Colgar la asadura Como una porra

196
i Coche al corral! Como las vacas del tío Meleno
Colgar la calle Como el aceite a las espinacas
Compadre, la burra es mia Como los pinos el río arriba
Colmar el gorro de guijas Con ese melón se llenó el cerón
Correr una jarilla Con la baba caída
Comerse la lumbre Con el bozal puesto
Coger unas lumbres Con colmo
Coger una machota Ccon copete
Contra ojales hay botones Con el corazón en un puño
Cobrar el piso Con el culo al aire
Coger una mala postura Cucharada v paso atrás
Costar un riñón Chuparse el zancajo
Cortar la tripa al ombligo Desmonta primo
Cruzar la zorra el camino Decir de huida
Como un clavo Doblar la mano
Como de decir misa Dejar pelisentado
Como a niño sin pecado Dejar en los cuernos del toro
Como la novia de la aldea Dar cachen ina
Como una nutria Dar canuto
Como oro en panes Dar la certenidad
Como pasa en huevos Dar duro con tieso
Como una pólvora Dar en el naipe
Como rata por tirante Dar el palpito
Como un rayo Dar relojina
Como un tiro Dar lo suyo
Con sus miras Dar a los talones
Con tanto ojo Dar el té
Con lo puesto Dar tierra
Con la pata tiesa
Dar tres y raya De repique
Dar ciento y raya De siete sueños
Darle a uno por su carta De suspirillo
¡ Dale cera, que es cofrade! De talón y puntera
Darse pote De timbrazo
Dar el quiebro De trompón y calabaza
Del siglo Echar un cable

197
r

De aguas allá Echar una chillería


Dejar tamañito Echar el golpe
De lo lindo Echar las largas
De media anqueta Echar una porrilla
De birlango Echar una porrita
De bracilete Echar la rematosa
De buenas Echar un revezo
De calesa Echarse a la vida
De cuco Escupir de chijate
De entra y sal Emplearse a uno
De erizo i Esa es la más negra !
De buenos (o malos) estambres Estar acatu
De guitarrita Estar de cierzo
De jopeo Estar sacado de culero
De mandamiento Estar que estar
De martillejo Estar que muerde
De medio hombrillo Estar pocho
De mistó Estar de plancha
De poca monta Estar hecho un pollo
De morrillazo Estar en rogativa
De ojitos Estar de teque
De orgullón Estar en la torta
De mal en peor Estar de vestuario
De pitiminí En adobo
De pradería En aquellos
De refillón En corina
En cuerecitos vivos Hacer la pelotilla
En greña Hacer la peseta
En los puros huesos Hacer pinos
En nálgara Hacer pinitos
En pasta Hacer plaza
En tacos Hacer renque
En santa paz Hacer ricia
En un decir pim Hacer la rosa
En seguidita Hacer la rosca
En tenguiriHete Hacer señicos

198
En truchas Hacer la vela
En veleto Hacer viso
Guardar el bollo Hacer vísperas
Guardar el compás Hacer la vista gorda
Guardar la cara Hacerse pieza
Hasta la cepa Hacerse una pina
Hasta la cintas Hacerse el zongo
Hasta el moño Hacerse un curcuño
Hablar de recio Hacerse un pan
Hartarse a lo pavo Hacérsele un monte
Hacer el agarejo Hecho harina
Hacer los arengues Hecho un bebedero de patos
Hacer calendario nuevo Hecho un boruño
Hacer chichones Hecho una papocha
Hacer la denia Hecho un paquete
Hacerguita Hasta las zurrapas
Hacer jánjaras Hilo a hilo
Hacer los jarritos Ir con el cante
Hacer longaniza Ira Palacio
Hacer maula Ir sobre querencia
Hacer el ovillo Irse a las matas
Hacer palmas Irse a la veleta
Hacer el paso Jugara las cañas
Jamarse la partía Meter el resuello
La misma canción i Mira que la cosa...!
Las diez de últimas Miente más que reparte
¡ Las ganas! Mimbres y tiempo
i La del humo ! Morder el aire
La mejor muía, sin manta ¡ Ni pensarlo!
i La orden ! Ni pum
Levantar la figura Ni por semejas
Luego es la hora Ni tanto así
Lavativa y trote Ni a la ventana te asomes
Lo que es No perder comba
Lo que sea, sonará No perder bocado
Lo que ve la suegra No valer una copla

199
r

Llamar a careo No digamos que digamos


Llevar la corriente No ser un grano de anís
Llevar el pulso No ver ni jota
Llegar y besar el santo No ver tres en un burro
Llegar algo muy adentro No entender palotada
Llorar con un ojo No haber de qué
Más de cuanto ha No poder solostrar
Más mejor No decir por ahí te pudras
Más raso que un pandero No andar bien de la perinola
Más tonto que Pichóte 0 borracho o no probarlo
Más fijo que un reló Ojo al Cristo. que asan carne
Más claro, agua 1 Ojo al precinto !
Más vivo que un ascua Para saber. Dios
Más seco que el tiesto de Inés i Para matarlo!
Metérsele un bu Pasar las moras (moradas)
Meter el entejón i Para la jaca!
Meter un perro Perder el cuello
Meter la peste en un canuto Pensé mi mano
Meter el remo Peor me lo pones
Por las buenas Ser la flor del cardo
Por la boca muere el pez Ser una mosca blanca
Por cara d e ... Ser un hueso irroíble
Por encima del pelo Ser de corcho
Poner como una alfotifa Ser incapaz de Sacramentos
Poner la cabaña Sepan gatos qué es antruejo
Poner de concha Sermón sin paño
Poner un puñal en el pecho Según caigan las pesas
Pintar un albero Tan en ello
Ponerse flamenco Tener más alma que un paisano
Ponerse rucho Tener tomate
Ponerse por medio Tener cáscara
Prueba al canto Tener más concha que un
Puesta enfriar galápago
Puicia arriba, puicia abajo Te veo. besugo
Que quiero, que no quiero Te veo. Mateo
¡Qué... ni que ocho cuartos! Tener una buena caña

20 0
Quedar para los restos Tener mucha costilla
Quedar sin gota de sangre Tener mal diente
Quitar el crédito Tener gatos en la barriga
Rabo a viento Tener una florecica
Rebanar la nuez Tener buenos mimbres
Resollar fuerte > Tener pan y con qué comerlo
Roerse los codos Tener puntas y ribetes
Sacar de cimiento Tener sombras y lejos
Saltar la hiel Tener sangre gorda
Sacar la novia Tragarse el monte
Salir de la puja Tirar de la levita
Salir arañando las paredes Todos los golpes van a la cresta
Ser una ardilla Todos los golpes van al dedo
Ser un mal caballo malo
Ser un cabrilla Tomar alas
Ser el cántaro mocho Tres golpes y repique
Venir de muerte
Venir la negra

Venir mal el don con la veintecuatría


Y a quien le pique, que se rasque
¡ Y a vivir, que son dos días!
i Y a la mar. madera !
¡ Y Santas Pascuas !
r
IN D IC E

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Q.
R. 131
S. 132
T. 142
I 155
V. 156
Y. 161
Z. 163

APÉNDICES
1- Modismos Andaluces en el Refranero 167
.

II.- Modismos Andaluces en la Novela . 173


111- Modismos Andaluces en el Articulo de Prensa I 79
IV.- Modismos Andaluces en la Coplilla Taurina .. 183
V - Modismos Andaluces en la C anción............... 189
V I- Otros Modismos Andaluces............................ 195
9788477860402
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9 7884 77 860402

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