Download as pdf or txt
Download as pdf or txt
You are on page 1of 24

CRITICA DE LIBROS

Política, igualdad social y educación


Textos de sociología de la educación seleccionados
por GERMÁN GÓMEZ ORFANEL. Revista de Educación
(Colección Libros de Bolsillo), Madrid, 1978.

La sociología de la educación, aun estructura y funciones del sistema


habiendo ya descubierto su objeto ma- educativo..., son cuestiones que se
terial de observación científica y en- interrelacionan con los temas funda-
contrado su específico modo de apro- mentales de los restantes sistemas:
ximación analítica, creemos se halla político, económico, religioso..., que
todavía en inacabado proceso de con- configuran la sociedad global.
figuración científica. Necesita, de ma- La complejidad de objetivos y la
nera apremiante, clarificar y robus- amplitud de los campos abordados en
tecer su epistemología y aquilatar sus la sociología de la educación ha dado
análisis empíricos; y, como en el iti- como resultado una amplitud indefi-
nerario configurativo de cualquier otra nida en el abanico de exploración y
ciencia, precisa conjugar la inspiración una variedad de enfoques tanto en
y referencia a las teorías clásicas con los estudios globales como en los aná-
el esfuerzo de abrir brechas de am- lisis parciales realizados sobre la edu-
pliación y profundización en su campo cación.
exploratorio. Son necesarios trabajos como esta
Por otra parte, los temas capitales recopilación de textos realizada cui-
de la sociología de la educación se dadosa y acertadamente por G. Gómez
entrelazan con los de la sociología Orfanel, que ofrezcan, en síntesis, el
política y de la política económica. aspecto nuclear de la sociología de
Las cuestiones nucleares que tiene la educación desde horizontes diver-
que abordar la sociología de la edu- sos como los de Estados Unidos,
cación, tales como los controles de Inglaterra, Alemania y Francia, y de-
la enseñanza, la democratización in- tectan al mismo tiempo los «centros
terna de la misma o repartición del neurálgicos», que postulan nuevos
poder en su gestión; la democratiza- planteamientos y reiterada reflexión.
ción externa, que atañe a la gene- Los artículos seleccionados afron-
ralización y tasas de escolarización; tarán desde enfoques pluridimensio-
igualdad de oportunidades tanto a la nales y, en consecuencia con resulta-
entrada como a la salida del proceso dos dispares, las interconexiones de
educativo; calidad de la enseñanza, la escuela y la estructura social de

5/79 pp. 185-207


CRITICA DE LIBROS

las clases, la influencia de los siste- no hace sino afirmarlas más profun-
mas educativos sobre el funcionamien- damente.
to de los sistemas políticos, los efec- R. Boudon, por el contrario, se
tos de la escolarización sobre el mer- esfuerza en desmentir o por lo me-
cado de trabajo y la movilidad so- nos aligerar la tesis según la cual la
cial. escuela contribuye a «reproducir» en
Aun aceptando por parte de todos el tiempo el sistema social y las des-
los autores que el sistema educativo igualdades que éste comporta. Para
viene a ocupar un lugar estratégico este autor, la desigual distribución
como determinante del carácter so- del capital escolar no lleva aparejada
cial, político y económico de la socie- un efecto claro y general sobre las
dad, no son concordantes en cuanto desigualdades de las rentas. La ob-
a la dimensión ni cualificación de las servación parece mostrar que la co-
influencias mutuas. rrelación estadística entre el nivel de
Una primera cuestión que los so- instrucción y el «status» social es
ciólogos de la educación han preten- baja. Este depende de gran número
dido dilucidar se plantea en los tér- de variables de las que sólo algunas
minos de si el sistema de enseñanza se toman en consideración en las en-
es un factor de cambio del orden so- cuestas.
cial establecido o, por el contrario, Las sociedades industriales, a pesar
si es el mantenedor o reproductor de su carácter democrático, se carac-
del mismo. ¿La educación institucio- terizan por una escasa correlación en-
nalizada cumple funciones liberaliza- tre el nivel de instrucción y la posi-
doras, igualatorias o compensadoras ción social, entre nivel de instrucción
de los desequilibrios individuales y y movilidad, entre nivel de instruc-
colectivos en las sociedades históri- ción y de renta. En consecuencia, opi-
cas? ¿Cuál es el alcance de la con- na Boudon, la reducción de las des-
tribución de la instrucción formal a igualdades escolares no implica la ne-
la igualdad de oportunidades? cesaria reducción de otras formas de
Las respuestas no son necesaria- desigualdad.
mente unívocas, como pondera R. En la misma línea, H. Titze señala
Clignet desde una perspectiva gene- unas acotaciones al intento de querer
ral de las cuestiones. solucionar la «desigualdad social» den-
P. Bourdieu defiende la tesis de la tro de la sociedad burguesa median-
reproducción social mediante la re- te una «política de reforma de la en-
producción cultural. El sistema edu- señanza». Aunque la escuela como
cativo, mediante las apariencias de institución pública de distribución de
neutralidad, cumple la función de re- oportunidades sociales debe compen-
producir las estructuras sociales y las sar el reparto asimétrico condicionado
relaciones de clase de manera tanto por el mercado (antagonismos socia-
más eficaz cuanto que esta función les) que sigue dándose en las estruc-
es mejor disimulada. La escuela re- turas fundamentales del capitalismo,
fuerza, sanciona y consagra las des- opina que esta política de enseñanza
igualdades sociales. La educación, resulta inapropiada para solucionar el
que debería cumplir en la sociedad problema de la desigualdad social
capitalista una función compensado- dentro de las sociedades capitalistas.
ra de las desigualdades económicas, Desvela el desplazamiento del mode-

186
CRITICA DE LIBROS

lo de legitimación de las desigualda- «negativa» entre educación y desarro-


des desde la competencia del merca- llo en numerosos países del tercer
do a la competencia académica. El mundo. Por otra parte, desde la teo-
título escolar avala la capacitación ría del conflicto llega a la conclusión
económica y social. de que la democratización del acceso
La influencia más destacada del a la educación no refleja necesaria-
sistema de educación en el sistema mente una mayor movilidad social ni
social es el desencadenamiento de la la reducción de la desigualdad social.
movilidad social. Los sociólogos de Se critica también el impacto de
la educación se esfuerzan en descu- la educación «recurrente» o perma-
brir y medir dicha relación causal. nente. Se la concibe no como un me-
W. Einseidler, en su artículo «Es- dio de llegar a una sociedad igualita-
cuela y movilidad social», analiza los ria, sino simplemente como una prue-
modelos de asignación de «status» a ba de la capacidad de la clase media
través de la escuela. Reconoce cómo para alcanzar logros en condiciones
las sociedades corporativas apenas co- de retribución diferida l.
nocían la movilidad social. La escuela Para poder evaluar la función so-
como intermediario entre el «status» cio-estructural de la educación se hace
de los padres y el de los hijos tenía necesario realizar una investigación a
el cometido de mantener un nivel de fondo de su papel en los procesos
«status»: asignación de «status» a tra- de selección y asignación, teniendo en
vés del origen. En la sociedad indus- cuenta tanto los distintos niveles edu-
trial la distribución del «status» debe cativos como las diferencias institu-
realizarse basándose en criterios ad- cionales.
quiridos, es decir, en el rendimiento Otra cuestión siempre latente en
escolar; pero no se puede pasar por los estudios sociológicos de la edu-
alto el hecho importante que el ren- cación es la de la influencia del Esta-
dimiento no está desvinculado del ori- do en la escuela.
gen social, al menos en el sistema
Desde el análisis del caso alemán,
escolar actual. Las variables intra-
C. Menze hace una crítica aquilatada
escolares, aunque no son las más in-
de la escuela estatal, de su poder y
fluyentes, pueden también ayudar a
pedagogía administrativa. Desvela los
aumentar la igualdad de oportunida-
riesgos de que la escuela no sea un
des y, por tanto, hacer posible la mo-
«instrumento de enseñanza», sino so-
vilidad social.
bre todo un órgano ejecutor del Es-
Se percibe, no obstante, en la ex- tado. «No es asunto del Estado emi-
posición de W. Einseidler una pos- tir prohibiciones que a través de cual-
tura escéptica sobre la eficacia trans- quier tipo de pedagogía prescriptiva,
formadora de la escuela. cuya legitimación parece bastante du-
Por su parte, John P. Neelsen ana- dosa, tanto científica como jurídica-
liza la influencia de la educación en mente, restrinjan la libertad de los
la movilidad social desde un enfoque ciudadanos.» Existen motivos más
estructural-funcional, y constata que
la teoría estructural-funcional resulta 1
Véase juicio crítico en M. BLAUG,
insuficiente para explicar la función Education and the Employment Problem
socio-estructural de la educación, pues in Developing Countries. Ginebra, O.I.T.,
se aprecian disfunciones o correlación 1973, págs. 72-76.

187
CRITICA DE LIBROS

que suficientes para dudar de la in- terviene como factor fundamental en


falibilidad pedagógica del Estado el proceso de socialización política, en
Dentro de la evolución general de el reclutamiento político y en la in-
la escuela, el dominio estatal presen- tegración política 4 . Sin embargo, re-
ta un estadio necesario, que en modo sultados de estudios más recientes in-
alguno puede calificarse definitivo, dican que la influencia de la educa-
sino como un elemento de su desarro- ción en las actitudes es más compli-
llo histórico. Propone la conveniencia cada, dudosa y variable de lo que en
de alternativas que limiten la preten- principio se creyó. Esto no significa
dida omnipotencia estatal en materia que la educación carezca de impor-
de educación y la obligación de en- tancia, sino que sencillamente viene
tablar una relación de competencia a corregir la creencia simplicista en
con las escuelas libres para así con- una relación necesariamente unidi-
seguir una mejora de la enseñanza en mensional y positiva entre educación
general. y orientación política democrática.
Entre los artículos seleccionados el Las sociedades difieren grandemente
más significativo, ya clásico, es el según que la manipulación política
texto de S. Coleman editado en 1965 de los planes de estudio sea más o
como introducción al libro «Educa- menos consciente y explícita y tam-
tion and Political Development». Ya bién según el contenido real de di-
entonces se analizaban las relaciones chos planes 5.
genéricas que se verifican entre la Las aportaciones de J. Coleman se
educación y el sistema político. ven en parte contestadas con las
Se hace portavoz de las tendencias anotaciones que Theodor Tanf y co-
que consideran la educación como el laboradores proponen en el estudio in-
principal determinante de los aspec- cluido en el volumen que comenta-
tos del desarrollo económico, político mos. Recogen las opiniones que con-
y social2. Pero anota que una mayor sideran la educación como un obstácu-
conciencia de su interrelación funcio- lo para el desarrollo; pues desde la
nal ha estimulado a los sociólogos y observación de la educación formal en
educadores a ocuparse de un mayor numerosos países afroasiáticos parece
número de variables. que la misma contribuye a impedir el
Centrándose en el aspecto políti- crecimiento económico y a promover
co, a primera vista, la educación pa- la inestabilidad política, o por lo me-
rece ser el principal determinante del nos hay ciertas dudas sobre la impor-
desarrollo político 3 . La educación in- tancia de la educación formal en el
2
Véanse los estudios de J. FLOUD y proceso de socialización política 6.
A. H. HASLEY, "Education and Social Hoy sabemos que los procesos de
structure: Theories and Methodes",
4
Harvard Educational Review (otoño Cfr. G. A. ALMOND y J. S. COLEMAN,
1959); "Their Report on the Sociology The politics of the Development Áreas.
of Education", Current Sociology, volu- Princenton University Press, 1960.
5
men VTI (1959). Cfr. Z. BREZINSKI y S. HUNTINGTON,
3
Véanse H. H. GERTH y C. WRIGHT Political Power, USA-USSR. Nueva
MILLS, From Max Weber, Essays in So- York, The Viking Press, 1963.
6
ciology, Nueva York, 1946; Ph. CÜTRIGHT, Cfr. A. K. PREVITT, "Some Doubts
"National Political Development Mea- about Political Socialization Research",
surement and Analysis", American So- Comparative Education Review, volu-
ciological Review (abril 1963), páginas men XIX, núm. 1 (febrero 1975), pági-
253-264. nas 105-114.

188
CRITICA DE LIBROS

aprendizaje no planificados tienen social y educación» nos ofrecen una


con frecuencia un impacto mayor que amplia y rica panorámica de la sociolo-
los explícitamente planificados. Son gía de la educación, aunque sus apor-
numerosos los signos de la debilidad taciones ni son conclusivas ni defini-
de la socialización política planifica- torias; que no lo pueden ser en un
da durante los períodos coloniales, campo tan dinámico y evolutivo co-
mientras que hay evidentes efectos de mo el de la educación y desde la apro-
socialización política no planificada ximación vitalista sociológica. Pero
en países afroasiáticos. estas páginas constituyen un excelen-
Parece, pues, que las suposiciones te marco referencial y de interpreta-
optimistas sobre la contribución de ción de otros numerosos trabajos que
la educación formal a la construcción están surgiendo sobre la materia. So-
de las nacionalidades modernas son bre todo suponen una útilísima con-
muy discutibles. Pero opinamos que tribución a la sociología de la edu-
la causa está en que apenas ninguno cación en el ámbito español, que está
de los nuevos países afroasiáticos ha necesitando de manera acuciante de
emprendido reformas educativas pos- nuevos tratamientos, tanto teóricos
coloniales adecuadas a sus propias como empíricos.
condiciones de existencia y desarrollo.
Los textos seleccionados para este
primer volumen de «Política, igualdad JUAN JOSÉ SÁNCHEZ

FRANK PARKIN

Orden político y desigualdades de clase


(Ed. Debate, Madrid, 1978, 292 págs.)

Si damos en aceptar que existen al- una objetivización alternativa, aun a


gunas, escasas, estructuras fundamen- pesar de las sustanciales diferencias
tales de pensamiento humano, y que que haya entre una y otra (motivo ya
las mismas responden a esquemas re- más que suficiente para la explicación
lativamente sencillos de organización de un discurso autónomo) y porque,
y funcionamiento, la designación de además, se corre el peligro de relegar
un parentesco próximo a una especí- el contenido del mensaje paralelo que
fica obra reviste a ésta de una apa- se suele inscribir en el desarrollo de
rente tosquedad que termina afectan- un discurso contextuado por alguno
do no solamente aquélla, sino a la de tales arquetipos.
crítica que a partir de la cual se ar- Complicada es la labor de desci-
ticula y pretende dar sentido. Crítica frar los diversos signos indicadores
que, en cualquier caso, debe mostrar- de su presencia; más aún la de se-
se moderada en este alcance, pues, ñalar, a través de una lectura selec-
con toda probabilidad, participará de tiva y gradual, en qué consiste el

189
CRITICA DE LIBROS

hilo conductor que lo vertebra y da les que las habían causado—, este
razón antropológica de ^su existen- privilegiado momento de la pulsión
cia; pues, entre otras derivaciones, antropocéntrica que consiste en asu-
el hecho de descubrir su presencia mir (presuntuosamente) como radical
viene automáticamente a hacer des- y definitiva la separación lograda res-
cender el nivel de representación dra- pecto a los vínculos establecidos y
mática y a relativizar cualquier tipo mantenidos por las instituciones de
de discurso político (efecto indesea- legitimidad extramundana a través
ble para los creadores de esta clase de de siglos de dominación, se revela
ilusión). simplemente sustitutorio de aquéllas
a la hora de cumplir la función de
Tal vez sea más aventurado el rea-
atribuir un destino a la evolución de
lizar tal análisis cuando las circuns-
la especie humana (función que quizá
tancias indican el despertar de reno-
no deje de ayudar a la satisfacción de
vado vigor de la memoria colectiva
una de las más regulares necesidades:
que resurge al aferrarse a los para-
la de asegurar una cierta cohesión
digmas míticos que le aseguran la
moral).
identidad eterna. Parece ser, en este
sentido, como si los pueblos rivaliza- Partiendo de lo cual viene a ser
ran en la tarea imposible de materia- imprescindible el situar tanto el ins-
lizar en la tierra las pretensiones de trumento como el terreno en el que
inmortalidad que el discurso estricta- queda vinculada tal funciórr; pues
mente religioso, primero, y las formu- bien, uno y otro no pueden ser sino
laciones seculares del pensamiento mí- las ideologías y, más concretamente,
tico, después, habían representado. aquellas que se presentan dotadas del
Pareciera como si cada orden de rea- sentido de totalidad, las que ofrecen
lidad se sintiera amenazado por la ten- una visión sistematizada y coherente
dencia expansionista del oponente y del mundo, las que constituyen un or-
terminaran por reforzarse mutuamen- den cerrado y jerarquizado en el que
te en la descripción de un devenir cada fenómeno y acontecimiento es
histórico finalista que les sirviera de explicado (metafísicamente) en su re-
garantía de legitimación de la espiral lación última con arreglo a un siste-
de concentración de poder que ponen ma interpretativo único —tales cons-
en marcha en el quimérico intento de trucciones son terriblemente asfixian-
someter el orden de cosas real al im- tes, pues incongruencias, azares,
perativo de una continuada transfor- contradicciones, inconsecuencias son
mación conforme al modelo ideal de sometidas a un (alternativamente) abs-
sociedad, lugar teórico de naturaleza tracto-concreto molde reductor, cuan-
paradigmática. do no son sencillamente marginadas
El carácter prioritario que, en una u olvidadas—.
interpretación de la dinámica social, El primer elemento de sospecha
manifiesta el referente de una humani- acerca del verdadero significado de
dad reconciliada consigo misma, don- tales ideologías surge cuando consta-
de las relaciones sociales alcanzan la tamos el hecho histórico de su ins-
cualidad de la transparencia, cuando trumentación política por aparatos de
las lacras y limitaciones históricamen- poder político reclamándose de orien-
te padecidas desaparecen —pues han taciones bien diferentes, cuando apre-
desaparecido las condiciones materia- ciamos que, para su consolidación, se

190
CRITICA DE LIBROS

muestran claramente independientes ficidad del plano político, siendo éste


de una conexión con políticas concre- nombrado en cuanto pura proyección,
tas, cuando comprobamos la especial en el terreno de las instituciones for-
intensidad de una vivencia que sé males, del juego de poderes que man-
autodenomina «política» en el com- tienen entre sí fuerzas sociales más
portamiento de personas que se ads- o menos concebidas como entidades
criben a aquéllas, cuando observamos míticas y/o sujetos históricos.
las formas culturales y rituales que Es por ello que, por encima del
asumen sus manifestaciones públicas. lenguaje coloquial en el que a veces
Mas lo curioso, y relevante a efec- quedan expuestas tales aproximacio-
tos políticos, es que su irracionalidad nes, resulta necesario el señalar la im-
lógica no tiene envergadura alguna precisión y ambigüedad que las en-
frente al éxito que el adecuado uso vuelve, razón por la cual los aspectos
de las mismas ha supuesto en las mo- teóricos quedan casi siempre difumi-
vilizaciones de masas contemporáneas, nados, las posturas políticas persona-
habiéndose llevado a cabo bajo la co- las realzadas de modo excesivo, es-
bertura de principios y máximas di- tando unos y otras unidos y susten-
rectamente inspirados en aquéllas. tados por la perspectiva ideológica,
Tales hechos son sobradamente cono- que termina por ocultar el campo de
cidos; y están perfectamente docu- análisis decididamente importante, el
mentados. Y sin embargo persiste la de las relaciones de poder, allí donde
tendencia a no considerarlos respon- creencias, valores y pasiones son so-
diendo a causas proporcionales a sus lamente medios de dominación social
dimensiones y de naturaleza netamen- o de lucha y afirmación de la libertad.
te política, todo ello debido a la per-
manencia de un pre-juicio de origen
ideológico que apunta a la no-especi- Luis ARRILLAGA ALDAMA

JESÚS M. DE MIGUEL

Sociología de la Medicina. Una introducción crítica


(Vicens Vives. Barcelona, 1978)

El libro pudiera ser una «Memo- La primera parte («Los paradigmas


ria» de cátedra, aunque indudable- teóricos») trata de una primera apro-
mente es mejor: «Memoria», porque ximación o delimitación de la disci-
se trata del concepto-objeto-fuentes plina, ocupándose fundamentalmente
de la «Sociología de la Medicina»; de las diferencias entre «Sociología de
«mejor», porque se ha desnudado de la Medicina» y «Sociología en la Me-
la camisa de fuerza de unas oposicio- dicina». Ambas vienen a utilizar pa-
nes anquilosadoras muchas veces de recida metodología, aunque los obje-
la voluntad imaginadora y creadora. tivos difieren: la primera se preocu-

191
CRITICA DE LIBROS

paría más de la revisión de paradig- impide que los procesos de diagnós-


mas sociológicos en base al estudio tico, internamiento, etc., se vean en-
del sistema sanitario, en tanto que la corsetados en la asimetría y etique-
segunda —más próxima a la profe- tadora (un posible «ceremonial de
sión médica— se recluiría más en el degradación social» a lo Garfinkel) re-
análisis y resolución de problemas lación médico (aunque sea de la me-
médico-sanitarios desde una perspéc- dicina socializada )-enfermo.
tica sociológica. De todos modos, esta La tercera parte («La macrosociolo-
d i s t i n c i ó n , clásica desde Robert gía de la medicina») analiza las asocia-
Strauss (1956), no debe comprender- ciones profesionales médicas —funda-
se absolutamente, ya que, en la prác- mentalmente, la «American Medical
tica, los límites son muy cambiantes Association» y la «British Medical
y difusos: sobre todo, desde que se Association»—, resaltando los mo-
acepta progresivamente la proposición mentos de defensa y «conservación»
de que «la ciencia médica se ha con- de las mismas: sobre todo, haciendo
vertido en una ciencia social». Esta referencia a la encarnizada oposición
primera parte contiene una exhausti- de la primera a la medicina socializa-
va relación de trabajos españoles re- da. Pasa luego revista a los modelos
feridos —casi todos, desde una pers- sanitarios de los partidos políticos con
pectiva teórico-general o epidemioló- especial referencia al caso español:
gica— a la Sociología de la Medicina. «Frente Nacional», «Democracia Cris-
La segunda parte («La microsocio- tiana», «Partido Socialista» y «Parti-
logía de la medicina») estudia la en- do Comunista».
fermedad mental, así como las rela- Especialmente trabajado me parece
ciones médico-enfermo. Se ofrece una el capítulo 7, «El sistema sanitario»,
exposición de diversas teorías de la en- del que es coautor original Benjamín
fermedad mental (psicoanalítica freu- Oltra. Parte de la consideración de la
diana, de la adaptación, del «stress», sanidad como sistema abierto, en el
de la desviación social, de la socializa- que los «outputs» (nivel de salud al-
ción, del etiquetamiento), algunas canzado) retroalimenta positivamente
consideraciones sobre la relación en- aquél, formando parte de los nuevos
fermedad mental-clase social, etc., así y sucesivos «inputs». Con aplicación
como una contraposición Parsons- al caso español, se verifica la hipóte-
Goffman a propósito de la relación sis general de que son esos «outputs»,
médico-enfermo. Siendo fiel al subtí- más que el desarrollo económico, los
tulo «Introducción crítica», De Miguel que explican en creciente grado la
critica brevemente a ambos y también salud de la población a medida que se
a la antipsiquiatría, observando que acumulan estadios de desarrollo avan-
la progresiva implantación del hospi- zado: es decir, la estructura de servi-
tal y el mayor acceso de la sociedad cios sanitarios alcanzada deviene cada
al uso de los médicos han superado vez más decisiva en la mejora del ni-
(relativamente) la pura relación mé- vel de salud. A tal efecto, se diseñan
dico-enfermo. Claro, son muchas las diversos modelos recursivos de varia-
objeciones que se le ocurren a uno bles, midiéndose sus efectos mediante
y que el autor no se plantea en una la técnica del «path analysis».
«introducción»: por ejemplo, la pro- La cuarta parte («Los aspectos me-
gresiva socialización de la medicina no todológicos») se ocupa del enfoque so-

192
CRITICA DE LIBROS

ciológico (reitera varios puntos del tes: por ejemplo, al presentar una co-
capítulo 3) y epidemiológico, insiste rrelación positiva entre miembro de
sobre la distinción entre prevalencia clase baja y enfermedad mental (aun-
e incidencia y desciende al estudio de que De Miguel observe la diferencia
los fenómenos sociales de fumar y sus entre prevalencia e incidencia). El es-
relaciones con el cáncer. tudio clásico de Hollingshead y Red-
Finalmente, la quinta parte («Cam- lich (1958) y otros más recientes ha-
bio social y sanidad») trata de los blan en tal sentido, aunque —al igual
programas de planificación, los infor- que en el terreno de la delincuencia—
mes de la evaluación de los cambios la cosa no parece estar tan clara. Fá-
producidos, el análisis de la reforma cilmente puede comprenderse, en efec-
y la relación de todo ello con la pro- to, el sesgo deformador que supone
blemática sanitaria en Europa Meri- cualquier muestra de «delincuentes»
dional. Es decir, se llama la atención —en nuestro caso, de «enfermos men-
sobre las coordenadas político-sanita- tales hospitalizados» e incluso «diag-
rias de los fenómenos de la salud (más nosticados»— para extraer deduccio-
que de la enfermedad). nes acerca de la influencia de factores,
Es un libro muy útil: no sólo por- tales como condiciones familiares, es-
que informa, mejor que ningún otro trato social, etc. «Delincuentes», por
producido en España, de la sociología ejemplo, son los desviados definidos
de la medicina, sino porque contri- como tales por las instancias de con-
buirá —así lo espero— a mermar la trol (y, como se sabe, tienen mayores
idolatración tradicional del médico probabilidades de «merecer» tal defi-
y la falsa idea de que la salud y su nición los miembros de la clase baja).
cuidado son asuntos más bien «indi- ¿No ocurrirá también algo parecido
viduales». ¡Ojalá contribuya también en relación con el diagnóstico de
a la institucionalización de la sociolo- «neurótico»? Desde luego, desde la
gía de la medicina: por ejemplo, in- perspectiva de la teoría del etiqueta-
cluyéndola como especialidad o disci- miento y de la antipsiquiatría, por
plina de Facultades de Medicina y, ejemplo, la apuntada observación pa-
de entrada, en la Facultad de Ciencias rece razonable. Jesús M. De Miguel,
Políticas y Sociología! Es ya evidente que, en su libro y otros trabajos, ha
la necesidad de un estudio y de un escrito sobre la teoría del etiqueta-
trabajo interdisciplinario de médicos miento, sabe perfectamente (incluso
y sociólogos en universidades, hospi- lo insinúa) que la correlación apunta-
tales, Ministerio de Sanidad, etcétera. da deja bastante que desear. Es uno
Pocas observaciones se me ocurren de los temas de interés que el autor
ante este libro bien hecho. Siguiendo del libro podría investigar algún día
la línea de algunas ya insinuadas a con referencia al caso español.
lo largo de esta reseña, noto cierto
apresuramiento en algunas afirmacio-
nes que me parecen demasiado tajan- JOSÉ A. GARMENDIA

193
CRITICA DE LIBROS

ALAIN TOURAINE

Alain Touraine y la sociología


(Un deseo de historia. Autobiografía intelectual. Madrid, 1978, Ed. Zero)

No se puede decir que el persona- do peculiar que tiene, como punto de


je que nos ocupa sea un desconocido, inflexión —reconocido por el propio
ni siquiera en España. Alain Tourai- autor—, en el conjunto de su labor.
ne, presidente de la Sociedad Francesa El libro juega un doble papel res-
de Sociología, vicepresidente de la pecto al propio Touraine, por un lado
Asociación Internacional de Sociolo- «aclarar mis ideas, mis proyectos,
gía, director de la sección IV de la mis esperanzas actuales» y por otro
«Ecole Pratique des Hautes Etudes» hablar «no tanto de mí como de las
(Centro de Estudios de los Movimien- experiencias, los problemas y las ta-
tos Sociales), no es un desconocido en reas que conformaron mi vida y que
España. Por una vez la casi totalidad constituyen una parte de lo que se
de la obra de un autor clásico, aun- denomina la "situación" en la que
que reciente, es conocida y ha sido todos debemos actuar, intelectual y
traducida a nuestra lengua '. Sin em- políticamente». Y decide hablar, no
bargo, hoy nos vamos a referir espe- porque sea un hombre público o im-
cialmente a la última publicada en Es- portante, sino porque ahora se puede
paña 2, y lo haremos por el significa- tomar la palabra, ahora que por fin
se ha roto la indiferencia de la Uni-
1
Relacionamos las obras que conoce- versidad hacia las Ciencias Sociales,
mos en castellano: América del Sur: un ahora que se reinician las discusiones,
proletariado nuevo, Barcelona, 1965, Ed. pero sobre todo ahora que la sociedad
Nova Terra; Sociología de la acción,
Barcelona, 1969, Ed. Ariel; La sociedad «volvió a adquirir un sentido vital:
postindustrial, Barcelona, 1969, Editorial se plantean nuevos problemas, esta-
Ariel; Los trabajadores y la evolución llan conflictos, se conforman distin-
técnica, Barcelona, 1970, Ed. Nova Te- tos movimientos».
rra; "Las clases sociales", ponencia para
el seminario de Mérida, Yucatán, con-
vocado por el Instituto de Investigacio-
nes Sociales de la UNAM, recogido en La «situación»
Las clases sociales en América Latina,
México, 1973, Ed. Siglo XXI; Vida y
muerte del Chile popular, Madrid, 1974, Touraine esboza, a grandes rasgos,
Ed. Siglo XXI; Cartas a una estudiante, los condicionantes sociales de su fa-
Barcelona, 1977, Ed. Kairos; Introducción milia y del período en que estudiaba.
a la sociología, Barcelona, 1978, Edito- Su nacimiento a caballo de dos socie-
rial Ariel. dades, los estudios, la guerra... La
2
Un deseo de historia (autobiografía
intelectual), Madrid, 1978, Ed. Zero. To- estancia en Hungría y su trabajo en
das las citas, mientras no se indique lo las minas cerca de Valenciennes. La
contrario, pertenecen a este libro. sociología al margen de la Universi-

194
CRITICA DE LIBROS

dad y su rechazo tanto del funciona- ción, información, guerra, vejez, len-
lismo norteamericano, como de las gua, sexualidad, etc. No hay que se-
presiones del PCF que consideraba a parar los conocimientos de su empleo
los sociólogos como ideólogos de la social y de su transmisión (...) nues-
burguesía. Su ingreso en 1958 en tra universidad fue construida alrede-
«Hautes Etudes» y, en 1960, su pro- dor de disciplinas; debería serlo alre-
moción a la dirección del Laboratorio dedor de campos de intervención so-
de Sociología Industrial (hoy Centro cial». La Universidad tendría que
de Estudio de los Movimientos So- cumplir tres misiones fundamentales:
ciales). la producción del conocimiento, la
transmisión del conocimiento y su uti-
Luego los países dependientes y los lización social.
proyectos sociales tercermundistas:
Chile, Quebec, Portugal, los palesti- Y más tarde sus esperanzas de hoy,
nos..., «¿a quién se asesinó en San- su opción personal en la situación
tiago, en Montevideo, en Buenos francesa actual. «¿Por qué luchar?».
Aires? A hombres e ideas, al movi- «Mi propia posición está dominada,
miento popular y la agitación antiim- ante todo, por la defensa de las liber-
perialista naturalmente. Pero mucho tades. Tengo conciencia de pertene-
más todavía: a un tipo de régimen y cer a una sociedad en la que el tema
de sociedad, llenos de debilidades y de las libertades es más importante
de contradicciones, pero llevados por que el de la liberación».
un espíritu nacional, reivindicaciones
sociales y una inmensa movilización». La sociología
A pesar de su corta estancia en la Tras largos años de trabajo descrip-
Universidad, en Nanterre, como di- tivo y la necesaria elaboración teóri-
rector del Departamento de Sociolo- ca, el texto que comentamos supone
gía, y su decepción de la organización para Touraine un punto de inflexión
universitaria («La vetustez de la or- en su actividad. «Ahora se completa
ganización universitaria sólo se hizo un momento de mi reflexión y de mi
insoportable cuando las universidades vida intelectual. Quiero en lo sucesi-
tuvieron que acoger a gran número de vo crear una práctica profesional a
estudiantes, cuando fueron desborda- partir de estas ideas y deseo que esta
dos los marcos profesionales univer- práctica, estos estudios sobre los mo-
sitarios»). Touraine tiene una idea vimientos sociales sean un medio de
clara sobre ésta. «Pienso que la fun- elevar la capacidad de acción colecti-
ción de la Universidad consiste en pre- va de estos movimientos y, a través
parar a la sociedad para el cumpli- de ellos, de toda la sociedad». Y aquí
miento de un determinado número de tomará una posición de compromiso
acciones sobre sí misma y para el aná- en la sociedad, pero no con opciones
lisis de esas acciones. Quiero decir partidistas. «Quienes se conforman
que el objeto de los estudios univer- con describir el funcionamiento del
sitarios debe ser comprender cómo se orden pueden situarse en una posición
opera la acción de la sociedad sobre de objetividad frente a él y aceptar en
sí misma y su entorno. La unidad de su análisis las categorías de la prácti-
organización en la enseñanza superior ca social. Pero si se quiere aprehender
no debe ser la ''disciplina", sino el los movimientos sociales y la acción
campo de acción social: salud, produc- histórica, es preciso que la propia in-

195
CRITICA DE LIBROS

vestigación los haga aparecer, los ayu- social que no explica lo social sino
de a desprenderse de las obligacio- por lo social».
nes de la práctica regulada y organiza- Dos ideas centrales, procedentes
da. El sociólogo no puede conformar- del siglo pasado, dominaban los sa-
se con observar, debe intervenir. De beres en ciencias sociales: por un la-
manera que el interés del conocimien- do el evolucionismo y por otro el or-
to no es aislable del progreso de los ganicismo. Estos dos principios se
propios movimientos sociales. La so- plasmaban de forma paradigmática en
ciología no merece que se le dedique la sociología funcionalista, pero tam-
la vida si no es capaz de conducir a bién en una perspectiva marxista,
prácticas liberadoras. Es necesario «cualquiera que sea la manera en que
que el sociólogo produzca sociología, se defina la sociedad, ésta no es con-
pero este trabajo de conocimiento no cebida como producto de su propia
puede ser separado de su interven- acción». «La representación de la so-
ción para acrecentar la capacidad de ciedad estuvo siempre dominada, has-
acción de la mayoría sobre su expe- ta en la época contemporánea, por la
riencia colectiva y personal». Pero idea según la cual los hechos sociales
precisamente el gran interés del libro están determinados por un orden su-
que comentamos es el hecho de signi- perior. Es lo que yo he llamado los
ficar un balance de esos instrumentos fiadores metasociales del orden so-
con los que piensa llevar adelante una cial». Los hubo inmóviles como el or-
práctica profesional. «El andamiaje den de lo sagrado o el orden político
está completo; falta construir. Por úl- jurídico, pero también en movimien-
tima vez, hagamos un balance de to como la evolución o progreso.
nuestras herramientas». «Hay que abandonar completamente
esta representación de la sociedad co-
mo regida por leyes naturales a la vez
La sociedad perdida que dominada por un más allá». Geor-
ges Gurvitch fue —en opinión de
Para Touraine el objetivo principal Touraine— el mejor representante de
de la investigación es resolver proble- este pensamiento presociológico, a la
mas, sin embargo toma conciencia de vez antifuncionaüsta y anticonserva-
la necesidad, en las ciencias sociales, dor, pero que en su principio era la
de unos prolegómenos, de «hacer la antisociología.
crítica de esas nociones y de esas ca- «La sociedad no es solamente un
tegorías que uno se ve llevado a con- conjunto de mecanismos de control,
fundir con los propios hechos». El poniendo y manteniendo a cada cual
peso de Durkheim, ese «esfuerzo crí- en su sitio. Es ante todo un agente
tico para liberarse de toda filosofía de producción de sus propias orien-
social o moral», rezuma en estos pri- taciones, y por tanto de sus prácticas
meros esfuerzos por construir una re- y de sus transformaciones». Lo que
presentación general de la sociedad. falta, y ésta es la clave del asunto, es
Y es que, en nuestra sociedad, las con- una «teoría de la capacidad de la so-
diciones son inmejorables, «su gran ciedad para actuar sobre sí misma, de
capacidad de acción sobre sí misma, la acción de la sociedad sobre sí mis-
debido al crecimiento o la revolución ma». Pero el atraso tiene su explica-
favorece el nacimiento de un análisis ción, históricamente.

196
CRITICA DE LIBROS

Cuando se intenta pensar la socie- un tipo de sociedad, sino de tránsito


dad, de todas partes nos llegan imáge- operado por una colectividad desde
nes que quieren imponernos el análi- uno a otro campo de la historicidad,
sis de ésta en términos no sociales. desde uno a otro estado del sistema
Son imágenes en las que no tiene lu- institucional o desde uno a otro fun-
gar la propia idea de acción social. cionamiento organizacional» 3.
«Cuatro imágenes: la decadencia, el Hoy la sociedad actúa sobre sí mis-
mercado, la dominación, la moderni- ma, y nos vemos obligados a consi-
dad. Tienen en común el que en to- derarla «como producto de sí misma,
dos los casos el actor social percibe como acción sobre sí misma, pero a
la sociedad como una cosa, como un través de la multiplicidad de las re-
orden ajeno a la acción». Planteando laciones y de los conflictos sociales».
la situación en estos términos quizá, Así nos encontramos con los dos tér-
mejor que decir que la sociología na-
minos claves para el análisis de la so-
ce, habría que decir que muere, ya
ciedad: relación social y acción. «La
que la razón de ser del funcionamien-
to social estaría fuera del campo so- sociedad es acción sobre sí misma: es
cial. Sin embargo, «la sociología nun- Jo que ella se hace, lo que ella se pro-
ca puede nacer antes de que la escena duce. Pero no se produce a partir de
social se haya reanimado (...)• Sin un más allá, del lugar de los dioses,
movimientos sociales no hay sociolo- del lugar del orden político o de la
gía posible. El movimiento social pro- historia; sólo se produce a través de
duce la sociología al mismo tiempo sí misma, es decir mediante sus rela-
que el sociólogo revela el sentido del ciones sociales».
movimiento social». Ahora, de la mano de Touraine, en-
tramos ya en la formulación de los
principios elementales del análisis so-
Pensar la sociedad
ciológico, estructurados en forma de
Para Touraine, desde el punto de proposiciones.
vista del estudio, aparecen, en el ám- 1) El objeto de la sociología es
bito de lo social, dos campos dife- el estudio de las relaciones sociales.
renciados entre sí, por un lado el es- Esto es, «la sociología trata de un or-
tudio del funcionamiento de la socie- den de hechos específicos: las relacio-
dad, de la estructura social y por nes sociales. No tiene por objeto ni
otro lado el del cambio y sus relacio- las situaciones objetivas, ni las inten-
nes con la estructura social. Sobre esta
ciones o las opiniones. Consiste inclu-
distinción se articularán todas sus «he-
rramientas». «Debemos establecer una so menos en explicar lo subjetivo por
distinción entre el análisis sincrónico lo objetivo, o lo objetivo por lo sub-
de una sociedad y el análisis diacró- jetivo. Su principio básico es: el sen-
nico del cambio. La evolución y el tido de una conducta está determinado
rebasamiento de un tipo de sociedad por la naturaleza de las relaciones so-
no se hallan inscritos en su estructu- ciales en las cuales está situado el ac-
ra. La confusión de ambos órdenes tor».
de análisis define la filosofía de la
historia. No podemos hablar de las 3
Introducción a la sociología, Barce-
transformaciones experimentadas por lona, 1978, Ed. Ariel.

197
CRITICA DE LIBROS

2) Una relación social es una in- dad. No puedo separar intelectualmen-


teracción determinada por un campo. te las dos afirmaciones que sí puedo
La Sociología y la Ciencia Política es- simbolizar mediante las dos palabras
tudian los dos grandes órdenes de in- clave de mi análisis: la historicidad
teracciones, aunque «existen, de he- —vale decir esta producción de la so-
cho, interacciones sin campo, tales que ciedad por sí misma— y las relaciones
los actores son definidos completa- de clase —o sea, esta ruptura que
mente por sus intereses, sus conflic- hace que una parte de la sociedad se
tos o sus negociaciones». identifique con la historicidad, se ha-
3) Un campo es una intervención ga cargo de ella y construya así su
de la sociedad sobre sí misma. poder y sus privilegios, mientras que
Una vez esbozados estos principios la otra se defiende contra este domi-
Touraine introducirá dos grandes pro- nio y busca retomar la dirección de
blemas que serán el centro de sus es- esa historicidad». Este planteamiento
tudios: separa a Touraine de las concepciones
a) ¿Son todas las intervenciones que escinden ambos aspectos y dan
de igual naturaleza? No, ya que exis- preeminencia a uno o a otro. «La ca-
ten numerosos niveles de interven- pacidad de acción de la sociedad so-
ción; de menos a más: el de las orga- bre sí misma, la producción de la so-
nizaciones, el de las instituciones, el ciedad por sí misma y su división en
de las relaciones de clase. «La histo- clases son las dos caras de la misma
ricidad es el campo de la acción de moneda. Son dos afirmaciones insepa-
las clases. El resultado de sus rela- rables, que tienen el mismo estatuto
ciones es un dominio que circunscribe teórico. A ello se debe el que yo pre-
el campo institucional y separa a los tenda que toda conducta social sea
actores políticos en conservadores u definida conjuntamente por una rela-
opositores. El resultado de sus discu-
ción con un poder, y en consecuencia,
siones produce leyes o contratos, que
sea conflictiva, y, a través de la refe-
determinan las formas de organiza-
ción y, en consecuencia, los papeles rencia a un campo, a eso que deno-
sociales. Tal es la jerarquía de los sis- mino conflicto de intereses, identidad
temas sociales. ¡Pero cuidado! Cuan- de apuestas. Se lucha por el control,
do digo jerarquía hay que desechar por la dirección de uno u otro tipo, de
toda idea de superposición de diferen- uno u otro nivel, de intervención de
tes categorías de hechos. Yo no jerar- la sociedad sobre sí misma, constitu-
quizo lo político o lo económico: yo yendo el asunto clave el conflicto por
jerarquizo relaciones de clases, rela- la gestión de la producción de la so-
ciones políticas y relaciones organiza- ciedad por sí misma. ¿Puede afirmar-
tivas, lo que es muy diferente». se que las relaciones de clase son rela-
b) ¿Qué es esta sociedad que ac- ciones sociales de producción? En se-
túa sobre sí misma? «El camino in- guida eliminé la idea de clases redu-
telectual que me hace afirmar que la cidas a una estratificación social, a la
sociedad produce sus categorías de desigualdad social; y agrego ahora:
prácticas, su ser, su funcionamiento, no, las relaciones de clase no son re-
me obliga a agregar de inmediato: la laciones sociales de producción; son
sociedad se divide, una parte de ella relaciones de producción de la socie-
actúa sobre el conjunto de la socie- dad por sí misma. Lo que está en jue-

198
CRITICA DE LIBROS

go en estas relaciones es el control de tida. Si la sociedad es acción sobre sí,


la historicidad». pero a través de la división de los
La historicidad, «el tipo de acción conflictos sociales, la sociología tiene
que la sociedad ejerce sobre sí mis- como objeto principal de estudio el
ma» 4, tiene tres dimensiones princi- de las conductas sociales, especialmen-
pales: el modo de conocimiento, un te de las «que comprometen más di-
modo de acumulación y un modelo rectamente a la historicidad, es decir,
cultural. «La historicidad es, a la vez, las relaciones y los conflictos de cla-
epistémica, económica y cultural, pe- ses, conductas denominadas los mo-
ro el nivel de historicidad debe ser vimientos sociales». Además, este
definido por una práctica material, movimiento social se define por la
económica». Pero una sociedad alcan- conjugación de dos dimensiones: a la
za un determinado nivel de influencia vez conflicto con el adversario y ob-
sobre sí, mayor cuanto más amenaza- jetivo de un campo cultural común.
da se vea desde fuera. Así las socie- «Así pues, el estudio de la sociedad
dades postindustriales son las que es primero y ante todo el estudio de
mayor capacidad tienen para actuar las luchas sociales, debido a que to-
sobre su funcionamiento. das las relaciones sociales tienen una
Touraine representa pues la socie- dimensión conflictiva. El sociólogo
dad orientada por su historicidad y a no es aquel que explica cómo funcio-
la vez dividida por la lucha de clases, na el capitalismo contemporáneo, sino
así resulta claro que al hablar de so- aquel a quien se le pide que haga
ciedad se habla de acción social. «La comprender por qué la gente hace lo
sociedad no es un ser, una naturale- que hace —y, en particular, compren-
za, un organismo; es una red de rela- der los grandes movimientos colecti-
ciones sociales organizadas alrededor vos que cuestionan las orientaciones
de luchas por la dirección de diversos generales de la sociedad.»
modos de intervención de la sociedad
sobre sí misma». El sociólogo observa un objeto que
Pero frente a esta capacidad de ac- es a la vez acto de conocimiento y
ción de la sociedad sobre sí, existe un producto ideológico, con lo cual debe
refuerzo del orden, frente a una so- ser un intelectual crítico (opuesto a
ciedad más activa, caminamos más y un intelectual orgánico), pero doble-
más hacia una sociedad regulada. El mente crítico. Por un lado de las ideo-
control social se interioriza más y logías, del punto de vista de los acto-
más. Así nos encontramos en una si- res, y por otro de las categorías del
tuación en que participamos en la pro- orden dominante. Esto es el objeto
ducción de la historia, pero a la vez de estudio del sociólogo, son las re-
estamos separados de ella. «La alinea- laciones sociales, es decir, «las inte-
ción ocurre cuando se aprehende la rrelaciones producidas y definidas por
lógica del amo como la lógica natural, un campo que es la manifestación de
y cuando se entiende la propia lógica un modo de intervención de la socie-
de dominado como pecado, como lo dad sobre sí misma. Pero hay que
que destruye.» hacer aparecer este objeto, que no es
Y aquí volvemos al punto de par- visible; hay que extraerlo y recons-
truirlo». De esta forma lo más difícil
4
La sociedad postindustrial, Barcelo- consiste en redefinir la relación del
na, 1969, Ed. Ariel. sociólogo con su objeto de estudio.

199
CRITICA DE LIBROS

«Quien observa desde fuera destruye corresponden a diferentes tipos de


su objeto, ya que reemplaza las rela- estado, considerado éste como agente
ciones sociales en movimiento por el de transformación social:
orden, cuyas categorías descriptivas y a) El brazo armado de la clase
clasificatorias debe incluso aceptar, dirigente (Inglaterra, Francia...).
las que siempre están cargadas de b) El agente directo del desarro-
ideología. Por el contrario, el soció- llo (Alemania, Italia...).
logo debe intervenir lo más directa-
mente posible, crear situaciones tan c) El propio de los países capita-
controladas y experimentales como listas dependientes o colonizados.
sea posible, para hacer aparecer las «Así pues, en el primer caso el es-
relaciones, los conflictos o los acuer- tado está sobre todo ligado a la clase
dos que quiera estudiar.» Hay que dirigente; en el segundo, es ante todo
romper esa elección que nos encierra un agente de industrialización volun-
entre la objetividad y el prejuicio tarista; en el tercer caso, finalmente,
ideológico, «hay que situarse en me- es más un campo de fuerzas, en par-
dio de las relaciones sociales y de sus ticular de clases medias civiles o mi-
retos, y no situarse en el lugar del litares.»
actor, de sus intereses y de sus ideo- Por este procedimiento, «toda so-
logías.» Así, el sociólogo debe estar ciedad debe ser definida conjunta-
comprometido, pero nunca ser parti- mente por un modo de producción y
dario. por un modo de desarrollo». De esta
forma es fundamental diferenciar los
El cambio dos grandes ejes del análisis socioló-
gico: «el eje de la estructura —y por
Un hecho, hasta hace poco negado, tanto de las relaciones de clases— y
resulta ya manifiesto: la diversidad el del cambio —y por tanto del esta-
de vías de cambio histórico. Mientras do—. El análisis del funcionamiento
no aparecieron claras las diversas so- y el análisis del cambio no pueden
ciedades industriales, su pluralidad, efectuarse en los mismos términos».
no había diferencia entre sistema y Y concluye: «La prioridad, al fin
génesis. Hoy hay dos dimensiones a de cuentas, pertenece a un análisis en
diferencias en el análisis: 1) un cam- términos de clases y en términos de
po de historicidad (el funcionamiento historicidad, pero a condición de ad-
de la sociedad industrial, y 2) un vertir que este mismo análisis debe
modo de desarrollo (el modo de in- incluir el tema del predominio inter-
dustrialización). nacional de un modo de producción
El modo de desarrollo es «la ma- para poder explicar la naturaleza de
nera de pasar de un modo de produc- las relaciones entre el estado y la cla-
ción a otro, o de un sistema de acción se dominante (...)> cuanto más enten-
histórica a otro». Su naturaleza vie- demos la sociedad como un sistema
ne definida por la naturaleza del gru- de relaciones sociales, más, también,
po dirigente del proceso de transfor- nos vemos llevados a reconocer el ca-
mación. Aquí no se habla de relacio- rácter exógeno del cambio».
nes sociales, sino de élites dirigentes.
Los diferentes modos de desarrollo Luis SANZ.

200
CRITICA DE LIBROS

CARLOS LERENA ALESON

Escuela, ideología y clases sociales en España


(Editorial Ariel. Colección Demos. Barcelona, 1976, 465 págs., 750 ptas.)

El campo de la educación ha sido corresponde un sistema de funciones,


en España, tradicionalmente, un te- asimismo invariable. Y es igualmente
rreno especialmente conflictivo, no claro el sistema de funciones que este
solamente en las altas instancias de- sistema cumple, si bien no por sí
partamentales (cambios ministeriales, solo: 1. Con relación a los sujetos:
reformas tímidas, grandes y pomposas funciones de reclutamiento, selección
declaraciones de intenciones y buenos y distribución. 2. Con relación a la
deseos, críticas fuertes a actuaciones cultura legitima: funciones de impo-
anteriores, etc.), sino también en el sición e inculcación, y 3. Con relación
nivel de estudio teórico y en el más a la sociedad: funciones de legitima-
existencial de la práctica diaria del ción y reproducción del orden esta-
ciudadano de a pie, destinatario y be- blecido.
neficiario (¿o víctima?) de todo el Antes de iniciar la investigación,
sistema de enseñanza a la sazón vi- Lerena establece su hipótesis de tra-
gente en cada etapa de nuestra his- bajo: «Ha habido tres formas histó-
toria. ricas alcanzadas por el sistema de en-
En un momento histórico en el que señanza que corresponden a otros tres
cobra actualidad el tema educativo, momentos del proceso de desarrollo
el libro del profesor de la Facultad del modo de producción capitalista:
de Ciencias Políticas y Sociología de A. Sistema de enseñanza escolás-
la Universidad Complutense de Ma- tico —Aparición del modo de produc-
drid, Carlos Lerena, Escuela, ideolo- ción capitalista;
gía y clases sociales en España, cobra B. Sistema de enseñanza liberal
nuevo interés para los estudiosos de —Ascenso del m.p.c., y
la Sociología de la Educación. C. Sistema de enseñanza tecno-
«Trato de estudiar en este libro la crático —Consolidación del m.p.c».
estructura y las funciones sociales del En cuatro preguntas pueden con-
sistema de enseñanza en la sociedad densarse los interrogantes que tal hi-
española contemporánea», dice el au- pótesis suscita: 1.a ¿Cuál es la contri-
tor al comienzo del estudio, y, real- bución del sistema de enseñanza a la
mente, a lo largo del mismo lo con- conservación de la estructura de cla-
sigue. ses? 2.a ¿Por medio de qué mecanis-
En realidad, todo sistema de ense- mos específicamente escolares se lleva
ñanza constituye, efectivamente, un a cabo esta contribución? 3.a ¿Qué
sistema o un todo compuesto de un funciones desempeña la escuela en
núcleo de elementos invariables inter- tanto que aparato ideológico?, y
dependientes, al que, por otra parte, 4.a ¿Qué representa históricamente

201
CRITICA DE LIBROS

el actual proceso de reforma educati- de un estudio del campo ideológico


va? A ellas responde el libro en dos en general, del movimiento ideológi-
niveles: teórico (primera parte) y co de las nuevas fuerzas sociales, y
práctico: en relación con el pasado del desarrollo capitalista y la estruc-
sistema de enseñanza escolástico (se- tura de clases. Nos lleva a las puertas
gunda parte) y liberal (tercera parte) de la segunda gran etapa, la ense-
y en relación con el presente sistema ñanza tradicional-liberal del período
tecnocrático (cuarta parte), para ter- 1860-1960, después de analizar con
minar con un análisis crítico del em- sencillez y brevedad la escuela y la
pirismo (quinta parte). cultura de la sociedad burguesa en
Un análisis más detallado de cada transición.
una de ellas nos dará una visión de El estudio de las funciones sociales
conjunto del esfuerzo realizado por del sistema de enseñanza liberal cons-
Lerena en su investigación educativa. tituye la tercera parte de este libro.
En la primera parte examina el En cinco capítulos analiza las funcio-
núcleo básico de proposiciones de la nes genéricas que desarrolla, y la for-
formación ideológica dominante en el ma en que lo hace, el sistema de en-
campo de la educación y los presu- señanza tradicional: funciones de re-
puestos en que descansa, cuales son clutamiento, selección, distribución,
los del esencialismo-idealismo-psicolo- imposición, legitimación y reproduc-
gismo-empirismo. A continuación de- ción. De forma reiterativa y creciente
fine de forma concisa y clara los con- hace un análisis histórico y sociológi-
ceptos claves para el estudio del sis- co muy completo de los distintos ni-
tema de enseñanza en las formaciones veles de enseñanza y de las corrientes
capitalistas y desarrolla muy acertada- pegagógicas que discurren desde la
mente las características diferenciales Ley Moyano de 1857 hasta la ante-
de las formas escolástica, liberal y sala de la Ley General de Educación
tecnocrática del sistema de enseñan- de 1970. Es, realmente, un estudio
za, en torno a tres ejes: el producto plenamente centrado en una sociolo-
a obtener, la materia prima de la gía de la cultura de la sociedad espa-
práctica educativa y la práctica pe- ñola contemporánea de este período
dagógica en sí. 1860-1960. Este recorrido resulta
Es ésta una parte densa que pide muy interesante e ilustrativo, a pesar,
una lectura reposada y en profundi- y quizá debido a ello, de la reitera-
dad, de fácil comprensión para cual- ción con que se recalcan las ideas fun-
quier iniciado en la terminología so- damentales para fijar mejor el análi-
ciológica. Este inicial esfuerzo facilita sis y su asimilación por el lector.
la asimilación de todo el libro en cuya Gráficamente, estas tres primeras
lectura se siente uno cómodo e inte- partes del libro de Carlos Lerena son
resado. Esta parte teórica ocupa casi «la cuesta arriba» del estudio. Las
un tercio del estudio total, y en ella partes cuarta y quinta son la «cuesta
nos ofrece los elementos de la Socio- abajo», en el mejor sentido de la ex-
logía de la Educación. presión y en cuanto a una más fácil
Expuesta la base teórica, Lerena lectura y de mayor aproximación his-
desarrolla en la segunda parte una tórica al momento actual, sin que por
breve aproximación histórica al siste- ello disminuya en nada el rigor cien-
ma escolástico de enseñanza, a través tífico utilizado en las anteriores.

202
CRITICA DE LIBROS

Estudia las funciones ideológicas inofensivo, que llevan al investigador


del sistema tecnocrático en la España a: 1.°, preguntarse por lo que es, ad-
de los años 70. Sistema que, como él mitiendo de antemano que, por ser,
afirma, no es «sino el resultado de es inevitable; 2.°, condenarse a supe-
un profundo proceso de transforma- ditar el planteamiento de problemas
ción de la sociedad española», que se teóricos relevantes a la posibilidad de
ha impuesto por la fuerza de los he- empleo de técnicas precisas de obser-
chos a la estructura político-adminis- vación; 3.°, a que sean las técnicas de
trativa, estructura que no ha tenido investigación las que determinen el
otra alternativa que «reconocer ese problema a plantear, y por fin, 4.°, a
proceso y habilitar un cauce». En mu- un pacto de no-agresión con el orden
chos puntos, este cauce, en palabras existente que se disfraza con el nom-
del autor, es «un obstáculo al desen- bre de objetividad.
volvimiento de las reglas de juego Esta crítica razonada de la práctica
propias del mismo». empirista se concluye con la afirma-
En esta línea se centra el estudio ción de que «lo peor que podemos
de los procesos de cambio reales que decir de la práctica empirista no es
han hecho surgir él sistema de ense- que sea un simple vehículo de la ideo-
ñanza tecnicista, de las reglas de jue- logía dominante, sino que su particu-
go básicas de este sistema y de las lar sistema de reglas de juego es tal
funciones ideológicas que cumple y que impide reconocer, pensar, criticar
cumplirá en un futuro, más o menos y superar esa ideología como tal ideo-
próximo, en la sociedad española. logía».
Realmente, al terminar la lectura La plataforma de investigación de
de los cuatro densos capítulos de esta Lerena la constituyen las cuatro par-
parte se llega a la conclusión de que tes anteriores: es todo un pensamien-
«la estructura del actual sistema de to epistemológico y teórico cara a
enseñanza constituye, concretamente cara con las cuatro razones centrales,
en nuestro país, una respuesta nece- preocupación nuclear de la tradición
saria en el campo de la cultura a las teórica europea por su imbricación
necesidades objetivas de conservación con la sociología: la razón histórica,
y reproducción del sistema de clases la razón económica, la razón política
sociales». y la razón filosófica. Son palabras su-
Es en la quinta y última parte de yas: «El proceso de elaboración de
su libro en la que Lerena «se despa- datos ha estado subordinado a las ne-
cha a gusto» en un ataque frontal cesidades surgidas en orden al plan-
contra el empirismo y sus seguidores teamiento y a la elaboración de los
en el proceso de investigación, ataque problemas a estudiar». «La construc-
ya anunciado desde las primeras lí- ción del problema debía ir siempre
neas de su análisis. Con estilo ágil y por delante de la interrogación a la
una buena dosis de ironía sana, des- realidad, la cual debe ser sistemática,
cribe el sistema de grilletes que la controlada y coherente, tratando siem-
epistemología positivista pone al pro- pre de realizar un proceso constante
ceso de conocimiento. Este sistema de rectificación recíproca entre la ela-
de grilletes es todo un sistema de re- boración teórica y la prueba experi-
glas: reglas del conformismo, del ma- mental o de los hechos.»
soquismo, del ritualismo y del juego Termina el autor su estudio descri-

203
CRITICA DE LIBROS

biéndonos en 39 tablas el abundante que Lerena, me consta, se encuentra


material empírico recogido de tres embarcado actualmente.
muestras diferentes, que han dado lu- Si algún reparo le pongo, no al
gar, a su vez, a tratamientos distintos autor, sino a su editor, es el precio
y a tres trabajos de campo: I. Alum- del libro: 750 pesetas son una barre-
nado de los cinco cursos de la Facul- ra difícil de superar para las econo-
tad de Ciencias Económicas de la mías estudiantiles, sea de futuros so-
Universidad Complutense de Madrid, ciólogos o de economistas y pedago-
1972; II. Alumnado de primera eta- gos.
pa de Educación General Básica del
A pesar de su extensión, 453 pági-
Colegio Nacional J. M. Sánchez-Mar-
cos de Bilbao, 1972, y III. Alumna- nas de texto, el libro se lee con gusto
do asistente a clase de todos los cur- por su estilo ameno, irónico en oca-
sos de las ocho facultades de la Uni- siones, que no rebajan un ápice el
versidad Complutense de Madrid, rigor científico del mismo. Una abun-
1972. dante bibliografía, motivada por acer-
tadas y variadas citas, y suficientes
Se trata, en definitiva, de uno de notas aclaratorias a los esquemas y
los mejores y más serios estudios de texto, completan el libro y hacen de
Sociología de la Educación realizados él uno de los estudios más completos
en España, al que no le resta mérito realizados en el interesante y actual
alguno el hecho de no haber aborda-
campo de la Sociología de la Educa-
do un factor y agente clave del siste-
ción en la España de los años 70-75.
ma de enseñanza: los enseñantes.
Factor éste que, sin duda, será objeto
de estudio en futuros trabajos en los RICARDO G I L GONZÁLEZ.

JOSÉ MARÍA MARAVALL

Dictadura y disentimiento político


(Ediciones Alfaguara, Madrid, 1979)

En los últimos diez años, el lector los encuadernables va acompañada


español se ve asaltado por una pro- por una tímida aparición de los «co-
fusión creciente de biografías, memo- mics» o tiras ilustradas y la eventual
rias, relatos periodísticos y monogra- aparición, que a nadie sorprendería,
fías históricas sobre nuestro pasado de colecciones de cromos. Lo cual, sin
reciente. Y si es grande su variedad lugar a dudas, apunta a la extensión
y rigor intelectual, más sorprendente en públicos muy dispares de esa cu-
es aún la diversidad de presentacio- riosidad, quizá catártica, sobre el pa-
nes editoriales: la profusión de libros, sado reciente.
artículos, revistas, folletos y fascícu- Este contexto, aunque quizá favo-

204
CRITICA DE LIBROS

rezca la difusión del libro de Mara- a ambos, aunque el énfasis varía se-
vall, puede oscurecer las intenciones gún se trate del movimiento obrero
del autor y el sentido más profundo o del estudiantil.
de la obra. Pues el libro no es una Por lo que hace al primero, su es-
narración histórica o crónica política tudio se centra en la relación entre
del franquismo. Contiene, sin duda, el desarrollo capitalista en España y
materiales históricos de singular va- el contexto político-laboral de la dic-
lor, pero el libro se limita al estudio tadura. Para ello examina en detalle
selectivo de unos temas específicos. cómo el proceso de industrialización
En palabras del autor, su preten- y las exigencias de productividad hi-
sión es analizar «hasta qué punto el cieron necesario un cambio radical en
desarrollo económico origina, en las el sistema de relaciones industriales.
autocracias contradicciones sociales y Cambio que, por la rigidez del siste-
políticas que favorecen la aparición ma político, engendra las tensiones
de movimientos organizados de pro- que posibilitan el renacer del movi-
testa, cuáles han sido las fuentes más miento obrero y marca en buena par-
importantes de mili tanda», así como te sus líneas de actuación. El conflic-
sus correlatos económicos y políticos. to obrero, limitado inicialmente a
El libro sería entonces una contribu- reivindicaciones salariales, se politiza
ción a «la sociología de los regímenes progresivamente en la asunción y de-
no democráticos, así como a la diná- fensa de intereses de clase.
mica de los movimientos de oposi-
ción política, tomando España como Hay que resaltar que, para Mara-
un caso concreto». vajl, él resurgir del movimiento obre-
ro no es, sin embargo, una consecuen-
Para juzgar el libro con el debido cia mecánica de cambios en el sistema
rigor, conviene situanlo en la trayec- productivo. De un lado, porque no es
toria intelectual del autor, la cual se un objeto exterior al cambio, sino
muestra así en su notable coherencia. actor destacado del mismo. De otro
Mientras que «Trabajo y Conflicto lado, porque su configuración histó-
Social» (1967) y «La Sociología de lo rica vendrá marcada por la estructu-
Posible» (1972) contienen una discu- ra misma de la formación social en
sión y depuración de las categorías que se desarrolla, por la complejidad
y esquemas analíticos puestos a prue- del despliegue histórico de todo un
ba en «El desarrollo económico y la sistema de desigualdades.
clase obrera» (1970), depurados y en- En concreto, Maravall presta espe-
riquecidos en sus obras posteriores. cial atención a dos tipos de factores,
Y la relación entre «Desarrollo Eco- políticos y ecológicos, que marcaron
nómico y la clase obrera», un análi- más decisivamente el renacimiento
sis de los conflictos industriales en del movimiento obrero. Este es así
la década de los 60, y el libro ahora analizado desde el punto de vista de
comentado es ciertamente evidente. los principales enclaves de la acción
Aunque sin ignorar lo que tienen obrera y de sus características políti-
de común, en su génesis y desarrollo, cas y económicas: el libro discute así
los movimientos obrero y estudiantil hasta qué punto cabe hablar de una
son objeto de tratamiento separado. continuidad histórica en estos núcleos
Las áreas de interés y los temas cen- vertebradores, así como las diferen-
trales son en buena medida comunes cias entre tales enclaves políticos que

205
CRITICA DE LIBROS

dieron lugar a formas de movilización to y en particular los requisitos de


y a reivindicaciones típicas. clandestinidad, selectividad y prepa-
Señala Maravall cómo la emergen- ración ideológica, así como los proce-
cia y el desarrollo del movimiento sos de proselitismo. Asimismo anali-
obrero en España entre 1939 y 1975 za con brillantez los tipos caracterís-
estuvo basada en determinadas áreas ticos de militantes en las distintas
que constituían las principales fuen- fases del movimiento estudiantil.
tes de militancia, y muy especialmen- Todo el análisis del movimiento
te la minería asturiana y la siderurgia estudiantil subraya en particular las
y metalúrgica en Barcelona, el País dimensiones subjetivas de la política.
Vasco y Madrid. La militancia obre- Estas dimensiones incluyen el apren-
ra estuvo concentrada en los centros dizaje ideológico individual, atendien-
históricos del radicalismo político en do a las experiencias de socialización
los años 30 y en los que, con poste- política. Desde este punto de vista se
rioridad a la Guerra Civil, la oposi- iluminan nuevas dimensiones del mo-
ción política era más poderosa. A pe- vimiento estudiantil. Sin olvidar el
sar de la represión masiva, el fran- significado del mismo en la dinámica
quismo no pudo jamás desarticular macrosocial, nos aproxima Maravall a
totalmente las organizaciones obreras su dinámica interna y a las actitudes,
en dichas zonas y éstas jugaron un vivencias y esperanzas de sus prota-
papel importante en la reactivación gonistas.
de la lucha. Lo cual lleva a cabo desde una
En tercer lugar, el libro enfoca las perspectiva teórica que a través, sobre
organizaciones obreras como factor todo, de David Matza, enlaza direc-
activador del movimiento obrero, tamente con la tradición interaccio-
atendiendo tanto a la supervivencia y nista simbólica. Y esta perspectiva
mantenimiento de las históricas como añade nueva luz sobre la dinámica
a la aparición de las nuevas. del proceso político. La socialización
En cuanto al movimiento estudian- política se convierte así en un proce-
til, su desenvolvimiento y la evolu- so secuencial, a través del cual el hijo
ción de sus estrategias son examina- de familia liberal deviene militante
das en relación con la evolución del clandestino en una serie de etapas
régimen. En contraposición con él analíticamente separables.
movimiento obrero se atribuye una El libro combina así tres perspecti-
mayor autonomía a los factores es- vas en el estudio de los dos movi-
trictamente políticos en la explicación mientos: enfoca por un lado las ten-
del desarrollo del disentimiento en siones políticas y sociales derivadas
este sector juvenil. de un proceso de desarrollo capitalis-
Examina en primer lugar el naci- ta en un contexto autocrático corpo-
miento y desarrollo de la protesta es- rativista; por otro lado la superviven-
tudiantil y de sus estrategias, en re- cia de subculturas políticas en comu-
lación con la evolución política del didades proletarias y en las familias,
régimen. Presta especial atención al junto con procesos de socialización
papel que en su seno jugaron las dis- ideológica; finalmente, la existencia
tintas organizaciones políticas, y ca- clandestina de organizaciones políti-
racteriza con especial agudeza la evo- cas, junto con sus estrategias.
lución de las políticas de reclutamien- Al combinar estas perspectivas, el

206
CRITICA DE LIBROS

análisis macro-sociológico del contex- Y, por si algún lector malicioso atri-


to institucional, de los enclaves co- buye estos elogios a la vieja y entra-
munitarios y de las organizaciones se ñable amistad que con Maravall me
une al análisis micro-sociológico de une, permítame citar in extenso a
las experiencias de socialización polí- Raymond Carr: «Este libro me ha de-
tica, del reclutamiento y de la mili- leitado por dos razones. En primer
tancia. lugar, buena parte de la sociología, a
Para terminar quisiera resaltar en partir de Weber y Durkheim, es una
primer lugar su figura teórica, que le acumulación de proposiciones en que
lleva a articular sin confusión ni dog- la jerga encubría lo obvio. En segun-
matismo distintas perspectivas teóri- do lugar, es la prueba de que un in-
cas en función de su valor neurístico telectual español ha emergido del
y de los datos de que dispone. Datos trauma de cuarenta años de franquis-
que presentados siempre al hilo del mo incontaminado por la retórica fa-
argumento, son muchos y del más di- vorecida por el régimen y paradóji-
verso origen: entrevistas personales, camente, heredada por alguno de sus
estadísticas oficiales, análisis de pren- más persistentes opositores. Maravall
sa, datos de encuesta... es un estudioso de estatura europea...
El resultado es así una rara y atrac- [y su libro] un excelente estudio de
tiva combinación que une la pasión la política y la sociología de la opo-
de las mejores monografías históri- sición a una dictadura» («Spectator»,
cas, la fascinación de los estudios et- 24/VI/78).
nográficos y el atractivo intelectual
de los rigurosos análisis sociológicos. UBALDO MARTÍNEZ LÁZARO.

207
INFORMES Y ENCUESTAS DELCI.S

You might also like