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Índice

1.
2.
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4.
5.
6.
7.
8.
9.
10
1.
La nieve que cayó hace unos dı́as fue el ú ltimo saludo del invierno. Las
campanas de viento contenı́an el calor de la primavera, y el sol se
alargaba. Los que no sentı́an mucho frı́o no usaban abrigos de piel. El
prı́ncipe, que vestı́a un abrigo suelto, estaba ocupado leyendo el
Sangmun.
Ultimamente, el padre ha estado ocupado. Originalmente, tenı́a un
horario má s apretado, pero se volvió aú n má s ocupado cuando la orden
de cantar de Yebu relacionada con la veneració n del Prı́ncipe Soseong
se superpuso. Incluso despué s de un dı́a tan ajetreado, todavı́a habı́a
mucha confusió n sobre Chujon.
Fue el myoho el que pudrió la cabeza del prı́ncipe heredero durante el
procedimiento de eutanasia. No hubo muchos problemas para decidir
la hora. Yebu acordó por unanimidad designar un condado para honrar
el buen corazó n del prı́ncipe Soseong. El problema era Jongho. Era una
cuestió n de aguda divisió n en cuanto a si usar la clave o la especie. No
habı́a nada diferente en ser un niñ o pequeñ o.
En los primeros dı́as de la fundació n del paı́s, se levantaba una campana
al emperador que lograba la legitimidad y se entregaba un tributo al
emperador que resistı́a la rebelió n o la oposició n. Sin embargo, la
tendencia actual era rendir homenaje al rey que tenı́a logros en el paı́s y
honrar al rey que gobernó el paı́s con virtud.
En los ú ltimos añ os del rey Seonhwang, lorecieron las artes y la
mú sica, y este logro perteneció al prı́ncipe Soseong. La salud original de
Seonhwang no era muy buena, por lo que despué s de que el prı́ncipe
Soseong cumpliera 16 añ os, le con ió la mayor parte del gobierno. Los
ministros que defendieron a Hyeonjo apoyaron estos hechos.
Por otro lado, los ministros que abogaron por Hyeonjong argumentaron
que el Prı́ncipe Soseong era un conocido heredero como el segundo hijo
del Rey Seonhwang y tenı́a virtud, por lo que era apropiado levantar su
tumba como Hyeonjong. Ambos argumentos eran razonables, por lo
que el prı́ncipe tuvo que sufrir discutiendo con los ministros durante
varios dı́as.
“Espero que llegue a una conclusió n hoy… ”
El prı́ncipe apretó la barbilla y murmuró . Lee Shin-woo, quien sufrió
con el prı́ncipe cuando este sufrı́a, tambié n asintió para expresar su
consentimiento. Fue el má s ocupado entre los tres miembros del club
cheomsa para encontrar textos para publicar en el poema en estos dı́as.
“De esa manera, incluso en el sentido de humillació n, puedo decidir
rá pidamente el camino”.
Al escuchar las palabras cansadas, Yeon-oh inconscientemente acarició
su cuello. Como han pasado unos dı́as desde entonces, las huellas de las
manos han desaparecido y solo queda un hematoma amarillo, y no hay
dolor.
“¿Qué crees que es adecuado para el servicio postal?”
Preguntó el prı́ncipe, doblando la puerta. Actuó como si nada hubiera
pasado hace unos dı́as. Al principio, parecı́a que iba a decir algo, pero
como si nada le hubiera pasado a Yeon-oh, el Prı́ncipe Guja hizo lo
mismo. Entonces, los eventos de ese dı́a se convirtieron en un secreto
entre nosotros dos.
“No es una hazañ a que se logró al ascender al trono, pero considerando
que el ocho por ciento de los logros del emperador Seonhwang en sus
ú ltimos añ os pertenecieron al prı́ncipe Soseong, ¿no serı́a apropiado
levantar el mausoleo como Hyeonjo? ”
Yeon-oh apartó mis pensamientos y publicó primero la respuesta en
Xiamen del prı́ncipe. En estos dı́as, Jo tiene prioridad sobre los
sirvientes, por lo que aquellos que no saben pensará n que aquellos que
dicen ser Hyeonjo son para el Prı́ncipe Soseong. Pero la verdad era
diferente. Seungsang insistió en Hyunjo.
Si el prı́ncipe heredero Soseong pone una lá pida mortuoria en Jongmyo
como la tumba de Hyeonjong, el emperador que ascendió al trono con
esa lı́nea no puede tener la tumba del sirviente. Eso serı́a insoportable
para el Emperador. No habı́a forma de que los monjes desconocieran la
disposició n del emperador que estaba obsesionado con la legitimidad.
Ya fuera Hyeonjo o el Rey Hyeonjong, no tenı́a nada que ver conmigo,
ası́ que Yeon-oh siguió dó cilmente la voluntad de la familia.
“okey. Sin embargo, si los logros del prı́ncipe Soseong se centran en no
ascender al trono, no está mal levantar su tumba como Hyeonjong
sobre la base de que es el hijo mayor del emperador Seon”.
El prı́ncipe parecı́a estar feliz con Hyeonjong. No podı́a entender por
qué seguı́a tratando de tocar la legitimidad del emperador. Cuanto má s
desventajoso era, má s era el feto.
“Es bueno ver diferencias de opinió n incluso entre tú y yo hoy”.
p yy y
El prı́ncipe, que predijo a la ligera la situació n de hoy, se puso de pie.
Hoy fue el dı́a en que la emperatriz viuda entró al palacio antes de la
reunió n con los Yebu, y el emperador ordenó que se reunieran todas las
familias imperiales.
El tributo del prı́ncipe Soseong aú n no se habı́a realizado, pero desde
que se decidió que ası́ serı́a, Yunbi, quien era su manutenció n, ya era
emperatriz viuda. Incluso si se dijo que la ceremonia se llevó a cabo
despué s de que se honró al prı́ncipe heredero Soseong, era imposible
dejar a la emperatriz viuda fuera del palacio. El Emperador ordenó a la
Emperatriz Viuda ingresar al palacio con modales formales, al menos
en breve, y hoy fue el dı́a en que ingresó al palacio despué s de
completar todos los trá mites.
La emperatriz viuda permaneció en la familia real durante los ú ltimos
diecisé is añ os y no dio un solo paso, ni permitió visitas. Ha pasado los
ú ltimos añ os completamente aislada de su madre, una cargadora. Por lo
tanto, la mayorı́a de la gente sentı́a curiosidad por ella.
Una mujer a la que se le prometió un futuro para vivir como la mujer
má s noble, pero cayó al abismo despué s de perder a su marido y a su
pequeñ o hijo uno tras otro. Yeon-oh tambié n sentı́a curiosidad por ella.
¿Qué tipo de corazó n debe haber perseverado a travé s de los largos
añ os de vida?
“vamos. Pronto será hora de que la emperatriz viuda entre al palacio”.
Cuando el prı́ncipe se levantó , la corte real arregló su ropa. Solo
despué s de que la ropa holgadamente drapeada estuvo ordenada, el
prı́ncipe partió .
El horno que transportaba a la emperatriz viuda entró por la puerta sur,
donde solo podı́a entrar el emperador. Mientras el palanquı́n bajaba
con cuidado el palanquı́n, la corte real trotó y apoyó a la emperatriz.
Cuando apareció , todos los miembros de la familia imperial y los VIP se
inclinaron.
“Nos vemos, emperatriz viuda. Disfruta mil añ os.”
“Todos, despierten”.
Su voz era suave y poderosa. Cualquiera que escuchara la voz de la
emperatriz viuda no hubiera pensado que llevaba diez añ os encerrada
en la monarquı́a. El prı́ncipe, que estaba de pie junto a la emperatriz,
estaba ocupado mirando hacia arriba, preguntá ndose si era
sorprendente que la mujer blanca, a quien nunca habı́a conocido antes,
usara una tú nica má s hermosa que la de su madre.
“Empression, ¿no fue un inconveniente venir aquı́?”
“¿No es esta una mujer enviada por el propio emperador? ¿Có mo
podrı́a ser incó modo? Ademá s, abre la puerta sur para Bonhoo. Es
simplemente vergonzoso”.
“No es nada comparado con los añ os que ha sufrido la emperatriz
viuda. Vamos, tomemos un trago. La emperatriz te llevará al palacio. Te
alojará s en el Palacio Yeongsugung. Es el lugar má s tranquilo y hermoso
de mi palacio.
Se suponı́a que el palacio principal de la emperatriz viuda era el Palacio
de Jianing, pero el emperador cedió otro palacio. Aunque fue grosero,
sonrió suavemente con los ojos cerrados.
“Tomé esta decisió n porque parece que Yeongsugung serı́a mejor para
la emperatriz viuda, que ha estado viviendo tranquilamente, que
Janyeonggung, pero si no quieres… ”
“está bien. Emperador. De cualquier manera, sı́ importa”.
La emperatriz viuda, que se calló , todavı́a miraba a su alrededor con
una sonrisa en su rostro.
“Los ú ltimos diez añ os en conmemoració n de mi suegro parecı́an poco
tiempo, pero al verlo de frente, no parece que haya sido solo un corto
perı́odo de tiempo. Al ver que Geum Ok-yeop de la parte sur de Hanam
se convirtió en el maestro de la guerra civil aquı́ y vio a dos niñ os y al
Prı́ncipe Heredero que solo tenı́a tres añ os. El tiempo se detuvo
despué s de verlo, sı́.”
A primera vista, parecı́a estar lleno de emoció n, pero los labios no
sonreı́an. Se movió suavemente, cubriendo su boca con una lı́nea
tangente. El lugar donde llegaron sus pasos estaba frente al prı́ncipe. El
prı́ncipe se arrodilló e inclinó la cabeza.
“Despierta, papi”.
“Sı́ mamá .”
“Premio, ¿no me guiará s?”
El emperador ordenó a la emperatriz que se convirtiera en emperatriz.
Incluso despué s de escuchar esto, la emperatriz viuda le pidió al
prı́ncipe heredero que cuidara de é l. Fue un desprecio por la
consideració n del emperador. Todos miraron a los ojos del Emperador.
“El Emperador, estoy agradecido por la consideració n del Emperador,
pero considere el deseo de Bonhoo de pasar tiempo con su sobrino. Si
el prı́ncipe tiene que irse, ¿por qué no seguir a Heegang junto a é l? Es
un niñ o ocupado sirviendo al prı́ncipe, ası́ que si no es ası́, ¿cuá ndo
podrá Bonhoo tener una larga conversació n con Heegang?
A la Emperatriz no le importó si se dieron cuenta o no, y continuó
hablando. Mientras la emperatriz viuda hubiera llegado tan lejos, el
emperador no tenı́a motivos para recomendar má s, incluso si su
plantació n estaba dañ ada. En primer lugar, no era algo que pudiera
obligarse, y fue el emperador quien primero bajó el Palacio Yeongsu a la
emperatriz viuda y lo trató con rudeza.
“… La emperatriz viuda debı́a estar viendo a su sobrino por primera vez
en diez añ os, pero Jim no podı́a entenderlo. No lo haces Por favor, cuide
bien al Prı́ncipe Heredero y a la Emperatriz Viuda en el palacio”.
“Yo haré eso, Boo”.
Finalmente, se concedió el permiso del emperador. Fingı́ estar decidido
en el exterior, pero cuando pisotearon mi consideració n, no habı́a forma
de que el emperador se sintiera bien. Desapareció con la familia
imperial y otras concubinas a excepció n del prı́ncipe, diciendo que Lee
Man estaba ocupado con los asuntos del gobierno y tenı́a que irse. El
Prı́ncipe Heredero le dijo al Prı́ncipe Heredero que estaba cerca que irı́a
pronto al Palacio Donggung y la envió a su procesió n.
Solo despué s de que sus sellos desaparecieron por completo, la
emperatriz viuda extendió su mano. La gá rgola de za iro se convirtió en
oro a la luz del sol. El prı́ncipe tomó la mano de la emperatriz como si
fuera natural.
“El Palacio Imperial todavı́a está allı́”.
La emperatriz viuda dijo que querı́a caminar hasta el palacio, miró a su
alrededor y comentó .
“El muro es alto y no hay brechas”.
“Es eso ası́. Ni siquiera sé si estoy acostumbrado al palacio o si el muro
es alto ahora. Mamá .”
“Vale la pena. Despué s de verlo, sı́, no sabı́a cuando estaba viviendo”.
No hubo torpeza en la conversació n entre la emperatriz y el prı́ncipe. Si
fuera todo lo que vi cuando era muy joven, ni siquiera lo recordarı́a,
pero ¿có mo podrı́a ser tan amigable?
“De verdad, Padre. Poco despué s de dejar el palacio, escuché que la
madre falleció . ¿Está s bien?”
“Ya fue hace una dé cada. No hay razó n para no estar bien”.
“Es sangre. Incluso si han pasado diez añ os, ¿có mo puedo estar bien?”
Diciendo eso, la espalda de la emperatriz viuda parecı́a manchada de
cicatrices. Era solo mi suposició n, pero parecı́a que se estaba
comparando con perder a su esposa e hijos.
“Tu relació n con tu madre no duró mucho, pero no sabes cuá nta fuerza
me dio cuando estaba desesperada por perder a mi esposo. Tú y tu
madre tambié n. En particular, si tú y tu nieto estuvieran unidos,
balbucearı́an tanto que ni siquiera me darı́a cuenta del paso del tiempo
mientras miraba”.
Las palabras se dispersaron como un suspiro, y el poder entró en la
mano de la emperatriz, que sostenı́a la mano del prı́ncipe. Yeon-oh miró
hacia abajo y abrió mucho los ojos. La cicatriz en el dorso de su mano
era claramente una quemadura, aunque no podı́a verla bien porque
estaba cubierta por sus voluminosas mangas. Las quemaduras
enredadas le dieron un vistazo al pasado, donde casi muere y apenas
sobrevive.
“Visitaré el Palacio Yeongsugung a menudo. Con Lee Pyung”.
“¿Está s hablando de Heegang?”
“Sı́, no puedo evitar la soledad de mamá balbuceando como lo hacı́a
cuando era joven, pero las dos sobrinas lo intentará n de todos modos.
¿Verdad, Lee Pyung?
Yoon Heegang, que me siguió en silencio, levantó la cabeza cuando hice
una pregunta. Era inexpresivo Fue la reacció n opuesta al prı́ncipe
amistoso.
“¿Qué está s haciendo, Lee Pyeong? La emperatriz viuda te está
esperando.
“… Si mamá lo quiere, lo haré ”.
“Por supuesto que no quieres”.
La emperatriz viuda extendió su otra mano libre. Despué s de dudar,
Yoon Hee-kang inalmente tomó su mano. Taehu rió felizmente. Yeon-
oh, que los siguió y los miró , pensó que la emperatriz viuda tenı́a una
a inidad especial por Yun Heegang. No hay nada extrañ o en ser un
sobrino cercano, pero fue má s de lo que esperaba.
“¿Tu hermano está bien?”
“No sé los detalles porque no te veo a menudo, pero segú n las cartas
que van y vienen, parece que sı́”.
Estará ocupado ayudando al prı́ncipe. Ya veo Si está bien, eso es todo”.
Vale la pena culpar a Hwa Joo-hu, que está viviendo en el cargador
despué s de dejar solo a su sobrino, pero en cambio, accedió a su
movimiento.
En la conversació n, Yeon-oh se dio cuenta de que la Emperatriz sı́ vivı́a
en soledad en la familia real sin mostrar brechas a nadie. La solidez que
emana de ella es el resultado de la soledad de la ú ltima dé cada. Ni
siquiera podı́a imaginar cuá nto habı́a que romperlo para que se pusiera
tan duro.
“Por cierto, ¿allı́? A juzgar por los uniformes, parece que es miembro del
Departamento de Cheomsa”.
“Eres un honor”.
La atenció n de la emperatriz viuda se volvió hacia mı́. Como Shin-Woo
Lee no pudo venir porque tenı́a que ir a las ceremonias, la emperatriz
viuda señ aló a Yeon-Oh. Era bueno saber que ella estaba en la misma
escuela secundaria que mi sobrino, por lo que habı́a una pizca de favor
en su rostro.
“Nos vemos, emperatriz viuda. Mi nombre es Cheongshin y Hyeyeonoh.
Tu padre se convertirá en Hanamhu”.
“… ah”.
Por un momento, el rostro de la emperatriz viuda se nubló , pero luego
se aclaró . Era natural que ella se mostrara renuente a interpretar a
Yeon-oh, ya que fue su familia la que ayudó a establecer el status quo
actual.
“Cuando se trata de Hanamhoo… , el auro de la Emperatriz. Me parece
recordar un poco.
“Está .”
“Sı́, por favor cuida bien del prı́ncipe”.
Con los habituales comentarios cliché , retiró la atenció n que le habı́a
prestado a Yeon-oh. Despué s de eso, tuve una conversació n con Yoon
Hee-kang. La emperatriz viuda hizo una pregunta y Yoon Heegang dio
una respuesta.
Si tenı́a tantas preguntas, me preguntaba si habrı́a permitido que mi
sobrino me visitara a pesar de que no estaba recibiendo invitados al
organizar una compañ ı́a. Ademá s, aunque la relació n entre la tı́a y el
sobrino puede no ser su iciente para hacerlos amigos, pensé que se
tenı́an mucho cariñ o por la sangre y la sangre.
No importa qué pensamientos entraron y se fueron en la cabeza de
Yeon-oh, la conversació n entre ellos, que no tenı́an forma de saberlo,
cesó cuando se vio el letrero en Yeongsugung.
“Ya es el Palacio Yeongsugung”.
Un profundo pesar impregnaba la voz de la emperatriz.
“Lleva a Lee Pyong e incluso podemos charlar”.
“no. Feto. Tengo que protestarte. Quiero que mi sobrino haga su trabajo.
¿Dijiste que visitas a menudo? ¿No se supone que es una palabra vacı́a?”
“¿Es ası́, mamá ? Prometo que visitaré Yipyong a menudo. No te
molestes porque te visito con demasiada frecuencia”.
“Los dos son siempre bienvenidos”.
Mientras sonreı́a y soltaba su mano, Sanggung, que lo seguı́a desde la
distancia, rá pidamente apoyó a la emperatriz. En ese momento, la
emperatriz viuda tropezó . Fue entonces cuando la emperatriz viuda se
dio cuenta de que su movimiento era inconveniente. Ni siquiera sabı́a
que caminaba tan derecho que cojeaba. La quemadura no se limitó al
dorso de su mano. El fuego se llevó mucho de ella má s de lo que
pensaba.
“No estoy seguro de si deberı́a investigarlo”.
Como una persona que no tropezó , la emperatriz viuda los despidió con
una mirada digna.
“Sı́ mamá . Por favor, entra con cuidado”.
Al recibir el saludo del prı́ncipe, la emperatriz viuda cruzó el umbral del
Palacio Yeongsugung con un paso recto pero lento como antes. Despué s
de con irmar que la emperatriz viuda estaba entrando en el palacio, el
prı́ncipe heredero se dirigió al Palacio Este. Cuidando a la emperatriz
viuda, el ritmo lento ya ha vuelto a la normalidad.
“Eres una gran persona. A pesar de que perdı́ todo en poco tiempo,
todavı́a me lo dices.
El prı́ncipe llenó el silencio con una voz suave. Asintió con la cabeza
porque estaba de acuerdo con las palabras del prı́ncipe. Lo perdió todo
y la envenenaron, pero se estrenó . No se sabı́a si era su verdadero
rostro o la má scara que usaba, pero en la super icie era perfectamente
racional.
“De alguna manera, tanto Li Ping como yo está bamos hablando con la
emperatriz viuda, ası́ que solo tú debes haberte aburrido”.
“No estuvo mal, ya que parecı́a un paseo.”
“¿okey? Si es asi me alegro Pero… ”
El prı́ncipe, que habı́a visto a Yeon-oh durante unos dı́as, se acercó
rá pidamente frente a é l. Yeon-oh dio un paso a la vez, pero no pudo
alejarse demasiado cuando el prı́ncipe agarró la muñ eca de Yeon-oh y
se puso de pie.
“¿Es por el viento? Mi ropa está despeinada”.
“ah… ”
“Tienes que tener cuidado.”
Se encogió de hombros. Solo despué s de ver que el collar del cuello
estaba limpio, el prı́ncipe soltó la muñ eca de Yeon-oh. En ese momento,
Yeon-oh sacó el collar ya limpio sin quererlo.
“Vamos. Estoy empezando a preocuparme de que yo mismo pueda estar
cotilleando sobre mı́”.
El padre apresuró sus pasos. Yeon-oh lo miró de nuevo. La espalda recta
y los pasos imperturbables eran perfectos como si hubieran copiado la
etiqueta.
Elegante y hermosa Aunque a veces era perezoso, por lo general era
trabajador y no acumulaba lı́neas. El padre era una persona ası́. Una
persona que no es ni excesiva ni insu iciente para servir como amo. Era
un rey que podı́a proteger los rı́os y las montañ as de Anra sin escasez,
excepto por las tá cticas del monje.
“Su Majestad, Su Majestad”.
Fue una voz delgada la que rompió los pensamientos de Yeon-oh. El
eunuco de Donggung miró hacia atrá s y susurró en voz baja al prı́ncipe.
Soy un eunuco que sirve al Emperador, Su Majestad.
“¿Qué ocurre?”
“Su Majestad lo está buscando”.
“Pareces estar preguntá ndote si tomé bien a la emperatriz viuda.
¿Puedo ir al Palacio Janggyeonggung?”
“Su Majestad ha actuado como una solicitud secreta”.
“¿Biwon?”
Preguntó el padre. Habı́a una sensació n de asombro ante la pregunta.
Yeon-oh bajó la vista y recordó dó nde estaba Bi-won. Entre los jardines
de lores del Palacio Dorado, solo el emperador y aquellos autorizados
por el emperador podı́an ingresar a la Estació n Geum.
Se llama jardı́n de lores, pero en realidad estaba cerca de un palacio, y
de hecho se llamaba palacio hasta hace unas dé cadas. ¿Có mo puede
llamarse palacio, que no ha sido propiedad de nadie durante má s de
100 añ os, y cambiar el nombre a un jardı́n secreto y luego decorarlo
con el jardı́n de oro del emperador?
Famoso como un palacio donde Yeongan el Grande le dio el apellido a la
familia real porque no le tenı́a cariñ o y se lo dio al que le dio un tı́tulo
real porque no era su iciente, se rumoreaba que era muy hermoso, pero
muy poca gente. En realidad lo vi.
Debido al mantenimiento de Yeong’an el Grande, que querı́a que se
usara como palacio para los seres má s queridos, ningú n emperador
trajo gente fá cilmente allı́. Es un lugar tan signi icativo. Quizá s era
natural que el prı́ncipe tuviera dudas.
“Hola, ¿eres Biwon?”
“Está .”
El prı́ncipe preguntó una vez má s, y la respuesta del eunuco no cambió .
Bueno. Cuando cayeron las palabras del prı́ncipe, la procesió n siguió su
camino. El prı́ncipe miró a Yeon-oh y Yoon Heegang y dijo antes de dar
un paso.
“Id y ayudaos vosotros mismos.”
“Lo siento, mi señ or. Su Majestad le ha ordenado que venga con el
capellá n.
Como se le señ aló de repente, Yeon-oh miró al eunuco con una mirada
perpleja.
“¿Una nota postal?”
Preguntó en un tono algo escé ptico si tambié n era lo mismo para el
prı́ncipe.
“Está .”
El prı́ncipe volvió la mirada y miró a Yeon-oh de arriba abajo. La mirada
era incó moda, por lo que Yeon-oh bajó la mirada.
“Honestamente, Lee Pyung, eres el ú nico que va a ayudar a la
autoestima. Estare ahi pronto”
Siendo un hombre amarillo, no pude resistir. El prı́ncipe, que ordenó
seguir a Yeon-oh, envió a Yoon Hee-kang a ir. La mirada del prı́ncipe
tocó brevemente a Yeon-oh y luego cayó .
Podrı́a llamarse un paraı́so en la tierra. Innumerables lores de colores
me llamaron la atenció n. Aunque el Festival de Primavera ha pasado, las
lores han lorecido aunque la primavera aú n no ha llegado. Aunque
estaba claro que iba contra la ley, Yeon-oh no podı́a quitarle los ojos de
encima porque era hermoso.
“No puedes quitarme los ojos de encima”.
Yeon-oh se calmó . Fue vergonzoso que perdiera la cabeza por un
momento frente al prı́ncipe.
“Parece que el Gran Emperador Yeongan realmente se preocupaba por
é l”.
El prı́ncipe miró a su alrededor y sacó a relucir la historia relacionada
con este lugar.
“Segú n los registros, se decı́a que eran plebeyos. Ademá s, el dueñ o del
palacio nunca cambió durante el reinado de Yeongan el Grande”.
Escuchó en silencio y miró a su alrededor. Despué s de Yeonganje, los
dueñ os del palacio imperial cambiaron doce veces. Sin embargo,
durante el cambio de propiedad del Palacio Imperial, nadie se convirtió
en propietario del jardı́n secreto.
Originalmente, el favor del emperador, ya sea por sangre o por su
verdadero amor, era má s ligero que el viento del sol primaveral, y
estaba destinado a pasar en un abrir y cerrar de ojos. Pero el amor de
Yeongan-je era tan eterno. Por lo tanto, el jardı́n secreto es como un
sı́mbolo del amor inmutable del emperador, por lo que no se podı́a dar
a nadie voluntariamente, por lo que no era posible dejarlo vacı́o hasta
ahora.
“De todos modos, es una pena que Yiping y Jaseong no puedan ver esta
magnı́ ica vista”.
Habı́a arrepentimiento en su rostro. Yeon-oh, que habı́a estado poseı́do
por el ministro durante un tiempo, volvió en sı́ y se sumió en sus
pensamientos. No entendı́ la llamada del emperador.
Ellos tambié n eran descendientes directos de los prı́ncipes, y Yun
Heegang fue el sucesor de Hwa-ju, al igual que Yeon-oh. La ú nica
diferencia era que Hanam a irmaba ser la mano y el pie del emperador.
Sin embargo, todavı́a era incomprensible llamar a Yeon-oh solo por ese
motivo.
Fue el dé bil sonido de la risa de un niñ o lo que lo sacó de sus
pensamientos. Llamado un niñ o Yeon-oh miró al prı́ncipe con un poco
de prisa. No pude ver su expresió n porque estaba parado a la distancia,
pero tambié n parecı́a escuchar una risa. Una vez má s, el sonido de la
risa resonó en mis oı́dos.
Las paredes del palacio dorado son altas y altas, y es difı́cil escuchar la
risa si no hay niñ os en el palacio. Menos aú n, era un lugar secreto
donde no estaba permitido ni siquiera atreverse a poner un pie sin el
permiso del emperador. Era fá cil deducir a quié n pertenecı́a la risa.
A medida que nos acercá bamos al destino, la risa se hizo má s fuerte y
má s clara. No es só lo la risa de los niñ os. El sonido de la risa tambié n se
escuchó junto con el entusiasmo.
“Señ or, ven aquı́”.
Al inal del camino bellamente ajardinado, no un palacio, sino un
pabelló n con un puente en medio de un gran clavo. Las baldosas azules,
cuidadosamente apiladas, se disolvieron armoniosamente en el jardı́n
de lores. Sin embargo, Yeon-oh, quien descubrió al personaje principal
del sonido de la risa hace un tiempo, no pudo admirarlo como antes.
“Su Majestad, ha comido con Su Majestad el Prı́ncipe Heredero”.
Tan pronto como el eunuco hubo hablado, el prı́ncipe, que se sentó en
el regazo del emperador y sonrió , se levantó bruscamente y echó a
correr. Uno de los cortesanos siguió apresuradamente al prı́ncipe
saltador, temiendo que pudiera caerse.
“¡hermano mayor! ¡Quedarse fuera!”
El prı́ncipe se detuvo frente al prı́ncipe y Yeon-oh con una sonrisa.
Yeon-oh sonrió un poco avergonzado, luego saludó al prı́ncipe con una
mirada ligera y vio al emperador sentado en el pabelló n.
“Shin, veo a su majestad suprema, Cheongshin del Templo Ucheomsa”.
“Te vi cuando conociste a la emperatriz viuda, entonces, ¿por qué eres
tan respetuosa? Está bien, levá ntate.
Incluso cuando el emperador dijo eso, tenı́a una expresió n muy
satisfecha en su rostro.
“Parece que Guk Gu es realmente bueno educando a los niñ os”.
Yeon-O le abrió los ojos. Por el prı́ncipe, no lo sabı́a por el prı́ncipe, pero
Seungsang estaba sonriendo y mirando a Yeon-oh. Yeon-ho volvió a
bajar la mirada.
“Se acerca una palabra triste”.
Seungsang se comportó con humildad sin ser apreciado. Yeon-oh casi
volvió la cabeza hacia el prı́ncipe que estaba excluido de este lujo, pero
trató de captar su mirada y atarlo.
“Te veo, Su Majestad”.
El padre saludó En ese momento, el emperador volvió la mirada como
si reconociera al prı́ncipe. Fue completamente intencional.
“okey. ¿Viniste?”
Este lugar era obviamente privado. Pero el prı́ncipe llamó corté smente
al emperador. El emperador volvió su mirada hacia é l como si no le
importara. Su mirada se extendió al prı́ncipe.
“Hwan-ah, sube”.
,
“Sı́, mamá . Voy a ir. Mi hermano, un forastero. Ven rá pido.”
Era una voz completamente diferente a cuando estaba tratando con el
padre. Probablemente fue solo el prı́ncipe quien no sintió la diferencia.
El prı́ncipe respondió a Yeon-oh y al prı́ncipe de manera inocente,
tomando la mano del prı́ncipe y guiá ndolos. Solo unos pocos dedos
quedaron atrapados en sus pequeñ as manos, pero Yeon-oh fue
arrastrado sin poder hacer nada hasta la parte superior del pabelló n.
El prı́ncipe, que estaba de pie en el pabelló n, soltó la mano que sostenı́a
en el momento en que el emperador le hizo señ as, corrió hacia su padre
al trote y le tendió la mano. El emperador se echó a reı́r, luego agarró el
cuerpo del prı́ncipe y lo sentó en mi regazo. Si no fuera por la tú nica
dorada, se veı́a tan cerca que parecerı́a el hombre rico de la Saga.
“Abama, este lugar es tan hermoso”.
“¿Lo ves ası́ en tus ojos? Este es un lugar que el Gran Emperador
Yeongan les dio a sus seres queridos en el pasado”.
“Wow, ¿Abamama se lo dará a alguien ası́?”
“Si este padre es querido para ti, eres tú , Hwan-i. Entonces, ¿deberı́a
dá rtelo?
“Entonces creo que mamá estará triste… ”
El prı́ncipe rodó sus ojos oscuros. Al ver esto, el emperador se echó a
reı́r. Yeon-oh vio al prı́ncipe. Todavı́a tenı́a la misma expresió n en su
rostro que antes.
“Si Hwan dice que se te dará , la Emperatriz estará má s que feliz”.
“¿En serio? Entonces, eh, eh… ”
Quiero tenerlo. El prı́ncipe habló en voz baja y abrazó ampliamente al
emperador. El emperador, que trató inamente la espalda del prı́ncipe,
convocó al magistrado y dio la orden de no restringir el acceso del
prı́ncipe al jardı́n secreto en el futuro. En un abrir y cerrar de ojos, el
secreto ganado se trans irió a la propiedad del prı́ncipe. Al ver su
apariencia armoniosa, Yeon-oh sintió como si estuviera viendo una
Opera de Pekı́n.
El emperador, que habı́a estado aceptando el aegyo del prı́ncipe
durante mucho tiempo, se interesó por el prı́ncipe, a quien nunca habı́a
prestado atenció n, solo despué s de que el prı́ncipe salió corriendo a ver
las lores.
“¿La emperatriz te llevó bien al palacio?”
“Sı́. Era el camino de regreso al Palacio Donggung despué s de verlos
incluso entrar”.
“Aunque la ú ltima vez que la emperatriz viuda te vio fue hace diez añ os,
parece que te amaba mucho. Si ves que el propio Jim ha hecho arreglos
para que la Emperatriz te sirva, pero tienes que hacerlo”.
“No nos hemos visto desde que é ramos jó venes. Como dijo la
emperatriz mamá , Yoon Heegang, el ala derecha que es un sirviente del
má s joven, es el sobrino paterno de mamá , por lo que debe haber
querido estar con é l incluso un poco má s”.
“No sé si eso es su iciente para traicionar la consideració n de Jim, pero
si ese es el caso, debe serlo”.
El emperador, que mostró una mirada de disgusto como si no le gustara
lo que habı́a sucedido antes, le tendió la mano. Taegam, que habı́a
estado en la ciudad, ofreció cuidadosamente el jangjuk en el que se
marinaba el tabaco.
“Entonces, ¿te has decidido por Myoho y Shiho?”
“Se ha decidido la persona que será criada como primer nombre, pero
el apellido aú n no se ha decidido para el myoho”.
“Los logros de Hwang Hyung son indescriptibles. Es Hwang Hyung
quien no solo hizo prosperar la mú sica ceremonial de Anra, sino que
tambié n descon iaba de las potencias extranjeras que apuntaban a
Hositamtam Anra desde el extremo sur. ¿No deberı́a encajar Zhao
(祖)?”
“Intentaré levantar el tı́tulo de la campana mientras entiendo
profundamente mi corazó n por mi hermano. Auge.”
“hecho. Ahora, deje el asunto de Chusung completamente en manos del
Ministerio. Prı́ncipe, tengo una tarea que con iarte. Por eso lo llamé ”.
No es solo el malentendido de Yeon-oh que parece que se tira en lugar
de poder hacerlo a voluntad. El emperador tomó la papilla larga en su
boca, la bajó y miró al prı́ncipe con los ojos.
“Dime. Auge.”
“Prı́ncipe, debes ir como enviado a la cometa”.
Recientemente, el emperador no ha sido bien plantado. Fue por el
hecho de que la delegació n de las celebraciones de Añ o Nuevo no habı́a
sido enviada con el pretexto de la grave enfermedad del rey. Sin
embargo, estaba en contra de la costumbre enviar el texto nacional a la
procesió n de la delegació n para reprender a Yan.
No, en primer lugar, el sucesor no deberı́a haber sido expulsado del
palacio. Si calculas la distancia hacia y desde la cometa, Dalpo se tomó
su iciente tiempo. Cualquiera podı́a ver que estaba tratando de
asegurar la posició n del prı́ncipe aprovechando su ausencia del palacio.
“Debo escuchar cuá n grave era la enfermedad, ası́ que ni siquiera pude
enviar un enviado. He estado pensando a quié n enviar como o icial (el
representante de la delegació n), pero dado que eres el ú nico nieto del
rey, ¿no es una muy buena causa?
Entre los centristas, los ministros que valoran la cortesı́a habrı́an
gritado que era imposible si hubieran escuchado las ó rdenes del
emperador ahora. Sabiendo esto, debe haber convocado al prı́ncipe y
emitido verbalmente un hwangjang. Me pregunté de quié n serı́a la
cabeza. Yeon-oh miró la victoria.
“El rey está enfermo, pero la delegació n no deberı́a ser ruidosa. Planeo
mantenerlo al mı́nimo, incluyé ndote a ti, que eres el director, y dos
adverbios. Deberı́as pensar en el adverbio.
Era solo la causa, y contenı́a la intenció n descarada de que no
renunciarı́a a mucha mano de obra, por lo que fue casi decepcionante
escuchar a Yeon-oh a su lado.
“… Si ese es el caso, tomaré las dos exclamaciones de los subordinados
como adverbios”.
Al escuchar la suave respuesta como si lo hubiera pensado, el
emperador frunció el ceñ o y objetó .
“Por muy simple que sea la escala, va a ir a una delegació n nacional por
primera vez. Ya que no tienes experiencia, ¿no deberı́a apoyarte tu
adverbio?”
“Todos son talentos brillantes, por lo que no faltará n los adverbios”.
El prı́ncipe parecı́a reacio a agacharse. Seungsang, que habı́a estado
esperando como si fuera un tercero, abrió la boca con la intenció n de
disuadirlo.
“Su Majestad, la salud de Yeon-oh no es tan buena, por lo que será una
molestia para Su Majestad”.
“Depende de mı́ averiguarlo. El correo es inteligente, por lo que me será
de gran ayuda. Y no serı́a una mala idea adquirir conocimientos antes
de convertirse en marqué s de Hanam despué s de convertirse en monje.
¿No lo cree, señ or?
Seungsang cierra la boca ante la respuesta luida que siguió , como si
hubiera esperado una reacció n de oposició n.
“El servicio postal se comprometerá con Wan-an”.
Y a travé s de ese espacio, se emitió la orden del emperador. Yeon-oh se
cayó apresuradamente. Lo que el emperador estaba diciendo estaba
claro.
Se decidió el matrimonio de Yeon-oh. La princesa era la ú nica enemiga
de la familia imperial, por lo que no faltó en el matrimonio de Yeon-oh.
Ella es la ú nica princesa pelirroja, y si todo sale segú n la voluntad de la
familia, la princesa se convertirá en la verdadera hermana del pró ximo
emperador.
Aunque Yeon-oh y Gongju tenı́an una relació n cercana, cuanto má s
valioso era su estatus, má s frecuentes eran los matrimonios entre
parientes consanguı́neos para evitar el derrame de sangre, por lo que
no era gran cosa. Cuando el emperador tomó la decisió n de casarse con
su esposa, se esperaba que se casara con la princesa hasta cierto punto.
“Castle es una cosa increı́ble”.
“El piso está lleno. Levantarse ¿Y si tu cuerpo se moja?”
Entonces Yeon-oh se levantó lentamente.
“De todos modos, es imposible tomar un woocheomsa de esta manera”.
“No puedo entender. Auge.”
“¿qué ?”
“Aunque la procesió n de la delegació n es modesta, es una delegació n
que honra la gloria. Si le preocupa que el cuerpo de Yucheomsa resulte
dañ ado, intentar dañ ar a los enviados no es nada comparado con dañ ar
la dignidad de Su Majestad. Si quieres entablar amistad con la princesa
Wan-an antes de la boda, no será su iciente incluso si va a la cometa.
Por favor pó ngase en contacto conmigo.”
Cuando el prı́ncipe no tenı́a la intenció n de doblarse en absoluto, el
emperador golpeó la orilla occidental con un largo bambú . El sonido de
golpes contenı́a los sentimientos incó modos del emperador.
“¿Hay alguna razó n por la que quieras tomar el servicio postal?”
“He decidido que es mejor estar con personas con manos y pies
similares”.
No habı́a necesidad de llevarlo a Yeon-oh. A los pocos dı́as de ingresar a
la escuela, los lazos con ellos no se construyeron, y si Yeon-oh, quien se
sabı́a que estaba enfermo, fue traı́do, fue el prı́ncipe quien sufrió má s.
Aun ası́, Yeon-oh ignoraba la cultura y el idioma de Yan en general para
ayudarla a superar las di icultades.
Aunque aprendı́ una pequeñ a cantidad del idioma de un paı́s extranjero
en el sur mientras me recuperaba en Hanam, no conocı́a la cultura, y
mucho menos el idioma. No hay razó n para llevar a Yeon-oh.
“Todavı́a no.”
El emperador gritó fuego. Fue una persona inesperada quien lo
convenció .
“su Majestad. Por favor envı́eme una postal. Tus palabras tambié n son
ciertas. No hay un dı́a ijo para la boda, y Yeon-oh debe seguir los pasos
de Dios y gobernar Hanam. ¿No serı́a ú til que Su Majestad fuera
virtuosa para que Su Majestad se interesara en la vida de las personas?
El discurso del vencedor fue elocuente. No parecı́a que estuviera en
contra de la debilidad de Yeon-oh hasta hace un tiempo. Parecı́a que
estaba planeando algo, pero no pude entenderlo.
Enviar al prı́ncipe a la delegació n podrı́a ser para fortalecer la posició n
del prı́ncipe durante la ausencia del prı́ncipe, pero supuse que la
reducció n en el tamañ o de los enviados al citar la estadı́a del rey Yeon
tenı́a la intenció n de dañ ar al prı́ncipe en el camino. Si es ası́, serı́a ú til
no tener una relació n. Para usarlo con todas sus fuerzas, é l era solo un
adolescente que no podı́a sostener una sola espada correctamente.
“Mmm.”
El emperador babeó y chupó profundamente la papilla.
“buenas noches. Aceptaré la voluntad del monje y usaré los dos
adverbios como adverbios”.
“El castillo está condenado, los ricos”.
“Su Majestad, Yeon-oh es un invitado frecuente. Considere
cuidadosamente para que el largo viaje no se exceda. De hecho, Yeon-oh
merece poder contar y proteger a Su Majestad, ası́ que no puedo evitar
disculparme”.
“No digas eso. Antes de que Seungsang sea un querido retornado, es mi
autodisciplina. Deberı́amos investigarlo, por lo que no hay necesidad de
que el monje se preocupe demasiado”.
El ambiente era suave, pero era una paz que desaparecerı́a una vez que
se quitara una capa. En esa medida, esta paz se resquebrajó y el frı́o era
espeso. En el momento en que el prı́ncipe o el monje pierdan la sonrisa,
la batalla terminará solo cuando un lado se derrumbe.
“Abama, ¿tú y tu hermano se van lejos?”
Cuando la conversació n llegó lentamente a su in, el prı́ncipe entró en la
corriente. La mano del niñ o estaba llena de lores y la seda azul claro
estaba llena de hierba. Como cansado de jugar, el rostro del eunuco, de
pie detrá s del prı́ncipe, estaba lleno de signos de agotamiento.
“Sı́.”
El emperador, que vio al prı́ncipe y le entregó el jangjuk a Taegam,
extendió la mano y respondió . El prı́ncipe, que se paró en el regazo del
emperador sin dudarlo, aunque vestı́a ropa hecha de hierba, le dio al
emperador la lor que habı́a estado sosteniendo.
“¿Se lo vas a dar a Jim?”
Cuando el prı́ncipe asintió , el emperador sonrió satisfecho. El prı́ncipe,
que no estaba interesado en lo maravilloso que era el emperador para
mı́, tenı́a curiosidad por lo que yo tenı́a curiosidad.
“Por cierto, ¿hasta dó nde llegan Osuk y tú ? ¿Tomará má s de diez
noches?
“Volveré despué s de que se agreguen diez noches tres veces”.
“¿Hasta la vista? Si no, el pequeñ o quiere ir juntos. ¿Sı́? Abba mamá .
“Todavı́a no eres joven. En cambio, te llevaré al templo ancestral
pronto”.
“¡Wow! ¿De verdad lo eres?
El prı́ncipe gimió y preguntó . El emperador, que aplaudió y miró al
prı́ncipe que le gustaba con ojos bené volos, respondió acariciando la
coronilla redonda de su cabeza.
“Claro que siempre. ¿Crees que Jim mentirá ?
“Mamá -mamá dijo que Abama-mama es un genio y no miente”.
“¿La Emperatriz dijo eso?”
Hubiera sido mejor si le dijera que dimitiera, pero el emperador ni
siquiera mostró tanta misericordia. El prı́ncipe tenı́a que ver al prı́ncipe
recibir la injusticia que no habı́a recibido. Su sonrisa no se rompió en lo
má s mı́nimo.
“su Majestad. Has preparado una cena en el saló n.
Al sonido de la voz de Taegam, la mirada que habı́a dirigido al prı́ncipe
cayó sobre el prı́ncipe. Cuando esos ojos alcanzaron al prı́ncipe, se
volvieron frı́os como si alguna vez hubieran tenido una luz amistosa.
“¿Todavı́a no te has ido?”
“Porque no me dijiste que me fuera”.
“¿Desde cuá ndo has estado siguiendo las ó rdenes de Jim? … buenas
noches. Vamos.”
“Voy a renunciar si no lo hago, Boo-Hwang”.
Antes de que el prı́ncipe pudiera terminar su respuesta, el emperador
se levantó sosteniendo al prı́ncipe en sus brazos.
“La o icina de correos fue llamada hoy para anunciar mi compromiso
con Wan-an, y ası́ fue como sucedió . No llames a Wan-an má s tarde para
reservar un asiento. Ası́ que tú tambié n, vete”.
La voz que era helada para el prı́ncipe volvió a ser dulce cuando llegó a
Yeon-oh. A pesar de la frialdad tristemente frı́a, el prı́ncipe se inclinó
corté smente.
“Si no es ası́, el pequeñ o simplemente se irá ”.
Enderezando su espalda encorvada, el prı́ncipe descendió del pabelló n
con pasos inquebrantables. Yeon-oh lo miró y, de la misma manera,
siguió al prı́ncipe despué s de ser corté s.
A diferencia del momento en que llegó , Tae-gam fue diligente en servir
al emperador y no lo siguió . Ası́ que Yeon-oh fue el ú nico acompañ ante
del prı́ncipe en el camino. El padre caminó con paso irme. Yeon-oh
miró su espalda recta sin temblar. ¿Cuá ntos añ os pasaron antes de que
mi espalda no pudiera temblar? Ni siquiera podı́a imaginar ese dı́a.
“¿Por qué , despué s de verte hoy, sientes alguna simpatı́a?”
El padre de repente miró hacia atrá s. Yeon-oh, que estaba mirando su
espalda, tuvo que hacer contacto visual con el prı́ncipe.
“que, … no.”
Es falso. Pensé que era lamentable, y fue una lá stima al inal. Sin
embargo, lo sucio es que su simpatı́a, heredando el apellido de Hye,
seguramente hará má s miserable al prı́ncipe.
“Mi madre murió cuando yo tenı́a cuatro añ os. A la edad de seis añ os, la
actual emperatriz fue ordenada como emperatriz. La atenció n del
suegro se convirtió en un problema, y el niñ o de seis añ os quedó
desatendido”.
El prı́ncipe caminó lentamente y sacó un pedazo del pasado. Yeon-oh
escuchó en silencio.
“Ası́ que me rebelé como lo harı́a un niñ o. Me salté la poesı́a, tuve una
pelea y me escapé del Palacio Donggung. … En retrospectiva, es una
rebelió n vergonzosa”.
Dejó escapar una pequeñ a risa, pero Yeon-oh no pudo evitar reı́rse.
“Aun ası́, fue porque querı́a llamar la atenció n del emperador, pero en
algú n momento sucedió . Esa rebelió n continuó hasta el añ o en que
nació el prı́ncipe”.
“… ”
“Este pensamiento se me ocurrió cuando nació el Prı́ncipe y Su
Majestad estaba muy complacido. Oh, esto podrı́a ser un desperdicio.
Mi lugar puede desaparecer de este palacio dorado. Despué s de eso,
dejé de jugar con el hijo pró digo y volvı́ a las conferencias de poesı́a una
y otra vez, cumpliendo a cabalidad con mis deberes de prı́ncipe. Por
supuesto, fue cinco añ os despué s que pude cumplir con mis deberes
correctamente porque iba a ir al ejé rcito de inmediato”.
“… ¿Por qué le dices eso a Dios?
“Acabo de agregar un poco de simpatı́a hacia ti porque parece que
sientes simpatı́a por mı́ hoy”.
“… ”
“¿No dijiste Sacudelo.”
“majestad.”
“Entonces, al menos una de las personas de Hye-ga que me dio la
espalda podrı́a tomar mi mano”.
“… ¿Có mo puedes decir una cosa tan blasfema? La familia de Dios es
para Su Majestad y Su Majestad”.
“deté ngase.”
Los labios del prı́ncipe, que habı́a estado sonriendo todo el tiempo, se
torcieron.
“Só lo allı́. ¿sı́?”
Digas lo que digas, al inal es un engañ o. No podı́a saber a qué se referı́a
Hye-ga, por lo que el prı́ncipe heredero impidió que Yeon-oh hablara.
Cuando Yeon-oh cerró la boca, levantó la cabeza y miró al cielo, luego
miró al suelo y luego exhaló un suspiro super icial.
“Casi pierdo la compostura”.
“No, mi señ or.”
“No. Que las palabras que dije hoy se borren de tu memoria”.
“… Estoy,”
Es una orden.
El prı́ncipe dio la espalda al camino y siguió adelante como si no fuera a
escuchar má s. No hubo temblores, pero fue bastante triste. Yeon-oh
parpadeó y grabó esa imagen en su có rnea.
2.
Habı́a un ligero olor a alcohol. A diferencia del ahora blanco grisá ceo,
Seungsang, que parecı́a un poco má s joven, proyectaba una larga
sombra sobre la cama del joven Yeon-oh. Seungsang miró al hijo
dormido con un rostro inexpresivo. Rodeada por la manta, los ojos de
Yeon-oh temblaron. El niñ o no habı́a dormido y estaba esperando que
su padre me acariciara suavemente el cabello y me besara en la mejilla.
Es realmente una visió n triste. Yeon-oh miró al pasado en la postura de
un observador minucioso, y luego cerró y abrió los ojos cuando la mano
de Seungsang se estiró hasta la nuca. Los colores brillantes perforaron
mis ojos.
“¿Tosiste?”
Parpadeé en blanco cuando escuché una voz familiar. Cuando giré la
cabeza, vi a una niñ era.
“… sı́.”
Yeon-oh, que apenas respondió una palabra con la garganta cerrada,
sacó la mano que sostenı́a la niñ era y se levantó .
“Hoy tuve un sueñ o”.
“… ”
Yeon-oh no respondió , pero la niñ era debió haber leı́do la a irmació n.
Como evidencia de eso, su expresió n se oscureció rá pidamente.
Desde el dı́a en que descubrió todo, Yeon-oh ha estado soñ ando con el
pasado, que anteriormente se habı́a de inido como una pesadilla, todos
los dı́as. La niñ era se dio cuenta de esto y se mantuvo en el asiento
junto a Yeon-oh tomá ndola de la mano cuando estaba a punto de
quedarse dormida. Aunque la niñ era se quedara junto a la cama, eso no
signi icaba que no soñ ara. El sueñ o, que antes solo era vago, se hizo má s
claro dı́a a dı́a. Tal como lo recordaba, tal vez era natural.
“Duermes aquı́ todos los dı́as, ¿será s capaz de soportar el largo viaje? …
.”
El suspiro de la madre se profundizó . Desde que se enteró de que Yeon-
oh iba a viajar como enviado, no pudo aliviar sus preocupaciones. Las
arrugas se profundizaron y las canas aumentaron.
“está bien.”
Lo ú nico que puedes hacer con una niñ era preocupada es decir que está
bien con una expresió n tranquila. Yeon-oh levantó el velo y vio entrar la
luz blanca del amanecer azul.
La procesió n fue pequeñ a y la preparació n fue rá pida. No habı́a nada
por lo que estar holgazaneando ya que se habı́a emitido la carta o icial.
Mientras el prı́ncipe se preparaba tranquilamente para irse, la
oposició n de los ministros centristas y los estrictos eruditos
confucianos se extendió por todo el palacio.
Dijo que nunca habı́a enviado a un heredero a la o icina o icial de la
delegació n desde que se abrió el cielo de Anra, por lo que el sangjum
que pedı́a contactarlo fue su iciente para llenar un rincó n de la o icina
de Janggyeonggung.
Por supuesto, todas sus apelaciones fueron desestimadas. Era esperado.
Si hubiera quebrantado su voluntad hasta ese punto, ni siquiera habrı́a
querido enviarlo a una aventura en primer lugar.
Debido a que era un viaje largo, los accesorios no se usaban y las
tú nicas se simpli icaban. Como hace mucho frı́o, el clima del norte
seguramente será má s frı́o, ası́ que la mayorı́a de la ropa que traje era
gruesa. Mientras la niñ era inspeccionaba meticulosamente todo lo que
la niñ era tenı́a que traer, Yeon-oh terminó los preparativos mientras los
sirvientes secretos lo atendı́an.
“Si incluso el asambleı́sta Cho pudiera acompañ arme, me habrı́a
sentido aliviado. Estoy preocupado.”
“Gungui tambié n está contigo, entonces, ¿qué te preocupa?”
“No importa cuá n buenas sean sus habilidades mé dicas, ¿puede ser tan
meticuloso como el Dr. Cho, que ha cuidado a Confucio desde la
infancia?”
La niñ era regañ a disfrazada mientras viaja para saludar al monje. Si
tiene dolor de garganta, debe beber té de jengibre tibio. Las molestias
continuaron hasta tal punto que cualquiera las confundirı́a con una
madre que despide a un niñ o de cinco añ os. El sonido se habı́a calmado
justo antes de llegar al saló n exterior, cuando estaba frente al monje.
“padre. Iba de camino a saludar.
“Es el dı́a en que te vas a viajar un milló n de millas, entonces, ¿có mo
puedes sentarte en una habitació n cá lida y saludar?”
“Todavı́a tienes que tener cuidado. Papá no tiene muchas
responsabilidades para mantener las cosas saludables”.
“Chico, cuı́date”.
Seungsang dijo con una pequeñ a sonrisa. Yeon-oh sonrió y miró detrá s
de Seungsang. Una mujer con cabello largo y negro estaba de pie.
“… Veo a Confucio.
Confucio. Yeon-oh la miró ante las palabras que salieron de la punta de
su lengua, vacilante. Song Yoo Seol. Aunque su madre trajo la sangre de
Hye-ga, llamá ndola colateral, ella es una mujer tan distante que en
realidad no puede llamarse colateral. Sin embargo, para casarse con
Seocheon-i, Seungsang la inscribió como hija adoptiva de Dangsuk y la
convirtió en Hye Yu-seol. Aparentemente, era la garantı́a de Hye-ga.
Externamente, Yeon-oh y ella tenı́an una relació n con Jae-jong, por lo
que no era correcto llamarlo Confucio.
“Te veo. ¿Estuvo en paz toda la noche?
Despué s de darle la vuelta y señ alarlo, dijo: “Oh”, y dejó escapar una
pequeñ a baba.
“Estaba en paz. … ¿Tuviste una buena noche?”
Ella respondió apropiadamente como si no pudiera encontrar un
nombre propio. No se sentı́a incó moda al llamar a su hermana Yeon-oh,
pero podı́a sentirse difı́cil porque tenı́a que actuar casualmente al
llamar a Yeon-oh, quien ni siquiera es su verdadera prima.
“Llá mame Yeon-oh”.
“… ¿Có mo?”
“Puede que no haya sido el caso cuando abriste la puerta por primera
vez, pero cuando dejas a esta familia y vas a Seocheonbu, caminas como
la hija adoptiva de Dangsuk y la hija mayor de Seocheonhu. No importa
có mo lo llames cuando estamos juntos, pero tienes que pensar en las
opiniones de los demá s”.
Entre los Gyu-su solteros, no habı́a nadie adecuado para la edad de Lee
Shin-woo, por lo que llegó a un acuerdo con Seo Cheonhu al poner a
una chica con la sangre de Hye-ga en el registro familiar y casarse con
é l. .
Incluso para mostrar una sinceridad tan ideal, Hye Yu-seol tuvo que
convertirse completamente en una mujer de Hye-ga. Si se sentı́a
incó moda o no, era irrelevante.
“Si es difı́cil llamarlo Yeon-oh, puedes llamarlo Cheongsin”.
“… Lo haré en el futuro”.
Hye Yu-seol se lamió los labios y inalmente prometió el siguiente. No
tenı́a intenció n de limpiarlo má s, ası́ que asentı́ con la cabeza.
“No digas que es demasiado difı́cil porque Yeon-oh lo dijo todo por ti.
Rumores.
“No sé có mo. Me dio consejos para mı́ y mi familia, ası́ que deberı́a
grabarlo”.
Al inal, no pudo referirse a Yeon-oh por ningú n tı́tulo, pero no señ aló
nada má s.
Segú n la voluntad de las dos familias, Shin-Woo Lee fue excluido de la
procesió n de la delegació n. Es porque tanto los hombres como las
mujeres de las dos familias han fallecido y se ha renovado el
llamamiento para que se casen lo antes posible. Entonces, mientras
Yeon-oh esté fuera, estará casada con Lee Shin-woo, y entonces habrá
pocas posibilidades de encontrarse con Yeon-oh.
“Si dices esto, debes considerarlo como recibido y pedirlo”.
“Si lo haces, la chica te despedirá y luego regresará al anexo”.
“no. Hace frı́o, ası́ que entra. Es un organismo que pronto debe
desempeñ ar el cargo de embajador de la humanidad. ¿No vas a tener
que prestar especial atenció n?
La confusió n era joven en el rostro de Hye Yu-seol. Estaba claro que
estaba contemplando si realmente debı́a irse o si debı́a invitarlo una
vez má s, pensando que era una invitació n para saludarlo.
“Es mejor obedecer tus palabras, hermana. Desde que me mudé a Tokio,
todavı́a no he podido deshacerme de mis adicciones”.
Yeon-oh, que no podı́a verlo, ofreció una mano amiga. Hye Yu-seol
asintió y dio un paso atrá s. Ten un viaje seguro. Susurrando
suavemente, inmediatamente dio un paso adelante.
“Vamos si podemos”.
“Sı́.”
Yeon-oh saludó a la niñ era con un ojo a ojo. Fue una mirada que pasó a
la ligera, y nadie, excepto la niñ era, notó que Yeon-oh se habı́a
despedido de ella. Só lo querı́a decirte una vez má s que no te preocupes.
Yeon-oh inalmente avanzó con los ojos llenos de arrepentimiento.
El carro partió de inmediato. Yeon-oh, que estaba sentado frente a
Seungsang, ijó su mirada en é l. Los ojos llenos de bondad eran
redondos y curvos. Incluso despué s de recuperar sus recuerdos, Yeon-
oh siempre pretendı́a estar bien, pero esa amabilidad era incó moda.
Pero no tuvo que desviar la mirada.
“Estoy preocupado porque la composició n es muy simple”.
De repente, Seungsang abrió la boca.
“Si se siente enfermo, deje que el o icial de la corte lo vea de inmediato.
Cuı́dame, lo he dicho varias veces”.
“Me disculpo por preocupar a mi padre porque el má s joven fue
imprudente”.
“Está bien causar cualquier preocupació n. Solo da lo mejor de ti.”
“… ”
“Solo cuida tu cuerpo”.
Las palabras de Victory fueron signi icativas. ¿Qué razó n hay para no
ser grosero? De nuevo, cuida mi cuerpo. Yeon-oh miró a Seungsang,
tratando de leer aunque sea un poco de sus intenciones.
“Pase lo que pase, solo tienes que cuidarte. ¿Lo entiendes?”
Cuando Yeon-oh no respondió , Seungsang dio la respuesta. No dijo nada
importante, pero Yeon-oh sabı́a lo que querı́a decir. Nuevamente, la
suposició n de Yeon-oh fue correcta.
Si se le da la oportunidad, el monje dañ ará al prı́ncipe. Entonces, Shin-
Woo Lee fue excluido. Aunque es el agente principal de la alianza, no
hay forma de saber si Lee Shin-woo seguirá la voluntad de la familia.
Por otro lado, la razó n por la que Yeon-oh no fue retirado de la
procesió n fue para despejar dudas haciendo pensar que hay un
heredero de la familia, que se atreverı́a a dañ ar al prı́ncipe incluso
arriesgá ndose.
“Yeon-oh”.
Yeon-oh bajó suavemente los ojos ante la llamada que los instaba una
vez má s. El monje lo vio como una respuesta. Entonces, incluso cuando
Yeon-oh dirigió su mirada hacia la ventana, no recitó la respuesta.
Yeon-oh, que habı́a ido directamente a Daejeon y trató de ser corté s con
el emperador, tuvo que dirigirse a la puerta sur. Esto se debió a que los
eunucos dieron la orden del emperador de dejar a la delegació n,
incluido el prı́ncipe heredero, en camino sin un saludo por separado.
Sus palabras y acciones demostraron que no estaba interesado en el
prı́ncipe y que era indiferente a los enviados que entraban en los
asuntos.
Yeon-oh llegó a la puerta sur y esperó al prı́ncipe. No tardó mucho en
esperar. Para un largo viaje, se acercaba una procesió n de un prı́ncipe
en uniforme y un prı́ncipe en ropa elegante. Yeon-oh los miró y se
acercó lentamente a é l.
“Por favor, ven a salvo”.
“No te preocupes, Lluvia. Te preocupas por mı́ todo el tiempo, ası́ que
tengo miedo de enfermarme”.
“Es la primera vez que me alejo de mi majestad durante tanto tiempo
despué s del matrimonio”.
“¿Cuá nto tiempo debe ser? Rain, el tiempo que pasaremos juntos será
má s largo que eso, e iremos de acuerdo a tus deseos, ası́ que no te
preocupes y solo mantente saludable”.
“Prometiste volver sano y salvo”.
“Y adió s a la lluvia”, dijo.
El prı́ncipe acarició la mejilla del prı́ncipe. El prı́ncipe heredero, que
apenas tocó el pecho del prı́ncipe heredero, lo miraba. Tal vez fue
porque la expresió n del prı́ncipe parecı́a estar mirando a su hermana
menor, pero parecı́a un cuñ ado. La mirada del prı́ncipe, que la habı́a
consolado, se volvió hacia Yeon-oh.
“Ah, el servicio postal”.
“Conoce al Prı́ncipe Heredero y a la Mamá del Prı́ncipe Heredero”.
Yeon-oh, que estaba averiguando cuá ndo decir hola, rá pidamente dio
un ejemplo. El Prı́ncipe Heredero se sonrojó y dio un paso atrá s del
Prı́ncipe Heredero porque estaba avergonzado de mostrar afecto tanto
dentro como fuera del paı́s en un lugar pú blico. Comparado con el
tı́mido prı́ncipe, el prı́ncipe le sonrió a Yeon-oh con una cara que no
habı́a cambiado en absoluto.
“¿Está s aquı́?”
“Si mi señ or.”
“Gracias a la consideració n de Su Majestad, pudimos partir sin tener
que establecer modales engorrosos”.
El prı́ncipe sonrió mientras consideraba la indiferencia del emperador.
Solo deja de reı́r Nadie má s se rió de esta situació n. El inicio de la
procesió n encabezada por el Prı́ncipe Heredero no pudo ser tan
humilde.
“Solo puedo conmoverme por la profunda consideració n de Su
Majestad”.
Diciendo eso, el prı́ncipe se volvió hacia el otro lado en lugar de subirse
al carruaje.
“¿majestad?”
Lo que sostenı́a el prı́ncipe era la brida. Habı́a un largo camino por
recorrer. Tardará veinte dı́as porque hay un carruaje y no puede
moverse muy rá pido. ¿Pero viajar esos largos dı́as a caballo? Por
supuesto, se podı́a cambiar a un carruaje en el medio, pero estaba claro
que no quedarı́a ningú n cuerpo hasta despué s de montar a caballo
desde el primer dı́a. Ademá s, todavı́a hacı́a viento.
“¿No está s en el vagó n?”
Ante la pregunta de Yeon-oh, el prı́ncipe puso una expresió n de
perplejidad.
“Porque no me gusta andar en carreta”.
Oh -Yeon-oh rá pidamente recordó el pasado del prı́ncipe. La madre del
prı́ncipe heredero, la emperatriz Jeongan, murió en un accidente de
carruaje. El prı́ncipe tambié n estaba allı́, pero era una ané cdota famosa
que sobrevivió sin una sola herida en el cabello bajo su protecció n. En
cualquier caso, si hubiera tal pasado, me habrı́a resistido a usar el
carruaje.
“Aú n ası́, hace sol hoy. Majestad.”
“¿Te gustarı́a montar juntos?”
“… ”
“Creo que estará bien entonces”.
Se preparó un carruaje separado para que Yeon-oh lo montara. Pero
cuando el prı́ncipe salió ası́, no abrió la boca para decir que era
imposible. El prı́ncipe estaba un poco triste porque no podı́a viajar solo
en el carruaje debido a sus recuerdos del pasado, y de todos modos
tambié n ayudó a restaurar los recuerdos de Yeon-oh. Yeon-oh vaciló y
luego aceptó la propuesta del prı́ncipe.
“Tú haces.”
Cuando Yeon-oh respondió , el prı́ncipe abrió mucho los ojos, pero
pronto levantó los labios. Lamenté haber pedido escribir juntos por
nada, pero ya era demasiado tarde. Sonó la bocina, y el comandante del
ejé rcito que escoltaba a la delegació n se acercaba al prı́ncipe.
“Se han hecho todos los preparativos. Majestad.”
“okey.”
Despué s de responder al general, el prı́ncipe miró al prı́ncipe. Miró al
prı́ncipe con lá grimas en los ojos. El prı́ncipe la sostuvo suavemente, la
soltó y subió al carruaje.
“Tarjeta postal.”
Yeon-oh, que estaba a punto de subirse al carruaje con el prı́ncipe,
volvió la cabeza hacia la voz rugiente.
“Por favor, cuide bien de su Alteza”.
El Prı́ncipe Heredero exigió una promesa que no pudo cumplir. Yeon-oh
miró al Prı́ncipe Heredero que me miraba a mı́, luego asintió y
respondió .
“Lo haré , mamá ”.
Sin dudarlo, las tres lenguas pusieron mentiras en sus bocas. El
Prı́ncipe Heredero sonrió inocentemente como si creyera en una falsa
promesa. Yeon-oh apartó la mirada de ella y subió al carruaje. La puerta
se cerró y el claxon volvió a sonar. Poco despué s, la rueda del carro
rodó .
Yoon Heegang estaba a caballo como escolta y, como resultado, solo el
prı́ncipe y Yeon-oh se subieron al carro. Pasó un silencio sofocante. Fue
entonces cuando Yeon-oh se arrepintió de mi elecció n. Incluso en el
Palacio Dorado, habı́a asuntos gubernamentales que ver entre ellos dos,
y no importaba porque no estaban juntos todo el tiempo.
Pensé en llamar mi atenció n leyendo un libro, pero en este momento se
eligió el camino porque estaba dentro de la muralla de la ciudad. El
libro no podrı́a haberme llamado la atenció n.
Mientras Yeon-oh contemplaba có mo disipar esta incomodidad, el
prı́ncipe parecı́a en paz. Yeon-oh lo miró con una mirada ligeramente
clara, apoyá ndose en la parte trasera del carruaje y cerrando los ojos.
Esa indiferencia fue impactante. Si hubiera sido un prı́ncipe, habrı́a
estado un poco preocupado por lo que le sucederı́a al castillo imperial
en su ausencia. Ademá s, sin importar cuá nto ondeara la bandera de la
delegació n, podrı́a estar preocupado por la quietud disfrazada de una
banda de ladrones, como la bestia demonı́aca del vencedor, pero no
parecı́a mostrar ningú n signo de eso. Es seguro tener a Lee Shin-woo en
el palacio, y Yeon-oh está a su lado, entonces, ¿crees que no podrá
desatar sus poderes má gicos?
“¿Me pusiste algo en la cara?”
Mientras Yeon-oh estaba inmerso en varios pensamientos, el prı́ncipe
abrió los ojos cerrados. Fue justo despué s de que el carruaje atravesó
las puertas de Yeongyeong y acababa de entrar en el camino sinuoso.
“no.”
“No. Fue tan intenso que su mirada fue apuñ alada”.
“que… ”
“¿Soy bonita?”
El padre rió juguetonamente. Yeon-oh querı́a refutar algo, pero no
pudo. El padre era de initivamente guapo. Sus rasgos eran distintos, y
sus ojos eran largos y profundos. Las lı́neas no eran gruesas, sino que
pertenecı́an al eje hermoso, pero sin embargo, era varonil.
“Al ver que no está en negació n, parece pensar que sı́”.
“que,”
“Eres tan hermosa como yo, ası́ que no hay nada que envidiar”.
Dejé de responder a la apariencia de no querer escuchar a Yeon-oh en
absoluto. No habı́a necesidad de arrastrarlo durante mucho tiempo si
era su iciente para pasarlo.
“Pero me duele el corazó n ver que la tez de Woo Cheomsa, que es tan
hermosa como la mı́a, empeora dı́a a dı́a”.
“… ”
“¿Sigues teniendo pesadillas?”
Inhalarlo. Nunca pensé que me golpearı́a tan de repente. La mirada del
prı́ncipe estaba ija en el cuello de Yeon-oh. Las huellas ya se han
borrado limpiamente en ese cuello.
“okey. ¿Encontraste tu memoria?
Mientras contemplaba có mo vacilar, el prı́ncipe continuó sosteniendo y
sacudiendo a Yeon-oh.
“… No pude encontrarlo. Creı́ haberlo encontrado, pero debo haberme
equivocado.
Yeon-oh apenas se decidió y escupió una mentira. No habı́a necesidad
de decir la verdad. El hecho de que el padre intentara matar a su hijo
era un defecto, pero no algo de lo que enorgullecerse. Ademá s, Yeon-oh
no tenı́a intenció n de contarle a nadie sobre el pasado que lo harı́a
sentir miserable.
“Tal. Era un recuerdo que estaba tratando de encontrar mientras me
lastimaba”.
“Ya no quiero encontrarlo. Parece que no puedo encontrarlo”.
“¿Lo es?”
“Si mi señ or.”
No mostró lagunas en las mentiras. Despué s de mirar a Yeon-oh
durante mucho tiempo, quien habı́a construido una pared só lida, el
prı́ncipe se levantó del asiento de enfrente y se pegó a é l. Era natural
que Yeon-oh se avergonzara de é l.
“… ¿majestad?”
El prı́ncipe tomó la mano de Yeon-oh porque no era su iciente. Un
cá lido calor se extendió .
“Incluso si no lo buscas, no puedes evitar sufrir pesadillas”.
“… ”
“Te protegeré .”
“majestad.”
“Ası́ que tú tambié n me proteges de las pesadillas”.
“… ”
“Tambié n tengo sueñ os salvajes a veces. Justo en este momento.
Trató de soltar su mano, pero no pudo. Fue por las palabras susurrantes
que siguieron.
“… Mi madre murió por esta é poca”.
Si el dı́a que falleció la Emperatriz, fue el dı́a en que el Prı́ncipe
Heredero volvió a la vida. Ya han pasado dé cadas, pero seguirá siendo
una pesadilla. Aú n ası́, el prı́ncipe mencionó ese dı́a con una cara
indiferente.
“Como no hay respuesta, creo que está s de acuerdo”.
Dijo que estaba de acuerdo con el silencio de Yeon-oh, que no sabı́a qué
decir, y cerró los ojos mientras sostenı́a su mano. Tuvo que sacudirse el
calor, pero Yeon-oh no pudo. Finalmente, miré por la ventana.
Su tez se oscurecı́a dı́a a dı́a en cuanto a si las palabras del prı́ncipe de
que tenı́a sueñ os salvajes en esta é poca del añ o no eran ciertas. Otros
podı́an ver que estaban tratando de permanecer como siempre, pero ni
siquiera podı́an cubrir los ojos de Yeon-oh. Como pasaba má s dı́as en el
hospital que en buen estado de salud, estaba alerta en ese sentido.
Al principio, el prı́ncipe a menudo cerraba los ojos porque el largo viaje
era aburrido, pero en estos dı́as sus ojos siempre está n abiertos. Hubo
momentos en los que estaba leyendo un libro, ya fuera un libro enfermo
o un poema, y hubo momentos en los que miraba el paisaje por la
ventana sin cesar. Luego, de vez en cuando hablaba con Yeon-oh. El
tema solı́a ser irrelevante.
“Querı́a preguntarte antes, pero ¿qué tipo de caracteres chinos usas
para tu nombre?”
Por ejemplo, esto era una tonterı́a.
“Escribe la orquı́dea iluminada en el loto loto”.
“Es una lor de loto. Sı́, parecı́a.
Negó con la cabeza ante eso. El sı́mbolo de Hye-ga era la lor de loto,
por lo que podı́a deducirse hasta cierto punto, pero parecı́a que no era
el ú nico signi icado detrá s de ella. El prı́ncipe, que notó la pregunta de
Yeon-oh, se echó a reı́r y continuó con la explicació n.
“Antes de que la lor de loto sea un sı́mbolo de Hanam, es porque les
sienta bien”.
Yeon-oh desvió la mirada ante la extrañ a ternura.
El padre fue amable todo el tiempo. Y Yeon-oh no estaba familiarizado
con esta amabilidad. No es que no haya gente amigable alrededor de
Yeon-oh. En particular, el afecto de la niñ era era ciego, por lo que no
habı́a razó n para no estar familiarizado con la amabilidad de alguien.
Por lo tanto, no podı́a entender por qué la amabilidad del prı́ncipe era
tan desconocida. Su amabilidad era desconocida y halagadora, pero no
la odiaba.
“Es un buen dı́a todo el dı́a”.
Yeon-oh inalmente se dio la vuelta sin encontrar una respuesta.
“okey. Parece que el cielo conoce nuestro largo viaje y nos está
ayudando”.
Aunque era obvio que estaba hablando de eso, el prı́ncipe lo aceptó con
amabilidad. Durante los casi diez dı́as de viaje, su relació n fue algo
relajada. Debe haber sido porque literalmente tuvieron que
permanecer juntos todo el tiempo que viajaron en un vagó n. Fue
incó modo al principio, pero como dice el refrá n que la gente puede
adaptarse a cualquier lugar, Yeon-oh cambió rá pidamente la atmó sfera
incó moda y se acostumbró . Tal vez el cá lido acercamiento del Prı́ncipe
fue un factor contribuyente.
“Ojalá el sistema fuera tan brillante como este”.
El prı́ncipe apretó la barbilla en el alfé izar de la ventana y murmuró
como si estuviera luyendo. Claramente no habı́a tenido noticias del
sistema durante diez dı́as, parecı́a curioso sobre el lugar y las personas
que habı́a dejado atrá s.
Hace cinco dı́as, se decidió la fecha de la boda de Shin-Woo Lee. Hace
cuatro dı́as, Hye Yeon-seo dio a luz. Hace dos dı́as, Hye Yeon-seo dio a
luz a un niñ o. Y de nuevo, algo sucedió en la carne. … Entre los que
participaron en la procesió n, habı́a un monje, por lo que Yeon-oh
escuchó las noticias del sistema. Rumores circulan por las islas, el
tiempo que hace allı́, y hasta la noticia evidente que el prı́ncipe querı́a.
Sin embargo, Yeon-oh no pudo transmitir ninguno de ellos al prı́ncipe.
No, no le dije.
De repente, el prı́ncipe golpeó la pared del carruaje. El conductor, que
escuchó el sonido, detuvo el carruaje y la procesió n se detuvo al mismo
tiempo.
“¿Qué está pasando, mi señ or?”
Preguntó el general que controlaba la procesió n. En lugar de responder,
el prı́ncipe abrió la puerta del carruaje.
“Solo estaba viajando en el carruaje todo el camino, y me dio una
polilla”.
“Si lo haces… ”
“Prepara tu caballo”.
Sin preguntar dos veces, el general parpadeó directamente al soldado
detrá s de é l. Corrió a recoger el caballo del prı́ncipe en la procesió n.
“En un dı́a o dos, no podré montar en el carro”.
“… ”
“Recuerda incluso si está s aburrido”.
Si está s aburrido, dı́melo. Te enseñ aré a montar a caballo
correctamente. ―No soy competente, pero querı́a decir que aprendı́ lo
bá sico al regresar al sistema, pero Yeon-oh no pudo. Fue por la
expresió n cansada en el rostro del prı́ncipe que no pudo subirse al
carruaje. Fue solo entonces que me di cuenta de que se acercaba la
fecha de la muerte de la emperatriz Jeongan, que se decı́a que era
alrededor de esta é poca.
“Señ or, estoy listo”.
“okey.”
El padre saltó sobre mi caballo. El movimiento en la silla era tan ligero
que daba admiració n. Tan pronto como el prı́ncipe subió a su caballo, el
señ or de la guerra cerró la puerta del carruaje. Cuando la puerta
cerrada oscureció su vista, Yeon-oh subió la cortina junto a la ventana y
miró hacia afuera. El prı́ncipe tenı́a mejor tez que cuando estaba en el
carruaje. Cuando hizo señ as, la procesió n comenzó de nuevo.
Solo faltaba una persona, pero el carruaje estaba lleno. Yeon-oh cuidó al
prı́ncipe todo el camino.
Era un dı́a soleado, pero por la noche comenzaron a formarse nubes
oscuras y luego llovió . Era un aguacero fuerte. Se habrı́an quedado un
dı́a má s si lo hubieran hecho, pero desafortunadamente estaban en las
llanuras.
Como no sabemos cuá nto tiempo lloverá , el señ or de la guerra llegó al
cuartel del prı́ncipe y, despué s de una reunió n, acordó que serı́a mejor
ir al castillo aunque avanzá ramos lentamente en lugar de pasar otro dı́a
en el cuartel.
“Su Majestad, serı́a mejor ir en carruaje hoy”.
Despué s de todo, estaba lloviendo. Ademá s, las gotas de lluvia
abrazaron el frı́o del invierno, e incluso si solo tocaba las palmas de las
palmas, habı́a frı́o. No es un campo de batalla, es una procesió n a la
delegació n, ası́ que no habı́a necesidad de insistir en hablar en un dı́a
lluvioso como este.
No importa lo que pensara el emperador sobre la sucesió n o lo
incó moda que fuera la posició n del prı́ncipe, estaba muy lejos del
general. Lo má s importante para é l era proteger el cuerpo del prı́ncipe
heredero del dañ o.
“No sé si es cualquier otro dı́a, pero no me voy a rendir hoy”.
“Su Majestad, está herido”.
“Llovió en este dı́a hace catorce añ os”.
“… ”
“Montaré a caballo”.
Hoy fue el aniversario de la emperatriz Jeongan. Sabı́a que era por esta
é poca, pero no sabı́a la fecha exacta. Yeon-oh tenı́a solo dos añ os en el
momento del accidente, y dado que pasó la mayor parte de su infancia
en Hanam, estaba muy lejos de é l incluso si estaba celebrando la
muerte de la emperatriz que falleció en Hwangseong.
De todos modos, mientras el prı́ncipe sacara a relucir el accidente de
vuelco del carruaje, el general no podrı́a romper su terquedad.
Nuevamente, el comandante tenı́a una expresió n preocupada en su
rostro, pero no agregó ninguna palabra.
Yeon-oh estaba perplejo como Yeon-oh. Ayer, cuando el prı́ncipe dijo
que iba a montar a caballo, era un buen dı́a, ası́ que no le importó . Voy a
montar a caballo para cambiar de humor, ¿quié n dirı́a? Pero hoy el caso
era diferente.
Cualquiera que sea la razó n, no fue un buen espectá culo ver al prı́ncipe
movié ndose bajo la lluvia, sino al sirviente Yeon-oh viajando en un
carro. Otro ayudante que vino a acompañ ar a Lee Shin-woo
probablemente tendrá las mismas preocupaciones que yo despué s de
escuchar la decisió n del prı́ncipe.
“Señ or, está lloviendo y el dı́a es muy frı́o”.
“… ”
“Tienes que prestar atenció n”.
Aunque sabı́a que no serı́a capaz de resistir la voluntad del prı́ncipe,
Yeon-oh lo detuvo una vez má s. En lugar de recordarle su pasado una
vez má s, el prı́ncipe deshizo el cuartel, sujetando con fuerza el escudo
de armas que usaba la familia real. Es una negativa eufemı́stica. Yeon-oh
suspiró , pero no tuvo má s remedio que obedecer la decisió n del
prı́ncipe.
En el camino de regreso a mi cuartel, Yeon-oh se puso algunas capas
má s de ropa y se puso un impermeable sobre ella. El sirviente del
palacio, que se ocupaba de la capa, parecı́a desconcertado de por qué
Yeon-oh llevaba un impermeable. Sin mencionar que no era el vestido
necesario para el jinete en el carro. Sin embargo, la cara de perplejidad
pronto se eliminó por instrucciones de Yeon-oh.
“Hoy, tambié n iré a caballo con Su Majestad, ası́ que sepa esto y prepare
su caballo”.
“Sin embargo… ”
“No tan pronto.”
Despué s de despedirlo, el hombre del palacio salió del cuartel con una
cara desconcertada. Yeon-oh trató de quitarse el frı́o calentá ndose las
manos con un brasero. No mucho despué s, alguien entró en el cuartel.
Fue Sirang Dogimyung de Yebu quien fue nombrado ayudante en
nombre de Lee Shin-woo.
“Agua Chumsa, ¿viajas a caballo?”
Tambié n fue un vencedor.
“Sı́.”
“Escuché que eres dé bil. No podrá s soportarlo.
“Su Majestad tambié n dijo que montarı́a un caballo, no un carruaje,
pero como sirviente, no podı́a evitar la lluvia”.
“Eso es todo, pero Hapha… ”
“Está bien, ya se ha decidido”.
Cortar el caballo No sabı́a que la mayor parte de la procesió n estaba
llena de gente de los monjes, pero no era bueno presumir en pú blico.
Ante la determinació n de Yeon-oh, Dogimyung se humedeció los labios.
Ası́ como el trabajo del sistema se transmite a Yeon-oh, cada
movimiento de Yeon-oh se transmitirá al sistema, pero será difı́cil saber
có mo transmitirlo. Sin embargo, no tenı́a intenció n de anular mi
decisió n de apaciguar las di icultades de Do Ki-myung.
Yeon-oh rozó el nombre de la cerá mica como si el prı́ncipe me hubiera
dejado antes.
“Tarjeta postal.”
El prı́ncipe tambié n se dirigı́a a sus barracas para enterarse de la
decisió n de Yeon-oh. Incluso con paraguas, la lluvia que se inclinaba con
el viento mojaba los impermeables. Fue el peor clima.
“Escuchó . Dijiste que ibas a montar a caballo.
“Está .”
“No tienes que hacerlo. Montar el carro No dañ es tu salud por nada”.
“Si Su Majestad se sube al carro, lo haré ”.
“Tarjeta postal.”
“Dios no es lo su icientemente descarado como para permitir que su
amo viaje có modamente en su carreta mientras viaja a travé s de la
lluvia y el viento frı́os”.
Yeon-oh fue muy irme. El prı́ncipe se palmeó la barbilla y inalmente
suspiró .
“Haz lo que quieras.”
“… ”
“Pero si hay algú n problema con tu cuerpo, tendrá s que subirte al
carruaje de inmediato”.
“Voy a.”
“Va a empezar”.
Al inal, el prı́ncipe no dijo que subirı́a al carruaje.
En lugar de debilitarse, las gotas de lluvia se hicieron má s fuertes.
Incluso con un impermeable, era difı́cil bloquear incluso las gotas de
lluvia que golpeaban su rostro. La lluvia, que habı́a penetrado por las
rendijas, mojó inmediatamente su cuerpo. Fue desagradable. En medio
de esto, lo que era aú n má s molesto era la vista que estaba oscurecida
por la fuerte lluvia.
Mi visió n estaba oscurecida como si hubiera niebla. La marcha, por
supuesto, tuvo que ser ralentizada. Se esperaba que no serı́a posible
llegar a Shaanxi a esta velocidad, por lo que el general tomó el punto
medio como destino de hoy. De todos modos, como el castillo no es un
destino, la distancia ha disminuido, pero es imposible garantizar
cuá ndo llegará . A diferencia de los que iban a caballo, los que se
desplazaban a pie parecı́an tener má s di icultades para moverse porque
tenı́an los pies hundidos en el barro.
Yeon-oh estaba ocupado limpiá ndose el frı́o que habı́a penetrado hasta
sus huesos. La lluvia que empapaba su cuerpo pronto se volvió frı́a.
Esto fue aú n má s porque Yeon-oh nació con un cuerpo vulnerable al frı́o
y estaba exhausto aunque no mostró ningú n signo de la marcha que se
prolongó durante varios dı́as. Tenı́a un brasero en sus brazos, pero se
perdió en la lluvia durante mucho tiempo y perdió su funció n.
“¿Por qué no montas en el carro ahora?”
El prı́ncipe, que encontró a Yeon-oh, cuya tez se habı́a vuelto pá lida e
incluso sus labios teñ idos de pú rpura, disminuyó la velocidad y se
acercó a Yeon-oh.
“está bien.”
Dado que mostró tanta sinceridad, incluso si Yeon-oh monta un
carruaje, no habrá una historia de fondo de que el prı́ncipe monta un
caballo en un dı́a como este, y el sirviente viaja có modamente en el
carruaje. En primer lugar, no hay forma de que tal historia de fondo
provenga de esta procesió n, que en su mayorı́a estaba llena de monjes.
Sin embargo, Yeon-oh se negó a pesar de que estaba temblando de frı́o.
Ya era la tercera especi icació n consecutiva.
“Me haré dañ o. Servicio Postal.”
“El correo. Me encantarı́a subirme al vagó n. Tengo un cutis realmente
malo”.
Incluso Yoon Hee-kang, que no lo habı́a visto, ayudó . Yeon-oh ingió no
escuchar y mantuvo la espalda erguida. De hecho, en este punto, Yeon-
oh no podı́a entender por qué no rompió su terquedad. Si esto fuera
su iciente, mostró sinceridad y el prı́ncipe sabı́a bien que Yeon-oh no se
sentı́a bien.
Sigo insistiendo en hacer esta estupidez… , Yeon-oh continuó pensando
mientras miraba al prı́ncipe. Tal vez sea porque el prı́ncipe le pisa los
ojos por alguna razó n.
Es el Dı́a de la Madre, pero nadie lo reconoce. El Prı́ncipe Heredero, que
deberı́a haber asistido al aniversario todos los añ os, ahora estaba fuera
del palacio y no podı́a permitirse el lujo de cuidarlo. Ademá s, a medida
que se acerca la fecha lı́mite, los recuerdos del pasado lo atormentan y
ni siquiera puede subirse al carruaje debido al pasado. Todo eso
despertó compasió n. Nunca me he dejado llevar por las emociones
hasta ahora, ası́ que pensé que era racional, pero me equivoqué . Yeon-
oh ahora estaba lo su icientemente dominado por las emociones como
para lamentarse de sı́ mismo.
El prı́ncipe suspiró , sin saber cuá ntas veces exhaló . Luego extendió su
mano derecha libre y agarró la mano izquierda de Yeon-oh.
“Tus manos está n tan frı́as”.
Originalmente, é l era bastante frı́o, pero a diferencia de sus propias
manos que se enfriaron por la lluvia que caı́a, las manos del prı́ncipe
todavı́a estaban calientes.
“Dé jalo ir.”
Yeon-oh de repente se sintió avergonzado. Habı́a muchos ojos humanos,
y este tipo de calidez nunca fue familiar.
“Es peligroso. Majestad.”
Cuando trató de estrecharle la mano, el prı́ncipe la apretó un poco má s.
El prı́ncipe, que estaba muy unido, tenı́a una postura estable a pesar de
que le dio la mano derecha a Yeon-oh.
“Creo que serı́a má s peligroso para ti resistir tanto”.
“… ”
“En el campo de batalla, es comú n sujetar las riendas con una mano y la
espada con la otra. Ası́ que sostener tu mano no es nada”.
“majestad.”
“Es porque parece frı́o. Si no te gusta, puedes subirte al vagó n”.
Sonaba como una voz dicié ndome que rompa mi terquedad ahora que
tengo que hacer esto. Tal vez ese es el signi icado de tomarse de la
mano inevitablemente. Sin embargo, en lugar de darle al prı́ncipe la
respuesta que querı́a, Yeon-oh retiró el poder de resistir. En cambio,
miró a su alrededor. La fuerte lluvia oscureció su visió n, por lo que
nadie sabı́a si el prı́ncipe y Yeon-oh estaban tomados de la mano. Ni los
que dirigı́an ni los que lo seguı́an lo ignoraban, a menos que fuera Yoon
Hee-kang, que en el mejor de los casos iba escoltado detrá s del Prı́ncipe
Heredero.
“Aunque eres un sabio que ha realizado las costumbres y ya has jugado
un papel, eres la persona má s joven en este enviado. Ası́ que no seas
demasiado terco.
“… ”
“Esta es la ú nica vez que entrego mi terquedad inú til”.
Sonaba como una reprimenda, pero contenı́a preocupació n. Yeon-oh
estaba má s preocupado por la calidez de sostener su mano que por la
reprimenda del prı́ncipe, pero rá pidamente se acostumbró a saber si
era inmune al comportamiento del prı́ncipe, quien a menudo se tomaba
de la mano en un carruaje debido a las pesadillas. Ademá s, era un poco
má s estable sostener las riendas, probablemente gracias a que el
prı́ncipe lo sostenı́a.
El aire frı́o aú n penetraba en sus huesos, pero pensando que de alguna
manera estaba menos frı́o que antes, Yeon-oh acarició su melena con
una mano que no sujetaba.
En ese momento, las palabras del prı́ncipe fueron duramente
amortiguadas. Golpeó el suelo con sus patas delanteras y resopló .
Cuando de repente se puso ansioso y mostró un comportamiento
anormal, el caballo de Yeon-oh tambié n comenzó a temblar como si la
ansiedad se hubiera transferido.
“Woah-whoo-“.
Agarró las riendas con fuerza y trató de estabilizar al caballo, pero el
caballo ahora agitaba las patas traseras. En ese momento, la procesió n
que rodeaba al prı́ncipe y a Yeon-oh tambié n notó la anomalı́a, pero ya
era demasiado tarde. El caballo del prı́ncipe hizo un gran alboroto,
perturbó la procesió n y se escapó . El caballo de Yeon-oh, que se dejó
llevar por la ansiedad del caballo del prı́ncipe, tambié n comenzó a
galopar al mismo tiempo.
“¡majestad! ¡Servicio Postal!”
“¡majestad!”
“¡El Servicio Postal!”
Se escuchó una voz llamá ndolos desde atrá s, pero pronto fue sepultada
por el sonido de la lluvia.
Yeon-oh no sabı́a qué hacer con la ansiedad. La mano que sostenı́a las
riendas tembló . Traté de apretar las riendas con manos temblorosas,
pero fue en vano. Sin embargo, si saltaba, habrı́a resultado gravemente
herido. Era un dilema ya que no podı́a con iar en los caballos que
corrı́an ni saltar. Yeon-oh inclinó la espalda. … ¡Sı́, el servicio de correos!
La llamada se escuchó dé bilmente, pero ni siquiera pensó en girar la
cabeza.
“¡El Servicio Postal!”
“… ”
“¡Hyeyeonoh!”
El sonido de alguien gritando mi nombre me resultaba familiar, ası́ que
Yeon-oh tuvo el coraje de darse la vuelta. El prı́ncipe pudo ver lo lejos
que habı́a corrido. El caballo del prı́ncipe tambié n galopaba como si
hubiera perdido la cabeza. La ú nica diferencia era que el prı́ncipe
estaba acostumbrado a montar a caballo y adoptaba una postura má s
estable que Yeon-oh.
“¡No hablaré mucho! Es peligroso correr má s lejos en un camino donde
no conoces la topografı́a porque tu visió n está bloqueada”.
La voz del prı́ncipe era clara a travé s de la lluvia. Yeon-oh escuchó en
lugar de responder. Despué s de con irmar que Yeon-oh volvió la cabeza
hacia mı́, el prı́ncipe continuó con lo que querı́a decir.
“Saltaré . Entonces, cuando grite tres, suelta las riendas y acé rcate a mı́”.
“… Yo, Dios, estaré en peligro.”
¿Es por el frı́o o es miedo? La voz que salı́a temblaba.
“No te preocupes por eso, cré eme”.
“… yo, yo.”
“Recuerda lo que dije”.
El prı́ncipe soltó la mano que sostenı́a las riendas y se las tendió a Yeon-
oh. Lo que dijo el padre. No habı́a nada que recordar. Porque
de initivamente lo recordaba.
Una mano que no te hará dañ o, dije te protegeré . Aú n ası́, Yeon-ho dudó .
Mientras dudaba, el caballo Yeon-oh sacudió la cabeza violentamente.
“¡Uno dos tres!”
“… ”
Yeon-oh no tomó fá cilmente la mano.
“El correo. Confı́a en mı́. ¿sı́?”
Un rostro cubierto de agua de lluvia creó una sonrisa distorsionada. El
prı́ncipe gritó el nú mero una vez má s. Yeon-oh se acercó para agarrar la
mano del prı́ncipe.
“¡El Servicio Postal!”
Sin embargo, su mano extendida se resbaló bajo la lluvia y sus manos
estaban desperdiciadas. Cuando el cuerpo de Yeon-oh en la silla tembló ,
el caballo se sacudió violentamente.
“Calma.”
Su voz es suave como para calmar a Yeon-oh, quien está notablemente
ansioso.
“No tengas miedo. Uno dos.”
Tres. ―Yeon-oh se mordió los labios y se acercó al prı́ncipe una vez má s.
Ademá s, justo cuando estaba a punto de resbalar bajo la lluvia, el
prı́ncipe movió su mano y agarró la mano de Yeon-oh y tiró de é l hacia
atrá s. El cuerpo de Yeon-oh estaba medio suspendido en el aire. Pensé
que serı́a mejor no mirar, ası́ que cerré los ojos con fuerza y puse mi
peso sobre el prı́ncipe. Al mismo tiempo, sentı́ que mi cuerpo caı́a.
El cuerpo, que caı́a a gran velocidad, inmediatamente rodó hasta el
suelo. El cuerpo abrazado por el prı́ncipe rodó en un charco de agua, se
enganchó en un pico de piedra y luego se detuvo. Yeon-o se despertó
con menos dolor del esperado.
“… ¡Yo, mi señ or!”
El cuerpo de Yeon-oh fue completamente abrazado por el prı́ncipe. Era
posible porque su cuerpo era má s pequeñ o que el del prı́ncipe y era
bastante delgado. De todos modos, decir que Yeon-oh estaba retenido
por el prı́ncipe signi icaba que el prı́ncipe habı́a absorbido todo el
impacto que deberı́a haberle sobrevenido.
“… ¿Dó nde está s herido?
El prı́ncipe, que estaba conteniendo la respiració n, preguntó mientras
tomaba su cuerpo enredado como un bulto y lo miraba. Mi corazó n
temeroso pronto se llenó de absurdo. Sentı́ un ligero dolor por el
impacto de saltar, pero no serı́a comparable con el feto.
“… ¿Por qué ?”
Ambos estaban en silencio. El Prı́ncipe tambié n informó que Biwon
estaba claramente al tanto de esto. Sin embargo, el prı́ncipe fue amable
durante todo el carruaje y, aunque estaba en la misma condició n
peligrosa, no ingió ser ignorante y protegió a Yeon-oh. Incluso si Yeon-
oh resultó gravemente herido al ingir no saberlo, nadie lo habrı́a
culpado porque el prı́ncipe estaba en una emergencia. Incluso
Seungsang no podrı́a decir eso. Las palabras de Yeon-oh contenı́an
estos signi icados.
“¿No eres mi prometida?”
“… ”
“Es algo natural de mantener. Incluso si no es ası́, estoy agarrando las
riendas con ojos que parece que voy a llorar nostalgia, pero tengo que
ingir que no lo sé ”.
Cierra el pico En parte fue porque no tenı́a nada que decir, pero las
palabras que querı́a decir se enredaron y no salieron de su boca.
“De todos modos, mirando la razó n por la que preguntas, parece que no
hay heridos. Gracias a Dios.”
El prı́ncipe palmeó el hombro mojado de Yeon-oh y se puso de pie. Miré
de cerca para ver si habı́a alguna lesió n, pero no parecı́a que hubiera
nada malo. En ese momento, se escuchó una voz a lo lejos que buscaba
al prı́ncipe y a Yeon-oh. ¡majestad! ¡Tarjeta postal! La voz, enterrada en
el sonido de la lluvia, golpeaba su oı́do con un sonido cada vez má s
claro.
El general y Yoon Heegang fueron vistos. Tan pronto como bajaron del
caballo, sus rostros estaban cansados de huir.
“Señ or, ¿está bien?”
“Bien.”
Al escuchar la pregunta a toda prisa, el prı́ncipe quedó ató nito.
“El general, apoye a la o icina de correos. No resultó gravemente herido,
pero debe haber estado muy sorprendido”.
“¡majestad!”
“Lee Pyung, me apoyas un poco”.
Yoon Heegang rá pidamente hizo que el prı́ncipe se apoyara en mı́.
Entonces el prı́ncipe desgarró su cuerpo inquebrantable. Yeon-oh
estaba aterrorizado al verla caer como una muñ eca con un hilo roto,
pero la expresió n de Yoon Heegang, quien habı́a sostenido irmemente
al prı́ncipe, estaba algo pá lida, pero no estaba ató nita.
Parece que Yoon Heegang y el general tenı́an buena movilidad, por lo
que llegaron primero. Despué s de un rato, la otra procesió n se unió
rá pidamente. Luego, la lluvia torrencial cesó como si nunca hubiera
existido, y el sol asomó entre las espesas nubes oscuras.
Fue alrededor de la nueva hora de ese dı́a que llegamos a Shaanxi,
donde no habrı́amos llegado a nuestra velocidad original. Los caballos
de Prince y Yano corrieron tan rá pido que saltaron en un lugar a menos
de una hora de la provincia de Shaanxi.
El general, que decidió que serı́a mejor ir a la provincia de Shaanxi y
santi icar a los dos que habı́an sufrido un desafortunado incidente hoy,
en lugar de establecer un cuartel, los subió a un carro y apresuró sus
pasos. Como resultado, llegaron a Shaanxi antes de que se pusiera el
sol.
Al enterarse de las circunstancias diarias, la provincia de Shaanxi
abandonó rá pidamente la residencia o icial y guió al prı́ncipe a la mejor
habitació n. La corte real que lo habı́a traı́do echó un vistazo. Dijo que
tenı́a moretones en todo el cuerpo porque rodó mientras sostenı́a a
Yeon-oh, pero no hubo lesiones importantes. Dijo que tenı́a un poco de
iebre, pero no lo su iciente para preocuparse. Quemó hierbas
medicinales en la cá mara interior y vertió la decocció n en la boca del
prı́ncipe dormido.
“Incluso el servicio postal deberı́a irse y descansar… ”
Despué s del tratamiento, Gung-ui dirigió su atenció n a Yeon-oh. Yeon-
oh, que no estaba magullado, pero tenı́a una marcada caı́da en la fuerza
fı́sica y casi llegó a la hipotermia, estaba en un estado má s grave.
“está bien. Iré a descansar despué s de un tiempo”.
Cuando se negó corté smente, el cortesano asintió con la cabeza y se fue.
Yoon Heegang estaba fuera para enterarse del incidente de hoy, y todos
los miembros de la realeza habı́an sido enviados, por lo que solo el
prı́ncipe y Yeon-oh dormı́an en la habitació n interior.
“… ”
Durante los ú ltimos diez dı́as, me pregunté si habı́a distorsionado todo
lo que Seungsang habı́a insinuado porque era silencioso. Estuvo
nervioso por uno o dos dı́as, pero los dı́as de paz lo desarmaron. Sin
embargo, esto sucedió tan pronto como el prı́ncipe se separó de Yeon-
oh. Tambié n fue en el aniversario de la emperatriz Jeongan, el dı́a en
que el prı́ncipe casi muere.
¿Es una coincidencia? ¿Es intencional? Sin embargo, Yeon-oh sabı́a
mejor que nadie que no era una coincidencia.
¿Realmente los Seungsang desconocı́an la costumbre de no poder
montar en un carruaje en el aniversario de la muerte de la emperatriz
Jeongan? La red de informació n de Seungsang estaba enredada como
una telarañ a y probablemente no se perdió ni siquiera esta pequeñ a
informació n.
Yeon-oh se sentó junto a la cama del prı́ncipe y lo miró ijamente.
Afortunadamente, no habı́a heridas en su rostro, pero habı́a pequeñ os
rasguñ os en las piedras de sus manos cuidadosamente dispuestas sobre
la metalurgia. Despué s de ver la a ilada cicatriz roja, Yeon-oh volvió a
mirar el rostro del prı́ncipe.
Si no hubiera tratado de salvar a Yeon-oh, el prı́ncipe no habrı́a
resultado tan herido. Debido a su excelente postura, habrı́a minimizado
el impacto de alguna manera, pero absorbió todo el impacto mientras
rodaba alrededor de Yeon-oh.
¿Por qué querı́as salvar a Yeon-oh? Puso la razó n por la que Yeon-oh es
mi fariseı́smo, pero en realidad, era insigni icante frente al nombre de
Jeong-jeong. Pretender no conocer a Yeon-oh y causarle la muerte o que
resulte gravemente herido no signi ica que Hye-ga, que apoya al
prı́ncipe, se verá perjudicada, pero podrı́a haber sido un ultraje muy
pequeñ o.
¿Porque el in ierno?
Las palabras interrogativas se rodaron en la boca y se desmoronaron.
“eww… ”
La frente del prı́ncipe, que habı́a estado durmiendo tranquilamente, de
repente frunció el ceñ o. Miré para ver si me habı́a despertado, pero no
parecı́a ser ası́. Al principio, solo frunció el ceñ o, luego gimió como si
estuviera enfermo. Fue el momento en que Yeon-oh estaba a punto de
levantarse para llamar a la corte real cuando se retorció el cuerpo y
sintió dolor.
“Si buscas una corte real, no hay necesidad de eso”.
“Pero Su Majestad está sufriendo mucho. Si está mal que te lastimen… ”
“Es ası́ todos los añ os”.
Frente al inquieto Yeon-oh, Yoon Heegang respondió con calma. La
realizació n cayó como un rayo, y Yeon-oh miró al prı́ncipe con una
pequeñ a baba. Cada añ o hoy es el aniversario de la emperatriz Jeongan.
“Se ha dicho que tae-eui es el dolor que surge de las heridas del pasado.
De hecho, no hay una respuesta clara a menos que ese sea el caso, y solo
hoy, cada añ o, Su Majestad sufre”.
“… ”
“En realidad, su Majestad, cuando se despierte, es posible que ni
siquiera lo recuerde”.
Yoon Heegang continuó hablando con calma mientras el prı́ncipe daba
vueltas y vueltas y limpiaba la metalurgia desordenada.
“… ¿Sabı́as lo que pasó hoy?
Yeon-oh esperaba que lo que sucedió hoy fuera má s bien un accidente.
“Fue difı́cil rastrear debido a la lluvia. Sin embargo, cuando le pregunté
al conductor quié n estaba a cargo de los caballos, dijo que no tenı́a nada
de especial. Dijo que nunca habı́a visto a nadie acercarse a tu caballo.
“… ”
“Sin embargo, estaba lloviendo hoy, ası́ que tuve la suerte de estar
marchando lentamente. Debido a eso, ustedes dos estaban menos
heridos”.
A la velocidad habitual, el prı́ncipe podrı́a haberse caı́do del caballo sin
ninguna preparació n antes de que el caballo se agotara.
Afortunadamente, la fuerte lluvia oscureció la vista, por lo que la
marcha fue má s lenta de lo habitual, y gracias a eso, el prı́ncipe tuvo
tiempo de agarrar las riendas, por lo que en lugar de correr,
deliberadamente saltó del caballo. El cielo ayudó al prı́ncipe.
“Aú n ası́, no sé si hay alguna pista, ası́ que tendré que discutirlo con el
general”.
Yoon Hee-kang entró de repente y se fue de repente. Yeon-oh volvió a
poner su cuerpo en la silla y miró al prı́ncipe. No sabı́a si mi ceñ o se
abrirı́a. Impulsivamente se llevó la mano a la frente. Entonces la frente
arrugada se extendió como una mentira.
Sintió lá stima por el prı́ncipe que estaba atado al pasado. El pasado lo
habrı́a enredado como una telarañ a, hacié ndolo incapaz de moverse.
Como si Yeon-oh no pudiera escapar de los recuerdos del pasado. Por
eso se mani iestan las pesadillas. No obstante, me reı́. A pesar de que mi
pecho está lleno de heridas descuidadas, casualmente y con calma.
“… mamá .”
Mamá mamá Su iebre subió y sus labios blancos llamaron a la
emperatriz Jeongan. Mientras deslizaba un dedo entre sus manos
temblorosas, lo apretó con todas sus fuerzas como si no fuera a soltarlo.
Yeon-oh lo pensó mientras sentı́a la fuerza de su agarre en mi mano. La
persona a la que intentaba salvar no era Yeon-oh, sino la fallecida
emperatriz Jeongan.
De repente, su vida es lamentable. Y fue pecaminoso. En el caso de la
muerte de la emperatriz Jeongan, no habı́a ninguna razó n para que ella
se sintiera ası́, ya que Hye-ga no habrı́a estado involucrada. Sin
embargo, si Hye-ga hubiera abierto una nueva corte apoyando el dé icit
del Prı́ncipe Soseong en lugar de apoyar al actual emperador, al menos
habrı́a crecido siendo respetado por su padre, quien no fue aplastado
por la inferioridad de la legitimidad en la realeza. Familia. Si tienes
suerte, tu madre habrı́a vivido una vida esplé ndida sin perderla
demasiado en vano y sin sufrir ninguna pé rdida.
“… Hoy, lo pondré en deuda”.
Poniendo su mano libre en el dorso de la mano del prı́ncipe, Yeon-oh
susurró en voz baja. Un dı́a, si algo sucede para reemplazar al prı́ncipe,
lo hará sin dudarlo. Incluso si va en contra de la voluntad de la familia.
Eso no signi ica que viole la voluntad de Hye-ga. Es solo pagar la deuda.
Yeon-oh ingió no saber sobre las grietas en su corazó n y lo racionalizó .
Cuando el prı́ncipe suspiró una vez má s, “Oh, Dios mı́o”, Yeon-oh se
levantó y soltó la mano que sostenı́a el prı́ncipe. Serı́a mejor verlo con
una má scara y no perder la sonrisa, pero era como ver el rostro
desnudo que intentaba ocultar.
La mano del padre tembló una vez má s. Yeon-oh salió corriendo de la
habitació n interior como si estuviera huyendo.
3.
La madre era una persona hermosa. El paisaje en el que estaba parada
la Reina parecı́a contener una pintura de acuarela y, a veces, Ye-Sin
miraba a tal Emperatriz con incredulidad. Pero a veces era triste verla.
Incluso el joven Ye-shin podı́a ver la tristeza descendiendo como la
oscuridad en su sonrisa amistosa, por lo que a menudo tenı́a que
sentarse en el regazo de la madre y jugarle una mala pasada. Luego
sonrió de nuevo con una cara amistosa.
Fue el mismo dı́a que se llevaron a mi madre. En el frı́o invierno, cuando
la primavera aú n era temprana, el padre aconsejó a la madre có mo ir al
palacio de aguas termales con el prı́ncipe para descansar.
Es un lugar cá lido. Serı́a bueno para el prı́ncipe escapar del frı́o por un
tiempo.
Mohu se sentó en su regazo y susurró con voz amistosa a Ye-shin, que
estaba parloteando. La lluvia invernal que caı́a era frı́a, pero el calor de
mamá era má s suave que el sol primaveral, ası́ que era agradable.
Creo que me quedé dormido un rato, ebrio de calor. Hasta que lo
despertó un rugido que pareció desgarrarle los tı́mpanos con la
sensació n de una caı́da impotente.
‘Mi hijo, mi hijo. Musa,… ¿Está s bien?’
El aliento dé bilmente disperso hizo cosquillas en la coronilla de Ye-shin.
‘Mamá , mamá , mamá ’.
‘okey. Bebé . Mi corazon Si esta bien.’
‘Estoy frustrado.’
Ye-shin se quejó de incomodidad mientras la sostenı́an en los brazos de
la madre hasta el punto de sentirse frustrada e incapaz de ver ni
siquiera una pulgada hacia adelante. Pero no podı́a moverse en
absoluto. La sensació n de caer sin poder hacer nada, el rugido que era
agudo como si fuera a desgarrar los tı́mpanos, la vista volcada, los
brazos de la madre rodeá ndome, sabiendo que no era normal.
‘… si en. Mi amor, escucha.
Aunque hablaba intermitentemente si tenı́a dolor, su voz era directa y
fuerte. Pero, como si estas palabras fueran las ú ltimas, Ye-shin no quiso
escuchar las palabras de la madre. En el momento en que estaba a
punto de decir que no o no decir nada, mi dulce boca inalmente se
abrió .
Debes sobrevivir.
Tanto como tú , tienes que sobrevivir. Su vida no fue revelada por las
palabras dispersas, y su corazó n se hundió .
‘Te quiero muchı́simo.’
‘… Tanto el pequeñ o como la pequeñ a aman a mamá . Asi que… ’
‘Dejar solo a ti, ¿có mo puedo irme porque soy lamentable?’
‘… ’
‘Hija mı́a, es lamentable, entonces, ¿có mo voy a ser pisoteado por mis
ojos… ’
No querı́a decir eso. Sin embargo, la boca no se cayó como si le
hubieran aplicado pegamento. La voz de la madre, que habı́a estado
murmurando constantemente mientras abrazaba a Ye-shin sin
descanso, se calmó gradualmente. Me asusté y levanté la cabeza. Cerró
los ojos, pero aú n respiraba. Entonces, aliviado y girando la cabeza, vio
un carruaje roto y en mal estado.
‘… Sı́.’
‘… ’
¿Está s escuchando, sı́?
Si respondı́a, parecı́a que la madre se quedarı́a sin aliento en cualquier
momento.
No odies a nadie.
‘Mami.’
‘Nadie. … Nadie.’
Su voz se desvaneció dé bilmente como una vela en el viento. Yesin
tembló en los brazos de su madre. Aunque solo tenı́a cuatro añ os, el
dolor de su madre lo hizo crecer y la muerte siempre estuvo junto a é l
en la sucesió n del hwangtong. Ası́ que lo sabı́a. En cuanto al hecho de
que la vida de la madre está tomando una trayectoria ligeramente
diferente.
‘No me gusta. No me gusta.’
No te vayas. Al lado de la muerte, no te vayas. Yesin me despertó en los
brazos de la madre que me sostenı́a. La lluvia que caı́a caı́a en el
carruaje roto y le quitaba el calor al sombrero, pero no le hice caso y
enfoqué todos mis sentidos en la madre.
‘Abama mamá te salvará . Ası́ que mamá Mami.’
‘… Dejá ndote, dejando a mi hijo… I Có mo… ’
La dé bil voz de la madre se desvaneció . La vela frente al viento
inalmente se apagó . Dios mı́o. El dolor y la desesperació n se
derramaron en lá grimas, pero la madre, que ya habı́a fallecido y falleció
como una mujer muerta, no pudo alabar a Yesin tan bonita ni secarse
las lá grimas como siempre lo hacı́a.
En los brazos de la madre que se estaba endureciendo, Ye-shin lloró
durante mucho tiempo, luego se agotó y se durmió en algú n momento.
Incluso a la edad de conocer la muerte, era demasiado joven para
soportar el dolor. Ademá s, quedarse dormido era un acto de
autoprotecció n, aunque inconscientemente, porque el cuerpo que
abrazaba estaba dolorido y hambriento.
Cada vez que cerraba y abrı́a los ojos, el paisaje cambiaba. Luego,
cuando se despertó por completo, el cielo brillante se habı́a vuelto algo
oscuro. Cuanto tiempo ha pasado Los pá rpados parpadearon
lentamente. Le dolı́a el cuerpo por la caı́da, tenı́a hambre y su ropa
empapada en gotas de lluvia estaba frı́a. Pero lo que lo hizo má s
insoportable que la enfermedad, el hambre y el frı́o fue el temor de que
pudiera morir con su madre.
La emperatriz y el prı́ncipe heredero sufrieron una catá strofe. Pero
durante mucho tiempo, nadie vino. La prosperidad no llega Si es ası́,
¿por qué , por qué ?
El emperador nunca se ocupaba de sus sombreros, pero pensé que era
porque estaban ocupados. Pero si no hubiera sido por esa indiferencia y
frialdad. Si ese es el caso. Ojos frı́os, la cara del padre que solı́a lamerse
la lengua con cara de insatisfacció n cuando veı́a pasar a Ye-shin. Cerré
los ojos con fuerza, pero no pude quitá rmelo de encima.
La promesa de la madre de vivir só lo para ti ya no podı́a cumplirse. La
promesa de no odiar a nadie ya no se pudo cumplir. Renuncio a la vida
que no puedo ver ni un centı́metro por delante y espero a que llegue la
muerte, pero parece que hay alguien a quien no puedo perdonar si vivo.
Mientras esperaban la muerte, apoyados en el odio y la maldad, se
escuchó una fuerte voz, y al mismo tiempo se rompió el mundo de las
tinieblas.
“… ah”.
Lo primero que me llamó la atenció n fue el techo.
“¿Está s loco?”
Y poco despué s, la voz de Yoon Hee-kang llegó desde cerca. Cuando giró
la cabeza para seguir el sonido, estaba mirando a Ye-shin con una
mirada imperturbable, como si fuera educado.
“… okey.”
Sin ninguna defensa, cayó del caballo con su cuerpo desnudo y le dolı́a
el cuerpo. Aú n ası́, no era que no pudiera levantarse, pero Ye-shin se
levantó sin mucha di icultad.
“Perdı́ la cabeza cuando te vi. ¿Esto es Shaanxi?
“No estaba lejos del punto donde Su Majestad estuvo en el accidente y
Shaanxi, por lo que lo trasladamos de inmediato”.
“Lo es.”
Habı́a pequeñ os rasguñ os en el dorso de su mano. Despué s de todo, una
herida como esta ante el palacio embrujado sanará sin dejar rastro,
pero si el Prı́ncipe Heredero la hubiera visto, habrı́a estado regañ ando.
Ahora que solo tengo 13 añ os, tratar de cuidar a mi hermana mayor es
lindo, pero a veces era incó modo porque no estaba familiarizada con
ese tipo de cuidado.
“¿Qué dı́a?”
“Todavı́a no ha terminado”.
“okey. Gracias a Dios. No me convertiré en un hijo imprudente que no
puede cumplir con el cumpleañ os de mamá ”.
No hay tablilla mortuoria ni incienso, pero es un dı́a que debes cuidar
con el corazó n. En un dı́a en que nadie en el imperio fue honrado, el
hecho de que incluso su hijo no pudiera ser honrado debe haber hecho
que la madre, que ya habı́a tenido una vida miserable, se sintiera aú n
má s lamentable.
“Tuve un sueñ o hoy sin ninguna razó n”.
“… Lo sé .”
“¿okey? ¿Enfermo mientras está inconsciente? No sé cuando me
despierto. ¿Qué pasa si no sabes? Despué s de hoy, no volveré a sufrir
una pesadilla ası́ por un tiempo”.
Sonrió con picardı́a, luego vio a Yoon Hee-kang con una expresió n seria
y sonrió .
“No estaba gravemente herido y estoy muy bien, ¿por qué lloras? ¿sı́?”
Fuiste imprudente.
“¿Qué quieres decir?”
“… ”
“¿Qué estabas tratando de hacer para salvar el servicio postal?”
“Su Majestad debe haber resultado gravemente herida”.
“Todavı́a está s bien, ¿no?”
“majestad.”
“¿Entonces deberı́as haber dejado la o icina de correos muerta?”
“Si no fuera por Su Alteza, alguien habrı́a ido al rescate. Ademá s, para
Dios, nada es má s importante que el consuelo de Su Majestad”.
Yesin inclinó la barbilla. El rostro de Yoon Hee-kang se endureció . Fue
decepcionante que Yesin estuviera tan herida. Era un dı́a lluvioso, por lo
que el zumbido de los caballos no fue tan rá pido como se esperaba. Si
fuera la habilidad de Yeshin, podrı́a ver la oportunidad y bajarse del
caballo sin lastimarse. Entonces, si no hubiera tratado de salvar a Hye
Yeon-oh.
“Si Hye Yeon-oh hubiera muerto, Seungsang se habrı́a quedado quieto”.
“… Por eso no lo guardaste, ¿verdad?
“Hee Kang. ¿Por qué eres tan rá pido para ver hoy?
Por lo general, ni siquiera te das cuenta. ―Yoon Heegang no sabı́a có mo
resolver la expresió n de Yoon Hee-kang a pesar de las bromas que
lanzaba Ye-shin para resolver el ambiente. Bueno, habla en serio sobre
todo, y es extremadamente sensible sobre la seguridad de Yeshin, ası́
que pensé que no desaparecerı́a.
“só lo.”
“… ”
“Tal vez fue porque era un aniversario, y mientras miraba a Yucheomsa,
recordé a la Reina. Es extrañ o.”
Yesin recordó la imagen de la madre moribunda en el carruaje. No
importa qué tragedia sucediera ante mis ojos, nunca habı́a visto que se
superpusieran, pero hoy fue extrañ amente ası́. Ası́ que no podı́a mirar
tanto a Hye Yeon-oh.
“Es muy, muy extrañ o”.
Hye Yeon Ah. Yesin lentamente sacó el nombre con la lengua.
La noticia del regreso del hijo mayor de Seungsang llegó a oı́dos de Ye-
shin tanto como fue un tema que causó revuelo en Jang-an. El dı́a del
banquete de Hanam, se coló en silencio para verlo, pero despué s de ver
a Hye Yeon-oh no en el saló n del banquete, lo encontró accidentalmente
mientras intentaba irse. Revisé la cara, ası́ que fue su iciente para
darme la vuelta, pero Yeshin ingió ser popular. Era pura curiosidad.
El heredero de la familia Hanam-hye que de repente se enfermó y fue a
Hanam para recuperarse durante ocho añ os o má s en el momento de
seleccionar al Prı́ncipe Ye-dong. Una gentil belleza que se parece a su
madre, quien era famosa por ser hermosa en Jangan. Habı́a muchas
palabras para describirlo, pero en realidad nadie habı́a visto a Hye
Yeon-oh, por lo que solo era una persona llena de rumores.
Era natural que Yesin sintiera curiosidad por é l. ¿Es como un zorro
astuto, parecido a un monje, o está creciendo para ser el heredero de la
familia Sedo y vistiendo una arrogancia como una armadura de hierro?
Todo Hye Yeon-oh fue objeto de curiosidad. Hye Yeon-oh, que se
enfrentó a tales emociones, era diferente a Seungsang. ¿Fue porque nos
enfrentamos bajo la luz de la luna? Parecı́a precario como una tenue luz
de luna que nunca desaparecerı́a.
Pero no era só lo que fuera peligroso. Como el heredero de una familia
noble, era moderadamente orgulloso y arrogante, pero tambié n
mostraba un lado amistoso que no pretendı́a ignorar a la princesa que
lloraba y lo consolaba con torpeza.
Tambié n, la irme creencia de que estaba seguro de que no podı́a ser
sacudido.
Querı́a presenciar con mis propios ojos que la creencia se tambaleaba.
Querı́a ver el proceso de llegar a Yesin en desobediencia a su padre.
Entonces ocultó su identidad hasta el dı́a en que tuvo que revelar su
identidad, lo llevó a la o icina de correos despué s de revelar su
identidad, y ocasionalmente mostró su frá gil piel interior y actuó con
amabilidad.
Llevarlo al Shinigami fue una de esas cosas. No habı́a ningú n cá lculo de
que no podrı́a gastar bromas en el camino si Hye Yeon-oh me
acompañ aba, pero el objetivo principal era quitarlo del Seungsang y
dejarlo caer en mis manos. Amenazó a Ye-sin como si no le importara
ganar, pero tampoco fue inesperado.
“¿Está bien el servicio postal?”
Aunque era un objeto de curiosidad y un deseo de ser sacudido, aparte
de eso, mientras fuera el sucesor de Hye-ga, era alguien que no podı́a
caer bien. Ası́ que Ye-shin, que no sentı́a curiosidad por su estado
incluso despué s de haber sido rescatado, preguntó corté smente,
aunque con retraso.
“… ¿Tienes curiosidad ahora?
“Si hubiera pasado, me lo habrı́as dicho. ¿No es el hijo de ese Hye-ga
que no es nadie?
“Tengo moretones, pero nada comparado con Su Majestad”.
“Creo que estaba lloviendo en lugar de moretones, ası́ que supongo que
deberı́a preocuparme por eso”.
“Aun ası́, la temperatura corporal se ha reducido durante mucho
tiempo, por lo que el palacio dijo que era un estado má s peligroso que
la Suma Majestad”.
“Voy a sufrir de entumecimiento. Eso parecı́a.
Eso es lo que habı́a adivinado cuando estaba montando a caballo junto
a Yesin mientras vestı́a un woojang con un cuerpo dé bil en un dı́a
lluvioso. Parecı́a que mi estadı́a en Shaanxi serı́a má s larga de lo que
pensaba. Si fueran todos los demá s, te dejarı́a que me siguieras cuando
todo mejore, pero no pude porque era Hye Yeon Oh.
“Es un accidente. El caballo quedó atrapado en el pico de una piedra y
se escapó asustado”.
“… majestad.”
Aunque sabı́a que Seungsang escribió el nú mero a tiempo para la
muerte de su madre, Ye-shin lo descartó como un accidente.
“Sabes que no lo es”
“Entonces, ¿tienes alguna evidencia? ¿si hay? No, no hay nada que
puedas hacer Ası́ que no digas má s”.
Yoon Hee-kang apretó los puñ os con ira ante la tranquila respuesta.
Aú n no hay nada que hacer Como se dijo, incluso si encontraron
evidencia, no tenı́an la fuerza para traerla. Era tan impotente. Pero no
habı́a lugar para la desesperació n, sumergida en esa impotencia.
Sentarme desesperado era un lujo extravagante para mı́.
“Estaba oscuro. Ve y descansa Necesito dormir un poco má s.
“Voy a vigilarte.”
“hecho. No importa cuá n Heegang, no quiero que me vean, incluso si
eres tú . Lo he visto un par de veces en el campo de batalla sin querer,
pero ahora no quiero. Es solo una apariencia desagradable de la que no
puedo salir porque estoy enredado en los recuerdos del pasado”.
Yoon Hee-kang dobló unos pasos ante su mirada dura.
“Debes estar sorprendido hoy tambié n, ası́ que descansa en paz. No
esté s vigilante afuera por nada”.
Si no dice esto, lo mantendré fuera de la vista y dormiré toda la noche.
Era ası́ en cada aniversario del añ o. Yoon Heegang nunca lo dijo, pero lo
sabı́a.
“Heegang tanto como yo, tu cuerpo es demasiado pesado”.
“… ”
“Manté n esto en mente. Só lo ve y descansa.
“… Voy a.”
“No hables ası́”.
Cuando enfatizó una vez má s porque no estaba seguro, Yoon Hee-kang
se fue sin responder. Estaba tranquilo cuando se fue. Sı́, no odies a
nadie. En un descanso tranquilo, recordó lo que la madre habı́a dicho
justo antes de morir. No odies a nadie Nadie. Para Ye-shin, que sonrı́e
para vivir, pero sobrevive gracias al nutriente del odio, fue un
mantenimiento inaceptable.
Yesin miró el dorso de su mano arañ ado una vez má s y luego se tumbó
en la cama y sacó la manta. El cuerpo no sufre de frı́o, pero hoy estaba
frı́o. Cerró los ojos y esperó a que se pusiera la luna.
Afortunadamente, el cuerpo tenso no se derrumbó tan fá cilmente. El
calor subió por todo su cuerpo, pero Yeon-oh lo soportó solo
vinié ndose. Esto fue posible porque la procesió n de los enviados
decidió quedarse en Shaanxi por unos dı́as.
El accidente que sufrió el prı́ncipe no era algo que pudiera pasarse por
alto fá cilmente. Ademá s, el caballo del prı́ncipe fue encontrado muerto
en un lugar distante. Entonces, decidimos quedarnos en Shaanxi hasta
conocer un poco má s la verdad, ası́ que todos dejamos nuestro equipaje
en el lugar designado y aliviamos el veneno acumulado. Yeon-oh
tambié n se quedó en mi habitació n todo el tiempo despué s de ir a casa
del prı́ncipe anoche y no salió con el pretexto de recuperarse.
“Su Majestad comió ”.
Yeon-oh, que estaba recostado en la cama y leyendo un libro,
inmediatamente cerró el libro y le ordenó que entrara. Tan pronto
como se abrió la puerta, el prı́ncipe avanzó con una cara que no era
diferente a la habitual.
“Nos vemos, Su Majestad”.
Yeon-oh bajó de la cama y se inclinó corté smente.
“Levantarse.”
El prı́ncipe, que levantó a Yeon-oh con un gesto, se sentó y miró a Yeon-
oh.
“Twitter, tu complexió n no es joven. Me alegro de que me voy a tomar
un descanso”.
“He oı́do que está s despierto. ¿Por qué no te castigas má s y te vuelves
pescador?
“Sı́, vine aquı́ porque me preocupaba que la fuerza que tenı́a guardada
como má ximo no saldrı́a. De todos modos, esta es la forma en que he
estado escuchando las quejas de Lee Pyung. Tó mate un pequeñ o
descanso ¿Por qué te vas?
¿No podrı́a el prı́ncipe recordar que habı́a encontrado a su madre ayer?
Las sombras del pasado ya no eran visibles en su rostro. Yeon-oh se
sintió aliviado sin saberlo.
“Hao, el extremo derecho tiene razó n. Su Majestad, debe nutrir.”
“Ni siquiera es un hueso roto. Por el contrario, si conservas tu asiento,
te frustrará s y desarrollará s una enfermedad que no existı́a. De todos
modos, yo, que te envolvı́ y salté , todavı́a estoy bien, pero ¿có mo está s
preservando tu lugar? Lo supe desde el momento en que salı́ a montar a
caballo bajo la lluvia. Tu cara está roja, pero ¿tienes iebre?
El prı́ncipe tocó la frente de Yeon-oh sin dudarlo. Yeon-oh rá pidamente
giró su rostro hacia atrá s, pero la mano del prı́ncipe la atrapó
obstinadamente.
“Porque está lloviendo ası́ y sú bete al carro. Có mpralo y no sufras.”
El Prı́ncipe Heredero bajó la mano sobre su frente, se mordió la lengua
e inclinó la cabeza. La mirada estaba algo avergonzada, y Yeon-oh evitó
su mirada.
“De todos modos, no puedo ser tan caliente”.
“¿Qué quieres decir?”
“¿Vas a quedarte en Shaanxi por un tiempo de todos modos? Escuché
que hoy habrá un gran mercado nocturno en la provincia de Shaanxi,
ası́ que los tres, tú y Lee Ping, ı́bamos a salir”.
“¿No es peligroso?”
“Incluso si la seguridad aquı́ está en mal estado, no creo que Lee Pyeong
y yo podamos manejar uno de ellos”.
“No me re iero a eso”.
“¿Y si?”
“… Las circunstancias del desafortunado incidente que ocurrió ayer no
han sido reveladas”.
Yeon-oh dio vueltas y vueltas al caballo.
“Es un accidente”.
“… ”
“No hay razó n para que no haya sido un accidente”.
Realmente no sabı́a que Confucio se involucrarı́a. Recordé las palabras
del asistente que visitó en silencio la residencia de Yeon-oh anoche,
inclinando la cabeza. No sabı́a que te involucrarı́as. Tan pronto como
escuchó esas palabras, todos los á ngulos fueron golpeados.
Yeon-oh se ayudó a sı́ mismo enviando a un asistente que
repetidamente pidió clemencia. Aunque sabı́a que no habı́a sido un
accidente, esperaba que fuera un accidente. Ojalá mi deuda de vida
fuera un poco má s ligera. Pero que Cadenas má s pesadas se enredaron
en sus tobillos.
“Y tiene que ser un accidente. Si no fuera por un accidente, la cantidad
de vidas que se habrı́an perdido serı́a inconmensurable, y eso no me
gusta”.
“… ”
“Todo serı́a solo ramas laterales de todos modos”.
Incluso si fue intencional, signi ica que pasará como un accidente. El
prı́ncipe no tiene el poder de sacar a la persona que realmente planeó
esto, y el emperador tampoco ayudará . El prı́ncipe previó el futuro, y no
se equivocó .
“De todos modos, debes descansar”.
“… ”
“Tu tez no es tan buena”.
“Voy a ir.”
“¿Qué ?”
“Dije que seguirı́a el Mercado Nocturno Shindo”.
“No me sentı́a bien, pero pensé que no era del tipo que enrolla los
brazos. ¿Es mi error?
La evaluació n de Yeon-oh es precisa. Odiaba los lugares donde la gente
lo golpeaba. Ademá s, como no estoy en buena forma, estaba claro que si
salı́a con este cuerpo para nada, tendrı́a que guardar mi lugar mañ ana.
Sin embargo, por las palabras del asistente, entendió que al menos
Yeon-oh no podrı́a estirar el pecho si estuviera en una relació n con el
prı́ncipe.
De vez en cuando, puede ser un accidente. Sin embargo, si la mano de la
amenaza se extiende una vez má s al prı́ncipe, ¿puede transmitirse
como un accidente? Si la historia se extiende sobre el asesinato del
prı́ncipe y un ministro centrista o Yu-rim se levanta, ni siquiera el
emperador podrá enterrarlo.
Yeon-oh racionalizó mi decisió n, ingiendo no saber sobre la
profundizació n de la grieta. A medida que crecı́a la grieta en su corazó n,
las cosas racionalizadoras sobre el prı́ncipe aumentaron uno o dos,
pero é l se alejó .
“Serı́a mejor si supiera có mo se hará la administració n de otros castillos
cuando herede el tı́tulo de mi padre y gobierne Hanam”.
“El pensamiento de Hanam es el má s sincero”.
“Te escucharé con frialdad”.
“Está bien, Chan. De todos modos, dije que me voy, ası́ que vendré por la
noche. Dé jalos descansar hasta entonces.
El prı́ncipe tocó suavemente el hombro de Yeon-oh como si estuviera
tratando con un niñ o y luego se fue como si hubiera venido. Entonces
Yeon-oh se levantó de su asiento y pudo acostarse en la cama. La dureza
y la angustia quedaron sepultadas en los revueltos escalones. Yeon-oh
colocó el dorso de su mano sobre los ojos que se habı́an vuelto rı́gidos
por el calor y cerró los ojos.
El mercado nocturno estaba bastante animado. Debido a los
ahorcamientos en todas direcciones, la calle era una pesadilla. La
distancia desde la residencia hasta la carretera principal no era mucha,
por lo que caminaron en lugar de usar un carro. En otras palabras,
escapó sin decı́rselo al maestro del castillo ni al general, ni a nadie en el
castillo.
“Si supiera que Su Alteza se ha ido, habrı́a un motı́n”.
“Dijiste que estabas durmiendo, ası́ que no lo sabrı́as”.
No es algo que haya hecho una o dos veces. Me preguntaba si todo
estaba saliendo en secreto cuando entré a Hanambu antes o cuando le
dije a Yeon-oh que hiciera un recorrido por la ciudad, pero lo guardé en
mi corazó n. Si supiera la verdad sin pedir nada, era obvio que volverı́a a
causarme un dolor de cabeza.
“Por cierto, cué ntame. ¿Dó nde está el prı́ncipe aquı́?
“Eso es todo.”
“¿Qué pasa si alguien lo escucha por nada? Tú , que solı́as preocuparte
por cosas desagradables, tienes que ser tan descuidado. Lee Pyung,
¿có mo me llamas desde afuera?”.
“Sı́, señ or”.
El prı́ncipe, que asintió con satisfacció n ante la respuesta que cayó de
inmediato, miró a Yeon-oh. La mirada era pesada, por lo que Yeon-oh
solo movió la mirada de izquierda a derecha.
“No pongas los ojos en blanco”.
“¿Có mo puedes atreverte a hablar el silbato de Su Majestad? Imposible.”
“Entonces, ¿planeas llamarme para decı́rtelo en este lugar abierto y
lleno de gente?”
“No es… ”
Si no llamas, se acabó . La comunicació n tambié n fue posible a travé s de
Yoon Hee-kang. Como si hubiera adivinado los pensamientos de Yeon-
oh, el prı́ncipe chasqueó la lengua ligeramente.
“De todos modos, es inteligente”.
El Prı́ncipe agregó a Tung, pero no agregó má s palabras. Incluso si
intentaran seguir discutiendo, no era un lugar adecuado.
El prı́ncipe, habiendo terminado aproximadamente el asunto de los
tı́tulos, caminó con Yeon-oh a su izquierda. Hubo momentos en los que
miraba el quiosco y murmuraba para sı́ mismo que al Prı́ncipe
Heredero le gustarı́a esto, y cuando veı́a un objeto del que no sabı́a su
propó sito, inclinaba la cabeza y luchaba con é l.
Yeon-oh puso la imagen del prı́ncipe en sus ojos en lugar de los
artı́culos en el puesto. Era extrañ o que é l, un ser supremo, no se sintiera
incó modo en mezclarse y llevarse bien con la gente.
“Si no fuera por las lesiones, hubiera sido bastante bueno beber takju
de la copa de invitados. ¿no es ası́?”
El prı́ncipe no se arrepintió de nada mientras miraba la gaekcup de
cerca.
“Dios es una especi icació n”.
“Por qué , eres mi ú nico compañ ero de bebida. Si te niegas ası́, sentiré
lá stima por ti”.
Recordando los dı́as en que sufrı́a de resaca, Yeon-oh decidió salir. El
prı́ncipe le dio un discurso completo a Yeon-oh sobre los bene icios de
beber, a irmando que no puede perder a su ú nico compañ ero de bebida
a su lado. Todas y cada una de las palabras parecı́an pasar sin
problemas, pero Yeon-oh sacudió irmemente la cabeza, recordando la
resaca que habı́a experimentado la ú ltima vez.
“¿Sabes qué es lo mejor de beber?”
El tono del prı́ncipe, que estaba discutiendo persistentemente con
Yeon-oh, quien negó con la cabeza, se volvió tenue.
“Te embota el dolor”.
“… ”
“Ya sea dolor fı́sico o dolor mental. Todo el dolor desaparece por un
momento. Porque siento que mi cuerpo está enredado entre la realidad
y la fantası́a”.
“¿Eres feliz entonces?”
El prı́ncipe estaba completamente contenido en los ojos negros de
Yeon-oh.
“Al inal, es una solució n. Dios no quiere huir ası́”.
El prı́ncipe mantuvo la boca cerrada ante la seria respuesta que siguió .
La mirada pasó y se hizo el silencio. Yoon Heegang, que estaba cerca,
debió haber escuchado su conversació n, pero no dijo nada.
“… Me comı́ uno.
Fue el Prı́ncipe Heredero quien rompió el silencio momentá neo que
duró como eones. El prı́ncipe suspiró con una cara triste, borrando su
sutil sonrisa y tono.
“Pensé que serı́a duro porque tú tambié n sufrirı́as pesadillas, pero
fracasará s”.
Eso es una mentira. No era solo una palabra para engañ ar. Sin embargo,
Yeon-oh no atrapó la cá psula por nada. Simplemente se transmitió
como si el prı́ncipe fuera sordo.
“Caminar ası́ me recuerda el pasado”.
“¿Qué es?”
“Por ejemplo, tú fuiste el que se puso rojo cuando vio el distrito de luz
roja”.
“Estoy, … No eso fue… ”
Las mejillas de Yeon-oh ardı́an de vergü enza de repente. El Prı́ncipe
Heredero, que habı́a estado prestando mucha atenció n a Yeon-oh,
estaba aterrorizado por la marea roja que era claramente visible
incluso en la oscuridad.
“Es vergonzoso.”
“No te burles de mı́”.
“Voy a tener que ir algú n dı́a, entonces, ¿serı́a tan tı́mido incluso
entonces?”
“No tengo a donde ir.”
“¿Có mo puedes saberlo? Habrá momentos en los que querrá s disfrutar
del canto y las artes escé nicas”.
“Está bien invitar a mú sicos o bailarines a la familia”.
Yeon-ho lo negó . Yeon-oh no entrará y saldrá de la calle colgada del
semá foro en rojo.
“Lo má s importante es que no hay otro lugar tan rá pido como el boca a
boca como el barrio rojo”.
El prı́ncipe entró con una mirada juguetona en su rostro. Inclinó la
cabeza y le susurró al oı́do, y el sonido de su respiració n se extendió
por su oı́do. Yeon-oh rá pidamente dio un paso atrá s, sintiendo que la
pelusa se levantaba en el aliento disperso.
“Qué … ”
“De los miles o decenas de miles de rumores que lotan en el Imperio,
ninguno de ellos pasa por el distrito de luz roja. Ya sea una
manipulació n para enmarcar a alguien o la verdad”.
“… ”
“Bueno, lo descubrirá s cuando te quedes en el sistema. O tal vez puedas
usarlo.
Al ver que Yeon-oh dio un paso, el prı́ncipe inclinó la cabeza. Yeon-oh
estaba tratando de leer lo que querı́a decir con las palabras del
prı́ncipe, pero estaba demasiado loco para borrar la imagen residual
del aliento que le habı́a teñ ido las orejas.
“Verte tan alerta me hace querer intimidarte aú n má s”.
“Jesı́n. Entonces comenzaremos un juego.
“Eso es lindo”.
Yoon Hee-kang, que estaba quieto, se adelantó , pero el prı́ncipe hizo un
sonido sin sentido.
“Hay mucha gente allı́. ¿Nos vamos?”
Luego, sosteniendo la muñ eca de Yeon-oh, caminó rá pidamente y se
mezcló con la multitud. Hoy, el prı́ncipe parecı́a estar decidido a perder
el espı́ritu de Yeon-oh. Tó calo, sacú delo, hazlo loco. Pero sacudié ndolo y
tocá ndolo tanto, no lo odié .
Cuando Yeon-oh no pudo manejar bien a la multitud, el prı́ncipe
inalmente encerró a Yeon-oh en sus brazos y siguió adelante. Yeon-oh,
que estaba casi en los brazos del prı́ncipe, estaba incó modo y daba
vueltas y vueltas, pero al prı́ncipe no le importó y lo golpeó hasta el
frente. Fue entonces cuando vi la causa de la reunió n de personas.
Una tosca muñ eca se movı́a a lo largo de una mano humana en un
marco cuadrado. Los niñ os de la primera ila aplaudieron y
concentraron, y la mayorı́a de los de cierta edad conocı́an la historia,
pero no quitaban los ojos de la obra.
“Es un espectá culo de marionetas”.
Cuando el prı́ncipe descubrió la verdadera naturaleza de la reunió n de
personas, pareció haber perdido interé s y se molestó . Probablemente
sea porque ya lo has visto. El espectá culo de marionetas contenı́a una
historia de dolor.
“Es lo que vimos juntos. ¿Recuerda?”
“Yo recuerdo.”
El contenido era el contenido, pero las palabras del prı́ncipe se
recordaban claramente. Dijo que querı́a sacudirlo. ¿El prı́ncipe olvidó
estas palabras o recordó que fue tan amable con Yeon-oh? Fuera lo que
fuera, el prı́ncipe creó una grieta en el corazó n de Yeon-oh. Fue causado
por la bondad, pero tambié n fue creado por la vida diaria que mostró el
prı́ncipe. Era un rey excelente y no tenı́a intenció n de negar el material.
“Tú .”
El prı́ncipe, que estaba molesto pero vigilaba el lujo del espectá culo de
marionetas, susurró en voz baja.
“¿Có mo está s temblando?”
Yeon-Woo cerró la boca. No habı́a obligació n ni intenció n de dar una
respuesta. Por supuesto, no decayó . El solo creó grietas. Yeon-oh
planeaba llenar esa brecha tarde o temprano. Firmemente, para que no
se vuelvan a crear grietas.
El prı́ncipe movió su mano mientras Yeon-oh, quien se vio obligado a
girarse, y el prı́ncipe hicieron un serio contacto visual. Cuando escuchó
un gemido y giró la cabeza, un hombre frunció el ceñ o mientras
sostenı́a la mano del prı́ncipe. En la mano del hombre estaba la bolsa de
oro de Yeon-oh. Mientras trazaba mi cintura, tenı́a razó n. Mientras lo
tomaba, no sentı́ ninguna popularidad en absoluto.
“¿Qué es esto? Está s tan indefenso”.
El prı́ncipe, que estaba pateando su lengua, tomó la bolsa de oro del
hombre y soltó su mano. Cuando el prı́ncipe soltó su mano, la igura del
hombre que huyó a toda prisa quedó enterrada entre la multitud y no
se podı́a ver.
“¿Querı́as llevarme al palacio?”
“Porque no era tu intenció n”.
“¿por qué ?”
“Nuestra situació n no es una situació n que lo vaya a entregar al
gobierno, y al inal yo… ¿No son ellos el pueblo?”.
“Ajá , entonces mi gente, ¿pensaste que mostrarı́an misericordia y te
abrazarı́an?”
“Está .”
“realmente no.”
“Si solo.”
“Por supuesto que no querı́amos anunciar nuestro escape, ası́ que lo
pasamos, pero si é l tuviera un cuchillo en la mano y te lastimaras, no
habrı́a mostrado misericordia”.
“… ”
“Es la vida que salvé , pero no puedo dejar que otras personas se
emborrachen”.
El prı́ncipe respondió con voz juguetona. Yeon-oh rá pidamente giró la
cabeza al sentir que la grieta que se habı́a propuesto llenar se abrı́a
nuevamente.
Estalló una conmoció n mientras disipaba el calor de su rostro ardiente.
No era el sonido que hacı́a la gente. Pronto me enteré de ello. Era el
sonido de las herraduras. El impulso de los que corrı́an por la calle
principal con antorchas en una mano era asombroso.
“Creo que se descubrió que estabas ausente en secreto”.
Yoon Heegang, que estaba del lado derecho del Prı́ncipe Heredero, llegó
a esa conclusió n mirando los atuendos de los jinetes.
“Pero voy a ir a buscarlo abiertamente ası́”.
“Es natural que algo grave le haya sucedido a la seguridad de Yesin-
sama ayer”.
“No ha pasado tanto tiempo desde que salı́, pero es extrañ o descubrir
que ya me fui. Vamos de todos modos. Si lo está s buscando, debes ir”.
Fue una suerte que no tuviera que preocuparme por có mo mirar la cara
del prı́ncipe. Yeon-oh recuperó la compostura y se apresuró a regresar.
Cuando regresó , la residencia o icial, que deberı́a haber estado
empapada de silencio, era ruidosa. Las antorchas y las lá mparas se
encendieron tan intensamente que toda el á rea era tan brillante como
la luz del dı́a.
Seongju, que contemplaba y daba ó rdenes a los soldados, corrió hacia é l
en cuanto encontró al prı́ncipe.
“¡majestad! ¿Dó nde diablos?”
“castellano. ¿Por qué me encontraste ası́?
El prı́ncipe, que cortó la cintura del caballo de Seongju, inmediatamente
mencionó el punto principal. Seongju, que inalmente recuperó la
compostura en la condició n de mujer del prı́ncipe, ordenó retirar todas
sus tropas y sacó una carta.
“Hubo una emergencia. Ası́ que se lo voy a decir a mi Majestad, pero no”.
“¿Emergencia?”
Cuando las cuatro extremidades estaban a punto de alargarse, el
prı́ncipe volvió a interrumpir las palabras de Seongju. Seongju se tragó
las palabras que habı́a estado diciendo una y otra vez en su garganta y
respondió . Fue al mismo tiempo que el Prı́ncipe abrió la carta.
“Sı́, se dice que el Rey Yeon ha fallecido”.
El contenido del informe de emergencia anunciaba la muerte del Rey
Yeon.
La muerte del rey Yan no fue inesperada. Al principio, el rey estaba
enfermo, por lo que no podı́a enviar la delegació n correctamente, por lo
que no era raro que muriera en cualquier momento.
Sin embargo, con la muerte del rey, el gobierno cambiará y, en el
proceso de transferencia del poder, la corte inevitablemente pasará por
un perı́odo problemá tico. Este es un momento en el que a menudo
ocurren guerras de agresió n, y estaba claro que las delegaciones de
otros paı́ses, incluso de paı́ses grandes, serı́an un tema delicado para
ellos. Ası́ que el prı́ncipe celebró una reunió n para decidir la direcció n.
“Es el obituario del rey. Probablemente no estará n felices de visitar la
delegació n por ningú n motivo. ¿No serı́a mejor decirle a Su Majestad y
honrarlo?”
Al general se le ocurrió una solució n basada en principios.
“Sin embargo, Su Majestad el Prı́ncipe Heredero es el ú nico nieto del
Rey Yeon, quien falleció en privado. Su iciente razó n para visitar.”
Fue el adverbio Dogimyung lo que le hizo frente. Ninguno de los dos
estaba equivocado. El prı́ncipe solo podı́a elegir uno. Envı́a a Jeonseogu
al palacio para recibir una carta que le diga que regrese a casa o cumple
con sus deberes. Si habı́a un problema, era si el emperador le permitirı́a
regresar fá cilmente al palacio, pero nadie señ aló ese punto.
“Con lictos de opinió n”.
“Su Majestad toma la decisió n. No solo los dioses, sino tambié n los
generales obedecerá n la decisió n de su majestad”.
“Si alguien má s hubiera estado en una relació n, tendrı́a que considerar
regresar a Gyeonggi por temor a que causara problemas en la
diplomacia, pero Sirang, como dijiste, el rey Yeon es mi abuelo materno.
Por supuesto, incluso si nunca has visto su rostro, no puedes negar que
son sangre y sangre. Continuaré mi viaje con el propó sito de dar el
pé same. Sin embargo, dado que la causa son las condolencias, serı́a
mejor darse prisa”.
El prı́ncipe señ aló el mapa sobre la mesa.
“Si vas solo por el camino que eliges, volverá s. Está pasando rá pido por
la montañ a.
“Pero los que entren no podrá n seguirte”.
“Ellos excluyen. Ponga solo el nú mero mı́nimo de personas en el caballo
del guardia, y si eso no funciona, pı́dale a Seongju un carruaje”.
“Lo haré .”
“Tambié n elimina a la derecha y a los derechistas de la procesió n”.
“¡majestad!”
Yoon Heegang, que habı́a estado escuchando en silencio la decisió n del
prı́ncipe, levantó la voz. Estaba tranquilo y los ojos de quienes nunca lo
habı́an visto alzar la voz se sintieron atraı́dos hacia é l, pero el prı́ncipe
fue contundente.
“Lee Pyeong, irá s al cargador con aquellos que han sido retirados de la
procesió n”.
“Dios debe seguir a Su Majestad”.
“Haz lo que digo. Si tengo que dejarte sola, soltaré mi corazó n. Despué s
de un tiempo, fui al cargador y vi a tu padre. No he visto tu rostro en
añ os desde que fui comisionado”.
Yoon Hee-kang se mordió los labios. Quiere refutar algo, pero sabe que
si lo hace, se quedará atascado. El prı́ncipe dispersó a la gente mientras
se quedó sin palabras por un momento.
“Rompe la reunió n falsa. Me voy mañ ana por la mañ ana, ası́ que
asegú rate de que todos esté n bien preparados”.
“Tengo una orden, Su Majestad”.
Cuando todos se fueron, solo quedaban tres personas en el interior: el
prı́ncipe, Yeon-oh y Yoon Hee-kang. Yoon Hee-kang tenı́a una cara de
disgusto y solo sus labios eran dulces, y el prı́ncipe estaba tranquilo al
ver tal reacció n.
“Dios puede seguir. Ademá s, Dios es un adverbio, por lo que debe
seguirse”.
Yeon-oh fue la primera en abrir la boca. Yeon-oh se unió a los enviados
como ayudante. Señ alando ese punto, el Prı́ncipe preguntó sin romper
su expresió n relajada.
“¿Con ese cuerpo?”
“… ”
“¿Pensaste que no lo sabrı́a porque no lo expresé ? Todo mi cuerpo está
hirviendo de calor, ¿có mo te va? Ni siquiera va por la ruta normal”.
“todavı́a.”
“Si es un adverbio, ve al transportista y descansa un poco. Ni siquiera
puedo montar a caballo con ese cuerpo.
El padre se mantuvo irme. Yeon-oh conocı́a mi condició n fı́sica, ası́ que
sabı́a que hacerlo juntos solo causarı́a problemas. Pero cuando se
con irmó con palabras, me invadió un sentimiento indescriptible.
Nunca fue una sensació n agradable. Mientras Yeon-oh reprimı́a sus
emociones, Hee-kang Yoon ayudó .
“Llé vate incluso a un dios contigo, mi señ or. Dios no puede enviarte
solo”.
“¿Qué te preocupa cuando otros se van? Lee Pyeong, irá s al
transportista. Vio el rostro de su padre y le pidió saludos. No sé si
puedes recordar la cara de tu hermano”.
“No es demasiado tarde para hacerlo cuando llegue al remitente
despué s de completar sus tareas asignadas”.
“¿Qué dije antes? Dijiste que serı́a seguro dejarte en paz. Vas y haces lo
que tienes que hacer. Ese es tu trabajo. Pues bien, parece que se acabó ,
ası́ que vete. Solo necesito descansar.
El lugar de reunió n era la residencia del prı́ncipe. Cuando dio una orden
de felicitació n con una sonrisa, no tuvo má s remedio que salir. Yoon
Heegang parecı́a estar de mal humor, ası́ que sin un saludo formal,
sacudió la cabeza y dio la espalda primero. Yeon-oh tampoco tuvo má s
remedio que volver a mi habitació n con una mente complicada.
4.
El dı́a despué s de la partida del prı́ncipe, la procesió n, incluida Yeon-oh,
tambié n partió hacia Hwaju. La provincia de Shaanxi aconsejó quedarse
má s tiempo, pero la intenció n de Yun Heegang era irme. Ademá s, la
distancia entre Shaanxi y Huazhou era de unos cinco dı́as como
mı́nimo, ası́ que no podı́a esperar má s. Al inal, Yeon-oh, que se habı́a
mudado durante cinco dı́as con mal cuerpo, se enfermó tan pronto
como llegó a Hwaju.
Despué s de un dı́a completo de descanso, la iebre logró bajar. Yeon-oh,
quien se levantó despué s de robarle su cuerpo dé bil, inmediatamente le
pidió audiencia a Hwa Joo-hoo.
Si bien no fue una buena situació n para despedirnos cuando llegamos,
fue una falta de respeto que nos guiaran directamente al lugar de
residencia sin asistir. Era un prı́ncipe y Yeon-oh deberı́a haberse
comportado en consecuencia. El pú blico que pidió disculpas por la falta
de respeto fue aceptado cerca de la hora del almuerzo.
“Nos vemos despué s de Hwaju”.
Se encontraron en el patio trasero. Fue por la sugerencia del remitente
que querı́a ver el má s allá ya que ya habı́a venido a la residencia o icial
del remitente. Hacı́a un poco de frı́o en la parte norte, pero no era difı́cil
de soportar, ası́ que cuando salı́ a la parte trasera despué s de usar una
marta, Hwajuhu ya me estaba esperando.
“Está bien, ¿te sientes bien?”
“Gracias a ti, me he recuperado”.
“Buena suerte. Estaba preocupada porque no tenı́a un buen cutis
cuando llegué . Si está s pensando en no saludar el dı́a que llegaste, no lo
hagas. Debe haber sido la situació n.
El tono de Hwa Joo-hoo fue amable, quizá s porque veı́a a Yeon-oh como
un adulto maduro.
“Solo quiero agradecerles por su consideració n”.
“Es una exageració n decir que solo está s siendo considerado con algo
como esto”.
Aunque estoy hablando con Hwa Joo-hoo para dar un ejemplo,
realmente no habı́a un tema en el que pudiera tener una gran
conversació n con é l. No hubo contacto entre ellos. Mi padre y yo no
tenı́amos una relació n con é l, por lo que no podrı́a decirles nada sobre
é l.
“¿Có mo está tu papá ?”
“Sı́. Gracias a ti, está s a salvo”.
“Lo es. Hazlo Debes ser libre, debes ser libre. Como primer ministro de
un paı́s, ¿puede la disciplina del paı́s mantenerse en pie solo si no está
bien?”.
Las palabras que estaban destinadas a ir y venir hasta simples saludos
se revelaron rá pidamente. Si este silencio era có modo, no importarı́a,
pero era extrañ amente incó modo, por lo que Yeon-oh re lexionó sobre
qué tipo de palabras continuarı́a la conversació n.
“El regusto es realmente hermoso”.
“¿Lo es? Aquı́ es donde mis manos está n enterradas”.
“Ahora que lo pienso, deberı́a haber saludado a mi concubina, pero lo
olvidé por un tiempo”.
“No. Mi hija era mujer hace dos añ os”.
“ah… ”
“Fue una enfermedad de larga duració n. Simplemente no sabes Escuché
que se habı́a estado recuperando en Hanam durante mucho tiempo.
Pero, ¿có mo es posible que conozca todos los detalles del remitente?
Hwa Joo Ho se encargó de que Yeon Oh no tuviera problemas. Apenas
podı́a asentir con la cabeza.
Si hubiera estado en la isla, habrı́a escuchado un rumor, pero como dijo,
no era razonable que en Hanam recibiera las condolencias y
condolencias del cargador al otro lado del camino, no las noticias del
sistema. En primer lugar, no estaba en una relació n con Yoon Heegang
para tener una conversació n tan privada. Sin embargo, ninguna de las
excusas alivió esta molestia.
“Si no te importa, solo camina. Aunque no se puede comparar con el
que está en la parte sur de la isla, tiene una sensació n de tranquilidad a
su manera”.
Hwa Joo-hoo dirigió la conversació n bastante tranquilamente. Era el
poder de la edad. Yeon-oh respondió a su pregunta sin sentirse muy
incó modo.
“Escuché que pusiste un enemigo en el departamento de cheomsa como
Heegang”.
“Ası́ es.”
“¿Có mo está Hee-kang? Es una pena, no soy tan rico con el hijo mayor.
Lo envié al sistema cuando era joven, y durante los ú ltimos seis añ os,
solo hemos intercambiado cartas y nunca nos hemos visto. La segunda
es porque ni siquiera puedo recordar la cara del mayor, por lo que fue
extrañ o venir aquı́ esta vez”.
“Es un hombre que hace su trabajo. Ha pasado un tiempo desde que So-
saeng se mudó al hospital, ası́ que aú n no sé todo sobre é l, pero es
alguien en quien puedo con iar”.
“Lo es. Buena suerte.”
¿A qué padre le gusta menospreciar a su hijo? Ademá s, Yeon-oh todavı́a
tiene que encontrar algo que pueda llamarse las de iciencias de Yoon
Heegang. Por el contrario, era un gran favorito en té rminos de gustos y
disgustos. Aunque esta es mi opinió n basada en Lee Shin-woo como
está ndar. Entonces, despué s de elegir y dar la respuesta correcta, Hwa
Joo-hoo sonrió satisfecho.
“Su Majestad tardará unos dı́as má s en llegar, ası́ que, mientras tanto,
¿por qué no dejar de lado a los denunciantes?”.
“Por su puesto que lo hare.”
No hubo conversació n despué s de eso. Caminaron tranquilamente. Poco
a poco, el inal del sendero fue visible. A diferencia del jardı́n trasero
inferior, donde solo se cultivaban lores con delicadeza, las pagodas de
piedra esparcidas alrededor del borde de este lugar le daban una
sensació n un tanto á spera.
¿Por qué tuviste que construir una torre de piedra para crear una
sensació n de incongruencia con el jardı́n del patio trasero? A juzgar por
la apariencia, no se construyó al mismo tiempo. Algunas torres de
piedra parecı́an recié n construidas, mientras que otras estaban
corroı́das o cubiertas de musgo.
“¿Qué está s mirando?”
“Porque hay muchas torres de piedra”.
“Dios mı́o. Es la vieja costumbre del cargador.
“¿Son las costumbres?”
“Si su hijo muere antes que sus padres, construyen una tumba y
construyen una torre de piedra en lugar de erigir una lá pida mortuoria.
Tambié n está n rodeados de viejos á rboles, ası́ que, ¿cuá ndo vas a salir
con tu hijo mayor?”.
Mientras escuchaba la explicació n detallada, los ojos de Yeon-oh
estaban en una torre de piedra. En comparació n con otras torres de
piedra, estaba menos corroı́da, por lo que no parecı́a muy antigua.
¿Uno de los hijos de Hwaju-hoo murió temprano? Antes de la
costumbre, nunca se sacaba al niñ o del muro familiar, por lo que
aunque muriera, no habrı́a grandes novedades. Sin embargo, me
abstuve de hablar porque solo era una especulació n.
“… Y esta es la tumba de mi hijo”.
Como si leyera los pensamientos de Yeon-oh, Hwa Joo-hoo señ aló lo que
estaba mirando y dijo.
“Un dı́a de hace quince añ os. Confucio dijo que tenı́a una costumbre ese
añ o. Debe haber sido por esa é poca De todos modos, despué s de que
dejé ir a mi bebé , tuve un ataque al corazó n. La enfermedad cró nica
proviene de é l”.
“… ”
“Los padres que anteponen a sus hijos, siempre llevan una piedra en el
corazó n”.
Se dijo que se colocó una piedra pesada en el corazó n del cargador.
Yeon-oh no se atrevió a preguntarle por qué murió el niñ o. Era una falta
de respeto, pero era por la atmó sfera que recorrı́a su cuerpo. Parecı́a
aburrido, pero sus emociones estaban profundamente enterradas. Era
triste, pero a primera vista parecı́a odio.
“¿Cuá ndo puedo dejar esta carga?”
Yeon-oh no pudo agregar ninguna palabra al sonido que se desvaneció
como un suspiro. No era algo que Yeon-oh, que nunca habı́a
experimentado el mismo dolor, pudiera ofrecer para exhortarlo y
consolarlo, que vivı́a en un dolor impredecible. Era arrogancia.
“Pensé que dijiste algo para calmar la atmó sfera”.
“no.”
“A menudo pienso en eso. Es porque soy viejo ¿O es por culpa del niñ o?
Fuera lo que fuera, no querı́a mostrá rselo a nadie. Ası́ que olvı́dalo.”
“Voy a.”
“Gracias.”
Hwa Joo Hu sonrió levemente como si estuviera a punto de colapsar.
“Voy a tener que irme. Se suponı́a que debı́a ver la segunda clase hoy,
pero lo olvidé por un tiempo”.
“Vamos. Ası́ que Gongja estará esperando a tu padre”.
“Gracias por su consideració n. Tú tambié n, vuelve y lı́mpiate. Pero no te
detengas demasiado en el tocador. Si te quedas quieto, será má s difı́cil
deshacerte de la enfermedad”.
“Voy a.”
“okey. Ah, y no hay necesidad de publicar en el futuro. Es muy
frustrante actuar de acuerdo con la etiqueta debido a los largos añ os de
escondite”.
Cuando Yeon-oh respondió que lo harı́a, Hwa-ju-hu se fue de inmediato.
Aunque no lo expresó todo el tiempo, Hanam estaba disfrutando de
todo lo que deberı́a tener, por lo que puede haber sido incó modo para
é l, el linaje de Hanamhoo.
Despué s de ver la torre de piedra una vez má s, Yeon-oh siguió adelante.
Pensé en volver a mi casa, pero aunque lo hiciera, no tenı́a nada que
hacer. Durante los ú ltimos dı́as, estuve tan enferma que no sabı́a có mo
iba el dı́a, pero ahora no.
Como es la casa de otra persona, lo ú nico que puede hacer es dar un
paseo ya que el radio de acció n se reduce, por lo que Yeon-oh decidió
seguir caminando un poco má s. Los pasos sin rumbo se detuvieron solo
cuando llegaron al inal del patrocinio. Apareció Yoon Hee-kang.
Habı́a algo en su mano. Tras una inspecció n má s cercana, era un halcó n
bastante grande. Yeon-oh observó las ovejas que estaba haciendo hasta
que el halcó n voló y desapareció por el otro lado.
“¿Qué está s haciendo ahı́?”
Era bastante lejos, pero Yoon Hee-kang ingió saber. Solo era natural si
fuera natural para é l tener un sentido del humor ú nico. Ni siquiera traté
de robar, pero Yeon-oh dio un paso, dejando atrá s el sentimiento de
vergü enza.
“Te ves ocupado.”
“no. Pero ¿por qué está s conmigo? No me vuelvo má s re inado”.
“Me siento mucho mejor y solo estoy saludando al transportista. Va en
contra de las reglas no saludar al propietario mientras se hospeda en su
casa”.
“Me alegro de que te sientas mejor”.
“Gracias a todos por cuidarme”.
“Aú n ası́, el cargador es del norte, por lo que los dı́as son frı́os. Serı́a una
buena idea usar ropa gruesa y tener siempre un pañ uelo contigo”.
“Seguiré tu consejo. Por cierto, ¿no es Jeonseogu que el comité de la
derecha acaba de estallar?”
Yoon Hee-kang mantuvo la boca cerrada. Nunca he visto una carta
colgando de la pata de un halcó n. Sin embargo, el halcó n comú n era un
animal favorito junto con la paloma, y los nobles solı́an usar el
Jeonseogu para entregar informació n rá pidamente. En este momento,
incluso en las mansiones de Hanam y Jedo Island, habı́a un lugar
separado para criar palomas y halcones para Jeonseogu.
“Sı́, eso es correcto”.
Al principio, trató de evitarlo porque mantuvo la boca cerrada, pero
Yoon Hee-kang lentamente a irmó las palabras de Yeon-oh.
“Ha sido un entrenamiento. He oı́do informes de que el que acaba de
volar a menudo no encuentra su destino. Tengo talento para entrenar a
Jeonseogu”.
“¿Es eso ası́?”
Yeon-oh se deshizo de sus dudas. Era inusual para Yoon Hee-kang,
quien regresó al transportista para hacer ese trabajo despué s de unos
añ os. Hubiera sido mejor soltar el latigazo en un momento como este.
La razó n por la que permanecı́ en silencio a pesar de tener tales dudas
es porque sé que revelar mis dudas solo elevará los lı́mites de Yoon
Heegang. No habı́a necesidad de empujar los lı́mites.
“Hwajuhu me dijo que no me quedara demasiado en el interior por
Jeongyang”.
“Eso es correcto. Si te quedas adentro, tu cuerpo se oxidará ”.
“Solo digo, ¿puedo pedir la guı́a del transportista?”
“¿La guı́a de un cargador?”
No era lo que habı́a planeado. Yeon-oh tambié n estaba perplejo por las
palabras que salieron sin querer.
“A excepció n de Hanam, es la primera vez que un cargador se queda en
la propiedad del señ or, ası́ que tengo muchas preguntas. Tambié n tengo
curiosidad por saber qué lo hace diferente de Hanam en el sur”.
“No es difı́cil, pero puede ser peligroso”.
Solo sugirió salir con el corazó n alegre, pero Yoon Hee-kang hizo una
expresió n seria.
“Debe tener en cuenta que los bomberos a veces aparecen en los
castillos cercanos, incluido Hwaju”.
“Sı́, he oı́do hablar de eso”.
“Recientemente, se han encontrado rastros nuevamente”.
“Apareció en Harvey el otro dı́a… ”
Recordó de su memoria las palabras que habı́a escuchado cuando
estaba con la Emperatriz.
“Sé que no se ha borrado porque desapareció como una sombra”.
En ese momento, estaba pensando sutilmente que el emperador habrı́a
enviado un ejé rcito de é lite para barrerlo. Porque el ejé rcito regular del
Imperio no puede resistir ni un solo fuego. Por esa razó n, lo que dijo
Heegang Yoon fue realmente sorprendente.
“Es asombroso.”
Sin duda fue sorprendente y extrañ o. Es solo un manojo de fuego ¿Qué
tan fuerte pueden tener poder las personas que han perdido sus
hogares? Quizá s algunos de ellos son muy ingeniosos. Sin embargo,
debe haber sido el caso frente al ejé rcito de é lite.
Incluso en un rincó n tan cuestionable, Yeon-oh llamarı́a rá pidamente la
atenció n. Fue en parte porque no estaba directamente relacionado
conmigo, y en parte por mi complacencia de que iba a hacerlo bien por
mi cuenta.
En esta situació n, las palabras de Yoon Heegang fueron su icientes para
encender la sospecha de que Yeon-oh se habı́a encubierto. Un problema
que no se habı́a suprimido hasta ahora era el de rebajar el prestigio de
Anra. ¿Pero el emperador lo deja en paz? Por supuesto, sabı́a que habı́a
enviado tropas de é lite una y otra vez. Sin embargo, es increı́ble que el
ejé rcito de é lite enviado por el emperador regresara sin ser aniquilado
porque no pudieron encontrar ni un solo rastro de maldad.
Un enjambre de piratas que aparece solo en las cercanı́as del cargador,
indefenso despué s del cargador, la ira del emperador, el fuego enemigo,
el cargador, el emperador y la mala reputació n del cargador. … Era una
idea loca, pero Yeon-oh llegó a cierta conclusió n de forma natural. Pero
no se atrevió a abrir la boca. Ahora que no habı́a con irmació n, no,
incluso si fuera la verdad, no podrı́a atreverme a decir ese nombre. El
emperador era tal ser.
“… No puedo pedir orientació n cuando el territorio es tan turbulento”.
“Es lamentable que no podamos guiar al transportista, pero ya sea el
transportista o Hanam, el lugar donde vive la gente es bá sicamente el
mismo”.
Mientras la conversació n continuaba con un rostro tranquilo, ramas de
pensamientos se extendı́an una tras otra en mi cabeza. Necesitaba
tiempo para re lexionar por mi cuenta. Cuando Yeon-oh viajó en avió n,
Yoon Heegang respondió sin decir mucho. Yeon-oh fue el primero en
dimitir. Cuando volvı́ por donde habı́a venido, estaba perdido en mis
pensamientos.
Tal vez fui demasiado lejos y golpeé la pierna equivocada. Sin embargo,
es cierto que las circunstancias son cuestionables. Fue extrañ o para
Yeon-oh, que no sabı́a mucho sobre el ejé rcito, que el ejé rcito imperial
no pudiera someter a un solo enjambre de piratas. Si fuera cierto que el
emperador intervino, el monje no lo habrı́a sabido.
“… no.”
No puede ser Victoria no lo sabı́a. ¿No puedes simplemente no saberlo?
Má s bien, era muy probable que el trabajo se estuviera realizando en
nombre del monje. Si esto no es solo una suposició n, sino la verdad.
“… ”
Yeon-oh de repente dejó de caminar. Incluso su rostro, sin cambio de
expresió n, estaba distorsionado.
Esto es absolutamente inaceptable. Por el bien de una guerra polı́tica,
só lo por ella, ¿es que está n tomando la delantera porque no pueden
soportar el derramamiento de sangre de la gente? Persona a la que
tambié n se le llama monje de un paı́s, junto con el dueñ o del paı́s.
Tú eres el que lleva la fortuna de la familia. No lo olvides.
Se le enseñ ó a vivir una vida que pone los intereses familiares por
encima de las creencias personales, y creció disfrutando de los
derechos para cumplir con esos deberes. Sin embargo, segú n las
enseñ anzas de Seong-hyeon, el costo de la vida de las personas era un
peso al que se le debı́a dar prioridad sobre las creencias y la
comprensió n. Con una cara envuelta en angustia, Yeon-oh dio un paso.
Era tan pesado como un peso.
*
Cuatro dı́as despué s, el prı́ncipe llegó a Hwaju. Regresó al cargador,
eclipsando el viento de polvo. Fueron solo diez dı́as y dos dı́as. No
importa cuá n motivado estuviera, no habrı́a sido un viaje corto a travé s
de la frontera hasta la capital de Yan, por lo que fue una llegada má s
rá pida de lo que esperaba.
“Nos vemos, Su Majestad”.
“Despué s de Hwaju”.
Es para dar la bienvenida al padre. No solo Hwa Joo-hoo, sino tambié n
todos los miembros de la familia que se quedaron allı́ conocieron al
prı́ncipe. Yeon-oh vio al hermano menor de Yoon Heegang por primera
vez allı́. El niñ o no era muy parecido a Yoon Heegang. Si dicen que son
hermanos, siete de cada diez inclinará n la cabeza.
“Este niñ o es el hermano de Lee Pyong”.
“Se dice que es el Taegang de la familia Hwa Joo Yoon. Majestad.”
“ja ja. El niñ o está jugando una y otra vez”.
El prı́ncipe sonrió suavemente mientras observaba a Yoon Taegang
saludarlo con sus grandes ojos parpadeando, elogiando el saludo
correcto, pero luego estaba preocupado por la salud del niñ o que vino
aquı́ en el clima frı́o.
“Sin embargo, debe hacer frı́o, por lo que no es necesario que salgas a
encontrarte con ese niñ o”.
“Es un trabajo ver a Su Majestad, ¿có mo podrı́a ser eso? Debo salir Está
en mal estado, pero he preparado un lugar para que te quedes. Por
favor, descanse lo su iciente antes de regresar a Gyeonggi-do”.
“gracias. Despué s del fuego.
“Ademá s, a excepció n de Su Majestad, le hemos dicho a la embajada con
anticipació n que organice su residencia para que puedan vivir sin
ningú n inconveniente, para que no tengan que preocuparse por eso.
Hee-kang y todos los que llegaron antes tambié n fueron guiados y
atendidos por la embajada”.
“Despué s del cargador, hay mucho trabajo duro”.
“Es la cosa justa que hacer.”
Hwa Joo-hoo miró al anciano. Luego condujo rá pidamente a la otra
parte, incluido el general, a la misió n. La mirada del prı́ncipe, que los
habı́a visto alejarse, se volvió hacia Yeon-oh.
“¿El servicio de correos se queda sı́?”
“¿No eres un colaborador cercano de Su Majestad? Debe ser atendido
por el Departamento del Fabricante de Barcos de Uidang”.
El Prı́ncipe, quien asintió ante la respuesta de Hwa Joo-hoo, se volvió
hacia Yeon-oh.
“¿Cuerpo?”
“Estoy bien ahora, tal vez gracias a tu preocupació n”.
“Me preocupaba haberlo traı́do por nada, pero me alegro de haberlo
hecho. Mi cutis de initivamente ha mejorado”.
El prı́ncipe respondió a Yeon-oh escaneá ndolo de arriba abajo.
“¿Qué opinas? ¿No fue bueno que vinieras aquı́ y te nutrieras sin ir a la
cometa?”
“Es una pena que no haya podido cumplir con mi deber de proteger a
mi majestad como ayudante”.
“No hay necesidad de preocuparse ya que Yebu Shirang ha trabajado
por su parte. Entremos.”
“Dios te guiará a tu morada”.
Tan pronto como el prı́ncipe terminó de hablar, Yoon Hee-kang dio un
paso adelante. El prı́ncipe saludó a Hwa Joo-hoo y siguió a Yun Hee-
kang. Yeon-oh tambié n tuvo que regresar a su residencia. Yeon-oh miró
la espalda del prı́ncipe que estaba delante y se dio la vuelta.
Durante cuatro dı́as, Yeon-oh estuvo sumido en la angustia y la
angustia. El hecho de que en realidad se creó un enjambre de piratas es
solo la peor suposició n, y no está con irmado, ası́ que no pensemos
demasiado en ello.
¿El padre tambié n está adivinando? Yeon-oh tambié n notó que era
extrañ o. No sé si es el padre. ¿Có mo actuarı́a é l si fuera igualmente
sospechoso?
Trazó sus pasos paso a paso. Lo má s sospechoso es que Yoon Heegang
fue enviado como cargador. Yoon Hee-kang estaba en el ala derecha del
prı́ncipe, por lo que tenı́a que protegerlo. Se dijo que enviar a Yoon Hee-
kang como transportista serı́a tranquilizador, pero no habı́a necesidad
de enviar a Yoon Hee-kang.
Pensé en el dicho de que enviar a Yoon Hee-kang para darte
tranquilidad es otra palabra. Por ejemplo, recopilar informació n sobre
la carga de los transportistas. Entonces se sintió como si los á ngulos
estuvieran entrelazados.
Si Hee-Kang Yoon se enteró , ¿cuá nto sabı́a? Ademá s, si se enteraran, ¿se
mudarı́an? Parecı́a que el padre no lo dejarı́a solo. Si solo me fuera a
sentar y mirar, no habrı́a enviado a Yoon Hee-kang para averiguarlo en
primer lugar.
Sin embargo, habı́a un lı́mite para el movimiento del feto. Como
prı́ncipe, no podı́a levantar un ejé rcito de cargadores sin ninguna
prueba. Cooperarı́a solo despué s del cargador, pero el emperador no
sabı́a có mo interpretarlo. Podrı́a haber agarrado la vaina del prı́ncipe
heredero, diciendo que estaba tratando de superar el poder imperial.
Luego, despué s de asegurar su base con un nú mero mı́nimo de
personas, deben moverse como un rayo. No se puede garantizar la
seguridad del feto.
g
‘… Mamá mamá mamá .’
La imagen del prı́ncipe llamando a su madre a travé s de la iebre
hirviente le vino a la mente como si hubiera sucedido ayer. Yeon Woo
frunció el ceñ o. No me convenı́a ya que parecı́a que todo estaba a punto
de desmoronarse, ası́ que no querı́a volver a verlo. La idea de una vida
endeudada me vino a la mente, quizá s, como algo natural.
La paz de la gente era preciosa, y la vida que le debı́a al Prı́ncipe
Heredero tenı́a que ser devuelta en la misma medida. Cuando cerró los
ojos por un momento ante la comprensió n de la familia y decidió
anteponer sus propias creencias y el costo de su vida, sus
preocupaciones se hicieron má s ligeras y el trabajo por hacer se hizo
claro.
Volviendo a su residencia, Ye-shin se quitó la tú nica larga. Su cuerpo se
quejó de fatiga despué s de la marcha forzada, pero se apartó del sonido
y llamó a Yoon Heegang. Antes de eso, las tú nicas habı́an sido mordidas
durante mucho tiempo.
“¿Lo viste? ¿No te dije que habı́a un lugar donde puedes adivinar má s o
menos?”
“Aquı́ está . Majestad.”
Heegang Yoon tomó el mapa del transportista y señ aló un lugar con la
mano.
“¿Monte Jinak?”
“La cadena montañ osa del monte Jinak se extiende hasta los castillos
cercanos, incluido Hwaju. Ademá s, hay rumores viles de que la
montañ a es tan á spera y hay montañ as, por lo que casi no hay gente allı́.
No hay mejor lugar para que se escondan”.
“¿Está s diciendo que Sangun viene?”
“Entre los que entraron al monte Jinak, pocos salen con vida, y el rumor
de que Sangun está saliendo es un rumor que empezó a circular en
algú n momento… ”
“¿Es este un rumor que difundieron? De esa manera, nadie puede
interponerse fá cilmente en el camino, ¿verdad?
Al tocar el mapa, Ye-shin recibió las palabras de Yun Heegang. Esa es
de initivamente una palabra vá lida. Ademá s, era un lugar donde surgı́an
rumores sobre Sangun, por lo que habı́a una gran posibilidad de que los
funcionarios del gobierno ni siquiera pensaran en eso.
“Aú n ası́, es un poco extrañ o que no hayan buscado una vez. Es el tipo
de persona que mata y se deshace de las consecuencias antes que creer
en una boca viva. El Ejé rcito Central enviado aquı́ no tiene forma de
saber el alcance total del trabajo. Ademá s, si este fue el lugar donde lo
vi, debe haber rastros de personas que iban y venı́an.
Señ alé lo que me estaba molestando. El Emperador de initivamente era
una persona ası́. No creo en una boca viva. Era un hecho que se podı́a
ver por el hecho de que cuando Mohu y Yesin se fueron al palacio de
aguas termales, todas las personas que se llevaron estaban muertas.
Y el monje que no cree en la boca viva debe ser el mismo. Un
magistrado que tiene la autoridad original en su mano es una ley tan
cruel. Yesin tambié n ha vivido una vida que no es diferente a la de ellos,
y dado que vivirá de esa manera, no puede ignorar sus há bitos.
“El camino es muy caó tico para encontrar despué s de una o dos
bú squedas. Dios se detuvo un rato antes de que llegara Su Majestad,
pero no habı́a rastro de é l, y el jefe parece ser bastante so isticado”.
“¡Heegang!”
“Tuve cuidado con la precaució n”.
“No estoy diciendo eso ahora. Es el lugar má s probable como sede
actual. Si hubiera ido solo, habrı́a estado en peligro”.
“¿No es esta la razó n por la que dejaste a Dios y te fuiste?”
“Lo es, pero… No tenı́a intenció n de ponerte en peligro. Por favor
cuı́date Yo tambié n a veces lo olvido, pero vi lo mismo contigo, pero tú …

“majestad.”
Yoon Hee-kang cortó las palabras de Ye-shin. Ye-shin frunció el ceñ o,
pero ocultó sus palabras.
“… Sı́, fui yo quien dijo que hay ojos y oı́dos en otros lugares ademá s de
los palacios. Casi estaba mintiendo.
“El Dios presente es vuestro servidor. Es natural que Dios se arriesgue
por Su Majestad”.
“Es difı́cil hacer eso”.
Mientras hacı́a un puchero y se quejaba, Yoon Hee-kang sonrió . Yeshin,
quien de repente se sintió avergonzado por la reacció n, corrigió su
expresió n y volvió la historia al principio.
“De todos modos, si dices eso, parece seguro”.
“¿Que te gustarı́a hacer?”
“Bien. ¿Tomo prestado el ejé rcito del cargador? Pero ni siquiera
pudieron averiguar dó nde lo vieron, por lo que debe haber habido una
conmoció n durante la bú squeda.
“Si lo haces, Dios… ”
“no.”
“majestad. ¿de ninguna manera?”
“¿Puedes buscar la montañ a solo en un dı́a o dos? Debemos irnos
pronto. Tienes que encontrarlo dentro y golpearlo rá pidamente. Si
hacemos eso, la vida de las personas volverá a ser có moda y nos
ganaremos el corazó n de las personas”.
Esta es una buena oportunidad para ganarse la opinió n pú blica dando
un golpe al naviero y al emperador que ruge a su alrededor con un
enjambre de piratas para distraer a los navieros que dan poder al
prı́ncipe. Tambié n fue una de las razones para partir en respuesta a la
voluntad del emperador. Sin estas cosas, no habrı́a forma de que Yesin
hubiera seguido la voluntad del emperador.
“Hoy, cuando se ponga el sol, se decidirá de inmediato”.
Solo hubo unas pocas palabras o miradas, pero Yoon Heegang sabı́a que
Ye-shin no podı́a doblegar su voluntad.
“Tienes que tener cuidado.”
“por supuesto.”
Se resolvió un pequeñ o roce.
“Por cierto, ¿por qué está aquı́ la o icina de correos? No habrı́a estado
en contra de las reglas incluso si le hubiera pedido que se quedara en la
embajada”.
“¿No estabas en la cama en ese momento?”
¿
“¿Entonces fue difı́cil enviarte a la embajada?”
“Está .”
“En cambio, debe haber sido difı́cil para usted y el remitente”.
“… Todo está en el pasado, pero no hay nada de qué avergonzarse”.
Yoon Heegang puso una expresió n ambigua sobre el viejo rencor que se
habı́a despertado.
“Creo que sı́, pero probablemente é l no”.
“Va a.”
Hwa Joo Hu se habrı́a tragado miles o decenas de miles de emociones
en su re inado rostro y habrı́a tratado a Hye Yeon Oh. Hablando
ló gicamente, era una historia que Hye Yeon-oh no conocı́a, y el pasado
no tenı́a nada que ver con é l, pero Hwa Joo-hoo no habrı́a podido
separar a Hye-ga del sucesor de la familia. En el pasado, ahora y en el
futuro. Al menos hasta que muera.
“Hee Kang. Cuı́date.”
“Tu hermano serı́a má s ú til que yo”.
Eso tambié n era innegable.
“okey. De todos modos, Lee Pyung, me alegro de que incluso a ti no te
moleste la o icina de correos. Cuando te traje al Chumsabu, Heegang,
estabas en mi mente.
Yoon Hee-kang mantuvo la cabeza gacha y no dijo nada. Aunque el
rostro no mostró ninguna expresió n, Ye-shin vio las emociones
encontradas en ese rostro.
“Ve y descansa hasta la noche. Debe ser una noche larga.
“Su Majestad tambié n”.
Hizo un gesto con la mano y mordió a Yoon Heegang. Luego me acosté
en la cama por un rato, luego me levanté y miré el mapa. Dado que es
una montañ a rara, la geografı́a del monte Jinak no fue revelada, por lo
que era necesario familiarizarse con sus alrededores. Ni siquiera sabı́a
que el sol se estaba poniendo mientras estaba aprendiendo el mapa con
mis ojos agudos como nunca antes.
Fue inusualmente lento que el dı́a se inclinara hoy. Cuando el atardecer
estaba a punto de mojar el suelo, Yeon-oh llegó a la residencia del
prı́ncipe con un atuendo modesto, al ver que no habı́a ropa secreta que
deberı́a tener, y apresuró sus pasos. Yeon-oh, que corrió por el pasillo y
se paró frente a la cama del prı́ncipe, contuvo el aliento.
“majestad. Es fresco.
Como no habı́a nadie a quien contá rselo, Yeon-oh lo dijo ella misma. Era
una voz tı́mida, pero lo su icientemente fuerte como para ser escuchada
porque no estaba rodeada por capas de puertas como un palacio. Sin
embargo, estaba claro que lo habı́a escuchado, pero estuvo en silencio
durante mucho tiempo. Yeon-oh esperó pacientemente en lugar de
decirlo de nuevo. Conté los nú meros en mi mente. Uno dos tres.
… La puerta se abrio.
“¿Un servicio postal?”
Fue Yoon Hee-kang quien salió . La vergü enza estaba manchada entre la
cara inexpresiva.
“¿Qué está s haciendo?”
“He venido a ver a su majestad”.
“Su Majestad.”
“Me enteré de que ibas a salir”.
Yeon-oh cortó las palabras de Yoon Heegang. El endureció su expresió n
como si hubiera sido apuñ alado en la esquina. Tan pronto como se
reveló que se sinceró , Yoon Hee-kang de initivamente no era una igura
pú blica en la arena polı́tica.
“Có mo es… ,”
Yoon Hee-kang respondió con una expresió n de perplejidad, pero la risa
estalló desde atrá s. Era el padre La risa disminuyó gradualmente
despué s de un tiempo. Cuando la risa se detuvo, se escuchó la voz del
prı́ncipe.
“Hee Kang. Trae el sello postal dentro.
Con el permiso del prı́ncipe, Yoon Heegang allanó el camino vacilante.
Yeon-oh entró en la brecha. Al igual que Yoon Heegang, el prı́ncipe que
vestı́a una tú nica negra miró a Yeon-oh con una sonrisa lá nguida.
“El correo. Me va a dejar pronto, ası́ que, ¿qué pasa?”
No habı́a necesidad de adivinar la identidad del uniforme negro liso
porque no tenı́a bordado. El pensamiento, que era solo una suposició n
de Yeon-oh, solo se ha convertido en una certeza.
“Seguiré .”
“¿A dó nde te re ieres?”
A diferencia de Yoon Heegang, el prı́ncipe preguntó con calma.
“¿No está s planeando salir pronto con el partido de derecha?”
Ante las palabras de Yeon-oh, cierta emoció n brilló en el rostro del
prı́ncipe por un momento, pero se ocultó rá pidamente y solo la risa
permaneció en su piel.
“okey. Estoy pensando en irme ahora. ¿Có mo puedo quedarme en casa
mientras disfruto de la libertad fuera del palacio durante tanto tiempo?
Incluso en momentos como estos, debe observar la vida de las personas
y disfrutar del entretenimiento de la noche. ¿Todavı́a vas? ¿Tú que te
sonrojaste incluso cuando viste a las mujeres en el distrito rojo?
“Si es un distrito de luz roja, no lo seguirı́a, pero no es ası́”.
“… ¿Bien?”
“Vas a buscar rastros de un enjambre de piratas, ¿no?”
El prı́ncipe intentará escapar como una locha si les dice vueltas y
vueltas, ası́ que era mejor hablar directamente. La sonrisa en el rostro
del prı́ncipe se hizo aú n má s profunda cuando Yeon-oh dijo
amablemente lo que habı́a inferido.
“No puedo entender lo que está s diciendo.”
“Escuché del comité de derecha que se encontraron rastros de un
enjambre de piratas cerca. Porque la Alteza que sirve al pueblo no
parece dejarlo solo en su caos. … Tal vez la suposició n de Dios estaba
equivocada”.
No se mencionó có mo se creó el enjambre. No era seguro, y era un tema
delicado, y Yeon-oh y Prince Yeon-oh eran polı́ticamente opuestos para
hablar de eso. Entonces, puse la causa má s plausible en mi boca.
“Heegang, ¿cuá ndo iltraste la pista?”
El prı́ncipe regañ ó a Yun Heegang, pero no mostró ningú n disgusto.
“Fue que Dios fue má s inteligente de lo que pensé , en lugar de que la
derecha lo arruinó ”.
“El cumplido es genial”.
“Solo estaba diciendo la verdad”.
“No puedo soportarlo cuando sale ası́. Bueno. O icina de correos. Como
dijiste, si vas a buscar rastros de un enjambre de ladrones, sabes que no
puedo llevarte conmigo, ¿verdad?
Eso tiene sentido. No es capaz de escoltar al prı́ncipe debido a sus
excelentes artes marciales, ni requiere gran ingenio. Era una carga para
el prı́ncipe y no podı́a ser má s.
“¿No es eso algo que no sabes?”
“¿qué ?”
“Aunque parezca insigni icante, ¿có mo puedes saber si podrá s pagar la
vida que Dios te debe?”
Ante las palabras signi icativas, el prı́ncipe levantó los labios. Pero no
habı́a emoció n en esa sonrisa. Yeon-oh no evitó la mirada que chocó con
el prı́ncipe y esperó su respuesta.
“El lugar que vamos a buscar es la montañ a fuera de la ciudad”.
“… ”
“La montañ a no es tan empinada”.
“… ”
“El costo de tu vida, ¿crees que podrá s dejar atrá s todas esas palabras y
seguirme?”
“Te seguiré sin embargo”.
“Tarjeta postal.”
“¿No es esto un poco humillante?”
“Una vez que te decides, nunca te rindes”.
Habı́a una sensació n de resignació n ante la voz que chasqueaba su
lengua. El padre se levantó . Su mirada se elevó un poco. Miró el atuendo
de Yeon-oh como si lo escaneara y luego sonrió .
“Vine muy bien preparado”.
“Viene naturalmente.”
“Voy a salir del castillo. Por supuesto, iré con palabras”.
Decir que viajarı́as a caballo fue su iciente para recordarte el incidente
de las carreras de caballos del pasado. Deben haber sido las palabras
que se le ocurrieron al prı́ncipe al recordarlo. Yeonwoo bajó los ojos.
Incluso imaginando ese dı́a cuando estaba sentado impotente sobre un
caballo que corrı́a, a pesar de que el prı́ncipe me rescató de manera
segura, me conmovió al contenido de mi corazó n. Pero tenı́a que
superarlo.
“Dios está bien”.
“Mmm.”
Habı́a incredulidad en sus ojos. Yeon-oh puso rı́gido el cuello y no evitó
su mirada.
“Me iré cuando oscurezca un poco”.
Al inal, palabras similares al permiso cayeron del prı́ncipe. Aunque
cuando era niñ o habı́a una mirada de insatisfacció n en el rostro de Yoon
Hee-kang, no se opuso a la decisió n del prı́ncipe. No se sabı́a por qué el
prı́ncipe le habı́a permitido acompañ arlo. De hecho, ¿cuá ndo lo
entendiste? Siempre ha pertenecido al reino incomprensible desde el
pasado hasta ahora. Todo fue difı́cil. Pero no odiaba lo incomprensible o
lo difı́cil. Eso fue lo má s incomprensible.
El sol se estaba poniendo y el prı́ncipe se movió de inmediato. El guı́a
fue Heegang Yoon. Caminó solo por una carretera escasamente poblada.
Mientras Yoon Heegang salı́a de la mansió n, vi dos caballos.
Hay tres hombres y dos caballos. Cuando vio al prı́ncipe, preguntá ndose
si iba a ingir acompañ arlo y dejarlo aquı́, se encogió de hombros como
si esperara esa mirada.
“Serı́a mi primer viaje desde entonces, pero pensé que serı́a un poco
extrañ o hacerlo solo. En primer lugar, ni siquiera pensé en que vinieras,
ası́ que preparé solo dos palabras.
Quiero decir, podrı́a haber podido obtener uno má s, pero no hacerlo
signi ica que me ocupé de Yeon-oh en pocas palabras. Mientras
caminaba hacia Yoon Heegang, incliná ndome en señ al de gratitud, sentı́
la fuerza de agarre que envuelve mi muñ eca.
“El correo. ¿A dó nde vas?”
“Sı́, ala derecha… ”
“¿A pesar de que las habilidades de conducció n de Lee Pyung son
inferiores a las mı́as?”
Incluso si las habilidades de Yoon Heegang fueran inferiores a las del
Prı́ncipe, no serı́a demasiado difı́cil quemar un Yeon-oh, pero el
Prı́ncipe agarró a Yeon-oh y lo puso en la silla. Para su consternació n, el
prı́ncipe quemó a Yeon-oh usando su propia mano como apoyo, y
aprovechó el frenesı́ para seguir adelante.
Cuando el calor tocó su espalda, se volvió tan consciente que sus
nervios estaban quebradizos. Yeon-oh se puso rı́gido sobre su espalda y
dejó de respirar. El Prı́ncipe Yang, quien incluso notó que Yeon-oh habı́a
dejado de respirar, se tragó una risa breve y extendió la mano y agarró
las riendas. Cuando se convirtió en una igura que parecı́a una jaula
hecha a mano, Yeon-oh no sabı́a dó nde poner los nervios.
“Pero yo,”
“Vamos a la guarida del tigre. ¿Pero vas a seguir llamá ndome ası́?
Por lo general, se lleva en la espalda de la persona, y se envuelve la
cintura con ambas manos, y no se permite sentarse ası́ a menos que sea
el momento de cargar a una mujer. Tan pronto como Yeon-oh se dio
cuenta de esto y lo llamó , el prı́ncipe señ aló el tı́tulo de Yeon-oh.
“… Si en.”
Al inal, Yeon-oh no tuvo má s remedio que entrar. El prı́ncipe le dio
unas palmaditas en la cabeza como si lo alabara. Le hizo cosquillas en la
mano y Yeon-oh movió suavemente la cabeza para sacá rselo.
“Entonces tenemos que irnos”.
“No te vayas”.
Ante el sonido de la insistencia de Yoon Heegang, el prı́ncipe pateó a su
caballo en la espalda. No pregunté lo que querı́a preguntar, pero pensé
que esto era mejor que sentarme detrá s del prı́ncipe y abrazarlo por la
cintura.
A Yeon-oh le tomó mucho tiempo adaptarse a la oscuridad porque
eligió moverse solo por un camino donde la luz no podı́a llegar. Cuando
llegué a la puerta del castillo, pensé si serı́a capaz de salir del toque de
queda, pero fue una preocupació n inú til. Las puertas estaban abiertas
como si ya hubieran usado sus manos. Cuando salieron, las puertas se
cerraron como mentiras.
“Ahora el suelo es irregular, por lo que temblará un poco”.
Un susurro silencioso en mi oı́do sonó como un trueno. Yeon-oh logró
asentir con la cabeza en lugar de la respuesta.
Sus palabras vacilaron como el prı́ncipe habı́a prometido, pero no le
importó porque estaba preocupado por la oreja donde el aliento del
prı́ncipe habı́a tocado. Podı́a sentir la mirada mirando a Yeon-oh. Como
no mostró ningú n signo de incomodidad, se movió lentamente hasta el
momento, por lo que estaba claro que estaba cuidando a Yeon-oh, y la
velocidad era tan rá pida que se podı́a sentir.
El temblor de las palabras empeoró . El recuerdo del momento en que el
caballo corrió salvajemente y no supo qué hacer se hizo claro. Yeon-oh
agarró la manga del prı́ncipe sin darse cuenta. Me sentı́ avergonzado de
que el hombre solo tuviera miedo de montar a caballo, pero no habı́a
nada que pudiera hacer en este momento.
Despué s de regresar a la capital, ya sea que esté enfermo o no, debo
aprender a montar a caballo correctamente y volverme competente.
Con tal promesa, sentı́ el calor de la mano de Yeon-oh, que mordı́a su
labio.
“Si vas a atraparlo, ¿serı́a mejor atraparlo correctamente?”
El prı́ncipe tomó la mano de Yeon-oh y tomó las riendas. Parecı́a suave
por fuera, pero la palma de su mano estaba dura a causa de los callos.
Ahora que lo pienso, dijo que habı́a estado en el campo de batalla desde
la infancia. Yeon-oh aprendió el campo de batalla solo a travé s de
palabras escritas o transmitidas. El maestro dijo que si hay un lugar
donde la gente muere y mata, donde se hace la matanza como si fuera
natural, y si hay un in ierno ignorante, ahı́ es donde dijo el maestro.
Ası́ que ni siquiera podı́a imaginarlo. Fuiste allı́ cuando solo tenı́as diez
añ os. ¿Có mo sobreviviste allı́? ¿Có mo lo soportaste?
“Es por allá .”
Mientras meditaba un rato, llegué a la boca de la montañ a. Má s allá de
la oscuridad, la exuberante cadena montañ osa se jactaba de su
majestuosidad.
“Este serı́a el mejor lugar para esconderse”.
Donde hay mucha gente, es probable que queden algunas huellas. Era
un inconveniente caminar a travé s de la hierba, por lo que se quitaron
las malas hierbas y las ramas para hacer un pasaje para que la gente
caminara, pero no habı́a tal cosa aquı́. Lo que pude ver en la oscuridad
fue solo una montañ a escarpada. No habı́a otro lugar como este cuando
se trata de escondites para aquellos disfrazados de piratas.
“Cortar en dos”.
“Sı́, señ or”.
“Es un lugar duro. Y será ası́ de complicado. Pero, ¿será s capaz de
encontrar rastros de é l solo corriendo? Dividirlo en dos es e iciente”.
“Entonces es difı́cil si te pierdes”.
“Por supuesto, tenemos que marcarnos unos a otros para que podamos
reconocernos. Como siempre hacemos.
“… ¿Hola está s bien?”
Yoon Heegang miró a Yeon-oh y dijo. Entonces, sus palabras estuvieron
cerca de decir si estarı́a bien llevar a Yeon-oh con é l. Podrı́a haber sido
desagradable, pero Yeon-oh no podı́a negar que era una carga.
“Si no hubiera estado bien en primer lugar, ni siquiera lo habrı́a traı́do”.
“… Si es ası́.”
Yoon Hee-kang asintió con la cabeza.
“Cuando la luna se inclina dos pulgadas, desciende”.
“Tomaré tu nombre”.
“Les deseo buena suerte.”
El prı́ncipe se movió sin dudarlo.
Como aú n no habı́a llegado la primavera, la cordillera, donde ni siquiera
se escuchaba el canto de los insectos, era como una enorme tumba.
Ademá s, cuanto má s profundo ı́bamos, má s empinada se volvı́a la
montañ a. Cada vez que las palabras eran caó ticas, el prı́ncipe lo
consolaba acariciando su melena.
Como si no hubiera signos de ser diferente, el prı́ncipe mostró una
mirada relajada todo el tiempo. No olvides tallar marcadores a lo largo
del camino.
Al ver esas cosas, Yeon-oh frunció el ceñ o. No habı́a necesidad de
pavimentar el camino, ası́ que mientras caminaba a travé s de los
arbustos crecidos, las ramas de los á rboles me arañ aban con frecuencia.
Sin embargo, principalmente rasqué el dobladillo de mi ropa, pero esta
vez me rasqué la cara. Sentı́ una sensació n de hormigueo en mi mano y
sentı́ que algo me cubrı́a la cabeza.
“No está bien tener una cicatriz en una cara bonita”.
El prı́ncipe se quitó uno de los abrigos que llevaba puestos y se lo puso
sobre la cara. Yeon-oh trató de devolverlo, pero el prı́ncipe se negó .
“De acuerdo.”
“Oh, hace sol”.
“Soy fuerte contra el frı́o, ası́ que esto no es gran cosa. No te lastimes la
cara por nada. Vine aquı́ con la promesa de que te cuidaré bien, y solo
entonces no podré ver al hombre rico”.
Habiendo dicho esto, no podrı́a recomendar má s. Al inal, Yeon-oh casi
se cubre la cabeza con la ropa del prı́ncipe y se cubre la cara. Podı́a
sentir el olor del padre. Mientras inhalaba el aroma del frı́o invierno,
pude escuchar el sonido de la respiració n del prı́ncipe
excepcionalmente fuerte.
El cuerpo, que habı́a estado relajado, volvió a ponerse rı́gido por la
tensió n.
“¿Por qué tienes miedo de que te puedas caer?”
El prı́ncipe, que pensó que era porque tenı́a miedo de caerse del
caballo, preguntó en tono amistoso.
“… no.”
Era cierto que estaba nervioso, pero el hecho de que su cuerpo
estuviera rı́gido en este momento no era simplemente la razó n, por lo
que Yeon-oh hizo una pausa antes de negarlo.
“No. Los caballos son inteligentes, pueden leer rá pidamente la ansiedad
de la persona que montan y se ponen ansiosos juntos. ¿Estoy
aguantando? Promé teme que no te defraudaré . Ası́ que relá jate.
La bondad del prı́ncipe era como veneno. Si no fue amable, si no dijo
palabras cá lidas, si no hizo nada por sı́ mismo… Cuanto má s quiero
temblar ası́.
No puedes ser sacudido, no puedes ser sacudido, pero te encuentras
deseando ser sacudido. Yeon-oh se mordió los labios y aclaró su mente.
Yeon-oh, que estaba ocultando su rostro en una chaqueta exterior y
reconciliando sus emociones, volvió la cabeza hacia la mano que le
tocaba el hombro. Justo cuando estaba a punto de abrir la boca, el
prı́ncipe envió una señ al para que se callara. Yeon-oh siguió la mirada
del prı́ncipe. Un humo tenue se elevaba desde la distancia.
De initivamente era humo saliendo de un fuego.
Es humano
Antes de darse cuenta, el prı́ncipe se bajó de su caballo y ayudó a Yeon-
oh a bajarse. Era un largo camino a pie, pero habı́a muchas
posibilidades de que lo atraparan mientras montaba a caballo. El
prı́ncipe ató bruscamente las riendas al á rbol.
“Creo que deberı́as estar aquı́”.
“Iré contigo.”
Yeon-oh negó con la cabeza. Fue para racionalizar su decisió n, pero en
todo caso, nominalmente, fue el camino que siguió para saldar la deuda
de su vida. Ası́ que fue correcto ir juntos.
“Será má s difı́cil que caminar”.
“está bien.”
Má s bien, sabe que seguirlo solo hará que el prı́ncipe sea má s
engorroso. Aun ası́, no querı́a esperar aquı́. Al ver la fuerte voluntad de
Yeon-oh, el prı́ncipe suspiró .
“Está bien porque no podı́as moverte rá pidamente porque tenı́as que
matar al Ki-cheok de todos modos”.
“… ”
“El suelo está helado y resbaladizo. Ten cuidado.”
El padre prestó atenció n. Como si pensara que eso no era su iciente,
señ aló algunas cosas con las que tener cuidado, pero actuó como si
estuviera enseñ ando a un niñ o, y Yeon-oh tuvo que estar envuelto en
una sensació n un poco extrañ a.
El prı́ncipe, que habı́a estado discutiendo durante mucho tiempo como
si estuviera amonestando, todavı́a estaba insatisfecho con sus palabras,
pero como si no pudiera pensar en nada má s que decir, dejó de hablar y
le dio la espalda. Despué s de barrer suavemente la melena, Yeon-oh
siguió el camino que el prı́ncipe le habı́a dado.
Di un paso con cuidado. Excepto por el rugido ocasional de las bestias,
todo estaba tan silencioso que incluso los pasos de la hierba sonaban
como truenos. Era una sensació n diferente a cuando viajaba a caballo.
Ademá s, encontré un humano. Debı́a tener má s cuidado en el camino.
Aunque puede que no lo sea.
El prı́ncipe, que caminaba de espaldas, bajó la voz y abrió la boca. El
yerno estaba callado y, aunque su voz era pequeñ a, podı́a escucharla
claramente.
“Si son golpeados por una banda de ladrones como creemos que son, y
si los atrapan y los ponen en peligro, huyan de inmediato”.
“… ¡Soy Yesin!”
“Mira esta marca en el á rbol. Lo corto con un cuchillo y lo muelo con
mostaza silvestre. Solo brilla suavemente por la noche, pero es tan
pequeñ o que no puedes saber si no eres consciente de ello”.
Yeon-oh cortó el caballo y miró hacia el lugar donde el prı́ncipe
heredero, quien continuó las palabras que querı́a decir, estaba
señ alando. No podı́a decirlo a menos que lo estuviera mirando
conscientemente correctamente, pero si miraba de cerca, podı́a ver que
estaba ligeramente brillante.
“Si vas por este camino, encontrará s el caballo. Puedes montarlo y huir.
“… No puede ser.”
“Solo lo digo porque es má s un obstá culo si está s allı́”.
“… ”
“Por supuesto, eso no sucederá . Solo estoy tratando de averiguar la
base hoy. Pero en caso de que no lo sepas, estoy hablando del peor de
los casos, ası́ que tienes que seguirme”.
“… pero.”
“Respó ndeme que hará s lo que te diga, vamos”.
El prı́ncipe apresuró la respuesta de Yeon-oh. Hasta ahora, la apariencia
juguetona se habı́a desvanecido por completo y solo la seriedad estaba
cubierta como un velo. Las palabras de que no podı́a hacerlo y que las
seguirı́a seguı́an corriendo por mi boca, pero las palabras nunca
salieron. Yeon-oh asintió con la cabeza sin poder hacer nada. En ese
momento, el padre relajó su expresió n.
Despué s de terminar la batalla no verbal, comenzamos a movernos de
nuevo. Caminar por un camino irregular requerı́a una resistencia
considerable. Tan pronto como golpeé el pico de piedra, sentı́ que mis
pies se iban a entumecer. El dolor comenzó en mi dedo del pie y se
extendió . Empujé mi cuerpo para seguir quedá ndome atrá s. El prı́ncipe,
que miró hacia atrá s, dejó de prestar atenció n a Yeon-oh a medida que
se acercaba. En cambio, la señ al de vigilancia se profundizó . Tambié n
reaccionó al sonido de pisar el cé sped.
“Shh”.
El prı́ncipe, que avanzaba paso a paso mientras estaba alerta, dejó de
caminar abruptamente. La fuerza de agarre que agarró la mano de
Yeon-oh fue considerable. Pero Yeon-oh ni siquiera podı́a fruncir el
ceñ o. Una voz vino de cerca.
“¡Es un intruso!”
Si es un intruso, me re iero a ellos. El prı́ncipe se agachó y se escondió
en el espeso bosque, respirando con di icultad. Una de sus manos
estaba en la vaina.
“Es una razó n só lida, pero iba a averiguarlo… ”
“… ”
“Mensajero, ¿recuerdas lo que dije?”
Lo que dijo fue que saliera corriendo tras el cartel sin mirar atrá s. Yeon-
oh quiso negar con la cabeza, pero no pudo. Sabı́a que solo serı́a un
desperdicio si yo estuviera allı́. Mientras asentı́a con la cabeza, los ojos
del prı́ncipe dibujaron un arco redondo.
“Sı́, tienes que tener cuidado”.
Despué s de recordá rselo una vez má s, el prı́ncipe volvió la mirada hacia
adelante. Las antorchas y las banderas hacı́an ruido, pero no habı́a
sensació n de venir aquı́. Ahora que lo pienso, si ya te han atrapado,
deberı́as estar rodeado por este lado. Por el contrario, sus pasos se
alejaban cada vez má s.
Intruso. Intruso. … Yeon-oh tomó aire para salir. Los intrusos no fueron
el ú nico prı́ncipe y Yeon-oh. Yoon Heegang tambié n vagaba por esta
montañ a. Tomó un camino diferente, pero tambié n encontró este lugar.
Y son atrapados y perseguidos. El puñ o cerrado del prı́ncipe se puso
blanco como si hubiera llegado a la misma suposició n.
“… Me dijo que tuviera cuidado”.
Las palabras escupidas como si fueran masticadas eran una molestia,
pero subyacentes estaban la ansiedad y la preocupació n.
“No puedo evitarlo. Tengo que distraer mi atenció n.
“Es peligroso.”
“¿Vas a dejarlo en paz?”
No pude responder que deberı́a serlo. Yoon Heegang serı́a capaz de
superar esta situació n, ası́ que tuve que decir que deberı́as bajar de esta
montañ a, pero la mirada y la expresió n del prı́ncipe le amordazaron la
lengua.
“No puedo.”
“… ”
“Lee Pyung es alguien a quien no puedes perder”.
Alguien a quien no puedes perder. Yeon-oh tuvo que sentir una cierta
sensació n de derrota por esas palabras. Pero como era un sentimiento
desconocido, traté de quitá rmelo de encima.
“Tú no sales”.
El prı́ncipe no forzó una respuesta. Parecı́a que no podı́a permitirse el
lujo de esperar una respuesta. Sacó la daga que tenı́a en sus brazos y la
arrojó tan fuerte como pudo. Se escuchó un grito junto con los gritos de
un caballo mortal.
“¡Hay má s intrusos!”
Las antorchas parpadearon y se dispersaron. Parecı́a que se dieron
cuenta de que habı́a al menos dos intrusos y que lo compartı́an. El
prı́ncipe se alejó rá pidamente de Yeon-oh y arrojó otra daga allı́.
Signi icaba que cambiarı́a su posició n para esconderse y proteger a
Yeon-oh.
El sonido se hizo má s fuerte. Yeon-O abrió los ojos y los miró . Espada de
hierro, hacha, maza… todos ellos son soldados Las armas re inadas eran
preciosas. No eran solo armas que tendrı́a un enjambre de piratas.
La suposició n de Yeon-oh se convirtió en convicció n. No son solo un
grupo de gá nsteres. Fue algo que alguien creó . Sin eso, en lo profundo
de las montañ as, las personas de ese tamañ o no podrı́an manejar un
arma con un alto grado de perfecció n. Ademá s, no es la apariencia de
una persona hambrienta que está bien entrar. Tampoco era el camino
de alguien a quien le faltaba algo y estaba tratando de recuperarlo.
Padre, ¿está s…
Yeon-oh apretó los puñ os pensando en Seungsang.
Tuve un ataque al corazó n, pero esperaba que no fuera ası́. No importa
cuá nto lo ordenara el emperador, incluso si fuera para la gloria de
Hyega, una persona que era el lı́der de un paı́s no deberı́a haber creado
tal cosa. ¿Es realmente correcto hacer temer a la gente por el propio
interé s?
Me sentı́ terriblemente desilusionado. Me cansé de la voluntad de la
familia que tenı́a que seguir.
Yeon-O levantó su cuerpo inclinado. Tuvo que mudarse Tienes que
seguir el camino para encontrar el caballo. Si pierdes tu caballo, pierdes
tu movilidad, y si lo haces, tus posibilidades de sobrevivir aquı́ tambié n
se vuelven escasas. Como no habı́a nada que pudiera hacer aquı́ en este
momento, Yeon-oh montarı́a el caballo y correrı́a hacia Hwa-ju-hoo en
busca de ayuda.
Puede que los que vinieron con la delegació n no lo crean, pero al menos
el cargador podrá con iar en é l. Es el padre de Yoon Heegang, por lo que
podrá reunir a sus tropas y venir corriendo. Yeon-oh, que pensó
sobriamente, siguió la ú ltima direcció n en la que se habı́a dirigido el
prı́ncipe antes de moverse con los ojos.
p p j
El prı́ncipe estaba usando el terreno para bloquearlos bien. No se
olvidó de moverse en voz alta, para que sus ojos no se movieran hacia
Yeon-oh. Era obvio que se sorprendieron porque pensaron que solo
eran personas que encontraron una base mientras cruzaban la
cordillera.
Por favor, mantente a salvo hasta la llegada. Yeon-oh, que intentaba
moverse con la esperanza de estar a salvo, no pudo dar unos pasos y se
encontró con di icultades.
Aparecieron dos personas destacadas. Era natural para ellos pedir
apoyo a la base, y habı́a tanta gente en este lugar. La razó n por la que
Yeon-oh no habı́a sido notado hasta ahora era que estaba escondido en
un lugar escasamente poblado, y romper ese asedio estaba muy lejos.
Pero no puedes quedarte atrapado aquı́. Cuanto má s se prolongaba,
má s desventajoso era el prı́ncipe y Yoon Heegang.
Tomó una decisió n y dio un paso cauteloso hacia adelante. A veces se
oı́a el sonido de ramas rotas, pero quedaba sepultado por el sonido de
espadas chocando.
“… ”
Los labios estan secos Ahora que lo pienso, esta fue la primera vez en
mi vida. Aunque hubo incidentes desagradables cuando era niñ o, nunca
habı́a estado tan amenazado ya que creció como una lor en un
invernadero durante la mayor parte de su vida.
Me hizo sentir culpable por seguirte. Yeon-oh siguió inevitablemente
para pagar la deuda de su vida, pero solo causó problemas y no ayudó .
Má s bien, si no hubiera habido Yeon-oh, sus acciones habrı́an sido un
poco má s liberales. Cuando lo pensaba ası́, me sentı́a raro. Pero el
movimiento no se detuvo. Pensé que si no hacı́a eso, serı́a una
verdadera carga.
Que tan lejos ir Yeon-oh encontró un á rbol con una marca. Por todos
lados, el yerno fue obstruido por antorchas en su bú squeda de la señ al.
Si no lo lees correctamente, no podrá s contar todo el camino hacia
atrá s.
Yeon-oh, que se mordió el labio con un nerviosismo desconocido como
nunca lo habı́a experimentado, inconscientemente volvió la cabeza en
direcció n al prı́ncipe.
“… !”
Al mismo tiempo, descubrió una cuerda de arco dirigida al prı́ncipe.
p g p p
No se puede hacer. Puedes fallar, pero si lo aciertas, será má s difı́cil que
el Prı́ncipe salga de aquı́. Era una montañ a, y el prı́ncipe ya era bajo.
Compañ eros que podrı́an estar contigo estaban peleando en otro lugar.
¿Debo gritar? Sin embargo, en ese caso, la posició n de Yeon-oh queda
expuesta. Yeon-oh no tenı́a la capacidad de protegerse a sı́ mismo. Si es
ası́, ¿qué debo hacer? Mientras estaba impaciente, Yeon-oh pensó que
serı́a mejor exponer su posició n. Como especularon, si los monjes
estuvieran seguros, no podrı́an dañ ar a Yeonwoo. Por supuesto, solo fue
posible cuando les reveló su identidad bajo el supuesto de que Yeon-oh
estaba vivo.
La cuerda del arco se estaba tirando bruscamente incluso durante el
con licto por no poder tomar una decisió n. Incluso en ese momento, el
prı́ncipe estaba luchando contra la espada sin darse cuenta. La mano
que estaba envuelta en nerviosismo tembló . Cuando vio una mano que
soltaba la cuerda tirada del arco, Yeon-oh movió su cuerpo a pesar de
su incapacidad para decidir.
“Sı́… !”
No dejes que esas lechas alcancen el cuerpo del prı́ncipe. Yeon-oh
estaba resentido por sus pies lentos incluso en este momento.
Al escuchar la voz de Yeon-oh, el prı́ncipe se dio la vuelta. La lecha que
estaba dirigida al prı́ncipe se desvió y golpeó el á rbol.
Afortunadamente, Yeon-oh ahora está expuesto a su mirada.
Cuando el prı́ncipe se movió para evitarlo, el francotirador tomó una
lecha directamente del cañ ó n y la apuntó . Esta vez, la protesta no duró
mucho. Los enemigos estaban dispersos por todo el lugar, por lo que el
rango que el Prı́ncipe podı́a maniobrar era estrecho. Ası́ es. Tenı́a esa
certeza.
“¡No vengas!”
El prı́ncipe, que estaba contraatacando con una gran espada, alzó la voz.
Pero Yeon-oh no disminuyó la velocidad. Y en ese momento, se dio la
vuelta y al mismo tiempo estalló un fuego en su hombro.
“¡Yeon-oh!”
Despué s de ingresar a la escuela, el prı́ncipe, que solı́a llamarlo
Yucheomsa, pronunció el nombre de Yeon-oh por primera vez. No
puedes llamarlo a menos que sea un familiar, pero es un nombre que te
dije que no llamaras, pero no me ofendı́ en absoluto.
“¡Estos no son meros intrusos! ¡No me mates, solo captú rame!”
Yeon-oh pronto se sometió a las palabras del hombre que parecı́a ser el
jefe. El prı́ncipe no podı́a caminar tres pasos y estaba rodeado de otros.
Mientras todos los ojos estaban puestos en Yeon-oh, deberı́a haber
huido, pero tenı́a que huir…
La iebre estaba caliente. Yeon-oh enderezó su cuerpo, en el que se
apoyaba constantemente, y se encontró con la mirada del prı́ncipe. Lo
que vio de esa mirada, el prı́ncipe atravesó a la gente con solo un ataque
mı́nimo para defenderse. Corrieron hacia el prı́ncipe, pero la razó n por
la que el prı́ncipe se vio en desventaja fue para mantener a Yeon-oh sin
exponer. Dado que Yeon-oh ya estaba expuesto y reprimido, no habı́a
nada que restringiera el comportamiento del prı́ncipe.
Eso serı́a su iciente para sacarte de ahı́.
Era una existencia pesada, pero si hacı́a esto, pagaba la deuda de mi
vida. Yeon-oh inició el ritual de parpadeo. Pronto la oscuridad bloqueó
su mirada y su sonido.
5.
Me dolió ver a Hye Yeon-oh caer en sus ojos.
“… ¡Yeon-oh!”
Intenté parpadear para ver si era un sueñ o, pero nada cambió . ¿Quié n
es Hye Yeon-oh? El era el hijo del enemigo, y é l serı́a el mayor oponente
de é l en el futuro. Sin embargo, tal persona recibió un disparo en el
lugar de Yesin. Dare, el hijo de Hye-ga, en nombre de Yesin…
—¡Prı́ncipe, Yesin-ah!
Recordó a la madre que murió mientras lo abrazaba en el carruaje que
caı́a. Yesin pudo respirar por un momento, pero ni siquiera pudo
respirar correctamente.
Mientras deambulaba por un tiempo en la realidad poco realista, Hye
Yeon-oh no respondió como si ya hubiera perdido el conocimiento. Los
hombres intentaron llevarse viva a Yeon-oh como si fuera un equipaje.
Pero Ye-shin no pudo seguir el ritmo.
No, no lo seguı́.
Yesin era muy consciente de las repercusiones de mis acciones. Ası́ que
siempre fui cuidadoso y cuidadoso. Habló palabras y hechos ligeros,
pero no hubo acciones no calculadas. Es lo mismo esta vez. Tuve que
comparar la situació n cuando me atraparon y la situació n cuando evité
el cuerpo por primera vez y planeé una vida posterior, y tuve que elegir
la mejor de ellas. Naturalmente, esta ú ltima era la mejor opció n.
No era lo su icientemente cruel como para dejar morir a su sirviente en
su sombra, pero no era lo su icientemente compasivo para cuidar al hijo
del enemigo en tal situació n. Cuando se tomó la decisió n, la fuerza
entró en la mano que sostenı́a la espada.
Visera-!
Las espadas de hierro chocaron y el cuerpo del oponente, empujado por
la fuerza, colapsó en el retroceso. En un instante, las ilas se
perturbaron y Yeshin no perdió la brecha. Signi icaba que era difı́cil
luchar en este lugar escarpado y escasamente poblado, pero en otras
palabras, era adecuado para esconderse. Los á rboles eran densos, y los
arbustos eran espesos.
Yeshin, que no tenı́a nada má s que proteger, no fue duro. Fue difı́cil
reconocer el letrero debido a la antorcha, pero el letrero era
literalmente solo un dispositivo para Yoon Hee-kang, y Ye-shin pudo
volver sobre el camino sin tener que leer el letrero.
En un instante, el nuevo tipo de Ye-shin, que se habı́an estado
enfrentando con espadas, desapareció y los hombres se volvieron locos.
Habı́a muchos, pero ninguno era superior a Yeshin. Con la excepció n de
unos pocos que lideraban el grupo, al principio debı́an ser personas
realmente hambrientas con espadas, ası́ que fue su iciente. Era una
oportunidad para Ye-shin.
Despué s de llegar al lugar donde estaban amarrados los caballos, Yesin
se fue sin dudarlo. Corriendo sin descanso, bajó a la boca de la
montañ a, y no mucho despué s llegó Yoon Heegang. Su ropa estaba rota
en pequeñ os pedazos, pero no parecı́a estar herido.
“¿Está s bien?”
“Hablar, por supuesto”.
Yoon Heegang, quien se bajó del caballo, primero veri icó el bienestar
de Ye-shin. Despué s de eso, al ver que Ye-shin no sonreı́a mientras
hablaba como una broma, miró a su alrededor con el rostro endurecido.
“é l.”
“Capturado.”
“… ”
“Fui alcanzado por una lecha. Vi que aú n respiraba, pero no lo sé ”.
Era un tono tranquilo, pero no signi icaba que las emociones
escondidas en é l fueran tranquilas.
“No fue el viajero equivocado, fue de inido como un intruso y
capturado, ası́ que no lo mataré de inmediato”.
“… No te trataré muy en serio.
“okey. Va a.”
Serı́a bueno no ser torturado o torturado, pero tampoco hay posibilidad
de eso. Serı́a mucho má s e icaz torturarlo y abrirle la boca que
consolarlo con palabras.
Ya es un cuerpo con muchas dolencias. Si fuiste golpeado por una lecha
e incluso torturado, ¿cuá nto puedes soportar con ese cuerpo? ¿Puedes
decir dos dı́as o un dı́a?
“¿Que te gustarı́a hacer?”
“¿Qué ?”
Lo que preguntó Yoon Heegang fue claro. ¿Salvará s a Hye Yeon-oh?
Dirá s ¿Es ganancia o es la vida de Hye Yeon-oh?
Aquı́ le mostramos có mo aprovecharlo. Una vez que regresa a su lugar
de residencia, anuncia el secuestro de Hye Yeon-oh, pero permanece en
silencio sobre a dó nde lo llevaron. Dado que Hye Yeon-oh no estaba, la
gente del monje que se unió a la delegació n se confundió y se comunicó
apresuradamente con el sistema, y el monje podrı́a mostrar una brecha
inesperada. Aunque este mé todo podrı́a encarcelar al monje, solo habı́a
media posibilidad, y el rescate de Hye Yeon-oh podrı́a retrasarse debido
a eso, por lo que no se podı́a garantizar su vida.
Solo habı́a una forma de salvar a Hye Yeon-oh. Está diciendo que donde
fueron llevados, siguieron sus huellas y encontraron su base. Si los
refuerzos se envı́an directamente a la sala de estar, el rescate de Hye
Yeon-oh se retrasará , por lo que aumenta la posibilidad de su
reencarnació n. En cambio, la posibilidad de encontrar la brecha entre
los monjes que Yesin querı́a no era ni siquiera un hilo. Sin embargo,
dado que podı́a aniquilar a un enjambre de piratas con una causa,
tampoco fue una gran pé rdida para Yeshin.
“El es el hijo de Hui-ga, y tambié n es mi adversario”.
Hubiera sido mejor para Yesin morir aquı́ sin necesidad de rescatarlo.
Debe haber un suegro detrá s de la muerte de la madre, pero no hay
forma de que no interviniera un monje que dice ser su leal sú bdito.
Aparte de matar a los involucrados en el accidente en ese momento, la
evidencia era que no quedaba evidencia. El hombre rico tenı́a mucha
codicia, pero la persona en sı́ no era tan so isticada.
Ası́ que querı́a informar al Seungsang. ¿Có mo te sentirı́as cuando tu
hijo, a quien amabas tanto, fuera atrapado en tu propia creació n y
muriera? Dé jame sentir cuá n grande es esa tristeza y desesperació n.
“Sin embargo… ”
Yeshin recordó a Hye Yeon-oh. Crecı́ solo, ingı́ ser un adulto, pero ahora
soy un chico de 16 añ os que no sabe nada del mundo. Tambié n es
extrañ amente cariñ oso.
Eso fue raro. Nació con toda la gloria de Hanam. Por el contrario, ¿por
qué hay tanta falta en los ojos de Hye Yeon-oh, quien debe haber sido
tratado con má s honor que el Prı́ncipe Heredero Yesin y recibió un
afecto insatisfactorio? Podrı́as pensar que no apareces solo, pero
igualmente, era claramente visible a los ojos de Yesin, a quien le faltaba
algo y tenı́a una esquina rota.
Tambié n hizo lo mismo a pesar de que se habrı́a dado cuenta de quié n
estaba detrá s de la pandilla. Y al inal, bloqueó a Ye-shin y lo salvó . Hijo
de hye-ga. … El hijo de Hui-ga, que mató a la madre.
“Te atreviste a salvarme”.
Me recordó a mi madre por un momento, y lo salvé como ella. Entonces
Ye-Sin no podı́a dejarlo morir. Incluso si Hye Yeon-oh se vuelve enemiga
de Yesin má s tarde, al menos por ahora.
Yoon Heegang entendió de inmediato la respuesta con la que habı́a
estado luchando y se montó en el caballo. Yesin, que habı́a estado
inmó vil y sumido en pensamientos, inalmente llegó a mis palabras. A
diferencia de antes, el frente estaba vacı́o.
“Es mejor darse prisa. Si nos damos prisa, podremos enviar el ejé rcito
tan pronto como salga el sol”.
“… okey.”
Yesin se encogió de hombros. El caballo gruñ ó salvajemente y corrió
velozmente.
‘Aunque parezca insigni icante, ¿có mo sabes si Dios alguna vez podrá
pagar la vida que te debe?’
Las palabras de Hye Yeon-oh, que habı́an luido por un oı́do justo antes
de escucharlas, de repente cruzaron por mi mente.
Sı́, como dije, pagué la deuda de mi vida de todos modos. Al mismo
tiempo, volverá a estar endeudado. Yesin nunca le debió la vida a Hye
Yeon-oh ni nada. Yeshin aceleró la carrera al borrar la imagen residual
de la madre que se superponı́a en el rostro de Hye Yeon-oh.
No habı́a forma de que dejaran al intruso que de repente atacó la casa
viva y al ú nico rehé n que lograron rescatar. Yeon-oh tuvo que
despertarse de un rayo en un lugar desconocido.
“… ew”.
Mientras luchaba por levantar los pesados pá rpados, como si fueran
dulces, varias personas se formaron en mi visió n borrosa. Tan pronto
como Yeon-oh abrió los ojos, el hombre que se inclinó lo agarró
irmemente de la barbilla.
“¿Cuá l es tu identidad?”
Era una voz á spera, como raspada con papel de lija. Yeon-oh se
concentró en la pregunta má s que en la voz, y al inal no tuvo má s
remedio que reı́r. Solo me reı́ un poco, pero me duele el lugar donde se
perforó la lecha.
“¿Quié nes fueron los que se escaparon?”
Ya sea que Yeon-oh estuviera sonriendo o enfermo o no, el hombre
continuó haciendo preguntas.
“… Quié n eres, si lo sabes… ”
“… ”
“… ¿Vas a ir y matarme?
Despertar al desmayado Yeon-oh y hacerle una pregunta signi icó que
el prı́ncipe y Yoon Heegang no fueron atrapados. Estaba preocupado
porque lo ú nico que vi antes de perder el conocimiento fue la espalda
del prı́ncipe que habı́a atravesado el cerco, pero tuve suerte.
El prı́ncipe bajará y pedirá refuerzos con el argumento de que Yeon-oh
fue capturado por una banda de ladrones. Este es un asunto
directamente relacionado con la vida y la muerte de Hye Yeon-oh, el
sucesor del monje y futuro suegro del emperador.
Sin querer ayudé al prı́ncipe de esta manera. Pagó la vida que debı́a y
pagó el precio por atar los pies del prı́ncipe hoy.
“No es asunto tuyo”.
Intervino un hombre que observaba la situació n con los brazos
cruzados por detrá s. Tan pronto como salió , vio al hombre que sostenı́a
su barbilla con fuerza y mordı́a su cuerpo, y parecı́a que é l era el jefe de
este lugar dadas las circunstancias.
“No tengo ningú n deseo de tratar con dureza a un niñ o que solo puede
ser imitado como adulto. Solo tienes que decirnos có mo llegaste aquı́ y
quié n es tu partido”.
Puede que otros no lo sepan, pero el jefe debe saber que Hanamhoo
está detrá s de ellos. Si decı́a la verdad de que era el hijo de Hanamhu,
no podrı́a tratar a Yeon-oh con tanta dureza. Sin embargo, si Yeon-oh
revelaba su identidad, las identidades del prı́ncipe y Yoon Heegang
tambié n serı́an expuestas, y estaba claro que el autor enviarı́a
inmediatamente a Jeon Seo-gu a Seungsang.
“Solo era un turista de paso”.
Ası́ que Yeon-oh eligió a Hamgu en lugar de la paz de Ilshin.
“Soy ası́, pero ustedes no parecen solo un grupo de gá nsteres”.
“¿Me está s diciendo que lo crea?”
“Solo estaba diciendo la verdad, pero si no me crees, no hay nada que
pueda hacer”.
Cuando me desperté , me golpeó el agua y tuve un escalofrı́o, pero hice
todo lo posible para no demostrarlo. Eso no ocultaba su cuerpo
tembloroso o su rostro pá lido.
“No hay nada que pueda hacer al respecto”.
“… ”
“Niñ a, ¿no son tus palabras demasiado cortas?”
Tan pronto como el hombre terminó de hablar, sus mejillas ardı́an.
Habı́a un olor a sangre como si el interior de su boca hubiera estallado.
Pero el hombre no lo terminó de esa manera.
“¿En qué crees y eres tan arrogante?”
El hombre trató de contenerlo, pero al inal detuvo sus manos ante el
sonido del dolor que se iltraba a travé s de sus dientes, y
sarcá sticamente tocó su mejilla hormigueante con su dedo.
“Los nobles nobles mejorará n, ¿quieres decir que no podrá s hablar
durante mucho tiempo con plebeyos como nosotros?”
Ante los comentarios sarcá sticos del hombre, los que estaban detrá s de
ellos se rieron y se rieron. Yeon-oh fue el ú nico que no se rió .
“¿Hay alguna razó n por la que deba usar un tı́tulo de honor para
aquellos que sufren por la sangre u omisió n de la gente?”
q q p g g
“No pierdes una sola palabra”.
“¿Entonces debo preguntar? ¿En qué crees y me tratas ası́?
“¿qué ?”
El hombre hizo la pregunta y se echó a reı́r. Yeon-oh miró al hombre
que sonreı́a tanto que su rostro estaba rojo ardiendo con ojos
indiferentes. Riendo como un loco, dejó de reı́rse en un instante. Esa
cara era feroz.
“¿Sabes que incluso ante la muerte hay demonios? Despué s de todo,
cuando mueren, se convierten en meros trozos de carne y se convierten
en alimento para los animales. Si te mato ahora mismo y te tiro, los
cuervos te arrancará n la piel en poco tiempo.
“… ”
“Odio a los bastardos descarados como tú . Quiero cortar esos ojos
ahora mismo, pero no puedo hacerlo todavı́a, ası́ que lo aguanto. Creo
que me morirı́a si lo elimino, porque todavı́a tengo algo que
preguntarte”.
Mientras el hombre decı́a eso, tocó la punta de lecha que todavı́a
estaba en su hombro. Yeon-oh se mordió el labio ante el gesto que
reveló que era un toque roto.
“Ası́ que dime. Quié n eres tú ¿Quié nes son?”
“YO, … ¿Porque tendrı́a que decı́rtelo?”
Ignorando el terrible dolor que hizo temblar todo mi cuerpo, Yeon-oh
luchó por abrir la boca y hablar.
“Si me lo dices, te mataré , entonces, ¿por qué deberı́a decı́rtelo?”
“¿No tienes miedo de morir?”
Fue divertido decir que la muerte da miedo. Desde su nacimiento, Yeon-
oh ha hecho de la muerte su amiga. Nació con la muerte de su madre
como alimento, y la muerte inundó su cuerpo dé bil y enfermizo. El dı́a
que mi padre me estranguló , la muerte que me sobrevino se escondió
en mi sombra. Ası́ que Yeon-oh no le tenı́a miedo a la muerte. No querı́a
nada, ası́ que no tenı́a apego a la vida.
“Oh, ¿o está s actuando ası́, pensando que los que escaparon vendrá n a
rescatarte? Hasta entonces, ¿al menos lo su iciente para salvarte la
vida?
Cuando Yeon-oh no respondió , pensó para sı́ mismo y llegó a una
conclusió n.
“¡ja ja! Por eso eras tan arrogante.
No creo que el Prı́ncipe se mueva para salvarse a sı́ mismo. Pero
despué s de contar todos los nú meros, no tuvo má s remedio que venir.
Con el pretexto de salvar a Yeon-oh, el prı́ncipe se moverá para
aniquilar a las hordas de piratas, y los monjes que lo han seguido desde
el sistema se moverá n para salvar a Yeon-oh. Aunque sus objetivos son
diferentes, hay una cosa que se debe hacer para lograrlos: si viven al
menos hasta que lleguen, de initivamente existe la posibilidad de que
Yeon-oh sobreviva.
Dejé a un lado mis complicados pensamientos y cerré los ojos. Cuando
Yeon-oh eligió el silencio, la señ al del hombre que estaba pateando su
lengua dio un paso atrá s.
“¿Qué vas a hacer?”
“Dejalo. Si me tocas un poco má s, creo que moriré ”.
“Sin embargo.”
“De todos modos, ese tipo y su grupo ni siquiera pueden arrastrarse
aquı́. Sepa dó nde está y venga aquı́. O puede moverlo a otro lugar por
un tiempo. Bueno. Eso seria genial. Dile a todos que empaquen.
Trans iera a otra planta viva dentro de dos dı́as. Depende de ti decidir si
abres su boca o lo matas.
“Está bien.”
“Oye. Niñ o Tendrá s que pensar cuidadosamente en la respuesta antes
de que venga”.
El hombre salió con un grupo. Despué s de que el sonido de la puerta se
cerró de golpe con un crujido, Yeon-oh echó hacia atrá s los ojos
cerrados.
No hubo di icultad para moverse porque no estaba atado, pero luchó
por levantarse con las manos en el suelo, y mucho menos moverse.
Tienes un cuerpo tan dé bil. Era casi un desperdicio de la medicina que
habı́a tomado en el pasado.
La respiració n de Yeon-oh, que solo habı́a sido exhalada en el breve
espacio perfecto, se detuvo inestable. Genial, cuando escupı́ la tos que
salió , salió un olor a pescado. Mi garganta estaba caliente. Mientras
luchaba por tragar lo que estaba hirviendo, Yeon-oh estalló y se vomitó
con los labios empapados de sangre.
Despué s de morderse los labios por un rato, Yeon-oh se tambaleó y se
levantó . El hombro perforado le dolı́a cada vez que se movı́a, pero no
habı́a otras lesiones, por lo que podı́a caminar.
No parece que se esté trabando, ası́ que empujé la puerta suavemente y
se abrió . Aparentemente, estaba demasiado con iado en que no podrı́a
salir de aquı́. Por supuesto, eso era correcto. Cuando comprobé que la
puerta estaba abierta, mi cuerpo volvió a colapsar.
Estaba oscuro afuera. Serı́a mejor tomar un descanso y acumular
energı́a que perder energı́a deambulando por lugares desconocidos con
este cuerpo. Tambié n necesitaba tiempo para organizar mis
pensamientos.
A juzgar por el hecho de que todavı́a era de noche, parecı́a que acababa
de ser capturado por una lecha. Tomó al menos medio dı́a traer al
ejé rcito y empujarlo con cuidado. Ademá s, su vigilancia se ha
fortalecido, por lo que el prı́ncipe será má s cuidadoso.
Esta fue tambié n la cantidad mı́nima de tiempo y, en el peor de los
casos, podrı́a llevar varios dı́as.
Mientras tanto, se decidirá la vida o la muerte de Yeon-oh.
Si viviera, su destino serı́a ası́, y aunque muriera, no serı́a tan injusto.
Tal vez pueda mostrarle a mi padre que las herramientas que uso para
pelear pueden quitarle incluso la vida a mi hijo.
No estaba mal poder protestar su voluntad con mi propia muerte, que
no podı́a entender ni querı́a entender.
Pero la niñ era estaba interesada. Ella estará muy triste. ¿Qué pasarı́a si
muriera siguiendo a Yeon-oh? Se preocupaba mucho por Yeon-oh, y por
eso, era una persona que podı́a hacer eso.
Ademá s, el prı́ncipe estaba colgado de su cuello como una espina. Si
Yeon-oh muere aquı́, el prı́ncipe podrı́a culparse a sı́ mismo. No sé
exactamente qué tipo de persona es, pero preferirı́a dar la bienvenida a
la muerte de Yeon-oh, pero no querı́a que se culpara a sı́ mismo en
absoluto. Fue mi padre quien hizo que esto sucediera, ası́ que Yeon-oh
solo estaba tratando de manejarlo.
j
… No, ¿es esta realmente la razó n? ¿Será esta la razó n por la que el
padre se enamoró de é l?
Yeon-oh trató de mirar dentro de mi corazó n, pero se dio la vuelta. La
pregunta habı́a que dejarla como pregunta. Desde el momento en que le
des una respuesta, intentará apretar y unir el corazó n de Yeon-oh.
Estaba exhausto, ası́ que en algú n momento me volvı́ a dormir. Acampó
durante unos dı́as en movimiento, pero su cama estaba forrada con
capas de piel suave. Entonces, en sus diecisé is añ os de vida, nunca antes
se habı́a acostado en un piso tan duro.
Hazlo Era la primera vez que me lastimaban ası́. Si se puso un poco
febril, desde la niñ era hasta Cho Myung-hwan, no habı́a forma de que
esto hubiera sucedido si no lo dejaba en paz.
Mirando hacia atrá s, hubo muchas cosas que me sucedieron por
primera vez despué s de que me involucré con el prı́ncipe. No tengas
pesadillas sobre el engañ o, la traició n y la ira que sentiste cuando
revelaste tu identidad. Las emociones que sentı́ en los ú ltimos meses
fueron má s ricas que las emociones que sentı́ durante mi decimosexta
vida.
Probablemente no tenı́an nada que ver con el prı́ncipe, por lo que no se
unieron al Cheomsabu, y eran emociones que no hubiera conocido si
me hubiera convertido en el maestro del prı́ncipe. Si lo hubiera hecho,
habrı́a vivido mi vida con los ojos cerrados y los oı́dos cerrados a todo
segú n la voluntad de la familia. Como una muñ eca.
No serı́a gran cosa si muriera, pero tenı́a que pensar qué hacer cuando
volviera con vida.
Estoy seguro de que Seungsang estaba detrá s de la pandilla, pero fue
solo un ataque al corazó n, sin evidencia fı́sica. No se pudo probar que
su armamento y entrada fueran diferentes a otras bandas de piratas.
Si Yeon-oh hace una pregunta, probablemente dará una respuesta, pero
si la escucha y dice que no puede seguir la voluntad de la familia,
¿realmente aceptará Seungsang su voluntad? Me pregunté , pero la
respuesta fue negativa.
“… ew”.
Cuando hice una mueca, mis labios fueron arrancados antes, y toda mi
cara estaba adolorida y adolorida. Cuando colocó su mano en la mejilla
que habı́a sido golpeada, se quejó de un dolor aterrador. Ropa mojada
barrida con agua frı́a. A este ritmo, parecı́a que no habrı́a necesidad de
g p q
dar dolor de cabeza de ahora en adelante sobre lo que sucedió despué s
de su muerte. Yeon-oh separó el cuerpo de la mente, esperando la
muerte en silencio.
Chirriador. Bisagras oxidadas acopladas y abiertas.
“Si abres la boca, te daré una manta”.
Su voz, que parecı́a grosera cuando estaba con otras personas antes, era
algo re inada. Tal vez esta es la verdadera cara de interé s.
“… No parece que haga mucha diferencia si muere de esta manera o de
esa otra”.
Si Yeon-oh revelaba que era el hijo de Seungsang, no morirı́a, pero no
tenı́a intenció n de hacerlo. Ya tenı́a varias razones, pero en realidad
habı́a otra razó n. Ya estaba convencido de que Seungsang estaba detrá s,
pero no querı́a con irmarlo por boca del autor. Ante la negativa
resuelta, el hombre resopló y golpeó a Yeon-oh con el pie, luego se
sentó con las rodillas dobladas.
“Es muy diferente. Puedes elegir si morir dolorosamente o morir
có modamente”.
“… ¿Por qué , tienes que contarme sobre mi iesta?
“Bueno, ¿crees que deberı́as saberlo? Fuiste el primero en encontrar
una fortaleza de esa manera. Ası́ que tenemos que desarraigarlo”.
“Se habrı́a acabado si ya hubieran bajado e informado a los
funcionarios del gobierno, pero está n desesperados”.
“¿Hay alguna diferencia en decirle a los Chis incompetentes que no han
podido atrapar a uno de nosotros correctamente?”
El hombre bajó las tropas del cargador. Yeon-oh querı́a reı́rse de eso.
¿De verdad crees que los cargadores no tienen fuerzas y que han visto
hordas de cargadores? Incluso si los ministros del centro no lo saben,
Hwa Joo-hoo, que se ha enfrentado a un enjambre de piratas durante
varios añ os, debe haber adivinado en su corazó n. Que hay alguien
detrá s del fuego. Y la existencia de esa persona tambié n debe haber
sido vagamente notada. Por eso, debe haber minimizado el dañ o de la
gente y colocado un enjambre de piratas. Esperando el dı́a en que algú n
dı́a habrá una justi icació n para someterlos.
Y tras esa larga espera, ha llegado una muy buena causa.
“Cambiará mucho”.
El secuestro de Hye Yeon-oh, el hijo mayor de Ha Nam-hoo y Hye Nan-
hyung.
“mucho.”
“La iebre está subiendo, ası́ que parece que las tonterı́as está n
creciendo”.
No escuchó las palabras de Yeon-oh.
“Desde mañ ana en adelante, te molestaré ”.
“… ”
“Al inal, los nombres de tus amigos saldrá n de tu boca”.
“No lo esperes”.
Si ese mañ ana pudiera llegar
A juzgar por el estado actual de mi cuerpo, despué s de que termine el
dı́a de hoy, mi vida estará en alerta incluso si sufro un poco por estar
enferma. ¿O es que no está en condiciones de poder hablar aunque esté
vivo? De lo contrario, si tienes suerte, vendrá n los militares. ¿Cuá ndo
llegará ? ¿Es hoy? ¿Es mañ ana?
Miré hacia la pequeñ a ventana con una mirada oscura. Cayó una luz
tenue. Un poco má s y es un dı́a completo. Cerró los labios con fuerza
contra el frı́o y apenas movió su rı́gido cuerpo para agacharse. No podı́a
quitarme el frı́o que estaba grabado en mis huesos, pero aú n sentı́a un
poco de estabilidad.
Mientras me agachaba, mi mente divagó de nuevo. Es realmente un
cuerpo inú til. Aú n ası́, nació dé bil y sin esperanza durante 16 añ os,
viviendo aquı́ y allá , reparando su cuerpo, por lo que soportó durante
mucho tiempo. Yeon-oh, que habı́a justi icado mi enfermedad, se rió ,
preguntá ndose cuá l serı́a el otro uso de tal justi icació n en esta
situació n.
Ası́ que no pude escuchar la conmoció n afuera.
“… ¿Qué es este sonido?”
El hombre que habı́a estado cuidando las ovejas de Yeon-oh estaba
alerta y se levantó . Fue entonces cuando Yeon-oh escuchó un fuerte
ruido afuera. No era solo un sonido que escucharı́a en mi vida diaria.
Ademá s, se suponı́a que este lugar estaba tranquilo por varias razones.
“¡jefe!”
El hombre que llamaba al hombre de repente abrió la puerta. Tenı́a una
expresió n urgente en su rostro.
“¿Qué clase de alboroto es este?”
“Notario. ¡Los funcionarios se está n apresurando!”
“¿qué ?”
“Dicen que está n pasando la publicació n y la está n viendo. Parece que
los hermanos del puesto está n muertos”.
No pude deshacerme de la impaciencia en la voz de la persona que lo
informó . Como si nunca hubiera esperado que llegarı́a este dı́a. No
puede ser una gran arrogancia.
“¡Reú nanse en el patio delantero inmediatamente! ¡todos!”
“Ah, claro.”
Los que recibieron la orden salieron corriendo. Yeon-oh miró hacia
atrá s y miró al hombre. Una mirada de decepció n cruzó su rostro.
“No habrı́a esperado que esto sucediera”.
“… ”
“Desde el momento en que instalaron un nido aquı́, fueron devastados
por la sequı́a que siguió , pero eventualmente engañ aron
impulsivamente a quienes tomaron lanzas y cuchillos para sobrevivir. …
. No habrı́a pensado en este tipo de destrucció n”.
Yeon-oh se rompió y causó un gran revuelo en su mente nerviosa. Serı́a
difı́cil huir antes de que el Prı́ncipe atacara sin motivo, ası́ que estaba
dispuesto a arriesgar mi vida para ganar tiempo.
“¿Qué está s hablando ahora?”
“por qué .”
“… ”
“¿Dije algo malo? … Por desgracia, parece que tengo que decı́rselo a los
sabuesos de Hanam, que solı́a ser el rey de la gente estú pida e
ignorante.
En el momento en que se mencionó a Hanam en la boca de Yeon-oh, el
impulso del hombre cambió . El hombre rá pidamente sacó la daga y la
puso en el cuello de Yeon-oh. El hecho de que Hanam estaba detrá s solo
era completamente seguro, y aunque solo fue por un momento, la
agonı́a atravesó mi corazó n.
“Oye, si te apresuras con una cara tan brillante, está s revelando la
verdad”.
“¿Có mo supo?”
“… ”
¿Có mo lo supiste?, le pregunté .
El hombre gritó ferozmente y abofeteó a Yeon-oh en la cara con el puñ o.
Sus labios se abrieron y sus ojos volaron alrededor y alrededor. Yeon-oh
sufrió violencia indiscriminada y dolor que parecı́a romper su cuerpo.
Mientras mantenı́a la boca cerrada a pesar de la caı́da de la violencia, el
hombre que dejó de golpear fue valiente y abrazó a Yeon-oh. Mientras
se sacudı́a, la punta de la lecha se rompió y la punta atravesó la piel.
Yeon-oh le dio una palmada en la espalda al hombre sin darse cuenta. Al
hombre no parecı́a importarle eso. No, ni siquiera tenı́a la energı́a para
preocuparse.
Sosteniendo a Yeon-oh abierto, se dirigió a un lugar diferente al que se
habı́a reunido. Parecı́a que estaba pensando en fugarse con Yeon-oh. De
todos modos, excepto el hombre, nadie má s sabrı́a quié n estaba detrá s
de ellos, por lo que no le importaba al hombre si lo mataron con una
lecha ciega o lo torturaron vivo.
Lo má s importante para é l era quié n y cuá nto sabı́a sobre este hecho y
si sobrevivió . Si vives, podrá s decirle al monje lo que está s diciendo y
podrá s actuar.
Fue estú pido. En el momento en que Seungsang se entera de esto, el
hombre ya no será de este mundo. No habı́a forma de salvar un mosaico
que ya habı́a sido expuesto y falló . Sin embargo, Yeon-oh no tuvo la
amabilidad de decirle esto y promover su seguridad, y ni siquiera tenı́a
la energı́a para hablar, por lo que fue atrapado y arrastrado sin poder
hacer nada.
Dondequiera que iba, estaba en las montañ as. Cuando sintió que le
faltaba el aire, dejó de caminar y arrojó a Yeon-oh. Su cuerpo, que habı́a
sido arrojado al suelo helado, se puso rı́gido. La punta de lecha se clavó
má s profundamente en la piel. Yeon-oh abrió los oı́dos en todas
direcciones, mordié ndose el labio para soportar el dolor. Escuché una
voz desde muy lejos.
“Bastardo, ¿cuá l es tu verdadera identidad?”
El aliento atrapado en su cuello gruñ ó .
“¿Por qué el ejé rcito del cargador se mueve tan rá pido? ¿O es un
miembro de la familia Hwajuyun? ¿okey? ¿Descubriste algo en el
Hwajuyunga?
El hombre hizo una pregunta por sı́ mismo y dio una respuesta por sı́
mismo. Yeon-oh, que estaba tosiendo y escupiendo una tos seca, no
tuvo tiempo de intervenir. Como antes, la daga que sostenı́a cerca de su
cuello se arrastró y arañ ó su piel. El dolor ardiente persistió durante
mucho tiempo.
“Dilo. ¡apuro!”
“solo… No sé qué decir despué s de escribir todas las respuestas”.
“¡No seas astuto como un zorro! ¿Te diste cuenta? ¿okey?”
“¿qué ?”
Los labios interrogantes se levantaron hoscamente. Antes de que el
hombre abriera la boca, Yeon-oh dio el primer paso.
“¿Quieres decir que hay un Seungsang detrá s de ti?”
“… ”
“¿Está s preguntando si el Prı́ncipe de Hwaju lo sabe?”
Incluso parpadear fue difı́cil, pero sin mostrar tal cosa, hizo contacto
visual con el hombre. Quizá s se esté preguntando cuá nto y hasta dó nde
se enteró . Tal vez la cola fue pisoteada, o si el cargador tenı́a pruebas.
No es simplemente por lealtad al monje. Porque su propia seguridad
está en juego. La lealtad de una persona ası́ es tan super icial.
“Tosagupı́n”.
“¿Qué ?”
¿Q
“Pase lo que pase, si se revela tu ciudad natal y las pandillas son
aniquiladas, morirá s. ¿Correcto?”
Yeon-oh sacudió su mente ansiosa. Dado que incluso un accidente
propiamente dicho era imposible, la provocació n funcionó fá cilmente.
El hombre jaló a Yeon-oh por el cuello. La hoja penetró má s
profundamente en la piel.
“… ¿Sonreı́r?”
La voz gruñ ona reveló una ira incontrolable.
“Sı́, chico, podrı́a ser como tú dices. Ası́ que al menos te mataré a ti
tambié n. Si perteneces a la familia Hwa-Ju Yun, al menos podrá s ver
esas lá grimas de sangre”.
Yeon-oh estaba empapado en sangre y cerró los ojos pesados. Esperaba
la muerte en el momento en que la hoja fuera clavada en su cuello de
todos modos. No, estaba preparado para morir desde el momento en
que lo provoqué con la palabra Hanam.
Pero no hubo tal dolor como esperaba que sucediera. En cambio,
escuché el sonido de algo desmoroná ndose a mi lado. Yeon-O abrió los
ojos con di icultad. El hombre gimió y clavó las uñ as en el suelo. Ni
siquiera pudo dar un grito debido a la lecha que atravesó la nuca.
“… DIOS MIO… ”
El hombre murió poco despué s. Fue un inal inú til.
¿quié n? ¿Quien diablos?
Las preocupaciones no duraron mucho. Se escucharon pasos. Ni
siquiera tenı́a la energı́a para mirar hacia atrá s, por lo que mis ojos
temblaban. El sonido de pasos se acercó .
“Lo acabo de encontrar”.
Era una voz a la que se habı́a acostumbrado la que levantó la conciencia
somnolienta que estaba tratando de calmarse. Yeon-o negó con la
cabeza con di icultad. La que lo convocó ayudó a Yeon-oh a controlarse.
“El correo. Tu cara es un desastre.
“… Estoy,”
Yeon-oh no pudo terminar su discurso. Fue lo primero en ser absorbido
por la oscuridad de la conciencia.
*
Dios mı́o. Iba a pagar la deuda de mi vida, pero la debı́a de nuevo. Yeon-
oh, quien se despertó oliendo las hierbas medicinales, fue el primer
pensamiento. Traté de abrir los ojos mientras sentı́a que estaba
limpiando mi cuerpo con un pañ o de algodó n empapado en agua, pero
no fue fá cil porque mis pá rpados estaban pesados. Yeon-oh apenas
levantó los dedos.
“¿Está s loco?”
La persona que estaba limpiando el cuerpo de Yeon-oh estaba feliz. Ni
siquiera tenı́a la energı́a para responder, ası́ que expresé mi intenció n
moviendo mi dedo una vez má s.
“Traeré a un miembro de la legislatura”.
La mujer salió apresuradamente sin limpiarse. Yeonwoo exhaló con
fuerza. La respiració n perturbada luı́a inestablemente. Traté de abrir
los ojos nuevamente, pero esta vez fue difı́cil abrirlos con facilidad.
“¿Está s despierto?”
Se escucharon varios pasos.
“¿No abriste los ojos?”
“Parece que tiene muchos moretones en la cara. He aquı́, Su Majestad.
Mis dedos se está n moviendo poco a poco”.
Se sentı́a como si la mirada del prı́ncipe estuviera empapada en sus
dedos que apenas se movı́an. ¿Es porque no puedo ver? Se sentı́a como
si estuviera de pie hasta el punto en que los ojos de otras personas eran
particularmente agudos.
“Lindo, cuando lo escuches, mueve el dedo”.
Yeon-oh movió su dedo una vez má s. Eso solo se agotó rá pidamente.
“Realmente me calmó . Han pasado tres dı́as completos desde que te
rescataron.
Me sorprendió escuchar que habı́an pasado tres dı́as. Me desmayé por
un momento, luego pensé que habı́a abierto los ojos. De todos modos,
segú n las palabras del prı́ncipe, un dı́a en una sala de estar, incluso tres
dı́as despué s de ser rescatado, fue que habı́a estado acostado en la
cama sin hacer nada durante cuatro dı́as completos.
“El senador tuvo muchos problemas para sacar las puntas de lecha”.
“… ”
“Las lechas está n rotas en un desastre, y las puntas de las lechas está n
profundamente clavadas en la piel. Habrı́a sido peligroso.
Dijo que era peligroso, pero no tenı́a mucha emoció n porque era algo
que no podı́a recordar.
“El cuerpo es un desastre, pero la cara es un desastre”.
Una mano, que se suponı́a era la del prı́ncipe, le acariciaba la cara. A
pesar de que no fue golpeado con fuerza, Yeon-oh dejó escapar un
gemido super icial. Al escuchar eso, el prı́ncipe rá pidamente quitó la
mano que habı́a estado barriendo su rostro.
“¿Está s enfermo?”
“… No no. Majestad.”
Yeon-oh luchó por hablar sin siquiera abrir los ojos. Mi boca estaba
hinchada y era difı́cil pronunciar una sola palabra.
“Ni siquiera puedes abrir los ojos, pero eres bueno hablando”.
“… Está .”
“Todos ellos fueron aniquilados. No queda nadie. En realidad, estaba
tratando de salvar la cabeza… ”
Puedo ver por qué intentaste salvar al jefe. Debe haber estado
pensando en desenterrar el fondo.
“Te estaba amenazando, ası́ que no pude evitarlo”.
Y sin querer resultó ser Yeon-oh quien bloqueó el camino para
desenterrar el fondo.
¿Deberı́amos estar agradecidos por poder encubrir las faltas de nuestro
padre y Hanam? ¿O deberı́a quejarme de no poder culparlo? Yeon-oh
cerró los labios con fuerza en un corazó n que no podı́a reconciliarse a
pesar de que tenı́a semillas de incomprensió n e ira dentro de ella.
“Aú n ası́, está s a salvo”.
“… ”
Y no vuelvas a bloquear mi camino. Esta es una orden.
A primera vista habı́a angustia en la voz que me decı́a que no bloqueara
mi camino. En el momento en que sintió la pregunta de por qué , el
prı́ncipe puso la razó n en su boca.
“Ya no quiero ver a nadie lastimado por mi culpa”.
Dios mı́o. Es por la Emperatriz. Yeon-oh tocó las heridas que el prı́ncipe
tenı́a en su corazó n.
Luché por abrir mis ojos temblorosos. La visió n abierta era
deslumbrante, pero tolerable. Yeon-oh puso los ojos en blanco y miró al
prı́ncipe. Miré para ver si contenı́a alguna herida, pero sus ojos no
contenı́an ninguna.
“Oye, me dolerı́a má s si abriera los ojos”.
Esos ojos que no contenı́an nada se veı́an aú n má s tristes.
“¿Es posible que no pueda descansar?”
“… Su Majestad, está hablando claramente. Su Majestad está aquı́,
¿có mo puede descansar en paz?
Yoon Heegang, que lo miraba en silencio y que no habı́a sido visto,
intervino en la conversació n. En este punto, pensé que me iba a llevar a
mi hijo conmigo.
“Ipyeong. Estoy muy preocupado por el servicio postal… ”
“Cheong, Dios”.
“¿sı́?”
“… Es fresco.
Fue bastante impulsivo interrumpir las palabras del prı́ncipe y decir su
nombre de pila. Aunque no lo expresó , Yeon-oh estaba avergonzado
incluso despué s de haberlo dicho. Pero, al mismo tiempo, era
refrescante y tambié n nervioso.
Yoon Heegang y Lee Shin-woo se llaman por sus apodos muy amistosos,
pero no Yeon-oh. Claramente estaba trazando una lı́nea, al contrario de
la forma amistosa en que dijo que la sacudirı́a. Por supuesto que sé por
qué . Yeon-oh era su adversario, y era una persona que se convertirı́a en
un gran obstá culo para el prı́ncipe en el futuro. Sin embargo, Yeon-oh
querı́a ser llamado por Horo o por su nombre como todos los demá s al
menos una vez.
“okey, … frescura.”
Miró al prı́ncipe con los ojos cerrados y llamó a Yeon-oh despué s de un
rato. A pesar del silencio entre lı́neas, el nú mero al que llamó era claro
sin ningú n signo de preocupació n.
“De todos modos, me iré cuando esté s listo para moverte”.
“… Dios, a Su Majestad los pulmones… ”
“Solo necesitas concentrarte en cuidar tu cuerpo. No pienses en ningú n
otro pensamiento inú til.”
“… ”
“Cheongshin, ¿deberı́a responder?”
“Sı́ lo haré .”
Yeon-oh apenas respondió con di icultad. Luego, el prı́ncipe le dijo a
Yeon-oh que tomara la medicina rá pidamente y le dio la medicina a
Yeon-oh. Sentı́ sueñ o tan pronto como tomé algunas pastillas para
dormir. Yeon-oh parpadeó lentamente con sus pesados ojos y luego se
durmió .
Por supuesto, las cosas sobre la vida personal de Hye Yeon-oh tambié n
se transmitieron a la parte sur del paı́s. A pesar de que se sorprendió al
escuchar que Yeon-oh fue secuestrado por un grupo de piratas,
Seungsang, quien mostró una reacció n má s tranquila de lo esperado,
fue mal visto por una carta que llegó menos de un dı́a despué s de eso.
Aniquilamiento de los enjambres. Y el renacimiento de Confucius Hye
Yeon-oh como guerrero.
“¿Algo le pasó a Confucio?”
La persona que envió la carta miró cuidadosamente la tez de
Seungsang.
“no. Yeon-o resultó levemente herido, pero dicen que fue rescatado a
salvo”.
“… ”
“Si no, da un paso atrá s”.
Bi-bok, que estaba preocupada de que algo le hubiera pasado a Hye
Yeon-oh, inclinó la cabeza porque su expresió n no era tan buena. Si fue
revivido de manera segura, ¿no deberı́a ser un lugar comú n? Sin
embargo, en lugar de revelar sus sentimientos, se retiró de acuerdo con
la orden del monje.
Solo despué s de que la persona que entregó la carta se fue, el monje
arrugó la carta. Aunque Hye Yeon-oh resultó gravemente herida, fue
revivida de forma segura y el enjambre de piratas fue aniquilado por la
mano de Hwa-ju-gun, dirigida por el Prı́ncipe Heredero. Por lo tanto,
estaba escrito en la carta que no quedaban sobrevivientes.
Deberı́a haber sido el caso que su hijo Hye Yeon-oh estuviera a salvo,
pero la aniquilació n de los piratas era algo en lo que nunca habı́a
pensado.
“Eh… ¿Cometiste un error?
Fue con el in de ganar tiempo para colocar el tablero mientras é l
estaba ausente, que el prı́ncipe tuvo que enviar al prı́ncipe al palacio de
justicia. Serı́a genial si una pequeñ a broma en el camino causara algú n
problema personal.
Sin embargo, Yeon-oh fue atrapado en una broma en el aniversario de la
emperatriz Jeongan, y esta vez, Yeon-oh fue barrido nuevamente, dando
una gran causa para la aniquilació n de la banda de piratas.
¿De dó nde vino el problema? ¿Fue cuando el prı́ncipe escuchó la noticia
del fallecimiento del rey Yeon y recibió una llamada diciendo que habı́a
enviado a Yeon-oh y Yoon Heegang como transportistas primero?
Quizá s el prı́ncipe recopiló informació n sobre el lagelo a travé s de Yun
Heegang e hizo inferencias basadas en ella. Es tan inteligente que
deberı́a haberse dado cuenta antes de que habı́a alguien detrá s del
fuego.
Es una pena que desapareciera la existencia que podrı́a jugarle una
broma al cargador, pero eso tambié n es inevitable. La ú nica pregunta
que tenı́a curiosidad era qué tipo de evidencia tenı́a el prı́ncipe. Dijo
que aniquiló , por lo que el subordinado que lo envió allı́ tambié n estaba
muerto, pero tal vez no dijo nada antes de morir. Ninguna palabra podı́a
salir de la boca del hombre muerto, por lo que no habı́a forma de que é l
lo supiera a menos que el prı́ncipe abriera la boca primero.
Sin embargo, incluso si el Prı́ncipe Heredero encontrara evidencia, no
serı́a lo su icientemente fatal como para estrangular al monje.
El emperador no estaba del lado del prı́ncipe por primera vez porque
solo usó las palabras del jefe de la banda de ladrones como su
testimonio. Má s bien, el emperador fue quien propuso debilitar el
impuesto a los armadores atrayendo a los naufragios creados por la
larga sequı́a, para que la verdad que el prı́ncipe reclama activamente se
hunda. No habı́a signos de impaciencia en el rostro del monje, a pesar
de que se enfrentaba a un evento inesperado.
Incluso si no fuera el hijo de todos modos, habrı́a gastado un poco má s
y lo habrı́a tratado en el momento adecuado. Tambié n era un automó vil
que estaba tratando de limpiar lentamente si tenı́a una cola larga. No se
arrepintió de no poder escribir má s y borró el pensamiento de hwajeok
de su mente. Y pensé en mi hijo Hye Yeon-oh.
Estaba escrito que fue secuestrado por un pirata mientras salı́a a jugar
de noche con el prı́ncipe. Sin embargo, debe haber sido un juego
nocturno, y si fuera un juego nocturno, ¿Yeon-oh simplemente lo
seguirı́a?
¿Quié n es Hye Yeon-oh? No estaba de humor para salir por una noche
sin sentido. Phil habı́a adivinado algo. Era muy inteligente y era muy
probable que tuviera una vaga comprensió n de la confrontació n polı́tica
entre Hwa-ju y Hanam.
Pero lo que no sé es, si lo hubiera adivinado, ¿por qué tendrı́a que pasar
por tal desgracia despué s de seguir al prı́ncipe? No serı́a un problema si
lo siguiera sin saberlo, pero si lo supiera y lo siguiera, la historia serı́a
diferente. Seungsang ya se lo habı́a dicho a Yeon-oh. Solo piensa en tu
cuerpo. Signi icaba no involucrarse en nada.
“¿No deberı́a haberlo enviado al departamento adjunto?”
La razó n por la que no dio una advertencia má s severa fue porque
estaba seguro de que Yeon-oh no harı́a nada en contra de la voluntad de
la familia. No lo usó é l mismo, pero lo enseñ ó toda su vida. Y durante 16
añ os, Yeon-oh creció segú n los deseos de Seungsang. Sin embargo,
durante el viaje, Yeon-oh a veces se comportaba de manera inesperada.
Hye Yeon-oh no era ası́. Hasta el inal, tienes que actuar y pensar de
acuerdo con sus expectativas.
“Si no fuera por é l, ¿dijo que lo habı́a estado usando desde la infancia?”
Entonces, Seungsang fue breve sobre el comportamiento inesperado de
Yeon-oh, pero se arrepintió de haberlo enviado a Hanam hace ocho
añ os.
Pero entonces no habı́a nada que pudiera hacer. El odio era tan
profundo que, aunque la niñ a que se parecı́a exactamente a ella era
bonita, la niñ a que la mató era tan odiada que quiso matarla y le
estranguló la garganta. Tenı́a miedo de incluso matarlo antes de que
pudiera pasarle la gloria de Hanam al niñ o.
En ese momento, el niñ o se enfermó . Aunque fue su iciente para criarlo
en el sistema, Seungsang rompió la enfermedad de Yeon-oh, la in ló y lo
envió a Hanam para criarlo. Gracias a eso, no tuve que ir al barrio del
Prı́ncipe, ası́ que todos ganamos. Nada má s que pensar Si volviera a ese
momento, probablemente tomarı́a la misma decisió n.
Ası́ que no habı́a nada que lamentar del pasado. En cambio, Seungsang
contempló có mo domar a Yeon-oh nuevamente. Es un niñ o tan rı́gido,
ası́ que primero, ¿no serı́a mejor cortar las cosas en las que confı́a a su
alrededor?
Despué s…
“Reunirse.”
Seungsang, que habı́a estado pensativo mientras tocaba a Xian, se
detuvo ante el sonido de llamarlo desde afuera.
“¿Que esta pasando?”
Viene gente del palacio.
No habı́a necesidad de preguntar quié n era el remitente del palacio.
Posiblemente el rey No fue inesperado, ya que tambié n le habı́an
entrado noticias de la aniquilació n de los piratas. Tengo mucha
ambició n, pero lo que tengo no me alcanza. Ademá s, es un sentimiento
de inferioridad que no se puede ocultar.
Si el emperador hubiera reconocido y apoyado al prı́ncipe como su
sucesor, sin importar cuá l fuera su legitimidad, los monjes no habrı́an
tenido que hacer tantos problemas. El prı́ncipe era inteligente y era
digno de servir como un señ or. Incluso si hubieran apoyado al prı́ncipe,
la familia habrı́a mantenido el prestigio que tiene ahora y no habrı́a
habido necesidad de empujar a su amada hija al anciano rey.
“Introdú celo.”
Pero ahora que hacer El fue el rey que eligió para la prosperidad de su
familia, y fue el camino que eligió . Seungsang decidió no mirar atrá s.
“Bienvenido a Hapha”.
“Ven aquı́.”
Cuando se estableció el sentido del humor de Janggyeonggung, las
emociones que aparecieron en su rostro se borraron por completo y se
llenaron con solo risas.
6.
Fue el hombro el que resultó gravemente herido por una lecha, pero su
energı́a era tan dé bil que pudo abandonar el cargador solo despué s de
mucho tiempo. A pesar de que dijo que lo dejarı́a, el prı́ncipe no podı́a
tenerlo, por lo que el cronograma se adelantó . A diferencia de la hora de
salida, la procesió n fue lo su icientemente larga para hacer frente al
prı́ncipe cuando regresó , ya que el ejé rcito del cargador se escoltó hasta
el borde del sistema en caso de circunstancias imprevistas.
“Me preocupa que la herida aú n no haya desaparecido”.
Yeon-oh, que estaba apoyado contra la pared del carruaje y sumido en
sus pensamientos, logró recobrar el sentido ante las palabras del
prı́ncipe.
“Voy a llegar al sistema pronto. Mi cara todavı́a está en mal estado”.
Ciertamente, como dijo el prı́ncipe, la herida aú n no habı́a sanado. La
hinchazó n de la cara habı́a disminuido, pero los rasguñ os aú n eran
apenas visibles, y las cicatrices que arañ aban la nuca tambié n eran
visibles si el collar no estaba bien abrochado. Apliqué el ungü ento que
era bueno para la herida, pero la velocidad fue lenta. Fue una velocidad
increı́ble.
“¿No es tu piel demasiado dé bil? O, parecı́a tener muchos pensamientos
en su camino a casa, entonces, ¿quizá s por eso su recuperació n fue tan
lenta?
“No pienso mucho en eso… ”
Como habı́a dicho el prı́ncipe, Sangseom se mordió la cola a lo largo de
Gwigyeonggil. Cuanto má s me acercaba al sistema, má s aumentaba. La
pregunta má s fundamental era si decirle o no al monje que conocı́a la
identidad de la banda de piratas. Surgirá n innumerables caminos a
partir de esta elecció n, y cada vez que te encuentres en una bifurcació n
del camino, Yeon-oh tendrá que elegir de nuevo con pensamientos
repetidos. Fue una serie de elecciones.
Si dices que sabes que la pandilla es una fantası́a y luego dices que no
puedes seguir las creencias de tu padre, ¿qué deberı́as elegir despué s
de eso? ¿Es espectador o confrontació n? ¿Seungsang realmente está
mirando a su hijo que está en con licto con é l? No, nunca se quedará
quieto. De cualquier manera, intentará n romper las alas y colocarlas
dentro de la familia, volcando el yugo del destino. Seungsang era una
persona que podı́a hacer eso.
“Se ha dicho que ya han pasado tres dı́as desde que me aferré a ese
libro”.
“… No sabı́a que te preocupabas tanto por Dios”.
“No tengo nada má s que hacer que observarte en este vagó n. Ni
siquiera puedo montar a caballo porque el general se queja de que el
comandante no debe bajarse del carro”.
“¿No es porque Su Majestad mostró una gran dignidad como cargador?”
Cuando se supo que el Prı́ncipe Heredero fue quien acabó con las
hordas de piratas que ni siquiera el emperador pudo destruir e hizo
temblar de inquietud a la gente del norte, la procesió n llamó la atenció n
por donde pasaba. Tan pronto como entraron en el castillo, aumentó el
nú mero de personas que gritaban por las ropas rojas del prı́ncipe
heredero. Despué s de perder a su madre a una edad temprana, tambié n
hubo personas que la siguieron con simpatı́a por el prı́ncipe que fue
llevado al campo de batalla a la edad de diez añ os. Y esa ola parecida a
una nube continuó hacia las islas.
No importa cuá n poderoso sea un monje para sacudir sus raı́ces, los
sentimientos de la gente son ingenuos. El prı́ncipe sostenı́a la mitad del
cielo en su mano. Esta delegació n fue un viaje invaluable para el
Prı́ncipe Heredero. ¿Seungsang se arrepiente? ¿O estoy demasiado
seguro de que no puedo cambiar nada con esto?
De todos modos, me duele un poco.
“Aú n ası́, llegaremos a la mitad de hoy, ası́ que ten un poco má s de
cuidado”.
“Sı́ Sı́. Entonces, ¿en qué estabas pensando?
“No fue nada.”
Mis pensamientos no eran algo para con iarle al prı́ncipe. Cuando se
quedó sin palabras, entrecerró los ojos y miró a Yeon-oh. Esa mirada
era una carga.
“Pensé en casarme porque el sistema se estaba acercando”.
Matrimonio. Yeon-oh recordó algo que habı́a olvidado hacı́a mucho
tiempo.
“Cuando lleguemos, tendremos que prepararnos para la boda”.
Ahora la princesa solo tenı́a diez añ os, pero diez en la familia imperial
no era demasiado pronto para casarse. Ademá s, Yeon-oh debe casarse
lo antes posible y establecer una posició n, por lo que los preparativos
comenzará n de inmediato. Si no pasa nada especial, este invierno, por
muy tarde que sea, es la primavera del pró ximo añ o.
“Casarse. … Sı́, ¿hay algo que le gustarı́a recibir?”
“¿Qué es eso?”
“Como regalo de bodas. Eres mi sirviente y tienes que ocuparte de algo.
No importa cuá n temprano, será este invierno. ¿Podrá el Prı́ncipe
Heredero mantener su asiento en el Palacio Donggung de manera
segura hasta entonces? El futuro del prı́ncipe no se podı́a predecir ni un
centı́metro por delante. Sin embargo, con una sonrisa en el rostro,
prometió un dı́a de boda lejano.
“¿Algo que te venga a la mente?”
“Eso es.”
“estupendo. Entonces lo recogeré yo mismo. El tambié n es quien se
convertirá en el suegro de su querida hermana, entonces, ¿deberı́a
darle la cosa má s preciosa del mundo?
Es lo má s preciado del mundo. Sin embargo, no habı́a nada en el mundo
que Yeon-oh, el lector de Hanam, no pudiera tener. A menos que sea un
trono.
“¿Será su iciente para satisfacer mi corazó n?”
“majestad.”
Era una broma, pero no pude evitar reı́rme. No tiene sentido Era un
lugar simbó lico donde el emperador tenı́a poder absoluto. A menos que
sea el emperador, no puede reclamar la propiedad de este lugar.
“Es una granja. Es una broma.”
“¿Có mo haces eso? Tengo miedo de que algú n oı́do ciego oiga.
“Lo que quiero decir es que quiero dar algo tan precioso”.
“… Las palabras por sı́ solas son su icientes para hacerme feliz”.
“Es tu boda y la de tu hermana, y unas pocas palabras no pueden
lavarte la boca”.
Querı́a decirte que te preocupes por tu futuro, que es má s peligroso que
una vela al viento.
“majestad. He llegado.”
Sin embargo, era algo que no podı́a decirse a la cara, por lo que penetró
profundamente en su corazó n. Mientras tanto, la rueda del carro se
detuvo bajo el muro del Palacio Dorado. La puerta del carruaje se abrió
y el Prı́ncipe salió con un gesto elegante. Yeon-oh tambié n se levantó
con un collar en el cuello.
Tan pronto como pasó el invierno, el sol de primavera se precipitó
como si perforara mis ojos. Cuando el resplandor disminuyó , vi la
puerta de un palacio rodeada de altos muros. De repente, mi corazó n se
frustró .
“Mi majestad.”
Tan pronto como el prı́ncipe se bajó del carruaje, el lı́der Taegam, que
habı́a estado parado lejos, se acercó a é l con calma.
“Me complace conocerlo, Su Majestad. ¿Fue bien el largo viaje?
“Tae-gam, el suegro dijo que nos encontrá ramos contigo”.
“Está .”
“No tengo que hacerlo. Has dado un paso difı́cil para ti, que está s
ocupado cuidando a los ricos”.
“Lo siento. Majestad. No lo entiendo Vine aquı́ para visitar al Rey, ası́
que es má s bien Gwangyeong”.
Taegam puso una sonrisa en su rostro arrugado y bajó la mirada.
“Su Majestad, su majestad estaba muy apenada por lo que le sucedió a
Yu Chumsa, y estuvo preocupado todo el tiempo”.
Era una palabra arrastrada, como el mé todo de la corte real para
expresar cualquier cosa vagamente, pero no habı́a nadie aquı́ que no
pudiera notarlo.
“Tiene que ser ası́. O icina de correos. Serı́a mejor si le muestra a su
majestad su apariencia ilesa a su majestad y luego se va”.
“Voy a.”
“Cuando llegue el verano, el villano te llevará a Janggyeonggung”.
Mientras Taegam parpadeaba, los palanquines que transportaban el
palanquı́n se pararon frente al prı́ncipe. Cuando el prı́ncipe subió al
palanquı́n, los funcionarios del palacio que lo seguı́an tambié n se
pararon detrá s de la procesió n del prı́ncipe. Yeon-oh y Yoon Heegang se
dirigieron a Janggyeonggung y se pararon junto al palanquı́n donde
estaba parado el prı́ncipe.
A pesar de que era primavera, casi no habı́a espı́ritu primaveral en el
viento del palacio. Estaba frı́o y esté ril. Sin embargo, no hubo cambio en
la expresió n de las ovejas, que estaban todas acostumbradas a la
monotonı́a de tal palacio. El prı́ncipe miró a su alrededor lentamente y
llamó a Taegam como si acabara de recordar algo.
“De verdad, este sentimiento”.
“Por favor pregunte.”
“¿Se ha decidido el apellido del prefecto?”
“Su Majestad dijo que honraré los logros de Su Majestad en alta estima,
y lo ha incluido como Hyeonjo en la lá pida mortuoria”.
Al inal, parece que el emperador decidió el apellido segú n la voluntad
del emperador. Era algo que habı́a previsto hasta cierto punto desde el
momento en que le quité la tarea encomendada al prı́ncipe y lo envié a
la misió n de Yan.
“Cierto.”
El prı́ncipe, que insistió en su hermano Hyeonjong y estableció un
á ngulo de confrontació n con el emperador, asintió con una cara
inocente, probablemente porque no estaba desesperado por lo que
habı́a insistido en primer lugar. Pronto, apareció Janggyeonggung. El
prı́ncipe salió del horno y subió las escaleras.
“¡Mi Majestad el Prı́ncipe Heredero!”
El eunuco, que custodiaba la o icina de Janggyeonggung, anunció el
examen de ingreso del prı́ncipe con voz rugiente. Poco despué s, se
abrió una puerta en capas. El emperador lo miró y luego bajó la mirada
hacia la barricada.
“El Prı́ncipe Heredero, Yesin. Le digo a Su Majestad la Emperatriz Viuda
que ha regresado sano y salvo.
A pesar de la apariencia del emperador, el prı́ncipe se arrodilló como si
nada hubiera pasado e inclinó la cabeza apoyando la frente en el suelo
frı́o, pero no hubo respuesta. Solo cuando Yeon-oh, que se arrodilló
siguiendo al prı́ncipe y miró a los ojos del prı́ncipe, recibió el permiso
del emperador.
“Levantarse.”
“El castillo está llegando a su in”.
“Escuché el obituario del Rey Yeon. ¿Fueron bien las condolencias?
“Está .”
“¿Has conocido al rey recié n coronado?”
“Prometı́ enviar un embajador con tributo tan pronto como terminen
los asuntos de estado y la corte esté estable. Le pedı́ que me dijera que
se disculparı́a personalmente con Su Majestad a travé s del enviado por
descuidar el Imperio debido a la enfermedad del Rey Yeon, quien
falleció ”.
“okey. El paı́s estará en crisis tanto por dentro como por fuera. Ya no
discreparé con el hecho de que la delegació n no fue enviada”.
“Eres verdaderamente misericordioso. Auge.”
Aunque fue enviado con el propó sito de vaciar el palacio, era bastante
difı́cil enviar incluso al prı́ncipe de todos modos, pero el emperador dio
un paso atrá s.
“de paso.”
Debe haber habido una razó n diferente, y era obvio sin decir la razó n.
“Dijiste que aniquilaste los enjambres de piratas que eran un problema
para ti, Prı́ncipe”.
Tienes suerte.
Debes haber tenido suerte. Ademá s, la reputació n del prı́ncipe entre la
gente ha aumentado por eso. Por el contrario, hay má s personas que te
elogian a ti, el Prı́ncipe Heredero, que a Jim”.
El tono era indiferente, pero el retorcido juicio se revelaba sin ocultarlo.
,p j
“Aú n ası́, ¿te atreverı́as a compararme con tu majestad, que llegó hasta
el cielo?”
El padre se humilló a sı́ mismo.
“La palabra se ha cumplido”.
Sin embargo, el emperador, que parecı́a inquieto, agitó la mano como si
estuviera molesto y apartó su atenció n del prı́ncipe.
“Escuché que los ladrones te hirieron gravemente. Servicio Postal.”
El lujo de la conversació n pasó a Yeon-oh.
“Ni siquiera fue una lesió n grave, y tal vez sea gracias a tu
preocupació n”.
“¿Es esa una buena cara?”
Yeon-oh inclinó la cabeza en respuesta al sonido de un ligero chasquido
de su lengua.
“¿No es posible deshacerse de los problemas de Su Majestad? Es una
herida de honor.
“Cuando salga del palacio, enviaré a uno de los Taeui para que lo traten”.
“¿Có mo es que Tae-ui, que examina el cuerpo de la prisió n de Su
Majestad, examina a Dios? No hables ası́”.
“Es mi sinceridad, ası́ que no te rindas”.
No puedo evitar declinar má s cuando digo que mostraré mi mayor
afecto mostrando mi sinceridad. Aunque no se mostró reacio, no
perturbó el corazó n del emperador con sus palabras reacias.
“Debes estar cansado, pero no puedo soportarlo por mucho tiempo. Sal
de la o icina lo antes posible para que puedas deshacerte de tu veneno”.
“El castillo está llegando a su in”.
“Sı́, ver tu rostro ası́ me tranquiliza. Debe ser difı́cil, pero da un paso
atrá s”.
Yeon-oh estaba tan preocupado que ni siquiera le preguntó al prı́ncipe
dó nde estaba herido. Era una secció n transversal que mostraba cuá n
despiadado era el emperador con el prı́ncipe.
“Padre, tú tambié n”.
“Voy a. Auge.”
“Y no tendrá s que venir a saludarme por la mañ ana durante unos dı́as
porque estará s cansado por el largo viaje”.
“Es deber del pequeñ o examinar la erosió n de Su Majestad. No te
preocupes por eso”.
“Mientras estabas fuera, el prı́ncipe comprobó la erosió n de Jim. Será
por un tiempo.
Era deber y derecho del prı́ncipe observar la erosió n del emperador. Sin
embargo, mientras el prı́ncipe estuvo ausente, el emperador delegó sus
deberes y derechos en el prı́ncipe, hablando en un tono indiferente.
Yeon-oh trató de mirar el rostro del prı́ncipe, pero no pudo ver qué tipo
de expresió n estaba haciendo porque estaba un poco má s atrá s.
“Entonces, debes entregar tus deberes al prı́ncipe por un tiempo y dejar
que tus venenos desaparezcan”.
“… Gracias por su atenció n a los detalles. Su Majestad.”
Pero me di cuenta sin mirar. La voz del prı́ncipe era tranquila y sin
alboroto, y su espalda estaba recta. Como era de esperarse, el rostro del
prı́ncipe, que se giró para salir, se mostró irme y no se quebró en
absoluto.
Ahora que lo pienso, siempre estaba resuelto. La ú nica vez que mostró
su apariencia imperfecta fue en Biwon.
Tal vez incluso eso no era lo que pretendı́a el prı́ncipe. Como dijo, para
sacudir a Yeon-oh. Sacudirlo Pero sea lo que sea, fue desgarrador. Yeon-
oh lo miró a la cara y miró hacia otro lado. Mi corazó n estaba latiendo.
Desde ese corazó n, Yeon-oh cerró los ojos y se tapó los oı́dos.
Debe haber sido difı́cil, pero dejó atrá s al prı́ncipe que lo empujó como
Go Bo-ra, y Yeon-oh salió del palacio y llegó a la parte sur de Hanam.
Tan pronto como llegó a la mansió n, que no era muy diferente de
cuando se fue, Yeon-oh se dirigió al saló n exterior. Seungsang, que
estaba de pie con la espalda sobre la espalda, saludó a Yeon-oh.
“Yeon-oh”.
Cuando Seungsang saludó a Yeon-oh, agitó la mano y se quitó toda su
ropa secreta.
“Te veo, padre. ¿Has estado en paz?
“Está bien.”
De repente, un enjambre de piratas lotó y le retorció el estó mago, pero
no lo reveló .
“Tu cara es muy mala”.
“No es algo por lo que preocuparse”.
“No es. No pude dormir debido a tus preocupaciones desde lejos en el
Gran Camino. Mira este mira que demacrado que tal las heridas El
estó mago de este padre está ardiendo”.
Fue el mismo Seungsang quien causó la fuente de sus preocupaciones.
Y, en lugar de preocuparse por la salud de Yeon-oh, debe haber estado
preocupado de que su subordinado pudiera haber derramado algo que
pudiera atraparse.
“Murió sin decir una palabra”.
Yeon-oh habló primero, ya que Seungsang parecı́a ignorante. La
preocupació n se borró de su rostro.
“¿Pero no sabes eso?”
“… ”
“¿Como estuvo? Padre. Son las personas las que sufren. No estaba bien.
Estaba mal. No me sentı́ avergonzado porque lo hice a sabiendas, pero
querı́a al menos pretender estar avergonzado. Era un gobernante, y
pensó que deberı́a hacerlo. Sin embargo, Seungsang solo mostró una
lı́nea tangente con una expresió n aburrida en su rostro.
“por lo tanto.”
“… ”
“¿Incluso le diste tu corazó n al Prı́ncipe que iba a aniquilar al enemigo?
¿Entonces seguiste al prı́ncipe y sufriste tal desgracia?
“Ası́ es.”
“El prı́ncipe tambié n hizo algo para ganarse el corazó n del pú blico”.
“Pero al menos puedes encontrar a Wimin. Mejor que hacer dañ o.
“¿Tienes la intenció n de ir en contra de la voluntad de la familia y servir
al prı́ncipe?”
“… ”
“¿Está s diciendo que lo hará s, Yeon-oh?”
“¿Hay alguna razó n para no hacerlo?”
Aunque todavı́a no habı́a tomado ninguna decisió n, Yeon-oh dio una
respuesta que parecı́a ir en contra de la voluntad de Seungsang. Fue
impulsivo, pero fue pura sinceridad sin ningú n cá lculo mezclado. Y con
esta respuesta, Yeon-oh dio una respuesta sobre qué decisió n tomar.
“Si eres ası́, ¿crees que el prı́ncipe te dará un corazó n? El prı́ncipe no
con iará en ti, el hijo de Hye-ga. ¿Qué pasarı́a si fueras coronado?
¿Quieres que te deje en paz? No te dejará n poner un pie en el sistema.
Serı́a bueno que no se imputaran los cargos de traició n”.
Solo enumeró los hechos, pero cada verdad se convirtió en una espada
y atravesó el corazó n de Yeon-oh. No importa lo que Yeon-oh sienta por
el prı́ncipe, é l nunca se dará por vencido con Yeon-oh. Incluso si me
llamas ası́ cuando me pides que te llame Cheongshin, incluso si sonrı́es
cá lidamente como si estuvieras tratando a otra persona. … é l lo hará
“… No importa. Decidı́ hacer esta elecció n porque no podı́a entender
por qué mi padre se tomaba la vida de su gente tan a la ligera. Ademá s,
no tengo tanta ambició n como mi padre, ası́ que hubiera sido mejor si
fuera Nak-hyang”.
Yeon-oh escondió su corazó n roto y respondió con resolució n.
“Te dije que te dejarı́a la familia má s gloriosa”.
“… ¿Es realmente para el pequeñ o?
“¿qué ?”
“Solo estaba haciendo la pregunta con la mente de que podrı́a ser la
codicia excesiva de mi padre”.
Como dijo, puede haber sido para transmitir una familia má s gloriosa a
Yeon-oh en algú n momento. Pero el poder era originalmente algo malo
que hacı́a que las personas fueran ciegas, sordas e incluso má s
codiciosas. Era como ver la disposició n del prı́ncipe y simplemente
dejarlo ir. Al principio, pensé que era solo porque el prı́ncipe era bonito,
por lo que aú n era joven. Eso hará que sea má s fá cil de manejar,
entonces.
“Si no, no tengo nada que decir… ”
Cuando Yeon-oh, que simplemente habı́a obedecido su voluntad, salió
ası́, Seungsang torció el rostro. Yeon-oh lo miró y bajó los ojos y pensó
en el prı́ncipe. Si el prı́ncipe hubiera visto el enfrentamiento entre el
rico y el padre, se habrı́a reı́do. Parece que fue
Como dijiste, estaba conmocionado, y ahora estoy parado en un camino
que va en contra de la voluntad de mi padre. Cuando Yeon-oh era de
autoayuda, Seungsang tenı́a la misma cara de siempre.
“No deberı́a haberte enviado a una misió n”.
“… ”
“Pero todos estos arrepentimientos serı́an en vano. ¿Y tu voluntad? El
feto pronto colapsará . Yo, que os di huesos y carne, y nadie má s, lo
lograré .
“Pre iero a mi padre… ”
“Debes haber estado cansado por el largo viaje. ¿Quieres volver y
descansar?
La imagen del emperador, que era frı́o con el prı́ncipe, se sobrescribió
con la imagen del monje que abofeteó frı́amente a Yeon-oh. Como no
tenı́a ningú n afecto por mi padre, mi corazó n no dolı́a. Si el prı́ncipe no
tuviera ningú n afecto por el emperador, tampoco estarı́a tan enfermo,
dijo, afortunadamente. Mi mente estaba confundida ante la idea de que
todo terminarı́a solo con el prı́ncipe.
“Ası́ es, Yeon-oh”.
Yeon-oh, que estaba a punto de retroceder ante Chukgak-ryeong, se
detuvo por un momento al escuchar la llamada de Seungsang.
“Espero que no te sientas herido”.
Era una palabra sin signi icado. Pero esas palabras plantaron semillas
de ansiedad en mi corazó n. Yeon-oh, que se mordió el labio con una
ansiedad desconocida, se apresuró a dar un paso adelante.
“enfermera.”
Cuando regresó a su residencia, inmediatamente buscó a la niñ era con
una mente ansiosa. Ranyoung, que habı́a conocido a Yeon-oh antes, lo
miró como si no supiera qué hacer cuando solo encontró una niñ era
para Yeon-oh.
“Corrió joven. ¿una niñ era?”
Si hubiera sabido la noticia del regreso de Yeon-oh, no podrı́a haber
estado tan callada. Si fuera ella, habrı́a conocido a Yeon-oh incluso
descalza. Especialmente si hubiera escuchado las noticias de Yeon-oh
en Hwaju.
“¿Alguna vez te enfermaste de nuevo?”
A pesar de las sucesivas preguntas, la boca de Ranyoung no se abrió .
Por el contrario, fue Yeon-oh quien se volvió frustrante.
“Ran-joven”.
La ansiedad se materializó gradualmente ante su silencio.
“Yo, Confucio… ”
“No, tengo que irme.”
Si Yeon-oh fuera a Haengnangchae, el monje estarı́a disgustado y
reprendido, pero ahora no era el momento de ocultarlo. Primero,
miremos la cara de la niñ era. Lo siguiente fue ir y pensar en ello
entonces.
“… La niñ era está muerta.
Cuando di un paso hacia la residencia de la niñ era, escuché una
pequeñ a voz desde atrá s. Fue increı́ble, increı́ble.
“¿Que hiciste ahora?”
Ası́ que pensé que habı́a oı́do mal.
“¡Ranyoung!”
Escuchar que la niñ era está muerta, ¿có mo podrı́a pasar tal cosa?
“La niñ era está muerta”.
“… Dilo otra vez. Quié n, … ¿Quié n muere?
“Ultimamente, apenas he tenido energı́a, pero despué s de enfermarme
de ansiedad, de repente… ”
En un instante, se lanzó la Mac. Cuando Yeon-oh tropezó , Ranyoung se
acercó rá pidamente para ayudar, pero se mordió los labios y lo apartó .
Yeon-oh, que apenas sostenı́a su cuerpo, la miró con los ojos abiertos.
“¿Qué pasa con Seokkyung? ¡Qué hizo Seokkyung cuando la niñ era
estaba tan enferma!
Ran-Young parecı́a perplejo. Solo habı́a pasado un poco má s de un mes
desde que habı́a sufrido una relació n. Durante ese mes, Yeon-oh fue un
dueñ o tranquilo. No hizo un ruido fuerte, y no mostró sus gustos o
disgustos en voz alta. Si los sirvientes secretos no fueran groseros,
Yeon-oh era un dueñ o decente.
“Taeui se lo comió ”.
“Dime que me verá s má s tarde”.
Parecı́a que el taeui que el propio emperador le habı́a enviado ya habı́a
llegado. Deberı́amos haber entrado, pero despué s de enterarme del
fallecimiento de una niñ era, algo que nunca soñ é , no hubo tiempo para
eso.
“Taeui… ”
“¿No me dijiste que me verı́as má s tarde?”
A pesar de la negativa de Yeon-oh, el sirviente secreto de afuera habló
una vez má s. Yeon-oh, que respondió nerviosamente, la miró como si le
pidiera una respuesta a Ranyoung.
“¿Qué hiciste?”, Preguntó Seokkyung. No no. Trae el espejo de piedra.
Me pregunto.”
“No tienes que hacerlo”.
La puerta se abrió y se escuchó una voz familiar. Yeon-oh apartó la
mirada de Lan-young.
“… espejo de piedra ¿Que es todo esto?”
Jo Myung-hwan vestı́a un uniforme o icial.
“Soy el espı́ritu enviado por Su Majestad”.
“… ¿Qué ?”
¿Q
“Gracias a la recomendació n de Hapha sobre mı́, me dieron
honorablemente el entierro”.
Habló como si la alegrı́a fuera ilimitada, pero su voz y expresió n no eran
las de un hombre feliz en absoluto. Era natural Porque Cho Myung-
hwan no querı́a unirse.
Normalmente, me habrı́a sentado y preguntado qué pasó y cuá ndo me
convertı́ en Taeyi, pero ahora no era una situació n ası́. Yeon-oh le hizo
señ as a Lan-young para que la dejara ir. Fue má s e iciente preguntarle a
Seokkyung que a ella, quien de todos modos no parece ser capaz de
responder nada de lo que pregunta.
“Conozco la tumba de la niñ era. ¿Te gustarı́a ir?”
Cuando escuché de Ran-Young, no tenı́a sentido de la realidad. Mi
corazó n se hundió , pero sentı́ como si hubiera escuchado una mentira.
Sin embargo, cuando la tumba de la niñ era salió de la boca de Cho
Myeong-hwan, la muerte golpeó de nuevo.
“… ¿Está realmente muerta la niñ era?
Habı́a lá grimas en su voz mojada por la pé rdida.
“Seokkyung, respó ndeme”.
“… ”
“Aunque la niñ era era mayor, no tenı́a una enfermedad grave”.
Por el contrario, si era má s saludable que Yeon-oh, era saludable. No
habı́a ninguna enfermedad cró nica. Es la persona que dijo que si Yeon-
oh tuviera un hijo, tambié n lo cuidarı́a. No podrı́a haber cambiado mi
nombre tan fá cilmente y en vano. Yeon-oh miró a Myeong-hwan con
ojos desesperados, luego se arrastró y le apretó la muñ eca con fuerza.
“Seokkyung. No digas nada ¿Dijiste que dejaste ir a la niñ era tan
fá cilmente? ¿Quieres creerlo?
“… ”
“¡Seokgyeong!”
“Por favor, no me perdones”.
Sus ojos se contrajeron con angustia.
“¿No vas a decir nada?”
¿
“… ”
“¿okey?”
“Confucio.”
“Yo no digo nada, sino que pido perdó n. Entonces, solo hay una
respuesta.”
Si la niñ era acaba de morir de una enfermedad cró nica, no hay motivo
para que Jo Myeong-hwan pida perdó n.
“La niñ era no murió de una enfermedad. ¿Correcto?”
Cuestionó con una voz frı́a y dura, pero Cho Myung-hwan guardó
silencio. Pero el silencio fue positivo. Mi respiració n se ahogó . La
tristeza desapareció como si se hubiera lavado, y la desesperació n llenó
el espacio vacı́o.
“… Cualquiera que pueda matar a una niñ era.
“Confucio.”
“Solo hay una persona en esta familia”.
Era solo una niñ era. No tenı́a poder, y no tenı́a ningú n interé s en las
peleas de sus sirvientes secretos. Su atenció n estaba enfocada solo en
Yeon-oh. Solo hay una persona que puede matarla ası́.
Signi ica que no confı́es demasiado en la niñ era.
La voz del vencedor resonó ferozmente. La voz que alertó a Yeon-oh,
quien habı́a escuchado la noticia de la enfermedad de la niñ era, fue a su
residencia y revisó su salud. Ademá s, hoy, Seungsang aludió a Yeon-oh
para que no esté demasiado triste. Esa risa signi icativa.
- Mis ojos se pusieron calientes, ası́ que cerré los ojos.
“… Confucio.”
Cuando Yeon-oh se quedó quieto con los ojos cerrados, Cho Myung-
hwan lo llamó preocupado.
“Vete, Seokkyung”.
“¿Está s bien?”
“No, dije Tae-eui. ¿Te llamo y te doy un ejemplo? ¿Saldrá s ası́?
Una hoja a ilada cortó el anillo de luz. Abrı́ los ojos, sacudiendo el paso
má s cerca de mı́. Los ojos llenos de calor llenos de luces.
“Debes haberlo adivinado hasta cierto punto para no perdonar. ¿Qué
tipo de persona es una niñ era para ti, … ¡Qué clase de persona era yo,
sabiendo todo! ¡có mo!”
Para Cho Myeong-hwan, una niñ era era un ser con un signi icado
especial. Aú n ası́, condonó la muerte de su madre. Incluso si no
participó , inalmente se dio la vuelta. Aquiescencia, ignorancia, silencio.
… Yeonwoo no pudo soportarlo en absoluto. Un calor vicioso se elevó
desde el fondo de mi corazó n.
“… hecho. Regresa Su Majestad, Hye Yeon-o de Woocheomsa, dijo que
mientras pague bien, no habrá problemas. No quiero ver tu cara por un
tiempo”.
Su voz, que se tragó sus emociones, pronto se humedeció .
“Vamos. Apuro.”
Myeong-hwan Myeong-hwan se levantó con su bolso en la celebració n
determinada. Yeon-oh, que estaba luchando con la pé rdida, negó con la
cabeza.
“La niñ era me pidió que le dijera esto a Confucio”.
“… ”
“No quiero que Confucio esté triste”.
Fue una petició n cruel. Perdı́ a una niñ era que no era diferente a mi
madre. Pero, ¿có mo no estar triste? Habı́a estado con Yeon-oh durante
diecisé is añ os. Solo ella, solo ella…
Yeon-oh se mordió el labio. El sabor a pescado corrió por la punta de su
lengua. Me estaba mordiendo el labio y conteniendo la respiració n,
pero escuché la puerta abrirse y cerrarse. Solo entonces Yeon-oh pudo
vomitar las lá grimas que se habı́a tragado.
*
Seungsang, ¿por qué el padre mató a la niñ era? Sabı́a instintivamente
que el interé s del padre no era bueno para la niñ era. Ademá s, a
excepció n de la persona involucrada, ella es alguien que conoce el
secreto de la pesadilla de Yeon-oh, por lo que Seungsang estaba lo
su icientemente motivado. Entonces, má s desesperadamente, me
escondı́ y ingı́ no saber.
¿lo notaste? Aú n ası́, es una buena persona para ocultar sus verdaderos
sentimientos, ¿ası́ que tal vez Yeon-oh no lo notó ? Yeon-oh pensó
profundamente y borró la hipó tesis. De initivamente no fue revelado.
La seguridad de la madre estaba en juego. No habı́a nada difı́cil de
ocultar.
¿Entonces por qué ? ¿por qué ?
¿Es solo por una razó n que Yeon-oh depende mucho de una niñ era? Si
ese es el caso, habrı́a sido su iciente simplemente echarlo. No habı́a
necesidad de matarlo há bilmente.
“… ah… ”
Desde ayer hasta esta noche, me mordı́ los labios agrietados docenas de
veces y babeé de dolor. Solo duele Si es ası́, ¿qué tan doloroso fue el
cuerpo que habı́a sido engullido por el calor? Una vez má s, mis ojos se
calentaron. En la habitació n donde no se encendı́a ni una sola vela,
Yeon-oh apagó el dolor hirviente. La tristeza no desaparecı́a aunque
intentara cortarla, la pé rdida se hizo má s grande y la culpa se
profundizó .
El pensamiento de que si no hubiera ido a la cometa, no habrı́a enviado
a la niñ era tan en vano llegó como una espina puntiaguda y atravesó mi
corazó n una y otra vez. Yeon-oh levantó la mano y se golpeó el pecho.
La frustració n nunca se fue.
“Yeon-oh. Abida. No entres.
Se escuchó un murmullo desde afuera, y la puerta se abrió de
inmediato. Frunciendo el ceñ o ante la luz que entraba desde el exterior,
Ranyoung entró y encendió la mecha. Sin embargo, la mirada de Yeon-
oh se clavó en el Seungsang y no cayó .
“Escuché que te has estado saltando comidas desde ayer”.
“… ”
“¿No es la niñ era un shock?”
¿Có mo puedo poner una niñ era en mi boca con una cara tan inocente y
dé bil? Yeon-oh se mordió el labio. La sangre brotó de nuevo de sus
labios desgarrados.
“Tus labios tambié n está n doliendo. Cariñ o, es Yeon-oh”.
“… ¿Por qué ?”
Salió mucha voz.
“¿Qué quieres decir?”
“Hijo, ahora le pregunto a mi padre por qué mataste a la niñ era”.
“¿Por qué le preguntas a tu padre sobre eso?”
“… ¿Está s en negació n?
“¿Tienes alguna evidencia? ¿Tiene alguna prueba de que este padre
mató a la niñ era?
Seungsang empujó a Yeon-oh sin mostrar un ligero movimiento. Yeon-
oh no tuvo má s remedio que morderse el labio. No habı́a tal cosa como
evidencia. A juzgar por las palabras que habı́a escuchado de Ran-Young,
la niñ era dijo que hace unos dı́as, la niñ era de repente sintió mucho
calor y murió mientras deambulaba en medio de la nada.
En la super icie, era solo una enfermedad. Sin embargo, Myeong-hwan
Cho no agregó ninguna palabra negativa a la suposició n de Yeon-oh de
que no murió de una enfermedad, lo que fortaleció mi con ianza. Pero al
inal, todo esto fue solo un ataque al corazó n. A menos que Cho
Myeong-hwan abriera la boca y dijera la verdad, Yeon-oh no podrı́a
indagar má s.
“Es má s probable que sea contraatacado si solo lo impulsa una
enfermedad cardı́aca”.
Es como enseñ ar. Yeon-oh apretó el puñ o cubierto entre las mangas.
“El trabajo de la niñ era tambié n fue una lá stima para este padre. Porque
sabı́a que estarı́as muy triste.
“… ”
“Pero Yeon-oh, tienes que saber có mo quitá rtelo de encima”.
“… ¿Sabes có mo el pequeñ o no hace cosas preciosas?”
“Yeon-oh”.
“Porque sabı́a que todo se iba a arruinar”.
Todo lo que Yeon-oh apreciaba siempre estaba arruinado. Ocurrı́a lo
mismo con los juguetes, y las lores que le gustaban especialmente, y las
personas no eran diferentes. No querı́a saber por qué se rompieron o
por qué no se quedaron conmigo. Sin embargo, solo la niñ era salió ilesa,
por lo que Yeon-oh derramó todo su cariñ o y afecto en ella.
“Porque siempre está roto. Siempre, nunca, nunca.”
Deberı́a haber tomado precauciones despué s de escuchar la
advertencia del monje, pero estaba reacio y asustado. Pensé que ella
estarı́a bien. Pensé que se quedarı́a hasta el inal. La niñ era fue la que su
madre trajo de la casa de sus padres antes de ser la niñ era de Yeon-oh.
Entonces, Numo-man pensó que Seungsang no se lo llevarı́a de esta
manera, pero Yeon-oh estaba equivocado. Fue un error. Fue solo una
cosa graciosa. Ası́ que Yeon-oh estaba pagando el precio por é l de una
manera tan dura.
“Perdı́ incluso una cosa que me quedaba. … ¿Está s satisfecho con esto?
“Bebé , Yeon-oh”.
Incluso la ira azul luyó suavemente y Seungsang sonrió levemente.
“¿No me lo dijiste antes? No debe dejarse llevar por una enfermedad
cardı́aca sin pruebas. En caso de duda, tenga cuidado y contenga la
respiració n hasta que pueda agarrar la correa de la persona. Si atacas
con torpeza, el enemigo se esconderá o má s bien agarrará tu correa”.
“¿Entonces te vas a esconder? ¿O te aferrará s a mi correa?
“Hoy en dı́a no existe tal cosa como la nitidez”.
“¡padre!”
Es como gritarle a un muro que no se puede derribar. Todas las
emociones vertidas golpearon la pared, desmoroná ndose, aplastando y
aplastando. Estaba sumido en el dolor, la pé rdida y la ira y no podı́a
respirar adecuadamente. Tal vez porque no me habı́a saltado nada en
todo el dı́a, mi visió n de repente cambió . No fue fá cil, incluso si trató de
sostenerse con los puñ os cerrados.
Seungsang, que vio a Yeon-oh en la cama con manos temblorosas, se
acercó un paso. El calor abrasador me golpeó . Yeon-oh apenas contuvo
su cuerpo inamovible y la empujó hacia atrá s. Era aterrador hasta el
punto de que era aterrador incluso acercarse.
“Estoy tan avergonzado, ası́ que mi padre puede darme un consejo”.
“… ”
“¿Dijiste que tus cosas preciosas, lo que sea de lo que dependas, se
romperá ?”
La mano del monje se colocó sobre el dorso de su mano seca. Yeon-oh
tiró esa mano sin darse cuenta.
“Entonces, nunca vuelvas a hacer nada precioso”.
“… ”
“De lo contrario, ¿có mo sabrá s si esa cosa preciosa te dejará como una
niñ era otra vez?”
Dios mı́o. Un pensamiento me atravesó como un destello de luz.
“… ¿Cuá ndo murió exactamente la niñ era?
“¿Có mo podrı́a saber eso un padre que está ocupado con asuntos
gubernamentales?”
“… ”
“Despué s de recibir la carta diciendo que está s a salvo, comenzaste a
enfermarte y moriste cinco dı́as despué s.
Seungsang, que estaba contando lentamente la fecha, respondió . Salió
un suspiro. Expresó la muerte de la niñ era como una advertencia para
no ir en contra de la voluntad de la familia y pasar completamente en
manos del monje. Todo lo que aprecias se irá de tu lado.
Muy cruel
Cerré mis ojos. Una imagen secundaria de alguien se formó en sus
pá rpados y luego desapareció .
Si no fuera por el cargador, la niñ era no podrı́a haber muerto. Aunque
puede ser ofensivo ya que es precioso para Yeon-oh, no lo habrı́a
mantenido vivo como la ú ltima fortaleza. Ası́ que tal vez todo esto sea
su culpa.
A medida que esa autoculpa enredaba su corazó n, su enfermedad
mental y fı́sica se profundizaba. Como si revelara su interior podrido,
podrido, Yeon-oh durmió como si estuviera muerto durante tres dı́as
despué s de que el monje que habı́a pasado por la residencia regresara.
p q j q p p g
Cuando me desperté de un sueñ o caó tico, a veces era de dı́a, a veces era
de noche. Un sueñ o era como la realidad, y la realidad era como un
sueñ o. Los lı́mites de la realidad se han vuelto confusos. Yeon-oh abrió
los ojos cuando la cortina de oscuridad cayó al suelo. Ahora bien, ¿es
este lugar una extensió n de un sueñ o? ¿O es real?
Yeon-oh, que se habı́a despertado mientras deambulaba por el lı́mite
entre el sueñ o y la realidad, giró la cabeza ante la repentina presencia.
Una igura crepuscular brillaba a la luz de la luna.
“… ¿Está s ahı́, niñ era?
Solo la niñ era podı́a entrar en la habitació n interior sin permiso esta
noche. Entonces, la llamé , esperando que este lugar donde desperté
fuera un sueñ o má s que una realidad. No querı́a escuchar la voz baja y
quebrada.
“¿enfermera? ¿Tenı́a todavı́a la edad su iciente para encontrar una
niñ era?
Pero la voz que volvió no era la de la niñ era. Es bajo y frı́o, pero aun ası́,
hay un toque de amabilidad en su voz. Conocı́ al dueñ o de esta voz. Pero
tambié n hubo voces que no deberı́an escucharse aquı́.
“… ¿majestad?”
Una igura negra y arracimada caminó hacia la cama. La cara vagamente
visible era claramente visible. El padre tenı́a razó n. Pero, ¿có mo podrı́a
un prı́ncipe venir a este lugar, incluso a su residencia? De hecho, é l fue
quien cruzó dos veces el alto muro en la parte sur de la ciudad, por lo
que no pudo pasarlo tres veces. Y aparte de esa razó n, no habı́a ninguna
razó n para que el prı́ncipe viniera a mi cama.
“¿Estoy soñ ando?”
Ası́ que Yeon-oh de inió esto como un sueñ o.
“… ¿sueñ o?”
El prı́ncipe en el sueñ o preguntó con una sonrisa. Era una sonrisa que
no era diferente de lo que habı́a visto en la vida real.
“Su Majestad no estarı́a aquı́ a menos que fuera un sueñ o”.
“pero. Eso es todo tambié n.
La respuesta del prı́ncipe fue vaga, y se preguntó si era una realidad en
lugar de un sueñ o, pero ahora no tenı́a la energı́a para pensar má s en
eso. No sé si este lugar es un sueñ o o una realidad, pero donde sea que
esté Yeon-oh ahora, fue difı́cil abrir los ojos y respirar.
“¿Có mo has llegado hasta aquı́?”
“Es un sueñ o. Entonces debes haberme llamado.
“ah… ”
“¿Pensaste en mi?”
¿Alguna vez has pensado en el prı́ncipe durante los tres dı́as que
dormiste como si estuvieras muerto? Durante los tres dı́as estuvo
atormentado por sentimientos de culpa por la niñ era, pero no del todo.
Cada vez que pienso en las palabras de mi padre de que me quitarı́a
todas mis cosas preciosas, pienso en el prı́ncipe.
Entonces por eso entraste en mi sueñ o
“majestad.”
“¿Bien?”
“Si digo que voy en contra de la voluntad de mi familia y obedeciendo a
Su Majestad, ¿me creerı́a?”
El era el prı́ncipe que creé en mi sueñ o. Ası́ que esta era una pregunta
estú pida. Sabiendo esto, Yeon-oh no dejó de pensar en la estú pida
pregunta, sino que la puso en prá ctica.
“Tú , el sucesor de Hye-ga, ¿hará s algo en contra de la voluntad de tu
familia?”
“… ”
“¿por qué ?”
La sonrisa que habı́a quedado grabada en el rostro del prı́ncipe
desapareció como una vela apagada.
Hay varias palabras que pueden responder a la pregunta de por qué .
Seungsang estaba haciendo algo fuera de los lı́mites que Yeon-oh no
podı́a aceptar. El prı́ncipe no era digno de ascender al trono. Si el
Prı́ncipe Heredero llega al trono, intentará destruir a Hui Ga, pero al
menos por el bien de la gente. Y má s allá de eso, Yeon-oh ya no querı́a
defender la voluntad de Seungsang. La muerte de mi madre signi icó
eso para mı́.
Seungsang parecı́a querer que la muerte de la niñ era se ajustara al
miedo, pero ese juicio estaba equivocado. Má s bien, Yeon-oh querı́a
salir de su alcance. Jugar a los tı́teres en la palma de la mano del monje
era ahora su especialidad.
“… No quiero que pierdas má s”.
Ademá s, aparte de todas las razones, Yeon-oh esperaba que el prı́ncipe
no perdiera nada má s.
“¿Eres comprensivo?”
El prı́ncipe lo consideró una simpatı́a. Pero nunca fue simpatı́a. No
podı́a ser comprensivo. ¿Quié n simpatiza con quié n en esta situació n?
Esta podrı́a haber sido la simpatı́a derivada de tener un padre que
odiaba a su hijo, pero no lo era. Aunque se identi icaron entre sı́, no
sintieron un sentido de identidad.
“Bueno, por supuesto que sı́”.
“… ”
No sé cuá ndo, pero solo esperaba no perder ni siquiera al prı́ncipe del
que me enamoré .
“En respuesta, sea cual sea tu voluntad, tu apellido es ‘Hye’ al inal, y sus
raı́ces son Hanam. Incluso de forma irreversible.
Aunque fue en un sueñ o, el prı́ncipe no le dio la respuesta que querı́a.
¿Yeon-oh no tenı́a una personalidad tan optimista en primer lugar, pero
incluso eso en su sueñ o aparecı́a de manera realista?
No era lo que esperaba, pero fue un poco desgarrador. Al inal, las
palabras de que tú tambié n eres una persona de Hye-ga perforaron mi
piel como espinas. Pero tenı́a razó n. El era, despué s de todo, un hombre
de Hye-ga. Ademá s, no era una rama lejana, y é l fue el ú nico sucesor de
Hanamhoo. Ası́ que no importa cuá nto luchó , estaba muy lejos del
destino de Hye-ga.
“… Es eso ası́.”
“okey.”
“… okey.”
En lugar de negarse a refutar las palabras, Yeon-oh asintió , recostó su
cuerpo exhausto en la cama y cerró los ojos. Si incluso el prı́ncipe de
sus sueñ os podı́a enfrentarse a la realidad, lo sacarı́a del sueñ o. El
prı́ncipe no llamó a tal Yeon-oh. Era un momento del amanecer cuando
desperté de nuevo de un sueñ o caó tico despué s de perder lentamente
la cabeza.
Naturalmente, en realidad, no habı́a rastro de que el prı́ncipe hubiera
visitado.
Yeon-oh miró alrededor de la habitació n lentamente y le abrió la puerta
a Seo-an. Se vio una camelia seca. Incluso despué s de recuperarlo, no
podı́a permitirme tirarlo. Pero me llamó la atenció n y no pude ponerlo,
ası́ que lo puse en el marco de la puerta y nunca lo saqué . Fue solo hoy
que lo abrı́ de nuevo y lo miré .
Escuché una voz que prometı́a una relació n y paz, pero la voz que decı́a
que si algo sucede, alguien que verá esto y contará el pasado se ha ido.
El Prı́ncipe Heredero dijo: “¿Quié n sabe si puedes prometer tu paz
contando tus sentimientos pasados?” Yeon-oh lo recordará , pero Prince
no. Yeon-oh lo puso en el umbral de la carretera y sonrió con fervor.
La sonrisa grabada en su rostro demacrado se desvaneció con la luz
azul del amanecer.
7.
No sé cuá ndo fue eso. Pudo haber sido cuando intercambiamos cartas,
pudo haber sido cuando tomó mi mano diciendo que me protegerı́a de
una pesadilla, o pudo haber sido cuando casi me caigo del caballo o
cuando casi muero cuando fue tomado como rehé n y me salvó . O puede
deberse a otras razones que desconocı́a.
Cualquiera que sea la razó n, en cualquier momento, lo má s importante
fue que Yeon-oh fue consciente y reconoció el corazó n que habı́a
cubierto, pensando que era simplemente incomprensible. Y esto nunca
ha sido algo bueno para mı́.
Sabı́a que nunca podrı́a volverse realidad, y era probable que su
corazó n lo mordiera. Ademá s, odiaba la sensació n de que no podı́a
controlar al inal. Mi corazó n tenı́a que ser enteramente mı́o. No era
mentira decir que querı́a un matrimonio ası́, una vida ası́, sin
sentimientos de amorı́o. Realmente soñ aba y esperaba una vida ası́.
Yeon-oh trató de calmar ese sentimiento hasta la super icie del
recuerdo nuevamente.
Era difı́cil asentar las emociones que ya eran conscientes. Sin embargo,
excluyendo innumerables ramas de la emoció n, Yeon-oh envolvió su
razó n re inada alrededor de su cuerpo como una armadura de hierro.
“Tu cara es muy mala”.
Despué s de ver al prı́ncipe en su sueñ o, tres dı́as despué s, Yeon-oh,
quien apenas pudo controlar la enfermedad, pudo usar ropa o icial y
entrar al palacio. Mientras tanto, preparé una lá pida mortuoria para la
niñ era y me detuve brevemente en la tumba donde estaba consagrada,
para conmemorar su espı́ritu. La culpa se lo comió , pero Yeon-oh no
lloró sobre su tumba. Grabé esa ú ltima voluntad que no deseé por pena
en mi corazó n.
“Está bien como parece. Mamá .”
Yeon-oh, que estaba a punto de ir a Donggung despué s de llegar, fue
enviado a Ingyeonggung despué s de recibir un mensaje de la
emperatriz que decı́a que verı́a su rostro por un tiempo. El rostro de la
emperatriz, mirando a Yeon-oh, mostraba una clara señ al de
preocupació n.
“No me preocupé por el hecho de que el emperador envió un sutra de
piedra porque estaba preocupado por ti. Si hubiera sabido que esto
sucederı́a, habrı́a enviado medicamentos. Mi padre tampoco dijo
mucho, ası́ que pensé que solo se estaba cultivando por unos dı́as”.
“Está bien, mamá ”.
Aunque continuó diciendo que estaba bien, la Emperatriz estaba
ocupada preocupá ndose por Yeon-oh, como si estuviera ebria de sus
emociones. Y pronto señ aló uno de los temas a los que Yeon-oh es má s
reacio ahora.
“Escuché sobre la niñ era. Debe haber sido un gran shock para ti porque
estuviste con é l toda tu vida”.
“… Aun ası́, fui a la tumba”.
“¿Tenı́as una familia? Recuerdo que no se casó porque vino por los
gastos de guerra de su madre”.
“No, pero Seokgyeong celebró un funeral”.
“¿asi que? Bueno, no sé si te sorprenderı́a verlo alistado en Taei”.
La Emperatriz, que habı́a estado comentando las circunstancias de la
niñ era, cambió de tema con una cara insigni icante. Los asuntos de la
niñ era no tenı́an nada que ver con la emperatriz. Para ella, la niñ era era
solo una mujer que se convirtió en la niñ era de Yeon-oh despué s de la
muerte de su madre. Solo Yeon-oh se a ligió por su muerte.
“Hubo un momento en que el prı́ncipe de repente tuvo iebre y lo llamó
para ver el verdadero pulso. Si el emperador estaba satisfecho, querı́a
bajar el puesto. Soy tu mé dico, ası́ que cuando volviste má s tarde, le
pregunté si serı́a una buena idea preguntarle sobre sus intenciones,
pero era tan terco… ”
Agregó detalles sobre có mo Myeong-hwan Cho recibió la publicació n.
Debe haber sido que Yeon-oh se habı́a negado una vez antes, pero
pensó que sucederı́a algú n dı́a cuando el emperador mostró interé s en
é l el otro dı́a.
Se pensó que el tiempo era antes de lo esperado, pero no hubo
objeciones para Hwang Myung. Es un hombre que incluso maneja
bandas de armas de fuego para confundir un á rea, por lo que no habrı́a
sido una gran preocupació n tomar a uno de los vasallos de sus
sirvientes.
“Incluso si es un arrepentimiento personal por perder a un mé dico de
atenció n primaria competente, ¿no serı́a un gran honor para
Seokkyung? Ademá s, ¿no es ese el signi icado de Su Majestad? No te
preocupes por eso”.
En cambio, Yeon-oh recordó el sarcasmo de Seokgyeong ese dı́a. No me
arrepiento Las palabras ya habı́an sido vertidas, y por eso era
irreversible.
“Cuando dices eso, me siento má s a gusto”.
“¿Está bien el prı́ncipe ahora?”
“Afortunadamente, está bien. No fue tan grave”.
Si no hubiera sido por ella, la Emperatriz no se habrı́a enfrentado a
Yeon-oh con una sonrisa en el rostro, pero corté smente le pidió saludos.
“Sin embargo, cuando el emperador vio al prı́ncipe con tanto dolor,
preguntó có mo podı́a enviar a un niñ o ası́ y dormir con los pies
estirados, por lo que decidió construir una familia real en el sistema”.
“Entonces, ¿el prı́ncipe se queda con Yes?”
“okey. Tambié n nos ordenó quedarnos en el palacio hasta que nos
casá ramos, aunque el rey será coronado tarde o temprano”.
Serı́a difı́cil realizar el trabajo si el prı́ncipe fuera despedido, por lo que
pensó que de alguna manera harı́a que se quedara en el sistema, pero
no sabı́a si usarı́a su enfermedad como excusa para quedarse. ¿Podrı́a
ser que la enfermedad fuera real? Yeon-oh de repente empujó las dudas
de Chi-mi a su corazó n.
“Es contra la ley, pero ¿no se opusieron los ministros?”
“Es el corazó n de un padre que se preocupa por su amado hijo, pero
que se atreve a hablar”.
El emperador era una persona que debı́a juzgar y actuar como un rey
má s que como un padre. Aun ası́, el padre, que só lo se preocupa por su
hijo, dice que dejará al prı́ncipe en palacio con una pobre excusa, y los
ministros siguen la orden sin objeció n alguna, por lo que el
comportamiento es paté tico. Yeon-oh apenas empujó sus labios para
subir.
“No sé cuá nto querı́a verte el prı́ncipe cuando supo que estabas aquı́”.
“… Es eso ası́.”
“En primer lugar, el prı́ncipe ve lo que ha sucedido y se va”.
Yeon-oh le dejó en claro a Seungsang que ya no apoyarı́a el propó sito de
la familia. ¿La Emperatriz no habı́a oı́do hablar de eso? ¿O tal vez lo
escuché pero no lo tomé en serio porque pensé que era una rebelió n
pasajera? Observó la expresió n de la emperatriz, pero no era fá cil
descubrir la verdad de su idea, incluso con una sola sonrisa.
“¿Có mo podrı́a Dios no querer ver a Zilja? Sin embargo, me detuve un
rato durante la visita, ası́ que espero verte má s tarde, mamá ”.
Como ella no lo reveló , Yeon-oh tampoco lo reveló . Despué s de todo, si
demuestras que está s en contra de la voluntad del monje, solo vivirá s
contra é l. Fuera lo que fuera, era necesario ocultar el signi icado y
salvar el cuerpo.
“okey. Ası́ es. Si eso es lo que quieres decir”.
“Lo siento.”
“¿Por qué tienes que disculparte? Te llamo hoy porque me preocupa tu
salud. Y estaba molesto porque pensé que me dolı́a la cara, pero dije
que estaba bien, ası́ que dejé que mi mente se fuera. Eso es todo. … Sı́,
eso es todo.”
La emperatriz agarró la mano de Yeon-oh y le dio unas palmaditas. Su
calor y manos acariciantes eran una carga. Sobre todo porque no hay
nada que seguir la voluntad de la familia en el futuro.
“mamá . Ahora es el momento de entrar al Palacio Yeongsugung”.
“… El tiempo ya pasó . Lo entiendo.”
La Emperatriz frunció el ceñ o por un momento ante el sonido del
Sanggung desde afuera, pero luego enderezó su expresió n.
“¿Vas a ir a la emperatriz viuda?”
“Una vez cada tres dı́as, llama a las secretarias de mi lista y pregunta
por Dadam. Aparentemente, la emperatriz viuda habı́a pasado mucho
tiempo en la familia real sacri icando sutras, por lo que debe haber
muchos enemigos”.
Era una risa, pero tampoco era una risa. Parecı́a que la emperatriz
viuda estaba librando una guerra de nervios con la emperatriz por la
iniciativa de Naemyungbu. La cabeza de la lista interna era la
Emperatriz, pero incluso la Emperatriz no podı́a ignorar a la
Emperatriz, por lo que esta lucha por el liderazgo probablemente serı́a
devastadora.
¿Es porque la emperatriz viuda está tratando de tomar la iniciativa para
darle poder al prı́ncipe heredero? La emperatriz viuda rechazó el favor
del emperador el dı́a que entró en el palacio y preguntó por la conducta
del prı́ncipe.
No fue sorprendente considerando que el hijo mayor de la familia de la
emperatriz viuda, la familia Hua Chuyun, estaba en el ala derecha del
Prı́ncipe Heredero y que su familia favorecı́a al Prı́ncipe Heredero en
lugar del Emperador.
“Si lo es, Yeon-oh, echa un vistazo. Debo estar listo para partir.
“Es posible que no pueda verte a menudo porque tengo ojos para ver,
pero te visitaré a menudo para pedirte saludos”.
“Gracias por tus palabras, pero por favor presta má s atenció n al
prı́ncipe o princesa que a mı́. El prı́ncipe es tu yerno, y la princesa no es
la niñ a que se convertirá en tu nuera”.
Habı́a motivos su icientes para visitar a la princesa con frecuencia, pero
los motivos para visitar al prı́ncipe eran muy escasos. En lugar de
responder, Yeon-oh inclinó la cabeza y se alejó de la seguridad de la
emperatriz.
Una vez que dejé Ingyeonggung, el camino a Donggung estaba tan lejos
como antes. No era un camino largo, pero parecı́an mil millas. Era una
distancia psicoló gica del corazó n. Por mucho que calmara sus
emociones y rodeara su razó n como una armadura de hierro, no sirvió
de nada. Sus pasos eran pesados como si estuvieran en un pé ndulo, y su
corazó n estaba sofocado como si estuviera atado por cadenas.
Pero de todos modos, mis pies tocaron el palacio. Yeon-oh, que habı́a
estado disminuyendo la velocidad mientras cruzaba el frente, endureció
su expresió n cuando vio la procesió n con colas en la distancia. Me di
cuenta sin tener que comprobar quié n estaba allı́.
“El correo. Ahora está s mostrando tu precioso rostro”.
“… Te veré .”
Es un camino de paso para pretender no saber. Ademá s, el prı́ncipe
descubrió a Yeon-oh primero y ingió conocerlo. Yeon-oh no tuvo má s
remedio que ser corté s. Cuando pienso en el sueñ o que tuve hace tres
dı́as, mi corazó n se hundió . Sin darse cuenta de tal situació n, el prı́ncipe
sonrió brillantemente.
“La Emperatriz, no, Mamá te llamó . ¿Me viste?”
“Mamá llamó para ver si estaba preocupada por su hermano menor, ası́
que no pude evitar alejarme”.
“De acuerdo. Está s bien. Ası́ que es familia, ası́ que es lı́nea de sangre”.
Entonces familia y linaje. El signi icado debajo de esas palabras se
convirtió en una cadena y enredó a Yeon-oh. Al igual que el prı́ncipe
que vio en su sueñ o, el prı́ncipe en realidad no intentarı́a separar a
Yeon-oh y Hye-ga. Fue irreversible.
“Ha pasado un tiempo desde que estaba a punto de ir a la batalla con
Lee Pyong. ¿Me acompañ as?
“Seguiré .”
“okey. Entonces ven aca Está demasiado lejos de allı́”.
El prı́ncipe extendió su mano y señ aló el asiento a mi lado. Má s bien, si
Hye-ga y yo no podı́amos separarnos, no querı́a darles ni siquiera ese
tipo de habitació n. El no era ası́ conmigo. Sacudió a Yeon-oh, que no
querı́a que su corazó n se sacudiera, y trató de derribarlo con el hacha
que se arrastraba.
“Voy a.”
“Esta muy lejos. ¿Por qué no quieres venir a mi lado? ¿Hay un imá n al
lado de este lugar?
“majestad. Desde entonces, Vondo Shin es primo de Woo Cheomsa. ¿Te
gustarı́a despertar a Dios?”
“Ja-sung, si fueras mi primo, creo que podrı́as hacer eso”.
Dijo que lo harı́a y solo dio un paso. El prı́ncipe, que no sabı́a cuá nto
corazó n tenı́a que tener para dar ese paso, estaba ocupado
coqueteando con Lee Shin-woo. Fue una escena que vi sin pensar
mucho antes de darme cuenta de mi corazó n. Yeon-oh tenı́a envidia de
ese tipo de intimidad que yo no podı́a tener. Yeon-oh, la primera en
sentir que anhela algo, tuvo di icultades para controlar su corazó n.
“De todos modos, ven aquı́. Tendré que ver qué tan mal se ha lastimado
la cara que me dolió en el pasado”.
“Sı́, Su Alteza pregunta dos veces, ¿no es ası́? Yeon-oh”.
¿Por qué ? Se sentı́a má s amistoso que antes. Yeon-oh dio uno o dos
pasos mientras juntaba las manos cubiertas por los anchos puñ os. Este
camino por recorrer es tan pesado.
Tan pronto como estuvo junto al prı́ncipe, su atenció n se desplazó al
otro lado. Estaba má s cerca de dejar de prestarme atenció n porque
habı́a terminado las tareas en lugar de inclinarme, y esto no era
diferente de lo habitual, pero Yeon-oh no podı́a evitar la sensació n de
que estaba en un campo vacı́o. La persona que habló con Yeon-oh fue
Lee Shin-woo, quien estaba de pie a la izquierda del prı́ncipe.
“Sı́, ¿has estado enferma todo este tiempo?”
“Es solo una adicció n”.
“¿Solo vas a usarlo porque está s enfermo por tal cosa?”
Puede que solo sea como se siente, pero luego el tono era como si fuera
a sobrevivir a lo peor má s tarde.
“¿Qué signi ica eso?”
“Es solo que.”
“No dices cosas que no puedes explicar”.
Las palabras de Yeon-oh, que fueron impulsadas emocionalmente por
las emociones que ya habı́an sentido por primera vez, fueron agudas
como si estuvieran de pie. No reaccionó y cerró la boca solo despué s de
reaccionar exageradamente a lo que podı́a decir.
“Jaseong, no toques a la persona que acaba de despertarse de la cama
del hospital”.
Fue el Prı́ncipe que habı́a estado caminando delante de é l quien liberó
la atmó sfera. La mirada de Yeon-oh se desplazó hacia el otro lado
cuando el prı́ncipe volvió a prestar atenció n a este lado.
“Y Ja-sung, eres tan malo porque no dijiste nada para felicitarme por mi
boda”.
Fue entonces cuando recordé que Shin-woo Lee estaba casado con Yoo
Seol, quien se llamaba en Hyega. Despué s de escuchar que se casaron el
otro dı́a, lo borré de mi mente y lo olvidé por completo.
“… Su Majestad, no soy tan estrecho de miras.”
“ja ja. ¿Acaso tú ?”
“no. No tuve cuidado. Hermano mayor. Es tarde, pero felicidades por tu
boda”.
“okey. Parece que me incliné y me incliné , pero gracias”.
Habrı́a sido un matrimonio no deseado. Pero tambié n era una
responsabilidad aceptar. Al igual que Yeon-oh aceptó casarse con la
princesa.
“¿Có mo está tu hermana?”
“regular. Por cierto, llamas a mi esposa, que nunca ha sido tu hermana,
mi hermana”.
Era una referencia a cambiar el apellido a Hye antes de la boda y
convertirse en prima sexta.
“¿Có mo no puedes ser tu hermana? Es mi primo sexto.
“Cualquier momento.”
“¿Cuá ndo será de alguna utilidad? De todos modos, ahora que ese
nombre igura en la genealogı́a de Hyega, es un hecho inmutable que
soy tu hermano menor”.
“okey. Es mio Ası́ que espero que no tengas que salir de ahı́”.
“Deberı́a ser como deberı́a ser”.
Su valor de utilidad no era má s que su matrimonio con Shin-Woo Lee y
forjar la solidaridad con la alianza entre Hanam y Seocheon. Como fui
nombrado hijo de Shin-Woo Lee, el valor se agotó . Mientras ella no
muera y la familia unida a Seocheonbu no se acerque a ella. Al menos es
una mujer que fue a la esposa del segundo hijo. Traté de sacudir a
Seocheonbu sostenié ndolo, pero no pudo ser.
“Está bien, ¿ya terminó la pelea entre primos?”
“… Pido disculpas por su seguridad.
No era que se olvidara de la existencia de su padre. Incluso si no le
prestaba atenció n, todas las sensaciones en mi cuerpo estaban
enfocadas en é l. Este sentimiento, como si miles de sentidos estuvieran
abiertos para é l, era muy extrañ o. Para perturbar ese sentido, debe
p , y p ,
haber reaccionado con má s sensibilidad a Lee Shin-woo y agregó
palabras que no necesitaba decir.
“Ha sido Fue interesante porque no tengo un hermano para hacer eso”.
Sus palabras simplemente sonaban como si no tuviera peleas con su
medio hermano menor, pero de alguna manera sonaba como si no viera
al prı́ncipe como un hermano. No sabrá s lo que quiso decir a menos que
profundices en sus intenciones.
“Todos estan aqui.”
Mientras contaba mi corazó n atribulado, llegué a la pista de baile.
Cuando el prı́ncipe puso su mano sobre el nudo de Pipungui, los
cortesanos se le acercaron, desataron el nudo y se lo quitaron. A pesar
de que era el inal del primer mes del primer mes del mes lunar (辰月,
marzo del calendario lunar), todavı́a habı́a un dı́a frı́o y ventoso que
envidiaba el tiempo de loració n. Hoy fue un dı́a ası́. Sin embargo, no
estaba en condiciones de pronunciar tales palabras de preocupació n,
por lo que Yeon-oh se tragó esas palabras y solo empujó el dobladillo de
mi ropa.
Yoon Hee-kang tambié n se puso de pie con ropa ligera. Si tal encuentro
entre los dos ocurre a menudo, los cortesanos reales que se preparan
para é l parecen familiares. Finalmente, cuando el prı́ncipe terminó
todos los preparativos, el eunuco levantó la espada con ambas manos.
Yeon-oh, que nunca habı́a visto pelear a nadie, se sorprendió al ver que
ambos agarraron la espada con cara inocente y, sin darse cuenta,
hablaron con Lee Shin-woo.
“¿De verdad usas una espada en Dalian?”
“¿sı́? Oh Bueno, todo es diferente, pero Su Majestad dice que las espadas
de madera no son divertidas, por lo que generalmente pelea con
espadas reales”.
La espada era para protegerlo, pero tambié n para quitá rselo. Si no
tuviera sentimientos por el prı́ncipe, se habrı́a quedado allı́ sin pensar
en ello, pero ahora que se ha dado cuenta de ello, ha estado ocupado
estremecié ndose por dentro. Solo Yeon-oh estaba nervioso y todos
parecı́an tranquilos. Incluso Lee Shin-woo los vio subir a la pista de
baile con una cara indiferente.
Con todos mirando, la batalla comenzó . Sostuvieron sus espadas y se
miraron, pero no se movieron. El prı́ncipe todavı́a sonreı́a, pero el
impulso interior se levantó como una espada a ilada.
“Es una gran pelea hoy”.
Shin-Woo Lee era casi un espectador ahora. Solo cuando el aliento frı́o
circuló por sus pulmones, los pies del Prı́ncipe tocaron el suelo y la
espada atravesó un costado.
Visera-!
El metal chocó e hizo un sonido agudo. Yoon Hee-kang dio un paso
atrá s. Sin soltarlo, el prı́ncipe cortó su espada a lo grande, apuntando a
un lugar vacı́o, temeroso de recuperar la mano que sostenı́a la espada.
Se habrı́a cortado si no lo hubiera evitado un automó vil intermitente.
Incluso si usan una espada verdadera, pensé que se cuidarı́an el uno al
otro por un tiempo. Pero sus espadas no tenı́an nada de eso. Cada
movimiento fue sincero. La sonrisa en el rostro del prı́ncipe habı́a
desaparecido hacı́a mucho tiempo.
He visto esa cara. Fue en un sueñ o Despué s de todo, tú tambié n eres un
hombre de Hanam, y dijiste con ese tipo de expresió n. Mi corazó n
estaba latiendo. Yeon-oh se mordió el labio y colocó su mano sobre su
pecho izquierdo.
“¿Por qué , dó nde te duele?”
“… no.”
“Dime si está s enfermo. No es porque esté s en problemas si algo sucede
en el Palacio Donggung”.
Lee Shin-woo, que parecı́a estar concentrado en el combate entre los
dos, prestó atenció n a Yeon-oh. No estaba en el lado positivo. Parece
que no fue ası́ hasta hace unos meses, pero ahora Lee Shin-woo ha
mostrado una total hostilidad hacia Yeon-oh. Pero su hostilidad era tan
insigni icante que ni siquiera podı́a arañ ar la super icie.
“Si sientes dolor, dicen que es por tu culpa”.
Bajó la mano que sostenı́a su corazó n y Yeon-oh respondió con frialdad.
No podı́a mostrarle este corazó n a nadie. Ni siquiera Yeon-oh quiere
admitirlo, ası́ que quiere negarlo. Pero, ¿quié n se atreverı́a a hablarme
de esto?
“Entonces, si un asesino cruza el umbral, piensa que todo es por tu
culpa”.
“La unidad de la familia no se romperá tanto”.
“de ninguna manera. ¿Ese yangban engañ arı́a a la causa con la muerte
del segundo hijo?
La pelea entre Yeon-oh y Lee Shin-woo, que se rascaban como un
rasguñ o, se detuvo cuando se escuchó nuevamente el sonido de fuertes
choques de espadas de hierro. No sé cuá ntas decenas ya han pasado.
Aunque habı́a escuchado que Yoon Heegang era la escolta del prı́ncipe y
sus habilidades eran sobresalientes, no mostró ninguna superioridad
sobre el prı́ncipe.
A veces, el prı́ncipe fue empujado paso a paso, pero a menudo
contraatacó . Despué s de pasar unos añ os en el campo de batalla, ¿es
por eso? Al igual que Yoon Heegang, el prı́ncipe tampoco mostró
movimientos re inados. Era anó malo para Yeon-oh, un extrañ o tambié n.
“… Tanto tú como el extremo derecho sois muy talentosos”.
“De lo contrario, ¿habrı́as sobrevivido al campo de batalla?”
En pura admiració n, Shin-Woo Lee tambié n respondió con una voz má s
venenosa. Yeon-oh miró la espada que rebotó en un gran arco, vio el
ingenioso juego de pies y vio el rostro del prı́ncipe que estaba serio.
Solo tenı́a diez añ os cuando me paré en el campo de batalla sosteniendo
la espada por orden del Emperador. Diez añ os de edad. Siempre me he
preguntado có mo se pararı́a en el campo de batalla porque lo sabı́a
todo, pero tuvo que acudir a Saji por su nombre. Sin embargo, el peso
de la mente en ese entonces y ahora era diferente. En ese momento,
solo tenı́a curiosidad, pero ahora mi mente está llena de decenas de
miles de otras emociones. Yeon-oh vio có mo su batalla se volvı́a cada
vez má s intensa con sentimientos complicados.
Visera-!
Bloqueando la espada que bajaba de la cabeza, el prı́ncipe
inmediatamente se inclinó hacia adelante y cortó la pierna que Yun
Heegang no habı́a podido defender. Aunque me mordió un paso atrá s,
no pude evitar por completo el rá pido movimiento, por lo que se cayó
un trozo de tela.
“Lee Pyung, no esté s alerta”.
Una sonrisa volvió a la cara que nunca habı́a sonreı́do. No estaba
dirigido a mı́, pero desafortunadamente, mi corazó n latı́a con fuerza.
El primero lo sacudió ası́. Hasta el punto de que el mundo entero
tiembla.
Yoon Heegang, quien ajustó su postura para ver si la provocació n del
prı́ncipe funcionaba, movió mucho su cuerpo. El prı́ncipe trató de
defenderse en consecuencia, pero la espada resbaló y la hoja se acercó a
la parte superior del cuerpo del prı́ncipe. En el momento en que su
espada cortó el dobladillo de la tú nica del prı́ncipe, Yoon Heegang trató
de sacar la espada rá pidamente, pero no fue fá cil. Era una situació n
urgente.
“¡majestad! ¿Está s bien?”
Yoon Heegang bajó la espada con todas sus fuerzas, y lo espantoso no
sucedió . Lee Shin-woo, quien fue el primero en recobrar el sentido,
corrió hacia el prı́ncipe. Yoon Heegang miraba al prı́ncipe con la espada
caı́da. Hasta ese momento, Yeon-oh no podı́a aceptar fá cilmente todo lo
que habı́a sucedido tan repentinamente, por lo que apenas podı́a
respirar en un abrir y cerrar de ojos.
“¿Por qué está s tan molesto? Es posible que haya reyes y reyes en
Dalian”.
“¡Debe haber sido un desastre!”
“Solo esto. No tocó el cuerpo. Solo estaba frotando el dobladillo de su
ropa”.
Me sorprendió que la ropa estuviera rasgada, pero no parecı́an tocar mi
cuerpo. O, aunque lo contacté , dijo eso por Yoon Hee-kang. No importa
lo mucho que lucharon, no pudieron dejar cicatrices en el cuerpo del
prı́ncipe. Será una buena excusa para que Jeong-jeong aleje a Yoon
Heegang del prı́ncipe.
“Ahora es el momento de relajarse y divertirse”.
“Deberı́as detenerte en este punto por hoy”.
“Sı́, mirando tu cara, no creo que pueda hacer má s. Es una pena, pero
serı́a mejor terminarlo en este punto hoy”.
El prı́ncipe, que aú n pasó por alto el alboroto de Lee Shin-woo, le
devolvió la espada al eunuco. Despué s de eso, fue servido por una
persona de la corte real que lo rodeó de sangre. La ropa hecha jirones
estaba cubierta con ropa ensangrentada, por lo que no habı́a apariencia
que fuera signi icativamente diferente de la primera. Excepto por el
cabello ligeramente despeinado debido a una feroz batalla.
“Serı́a mejor regresar y re inar sus puntos de vista. Majestad.”
A diferencia de Lee Shin-woo, que temblaba por el alboroto, Woo
Sanggung habló con una expresió n tranquila. El prı́ncipe asintió y tocó
a Yoon Hee-kang en el hombro y siguió adelante.
Al verlos alejarse, Yeon-O se limpió la cara seca con una mente
complicada. No era que el padre estuviera a punto de morir. El corte de
espada durante la pelea casi provoca un accidente, y eso fue solo eso.
Sin embargo, su mente divagaba y el dolor lo envolvı́a.
Las palabras del monje, diciendo que destruirı́a todo lo que amaba, y
que no deberı́a crear tales cosas, pasaron de largo. Por supuesto,
incluso si Yeon-oh no respeta al prı́ncipe, Seungsang intentará
derrocarlo.
“… ”
Aú n ası́, me aseguraré de nunca romperlo esta vez. Me aseguraré de no
pasar el tiempo en vano como una niñ era. Por eso, incluso si Yeon-oh,
yo mismo tengo que hundirme. Las marcas de clavos que dejaron
marcas trituradas en sus palmas fueron talladas en pedazos al igual que
su promesa.
Al regresar al palacio, el dobladillo de la tú nica del prı́ncipe, que vio de
cerca, estaba considerablemente rasgado de lo esperado. Cuando la
familia real se acercó a é l para la puri icació n, el prı́ncipe le hizo señ as y
lo mordió .
“Me cambiaré de ropa despué s de lavarla”.
Incluso a primera vista, habı́a una lı́nea só lida poco profunda dibujada
en el cofre. Se dijo que solo se cortó el dobladillo, pero nuevamente, no
habı́a manera.
“Oye, ¿no puedes llamar a la corte real?”
“Porque no me lastimé ”.
Aunque parecı́a obvio, el prı́ncipe negó mis pequeñ os defectos con una
cara inocente.
“Perdı́ porque fui descuidado en un partido, ası́ que llamé al cortesano y
le dije que era algo de lo que estar orgulloso”.
“Oh mi señ or.”
“Woo Sanggung. Bueno. Deja de preocuparte.”
“… ”
“De nuevo, Lee Pyung, no seas tan autoculpable. Esta vez perdı́. Pero lo
compensaré la pró xima vez”.
Yoon Hee-kang, que nunca habı́a pensado en abrir la cara, asintió con
cara de confusió n. El prı́ncipe dijo que lo tratarı́a como si nada hubiera
pasado, pero Yoon Hee-kang no pudo mantener su rostro sombrı́o.
“Nuevamente, ¿no es que miras demasiado a Cheongsin desde el
principio? Si hubiera sido que mi cuerpo se desgastaba cada vez que
tocaba mi mirada, hubiera sido antes”.
La mirada de Yeon-oh continuó ija en el cuerpo del prı́ncipe. Hasta el
punto de que el prı́ncipe lo notó y abrió la boca primero. Yeon-oh
mordió la carne en su boca. No sé qué quiso decir el padre en absoluto.
Cuando le pedı́ que me llamara Cheongsin, corté smente me llamó
Cheongsin, y cuando regresó al palacio, lo llamó Woocheomsa, y ahora
vuelve a ser Cheongsin. Yeon-oh fue el ú nico que se sintió afectado por
el comportamiento inconsistente.
“En la prisió n… ”
Yeon-oh aclaró su mente e hizo una pregunta. Se trataba de la marca
roja en el medio entre la clavı́cula del prı́ncipe y su pecho. Para llamarlo
una cicatriz, estaba cerca del fuego.
“¿Oh esto?”
El prı́ncipe agarró el asiento delantero y lo bajó . Una vez má s, no habı́a
cicatrices.
“Es una marca grabada en el hijo mayor del emperador. ¿No ascendió
mi suegro al trono poco despué s de que yo naciera? Por eso, me
convertı́ en un á tomo e inmediatamente me convertı́ en el prı́ncipe
heredero”.
Es una marca que só lo tiene el hijo mayor del emperador, es decir, el
heredero. Dicho esto, era una marca que el emperador no tenı́a, y
tambié n signi icaba que era una marca que habı́a anhelado.
Las huellas que no pudieron grabarse en mı́ fueron grabadas en mi hijo,
que solo tiene la mitad de la sangre de Anna, ası́ que cuá n odiado y
espina en sus ojos debe haber sido.
Quizá s el emperador no solo está tratando de expulsar al prı́ncipe y
adoptar al prı́ncipe que vio del linaje de la aristocracia del prı́ncipe
como su sucesor en aras de la legitimidad perfecta. Me pregunté
vagamente si esa era una de las razones por las que estaba celoso de su
hijo que tenı́a lo que é l no tenı́a.
“Su Majestad, tengo un poco de agua en la bañ era”.
“okey. Lee Pyung, espero que tú tambié n vayas”.
“Es solo diciendo eso, que é l es quien se rendirá y se presentará como
escolta de Su Majestad. Tienes que decirme que no puedo ir a trabajar
porque estoy sudando”.
“… Iré sin decir eso. Magnetismo.”
“¿Te gustarı́a hacer esto? Lee Pyeong”.
“Para para. En cualquier caso, Jaseong y Cheongshin, ambos deberı́an ir
a trabajar primero. Hay mucho por ver.”
Cuando Shin-Woo Lee y Hee-Kang Yoon no estaban contentos, el
Prı́ncipe Heredero intervino y observó la mediació n. Yeon-oh miró a
Lee Sin-woo, que estaba sentado en su asiento despué s de que se
fueran y se arreglaba el dobladillo de la ropa. Evidentemente, es el
mayor aquı́, pero la cantidad que hace no es ası́. ¿Notaste esos ojos?
Shin-Woo Lee tosió y explicó la justi icació n de mis acciones.
“De lo contrario, Heegang habrı́a muerto. Porque esta será la primera
vez que he in ligido una herida en el cuerpo de Su Majestad el Rey en
innumerables batallas”.
Ası́ que es un toc-toc-toc. Sı́, el vı́nculo era tan grande que se conocı́an
bien incluso sin hablar tanto. Ese vı́nculo es repugnante. Yeon-oh nunca
caerá dentro de esa lı́nea.
“… Es eso ası́.”
Yeon-oh abrió el pergamino mientras ocultaba su con ianza en sı́ misma
en un tono amable.
Al mismo tiempo, Yesin llegó al bañ o. La bañ era estaba llena de agua
tibia. Despué s de quitá rselos a todos, dejando solo la reliquia solemne,
Ye-sin mordió a todos los miembros de la realeza. Despué s de un
intento de asesinato por parte de una dama de la corte que se
desempeñ aba como sirvienta hace unos añ os, Ye-shin rara vez dejaba a
alguien en el bañ o. Despué s de ser mordido, Ye-shin vio a Yoon Heegang
parado a cinco pasos de distancia.
“¿Por qué sigues culpá ndote ası́?”
“Oye, podrı́a haber sido algo malo. ¿No te rascaste?”
“Solo esto”.
“Simplemente no es tan bueno para mı́”.
Era una extensió n del anterior. La personalidad de Yoon Hee-kang no
signi icaba que lo ignorarı́a fá cilmente. Aunque son serios, no está n del
lado de luchar entre sı́ con todas sus fuerzas.
“De todos modos, me alegro de que tu ropa no se rasgara”.
A diferencia de Yoon Hee-kang, Ye-shin reaccionó de manera
insigni icante. Pre iero que me rompan el dobladillo de la ropa. Si la
ropa de Yoon Heegang se hubiera rasgado y su piel desnuda hubiera
quedado expuesta, habrı́a habido un gran alboroto en la familia
imperial. Yeshin miró ijamente el lugar donde la misma marca que la
mı́a estaba grabada dentro de la ropa prolijamente vestida.
“¿Deberı́a pelear con una espada de madera en el futuro?”
“… ”
“Eso no es divertido.”
Taeson, de quien se decı́a que habı́a muerto en un incendio, en realidad
estaba vivo con un cambio de nombre. Hwa Joo-hoo nació al mismo
tiempo que el hijo fetal, pero el primer hijo, que estaba lo
su icientemente enfermo como para morir en cualquier momento, era
el verdadero Yoon Heegang, y lo empujó a la muerte mediante el
intercambio del hijo fetal. Escuché que la esposa de Hwa Joo-hoo, quien
intercambió dos hijos y tomó al nieto como si fuera Yoon Heegang,
sufrió un ataque al corazó n debido a la culpa y inalmente falleció .
Hwa Joo-hoo no podı́a perdonarse a sı́ misma por tener que tomar tal
decisió n y se sentı́a culpable por empujar a su hijo a la muerte con sus
propias manos. Tambié n odiaba al emperador ya la familia Hanam,
origen de este incidente.
Es a partir de este pasado que los Hwaju se atrevieron a acercarse al
prı́ncipe, quien era perseguido por el emperador y vivı́a con una
realidad opaca y un futuro tan incompleto.
Despué s de ascender al trono, declara si el descendiente Yu-won está
vivo o no, e infó rmale que el niñ o que murió como descendiente en ese
momento era en realidad Yoon Heegang, el hijo mayor de Hwajuhu.
Pidieron estas dos cosas. Como era un trato sencillo, Ye-shin aceptó con
gusto.
“Hoy, Su Majestad no ha estado dispuesto a responder”.
Aunque estaba cerca de ese propó sito, Yoon Hee-kang era mejor
persona de lo que pensaba. Honesto y no codicioso. Ademá s, debido a
que me quitaron la identidad, deberı́a haberlo odiado, pero no hubo tal
cosa. Cuando se le preguntó por qué , respondió que no tenı́a motivos
para quejarse de nada, y que simplemente querı́a vivir ielmente en el
presente. Para Ye-shin, que vive una vida llena de odio, era una sangre y
una sangre extrañ as.
En cualquier caso, Yesin querı́a identi icarlo rá pidamente y mantenerlo
cerca como un primo. No sé si puedo llamarlo hyung porque me ha
estado llamando Yoon Hee-kang durante mucho tiempo.
“Dios mı́o. Yo admito eso.”
Ye-sin, que tenı́a los ojos puestos en é l, lo reconoció rebotando en la
super icie del agua tibia como si jugara con sus manos. Obviamente,
estuvo distraı́do durante todo el partido de hoy, y sabı́a muy bien la
razó n.
“Esa mirada ija no cae, entonces, ¿dó nde deberı́a poder
concentrarme?”
Como de costumbre, pensé en Hye Yeon-oh, que se estaba hundiendo
frı́amente, pero en realidad estaba escondiendo una llama parpadeante
en é l. Ademá s, lo que me dijo Hye Yeon-oh hace tres dı́as.
‘¿Serı́as capaz de creerme si violara la voluntad de mi familia y
obedeciera a Su Majestad?’
Por lo que escuché , estaba tan emocionada que no podı́a recobrar el
sentido, tal vez era porque estaba enamorada de mı́ porque habı́an
viajado juntas hasta ahora, pero estaba un poco preocupada. Era
divertido preocuparse por el silencio en mi situació n, pero Ye-shin tenı́a
curiosidad por saber qué tan enfermo estarı́a y cuá ntos dı́as podrı́a
permanecer en una cama de hospital. Esa fue la verdad que Hye Yeon-
oh vomitó solo sabiendo que Ye-shin era un sueñ o.
En cambio, era incomprensible haber sido golpeado con una lecha,
pero Hye Yeon-oh dijo palabras má s incomprensibles. El hijo de Hye-ga,
p y j p p j y g
quien actualmente está en la cima de los tres aristó cratas, va en contra
de la voluntad de la familia y sigue al espantapá jaros. Dondequiera que
vayas, ¿qué has hecho?
‘… No quiero que pierdas má s.
Y en las palabras que siguieron, Yeshin tuvo que tragarse la risa. Fue el
emperador quien robó innumerables cosas de Yesin, y tambié n fue el
monje quien extorsionó el poder detrá s de tal padre. Pero, ¿có mo
podrı́a no ser divertido decir que el linaje se atrevió a rezar para que
Yesin no lo perdiera?
Yesin se apresuró a ver. Esa noche, me di cuenta de que Hye Yeon-oh,
que no tiene forma de atraer a la gente a mi corazó n tanto o má s que
ella misma, en realidad está má s que enamorada de mı́. En el camino de
regreso, pensé que de alguna manera era dañ ino para mı́, pero nunca
pensé que volverı́a a ser lo mismo.
Ojos que son silenciosos e imperturbables. De iciencia en el mismo.
Pé rdida. … parecido a jessin.
A pesar de que se parecen tanto, Yesin a veces olvida que todavı́a lo es.
¿Eso es todo? Hubo varias ocasiones en las que olvidé usarlo y casi
derribé la pared que habı́a construido.
La mayorı́a de las veces era amabilidad intencional, pero cuando
actuaba con amabilidad inconscientemente, Yeshin tuvo que ocultar su
sorpresa varias veces sin darse cuenta. Tambié n fue esta vez. Con ojos
similares a los mı́os, cuando Hye Yeon-oh mostraba sus emociones, una
onda se extendı́a en su corazó n, que siempre estaba tranquilo.
‘Cualquiera que sea tu voluntad, tu apellido es ‘Hye’ al inal, y sus raı́ces
son Hanam. Incluso irreversiblemente.
Entonces, para lastimarlo y construir un corazó n que estaba a punto de
romperse, escondió su corazó n en la pared de hielo frı́o.
Hye Yeon-oh pensó que era un sueñ o, pero cerró los ojos como si no
pudiera controlar su corazó n herido. Cuando se enteró de que la
respuesta que salió de su corazó n retorcido habı́a lastimado a Hye
Yeon-oh, Ye-shin quedó satisfecha o lo miró un poco má s…
“¿Qué ha dejado una marca en el corazó n de quienes lo tienen todo?”
Sucedió hace unos dı́as, pero no recuerdo.
“… ¿qué ?”
“Cualquier acció n, palabra,… ¿Habrı́a dejado una marca?
Han pasado solo cuatro meses desde que dije que las creencias
personales son menos importantes que la voluntad de la familia. ¿Fue
impactante que la existencia del pirata en realidad fue creada por mi
padre para reducir el impuesto del cargador, o fue en agradecimiento a
la persona que me salvó ? Actuó deliberadamente con amabilidad para
profundizar en la de iciencia y, a primera vista, al ver que Hye Yeon-oh
se estaba retirando sin darse cuenta, pensé que algú n dı́a se
solucionarı́a, pero fue antes de lo esperado. Demasiado rá pido, Hye
Yeon-oh permitió que Ye-shin dejara una marca en su corazó n.
Estú pidamente.
“No sé .”
Agité mis manos lentamente, recordando los ojos que estaban agitados
hoy porque me llamaron Yucheomsa y luego me llamaron Cheongsin
por un tiempo. Yoon Heegang inclinó la cabeza para ver si no entendı́a
lo que me estaba diciendo, pero inalmente se tragó las palabras. Hubo
momentos en que Ye-shin a menudo hablaba solo en el bañ o, donde no
tenı́a ojos para ver ni oı́dos para escuchar. Por lo general, era para
organizar mis pensamientos por mi cuenta, no para buscar respuestas,
y sabı́a que incluso si preguntaba, no me darı́an una respuesta.
“Realmente no lo sé ”.
Lo que no pude entender má s fueron las acciones de Yesin y las mı́as.
Despué s de regresar al palacio y comenzar a llamarlo Ucheomsa para
mantener distancia nuevamente, al ver su reacció n, lo llamó Cheongsin
y se inspiró en su agitació n por un tiempo. Fue una acció n que no se
tuvo en cuenta.
“Aunque la vida no es igual, tal vez es similar… ”
Hye Yeon Ah. Diciendo ese nombre para sı́ mismo, Yeshin se secó la cara
con las manos mojadas.
Yesin no podı́a pensar solo en el nombre y la existencia de ese nombre.
Primero, tuvo que mirar hacia atrá s de manera objetiva en lo que tenı́a
y tambié n pensar en los bene icios que podrı́a obtener de Hye Yeon-oh.
Su vida fue ası́. Pesé , pesé y pesé y tuve que tomar el que tenı́a má s
sentido. Ası́ sobrevivı́, y ası́ sobrevivı́.
Si inges que no conoces los sentimientos de Hye Yeon-oh, terminará
ası́. Sin embargo, si respondı́a a ese sentimiento y le pedı́a que ayudara
al prı́ncipe, entonces Hye Yeon-oh podrı́a hacerlo. He dicho que no
p p y p q
quiero que el Prı́ncipe pierda nada, ası́ que lo haré . Si es ası́, deberı́a
haber hecho a Hye Yeon-oh ası́. No era nada de lo que preocuparse. Aú n
ası́, me causó muchos problemas.
Ye-shin, que estaba midiendo en su mente, se hundió bajo el agua y
dibujó el rostro de Hye Yeon-oh. Los recuerdos de varios meses, que
fueron cortos pero largos, fueron dibujados como un cuadro.
Un rostro indiferente que decı́a que no se dejarı́a sacudir, sus ojos
confundidos cuando decı́a que le sujetarı́a la mano cuando tenı́a
pesadillas, un cuerpo que se derrumbaba cuando decı́a que habı́a
saldado sus deudas, una voz temblorosa que le pedı́a que se calmara.
Llamó a Cheongsin, Chun-jung que solo vivı́a en é l, y se desesperó de
nuevo…
‘… No quiero que pierdas má s.
En ese momento, la dé bil voz de Hye Yeon-oh resonó en sus oı́dos.
“… Introduce el agua de nuevo. Debo ir primero.
Yesin levantó su cuerpo que habı́a sido sumergido. Gotas de agua
rodaron por la super icie de la piel. Cuando abrió la puerta del bañ o, los
cortesanos, que habı́an estado esperando desde lejos con toallas de
algodó n y batas nuevas, secaron el agua y presentaron las batas nuevas.
De camino a la o icina despué s de re inar al nuevo mé dico, Ye-shin hizo
una expresió n ambigua, recordando a Hye Yeon-oh.
Un pobre hombre que quiere recorrer el camino del hundimiento.
Nunca signi icaré má s para ti. Mi afecto por ti será cruel y sin sentido.
Yesin, a quien le faltaba, parecı́a frı́o, pero era má s amable que nadie, o
pensó en esos ojos que lo entristecieron, pero luego lo borró de su
memoria de inmediato como si recordara algo que no deberı́a tener.
La puesta de sol se puso roja. Despué s de examinar la apelació n
despué s de mucho tiempo y asistir a la lectura de poesı́a del prı́ncipe,
todo su cuerpo se quejó de fatiga. Pero ese cansancio se habı́a ido
cuando regresé a mi casa. No, se me olvidó lo que era la fatiga.
No habı́a nadie para saludarme si hubiera estado allı́ por má s tiempo.
Con una sonrisa, no habı́a nadie para preguntar si habı́a lugares
desagradables hoy. No habı́a nadie para escuchar las tristes palabras de
Yeon-oh y armar un escá ndalo. Habiendo ya hecho una lá pida
mortuoria y visitado su tumba, aceptando ası́ la muerte, el peso de esa
muerte era nuevamente pesado.
Yeon-oh se secó la cara con las manos. Luego, cuando miré hacia abajo a
la sensació n de hormigueo en la palma de mi mano, habı́a marcas de
uñ as dé biles. Era ası́ por la mañ ana y seguı́a siendo ası́. Si la niñ era lo
viera, se molestarı́a. Era una suerte que ella no tuviera que estar
molesta.
“Señ or. ¿Levantamos la pizarra?
“hecho.”
Yeon-oh, que habı́a sido expulsado con frialdad, dio un paso por ese
camino. Fingiendo no saber los secretos que lo seguı́an, se paró en el
estanque frente a Wolahjeong. A diferencia del invierno pasado, Dae-da
estaba cerrando los capullos para lorecer en verano. Yeon-oh, que
habı́a estado mordiendo la carne en su boca hasta que se rompió , se dio
la vuelta. Ranyoung, que apenas alcanzó la espalda de Yeon-oh, fue
vista.
“Ran-joven”.
“Dime.”
“Necesito enviar a alguien a la ciudad natal de Hanam”.
“¿Has visto a Hanam? ¿Qué tal en Hanam? … .”
“Es muy inconveniente para ti servirme tan mal. Ası́ que planeo traer a
aquellos que me han servido allı́. Ası́ que envı́a a alguien y trá elo aquı́”.
“Es algo que Habha no permitió ”.
“Es para cambiar las tú nicas de mi residencia. No tienes que obtener el
permiso de tu padre”.
Fue extremadamente impulsivo. Si los traı́an, Seungsang ni siquiera
sabı́a que se aferrarı́a a sus vidas y retendrı́a a Yeon-oh. Pero al inal, el
vencedor lo sabrá . Su valor no es su iciente para arañ ar el corazó n de
Yeon-oh. Nunca pueden perder su relació n, por lo que será n
impecables.
La razó n por la que querı́a traer a aquellos que solo signi icaban tanto
era porque no podı́a soportar a aquellos que no eran má s que los
guardias de los monjes. Ademá s, por el bien de lo que tenı́a que hacer,
era bueno que los ojos del monje no estuvieran a mi alrededor.
“¿Cuá l era el punto de los niñ os pequeñ os que te faltaban tanto?”
Cuando la voluntad de Yeon-oh fue obstinada, Ran-yeong inalmente se
arrodilló y apeló . Aunque podrı́a parecer la seriedad de la persona que
de repente fue expulsada por su jefe, Yeon-oh la miró con frialdad. No
habı́a temblor en su mirada.
“Todo de eso.”
“… ”
“Lo que má s me molestó fue que no serviste a tu amo correctamente.
Ası́ que envı́a a alguien lo antes posible. Te daré el inal de la luna llena
contando el tiempo que va y viene”.
Yeon-oh, que no tiene intenció n de revertir la decisió n, pasó junto a
Ranyoung en el camino. Era incó modo caminar con los que se
convertirı́an en los ojos de los monjes por todas partes. Su ritmo
imparable fue frenado por una persona que se acercaba desde el lado
opuesto.
“… Debes haber renunciado.
“okey. Yeon-oh, ya has salido de la escuela. ¿No fue difı́cil?”
Era la primera vez desde la noche en que Seungsang visitó a Yeon-oh.
Incluso despué s de que la iebre habı́a disminuido, Yeon-oh no fue a
saludarlo y Seungsang no lo reprendió . Cuando entré al palacio hoy,
monté en un carruaje separado. Sin embargo, Seungsang tenı́a una
expresió n benevolente en su rostro como si entendiera las di icultades.
“Veo que Bibok está de rodillas. ¿Te hizo algo malo?
“No podı́a cuidar bien de mi jefe”.
“Tal.”
“Dijeron: ‘Envı́a a alguien a Hanam. Habiendo estado con los má s
jó venes durante ocho añ os, parece que no hay nadie que cuente a los
má s jó venes como ellos. Como saben, la niñ era… Falleció y Seokgyeong
se alistó en su espı́ritu viudo, ası́ que ya no necesito el mı́o”.
“¿Alguna vez te han hecho sentir tan incó modo?”
“Si no sigues a tu maestro con todo tu corazó n, ¿có mo puedes
mantenerlo a tu lado y usarlo?”
Se expresó comparando los ojos del monje en lugar de mis secuaces,
pero su rostro no cambió en absoluto. La expresió n de Yeon-oh casi se
quebró , pero llenó la incontinencia con una sonrisa.
“Sı́, no puedes usar a una persona ası́ en serio. Si quieres traerme de
Hanam, hazlo”.
Sorprendentemente, la victoria se permitió fá cilmente. Pero en primer
lugar, Yeon-oh no pidió permiso.
“Iba a hacerlo incluso si no lo permitı́as”.
“… ”
“Es muy privado. Ademá s, como mi padre le encomendaba muchas
tareas familiares a los má s pequeñ os, no pensé que serı́a un problema”.
“¿Es eso ası́?”
“… ”
“Ya veo.”
Se oı́a el sonido de una relació n que só lo habı́a sido imaginaria.
Seungsang probablemente pensarı́a eso. Estará n terriblemente
preocupados por có mo es la muerte de una niñ era y có mo un niñ o de
sangre pequeñ a está arañ ando a su padre.
Sin embargo, esto no se debió simplemente a la muerte de la niñ era.
Perdı́ innumerables cosas preciosas y, al inal, incluso aquellas que
pensé que nunca perderı́a, perdı́ mi mano e hice una promesa.
He perdido tanto, ya no puedo perder…
El prı́ncipe y Ye-shin, Yeon-oh, no se podı́an perder tanto.
A diferencia del prı́ncipe, que estaba casi a merced de Hye-ga, é l era un
rey que tenı́a su icientes cualidades para convertirse en un Seong-gun,
y tambié n era una persona solo si le gustaba a Yeon-oh. Ahora, aparte
de eso, a Yeon-oh no le gustará nadie má s. Superó el lı́mite permitido.
Ası́ que no podı́a perder a mi hijo.
“Si no es ası́, voy a dar un paso atrá s primero porque tengo un contrato
anterior”.
“¿A dó nde vas?”
“Quiero ir a Seocheonbu. ¿No dijiste que no hay nada de malo en ser
amistoso entre sangre y sangre?
Solo recité lo que Seungsang me habı́a dicho en el pasado. No tengo
intenció n de ir y no hay posibilidad de concertar una cita, pero era
difı́cil quedarme en casa despué s de enfrentarme con el monje.
Mirando la estatua, recordé a la niñ era que estaba gritando. Una
sensació n de resentimiento, miedo e impotencia pesaba sobre los
hombros de Yeon-oh.
“Fue. Entonces vete.”
No habı́a ninguna razó n para que dejara de caminar, ası́ que el monje no
lo detuvo.
No se le ocurrió ningú n otro lugar, ası́ que llegó a Seocheonbu, pero
Yeon-oh no tenı́a intenció n de ir allı́. Ni siquiera era cercano con Lee
Jungwoo, y Lee Shin-woo lo era aú n má s. Probablemente no te dará n la
bienvenida incluso si vas allı́. Má s bien, mostrará una reacció n
inestable. Yeon-oh habrı́a sido ası́ si Lee Shin-woo hubiera venido sin
decir nada por adelantado.
El entrenador sabı́a que tenı́a que ir a Seocheonbu, por supuesto, ası́
que preguntó , pero cuando pidió ir al centro de la ciudad, tenı́a una
expresió n de perplejidad en su rostro. Lo mismo sucedió con Haseong,
quien lo siguió en nombre de escolta.
“¿Por qué crees que es extrañ o que digas que vas a Seocheonbu y luego
deambulas conmigo?”
Yeon-oh, que se bajó del carruaje y caminó mientras Ha-sung allanaba
el camino, lanzó una pregunta.
“eso es… Ası́ es.”
Haseong vaciló y respondió . No he tenido mucho tiempo para hablar
con Ha Sung. No es que lo lleve conmigo cuando fui a la delegació n, sino
que por el contrario, tenı́amos menos tiempo para reunirnos que el
prı́ncipe.
“Entonces, ¿vas a decirle a tu padre?”
“que… ”
“Hoy tiré toda la ropa secreta que se burlaba de mi boca. Haseong,
todavı́a está s pensando en ello. Iba a echarte a ti tambié n, pero no creo
que tu padre te lo permitiera de inmediato”.
El rostro de Ha Sung se endureció . Probablemente no esperabas que
saliera tan abiertamente. Fue lo mismo con Yeon-oh. Despacio,
tomá ndose su tiempo, trató de perforar los ojos y las orejas del monje.
Si la niñ era no hubiera muerto y hubiera sido un obstá culo para lo que
estaba tratando de hacer.
“Está bien ignorar eso, pero hay otras cosas que te molestan”.
“qué … ”
“No tengo que decirte todo eso, ¿verdad? ¿Qué creo en ti?
No puedo creer Haseong Por lo tanto, Yeon-oh no repartió todas las
cartas. Haseong trató de no romper la calma, pero todo fue revelado.
Sus ojos revolotearon, y repetidamente apretó y soltó sus manos.
“Ası́ que pié nsalo con cuidado”.
No pensó que era solo su suerte que el prı́ncipe hubiera cruzado dos
veces el alto muro en la parte sur de Henan. Al principio pensé que era
una coincidencia, pero no era la segunda vez. Despué s de eso, Yeon-oh
miró muchas cosas. Haseong fue el ú nico que se superpuso con el
momento en que ingresó a la familia, el comportamiento inusual y todo
lo que estaba investigando.
“Recordando profundamente que soy el pró ximo propietario de
Hanam”.
Por supuesto, no estaba seguro todavı́a. Por eso no pude preguntar
abiertamente si eras tú el que el prı́ncipe plantó en Hanam.
Sin embargo, aunque no podı́a estar seguro, no podı́a descartar la
especulació n de que Haseong era un hilo plantado en la familia por el
Prı́ncipe Haseong. Pre iero mantenerlo a mi lado y ayudarlo a obtener
informació n importante sobre Hanam. Sin embargo, era muy incierto,
ası́ que tuve que dejar de actuar como los ojos y oı́dos del monje y hacer
que Yeon-oh cantara como un loro.
“… De todos modos, salı́, pero realmente no hay nada que pueda hacer”.
“… ”
“¿El Casting no es un lugar loco y poco interesante?”
Cuando fui al mercado nocturno despué s del prı́ncipe en la provincia de
Shaanxi, me dolı́a todo el cuerpo y estaba loco, pero no creo que fuera
tan divertido. Vi la Opera de Beijing dos veces como un espectá culo de
marionetas, y mientras miraba el espectá culo de marionetas, el
Prı́ncipe Heredero encontró a un hombre que estaba tratando de tocar
la bolsa de oro de Yeon-oh y la tiró .
Dijo que no dañ arı́a a su sirviente, y dijo que no podı́a dejar que nadie
se emborrachara porque salvó la vida que habı́a salvado. El prı́ncipe en
su sueñ o no tenı́a corazó n. El verdadero padre no serı́a diferente.
“¿Te gustarı́a volver?”
Al no escuchar la queja de Yeon-oh, Haseong recomendó
cuidadosamente. Sacudió la cabeza. Estaba sin aliento, pero aú n no
podı́a entrar. Respiraré un poco má s, ası́ que regresaré cuando sienta
que puedo soportar la as ixia.
“Oye, a pesar de que el dı́a se ha ido, todavı́a hay gente vendiendo
lores”.
Sin dó nde ponerlos, su mirada se volvió hacia la mujer que vendı́a
lores en la esquina. Con solo mirarlo, parecı́a que lo habı́an cortado en
un campo. No siempre era algo para llamar la atenció n de Yeon-oh,
quien siempre terminaba las lores amables, preciosas y fragantes.
“Ve y có mpralo”.
Sin embargo, Yeon-oh sacó dinero de la bolsa de oro y se lo dio a
Haseong.
“Lo dejaré en la tumba de los desalmados que me abandonaron”.
No fue porque quisiera irse, sino que fue nada menos que Yeon-oh
quien obligó a la niñ era a irse, pero, sin embargo, Yeon-oh dijo que no
tenı́a corazó n. Me preguntaba si esta pé rdida se desvanecerı́a si la
llamara ası́. Pero la pé rdida seguı́a ahı́. Y seguirá siendo ası́ en el futuro.
“Puedo darle esto a los sin corazó n”.
“… ”
“No puedo hacerle eso a nadie má s”.
Mientras olı́a el ramo de lores que Haseong habı́a comprado, escupió
palabras de autoayuda. No habı́a olor de las lores multicolores. Yeon-
oh enterró su nariz en un ramo sin perfume, esperando que la pé rdida
viniera una vez má s. Pero no habrá nada que perder en esa pé rdida.
Fue una pé rdida tener.
8.
Una lluvia torrencial inesperada cayó desde la ciudad hacia las
provincias del sur. Aunque no era la temporada de lluvias, la lluvia que
cayó durante varios dı́as perturbó la vida de la gente en general.
Los rı́os se desbordaron, los techos se hundieron y el ganado fue
arrastrado. Afortunadamente, el dañ o a las casas privadas dentro de la
fortaleza imperial no fue signi icativo, pero el dañ o a las casas privadas
concentradas fuera de la fortaleza imperial sı́ lo fue. El hecho de que
tantas fuertes lluvias cayeran sobre la Fortaleza de Hwangseong fue tan
raro que solo sucedió una vez en varias dé cadas, por lo que la falta de
defensa tambié n in luyó .
“Es aterrador”.
El prı́ncipe heredero, que habı́a pospuesto el rı́o Perla, salió del palacio
e inspeccionó la casa privada.
“¿Qué hay del dañ o?”
“Diecisiete personas murieron, diez vacas fueron arrastradas por la
inundació n, sin mencionar las gallinas y los perros. El lado sur está bien
protegido contra dañ os por inundaciones, por lo que no hay dañ os
mayores, pero la ciudad es muy miserable”.
“Tomará mucho tiempo recuperarse”.
El prı́ncipe miró a su alrededor con una expresió n seria en su rostro.
Del mismo modo, Yeon-oh, que miraba a su alrededor, captó la trá gica
situació n en sus ojos.
Hanam era un lugar excepcionalmente cá lido con cuatro estaciones
distintas. En la parte sur del paı́s no hubo desastres y ocho partes de la
tierra eran fé rtiles. Por el contrario, en té rminos de riqueza, Hanam
estaba muy por delante de Yeongyeong, una institució n.
No en vano el granero de Hanam estaba lleno. Ası́ que Yeon-oh solo
habı́a oı́do hablar de ese regalo con las orejas, pero era la primera vez
que lo veı́a en persona. Como resultado, los rostros de las personas que
estaban sombreadas. Incluso con una cara tan sombrı́a, moviendo y
arreglando cosas para vivir.
“Su Majestad lo investigará , pero no será su iciente. Done el dinero del
interior del Palacio Donggung y agré guelo a la caridad”.
“Voy a.”
“Y otra vez… ”
“¡majestad!”
El prı́ncipe, que estaba dando ó rdenes a Lee Shin-woo, fue
interrumpido por un eunuco que lo llamó con urgencia.
“¿Que esta pasando?”
“Su Majestad lo está buscando”.
“¿Su Majestad?”
“Está . Pronto nos visitará s.
Era raro que el emperador encontrara al prı́ncipe. La ú nica vez que
pude encontrarlo fue cuando solı́a llamar para decir algo malo sobre el
prı́ncipe. Pero, ¿ha habido alguna vez tal reprimenda al prı́ncipe en
estos dı́as? Durante tres dı́as antes, el Prı́ncipe Heredero revisó la cama
del emperador una y otra vez, mañ ana y noche, y Sura, pero sus
acciones fueron impecables. El prı́ncipe tambié n estaba desconcertado,
pero una vez que lo encontró , no habı́a forma de que no pudiera
regresar.
Al regresar al Palacio del Este, el emperador estaba esperando con el
rostro lleno de ira.
“Nos vemos, Su Majestad,”
“¡fresco!”
Antes de que terminaran las palabras del prı́ncipe, el emperador arrojó
la reliquia que se habı́a colocado en Xian. La cometa que habı́a pasado
por la sien del prı́ncipe heredero golpeó el suelo y se hizo añ icos. La
sangre salpicó a lo largo de la trayectoria que tocó .
“¿Oye, está s aquı́? Su Majestad.”
El prı́ncipe se arrodilló en el suelo, sin prestar atenció n a la sangre que
goteaba, y contó el corazó n del emperador. Otros, aplastados por el
impulso turbulento, ya se habı́an arrodillado e inclinado la cabeza
durante mucho tiempo.
“Escuché moslo, ¿dejaste atrá s a Jugang y saliste a buscar a las
vı́ctimas?”
“Ası́ es.”
“¿Cuá les son los deberes de un prı́ncipe? Es preparar la base para
convertirse en un soldado pró spero en el futuro aprendiendo y
cultivando el aprendizaje. ¿Pero dejas eso ahora y sales a mirar a la
gente? ¿Por qué pensaste que la gente te estaba siguiendo tan fuerte?
¿Incluso pensaste que te convertiste en un á ngel?
Era una ira incomprensible. Al mismo tiempo, tambié n era
parcialmente comprensible. Despué s de aniquilar a las hordas de
piratas, la reputació n del Prı́ncipe Heredero entre la gente mejoró dı́a a
dı́a, y el dı́a que regresó a casa, el emperador expresó su descontento.
Mientras tanto, el emperador debe haber estado molesto cuando
escuchó que el prı́ncipe mismo habı́a salido a mirar a las vı́ctimas.
“Su Majestad, su majestad ha estado muy desconsolada en los ú ltimos
dı́as debido a los dañ os por inundaciones, por lo que solo está tratando
de aliviar su dolor, ¿có mo pudo haber tenido un pensamiento tan
blasfemo en su corazó n? Quita tu palabra.
“¿No parece que Jim no conoce tu corazó n negro?”
“¿Có mo puede el pequeñ o creer en usted, Su Majestad?”
Incluso si se postrara y reclamara su inocencia, el emperador no le
creerı́a. La brecha entre los ricos y los ricos era tan profunda. El
emperador ni siquiera trató de llenar ese profundo agujero. Fue el
emperador quien hizo el gol en primer lugar, por lo que no habı́a razó n
para que lo hiciera.
“No puedo creerlo de todos modos”.
Las palabras que caı́an eran despiadadas.
El emperador miró al prı́ncipe con una mirada frı́a, luego agitó el
dobladillo de su tú nica y salió de la habitació n interior. ¡Su Majestad el
Emperador! Solo cuando la voz de Taegam se desvaneció , el prı́ncipe
enderezó su cuerpo. Habı́a mucha sangre en el suelo. Yeon-oh no podı́a
acercarse má s a é l.
“Señ or, ¿está bien?”
“De acuerdo.”
En primer lugar, Sanggung Woo miró la seguridad del prı́ncipe. El
prı́ncipe se limpió bruscamente las manchas de sangre de la manga. Los
otros cortesanos estaban ocupados limpiando los fragmentos de las
piezas rotas.
“¿Debo convocar a la corte real?”
“Solo esto”.
“Es como esto. Majestad. Tienes que llamar a la corte real y
comprobarlo. Ve y trae la corte real.
Shin-Woo Lee salió con fuerza, revelando el que no podı́a tragar. El
palacio real dijo que se habı́a convertido en prı́ncipe, pero al escuchar
las palabras de Lee Shin-woo, se preguntó si podrı́a ir y recoger el
palacio real.
“Incluso si te vas”.
“… Voy a ir.”
Tan pronto como Lee Shin-woo pudo repasar la vacilació n del hombre
del palacio, Yeon-oh dio un paso adelante. La razó n por la que partı́
antes de obtener el permiso fue porque apenas podı́a estar allı́.
Su paso, que habı́a estado ocupado para no darle la oportunidad de
llamar, se hizo má s lento a medida que se alejaba del palacio. Fue solo
cuando Donggung fue completamente invisible que Yeon-oh dejó de
caminar y señ aló la pared. El rostro estaba contorsionado.
“… ”
El emperador comenzó a controlar al prı́ncipe en serio. Habrı́a sido
grandioso haber ganado el corazó n de la gente por el incidente del
incendio. Antes de que el Prı́ncipe tome su lugar, será derribado y
movido, y el Prı́ncipe será sacudido y sacado. A los pocos dı́as de
decidir ayudarlo, las cosas salieron mal.
¿Hay alguna forma de retrasar el cheque hasta que el prı́ncipe gane
fuerza? Si si que Yeon-oh negó con la cabeza. Incluso Yeon-oh no tenı́a
el poder en este momento. En primer lugar, hizo un plan para
convertirse en el verdadero poder de Cheonglim con el in de
convertirse en el pró ximo punto central para los nobles de los
prı́ncipes, pero aparte de eso, Yeon-oh en realidad no tenı́a nada má s
que la apariencia de ser el sucesor de la familia Han Nam-hye. ¿Qué
harı́as si tuvieras que plani icar lo que tienes?
Para establecer una brecha entre el emperador y los monjes,
“¿Fuera de?”
Conspiració n, … Entre ellos, este.
“¡Fuera de!”
Yeon-oh, que estaba inmerso en sus pensamientos, se volvió hacia la
voz que me llamaba. Desde lejos, la princesa corrı́a hacia aquı́ con su
falda. Sus mejillas brillantemente sonrientes estaban teñ idas de rojo.
“… Princesa mamá .
“¿A dó nde ibas?”
Si lo piensas bien, era la primera vez que la historia de los esponsales
iba y venı́a. La princesa, que ya habı́a oı́do hablar de los esponsales,
parecı́a incó moda por tener que casarse con una suegra desconocida,
pero no se movió porque era una suegra amable.
“por un momento… ”
“Llegué tarde a saludarte, pero ¿llegaste bien? Estaba preocupado
porque te sentı́as incó modo”.
“No fue su iciente que la princesa se preocupara”.
“No seas enfermo. Mamá y mamá estaban muy preocupadas. Y … Yo
tambié n.”
Dijo la princesa y arrugó la parte de atrá s de su nariz. Al ver a un niñ o
ası́, Yeon-oh pensó mucho. La princesa aú n es joven, por lo que ahora se
supone que Yeon-oh está casada, pero ella será solo un alojamiento
amoroso y un futuro esposo, pero ¿qué pasará si la princesa crece y
tiene má s sentimientos por Yeon-oh?
Yeon-oh no pudo devolver ese sentimiento. Mi corazó n ya se ha ido a
otra persona. Yeon-oh no podrá alejarse fá cilmente de ese sentimiento.
“Princesa mamá . No puedes correr ası́”.
“Aú n ası́, fue agradable quedarse afuera”.
No querı́a que la princesa tuviera ningú n afecto por mı́ en absoluto. Ya
fue golpeado por el prı́ncipe y creció sin recibir el afecto adecuado. Ası́
que la princesa tenı́a que encontrar a alguien que me amara
incondicionalmente. Yeon-oh miró a la princesa escuchando las
instrucciones de Sanggung con una mente complicada.
“Bueno, mamá , Dios tiene un lugar adonde ir, ası́ que me voy a retirar”.
“¿Ya?”
Por un tiempo, estuvo en agonı́a y habı́a olvidado el propó sito de dejar
el palacio para encontrarse con la princesa. La princesa movió las
manos con una mirada de arrepentimiento.
“Porque eres una persona ocupada quedá ndose fuera”.
“… ”
“Tienes que ir. No pude superar la bienvenida y me aferré a los pasos
del marginado”.
La princesa rá pidamente borró su decepció n y actuó con
determinació n. Sabiendo có mo se formó la paciencia de la niñ a, Yeon-
oh no podı́a simplemente mirarlo con orgullo.
“Pasaré por el palacio la pró xima vez que tenga tiempo”.
Al inal, fue por é l que Yeon-oh hizo una promesa involuntaria.
Siento pena por una princesa a la que le falta tanto o menos que a Yeon-
oh, y temo que una princesa que todavı́a es bastante cariñ osa crezca
má s tarde y devore todo por dentro y se ahogue como Yeon-oh.
“Lo prometiste, Osuk”.
La princesa, que no conocı́a tal simpatı́a, sonrió brillantemente.
Cuando fui a Donggung con la corte real, el Prı́ncipe Heredero estaba
allı́ tan pronto como escuché la noticia. Ella estaba mirando la cara del
prı́ncipe con una cara muy molesta.
“Lluvia, está bien”.
“Me dolió mucho. Majestad. ¿No está s enfermo?”
“¿Sabı́as que ya te lo he preguntado diez veces má s?”
“¿La futura novia hizo tantas preguntas?”
“Sı́. Y dije que estaba bien una y otra vez”.
“todavı́a… Cada vez que lo veo, me enfado”.
La niñ a suspiró inapropiadamente. El prı́ncipe tomó la mano de la joven
esposa y la sostuvo.
“¿Qué hay de su majestad?”
“Shh. Fue solo una reprimenda justa”.
El prı́ncipe frunció los labios. Era como si tuviera algo que decir pero
tenı́a ojos para ver y se lo tragó . Mientras sostenı́a la mano del prı́ncipe
para aliviar su malestar, vio a Yeon-oh y Gong-ui parados en la puerta y
abrió mucho los ojos.
“Oye, no, el woocheomsa trajo la corte real. Majestad.”
“Hace un rato, el funcionario del palacio me lo dijo”.
“No tuve noticias del nuevo sacerdote porque estaba preocupado por
Su Majestad. Palacio, ven aquı́. Ven y examina tu valentı́a.
Gungui, que no pudo ganar a inal de añ o, se acercó e inspeccionó las
heridas. Yeon-oh miró el lugar donde estaba acostado el prı́ncipe. Los
fragmentos habı́an sido retirados y las manchas de sangre estancada
tambié n fueron limpiadas.
“No lo su iciente para coser”.
“Mı́ralo. Lluvia. ¿Está s diciendo que no es nada?”
“Aú n ası́, Shincheop está molesto”.
Ver la herida en el rostro de mi suegro y la imagen de é l consolá ndolo,
que estaba molesto conmigo, fue desgarrador hasta las lá grimas. La
tristeza y el anhelo por lo que no podı́a tener, ası́ como la ira y el
resentimiento por no saber con quié n iba, agitaron las entrañ as de
Yeon-oh.
Yeon-oh bajó los ojos para no revelar sus sentimientos internos.
“¿Por qué está s parado ahı́ de esa manera?”
Fue el prı́ncipe quien se acercó a é l primero.
“… só lo.”
“¿só lo?”
“Solo querı́a… ”
“Picante.”
Como habı́a dicho el prı́ncipe, cuando las conversaciones frescas iban y
venı́an, la corte real terminó el tratamiento aplicando cuidadosamente
la medicina de la lanza dorada. Incluso dio una receta diciendo que
estarı́a bien si se aplicaba mañ ana y noche en el á rea afectada, y luego
el mé dico real se retiró como si hubiera cumplido con su deber.
“Que llueva. ¿No dijiste que tu cuñ ado entrará al palacio hoy?
“¿Es el descenso el problema ahora?”
“¿No es é l el cuñ ado que particularmente quiere a su hermana?
Entonces vomitará s. A Rain le gusta su cuñ ado, ¿verdad?
“Por supuesto, Shincheop tambié n es bueno en Kangha, pero… Aun ası́,
tu cargo es má s importante.
“¿lluvia?”
“El niñ o que comió trece y vomitó es inmaduro. A veces es difı́cil creer
que el niñ o nació el mismo dı́a que la futura novia. La nueva novia está
muy orgullosa”.
El padre volvió la cabeza. Aparentemente, se giró hacia Yeon-oh y vio el
rostro del prı́ncipe frente a é l. Estaba tragando una tos con una sonrisa
en su rostro.
El Prı́ncipe Heredero, que no podı́a ver a tal prı́ncipe, inclinó la cabeza.
Asimismo, todos a su alrededor tosieron y se tragaron la risa. Yeon-oh
fue el ú nico que no se rió . Solo Yeon Oh no pudo mezclarse en la
atmó sfera amigable.
“Oye, ¿no ves a la nueva novia?”
“Hmm, estuve pensando en otra cosa por un tiempo. De todos modos, la
razó n por la que mi cuñ ado está haciendo esto es porque realmente se
preocupa por Rain. Si no hubiera sido por la lluvia, habrı́a venido a ver a
mi hermana diciendo que estaba enferma”.
“… Solo estuve enfermo ayer.
“El tambié n estaba enfermo”.
“Pero hoy está bien”.
El prı́ncipe tocó la frente del prı́ncipe heredero. Su cara blanca se puso
roja.
“Todavı́a tengo iebre baja”.
“Ha sido muy bueno… ”
Escuchando las palabras del prı́ncipe y mirando de cerca, el rostro del
prı́ncipe se veı́a demacrado, diferente a todo lo que habı́a visto antes.
Las mejillas regordetas tambié n cayeron, hacié ndolas má s delgadas, y
habı́a un tono claro debajo de los ojos.
“Debes estar saludable”.
“… ”
“Si la lluvia es saludable, ¿no deberı́an los herederos poder verla
tambié n?”
“… El rı́o, la bajada esperará . Iré a verte.
Era una broma obvia, pero el Prı́ncipe Heredero salió del lugar con la
cara roja como el rojo. Solo despué s de que la presencia del prı́ncipe
habı́a desaparecido por completo, el prı́ncipe estalló en una carcajada
que habı́a estado conteniendo todo el tiempo.
“Debes estar avergonzado”.
“El Prı́ncipe Heredero actualmente está siendo disciplinado por orden
de la Reina. Ahora que puedo tocar Choya, me pregunto si deberı́a
aprenderlo. Ası́ que parece vergonzoso”.
Noche temprana … El Prı́ncipe Heredero fue capaz de abrazar la vida.
Podı́a entender por qué el emperador estaba tan sensible hoy. No fue
solo que el Prı́ncipe Heredero ganó el favor del pú blico. Tenı́a miedo de
que el prı́ncipe diera a luz al hijo mayor y consolidara su posició n como
heredero.
Aparte de eso, Yeon-oh tragó saliva como si tragara una medicina
amarga. No sé si podré soportarlo si veo amor en los ojos del prı́ncipe
que ve al prı́ncipe como si todavı́a estuviera mirando a su hermana
menor.
Tal vez me ceguen los feos celos. Como mi padre, podrı́a volverme loco
de amor y hacer cosas malas. No podı́a predecir nada, ası́ que de
repente se volvió vago.
“… ”
Yeon-oh se volvió codicioso y temı́a que eventualmente serı́a arrastrado
por esa emoció n. Al menos, esperaba que este sentimiento no dañ ara al
prı́ncipe. Cuando Yeon-oh no pudo manejar su complicado corazó n,
hubo una calidez que se apoderó de mi muñ eca.
“¿No te duele la pierna si te paras ası́?”
“… está bien.”
“Está bien. Desde antes, mi cara ha estado pá lida todo el tiempo.
Escuché al padre regañ arme, pero ¿por qué actú as como si te fueras a
caer aú n má s?
Mientras Yeon-oh era arrastrado por el prı́ncipe y se sentaba en la silla,
miró sus heridas. Mirando má s de cerca, la herida era má s profunda de
lo que esperaba. Aunque no lo su icientemente cerca para suturar, el
corazó n de Yeon-oh fue rasguñ ado tan o má s profundo que la
profundidad de la herida. Pero no hubo consuelo apresurado. Harı́a
miserable al prı́ncipe.
“… No sabı́a que algo digno de felicitar al Prı́ncipe Heredero.
Felicidades. Majestad.”
“Honor. Todavı́a no he concebido”.
“Pero, ¿no habrá buenas noticias para la familia imperial pronto?”
“Solo tengo trece añ os. La madre tambié n dijo que serı́a mejor
posponer la madrugada porque aú n es muy joven”.
Era obvio que eran las intenciones de la emperatriz. Escogı́ a un niñ o
para poder ver a mi heredero má s tarde, pero comencé a menstruar
antes de lo que esperaba, ası́ que supongo que es porque estoy
arriesgando mi edad y tratando de posponer la fecha del matrimonio.
“Es como una hermana otra vez”.
Al Prı́ncipe Heredero no pareció importarle eso, pero se abstuvo de
hablar porque no era lo que iba a decir.
Sin embargo, parece que es cierto que el prı́ncipe realmente la trata
como a una hermana, por lo que Yeon-o se sintió graciosamente
aliviado. No tengo que mostrar celos ciegos hacia la niñ a todavı́a, no
tengo que renunciar a este corazó n que tenı́a por el prı́ncipe, sin
embargo, sı́, me pregunto si tengo una oportunidad.
Iró nicamente. Incluso sabiendo que la esperanza es una ilusió n, y que lo
que hay debajo es la desesperació n.
“Si te casas con mi hermana menor, será difı́cil que no te vean como
mujer durante mucho tiempo. Si verdad ¿Regresaste y viste a Wan-an?
La princesa tambié n debe haber oı́do hablar del compromiso, pero
tendré que ir a verlo. ¿Eres tan despiadado?
“Te vi por un tiempo”.
“¿cuando?”
“Hoy, hace un rato.”
Antes de que pudiera capturar su desesperació n, el prı́ncipe siguió
atá ndolo con una correa y lo arrastró a la realidad. Como si hubiera
tanta brecha entre nosotros, siguió recordá ndome y tirá ndome al barro
de esa manera.
“Wan-an debe haberte gustado cuando te vio”.
“… Dios tambié n”.
Incapaz de mostrar tales sentimientos, Yeon-oh agregó una mentira a la
mentira.
“Honestamente, dime. Ahora, tienes que hacer la conferencia sobre el
elenco que pospusiste antes”.
“… Ah, creo que de repente me duele la sien.
“Có mo.”
“Parece que disfrutaste chatear con el servicio postal hasta ahora.
Majestad.”
Sabı́a que era un asesinato serio, pero cuando vi que el prı́ncipe hacı́a
una mueca mientras señ alaba cerca de la sien herida, no pude
reaccionar con tanta resolució n como si lo fuera. Fue Lee Shin-woo, que
habı́a estado sentado lejos con Yoon Heegang, quien detuvo a Yeon-oh,
que estaba impaciente y se humedeció los labios.
Su rostro, que no habı́a podido superar la vergü enza del emperador
hasta antes, parecı́a que se habı́a ido, como de costumbre, o incluso má s
limpio que eso.
“Sé que sé .”
Al inal, el prı́ncipe se enderezó y apartó el libro. Era una de las rutinas
diarias del prı́ncipe y los dos magistrados decidirse por un libro, leerlo
y luego predicar sobre é l. Aunque el prı́ncipe estaba aburrido, a
menudo expresaba sus opiniones de manera ló gica y ordenada.
“… Si no, lo soy”.
Yoon Heegang ya habı́a leı́do los tres libros de bibliotecarios y recitado
pasajes signi icativos, pero no le gustaba predicar, ası́ que trató de
levantarse del asiento como de costumbre.
“okey. Sal y ve al lugar por el que te detuviste hoy y reparte algunos
suministros”.
“Ja… ”
El Emperador estaba tan enojado solo por el hecho de que lo habı́a
inspeccionado. Sin embargo, si se supiera que el Prı́ncipe Heredero
abrió una tesorerı́a y suplicó clemencia, no serı́a diferente a agregar
aceite a la ira del emperador.
“Miras la oportunidad en el futuro y te sientes aliviado”.
Lee Shin-woo tambié n removió y secó al prı́ncipe.
“¿cuando?”
“… ”
“¿No está sufriendo la gente en este momento?”
Aunque eso es todo.
Mientras dudaba, Shin-Woo Lee no pudo agregar má s palabras. Las
personas que perdieron mucho en las inundaciones necesitaban ayuda
en este momento, y serı́a demasiado tarde si lo pospusieran por
primera vez para vigilar al emperador.
“En nombre del Palacio Donggung”.
“majestad.”
“He estado pensando en eso, pero creo que es demasiado injusto
escucharlos regañ ar por eso. Ademá s, espero que el emperador conozca
la sinceridad de la desobediencia de su hijo. Despué s de todo, los bañ os
interiores del Palacio Donggung pertenecen a los ricos”.
El prı́ncipe parecı́a ser obediente, pero de vez en cuando tenı́a un
con licto con el emperador como este. Este fue el caso de la adoració n
del Prı́ncipe Soseong, y tambié n lo fue este caso.
Sin embargo, al inal, esto atraerı́a la atenció n del pú blico hacia el
Prı́ncipe Heredero, por lo que el ú nico inconveniente era que los
controles del emperador eran severos, y no habı́a nada malo en é l
aparte de eso.
“Lo haré .”
¿Hacia dó nde sigue la mente del pú blico? Las fuerzas neutrales que no
participaron en la monarquı́a prestará n atenció n a las acciones del
prı́ncipe. Ası́ que el prı́ncipe tenı́a que ser un poco má s esplé ndido.
No, para hacer suyo el trono, tuvo que rodearse de un brillo que lo
abruma todo. Yeon-oh se parará en la sombra má s oscura y hará que su
luz sea un poco má s brillante.
Despué s de la conferencia, cuando regresaron a la o icina para hacer
sus respectivas tareas, Yeon-oh salió de la habitació n diciendo que
habı́a un libro en la biblioteca real en lugar de ir a la biblioteca.
“Su Majestad es bendecida”.
Diciendo que iba a la biblioteca, los pasos de Yeon-oh llegaron al
Pyeonjeon del Emperador. Vine sin previo aviso, por lo que esperaba no
poder asistir a la audiencia, pero el permiso fue otorgado fá cilmente.
“Ven aquı́. Servicio Postal.”
Despué s de leer, el emperador abandonó la apelació n y dio la
bienvenida a Yeon-oh. Y cuando extendió la mano, como si estuviera
familiarizado con Taegam, colocó un loto con hojas de tabaco sobre el
emperador.
“Parece que no he podido saludar la sinceridad que me han enviado
porque he estado muy ocupado… ”
“Solo ası́. Sucedió Y levanta la cabeza.
“El sexo es algo increı́ble. Su Majestad.”
“Fue dicho. Incluso si no fuera ası́, no me sentı́ có modo con que su
mé dico viniera al hospital”.
El humo salı́a del loto iluminado. El rostro del emperador estaba
oscurecido por un velo de humo. El rostro del que habı́a estado enojado
con el prı́ncipe antes no se veı́a por ninguna parte.
“Escuché las circunstancias de la guerra de la Emperatriz. Ademá s,
incluso si es el mé dico de Dios, merece ser dedicado por el bien de Su
Majestad y la Familia Imperial. Serı́a un honor supremo para é l”.
“Pensá ndolo de esa manera, el peso que Jim habı́a acumulado en mi
corazó n se ha aliviado mucho”.
“Lamento pensar que Dios ha puesto una carga en el corazó n de Su
Majestad. Debido a la lluvia torrencial repentina, Su Majestad debe
haber estado demasiado ocupado mirando el sentimiento pú blico… ”
El emperador babeó mientras sacaba a relucir la historia de la fuerte
lluvia en un tono cauteloso. Parecı́a recordar lo que habı́a sucedido
antes en Donggung y el hecho de que Yeon-oh estaba parado allı́.
“Está bien, Jim te mostró su lado privado”.
“Fue una reprimenda adecuada que un padre podrı́a dar”.
La cerilla que voló hacia la cara del prı́ncipe, que inalmente pasó por
un lado de su cara y se hizo añ icos, era tan clara como si la dibujaran
frente a sus ojos. Si podı́a retrasar el tiempo, querı́a bloquearlo, y si
podı́a darle la vuelta, querı́a deshacerme de esa situació n en primer
lugar. La sangre que derramó y, sin embargo, el rostro tranquilo es
claro.
“Su Majestad tambié n está re lexionando profundamente”.
Pronto se sabrá que abrió el bañ o interior para ayudar a las personas
que sufrı́an las inundaciones, pero por primera vez, no tomó medidas
para perturbar la mente del emperador, por lo que dijo una mentira
moderada.
“Me pregunto si el padre es ası́”.
El emperador realmente no lo creyó , pero no puso una espina. Para el
emperador, Yeon-oh no fue quien tuvo que levantar una espina y lidiar
con ella. El sucesor del monje, y el que se convertirı́a en suegro, era por
tanto un aliado. Al menos para el Emperador.
“Por cierto, ¿có mo has estado antes?”
El emperador, que habı́a chupado profundamente el loto, le preguntó
por curiosidad.
“Probablemente no vine aquı́ solo para ser corté s al enviar a Taeyi”.
Dejando el loto quemado, el emperador inclinó la cabeza en á ngulo.
Yeon-oh respiró hondo.
Era necesario abrir la brecha entre el emperador y los monjes, y fue
porque a é l se le ocurrió la idea de la separació n de esa manera, pero
esta era una razó n que no podı́a revelarse.
Para escribir un nuevo libro, romper la só lida con ianza entre el
emperador y el monje, y evitar que el emperador con iara en el monje,
era necesario saber má s sobre é l. Qué tipo de persona es realmente,
qué mé todo debe usar y có mo el emperador puede sembrar las semillas
de la descon ianza en el monje.
“¿Por qué necesita una razó n para encontrarse con Su Majestad? Pero…

“¿pero?”
“Creo que deberı́as saber quié n es el suegro de la princesa”.
Yeon-oh usó a la princesa como excusa. Y eso resultó ser una excusa
mejor de lo que pensaba.
“Si es mi amor, deberı́as poder sentirte seguro, ası́ que no te preocupes
por nada”.
“no. Su Majestad.”
“Sin embargo, la consideració n es para la princesa, por lo que es
realmente maravilloso”.
“Es bueno que haya recibido la preciosa hoja de jade dorado de Su
Majestad como mi hijo”.
El emperador se rió entre dientes como si estuviera satisfecho y abrió
la boca para Taegam, que esperaba a su lado.
“Tae. Parece que Jim consiguió su trasero muy bien. ¿Có mo puedes
decir que esta fue una elecció n equivocada, porque tiene un rostro
cincelado y ni siquiera sabe có mo servir a una princesa?
“Su Majestad es bendecida”.
“No, es la bendició n de la princesa. Es la bendició n de una princesa”.
Yeon-oh agarró las comisuras de sus labios torcidos. Ella nunca podrı́a
ser una princesa. Para ser un militar rico que quiere abandonar a su
familia con su silencio en mente, era má s apropiado llamarlo un
desastre que una bendició n.
“okey. Jim quiere observarte de cerca.
“Si lo haces… ”
“¿Vendrá s a menudo?”
Lentamente, sin su conocimiento, tenderá n una trampa debajo de esa
pared só lida. Para que la trampa que habı́a atrapado pudiera ser
colocada por alguien en quien tanto con iaba. Para no con iar el uno en
el otro. En ese hueco, el prı́ncipe desarrollará su poder. Estará
irmemente arraigado para que ninguna corriente de aire sacuda al
Prı́ncipe.
“Serı́a feliz si me dieras una oportunidad”.
“Jim siempre te dará la bienvenida”.
Este fue el primer paso para é l. Yeon-oh negó con la cabeza para ocultar
la risa que estaba a punto de escapar. La risa del emperador explotó y
cayó como polvo.
Cuando regresó al Palacio Donggung despué s de una breve audiencia, el
Prı́ncipe Heredero acababa de terminar su trabajo y se fue a un breve
bañ o de agua. Querı́a entrar y encontrarme con é l cara a cara, pero
Yeon-oh tuvo que dar un paso atrá s, culpando a la situació n de que no
podı́a entrar fá cilmente.
*
A medida que pasaba el tiempo, se acercaba la iesta de cumpleañ os del
prı́ncipe. Ni siquiera era el cumpleañ os del emperador o del prı́ncipe,
pero el emperador ordenó que el funeral preparara un banquete en una
escala comparable a la de su propia iesta de cumpleañ os. Ademá s de
traer a los mejores mú sicos y bailarines a Jangan, tambié n convocó a
todos los ministros de Munmu y se sentó . Fue tan grandioso que fue
poco convencional incluso para la reunió n del prı́ncipe.
“Estoy muy enojado por los dañ os causados por el agua, pero solo
quiero celebrar el cumpleañ os de uno de los prı́ncipes… ”
Shin-Woo Lee no olvidó que era sarcá stico a pesar de que Yeon-Oh
estaba cerca. Aunque los dañ os causados por las inundaciones se han
aliviado en cierta medida en los ú ltimos diez dı́as, la vida cotidiana de
las personas aú n no se ha recuperado por completo. Sin embargo, Lee
Shin-woo debe haber estado muy molesto mientras preparaba la iesta
de cumpleañ os del Prı́ncipe mientras perseguı́a a las ocupadas seis
generaciones para reparar el dañ o. ¿Dó nde está solo Shin-Woo Lee? No
lo sé , pero debe haber bastantes personas que estaban insatisfechas.
“Al mismo tiempo, abrió el dinero y se lo dio al prı́ncipe en nombre del
prı́ncipe. Es gracioso.”
“magnetismo.”
Yoon Hee-kang, que no lo habı́a visto, llamó a Lee Shin-woo en voz baja.
“No dije nada malo”.
“Todavı́a tengo oı́dos para escuchar”.
El oı́do para oı́r claramente se re iere a Yeon-oh. La lecha de Shin-woo
Lee fue devuelta a Yeon-oh.
“Correcto. El tı́o materno del prı́ncipe estuvo aquı́”.
“Tambié n es la estancia fuera de casa de su majestad”.
“… ¿Dijiste que era una broma? Entonces no fue divertido en absoluto.
Yeon-oh”.
“Estas palabras fueron pronunciadas por Su Majestad cuando querı́a
llevarme al Chumsabu”.
No era mi intenció n tropezar y caer solo cuando Lee Shin-woo era
sarcá stico consigo mismo, pero si la lecha se dirigı́a hacia mı́, eso serı́a
otra cosa. Yeon-oh asintió descuidadamente.
“¿Y soy yo el ú nico que puede oı́rlo? Por favor, no insulte a Su Alteza y
cuı́dese”.
“Escuchas todo tipo de quejas que ni siquiera tu padre escucha”.
“Estoy regañ ando a mi primo, algo que nunca le he hecho a nadie”.
“… Ambos, paren.
La voz de Marley Yoon Heegang no tenı́a poder. Cuando habı́a una
pequeñ a batalla nerviosa entre Lee Shin-woo y Yeon-oh, por lo general
p q y ,p g
era el prı́ncipe quien mediaba, y el prı́ncipe disfruta del banquete
sentado bajo el emperador hoy, ası́ que al inal, fue Yun Heegang. Para
secarlo.
Yeon-oh no dijo nada porque no tenı́a intenció n de continuar la guerra
de nervios frente a los demá s.
“Prı́ncipe.”
“Sı́, Abama”.
“Nuestro prı́ncipe nació en un dı́a tan brillante en primavera”.
“Ası́ que é l tambié n plantó plá ntulas”.
“Sı́, las plá ntulas han crecido mucho a lo largo de los añ os. ¿Cuá ndo
crecerá tanto nuestro prı́ncipe? El padre lo espera con ansias a pesar de
que los añ os pasan rá pido”.
“¡El pequeñ o ya ha crecido tanto!”
A lo lejos, vi al prı́ncipe coqueteando con el emperador. La Emperatriz
estaba sentada a su lado, observando con deleite las ovejas que hacı́a el
prı́ncipe. Yeon-oh tambié n lo captó en sus ojos.
“Su Majestad, he preparado un pequeñ o regalo para el nacimiento del
Prı́ncipe Mamá ”.
El monje, que habı́a estado tomando una copa con los aristó cratas en la
parte superior de la mesa, observó la escena y habló lentamente.
“Es un regalo del vencedor, ¿có mo puedes ser dé bil? ¿Pero las manos
del monje estaban vacı́as?
“Lo puse en el lado sur. Es un gran caballo que puede correr incluso
miles de millas. El prı́ncipe ha estado particularmente interesado en
montar a caballo ú ltimamente. Todavı́a es un potro joven, por lo que
puedes domarlo lentamente a partir de ahora”.
“Abuelo, ¿es verdad? Quiero verte pronto.
“por supuesto. Mamá . Si Su Majestad lo permite, se lo presentaré a
mamá de inmediato.
Las miradas expectantes se dirigieron directamente al emperador.
“… Es un verdadero caballo de los monjes, por lo que es un buen caballo,
pero ¿acaso es mejor que el caballo real? Gracias de todas formas. El
p ¿ j q
prı́ncipe tambié n espera esto, por lo que lo aceptará con una mente
abierta”.
Incluso el emperador, que suele favorecer al monje, tenı́a una espina
clavada en su caballo. Yeon-oh tuvo que ocultar la risa que estaba a
punto de estallar ante la espina erigida por el emperador.
De hecho, el emperador era muy estrecho de miras mientras intentaba
descargar su ira por la legitimidad que no tenı́a sobre su hijo. Pretende
ser un buen hombre, pero el emperador con el que se ha encontrado
ocasionalmente durante los ú ltimos diez dı́as no lo es. Antes de que el
emperador y los monjes comenzaran a ensancharse en serio, solo se
hizo una pequeñ a brecha, pero el emperador se encargó de ampliar la
distancia.
‘… ¿Cuá nto confı́as en mi padre? Su Majestad.’
Fue solo una palabra arrojada como un guijarro al agua mientras jugaba
Go por invitació n del emperador. Sin embargo, ası́ como un guijarro
causó una onda en la super icie del agua, parecı́a que habı́a surgido
alguna duda en la mente del emperador. O podrı́a ser que las semillas
de la duda que ya habı́an sido plantadas pero que aú n no habı́an
brotado brotaran al regarlas con Yeon-oh. Por ejemplo, la angustia del
absoluto de que el poder del monje pudiera haber precedido al del
emperador.
Con la ayuda de Hui-ga, el emperador que ascendió al trono otorgó
muchos poderes a Hanam-hyega. ¿No fue incluso rebajado a la posició n
de un monje que rara vez se dio por vencido por miedo a la llegada de
un extrañ o? Se convirtió en un trabajo que eleva aú n má s el prestigio de
Hye-ga. Las solicitudes de saludos llegaron a travé s de los monjes, y el
granero de Hanam se llenó hasta el borde. Estaba sucediendo algo que
habrı́a sido un control para el emperador.
Cuando dijo eso, no reaccionó en absoluto, y parece que no lo dijo a su
corazó n. Cuando vi la oportunidad, iba a hacerle un poco má s de grieta,
pero viendo la cantidad que está haciendo el emperador ahora, parece
que no es necesario hacerlo.
Como no puedes tener una familia rebelde como madre del emperador,
no presionará a Hye-ga acusá ndolo de crı́menes inocentes, pero
tampoco tratará de conferirle má s poder. Y el monje se dará cuenta
rá pidamente.
“Si lo aceptas con un corazó n feliz, vendrá la gloria de la familia”.
Enviaré a alguien pronto.
“Te lo ruego.”
Me di cuenta con só lo mirar hacia abajo má s de cerca. Pero tendrá s
innumerables pensamientos en tu cabeza. ¿Por qué el emperador
desconfı́a tanto de sı́ mismo y por qué está tratando de mantenerse
alejado de é l? Pero nuevamente, el prı́ncipe está feliz, entonces, ¿cuá l es
el signi icado de eso? Para cuando se dio cuenta, el emperador ya
habrı́a caı́do en el caos de Yeon-oh y descon iado completamente de los
monjes.
“Su Majestad, debemos enviar a alguien pronto. Puedo ver que el
prı́ncipe se quejará a partir de hoy.
“Ası́ es. Si el banquete de hoy se rompe, hagá moslo”.
La Emperatriz, al notar la extrañ a corriente de aire, torció las esquinas
de sus ojos e intervino en la conversació n. El emperador respondió con
una palabra tı́mida pero apropiada e hizo un gesto al prı́ncipe, que
estaba emocionado de ver al potro.
“Ven aquı́.”
“Sı́. Abba mamá .
“¿Eres tan bueno?”
“¡Está !”
“¿Má s de lo que Jim te permitió entrar al jardı́n secreto?”
El prı́ncipe tuvo que decir que era mejor que se le permitiera entrar en
el jardı́n secreto. Entonces, incluso para aquellos que está n conectados
con el prı́ncipe de muchas maneras. Sin embargo, para el prı́ncipe de
ocho añ os, por má s espectacular que fuera, en el mejor de los casos, un
poni se habrı́a sentido mejor que un jardı́n secreto con hermosas lores.
El prı́ncipe vaciló y no respondió de inmediato.
“Prı́ncipe. Deberı́amos estar má s conmovidos por el favor de
Abamama”.
Tardı́amente, la Emperatriz trató de recti icarlo, pero el corazó n del
Emperador ya habı́a sido dañ ado.
“Nuestro prı́ncipe pre iere las cosas materiales”.
“No es… ”
“Si ese es el caso, no creo que esté muy feliz con el regalo que Jim me
dio hoy”.
Si existe tal cosa como una monja para el prı́ncipe, tiene que darse
cuenta cuando el emperador sale ası́ y juega aegyo o bromea.
El banquete, que hasta ahora habı́a sido placentero, quedó en silencio
como si le hubieran echado agua frı́a encima. Shin-Woo Lee,
olvidá ndose de refunfuñ ar, miraba con una cara interesante para ver si
esta situació n era muy interesante. En cuanto al prı́ncipe, estaba
sorbiendo su bebida con una cara no muy diferente a la de antes.
“¿Quié n no está dispuesto a dejar que el emperador descienda sobre el
mundo?”
Nadie se adelantó o no pudo, por lo que solo estaba mirando al
emperador. La emperatriz viuda, que habı́a estado charlando con el
prı́ncipe heredero, se adelantó y ayudó .
“Y no es un dı́a propicio. Emperador.”
Como ella dijo, el dı́a era el dı́a. Como emperador, no podı́a revelar mi
corazó n retorcido. No era exactamente lo que esperaba en primer lugar.
Cuando el emperador se calmó y relajó su cuerpo, la emperatriz, que
habı́a estado nerviosa por dentro, se sintió aliviada.
“Ganó (院)”.
Levantando el vaso, el emperador lanzó una sola palabra.
“Al prı́ncipe se le confı́a el rey, y se le da el sello del cı́rculo. Es un regalo
de Jim. La ceremonia ceremonial se lleva a cabo en una peregrinació n, y
hoy se abrevia”.
Era el nuevo arco del prı́ncipe. La alegrı́a se extendió por el rostro de la
emperatriz, que aú n no se habı́a desvanecido. Seungsang tenı́a la
cabeza gacha, ası́ que no podı́a decirlo, pero tambié n debı́a estar
sonriendo.
Apenas loco.
“magnetismo.”
“Hui (諱, una palabra para el nombre del emperador) solo se dio como
el sello del rey. Parece que no fue su iciente obtener un cará cter del
nombre de la era y agregarlo al tı́tulo del prı́ncipe”.
A pesar de que Yoon Hee-kang se estaba secando, Lee Shin-woo expresó
sus sentimientos. Fue susurrado en voz baja, pero era imposible saber
dó nde y quié n lo escucharı́a. Yeon-oh señ aló su sien y lo culpó .
“Echa un vistazo delante de ti. Hermano mayor.”
“¿Qué ?”
“¿Está s seguro de que eres el ú nico que se sorprendió en este lugar?
Todos está n arreglando sus expresiones faciales. Ası́ que serı́a mejor
que te abstuvieras tambié n.”
“tú … ”
“Su Majestad lo apreciará mucho si conoce sus palabras y hechos”.
“… bueno. Tú tambié n… No, lo hizo.
Tal vez las palabras que tragó fueron una expresió n de ira porque
estabas diciendo que eres una persona de Hye-ga, por lo que no eres
demasiado casual. Sin embargo, mientras sus labios eran dulces,
reprimió las palabras y emociones que querı́a decir. De estos, el
comportamiento del mayor es el má s emotivo e impulsivo.
Especialmente cuando se trata de temas relacionados con el feto.
Yeon-oh se veı́a paté tico con Lee Shin-woo la mayor parte del tiempo,
pero hubo momentos en los que sentı́ envidia de verlo mostrar su
lealtad al prı́ncipe con todo su cuerpo. Porque é l no puede hacer eso.
“… ”
Levanté la vista mientras llenaba el vaso. El prı́ncipe, que habı́a estado
bebiendo alcohol solo, estaba hablando con el prı́ncipe heredero sobre
Dorando. No pude escuchar de qué estaban hablando, pero mirando las
caras sonrientes de los demá s, probablemente no sea una mala historia.
¿Qué era esa sonrisa? Yeon-oh miró al prı́ncipe como si hubiera estado
poseı́do.
“¿Tienes algo en la cara? ¿Qué está s mirando?”
No querı́a hacer eso, pero parece que me veo demasiado desnuda. Al
escuchar los moretones de Lee Shin-woo, no moretones, Yeon-oh trató
de apartar la mirada rá pidamente. Fue difı́cil para Seungsang notar que
Yeon-oh miraba al prı́ncipe una y otra vez y las emociones contenidas
en é l. Tenı́a que no saber este amor por el prı́ncipe, tanto como el
Seungsang.
“… ”
Justo cuando estaba a punto de bajar la mirada, la mirada del prı́ncipe,
que se habı́a ijado solo en el prı́ncipe, descendió y su mirada se dirigió
inmediatamente a Yeon-oh. Fue fugaz, pero se sintió como una
eternidad. Esperé por un momento que esas miradas solo me
alcanzaran.
“El prı́ncipe heredero y la lluvia se ven muy bien, ası́ que estoy feliz de
verlos”.
En palabras de la emperatriz viuda, el momento que parecı́a una
eternidad se dispersó como un castillo de arena.
“Dado que el interior y el exterior son tan buenos, ¿podemos esperar
las buenas noticias?”
“mamá . El prı́ncipe heredero ahora tiene trece añ os. Eres demasiado
joven para esperar oı́r llorar a un bebé ”.
“Son los pensamientos de la Emperatriz. Cuantos má s herederos de la
familia imperial, mejor”.
La emperatriz y la emperatriz seguı́an sonrié ndose, pero habı́a una sutil
corriente de aire entre ellas.
“Con solo mirar a esta persona del pasado, todos sabrá n cuá nto sufrió ”.
Por un momento se hizo el silencio en el saló n del banquete.
Si la emperatriz hubiera visto al nieto unos añ os antes, es decir, al
menos unos añ os mayor que la edad en que murió el nieto, habrı́a sido
el nieto, no el emperador actual, quien se habrı́a sentado en el trono.
Cuando lo dijo en secreto, la gente miró al emperador y mantuvo sus
palabras.
“Entonces, cuanto antes el prı́ncipe, el heredero, mejor. Tambié n por el
bien del Prı́ncipe Heredero.”
Sin embargo, la emperatriz ni siquiera notó una corriente de aire tan
sutil y continuó hablando y limpió suavemente el dorso de su mano.
“Madre Emperatriz. El prı́ncipe heredero es tı́mido. Para.”
La princesa heredera movió la cabeza de un lado a otro para ocultar su
rostro enrojecido, pero aú n era visible.
“Somos tan tı́midos con la lluvia, ası́ que no interferimos. Por cierto,
estoy preocupado porque la complexió n del Prı́ncipe Heredero no es
muy buena estos dı́as. Ahora es el momento de lorecer”.
La emperatriz viuda, aú n sin prestar atenció n a la atmó sfera tenue
como si hubiera sido vertida con agua frı́a, miró al Prı́ncipe Heredero
con ansiedad. Estaba cubierto con polvo y pintado con colorete para
que pareciera má s brillante, pero debajo de la tapa, acechaba una cara
pá lida.
“Lamento mucho escuchar que la tez del Prı́ncipe Heredero no es
buena”.
Mientras la emperatriz viuda miraba la tez del prı́ncipe heredero, el
emperador habló de su preocupació n con una voz libre de
preocupaciones. Los que habı́an estado conteniendo la respiració n
mientras observaban el corazó n del emperador disfrutaron
nuevamente del banquete como si se hubieran liberado de una hora en
la que é l estaba tan descuidadamente preocupado por la salud de su
nuera.
“Echaré un vistazo al maeyang. Su Majestad, no se preocupe.”
“Hazlo.”
Con el permiso del Emperador, la Emperatriz sonrió suavemente y bajó
la mirada. Yeon-oh la miró a ella y al Prı́ncipe Heredero
alternativamente por un momento. Una persona que no tiene
problemas de salud particulares de repente se enferma y se enferma.
Sin embargo, dado que la enfermedad no era grave, no todos estaban
muy preocupados. Pero si eso es lo que se pretende…
Pasó un pensamiento y Yeon-oh se detuvo un momento para sostener el
vaso.
“… ”
Conocı́a a alguien versado en veneno.
La familia Cho, bien versada en medicina, es un vasallo de la familia
Hanam-hye desde hace mucho tiempo, y han pasado la mayor parte de
sus vidas como mé dicos en la lı́nea directa de Hanam. Sin embargo, no
fue simplemente por sus excelentes habilidades mé dicas que pudieron
continuar con su legado como vasallos de la familia Han Nam-hye
durante mucho tiempo. Tambié n estaban bien versados en el uso del
veneno.
No conozco los detalles porque no he podido conocer a Yeon-oh, pero
he oı́do que tambié n hay una visió n que se ha transmitido. Estaba claro
que Cho Myung-hwan fue quien dijo que algú n dı́a heredarı́a el libro si
seguı́a los pasos de su padre. Yeon-oh sospechaba que fue el veneno
escrito en el viejo libro lo que causó la muerte de la niñ era.
Tal vez porque estaba menarcando, tenı́a miedo de ver un heredero, por
lo que envenenó a la princesa heredera. Excepto por eso, no habı́a
ninguna razó n por la cual el Prı́ncipe Heredero de repente tuviera
problemas de salud sin ninguna anormalidad.
No era extrañ o sospechar que era tan versado en venenos como o má s
que un miembro de los otros miembros del clan Cho, y que tambié n
estaba inscrito como Cho Myung-hwan, quien habrı́a heredado la visió n
tras la muerte de su padre. .
¿Quizá s la emperatriz recomendó a Jo Myeong-hwan y lo trajo al palacio
para hacer esto? Sin embargo, Cho Myung-hwan no estaba de humor
para hacer lo que yo pensaba que estaba mal y no era el tipo de persona
que pudiera hacer algo que socavara la vida de otras personas.
Despué s de escupir resentimiento por la niñ era, pensé que volver a
verlo me recordarı́a a una niñ era, ası́ que evité encontrarme con é l a
propó sito, pero pensé que deberı́amos encontrarnos cara a cara en
algú n momento y hablar.
Pero, lamentablemente, de repente sentı́ el deseo de preguntar ası́. Si
ese niñ o, que claramente tiene un corazó n para el prı́ncipe, se enferma
y muere… Porque el asiento al lado del padre está vacı́o. Incluso si el
asiento a su lado estuviera vacı́o, Yeon-oh no serı́a capaz de pararse allı́,
e incluso pensar en eso me hizo sentir avergonzado. Sintié ndose
culpable de ver a la princesa heredera con tal corazó n, Yeon-oh se
levantó de su asiento.
“¿A dó nde vas?”
“Siento que me estoy emborrachando por un tiempo… ”
“Tu rostro no ha cambiado en absoluto”.
“Hermano ası́, ni siquiera pienses en beber. Tengo miedo de que me
estafen”.
Lee Shin-woo se humedeció los labios ante el imprudente contraataque,
pero no dijo nada. En primer lugar, admitió que Lee Shin-woo era dé bil
con el alcohol y, antes de que pudiera decir algo, Yeon-oh se fue sin
remordimientos, como si no tuviera intenció n de discutir.
Cuando Yeon-oh no estaba, los bailarines bailaban, por lo que nadie lo
miraba. Escapó en silencio y se dirigió al jardı́n de pesca. Fue el primer
paso que di el dı́a que conocı́ al prı́ncipe, pero el recuerdo bien trazó el
camino.
El Ewha Garden era má s verde que entonces. Muchas cosas fueron
arrastradas por la fuerte lluvia, pero de todos modos, la lluvia hizo que
la naturaleza se desarrollara temprano, brotara y loreciera. Yeon-oh
caminó por el camino sinuoso pasando el á rbol que el emperador se
jactó de haber plantado el emperador el dı́a que nació , y se paró frente
al estanque.
El estanque re lejado en la luz del sol y ondulado con oro era
esplé ndidamente hermoso. Dejando su rostro atrá s, Yeon-oh se sentó
en una roca plana y observó el agua que luı́a. Un par de pá jaros
extendieron sus esbeltas patas sobre una rama y emitieron un sonido.
El viento chirriaba y chirriaba en sus oı́dos.
Con los ojos en el agua que luye y los oı́dos en el gorjeo, Yeon-oh se
tocó el seno izquierdo. El pulso del corazó n fue atrapado debajo de la
palma de la mano. El dolor, la tristeza y la tristeza fueron enterrados en
esta vena.
Yeon-oh bajó los pá rpados para alejar de su memoria al dulce prı́ncipe
y su esposa, que seguı́an acudiendo a su mente, y para borrar incluso
los malos sentimientos que habı́a escuchado antes.
Cuando bloqueé mi mirada, el sonido en mis oı́dos se volvió má s claro
que antes. El sonido de la hierba ondeando en el viento, el sonido del
agua movié ndose, el sonido de los pá jaros cantando má s fuerte que
antes… y pasos
El sonido de los pasos era extrañ amente familiar, por lo que Yeon-oh
abrió la boca lentamente.
“… Incluso el dı́a que lo llamaste inevitable, apareció en silencio ası́ y se
aferró a los pasos de Dios”.
“… ”
“¿Có mo saliste sin mantener tu asiento? Majestad.”
“¿Eres tú el que me pregunta có mo caminaba mientras disfrutaba de la
brisa primaveral conmigo?”
Cuando me volvı́ hacia el estanque, vi al prı́ncipe. Incluso si era una cara
que vi en la vida real o en un sueñ o, cada vez que nos encontrá bamos,
se desperdiciaba un abrir y cerrar de ojos. Yeon-oh olvidó cerrar los
ojos, miró a la cara del prı́ncipe y solo respondió tarde.
“Dios, incluso si desaparece por un tiempo, nadie lo notará , pero
muchas personas que lo cuenten lo encontrará n”.
“Creo que mucha gente te está buscando de nuevo”.
El prı́ncipe sonrió y se acercó a Yeon-oh. Un olor corporal familiar fue
llevado por el viento. Dejó de respirar por un momento, luego se
levantó de su asiento, ingiendo que no pasaba nada.
“¿Por qué está s aquı́?”
“… Porque estoy borracho.
“¿Creo que nunca te he visto beber demasiado?”
“… ¿Estabas mirando?
“Miras hacia otro lado”.
Yeon-oh agarró el brazalete con la mano que estaba cubierta por la
manga, sin saber có mo reaccionar. Puede sonar sin sentido, pero a
Yeon-oh a veces le costaba controlar sus emociones.
El padre de hoy era extrañ o. Aunque no era diferente a lo habitual,
siempre mostraba favores excesivos. Al principio, pensé que Yeon-oh se
lo estaba tomando demasiado en serio, pero no fue ası́. Seguramente el
Prı́ncipe tenı́a una ocasió n sutil de vez en cuando. Como ahora.
Entiendo que este favor extravagante no es en el sentido má s puro. Sin
embargo, Yeon-oh no pudo decirle que no hiciera eso. Me gusta esta
amabilidad a pesar de que debe tener alguna intenció n. Porque no
quieres mirarme con ojos frı́os.
Parecı́a que estaba aceptando a pesar de que sabı́a que era su
adversario y que era el hijo de Hye-ga. Pensé que era una idea estú pida,
pero lo era. Estaba feliz.
“El sol es deslumbrante”.
El Prı́ncipe Heredero de repente agarró la muñ eca de Yeon-oh y lo
arrastró debajo del sauce, y agregó : Yeon-oh, que fue arrastrado al
hielo, se sintió quemado solo porque lo atraparon, por lo que se sacudió
con cuidado y recogió su brazo. El prı́ncipe se limpió suavemente las
manos vacı́as y se sentó en la roca como lo habı́a hecho Yeon-oh antes.
“Alegrı́a. Sié ntate tambié n.
“está bien.”
“Es como si no estuviera bien. Ven aquı́.”
Lo he recomendado dos veces, pero no puedo negarme. Cuando Yeon-
oh puso sus caderas en el borde de la roca, se levantó como si esperara
que esto sucediera. Luego apoyó mi rostro en mi hombro.
“Querı́a hacer esto”.
“¿Quié n ve?”
“nadie está aquı́. Solo yo y tu.”
“De ninguna manera… ”
“Porque no lo hay. Y no hay forma de que vaya a perder mi cuerpo ası́.
Bueno. He estado bebiendo Hwaju antes y me estoy mareando. Ası́ que
espera un minuto.
Pesaba solo una cabeza, pero pesaba má s de mil libras. Fue porque mi
corazó n estaba pesado. ¿Có mo me está s haciendo esto? Yeon-oh se
tragó las palabras que salieron de su garganta.
“Me olvidé .”
Un sonido subió por el hombro de Yeon-oh, quien sintió el peso y
controló su corazó n.
“Te dije que el primer dı́a que nos conocimos fue el banquete del Añ o
Nuevo Lunar”.
“Dios mı́o… ”
Parece que inconscientemente recordé la tercera reunió n cuando
descubrı́ que el prı́ncipe era de derecha Ye-shin, e inconscientemente lo
derramé . No me di cuenta porque era solo el sonido de sus pasos. Pero
Yeon-oh no se molestó en discutir sobre eso. Ahora no puedo olvidar
nada del prı́ncipe.
“En ese momento, todo era esté ril, pero ahora la primavera ha
descendido por todas partes”.
Cuando Yeon-oh no dijo nada, habló con voz lá nguida. Como decı́a, la
primavera lo ha impregnado todo. Solo el corazó n de Yeon-oh
permaneció en el invierno cuando nada podı́a brotar. Y no habı́a
primavera en este corazó n.
“Ha pasado una temporada desde que tú y yo nos conocimos, y pronto
llegará la pró xima temporada como si esperara”.
“… ”
“El tiempo pasa má s rá pido de lo que piensas. … Sı́, demasiado rá pido.
En poco tiempo, el prı́ncipe celebró su octavo cumpleañ os. Recibió el
sello del rey. El prı́ncipe, que crece dı́a a dı́a, estrangulará gradualmente
al prı́ncipe y lo pisoteará .
A medida que el prı́ncipe crecı́a y aumentaba el volumen de luz, la
sombra del prı́ncipe se acortaba gradualmente. Dije que no harı́a nada
que perdieras, pero se me acabó el tiempo. Cada vez que lo sentı́a, mi
corazó n se agitaba. No conoces esta mente.
“Cuando era joven, amaba bajo este sauce”.
No importa cuá les fueran los sentimientos de Yeon-oh, el tema que el
prı́ncipe sacó a relucir voló . Esta vez fue la infancia del padre.
“La sombra bloqueó el sol, y la madre que se sentó debajo de Ilsan me
leyó un libro. La suave brisa, el aroma de las lores que luyen y la voz
ronca. Todo estuvo bien.
La vida cotidiana que le fue arrebatada fue pacı́ ica, tranquila y cá lida.
El niñ o que habı́a estado bajo una primavera tan brillante fue
conducido a un frı́o invierno por el emperador en aras de su legitimidad
y por el monje por la absurda razó n de que le darı́a toda la gloria a su
hijo que se parecı́a a su propio hijo.
“Hubo un tiempo en que caı́ sobre las rodillas de mi madre y me metı́ en
las aguas negras… ”
La voz somnolienta se calmó gradualmente y luego se desvaneció . Yeon-
oh no podı́a moverse debido al peso de un hombro que lo sostenı́a, por
lo que solo lo miró y se volvió hacia un lado. Las pestañ as del padre
eran visibles. Los ojos estaban cerrados bajo las largas y ondulantes
pestañ as.
“majestad.”
Yeon-oh lo llamó con una voz má s baja que el sonido de su respiració n.
“… majestad.”
“… ”
“¿Está s durmiendo, mi señ or?”
Mi aliento se ha ido El padre no abrió los ojos. Yeon-oh no lo llamó má s.
Tal vez fue porque no querı́a que abriera los ojos. Yeon-oh solo sintió su
peso y miró hacia adelante. No podı́a pensar en nada bajo el peso. Yeon-
oh dejó que el tiempo luyera lenta y rá pidamente, capturando todo el
paisaje como pudo.
El viento sopló . El viento dejó caer una hoja sobre la cabeza del
prı́ncipe. Las hojas verdes eran extrañ as sobre su cabeza negra cubierta
de oro. Levantó la mano con cautela y sacudió las hojas, vacilante tocó
la mejilla del prı́ncipe. Piel, el toque de sus labios rozó sus dedos.
“… ”
Se puso caliente como si estuviera en llamas, ası́ que rá pidamente quité
mi mano. Yeon-oh, que puso los ojos en blanco consternado por lo que
habı́a hecho impulsivamente sin darse cuenta, inalmente cerró los ojos
como lo hizo el prı́ncipe. El viento primaveral era cá lido, por lo que la
nieve se volvió pesada.
Cerré los ojos, ası́ que le di una razó n.
9.
Cuando dormı́a profundamente, un cuchillo con intenció n asesina se
alojaba en la almohada o en la metalurgia que la cubrı́a. Como
resultado, habı́a dı́as en los que no podı́a dormir profundamente y
Yesin sufrı́a de insomnio.
Del mismo modo, nunca me he acostado con alguien a mi lado. No ha
sucedido desde el dı́a que me acosté con el Prı́ncipe Heredero y me dio
una almohada para el brazo temprano en la noche, no temprano en la
noche. De hecho, ese dı́a me quedé despierto toda la noche con los
nervios de punta, ingiendo estar dormido, por lo que es seguro decir
que Ye-shin nunca se habı́a quedado dormido con alguien a su lado, que
habı́a llegado a cierta edad.
“Era… ”
“¿majestad?”
Mientras Ye-shin, que estaba preocupado por sus pensamientos,
hablaba consigo mismo, Yoon Heegang, que estaba de pie junto a é l, lo
llamó .
“No es nada.”
Despué s de agitar las manos como si fuera a hacer algo, Ye-shin se
limpió las mejillas y los labios con sus largos dedos extendidos. La
sensació n que Hye Yeon-oh habı́a borrado era tan clara incluso despué s
de que habı́an pasado varios dı́as. Lo curioso es que luego se durmió en
esa incó moda posició n. En un lugar donde no puedo protegerme,
indefenso, sin ninguna ansiedad.
Por supuesto, no durmió mucho. El tiempo fue lo su icientemente corto
como para incluso tomar un sorbo de una taza de té . Sin embargo, Ye-
shin se sorprendió al saber que se quedó dormido apoyado en el
hombro de Hye Yeon-oh.
No es como si me estuviera sacudiendo despué s de haber decidido
tratar de sacudirme y olvidarme de los sentimientos residuales que he
acumulado a lo largo de los añ os. ¿Fue porque estaba obsesionado
conmigo mismo, que me trató con amabilidad? ¿O es porque el corazó n
en los ojos de Hye Yeon-oh se ha vuelto tan verdadero? Yesin era un
desconocido, por lo que lo evitó durante unos dı́as despué s de la iesta
de cumpleañ os del prı́ncipe.
Incluso si perteneciera a Cheomsabu, una institució n directamente bajo
Donggung, podrı́a poner cualquier cantidad de excusas para no
reunirse. Ası́ que Hye Yeon-oh estaba trabajando en mi o icina en
Cheomsabu estos dı́as. Yeshin ni siquiera miró la apariencia de entrar o
salir de la o icina durante varios dı́as.
Fue una ruptura unilateral. Si no hiciera esto, parecerı́a que mi mente
desordenada no estarı́a organizada, ası́ que la puse fuera de la vista,
pero fue en vano. Má s bien, recordaba má s y me importaba.
“Parece que tienes muchos pensamientos en estos dı́as”.
“Vale la pena en muchos sentidos”.
“Por supuesto que lo es, pero… ”
Cuando dejó de pensar en Hye Yeon-oh y se estremeció , Yoon Hee-kang
hizo una mueca de disgusto, pero lo aceptó a medias.
Obviamente, las cosas han estado mal en muchos sentidos estos dı́as.
Finalmente, el prı́ncipe recibió el tı́tulo real y se desempeñ ó como rey
de Wonchin. Recibir la corona real a la edad de ocho añ os no es nada
especial, pero el problema era que el bongho recibido era solo un
personaje de la sangre del emperador.
Siguiendo el bongho del prı́ncipe, no fue su iciente dejar que el jardı́n
secreto fuera libre, sino tambié n al rey. En este punto, por lo general no
es particularmente favorecido, por lo que incluso aquellos que no han
participado en la monarquı́a comienzan a notarlo. Era una situació n
desfavorable para el padre.
Si no fuera por la buena noticia de que los sentimientos de la gente por
el Prı́ncipe Heredero mejoraron al aniquilar los enjambres de piratas y
abrir un burdel para las vı́ctimas, Yeshin se habrı́a puesto en una
situació n má s desfavorable.
“¿Qué pasa con la lluvia?”
Ademá s, la salud del Prı́ncipe Heredero estos dı́as era muy mala.
“No hubo ningú n problema con nada de lo que le propuse al Prı́ncipe
Heredero”.
Al principio, pensé que era una enfermedad leve y la transmitı́, pero a
medida que aumentaba la duració n de la enfermedad, por supuesto,
comencé a sospechar. Estaba tratando de ocultar el hecho de que
comencé a menstruar alrededor del Añ o Nuevo Lunar, en caso de que
esto sucediera. Todo salió mal porque accidentalmente me subı́ a una
cometa.
“No hay nada que pueda hacer má s que decirle a Sanggung Woo que
tenga má s cuidado”.
El Prı́ncipe Heredero con iaba en los prı́ncipes del Palacio Donggung. Al
menos eso es lo que Yesin pensó que era, pero no sé dó nde se pudo
haber creado otra brecha.
“Entre la familia real, aquellos con circunstancias complicadas, como
problemas familiares, fueron mordidos por el Prı́ncipe Heredero”.
“Voy a.”
Aunque es doloroso, no es su iciente para ser visto por la corte real.
Ademá s, solo le da al Prı́ncipe Heredero una justi icació n para dejarlo ir
cuando demuestra que ha estado enfermo durante mucho tiempo.
Ademá s, Ye-shin no podı́a creer la decocció n dada por la corte real. El
palacio era donde vivı́a, pero no podı́a creer en nada en el palacio, ni
siquiera para poder vivir.
“Es difı́cil tener una suegra fea bajo la lluvia”.
“El Prı́ncipe Heredero nunca pensarı́a eso”.
“Porque es tan inocente”.
Al crecer con el amor perfecto de sus padres y hermanos, el Prı́ncipe
Heredero vio todo hermoso en el mundo. Sabı́a vagamente que el
prı́ncipe estaba siendo empujado aquı́, pero no conocı́a los detalles.
Debe ser porque el pensamiento de qué tipo de padre llevarı́a a su hijo
a la muerte estaba irmemente arraigado en su mente. Yesin no se
atrevió a romper la inocencia de la Princesa Heredera. Ya sea que el
Prı́ncipe Heredero sepa la realidad o no, no hay un gran cambio, por lo
que no habı́a necesidad de hacerlo, y probablemente sea porque al
menos uno de ellos querı́a ver el hermoso mundo y tener esperanza.
Bastaba con vivir en el barro y vivir una vida en la que nadie creı́a.
Sin embargo, aparte de ese tipo de corazó n, é l era una persona sin
necesidad, por lo que aunque se la consideraba una hermana, no tocó
profundamente su corazó n. La respetaré por el resto de mi vida, pero
yesin nunca se enamorará de ella.
Como no crecı́ siendo amado, probablemente me atrajera la princesa
centelleante que recibió un amor in inito, pero no fue ası́. Má s bien,
Yesin se sintió atraı́da por alguien que se parecı́a a mı́. Parece inocente,
pero le falta todo.
Como Hye Yeon-oh…
“Hee-kang, creo que estoy loco”.
“qué .”
Ye-shin sonrió y se regañ ó a sı́ mismo.
“Fue solo cuando estuve cuerdo que yo… ”
¿Có mo puedes seguir pensando ası́ en Hye Yeon-oh? Yeshin sacudió la
cabeza con nerviosismo.
Todo esto ha sido ası́ desde que me quedé dormido apoyado en el
hombro de Hye Yeon-oh. Los restos que seguı́an siendo pisoteados,
recordados, preocupados, tratando de cortar, o que pensé que habı́an
sido cortados, brotaron de nuevo. No, ese dı́a no importa. Ser golpeado
con un arco para é l fue un problema, y el momento en que dijo que no
querı́a que me lastimara tambié n fue un problema.
Todo fue un problema desde el dı́a que sentı́ curiosidad, queriendo
tener a Hye Yeon-oh a mi lado sin necesidad de nada. No podı́a tener a
Hye Yeon-oh, que tenı́a una historia de vida similar a la mı́a, a mi lado.
Me arrepentı́
“¿Por qué ?”
Era raro ver a Yeshin incapaz de recuperar la compostura. Era algo que
nunca habı́a visto, ni siquiera Yoon Heegang, que pasaba la mayor parte
del tiempo juntos excepto cuando se iba a la cama.
“… No nada.”
“¿Sabı́as que los dı́as de no contestar nada estos dı́as se han vuelto má s
frecuentes?”
“¿Hice?”
“Jaseong tambié n me preguntó . Me pregunto si algo le ha pasado a tu
vida.”
“En serio, tambié n. Deberı́as haberme preguntado, pero preguntarte a
ti, que ni se da cuenta”.
“… Incluso si le preguntas, no te dará una respuesta de todos modos”.
p g , p
Era natural ¿A quié n le dijiste que tienes la mente desordenada por
culpa de Hye Yeon-oh? Yoon Heegang no lo entenderá y Lee Shin-woo
mostrará su hostilidad hacia Hye Yeon-oh junto con su corazó n.
Lee Shin-woo, quien fue descuidado por su familia por ser el segundo
hijo aunque no lo expresó , estaba desilusionado con el sistema actual y
no le gustaban los seres que podı́an triunfar en la familia sin mucho
esfuerzo por ser el mayor. Hijo. Ademá s, dado que Hee Yeon-oh es el
hijo de Jeong-eun, Lee Shin-woo, quien me tenı́a una lealtad ciega, no
era algo que le pudiera gustar. Habı́a un lado cı́nico debajo de su sonrisa
amistosa, llamá ndolo primo.
“Es un problema que tienes que abordar por tu cuenta. Ası́ que no te
preocupes má s por eso”.
“¿Tiene algo que ver con el servicio postal?”
“Porque no me importa”.
“Pregunto esto porque parece que está s evitando el servicio postal en
estos dı́as”.
Si incluso Yoon Heegang, que no se da cuenta, se da cuenta, Hye Yeon-
oh, que es ingeniosa, tambié n sentirá que Ye-shin la está alejando. Aú n
ası́, no hay nada que decir porque no hay nada que decir. ¿Có mo puedo
sacar las palabras? Hye Yeon-oh ni siquiera podı́a preguntar por qué
estaba lejos de ella. Si tuvié ramos que considerar las posiciones de los
demá s, era extrañ o que Yesin los mantuviera cerca el uno del otro en
primer lugar.
“No digas cosas inú tiles. ¿Pasas por el Palacio Yeongsugung estos dı́as?”
Yesin no tenı́a intenció n de mostrar este corazó n, que aú n no podı́a
descifrar, a nadie. Entonces, moderadamente, Yoon Hee-kang hizo una
pregunta difı́cil.
“… ¿Está s hablando de eso?
“Es una pregunta curiosa. Tengo curiosidad.”
“Si veo a la emperatriz viuda sola, llamaré la atenció n”.
“En primer lugar, Jokan, ¿cuá l es el problema?”
“… Y es incó modo.
“Esa es la verdadera intenció n”.
La emperatriz viuda, que tuvo que enviar a un niñ o de dos añ os
disfrazado de hijo de su hermano para salvar incluso a una suegra, está
ansiosa por ver al hijo mayor. Sabiendo que fue la madre bioló gica
quien me dio a luz, lo acepté , pero eso fue solo eso. Dado que nacı́ y vivı́
toda mi vida excepto este añ o, no como un parque de diversiones, sino
como Yoon Hee-kang, probablemente sea natural.
“Oh, recibı́ una llamada de la sombra plantada en Hanam”.
“Realmente vas a hablar, ası́ que te contactaré de todos modos. ¿Qué , es
urgente?
Me dijeron que no lo contactara a menos que fuera muy urgente, ası́
que tenı́a curiosidad por saber qué tan urgente era. Es un peó n que ha
sido elaborado minuciosamente. Para engañ ar al enemigo, tambié n
debes engañ ar a los aliados. Aquellos que sabı́an de su existencia se
limitaban a Yeshin y Yun Heegang. Incluso Lee Shin-woo no lo sabı́a.
Para usarlo cuando es crucial, ni siquiera lo busqué a menos que fuera
algo serio.
Aquı́ está la carta.
“Tenı́a ojos oscuros, por lo que debe haberlo aprendido en Hanambu”.
Incluso si era demasiado inteligente y perfecto, era probable que
sospechara del monje, por lo que fue elegido como alguien que no se
desbordaba con moderació n. Yesin tampoco tuvo quejas porque era
có modo. No, fue má s bien bienvenido.
Yesin abrió la carta sellada. La letra no era tan elegante como la del que
apenas lee las lı́neas, pero no deberı́a ser un problema para leer.
Despué s de leerlo completamente, Yesin no lo leyó por segunda vez y
vivió en armonı́a.
“¿Qué tengo que hacer?”
“Realmente no importa qué decisió n tomes, ası́ que diles que hagan lo
que quieran”.
“Está bien.”
“Pero le dije que no le diera tanto como quisiera. Porque parece tener
talento para sacudir sutilmente los corazones de las personas”.
“Voy a.”
“Pasemos por el Palacio Yeongsugung, donde nos han dicho
nuevamente. Se ha dicho que ha sido un tema candente en estos dı́as
desde que lo trajeron de un barco mercante de Hwarasa, pero serı́a
mejor si compras algo allı́ y te lo dan”.
“imagen… Majestad.”
Yoon Hee-kang, que respondı́a dó cilmente, gritó .
“Ya no aguanto má s”.
“… Han pasado má s de cinco añ os desde que estuve con Su Majestad.”
“¿Eso ya sucedió ?”
Vivı́a tan ferozmente todos los dı́as que ni siquiera sabı́a que habı́a
pasado el tiempo.
“Creo que me tomó un añ o abrirte mi corazó n”.
Fue una é poca en la que yo era má s alto de lo que soy ahora. Una é poca
en la que no podı́a ocultar mis sentimientos tan bien como lo hago
ahora, sin importar cuá nto los ocultara. Yoon Heegang, a quien conocı́
en ese momento, no me era familiar y era un tema de precaució n.
“Pero en solo unos meses, ¿qué diablos me ha hecho?”.
Incluso Yoon Heegang tardó un añ o en lograr que Ye-shin se abriera,
pero qué diablos es Hyeyeon-oh, por lo que en menos de cuatro meses,
se cuela en un rincó n del corazó n de Ye-shin y sigue estropeá ndolo. ¿su
mente? Yeshin se secó la cara con las manos. Su rostro curvilı́neo fue
barrido hacia la palma de su mano, pero la confusió n aú n no se habı́a
disipado.
“… ¿Santa Taesa?
Para borrar la confusió n, Ye-shin se separó y tuvo otro pensamiento.
Yoon Hee-kang no albergó ninguna duda y respondió dó cilmente.
“Jaseong visita a menudo a Tae-sa, ¿habrá alguna noticia pronto?”
“okey.”
Taesa Seong Jae-yeol, quien dijo que no pisarı́a ningú n otro camino,
estaba muy descontento con el prı́ncipe inmaduro, y tambié n con el
emperador, que empuñ ó al prı́ncipe y sacudió los cimientos de la
familia imperial.
Aun ası́, si lo llevas al Palacio Donggung, que no está de pie en ninguno
de los lados, y lo observas, incluso aquellos que admiran su virtud y lo
siguen eventualmente agregará n fuerza a Yesin. Sung Jae-yeol era
necesario incluso para el trono de Yesin.
Solo trato de aferrarme a lo que originalmente era mı́o, pero es muy
difı́cil. Hay que abastecerse, comprobarlo y estar preparado para
cualquier imprevisto. Ademá s, no se perdonó , pero de todos modos,
tenı́a que pensar en pisotear a un ser que era sangre y sangre. De lo
contrario, la persona que serı́a pisoteada y arrojada serı́a Yeshin.
Yesin pensó en la madre fallecida en sus brazos. Esa voz delgada que
vivió tanto como tú , el afecto lamentable que solo pensaba en Yesin
mientras derramaba sangre. Esas sonrisas tristes, esas lá grimas…
Lo que inmediatamente me vino a la mente fue el rostro de la
emperatriz, que habı́a dado a luz a dos niñ os despué s de tomar el
puesto de reina, y el monje que sonreı́a con con ianza detrá s de ella. Esa
sonrisa que decı́a que tú tambié n lo harı́as, como si fueras a gritar.
Dios mı́o. Ni siquiera puedo cerrar los ojos de este odio,
No quiero que pierdas má s.
Cuando pienso en el rostro de Hye Yeon-oh, me encuentro con ganas de
cerrar los ojos.
“Heegang”.
“Dime.”
“Escuché que pronto hará s algo interesante en Cheongrim bajo el
liderazgo de Baek Yeon Lee Jungwoo”.
“… No es divertido, pero está ahı́ de todos modos”.
Yoon Heegang frunció el ceñ o. A Hee-kang Yoon no le gustaba mucho ir
a Cheongrim porque odiaba ese lugar. Solo asistı́ porque era mi deber.
Ye-shin lo miró con la sonrisa que suele hacer cuando planea algo. Yoon
Heegang se reclinó hacia atrá s con una expresió n cautelosa en su
rostro.
“Estoy tratando de hacer algo”.
“A qué hora.”
“Bien.”
Por alguna razó n, no pude encontrar una respuesta adecuada para
nombrarlo.
“Parece un dı́a divertido”.
Para hacer mi odio un poco má s fuerte, para endurecer este corazó n, tal
vez…
“No creo que sea divertido”.
Podrı́a haber sido algú n tipo de excusa para mirar la cara de la que
estaba rehuyendo al menos una vez. Yoon Heegang inclinó la cabeza
ante las palabras desconocidas.
“Por cierto, Hee-kang”.
“Sı́.”
“Quiero dormir.”
“¿Está s cansado? Si es ası́, puedes beberlo en las aguas residuales,
aunque sea por un momento”.
Yoon Heegang conocı́a a Ye-shin, quien apenas podı́a dormir
profundamente debido a la amenaza de asesinato. Entonces, cuando
Yesin dijo que querı́a dormir, traté de empujarlo a la habitació n. Pero a
pesar de que estaba tan cansada, no podı́a dormir. Si me apoyo en ese
hombro y cierro los ojos, ¿podré volver a dormirme? Sin pensar en
nada. O olvidar ese odio del que no podı́as alejarte.
“Quiero dormir… ”
Sin responder a las palabras de Heegang, repitió sus palabras como un
loro y se cubrió la cara con las manos. Ye-shin, que habı́a enterrado su
rostro con ambas manos, levantó su rostro despué s de un rato. Le
limpiaron la cara, que estaba mojada por el agotamiento.
*
Lo má s comentado en el archipié lago reciente fue, con mucho, el barco
mercante que llegó de Hwarasa. Incluso si solo habı́a tres o dos
personas reunidas, la conversació n estaba ocupada con la historia.
Incluso el Palacio Imperial estaba repleto de barcos mercantes de
Hwarasa. Era un rumor que el emperador estaba muy complacido y
agradeció sus verdaderos bienes.
Incluso en medio de todo el alboroto, Yeon-oh no prestó mucha
atenció n. Pero a pesar de que no estaba interesado, tenı́a boca para
pedir noticias, por lo que no tuvo má s remedio que conocer los detalles.
“¡Confucio!”
“okey.”
“Tambié n hay perlas muy grandes. Es un color rosa claro, ¿no es bonito?
Jin-ah murmuró con una cara sonrojada. Era uno de estos traı́dos del
cargador. Jina querı́a dejarlo ahı́, pero parecı́a que la siguió al organizar
este evento. Tan pronto como llegó , Jin-ah se enteró de la muerte de la
niñ era, y despué s de llorar a carcajadas estos dı́as, se ha ido
recuperando.
“Sı́, debe ser bonito”.
“Tu respuesta es demasiado grosera. Confucio.”
El problema es que soy demasiado ené rgico. Jin-ah era la ú nica que
estaba realmente triste por la muerte de la niñ era, por lo que pudo
haber sido porque la habı́a soltado de forma moderada, pero Yeon-oh
no se lo tomó en serio.
Este es el niñ o al que la niñ era le tenı́a mucho cariñ o. Cuando lo dejé ,
me arrepentı́, y cuando pregunté si deberı́a traerlo porque me
arrepiento, mostré que realmente me importaba el sistema, diciendo
que no serı́a adecuado para Jin-ah. Ira Yeon-oh, que estaba tan feliz,
tambié n fue un poco má s generoso con este niñ o.
“Sı́, será muy bonito. ¿Estas bien?”
“Sı́. Confucio. Ha sido.”
Se llevó la boca a la oreja y sonrió . Al inal, Yeon-oh se rió de la sonrisa
que no era odiosa.
“Ahora está s sonriendo”.
Jin-ah, que miraba a Yeon-oh, que sonreı́a levemente, habló de repente.
“No te has reı́do en todo este tiempo.”
“¿Hice?”
“Sı́. Eso fue todo. Hubo momentos en que mis cejas se pusieron ası́”.
Jin-ah levantó las manos y bajó las cejas. Se convirtió en un grito Dijo
que hizo ese tipo de cara. Me miré en el espejo con sorpresa, pero no
era muy diferente de lo habitual.
“¿No hay nada má s?”
“Ahora no, pero en ese momento, parecı́as triste”.
Jin-ah, que aú n levantaba las cejas con las manos, tenı́a una expresió n
seria en su rostro. Yeon-oh me tocó la cara. Tenı́a una cara ası́, una cara
triste como esa. Sin siquiera darme cuenta.
“¿Pensaste en tu niñ era?”
Yeon-oh no pudo evitar sonreı́r amargamente ante la suposició n.
Durante los ú ltimos dı́as, Yeon-oh no ha pensado en la niñ era. Hubo
momentos en que lo recordé y fue doloroso, pero fue solo por un corto
tiempo. Lo que hizo que Yeon-oh se viera ası́ fue otra cosa. No habı́a
nada que hacer. Fue por el padre.
No puedo seguir el ritmo de mi padre en absoluto. Fueron amigos
durante unos dı́as, luego se fueron unos dı́as má s. En estos dı́as, el
prı́ncipe no mostró su rostro, ni siquiera su nariz. Era lo mismo hoy. No
pude ver al prı́ncipe hasta justo antes de salir del palacio. Todo se
transmitió a travé s de Lee Shin-woo.
Era triste, pero no podı́a expresarlo, ası́ que me lo tragué . Si se
mantenı́a alejado, Yeon-oh tenı́a que aceptarlo. En primer lugar, era
absurdo que é l fuera amable con Yeon-oh.
Pero ademá s de aceptarlo, surgió el resentimiento. Si fuera para
hacerme sentir ası́, desde el principio, en lugar de saludar o hacer
ruidos, lo tratarı́a con calma, jaja.
Si ese hubiera sido el caso, Yeon-oh no habrı́a sentido ninguna emoció n
como amor, tristeza o sufrimiento, incluso si hubiera subido a la palma
de la mano de su padre y hubiera vivido una vida sin una sola voluntad.
Debe haber tenido una vida tan infeliz como la que tiene ahora, pero al
menos debe haber estado tan có modo como ahora.
Por supuesto, el resentimiento fue má s fugaz que el viento que pasa.
Estaba agradecido con el prı́ncipe que me hizo consciente de estos
sentimientos y con el prı́ncipe que dio sentido a una vida sin sentido.
Ademá s, el resentimiento frente al corazó n de amor era una emoció n
que no serı́a extrañ a aunque se dispersara en cualquier momento.
“Confucio, deberı́as estar listo para irte ahora”.
“Deberı́a ser.”
“¿No te gusta?”
“Pareces feliz de preguntar eso”.
“Me pregunto. ¿Me llevará s a mı́ tambié n?
Jungwoo Lee hizo algo inú til. Para ser precisos, algunos de los
Cheongrims que van bien con Lee Jungwoo.
No sé dó nde o qué escuché al respecto, pero en Hwarasa, la gente dice
que usa má scaras para disfrutar de los banquetes, por lo que se habló
de imitarlo. Es gracioso. Despué s de todo, solo hay siete herederos para
participar en Cheonglim, incluidos los herederos de la familia Tae, de
quienes se dice que se mudaron a Tokio hace unos dı́as.
Yeon-oh trató de protestar, pero cuando se enteró , habı́a hecho algunos
progresos. Tenı́a miedo de asistir, pero Yeon-oh planeaba hacerse cargo
de Cheongrim en lugar de Lee Jungwoo, por lo que no pudo. Yeon-oh
tuvo que asistir al banquete innumerables veces.
“Me gusta tanto que pensé que podrı́a llevá rmelo”.
“Señ or… ”
Se dice que el banquete de hoy realizado en una casa que pertenece a
Seocheonbu, no a Seocheonbu, estuvo decorado con artı́culos de
Hwarasa. Tan pronto como le hizo una broma a Jin-ah, que estaba
ansiosa por verla, inmediatamente tuvo una expresió n de llanto en su
rostro.
“No serı́a divertido si fué ramos”.
“Sin embargo.”
Jin-ah no pudo ocultar sus expectativas y sacudió su cuerpo.
“Si vas, tienes que estar callado”.
“¡Vendrá !”
Cuando el permiso salió de la boca de Yeon-oh, Jin-ah se movió
rá pidamente. Sacó la má scara de Hwarasa que habı́a preparado de
antemano y la trajo consigo, y preparó la ropa que usarı́a. Yeon-oh
sonrió amargamente mientras observaba al niñ o de 10 añ os moverse
sin esfuerzo.
Las personas traı́das de Hanam no son tan signi icativas como una
niñ era, por lo que fueron traı́das despué s de calcular que incluso si se
mantuvieran cerca, el monje no se verı́a afectado, pero se desconoce la
verdad.
El niñ o al que Yeon-oh estaba cerca tampoco sabı́a cuá ndo perderı́a la
vida. El padre estaba en una categorı́a que no podı́a haberse atrevido a
prever.
Incluso sabiendo esto, Yeon-oh estaba cerca de ese niñ o. Como era la
niñ a a la que amaba la niñ era, no me puso difı́cil. Pero aun ası́, no tiene
ningú n signi icado especial, ası́ que incluso si cambio mi nombre, no
creo que me duela el corazó n. No pude evitar sentirme amargado
mientras sonreı́a casualmente, sin darme cuenta de este corazó n sin
corazó n.
Yeon-oh ocultó su rostro con una má scara para ocultar su corazó n.
Las ropas negras, que no se usan habitualmente, estaban bordadas con
hilo de oro y eran preciosas. Las má scaras en sus rostros eran tan
hermosas como ellas, por lo que armonizaban sin torpeza. En el
traqueteo del carruaje, Jin-ah movı́a los pies con el rostro lleno de
emoció n, y Haseong tenı́a un rostro que no era muy diferente al
habitual.
‘Estaré aquı́.’
Hace dos dı́as, Haseong lo dijo. Estaré aquı́. Incluso la respuesta que se
habı́a demorado unos dı́as fue grosera y sin sentido. Pero Yeon-oh fue
una respuesta comprensible. Aquı́, frente a Yeon-oh. Signi icaba que se
aisları́a de los monjes y se pararı́a a la sombra de Yeon-oh.
‘Aú n ası́, no seas demasiado duro. Puedes derramar cualquier cosa
excepto lo que te dije que mantuvieras la boca cerrada.
Si Haseong corta la cuerda en contacto con el monje de inmediato,
incluso la persona má s ignorante lo sabrá . Por no hablar de la victoria.
Podrı́a soportar tener mis manos y pies atados hasta cierto punto. Só lo
tendrı́an que pasar cosas importantes si no se notaban.
De todos modos, justo despué s de que Haseong expresara sus
intenciones, Yeon-oh mantuvo una distancia razonable. Tambié n le dijo
a Haseong que no pretendiera ser amigable y que simplemente viviera
como ahora.
“Quiero decir, en Hwarasa, la gente disfruta de los banquetes usando
estas cosas”.
Como todavı́a estaba en el carruaje, dio unas palmaditas en la má scara
que se habı́a quitado y dijo involuntariamente.
“Confucio, ¿no tienes tanta curiosidad?”
“Es increı́ble chatear con extrañ os y construir amistades”.
Yeon-oh, que habı́a respondido como si me fuera imposible imaginarlo,
mantuvo la boca cerrada. Fue un caso muy excepcional para Yeon-oh,
pero en in, fue porque recordó que el prı́ncipe habı́a hecho amigos
cuando ocultó su identidad.
Extrañ é el momento en que dije que solo era Yeshin y que eso era todo
lo que tenı́a. Realmente, hubiera sido mejor si fuera alguien que no
tuviera nada má s que el nombre de Yesin.
Yeon-oh, que tenı́a un pensamiento que no era propio de mı́, apretó los
labios y sonrió , luego se puso la má scara que sostenı́a en la mano al oı́r
el sonido de la rueda detenié ndose.
Cuando me puse la má scara, mi visió n se estrechó . Teniendo problemas
para salir del carruaje, Haseong se acercó para apoyarlo. Yeon-oh, quien
tomó la mano, entró en Yutaek sin dudarlo.
No era mentira decir que decorarı́a solo con cosas de Hwarasa. Coral de
un color que no se ve fá cilmente ni adornos. No tenı́a nada que ver con
el lujo. Parecı́a como si estuvieran tratando de mostrar la riqueza de
Seocheonbu.
Es un hecho claro que la riqueza de Seocheon no es tan grande como la
de Hanam, por lo que Yeono los dejó atrá s con una cara hosca y se
mudó al lugar donde se llevó a cabo el banquete de hoy. Se escuchó la
risa de los niñ os.
El gemelo del Prı́ncipe Heredero, So Kang-ha de Soga Hebei, no podrı́a
haber tenido una risa tan juvenil. Si eres un niñ o, deberı́a ser un sama-
gyeong, pero ¿por qué hay mú ltiples sonidos?
Cuando Yeon-oh fue con un corazó n lleno de esperanza, junto a lo que
parecı́a ser Sima-gyeong, un niñ o de la misma edad llevaba una
má scara y sonreı́a alegremente. No habı́a nada de qué preguntarse.
Prı́ncipe, no, ahora que ha recibido la corona real, serı́a má s correcto
llamarlo Rey Wonchin.
“¿Está s aquı́?”
Si vas a decir tu nombre tan pronto como lo veas, ¿por qué diablos
pediste usar una má scara? ¿Era solo que necesitaba una excusa para
entretenerme y la traje y me la puse? Yeon-oh se sentó en su asiento, en
silencio, en silencio con Lee Jungwoo, quien ingió conocerlo. El rey
Wonchin, que estaba jugando con Sima-kyung, vio esto y echó a correr.
“¿Có mo has llegado hasta aquı́?”
“Kyung está haciendo algo interesante hoy, ası́ que le pedı́ que se fuera
del palacio”.
“¿Su Majestad le dio permiso? Rey.”
“Por supuesto. ¡Abba Mama lo permitió ! ¿Pero có mo supiste que era yo?
¡No dije nada!”
“Pareces saber incluso si no me lo dices… ”
No hay otra persona que Sima Kyung pueda traer a este lugar que no
sea el Rey Wonchin. Omitiendo ese punto y abreviando, a la niñ a le
gustó , diciendo que parecı́a estar interesada en mı́.
No vine aquı́ con la intenció n de disfrutarlo de todos modos, pero Yeon-
oh, ya cansado de esta composició n, trató de tocar su sien, pero bajó la
mano al sentir la má scara en su mano. Incluso los bailarines en el
medio bailaban revoloteando con má scaras que parecı́an haber sido
preparadas por Lee Jungwoo.
“Ala derecha.”
Sin embargo, cuando vio a Yoon Heegang, quien es considerado el má s
cercano entre ellos, Yeon-oh ingió conocerlo sin siquiera mirarlo.
Aunque no puede reconocer el rostro debajo de la má scara, Yeon-oh
estaba convencido de que era Yoon Heegang. De los siete herederos, los
dos jó venes quedaron fuera de la discusió n, y los otros dos que se
fueron con Lee Jungwoo tambié n fueron eliminados, dejando solo a
Yoon Heegang. Solo entonces tuvo realmente sentido usar una má scara.
“¿Para qué está s bebiendo?”
Yoon Heegang, a quien Yeon-oh habı́a visto hasta ahora, no estaba muy
cerca del alcohol. Tuve que mirarlo para ver cuá ntas veces lo habı́a
visto. Era extrañ o que estuviera bebiendo su bebida solo.
“… ¿Ala derecha?”
Ponié ndose una má scara y tapá ndose la cara, no devolvió una
respuesta. Solo estaba mirando a Yeon-oh.
“Incluso si ya está s borracho… ”
“¡Fuera de!”
El rey Wonchin abrazó a Yeon-oh con fuerza. Yeon-oh dirigió su mirada
al Rey Wonchin.
“Rey. No te llevas bien con Confucio Sima… ”
“Me gusta quedarme afuera”.
La boca sonriente de Bashsi era inocente. Fue triste ver a un niñ o ası́.
Independientemente de sus gustos o disgustos por el Rey Wonchin, de
todos modos era sangre y sangre. Nunca supe que el niñ o sonreı́a frente
a mı́, pero Yeon-oh ahora estaba tomando medidas para lotar en esta
Isla In ierno.
Incluso si el Prı́ncipe Heredero es coronado de manera segura, no
permitirá que su medio hermano, quien fue mi rival má s intimidante, se
quede quieto. ¿Qué le cree a su hermano menor, que tiene a Hanam a
sus espaldas, y trata de recordar el vı́nculo de sangre y carne para
salvarlo?
Al principio, de acuerdo con la ley, será n enviados a un feudo en las
afueras y, al inal, enviará n medicamentos poco despué s. La elecció n de
Yeon-oh garantizó el sacri icio de alguien como este.
Ese sacri icio era sangre y carne, y tambié n era yo mismo. Eso es lo que
elegı́, ası́ que no hay nada de qué enojarse, pero esa niñ a será
arrebatada sin siquiera comprender lo que podrı́a haber tenido debido
a su traició n impredecible.
Yeon-oh no se arrepiente ni duda en el paso de Didi, pero aun ası́ fue
difı́cil. Aparte de no tener mucho cariñ o por la sangre y la carne, era
solo un rincó n de mi corazó n.
“¿Es eso ası́?”
Al ver a mi sobrino sonreı́rle a la persona que me llevarı́a a la muerte,
Yeon-oh sonrió levemente.
“Sı́. ¡A Kyungi tambié n le gusta quedarse afuera!”.
“¿Eres Sima Confucio?”
“Sı́. Creo que la letrina es bonita.
Frunció el ceñ o ante la palabra “bonita” y al mismo tiempo estalló una
pequeñ a risa. Cuando giró la cabeza, Yoon Hee-kang se aclaró la
garganta, hmm, hmm, luego agregó un trago al vaso vacı́o. Seguramente,
Yoon Hee-kang hoy actuó de manera increı́ble. Yeon-oh lo miró con ojos
delgados, suspiró y le dijo con irmeza al Rey Wonchin.
“… Para un hombre, esa palabra es una falta de respeto. Rey.”
“Bonito es algo bueno. ¿Por qué eres irrespetuoso?
“Si escuchas al rey, lo sabrá s”.
“Mami dice que soy bonita y me lo dice a menudo”.
“… Tiene un signi icado diferente a ese. Rey.”
Era difı́cil de entender para un niñ o de ocho añ os. Má s bien, si los otros
confucianos en Cheonglim hubieran hecho eso, habrı́an respondido con
frialdad, pero solo habı́a ocho oponentes y, ademá s, era el Prı́ncipe.
“Serı́a mejor simplemente aceptar esto. Yeon-oh”.
“Yo tambien estoy de acuerdo. Prı́ncipe Hye”.
Jungwoo Lee y otra persona enmascarada ayudaron.
“No sé por qué tengo que usar una má scara en un banquete porque
todos hablan de mi identidad. ¿Qué tal si te quitas la má scara y te
diviertes?
En lugar de ser barrido por é l, Yeon-oh dio un aguijó n. La risa estalló
desde atrá s otra vez, pero esta vez no miró hacia atrá s.
“Es mi propio entretenimiento, ¿por qué ? De todos modos, ven aquı́ y
verá s. Vino de Hwarasa”.
Habló há bilmente. Viniendo a verte, Yeon-oh se movió con una cara
hosca. El rey Wonchin y Sima-gyeong tambié n los siguieron.
“Lee Pyong tambié n vino, ¿pero? Incluso si no te gustan los lugares
como este, te sientes muy solo estos dı́as”.
No sé qué era, pero Lee Jungwoo querı́a mostrarlo, ası́ que sonrió e
incluso llamó a Yoon Heegang, que estaba bebiendo solo. No habı́a
hablado antes, ası́ que pensó que serı́a lo mismo esta vez tambié n.
“só lo… ”
“… ”
“Hoy quiero estar solo en la soledad”.
Dejó de caminar. El rey Wonchin y Sima-kyung, que los habı́an estado
siguiendo, se golpearon la frente detrá s de la espalda de Yeon-oh, que
de repente se detuvo y murmuró , diciendo que era doloroso. Yeon-oh
volvió los ojos hacia atrá s sin pensar en cuidarlos.
Miró a Yeon-oh a los ojos como esperado o inesperado.
Có mo está s
Yeon-oh querı́a hacer esa pregunta si las circunstancias lo permitı́an.
¿Por qué está s aquı́? Fingiendo ser Yoon Hee-kang, ¿por qué está s aquı́?
Pero no pude. Optó por mantener la boca cerrada y permanecer en
silencio.
“Siempre está s solo en la soledad”.
Yeon-oh parecı́a ser el ú nico que conocı́a su identidad. Lee Jungwoo no
pareció sentirse extrañ o en absoluto cuando escuchó su voz. Lo mismo
sucedió con su medio hermano, el Rey Wonchin.
A primera vista, el prı́ncipe y Yoon Heegang, cuyos rostros se parecı́an
lo su iciente como para mirar hacia atrá s, a veces sentı́an que incluso
sus voces eran similares. Aú n ası́, es un poco diferente, pero
probablemente esté usando una má scara, y todos, naturalmente,
piensan que es Yoon Hee-kang, por lo que no pensó que fuera extrañ o.
Si Yeon-oh no hubiera tenido sentimientos especiales por el prı́ncipe y
no hubiera sido particularmente sensible, habrı́a pasado sin mucha
preocupació n.
“De todos modos, Lee Pyung dice que quiere dedicarse a la soledad.
“… ası́ no.”
Incapaz de pretender conocer al prı́ncipe, Yeon-oh escondió su mente
desconcertada y respondió a la llamada de Lee Jungwoo.
“Mira este.”
“¡Wow!”
“Tı́o, hay una muñ eca dentro de la muñ eca”.
“¿Correcto?”
Las muñ ecas hechas de plata fundida y adornadas con joyas de colores
eran muy esplé ndidas. Ademá s, cuando lo abres, sale otro, y sale otro,
entonces los ojos de los dos niñ os, que nunca habı́an visto algo ası́, se
abrieron, y de inmediato se juntaron y exclamaron.
“Yeon-oh, ¿no tienes curiosidad?”
Cuando Yeon-oh no mostró una reacció n especial en comparació n con
los niñ os que estaban ocupados exclamando, Lee Jungwoo preguntó
con una mirada de decepció n. No habı́a nada particularmente extrañ o
en ello, pero no era hasta el punto de ser franco. Sin embargo, los
nervios de Yeon-oh estaban centrados en el prı́ncipe que pretendı́a ser
Yoon Heegang, por lo que no habı́a lugar para el interé s.
“Es asombroso. Salvaste algo precioso.
Si no respondo, estoy seguro de que estaré molesto todo el tiempo, ası́
que Yeon-oh respondió imprudentemente. Pero todos los nervios hacı́a
tiempo que habı́an regresado. Lee Jungwoo, sin saberlo, hizo campañ a
por é l, diciendo que habı́a trabajado muy duro para salvarlo.
“Ah, estoy borracho por un tiempo… ”
Empujando a Yeon-oh a la confusió n, el prı́ncipe dejó su bebida y salió .
“He estado bebiendo solo desde entonces. Ve al patrocinio y toma un
poco de aire”.
“Lo sé . Vamos, Confucio Yun”.
Lee Jungwoo y Jeong Hyo-wan, que no se atrevieron a aferrarse a los
pasos del prı́ncipe, lo despidieron sin cuidado. Yeon-oh
inmediatamente siguió y captó los pasos que casi captó , pero despué s
de escuchar sus sospechas posteriores, apenas los captó .
“Pero no creo que Lee Pyung le quede muy bien hoy. Parece haber
empeorado”.
“… ¿No es ası́ como es el partido de derecha?”
Es poco probable, pero Yeon-oh respondió sin darse cuenta, temiendo
que la chispa de sospecha se encendiera en la mente de los demá s. Me
mordı́ los dientes para ver si habı́a alguna irritació n, pero nadie notó la
extrañ eza.
“Es duro.”
“Por cierto, hermano, ¿có mo conseguiste esto? Escuché que te costó
mucho encontrarlo.
Yeon-oh reprimió su nerviosismo y cambió de tema. Cuando Yeon-oh se
interesó , Lee Jungwoo no estaba satisfecho.
“¡okey! Es difı́cil de encontrar en Seocheonbu, por lo que
probablemente sea má s raro que otros lo encuentren. ¿No es ası́?
¿Qué demonios estaba haciendo campañ a Seo Cheonbu frente a Hye
Yeon-oh en Hanam? Fue por la campañ a, ası́ que pude detectarlo
fá cilmente. Yeon-oh regresó y comenzó a participar en Cheonglim. El
lı́der del prı́ncipe era Hanam, y Yeon-oh era el sucesor de Hanam. Era
obvio sin ver quié n serı́a la corriente principal de Cheonglim. Entonces,
para Lee Jungwoo, quien dirige la reunió n de Cheonglim, Yeon-oh debe
haber sido visto como un gran obstá culo en el camino frente a mı́.
Entonces, de alguna manera, está tratando de presionar a Yeon-oh.
Incluso si vivió má s que Yeon-Oh, vivió una docena de añ os o má s, y fue
lamentable leer todas las ovejas que habı́a estado haciendo durante un
perı́odo de tiempo má s largo en el mundo polı́tico. Por supuesto, como
Yeon-oh, que es tan tranquilo y tiene el poder de tomar el control de
Cheongrim, ha pasado una hora.
“Si hubiera estado interesado, habrı́a sido en el sur”.
Todavı́a quiero seguir al prı́ncipe de inmediato y preguntarle qué pasó ,
pero Yeon-oh no tenı́a intenció n de evitar la pelea con Lee Jungwoo.
Para tener a Cheongrim, tenı́a que serlo.
“Pero no me importaba… ”
“… ”
“¿No se supone que debe brillar aquı́?”
Su expresió n estaba oscurecida por una má scara, pero al ver sus puñ os
apretados bajo las mangas, podı́a adivinar lo que estaba sintiendo en
este momento. Un cangrejo joven que ni siquiera está ensangrentado
pensarı́a que el prestigio de Hanam estaba sobre su espalda y que su
impulso era igual. Sin embargo, fue Lee Jungwoo, no Yeon-oh, quien
primero mostró el prestigio de la familia. Yeon-oh no lo esquivó , solo lo
contrarrestó .
“Siento que tambié n estoy bebiendo, ası́ que… ”
Ahora, incluso si seguı́a lentamente al prı́ncipe, nadie parecı́a notarlo
de forma extrañ a. Yeon-oh, quien presionó moderadamente a Lee
Jungwoo, no tomó un sorbo de alcohol, pero se atrevió a usar eso como
excusa para pedirle que renunciara.
“Sı́, adelante. Este yutaek tiene una hermosa parte trasera. Valdrá la
pena verlo.
Sabiendo que Yeon-oh no tomó un sorbo de alcohol, Lee Jungwoo
tambié n respondió con una sonrisa moderada. Era como si nunca antes
hubiera habido una guerra de nervios, pero las comisuras de su boca
todavı́a temblaban.
“¡Yo tambié n te acompañ aré !”
El rey Wonchin, que estaba ocupado mirando a Sima-gyeong y las
artesanı́as, captó las palabras de Yeon-oh como un fantasma y lo agarró
de la manga. Yeon-oh expresó una mirada ligeramente avergonzada.
Está de camino a ver al padre. Este niñ o no deberı́a existir.
“Voy a seguir a Jong-suk junto con Wang-ya”.
Estaba pensando en có mo podrı́a dejar atrá s al Rey Wonchin, pero se
me quedó un bulto má s. Para entonces, Lee Jungwoo solo iba a pasar el
rato con mi grupo, por lo que no habı́a nadie a quien pedir ayuda.
“Rey. Era justo lo que buscabas y dijiste que estaba delicioso. No, ¿vas a
comer?
Una mano amiga vino de un lugar inesperado. No lo sabı́a porque no
estaba interesado, pero parece que hubo algo que el Rey Wonchin dijo
que era excepcionalmente delicioso. Cuando su niñ era Sanggung lo
rescató justo a tiempo, la atenció n de los niñ os se dirigió hacia é l. Yeon-
oh se retiró en silencio antes de que la atenció n volviera a mı́.
Las residencias de la nobleza de los Sedo solı́an tener una forma que no
se diferenciaba signi icativamente. Patio donde se realizan banquetes y
apoyo, y un centro de visitas donde se puede tomar un descanso. El
ú nico lugar al que podı́an acudir los forasteros era el patrocinio.
Ademá s, como dije antes que mi espı́ritu bebedor se estaba agotando, el
ú nico lugar al que podı́a ir era a apoyo.
Cuando apareció Yeon-oh, Jin-ah, que intentó seguirlo, y Haseong, que
tambié n intentó seguirlo en nombre de una escolta, fueron mordidos.
“… ”
Las sombras re lejadas en la luz de la luna se alargaron.
Yeon-oh se mordió el labio. Que bueno que salio primero, pero no se
que decir. ¿Deberı́a preguntar por qué viniste aquı́ ingiendo ser Yoon
Hee-kang y cuá l era tu intenció n? Obviamente era un paso pedirlo, pero
tan pronto como traté de enfrentarlo, no dudé en dar un paso.
“¿Por qué está s parado detrá s de ti?”
En un tono bastante similar al de Yun Heegang, el prı́ncipe le habló sin
mirar atrá s.
“… El camino está oscuro.
“Es luna llena, ası́ que a pesar de que la luz de la luna es tan brillante.
Creo que tus ojos son oscuros. Un afortunado ganador.”
Diciendo eso, el prı́ncipe se levantó de donde estaba sentado y dio un
paso hacia Yeon-oh y le tendió la mano. Cuando miré esa mano, me
estaba as ixiando por alguna razó n.
“No puedo evitarlo. Toma esta mano.
Yeon-oh miró la mano que me extendı́a, luego la agarró y dio un paso
adelante. Se puso muy oscuro mientras estaba parado bajo la sombra
del á rbol donde ni siquiera llegaba la luz de la luna.
“Dijeron que no podı́as ver el camino porque estaba oscuro, pero no
importa cuá nto te agarres de la mano, caminas mejor de lo que
pensaba”.
“Dije que el camino estaba oscuro, no dije que no podı́a verlo”.
Supongo que eso es lo que signi ica. Servicio Postal.”
“… ¿Por qué viniste?”
“Es el hijo mayor de Hwajuhu y miembro de Cheongrim… ”
“Te pregunté có mo llegaste aquı́”.
No podı́a sentir su presencia, pero no podı́a ser llamado por su nombre
honorı́ ico porque era un lugar abierto.
“De alguna manera, miré hacia atrá s. Pensé que podrı́a haberlo notado
entonces.
Cuando reveló que conocı́a su verdadera identidad al preguntar dos
veces, el tono de voz del prı́ncipe cambió de inmediato. Desde el
principio, parecı́a que no tenı́a intenció n de hacerse pasar por Yoon
Hee-kang.
“Es una cara que no he visto en mucho tiempo, pero no estoy contento
con ella, pero ¿por qué preguntas tanto?”
“… ”
“Aunque estoy usando una má scara, ha pasado un tiempo, ¿no es ası́?
¿sı́?”
No fue otro que el prı́ncipe quien hizo esta reunió n despué s de mucho
tiempo. Yeon-oh estaba familiarizado con los sentimientos de alegrı́a y
resentimiento, y lo trató con razó n.
“Si te atrapan, ¿qué haces aquı́?”
“Me temo que incluso podrı́a quitarme la má scara”.
“Es algo que nunca se sabe. Tambié n hay un rey… ”
Habı́a un Rey Wonchin. Es algo que podrı́a haber notado. No importa
cuá n similares se vean a Yoon Hee-kang, e incluso un poco de voz, no
eran exactamente iguales. Si el rey Wonchin hubiera sido un poco má s
rá pido y no se hubiera visto privado de interé s por la artesanı́a de
Hwarasa, se habrı́a sentido vagamente extrañ o.
“Desafortunadamente, mi hermano no parece preocuparse mucho por
mı́”.
El prı́ncipe negó con calma las preocupaciones de Yeon-oh.
“Existe tal cosa como si. Incluso si.”
“Nuevo.”
Intercepté las palabras de Yeon-oh. Yeon-oh mantuvo sus labios
hú medos cerrados.
“¿Por qué está s tan preocupado?”
“¿Có mo podrı́a Dios no estar preocupado?”
El hecho de que el prı́ncipe apareciera en Cheongrim ingiendo ser Yun
Heegang era algo que se podı́a tener en cuenta. No es gran cosa, pero
Seungsang pudo atrapar las vainas incluso con esa pequeñ a cosa.
g gp p p q
“¿No es bueno para ti si me culpan?”
“… ”
“Mi culpa es la buena fortuna de Hanam”.
Era una palabra innegable. Los defectos del prı́ncipe fueron la mejor
fortuna para Hanam. Y tambié n era un hecho innegable que Yeon-oh
pertenecı́a a ese Hanam.
“… Aú n ası́, no hagas esto en el futuro”.
No podı́a negarlo, pero tampoco podı́a con irmarlo, por lo que Yeon-oh
estaba irmemente preocupado por su bienestar. Al escuchar la
insatisfacció n de Yeon-oh, los labios del prı́ncipe dibujaron un arco
hacia un lado.
“¿Está preocupado por mı́?”
“… ”
“¿por qué ?”
“Sı́.”
Contigo en mente Por eso, estaba preocupado por cada movimiento del
prı́ncipe y estaba preocupado por sus dı́as.
“… Es algo natural de hacer”.
Pero era una palabra tá cita. Yeon-oh se tragó mi corazó n como si
tragara veneno. Entonces, Yeon-oh se dio cuenta de que mi mano
todavı́a sostenı́a la muñ eca del prı́ncipe y trató de soltarla. Pero el feto
fue un poco má s rá pido.
Agarró la muñ eca de Yeon-oh y se dio la vuelta. La posició n cambió
rá pidamente, y el cuerpo de Yeon-oh tocó el á rbol y quedó encerrado en
los brazos del prı́ncipe.
“Nuevo.”
“… ”
“Nuevo.”
“No importa cuantas veces me llames… ”
Traté de responder que sé có mo me está s llamando ahora.
“¿Le agrado?”
Fue una pregunta inesperada. Sentı́ como si todo mi cuerpo y mi
corazó n estuvieran cayendo como si la super icie de mis pies se
estuviera hundiendo. Rompió mi corazó n ¿Pero por qué ? Yeon-oh se
esforzó mucho por no revelar ninguno de mis sentimientos. Me tragué
mi corazó n carbonizado, la desesperació n e incluso la tristeza dentro y
me lo tragué de nuevo.
Pero, ¿có mo llegó el prı́ncipe a conocer este corazó n?
“¿por qué ?”
Cuando Yeon-oh permaneció en silencio sin decir nada, el prı́ncipe
agregó otra palabra.
“¿por qué ?”
Por qué . Por qué . Era só lo una cuestió n de pura curiosidad. Pero la
pregunta lo enterró .
Porque tú y mi falta son similares. Esa amabilidad tuya sigue
sacudié ndome. Me gusta llamarlo Cheongsin con una voz y ojos
amistosos. No, despué s de todo, solo eres tú …
“¿Por qué , Yeon-oh?”
El prı́ncipe, incapaz de escuchar las palabras que solo podı́a decir,
volvió a preguntar.
“¿Có mo preguntas eso?”
Era un sentimiento que nunca podrı́a ser devuelto. No tenı́a
expectativas de que fuera posible. Pero cuando noté este sentimiento
solo e incluso pregunté persistentemente la razó n, de repente me sentı́
resentido. Pudiera ser que se le acumulara la tristeza de no dar la cara
por estos dı́as.
“Dijo que lo sacudirı́a, y realmente lo hizo. Pero si Dios se estremece o
cualquier otra cosa, es inú til.”
“… ”
“Es un corazó n que no llegará a nada. Pero, ¿por qué preguntas?
Al inal de la voz tranquila, se elevó un poco má s intensamente. Lo
escupı́ y me arrepentı́ por un tiempo, pero al mismo tiempo me sentı́
aliviado. Dado que la persona a cargo ha llegado a conocer el
sentimiento que pensó que nunca conocerı́a, que solo é l conocerı́a por
el resto de su vida, esta pretensió n no será muy solitaria.
“¿Por qué está s llorando?”
“… ”
“¿Por qué está s llorando?”
Habı́a lá grimas en sus ojos, pero no lá grimas. Incluso si lloraba, eran
lá grimas que no serı́an visibles debido a la má scara. Pero el prı́ncipe
pensó que Yeon-oh estaba llorando. Su mano barrió la parte superior de
la má scara. No contenı́a ningú n signi icado, pero parecı́a que las
lá grimas estaban a punto de brotar ante el toque de la calidez que
todavı́a estaba allı́.
“Es porque estoy triste porque mi corazó n no te alcanzará ”.
“… ”
“Sé lo que no puedo alcanzar”.
Un grito de piedad por su propio amor cayó con desesperació n.
“Puede que no te guste mi amante, pero… todavı́a.”
Aun ası́, ingı́ no saberlo y traté de decirle que tuviera paciencia y que
no se dejara despreciar. Si no fuera su iciente para ella que
descubrieran su corazó n inalcanzable, e incluso que la despreciaran,
parecı́a que Yeon-oh destruirı́a todo lo que apenas se aferraba y
colapsarı́a como estaba.
“… todavı́a,”
Despué s de todo, si el Prı́ncipe Heredero asciende al trono, no habrá
nada que ver por el resto de su vida. Ası́ que solo estaba tratando de
decirle que pretendiera que no conocı́a este sentimiento, pero en un
instante, una sombra cayó sobre su rostro y el calor cayó sobre sus
labios. Yeon-oh no pudo terminar su discurso.
“Me está s sacudiendo”.
La voz ligera que habı́a estado hace un rato se habı́a ido. Yeon-oh no
sabı́a qué decir o có mo preguntar, ası́ que parpadeó con lá grimas en los
ojos. El prı́ncipe levantó la mano y le quitó la má scara a Yeon-oh. El
estrecho campo de visió n se amplió y el nuevo tipo del prı́ncipe fue
completamente visible.
“Gear, tú , trata de cerrar mis ojos”.
El prı́ncipe habló intermitentemente sobre lo que era tan doloroso.
Querı́a quitarle la má scara y ver qué tipo de expresió n escondı́a y qué
tipo de ojos escondı́a, pero no lo hizo. No pude
Entonces las nubes cubrieron la luna. La oscuridad cayó sobre el rostro
de Yeon-oh. Mientras descendı́a la oscuridad, sus labios se encontraron
de nuevo y se les cortó el aliento. Fue un beso que podrı́a haber sido sin
sentido o sin razó n aparente, pero sucedió . Dulce sufrimiento existı́a
aquı́ y aquı́.
Yeon-oh estiró su brazo y envolvió mi mano alrededor de su cuello. Las
nubes aú n cubrı́an la luna, y la tierra estaba oscura sin una sola luz.
10
El emperador rara vez se reunı́a con los monjes hasta hace poco,
excepto para asuntos pú blicos, pero en cambio, convocaba con
frecuencia a Yeon-oh. Es porque no hay nadie que juegue Go tan bien
como Yeon-oh, pero fue solo una razó n externa, y los rumores de una
discordia entre el emperador y el monje se difundieron como un
secreto a voces.
“Te ves excepcionalmente brillante en estos dı́as.”
Hoy tambié n, estaba jugando Go en Janggyeonggung ante la llamada del
emperador. El emperador, que estaba examinando en silencio el rostro
de Yeon-oh sin jugar el juego de Go, lanzó las palabras con indiferencia.
La vida diaria no era muy diferente de lo habitual. No, al contrario, mi
corazó n padecı́a una enfermedad peor que antes. Pensando que no fue
revelado, Yeon-oh dio una respuesta.
“¿No es la virtud de la cuidadosa consideració n de Su Majestad?”
“¿Qué hizo Jim?”
Como dijo, el emperador en realidad no lo cuidó . Sin embargo, como de
costumbre, cuando elogió las palabras con la boca, una leve sonrisa se
dibujó en el rostro del emperador como si no le gustara.
“Siempre me preocupo por ti. Es el compañ ero de la princesa, ¿no
deberı́a estar bien por el bien de ese niñ o?”
“Es una palabra sabia”.
“El amor de mi madre fue para mi hermana menor, ası́ que sufrı́ mucho
mientras la princesa crecı́a. Por lo tanto, revı́selo con frecuencia”.
“No puedo dejar de admirar la injusticia de Su Majestad. Con eso en
mente, Dios echará un vistazo al maeyang”.
El emperador ingió ser el padre de su hija, aunque nunca habı́a sido
leal a la princesa. Es gracioso. Si incluso el emperador hubiera cuidado
a la princesa, esos ojos no habrı́an sido tan solitarios.
“Tendré que ponerme al dı́a en el camino pronto”.
La mano de Yeon-oh se detuvo mientras hablaba de Gil-il. No querı́a
arrastrar a la princesa, a la pobre niñ a, al barro. Pero eso no era algo
que Yeon-oh pudiera decidir.
“Pero es que la princesita ya está tratando de deshacerse de é l, por lo
que no está muy feliz”.
En las palabras que siguieron, Yeon-oh se sintió aliviado por dentro. El
corazó n del emperador se leyó claramente. Ultimamente, el emperador
ha descon iado de Hye-ga, o má s precisamente, de Seungsang. Sin
embargo, si incluso la ú nica princesa Jeok-tong fuera emparejada con
su hijo Yeon-oh, su prestigio serı́a aú n mayor, por lo que no valı́a la
pena.
Al principio, porque pensé que solo eran amigos, las cosas que habı́a
pasado por alto debieron comenzar a molestarme una por una debido a
la chispa que lanzó Yeon-oh. Debe darse el caso de que ejerce el
derecho de saludarlo, y el rumor de que el prestigio de Hanam puede
compararse con el de la familia imperial tambié n debe ser cierto.
El poder era inherentemente indivisible. El emperador se estaba dando
cuenta lentamente. Era algo que Yeon-oh no podı́a evitar desear.
“La princesa aú n es joven, ası́ que debe serlo”.
“Pero la Emperatriz se apresura a prepararse para la boda nacional… ”
Por lo tanto, incluso las cosas má s pequeñ as a las que no habrı́as
prestado mucha atenció n antes son molestas. No fue un dı́a o dos para
que la Emperatriz se apresurara a prepararse para la boda, pero fue un
ejemplo de insatisfacció n con ella.
“Se debe alcanzar la voluntad de Su Majestad en todos estos asuntos, y
la Emperatriz pronto comprenderá los deseos de Su Majestad”.
La emperatriz es ingeniosa. Si el emperador muestra algú n signo de
agitació n en el matrimonio nacional, se cuidará y verá la oportunidad.
Especialmente desde que vi al emperador peleá ndose en secreto con el
monje en la iesta de cumpleañ os del rey Wonchin. La princesa aú n era
joven. Teniendo en cuenta a Yeon-oh, el matrimonio tuvo que ser
apresurado, pero no hubo prisa, ya que tendrı́a que esperar varios añ os
para ver al heredero de todos modos.
“Eh. Jim dejó de dar la mano mientras estaba tan absorto en la
conversació n”.
En la piedra negra, el emperador chasqueó la lengua brevemente. A este
ritmo, el emperador claramente estaba perdiendo. Yeon-oh abrió la
boca en silencio en un tono que no era arrogante.
“¿Puedo dar un paso atrá s?”
“¿Puedes por favor?”
“Siempre hay mucho que aprender en Go with His Majesty, ası́ que creo
que puedo dibujar un poco má s… Ademá s, Dios es el servidor leal de Su
Majestad. Si quieres, ¿qué no puedes hacer?”.
La voz que no mostraba malicia o intenció n era un susurro astuto. Sin
embargo, Yeon-oh sonrió como si fuera una promesa de un sirviente
leal.
“Ha sido No quiero ganar haciendo eso hoy”.
“Si lo haces… ”
Yeon-oh colocó la piedra. Era la victoria de la piedra blanca.
“La pró xima vez, Jim ganará ”.
“Hoy es solo suerte con Dios, y é l hará exactamente eso”.
“Se humilde.”
Cuando el emperador y Yeon-oh pusieron sus manos sobre el tablero, el
eunuco sacó sabiamente el tablero y empujó la mesa de té en el medio.
Despué s de una serie de trá mites, el eunuco se llevó consigo a los
cortesanos y se retiró del despacho.
“Le dije que prestara especial atenció n porque parece tener un don
para los autos”.
“El castillo está llegando a su in”.
Yeon-oh se llevó la taza de té a los labios. Tomando un sorbo cuidadoso,
una fragancia profunda emanó . Pero mi corazó n no se quedó aquı́, ası́
que no me impresionó mucho.
“Jim, Confucio es realmente asombroso”.
“¿Por qué está s tan emocionado?”
“Es la cuestió n de si el sucesor de Hanamhoo cree en Hanamhoo”.
Sintiendo el calor de la taza de té iltrá ndose en sus manos, Yeon-oh
miró la expresió n del emperador con sus ojos. Era para entender sus
intenciones, pero a primera vista parecı́a una pura pregunta. Arrojó las
semillas de la duda sobre si el hijo con iaba en su padre. Ası́ que solo
tenı́a curiosidad.
“Antes de que Dios sea hijo de Hanam, es un siervo leal de Anra.
Corregir los males y corregir la majestad del emperador es por el bien
de Anra.
“Pero con ese consejo, ¿qué pasa si Jim se aleja de Hanam mismo?”
“Su Majestad es sensata y tiene buen sentido de la razó n, por lo que
estaba convencido de que tal cosa no sucederı́a”.
El objetivo principal de Yeon-oh era separar al emperador de los
monjes, y en esa brecha, el prı́ncipe podı́a desarrollar sus poderes, pero
eso no hacı́a que la relació n entre los dos fuera muy difı́cil. Si Yeon-oh
hizo un comentario abierto que mostraba hostilidad hacia el monje, el
emperador podrı́a haber sospechado.
“Ademá s, si Hanam se convierte en una familia traidora, la posició n de
Wang Ya se volverá inestable… ”
“¿Pensaste que Jim ni siquiera golpearı́a a Hanam?”
“¿No es Wang Ya el hijo del favor de su majestad hasta el punto de pedir
un deseo?”
No dijo que estaba pensando en pasar el Palacio Donggung y avanzar en
el trono. Pero al inal, cuando lo piensas, eso es lo que signi icaba. El
emperador que observaba de cerca no era inteligente, pero no era lo
su icientemente tonto como para no entender lo que decı́a, por lo que lo
habrı́a entendido bien.
“Soy un niñ o que siempre he visto, ası́ que no me preocupo
particularmente por mi equipaje. Unkyung, Wonjin. Estos son todos los
nombres que se me ocurrieron personalmente”.
“… ”
“Sin embargo, creo que serı́a bueno aligerar la carga del monje
haciendo esto”.
“Tu padre tambié n estará feliz de dejar las cargas pesadas”.
“okey. Tendré que pensar en có mo aligerar la carga del monje.
Siempre que el emperador haya mostrado esta voluntad, el monje será
destituido de su cargo en un futuro pró ximo y solo se llamará Hanamhu
o Gukgu. Perder el puesto de primer ministro no tendrı́a incontinencia
a la in luencia del control de la corte, pero en todo caso, habrı́a un
remanente sutil con el emperador.
Habiendo logrado lo que querı́a, Yeon-oh levantó una taza de té y cubrió
la sonrisa levemente grabada.
Yeon-oh, que se retiraba despué s de recibir la orden del emperador,
dejó de caminar al pasar por el camino. Myeong-hwan Cho, que estaba
ocupado con su bolsa de viaje al otro lado, tambié n dejó de caminar.
Despué s del cumpleañ os del rey Won Chin, pensé que deberı́a echarle
un vistazo al menos una vez, pero fue difı́cil pensar en una buena causa
despué s de que Myeong-Hwan Cho ingresó al servicio militar.
Mi corazó n latı́a con fuerza cuando recordé la muerte de la niñ era
nuevamente. Yeon-oh, que estaba familiarizado con eso, movió
lentamente el cuerpo que se habı́a quedado quieto frente a é l. Myeong-
hwan tambié n era ası́, por lo que la brecha entre ellos se redujo
gradualmente.
“Fue emocionante. Tae.”
Yeon-oh mantuvo su distancia con una voz sin voz. Las cejas de
Myeong-hwan se levantaron.
“… Es incó modo para mı́ tratarte ası́”.
“¿Y si?”
“Por favor, trá tame como solı́a hacerlo. Yo lo hare tambien.”
Como antes. Casi se echó a reı́r con esas palabras, pero Yeon-oh logró
contener la risa. Cuando asintió con la cabeza, Myeong-hwan Myeong-
hwan lo reconoció como una expresió n positiva y su expresió n mejoró
que antes. Lo que le importaba y era para Yeon-oh era sincero.
Probablemente no querı́as ese tipo de distancia.
“¿Está s cuidando bien tu salud?”
“como ves.”
Habı́a muchas cosas que querı́a preguntarle cuando lo conocı́. Tal vez el
Prı́ncipe Heredero esté involucrado en los asuntos problemá ticos en
estos dı́as, cuá nto sabe si es verdad, si tiene la intenció n de matarlo o
solo lo enferma hasta el punto de no poder concebir, etc.
“… Estaba preocupado, pero te ves mejor de lo que pensaba”.
Myeong-hwan Cho, sin darse cuenta de tales intenciones, estaba
ocupado examinando la tez de Yeon-oh como de costumbre.
“Porque estaba pensando”.
“Tenı́a miedo de morir siguiendo a la niñ era. ¿No seguiste tanto?”
“No quiero mi pena—”
“… ”
“El Yuji de Nanny era ası́, tal vez”.
Todavı́a pensando en la injusticia de la niñ era, me sentı́ frustrado y
resentido, pero Yeon-oh lo echó todo adentro. No podı́a creer la
iluminació n. Entonces, no pude revelarlo.
“Pensaste bien. La niñ era tambié n lo querrá .
“… Va a.”
“¿Está s comiendo bien estos dı́as?”
“Sin Ti.”
No habı́a necesidad de contratar a un nuevo mé dico. Para otros, la
relació n padre-hijo parecı́a buena, pero ya estaba muy retorcida.
Tambié n rechazó al legislador enviado por Seungsang para examinarlo.
No querı́a que el aliento del monje tocara nada en la vivienda. Por eso,
Yeon-oh ha estado viviendo sin beber una taza de té medicinal en estos
dı́as. Ahora hace má s calor, ası́ que está bien, pero no sabı́a cuá ndo
volverı́a a enfermarme.
El rostro de Myeong-hwan se profundizó con preocupació n. Solo
despué s de con irmar eso, Yeon-oh lanzó las palabras que querı́a dejar
pasar.
“Cuando llegue el momento, señ alaré a Mac. El festival europeo se
llevará a cabo pronto y tendré que participar, ası́ que creo que debo
prestar má s atenció n a Jo-seop”.
Se utilizó como excusa la iesta europea que se iba a celebrar para rezar
por una buena cosecha. Yeon-oh no dispararı́a una lecha, pero tenı́a
que seguirlo tanto como estaba en el departamento del Prı́ncipe
Heredero. Requiere fuerza fı́sica, por lo que Jo Myeong-hwan no
consideró extrañ a esta excusa.
“Deberı́a ser. Luego hacia el sur… ”
“no.”
“¿qué ?”
“Creo que serı́a mejor verlo en otro lugar que no sea Hanambu”.
Incluso si la persona de Seungsang fue asesinada en la residencia, aú n
se desconoce. Y si se sabe que Cho Myung-hwan habı́a venido a Hanam
por un asunto privado, es imposible saber qué tipo de sospecha podrı́a
tener el Seungsang.
“¿Qué tal una taza pequeñ a?”
“No importa dó nde estoy, pero ¿có mo sabes dó nde está ?”
Solo se me ocurrió un nombre. Era el lugar donde conocı́ al prı́ncipe
cuando descubrı́ que era Yesin, ası́ que de repente lo recordé . Todos
estos recuerdos seguı́an volviendo al prı́ncipe.
“Sobre hachı́s allı́”.
“Haces eso.”
“okey. Entonces echa un vistazo, Taeui.”
Actuaron como de costumbre, y al inal volvieron a abrir su distancia
como si estuvieran tratando con un extrañ o. Podı́a sentir la mirada
siguié ndolo mientras pasaba como si fuera un extrañ o. Pero no hubo
vuelta atrá s hasta el momento en que dobló la esquina.
Yeon-oh, que estaba tratando de averiguar qué preguntarle a Myeong-
hwan y có mo obtener la respuesta que querı́a, cruzó la puerta del
Donggung y encontró a Shin-woo Lee con una pila de pergaminos.
Cuando Lee Shin-woo tambié n encontró a Yeon-oh, dejó de burlarse de
é l.
“Yeono. Su Majestad pasará por su o icina a partir de hoy.
“… ¿Su Majestad?”
“okey. Entonces te haré venir a mi o icina”.
Normalmente, habrı́a respondido con palabras má s espinosas a las
palabras espinosas de Lee Shin-woo. En estos dı́as, era comú n verlos a
los dos teniendo una batalla secreta de nervios.
Pero Yeon-oh no tenı́a la mente para hacer eso. Incluso despué s del
incidente en Seocheonbu Yutaek, el prı́ncipe no cantó Yeon-oh durante
varios dı́as. Por lo tanto, no se pudo encontrar ningú n rastro de é l.
Pensé que me iba a olvidar por completo de ese dı́a porque me alejé
mucho. No me decepcionó ni me decepcionó . Ese dı́a, todo parecı́a una
ilusió n.
El prı́ncipe que ingió ser Yoon Heegang, la voz que preguntó por qué le
gustaba bajo la luz de la luna, el resentimiento de que me sacudirı́as e
incluso el beso bajo la luz de la luna.
Incluso si no alcanzó ni una mota de polvo, desearı́a haberlo
transportado. Ya me lo imaginaba. Pero ahora vino y llamó a Yeon-oh
para que regresara a Ji-cheok. ¿Tus pensamientos está n organizados? Si
se resolviera, ¿actuarı́a como si hubiera olvidado ese dı́a, o…? … .
“Está bien.”
Fue agradable ver tu cara sin importar qué . Afortunadamente, no pude
ver correctamente ni siquiera lo que vi hace unos dı́as porque usaba
una má scara, ası́ que estaba bastante feliz.
“… ¿Comiste algo mal?
Cuando Yeon-oh respondió mansamente, Lee Shin-woo lo miró con ojos
preocupados. Yeon-oh, que respondió con má s espinas a las palabras
con espinas, parecı́a bastante extrañ o.
“Tu hermano mayor está realmente preocupado por mı́ porque comió
algo incorrecto”.
“okey. Ası́ es como eres.
Al inal, cuando reaccionó como querı́a, solo entonces Lee Shin-woo le
devolvió la mirada preocupada.
“Oh, tienes un invitado no deseado… ”
No tenı́a mucho valor responder, y Yeon-oh no escuchó lo que Shin-woo
Lee habı́a tardado en decir porque querı́a ir a ver al prı́ncipe
rá pidamente. Ası́ que Yeon-oh llegó a su casa y descubrió quié n era el
invitado no deseado, y no tuvo má s remedio que arrepentirse.
“¡Fuera de!”
No sabı́a que el invitado serı́a el Rey Wonchin. Hasta ahora, el Rey
Wonchin nunca habı́a estado en el Palacio Donggung.
“… Te veré a ti y al rey.
“Bienvenido, Woochunsa”.
El prı́ncipe lo saludó como si hubiera olvidado ese dı́a. Por supuesto,
sabı́a que esto sucederı́a, pero cuando tocó mi piel, me picó . Yeon-oh
dirigió su mirada al Rey Wonchin sin alterar su expresió n.
“Wang-ya, ¿está s escuchando? ¿No es hora de escuchar Pearl River?”
“eso es… ”
“Estoy aquı́ para aprender a dispararle a un arquero de su majestad,
Maesuk”.
El rey Wonchin tomó las palabras del prı́ncipe con mucha naturalidad.
Era el idioma nacional. Fue una falta de respeto que no deberı́a haberse
atrevido. Sin embargo, el rey Wonchin ni siquiera pareció darse cuenta
de que habı́a cometido tal rudeza, y el prı́ncipe ni siquiera respondió .
“Rey. Tus palabras no deben ser interceptadas.”
De repente recuerdo el hecho de que habı́a interceptado las palabras de
la princesa antes, y cuando traté de señ alar claramente lo que debı́a
señ alar, mis labios temblaron de inmediato. ¿Cuá ntas veces te han
regañ ado en ocho añ os? No importa lo que hiciera, habrı́a sido elogiado
y ni siquiera habrı́a sabido que fue un error.
“Se convirtió .”
El rey Wonchin, que era hostil y rara vez discutı́a una disculpa por su
rudeza, fue bastante disuadido por el prı́ncipe.
“Todavı́a es joven”.
“Aú n ası́, mi señ or”.
“Creo que incluso el inocente Rey Wonchin está bien”.
Esto no es grosero, es grosero. Era una categorı́a completamente
diferente.
“… Si Su Majestad va demasiado lejos.
Yeon-oh borró las palabras que estaban a punto de salir. Porque no cree
que la sonrisa y la benevolencia del prı́ncipe representen sus
verdaderos sentimientos. Su generosidad era indiferente y tambié n
desprecio. Ademá s, era un hermano joven que serı́a sacado de la
seguridad el dı́a que el prı́ncipe tomara el trono.
Como prı́ncipe, no habı́a necesidad de enseñ ar modales y culpar a la
rudeza. Ademá s, esta rudeza del Rey Wonchin será ú til al reclutar a
aquellos que no esté n satisfechos con ella.
“Hermano, ¿no le vas a enseñ ar a este niñ o pequeñ o a disparar una
lecha?”
El rey Wonchin, sin darse cuenta de esta verdad desgarradora, superó
ligeramente la generosidad del prı́ncipe solo y volvió sobre lo que
querı́a.
“Rey Wonchin. ¿No tienes un gran maestro?”
“Mi maestro dijo que nunca habı́a visto un palacio tan bueno como el de
mi hermano”.
“Es realmente exagerado”.
“Quiero mostrar mis excelentes habilidades en el festival europeo de la
isla de Soje”.
“Entonces, ¿no serı́a mejor aprender de tu maestro?”
“hermano mayor. Esta es la petició n sincera de mi hermano. ¿sı́?”
La conversació n estaba paralizada. Incapaz de aprender a ser
rechazado, el rey Wonchin continuó acosando al prı́ncipe. No hay
solució n cuando sale tan terco. La ú nica solució n es escuchar. Sin
embargo, no habı́a forma de que el prı́ncipe le enseñ ara tiro con arco al
rey Wonchin. ¿Qué clase de amistad tienes que te da tal favor?
“Rey. Un erudito que da conferencias estará esperando a Wangya”.
Yeon-oh sabı́a que el prı́ncipe no permitirı́a nada, ası́ que trató de
apaciguar al rey Wonchin con moderació n y lo dejó ir.
“Disculpe, ¿es esto má s importante para mı́ que Ju Kang?”
“Su Majestad siempre está preocupada por Wang-ya. ¿No está s de
humor para traicionar las expectativas de los ricos? Cuando Wang Ya
descubra que se ha caı́do al rı́o Perla, estará muy angustiado”.
“todavı́a. Todavı́a. Permanecer fuera.”
King Wonchin miró a Yeon-oh con ojos que estaban má s muertos que
antes, pero aú n ası́ no podı́a darse por vencido. Mirá ndolo, parecı́a que
tenı́a que ser golpeado una vez má s.
“Rey.”
“Alegrı́a. Deté ngase.”
“… ”
“Dime, no es tan difı́cil. Pero no lleva mucho tiempo.
“majestad.”
“Hoy en dı́a, demasiado trabajo no es su iciente. No envı́es a la persona
al palacio en el corto plazo. Entonces, vete por hoy. Como dijo su suegra,
debe concentrarse en el rı́o Perla y aliviar las preocupaciones de los
ricos”.
Inesperadamente, se concedió el permiso y un color de ira se extendió
por el rostro del Rey Wonchin. Los ojos redondos estaban llenos de
sú plica.
“Creo que podrı́a cambiar de opinió n si no voy a escuchar a Jugang
pronto… ”
“¡La comida está volviendo!”
Sin embargo, ante la amenaza de no ser amenazado por el prı́ncipe, el
rey Wonjin corrió de un lado a otro, preguntando cuá ndo lo habı́a
hecho. Estaba a punto de decir algo cuando lo vi retirarse sin pasar por
la etiqueta adecuada, pero el rey Wonchin se habı́a ido hacı́a mucho
tiempo.
“¿Có mo lo permitiste?”
“Es solo un capricho, un capricho”.
Este permiso signi icó mucho má s que un simple capricho.
“Si vas con el suegro y te quejas, te meterá s en problemas”.
“Sin embargo… ”
“¿No serı́a bueno si aprovechas esta oportunidad para aprender tiro
con arco tambié n? Mi nombre es el sucesor de Hanam y participo por
primera vez en Europa, ası́ que necesito atrapar al menos un conejo.
¿Quieres volver con las manos vacı́as?
No estaba muy interesado en cazar, y ni siquiera podı́a hacerlo, ası́ que
estaba pensando en llenar un asiento. Pero Chan, que no era nadie má s,
sugirió que el prı́ncipe aprendiera tiro con arco primero. No pude
descifrar la intenció n.
“En ese caso, con gusto aceptaré tu favor”.
De hecho, sea cual sea la intenció n, ¿por qué es tan importante? Fue
agradable estar a tu lado. Yeon-oh dejó de contar dinero como un
há bito y obedeció la invitació n del prı́ncipe.
“Eres demasiado dó cil”.
“¿Deberı́a ser mordido de nuevo?”
“no. Creo que será muy divertido enseñ ar”.
“… Serı́a mejor si Handam dijera esto. Tienes que mirar los asuntos del
gobierno”.
El prı́ncipe debió haber decidido borrar los eventos de esa noche de su
memoria. Si no fuera por eso, no podrı́a estar cara a cara con una cara
tan inocente. Pensé que ese dı́a era una ilusió n, un sueñ o, que bastaba
con transmitir mi corazó n, y que bastaba con ver mi rostro, pero
cuando la realidad tocó mi piel, una indescriptible sensació n de pé rdida
me inundó como un marea.
“Deberı́a ser.”
Las palabras fueron sacadas para que no fueran reveladas, pero el
prı́ncipe tiró suavemente del pergamino que habı́a sido empujado en el
borde de la orilla oeste hacia mı́ nuevamente.
“Ahora que lo pienso, parece que visita a Su Majestad a menudo en
estos dı́as”.
“Dicen que necesitas un oponente… ”
El propó sito era una separació n entre el emperador y los monjes, pero
no habı́a necesidad de decı́rselo al prı́ncipe hasta ese punto.
“En estos dı́as, hay muchos rumores de que la con ianza y el favor
in initos de Su Majestad le han llegado”.
“Es un sonido compuesto por los lujos”.
Quizá s el prı́ncipe que conocı́a el corazó n de Yeon-oh podrı́a haber
notado por qué buscaba al emperador, pero no habı́a necesidad de
con irmarlo dicié ndolo. Si me decoro por dentro, esto es solo mi propia
artimañ a, pero si lo expongo con palabras y el prı́ncipe escucha, é l
tambié n se involucrará . Ası́ que Yeon-oh estaba pensando en dejar la
boca cerrada y solo adivinar.
“Pareces ser bueno jugando al Go”.
“Nunca he oı́do hablar de ir a ningú n lugar donde no puedas jugar al
Go”.
“De todos modos, no conoces la humildad, tú ”.
“¿No es mejor ser honesto en todo que ser humilde en mi corazó n?”
No sé en qué contexto alguna de las respuestas de Yeon-oh fue
divertida, pero el prı́ncipe se echó a reı́r. Siempre es un placer ver la risa
de alguien a quien amas, ası́ que Yeon-oh puso una sonrisa en sus labios
sin darse cuenta.
“okey. Muy honesto, honesto”.
Despué s de reı́r durante mucho tiempo, el prı́ncipe inalmente dejó de
reı́r, recortó el inal de la risa y reconoció el reclamo de Yeon-oh.
“Fuiste tan honesto, acepté mi corazó n tan fá cilmente”.
Llegó en un momento inesperado y me volvió loco.
g p y
“… No sé de qué está s hablando”.
“Usted sabe lo que quiero decir.”
Si el prı́ncipe ingió no saberlo, yo tambié n lo pensé . Iba a ingir que ni
siquiera recordaba al prı́ncipe que habı́a expresado sus sentimientos
hirvientes. Pero, ¿por qué el prı́ncipe menciona de repente ese dı́a? Sus
ojos se encontraron en el aire. La sonrisa de hace un rato desapareció
como una miga.
“Yeon-oh”.
Como la voz que lo llamó en ese momento, en el momento en que llamó ,
“Yeon-oh”, su compostura se derrumbó .
“… Me salvó como si lo hubiera olvidado”.
“Espero que pueda”.
El padre lo negó en voz baja. Yeon-oh realmente no pudo seguir el
ritmo. ¿Por qué de repente menciona ese dı́a? Si era porque querı́a
rascarse este corazó n, entonces Yeon-oh apenas vivı́a con su corazó n
rasguñ ado todos los dı́as.
“Por supuesto que traté de olvidar. Porque todo ese dı́a fue fuera de
cuenta”.
“… ”
“Ası́ que traté de borrarlo, pero no salió fá cilmente. Pero hoy, pensé que
lo habı́a borrado hasta cierto punto, ası́ que te llamé … sigo mirá ndote,
lo sé que era engreı́do.
Escupió las palabras como si estuviera masticando.
“¿Por qué admitiste tu corazó n tan fá cilmente?”
“¿Tuviste que negarlo?”
“okey.”
Como si ni siquiera valiera la pena pensar en eso, respondió de
inmediato.
“¿A pesar de que ya sabe que su Majestad lo sabe todo y lo hace?”
“okey. Tenia que ser.”
“Regular… ¿Odiabas a mi amante?
“Sı́, lo odio”.
Una, dos, innumerables marcas de cuchillos fueron dibujadas en mi
corazó n. A pesar del terrible dolor de que le cortaran la mitad del
corazó n, Yeon-oh no distorsionó su rostro. No querı́a ser miserable al
revelar el fondo de mis emociones. Ni siquiera querı́a ser feo. Si mi
corazó n no pudiera estar satisfecho, preferirı́a mostrar una igura
ordenada.
“no. Cuando te miro, el odio que me sostiene se desvanece.”
“… ”
“No puedo extinguir el odio, y no puedo rechazarlo, pero sigues
tratando de hacerme cerrar los ojos. Tú y tú dejá is una huella en mi
corazó n. Continú a. Continú a… ”
El prı́ncipe mostró sus emociones sin re inar en carne viva. Parecı́a que
estaba tratando de contenerse de alguna manera, pero no parecı́a fá cil.
Tal vez si se hubiera quitado la má scara el otro dı́a, su rostro desnudo
habrı́a sido ası́. Yeon-oh mantuvo la boca cerrada para poder dejar salir
todas sus emociones.
“… ¿Sabes qué tipo de amor está s teniendo en este momento?
En el silencio de Yeon-oh, el prı́ncipe, que jadeaba y mostraba sus
emociones, preguntó con iereza. Yeon-oh no pudo evitar tragarse la
risa.
“¿Como es que no sabes?”
En el momento en que admitió que tenı́a al prı́ncipe en su corazó n, la
vida de Yeon-oh ya estaba arruinada. Tenı́a tal historia de amor, y lo
sabı́a bien.
“Es está tico. Cuando ascienda al trono, ¿crees que dejaré en paz a tu
padre y a tu sucesor?
El prı́ncipe, quien reveló completamente sus sentimientos, nunca
respondió . Sin embargo, incluso si el prı́ncipe no hizo esta pregunta de
esta manera, pensó que no podrı́a ver a Hanam si ascendı́a al trono, por
lo que esta pregunta no fue tan vergonzosa.
Era deber del monarca abrazar lo que habı́a que abrazar con
generosidad, pero arrancar de raı́z la quietud que en cualquier
momento podı́a convertirse en foco de fuego.
“Hanam será la causa del reinado de Su Majestad. Ası́ que tiene sentido
erradicarlo”.
“Tu vida está en juego, y lo dices bien”.
Cuando Yeon-oh habló en voz baja sobre la caı́da de la familia, el
prı́ncipe no ocultó su tono sarcá stico. Pero en verdad, mi vida no fue en
vano.
“Eres una persona muy extrañ a”.
“… ”
“Usted es extrañ o.”
Por lo tanto, debe haber sido que se enamoró del Prı́ncipe Lee y se trajo
tormento y angustia.
“Entonces me pasó a mı́”.
El padre se secó la cara con la mano. Su rostro estaba lleno de
emociones.
“Esa lamentable historia de amor conmigo… ”
Yeon-oh analizó profundamente esos sentimientos. Es como mirar al
abismo. Como si mirara en mi corazó n. Y cuando llegué a cierta
conclusió n, no supe si alegrarme o lamentarme.
Era una pregunta de la que no podı́a estar seguro. Entonces, incluso
cuando el prı́ncipe se besó en la oscuridad donde ni siquiera brillaba la
luz de la luna, se concentró completamente en la situació n y no trató de
adivinar su corazó n. Pero a estas alturas, Yeon-oh no tenı́a má s remedio
que estar seguro. El hecho de que los sentimientos del prı́ncipe
coincidan con los de Yeon-oh.
Pero Yeon-oh no podı́a preguntar si tenı́a los mismos sentimientos que
yo.
La emoció n grabada en su rostro no era emoció n, sino tristeza. No
alegrı́a, sino desesperació n. Porque es resentimiento, no amor. Yeon-oh,
quien le hizo albergar esos sentimientos de pena, desesperació n y
resentimiento, no podı́a pedir nada.
“Todavı́a no puedo perder mi odio”.
Mientras aceptaba sus sentimientos, el prı́ncipe se levantó de donde
estaba sentado y se acercó a Yeon-oh. Un olor corporal familiar salió
lotando. Yeon-oh dejó de respirar por un momento.
“Yeono. No debo perderlo.
Ese odio fue el motivo de sostener la vida del prı́ncipe. Al verlo repetir
las mismas palabras una y otra vez, como si no dejara má s sentimientos
que el odio, como si estuviera tratando de grabarme, Yeon-oh se dio
cuenta de lo que tenı́a que decir.
Yeon-oh se levantó de su asiento, inclinó la espalda e inclinó la cabeza.
“majestad.”
Lo que voy a decir ahora es algo que é l espera, y tambié n es una palabra
para é l.
“Dios quiere renunciar a sus deberes porque no hay su iciente para
cuidar de su señ or. Por favor, perdó name con un corazó n generoso”.
Durante mucho tiempo, no se pronunciaron palabras. Yeon-oh dejó de
respirar y esperó a que me llegaran las palabras.
“… Pensé que serı́a muy divertido enseñ arte có mo hacerlo”.
“… ”
“Tu renuncia”.
El prı́ncipe se tragó el caballo una vez. Querı́a parar porque sabı́a lo que
iba a pasar, pero esas palabras cayeron implacablemente en la parte
superior de la cabeza de Yeon-oh y se acumularon en el suelo.
“… Es suave.
Se convirtió en esto Desde hoy, cuando el prı́ncipe reveló sus
verdaderos sentimientos, o tal vez desde la noche en que transmitió su
corazó n, es posible que haya esperado un poco este tipo de cosas. Yeon-
oh tomó la cuerda cortada y su corazó n roto. Só lo deseaba su felicidad.
(Continuació n del Volumen 3 de Sword and Flower)

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