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Carlos Fuentes JOAQUIN MoRnTIz. mexico EI tuerto es rey Morel Pyar Prvvbell | | teatro del volador Mm Deretice de ve Date, orem vraat contre + ey. tn Brandt 101 Fark Avenue, New York Cay gat rae & american) oa L’Acion Theta, 22 Efiammoal Ain Theale 22 ede conde rss (ps Primera edicion, alo de Julio de 1970 Sean dic aero de 0s vera edn, jo de 1979 DA, © Editorial Joan Morte 5. “Tabasco 108; México 7, DF. PROLOGO DEL AUTOR La anécdota de El tuerto es rey —si de ande- dota puede hablarse— es bien sencilla: una seftora —Donata— y su criado —el Duque- habitan una casa abandonada; ambos estin ciegos; pero cada uno cree que sélo él esti ciego y que el otro ve; cada uno cree que el otro es su guardian, su lazarillo, En la medida en que esta piexa obedece a las leyes del sus- pense, se trata del paulatino descubrimiento por cada uno de que el otro estd tan ciego como él mismo. Con lo cual, al contar ahora esta anécdota, inmediata y afortunadamente deja de haber suspense. Pero, ademds, ambos esperan, desde hace seis dias, el regreso del sefior, el marido de la sefiora: ta accidn trans- curre en la vigilia del s¢ptimo dia sQuién es este sefior que todo lo ve y todo lo sabe, este gran ausente que (an severamente fija las reglas de conducta de su casa y luego abandona a quienes la habitan a todas las ten- taciones de la libertad? Tentacién: violar las eyes; violar las leyes: ser libres ser libre: con- 7 oa vertirse en otra, librarse tanto de la indiferente ausencia como de la promiscua sospecha del sefiar. Otro ser para la sefiora: joven, hermana de su criado, amante de su hermano, criada de su amante, mujer del viejo mundo que desem barca en el trdpico veracruzano una noche mitica € inolvidable, mujer del nuevo mundo que s€ construye un claustro protector con los terciopelos raidos det viejo mundo. Otro ser bara el criado: hermano de su ama, seitor de Su seflora, amante de su ama y hermana, su blente del senor, desconocido donde esta pre. sente, deseado donde esti ausente. Ser otro con atro: ser cémplice, Ser cémplice: sustituir ta solideridad natu ral —existencia, fraternidad, amor— por la so. lidaridad voluntaria: robo y perversién, bate: Wa y crimen. Cémplices solidarios, ladrones, bervertidas, luchadores, criminales, contra ef Octavio Paz ha escrito las siguientes lineas sobre los personajes de EL twerto es rey: “La relacién entre los tres personajes se despliega en varios niveles: sicoligico, social, literario, teoldgico, etc. En cada nivel opera un circuite negador: negacién de la sicologia, la historia, la literatura, ta teologia... Ademés, en cade nivel los tres personajes (0 mejor dicho. ef bersonaje trinitario) sufren distintas metamor- 8 | Josis: Donata-mujer-de-mundo, Donata-Bovary, Donata-Electra, Donata-Fun, etc. A estas meta: morfosis corresponden otras tantas de Duque- criado, Duque-santo, Duque-tirano, Duque- hermano, etc. El tinico que no cambia ¢s el Sefior, o sea dios padre 0 autor tel texto. Do- nata y el criado son proyecciones, hijos del seal rae Oe Poaceae nivel teoldgico, como una nueva version de ta Coida. Pero el Seior tambien es culpable del pecado de sus criaturas y de ahi que lo condenen los guervilleros barbudos. Una con- denacién que no es moral sino ontolégica. Lo condenan por estar en su casa y al mismo tiem: po por no estar en ella: todo en el Senor es fal ta. Hace mucho —terming, diciendo, Pas yensé que escribir un mal libro costaba tanto ees ie ea aaa 0 acaso mis. Eso es tan absurdo ¢ injusto como el acto creador de Dios: escribié mal al hombre y al universo.” El seiior abandona su casa, se va a jugar ruleta al casino de Deauville, y deja a su mu jer en manos de sw criado. En un momento de la picza, el Duque le dice a Donata: “Si cada uno escogiera a una persona y se hiciera cargo, completamente, realmente, de ella. ésa seria la salud. Esa seria nuestra profe sién. .. ocuparnos integramente de otra perso~ na... no tendriamos tiempo para nada mds, Sclarlamos de trabajar, de pensar, de sospe: char, de matar, de rexar... Ya no tendrlasio, miedo ni de nuestros padres ni de nosotros mismos ni de los demas”, J4 culpa méxima del sefor es que no ha side solidario con sus eriaturas; 0 quinés solidarided es de signo irénico: les ofrecié el esbejismo de la libertad sélo para que la de. fearan y, al desearla, ta sintieran como wna necesidad y como una pérdida, Son libres, pero no pueden salir de la casa. Son libres, pero no Pueden amar, ni beber, ni pensar. Eoa nece sidad y esa pérdida obligan a las criaturas Giferenciarse del ereador buscando lo que en él no existe: la solidaridad, el consuelo y la cigs comunes. Pero laviolidaridad es negada al nivel det trabajo (relacién amo-esclavo de Ponata y el Dugue), negada al nivel de la politica (pues los persondyés viven en una polis final, desamparada, sin mds colectividad que {a pareja, y atin ésta se aésintegra cuande e} Duque, al final, huye y. qieda la mujer sol. laria © incapax de lamarse,ya persona, si per sona significa vox dirigidd’a otros, personae), negada al nivel del amor, que aparece como los frutos de Téntalo: querer es querer tener 9 la posesién, nuevamente, desvanece la insos tenible identidad del amor y ta solidaridad; y 10 i | ain, para volver al punto de partida y a la exacta observacién de Paz, negada al nivel de la creacion, pues la criatura resiste su forma inferior (si Dios cre6, spor qué cred tan mal: Por qué es sefiora la seiiora y criado el criado Y Giegos ambost), su dependencia jerirquica respecto al creador (“La jerarquia —dice el eriado—: la solidaridad traicionada”): la cria- tura quisiera asesinar al creador que le negs 4a solidaridad que ella misma no pudo alcan- zar; quisiera matarlo, si no para usurpar su indeseable puesto, al menos para librarse de su mirada; pero al hacerlo, iguala su propia concepeién con la muerte; entonces no le que- da mas que una solucién: mima a su enemigo, el creador; convierte la vida en teatro, en re. Presentacién reversible de la creacién; pero no hay creacion sin caida; la caida espera al actor 4 la vuelta de cada palabra que pronuncia El riesgo de representar es sélo la apuesta mds audaz del riesgo de vivir. Toda representacién es definida por su es tructura; y decir estructura es decir sistema 0 relaciones de dependencia. Procuré que en El tuerto es rey coincidiesen el significante, la estructura, ¥ el significado, la cifra temati- a: ambos son identificables como una rela cién de dependencia. Pero esto, a su vez, crea un problema de espacio, 0 mejor dicho, de u espacies simultineas en tos que coincidan, to representado y la representacidn. Bspacios a un tiempo libres y envolventes —transparencia ‘y opacidad gemelas— que deben encerrar el es cenario realista, de viejos muebles del Segun- do Imperio, dentro de un inmenso huevo de luz y polvo. Un espacio horizontal, terreno, contenido dentro de otro espacio vertical, aéreo, Entre ambos espiacios deben establecerse las circulaciones de la obra, pues, viajeros in méviles, la seftora y su criado son personajes latinoamericanos que transitan constantemen. te de la nostalgia a la esperanza, del recuerdo @ (a premonicion, de una América Hispana de todo a una Europa de potvo, de ese espacio horizontal de los objetos y sw posesién a otro espacio vertical de naturaleza desposeida, de las selvas de Tabasco a las aceras de Par de las ocupaciones finales (esperar la muerte) « las ocupaciones originales (inventar la vida) Es decir: somos dueiios de todo el espacio abierto y ancnimo de América en el que, como en las novelas de Carpentier, todo esti por nombrarse y todas las edades coexisten; pero queremos posesionarnos del espacio que no nos pertenece, de ta diminuta sala de nuestros abuelos europeos, del raquitico jardin potager donde, ciertas primaveras, florece un feral 12 seco, donde todo ha sido nombrado y la tinica edad, como en los cuentos de Borges, es la de la muerte deshilvanada en la ilusion de una biblioteca 0 de un laberinto. El eterno tejido de Donata, la sefiora, es el punto de reunion de ambos espacios y de to- dos los instantes: la tejedora cuenta cuentos en vox alta: como Penélope, para satvarse de la desesperacion; como Cherezada, para sal varse de la muerte. 18 4 Maria Casares Dot fo sido de aye soit vuelto (ito) ea ‘ml ano. Sevscordaba det S Stande ely 7o\aan no nos, om Y"éeunus uno, abort y"ain hits Ye tnd to per cuahao bale es es, ‘Stand no ule yer a guaran rowAs #840v1A, Anagnéists REPARTO El tuerto es rey fue representada por prime: ra vez, en versién francesa y con el titulo Le borgne est roi, en el Teatro An der Wien, de Viena, Austria, el 25 de mayo de 1970, dentro del marco del Festival Internacional de Teatro cerebrado con motivo del Jubi Jeo de Ludwig van Beethoven. PONATA: Maria Casares puque: Sammy Frei pinecc16N: Jorge Lavelli ‘rays ¥ pecorabos: Augusto Pace ESCENA Un salin Segunda Trperio, com alpynos re tos de elegania, pero en sx conjunto bastante eercder a eas forte een ates tema matrimonial. A la dereche de la come, Seno rite teenie dees tno, i Pra Un Tener om a aera a ne et Boer ime mromme tes fn por de taburees, sma mese de té sobre rent EI mobiliario convencional reposa sobre wna rampa en cuyo centro hay un circulo negro. Una segunda rampa comunica el escenario con las pplateas. UNO Un hombre moreno, con barba rubia, corre el telén como si apartara las cortinas de una gran ventana. Una sola luz, de intensidad so- lar, ilumina su rostro y le obliga a guiftar los ojos y, @ veces, @ taparlos con el brazo libre. El hombre wiste jacquet, pantalén a rayas, cuello de paloma y corvata de plastron. pugue "Atenci6n. (Pausa. Contintia corriendo el te- én, lentamente.) Anoche volvi a sofiar lo mismo. (Pausa. Se cubre los ojos con la ma- no.) Es Ia historia de un escultor, Hace es tatuas maravillosas. Pero no las vende. Las ama demasiado. Llena su taller de estatuas. No gana un centavo. Los acreedores se pre- sentan y lo amenazan: debe vender algunas festatuas para pagarles. El escultor se niega. Las estattias son su creacién, #l les ha dado su vida, Enconces los acreedores dicen: el escultor debe creerse una estatua, puesto {que para dl no hay diferencia entre las es: 19 tatuas y los hombres. Urden un proyecto sencillo y macabro. Obligan al escultor a verse en un espejo: Ie demuestran que es de carne y hueso. El escultor se mira en el espejo... destruye las estatuas con los ‘misinos cinceles que le sirvieron para es- culpitlas... y abandona para siempre su casa, No se vuelve a saber de dl Al terminar de correr el teldn, la intensidad de la luz disminuye y el salén aparece ilumi- nado por la luz det dia. Al pie de ta cama y de espaldas al priblico, ‘una mujer sentada en una mecedora. El Duque ‘larga las manos hacia el priblico, en ta actitud del ciego que busca su camino. Sonido: bombardeo, lamas, aviones en picada, La mano de la mujer truena los dedos DONATA ‘Aparecer. murmuras? Duque, gestés ahi?... Qué (El Duque sigue al filo det escenario, diri- giéndose al priblico.) pugur GSaben ustedes que estatua quiere decir alegria, que planeta significa vagabundo y que universo ¢s sinénimo de adorno? A que no, eh? 20 (La mujer contintia meciéndose.) DONATA . Es imitil, Duque. Nunca nos pondremos de acuerdo. Ademis, ya me cansé. puQUuE La sefiora desconoce las raices. DONATA La casa es demasiado estrecha y el tiempo es demasiado breve para jugar al juego de Ia torre, (El Duque duda, implora al puiblico.) puquE gJugamos a cuidarnos? DONATA Ysa es otra discusién interminable, eres un tramposo. (El Duque sonrie al piiblico.) Yui pugue ne Ustedes me dicen vi. Pero uit no quiere decir nada, Té es como una camisa vieja arrojada al lado del camino. El primero que pasa puede ponérsela DONATA ee Si, pero soy yo la que te dice ti. fsa es la diferencia El Duque da la espalda al priblico. Avanza 21 hacia arriba y, apenas lo hace, pierde toda dig- nidad: camina a tientas, tropezando, hasta Ue- gar al lado de Donata, Se inclina, inquiriendo, junto a la cabeza de la mujer. puque @Sefiora. DONATA Yo siempre soy yo. No tengo necesidad de representar. puque eDonata? DONATA ‘Tii no eres nadie porque yo puedo decirle ci a cualquiera, Ahi tienes. Cerrado el jue- g0 de los pronombres. Donata? (El Duque vuelve a dirigirse, obsequioso, im- plorante, al piiblico.) pugue Podemos jugar a los suefios, No insistas. Eres incapaz de contarme los ruyos. pugur Pero sefiora, lo interesante es que mi sue- fio no es mio. Fse es el chiste, zno se da 22. cuenta?, el chiste es que yo suefio un sue- fio ajeno. DONATA s Ya lo sé. El suéfio sélo te atraviesa. (No ha escrito mi marido? uQuE Yo soy su conducto. DONATA ‘ ANi siquiera una tarjeta postal? puQue Su marido fue a Deauville en viaje de ne- gocios. ¢La sefiora pretende que sus suefios Son sélo de ella? gDe su exclusiva propie- dad? DONATA “Te estoy dirigiendo la palabra pugue : ‘Nos lo dijo antes de salir. “Voy a probar mi suerte durante una semana en el Casino.” No tiene por qué escribirnos repitiendo lo que ya DONATA, interrumpe E Exactamente. Cada ver que suciio to algo nuevo, algo que sélo a mi se me ocurte sofiar. (Deja de mecerse.) En cam. bio, tu suefio cs una efrcel que gira sobre inven. pugue, lejano Es siempre el mismo. 23 DONATA @Sabes lo que es el infierno? Una eterna repeticién sin esperanza, No tiene sentido. puque La sefiora se equivoca. El sentido es que el suefio de Ia sefiora se convierta enn suefio y mi suefio en el de la sefiora. (Donata levanta tas manos encima de Ia cabe- za, con los dedos en cruz.) DONATA 1Dios Nuestro Sefior nos libre! (El Dugue rie y pega con el puto sobre la cémoda.) puque No, no; simplemente, lo que usted sueiia seria un poco menos suyo, mientras que lo que yo suefio seria completamente suyo. we usted? En realidad le estoy ofreciendo un paraiso... su paraiso. Yo saldria per- diendo. ¢Qué ganarias con perder? puque Conocer el sentido de lo que suefio simi suefio pasa a formar parte del suefio de us- ted. Vale la pena, gno le parece? 24 Donata se incorpora. Melena de paje. Cejas depiladas y repintadas con una finisima raya. Un traje de 1930: largo, escotado, oscuro, con olanes de gasa en el cuello y sobre el busto. Una piel de zorro sobre los hombros. Un bas tén blanco esté apoyado contra la mecedora Donata lo toma y se detiene con un aire ma- jestuoso. Quieres encerrarme en tu sueiio. Yo sofia: ré siempre lo mismo y tt podris sonar cosas distintas cada noche. Me niego. Avanza. El Duque esté ubicado en et circulo negro de la rampa. Donata se detiene. Mucve Ta cabeza con desconfianza. Hace un esfuerzo. Fracasa. Se rinde. A ver. Repitelo, puQue Qué? Eso que dices sofiar todas las noches. poque Es la historia de un escultor. El Duque sale del circulo. Donata da ta es- palda al Duque. 25 DoNaTa Qué te dije? Llevas cinco dias repitiendo lo mismo. pugue Lo obligan a verse en un espejo. DONATA Yarme aburriste. Y tu deber es divertirme. puQUE Le demuestran que es de carne y hueso. DONATA Estas seguro de que esta ver no ha escrito mi marido? bugue Destruye las estatuas. DONATA Antes siempre mandaba recados. puque Abandona para siempre su casa e& Inego? puque Nada més. Huye. No se vuelve a saber de él. Cuando yo lo sofé era mucho mis diver- tido, puguE {Usted. .. sefiora... Donata? 26 ' Rr me meee atone Me etme mse ona peerage eat menue ero os DONATA Si suefio algo distinto cada noche, alguna ver habfa de sofiar tu maldito suefio de has estatuas. puque, e¥ qué pasaba? DONATA No te diré. Quédate con Ia curiosidad. Silencio total El Duque se detiene rigidamente. Un ligero rumor de papel frotado. Donata tambien se detiene, como si escuchara EL Duque camina a tientas hasta el filo del escenario. Se hinea. Donata también avanza hacia el proscenio, con sumo sigilo, con cau- tela exagerada, con el bastén blanco empu- fiado. El Duque encuentra algo. Lo levanta del piso. Actiia como si tuviera un sobre entre las manos. Se pone de pie, esconde el sobre Mevindose la mano a la espalda. Donata in- quiere en silencio. Sigue avanzando. El Duque Ia evita, Prosigue la mimica de Donata sospe- chosa, buscando al Duque, y éste evitando el encuentro corporal con la sefiora. Nunca se dirigen la mirada, El Duque retrocede lenta: mente hacia la cama. DONATA, {No ha escrito mi marido? (El Duque esté junto a ta cama. Abre en si DONATA, nerviosa lencio el sobre imaginario.) pugue No, Usted sabe que cuando sale en viaje de negocios munca escribe. (Introduce los dedos en el sobre. Resignacién.) onara, desanimada Cuando fue a la guerra, entonces si... me cscribfa todos los dias, sin falta (El Duque vacia el contenido del sobre en la cama.) DONATA Entonces necesitaba escribirme. Eran cartas muy hermosas. En ellas me daba todo. Qui- 24s porque lo necesitaba todo, Me nombra- ba Tas cosas. .. todas las cosas. (El Duque arroja el sobre entre la pila de pe- riddicos al lado de la cama.) pugue Ahora todo esté escrito. No espere usted DONATA, fria Yo no. a wi? (El Duque se encoje de hombros.) Sonido: avispas. 28 Gierra la ventana, puque ¢La sefiora siente frio? DONATA No. Es el zumbido de esas avispas en el jar din, Me pone nerviosa. (El Duque se dirige al proscenio. Husmea en direccion det priblico.) DONATA Es la primavera negra. pugue, husmeando Me parecié oler algo. Algo nuevo, Duque : i No. Perdéneme. El mismo olor de siempre DONATA . De siempre? Se dice aprisa. Desde cuando siempre? Duque 20 siempre desde cuindo? DONATA Cuando siempre, pugue Siempre no admite cudndo. verdad? DONATA Que 29 puque Si hay cuindo deja de haber siempre.. Te hemos que escoger. DNATA Siempre y cuindo. pugue Desde que el marido de la seflora se fue, hhace seis dias. ponara Lleva bien las cuentas, Se fue hace cinco dias. Es importante que no te equivoques. pugur Le aseguro que el seiior partié hace seis dias. He ido marcando las fechas en el ca lendario, powata Como un preso, zno? pugve Si estoy aqui es por mi gusto, Sé lo esencial que es Hevar el tiempo y le aseguro que no me equivoco. Pues yo sélo recuerdo cinco dias exactos y Ja intuicién femenina nunea falla. (Me vas a decir que puedo olvidar en ciento treinta y cuatro horas la titima vez que besé a mi ‘marido y oli el aroma de lavanda en su pelo y bailamos juntos un tango en este saldn? 30 bugur Le aseguro que soy un testigo involuntario. DONATA jdinvoluntario?! puquE EL lugar es muy estrecho y Ios ruidos traspa- san las paredes. Debe admitir que se despi- id de su marido de una manera particu- armente estruendosa, como si su propésito fuese que yo me diera cuenta... a& cuindo escuchaste todos esos ruidos de despedida? puqur En efecto, Hace cinco dias. DONATA Ah... puque Pero sostengo que ¢l seffor se fue hace seis dias. DONATA Lo viste salir, sin duda. puau Usted sabe que en Ia cocina estoy atenido a lo que oigo. DONATA, Ah... Of si sabes... g¥ qué tal hueles? 31 pugur Sefiora. .. eQué olores te Megan desde el jardin? puguE Los mismos de siempre. Humo de hojaras- a, Estiércol en llamas. Bruma estancada. Si es que la bruma se estanca y tiene olor. No Jo sé. Y un aroma inconfundible. La pe- lambre hiimeda de un lobo. Es todo. (El Duque empieza a reunir el servicio de té.) DONATA Te engaiias, Duque. Si pusieras atencién te darfas cuenta de que el peral tiene bro- tes. Quiere decir que la savia esti fluyen: do otra ver, Todo se siente autorizado a crecer. Las ramas reverdecen. ¢Recuerdas? Los castafios. .. (Pausa. Se acomoda el 770 sobre los hombros.) Ademés, ha dejadlo de Mover. No puede haber un animal mo- jado en los alrededores. Eso ya paso. Pero ti no pones atencién, (El Duque avanza con la mesita sobre ruedas.) pugue, Mi deber no es atender Io que sucede afuera. 32 (Donata llega, guidndose con el bastén, a una de las sillas y toma asiento.) Entonces, seul’ sera? pugue La sefiora hace mal en ofenderse. Cada uuno cumple su parte del trato. Nada mis (EL Duque sirve té. Dificultad de Donata para tomar las cosas.) DONATA Te repito que tu deber es prestar_ una atencién minuciosa a lo que sucede aden- to, afuera, arriba y abajo. Para ¢s0 se te paga. Te damos quinientos francos nue vos, techo y comida a cambio de una sola cosa: tu absoluta atencién. buguE La sefiora interpreta las reglas a su antojo. (Camina hacia el filo del escenario, abajo.) La sefiora sabe bien que mi obligacién es cuidarla... impedir... asegurar... En fin... No hay razén para abdicar a los horarios establecidos y a las consabidas cos- cumbres Eso me dije. Eso mismo me dije esta ma- fiana, cuando me di cuenta de que la pri- 33 mavera se nos habia venido encima. La vida debe seguir su curso normal. Repite. (El Duque hace la mimica de los actos que enuncia, mientras Donata tararea un vals.) pugue Debo despertar a la sefiora a las ocho, Des- ayuno a las ocho y media. Labor hasta el mediodia. Miisiea de doce a una. En se- guida, almuerzo, Café frente al huerto. Una ligera siesta. Mas labor en Ia tarde. Téa has cinco. DONATA Y Ia carta Mega a la misma hora. pugue Conversacién hasta las seis. DONATA Permanecer en un solo lugar. . pugue De seis a ocho, quedo libre y Ia sefiora puede reflexionar. .o ser una eterna peregrina, pugue A las ocho me reincorporo, Cena a las nue- ve y tempranito a Ia cama. (Donata aplaude.) 34 Donat Terfeco, Perfecto, Duque. Me tlenas de dumiracin. ‘Te digo que eres el empleado ide pvaur ‘Uno se adapta a los cambios de extacién, pusto que los cambion de crac no Se Napian 4 uno, No tent pogue a defiora me disingue igualmente con #8 silencio y on su plate. {Quien s0y yo..? We parecis una leltima coquetera guar eee “Cuiso une gomar 2 sols ete perfume de arene eee ties bras y deshieloy iualmente premacaros nionces es certo. (Es crt! Bi desea crerl, puedo deine que en nos tusmeon des se dsiparn, I brumas, oe syngnrn les facgos, los lobor no buscar agat au alimento el aire del sur barver por qué comentar lalala novedad Ia hojarasca_humeante, . 35 boNATA Eres un campesino bien simple. Serta ficil confundirte. Podria cambiar a mi antojo los horarios € imponer los del verano en pleno mes de enero y los del invierno cualquier dia de agosto. pugue La sefiora hace de mi lo que quiere, Ella nombra las cosas de acuerdo con sus de. s¢08. ¥ los deseos de la sefiora son los mios. Puede retirar el servicio de te? No. Déjame saborear los fondos. El Duque se detiene en el circulo negro. Duque ePuedo salir al jardin? PONATA, cascabeleando la taza de té contra el platilio De ninguna t manera. Quieres que nos (El Duque avanza hacia et proscenio,) pugue Nadie puede vernos. La noche esti muy oscura, Nadie creeria que he regresado. Me confundirfan con ese sirbol (Indica hacia el priblico con la mano.) Nuestro peral, | | | | (it Does gt so ne unas ae 5 oe ac Pee rics ieee ee Barat enta, Han cre- Ti seiora no se ha dado cuent + Malditas zara ido demasiado. Arrinealas. pugue ‘ “Tas races deben extendere varios meron bajo tierra Gortalas pvgue Cortarlas es cortarse. DONATA Espera, @No oyes los trinos? Han regresa do. gNo los oyes? Debes estar sordo, Du que Ligera modulaciin de piano. El Duque abre de par en par las ventanas del salén. Un es- cindalo de vidrios rotos que se recomponen, como si el momento de la ruptura hubiese 37 sido grabado en una cinta magnética que aho- 1a, en reversa, lo reconstruye. Donata se leva las manos a los ofdos [Cierra las ventanas! (El Duque cierva. Silencio. Li io. Luego, un goteo Heather cal eae ae el DONATA @No oyes? Debe ser una gotera en el te- cho, Qué descuidados son aqui. Duque ea a seiiora permitiré que la corrija. Qué descuidados somos. ae DONATA alnsistes? Es la verdad. En la casa sélo quedamos us- ted y yo. No. El portero. pugue, La sefiora me autorizé a correrlo, e¥o? pugur, Recordar que el portero era demasia- do. .. corruptible, 38 ONATA Bah, Un contrabando de vex en cuando. puQuE Lo lamento. El marido de la sefiora se en- ter. ¥ Ia sefiora, como una prucba de obediencia y amor, dio drdenes de que se despidiese al portero. (Pauia.) Yo sélo cumpli. DONATA En ese caso, el jardinero es el responsable. pugue @De qué, sefiora? DONATA Deberia cuidar, no sé, todo el aspecto ex: terior de la casa, no sélo cortar las ramas secas y la mala hierba. No contamos con tanta gente; bien podria tener la delica dera de revisar los techos; en marzo ver drin las tormentas y podemos amanecer a Ja intemperie. Cérrelo; es un holgazin. puguE La sefiora recordaré que durante la tem- ppestad de octubre dijo exactamente las mis mas palabras. El jardinero fue ‘despedido entonces DONATA @El jardinero fue. ..? Nuestro jardinero, eCémo quieres que lo recuerde todo? DUQUE. Para eso estoy aqui. Para ocuparme de la sefiora. Incluso de su memoria. DONATA Olvidas que somos nosotros los que te re- cordamos, (Pausa.) Cuando todos se habfan olvidado de ti, ce recordamos y te trajimos a esta casa, Nos hicimos cargo de ti, No lo olvides, cuando hablas de mala me- puQuE Su charla es muy agradable, pero yo tengo mis obligaciones. (Donata mueve la cabeza, alarmada.) DONATA No... espera, puQur Debo preparar las cosas para la cena, Dende estis?... Duque. (Alivio de Donata.) DONATA aDénde aprendiste a cocinar tan_ bien? puque En mi pais. La sefiora dice que soy un campesino, Su intencién no es clogiosa Pero gracias a ello —la sefiora me perdo- naré el lugar comin— estoy més cerca de algunas cosas fundamentales que muestra, civilizacién. .. tiende a olvidar DONATA “Tragar bien, geh? pugue Yantar, si lo prefiere. El caso es que soy recordado por mi habilidad en Ix cocina, por haber inventado ciertos platos y por haber introducido ciertas plantas DONATA Podrfas suplantar al jardinero. pugue Podria, si. Pero hoy mis obligaciones son vonara Greo que hoy no cenaré, Llévame de una ver a la cama, pugue Tengo que arreglarla, ue pasa? gPor qué no esti lista? pugue ‘Amanecié cubierta de tierra, Mi linda cama? ¢Cubierta de...? pugue Asi es, sen DONATA {Mi linda cama con cuatro postes y respal- do de marqueteria? pugue Exactamente, DONATA @Mi real cama comprada en La Samari- taine? pugue Basta sacudirla un poco. DONATA ¢Mi virginal lecho de bodas? (El Duque se ocupa de reunir platos, la- varlos, etc.) Anoche tampoco pude dormir, Duque. pugue La sefiora tendra que acostumbrarse, Gabes lo que seni? pugue Que el techo descendia lentamente hasta sofocarla. (El Duque camina hasta el armario, extrae un lobo muerto y lo arrastra al centro del esce- nario.) DONATA No, eso fue anteayer, Anoche senti que la cama no tenia la misma temperatura que el resto de Ja casa. (EL Duque toma.un cuchillo de cocina y ¢o- mienza a destripar al lobo.) DONATA : @Me enticndes? La cama era més fria 0 mas caliente, no sé. ‘Un lobo pasé el dia echado en Ia cama. Es natural. La sefiora recordard que anteano- the se morfa de frio y me pidié que calen- tara Ia cama. El lobo entré del huerto y encontré la solucién, No escuchd usted Jos aullidos? Ademis, Ia cama estaba de masiado cerca de Ia ventana. Se colaba el viento, La he cambiado de lugar. (Donata se incorpora.) ONATA No basta. Hagas lo que hagas, no podré dormir. Antes, gracias al alcohol, sofiaba ‘con los Angeles. Ten compasién. Consigue- me un seconal aunque sea. pugue El seconal tampoco le servi organismo reclamard con mis fuerza el alcohol y como el alcohol tampoco le ser- vird pediré usted otro seconal. La sefiora y entonces el 48 a) se destruye a si misma en circulos. El vicio s la corrupcién del deseo de Ia sefidra. (El Duque se enjuaga y seca las manos.) DONATA, Falso} el vicio es hacer lo que no se desea. Y yo deseo beber. ¥ yo deseo dormir. pugue La sefiora no ignora que su marido dejé Ordenes estrictas. Ningtin exceso. (Donata arroja et zorre que Weva sobre los hombros al piso con un movimiento de célera.) iPero es que dejar de beber es un exceso! (Extiende los brazos y agita los dedos.) Lé- vame al tocador. Pronto, Siéntame frente al espejo, (El Duque deja de trabajar.) pugue La sefiora sabe perfectamente DoNara No, no sé nada; Névame; te lo ordeno. El Duque ofrece el brax0 a Donata, toma aire, hincha el pecho y cuelga un poco la cabera, como en deferencia. Los campanazos de las seis de la tarde los obligan a marcar un paso 44 majestuoso, casi nupelal, casi cortesano, Mien- tras avanzan hacia el tocador, tropiezan con un taburete. Donata se desprende con parsi- monia del brazxo del Duque. El Duque taco: nea y se inclina. Donata se sienta frente al marco sin espejo y cumple los gestos de quien abre una botella de perfume. DONATA Sabes? Creo que me he estado enga do. Creo que puedo repetirlo, pugue : Si en algo puedo servirla... Mantente alli, detris de mi, en servicio mio, (EL Duque incline ta cabeza.) Aleinzame los pinceles. f (El Duque le ofrece un pincel imaginario.) Gracias. ; Donata se pinta wna ceja : est bien el arco. puqur Puedo imaginarlo perfectamente. (EL Duque se aleja. Donata prosigue su arre- glo.) Y Duque. 45 DUQUE, ensimismade ‘SP vonarA, dominante y alegre Dime cual color de labon prefers (EL Duque se tapa tos ojos con la mano.) pugue No alcanzo a distingnir desde act. DONATA, impaciente De memoria, de memoria, (El Duque deja caer la mano, regresa lenta- mente a Donata.) pugue, cansudo EL magenta, DoNATA Ven. Friégame los brazos y la espalda. (El Duque posa las manos sobre eee bre los hombros pugue Las drdenes de Ia sefiora son mis deseos (Acaricia lentamente los hombros de ta mujer.) DONATA Duque. Voy a descender de nuevo por esa gran escalera. (Donata se incorpora y ha bla actuando la accién que describe.) Los velos de Ia falda se van a agitar con un 46 \ ligerisimo impulso de mi mano escondida fentre los pliegues. Mi rostro aparecerd y desaparecen detrés del juego del abanico. La escalerilla ser larguisima y Jas muje- res habremos reconquistado todos nucstros derechos: ocultarnos para ser vistas, ofre ‘eros para negarnos, sofiarnos para ser s0- fiadas, .. Los velos y las diademas, los guan- tes y las plumas, las tafetas y el armifo, la ropa interior laboriosa, lenta, aplazada, de encaje y azo. La bella musica y Tas pax rejas bailarin en cuadrillas sobre la pista de ajedrez, Todo girard velozmente. Pero cuando yo aparezea en Io alto de la esca- tera, el mundo se detendré. (Paust,) Soy vista, Duque. (Pause.) Soy vista. Donata extiende a mano y el Duque ta toma. La accién contintia mientras Donata habla el Duque se inclina y besa la mano ofrecida que, al moverse Donata, huye de los labios del Duque para cumplir wna paribola airosa de desafio y entrega, Se escucha wn vals vienés y el Duque toma a Donata de la cintura. Los dos giran DONATA Soy admirada, Soy Ia belleza que todos se detienen a mirar. La esperada. La desesy yada, Mi aparicién es tan brillante que a7 algunos creen ver la Iocura en mis ojos. Mi presencia es tan imprevista que algunos dicen recordar su anuncio. Mi revelacién stan inolvidable que algunos aseguran que no estuve alli. (Bailen.) Fue mi llega- da, en medid de fanfarrias y redobles de tambor y arcos triunfales. Pisé Ia tierra extrafia para hacerla mia y hasta mis ene- ‘igos gritaron vivas y loraron. Yo fui la memoria y el presentimiento de todos, s6lo esa vez, (Bl vals empieza a fundirse con un sonido de enchufes defectuosos.) Dame la mano. Tit sends mi rey y mi siervo esta no: che. Apuntaré tu nombre diez veces en mi eamnet, Te prometo todos los valses. EL chillido de un lobezno herido. Donata y et Dugue tropiezan contra ta silla, contra tos ta- buretes, los pies se les enredan entre tos basto nes arrojados al piso y los dos caen abrazados, de bruces; el Duque gime y retiene a Dona ta; ella se zafa, rueda, queda bocabajo en la oscuridad creciente del salén, anuncia da por una sirena de nieblas, una bocina por fuaria lenta, larga, espectral. Donata jadea. El Duque tose DoNATA Fue un tiempo espléndido y enervante, como todo cambio de estacién y de pais. EI castillo, entonces, parecia una cascada de metal, Hoy lo recuerdo petrificado y geomeétrico. Demasiado ligico para ser ad- mirado. Demasiado razonable para ser con- vincent. pugue La sefiora sabe que el orden anuncia el horror La sefiora sélo sabe que esa noche fue ad- mirada por todos. (El Duque, de rodillas, se sacude el potvo.) pugue Hay mujeres que son admiradas en publi co y otras que s6lo merecen su premio en privado. DoNara : Yo tuve Jas dos recompensas. ¥se fue mi exceso. Ahora ponte de pie, Arregla mi lecho. (El Duque se incorpora lentamente,) puque Me atreveria a ailadir que el premio es el jora, en. otras circunstancias, castigo. La s habria terminado en un tigico esplendor. Como estin las cosas, s6lo le queda la sen sualidad de ta nostalgia. 49 DONATA No, Duque. Me vencieron la seguridad ¥ Ia euforia. No es mucho. $i esa noche me siento insegura, bailo con todos los hom- bres que estaban alli, Me di el lujo de escoger a uno solo. El primero que vi. Escogido por el azar. Porque era el que mis se parecta a lo que yo buscaba. Careci de malicia. No dudé. No imaginé. Gret que el placer era idéntico al destino, La historia se burlé de mf y me demostré que cuando se cree que el placer iguala al des- tino el precio del placer es la locura, Y la locura es el destino sin destino, pugur, Tienes que recordar. No, ya sabes que no puedo, por mas que trato, por mis que. bugue ‘Tenemos que saber lo que pasd, para que no se repita... (Donata se arrastra, alargando tos brazos, ha- cia el Dugue.) DONATA iTe digo que no puedo! Sélo recuerdo que él era idéntico al palacio, a la Iuz, a la mi 50. sica, a mf, a mi juventud, a mi belleza, a . ami seguridad. mi vestido, puQUE os La sefiora es prédiga en asociaciones. DONATA i ‘Tan prédiga como ti eres tacafio. No me podré levantar sin algo que me reanime. puque La seffora est borracha de recuerdos in- completos. $i quiere, recuéstese un rato y duerma. ePara qué? Ya estoy acostada pugue : En Ia cama. El suelo es frio. DONATA : Y la noche interminable y la memoria hui- diza y tu curiosidad grosera. DONATA Si, porque quieres que yo te pida que ini Ia ya. rein ver de fabricar dost patadoas, ria bien en pensar en su. reumatismo. “Tienes razén. Eres el pretendiente ideal 5 ara la vejez. (Se incorpora'con ayuda del Dugue.) pugue Para prepararse a la vejez. No sea tan pesi- mista o tan precipitada. DONATA eMe encuentras bella atin? pugue No Ia conoci, .. antes. No posco un punto de comparacién. DONATA No huelo bonito? tea, recoge el bastén blanco, lo levanta y pega contra las espaldas del Duque. El Duque deja} caer la piedra dgata con un gemido. Donata arrea con el bastén que a veces cae con un | 80 t Bi Tema musical. El Duque camina hasta el pros- cenio, toma el telén y lo va corriendo. Al mismo tiempo, se arranca la barba postiza. Desaparece detris del telén. } \ | pos Tema musical. Donata, con su cobertor echado sobre los hom- bros, aparta el telin. Oscuridad completa, sal vo la tinica luz intensa que ilumina el rostro de Donata, la obliga a guitar, a taparse los ojos cog: la mano libre. Murmura: DONATA Estamos a fines de enero, El tiempo ha engaiiado a la naturaleza. El invierno se hha disfrazado de primavera, pero slo por tuna semana o quince dias. Luego regresard €l frfo a cumplir su ciclo y ser necesario quemar las siembras prematuras y cortar Jas ramas y pulverizarlo todo con insecti- cida. (Pausa.) Pero Venus no se detiene, Re- corre el universo en un solo dia... todos los dias. Estrella de la aurora y estrella del Preciosa gemela de s{ misma, erepiisculo, La luz invade el escenario. Peribdicos regados por el piso. El Duque, cubierto con una fra- zada, duerme en el centro. Cerca de él, bote- 83 as vacias, platos con restos de comida. Des- pierta sobresaltado, con un gemido. vogue Donata... Donata. .? (Alarga un brazo.) eEstis ah? Si puque Crei... cre que habias aprovechado mi Si. (Pause. El Duque se levanta.) (Cuando dijo que regresaba? puQuE En una semana, Hoy. ponata, eee 84 bemos seguir como siempre. Tengo que prepararte el desayuno y la cama. Si, hazlo; Iuego podemos dormir juntos toda la maiiana. (EL Duque reine periddicos regados por el piso, hace una pequea pila con ellos, les prende fuego.) pugue Debemos arreglar la casa. £1 no debe notar nada DONATA No tiene derecho. (Se acuclilla y acerca las manos al calor.) Salié y nos abandond en este muladar. Gree que va a encontrarlo todo igual. .. que sélo él puede divertirse cen el mundo, . , condenarnos a esta soledad eterna... y encontrar su casa igual cuando regrese. No quiero. (Pausa.) Jamis debi aceptarlo. Debimos seguir vi Viendo en un apartamento moderno y con: fortable pugue wPor qué lo seguiste a este destierro? DONATA Me prometié que aqui empezarlamos de nuevo. Otra vez. Esa es su promesa, Su 85 ‘iniea promesa, Que todo puede recomen- mar, DUQUE dLe creiste. - otra ver? Donata no contesta. Alarga la mano, tantea, encuentra una botella, la toma, se la leva a las labios, escupe con una muecn de asco. Per- manecen diez segundos en silencio. DoNATA eQué haces el dia de fiesta? Pausa. De nuevo, el rumor del sobre bajo la ventana. El Duque se levanta y camina hacia el proscenio. DONATA @Has pensado en una diversi lana, para el domingo? n para ma- (El Duque recoge el sobre, excitado.) pugue Hoy es domingo. Mientras Donata habla, ef Duque rasga el so: bre y camina hacia la cama. Llega junto al echo y vacia el contenido del sobre imagina- rio, Toma los dos bastones blancos » empieza @ pegar sobre el suelo con ellos, a chocarlos entre st, con un ritmo monétono. 36 DONATA Majiana, Mi marido me hacta el amor lot domingos. ...el resto de la semana hacia su carrera... actividad, prestigio, relacio- nes publicas, el bien a sus semejantes, man- damientos y castigos. .. los domingos no. me decia que mis senos eran como limon citos; después ponia un tango en el tocar discos... decia que es importante amar con misica de fondo... a mi me recordaba un carrusel... cuando los muchachos me veian dar vueltas sobre el caballito de ma- dera... tratando de mirarme los mustos. mi marido era disciplinado y ambicioso. sdlo los domingos. .. todo a plazos... Lue- go saliamos a ver los aparadores de La Sa- maritaine, .. la lavadora automatica, el re- frigerador, la batidora, el electrolux, una eanoa de goma para las vacaciones, prime- ro el... Fiat... y Inego el... Mercedes un stéreo, mtisica de fondo, a él le gusta... tuvimos todo lo que deseamos, eves. jtodo!... hasta que él dejé de escuchar la miisica y por eso regresamos aqui, él dice que Ia misica viene de este jardin... que por eso hemos regresado... que yo nunca podré escuchar lo que él escucha. .. ver Io que él ve... 87 (Se incorpora, angustiada, apretindose las manos.) Fue al casino, bir informéndonos si gané. ala ruleta... podria escri- 0 perdi6. alguna novedad. .. algiin mensaje puQUuE Quizés todo es un gran equivoco. (Donata sigue hablando sin escuchar al Du- que.) DONATA Al principio, quise creer que esas cartas que Hegan todos los dias eran para mi. Soy una pobre ilusa, Quise ereer que él volvia a escribirme. .. cartas como las que me ¢s- cxibié desde el frente, pugue Quizds él esta esperando que nosotros le escribamos... que nosotros le contemos lo que ha pasado aqui en su ausencia. .. Donata no contesta. Pisa las cenizas del fuego de periédicos, acaba de apagarlo. Camina ha- cia el proscenio tiritando de frio. El Duque se acerca a ella, la abraza por detrds. puQuE Mi amor. Déjame servirte como de cos. tumbre, 88, Es tu dia de descanso, me amenazaste con dejarme sola todo el dia... y ademés te esperan. Io dijiste ayer. (El Duque acaricia la cabeza de Donata.) bugue Nadie me espera. (Pausa.) Cuando tu ma- vido me encontré... en la calle... no lo reconoci. No lo habla visto en mucho tiem: po. Pero a ti te reconoci sin haberte visto antes. Esa tarde fui a visitar a la sefiorita Marina, que habia sido buena conmigo cuando mis necesitaba estar cerea de al guien. Le dije que iba a aceptar el puesto de criado y compafiero de Ia sefiora, no por gratitud al marido, sino por amor a la se fora. .. (Pausa.) Es que apenas toqué y es cuché a la sefiora... a ti... experimenté ‘un desamparo més hondo que el mfo. No podria explicarlo, Tu marido me bused, me encontré, me sacd de la miseria, Sin em- bargo, al llegar a... esta casa... sent. compasién. No geatitud. Ni rencor. Ni in- diferencia. Sdlo una infinita piedad. Piedad por la que se apiadaba de mi. poNaTA No, no era piedad, era. 89 puque Por favor. Eso le dije a la sefiorita Marina: “Te agradezco que me hayas ayudado. No quiero parecer desagradecido. Pero la sefio- ra Ya a necesitarme todo el tiempo. No tendré un momento libre.” DONATA Y las veces que te has despedido y he oido que la puerta se cerraba detrés de ti? pugue Era una comedia. Caminaba hasta la puer- ta... la abria y la cerraba... Permanecla inmévil dos horas... cuidndote... desde ese rincén, DONATA Duque. Anoche sofié tus suefios. :Me en- tiendes? No tu suefio eterno, el de las es- tatuas, no: tus suefios pugue Le dije a la sefiorita Marina: “Hay un gran abandono en el mundo, Como si todos quisiéramos irnos pronto de aqui. Como sino nos cupiera en el pecho el odio y el rencor de haber sido creados, Gomo si cl semen de nuestros padres fuese un vene- no y el titero de nuestras madres una cloa- ca, Como si quisiéramos destruirlo todo antes de destruimnos a nosotros. (Pausa.) Si cada uno escogiera a una persona y se hi- 90 ciera cargo, completamente, realmente, de ella... ésa serfa la salud, Ysa seria nuestra profesién... ocuparnos integramente de otra persona. .. no tendriamos tiempo para nada mis... dejarfamos de trabajar, de pensar, de sospechar, de matar, de rezar... Ya no tendriamos miedo ni de nuestros padres ni de nosotros mismos ni de los demis.” Le dije a mi amiga DONATA ‘Ta te haces cargo de mf en la medida de tus fuerzas. pugur No creas que soy desagradecido. Te dejaré de ver. Pero no porque haya encontrado a otza persona que se hard responsable de mi, sino porque he encontrado 4 una persona de Ia que me quiero hacer responsable. Ella no lo sabe, Ella no se dejaria humillar. ‘Ella no me To ha pedi, Rs una decsén mia. No sé si obro a pesar de ella. Ella no acostumbra compadecerse 0 pedir que la compadezcan, Nada le repugna mas. pugue Creo que Ia sefiorita Marina lord. No sé si entendié muy bien, m1 ee ee ae DOWATA La persona abandonada no puede enten- der. Aunque el motivo de su abandono sea que otra persona esté ain més sola puguE Su vida es triste. No es modistilla como wi dices, Bs acomodadora de un cine. Es te rrible. Se aburre mucho. Le pisan los pies. Le dan propinas miscrables. Las salas cs- tin mal ventiladas. Tiene que ver cen nares de veces la misma pelicula. Es una prisionera de la oscuridad. Y ti viniste a cuidar a quien te desconocia bugue St. Podia cuidarte mejor mientras mas me ignoraras DONATA ¥ ti pugue Yo creo en los que no creen en nada, La nada esté convocando Ja presencia de lo que se desea. Mis tinicos encuentros han sido con Ios que no me buscan DONATA Piedad, dijiste, no necesidad pugur, Si; dije piedad. Piedad. 92. ras yo no confiaba en ti. & ahora? puQUE Nuestro deseo es comin. ‘Yo tengo mi recuerdo, mi baile, mi encuen- pugue ‘Ahora estamos juntos, La memoria ser un presagio, Yo bajé por la excaleritla de un barco al patio de un palacio junto al muelle (El Duque toma la mano de Donata, la conduce arriba, al circulo negro.) Habla _un esplendor enervante en el aire del Gollo de México. Todos voltearon a pugue Eras la reina (Donata aprieta las tijeras entre los peckos.) DONATA, Pisaba la tierra extrafia. Era distinta, puguE Lo diferente siempre vence. Aunque sea por poco tiempo. ponara Nos esperaban. La memoria nos anuncia. ba, La mujer extranjera guiando al hombre barbado. puQue No basta recordar eémo empez6. Tenemos que saber cémo termind. (Donata se inclina hacia los periddicos rega- dos.) : i DONATA Quizis venga en los periédicos. pugue Signtate. Recorta todo lo que se refiere al caso. (Donata se sienta en el centro del circulo ne- B70 y comienza a tijeretear periédicos.) DonaTa Faitorial: cansas de la eafda del imperio. . pugue No, no. DONATA Seccién botinica. Sobre la tristeza de los érboles nocturnos. om puguE Eso no, busca bien, sigue adelante, (El Duque continia negando mientras ella habla.) ‘Aviso de ocasion. Turista rubio busca mu- chacha local conozca lengua y costumbres para guiarlo, .. Actividad financiera: el do- bidn espaiiol vale tres cocos, el. schilling austriaco se estabilizé en doce gramos de pélvora, Ia paridad del délar: una libra de carne... Nota roja: doscientos guerre- ros fueron sacrifieados en Ia cima de la pirdmide... Necrologia: Querétaro, 9 de junio, France Presse. Ayer, al alba, el pe- lotén de fusilamiento. .. Sociales y perso- rales: los médicos, después de exhaustivas consultas, decidicron que la sefiora esti loca y debe ser encerrada para siempre en un castillo... Seccién de preguntas y res- puestas: zPor qué no regresas? pugue Eso... ahi... detente, .. repite. DONATA ePor qué no regresas? (El Duque avanza hacia abajo.)

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