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La correccion de estilo MARIA CRISTINA DUTTO. unto conel editor y el disefiador, el corrector de estilo (0 corrector de originales) integra la célula basica del proceso de edicién. Re- cibe el original editado, enmienda los posibles errores ortograficos, léxicos, de construcci6n e ilacion. Busca la concisin y la claridad expositiva, ademas de la adecuacion a las normas y convenciones lingiifsticas. También prepara el texto para su puesta en pagina por el disefiador, Si el libro tiene preedicion, interviene desde antes de laescritura. Almenosenelmundoidea. == 142 Maria Cristina Dutt de su mejor version y a menudo es quien convierte una idea en jp, En didlogo con el autor, el editor sefiala en el texto excesog oe debilidades argumentales; sugiere potenciar fortalezase ined : dificar la estructura. Su funcién se acerca a la coautoria en los libro, por encargo -manuales o textos escolares, libros practicog yde : vulgacion cientifica, por ejemplo-. E] editor es responsable del tbro desde que se toma la decision de publicarlo hasta que esta impres y encuadernado. % La presencia o ausencia del editor define en gran medida la fun. cién del corrector, porque ambos tienen perspectivas complemen. tarias. Uno se fija en la totalidad y otro en el detalle. Tras un buey editing, la correccion de estilo de un original es una funcién acotada e inserta en una labor de equipo. Junto con el original, el corrector recibiré pautas, tendra con quién comentar las dificultades que en- cuentre, a quién plantearle dudas y sugerencias, sabra quién decide en caso de discrepancia y contara con un arbitro si se produce ur conflicto con el autor o el diseriador. Sin embargo, la ausencia del editor es uno de los problemas mis habituales de la produccién editorial. No es que falte la persona en- cargada de recibir el original, contratar a corrector, disefiador e im- prenta, ajustar el cronograma, tramitar los pagos y buscar soluciones a los imprevistos que se presenten en el proceso, sino que esta per sona no tiene con el libro mas compromiso que el de un gestor. Con frecuencia, tampoco mediaré en los intercambios entre corrector autor, lo cual es bastante légico, dado que muy probablemente no haya lefdo el original ni tenga idea de su contenido. Esto es comin en instituciones empresas y organismos internacionales, pero ocu- lusomo e ha lefdo el libro cuando este puede ser editor de otro-, sino de perspectiva. Quien esta see las piedritas del camino no puede al mismo tiempo contemplar el paisaje- De qué autor estamos hablando? Lamayoria de los autores actuales no son escritores, si se entiende por escritor a quien ha hecho de la escritura un oficio, que suele ser, ademas, quien escribe por placer. Hay una tendencia aasociarla figu- radelescritor con la del autor literario, aunque el gran cajén de sastre delano ficcién tiene también sus profesionales, como los periodistas y los divulgadores cientificos. Fuera de estos casos, los autores son, por lo general, especialistas en determinada materia que escriben para comunicar contenidos. Corregir textos de autores que no son profesionales de la es- critura suele implicar para el corrector mAs trabajo y mas libertad. Comtinmente estas personas escriben con menos conciencia de los recursos lingtisticos que emplean y cometen més errores, pero al mismo tiempo estan mas abiertas a la correccién, porque comunicar sus contenidos de forma clara y eficaz les interesa mas que defender el modo que encontraron para expresarlos. Nada de esto es generalizable, sin embargo. Cada autor, de ficcion ode no ficcién, es tnico, como tinico es cada libro y unica cada rela- cién autor-corrector. Hay autores no escritores que escriben magni- ficamente, novelistas consagrados que necesitan correccién fuerte, autores incompetentes que defienden con unas y dientes cada coma incorrecta, autores experimentados que aceptan de buen grado cual- quier sugerencia que sirva para mejorar su texto... El abanico de las posibles relaciones entre autor y corrector abarca desde el intenso trabajo conjunto hasta la ausencia de todo contacto, aunque lo mas probable es que se entable una relacion mediada por el editor. El primer caso se da cuando | ya sea porque rabajar autor contrata 143 144 Marfa Cristina Dutto enrevistas académicas y algunoslibros colectivos, en i que elediss asume la responsabilidad por la correccion, solc cae re 2 prueb *UCOr lag dudas conceptuales y a lo sumo le remite pruebas de Pagina pa aprobacion final. Fuera de estos extremos, es probable que, como forma deg, de cerca todo el proceso, el editor medie en el didlogo entre ae corrector: reciba las dudas de este y, si no puede resolverlas poe mismo, las remitaa aquel, reciba las respuestas, las evaltie ylas ine mita. De todos modos, como los editores suelen estar desbordados quiza mds pronto que tarde abandonen esta mediacion, en partic. lar si autor y corrector muestran sintonia o tienen antecedentes de trabajo conjunto exitoso. En su relacién con el autor, la actitud del corrector es clave, Més cuando tienen trato directo y muy especialmente cuando el libroes el primero que el autor publica. Para un autor primerizo, la figura del corrector es amenazadora. Ha invertido mucho tiempo en elaborar su original, lo ha escrito y reescrito, lo ha dado a leer a otros, leh hecho ajustes... Entonces llega el momento de publicarlo y aparece una persona desconocida, sin formacién en el tema, dispuestaamo- dificar de un plumazo lo que le ha insumido tanto esfuerzo. Hay que _ reconocer que es un miedo razonable. En esta situaci6n, el corrector debe mostrarle al autor que es" do, no un adversario; que alli no hay competencia, sino service; abos comparten el objetivo de que el libro salga lo mejor po- incluso cuando la relacién es mediada por el editor, el modo bservacién o una sugerencia, la redaccién de m a lista de dudas van a dar el tono. Sens cto pueden hacer la diferencia entreun? oductivay una relacion tensa quetermine todala célula editor ial, en especial al editor, Editar una obra colectiva i Scribir un prdlogo. Se requiere un editor verdaderamente involucrado en el proceso, que autores un didlogo exi- gente y tome decisiones orientadas a los lectores, Es recomendable que estos libros tengan preedicién, o al menos que los autores reciban pautas claras acerca del original que se pre- tende. De este modo, al empezar a preparar su texto, tendran claro el proposito de la publicacion, el tipo de lector, qué otros autores participaran y sobre qué temas escribiran, de cudnto espacio dis- ponen y también algunos criterios formales, como el tipo de citas | bibliograficas que se ha decidido emplear (algo que es engorroso uni- i * ficar después). Pueden afiadirse instrucciones para la titulacion y la » numeracion de titulos internos, indicaciones respecto al empleo de ' formas de primera persona, la narracion en presente histérico, el uso : delenguaje inclusivo, etcétera. Que corrector y disefiador participen ' en la etapa de preedicién y en la elaboracién de las pautas ahorra problemas y facilita la solucién de los que se presenten. . puede limitarse a invitar alos autores ye intervenga en los textos, mantenga con los éPor qué de estilo? ; Qué corrige un corrector? __ Las personas ajenas al mundo editorial suelen asociar la correccion exclusivamente con la ortografia, quiza porque también suele cir- cunscribirse a la ortografia la idea de «escribir mal» o «no saber es- cribir». La correccion ortogréfica es imprescindible, sin duda, y exige del corrector formacién y actualizacién, pero casi nuncaessuficiente para que un texto quede en condiciones de ser publicad ee Ala inversa, no es raro que originales 1.46 | MariaCristina Dutto o del tiempo, gerundios mé lusados, falta de coh, o de mane} bibliograficas. Pued las citas o referencias edades, nombr ‘opios Cuando el corrector de estilo rec ibe un original que no haters sta tarea de adecuacion a las normas ortoge. tener editing profesional, a ficas, gramaticales y de estilo debera sumar otras que cc rrespor alaesfera del editor, como asegurar la coherencia del texto y| cuaciona sus destinatarios. En algunos casos, al corregir apareceran problemas de estructura u organizacion, desequilibrios en e| trat miento de los temas, incongruencias argumentales, afirmaciones contradictorias, cambios en el género del escrito, el estilo, el tono, Resolver en la correccién problemas propios de la etapa de edi. ting como minimo alargaré el proceso, pero muchas veces requeriri devolverle el texto al autor para que haga los ajustes necesarios, De ese modo se alterard el cronograma de trabajo, en perjuicio del libro y de quienes participan en su produccién. Con frecuencia el término correccién de estilo despierta recelos: gacaso se va a destruir el estilo individual del autor?, jse vaa des- personalizar el texto, va a perder caracter en aras de la ortodoxia lin- giistica? En realidad, labuena correccién no enmiendalas elecciones legitimas de un autor; al contrario, las pule. Es decir, nunca modi- fica un estilo competente ni un estilo intencionalmente incorrecto, aunque no sean del gusto del corrector. En definitiva, un texto bien corregido es més del estilo del autor que el original. ee rrige un corrector n profesional hay necesariamente dos correcciones: lade le pruebas también llamada tipogrdfica o de paginas-, que . iagramado. Algunos editores son partida- na s argue de ambas, mientras que dos correctores. ras. Quien corrigio estilo es | momento de corregit a veces esta tan g x 8 i s z u ® k a correccién de estilo familiarizado que ya no es capaz de ver los problemas (algo similara Jo que suele pasar les a los autores cuando entregan sus originales). Sila correccion de estilo fue ardua, siinsumié mucho tiempo, situvo ty varias idas y vueltas, es aconsejable que de las pruebas se ocupe un r de ojos descansados. Hay ciertos requisitos para quelaintervencién de dos correctores “ enun libro sume y no reste. Uno es que ambos tengan la misma «bi- blioteca»: formacion similar, referencias y criterios comunes. Otro . esacordar que quien fija las pautas es el corrector de estilo, El correc- ‘ : tor de pruebas debe limitarse a detectar errores. Salvo que encuentre ,.. problemas graves, no es momento de cuestionar las decisiones de su * colega. Para asegurar la unidad de criterios de correccién—tanto en estos * casos como cuando se trata de coleccioneso series enlas que trabajan ® varios correctores-, es recomendable elaborar una hoja de estilo que — consigne los criterios adoptados en casos dudosos (por ejemplo, pa- & labras que pueden escribirse de dos maneras, maytisculas problema- ticas, uso de abreviaturas, preposiciones, aspectos ortotipograficos). %, pa En la actualidad puede discutirse si es mejor corregir las pruebas — sobre papel o sobre un archivo PDP. Los dos soportes tienen ventajas \convenientes para el corrector, aunque los disefi las pruebas en papel. Lo que dif nté 147 1.48 | Marfa Cristina Dutto eventuales errores nuevos, que el disenador levantar4 yel controlara... Mal negocio para todos. Es recomendable corregir estilo sobre una copia del archivo oy ginal. Algunas editoriales llaman correccién cero a la operacin ‘ limpiar el archivo de caracteres no imprimibles INNECesarios (taby. ladores, espacios multiples, multiples enter), acomodarla Colocacién y el formato de llamadas, rayas (guiones largos), etcétera, y aplica estilos de parrafo -sin pensar en el disefio final del libro, sino enla comodidad para leer en pantalla—. Puede ser util guardar también esta version del texto. Ahora si se est en las mejores condiciones para empezar la co. rreccion de estilo. Si al editor o al autor les interesa saber con pre. cisién qué se ha modificado, se puede trabajar normalmente ya terminar hacer una comparacién entre el archivo final y el archivo con correccién cero, o bien usar el control de cambios (en este caso isejable ocultar las marcas durante el proceso). ultado de esta etapa suele ser un texto corregido de estilo as dudas o sugerencias para plantear al editor o al autor el archivo estara en condiciones de pasar ala etapa SA Correcto, le hacer mucho para que la puesta en pagina mas sencillo y con menos errores. Eso criterios de trabajo con el disefiador, e entregar el archivo corregido. : , R t La correccién de estilo esas decisiones frente al autor o al editor cuando sea necesario. Toda correccion debe ser justificable. Las obras de la Real Academia Espariola (el Diccionario dela lengua espafiola, el Diccionario panhispdnico de dudas, la Ortografia y la Nueva ramatica, asi como los corpus) no pueden faltar en esa biblioteca. Mas alld de sus falencias, la RAE es la referencia mas visible y exten- didaen el ambito del espariol y es muy aceptada como autoridad por los hispanohablantes, tanto que sus definiciones se utilizan incluso como argumentos juridicos. Esto no significa que la RAE sea la tnica referencia, nila mejor, ni que se haya de seguir sus criterios en toda circunstancia. Por ejemplo, en el area de la ortotipografia, hay obras incomparable- mente mas completas y precisas (como las de José Martinez de Sousa, Jorge de Buen o Javier Bezos). En materia de yocabulario, el Diccionario de la lengua espariola conserva, pese a los esfuerzos por superarlo, un desequilibrio notorio en menoscabo del espafiol de América, claros sesgos ideolégicos —politicos, religiosos, sociocul- turales-, asicomo rezago y deficiencias enla definicién det 149 150 Marfa Cristina Dutto La correccion patologica Los correctores pueden aportar muc ho para mejorar un | ioe también para malograrlo. Una forma de hacerlo es eben mento. Perciben un evidente error conceptual, pero nolo commun porque no son revisores de contenido. Perciben una contradic argumental, pero prefieren suponer que fue intencional. Percibe, queelautorse haenredado en un problema de solucién sencilla, pero no se la sugieren porque no les corresponde Ala inversa, hay correctores con vocacion de autores a los que les cuesta mantenerse en su papel. Estos si se comprometen con el libro en el que estan trabajando, pero pretenden escribirlo a su modo. Algunos, incluso, después se jactan de «haber escrito» el libro que corrigieron, en alusién a lo mucho que modificaron el original en el proceso. Esa afirmacion nunca es justa. Aunque el original se haya reescrito, aunque haya cambiado tanto que no se reconozcaen | la version corregida, la correccién solo pudo hacerse porque habia un texto previo, un original elaborado por alguien que definié los contenidos, investig6, redacto. Numerosos correctores, traductores y editores de ayer y de hoy han sido también escritores. No hay ningtin inconveniente; solose requiere conciencia clara de que se trata de funciones distintas, con limites y relaciones definidos. Nada le impide al corrector escribir sus propios textos, pero cuando corrige un texto ajeno no es autor. __ Otros trabajan como si sus conocimientos fueran la medida de todas las cosas. Si encuentran un término que ignoran, dan por se” ado ¢ 1€ es un error; para evitar repeticiones recurren a presuntos que pueden tener otro alcance u otro registro; cambian , sin siquiera hacer una busqueda en internet in de ineptitud y autosuficiencia sea la més cada texto viene con novedades: nteado, terminologia nueva"? rudita que $2 jo que sabe- Lacorreccion de estilo Lasintonia con el proyecto La antipatfa no es una patologia, pero si un posible obstaculo para una buena correccién. Aunque sea extremadamente profesional, el corrector no puede trabajar bien en un libro que detesta, que vacon- tra sus convicciones, que considera una estafa a los lectores 0 cuyo autores para él objeto de odio o desprecio. En este caso es esperable una correcci6n insuficiente, que enmiende loindispensable yseaho- rresugerencias de mejora. Sino es posible rechazar el original, al me- nos lacorreccion de pruebas deberia estar en manos de otra persona. Esto no significa que al corrector tengan que gustarle todos los libros en los que trabaja. Es posible que el tema no le interese, que los detalles lo aburran o que la calidad de la escritura lo exaspere, pero hasta ahi no hay conflicto. El conflicto se revela en el secreto deseo de que al libro le vaya mal. Participar en el proceso de edicion implica un compromiso que e también un componente emocional: es preciso desear que el eee. R z I51 152 | Maria Cristina Dutto en http://www.medtrad.org/panacea/Ind 3 iceGene Jo_SenzBueno.pdf. general MB Aaeag reyj EVs __, «La edicién impresa, una cuestion d i . + ee: ies: ie oank Stilo», en Paginas de Gia n?2, 2006 Guarda RPE, Leslie T. y Gunther, Irene, Ma: . , , Manual de edicién literari do de Cultura Econdémica, obs: sa eta iterarig

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