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Junta de Andalucía

Tema 8
Normativa sobre igualdad.
Igualdad de Género: conceptos
generales. Violencia de género:
conceptos generales.
Publicidad Institucional e
imagen pública no sexista
Índice esquemático

1. Normativa sobre igualdad de género


1.1. En el Derecho Internacional
1.2. En el ámbito de la Unión Europea
1.3. En el derecho estatal español
1.4. Normativa en el ámbito de la Comunidad Autónoma
2. Igualdad de género: conceptos generales
3. Violencia de género: conceptos generales
4. Publicidad institucional e imagen pública no sexista
1. NORMATIVA SOBRE IGUALDAD DE GÉNERO
La superación de las desigualdades existentes entre mujeres y hombres es un eje
clave de actuación en todos los ámbitos de actuación de los poderes públicos. Aunque
siempre han existido corrientes y tendencias que proclamaban la igualdad entre mu-
jeres y hombres, no se ha generalizado y se ha tratado como un problema de primera
necesidad, involucrando a los estados y a los poderes públicos a la adopción de medi-
das reales encaminadas a su total erradicación hasta después de la II Guerra Mundial,
es decir, hasta mediados del siglo XX.

1.1. En el Derecho Internacional


Como acabamos de referenciar los primeros pronunciamientos para la elimina-
ción de todas las formas de discriminación hacia la mujer, provienen de la mano de
la Organización de las Naciones Unidas, y vienen conformados por la Declaración
sobre la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer de 1967, la Convención
para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer de
1979 y el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer que
tiene como función vigilar la aplicación de la Convención por los Estados que la han
suscrito; entre ellos, España. En la Convención se declara que la discriminación con-
tra las mujeres vulnera los principios de igualdad de derechos y de respeto a la dig-
nidad humana, dificultando la plena participación de las mujeres en la vida política,
social, económica y cultural.
En esta línea, las cuatro conferencias mundiales sobre la mujer celebradas en el mar-
co de la Organización de las Naciones Unidas –la primera de ellas celebrada en México
en el año 1975, y las posteriores: Copenhague 1980, Nairobi 1985 y Pekín 1995–, han
contribuido a situar la causa de la igualdad de género en primera línea del debate mun-
dial. La Declaración y la Plataforma de Acción de la IV Conferencia Mundial sobre
la Mujer de 1995 han establecido las dos estrategias fundamentales para el desarrollo
eficaz de las políticas de igualdad de mujeres y hombres, la transversalidad de género y
la representación equilibrada.

1.2. En el ámbito de la Unión Europea


Estas dos estrategias han sido asumidas por la Unión Europea que ha realiza-
do un enorme esfuerzo por alcanzar una igualdad real. Resultado de ese objetivo se
han adoptado numerosas directivas, recomendaciones, resoluciones y decisiones re-
lativas a la igualdad de trato y oportunidades entre mujeres y hombres, habiéndose
desarrollado igualmente diversos programas de acción comunitaria para la igualdad
de oportunidades. El Tratado de Amsterdam, aprobado por el Consejo Europeo de
Amsterdam el 16 y 17 de junio de 1997, en sus modificaciones al Tratado de Roma de
25 de marzo de 1957, constitutivo de la Comunidad Europea, incluye en su artículo 2
una referencia específica a la igualdad entre el hombre y la mujer como misión de la
Comunidad. Igualmente, en el apartado 2 del artículo 3 se incorpora el objetivo de
eliminar las desigualdades entre el hombre y la mujer y promover su igualdad, que
deberá inspirar todas las acciones y políticas comunitarias. También hay que desta-
car que los artículos 20 y 21 de la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión
Europea establecen tanto el principio de igualdad ante la ley como la prohibición de
discriminación. Además, la Carta contiene un artículo específico, el 23, dedicado a la
igualdad entre mujeres y hombres y a las acciones positivas como medidas compati-
bles con la igualdad de trato. Asimismo, se han aprobado normas comunitarias espe-
cíficas, como la Directiva 2002/73/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de
23 de septiembre de 2002, relativa a la aplicación del principio de igualdad de trato
entre hombres y mujeres en lo que se refiere al acceso al empleo, a la formación y a la
promoción profesionales, y a las condiciones de trabajo, y la Directiva 2004/113/CE
del Consejo, de 13 de diciembre de 2004, por la que se aplica el principio de igual-
dad de trato entre hombres y mujeres al acceso a bienes y servicios y su suministro,
y la Directiva 2006/54/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 5 de julio de
2006, relativa a la aplicación del principio de igualdad de oportunidades e igualdad de
trato entre hombres y mujeres en asuntos de empleo y ocupación.

1.3. En el derecho estatal español


La Constitución Española, aunque responde a un momento en el que todavía
no se había desarrollado la sensibilidad social presente, proclama en su artículo 14,
como valor superior del ordenamiento jurídico, la igualdad de toda la ciudadanía
ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de sexo. Por su
parte, el artículo 9.2 establece la obligación de los poderes públicos de promover las
condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se
integra sean reales y efectivas. A estos preceptos constitucionales hay que unir la cláu-
sula de apertura a las normas internacionales sobre derechos y libertades contenida
en el artículo 10.2, las previsiones del artículo 96, integrando en el ordenamiento in-
terno los tratados internacionales publicados oficialmente en España; y el artículo 93,
autorizando las transferencias de competencias constitucionales a las organizaciones
supranacionales mediante la aprobación de una Ley Orgánica.
La Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de muje-
res y hombres, constituye el marco de desarrollo del principio de igualdad de trato,
incorpora sustanciales modificaciones legislativas para avanzar en la igualdad real
de mujeres y hombres y en el ejercicio pleno de los derechos e implementa medidas
transversales que inciden en todos los órdenes de la vida política, jurídica y social, a
fin de erradicar las discriminaciones contra las mujeres.
El proceso de descentralización, que a partir del texto constitucional conduce al
Estado autonómico, conlleva que sean diversos los poderes públicos que tienen que
proyectar y desarrollar políticas de promoción de la igualdad de oportunidades. La
Comunidad Autónoma de Andalucía asume en el Estatuto de Autonomía para An-
dalucía un fuerte compromiso en esa dirección como analizaremos posteriormente
en nuestra exposición.
La Constitución española supone un hito fundamental, nació con la necesidad de
un avance en el reconocimiento y garantía de derechos para los ciudadanos, obliga al
constituyente a configurar nuestra norma fundamental como la guía idónea para la
consecución de un marco democrático de derecho donde se manifiesten, reconozcan
y garanticen las libertades y derechos de todos los ciudadanos. Y supone la decla-
ración jurídica de la igualdad de todos los ciudadanos y por ende la igualdad entre
mujeres y hombres.
Dos son los preceptos fundamentales recogidos en la Constitución de 1978 a tener
en cuenta en esta materia. De un lado el artículo 9.2 CE: “Corresponde a los poderes
públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de
los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan
o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida
política, económica, cultural y social”. Y de otro lado el artículo 14, según el cual, los
españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por
razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o cir-
cunstancia personal o social.
Aunque el problema de la desigualdad sigue existiendo en nuestro país, hay que
reconocer los avances conseguidos y los esfuerzos realizados por los poderes públicos
españoles mediante políticas activas para la consecución de una mejor y mayor inte-
gración de los diferentes colectivos sufridores de desigualdad y discriminación.
A pesar de que estos son los artículos fundamentales en los que se ha basado la
regulación posterior para la consecución de la igualdad entre mujeres y hombres. La
Constitución alude en otros artículos a la igualdad entre la mujer y el hombre, entre
ellos, destacamos, el al artículo 32 CE: El hombre y la mujer tienen derecho a contraer
matrimonio con plena igualdad jurídica
Así pues, sabemos que la igualdad entre mujeres y hombres es un principio jurídico
universal reconocido en diversos textos internacionales sobre derechos humanos ya
mencionados. De la misma forma, la igualdad es, como hemos referido en el epígrafe
anterior, un principio fundamental en la Unión Europea y es un eje fundamental en
nuestra propia Constitución. Sin embargo, el pleno reconocimiento de la igualdad for-
mal ante la ley, aun habiendo comportado, sin duda, un paso decisivo, ha resultado ser
insuficiente para conseguir la igualdad real: la violencia de género, la discriminación
salarial, la discriminación en las pensiones de viudedad, el mayor desempleo femeni-
no, la todavía escasa presencia de las mujeres en puestos de responsabilidad política,
social, cultural y económica, o los problemas de conciliación entre la vida personal,
laboral y familiar muestran cómo la igualdad plena, efectiva, entre mujeres y hombres,
es todavía hoy una tarea pendiente que precisa de nuevos instrumentos jurídicos.
Resulta necesaria, en efecto, una acción normativa dirigida a combatir todas las
manifestaciones aún subsistentes de discriminación, directa o indirecta, por razón de
sexo y género; y a promover la igualdad real entre mujeres y hombres, con remoción
de los obstáculos y estereotipos sociales que impiden alcanzarla.
Hay que tener en cuenta, en este sentido, la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo,
para la igualdad efectiva de mujeres y hombre. La mayor novedad de esta Ley ra-
dica, en la prevención de las conductas discriminatorias y en la previsión de políticas
activas para hacer efectivo el principio de igualdad. Ello implica necesariamente su
proyección sobre los diversos ámbitos del ordenamiento de la realidad social, cultural
y artística en que pueda generarse o perpetuarse la desigualdad. De ahí la considera-
ción de la dimensión transversal de la igualdad. A partir de dicha norma, que supone,
en parte la transposición de las Directivas europeas ya mencionadas se ha establecido
el marco jurídico para que las distintas administraciones, todas ellas involucradas en
la consecución de la igualdad de género no solo formal sino también real, desarrollen
y contribuyan al logra este objetivo primordial en una sociedad avanzada como la
nuestra.
En consecuencia, los poderes públicos de la Comunidad Autónoma de Andalucía
están vinculados a lo establecido en los tratados y en las normas constitucionales y es-
tatutarias relacionadas anteriormente, teniendo la obligación de adoptar las medidas
necesarias para promover la igualdad de derechos de las mujeres y de los hombres.
Para ello, deben ejercitar las competencias que les corresponden desde una perspec-
tiva de género, formulando y desarrollando una política global de protección de los
derechos de las mujeres. La igualdad formal debe llenarse de contenido a través de
una actuación decidida de todos los poderes públicos y de una progresiva conciencia-
ción social e individual.
La Comunidad Andaluza ha asumido este reto, y se sitúa a la vanguardia en igual-
dad de género, junto con Cataluña y el País Vasco. Un claro exponente de la responsa-
bilidad que ha asumido en esta materia lo representa sin lugar a dudas la Ley Orgáni-
ca 2/2007, de 19 de marzo, de reforma del Estatuto de Autonomía para Andalucía.
Esto se ve reflejado en los números preceptos que contemplan la igualdad entre muje-
res y hombres y que citamos a continuación:
– Artículo 10.2 recoge entre los objetivos de actuación de la Comunidad Autó-
noma la efectiva igualdad del hombre y de la mujer andaluces, promoviendo la
democracia paritaria y la plena incorporación de aquélla en la vida social, supe-
rando cualquier discriminación laboral, cultural, económica, política o social.
– El artículo 14 prohíbe toda discriminación en el ejercicio de los derechos, el
cumplimiento de los deberes y la prestación de los servicios contemplados en
el Título I, particularmente la ejercida por razón de sexo, orígenes étnicos o so-
ciales, lengua, cultura, religión, ideología, características genéticas, nacimien-
to, patrimonio, discapacidad, edad, orientación sexual o cualquier otra condi-
ción o circunstancia personal o social. Igualmente establece expresamente que
la prohibición de discriminación no impedirá acciones positivas en beneficio
de sectores, grupos o personas desfavorecidas.
– A pesar de que el artículo 14, a semejanza de la Constitución española, garan-
tiza la igualdad, el Estatuto de Autonomía lo recoge singularmente en un artí-
culo independiente con ello se pretende dotar de mayor fuerza el compromiso
adquirido con la igualdad de género. Así se establece expresamente en el artí-
culo 15 en los siguientes términos: “Se garantiza la igualdad de oportunidades
entre hombres y mujeres en todos los ámbitos”.
– Una manifestación de la desigualdad existente entre mujeres y hombres es sin
duda lo que se ha denominado violencia de género, considerándose en los úl-
timos años una verdadera lacra social e incidiendo los poderes públicos de
una forma determinante en la voluntad de su erradicación. En este sentido el
artículo 16 dispone la protección integral contra la violencia de género, que
incluye medidas preventivas, asistenciales y ayudas públicas.
– Por su parte el artículo 38 configura los derechos antes enunciados no como
meros formalismos si no que va más allá y regula un mandato claro, directo y
vinculante hacia los poderes públicos para que adopten las medidas necesarias
para una consecución real y efectiva de los mismos y lo extiende incluso a los
particulares. La prohibición de discriminación del artículo 14 y los derechos
reconocidos en el Capítulo II del Título I vinculan a todos los poderes públicos
andaluces y, dependiendo de la naturaleza de cada derecho, a los particulares,
debiendo ser interpretados en el sentido más favorable a su plena efectividad.
El Parlamento aprobará las correspondientes leyes de desarrollo, que respe-
tarán, en todo caso, el contenido de los mismos establecido por el Estatuto, y
determinarán las prestaciones y servicios vinculados, en su caso, al ejercicio de
estos derechos.
– El artículo 73 afirma que Corresponde a la Comunidad Autónoma la compe-
tencia exclusiva en materia de políticas de género que, respetando lo estable-
cido por el Estado en el ejercicio de la competencia que le atribuye el artículo
149.1.1 de la Constitución, incluye, en todo caso:
a) La promoción de la igualdad de hombres y mujeres en todos los ámbitos
sociales, laborales, económicos o representativos.
Se atribuye, expresamente a la Comunidad Autónoma la facultad de dictar
normativas propias o de desarrollo en esta materia.
b) La planificación y ejecución de normas y planes en materia de políticas para
la mujer, así como el establecimiento de acciones positivas para erradicar la
discriminación por razón de sexo.
c) La promoción del asociacionismo de mujeres.
Corresponde a la Comunidad Autónoma la competencia compartida en ma-
teria de lucha contra la violencia de género, la planificación de actuaciones
y la capacidad de evaluación y propuesta ante la Administración central. La
Comunidad Autónoma podrá establecer medidas e instrumentos para la sen-
sibilización sobre la violencia de género y para su detección y prevención, así
como regular servicios y destinar recursos propios para conseguir una protec-
ción integral de las mujeres que han sufrido o sufren este tipo de violencia.
– El artículo 107, se refiere a la presencia equilibrada de hombres y mujeres en
los nombramientos y designaciones de instituciones y órganos que correspon-
da efectuar al Parlamento de Andalucía regirá el principio de presencia equili-
brada entre hombres y mujeres.
– En este mismo sentido el artículo 135, institucionaliza, con carácter general,
el principio de representación equilibrada de hombres y mujeres. “Una ley re-
gulará el principio de presencia equilibrada de hombres y mujeres en el nombra-
miento de los titulares de los órganos directivos de la Administración andaluza
cuya designación corresponda al Consejo de Gobierno o a los miembros del mis-
mo en sus respectivos ámbitos. El mismo principio regirá en los nombramientos
de los órganos colegiados o consultivos que corresponda efectuar en el ámbito de
la Administración andaluza”.
– Por último, y por la especial incidencia de las desigualdades en el ámbito laboral,
se recoge expresamente en el artículo 167 Los poderes públicos garantizarán
el cumplimiento del principio de igualdad de oportunidades entre hombres y
mujeres en el ámbito laboral, en el acceso a la ocupación, la formación y promo-
ción profesional, las condiciones de trabajo, incluida la retribución, así como
que las mujeres no sean discriminadas por causa de embarazo o maternidad.
Como ya hemos comentado éste es el marco jurídico que impulsa el desarrollo
normativo posterior, que desde la aprobación del nuevo Estatuto de Autonomía se ha
producido y que a continuación vamos a exponer de manera sistemática. Haciendo
igualmente referencia a la normativa anterior al mismo, que ya contemplaba compro-
misos con la Igualdad entre mujeres y hombres en nuestra comunidad.

1.4. Normativa en el ámbito de la Comunidad Autónoma


La necesidad de la implementación de un enfoque sobre la igualdad de género
exige ser desarrollado a través de normas jurídicas que permitan una transformación
real de la sociedad. Para ello los poderes públicos juegan un papel decisivo, además de
como ya hemos visto, están obligados por un mandato legal representado por toda la
normativa ya referenciada anteriormente.
Como ya hemos comentado Andalucía recoge el máximo compromiso con la
Igualdad de Género aunque es necesario señalar que desde los años 90 comenzaron
a adoptarse medidas en este sentido, podemos citar números ejemplos de acciones
adoptadas para la consecución de la igualdad, entre ellas, las más destacadas son las
siguientes:
1. Creación del Instituto Andaluz de la Mujer en 1988 (Ley del Parlamento An-
daluz 10/1988, de 29 de diciembre) que tiene como objetivo promover la igual-
dad efectiva mediante el impulso de actuaciones concretas. Entre otras tiene
asignadas las siguientes funciones:
▷ Prestar asesoramiento al Gobierno Andaluz e impulsar y coordinar las ac-
tividades de las diferentes Consejerías para el desarrollo y ejecución de Pla-
nes de Igualdad de Oportunidades para las Mujeres, como instrumento de
la acción política del Gobierno Andaluz en favor de las mujeres.
▷ Estudiar e investigar la situación de las mujeres en Andalucía, tanto reali-
zada por el propio Instituto, como a través de becas y ayudas a la investiga-
ción, para su posterior edición y difusión.
▷ Recopilar y publicar información relativa a la mujer a través del Centro
Andaluz de Documentación y Publicaciones.
▷ Realizar el seguimiento periódico de la normativa vigente y su aplicación
en lo referente al principio de igualdad.
▷ Informar a las mujeres de todos sus derechos, recursos y programas exis-
tentes en la Comunidad Andaluza.
▷ Recibir y tramitar denuncias en cuestiones concretas de discriminación por
razón de sexo, a través de los Centros de la Mujer.
▷ Fomentar la inserción laboral de las mujeres a través de la creación de cen-
tros de información y orientación, así como de programas de formación
profesional, para equilibrar cualitativa y cuantitativamente su participación
en el mundo laboral.
▷ Cooperación con la Administración Local, coordinando las políticas de
Igualdad, a través de la puesta en marcha de Centros Municipales de In-
formación de la Mujer.
▷ Impulsar y crear servicios específicos para mujeres, tales como Casas de
Acogida, de madres jóvenes etc.
▷ Promover servicios orientados a la prevención y promoción de la salud de
la población femenina.
▷ Desarrollar la práctica de la coeducación en el sistema educativo, incidien-
do en la orientación profesional no sexista, a través del programa ELIGE.
▷ Realizar de forma permanente campañas de cambios de actitudes de género
en la sociedad a través de los medios de comunicación y material divulgativo.
▷ Dinamizar el asociacionismo femenino como agente impulsor del principio
de igualdad en la sociedad.
2. En Andalucía, igual que en el ámbito de la Administración General, se han
desarrollados Planes de igualdad y, especialmente en Andalucía Planes de Ac-
tuación contra la Violencia de Género. Estos Planes son los siguientes:
▷ El I Plan de Igualdad de Oportunidades para las Mujeres (1990-1994).
▷ El II Plan de Igualdad de Oportunidades. Las Mujeres en Andalucía: Estrate-
gias para avanzar (1995-1997).
▷ I Plan de Actuación del Gobierno Andaluz para avanzar en la erradicación
de la violencia contra las mujeres (1998-2000).
▷ II Plan de Actuación del Gobierno Andaluz para avanzar en la erradicación
de la violencia contra las mujeres (2001-2004).
▷ I Plan Estratégico para la Igualdad de Mujeres y Hombres 2010-13.
3. Por otra parte, cobra especial relevancia la normativa desarrollada para conse-
cución de la igualdad de género, señalamos como ejemplos lo siguientes:
▷ Artículo 139 de la Ley 18/2003, de Medidas Fiscales y Administrati-
vas (Ley de acompañamiento a los Presupuestos del año 2004), y Decre-
to 93/2004, de 9 de marzo, por el que se regula el informe de evaluación
de impacto de género en los proyectos de ley y reglamentos que apruebe
el Consejo de Gobierno que lo desarrolla: “todas las Consejerías y Órga-
nos Directivos de la Junta de Andalucía tienen la obligación de acompañar
al procedimiento de elaboración de los proyectos de Leyes y Decretos, un
Informe de Impacto de Género que deben remitir junto al borrador de la
norma al Instituto Andaluz de la Mujer, para que se puedan realizar las
observaciones que estime oportunas”.
▷ También la Ley 6/2006, de 24 de octubre, de Gobierno de la Comunidad
Autónoma de Andalucía, en su artículo 18.3 establece la representación
equilibrada en las designaciones de las personas integrantes del Consejo de
Gobierno.
▷ La 9/2007, de 22 de octubre, de la Administración de la Junta de Andalu-
cía, en su artículo 3 señala entre los principios generales de organización y
funcionamiento de la Administración los de no discriminación e igualdad
entre mujeres y hombres. Asimismo recoge en el artículo 18 la garantía de
la representación equilibrada de hombres y mujeres en el nombramiento de
los titulares de los órganos directivos de la Administración de la Junta de
Andalucía cuya designación corresponda al Consejo de Gobierno.
4. Pero sin lugar a dudas, la norma más importante en materia de Igualdad
de Género en el ámbito de nuestra Comunidad viene representada por la
Ley 12/2007, de para la promoción de la igualdad de género en Andalucía.
Como así expone la propia Ley en su Exposición de motivos reconociendo los
pasos ya dados en diversos ámbitos normativos y territoriales, la Comunidad
Autónoma de Andalucía se dota, a través de esta ley, con instrumentos de va-
riada naturaleza y desarrollos eficaces que sirvan al propósito común de una
sociedad igualitaria, justa, solidaria y democrática en la que las mujeres y los
hombres tengan, realmente, los mismos derechos y oportunidades. En este
sentido, la Ley para la Promoción de la Igualdad de Género en Andalucía tiene
como objetivo principal garantizar la vinculación de los poderes públicos en
todos los ámbitos, en el cumplimiento de la transversalidad como instrumen-
to imprescindible para el ejercicio de las competencias autonómicas en clave
de género.
La Ley 12/2007, de 26 de octubre, se estructura en un Título Preliminar, cuatro
Títulos, una disposición adicional, una disposición transitoria, una disposición
derogatoria y dos disposiciones finales.
El Título Preliminar establece los conceptos esenciales en materia de igualdad
de género y los principios generales que han de presidir la actuación de los
poderes públicos en relación con la igualdad de género.
El Título I recoge, en su Capítulo I, las acciones para garantizar la integración
de la perspectiva de género en las políticas públicas: el informe de evaluación
de impacto de género, los presupuestos públicos con enfoque de género, el
Plan estratégico para la igualdad de mujeres y hombres, que se aprobará por el
Consejo de Gobierno y tendrá una vigencia de 4 años, el lenguaje no sexista e
imagen pública y las estadísticas e investigaciones con perspectiva de género,
necesarias para poder diagnosticar previamente la situación y poder identificar
convenientemente las acciones a desarrollar. Su Capítulo II establece las medi-
das para la promoción de la igualdad de género en el ámbito de competencias
de la Junta de Andalucía, entre las que se adopta el principio de representación
equilibrada de mujeres y hombres en los nombramientos de los órganos di-
rectivos y colegiados. Se entiende por representación equilibrada aquella si-
tuación que garantice la presencia de mujeres y hombres de forma que, en el
conjunto de personas a que se refiera, cada sexo ni supere el sesenta por ciento
ni sea menos del cuarenta por ciento.
El Título II establece las medidas para promover la igualdad de género en las
políticas públicas de los distintos ámbitos de actuación. En el Capítulo I, se
determinan las garantías para asegurar una formación educativa basada en el
principio de igualdad entre mujeres y hombres. En el Capítulo II se contem-
pla, en el marco de los Acuerdos de Concertación Social en Andalucía, las
medidas destinadas a favorecer el acceso y la permanencia de las mujeres, en
condiciones de igualdad, en el empleo. Por su parte, el Capítulo III se refiere
a la necesaria conciliación de la vida laboral, familiar y personal. En el Capí-
tulo IV se incluyen medidas en materia de promoción y protección a la salud
y bienestar social, y se tienen en cuenta también las necesidades especiales
de determinados colectivos de mujeres. El Capítulo V establece políticas de
promoción y atención a las mujeres. El Capítulo VI propone la participación
social, política y económica de las mujeres. Y en el Capítulo VII se completa
este marco de actuaciones con aquellas dirigidas a mejorar la imagen pública
de las mujeres.
El Título III se ocupa de la organización institucional y coordinación, como
estrategia adecuada y necesaria para impulsar, desarrollar y evaluar las acciones
y políticas públicas para promover la igualdad de género en Andalucía.
Y por último, el Título IV se refiere al establecimiento de garantías para la
igualdad de género.
5. Este marco general, que constituye la Ley 12/2007, de 26 de noviembre, ha sido
desarrollado posteriormente por una amplia normativa, que recogemos a con-
tinuación. Especialmente para desarrollar los órganos previstos en el Título III
de la citada Ley.
▷ Decreto 437/2008, de 2 de septiembre, por el que se crea la Comisión
Interdepartamental para la Igualdad de Mujeres y Hombres
 Tiene como finalidad el seguimiento de las acciones y actuaciones
adoptadas por la Administración de la Junta de Andalucía en materia
de igualdad de género.
 En ella están representadas todas las Consejerías de la Junta de Andalucía.
▷ Decreto 20/2010, de 2 de febrero, por el que se regula la Comisión de
Impacto de Género en los Presupuestos de la Comunidad Autónoma de
Andalucía.
 Es el órgano colegiado asesor específico, de participación administra-
tiva, que tiene como finalidad impulsar que el Presupuesto de la Co-
munidad Autónoma de Andalucía sea un elemento activo en la con-
secución de forma efectiva del objetivo de la igualdad entre mujeres y
hombres.
 Adscrita a la Consejería competente en materia de hacienda.
▷ Decreto 275/2010, de 27 de abril, por el que se regulan las Unidades de
Igualdad de Género en la Administración de la Junta de Andalucía.
 Las Unidades de Igualdad de Género, tienen como fin impulsar, coordi-
nar e implementar la perspectiva de género en la planificación, gestión y
evaluación de las políticas desarrolladas por la respectivas Consejerías.
 Asimismo, las personas titulares de las Consejerías podrán crear Uni-
dades de Igualdad de Género en sus agencias administrativas y agencias
de régimen especial.
 Las Unidades de Igualdad de Género estarán integradas por personal téc-
nico con formación en materia de género y de igualdad de oportunidades.
▷ Decreto 298/2010, de 25 de mayo, por el que se crea el Observatorio Anda-
luz de la Violencia de Género y se regula su composición y funcionamiento.
 El Observatorio Andaluz de la Violencia de Género es un órgano cole-
giado, de composición interdepartamental, con participación adminis-
trativa y social, y con funciones asesoras y de investigación en materia
de violencia de género en Andalucía.
▷ Decreto 440/2010, de 14 de diciembre, por el que se regula la elaboración
del Informe Periódico, relativo a la efectividad del principio de igualdad
entre mujeres y hombres en el ámbito competencial de la Administra-
ción de la Junta de Andalucía.
 La elaboración y coordinación del informe periódico la asumirá la Con-
sejería competente en materia de igualdad, a través del Instituto Anda-
luz de la Mujer
 El informe periódico versará sobre la efectividad del conjunto de las
actuaciones relativas al principio de igualdad entre mujeres y hombres
adoptadas por la Administración de la Junta de Andalucía
 El Consejo de Gobierno aprobará el informe periódico y lo remitirá al
Parlamento de Andalucía
▷ Decreto 12/2011, de 25 de enero, por el que se crea y regula la Comisión
de coordinación de las políticas autonómicas y locales para la Igualdad
de Género.
 La Comisión es el órgano colegiado de participación administrativa en-
cargado de coordinar e impulsar la integración del enfoque de género en
las políticas y programas, en materia de igualdad de mujeres y hombres,
desarrollados por las diferentes Administraciones Públicas de la Comu-
nidad Autónoma
 La Comisión estará adscrita orgánicamente, a la Consejería competente
en materia de igualdad, y funcionalmente al Instituto Andaluz de la Mujer.
▷ Decreto 154/2011, de 10 de mayo, por el que se regula el Consejo Anda-
luz de Participación de las Mujeres.
 El Consejo se configura como un órgano colegiado de participación de
las organizaciones de mujeres en las políticas de igualdad de género de
la Junta de Andalucía.
 El Consejo se adscribe orgánicamente a la Consejería competente
en materia de igualdad y funcionalmente al Instituto Andaluz de la
Mujer.
▷ Decreto 346/2011, de 22 de noviembre, por el que se crea y regula el
Censo de Entidades Colaboradoras con el Instituto Andaluz de la Mujer
para la Promoción de la Igualdad de Género en Andalucía.
 El Censo tiene naturaleza administrativa y carácter público, gratuito y
único, pudiendo acceder a sus asientos cualquier persona o entidad pú-
blica o privada, sin más limitaciones que las establecidas en la legisla-
ción sobre protección de datos de carácter personal.
▷ Decreto 17/2012, de 7 de febrero, por el que se regula la elaboración
del Informe de Evaluación del Impacto de Género, que deroga el Decre-
to 93/2004, de 9 de marzo, por el que se regula el informe de evaluación
del impacto de género en los proyectos de ley y reglamentos que apruebe el
Consejo de Gobierno
 Tiene como finalidad incorporar de forma efectiva el objetivo de la
igualdad por razón de género.
 El informe de evaluación del impacto de género es un documento, que
acompaña a las disposiciones, en el que se recoge una evaluación previa
de los resultados y efectos que dichas disposiciones puedan tener sobre
mujeres y hombres, así como la incidencia de sus resultados en relación
con la igualdad de oportunidades entre ambos sexos.
 El informe recogerá la información necesaria para identificar las des-
igualdades de género existentes en relación con el objeto de la disposi-
ción, realizará los oportunos análisis para detectar el impacto previsible
de la misma en la igualdad y propondrá posibles medidas para subsanar
las desigualdades si ello fuera necesario.
Por último debemos hacer referencia a la normativa sobre la prevención y pro-
tección integral contra la violencia de género. Ya que ésta supone la más execrable
de las manifestaciones de la desigualdad entre mujeres y hombres, y ha constituido
una lucha incansable de todos los poderes públicos a nivel de la Organización de las
Naciones Unidades, de la Unión Europea así como de todas las administraciones que
configuran la organización de nuestro Estado para su erradicación total.
En cuanto a la regulación legal, se ha producido una evolución normativa en el
marco estatal con la aprobación de la Ley Orgánica 11/2003, de 29 de septiembre,
de medidas concretas en materia de seguridad ciudadana, violencia doméstica e
integración social de los extranjeros, y la Ley 27/2003, de 31 de julio, reguladora
de la Orden de Protección para las Víctimas de la Violencia Doméstica. Aunque,
sin duda, el instrumento que cumple decididamente con las recomendaciones y di-
rectrices internacionales y de ámbito regional europeo es la Ley Orgánica 1/2004, de
28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género,
una Ley cuyo objetivo fundamental es actuar contra una violencia que constituye una
manifestación clara de la discriminación a través de un enfoque multicausal desde la
disposición de medidas en ámbitos muy diversos.
La Comunidad Autónoma de Andalucía asume en su Estatuto de Autonomía
también, igual que con la Igualdad pues las dos son parte de la misma realidad, una
obligación para la consecución de la erradicación de la violencia de género y en la pro-
tección integral a las mujeres, al establecer, en su artículo 16, que las mujeres tienen
derecho a una protección integral contra la violencia de género, que incluirá medidas
preventivas, medidas asistenciales y ayudas públicas. En este sentido, el artículo 73.2
dispone que corresponde a la Comunidad Autónoma la competencia compartida en
materia de lucha contra la violencia de género, la planificación de actuaciones y la
capacidad de evaluación y propuesta ante la Administración central. La Comunidad
Autónoma podrá establecer medidas e instrumentos para la sensibilización sobre la
violencia de género y para su detección y prevención, así como regular servicios y des-
tinar recursos propios para conseguir una protección integral de las mujeres que han
sufrido o sufren este tipo de violencia. Además, el artículo 10 dispone, en su apartado
1, que la Comunidad Autónoma de Andalucía promoverá las condiciones para que
la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y
efectivas; removerá los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y fomentará la
calidad de la democracia facilitando la participación de todos los andaluces en la vida
política, económica, cultural y social. A tales efectos, adoptará todas las medidas de
acción positiva que resulten necesarias.
Así pues el Gobierno de Andalucía, consciente de que la violencia de género cons-
tituye un obstáculo para el pleno desarrollo de las mujeres y de la sociedad, ha des-
tinado importantes recursos para la promoción de la igualdad entre mujeres y hom-
bres, y para la erradicación de la violencia contra las mujeres.
Para ello, ha aprobado la Ley 13/2007, de 26 de noviembre, de medidas de pre-
vención y protección integral contra la violencia de género. Ésta responde al desa-
rrollo específico de las estrategias contra la violencia de género, y constituye el reco-
nocimiento de los derechos de las mujeres en orden a su protección y atención.
Esta Ley se estructura en:
– Un Título Preliminar, cuatro Títulos, tres Disposiciones adicionales una Dis-
posición Transitoria y dos Disposiciones finales.
El Título Preliminar recoge las disposiciones generales que se refieren al objeto de
la Ley, a su ámbito de aplicación, al concepto de violencia de género y a los principios
que habrán de regir la actuación de los poderes públicos.
Por tanto, con objeto de favorecer la igualdad y prevenir y erradicar la violencia
de género, la actuación de los poderes públicos vendrá informada por el principio
de accesibilidad a la comunicación, velando de manera especial por la protección y
garantía de los derechos de las mujeres con discapacidad o mujeres en situación de
especial vulnerabilidad.
El Título I establece las acciones de sensibilización y prevención. En el Capítulo I
se fomentan las acciones para seguir avanzando en el conocimiento y la investiga-
ción de las causas, características y consecuencias de la violencia de género. En el
Capítulo II se pretende, con la elaboración periódica de un plan integral, la acción
planificada dirigida a la sensibilización, prevención, detección y protección integral.
En el Capítulo III se determinan las medidas encaminadas a que la educación sea
un elemento fundamental de prevención de la violencia y de promoción de la igual-
dad de mujeres y hombres, atendiendo además a los contenidos curriculares para
la resolución pacífica de conflictos. En el Capítulo IV se recogen las medidas para
promover una imagen de las mujeres no discriminatoria, respetando el principio de
igualdad de mujeres y hombres, vigilancia de la publicidad sexista y especial atención
al tratamiento de la violencia de género. Y en el Capítulo V se garantiza la adopción de
medidas para la formación y especialización de las personas profesionales que atien-
den a las mujeres.
El Título II desarrolla las acciones de protección y atención a las mujeres, desde
los distintos ámbitos de actuación. En el Capítulo I se establecen los derechos de las
mujeres afectadas por la violencia de género. En el Capítulo II se promueven acciones
destinadas a la formación en el ámbito de la seguridad y fomento de unidades policia-
les especializadas para la atención a las mujeres. En el Capítulo III se determinan las
medidas para la detección precoz, atención y seguimiento de las intervenciones reali-
zadas en el ámbito de la salud, así como la necesidad de reforzar la atención psicológica
a las mujeres para facilitarles su equilibrio emocional. En el Capítulo IV se adoptan
las medidas necesarias para garantizar una atención jurídica especializada, integral e
inmediata. En el Capítulo V se recogen las medidas de atención social para garantizar
a las mujeres el derecho a la información. En el Capítulo VI se determinan las medidas
para la atención integral y acogida, consistentes en el desarrollo de un modelo de aten-
ción integral dirigido a garantizar la protección, la atención integral multidisciplinar, y
la búsqueda de autonomía de las mujeres víctimas de violencia de género.
El Título III establece una serie de acciones para la recuperación integral de las
mujeres. En el Capítulo I se recogen las ayudas socioeconómicas. En el Capítulo II
se adoptan una serie de medidas tendentes a facilitar el acceso de las mujeres a las
viviendas protegidas, y en el Capítulo III se fomentan medidas encaminadas a la
formación y promoción del empleo y trabajo autónomo de las mujeres, y a la concien-
ciación en el ámbito laboral.
El Título IV promueve las acciones para la coordinación y cooperación institu-
cional, como principio básico de una política pública de carácter integral, orientada
a sumar los esfuerzos de las instituciones, asociaciones y colectivos que trabajan en la
erradicación de la violencia de género.
Este es el marco jurídico en materia de Igualdad y contra la violencia de género
que tiene como objetivo final la transformación de la sociedad y la consecución de
una igualdad real y efectiva entre mujeres y hombres y la consecución de una socie-
dad más justa y avanzada.

2. IGUALDAD DE GÉNERO: CONCEPTOS GENERALES


La búsqueda por hacer valer la igualdad jurídica, social y familiar llevó a las mu-
jeres promotoras de los derechos humanos a cabildear, realizar campañas y manifes-
tarse públicamente para colocar la igualdad de género en la agenda de las políticas
públicas. Además, han exigido el reconocimiento de los derechos de las mujeres como
derechos humanos, y que la violencia contra las mujeres y las niñas sea considerada
como una violación de los mismos.
El movimiento y el estudio por la Igualdad de Género se inicia principalmente en
la segunda mitad del S. XX, en EEUU y Reino Unido. Las primeras teorías comien-
za a distinguir entre “sexo” y “género”, entendiendo por sexo la condición orgánica,
biológicamente identificable, que diferencia a los seres animados en hembras y ma-
chos, es por tanto un concepto que atiende a características de índole biológica. Por
el contrario el término género, atienda a un concepto social, que hace referencia a
las diferencias sociales (por oposición a las biológicas) entre hombres y mujeres, las
cuales han sido aprendidas, cambian con el tiempo y presentan grandes variaciones
tanto entre diversas culturas como dentro de una misma. De esta distinción en el ám-
bito social, y de los roles o estereotipos que la sociedad atribuye, es de donde surge las
desigualdades entre hombres y mujeres. Así pues podemos definir estereotipo como
la idea o creencia que determina un modelo de conducta social basado en opiniones
preconcebidas, que adjudican valores y comportamientos a las personas en función
de su grupo de pertenencia, por ejemplo, el sexo. Partiendo de esta idea y de esta dis-
tinción nace el término Perspectiva de género como el análisis de la realidad surgido
desde el pensamiento feminista para interpretar las relaciones de poder que existen
entre mujeres y hombres. Explica la vida social, económica y política desde una posi-
ción que hace visible el mundo femenino, su realidad y sus aportaciones, comparando
sus derechos con los de los masculinos. Pone de manifiesto que el origen y la perpe-
tuación de la desigualdad no responde a situaciones naturales o biológicas sino a la
construcción social transmitida a través de la socialización diferenciada de género.
La comparación de las oportunidades y el trato que mujeres y hombres han tenido
a lo largo de la historia no ofrece dudas acerca de la persistencia de diferentes manifes-
taciones de la discriminación y la desigualdad entre ambos géneros. Podemos definir
el De lo anterior podemos definir sexismo o discriminación sexual o por razón del
sexo como mecanismo por el cual se conceden privilegios o se practica discrimina-
ción contra una persona en razón de su sexo, impidiendo la realización de todo el
potencial humano que posee.
La normativa española define los siguientes términos referidos a la discriminación
sexual, en la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de muje-
res y hombres, y en términos semejantes también es recogida en la Ley 12/2007 de 26
de noviembre, para la promoción de la igualdad de género en Andalucía.
Discriminación directa. Se considera discriminación directa por razón de sexo la
situación en la que se encuentra una persona que sea, haya sido o pudiera ser tratada,
en atención a su sexo, de manera menos favorable que otra en situación comparable. 
Constituye discriminación directa por razón de sexo todo trato desfavorable a las
mujeres relacionado con el embarazo o la maternidad.
Discriminación indirecta. Se considera discriminación indirecta por razón de
sexo la situación en que una disposición, criterio o práctica aparentemente neutros
pone a personas de un sexo en desventaja particular con respecto a personas del otro,
salvo que dicha disposición, criterio o práctica, puedan justificarse objetivamente en
atención a una finalidad legítima y que los medios para alcanzar dicha finalidad sean
necesarios y adecuados.
Recientemente se ha puesto de manifiesto una realidad respecto a la diferencia
salarial entre hombres y mujeres que realizan un mismo trabajo, acuñándose el tér-
mino, discriminación salarial que podemos definir en términos más exactos como la
situación que se produce cuando una persona recibe una salario inferior únicamente
por razón de su sexo, en cuyo caso se denomina discriminación salarial directa, pero
también cuando se consideran ciertos factores en la valoración de un puesto de traba-
jo que pueden suponer una ventaja para uno u otro sexo, en cuyo caso pasa a llamarse
discriminación salarial indirecta. Por motivos asociados meramente a la condición
biológica del individuo, sexo femenino o masculino, denominándose discriminación
salarial por razón de sexo, y/o por el hecho de ser hombre o mujer.
Como ya hemos mencionado a partir de la segunda mitad del S. XX empieza a ini-
ciarse movimientos para luchar contra la discriminación contra las mujeres y contra
la violencia que se ejerce contra esta. Este movimiento ha alcanzado cotas importan-
tísimas y es hoy en día una prioridad en el ámbito de la Organización de las Naciones
Unidas. Especialmente significativa ha sido la Declaración y la Plataforma de Acción
de la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer de 1995 han establecido las dos estrate-
gias fundamentales para el desarrollo eficaz de las políticas de igualdad de mujeres y
hombres, la transversalidad de género y la representación equilibrada.
Estas dos estrategias aparecen recogidas además de en las normas internaciona-
les, en las normas sobre la materia, ya citadas en el ámbito estatal como autonómico,
definidas en los siguientes términos. Se entiende por transversalidad de género o
mainstreaming (término anglosajón) se utiliza para designar la integración de la
dimensión de género en las políticas generales, de tal forma que el principio de igual-
dad se constituya en el eje vertebrador de las mismas. Implica que se deben tener
en cuenta las cuestiones relativas a la igualdad de oportunidades entre hombres y
mujeres de forma transversal en todas las políticas y acciones, y no abordar este tema
únicamente bajo un enfoque de acciones directas y específicas a favor de las mujeres.
Por otro lado se entiende por representación equilibrada aquella situación que ga-
rantice la presencia de mujeres y hombres de forma que, en el conjunto de personas
a que se refiera, cada sexo ni supere el sesenta por ciento ni sea menos del cuarenta
por ciento.
Para paliar los efectos de la discriminación por razón del género se utiliza lo que
se denomina como Acción positiva. Dicho concepto surge en Estados Unidos en la
década de los 60 como parte de las estrategias para luchar contra las discriminaciones
que sufren distintos colectivos a causa de su sexo, raza, religión, etc.. El Comité para
la Igualdad entre hombres y mujeres del Consejo de Europa define el concepto de
acciones positivas como las “estrategias destinadas a establecer la igualdad de oportu-
nidades a través de medidas que permitan contrastar o corregir aquellas discrimina-
ciones que son el resultado de prácticas o sistemas sociales”. Dicho concepto también
es contemplado en la legislación española y autonómica.
Por último, desde el inicio del movimiento para la consecución de la Igualdad de
género, mucho son los avances que se han producido y muchos los nuevos retos que
aparecen, de ahí que hayan surgido numerosos conceptos relacionados con la igual-
dad de género que desglosamos y recopilamos a continuación:
– Brecha de género. Diferencia entre las tasas masculina y femenina en la cate-
goría de una variable.
– Conciliación. Supone propiciar las condiciones para lograr un adecuado equi-
librio entre las responsabilidades personales, familiares y laborales. Es un con-
cepto que, tradicionalmente ha aparecido ligado, en exclusiva, a las mujeres, por
lo que es necesario trascender su significado prestando especial atención a los
derechos de los hombres en esta materia, evitando que las mujeres sean las úni-
cas beneficiarias de los derechos relativos al cuidado de hijos y otras personas
dependientes, ya que la asunción en solitario, por parte de las mujeres, de estos
derechos entra en colisión con su derecho de acceder y permanecer en el empleo.
– Corresponsabilidad. Concepto que va más allá de la mera “conciliación” y que
implica compartir la responsabilidad de una situación, infraestructura o actua-
ción determinada. Las personas o agentes corresponsables poseen los mismos
deberes y derechos en su capacidad de responder por sus actuaciones en las
situaciones o infraestructuras que están a su cargo.
– Datos desagregados por sexo. Recogida de datos e información estadística
desglosada por sexo, que hace posible un análisis comparativo contemplando
la especificidad del “género”
– Empoderamiento de las mujeres: Término acuñado en la IV Conferencia
Mundial de las Mujeres en Beijin (Pekín) para referirse al aumento de la parti-
cipación de las mujeres en los procesos de toma de decisiones y acceso al poder.
– Enfoque integrado de género. Enfoque de trabajo que pretende integrar, de
forma sistemática, la Perspectiva de Género en los diversos ámbitos (social,
económico y político) de la vida, tanto en las esferas públicas como en las pri-
vadas. El enfoque integrado de género es una metodología de intervención
basada en la integración de la perspectiva de género en todas las esferas de la
vida, en todos los niveles de intervención y en todas las fases de programación
de una intervención.
– Marca de excelencia en Igualdad. Es el reconocimiento para distinguir a
aquellas entidades comprometidas con la igualdad entre mujeres y hombres,
con la finalidad de incentivar las iniciativas empresariales que implanten me-
didas para la promoción de la igualdad en la gestión de los recursos humanos,
así como mejoras en la calidad del empleo de las mujeres.
– Paridad. La participación en lo público y en lo político, y las tareas que se de-
rivan de esa participación deben de recaer igualmente en mujeres y hombres.
– Plan de Igualdad en empresas. Son un conjunto ordenado de medidas adop-
tadas después de realizar un diagnóstico de situación, tendentes a alcanzar en
la empresa la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres y
a eliminar la discriminación por razón de sexo.
– Políticas de Igualdad de Oportunidades. Son la instrumentalización de la
igualdad de oportunidades. Las intervenciones a partir de las cuales este prin-
cipio se llevan a la práctica.
– Responsabilidad social en las empresas. Son aquellas medidas económicas,
comerciales, laborales, asistenciales o de otra índole que la empresa establece,
con la finalidad de mejorar la situación de igualdad entre mujeres y hombres
en la misma.
– Segregación Horizontal. Se da cuando las mujeres se concentran en algunas
profesiones o campos profesionales y los hombres en otros distintos.
– Segregación Vertical. Se da cuando los hombres ocupan los puestos de toma
de decisiones incluso en los sectores con presencia mayoritaria de mujeres.
– Techo de Cristal. Superficie superior invisible en la carrera laboral de las mu-
jeres, difícil de traspasar, que les impide seguir avanzando hacia puestos de
mayor responsabilidad. Su carácter de invisibilidad viene dado por el hecho de
que no existen leyes ni dispositivos sociales establecidos ni códigos visibles que
impongan a las mujeres semejante limitación, sino que está construido sobre la
base de otros rasgos que por su invisibilidad son difíciles de detectar

3. VIOLENCIA DE GÉNERO: CONCEPTOS GENERALES


Aunque la contra las mujeres es una consecuencia de la desigualdad existente en-
tre mujeres y hombres y tal su intensidad y sus consecuencias tan devastadoras, que
ha adquirido un tratamiento con entidad independiente, aunque conectada por ra-
zones obvias, de la igualdad de género. Este tipo de violencia ha sido denominada
como violencia de género, el hecho de que se le reconozca una entidad propia y una
denominación particular ha sido un gran paso en la lucha contra esta lacra. Las Na-
ciones Unidas reconocen en 1980 como la violencia contra las mujeres es el crimen
encubierto más frecuente en el mundo. La Declaración de las Naciones Unidas sobre
la eliminación de la violencia contra las mujeres define esta violencia como “todo acto
de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como
resultado daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para las mujeres, inclusive
las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se
produce en la vida pública o privada”.
En nuestro ordenamiento de Leyes específicas sobre la materia, así destacamos,
Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la
Violencia de Género, o en el ámbito andaluz, la Ley 13/2007, de 26 de noviembre, de
medidas de prevención y protección integral contra la violencia de género, que además
de recoger la definición anterior distinguen los siguientes tipos de violencia de género:
a) Violencia física, que incluye cualquier acto de fuerza contra el cuerpo de la
mujer, con resultado o riesgo de producir lesión física o daño, ejercida por
quien sea o haya sido su cónyuge o por quien esté o haya estado ligado a ella
por análoga relación de afectividad, aun sin convivencia. Asimismo, tendrán
la consideración de actos de violencia física contra la mujer los ejercidos por
hombres en su entorno familiar o en su entorno social y/o laboral.
b) Violencia psicológica, que incluye toda conducta, verbal o no verbal, que pro-
duzca en la mujer desvalorización o sufrimiento, a través de amenazas, humi-
llaciones o vejaciones, exigencia de obediencia o sumisión, coerción, insultos,
aislamiento, culpabilización o limitaciones de su ámbito de libertad, ejercida
por quien sea o haya sido su cónyuge o por quien esté o haya estado ligado a
ella por análoga relación de afectividad, aun sin convivencia. Asimismo, ten-
drán la consideración de actos de violencia psicológica contra la mujer los ejer-
cidos por hombres en su entorno familiar o en su entorno social y/o laboral.
c) Violencia económica, que incluye la privación intencionada, y no justificada
legalmente, de recursos para el bienestar físico o psicológico de la mujer y de
sus hijas e hijos o la discriminación en la disposición de los recursos compar-
tidos en el ámbito de la convivencia de pareja.
d) Violencia sexual y abusos sexuales, que incluyen cualquier acto de natura-
leza sexual forzada por el agresor o no consentida por la mujer, abarcando la
imposición, mediante la fuerza o con intimidación, de relaciones sexuales no
consentidas, y el abuso sexual, con independencia de que el agresor guarde o
no relación conyugal, de pareja, afectiva o de parentesco con la víctima.
Además de los términos anteriores se recoge en la legislación los siguientes con-
ceptos, acoso por razón de sexo que se define como la situación en que se produce un
comportamiento relacionado con el sexo de una persona, con el propósito o el efecto
de atentar contra la dignidad de la persona y crear un entorno intimidatorio, hostil,
degradante, humillante u ofensivo, y acoso sexual: La situación en que se produce
cualquier comportamiento verbal, no verbal o físico de índole sexual, con el propósito
o el efecto de atentar contra la dignidad de la persona, en particular cuando se crea un
entorno intimidatorio, hostil, degradante, humillante u ofensivo.

4. PUBLICIDAD INSTITUCIONAL E IMAGEN PÚBLICA NO SEXISTA


Hoy en día son indiscutibles son los efectos que la publicidad y la imagen pública
proyectada a través de los medios de comunicación y las nuevas formas de comuni-
cación denominadas “redes sociales” puede tener en la creación y/o recreación de
actitudes, comportamientos y estilos de vida,
Los poderes públicos no son ni pueden ser ajenos a esta realidad, por tanto, la pu-
blicidad y comunicación institucional entendida como aquella ejercida por las Admi-
nistraciones Públicas deben estar al estricto servicio de las necesidades e intereses de
los ciudadanos, facilitar el ejercicio de sus derechos y promover el cumplimiento de
sus deberes. Para dotar de esta utilidad a la publicidad institucional, como garante de
derechos y obligaciones orientados hacia intereses generales, es preciso hacer visible
la necesidad de que las instituciones públicas vigilen los efectos socioculturales que
subyacen en las campañas publicitarias que promueven, especialmente en lo referente
a la creación de una sociedad respetuosa con la Igualdad de Género entre hombres y
mujeres. Es más esta necesidad de proyección de mensajes a la sociedad que contribu-
yan a la consecución de una sociedad moderna, avanzada e igualitaria, viene ya exi-
gida por leyes tanto a nivel comunitario como estatal incluido la legislación autonó-
mica. Por tanto se le exige a las administraciones la emisión de campañas y mensajes
cuyo contenido refuercen un cambio en el modelo cultural aún hoy profundamente
androcéntrica, cuyo impacto y consecuencias entre la población, específicamente en-
tre mujeres y hombres.
Así pues la Publicidad institucional se configura como una Importante herramien-
ta de comunicación y persuasión que utilizan los poderes públicos para intercambiar
y compartir información de utilidad con la ciudadanía para dar a conocer derechos u
obligaciones a la ciudadanía y conseguir los objetivos generales que tienen encomen-
dados. De esta forma sus dos objetivos principales son:
– Ofrecer información.
– Ofrecer educación.
Como hemos comentado a los poderes públicos les vienen exigidos desde el ámbi-
to legislativos el establecimiento de una publicidad institucional no sexista, pudien-
do ser definida ésta como aquellas prácticas publicitarias institucionales que respetan
el principio de igualdad, promoviendo nuevos valores y actitudes entre la ciudadanía
más acordes y más justas con las experiencias y las vivencias reales de los hombres y
de las mujeres.
Igual que en la publicidad también es necesario por parte de los poderes públicos
la erradicación de las imágenes públicas sexistas que atribuye a la mujer roles me-
ramente relacionados con su físico o reducidos a actividades domésticas, que deben
ser desterrados por completo. Así mismo es necesario una modificación paulatina del
lenguaje porque como lo acreditan numerosas investigaciones, el lenguaje tiene una
importancia fundamental en el desarrollo de las personas por su estrecha relación con
el pensamiento y porque, además de nombrar la realidad, también la interpreta y la
crea a través de conceptos.
Por lo tanto los poderes públicos deben respecto a la publicidad, a la imagen y
al lenguaje establecer dos actuaciones fundamentales. En primer lugar, y ya que la
legislación así les obliga, es a la adopción, en su ámbito de aplicación, de las medidas
necesarias para que la publicidad institucional y la imagen que las administraciones
públicas proyectan a la sociedad favorezca la construcción de una sociedad igual entre
hombres y mujeres así como el lenguaje empleado tanto el utilizado en el funciona-
miento de las mismas, como en la producción normativa. En segundo lugar, se han es-
tablecido organismos públicos que velen porque desde el ámbito privado también se
respete estos valores, estableciéndose sanciones a quienes atenten contra la igualdad.
Como ya hemos comentado, esto viene amparado y exigido ampliamente por la
legislación.
En el ámbito comunitario destaca la Recomendación 1799 (2007) sobre la ima-
gen de las mujeres en publicidad, entre otras recomendaciones destacamos las si-
guientes:
– Pide a los medios de comunicación que en el desarrollo de su actividad contri-
buyan al necesario cambio de mentalidad con vistas a la concretización efectiva
de la igualdad y que no se limiten a transmitir imágenes que sirvan a mantener
o incluso agravar la situación de discriminación existente.
– Rechaza la difusión de imágenes de la mujer que degraden su dignidad o pongan
en tela de juicio su equiparación con el hombre en la comunicación comercial.
– Exige que se combatan los estereotipos sexistas en los contenidos, las imágenes
y el lenguaje de la publicidad.
– Recomienda que los consejos rectores de la televisión de los Estados miembros
que todavía no lo hayan hecho elaboren un código ético de conducta.
Ámbito estatal, la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de
mujeres y hombres dedica el TIT III a la “Igualdad y medios de Comunicación”, y la Ley
Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de medidas de Protección Integral contra la violen-
cia de género define la publicidad sexista como una de las causas que motivan la violencia
y se establece como publicidad ilícita aquella que atente contra la dignidad de la persona
o vulnere los valores y derechos reconocidos en la Constitución. Igualmente se establece
el mandato a las administraciones públicas de velar por el cumplimiento estricto de la
legislación en lo relativo a la protección y salvaguardia de los derechos fundamentales,
con especial atención a la erradicación de conductas favorecedoras de situaciones de
desigualdad de las mujeres en todos los medios de comunicación social. Por último la
Ley 29/2005, de 29 de diciembre, de Publicidad y Comunicación Institucional establece
que: Las campañas institucionales contribuirán a fomentar la igualdad entre hombres y
mujeres y respetarán la diversidad social y cultural presente en la sociedad.
Ámbito de la Comunidad andaluza: Ley 12/2007, de 26 de noviembre, para la
promoción de la igualdad de género en Andalucía, que establece la adopción de las
medidas necesarias para eliminar el uso sexista del lenguaje, y garantizar y promover
la utilización de una imagen de las mujeres y los hombres, fundamentada en la igual-
dad de sexos, en todos los ámbitos de la vida pública y privada. Igualmente recoge la
Ley que la Administración de la Junta de Andalucía garantizará un uso no sexista del
lenguaje y un tratamiento igualitario en los contenidos e imágenes que utilicen en el
desarrollo de sus políticas. También establece que los poderes públicos de Andalucía
promoverán la transmisión de una imagen igualitaria, plural y no estereotipada de
los hombres y de las mujeres en todos los medios de información y comunicación,
conforme a los principios y valores de nuestro ordenamiento jurídico y las normas
específicas que les sean de aplicación. Los medios de comunicación social, cuya ac-
tividad se encuentre sujeta al ámbito competencial de la Comunidad Autónoma de
Andalucía, promoverán la aplicación de un uso no sexista del lenguaje e impulsarán la
transmisión de una imagen de las mujeres y los hombres libre de estereotipos sexistas
Por último destacar entre los órganos específicos de regulación de la materia
destacamos: la Comisión de publicidad y comunicación institucional adscrito al Mi-
nisterio de la Presidencia, el Consejo Audiovisual Andaluz como órgano responsable
de la regulación de la actividad de los medios audiovisuales, asegurando el respeto
de los derechos y libertades reconocidos en la Constitución y el Estatuto de Auto-
nomía, así como del cumplimiento de la normativa vigente en materia audiovisual y
de publicidad, previsto en el Estatuto de Autonomía para Andalucía y desarrollado a
través de la Ley 1/2004, de 17 de diciembre, de creación del consejo Audiovisual de
Andalucía así como los como los Observatorios de la publicidad no sexista a nivel
estatal y autonómico.

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