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CAPÍTUL03

Carlos Antonio Aguirre Rojas LOS PRIMEROS ANNALES (1929-1941)


UNA REVOLUCIÓN EN LA TEORÍA
DE LA HISTORIA

La escuela Si queremos medir correctamente el impacto que han tenido los Annales dentro de los
estudios históricos del siglo XX, así como el rol general que jugaron dentro de la
curva de vida de los mismos, debemos partir del hecho de que su nacimiento como
de los Annales corriente historiográfica, en enero de 1929, representó el desarrollo de una auténtica
revolución en la teoría de fa historia.
Una ruptura radical e integral de todas las formas hasta entonces dominantes de
Ayer, Hoy, Mañana ejercer el oficio de historiador, que no tuvo parangón alguno dentro del mismo siglo
XX -un centuria que, no obstante, estuvo llena de importantes transformaciones de
los "modos de hacer" historiográficos-y que sólo puede ser comparada en cuanto a su
magnitud y a sus efectos con la otra enorme revolución en la teoría de la historia que,
en el siglo XIX, representó el desarrollo de la concepción marxista -con la diferencia
OCTAVA EDICIÓN EN ESPAÑOL esencial de que esta última se había desplegado y afirmado, en sus orígenes y hasta
una fecha más bien tardía.Juera de los espacios académicos y universitarios, y más en
PRIMERA EDICIÓN ARGENTINA ..
.. el mundo de los movimientos sociales y políticos contestatarios y antisistémicos de
Europa y de todo el mundo.
Lo cual significa que, si atendemos a las líneas dominantes en cuanto a los mo-
dos de ejercer la práctica historiográfica, dentro de esos espacios académicos y uni-
versitarios en donde·se producen la mayor parte de las obras contemporáneas, es po-
sible discernir claramente un antes y un después divididos por la revolución
historiográfica instaurada con el surgimiento de Annales, que dio como resultado dos
modos radicalmente diferentes de ser historiador.
Transfonnación profunda en la historiografía del siglo XX, no significa que los
Annales lo hubieran inventado todo desde Ja nada, ni que su proyecto fuera absoluta-
prohi1toria mente original, sino que sólo con ellos alcanzó su verdadero punto de condensación
el proceso profundo de cambio y de mutación de la historiografía en el momento de su
paso de su condición decimonónica dominante a su estatuto correspondiente a las
ediciones exigencias del siglo XX.
Porque ya hemos visto, con bastante cuidado, el conjunto de antecedentes y
ISBN-1 O: 987-1304-08-0 raíces intelectuales sin las cuales habría sido imposible la gestación de esos primeros
ISBN-13: 978-987-1304-08-0 Anna/es. Pero, como es claro, se trataba siempre de filiaciones y de precedentes inte-
Rosario, 2006
58 Carlos J111to11io. ·1,guirrc Rqjas La "EStuela" de ioJ· Annales

lectuales que nunca tuvieron un rol dominante dentro de la historiografía, siendo más inicialmente dentro del mundo francés, y en consecuencia, marca.da por los códigos y
bien proyectos marginales , críticos e impugnadores -y por ello, justamente, los porta- los trazos de la cultura latino-mediterránea europea en donde encontró, no casualmen-
dores de las innovaciones más importantes- de la historiografía establecida, oficial y te, su primera difusión amplia y significativa.
dominante. Pero al mismo tiempo, y dado el momento específico de su desarrollo, esta revo-
Proyectos que, por diversos motivos, no llegaron a forjar un modelo nuevo y lución antipositivista, académica y de clara impronta francesa representó simultánea-
alternativo que pudiera efectivamente sustituir al positivista dominante, funcionando mente, en el registro de una historia más profunda, tanto el real tránsito de los estudios
más como elementos que fueron poco a poco disolviendo las bases de la legitimidad históricos desde su figura decimonónica hacia sus perfiles propios del siglo XX, como
de esa historiografía hegemónica, a la vez que acumulaban, también lentamente, los el nacimiento de la última hegemonía historiográfica que conocerían los estudios his-
pequeños cambios que prepararían la gran mutación futura. tóricos durante la centuria concluida en 1989.
Pues, como hemos señalado, el marxismo se hallaba prácticamente ausente, an- Entrecruzando en el instante de su nacimiento todas estas líneas de transforma-
tes de 1929, de los mundos académicos y universitarios, ejerciendo entonces un im- ciones múltiples, los Anna/es se opusieron, ténnino a término, al conjunto de los tra-
pacto sólo indirecto o mediado sobre los modos de ejercer el oficio de historiador más zos que caracterizaban al modelo positivista aún dominante, que al haber resumido y
ampliamente extendidos en toda Europa y en el mundo occidental. Por su parte, los cristalizado todos los progresos de la historiografia del siglo XIX, resultaba obsoleto
trabajos de la historiografía crítico-académica germana, aunque fueron fundamenta- y completamente anacrónico después de la Primera Guerra Mundial y de la Revolu-
les en la tarea de denunciar las limitaciones de la historiografía positivista, no pudie- ción rusa que inauguraron el siglo XX histórico.
ron superar su condición de línea marginal dentro de la historiografía, disolviéndose Así, reencontrando por su propio camino y con sus armas muchos de los descu-
como un universo de trabajos y proyectos de grandes intelectuales y de varias brimientos y rupturas que había anticipado el proyecto pionero y fundador del marxis-
individualidades fuertes, más que co1no un programa colectivo y unificado capaz de mo original, y recogiendo las herencias diversas de las historiografías académico-
sustituir a la línea dominante. Finalmente, hemos visto también el rol jugado por los críticas germanas y francoparlantes, los Annales redefinieron desde la base y total-
dos proyectos pioneros de renovación historiográfica en el medio francoparlante, que mente la práctica de los historiadores, desplegando frente a la historia positivista
no alcanzaron a franquear el paso de la mutación radical historiográfica por su origen decimonónica el conjunto de trazos resumidos en nuestro cuadro número dos.
y localización en el espacio belga -el caso de Henri Piren ne y de su escuela- o por el De este modo, la transformación profunda y definitiva que, en el campo de los
carácter más bien genérico y abstracto de la propuesta impulsada, como en el esfuerzo estudios históricos, había sido esbozada en sus contornos generales con el nacimiento
de Ja Revue de Synthese dirigida por Henri Berr. y desarrollo de la concepción materialista de la historia desplegada por Carlos Marx,
Entonces, acumulando todos estos impulsos y líneas de ruptura con el modelo se concretaría de modo irreversible dentro de los ámbitos académicos y universitarios
dominante a la vez que dotándolos de una nueva estructura global y coherente, con de la historiografía europea y occidental sólo ocho décadas después, y justamente a
bases epistemológicas renovadas y encuadrados dentro de un pr_oyecto colectivo, se través de esta revolución en la teoría de la historia -de carácter francés-mediterráneo
construyó esa verdadera revolución en la teoría de la historia representada por los y de clara traza antipositivista- que fueron los primeros Annales o Annales d'Histoire
Anna/es, que sustituyó a la preeminencia positivista y a la hegemonía historiográfica Économiq11e et Socia/e.
del mundo germanoparlante por un nuevo dominio historiográfico ahora francés, Con este giro rotundo, que recogió y potenció los aportes precedentes de las
nucleado en torno al esquema annalista y destinado a conquistar, progresivamente, a líneas críticas y marginales germanas y francesas, se establecieron los perfiles defini-
los medios historiográficos de Francia, Europa y luego del mundo occidental. tivos generales que caracterizaron a toda la historiografía del siglo XX. Lo cual expli-
Con lo cual, resulta más clara la delimitación del sentido de esta revolución : fue ca el hecho de que, en alguna medida, todos los proyectos innovadores que se afirma-
una ruptura en la teoría de la historia si la observamos frente al modelo positivista ron a lo largo y ancho del espacio europeo y del mundo occidental durante toda la
dominante, en contra del cual se desplegó de manera explícita, siendo a la vez una curva de ese breve siglo que corre entre 1914-17 y 1989, fueron deudores directos o,
mutación radical de la historiografía que se ejercía dentro de los medios académicos y en otro caso, se definieron centralmente en relación con los Annales, y más especial-
universitarios europeos y occidentales, razón por la cual, como veremos más adelan- mente respecto de lo que han conquistado en el periodo de 1929 a 1968. Y así, lo
te, coincidió tan sorprendentemente con varias de las conclusiones y propuestas cen- mismo la microhistoria italiana que las distintas vertientes de la historia socialista
trales de ese proyecto igualmente revolucionario y radical que le ha antecedido en británica, igual que la antropología histórica rusa, la nueva historia radical norteame-
setenta u ochenta años dentro de los espacios no académicos, y que ha sido el fenóme- ricana o la historia regional latinoamericana, entre muchas otras, establecerían explí-
no intelectual del marxismo. También fue una revolución historiográfica desplegada citamente sus puntos de convergencia y sus espacios de divergencia respecto de estos
Car/o¡ A11to11io AgHirre Rtyas
lA "EJcue!a" de /oJ Annales 61

ESOUEMAN'2

LA REVOLUCIÓN DE ANNALES FRENTE AL MODELO


"primeros" y "segundos" Annales, al mismo tiempo que reproducían y recuperaban,
HISTORIOGRÁFICO POSITIVISTA con sus matices y singularidades propias, al conjunto de trazos de ese "modelo
MODELO POSITIVISTA MODELO ANNALISTA
annalista" originario resumido en el cuadro antes referido.
Revolución en la teoría de la historia cuyo núcleo metodológico y epistemológico
1· Objeto de estudio de la Historia: el pasado es- 1- Objeto de estudio de la Historia: presente, pasado
crito, registrado en textos. y "prehistoria" del hombre. duro estuvo constituido por un conjunto de paradigmas esenciales, que daban estatuto
Definición: la ciencia del pasado. Definición: la ciencia de los hombres en el tiempo. y soporte a todos los rasgos mencionados del "modelo annalista", a la vez que defi-
2- Objetivo de la Historia: dar cuenta de los "gran- 2· Objetivo de la Historia: dar cuenta de los grandes nían el nuevo horizonte conceptual general de lo que a partir de ese momento y duran-
des" hechos históricos. Historia política, militar, procesos sociales y colectivos. Historia social,
diplomática y biográlica. económica. cultural, del poder. te todo el siglo XX sería la práctica del oficio de historiador. Principios que incluían
3· Campo de realidades que abarca: Historia de los 3· Campo de realidades que abarca: Historia de las al método comparativo, a la perspectiva de la historia global, al postulado de una
hechos inmediatos, superficiales, "espectacu- estructuras profundas, de las realidades subya-
lares", de los grandes acontecimientos. centes, de las duraciones largas y colectivas.
historia interpretativa o "historia-problema", a la reivindicación de una historia siem-
4· Noción de tiempo que utiliza: idea moderno·bur- 4· Noción de tiempo que utiliza: descompone los pre abierta o en construcción y finalmente a la teoría de las temporalidades diferencia-
guesa del tiempo (modelo newtoniano). Se con- múltiples tiempos y crea una noción nueva del les y de la larga duración histórica.
centra en el estudio del tiempo corto, événemen· tiempo y de la duración. Analiza también
tielle. Comparte la idea decimonónica del progre- coyunturas y procesos largos. Critica y supera la Para los primeros Annales, no hay Historia verdaderamente científica que no sea
so simple, lineal, acumulativo y ascendente. idea lineal-simplista de progreso. al mismo tiempo compara/isla. Pues, retomando en este punto tanto el célebre discur-
5. Fuentes que usa: Historia basada sólo en docu- 5· Fuentes que usa: Historia que multiplica, recrea, so de Henri Pirenne pronunciado en Bruselas en 1923 -"De la méthode comparative
mentas escritos. inventa y descubre múltiples fuentes y nuevos
puntos de apoyo. en Histoire"- como las experiencias de otras ciencias sociales -la Sociología, la Etno-
6· Técnicas de apoyo del historiador: Historia ba- 6· Técnicas de apoyo del historiador: Historia que logía, la Lingüística o la literatura que en esta época "aclimataban" y refuncionalizaban
sada en la crítica interna y externa del docu- recrea y multiplica sus técnicas como la Foto· .
mento, en la Diplomática, la Numismática y la grafia Aérea, el Carbono 14, la Dendrocrof ~
dentro de sus distintos espacios a este procedimiento-, esos primeros Anna/es en ge-
Paleografia. nología, el estudio de series, la lconogralia, los · · neral, y muy en particular Marc Bloch, profundizaron y recuperaron creativamente
programas computarizados, etc. este paradigma metodológico de su proyecto intelectual. Entonces, Bloch daría la más
7. Relación con su materia prima: Historia que pre· 7· Relación con su materia prima : Historia que asu-
tende, falsa o ingenuamente, la neutralidad hacia me concientemente y que explicita sus sesgos,
clara y hasta hoy no superada definición de lo que es comparar históricamente, en su
su objeto, una objetividad absoluta. presupuestos y determinaciones diversas. célebre artículo de 1928 titulado "Pour une histoire comparée des sociétés
B· Dominio que abarca : Historia que ha establecido B· Dominio que abarca: Historia que asume que européennes", donde dice:
ya los temas de su estudio. limitados por la todo lo humano es historiable, de perspectivas
definición de su objeto y cerrados en torno a su glotializantes, que usa el método comparativo, "¿qué es, para comenzar, comparar dentro de nuestro dominio de
objetivo. Historia que aisla sus problemas y se que trasciende permanentemente las barreras
encierra en rígidos limites cronológicos, aspa· cronológicas , espaciales y temáticas del proble· historiadores?: comparar es incontestablemente lo siguiente: elegir,
ciales y temáticos. ma abordado. dentro de uno o varios medios sociales diferentes, dos o más fenó-
g. Imagen que proyecta al exterior: Historia espe- 9· Imagen que proyecta al exterior: Historia ab_ierta
o en construcción, que se enriquece, redefine y
menos que aparenten a primera vista, mostrar entre ellos ciertas ana-·
cializada, limitada a un objeto parcial y circuns·
crito de lo social. renueva en cada generación. logias, describir luego las curvas de su evolución, comprobar sus
1D·Relación con otras ciencias sociales: Historia 10·Relación con otras ciencias sociales: Historia similitudes y sus diferencias y, en la medida de lo posible, explicar
separada y autónoma, carente por completo de promotora del diálogo permanente y e.I int~r-
cambio diverso con todas las restantes c1enc1as
tanto las unas como las otras".
vínculos con otras disciplinas sociales.
sociales.
11 ·Estatuto de la Historia: Historia que vacila entre 11-Estatuto de la Historia: Historia que se asume
Es decir que, comparar implica eludir tanto la "falsa comparación", en donde se
ser arte o ciencia, tratando de imitar sin critica el como científica o como proyecto cienlílico, intenta confrontar fenómenos que no poseen entre sí ninguna analogía o similitud
modelo de la ciencia natural. buscando su especificidad y diferencia respecto
evidente -lo cual denota que no todo es comparable con todo-, como también el
del modelo de la ciencia natural.
12·Resultado del trabajo historiográfico: una Historia 12·Resultado del trabajo historiográfico: Una historia simple "razonamiento por analogía'', en donde las similitudes brotan de la pertenencia
esencialmente descriptiva y narrativa. que despliega y explora todo el espacio y dimen- de los dos o más fenómenos comparados al mismo medio social -y en donde la com-
siones de su carácter interpretativo, creando
modelos, hipótesis y explicaciones globales.
paración es estéril, pues las similitudes obedecen al simple hecho de ser fenómenos
13·Posición hacia los hechos: Historia positiva que 13-Poslción hacia los hechos: Historia crítica, de- que expresan una misma y única realidad.
comparte las ilusiones de cada época, testigo o constructora, que disuelve las evidencias y Entonces, si comparar es establecer ese inventario fundamental tanto de las si-
actor sobre sí mismo y sobre su tiempo y acción. muestra los supuestos ocultos, cuestionando las
visiones comunes y dominantes, y marchando a militudes como de las diferencias entre distintos fenómenos históricos, a la vez que
contracorriente de ellas. buscar su explicación, es claro que el resultado más global de esta aplicación sistemá-
62 Carlos Antonio Aguirre "Rojas

tica del método comparativo es el de delimitar nítidamente los elementos generales, La historia de estos primeros Annales es global, en primer lugar, por las dimen-
comunes o universales de los hechos, fenómenos y procesos históricos, distinguién- siones del objeto de estudio que abarca. Es decir, por incluir dentro de su territorio de
dolos de sus aspectos más particulares, singulares o individuales. Una distinción que, análisis al inmenso conjunto de todo aquello que ha sido transformado, resignificado,
como sabemos, resulta crucial para cualquier historiador. Por ejemplo, de ella depen- producido o concebido por los hombres, desde la más lejana y originaria "prehistoria"
de la construcción de modelos y explicaciones generales dentro de la Historia. Y si hasta el más inmediato y actual presente. "Ciencia de los hombres en el tiempo" como
tanto Henri Berr como Henri Pirenne han repetido que "no hay ciencia más que de lo la ha definido Bloch, y por ende atenta a toda huella o traza humana existente en
general", es claro que hacer de la historia una empresa científica sólo sería posible cualquier plano posible de lo social. Y al mismo tiempo, abarcante de toda temporali-
con el concurso y apoyo de ese método comparativo. Porque, ¿cómo podría Marc dad vinculada con ese espacio de lo humano que recorre las etapas y las eras más
Bloch haber construido su modelo global de explicación de la sociedad feudal euro- diversas, desde la transformación del mono en hombre hasta estos primeros años del
pea sino a partir del juego comparativo permanente entre las curvas de los desarrollos tercer milenio que vivimos.
medievales de los distintos reinos y regiones de Francia, Italia, España, Alemania e Historia global que nos dice que todo lo humano y todo lo que a eso humano se
Inglaterra, entre otros? conecta es objeto pertinente y posible del análisis histórico, y ello en cualquier época
Por otro lado, del fino trabajo de delimitación de esa dialéctica entre lo particu- en que hubiera acontecido. Lo cual, sin embargo, no significa que todo eso humano
lar y lo general parte la solución de las grandes cuestiones, como la causalidad dentro sea igualmente relevante ni igualmente explicativo de los grandes procesos evolutivos
de la historia, la búsqueda de regularidades y de recurrencias, así como el gran debate de las sociedades y de los hombres. Porque la historia global no es idéntica a la histo-
sobre los diversos determinismos históricos. Pues solamente a partir de la repetición ria universal -ese término descriptivo que engloba normalmente al conjunto de las
de procesos eficaces y comprobables de causalidad o de determinación histórica es historias de todos los pueblos, razas, imperios, naciones y grupos humanos que han
posible detectar tendencias y postular posibles leyes del acontecer histórico, acotando existido hasta hoy-, ni tampoco a la historia general -ese otro término, también sólo
al mismo tiempo la vigencia de su curva evolutiva general. Temas que Marc Bloch connotativo, que se refiere genéricamente a todo el conjunto de sucesos, hechos y
abordó en su inconclusa Apologie pour l 'Histoíre y Lucien Febvre en sus compilaciones realidades de una época dada, o en otro caso de un actor, fenómeno o realidad histó-
de Combats pour l 'Histoire y Pour une histoire apart entíere, que se conectan direc- rica cualquiera. La historia global es más bien un concepto complejo y muy elaborado
tamente con esta puesta en acción def comparatismo histórico. que se refiere a esa totalidad articulada, jerarquizada y dotada de sentido que consti-
Comparar en Historia es, entonces, proyectar siempre una nueva luz sobre la tuye justamente esa "obra de los hombres en el tiempo". Y, por lo tanto, la apertura de
realidad estudiada, que en muchas ocasiones permite detectar como esenciales fenó- un territorio donde existen cosas fundamentales y otras menos importantes, donde hay
menos que antes sólo parecían anecdóticos o insignificantes, develando trazos que elementos determinantes y otros determinados, donde hay totalidades menores
aparecían originales y únicos como rasgos comunes y más ampliamente difundidos o autosuficientes y otras realidades que no contienen dentro de sí mismas los propios
transfigurando situaciones y hechos que aparentaban ser raros y exóticos en cosas principios de su autointeligibilidad.
perfectamente explicables y lógicas. Efectos importantes sobre el trabajo histórico Esto nos lleva a la segunda significación específica de esta historia global, es
que se ejemplifican muy bien, por mencionar sólo este caso, en Los reyes taumaturgos decir, a su derivación epistemológica como exigencia de situar, permanentemente, al
de Marc Bloch. problema o tema estudiado dentro de las sucesivas totalidades que lo enmarcan. Pues
Así, de comparación en comparación pueden fijarse las áreas o ,regiones de vi- si hacer historia global no es hacer historia universal, recorriendo los múltiples desa-
gencia de un fenómeno, igual que sus curvas temporales de existencia. Con lo cual, y rrollos de todo grupo humano en el tiempo, ni tampoco hacer historia general, agotan-
desde estos limites tanto espaciales como temporales, resulta mucho más fácil conec- do hasta el cansancio de manera sólo acumulativa y fatigosa todos los hechos o fenó-
tar el hecho analizado con los procesos más globales que le corresponden. menos presentes dentro de una sociedad, un nivel o una época dada, es en cambio ser
Precisamente, el segundo paradigma de estos Annales de los años 1929-1941 es capaz de -como ha dicho Fernand Braudel- "sobrepasar sistemáticamente los lími-
el horizonte de la historia concebida como global o total. Historia globalizante o tes" específicos del problema abordado, explicitando sus vínculos y puentes con las
totalizante, que ha sido muchas veces mal interpretada, como si fuese equivalente a la totalidades diversas que le corresponden.
simple historia general o en otra vertiente a la propia historia universa/. Y ello porque Partiendo entonces de un cierto acotamiento -siempre obligado- espacial, tem-
este carácter global o total alude en verdad a dos posibles especificaciones, íntima- poral y temático del problema a investigar, lo que hace la historia global es retomar~o
mente conectadas, pero al mismo tiempo claramente difere.nciadas. desde el punto de vista de la totalidad (como había dicho en su tiempo el propio Marx)
reconstruyendo las líneas de conexión del mismo, primero con las totalidades parcia•
LP "Esct1ela" de los Annales 65

les determinadas que le corresponden - la totalidad espacial o influencia más general tigar, que delimita -si bien a modo de conjeturas provisorias pero actuantes- las pre-
que lo envuelve o sobredetermina, la totalidad temporal que ubica las fronteras en las guntas sobre lo que es o no significativo, el cuerpo de las hipótesis a fundamentar o a
cuales cesa todo rastro de sus orígenes o de sus consecuencias y efectos últimos, y la eliminar, así como la agenda de los puntos y elementos cuya explicación y considera-
totalidad temática de todo el universo de otras dimensiones o hechos que se ción se intenta encontrar. ·
interconectan de modo esencial con él-y Juego con la totalidad más global y siempre Cuestionario o encuesta que define justamente el "problema" que es objeto de
última que es esa multimencionada obra de los hombres en el tiempo. esa indagación historiográfica. Un problema que, para los Anna/es iniciales, decidiría
Una perspectiva globalizante que implica, entonces, que Ja ciencia social no el curso mismo del trabajo erudito y más adelante los propios resultados de la práctica
debe estar conformada por campos o espacios disciplinares -la ciencia de lo económi- del historiador. Y que, en consecuencia, se constituye en la primera tarea de esa mis-
co, de lo político, de lo histórico o de lo psicólógico, etc.- sino que debe ser una ma aplicación práctica de las reglas del oficio de los cultores de la musa Clío.
ciencia de problemas multidimensionales y polifacéticos y, en consecuencia, tan Si el problema inicial sobredetermina de manera tan fundamental el momento
''unidisc iplinares" y " globalizantes" como esa misma ciencia de lo social. Porque como erudito de la actividad, es necesario expresarlo, con el máximo rigor y detalle, en el
lo dijo enfáticamente Fernand Braudel, la realidad social es sólo una,_"un sólo p~isa­ comienzo mismo del trabajo historiográfico. Entonces, al explicitarlo, se revelará cla-
je" al que las distintas disciplinas y ciencias de lo social se aproximan, parcial Y ramente tanto la solidez y riqueza de la formación específica de cada historiador como
·fragmentariamente, desde sus distintos "observatorios" o emplazamientos. también, y sobre todo, los inevitables "sesgos" particulares que dicho historiador in-
Por ello, el tercer paradigma reivindicado por esos primeros Anna/es es el de la troduce en el tratamiento de su propio material. Porque en contra de la visión ingenua-
historia interpretativa, y más radicalmente el de una "historia-problema". Una historia mente positivista, que pedía una neutralidad absoluta del historiador frente a su tema
que al mismo tiempo que recogía la tesis de Henri Pirenne cu.a~do ~firm.aba que el de estudio y que soñaba con la objetividad de sus resultados, el paradigma de la histo-
"n úcleo" del trabajo del historiador no se encontraba en la erud1c1ón s1110,JUStamenle ria-problema afirma, por el contrario, que es el propio historiador "el que da a luz los
en la interpretación -tesis que también Henri Berr había planteado al concebir a esa hechos históricos", construyendo junto a sus procedimientos y técnicas de análisis
misma dimensión interpretativa como el elemento que hacía posible transitar de la también los "objetos" y "problemas" que investiga, para obtener al final un conjunto
simple "síntesis erudita" a Ja verdadera "síntesis científica" o histórica-, sería de hipótesis, modelos y explicaciones globales elaborado por él mismo y por lo tanto
radicalizada hasta el final para postular que esa interpretación no era sólo el núcleo o igualmente "sesgado" por su actividad o intervención.
la parte más importante de la práctica histórica o la condición del paso de la erud~ción Entonces, y puesto que no existe una relación pura, aséptica e incontaminada
a la ciencia, sino más bien la esencia general misma y el momento global determinan- entre el historiador y su "materia prima'', el trabajo histórico lleva siempre y necesa-
te de toda la actividad del oficio de historiador. riamente la marca de sus constructores. Condicionamientos que comienzan con la
Porque si las posturas historiográficas anteriores veían a la interpretación co"'.o propia determinación "epoca!" del historiador-lo que Bloch recordaba con el célebre
un momento siempre ulterior al proceso o trabajo de erudició~, y en consecuencia proverbio de que los hombres son tan hijos de su propio tiempo como lo son de sus
como un corolario, remate o incluso como un momento culminante del ejercicio mismos padres-, que le dictan parte de los criterios de la elección de sus problemas y
historiográfico, los Annales invirtieron de raíz esta tesis proponiendo que la interpre- que alcanzan hasta las singularidades mismas de su biografía o itinerario personal,
tación fuera el punto de partida de la invastigación histórica, haciéndose presente, llevando a unos a interesarse en la cultura o en la política y a otros en la economía o en
además, a lo largo del trabajo y actividad del historiador. . . . el conflicto social, pasando sin duda por los derivados del origen y de la posición de
y de ahí la denominación de "historia-problema", pues esta tesis 1mpltca que la clase social del historiador, pero también de los efectos producidos por las coyunturas
historia " parte siempre de problemas" que intenta resolver para llegar final~ente a sociales o culturales, por las situaciones generales o por las experiencias colectivas e
nuevas problemáticas. Y, entonces, es claro que "la realidad sólo habla segun .s~ le individuales igualmente vividas.
interroga", y que sólo "se encuentra lo que se está buscando", por lo ~ual la erud1c16n Con lo cual, otra de las funciones esenciales de ese cuestionario, encuesta o
misma depende, directa y esencialmente, de esa inte_rpretación ~r~~1a que se ~las~a problema inicialmente delimitado, es hacer explícitas y conscientemente asumidas a
en las hipótesis, preguntas, interrogaciones y herramientas de anahs1s que el h1_stona- esas sobredeterminaciones específicas del historiador. Limitaciones que, por lo de-
dor tiene dentro de su cabeza en el momento inicial en que acomete el tratamiento Y más, no conducen a un relativismo absoluto de los resultados historiográficos, tan
examen de sus fuentes y de sus distintos materiales históricos. caro a las recientes posturas posmodemas en la historiografia, sino más bien al reco-
Por eso, toda investigación histórica comienza con la definición de una "e~cues­ nocimiento elemental de que toda verdad histórica -como toda verdad en general- es
ta", de un "cuestionario" determinado que implica una posición frente al tema a mves- relativa y que, por tanto, el progreso del conocimiento histórico -como, por lo demás,
66 . Carlos Antonio Aguirre Rojas

todo progreso real- no es simple, lineal, acumulativo e irreversible, sino más bien todas las ciencias sociales, transformaciones y avances cuyo final no se distinguen
complejo, lleno de saltos y de retrocesos, de múltiples líneas y ensayos, y sólo ascen- aún dentro del horizonte. Por eso, como Marc Bloch reclamaba, la Historia "en tanto
dente desde la perspectiva más global de su curva última y más general. empresa razonada de análisis" es todavía una ciencia que vive su periodo de infancia,
Un cuarto paradigma de esta historia promovida por los Annales en su etapa de reproduciendo constantemente nuevos descubrimientos y nuevos hallazgos para su
1 1929 a 1941 , es el de la historia abierta o en construcción. Porque si el nuevo modo de compleja edificación.
r, historiar que se reivindicaba era comparatista, global y problemático, es claro que el Tal vez por eso no logra cerrar del todo y definitivamente su combate contra las
proyecto se remontaba a la segunda mitad del siglo XIX, a la fecha de nacimiento y formas de historia que le han precedido, y con las cuales ha roto de manera radical.
desarrollo del marxismo original, y a mucho menos tiempo si sólo se consideran los Pues al no alcanzar a consolidar totalmente, ·dada la magnitud de la empresa, ese
ámbitos académicos y universitarios de afirmación de la historiografía. Por lo tanto, carácter científico y crítico que la distingue de las historias positivistas, empiristas,
esta historia defendida por esos primeros Anna/es no podía ser más que una historia legendarias, metafísicas y decimonónicas que la preceden, sigue dejando entonces un
joven, en vías de construcción, que se encontraba aún a la búsqueda de la definición espacio historiográfico sin ocupar, en el cual todavía prosperan y sobreviven esas
de sus perfiles más definitivos y fundamentales. historias positivistas, monográficas y puramente narrativas, ya anacrónicas y vacías
En consecuencia, una historia que se dedica permanentemente a descubrir, y de contenido, pero todavía actuantes y activas en vastos dominios de las historiografías
luego a explorar y colonizar progresivamente, los múltiples nuevos territorios que nacionales del mundo entero.
cada generación sucesiva de historiadores le aporta. Una tarea que, como lo ilustra la Finalmente, un quinto paradigma que caracterizó esa revolución en la teoría de
propia trayectoria de la corriente annalista pero también la historia de la historiografía la historia fue el de los diferentes tiempos históricos y de la larga duración. Un postu-
del siglo XX, se ha cumplido a lo largo de los últimos ochenta afios, renovando los lado que, aunque se haya esbozado en algunos de sus puntos esenciales en la obra de
temas y campos de la investigación con cada nueva coyuntura general. Marc Bloch, sólo fue tematizado e incorporado a la perspectiva annalista a través de
De la misma manera que se incorporaron nuevos territorios, también las técni- la obra y los ensayos de Femand Braudel, durante la segunda etapa de vida de la
cas, los procedimientos, los paradigmas metodológicos y los modelos, conceptos Y corriente, que analizaremos en el capitulo siguiente.
teorlas que utiliza, aplica, construye e incorpora esa misma ciencia de la historia se Estos cinco paradigmas conformaron el núcleo duro epistemológico de esta re-
renovaron. Pues desde la técnica del carbono 14 hasta la dendrocronología, desde el volución en la teoría de la historia desplegada por los primeros Annales y consumada
método comparativo hasta el moderno "paradigma indiciario" de los microhistoriadores por los Annales braudelianos, que constituyó el principal aporte general de esta co-
italianos, y desde los modelos del mundo feudal de Pirenne o de Bloch hasta los más rriente a la historiografía del siglo XX, a la vez que el soporte sobre el cual se apoya-
recientes sobre el capitalismo de Braudel ode Wallerstein o los esquemas de historia ron tanto el nuevo tipo de historia económica y social por ellos promovida como
cultural de Cario Ginzburg y de Roger Chartier, la disciplina no ha cesado ni un sólo algunas de sus incursiones igualmente originales y renovadoras en el campo de la
momento de ensancharse, de redefinirse, de profundizarse y de transformarse incluso historia cultural-abusivamente rebautizada después como historia de las "mentalida-
radicalmente, para dar cabida y espacio de desarrollo a todo ese conjunto vasto y des"-, pero también todo el rol de profunda transformación que jugaron esos Annales,
enorme de innovaciones técnicas, mefodológicas y epistemológicas diversas. sucesivamente, dentro de la historiografia francesa, luego mediterráneo-europea y la-
De este modo, y a través de este paradigma de una historia en construcción, los tinoamericana y finalmente europea y del mundo occidental en general.
Annales de la primera época asumieron radicalmente el carácter inicial y necesaria- Una revolución que fue el fruto directo de la compleja y rica colabqración entre
mente inacabado del proyecto de una ciencia histórica, atributo que no sólo explica Marc Bloch y Lucien Febvre, pero también del equipo de primeros miembros del
esa permanente mutación y renovación que la historiografia contemporánea ha cono- comité de redacción y de colaboradores cercanos del proyecto, tales como el sociólo-
cido en la última centuria, sino que también permite pronosticar acerca del futuro go durkheimiano Maurice Halbawchs -de clara filiación socialista-, Henri Hauser -
inmediato de la misma: está todavía lejos, como dijo alguna vez con un poco de ironía primer titular de la cátedra de Historia Económica de la Sorbonne y buen conocedor
Femand Braudel, el momento en que habremos encontrado "la buena ciencia" de la de Marx- o Georges Lefebvre y Emest Labrousse, ambos estudiosos de la Revolución
historia, su "forma definitiva", el espacio por fin abarcado de su inmenso territorio, francesa e impactados fuertemente por el pensamiento marxista, etc.
las "buenas técnicas" y los "buenos métodos" finalmente establecidos de sus investi- Proyecto colectivo profundamente innovador y revolucionario, que comenzó a
gaciones. gestarse inmediatamente después del fin de la Primera Guerra Mundial y germinaría
Por el contrario, si la Historia posee el espesor mismo de lo humano, a lo largo lentamente para concretarse sólo en 1929, cerrándose luego en 1941 con la difícil
del tiempo su progreso sigue y seguirá avanzando con los cambios y desarrollos de ruptura entre Marc Bloch y Lucien Febvre en la primavera de ese año.
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/ 68 Carlos Antonio Aguirre R.ojas La "Escuela" de /oJ Annales 69

La difícil disputa entre Marc Bloch y Lucien Febvre en torno a la decisión de conti- colaboración intensas y orgánicas entre Bloch y Febvre que animó a esa propuesta
nuar o no la publicación de los Annales ha sido retomada varias veces por distintos entre 1929 y 1941 , e iniciándose una larga transición que sólo concluiría en 1956.
estudiosos, y con mucha mayor intensidad en la última década. Luego de que el pro- ¿Qué es lo que explica esta profunda divergencia entre los dos directores de los
pio Lucien Febvre la abordara en 1945, y de que la misma resurgiese hace casi 20 Annales, que llegó a la clausura del proyecto iniciado más de doce años atrás y hasta
años en las interpretaciones deAlain Guerrau y de Josep Fontana, con los trabajos de la transfonnación radical de los Annales de un proyecto vivo, colectivo, revoluciona-
los últimos 1O años dedicados a la historia de los Annales esta disputa o ruptura se ha rio en la teoría de la historia y constantemente innovador, en una revista redactada
vuelto el motivo de una viva controversia, en la que se reflejan las muy· distintas considerablemente sólo por Lucien Febvre, y en donde la colaboración de Marc Bloch
interpretaciones sobre esa encrucijada esencial de los destinos de Annales pero tam- ya no era más que completamente marginal y episódica? ¿Y cómo se vincula esta
bién, de modo general, las muy diversas evaluaciones globales de ese mismo itinera- ruptura del tándem "Bloch-Febvre" con la historia previa de los propios Anna/es, y
rio annalista. más allá, con los itinerarios intelectuales globales tanto de Marc B loch como de Lucien
Se trata, sin duda alguna, de un momento decisivo dentro de la historia general Febvre?
de la corriente. Pues la resolución no era menor o sin consecuencias: luego de la toma Las investigaciones más recientes que hemos evocado nos han mostrado clara-
de París por los nazis, y de la ocupación de la mitad del territorio de Francia, el mente que esta discrepancia radical de 1941 no había sido, ni mucho menos, la prime-
decreto del 3 de octubre de 1940 sobre el estatuto de los judíos les prohibía participar ra entre las dos principales cabezas de los Anna/es fundadores, divergencia que puso
en la redacción, y obviamente en la dirección, de cualquier publicación de carácter en crisis un proyecto de colaboración armónico y permanente entre ambos. Por el
periódico. Marc Bloch era codirector, con Lucien Febvre, de los entonces llamados contrario, esa disputa de 1941 no era más que el último eslabón -aunque también el
Annales d'Histoire Socia/e, lo cual los colocaba frente al riesgo de ser calificados más profundo y significativo- de una larga cadena de constantes tensiones, crisis y
como una empresa judía, y suspendidos por este motivo. oposiciones, más o menos abiertas, más o menos veladas que caracterizó a la historia
La disyuntiva, entonces, era clara: suspender temporalmente su publicación, como entera de esta primera generación.
lo hizo por ejemplo la Revue de Synthese dirigida por Henri Berr, o continuar publi- Porque si bien es claro que Bloch y Febvre estaban de acuerdo en lo esencial -en
cando los Anna/es al precio de suprimir el nombre de Marc Bloch de la cubierta de la cuanto al combate contra la historia positivista, en tomo a la necesidad de revalorizar
revista y de someter a esta última a las condiciones impuestas por la nueva situación y relanzar en Francia y en ciertas partes de Europa a la historia económica y social, y
determinada por los nazis . Es sabido que Marc Bloch se inclinó por la primera salida, respecto a la urgencia de ayudar a promover y construir una urgente renovación radi-
considerando a la segunda como una "abdicación" y como una posible "deserción, en cal de los estudios históricos de su época-, también es cierto que estas tareas concebi-
· alguna medida". En cambio, Lucien Febvre veía las cosas de un modo diametralmente das en común eran vistas, por ambos historiadores, desde percepciones historiográficas
opuesto, y consideraba a la posición de Bloch como "una de esas actitudes negativas que e.n el fondo eran bastante distintas. Posturas encontradas que explican, entonces,
que siempre he odiado, amparadas en uno de esos 'mitos de pur~za' cuyas ruinas no se la mutua oposición respecto de sus proyectos intelectuales individuales, de sus distin-
registran en la historia", defendiendo entonces la postura de continuar la publicación tas iniciativas culturales e incluso en relación con sus resultados de investigación
aún bajo las condiciones ya señaladas. Así, mientras Febvre afirmaba que los Annales principales.
debían proseguir, pues no eran sólo una revista sino "un poco de ese espíritu eterno Así, es sabido que Febvre se autorreprochó, al final del primer año de vida de los
que debe ser salvado", y enfatizaba que la muerte de los Annales sería "una nueva Anna/es, su "semiabstención" y limitada participación dentro de la empresa, recono-
mue1te para mi país", Bloch consideraba, en cambio, que la supervivencia de la revis- ciendo a la vez el rol más protagónico de Bloch en este arranque inicial del proyecto
ta en las circunstancias descritas sería "una concesión, que moralmente es más que y criticando muy abiertamente las consecuencias de este papel sobre los perfiles de la
cruel", que "la experiencia, creo, la condena". revista. También ha sido señalado el hecho de que mientras Bloch se comprometió de
Finalmente, prevaleció el punto de vista de Lucien Febvre y los Anna/es siguie- lleno y casi exclusivamente con el emprendimiento, Febvre, en cambio, soñaba con
ron editándose, con grandes dificultades y enormes irregularidades pero sin interrup- fundar otra revista paralela de "historia de las ideas", a la vez que continuaba con una
ción, durante toda la Segunda Guerra Mundial. Entonces, con esta radical confronta- colaboración importante dentro de la Revue de Synthese de Henri Berr y de la Revue
ción de posiciones en torno al rol social y al destino mismo de la revista, en las cir- d 'Histoire Moderne.
cunstancias límite de esa primavera de 1941 en la Francia ocupada, se cerró definiti- También es sabido que con el desplazamiento de Febvre a París en 1933 -movi-
vamente el proyecto colectivo de los primeros Annales, cesando el intercambio y miento que incluyó al secretario de la revista-, se produjo no sólo una separación y
distanciamiento fisicos sino también intelectuales de los directores de Annales. Igual-
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70 Carlos Antonio Ag11irre Rojas La 'fa.,/a" Jdu Annal" 71 ., 1

mente, y en esta misma vía, es conocida la suspicacia de Marc Bloch frente al proyec- cación de las dos respuestas existenciales e intelectuales que se opusieron en el debate
to febvriano de la Encyclopedie Fram;aise, y luego frente a los colaboradores cerca- de 1941 en tomo a la continuación o no de la publicación de la revista.
nos de Febvre como Lucie Varga o Fernand Braudel, recelo que en el otro extremo se Así, mientras Lucien Febvre había nacido en Nancy en 1878, como hijo de un
reproducía también, por ejemplo, en la abierta oposición de Febvre a la candidatura modesto profesor de Liceo, Man: Bloch era en cambio ocho afios más joven, habien-
de Bloch para la sucesión de la dirección de la École Norma/e Supérieure en 1938. do nacido en 1886 y teniendo como padre a Gustave Bloch, que terminó siendo un
Un conjunto de reiteradas y no poco importantes divergencias y oposiciones reconocido profesor en la Universidad de la Sorbonne. Al mismo tiempo, y junto a
intelectuales, que se reproducía también en la mutua evaluación crítica y hasta un estas pequefias diferencias de edad generacional, de origen social y de status inicial
poco negativa de Febvre respecto a La sociedadfeudal de Bloch, y de este respecto dentro del mundo académico, se agrega el hecho de que se trataba de temperamentos
del libro febvriano la religión de Rabelais. El problema de la incredulidad religiosa o personalidades también diferentes: Lucien Febvre es recordado como un hombre
en el siglo XVI. Una relación compleja y multifacética, desplegada en los años l 930s. más bien sociable, expansivo y capaz de fuertes arranques emotivos que, abierto siempre
bajo la forma de esta permanente dialéctica de profundos acuerdos y de no menos al diálogo con los otros, habría funcionado un poco como el "banquero de ideas" de
hondos desacuerdos, que al mismo tiempo que explica la excepcional riqueza y su generación. Un hombre de una curiosidad intelectual despierta casi frente a cual-
multidimensionalidad de ese proyecto de los primeros Annales, configura también un quier incitación exterior, que era capaz de escribir hasta veinte o treinta páginas de un
primer escenario necesario para la radical ruptura de 1941. texto por día, desarrollando su razonamiento en múltiples direcciones con una liber-
Porque esos Annales de 1929- 1941 a los que Fernand Braudel calificó como tad y audacia intelectual considerables. En el otro extremo, en cambio, Marc Bloch ha
"los Annales más brillantes, los más inteligentes, los mejor conducidos y los más sido caracterizado como una personalidad más reservada y austera en la expresión de
innovadores de toda su larga serie" fueron, entonces, el fruto de un delicado equili- sus emociones, y de acceso más difícil para entablar con él una relación de tutoría o de
brio establecido durante casi veinte afios entre dos personalidades intelectuales fuer- colaboración intelectual. Un investigador que concentraba su atención en ciertos cam-
tes, que si bien compartían en profundidad una serie de objetivos y de intenciones pos bien definidos de estudio, que reescribía y corregía hasta tres y cuatro veces sus
comunes, también diferían estructuralmente en torno al sentido global que le asigna- manuscritos, desarrollando una argumentación más rigurosa y sistemática de los te-
ban al proyecto historiográfico, así como respecto al rol social que consideraban de- mas que abordaba.
bía jugar la revista en general. Dos temperamentos nítidamente opuestos que no sólo se proyectaban en estas
Del mismo modo que la irrupción de la Segunda Guerra Mundial había repre- distintas actitudes intelectuales y en esos también diversos estilos de trabajo, sino que
sentado la ruptura de la tensa situación de fuerzas existente entre las distintas poten- se acompañaban además, y esto es tal vez el elemento fundamental de nuestra argu-
cias y naciones europeas, había roto ese complejo equilibrio, por demás fructífero y mentación, de dos itinerarios intelectuales generales que marcharon igualmente por
excepcionalmente productivo, que se había establecido entre estos dos "hermanos senderos completamente contrapuestos.
enemigos" --como los calificaron algunos de sus adversarios-que fueron Marc Bloch Pues, cuando observamos globalmente el itinerario intelectual completo de Lucien
y Lucien Febvre. Febvre, resulta claro que ha transitado desde una posición de compromiso y hasta de
Armonía generadora de múltiples resultados intelectuales importantes y mutua- activa participación en los medios semi-proudhonistas y semi-jauresianos del socia-
mente enriquecedora, que si bien había sido la plataforma de construcción del tándem lismo francés de principios del siglo -que se ha plasmado tanto en los más de treinta
Bloch-Febvre de los años 1930s., fue posible sólo en el verdadero punto de cruce de artículos periodísticos publicados en el diario le Socialiste Comtois, como en su tesis
dos itinerarios intelectuales que marchaban por senderos diametralmente opuestos, de doctorado sobre Philippe 11 et la Franche Comté-, hacia otra postura que se aleja-
actualizando filiaciones y tradiciones intelectuales netamente diferenciadas y orien- ba cada vez más de las influencias del socialismo y del marxismo, y que oponiéndose
tándose en lógicas de sentidos igualmente contrapuestos. o diferenciándose claramente de ellos llevaba a Febvre a insertarse en un proceso de
Porque si la ruptura de 1941 se explica en primer lugar por las circunstancias progresiva consagración académica y de una actitud cada vez menos comprometida
inmediatas que ya hemos aludido, y en segundo término por esa tensión y conflicto con las circunstancias políticas inmediatamente vividas. Proceso cuyas estaciones prin-
permanentes que recorren la historia entera de estos primeros Annales del periodo cipales fueron su entrada en el College de France, su vinculo con Anatole de Monzie
1929-1941, su causalidad más profunda nos remite, en cambio, a las dos curvas globales y el proyecto de la Enciclopedia Francesa y finalmente su postura respecto a los
de las diversas trayectorias biográfico-intelectuales de Marc Bloch y de Lucien Febvre. Annales en 1941.
Dos recorridos que, en su evidente contraposición, nos dan también la clave de expli- En el otro lado, el itinerario intelectual de Marc Bloch aparece como
simétricamente opuesto. Partiendo de una posición solamente liberal y progresista,
Carlos A11to11io Ag¡¡irre Rqjas La "E¡cue/a" de /o¡ Annales 73

que Bloch mantuvo durante la Primera Guerra Mundial y que se reflejaba claramente concesiones de las lecciones y de las implicaciones que dicha vivencia conllevaba.
en sus Écrils de guerre 1914-1918 recientemente publicados, se fue acercando pro- Dos posturas diversas que nos proporcionan, de un lado, una concepción mucho más
aresivamente a Marx y al marxismo -lo cual se expresa en su trabajo en el campo de anclada en la tradición y en la historia previa de Francia y de Europa, que miraba a la
ia historia económica y social- paralelamente a una creciente radicalización de sus guerra sólo como un trágico paréntesis efímero de una situación de normalidad y de
posturas políticas, cada vez más a la izquierda y a una también más aguda conciencia esencial continuidad, que sería mantenida por Lucien Febvre; mientras, del otro lado,
de la necesidad de comprometerse con su presente y con su circunstancia específica. nos coloca frente a una visión diferente, mucho más volcada hacia el futuro incierto
Un itinerario jalonado por los sucesivos fracasos en las tentativas de ing~eso al Col/ege de esa misma Europa y del hexágono francés, que se interrogaba respecto a la revolu-
de France y por el fallido intento de acceder a la dirección de la Eco/e Norma/e ción profunda creada por el conflicto bélico y al mejor modo de hacerle frente de
Supérieure que, originados en parte en el racismo y antisemitismo rein~ntes, se extre- inmediato, para ir preparando a la "nueva Francia" y a la Europa del mafiana, visión
maron profundamente luego del estallido de la Segunda Guerra Mundial. mantenida claramente por Marc Bloch.
Marchando así, Febvre desde una posición socialista y de izquierda hacia una Esto nos aporta nuevos elementos de comprensión de las razones profundas que
posición más de centro, y Bloch desde una postura de centro izquierda hacia otra más explican esa discrepancia difícil, y no resuelta sin graves consecuencias, que fue la
radical y de izquierda, se ha producido ese punto intermedio de encuentro que fue el ruptura de la primavera de 194 i entre Marc Bloch y Lucien Febvre.
proyecto colectivo de los primeros Annales entre 1929 y 1941. Pe~o. con la_ guerra Pero también, y en un plano más referido a la evolución interna de la corriente
vino la ruptura de la normalidad anterior y la agudización de las pos_1c10nes diversas, de los Annales, lo que esa confrontación de 1941 revela es la coexistencia, dentro del
y entonces Bloch y Febvre se opusieron radicalmente ~n sus evaluac1o~es de cóm~ se proyecto colectivo de los afios 1929-1941, de dos claras líneas de filiación intelec-
debía reaccionar frente a esa guerra y sus efectos, denvando de esos diferentes diag- tual, encamadas una vez más por ambos directores de Annales. Por un lado, una tradi-
nósticos también distintas soluciones al problema de la publicación o no de los Anna/es. ción intelectual que desde Marc Bloch se conectaba directamente con la obra de Henri
Pues una vez estallado el conflicto, volvió a manifestarse esa divergencia es- Pirenne y un poco más atrás con los trabajos de Karl Lamprecht, tradición volcada al
tructural de las dos líneas de evolución profunda seguidas por nuestros dos historia- estudio de Ja rama de la historia económica y social, que reivindicaba como central al
dores. Bloch se enroló voluntariamente en el Ejército y se esforzó por ser "útil" a su método comparativo y a las dimensiones interpretativas del oficio de historiador y
patria en el propio frente, asumiendo que la situación había cambiad~ radicalmente Y que mantenía una perspectiva más cosmopolita dentro de la investigación. Del otro
concluyendo que el único modo de resistir al enemigo era combatJrlo -<le manera lado, la tradición encamada por Lucien Febvre, cuyo antecedente directo era Henri
teórica y Juego práctica- trabajando allí, luego pasando a 1~ zon~ no oc~pada Y final- Berr, mucho más concentrada en los temas de la historia cultural, de la historia de las
mente enrolándose en Jos Movimientos Unidos de la Resistencia; Luc1en Febvre se ideas, de la historia religiosa o de la historia de la ciencia, preocupada por el diálogo
acogió, en cambio, a su derecho de no ser llamado a las filas ~c~ivas del fre~te, d~ci­ de la disciplina histórica con las otras ciencias sociales y por privilegiar también el
diendo permanecer en París aún bajo la ocupación nazi y conc1~1endo la contmuac16n paradigma de la "historia-problema", centralizando más sus perspectivas dentro del
tenaz y mantenida del conjunto de sus actividades "non:nal~s" -sus cursos en el Cole- hexágono francés y en las visiones más "francesas" de los distintos problemas.
oio de Francia la escritura de sus libros y también la pubhcac16n regular de los Anna/es- Dos filiaciones o tradiciones otra vez diferentes, que explican también la exis-
~omo el únic~ modo eficaz de resistir al enemigo, frente al cual el codirector más tencia de dos modelos de historia cultural -o como se le intentó llamar después,
viejo se negaba a aceptar o a asumir del t~do las nuevas condici~nes d~ op~esión. extrapolando abusivamente un término que Lucien Febvre había utilizado en ocasio-
Enfrentando de maneras completamente discordantes una misma s1tuac1ón, Marc nes, aunque no exclusivamente, y al que Bloch criticaba duramente, como el de "his-
Bloch y Lucien Febvre daban curso a la clara diferenda q~e dividiría a muchos de sus toria de las mentalidades"- completamente distintos, desplegados uno por Marc Bloch
compatriotas franceses durante la Segunda Guerra Mun~1~l, que co~ocaba a unos en en Los reyes taumaturgos, y el segundo por Lucien Febvre sobre todo en La religión
posición de negarse a aceptar la situación directamente v1v1da, rebelandose contra los de Rabelais. El problema de la incredulidad religiosa en el siglo XVI. Dos esquemas
cambios que implicaba la ocupación alemana e intentando mantener a ~oda ~?sta su de historia cultural, mal llamada "de las mentalidades" que fueron, en el caso de Bloch,
anterior "normalidad" -en el convencimiento de que se trataba de una s1tuac1on sólo un estudio más sociológico y globalizante de todos los estratos presentes que compo-
temporal y no definiÚva-, mientras los otros reconocían que después ~e esta ocupa- nían, en un palimpsesto de elementos de muy diversa duración temporal y de muy
ción y de esta guerra nada permanecería igual que antes, y que la Francia Y la ~uropa distintos orígenes, a las creencias populares y a los sentimientos colectivos que se
que saldrían de esta experiencia radical y traumática debía~ comenza; ~ ~ons~i:uJrse ~e condensaban en ciertos ritos de las monarquías inglesa y francesa de los siglos Xl-
inmediato, a través de la oposición práctica y activa y mediante el anahs1s cnuco Ysm XVIII, y en el de Febvre, sobre todo una radiografía crítica de los elementos que
74 Carlor Antonio Ag11irre Rojar

conformaban al "utillaje mental" de los hombres de la Francia del siglo XVI. Dos
acercamientos a la historia cultural que, en contra de las opiniones más ampliamente
difundidas, no fueron recogidos, ni prolongados, ni recuperados por la tercera genera-
ción de los Annales, encontrando más bien a sus verdaderos continuadores o herede-
ros en ciertos trabajos de Michel Foucault, el de Febvre, y el de Bloch en las obras de
Cario Ginzburg.
Tradiciones historiográficas divergentes, que se revelan también en los muy di-
versos circuitos de relaciones académicas y en los muy diferentes espacios de difu-
sión de las obras de Marc Bloch y de Lucien Febvre. El primero, vinculado a la red de
sociabilidad intelectual de los historiadores económicos europeos de aquellos tiem-
pos, lo cual le daba a Bloch corresponsales permanentes en Inglaterra, Noruega, Ale-
mania, Estados Unidos, Espafia e Italia, y que explica también la significativa difu-
sión internacional de sus trabajos y su reputación en escala europea y un poco más
allá, como un gran medievalista e historiador económico francés de primer nivel. El
segundo, en cambio, más vinculado a una red de sociabilidad parisina y francesa, que
le permitió a Lucien Febvre participar de manera protagónica en una cierta cantidad
importante de empresas culturales francesas -como la dirección de la Enciclopedia,
la participación en el directorio del CNRS, la creación de la VI Sección de la École
Pratique des Hautes Études o la representación de Francia en la UNESCO, entre
otras- a partir de una circulación menos internacional de sus trabajos y de una reputa-
ción mucho más difundida dentro de Francia como uno de los más importantes histo-
riadores de la primera mitad del siglo XX.
Lineas de filiación historiográfica separadas y heterogéneas que han logrado,
sin embargo, coincidir en los afios 1930s. y cuya síntesis compleja ha construido esa
riqueza excepcional y ese brillo particular que caracteriza a esos primeros Annales de
1929-1941. Slntesis que no sobrevivió a la ruptura de este último año, lo cual no
invalida el hecho de que esas dos tradiciones habrfan todavía de jugar un cierto rol
importante, tanto en la etapa de los Annales febvrianos de transición como en el perio-
do de los segundos Annales braudelianos.

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