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Sermones no publicados de Matthew Henry acerca de eo els Allan Harman agen eat om eg Santiago Escuain Sermones no publicados de Matthew Henry EL PACT DE FACT C editado por Allan Harman traducido por Santiago Escuain = BLUJQ-PWL-AFR1 La misi6n de Editorial Portavoz consiste en proporcionar productos de calidad —con integridad y excelencia—, desde una perspectiva bfblica y confiable, que animen a las personas en su vida espiritual y servicio cristiano. Titulo del original: Matthew Henry's Unpublished Sermons on The Convenant of Grace, © 2002 por Allan Harman y publicado por Christian Focus Publications, Geanies House, Fearn, Tain, Ross-shire, IV20 TW, Inglaterra. Edici6n en castellano: Sermones no publicados de Matthew Henry acerca de El pacto de gracia, © 2005 por Allan Harman y publi- cado por Editorial Portavoz, filial de Kregel Publications, Grand Rapids, Michigan 49501. Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicacién podra reproducirse de cual- quier forma sin permiso escrito previo de los editores, con la excepcién de citas breves en revistas 0 resefias. A menos que se indique lo contrario, todas las citas biblicas han sido tomadas de la version Reina-Valera 1960, © Socieda- des Biblicas Unidas. Todos los derechos reservados. ‘Traduccién: Santiago Escuain EDITORIAL PORTAVOZ P.O. Box 2607 Grand Rapids, Michigan 49501 USA Visitenos en: www.portavoz.com ISBN 0-8254-1313-3 12345 edicién / ano 09 08 07 06 05 Impreso en los Estados Unidos de América Printed in the United States of America CONTENIDO Prologo por Allan Harman ...........0 ee cece ee cece eee eee e eens Introduccién por Allan Harman .............0. 000 eee eee eee eee 4. El perdén en el pacto 20 diciembre de 1691.1... 6. ccc cece eee e eee e cent e eee e ee Porque seré propicio a sus injusticias 27 de diciembre de 1691 6.0.6... c ccc eee cce ence eee eeeenes Porque seré propicio (1) [SiFORA): si casaass 5856625555550 05 854 2 ie kobe eather Porque seré propicio (II) 24 de enero de 1692 . 5. La paz en el pacto 24 de enero de 1692 . La paz os dejo (1) Slideenerode N92 «osicvccesccyssssee5sis3s959 3353 om La paz os dejo (II) 7 de febrero.de 1692 cc scsescccceassesesssssisassasey aren La paz os dejo (III) 14 de febrero de 1692 0.0... cece cecec eee ee ee ec ee eeeees 6. La gracia en el pacto 2h de febrero de 1692, 2226 osccsieciccnssessseecinsssswes eee Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia 28 de febrero de 1692... 2... ccc ccc cece ees eee ee ee eeee De su plenitud [tomamos] todos 6 de marzo de 1692 «6.6... cece eect cece eee e eect tees La gracia WSdemurza de 1692, ccsicsciceecciisecssesisssasscasace 7. La entrada en el pacto 20 de marzo de 1692 ...... 0. cece cere eee e cette eect eeee nets 8 EL PACTO DE GRACIA. Los unos y los otros tenemos entrada (1) 27 de marzo de 1692 coscsvessrassnanenesessesseerescers Los unos y los otros tenemos entrada (II) Side abril de 1692 cxcscmnumsamennenseomersieacmensnenceus 8. Las ordenanzas en el pacto 10 de-abril de 1692 casnesanearerisimmmrneriomnve serie nega e406 9. Las providencias en el pacto 17 déabril de 1692) wencersusemaiemuenerssiymnnecreuennees ee et 10. Los angeles en el pacto 24h AbFI AEN O92 .0:s:ere:ereisinereieneesereresessecsieininisine waiee wean sie we 11. Las criaturas en el pacto Ide mayo de 1692.20... 6c0c0ccccceceecececeseeeseeesseues 12. Las aflicciones en el pacto 8 de mayo de 1692 60... 6. cece ccc cece eect e eee een eee 13. La muerte en el pacto 15 de mayo de 1692.20.00... cc cece eee ee cent eeene ee ene eee 14, El cielo en el pacto 22 de mayo de 1692 6... . ccc ee ece ce ece eee eeeeeeneeeennee En la esperanza de la vida eterna 29de mayo de 1692 .......cc0c ccc cec eevee eee eeeeeeseeeees La vida eterna, la cual Dios prometié desde antes del principio de los siglos Sdegunio de 1692 ssswmsosscs aa icevinereeescicacsssacens En la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no miente, prometié 12 de junio de 1692 . Vida eterna, la cual Dios, que no miente, prometié (Tito 1:2) 19 de junio de 1692. Vida eterna (I) [Sin fecha] . Vida eterna (II) - 333 26 de junio de 1692... ..eecceceeeeeeecuee cence een eeeen eens PROLOGO Hace mis de cuarenta aiios que mi padre, el Rev. J. A. Harman, ya fallecido, me dio un librito. Se componia del manuscrito de algunos de los sermones de Matthew Henry acerca del Pacto de la gracia que predicé en Chester en 1691-92. E] mismo lo habia recibido de manos del ya fallecido Rev. J. Campbell Robinson de St. Kilda, en Melbourne. Ambos hombres habian servido en el ministerio de la Iglesia Presbiteriana de la Australia Oriental durante muchos afios, y el sefior Robinson, sabiendo del amor de mi padre por el comentario de Matthew Henry, le dio este libro antes de su muerte, sobrevenida en 1952. El libro en sf es pequefio (las paginas son de solo 8 cm. por 14 cm.) y las 174 hojas estan escritas por ambos lados con la clara escritura de Matthew Henry. El casi siempre empleaba abreviaturas, ¢ inclufa citas en griego, latin y hebreo. Faltan las tres primeras secciones (que comprenden 105 sermones, por cuanto el manuscrito comienza con 4. El perdén en el Pacto.' Las hojas estaban cosidas y con una tapa de pergamino. En la hoja de portada hay una inscripcién manuscrita: Estos sermones del sefior Matthew Henry, acerca de El pacto de gracia, fueron entregados a Henry James Stedman por la Sra. Brett de Westbrommich. 11 de mayo de 1815. Lo que sigue es un extracto de la carta de ella al padre de él. “Sus noticias acerca de su hijo Henry me complacen. Desearia que acepte este volumen de sermones acerca del pacto, cuando 1. Parala lista entera de los sermones, vea J. B. Williams, Memoirs of the Life, Character and Writings of Rev. Matthew Henry (reimpresién de Banner of Truth, 1974), Note F, pp. 275-276. 9 10 EL PACTO DE GRACIA. usted lo haya terminado; y presente con el mismo mis mejores respetos y buenos deseos para su felicidad presente y futura, y espero que mantenga su firmeza a través de todas las tentaciones y pruebas de un mundo cambiante, y que herede un reino incorruptible.” Amén. La sefiora Brett es una sobrina-nieta del sefior M. Henry. Aparece en el interior de la portada del libro un recorte pegado procedente de un catdlogo de un librero donde aparece el volumen a la venta por 3 libras y 3 chelines. Mi padre comprendié que el seflor Robinson lo habia comprado de este librero desconocido en 1929. La serie de sermones acerca de El pacto de gracia duré desde febrero de 1691 hasta julio de 1692. Estos sermones los predico Matthew Henry para dar consolacién al pueblo de Dios. No solo conocemos el bosquejo general de los sermones que faltan, sino que en este volumen el ultimo serm6n es una recapitulacién del todo. En la década de 1950, cuando yo era estudiante en la Universidad de Sydney comencé a transcribir los sermones, pero encontré que era una tarea muy exigente. Posteriormente la reanudé y consegui mecanografiar algunos de los sermones. Sin embargo, fue solo cuando William y Carine McKenzie de Christian Focus Publications nos visitaron a principios de 1998 que recibi un renovado estimulo para volver a la tarea. Encontré que la exposicién diaria a los manuscritos de Matthew Henry facilitaba la tarea, y he podido completar el proyecto. En tanto que Matthew Henry escribia normalmente en oraciones completas, en ocasiones no era asi. Ocasionalmente he insertado palabras (siempre entre corchetes rectos) para facilitar la lectura. Normalmente he dejado la grafia sin cambios, pero en algunos casos he preferido dar la forma moderna [esto se refiere solo a la transcripcién inglesa. Naturalmente, en la traduccién esto no se refleja (Nota del traductor) ]. Todo a lo largo de la obra he afadido notas al pie, y he traducido todas las citas en griego, latin y hebreo. Algunas de estas notas también tienen que ver con términos ingleses arcaicos, © referencias a personas y a acontecimientos que en la actualidad no se comprenderian con facilidad. ‘Tras haber leido todos estos sermones varias veces, puedo dar testimonio PROLOGO Hl de la bendicién que me han dado. Estan repletos de calidez evangélica, y no se pueden leer sin sentirse uno desafiado por ellos. Espero que sean de tanta bendicién para otros como lo han sido para mi. ALLAN M. Harman Instituto Superior Teolégico Presbiteriano Melbourne septiembre de 2002 INTRODUCCION Dificilmente hay un nombre mas bien conocido entre los comentaristas biblicos que el de Matthew Henry. Desde la publicacién de su primer volumen (el Pentateuco) en 1706 hasta el presente, el comentario de Henry ha sido repetidamente reimpreso, traducido a otros idiomas, combinado con el comentario de Thomas Scott para formar el comentario de Henry y Scott, 0 impreso en forma resumida. Ha ejercido una gran influencia en la formacion espiritual de una multitud de lectores que lo han empleado para devociones personales o para prepararse para la ensefianza 0 la predicacién. Destacados dirigentes cristianos como George Whitefield y William Carey han testificado de la influencia que tuvo sobre ellos. Para tocar el caso de Whitefield, poco después de su conversion adopts la practica de levantarse a las cinco de la mafiana. De rodillas leia de la Biblia inglesa, luego su Nuevo Testamento griego, y finalmente consultaba el comentario de Matthew Henry acerca del pasaje. Posteriormente, su predicacion quedo intensamente influida por la exposicién de Henry. Arnold Dallimore llega hasta tan lejos como para decir que “de tal modo habia bebido de los manantiales de la exposicién biblica en Matthew Henry que mucha de su expresi6n publica era poco mds que el pensamiento del gran comentarista; pensamiento que habja llegado a asimilar en su propia mente y alma, y que se derramaba espontdneamente tanto cuando preparaba como cuando predicaba sus sermones’.' Podia recordar dichos de Henry,’ y su lista de reglas para su Instituto en Bethesda en Georgia inclufa, entre los libros sobre teologia, el comentario de Matthew Henry.’ Cuando escribié su famosa carta a Juan Wesley sobre el tema de redencién universal, no dio su propia explicacion de algunos pasajes biblicos, sino que remitié a Wesley a comentaristas como 1, Arnold Dallimore, George Whitfield: The Life and Times of the Great Evangelist of the 18th Century Revival, vol. 1 (Edimburgo: Banner of Truth Trust, 1970), p. 128. 2. Ibid, vol. 2, p. 168. 3. Ibid., p.492. INTRODUCCION 13 Ridgely, Edwards y Henry. Su deseo era que estos tratados pudieran llevar a Wesley a reconocer su error.‘ Pero para la inmensa mayoria de lectores la vida de Matthew Henry es algo desconocido, y ha habido una falta de una valoracién critica de su obra y ministerio. Al presentar algunos de sus sermones hasta ahora inéditos, deberia darse una breve relacién de su vida y ministerio, junto con una valoracién de él como predicador asi como comentarista. 1. La vida de Matthew Henry El afio en que nacié Matthew Henry (1662) fue crucial para la historia religiosa de Inglaterra. Aquel afio, mas de 2.000 pastores fueron expulsados de sus parroquias en la Iglesia de Inglaterra porque rehusaron conformarse a los requisitos que les exigia la Ley de Uniformidad. Esto significaba que estos no-conformistas que pasaron a ser pastores presbiterianos o congregacionalistas se vieron privados de oportunidades para el ministerio publico, y que los estudiantes no-conformistas quedaron excluidos de las universidades de Oxford y Cambridge. El padre de Matthew Henry, Philip Henry, habia estudiado en la Escuela de Westminster en Londres, y luego emprendié estudios superiores en Christ’s College, Oxford. Este era el tiempo en el que los grandes dirigentes puritanos John Owen y Thomas Goodwin estaban ejerciendo alli su mayor influencia persuasiva. Philip Henry se instalé como pastor anglicano en la pequefia poblacién de Worthenbury en Flintshire cerca de la frontera de Gales, y fue de esta parroquia que fue expulsado en 1662. Habiéndose criado en el hogar de un padre y pastor tan piadoso significaba que desde sus primeros anos Matthew Henry estuvo expuesto a un profundo compromiso religioso ¢ instruccién en las cosas de Dios. Su padre, con su propio excelente trasfondo educativo, pudo darle una amplia educacién general, y de forma especifica darle un buen fundamento en las lenguas clasicas griega y latina. El hebreo también figuraba en el programa, y cada dia Matthew Henry tenia que traducir un pasaje de las Escrituras desde las lenguas originales. Le estaba impedido el ingreso en Oxford o Cambridge, de modo que sus padres lo enviaron a Londres cuando cumplié los veintitrés afios para que estudiase leyes en Gray’s Inn. No se trataba de que sus padres ni él mismo considerasen la posibilidad de que emprendiese la carrera de Derecho, sino que esta era una oportunidad de continuar su educacién. Pudo también escuchar a algunos de los mejores predicadores conformistas como Tillotson 4. Ibid., pp. 567-568. 4 EL PACTO DE GRACIA y Stillingfleet. No se sabe qué predicadores no-conformistas oy6 en el area de Londres, pero desde luego se identificaba con la causa no-conformista, como lo demostré visitando a Richard Baxter en la carcel. Su sentido de vocacién al ministerio cristiano fue intensificéndose gradualmente, y aunque parece que consideré entrar en el ministerio de la Iglesia de Inglaterra, hacia 1687 habia decidido aceptar un llamamiento de una congregacién no-conformista. Henry escogié ir a Chester, en el oeste de Inglaterra, y emprendié el pastorado de una congregacién que no disponia de edificio propio. Esta carencia qued6 corregida con la inauguracién en 1690 de su propia capilla. Su ministerio no qued6 limitado a Chester, sino que se desplazaba ampliamente por la regién colindante predicando en muchas localidades. Se hicieron varios intentos para inducirle a abandonar Chester, pero no fue hasta 1712 que acepté un llamamiento a la congregaci6n en Hackney, Londres. Su creciente obra literaria fue un factor para esta mudanza, porque estaba publicando muchas otras obras aparte de su comentario. No le fue dado ejercer un ministerio a largo plazo en dicho lugar, porque murié en 1714 a los cincuenta y dos aftos. 2. Matthew Henry el comentarista La Reforma introdujo un cambio trascendental con respecto a la exposicién biblica. La practica medieval de alegorizar el texto qued6 desechada a favor de la exégesis gramitico-histérica. Esto significaba que un expositor se acercaba a un pasaje biblico y trabajaba a través de él en la lengua original. Se discutian las cuestiones de gramitica y filologia y el pasaje era situado en su contexto histérico. Solo luego se exponja la ensefianza del pasaje y también se empleaba en formulaciones teoldgicas posteriores. Juan Calvino introdujo en esta empresa sus conocimientos como erudito renacentista y sus comentarios sobre el texto biblico devinieron el modelo para comentarios posteriores. Para la época de Matthew Henry habia no solo los comentarios de la Reforma como modelos, sino los de los periodos posterior a la Reforma y puritano. El comentario de Matthew Henry se ajusta facilmente en la categoria de exposicién puritana de las Escrituras. Muchos de los grandes puritanos habian ya muerto cuando él nacié, pero a través de su padre entré en contacto con sus ideas y obras. Asi, su comentario es representativo de lo que estaba en la 5. El mismo expuso por escrito sus once razones para aceptar el Ilamamiento a Hackney. Vea J. B. Williams, The Lives of Philip and Matthew Henry (Edimburgo: Banner of Truth ‘Trust, 1974), pp. 104-108. INTRODUCCION 5 esencia del estudio y la exposicién puritana de la Biblia. Subyaciendo a todos los esfuerzos de los puritanos estaban las presuposiciones basicas de la naturaleza divina de la Biblia y el hecho de que la doctrina biblica era la ensefianza con respecto a Dios y al deber que £1 demandaba del hombre. Los puritanos ensefaban claramente que el hombre, sin la ayuda del Espiritu Santo, no podria comprender la ensefanza biblica, porque era discernida espiritualmente.° Al emprender su gran tarea, Matthew Henry crey6 necesario especificar los seis grandes principios que constituian sus presuposiciones. Estos eran: 1. Que la religién es la tinica cosa necesaria. 2. Que la revelacién divina es necesaria para la verdadera religion. 3. Que la revelacién divina no se puede experimentar ahora ni es de esperar. 4. Que las Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento fueron dadas de forma expresa para nuestra ensenanza. 5. Que las Sagradas Escrituras no fueron solo dadas para nuestra ensefianza, sino que son la regla estable y permanente para nuestra fe y practica. 6. Que por ello mismo es el deber de todos los cristianos escudrifar diligentemente las Escrituras, y que es el oficio de los ministros guiarles y asistirles en ello.’ Incluso antes de iniciar su Exposicién, Matthew Henry tenia el habito de escribir acerca de las Escrituras. También Ilam6 la atenci6n a este hecho en su prefacio: Ha sido mi costumbre desde hace mucho tiempo, en el poco tiempo que podia tomarme en mi estudio de mis constantes preparativos para el ptilpito, dedicarlo a redactar exposiciones sobre algunos pasajes del Nuevo Testamento, no tanto para mi propio uso como sencillamente para mi propio entretenimiento, porque esta era la 6. Para un excelente tratamiento de la exposicién puritana de las Escrituras, vea J. 1. Packer, “The Puritans as Interpreters of Scripture”, en A Quest for Godliness: The Puritan Vision of the Christian Life (Wheaton: Crossway Books, 1990), pp. 97-105. También esta disponible en una forma ligeramente diferente en Puritan Papers vol. | 1956-1959, ed. D. Martyn Lloyd-Jones (Phillipsburg: P & R Publishing, 2000), pp. 191-201. 7. Matthew Henry, Exposition of the Old and New Testament (Londres: James Nisbet, 1880), vol. 1, pp. iii-v. lo EL PACTO DE GRACIA manera en que mas me satisfacia emplear mis pensamientos y mi tiempo.* En diciembre de 1700 envié algunas de estas exposiciones a su amigo, el Rev. Samuel Clark, con las siguientes consideraciones acerca de las mismas: Le dejo [la publicacién] a usted, y resuelvo seguir a la Providencia, habiendo a menudo reflexionado con la mayor consolacién acerca de aquello que ha sido lo menor en mis propias actuaciones. La obra misma ha sido, y sigue siendo para m{, su propia paga, y el placer una recompensa suficiente para todos los afanes. Hagame saber, por favor, segiin tenga ocasiOn, que es lo que se hace respecto a estos [escritos]; si vuelven al lugar de donde salieron, seran acogidos gozosamente. No me arrepentiré de haberlos escrito, y espero que no se arrepentiré usted de leerlos aunque no vayan mas alla.’ No queda claro por qué no se emprendié su publicacién durante otros cuatro afios. El 12 de noviembre de 1704 comenzé a escribir sus notas sobre el Antiguo Testamento, que finaliz6 el 18 de julio de 1712. Luego trabajé con el Nuevo Testamento, Ilegando al final de Hechos el 17 de abril de 1714. No vivié para escribir mas, y otros emprendieron la tarea. Basaron su obra en notas que habia dejado, incluyendo unas casi completas sobre la Epistola a los Romanos. Dejé algunos breves apuntes acerca de otras epistolas y habia también algunas notas taquigrdficas de exposiciones dadas en publico y en privado.'° En total, aparecieron cuatro volaumenes durante su vida, comenzando con el Pentateuco en 1706, y acababa de completar el volumen 5 poco antes de su muerte el 22 de junio de 1714. Hay una clara relacién entre el comentario de Matthew Henry y su ministerio pastoral. Desde el comienzo tuvo la costumbre de dar dos conferencias cada domingo a su congregacién, y el contenido de muchos pasajes cubiertos en su exposicién formaron la base de sermones. Si se hace una comparaci6n entre sus sermones y su exposici6n de un texto particular, la relacién se puede ver muy rapidamente. Aqui tenemos un solo ejemplo, de su comentario sobre Juan 14:27: 8. Ibid., vol. 1, pp. v-vi. 9. J.B. Williams, op. cit., p. 302. 10. Para una lista de los que completaron la exposicién del Nuevo Testamento, vea J. B. Williams, op. cit., p. 308. INTRODUCCION Cuando Cristo estaba a punto de dejar el mundo, hizo su testamento. Su alma la encomend6 a su Padre; su cuerpo lo lego a José, para que fuese enterrado de forma decente; sus vestidos fueron para los soldados; su madre qued6 al cuidado de Juan, pero, qué iba a dejar para sus pobres discipulos, que lo habian dejado todo por El? Plata y oro no tenia; pero les dejé algo infinitamente mejor, su paz. “Os dejo, pero os dejo mi paz. No solo os doy derecho a ella, sino que os dejo en posesi6n de ella” Asi es como traté con el mismo versiculo en su primer sermon acerca de “Ja paz’, predicado el 24 de enero de 1692 (vea el mismo en este tomo): Cuando nuestro Senor Jestis estaba a punto de dejar el mundo hizo su testamento. Su alma la encomendé a las manos de su Padre (Lc. 23:46). Su cuerpo lo legé a José de Arimatea para que fuese enterrado de forma decente, pero no de modo que viera corrupci6n. Sus vestidos fueron para los soldados que le crucificaron (Lc. 23:34). Su madre qued6 al cuidado del discipulo amado (Jn. 19:26). Pero, ;qué iba a dejar para sus pobres discipulos, que lo habian dejado todo para seguirle? Plata y oro no tenia; pero les dejé algo infinitamente mejor que miles de oro y plata. No es dificil encontrar la influencia del comentario de Matthew Henry, pero no hay un anilisis detallado del impacto que tuvo sobre otros predicadores y escritores. El doctor Leslie Church, que resumis el comentario para que se pudiera publicar en un solo volumen,"' sugiere que los himnos de William Cowper “fueron indudablemente inspirados por el espiritu incluso por la forma de expresarse de Matthew Henry”. Es cosa cierta que muchas de las palabras de Charles Wesley en su himno “Una comisién tengo que cumplir” parecen tomadas del comentario de Matthew Henry sobre Levitico 8:25, acerca de cuyo texto dice: Cada uno de nosotros tenemos una comisién que cumplir, un Dios eterno a quien glorificar, un alma inmortal a la que proveer, un deber necesario que realizar, nuestra generacién a la que servir; y ha de ser 11. Matthew Henry's Commentary in One Volume, ed. Leslie F. Church (Grand Rapids: Zondervan, 1961). 12. Ibid. p. vii. 13 EL PACTO DE GRACIA. nuestro afan diario cumplir esta comisi6n, porque es la comisién del Senor nuestro Amo, que pronto nos llamaré a rendir cuentas acerca de ella, y seria un gran peligro descuidarla. Otro testimonio acerca de la valia de Matthew Henry como comentarista procede de William Jay. En su autobiografia, en un pasaje en el que se refiere a comentaristas, dice esto: Pero para el uso privado y piadoso, nunca he encontrado nada comparable a Henry, que, como dijo el viejo John Ryland, “uno no puede comenzar a leer sin desear estar alejado de todo el mundo, y P13 poder leerlo de principio a fin sin parar’”. Escribiendo a Miss Harman, una de sus corresponsales que le habia enviado una copia de la vida de Richard Baxter, le agradece el regalo, y luego prosigue: “Henry dice que es imposible leer el libro de los Salmos y no quedar inflamado © avergonzado tras su lectura. Yo digo lo mismo acerca de esta obra”.'* 3. Matthew Henry el predicador Desde una edad temprana, el coraz6n de Matthew Henry se incliné hacia la obra del ministerio. Se sintié tocado espiritualmente en una edad muy tierna por la predicacién de su padre. Philip Henry alentaba a sus hijos a prepararse para el Dia del Sefor pasando una hora juntos cada sébado por la tarde. En estas ocasiones presidia Matthew Henry, jy si consideraba que sus hermanas habfan abreviado sus oraciones, las reprendia con gentileza! Después de su periodo de estudiante en Londres regresé a la casa de sus padres en Broad Oak (una granja cerca de donde su padre habia ejercido el ministerio antes de su expulsién) en junio de 1686 e inmediatamente predicé en diversas ocasiones. La manera en que su predicacién fue recibida, y el efecto que tuvo sobre una pareja notoriamente impfa, parecen haber confirmado su sentimiento de llamamiento al ministerio. Durante una visita a Chester fue invitado a predicar, y lo hizo varias tardes consecutivas. Los disidentes que le oyeron le invitaron a que fuese su pastor. Tras consultar con 13, The Autobiography of William Jay (Edimburgo: Banner of Truth Trust, s.£.), pp. 124-125. La cita de John Ryland es de la 34 Ed. de su obra Contemplations publicada en 1777, p. 371. 14, Ibid., p.235-37. Para otros testimonios acerca de la influencia de la Exposition de Henry, vea J. B. Williams, op. cit., pp. 235-37 INTRODUCCION 9 su padre, acept6 la invitacién, pero pidié un plazo, deseando volver a Londres por unos meses. Fue alli que fue ordenado en privado por varios ministros presbiterianos reunidos a este efecto el 9 de mayo de 1687. Comenzé su ministerio en Chester el jueves 2 de junio de 1687 dando la normal conferencia de los jueves. Desde aquel momento Henry estuvo ocupado con las predicaciones y conferencias en su propia congregacién y en muchos otros lugares cerca de Chester. Dentro de su propia congregaci6n, a las nueve de Ja manana del domingo, ademas de canticos de los salmos y de oracién, daba conferencias acerca de una porcion del Antiguo Testamento (es decir, daba una exposicion) y también predicaba un sermon. Este mismo patron lo seguia por la tarde, aunque en este servicio conferenciaba acerca del Nuevo Testamento. Durante el curso de su ministerio en Chester estudié toda la Biblia con su congregacion mis de dos veces. El jueves por la noche también conferenciaba, y sus exposiciones sobre temas de las Escrituras le llevaron veinte afos. En tanto que se desconoce la asistencia real a estos diversos servicios, sin embargo el hecho de que su congregaci6n crecié hasta llegar a tener 350 es testimonio del aprecio en que se tenia su ministerio. Su diario revela también que estuvo extremadamente activo en la predicacién en poblaciones alrededor de Chester. En Moldsworth, Grange, Bromborough, Elton y Saighton predicaba cada mes, pero con mayor frecuencia aun en Beeston, Wrexham, Stockbridge y Darnal. Cada afio hacia una visita a Nantwich, Newcastle y Stone, y hacia el final de su ministerio en Chester hacia cada afio una gira de predicacién en Lancashire. Shrewsbury, Market Drayton y Stafford estaban también en su lista de citas de predicacion. En diversas ocasiones fue a Londres, predicando por diversos lugares en el camino, y en la metrépolis predicé practicamente cada dia de su visita. En la planificacién de su predicacién en Chester, Matthew Henry era muy sistematico.'* Su primera serie de sermones fue acerca del infortunio de estar en un estado pecaminoso. Luego siguié con sermones tratando de la conversi6n, y esto le tomé dos afios. Luego vino una serie de sermones en los que establecié el patron de la conducta cristiana, expresado en veinte enunciados que expuso con un texto apropiado para cada encabezamiento. Después de esto quiso dar consolacién al pueblo de Dios, y por ello inicié su larga serie acerca de El pacto de gracia, en la que trat6 de forma ordenada, acerca de Dios en el pacto, Cristo en el pacto y el Espiritu Santo en el pacto. 15. Para una lista de sus sermones, vea J. B. Williams, op. cit., nota F, pp. 273-293 20 EL PACTO DE GRACIA Al final de esta serie, como en el caso de las demas, predicé un serm6n 0 dos resumiendo el contenido de los sermones precedentes y recapitulando los puntos principales. En muchos respectos, los sermones de Matthew Henry eran tipicos del periodo puritano.'* Los puritanos crefan que la predicacién es crucial por cuanto es la exposicién de la Palabra de Dios de modo que sus ensefianzas queden claras en las mentes de los oyentes. Es la principal manera que Dios ha ordenado para que la Palabra dadora de vida Ilegue al coraz6n de los humanos. Zuinglio comenzé la practica de una exposicién regular y consecutiva de las Escrituras, pero fueron los puritanos de Cambridge los que la desarrollaron de forma mas plena. Matthew Henry siguié los pasos de ellos al abrir las Escrituras a sus oyentes. Lo mismo que otros puritanos, no sentia aversién en absoluto a la predicacién doctrinal, porque mantenia la posicién evangélica y reformada de la Reforma Protestante y crefa de todo corazon que la teologia de las Escrituras debe ensenarse a pecadores y a santos. Hay otras tres cosas que se deberian puntualizar acerca de sus sermones. Primero, era metédico, no solo en la planificacién y preparacién de sus sermones, sino también en su presentacién del contenido biblico. Peter Ramus, un académico hugonote, habia ensenado que el anilisis es la clave para la comprensi6n, y los puritanos tomaron esta posicién y la emplearon en su ordenada presentacién del material. Esto tenia la intencién de hacer que el mensaje fuese claro para los oyentes y ayudarlos a recordarlo mejor. Segundo, Matthew Henry seguia a los puritanos en siempre tratar de apremiar la ensefianza de las Escrituras a sus oyentes, Sus sermones nunca terminaban sin alguna aplicacion practica. La ensefianza de las Escrituras no era solo una cuestién tedrica, sino algo que debia mover a los oyentes a la accién. Tercero, hay un respecto en el que Matthew Henry difiere de sus predecesores puritanos. En tanto que ellos escogian a menudo tratar acerca de un tema determinado, y predicaban semana tras semana a partir del mismo texto, él escogia predicar a partir de textos diferentes incluso si estaba tratando acerca del mismo tema. Esto daba una mayor variacién a su predicaci6n, y daba una perspectiva aun mas amplia a la ensefanza biblica acerca del tema tratado. No hay para sorprenderse de que su predicacién atrajese a tantos en su época, la cual, presentada con simplicidad y con maravillosos giros de lenguaje, daban en el blanco en la conciencia de los oyentes. 16. Para un tratamiento de la predicacién puritana, vea Peter Lewis, “The Puritan in the Pulpit’ en su libro The Genius of Puritanism (Haywards Heath: Carey Publications, 1975), pp. 19-52; J. |. Packer, ‘Puritan Preaching’ en A Quest for Godliness, op. cit., pp. 277-289. INTRODUCCION 2i 4. Los sermones de Matthew Henry acerca de El pacto de gracia Cualquiera que esté familiarizado con el comentario de Matthew Henry 0 con sus otras obras encontrara aqui el mismo delicioso estilo. El conocia la Biblia excepcionalmente bien, y en estos sermones él hace referencia a todos los libros biblicos con la excepcién de 1 Crénicas, Abdias, Hageo y Filemén. Estudiaba las Escrituras con afan, y organizaba su material de forma metédica. Presentaba constantemente ilustraciones, no mediante largas historias, sino mediante frases y referencias que cristalizaban sus argumentos. Por encima de todo apremia la verdad a sus oyentes (y lectores). También conocia y empleaba los grandes escritos cristianos, desde los de la iglesia primitiva hasta los de su tiempo. Hay observaciones acerca de pasajes biblicos que muchos lectores reconoceran de su comentario, porque, como ya se ha observado, es evidente que sus preparativos para sus sermones subyacen a muchos de sus otros escritos. Aparecen muchas notables expresiones como estas: Los amados de Dios son los aborrecidos por el mundo, y no debemos asombrarnos de ello. Cuando acudimos para el perdén de los pecados hemos de acudir con un Cristo en los brazos de nuestra fe y amor. A falta de la fe de certidumbre, vive por la fe de la adhesin. ;Sientes dudas acerca de tu estado espiritual? Pon la cuestion fuera de toda duda por un consentimiento presente—si nunca lo hice, lo hago ahora.” No cada transgresién en el pacto nos excluye el pacto. Comprende especialmente que nuestra salvaci6n no esta bajo nuestra custodia, sino en manos del mediador. Todos nosotros hemos recibido el evangelio. La salvacién es una salvaci6n comuin (Jud. 3). Todos tienen necesidad de recibirla, incluso los mas dignos. Todos son llamados a recibirla, incluso los mas indignos, si acuden y la buscan de la manera correcta. 17. Este parece que era un dicho favorito suyo, pues lo usaba al describir su propia situaci6n espiritual cuando solo tenia diez aftos. Vea J. B. Williams, op. cit, p. 5. EL PACTO DE GRACIA Ten la certidumbre de que ninguno entraré en el cielo sino aquellos alos que la gracia ha hecho aptos. Son solo los de puro corazén los que veran a Dios (Mt. 5:8; He. 12:14). Cree que tienes un Dios santo por encima de ti, una preciosa alma dentro de ti, y una abrumadora eternidad delante de ti, bien de gloria, bien de infortunio. Crece hacia arriba en mentalidad celestial, hacia abajo en humildad. Persiste en avanzar. La manera de crecer en la gracia es emplear la que tenemos. La Palabra es el medio de nuestro crecimiento. Haz uso de ella a diario (2 Ti. 3:17). Algunos de los sermones de Matthew Henry han estado ya en circulacién, publicados en sus Complete Works [Obras completas].'* La mayor parte de estos sermones son los predicados en ocasiones especiales, como funerales u ordenaciones de ministros. Sin embargo, en este libro tenemos una serie consecutiva de sermones sobre un tema determinado, acompafiados de un sermon final que recapitula el contenido de toda la serie. Son un testimonio acerca de un fiel predicador del evangelio que, con la mente y el corazén puestos en las cosas de Dios, trat6é de exponer las riquezas de la Escritura. No son unas meras reliquias del pasado, sino que proclamaran la Palabra de Dios al lector actual, del mismo modo en que el Comentario de Matthew Henry sigue haciéndolo. ALLAN M. HARMAN Instituto Superior Teolégico Presbiteriano Melbourne julio de 2002 18. The Complete Works of Matthew Henry: Treatises, Sermons, and Tracts (Grand Rapids: Baker Book House, 1997). T evden CH S pach Cipro» hp 20 DE DICIEMBRE DE 1691 EL PERDON EN EL PACTO Porque seré propicio a sus injusticias, Y nunca mds me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades (He. 8:12). Estas palabras concluyen el sumario del Nuevo Pacto que el apéstol expone aqui de Jeremias 31:31, etc. Aunque todos los privilegios del pacto queden eminentemente incluidos en el de que Dios sea para nosotros Dios, y no necesitamos de nada mis para ser felices, sin embargo, para que podamos tener un fortisimo consuelo, y podamos considerar nuestras bendiciones de manera mis particular y recibir consolacién de ellas, se nos exponen de manera detallada los privilegios particulares que se incluyen en el gran privilegio general. Habiendo el pecado multiplicado nuestras necesidades y nuestros dolores, la libre gracia ha proporcionado en el Nuevo Pacto un balsamo para cada Ilaga, un remedio para cada enfermedad. Como en las prescripciones del deber, aunque sus dos grandes mandamientos de amor a Dios y de amor al prdjimo engloban todas las demandas de Dios sobre nosotros (Mt. 22:37-40) en una palabra (Ga. 5:14), sin embargo estas generalidades se ramifican en muchos puntos particulares, por compasi6n a nuestras debilidades, por las que a menudo erramos en nuestras inferencias practicas. Aunque aparece en ultimo lugar en el texto, no es la de menos importancia. Se menciona como el fundamento de todo el resto, porque seré propicio. Otros beneficios y privilegios brotan de esto. Vea Romanos 11:27; Ezequiel 36:33. Es el pecado lo que hace separaci6n entre Dios y el hombre, lo que nos priva de cosas buenas (Is. 29:1, 2). Es una pared intermedia de separacién, y por ello ningtin bien [es] de esperar hasta que esta pared intermedia de separacion sea quitada de en medio. Observemos el método (Os. 14:2), Quita toda iniquidad, y luego da el buen. Debemos datar nuestra ruina a partir de nuestro pecado, y luego datar nuestro levantamiento a partir de nuestro perdén —todos me conoceran— porque seré propicio. El pecado nos inhabilita para el conocimiento de Dios. No podemos conocerlo de manera confortable hasta que el pecado sea perdonado (Le. 1:77). 25 1. Griego, “injusti EL PACTO DE GRACIA Observemos en el texto: 1. La herida abierta. Injusticias, pecados, iniquidades, tres palabras que senalan a lo mismo, todas en plural, a, . para exponer la inescrutable plenitud y riquezas de la misericordia perdonadora. Asi en la proclamacién del nombre de Dios (Ex. 34:5- 7) no queda lugar para la duda. [Se nos] perdonan todos los pecados (Col. 2:13), sean tantos como sean, sean tan grandes como sean. . para exponer la inescrutable maldad de nuestros corazones y de nuestras vidas. ;Qué abundancia de culpa hemos contraido, y de cuantas formas y en cudntas cosas hemos ofendido (Stg. 3:2)? Debemos diez mil talentos. i. Injusticias. Todo pecado es injusticia, dtxia,' es injusticia, tanto de omisién como de comisién. Es pervertir lo recto (Job 33:27). Es ofender a Dios, es incumplir nuestros deberes, es lo contrario a aquella rectitud e integridad con la que Dios hizo al hombre al principio. Puede que se refiera solo a pecados contra nuestro préjimo, a transgredir la ley de justicia y honradez, cosas en las que Dios esté concernido aunque el mal sea cometido de forma inmediata contra nuestros semejantes, porque la ley que quebrantamos es ley de Dios, de modo que El queda ofendido. ii, Pecados, 4apttdv, errores, yerros del blanco, un disparo que queda corto, 0 que pasa por encima o del lado derecho 0 izquierdo. La gloria de Dios es el blanco al que deberiamos apuntar. Por el pecado, erramos este blanco (Ro. 3:23). iii, Iniquidades, dvoutdav,’ transgresiones de la ley (1 Jn. 3:4), alegalidades, irregularidades, falta de conformidad con la ley. Incluye tanto el pecado original como el real, lano conformidad de nuestras naturalezas, la no conformidad de nuestras acciones, con la ley de Dios, la desviacién de la regla. La Palabra de Dios es la regla. En tanto que nos apartamos de ella, pecamos. Es bueno contemplar el pecado bajo este concepto, y nos ayudara tanto a descubrir el pecado en nosotros como a llevar a nuestros corazones a la contricién por el mismo. Si este es nuestro caso, ) irrectitud”. 2. Griego, “pecados’. 3, riego, “actos sin ley” FEL PERDON EN EL PACTO 27 jno tenemos necesidad de perdon, por la rebeli6n que cometemos con nuestros pecados (Lv. 16:21)? 2. El remedio aplicado, que es un perdén. Se expresa de dos formas. a. Seré propicio, lo cual habla de lo libre que es el perdn. Procede de la misericordia, de una pura misericordiatAews Eooj.at,' seré propicio; elidaorriptov,’ el propiciatorio). El infortunio es el objeto apropiado de la misericordia. El pecado implica infortunio como su consecuencia cierta. Lo contrario de la misericordia es la ira. Seré propicio, esto es, no tendré ira (Lc. 18:13), sino que en Cristo sera propicio y recibira en gracia. Y esta misericordia se aplica de una manera soberana—tendré misericordia de quién tendré misericordia (Ro. 9:18). b. Nunca mds me acordaré, es decir, no me acordaré contra ellos (Sal. 79:8), para acusarlos con ellos, para condenarlos con ellos, un acto de olvido, habran pasado, todo ha quedado despejado. Es una sublime expresion de la plenitud de la misericordia perdonadora, y esto [es] comunicado por el pacto, versiculo 10. Implica santificacién. Nihil est novi quod vet. rem in memoriam reducat (Grot[ius]).° Doct[rina] Este perdén del pecado es uno de los mas preciosos privilegios del pacto de la gracia. Un gran beneficio del Nuevo Pacto es el perdén de los pecados. Aqui trataré de exponer (con la ayuda divina): 1. Qué es el perdn de los pecados. 2. Cémo es un privilegio del pacto de la gracia. 3. Que es un privilegio sumamente precioso, un privilegio inenarrable. 4. La aplicacién de la doctrina. En primer lugar, qué es el perdén de los pecados. Es imprescindible para comprender correctamente su naturaleza. 4. Griego, tiempo futuro del verbo “ser”, 1* persona del singular, junto con el adjetivo “propicio’, “perdonador”. 5. Griego, “la cubierta del arca del pacto” que era rociada con sangre expiatoria en el Dia de Ja Expiacién (He. 9:5). 6. La cita latina procede de Hugo Grocio (1583-1645), un literato y erudito holandés. La traduccion es: “No hay nada nuevo que pueda traer a la mente las cosas viejas’. 28 EL PACTO DE GRACIA. 1. No se trata de ningtin cambio real en el pecado. El pecado es la transgresién de la ley. Ahora bien: a. El perdén no hace que el pecado no haya existido, porque esto es una contradiccién. El perdén no convierte al hombre en absolutamente inocente. Aunque Pedro fue perdonado, no se puede negar que él realmente neg6 a su Maestro. Esto es algo que permanece. Aquello que se ha hecho no puede deshacerse de una forma absoluta. Desde luego, hay en las Escrituras algunas expresiones que se acercan a esto (Jer. 50:20), pero se deben comprender con respecto a las consecuencias del pecado. Cristo no murié para verificar una contradiccién, b. No hace que no haya sido pecado, una irregularidad ofensiva para Dios y merecedora de ira. El pecado aparece como pecado después de haber sido perdonado. Seria una tacha en Dios y algo totalmente inconsecuente con la santidad de su naturaleza no aborrecer el pecado, o que en cualquier momento quedase reconciliado con el pecado. Lo mismo que la acci6n, también permanece lo desviado’ de la acci6n. El no puede ver el agravio (Hab. 1:13). 2. Pero es un cambio con respecto al pecador. El perdon tiene relaci6n con la culpa. Ahora bien, la culpa es una obligacién de castigo que resulta de lo desviado y de la irregularidad de una acci6n. El perd6n no elimina los merecimientos del pecado sino solo la condenacién efectiva de quien la ha merecido. Def[inicién] El perdén de los pecados es un acto de la libre gracia de Dios por la que por causa de Cristo y de su justicia se disuelve y cesa aquella obligacién al castigo que surge de la pecaminosidad del corazén y de la vida de un pecador arrepentido y creyente; 0 esto: es un acto de gracia de Dios que descarga al pecador mediante la promesa del evangelio o se le exime de la obligacién del castigo en base a la consideracién dela satisfaccion realizada por Cristo aceptada por el pecador y alegada ante Dios." 7. Aqui, Henry usa un término inglés en la actualidad arcaico, obliquity, que significa “desviacién del caracter moral”, 8, Enuna notaal margen, Matthew Henry remite en este punto a la obra de Richard Baxter Aphorisms, p. 166 como la fuente de la definicién. EL PERDON EN EL PACTO 29 Es un acto judicial, supone una ley quebrantada. $i no [hay] pecado, no {hay] necesidad de perdén. Ahora bien: 1. Es un acto de Dios como supremo rector y gobernante del mundo, que ha sido ultrajado, y cuya ley ha quedado quebrantada por el pecado, El es la parte ofendida (Ro. 8:33). Nadie sino El puede perdonar pecados (Mr. 2:7). Muchos pueden perdonarse a si mismos con demasiada facilidad. Su pelea con ellos mismos pronto cede, pero esto no es perd6n. Otros pueden perdonarnos el mal que les hemos hecho por nuestros pecados, y sin embargo Dios [puede] no perdonarnos. Es una flor en su corona perdonar el pecado. Veamos como El se gloria en ello (Is. 43:25), Yo, yo soy. No es perdon, sino un fraude, lo que no viene bajo este amplio sello, Es un acto de poder, de un poder inmenso (Nm. 14:17), un acto de suspensi6n.’ Por ello se nos ensefia a acudir a El pidiéndolo como a un Padre. Padre nuestro, perdénanos. De Cristo se dice que perdona pecados (Le. 5:24) porque El es Dios, y a El ha sido encomendado todo juicio. Pero el acto de perdonar es generalmente y de manera id6nea atribuido al Padre, por causa de Cristo (Ef. 4:32). Observemos qué mal hay en el pecado que nadie sino Dios mismo puede quitar, y en esto El es Dios y no hombre (Os. 11:9), un Dios incomparable" (Mi. 7:18). Asi como El da, asi El perdona segtin El es, y esto es su gloria (Pr. 25:2). Cuando El proclama su nombre, se da a conocer como un Dios de perdones (Ex. 34:6, 7). Estas palabras, que de ningtin modo tendrd por inocente al malvado, las leen algunos como una expresi6n de misericordia, evacuando non evacuabit visitans iniquitatem,'' vaciando, no vaciara cuando visite, ni agitard toda su ira (Jer. 30:11). El Papa no puede perdonar los pecados. Tal pretensién es un engafo. al Es un acto de su libre gracia. Por ello dice, seré propicio, gratuitamente por su gracia (Ro. 3:24), 5wpedv Tf avtod xdpttt,” dos expresiones de la misma cosa. El afiade gratuitamente para magnificar tanto mas la gracia. Nada [hay] en nosotros para moverlo a El a esta gracia, sino mucho de lo contrario. José hallé gracia a los ojos de su amo (Gn. 39:4) © . Henry usa el término inglés prorogation, “el acto soberano de suspender una asamblea legislativa sin disolverla” 10. En inglés, “a none-such God’, es decir, un Dios como ningun otro. 11. Latin, “vaciando, no vaciara cuando visite la iniquidad”. 12, Griego, “como libre don por su gracia’. 30 EL PACTO DE GRACIA pero habia una raz6n para ello, versiculo 3. Para que nadie piense que es asi como hallamos gracia a los ojos de Dios, El predestina gratuitamente. Sin ningtin motivo en nosotros, El nos amé asi, ex mero motu,” porque nos amé (Dt. 7:7, 8). Su gratuito amor determinando eternamente fue la causa de que su amor gratuito confiriese efectivamente estas misericordias distintivas. No lo hace por causa de vosotros (Ez. 36:32) porque El se prometiera ninguna ventaja por ello, como los principes perdonan a los criminales para enviarlos a colonias lejanas, ni por su importunidad, sino por causa de Si mismo (Is. 43:23). Aunque como condiciones se precisa de la fe y del arrepentimiento, sin embargo es gratuita. El perdén de un malhechor [es] sin embargo gratuito aunque se requiera que lo pida de rodillas ante el tribunal y diga, Dios bendiga al rey. XapiCopat"* es una palabra que se emplea para el perdén de los pecados (Col. 2:13; 3:13). » . Es por causa de Cristo y de su justicia en consideraci6n de la satisfacci6n obrada por El, y sin embargo un acto de gracia, libre gracia, gratuita Para nosotros aunque comprada por Cristo. Fue la libre gracia la que acepto la satisfaccin por nosotros, vicaria, Cristo pag6 el tantundem,'* 15 no el idem,'° 16 el valor, no la deuda estricta. Somos justificados gratuitamente y sin embargo es 61d Tijs dTOAUTPGEws"” (Ro. 3:24), por causa de la redencién que es en Jestis por su sangre (Ef. 1:7), y sin embargo segtin su gracia, las riquezas de la gracia. El fue hecho pecado Por nosotros, esto es, sacrificio por el pecado (2 Co. 5:21). Todos nuestros perdones nos vienen fluyendo en su sangre. Es £ quien es la propiciaci6n (1 Jn. 2:2), murié por la redencién de los transgresores bajo el primer testamento (He. 9:15). 4. Es por la promesa o concesi6n del evangelio. Esta es la carta de nuestros perdones. Ahi Dios ha declarado su mente y voluntad. Este es el acto de amnistia. Es por virtud de ello que somos perdonados. Esto es el Nuevo Pacto. Es en ello que Cristo es puesto como propiciacién (Ro. 3:25). En el perdén de los pecados no hay cambio en Dios; el cambio reside en 13. Latin, “de puro sentimiento”, 14. Griego: “Muestro gracia, perdono”. 15. Latin, “justo aquella cantidad”. 16. Latin, “lo mismo”. 17. Griego, “mediante la redencién’. EL PERDON EN EL PACTO 31 nosotros. Si un malhechor, que durante largo tiempo ha estado en rebeldia, acude al fin y se acoge al beneficio de la amnistia, no hay cambio en el rey. El rey le perdoné condicionalmente al promulgar la amnistia, y el acto de acogerse a ella le hace participe de sus beneficios. w . Es para un pecador arrepentido y creyente. La fe y el arrepentimiento son las condiciones. Antes hay una posibilidad de perd6n, pero no un perdon efectivo, no una participacion inmediata hasta que se cumplen Jas condiciones. Pero es Dios por su Espiritu quien obra estas condiciones alli donde sean, para que se mantenga el propésito de Dios conforme a la eleccion, y que es secreto para nosotros. Su voluntad revelada es que nos arrepintamos y creamos, o bien no puede obtenerse el perd6n (Mr. 1:15). ey . Es la disolucién de una obligacién de castigo o la liberacion de ella. Por la ley somos acusados, por nuestro perdén quedamos absueltos. a. Hay una obligacin al castigo que resulta de la pecaminosidad de nuestros corazones y vidas. El pecado que habita en nosotros, el pecado que es cometido por nosotros, es digno de muerte. El pecado es la obra, la muerte su salario (Ro. 6:23), la muerte temporal, espiritual, eterna. El pecado [es] la concepcién, la muerte el nacimiento (Stg. 1:15). El pecado [es] la semilla que se siembra, la muerte la cosecha (Ga. 6:8). El pecado yace a la puerta (Gn. 4:7). La ley habia atado un nudo entre el pecado y la muerte, el pecado y la maldicién (Ga. 3:10). El pecado es una prisién (Hch. 8:23). Por la justa sentencia de la ley estamos obligados a responder a ella, como un malhechor encarcelado para comparecer a juicio. En base al quebrantamiento de la ley quedamos sujetos a la pena. Cree esto en aplicacion a ti mismo ya tu propio pecado, original, real, embriaguez, mentira, y también los pensamientos vanos. La ira viene sobre los hijos de desobediencia (Col. 3:6), b1T65tKoS Tw" Bew!""® (Ro. 3:19), sujetos a proceso. b. Cuando el pecado es perdonado la obligacién queda disuelta y queda nula y sin efecto. Por la comisién del pecado, por sentencia de la ley quedamos encerrados bajo castigo. Por nuestro sincero 18. Griego, “responsable ante Dios”, EL PACTO DE GRACIA. arrepentimiento y fe por la concesién del evangelio quedamos liberados de tal obligacién. Esto se expresa en las Escrituras [en] diversas maneras. iii. El pecado no es imputado (Sal. 32:2; 2 Co. 5:19). No se pone a cuenta del pecador. Aunque se haya perdido todo derecho a todo bien, no se admite esta pérdida de derecho. Se ha merecido todo mal, pero no se inflige el mal. Esta expresién se emplea en la peticién de perd6n presentada por Simei (2 S. 19:19, RV), No me impute mi sefior iniquidad, es decir, no me trate como un criminal. Confes6 su falta pero imploré no ser castigado. La iniquidad se imputa cuando el pecador es llamado a dar cuenta de ella, cuando el juicio es ajustado a cordel (Is. 28:17). Dios no entra en juicio con el pecador. Asi es la expresién (Sal. 143:2), es decir, no trata al pecador segtin sus merecimientos, no mira a los pecados (Sal. 130:3), no lo hace comparecer como criminal ante el tribunal, no pronuncia acusacién contra él. Se registra un nolle prosequi.'” El pecador no morird (2S. 12:13), es decir, no morira eternamente, no serds separado de Dios y de su amor y favor y bendicién como has merecido. La sentencia de la ley ha salido contra ti, pero no ser ejecutada. La ley conlleva la muerte por el pecado, pero el evangelio corta la consecuencia. Es cierto que en si misma la enfermedad es mortal, pero la gracia perdonadora ha quitado la malignidad de la misma. La ira de Dios es apartada (Is. 12:1). El pecado provoca a ira al santo y justo Dios (Is. 1:4). El esta airado con el impio todos los dias (Sal. 7:11). Cuando el pecado es perdonado, la ira cesa (Sal. 85:4; Os. 14:4), se da muerte a la enemistad (Ef. 2). El alma pasa a ser el objeto de su amor; ya no mas un ceno fruncido, sino sonrisas. La maldicién [se] anula, y en su lugar [se introduce] bendicién. El pecador [es] recibido en gracia, besado como el prédigo que regresa. Asi es como se expresa el perdén frecuentemente. La iniquidad no serd... causa de ruina (Ez. 18:30). La iniquidad tiene una tendencia directa a la ruina. Es el camino directo a 19. Latin, “abandonamiento de la instancia’, “desestimiento de proceder”. EL PERDON EN EL PACTO 33 ella. Ahora se interpone el perd6n [y] previene esta ruina. Aunque [somos] corregidos, sin embargo no quedamos arruinados. [Hay] ayuda incluso contra la autodestrucci6n (Os. 13:9). Se disponen medios para que los desterrados, aunque voluntariosamente desterrados por si mismos, no queden excluidos para siempre (2 S. 14:14), ni castigados con destruccién eterna, el merecido propio del pecado. vi. No hay condenacién (Ro. 8:1). El hecho de estar en Cristo los salva de toda condenacién. EI no dice, no hay acusacién contra ellos, ni que no hay nada en ellos que merezca condenacién, porque hay mucho de ambas cosas. No dice que no hay autocondenacién, porque se les ensefia a juzgarse a si mismos. No dice que no padecen afliccién, no, no que no hay desagrado acerca de tal afliccion —sino, que no hay condenacién— es decir, que no hay ordenacién ni obligaci6n a la ira y a la maldicion que merecen el pecado, rectus in curia.”” Expondré adicionalmente la naturaleza del perdén de los pecados en base a varias analogias escriturarias que lo ilustran. Cuando el pecado es perdonado 1. somos absueltos del mismo por cuanto es una doctrina que aparece en la Oracién del Senor, perdénanos nuestras deudas. El pecado es una deuda. El perdén de los pecados es la remisién de una deuda. El arrendamiento no se paga. Nuestro deber para con Dios, para con nuestro préjimo, para con nosotros, es un arrendamiento, Cuando queda impagado se contrae una deuda, se trata de un encargo que nos ha sido encomendado y que queda incumplido, de misericordias recibidas y sin compensacion. Nuestro primer padre incurrié en deuda, y como tristes deudores somos propensos a hundirnos mas y mas en la deuda. Esta deuda estd registrada (UJob 14:17). Ahora bien, cuando el pecado queda perdonado, esta deuda queda remitida, [y] recibimos una absolucién de modo que ya no estamos mis bajo esta deuda. Y la absolucién se basa en la satisfaccién que Cristo nuestro fiador ha hecho al morir por nosotros. Asi, del pecado se dice que queda borrado (Is. 43:25), igual que una deuda queda borrada cuando esta pagada o perdonada. A algunos mas es perdonado, a otros menos (Lc. 7:47, 48, 50). David or6, borra [todas mis iniquidades] (Sal. 51:1). Asi, la absolucion nos salva de la carcel, este es nuestro alegato 20. Latin, “justificado ante el tribunal”. at » ~ EL PACTO DE GRACIA ante las demandas de la ley y de nuestras propias conciencias. Aunque la deuda sea tan enorme como diez mil talentos, sin embargo todo queda remitido, jhasta la ultima blanca! El acta [queda] anulada (Col. 2:14). . somos liberados del mismo como una carga. El pecado es una carga, que si no nos es quitada, en su momento nos hundiré en el infierno. Si no somos sensibles a esta carga, es una sefial de que estamos en pecado, como en nuestro elemento, [como] un hombre en el aire y en el agua no siente su presiOn, sefial de que estamos espiritualmente muertos. Un muerto no siente peso, pero si estamos vivos sentimos su empuje. Observemos cémo David se queja (Sal. 38:4; 40:12). Los que estan redargitidos de pecado estan cansados y cargados bajo él (Mt. 11:28). El perd6n nos descarga (Os. 14:2, quita [toda iniquidad] 0 sicala como una carga). Del pecado se dice que fue cargado sobre Cristo (Is. 53:6), y asi quitado de sobre nosotros. Por fe echamos esta carga sobre el Sefior Jesus, y asi hallamos descanso para nuestras almas. Cuando la iniquidad es quitada, el alma queda apaciguada (Zac. 3:9). . somos limpiados del mismo como de una mancha. El pecado deja una mancha y una sefal sobre el alma, lo que la hace abominable ante el Dios puro y santo. E] alma iluminada es sensible a esta realidad. Es una mancha profunda. Ahora bien, el perdén la lava, elimina la impureza. David ora pidiendo lavamiento (Sal. 51:2,7). Dios promete el lavamiento (Ez. 36:25) aunque [la mancha] sea como la grana y como el carmesi (Is. 1:18), un tinte sélido, un tinte doble, una tintura en la lana de la corrupci6n original, las muchas hebras de la transgresién personal, pero [se transforma] como lana y nieve. La sangre de Cristo es el manantial abierto (Zac. 13:1). El es quien purifica nuestros pecados (He. 9:14). [El] nos lavé de ellos son su sangre (Ap. 1:5; cp. cap. 7:13, 14). Y la consecuencia de todo esto es: Toda tt eres hermosa (Cnt. 4:7), todas las manchas se han desvanecido en la justificaci6n. Parece haber una alusién alos lavamientos ceremoniales. Las contaminaciones ceremoniales [son] un tipo de las [contaminaciones] morales (He. 9, 13, 14). somos sanados del mismo como de una herida. Nuestros pecados son heridas (Sal. 38:5), dolorosas, debilitadoras, mortales. Estas heridas a menudo hieden y estan podridas a causa de nuestra insensatez. Cuando el pecado es perdonado, la herida queda sanada. Veamoslo en la oraci6n w EL PERDON EN EL PACTO 35 de David (Sal. 41:4), en su alabanza (Sal. 103:3), en la promesa de Dios (Os. 14:4). La virtud sanadora estd en la sangre de Cristo bajo las alas del Sol de justicia (Mal. 4:2). Las heridas del pecado son como las mordeduras de una serpiente ardiente. Somos sanados como lo eran los israelitas mordidos al mirar a la serpiente de bronce (Jn. 3:13, 14; vea Is. 33:24). Bendito sea Dios que hay balsamo en Galaad, [que hay] un médico alli er. 8:22). Cuando la herida queda sanada, el dolor y el peligro cesan. . es cubierto como algo que se olvida (Sal. 32:1). Se dice que Dios esconde su rostro del mismo (Sal. 51:9). David, con el sentimiento de la impureza y de la mancha que habia contraido, desea que Dios apartase sus ojos de aquel pecado, no fuese que volviera su coraz6n contra su alma. Pide ser eximido del desagrado que Dios tiene contra el pecado y los pecadores. De Dios se dice que echa el pecado tras sus espaldas (Is. 38:17). En el lenguaje del texto nunca mds se acordard, esto es, para juzgar y condenar debido al mismo. Los hombres perdonan pero no pueden olvidar. Cuando Dios perdona, olvida. Esta cubierto como se cubre la desnudez para que no se muestre su vergiienza (Ap. 3:18). Muchos encubren ellos mismos sus pecados y no pueden prosperar (Pr. 28:13). Los cubren con hojas de higuera, con excusas, falsas pretensiones, los esconden como [lo hizo} Adan. Dios lo cubre cuando lo perdona como con las tiinicas de pieles, el manto de la justicia de Cristo que oculta todas nuestras deformidades. . queda disipado como una nube, como una niebla (Is. 44:22). El pecado es como una nube [que] intercepta los rayos del sol, [y que] se interpone entre nosotros y su luz e influencia. Es una pared de particién. Es un negro nubarrén, [que] amenaza con una tempestad, un diluvio. Cuando se perdona, esta nube queda deshecha, igual que una niebla se levanta pronto bajo los rayos del sol, y no queda ninguna sefial de la misma (Job 7:9). Asi Dios quita toda iniquidad (Os. 14:2), la echa a lo profundo del mar (Mi. 7:19), no cerca de la playa donde pueda volver a aparecer en la marea baja, sino en lo profundo del mar —mis alla de toda posibilidad de recuperacién— aludiendo a los egipcios ahogados en el Mar Rojo. Asi, se dice que Dios aleja nuestros pecados de nosotros tan lejos como el oriente esta alejado del occidente (Sal. 103:12), es decir, hasta tan lejos como sea posible. 36 EL PACTO DE GRACIA 7. la enemistad que habia suscitado entre nosotros y Dios queda solucionada. El perdén de los pecados recibe el nombre de reconciliacion (2 Co. 5:19). Es el fin de una controversia. El pecado engendra una controversia (Os. 4:1). Cuando el pecado queda perdonado, se hace la expiacién, hay paz con Dios (Ro. 5:1). Dios renuncia a su acci6n, por asi decirlo. El hard la paz (Is. 27:5). El nos llama a razonar consigo (Is. 1:18), a entrar en juicio juntamente con EI (Is. 43:26), lo que se refiere a su buena disposicién a ser reconciliado. Cuando consentimos a sus condiciones, El es reconciliado. La enemistad queda muerta. Cuando Dios perdona el pecado, se dice que queda pacificado (Ez. 16:63). Para concluir. Si este es el perdén de los pecados, 1. Admiralo. Bien podemos decir: “;Qué Dios como ti?” (Mi. 7:18). Que la bondad de Dios pase hoy ante ti. 2. Aseguirate que tienes participacién en ella. Cuidate de que tus pecados sean perdonados. No permanezcas en un estado sin perd6n. 27 DE DICIEMBRE DE 1691 PORQUE SERE PROPICIO ASUS INJUSTICIAS D[{octrina] Que el perdén de los pecados es uno de los mas preciosos privilegios del pacto de la gracia. En segundo lugar. Que el perd6n de los pecados es un privilegio del pacto de la gracia. El perd6n de los pecados es 1, un articulo de nuestro credo, creo en el perdon de los pecados, que existe este privilegio adquirido por la sangre de Cristo, prometido en el evangelio eterno. Entra en los privilegios que pertenecen a la Iglesia Universal, que es por la sangre de Cristo santificada y purificada (Ef. 5:26, 27). . un articulo de nuestro pacto. Y entra aqui, y cuando decimos “creo en el perdon de los pecados” significamos mas que un estéril asentimiento de la verdad. Incluye una aceptaci6n del ofrecimiento.' N Para la comprensi6n, debemos distinguir 1. entre los dos pactos que Dios ha hecho con el hombre. a. Un pacto de obras, concertado con nuestros padres en inocencia, en el que se les prometié vida bajo la condicién de una obediencia perfecta, personal y perpetua. Haz esto y vivirds, es decir, continuaras en felicidad. Ahora bien i. cuando Adan fue introducido en este pacto, no necesitaba ningun perd6n porque Dios hizo al hombre recto (Ec. 7:29). Habia una perfecta pureza y rectitud en su naturaleza, su entendimiento 1. Es decir, aceptacion del ofrecimiento del evangelio. 37 38 EL PACTO DE GRACIA. era claro, su voluntad estaba sometida, sus afectos eran los que correspondian, todo estaba en su lugar. Habja sido creado a imagen de Dios. Lo que en nosotros necesita perd6n es la imagen del diablo. El que es inocente no necesita justificaci6n. Aquel era un pacto de amistad, no un pacto de reconciliaci6n que supone una enemistad. Por ello no habja necesidad de mediador. Adan, en su estado de inocencia, trataba con Dios de forma directa. No habia nube que se interpusiera ni interrumpiera su comuni6n; ninguna pelea, ira, sino todo abierto. ii. encaso de fracaso, el pacto no prometia perd6n. Aquel pacto no dejaba lugar al arrepentimiento (Gn. 2:17, ciertamente morirds), y por ello, cuando Adan hubo comido el fruto prohibido, huy6 de Dios y se escondié (Gn. 3:8), con el sentimiento de su culpa, sin sentirse alentado a esperar el perd6n, como el malhechor mientras siente los gritos de sus perseguidores. Y si Dios no hubiera revelado entonces un Salvador, el linaje de la mujer que aplastaria la cabeza de la serpiente, Adan se hubiera hundido en la desesperacién. La ley no podia dar perdén (Ro. 8:3). b. Un pacto de gracia, y es en y mediante este pacto que se debe obtener el perdén y la aceptacién, un mejor pacto establecido sobre mejores promesas, para la redencién de las transgresiones que eran bajo el primer testamento (He. 9:15). Es una tabla echada después del naufragio, como el valle de Acor es una puerta de esperanza (Os. 2:15). Es un pacto de reconciliacién, que supone al hombre caido, y por ello culpable y aborrecible, y en necesidad de perdon. Es una ley remediadora. 2. entre la dispensacién del pacto de gracia en el Antiguo y el Nuevo ‘Testamento. El pacto de gracia era sustancialmente el mismo bajo ambos, pero difiriendo en la manera de su dispensaci6n. a. Los santos del Antiguo Testamento recibieron la remisién de los pecados, encontramos que los santos a menudo oraban por ella, y que era con frecuencia prometida por Dios. Seria una tarea interminable dar ejemplos de pasajes concretos, especialmente en los profetas. La ley ceremonial se fundaba sobre y suponia una posibilidad de reconciliacion. Aunque la remisi6n del castigo externo se hacia entonces muy evidente, sin embargo la eliminaci6n de la ira PORQUE SERE PROPICIO A SUS INJUSTICIAS 39 de Dios y las consecuencias mas espirituales de esta ira eran indudablemente contempladas por los que estaban verdaderamente arrepentidos, que veian mds alla de las purificaciones ceremoniales por los lavamientos y las expiaciones ceremoniales mediante los sacrificios a la purificacién y reconciliacién espirituales. b. La forma y el método de esta remisién les fueron reveladas de forma muy oscura en y por los sacrificios que no podian en forma alguna quitar los pecados (He. 10:4). La malignidad del pecado es espiritual, y no es eliminable mediante ordenanzas acerca de la carne, y por ello los que hacian el servicio no quedaban perfeccionados por ellas en lo que se referia ala conciencia (He. 9:9; 10:1). No podian recibir la expiacion con ninguna certidumbre mis alla de lo que contemplaran a Cristo mediante estos sacrificios. La revelacién mis clara de la remisi6n de los pecados que tenemos en la ley ceremonial era el Dia de la Expiacion (Ly. 16:21), pero en este dia se hacia el recuerdo de los pecados cada aio (He. 10:3) y la repeticién exponia su imperfeccién. Todos los que eran perdonados lo eran por causa de Cristo, aunque entonces El] no fuese puesto de manifiesto, y la fe en que los santos vivian se manifestaba en base a la revelacién que tenian, una fe que obraba en obediencia a las instituciones bajo las que estaban. c. Cuanto mas se aproximaban los tiempos del evangelio, tanta mds luz recibian acerca de las condiciones del perd6n (como Is. 1:10-18; 55:7, 8) y se revelaba mas plenamente la satisfacci6n que obraria Cristo como la base de la remisi6n (Is. 53; Dn. 9:24). Asi fue llevada la iglesia por grados al conocimiento de este misterio. d. [Este misterio] que es ahora sacado a luz por el evangelio, y que sin embargo es dado a conocer con toda claridad en el evangelio es la base de nuestro perdon, esto es, la muerte de Cristo, la redencion por su sangre. La ley descubrié la herida, pero el evangelio abre el remedio, cuya sustancia estaba dada en figura y tipo por todas las sombras legales, una dispensacién de mas luz y libertad, y que nos da un fundamento mas firme sobre la que descansar nuestra fe. La presentaci6n de esta dispensaci6n es el gran argumento de persuadir al arrepentimiento (Mt. 3:2; 4:17). 3. entre la administraci6n externa e interna del pacto de la gracia. a. El perdén del pecado se ofrece libremente a todos en base a su fe y 40 EL PACTO DE GRACIA arrepentimiento. Esta es la administracién externa, el ofrecimiento seguro de las propuestas del pacto. Asi el pacto se administra en la iglesia visible. Hasta alli adonde llega el son del evangelio, hasta alli llega el ofrecimiento del perdén en base al arrepentimiento, no un perdon a todos de manera absoluta, tanto si se arrepienten como si no. No seria consecuente con la santidad de Dios extender su perd6n a todos de manera absoluta, tanto si se arrepienten como si no. No seria consecuente con la santidad de Dios hacer una distribucién tan indiscriminada de sus favores. Pero [hay] perdén para todos los que se arrepienten y creen. i. Perd6n para todos los pecadores. El arrepentimiento y la remisi6n se han de predicar entre todas las naciones (Lc. 24:47). Los sacrificios de la expiaci6n se instituyeron solo para Israel, pero habiendo venido Cristo, El es la propiciacién por los pecados de todo el mundo (1 Jn. 2:2). El evangelio no excluye a nadie que no se excluya a si mismo por su propia incredulidad y falta de arrepentimiento. El perdén se proclama incluso a los pecadores de los gentiles, que habian estado lejanos. El primer ofrecimiento hecho a los gentiles lo hizo Pedro (Hch. 10:43). No se exceptué al primero de los pecadores (1 Ti. 1:15, 6). El perdon en base al arrepentimiento fue ofrecido incluso a aquellos que se habian empapado’ las manos con la sangre de Cristo (Hch. 2:38) y la oracién de Cristo por ellos desde la cruz (Le. 23:34) justificaba el ofrecimiento. Si alguno hubiere pecado, [abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo] (1 Jn. 2:1). ii, Perdén por todos los pecados, injusticias, iniquidades, aunque sean muchos en numero, aborrecibles en su naturaleza, pero todos perdonados. Bajo arrepentimiento, la sangre de Cristo purifica de todo pecado (1 Jn. 1:7), y si confesamos, Dios es fiel para purificarnos de todos ellos (v. 9). A Pablo le fueron perdonadas su blasfemia y persecucién (1 Ti. 1:13), todas sus transgresiones (Col. 2:13, V.M.). Tenemos la regla, y la tnica excepcién (que reafirma la regla) es Mateo 12:31, 32. La excepcién es la blasfemia contra el Espiritu Santo, y que es por ello imperdonable porque es un pecado en contra de la mas elevada y convincente evidencia que se ha dado para curar la 2. Aqui Henry usa un término inglés muy especifico, “embrued’, de empapar o impregnar (especialmente con sangre). PORQUE SERE PROPICIO A SUS INJUSTICIAS 4l incredulidad. Cuando alguien ha quedado convencido de que los milagros de Cristo y su resurrecci6n son de hecho verdaderos, y sin embargo dista tanto de tomarlos como un testimonio divino que llega al punto de determinar de manera deliberada en su coraz6n que fue por el poder y en liga con el diablo que se realizaron estas obras, y hace de esto el refugio de su obstinada incredulidad, esto es blasfemia contra el Espiritu Santo. ;Qué medios podrian llegar a emplearse para convencer a tal persona? 3Qué mayor evidencia cabe esperar? El Espiritu opera sobre los hombres como agentes intelectuales, y aquellos que rechazan a la satisfaccion de Cristo no encontraran otro sacrificio (He. 10:26), de modo que aquellos que rechazan esta evidencia no encontraran otra. Este es un fundamento de la incredulidad del que el hombre no puede ser desalojado, a diferencia de la incredulidad en cuestiones de hecho. Desde luego, no han cometido este pecado los que creen que Cristo es el Hijo de Dios y quieren tener participacion en El, ni los que temen haberlo cometido. Porque es un pecado que endurece el coraz6n con una resistencia resuelta contra Cristo. Vea Baxter acerca de este pecado, p. 35, etc. que Hebreos 6:6 se refiere a la imposibilidad del arrepentimiento del pecador, lo que implica que si pudiera arrepentirse seria perdonado.’ Con esta excepcién, el ofrecimiento es gratuito y universal. 1, Esta escrito en como con un haz de luz en el Antiguo Testamento (Is. 1:16-18; 55:7, 8; Ez. 18:30; 33:15, 16), [y] en el Nuevo Testamento (Hch. 2:38; 3:19; 13:38, 39; Mt. 6:14). La Escritura nos dice c6mo se nos procuré este privilegio (Ef. 1:7), sobre qué debemos edificar nuestras esperanzas, es decir, sobre la sangre de Cristo. Nos dice bajo qué condiciones se nos propone: arrepiéntete, cree en Cristo, ve y no peques mas, perdona a otros. No somos dejados a buscar a tientas nuestro camino a la paz y al perd6n, a oscuras como los pobres paganos, que laboraban bajo imposibles incertidumbres acerca de la manera de reconciliarse con la deidad ofendida (Hch. 17:23). No, sino que el camino es claro, la obra consumada en justicia, las instrucciones claras, las certidumbres firmes. . La referencia es a The Practical Works of Richard Baxter (Londres: George Virtue, 1838), vol. 2, p.331. 42 EL PACTO DE GRACIA, sQué mas podriamos desear? El acta de expiacién [esta] firmada, publicada, ratificada. N . Se han enviado ministros con la autoridad de predicar esto (Lc. 24:17). Obsérvese su comisién (Jn. 20:23), a quienes remitiereis los pecados. No es un poder autoritativo, sino declarativo, habiendo quedado proclamada la expiaci6n por la resurreccién de Cristo (Ro. 4:25; cp. Dn. 9:24). Los apéstoles son enviados y en ellos todos los ministros posteriores [deben] proclamar el jubileo, remitir los pecados, es decir, asegurar a la persona arrepentida la remisién de sus pecados segun el evangelio, y retener los pecados, esto es, cortar al no arrepentido del perdén. A esto se le llama atar y desatar (Mt. 16:19; 18:18), atando la culpa sobre los incrédulos, como lo hizo Pedro con Sim6n el Mago, y desatandola de los que creen. Esto se extiende a los actos disciplinarios de la iglesia. w . Los sacramentos son sellos de este ofrecimiento, para asegurarnos de que Dios esté comprometido en la propuesta. El bautismo es para remisién de pecados (Hch. 2:38; 22:16), esto es, sella las propuestas. ;Acaso los nifios no necesitan el perd6n de pecados? ;No son capaces de ellos? No puede Dios comunicarles el privilegio absolutamente a ellos y la iglesia lo puede comunicar solo condicionalmente a cualquiera, y asi puede hacerlo a los hijos sobre la fe de sus padres? Los sacramentos [se aplican] a la administracién externa, no a la interna, del pacto de la gracia. Fueron instituidos para que pudiéramos tener un fortisimo consuelo (He. 6:17, 18). La Cena del Seftor es el sello de nuestro perdén, si nos arrepentimos y creemos (Mt. 26:28). Si no, tan solo aseguramos nuestra antigua culpa. Asi, el perd6n de los pecados es un privilegio del pacto, y se ofrece a todos en el pacto. a. Bendice a Dios por este ofrecimiento. Si todavia estas en duda acerca del perdon de tus pecados, ten sin embargo agradecimiento de que hay perd6n para con Dios (Sal. 130:4), que hay perdén de los pecados. b. Ten animo para aceptarlo. El mandamiento para todos es al arrepentimiento (Hch. 17:30) y la promesa es total en base al arrepentimiento. La conciencia de ello deberia conmovernos a volver. c. El perdén de los pecados es asegurado de forma efectiva a todos los verdaderos creyentes. Otros pueden ser perdonados pero los PORQUE SERE PROPICIO A SUS INJUSTICIAS 4B perdonados son aquellos que no estan no solo en la profesién sino en el poder del pacto con Dios. Aunque sean solo como nifitos en la fuerza de la gracia, sin embargo si verdaderamente han nacido de nuevo sus pecados han sido perdonados (1 Jn. 2:12). Todos los que creen son justificados (Hch. 13:39), si su fe es verdadera y sincera, una fe purificadora del coraz6n, una fe que obra. Este es uno de los eslabones en la cadena de oro (Ro. 8:30, si llamados, entonces justificados). Este es el orden; no justificados desde la eternidad, sino escogidos para ser justificados. Su justificacién tuvo lugar de forma no efectiva sino causal en la muerte y resurreccién de Cristo, como el efecto en una causa meritoria, pero no aplicado legalmente hasta que se cree. Ya has oido antes cual es el significado del perdén de los pecados, cesa la obligacién al castigo y queda anulada. Paso a contestar a tres preguntas acerca de ello: Pregunta 1. Sia los creyentes se les ha perdonado sus pecados, ;por qué se les ensenia a orar cada dia por el perdén de sus pecados en la Oracin del Senor? R[espuesta] Aunque los creyentes estan en un estado justificado, deben sin embargo orar por el perdén de sus pecados. . Debemos orar por el perdén incluso de los pecados de los que tenemos algunas buenas esperanzas de que hemos sido perdonados por gracia. David, después que le fue dicho que su pecado [era] quitado (2 S. 12:13), oré sin embargo fervientemente por el perdén (Sal. 51:1, 2, 7, 9; Sal. 85:7). Ord por el perdon de los pecados de su juventud (Sal. 79:8, V.M., las iniquidades pasadas). El prédigo prosiguié con su confesién incluso después de haber recibido el beso que sellaba su perd6n. Debemos orar: a. Por la continuaci6n de nuestro perdén. Como en el pan diario, que aunque lo tenemos con nosotros, oramos a Dios que nos lo dé, esto es, que contintie dindolo, lo mismo con el perd6n diario. Debemos orar por aquello de lo que estamos seguros, orar que Dios no retire el perdon, ni aparte de nosotros su misericordia —que Dios no recuerde mas los pecados— que la obligacién al castigo que ha quedado cancelada nunca vuelva a ser reavivada —que la misericordia EL PACTO DE GRACIA concedida pueda ser mas que un respiro, que el pecado nunca sea imputado— perdén, olvido. b. Por lo que es consiguiente a nuestro perdon, es decir, la exencién de los males penales que son los frutos del pecado, que el favor de Dios, las cosas buenas de las que habiamos quedados privados por el pecado, el gozo de la salvacién de Dios y su espiritu libre (Sal. 51:12, RV). Estas cosas no siempre acuden inmediatamente aunque el pecado sea quitado. c. Por la consolacién de nuestro perdén —que Dios nos haga oir gozo y alegria (Sal. 51:8), no solo el perdén de los pecados, sino que nos diga que estén perdonados— purificados de mala conciencia (He. 10:22), Esta consolacién puede quedar nublada, e incluso pecados perdonados pueden acosarnos, y puede que se nos haga cargo de ellos (Job 13:26) y entonces es el momento de orar: “Sefior, perdonalos”. El perdén puede haberse promulgado en el tribunal del cielo, y sin embargo no haber surtido aun efectos en el tribunal de la conciencia. d. Para completar nuestro perdén. La justificacién no es completa hasta el dia del juicio, cuando seremos abiertamente reconocidos y absueltos,' cuando vendran los tiempos de refrigerio (Hch. 3:19). Probablemente esto explica el pasaje de Mateo 12:32 acerca del perd6n en el siglo venidero, y por esto se ha de orar. 2. Debemos orar por el prometido perdén de nuestros renovados pecados. Incluso las personas justificadas tienen necesidad de orar a diario por el perdon. El que esta lavado tiene necesidad de lavarse los pies (Jn. 13:10). Hay un manantial abierto que esta siempre manando (Zac. 13:1) y tenemos necesidad de El. a. Los que estén en un estado justificado estan sin embargo pecando a diario en muchas cosas (Stg. 3:2; Ec. 7:20; 1 Jn. 1:5). Incluso los hijos de Dios tienen sus manchas (Dt. 32:5), mezclas en los mejores deberes —vino con agua— pecados de debilidad, o peor, caen a veces en grandes pecados, como David, [0] Pedro. No somos todavia perfectos, la naturaleza corrompida permanece y sigue obrando. 4, “Abiertamente reconocidos y absueltos”. Esta es una cita del Catecismo Breve de Westminster, preg. 38. PORQUE SERE PROPICIO A SUS INJUSTICIAS 45 b. Estos pecados desagradan a Dios. Aunque no prevalecen ni prevaleceran para deshacer el estado de justificacién, sin embargo son ofensivos para Dios. Aunque un verdadero creyente nunca volvera a ser hijo de ira, sin embargo puede ser un hijo bajo ira (vea 2 S. 11:27). Aunque Dios esté reconciliado con el pecador, no se reconcilia, no puede reconciliarse, con el pecado. Su espiritu queda contristado (Ef. 4:30). 3. Por ello, debemos orar para que sean perdonados —de manera destacada y virtual— todos los pecados de los creyentes son perdonados en la imputacién de la justicia de Cristo que es el fundamento de la remision, pero no de manera formal y explicita. No pueden ser remitidos antes que sean cometidos, ni tampoco antes de que haya un arrepentimiento expreso o implicito en cuanto a los mismos, por cuanto esto seria una licencia para pecar, los pecados son pasados [por alto] (Ro. 3:25). Hay un perdon preparado, pero ha de ser buscado, una justicia dispuesta, pero ha de ser pedida (1 Jn. 2:1). Estamos pecando a diario, y por ello debemos estar arrepintiéndonos a diario. Dios quiere ser buscado incluso acerca de sus misericordias prometidas (Ez. 36:37). Transformamos la gracia de Dios en disolucién y abusamos su misericordia si nos despreocupamos de nuestros pecados porque hay un perdon preparado. Hay perd6n para que seas temido (Sal. 130:3-4). Los que por la gracia tienen sus pecados perdonados han de vivir sin embargo vidas de arrepentimiento y vigilancia. Después de cada caida haz tus primeras obras (Ap. 2:5). Bendice a Dios porque hay un manantial abierto, porque la oficina del perdon esta habilitada, y usalos a diario. Recurre al manantial. El pacto de gracia esta en esto bien dispuesto, y con todo hay provision en caso de fracaso. Las transgresiones cometidas en el pacto no nos excluyen del pacto. Pregunta 2. Si todos los pecados de los creyentes les son perdonados, scual es el sentido de sus aflicciones? ;No queda disuelta la obligaci6n al castigo? R[espuesta] Esta claro que incluso las personas perdonadas padecen aflicciones. El hombre nace y nace de nuevo a aflicciones, y es un caso decidido que incluso cuando se remite el demérito eterno del pecado, sin embargo nos puede ser infligido un castigo temporal (como 2 S. 46 EL PACTO DE GRACIA 12:13, 14) que en nada resta a la honra de la misericordia perdonadora (vea Sal. 99:8). En ocasiones Dios puede afligir y aflige, no con referencia al pecado (como Jn. 9:3), pero no aflige a nadie sino alli donde hay pecado. A Cristo le fue imputado pecado. Si no hubiera habido pecado, no hubiera habido afliccién. Las personas perdonadas mueren, esto forma parte de la paga del pecado, y a menudo sufren otras aflicciones externas. Aunque perdonados [son] sin embargo afligidos. El cuerpo [esta] muerto a causa del pecado (Ro. 8:10). . Estas aflicciones no son los desafios de la justicia vindicadora, para que reciba satisfaccién. No, Cristo ha obrado una plena satisfaccién para todos los que creen. No precisa de ninguna satisfaccién adicional. No son los efectos de la justicia rigurosa de la ley de obras, como si no hubiera recibido remedio. No proceden del aborrecimiento de Dios contra los pecados de ellos ni del pacto. v . Son sin embargo el correctivo procedente del desagrado paterno. Algunos contienden acerca de si se les deberia llamar castigos. Todos los correctivos son castigos; reciben el nombre de castigo (Esd. 9:13), juicios (1 Co. 11:31; 1 P. 4:17). Hay en el pacto un puesto reservado para estos correctivos (Sal. 89:32), la vara de los hombres (2 S. 7:14). Hay reprensiones que implican una falta (Ap. 3:20), correctivos paternos que no se dan mas que debido a alguna falta (He. 12:6, 7). Pero ;qué se propone Dios con estos correctivos? a. Tiene el propésito de afirmar el honor de su propio pacto como en el caso de David, de manifestar ante todo el mundo que El aborrece el pecado alli donde lo encuentra. [El] no lo permitira, no puede permitirlo, ciertamente no en su propio pueblo (Am. 3:2). Por ello es que comienza en el santuario (Ez. 9:6). Los que no quemaran para siempre en el infierno por sus pecados son sin embargo quemados en la mano por el pecado en el tiempo presente (vea Nm. 14:20, 21). Dios es celoso de su propia honra. b. Tiene el propésito de traer el pecado al recuerdo y de hacérnoslo amargo (Job 13:26). Las aflicciones reavivan el recuerdo de los pecados olvidados. Es como el canto del gallo para Pedro. Ayudan a ablandar el corazon y a hacerlo tierno. Tuvo este efecto sobre Efrain (Jer. 31:18). Esta es la voz de la vara y de aquel que la ha dispuesto.

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