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Lo Rural, Una Realidad Compleja
Lo Rural, Una Realidad Compleja
De lo agropecuario a lo Rural.
Para los estudiosos del tema, y sin pretender ser exhaustivos, la diferenciación entre
los dos términos es importante y tiene implicaciones, sobre todo al formular políticas
públicas. Al respecto, LLambi (2001) piensa que “no hay desarrollo rural (…) sin
desarrollo agrícola y ambos deben estar sumamente vinculados. Pero se debe tener
claro que el desarrollo agrícola no resuelve todo el desarrollo rural; esto es otro
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Utilizo el término, de manera genérica, advirtiendo que, en esta parte de la argumentación son productores agropecuarios,
agrícolas o ganaderos, o pescadores artesanales o productores forestales, ecologistas, sin entrar en la discusión de la
diferenciación de actores, en un sentido sociológico, o del sesgo del modelo, capitalista o no capitalista, dentro de la
agricultura.
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problema (Llambi, 2001: 43)2. En esta cita es claro que, puede haber desarrollo
agrícola, sin desarrollo rural, pero no al contrario, lo cual muestra la importancia del
sector agropecuario, pero también la trascendencia de lo rural, más allá de lo
sectorial.
Por la misma época, hacia finales del siglo XX, la FAO (1998), argumenta sobre la
necesidad de diferenciar los dos términos:
“…la propia visión del desarrollo agrícola está siendo ampliada para rebasar el
estrecho marco sectorial y considerar las fundamentales interrelaciones de la
agricultura con las posibilidades de transformación y revalorización del medio
rural, la sustentabilidad ambiental del modelo de desarrollo y el logro de
sociedades solidarias y funcionamientos económicos más equitativos. (…)
la política sectorial agrícola no podría responder, por sí sola, a la amplitud de los
problemas y desafíos del campo. Es indispensable definir una estrategia de
desarrollo rural, reconocida como prioridad nacional, y construir un consenso
social sobre objetivos, formas y costos de las principales políticas” [FAO, 1998]3
Profundizando lo Rural
2 Llambi, L. (2001). Globalización, ruralidad, nueva ruralidad y desarrollo rural. Memorias Seminario Internacional: La
nueva ruralidad en América latina. Maestría en desarrollo rural 20 años, tomo II, pp.4-48. Pontificia Universidad Javeriana.
[Citado por]: Pachón, F. (2011). Desarrollo rural: superando el desarrollo agrícola. Bogotá. Universidad Nacional de
Colombia. (pp. 53)
3
[Citado por]: Castillo, O.L. (2008). Paradigmas y Conceptos del Desarrollo Rural. –segunda edición. Pontificia
Universidad Javeriana. Colección Apuntes, No. 2 junio. Bogotá, referenciado por Briceño, L (2015). Algunas Experiencias
de Agricultura Familiar en el Marco de la Política Pública para el Desarrollo Agropecuario y Rural. Informe de
Consultoría, para el PNUD.
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territorio, las relaciones culturales, las relaciones naturales con la vida y
el mundo urbano.
• Lo rural es una continuidad de poblamientos en el territorio que
adquieren diversos grados según combinaciones entre densidad
demográfica y distancia de los pueblos a centros urbanos mayores de
100.000 habitantes.
• Lo rural supera la dicotomía de lo urbano-rural, incluyendo las
transformaciones ocurridas en la sociedad y la globalización. Lo cual lleva
a tener en cuenta dos variables de análisis: la densidad demográfica y
la distancia de las cabeceras mayores de 100.000 mil habitantes. Lo
anterior lleva a firmar que no existe una ruralidad, sino diversos grados
de ruralidades.
• La ruralidad se hace más compleja relacionando variables como:
estructura bio-física, sistemas productivos, sujetos rurales, valores
culturales, sentidos de vida, actitudes, tipo de instituciones, grados de
vinculación al mercado, tipo de poblamiento y relación con lo urbano. Por
todo lo anterior volvemos a firmar que existen ruralidades diferenciadas
según las relaciones antes enumeradas en los diferentes territorios.
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bienes públicos, reconocimiento, ampliación de capacidades y opciones que
permitan una elección libre de sus proyectos de vida de los pobladores rurales.
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Al respecto, el Informe Nacional de Desarrollo Humano 2011 –INDH 2011- señala que el 32% de los colombianos son
pobladores rurales y que en el 75% de los municipios predominan relaciones sociales de tipo rural (PNUD, 2011: 7). Las
implicaciones saltan a la vista, pues tales cifras son un llamado a formular políticas públicas para los espacios rurales, sobre
todo cuando a lo largo del INDH, se muestra la inequidad y las difíciles condiciones de vida de la gente rural, la persistente
concentración de la propiedad de la tierra, agravada por el conflicto armado, todo ello en un contexto de globalización en el
que el cambio climático, las crisis de precios de los alimentos, y la demanda de recursos naturales estratégicos como el
agua, son aspectos críticos que nos interpelan [ibíd.]
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y comunidades, para que los productores rurales de menor nivel de desarrollo
relativo ubicados al interior de la frontera agrícola, sean la base de una vigorosa
clase media rural, aportando a la generación de riqueza colectiva, en el respeto al
medio ambiente”. (DNP, PND 2010- 2014: 54- 56). Se hace reconocimiento a los
pequeños y medianos productores, a las comunidades étnicas, campesinos y se
alude a políticas de generación y género en beneficio de las mujeres. (Salgado,
2013: 48).
Así pues, este es el estado actual del concepto de desarrollo rural, con enfoque
territorial que, se asume en este escrito:
La población que vive su vida vinculada a los recursos naturales y a la tierra y que
comparte un cierto modelo cultural.
Por su parte, la Misión Rural, en su enfoque conceptual destaca tres ideas fuerza,
a manera de principios básicos para el desarrollo rural: “…. un enfoque territorial
participativo, que reconoce una ruralidad diferenciada y a los habitantes rurales
como gestores y actores de su propio desarrollo. (…) desarrollo como un proceso
integral, que busca la inclusión, tanto social como productiva y cultural de todos los
habitantes rurales. (…) promover un desarrollo rural competitivo y ambientalmente
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sostenible basado, ante todo, en la provisión adecuada de bienes públicos …”
(Ocampo J. A., 2014: 1-2) 5
El Ser humano al ser el centro del desarrollo rural posiciona a la educación rural
como un factor estratégico, fundamental y prioritario en el desarrollo humano, por
incrementar las capacidades de los pobladores en aras de la construcción social
hacia su libertad. La educación es un derecho universal y un deber del Estado y de
la sociedad, orientado a proporcionar herramientas necesarias para la formación de
sujetos autónomos capaces de tomar decisiones en función de sus derechos y
responsabilidades sobre la vida que desean vivir.
También este reconocimiento hace referencia a que el ser humano es un ser natural,
corporal espiritual, con necesidades, con conciencia, es decir, con capacidad de
discernir, reflexionar y tomar decisiones para el buen vivir. En este sentido la
educación rural debe concretar acciones que ofrezcan las mismas condiciones y
oportunidades para que cada niña, niño y potencie su crecimiento humano, ejerza
integralmente sus derechos con equidad de género.
5
Ocampo, J.A. (2014). Saldar la deuda histórica con el campo. Marco conceptual de la misión para la transformación del
campo. DNP (elaborado por el Jefe de Misión, José Antonio Ocampo). Pp.47
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Detrás de las anteriores afirmaciones queremos expresar una pregunta de fondo:
¿Desde donde pensamos el desarrollo rural? Una primera respuesta que tenemos
es la siguiente: el desarrollo rural lo pensamos desde “lo que queremos ser y nos
hace falta para llegar a ser”; es decir, lo pensamos desde el desarrollo de
potencialidades y fortalezas de los pobladores rurales, en un proceso participativo
que se fundamenta en los sujetos individuales y colectivos, lo que exige pasar de
un desarrollo solo basado en el crecimiento a uno que se basa en la sostenibilidad
de la “Vida Querida” por las comunidades rurales, para el caso colombiano los
afrodescedientes hablan de un “etnodesarrollo”, los pueblos indígenas de “planes
de vida”, campesinos de la vida querida y los trabajadores y empresarios de la
calidad de vida.
A partir de esta afirmación de Escobar nos preguntamos por qué tenemos que basar
en el lugar en la construcción de nuestras propuestas. Y respondemos: porque el
lugar es un espacio donde se habita y se vincula con la vida. Es la ubicación en el
espacio que está dada por el sitio de origen (relación de identidad telúrica, simbólica,
material y espiritual). Según Escobar, esto significa “reconocer que el lugar, el
cuerpo y el ambiente se integran, uno con el otro; que los lugares recogen cosas,
pensamientos y memorias en con-figuraciones particulares; y que el lugar, es un
evento (dinámico y complejo) más que una cosa, y que se caracteriza por su
apertura y no por una identidad unitaria.” Esto significa que las personas y
comunidades no son solo locales. Para las comunidades negras, indígenas, algunas
campesinas y trabajadores rurales la unidad de su territorio con el mundo es la
clave. Las relaciones son el factor determinante y por este motivo los seres
humanos, la naturaleza y las formas de ocupar el territorio no se pueden separar
del mundo cultural, educativo, de las cosmovisiones y creencias profundas de lo
que significa vivir en este mundo.
Principio holístico que afirma que todo está de una u otra manera relacionado,
vinculado con el todo. La realidad se presenta como un todo holístico, con el
conjunto de seres y aconteceres interrelacionados. Por eso, para construir
proyectos de desarrollo educativo un imperativo es tener una visión integral del
territorio.
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c. Simultáneamente los territorios siguen siendo sujetos culturales, políticos,
ecológicos y se siguen moviendo como espacios y organismos vivos; también
son soportes de la actividad simbólica de los pueblos y a la vez lugares de
inspiración de propuestas culturales de vida. Allí acontecen las relaciones, la
corresponsabilidad, el arraigo, la búsqueda de la armonía, la reciprocidad, la
complementariedad y todas esas fuerzas que conforman la identidad de los
sujetos y los pueblos. ¿Cómo aprovechar estos saberes para generar el
desarrollo humano actual?
d. En los territorios locales se establece la estructura sobre la cual se
fundamenta y se regula la relación: sujeto- sociedad- comunidad con la
naturaleza-cosmos. Por eso, la vida cotidiana de las comunidades rurales
con las que trabajamos se funda en una visión integral de la vida. De esta
manera lo local se hace territorio vital, fundamento telúrico de la existencia
de las comunidades, no es un lugar objeto, sino un lugar con vida, un ser con
cuerpo y alma, un hábitat espíritu-corporal. ¿El reto es una nueva
comprensión espiritual del desarrollo, partiendo de la riqueza de
cosmovisiones culturales que se han desconocido?
e. En el territorio local se manifiesta la mirada del ser humano y su relación con
las demás especies, con su hábitat. Dicha relación construye una
cosmovisión de Ser y Estar en el mundo, en un espacio / tiempo determinado.
La apropiación de este espacio, su ocupación, ordenamiento, la relación con
los otros seres y especies (frontera) y el cultivar, cuidar, co-crear la vida, van
marcando la diferencia de cada territorio. Los pueblos y culturas tienen su
propuesta de vida, más allá de la sobrevivencia y la resistencia, existen
procesos sociales-culturales que avanzan simultáneamente.
Tenemos claro que sin lo local no podemos aspirar a transformar otras esferas. Es
desde esta cercanía en la que podemos construir la vida querida, pero los nuevos
retos apuntan a conectar lo local con lo regional, con lo nacional y lo global,
abriéndonos hacia fuera y mostrándonos al mundo. En este sentido el tono de
nuestra propuesta alienta una dinámica de construir el proceso del desarrollo en la
metáfora de la Red de Interdependencia para que todos podamos habitar la casa
común, de lo contrario más temprano que tarde los problemas crecerán de manera
más acelerada y con menores posibilidades de un cambio positivo e incluyente para
todos los seres humanos y la naturaleza. Por eso la participación de las Escuelas
Normales Superiores se convierte en un elemento clave del momento actual.
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Lo rural y el poder de agencia.
Según Machado (2017) la estructura agraria y los órdenes rurales son físicos sino
sociales y políticos, por ello las características del actor, su voluntad y sus
condiciones determinan el juego de relaciones de poder para el desarrollo rural. En
este caso el concepto de agencia que sugiere Amartya Sem (2000) es útil para
comprender las diferenciaciones entre los actores. Este concepto se refiere a la
capacidad del actor social para participar en la toma de decisiones e incidir en los
procesos de desarrollo rural.
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_______________ (2017). multimodalidad y diversidad en el Campo
colombiano. Aportes a la paz territorial. CINEP; Bogotá
Salgado, C. (2013). Estado del arte sobre los enfoques recientes en torno al
desarrollo rural. Revista Economía Colombiana. Contraloría General de la
República: Política rural: riesgos, retos y perspectivas. Bogotá.
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