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(Humanitas) Jean-Luc - Marion Acerca de La Donacion
(Humanitas) Jean-Luc - Marion Acerca de La Donacion
Marion, Jean-Luc
Acerca de la donación. Una perspectiva fenomenológica - 1 ed. ·· el
ACERCA DE LA DONAC:IóN
UNA PERSPECTIVA JFENOMENOLÓGICA
2005
·¡
Acerca de la donación
ÍNDICE
8
Acerca de la donación
9
ft:AN-L11c MAR.ION
12
Acerca de la donación
..
7. Investigaciones lógicas, VI, §40 y 63, loe. cit., t.3, pp. 131y192; tr. es. cit. pp. 695
y 738. Heidegger también habla de "eín Überschuss an lntentionen", Prolegomena
zur Geschichte des Zeitbegriffs, §6, C.A. 20, p. 77.
8. Platón, Banquete, 203b.
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Acerca de la donación
ría es una simple función del pensamiento, por la cual ningún ob-
jeto me es dado, pero por la cual solamente es pensado Jo que pue-
de ser dado en la intuición [nur was in der Anschauung gegeben iuerdcn
.rnag]; o de nuevo: .las intuiciones por las cuales nos pueden ser
11
..
2. LA FALTA Y LA NADA
-16. Crítica de la razón pura, A 163/B 204; tr. es. cit. p. 201.
21
fEAN-Luc MARION
17. Las pasiones del alnw, §73, AT XI, p. 383, 7-10; tr. es. de Francisco Fernández
Buey, Barcelona, Península, 1972, p. 55. Ver §78: " ... se fija la atención sólo sobre
la primera imagen de los objetos que se han presentado, sin requerir otro
conocimiento de él'' (Ibídem, p. 386, 14-17; tr. es. cit. p. 57-58). Comentario
impecable de D. Kambouchner: la admiración (ligada al asombro) " ... que tie-
ne por objeto una cosa corporal no ti(,me a esa cosa por objeto sino en tanto
que ella aparece, y en tanto que con su carácter 'nuevo', 'raro', 'extraordinario'
inesperado, su sola aparición es un evento. [ ... ] tiene por objeto el fenómeno
de una cosa o la cosa ,m su fenomenalización" (L'homme des passions. Commentaires
sur Descartes, Paris, 1995, t. l. p. 295, cursiva nuestra).
18. Ethica IIJ, apéndice, definición IV.
22
Acerca de fa donación
. . . do viene del cuadm cubista, que se
Otro ejempl~ p~1v1le·~~~ de ue, de hecho y por
construye sobre la constatac . 'to; sobrepasan la suma
los fenómenos destinados~ ser v1s s a; ectos. O. mc1s bien, p~r.i
" partes --los bosque¡os y su p un número nunca fuuto
de · "
S\1 u aparPcer en H
verlos hay que desp 1egar s 1 caso-elemental del cubo . us·
de aspectos, que (como ~n.e ~e acumularse. Los objetos
serl) no cesan de demult1pl\~ar. ire mesita redonda, con
tamente más simples -v10.m sore mucho más para ver lo
r comparac10n ·,
e·''On he negac::1on
. de
...,. · = od, rriaanitud
. su
· in ..
(),~: no s"t'rÍa
de representar 1 111
po . , d f. a partir gra o .
.
tensiva' , 9 I
· .a
· t e ns1dad '· se
. . e mE. l e la dommac10n · · , ab so · l u ta e
· · nocmuento e e qu · ,
posible un meior reco . . . de un fenómeno pobre, hasta vac10
incuestionada del parad~g1:1:ª. , te en metafísica al menos, toda
en intmc10r~, · ·, bl 0 quea . ·
defm1tivamen
_ lidad libre 'de· la donaoon. ·, En es t··~ pcisi-
avance hacia la fenomena . l o uesto el de un fenomeno
< , • ·pechar e caso p · ' , :l l
ción no se pod_na m. sos ..,. 'n da realidad (primera categona \.e, a
saturado, donde
f , la mtm.c10 no sm ninguna . . . 11'mitación . (segunda categona) , )
~gación
< .
cualidad) al enorn.e • · . . (tercera categona ·
. hundirse en 1a 11.e e d. >
P~rque
y seguramente, sm . fenómeno alcanza una imen-
la intuición que satura un rable de modo que, a partir
, . . . edida inconmensu , b . . t
sión intensiva sm m . ' "d d d , la intuición real so repasa o-
de do la mtens1 . . l " de la percepción ... ren ·e a e «te
a t. F t
d ün cierto. .gra ·ones ' .
concentua e"' de a11ticipar . mas , so b re 1o quee
.,
as
· las anhc1pac1 1· ,
- r
sólo no pue l
Va a r la perc~pc ~1'. ;1º .
exceso, sobre todo, no puede sostener ya os
g
ecibir, de mtu1c10n,
.. d smo, -lla. .Porque la t'ntu1'c1'c)n · ' supuestamente_
rados mas elevados / e ed
s e ·eno f ·.mer1os · pobres · o comunes, se de
"ciega" en los reg1mene , d. l más bien como enceguece-
. f menologia ra ica ' , .
muestra, en una eno . , l· orno no podría sostener und
dora· la mirada no puede sostener a ~t id. intensiva de la intuición,
· · b uema La magrn t • ·¿
luz que deslurn ra Y q ,' · ·t'urado no puede ser sostem a
d un fenomeno sa . ' 1 n·
cuando
por la mirada, llega a loarm1s:no .- quE.·' la. mirada no podía prever a mag 1-
tud extensiva de aquel.
. . de sostener lo que ve, sufre un
Cuando
. t lapmirada
rque nonosostener
pue n, o equivale simplemente a no
d·
eslumbram1en o. o 'b1'r s1· no ver claramente, para
V
er· porque es necesario · p rimero
. dperci. rt"r , · Se trata· · en efecto, d. e
'
experimentar lo que no s . e put>- .e sopo .., . .
de sostener ese , algo v1s1. 'bl e
. stra mirada no pue ' . d'd
algo visible q":e nue . la mirada porque la colma sm me 1 a,
se demuestra msostemble a . , d
a
~onserva ninguna reserva de
la manera del ídolo; la mira da no_ , a·ngulos de intención, cum-
. 'bl . ade to os sus . .
visión libre, lo v1s1 e mv . el colmo va de él mismo hacia
P le la adequatio --ella colma,lperlo d.. emasiado lejos. Entonces la
'l . o llega a como, . d
más allá de 1 e . rrnsm ' d " es decir que pesa ema-
g 'bl pesa con to o e.u pes 0 ' , . l d d'
loria de o v1s1 e . , h , r doler no se llama rn a es i-
siado. Lo que pe:sa aqu1 ' hasta . ,· 0ace el éxito, 'la glona, . la a legna... "·Oh
1 ·
cha ni la pena, rn la carenc1~, sm : humano sería bastante fuerte
. f '! ·Qué
tnun.o. 1 gloria! ¿Que corazon
20. Claudel, Tete d'or en Théatre I., Pléiade, p. 210. La gloria pesa, el hebreo lo dice
en una palabra. Estarnos aquí muy cerca de los análisis de J.-L. Chrétien, L'inoubliable
et l'inespéré, París, 1991.
21. Platón, República, 515c y 517a. El término marmarygé designa en su origen la
vibración (por ejemf•lo la de los pies del bailarín, Odisea, VIII, 265), después la
vibración del aire s(lbrecalentado, por ende la del espejismo, que provoca el
deslumbramiento.
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Acerca de lo donación
no por cierto por defecto, porque ella presenta í;lo rrnís visible del
ente", sino más bien por exceso ---porque " ... el alma es incapaz de
ver nada [ ... ] saturada de deslumbramiento muy brillante (ln¡pó
lamprotér_01:1 marrnarygés em~éplest~í]" 22 • Lo que, en todo caso, imp.ide
ver proviene del exceso de mtens1dad de la luz, sensible o inteligible.
El pintor también produce la saturación según la cualidad,
porque pinta siemp~e, incluso en primer lugar, la luz. Pero Ja pinta
la mayor parte del tiempo como la vemos -·-siempre ya transporta-
da sobre las ~osas que ella pone en evidencia, por ende, invisible y,
como tal, retirada del cuadro que ella abre. Incluso, cuando Claude
le Lorrain divide exactamente su tela -·-por ejemplo Oido constru-·
yendo Cartago- mediante un rayo sangrante del sol que muere, se
consagra tanto a esa luz misma, cuanto se aplica a detallar los efectos
sutilmente rebajados sobre los edificios, las embarcaciones y los
humanos que, asentados de uno y otro lado para acogerla, termi-
nan por confiscarla y distraer nuestra atención. Pero cuando Turner
reto~a conscientemente el mismo tema y la misma organización_
por e¡emplo en La decadencia del imperio de Cartago- se consagra
esencialmente a poner en el centro del cuadro el sol mismo. O, más
exactamente, para que su luz aparezca verdaderamente como tal
no sol.amente lo recubre c~n ella ha.sta lleg.ar a diluir los otros pro~
tagomstas en una parado¡al oscuridad, smo que deja incluso de
mostrar directa.mente el flujo del sol (lumen) ---que no se puede sos-
tener con la mirada, tanto como la muerte·-, para trasmitir única--
, rr:ente su fulguración deslumbrante (lux): un insostenible círculo que
difunde una blancura de fuego, donde nada se distingue más, ni
ocupa la e~cena. Mostrar el sol exige, en efecto, mostrar que no se
pued_e de~1gnar ~ada como una cosa y mostrar al que tiene como
prop10 el 11nped1r que se muestre no sólo cualquier otra cosa sino
también él mismo. Por esto, en las telas venecianas (así, en La Salud
en Venecia), Turner no permite ya que se distinga ni la cúpula más
pequeña, tal es el relámpago inmóvil de la luz, que saturando com-
pletamente la tela, estraga de blancura todo paisaje posible y anula
todo proyecto de hacer de él la menor veduta; no subsiste más la
~er:~r siluet~ y la ~gle~ia se reduce a una mancha vaga y oscura,
v~tn~1cada ba10 el diluvio de luz como un pequefi.o resto de cenizas
dllurdas. Entonces el ojo no. experimer:ta sino su impotencia para
~ estallido que lo munda -metálico casi y no
22. Platón, República, 517bc y 518a.
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fEAN-LUC MARION
24. Crítica de la razón pura, A 177 /B 22.0; tr. es. cit. p. 21: ..
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]EAN-Luc MARION
cas del tiempo deben [müssen] estar somehd~s a las reglas .de ~a
determinación general del tiempo, y las analog1as de la expenencia
[ ... ] deben [müssen] ser reglas de ese género" 25 • En sum~, corres-
ponde a las analogías de la experie.ncia y a ell~s ~olas eiercer de
hecho la regulación de la expenencia por la neces1d~d, por ei:d~,
asegurar su unidad. Ahora bien, en el mom~n.to preciso de deftmr
esas analogías, Kant mismo reconoc~ .la frag1ltdad ~e su pode·r. f~
nomenológico. En efecto, en matemahca, la analogia e~ cu.antltah-
va, de modo que proporciona por cálculo el cuarto .termmo y lo
construye verdaderamente; así, la igualda? de dos relac1?nes de ~ag
nitudes es "siempre constitutiva" del ob¡eto y l~) mantle~~ efecti:ra-
mente en una experiencia unificada; pero, precisa Kant, en la filo-
sofía, al contrario, la analogía es la igualdad de d?s relacione~ no
cuantitativas sino cualitativas, en las cuales a partir de tres m1em ..
bros sólo puedo conocer la relación con un cuarto, pero no el cuar-
25. Crítica de la razón pura, A 177-8/B 220; tr. es. cit. p. 212.
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Acerca de la donación
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fEAN-Luc MARI0N
meno absoluto no puede compararse más con otro; se muestra como tal, en
referencia a sí sólo; pone por ende en primera fila lo que lo individualiza como
tal -su intensidad insostenible, que provoca el deslu:nbramiento. En cuanto
a su carácter de imprevisibilidad según la cantidad, e~; obvio que la descalifi-
cación de las relaciones externas (analogías entre frnómenos) confirma la
descalificación de las relaciones internas (suma de !fü> partes del fenómeno),
lejos de contradecirla.
29. Spinoza, Ethica 1 §16: "Ex necessitate divinae naturae infinita infinitis modis
(hoc est omnia, quae sub intellectum infinitum cadere possunt) sequi" -·defi-
nición casi correcta del fenómeno saturado. Ver §17, se.: " ... a summa Dei potentia,
sive infinita natura infinita infinitis modis, hoc est omnla necessario efluxisse".
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f EAN-Luc MARION
saturado por excelencia -el Principio··- en registros perfectamente
autónomos, donde se da a ver, cada vez, solamente según una pers-·
pectiva tanto total como parcial, concebible y siempre incomprt..'llsi-
ble: estando en acto de ser, siendo uno antes de la unidad, verdad
de sí y del mundo, esplendor invisible, etc. (Plotino, Proclo, Dioni-
sia, etc.); la convertibi.lidad de esos registros indica que la satura-
ción persiste, pero que se distribuye en muchos horizontes concu..
rrentes, aunque compatibles. La finitud describe el fenómeno satu-
rado además porque le reconoce el derecho a muchos horizontes.
Generalizando, diremos que conviene admitir fenómenos de n+l ho-
rizontes, como ha sido necesario admitir espacios de n+1 dimensio ..
nes -cuyas propiedades saturan la imaginación, Aquí el deslum··
bramiento prepara una hermenéutica infinita. (iii) No se podría
empero descartar un tercer caso, raro pero inevitable: que la satu-
ración aumente al bloquear los dos primeros casos en ella. Si por
casualidad la hermenéutica de una pluralidad infinita de los hori-
zontes no bastara para declinar un fenómeno esencial y absoluta-
mente saturado, podría ocurrir, en efecto, que cada perspectiva, ya
saturada en un solo horizonte (deslumbramiento), se enturbie de nue-
vo recayendo sobre los otros --en suma: que la hermenéutica adi-
cione deslumbramientos en cada horizonte, en lugar de combinar-
los. Entonces, no sólo ningún horizonte, sino ninguna combinación
de horizontes lograría tolerar la absolutez del fenómeno, precisa-
mente porque se da como absoluto, es decir, libre de toda analogía
con los fenómenos de derecho común y de toda predeterminación
por una red de relaciones, sin precedente ni antecedente en lo ya
visto, ni en lo previsible. En resumen: aparecería un fenómeno has-
ta tal punto saturado que el mundo (en todos los sentidos de la
palabra) no podría aceptarlo. Llegado a los suyos, los suyos no lo
reconocieron -llegado a la fenomenalidad, el fenómeno absoluta-
mente saturado podría no contar ningún espacio de despliegue, pero
esa negación de apertura, por ende, esa desfiguración, sigue siendo
todavía una manifestación.
¿No se podría, sin embargo, temer que la hipótesis misma
de que en general un fenómeno sature un horizonte, represente un
peligro -·que no podría ser subestimado porque nace de una expe-
riencia muy real? El de una totalidad sin puerta ni ventana, que
excluye todo posible, todo otro, todo prójimo. Pero ese peligro, por
cierto innegable, es menos el resultado de un fenómeno saturado
mismo que de su desconocimiento. En efecto, cuando surge un fe-
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Acerca de la donación
34. Sobre el intuitus según Descartes, ver nuestro estudio en Régles utiles el
claires pour la direct'on de /'esprit en la recherche de la vérité, La !-laye, 1977,
p. 295 y SS.
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Acerca de la donación
LA 01 RA p·r1 a~~a-J.:1IA"'.
1
• . . . .¡) -1r ..
LA c:UESrfIÓN DU LA DC>NAC:Ié)N
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fEAN-LUC MARION
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Acerca de la donación
3. l,A FENOMENOLOGÍA
COMO POSlBIUDAD DE OTRA "f'ILÓSOfÍA PRIMERA"'
19. Husserl, Ideas I, §31, Hua. II!, p. 65: tr. es. cit., p. 71 .
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f EAN-Luc MAr<ION
recibir todas las m¡mifestaciones, todas las verdades, todas las rea-
lidades. El ültirno se convierte en el primero, el principio se define
como el último principio y, por ende, le:; fenomenología no retomaría
e1 t 1'tu 1o d e "f'l
1 oso f'ia pnmera
. smo, me d.rnnte su inversión, -···"filo-
.
/1
• .
sofía última".
22. Husserl, Ideas, §51, Hua. IIl, p. 122; tr. es. cit., pp. 11iH19.
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ft:AN-LUC MARJON
23. Ver nuestro estudio sobre "Le phénomene saturé" en J. F. Courtine, Phénoménologie
et théologie, Paris, 1992.
24. Heidegger, "Was heisst 'gegeben', 'Gegebenheit'-dieses Zauberwort der
Phanomenologie und der 'Stein des Anstosses' bei den anderen", Grundprobleme
der Phanomenologie, WS 1919-1920, C.A. t. 50, p. 5.
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Acerca de la donación
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fEAN·-Luc MARION
gmal-,2 smo tamb1en que la esencia sentzente del ego, que piensa en
~- H en~y, que la_ ;es cogitans se desplie~a a partir de un sentir ori-
l. Sobre este añadido, ver nuestra nota en Questions cartésienncs II, París, 1996,
que parece la primera llamada de atención acordada a este hecho que es, sin
embargo, patente y extraño.
2. G~néa/ogie de la ps~ch~naly~e, Paris, 1985, p. 35 y ss., confirmado en "Le cogito
s affecte+1l? La generoslte et le demier cogito suivant l'interprétation de Michel
Henry", Questions cartésiennes, Paris, 1991, p. 153 y ss.
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fEAN·-Luc MARION
tanto que [se] siente, aparece, más que implícitamente, desde antes
de su existencia sea probada -en una falla de la argumenta-
ción predsame1.te pretende probarla.
En resumen, antes de que el cogito exista, el ego existiría per-
a título de corpus y sensus. El cuerpo sentiente sería ante··
rio:r y no posterior (como en la recensión de los modos de la res cogitans,
al final llamada sen tíens) 3 a la cogítatio. A menos que manifieste su
figura originaria. Induso para Descartes yo estoy desde el principio
y definitivamente ligado ---..alligatus--- a mi cuerpo sentiente.
2. LA CARNE COMO
"LO MÁS ORIGINARIAMENTE MÍO" - HUSSERL
propiedad suplementaria, sino que " ... ella se·'ruelve carne, siente
(empfindet)" 5 • No se pasa del cuerpo a la carne por sino
por oposición, contraste y solución de continuidad
te sentido al sentiente (tampoco se debería hablar de
comd un sinónimo de la carne). Al sen tiente, él rnismo
mente sentido por sí en tanto que él mismo es sentiente,
sentíente que siente al mismo tiempo que se siEnte sentido.
ha desarrollado con una virtuosidad inigualad "- tesis
de qys~ el tocar tiene su privilegio sobre todos los otros sentidos en
que para él solo el medio de la percepción es uno con el
be, de tal modo que ese sentiente no puede nunca sentir sentir··
se. Esos análisis son tan conocidos que no es nE·cesario
memos6 . En efecto, nos interesa un sólo punto, ligeramente
te: toda fenomenalizadón del mundo para mí pasa mi carne.
Sin ella, el mundo desaparecería para mí primer lugar es la
carne la que es el medio [Miitel, por ende tamblén el ámbito] .toda
percepción k. .. ]. Y así toda cosa que aparece tiene eo una
ción de orientación hacia la carne" 7. La carne ::10 tiene de
cultativo ---sólo ella convierte el rnundo en aparición, en otros tér··
minos, en el fenómeno dado. Fuera de mi carne, no hay
no para mL Así, no sólo se debe hablar de "carne
(Baudelaíre) 8, sino que se debe comprender que sólo la carne
ritualiza --a saber, vuelve visibles los cuerpos del mundo, que
manecerían, sin ella, en la noche de lo no vist•J. Mi carne me
la única boca hacia la sombra.
5. Ideas ... JI, §36, Hua, IV, p. 145; tr. es, de Antonio Ziríón, México, Universidad
Autónoma, 1997, p. 184 (ver §37, p. 151; tr. es. cit. p. 190).
6. Su origen está desde luego en Aristóteles, De anima, 11, 1 J, en particular 423b23:
"Por lo cual es también evidente que el sentiente (el órgano del sentir) está.
en el interior de lo tangible" --·y que, en consecuencia, no se sentir Io
tangible sino sintiendo también el órgano del tocar mismo
po" (423b16 y ss.).
7. ldeas ... Il, §18, a, p. 56; tr. es. cit p. 126; Ver " ... míttels ... ": Meditaciones cartesimius,.
V, §44 (loe. cit., nota 4), Ideas ... , 11, p. 128, §36, ibídem, p. 144.; !r. es. cit. p. 167
y p. 184, ..
8. Baudelaire, Les fleurs du mal, "Spleen et idéal" XLII, ed. Y.··G. Le Dantec/L.
Pichois, "Pléiade", París, 1966, p. 41. en otros términos: "La carne es la con di ..
ción de posibilidad de la cosa, mejor: la constitución de la carne está presupuesta
por toda constitución de la cosa, es decir, por toda mnstitución de trnnscen·
dencia mundana en general" (D. Franck, Chair et corps. Sur la phénorné11olog1e
de Husserl, Paris, 1981, p. 95).
61
]EAN-Luc MARlON
9. Ideas ... II, §21, p. 94 (ver p. 95; tr. es. cit. p. 130) y §41, p. 159; tr. es. cit. p. 129
y 199.
10. Respectivamente Hua. XIV, p. 58 y Hua. XV, p. 567. '
11. Consideramos este punto, si no como establecido, al menos como verosímil
hasta la refutación de nuestro análisis sobre "L'altérité originaire de !'ego",
Questions cartésiennes II, op. cit., c.J.
62
Acerca de la donación
12. Ideas ... II, §21, p. 95 (ver p. 96 y §20, p. 93) tr. es. cit. p. 130 (ver p. 131 y p.
128).
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fEAN-LUC MAIUON
4. LA FACTICIDAD INDIVIDUALJZADORA
16. De~~an7il,J febrero 1647, AT IV, 604 y ss.; tr. es. de Ezequiel de
0
17. Ver Etant donné, op cit. pp. 361-366. Nietzsche alcanza el mismo concepto por
otros medios: "Por el hilo conductor del cuerpo, aparece una prodigiosa plu-
ralidad; metodológicamente está pennilido utilizar como hilo conductor un fenómeno
más rico y más fácil de estudiar para Ja comprensión de un fenómeno pobre"
(Fragmento 2 (91) 18!)5-1886, Nachgelassene Fragmente VIII/l, ed. Colli-Montanari,
Berlín, 1974, p. 1041.
70
Acerca de la donacíón
6. TOMAR CARNE
LA ENCA.RNACIÓN COMO PASO LÍMITE
2. Crítica de la razón pura, A 163/B 204; tr. es de Pedro Ribas, Madrid, Alfaguara,
1978, p. 201.
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Acerca de la donación
"
vidad. ¿be dónde ha decaído el fenómeno prevfato y no
jeto? Puesto que lo calificamos como fenómeno previsto
¿no sería esta previsión misma la que lo descalifica como
pleno? ¿Qué quiere decir previsión'? Que en el objeto todo
preViisto por anticipado --que nada imprevisto sucede: las dirnen .
siones prevén su volumen, el uso, los costos, la ocupación, la
dad, etc. El objeto es un fenómeno decaído [fr. déchu]
rece como siempre ya acaecido [fr. échu]: ya nada más nuevo
puede sobrevenirle, puesto que tanto más la
mirada que lo constituye, él mismo parece nunca advenir. El
aparece como la sombra del evento que negarnos en
Pero, de golpe, podemos invertir el análisis y remontarnos
desde el objeto, fenómeno en transparencia decaído de
nimiento hasta su fenomenalidad originaría, gobernada de lado
lado por el carácter del evento -de conformidad con la
dal de que lo que verdaderamente se muestra debe
Este ascenso desde el objeto hasta el evento de hecho
efectuado al describir un fenómeno de derecho común ·-..··esta
"sala", justamente no la sala de actos -como un triple evento s<>
gún el "ya" de la facticidad, el "esta vez, una vez por su
cumplimiento y el "sin fin" de su hermenéutica. Nos
retomar la descripción del carácter de evento d::: la
en general, apoyándonos en adelante sobre fenómenos
mente tematizables como eventos. A la cabeza son calificados con
el título de eventos los fenómenos colectivos ("históricos":
cíón política, guerra, catástrofe natural, .
culturales, etc.) que satisfacen como mínimo tres notas. No se
pueden repetir de manera idéntica y así se revdan como idénticos
a sí mismo: irrepetibilidad, por ende irreversibilidad. (b) No es
ble asignarles una causa única, ni una explicación sino
que exigen un nümero indefinido de ellas, que aumentan sin cesar
en la misma medida que la hermenéutica que los f?O-
ciólogos, economistas, etc., puedan desarrollar a propósito de
exceden los efectos y los hechos consumados en todo sistema
causas. (c) No pueden ser previstos, puesto qm' sus causas
les no solamente son siempre insuficientes, sino que no se
sino una vez consumado el hecho del efecto. De donde se sigue que
su posibilidad, al no poder preverse, queda, hablando estrictamen·
te, como una imposibilidad con relación al sistema de las causas an-
81
f EAN-Luc MARION
<
<l
Acerca de la donación
5. LO REVELADO
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fEAN-áUC MAtlJON
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