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Monica Perez - Oratoria Con PNL
Monica Perez - Oratoria Con PNL
Monica Perez - Oratoria Con PNL
«Da tu primer paso ahora. No importa que no veas el camino completo… el resto del
camino aparecerá a medida que camines».
MARTIN LUTHER KING
Son, por tanto, manuales de uso que ajustan los instrumentos disponibles para
cubrir las necesidades de cada ámbito.
Todos ellos tienen una estructura similar así como unos contenidos básicos
compartidos, adaptados a los destinatarios a los que va dirigido cada texto.
Es además una serie «viva» puesto que los libros pueden sufrir
modificaciones en cualquier momento por parte de la autora. Si quieres que te
avisemos cuando haya cambios en la publicación que tú has adquirido, envíanos
un email a: info@pnlparaprofesionales.com indicando: «añádanme a la lista de
correos».
Este es un buen ejemplo de para qué sirve la Oratoria: para defender tus
derechos, expresar tus opiniones, compartir tus ideas. Y, sin embargo, muchas
personas evitan hacerlo porque da miedo.
Como ves, sí hay casos de personas que han muerto hablando en público,
pero no es habitual, y cuando el caso sucede, se convierte en noticia y todos
los medios de comunicación se hacen eco del suceso. Muere gente realizando
esta actividad como efectuando cualquier otra.
Pero... ¿qué ocurre en realidad con este tema? Hablar en público es lo mismo
que hacemos durante toda nuestra vida para relacionarnos con los demás: hablar.
Lo único que lo diferencia es la coletilla «en público». ¿Por qué se produce ese
temor?
Como suelo indicar en mis cursos: «Si lo peor que te podría pasar hablando
en público es morirte, y no es habitual que ocurra, ¿por qué tememos a esta
actividad?»
¡Claro que te pueden pasar muchas cosas cuando lo haces! En una ocasión
decidí escribir en twitter una relación de lo que te puede ocurrir delante de
un auditorio. Cuando llegué a los cien tuits publicados opté por parar porque
fui consciente de que aquello no tenía fin. ¡Es imposible anticiparse a todo lo
que puede suceder durante una presentación! Las tres Claves de la Oratoria
que vas a aprender en este libro te ayudarán a salir de cualquier
circunstancia, sea cual sea.
Por lo tanto, es tu decisión si quieres leer este libro y aprender las técnicas
que te ayudarán a triunfar. Te soy sincera: la PNL es muy fácil de aplicar; la
Inteligencia Emocional es para que te la trabajes durante toda tu vida; y la
Oratoria, si no la llevas a cabo, da igual que yo te explique cuáles son sus claves
y cómo hacerlo mejor. Una vez adquiridos los conocimientos, el ingrediente
básico para hablar en público es la práctica. Es como si quisieras hacer una
paella sin arroz. Todos los ingredientes pueden estar perfectamente preparados,
pero sin el blanco cereal no será paella.
«Existe al menos un rincón del universo que con toda seguridad puedes mejorar, y
eres tú mismo».
«La vida es como es como una cámara: solo enfócate en lo que es importante,
captura los buenos momentos, saca de lo negativo un aprendizaje revelado y, si las cosas
no salen como deseabas, intenta una nueva toma».
1. COMUNICACIÓN VERSUS
INCOMUNICACIÓN
Dice un chiste:
«Un smartphone».
Hablar en público es lo que hacemos cada vez que abrimos la boca y hay
varias personas delante. Pero... ¿cuánto es público? De hecho, el término es
bastante subjetivo, y según pregunto a los participantes de mis cursos, hay quien
considera que hablar delante de una persona, si esta es «importante» para el
emisor, también es «hablar en público». Ésta es una de las primeras cosas que
enseño a mis alumnos de Oratoria: todo depende de la relevancia que le demos al
término y a lo que hagamos en nuestra cabeza con ello.
Por ello la palabra mágica para aprender Oratoria es para mí: «gestión».
Deberás gestionar bien tu cabeza para que te ayude a hablar en público, gestionar
tus emociones para sentirte a gusto; gestionar tus tres tipos de lenguaje (verbal,
no verbal y paraverbal) para dar credibilidad, gestionar las tres Claves de la
Oratoria para saber salir de cualquier situación...
¿Cómo se aprende mejor a hablar en público? Yendo a clase, está claro. Aquí
no vale con que hagas solo un curso online, veas vídeos o leas libros. Necesitas
el ojo del profesor/a para hacerte ver lo que debes mejorar, cuáles son tus
fortalezas y tus debilidades. Mucha gente viene a mí diciéndome que da
conferencias en su empresa, o clases en la universidad. Tras unos minutos
realizando una actividad práctica conmigo, les hago ver que sus piernas se
mueven de los nervios, o que levantan los talones, o que hacen siempre el mismo
gesto con las manos, o que aburren con su voz, o que utilizan muletillas o
rellenadores de silencios como «ehhhh, ahhhh». Solo cuando son conscientes de
lo que están haciendo, pueden hacer cambios en su Oratoria y mejorarla. Este
libro te ayudará a ello.
3. LA INTELIGENCIA EMOCIONAL
«Hoy en día a los profesionales se les contrata por sus capacidades técnicas y se les
despide por su falta de habilidades emocionales».
Muchas veces me han preguntado en los cursos si todas las historias que
cuento en mis clases son verdad. Yo indico que así es, e invito a los alumnos a
hacerlo también. De manera habitual explico si la anécdota que voy a contar me
pasó a mí, si es una información que me ha llegado por otra vía, si es una noticia
real, etc... Si un orador es pillado en algo falso pierde su credibilidad, y como
suelo decir, eso es lo más importante que tenemos a la hora de hablar en público.
Cuando Abraham Lincoln era un joven abogado vivió una anécdota que
demostró su capacidad para adaptarse. En un mismo día, y en la misma sala,
tuvo dos juicios por un delito muy parecido. La cuestión era que en la primera
vista era el demandante y en la segunda, el demandado. Su intervención de la
mañana consiguió que ganara el pleito su defendido. Sin embargo, por la tarde,
tenía preparado justamente el argumento contrario. Ante esta circunstancia, el
juez no pudo más que preguntarle cómo era posible que en un mismo día tuviera
ese cambio de actitud. A lo que el futuro presidente de Estados Unidos comentó:
«Muy sencillo, Señoría. Esta mañana tal vez estaba en un error, pero esta tarde
estoy seguro de que tengo razón».
• Compromiso: son fieles al bien del grupo. Son buenos formando parte de un
todo porque saben comprometerse en un proyecto común. Se aplica tanto a nivel
personal, en el compromiso con una persona para formar pareja, familia, etc... y a
nivel profesional: identificándose con la empresa, con el proyecto, con el equipo.
• Conciencia política: son personas con capacidad para advertir las relaciones
de poder existentes en la sociedad, en el mundo empresarial, etc... y se muestran
abiertos a comprender cómo funcionan las entidades según los sectores
implicados.
«El liderazgo debe ser agradable, afable, cordial y, sobre todo, emocional. La moda
del liderazgo autoritario se ha ido».
Las personas que poseen esta cualidad saben dirigir y motivar equipos;
fomentan los objetivos compartidos, la identificación con el proyecto y saben
tomar decisiones para liderar con su ejemplo y su bien hacer.
3.2.1. El miedo
«El tamaño de los problemas dependerá del miedo que les tengas».
(ANÓNIMO)
Hace unos años, Darío, un chaval de 23 años vino a mi clase de Oratoria con
PNL. Se presentó tímidamente, y cuando comprobó que el curso iba a ser muy
práctico y que le iba a tocar salir a hablar muchas veces, me dijo que se iba.
Comentando con él la situación me explicó que no podía soportarlo, que tenía un
miedo atroz y que se marchaba. Conseguí convencerle para que estuviera en
clase dos horas más. «Solo hasta el siguiente descanso», le dije. «Si entonces te
quieres ir yo no te voy a retener». Darío asintió, convencido de que en ese
tiempo se iría. Cuando llegó el momento, mientras sus compañeros iban a la
cafetería, le espeté: «¿Qué vas a hacer?». Él respondió: «Me quedo». ¿Qué había
ocurrido en aquellas dos horas? Fue el tiempo justo para hablar de la gestión de
emociones, entre ellas del miedo, y Darío fue consciente de que él no era el
único que estaba experimentándolo en clase. ¡Algunos de sus compañeros lo
pasaban tan mal como él hablando en público! Descubrir a otras personas con el
mismo problema le sirvió para mantenerse en el curso y terminarlo.
3.2.2. La tristeza
Esta emoción la empleamos para vivir los duelos, no solo cuando se nos muere
alguien. Vivimos muchos pequeños duelos: cuando nos cambiamos de casa,
aunque vayamos a una casa más grande, pero dejamos nuestro antiguo barrio y
nos da pena; cuando nos vamos de nuestro empleo por uno mejor pero nos da
tristeza dejar a nuestros compañeros de trabajo, por ejemplo. Y por supuesto, la
tristeza tiene otra función: nos ayuda a sensibilizarnos sobre lo que ocurre en el
mundo.
También tú como orador vas a poder expresar la tristeza. Si tienes que hablar
sobre los malos resultados de la empresa, concienciar sobre un problema
ambiental o relatar una historia que conmueva a tu audiencia, la emplearás.
3.2.3. El asco
Nos aleja de aquellas cosas que nos repelen, que no nos gustan, y nos facilita
que nos separemos de ellas. Muchas noticias duras que encontramos con
frecuencia en los medios de comunicación producen en nosotros esta emoción.
3.2.4. La alegría
Creo que si nos dieran a elegir: ¿Con qué emoción te quedarías? Seguramente
escogeríamos ésta, parece que es la que mejor «marketing» tiene. Es la que nos
hace sentir bien, y estar más cerca de lo que denominamos «felicidad». También
va unida a conceptos muy importantes como el positivismo.
¡Qué mejor escaparate de nuestra alegría, que una buena sonrisa en nuestro
rostro cuando salgamos al escenario! No seremos menos profesionales si en
nuestras presentaciones ante un cliente, un auditorio o nuestros jefes, somos
capaces de que nuestra cara se ilumine sonriendo.
3.2.5. La sorpresa
La vida está llena de sorpresas, buenas y malas, y debemos estar preparados
para encajar tanto unas como otras. También en la Oratoria. Pasan muchas cosas
cuando hablamos en público, y debemos estar preparados para responder de
manera adecuada.
Hay ponentes que entregan sus PowerPoint por escrito a los asistentes antes
de comenzar. De hecho, a veces en la Escuela Europea de Oratoria algún alumno
nos pregunta por qué no lo hacemos así. La respuesta es simple: «si tienes
delante toda la presentación que voy a hacer, si vas pasando las hojas según voy
hablando... ¿dónde queda la sorpresa?».
Una de las cosas que vas a aprender con este libro es a sorprender a tu
público, como hacen los grandes oradores. Para ello tendrás que saber manejar
esta fascinante emoción.
3.2.6. El enfado
¿Puede un orador enfadarse con alguien del público? Por supuesto que sí.
Siempre que demuestres respeto a la vez. Pero, como veremos a continuación,
una cosa es el enfado, y otra, la ira.
• Miedo: pánico
• Alegría: falsa euforia
• Tristeza: depresión
• Sorpresa: apatía
• Asco: repugnancia
• Enfado: ira
Por tanto, solo agarrando bien fuerte las riendas de nuestras seis emociones
seremos capaces de gestionarlas adecuadamente. Y fíjate que hablo de
«gestionar» y no de «controlar».
Quizás estás pensando: «ya Mónica, pero esto es muy difícil». Lo sé, ya te lo
había comentado, la Inteligencia Emocional no es sencilla, pero es cuestión de
trabajársela día a día, a fin de conseguir cambios importantes.
«¿Por qué tenemos dos orejas y una sola boca?» pregunto en los cursos
presenciales. La respuesta metafórica está clara: porque estaría bien hablar
menos y escuchar más. La sociedad en la que vivimos tiene un gran déficit de
atención: queremos estar en varias cosas a la vez, pensando además en el futuro
y olvidándonos de vivir con plenitud el presente. Ahora que se habla tanto de las
técnicas de «mindfulness» (conciencia plena) es más importante que seamos
conscientes del «aquí y ahora».
Si no, ocurre que estamos charlando con alguien y, mientras el otro habla,
pensamos en cuestiones variadas: la lista de la compra, qué voy a hacer mañana
o qué voy a comentar yo cuando el otro deje de hablar. Así no podemos
mantener una buena comunicación.
¿Por qué nos interesa tener una buena escucha activa? Principalmente por dos
razones:
1) La otra persona tiene que percibir que estás ahí para ella, sentirse
escuchada.
2) Si no escuchas con los cinco sentidos, que es lo que nos dice la escucha
activa, te pierdes mucha información. Necesitas esa percepción múltiple porque
es habitual que una persona exprese algo con su lenguaje verbal y otra muy
distinta con el no verbal. Si estás pendiente de todo ello sabrás distinguir las
incongruencias que se produzcan en su comunicación.
Nos dice la Inteligencia Emocional que cada uno de nosotros somos como un
barco velero que va navegando por el mar. En principio, si nada sucede, nuestra
embarcación surca los océanos sin problemas. Sin embargo, en un momento
determinado puede producirse una tormenta, una marejada, olas muy altas... que
provocan que nuestra vela se mueva, e incluso pueda caerse. Asimismo nos
sucede en la vida real. Nos levantamos con la idea de pasar un día espléndido,
pero antes de salir de casa tu pareja te grita, tu compañero de trabajo está
enfadado contigo, tu jefa te expresa su descontento por algo que has hecho mal
y... ¿qué ocurre con tu vela? Comienza a tambalearse y puede incluso llegar a
caer y que la tengas que volver a levantar. Si la vela se mueve o se cae es
porque hemos realizado una pésima gestión de emociones y, ante los estímulos
del exterior, han salido a pasear nuestras cargas emocionales.
Ahora, prueba con tu ayudante lo siguiente: sitúate de pie, con las piernas
separadas una distancia similar a la que hay entre tus hombros más o menos, con
las rodillas relajadas y preparadas para flexionar en caso necesario. Mientras tú
mantienes esa postura —llamada de neutralidad— tu cómplice realiza una
presión lateral con la mano en tu hombro igual a la que tú vas a ejercer en
dirección contraria, de manera que no consiga que muevas tus pies del suelo.
Estamos buscando el punto de neutralidad. Si sientes que la presión es
demasiada, flexiona las rodillas. En esta ocasión, es como si alguien te gritara y
tú supieras mantener la calma, estar sereno, es decir, que no te «mueve la vela».
Esta postura no es una metáfora, es para utilizarla en la vida real cada vez que
necesites gestionar tus emociones, tanto en tus circunstancias personales como
profesionales. Sea cual sea el ámbito en el que te mueves, seguro que más de una
vez necesitarás usarla.
Imagínate que viajas en tren y que éste se encuentra casi vacío. Estás sentado
en tu asiento tranquilamente cuando decides ir a la cafetería. Tras media hora
tomando algo vuelves a tu sitio para encontrarte con la sorpresa de que alguien
se ha sentado en tu lugar. Tienes tres opciones:
a) Sentarte en otro asiento aunque no sea el tuyo (en el supuesto de que haya
asientos libres).
a. Las personas sumisas son aquellas que no protegen sus intereses, sino que
se pliegan a los de los demás con facilidad. Se puede decir que tienen una baja
autoestima que les hace no respetarse como debieran; y una alta consideración
de los otros. A la larga se enfrentan a una autoestima cada vez más baja y a una
falta de respeto por parte de los demás.
b. Las personas agresivas son aquellas que defienden sus intereses por encima
de todo y de todos, sin tener en cuenta los derechos de los demás. Tienen una
autoestima baja y gran falta de empatía. Con el tiempo se encuentran con que el
resto de las personas no quiere estar con ellos y esto incrementa su agresividad.
Aunque hay individuos con una mayor predominancia de alguno de los tipos,
en general a lo largo de nuestra vida cualquiera de nosotros puede dar una
respuesta sumisa, agresiva o asertiva en una circunstancia determinada. Desde
luego las personas que se consideren más agresivas o más sumisas en su vida
habitual, deberían tratar de trabajárselo para evitar problemas de comunicación
con los demás. Como hemos reiterado ya en varias ocasiones, es cuestión de
conseguir ser más felices, estando más a gusto con nosotros mismos.
Por supuesto, a la hora de trabajar nuestra comunicación la asertividad es para
nosotros una meta fundamental puesto que nos proporciona las herramientas
para desenvolvernos fácilmente en cualquier entorno, evitando los conflictos.
Dice la sabiduría popular: «en esta vida todo se puede decir, lo importante es
saber cómo». La asertividad nos enseña a hacerlo con libertad de expresión,
comunicación directa, adecuada, abierta y franca, y nos proporciona facilidad de
relación con todas las personas, un comportamiento respetable y la aceptación de
nuestras limitaciones.
Necesitas la asertividad para defender tus derechos ante los demás, ya sea en
la comunidad de vecinos, la reunión de equipos, o la presentación de resultados
en la empresa.
3.6. El compromiso
«No hay éxito duradero sin compromiso».
TONY ROBBINS
Por tanto, si quieres que te contraten para dar conferencias, que tu superior
cuente contigo para representar a la empresa o quieres ganarte la vida con la
Oratoria, más vale que trabajes tu capacidad para el compromiso. Recuerda... si
no vas a cumplir, mejor que no te comprometas.
3.7. Sé consciente de tu aprendizaje
«Si quieres cambiar, eres tú quien debe hacer el esfuerzo».
KATHARINE HEPBURN
Los seres humanos nos pasamos la vida aprendiendo, y no hay nada para la
humildad, tan importante como ello. Ya sea si te estás iniciando en el mundo de
la Oratoria como si ya eres un ponente consagrado, seguro que en muchos
aspectos de tu existencia continúas percibiendo conocimiento. Por ello nos
interesa conocer cómo se desarrolla esta actividad de «instalar nuevo software» y
actualizarnos.
Según los científicos, el ser humano pasa por cuatro etapas en el aprendizaje:
1ª) Incompetencia Inconsciente (II): yo no sé que no sé. Hay tantas cosas que
ignoramos que ni siquiera somos conscientes de que existen. Por ejemplo, si
antes de comprar este libro no sabías que existía la Programación
Neurolingüística, no eras ni siquiera consciente de tu falta de conocimientos
sobre el tema.
Imagínate empleando las técnicas de Oratoria que vas a aprender en este libro
y que vas a poder practicar en tus intervenciones. Antes de adquirir este texto
seguramente no sabías que existían. Según lo vayas leyendo asumirás todo lo
que desconocías. Luego harás una presentación en público y llevarás a la
práctica todo lo aprendido. Es posible que la primera vez no lo hagas de manera
espléndida, pero si insistes, cada vez lo irás haciendo mejor. Como todo en la
vida, durante el aprendizaje habrá momentos mejores y peores, pero no nos
podemos dejar llevar por los que no nos salgan bien, estas son experiencias para
seguir aprendiendo.
Y cuando los conocimientos los has incorporado de tal manera que ya forman
parte de tu ser y te puedes dedicar a disfrutar de lo que haces, es la etapa de
«fluir», como verás en el epígrafe siguiente.
«La mente que se abre a una nueva idea, jamás volverá a su tamaño original».
3.8. Fluir
Como cualquier otra persona a veces me duele la cabeza, o estoy acatarrada, o
algún acontecimiento de mi vida hace que no me encuentre del todo bien. Aun
así, mi trabajo es dar conferencias y cursos con lo que, pase lo que me pase,
necesito estar a pleno rendimiento. ¿Cómo lo hago? Fluyendo.
«Las personas que piensan que no son capaces de hacer algo, no lo harán nunca,
aunque tengan las aptitudes».
4. LA PROGRAMACIÓN
NEUROLINGÜÍSTICA (PNL)
«La vida no es lo que nos pasa sino lo que hacemos con lo que nos pasa».
Además, otra de las cuestiones que nos aporta la PNL es que nuestro cerebro
tiene mucha más capacidad de la que usamos. Vamos a verlo con un sencillo
ejemplo. Lee este párrafo:
Puedo asegurarte que después de leer este contenido sobre la PNL mirarás a
las personas con otros ojos. ¡Pobres conejillos de indias los que te rodean, ya
sean clientes, jefes, compañeros de trabajo o familia!
Además de John Grinder y Richard Bandler hoy en día hay grandes maestros
de la PNL como son Robert Dilts, autor de un gran número de libros sobre la
materia, así como Anthony Robbins, un orador motivacional capaz de «seducir»
a un público de más de 12.000 personas al mismo tiempo. Para mi preparación
en estos temas he tenido ocasión de estudiar con todos ellos y, por supuesto, te
los recomiendo.
4.3. Ámbitos de aplicación
La PNL tiene dos ámbitos principales de aplicación:
4.3.1.Terapia
Muchas de las prácticas y ejercicios de PNL se usan para realizar terapia con
clientes. De hecho cada vez hay más psicólogos y coaches que la utilizan.
Es verdad que, como en todo, también hay mucho charlatán. Hay personas
que, en nombre de la PNL, anuncian que se puede curar con ella enfermedades
como el cáncer u otras de gravedad similar. Ni siquiera Bandler y Grinder se
atreven a aseverar este tipo de cosas. Lo que sí es cierto es que la Programación
Neurolingüística puede ayudar a los pacientes a vivir la enfermedad de otra
manera, o a paliarles el dolor de forma psicológica, trabajando con su mente.
4.3.2. Comunicación
• En los colegios los profesores aprenden PNL para saber llegar mejor a sus
alumnos pero también para utilizarla en las tutorías con los padres.
Cada vez doy más formación a más colectivos diferentes porque en cualquier
profesión hoy en día se necesita aprender a comunicarse mejor con los demás y
la PNL nos da la posibilidad de hacerlo, como veremos en las herramientas que
vamos a aprender aquí.
4.4. Presuposiciones
La PNL tiene una serie de premisas o asunciones que fueron desarrolladas por
sus creadores. Aquí vamos a destacar exclusivamente aquellas que te interesan
desde el punto de vista de la Oratoria.
a. El mapa no es el territorio.
«Todo ser humano tiene el derecho a ser desigual, pero igualmente digno e
importante»
MARGARET TATCHER
«El mapa no es el territorio» es una sencilla frase que esconde una gran
verdad. Los creadores de la PNL se dieron cuenta de que cada persona tiene una
forma de ver la vida, un mapa de la misma, que es absolutamente diferente al de
los demás. Este mapa se genera por todo lo que nos ha sucedido, desde la
infancia, la vida en familia, la escuela, el instituto, la universidad, el mundo
profesional, las relaciones sentimentales, etc… Ni siquiera dos gemelos que
hayan nacido casi al mismo tiempo tienen el mismo mapa de la realidad.
Esto hace que nadie tenga realmente «la verdad de las cosas», sino que cada
uno de nosotros tiene su verdad. Nuestra historia pasada, cultura, educación,
vida profesional y personal nos ha marcado de tal manera que hemos creado un
mapa absolutamente individual. Es la razón por la cual, ante un mismo
acontecimiento, personas diferentes tienen respuestas distintas.
Como suelo decir, cada vez que doy un curso, «yo estoy dando la misma
formación para todos, pero cada persona lo percibe según su mapa. No es igual
si ya has estudiado previamente Inteligencia Emocional o PNL, si tienes mucha
práctica hablando en público, si te cuesta concentrarte, etc...».
b. No puedo no comunicarme.
«Es mejor estar callado y parecer tonto, que hablar y despejar las dudas
definitivamente».
GROUCHO MARX
Por lo tanto, más importante que lo que decimos (el mensaje) es cómo lo
decimos (uso de la voz) y qué estamos diciendo con nuestro cuerpo sobre ello.
Ocurre con mucha frecuencia en cualquier ámbito. Das una información sobre
cómo se debe hacer algo y te encuentras con que no se ha hecho como tú querías.
La PNL te determina por qué: por una parte, porque el mapa de las personas que
tienes delante es distinto al tuyo; y por otra, porque quizás no te has explicado
bien. Si es solo una persona de tu público quien no lo ha entendido puedes pensar
que a lo mejor no se ha esforzado lo suficiente para comprenderlo pero, si nadie
de tu audiencia lo ha captado, entonces es que eres tú quien debe reconocer: «no
he sabido comunicarlo bien».
A veces, cuando voy a dar un curso a algún colectivo, es fácil que alguien
diga ante una herramienta nueva que planteo: «Pero es que esto aquí es
imposible», para al cabo de un rato convenir conmigo en que «a lo mejor no es
tan irrealizable». La resistencia al cambio del ser humano y el miedo a dejar la
zona cómoda es increíble.
¿Tú crees que los oradores de éxito hacen las cosas de igual manera? ¿Es que
tienen más «suerte»? Quizás es que son los que más arriesgan, los que más
apuestan por nuevas fórmulas para realizar su trabajo. Te diré lo que me llegó un
día por las redes sociales: «Si te copian, es que has encontrado un modelo de
éxito. Si además te critican es que no saben ni cómo copiarte».
«Al éxito y al fracaso, esos dos impostores, trátalos siempre con la misma
indiferencia».
RUDYARD KIPLING
En la cultura laboral actual parece que éxito o fracaso son las únicas formas
de observar cualquier resultado. Sin embargo la PNL nos indica que no es así. Si
algo no ha salido como esperábamos podemos considerarlo como una
experiencia más de la cual sacar un aprendizaje. Está claro que si tus superiores
no conocen la PNL a lo mejor no lo van a comprender, pero en tu interior, tú
debes saber que «de lo bueno se aprende pero de lo malo más».
Otro ejemplo, cuentan que el jugador de tenis Vitas Gerulaitis perdió 16 veces
consecutivas contra Jimmy Connors. Tras ganarle por fin un partido dijo: «Que
esto os sirva de lección. Nadie gana a Vitas Gerulaitis 17 veces consecutivas».
«No digas: «no puedo» ni en broma, porque el subconsciente no tiene sentido del
humor, lo tomará en serio y te lo recordará cada vez que lo intentes».
FACUNDO CABRAL
Como leí en un tuit: «Llega un día en el que te das cuenta de que eres más
valiente de lo que crees, más fuerte de lo que pareces y más listo de lo que
piensas».
¿Recuerdas que te decía que la PNL te puede dar herramientas para saber
cosas de las personas que ellas no saben de sí mismas? Pues uno de esos
instrumentos es el VAK.
De esta manera hay personas que son más visuales, más auditivas, más
sensoriales, más olfativas y más gustativas. ¿De qué depende? De lo que
hayamos hecho en nuestra vida, de a lo que nos dediquemos, de nuestra
profesión, cultura, educación, etc... es decir, de muy diferentes factores.
Por ejemplo, serán más olfativas personas que emplean la nariz en su vida
laboral, como los enólogos o los perfumistas. Las personas ciegas son más
auditivas, porque es el sentido que más utilizan. Los cocineros emplean el olfato
y el gusto, suelen ser más kinestésicos.
Pero no sólo eso, los sistemas representacionales son las formas habituales a
través de las cuales, por un lado, percibimos la realidad, y por otro, creamos
nuestros pensamientos, tanto para recordar cosas del pasado como para planificar
el futuro. Es, por ello, la manera en que recogemos, almacenamos y procesamos
la información.
Hablar alto y rápido: este tipo de respiración provoca que se hable más rápido,
también se hace más alto.
Mantener una postura recta: de pie y sentado con la espalda recta.
Además los visuales se caracterizan por mirar a los demás a los ojos cuando
hablan con ellos, por lo que, si alguien no lo hace, suelen considerar que la
persona es maleducada e incluso les llaman la atención: «oye, mírame que te
estoy hablando». Si la otra persona es auditiva es fácil que responda: «pero si te
estoy escuchando».
Depende del porcentaje visual del que se disponga hay personas que están
dotadas de una gran memoria fotográfica, otras son especialmente buenas para el
dibujo... Hay carreras que fomentan ser más visual como es el caso del diseño, la
arquitectura, la moda, el dibujo, etc.
Mantener una postura no tan rígida: la espalda no está tan recta como en los
visuales ni de pie ni sentado.
Los auditivos suelen ser buenos para la música o para los idiomas (no tienen el
mismo buen oído para todo sino que suele estar especializado), les molestan los
ruidos y por ejemplo, es habitual que no necesiten «ver» la tele, con escucharla es
suficiente. Son profesiones habituales de los auditivos: ingenieros, informáticos,
músicos, locutores de radio, abogados, etc.
Mantener una postura relajada: tanto de pie como sentado los hombros
tienden a irse hacia adelante.
Al igual que los auditivos, los kinestésicos no necesitan mirar a los ojos a las
personas a las que se dirigen ni tampoco precisan realizar el signo de
asentimiento, cuestiones que habrá que tener muy en cuenta a la hora de
«detectarlos».
Quizás ahora nada más leerlo te parezca que no «cuadras» en uno específico o
que tienes los tres muy iguales; no te preocupes si es así porque es habitual. Hay
personas que tienen uno de los tres sistemas muy desarrollado en relación a los
otros, por lo que lo notan fácilmente. Otras necesitan analizarse, estudiar sus
palabras, pero también sus posturas, sus entornos de trabajo, sus decisiones en la
vida... todo ello nos da pistas sobre qué sistema es el que más empleamos.
Respecto a las palabras que usamos, existe tal diferencia entre visuales,
auditivos y kinestésicos que podemos decir que es como si habláramos otro
idioma distinto. Y es que según estemos «programados neurolingüísticamente»
por las experiencias y vivencias de nuestra vida, empleamos más unos términos
que otros. Esta es la razón por la cual es fundamental que todas aquellas
personas que quieran mejorar su comunicación estudien PNL, necesitamos
hablar en visual, auditivo y kinestésico para saber llegar a cualquiera que sea
nuestro interlocutor.
la persona visual: «Es un lugar muy espacioso, con ventanas grandes, unos
cuadros preciosos, mucha luz, bien decorado, unas sillas bonitas y todo
muy organizado».
la persona auditiva: «Es un despacho tranquilo, sin ningún tipo de ruidos, con
salas de reuniones insonorizadas donde se puede hablar muy bien, y
utilizan un hilo musical muy armonioso».
Los tres estarían diciendo la verdad, cada uno desde un ángulo diferente, y
sin embargo, describiendo el mismo lugar.
Por ejemplo, su tendencia, tanto sentado como de pie, cuando está relajado,
es hacerlo cómodamente hacia atrás o que sus hombros caigan hacia delante al
andar. No obstante, si le ves pronunciando un discurso, comprobarás que su
presencia es impecable. Se percibe que es kinestésico también en su manera de
vestir. No le importa la moda. Sus trajes son exclusivamente de color azul o
negro y cuenta con una variedad «finita» de corbatas. Durante la campaña
electoral sus colaboradores se reían porque prefería llevar unos zapatos rotos
pero cómodos, que llevarlos impecables y nuevos. Al hablar en público también
se percibe la kinestesia. Obama tiene una gran capacidad para emocionar a los
demás, empleando una voz lenta y baja que da una gran musicalidad a su voz.
Conocer el VAK de las personas que te rodean es muy útil para saber cómo
mejorar la comunicación con ellas, por supuesto. Pero también hay que tenerlo
en cuenta como oradores. Por ejemplo, es posible que vayamos a dar una
conferencia a un grupo que mayoritariamente puedes imaginar que son más
visuales, más auditivos o más kinestésicos, o no.
Por regla general, cuando nos dirigimos a un público, por eso es tan
importante la PNL en la Oratoria, necesitamos emplear palabras visuales,
auditivas y kinestésicas, puesto que entre las personas que nos oigan, habrá,
seguramente, de los tres sistemas. Utilizar un idioma multisensorial, que se
llama, te permitirá incrementar tu capacidad de comunicación ante una
audiencia.
Por todo esto te conviene descifrar cómo eres, cuál es el sistema preferencial,
el canal que más utilizas y cuál es el que menos, y tratar de fomentar este último.
Un buen consejo es que a partir de ahora hagas algo que no hacías: escucharte.
¿Qué palabras utilizas? ¿Qué términos nunca empleas? Incluso al escribir: ¿Qué
lenguaje usas en tus emails? Todo ello te dará más pistas para definir si eres una
persona más visual, más auditiva o más kinestésica.
4.6. Calibración y rapport
«¿Ha trabajado alguna vez con ciegos y sordos?» Le preguntaron en una
ocasión a Richard Bandler. Sin pensárselo un momento, él respondió: «Lo hago
cada día».
Son dos de las herramientas más apreciadas por mis alumnos de periodismo
en la Facultad, quizás porque además de ser útiles y fáciles de aplicar a este
tema, resultan también satisfactorias en otras cuestiones que también les
«importan». Y es que cuando llego a este tema de la PNL y comienzo a
explicarlo, es habitual que algún alumno pregunte: «Mónica, esto de la
calibración y el rapport es muy bueno para ligar, ¿no?» Rindiéndome yo ante la
evidencia: «Si es bueno para comunicarse, es bueno para ligar».
4.6.1. Calibración
«La calibración en PNL es el proceso de saber leer las respuestas de la otra persona
en una interacción con ella».
¿Cómo son sus expresiones faciales mientras vas hablando? ¿Sonríen, están
serios, enfadados, aburridos?
4.6.2. Rapport
La PNL define el rapport así: «El encuentro con el mapa del individuo que
tenemos delante». En realidad es mucho más sencillo de lo que esa definición
parece puesto que supone simplemente, adaptarnos a la otra persona,
físicamente, para obtener una conexión psicológica.
• La postura corporal
• Los macrogestos: realizados con cabeza, tronco y extremidades.
• La expresión facial
• La voz
• La respiración
• Los predicados VAK
Por lo tanto, cuando tienes una persona delante, si quieres mejorar tu sintonía
con ella, puedes imitar su lenguaje corporal al igual que hemos dicho que
haríamos con el sistema VAK. Asemejándonos más a ella fluye la comunicación.
¡Ojo, solo se espejan los gestos grandes! Esto quiere decir que si la persona se
toca la nariz o el pelo, o gesticula, nosotros lo haremos.
Una vez, dando clase a varios grupos de trabajadores de una misma empresa,
cada vez que llegaba a este punto del rapport, alguien levantaba la mano y decía:
«Mónica, nuestro director general se sienta así (se tumbaba hacia atrás en la silla,
con las manos unidas por detrás de la cabeza, piernas estiradas y cruzadas hacia
adelante). ¿Cómo le hacemos rapport?». Curiosamente, como todos los grupos a los
que le daba formación tenían el mismo director general, siempre me hacían la
misma cuestión. Mi respuesta era clara: «Hacemos rapport hasta donde podamos.
Como no creo que os atreváis a colocaros en la misma postura que él, situaros con
la espalda hacia atrás y cruzad las piernas». Siempre me quedaron ganas de dar
clase a ese individuo en particular.
Para llegar a cómo un orador consigue hacer rapport con su público, vamos a
pensar en cómo lo hace un cantante. Miles de personas le acompañan en un
concierto y tiene que conseguir sintonizar con todos ellos. ¿Se te ocurre imaginar
cómo lo consigue? En esa situación, lo que el artista hace es conseguir que sea el
público el que haga lo mismo que él: poniendo el micro para que canten ellos
mientras él se calla, pidiéndoles que den palmas, o que bailen a su mismo ritmo,
etc...
En Oratoria se hace igual. Nuestro objetivo es conseguir que el público esté con
nosotros todo el tiempo, es decir, no solo de cuerpo, sino también de mente. De ahí
que sea muy habitual hoy en día que el ponente haga al público ponerse de pie,
bailar con él, masajearse unos a otros, o hacer cualquier otro ejercicio físico juntos.
En 2017 fui a Londres a ver a Tony Robbins con un grupo de alumnos y profesores
de la Escuela Europea de Oratoria. Yo ya había tenido ocasión de verle años atrás en
Roma, pero quería disfrutarlo de nuevo. Robbins es uno de los grandes autores de la
Programación Neurolingüística, pero además, es el mejor orador de todos ellos. En
esa ocasión consiguió reunir a 11.000 personas que, durante cuatro días, bailamos
juntos, cantamos juntos, lloramos juntos, reímos juntos, pasamos las brasas
descalzos juntos, etc... Tony es un auténtico monstruo del rapport y consigue una
conexión con su auditorio bestial.
Aquí vamos a ver cómo se puede aplicar esta herramienta para preparar una
presentación. Esta técnica te ayudará a determinar de qué tema quieres hablar y
qué vas a contar.
b) Una vez que tengas varias cuestiones sobre la mesa, busca otro lugar físico
diferente y acomódate en él. Aquí vas a dejar que salga el crítico que hay en ti:
busca todos los inconvenientes posibles a cada propuesta, viendo la parte
negativa de cada una de ellas.
c) Por último, ve al sitio que has elegido para sacar tu parte más realista. En
dicho lugar trata de comparar lo que has analizado en cada uno de los temas,
seguramente observando todo te surgirán ideas nuevas y rechazarás cuestiones
que en un principio te parecieron interesantes.
La idea es que en cada lugar físico establezcas un vínculo con un tipo de
pensamiento: creativo, crítico y realista. Si coges un poco de práctica verás cómo
te acostumbras y te ayuda en tu trabajo.
Esta técnica de Walt Disney se emplea mucho en PNL y puede ser una nueva
e interesante forma de preparar tus intervenciones.
4.8. Los cambios de estado
«Lo bueno de los estados es que no duran eternamente, lo malo de los estados es que
no duran eternamente».
JOSEPH O’CONNOR
Y nuestro estado nos afecta para conseguir que las cosas salgan mejor o peor.
¿Verdad que hay días que alguna actividad te funciona mejor que otras veces?
En Oratoria, por ejemplo, el estado es fundamental. Solo con empezar a hablar
yo sé si voy a tener un día más «fluido» o menos que otros.
Y además, dentro del kinestésico interno, que implica sentir algo, puedes
sentir algo positivo o algo negativo. Un kinestésico interno positivo es, por
ejemplo, sentir la alegría de que tu hijo ha aprobado todo, el día de tu boda, el
primer beso, etc... y un kinestésico negativo resulta cuando alguien se enfada
contigo, tú gritas a alguien, se muere un familiar, tienes miedo al hablar en
público, etc...
Otro ejemplo: vas por la noche por una calle oscura tú solo. De repente oyes
un ruido a tus espaldas y te llega un estado de kinestésico interno negativo: el
miedo. ¿Qué puedes hacer?
«Lo que hay que hacer es disfrutar del viaje mientras que estás en él».
Así que, a partir de ahora, cuando vayas a hablar en público, pregúntate: ¿Qué
estado de ánimo quiero que tengan después de que yo hable? Y encuentra la
manera de conseguirlo.
«La tecnología por sí sola no basta. También tenemos que poner el corazón».
JANE GOODALL
Ahora que ya tienes en tus manos la potente caja de herramientas que supone
la Inteligencia Emocional y la Programación Neurolingüística, estás a punto de
aprender tres claves que te ayudarán a resolver cualquier circunstancia que
acontezca cuando hables en público. Da igual si lo que haces es dar una
conferencia, pronunciar un discurso o lo que pretendes es efectuar las
conclusiones orales en un juicio.
Decía en el capítulo sobre «hablar en público» que hoy en día te puede pasar
cualquier cosa cuando estás exponiendo ante un grupo de personas. Eso le pasó
al portavoz del Departamento de Estado de EEUU, John Kirby en julio de 2016.
Estaba dando una rueda de prensa sobre terrorismo cuando, de repente, se dio
cuenta de que un periodista no le estaba haciendo caso. «¿Estás jugando a eso de
Pokémon, no?», inquirió interrumpiendo lo que estaba comentando. «Solo estoy
echándole un ojo», respondió el periodista. Lejos de demostrar su desagrado, el
Sr. Kirby terminó su declaración ante la prensa y, volviéndose al reportero le
preguntó: «¿Cogiste uno?». Indicando el periodista: «No, la señal no es muy
buena». Con absoluta tranquilidad el portavoz respondió: «Lo siento».
Pero... ¿qué entendemos por naturalidad? ¿Quiere eso decir que puedes llegar
al auditorio y meterte las manos en los bolsillos? Por supuesto que no.
Necesitamos ser naturales en una versión mejorada 2.0, es como si fuéramos
nosotros con el software perfectamente «actualizado». Por tanto, es posible
aprender cómo hacer las cosas mejor, eso no está reñido con seguir siendo tú.
Un ejemplo de un orador sin experiencia pero que empleó las tres claves de
la Oratoria con éxito fue Richard Turere. Era entonces un adolescente de trece
años que en 2013 pronunció una espléndida charla en el foro de conferenciantes
TED (ted.com) de EEUU con el título: «Mi invento que hizo la paz con los
leones». En ella explica cómo estos animales se comían el ganado de su poblado
en Kenia, y cómo consiguió inventar un sistema de luces que evitara que los
felinos se acercaran a los animales domésticos. Turere no había dado clases de
hablar en público pero cuenta su historia con naturalidad, humildad y corazón.
Dicen que el ser humano, a pesar de nacer con dos hemisferios, el derecho y
el izquierdo, comienza sus primeros años de vida utilizando el derecho. Sin
embargo, en el momento en el que entra en la «educación formal», es su
hemisferio izquierdo el que empieza a desarrollarse, «censurando» en cierto
modo, al derecho. La expresión «los niños no lloran» no es sino un ejemplo de
una creencia empleada durante años al menos en España, para indicar a los
hombres que no deben mostrar sus emociones. Exponer lo que se siente ha sido
considerado durante mucho tiempo como síntoma de debilidad.
Te pongo un ejemplo de una historia real, como todas las que cuento en mis
intervenciones públicas. Yo la leí en la prensa, me conmovió, y pensé que tenía
aplicación para mis cursos. Te la cuento aquí:
«Eva nació un 17 de abril. Podría ser un bebé más que nace en el mundo pero no fue así. Eva
es una niña que nunca irá al colegio. Eva es una niña que nunca llegará a la mayoría de edad. Eva
es una niña que nunca se enamorará, ni irá a la universidad, ni se casará, ni tendrá hijos. Pero a
pesar de su corta estancia en este mundo, Eva habrá salvado más vidas que cualquiera de nosotros.
A las 19 semanas de embarazo los padres de Eva recibieron una terrible noticia: su hija iba a
nacer sin cerebro, y moriría a las pocas horas de nacer. El médico les daba la opción de interrumpir
el embarazo, o no. Si continuaban con la gestación, el doctor les dijo que la niña podría ayudar a
otros bebés si donaban sus órganos.
Los padres de Eva, conscientes de lo duro que sería, decidieron que ella nacería. El día 17 de
abril de 2017 Eva nació, estuvo unas horas con sus padres y su hermano, y murió».
Frente a esto, hay miles de ejemplos de discursos vacíos, en los que el orador
cuenta fríamente lo que pretende, sin expresar nada ante un público que le mira
aburrido. Los políticos, a veces, pecan de esto precisamente, de realizar una
«Oratoria sin corazón». No es tan fácil que un político arranque del público que
le escucha unos aplausos sinceros, emocionados. Algunos se lo permiten en los
mítines de la campaña electoral, pero en la vida política habitual, cuando
inauguran unas instalaciones, entregan unos premios o comentan una nueva ley,
sus discursos están llenos de palabras bonitas y vacías de sentimientos.
Un buen ejemplo de discurso que cumple con este llegar al corazón es el que
dio el 7 de diciembre de 2009 la cantante Shakira. Habló en la Universidad de
Oxford y realizó una intervención que cumplía las tres claves de la Oratoria. Te
lo recomiendo.
Un orador español que también las cumple muy bien es Antonio Banderas. El
actor, galardonado con muchos premios, suele hacer discursos espléndidos,
donde demuestra su naturalidad, su humildad y que habla desde la pasión.
6. PREPARACIÓN
«Las personas que tienen perro tienen más posibilidades de hablar bien en
público». Esta frase tan extraña como irreal, fue el inicio que empleé en un evento
de la Escuela Europea de Oratoria. Quería llamar la atención del público sobre la
importancia de dedicar el tiempo suficiente para preparar lo que vamos a exponer
delante de un auditorio. Tienes que tener claro que si quieres hablar bien en
público lo tienes que ensayar y, por tanto, tendrás que emplear tu tiempo en
hacerlo. Mi tesis respecto a los canes es que, como hay que pasearlos tres veces al
día por lo menos, esos momentos de no hacer otra cosa son ideales para mí para
pensar en qué voy a decir y cómo lo voy a hacer. Han sido ya muchas veces las
que, con mi presentación de diapositivas impresa he salido a la calle a pasear a mi
perro, repasándola por el parque una y otra vez.
Por lo tanto, uno de los primeros problemas que surgen a la hora de hablar en
público en general, es que no nos preparamos lo suficiente. En mis clases de
Oratoria alumnos que son directores de importantes multinacionales, médicos o
ingenieros que tienen que hacer intervenciones delante de un auditorio, confiesan
que, como mucho, preparan la presentación visual pero no ensayan lo que van a
decir. Saber improvisar está bien, aunque no todas las personas lo saben hacer
con precisión, pero desde luego, la mejor improvisación se hace cuando conoces
muy bien el tema. Por tanto, que quede claro: hacer un PowerPoint (siempre que
utilizo este término me refiero a éste y a cualquier otro software de
presentaciones) no es preparar la intervención.
6.1. Información previa
Me gustaría creer que dedicáis mucho tiempo a ensayar vuestras
intervenciones, y seguro que algunos de vosotros lo hacéis, pero me consta que
la mayoría de los oradores no le dan el tiempo suficiente a la preparación. Para
unos y para otros, me gustaría daros un itinerario para organizar cualquier
presentación, así que comenzaremos con la información previa que necesitamos
recabar.
2º Cuál es el objetivo:
• Tamaño del público: un discurso televisado que va a ser visto por millones
de personas no es lo mismo que una presentación que se da en una oficina de
diez empleados para dar la bienvenida a uno más. Cuanto mayor sea el tamaño
de la audiencia más aspectos tendremos que tener en cuenta puesto que nos
encontraremos con más diferencias en cuanto a las aptitudes, actitudes, edades,
divergencias culturales, etc... Ejemplo de un discurso de este tipo es el de
investidura de los presidentes de Estados Unidos. Tras jurar el cargo, realizan
una alocución que saben que va a ser observada por el mundo entero, en países
amigos y enemigos, por lo que el texto lleva mensajes para diferentes grupos.
• Orientación política: Hay ciertos temas que un orador debe evitar al realizar
su presentación: política, religión, sexo... Es decir, no viene a cuento que un
médico hable de a quién vota, que lo haga un maestro en clase, o un ingeniero al
hacer una presentación. No son temas que interesen a la audiencia y a la vez, se
puede generar malestar entre aquellas personas que no opinen igual que tú. Por
ejemplo, se sabe que el Rey Felipe VI de España es del Atlético de Madrid de
fútbol, pero aunque en su vida personal esa sea su elección y tiene todo el
derecho a tener sus preferencias, en público debería abstenerse de hacer
comentarios que puedan molestar a los rivales.
•¿En qué tipo de lugar se va a hablar? Ojalá que siempre que un orador fuera a
hablar se encontrara con un sitio perfecto en cuanto a: comodidad, temperatura
de la sala, luz, medios técnicos, etc... La realidad es que en muchas ocasiones no
es así. Sería interesante que antes del día del evento, conocieras personalmente,
o al menos tuvieras información previa, de dónde se va a realizar la alocución.
Por ejemplo, no es igual dar una conferencia en el escenario de los Jameos del
Agua, en Lanzarote, obra del arquitecto canario César Manrique, un lugar
espectacular, que hacerlo en la sala de un ayuntamiento, un colegio o una
catedral. La intervención deberá adecuarse a cada lugar.
I. Un buen inicio
«El mejor discurso es aquel que consta de un buen inicio, un buen final y en el que la
distancia entre ambos es la mínima posible».
WINSTON CHURCHILL
El ser humano lleva contando historias desde que en los tiempos prehistóricos
un miembro de la tribu dibujaba en la caverna cómo habían cazado un grupo de
bisontes. Se cree que fue el descubrimiento del fuego el que hizo aparecer las
primeras historias, cuando los seres humanos se sentaron a su alrededor y
empezaron a contarse qué habían hecho durante el día.
• Comenzar con una pregunta: es también una fórmula muy fácil. Se trata de
introducir la intervención con una pregunta retórica o una cuestión para que el
público la responda. Ejemplo: «¿Cuánto tiempo hace que no pisáis un charco?».
• Una cita célebre: puedes elegir una frase que haya dicho alguien conocido
como buen inicio, siempre que tenga algo que ver con el tema. Como dijo Henry
Ford: «Si crees que puedes o si crees que no puedes, tienes razón». En este caso,
debes tener en cuenta que cuando escribimos una cita célebre en un texto,
podemos elegir si mencionamos el nombre del autor antes o después de la frase.
Sin embargo, cuando expresamos una cita oralmente, se recomienda indicar
primero el nombre del autor, ¿por qué? Por dos razones. Por una parte, porque si
lo hacemos en estilo directo, es decir, poniendo dos puntos y abriendo comillas,
nos obligamos a emplear la voz de forma adecuada para expresar esos signos de
puntuación fundamentales para que la cita se entienda. Por otra parte, al
mencionar primero el nombre de la persona célebre, es probable que las personas
que te escuchen se afanen más en hacerlo si ese personaje les llama la atención.
Te pongo un ejemplo, puedo decir: «El campo es el lugar donde corren desnudos
los animales crudos», como dijo Woody Allen; o como dijo Woody Allen: «El
campo es el lugar donde corren desnudos los animales crudos».
En cualquier caso, tampoco hay que abusar de las frases de otros al hablar en
público. Esos ponentes que incluyen demasiadas citas de otros autores resultan
demasiado pedantes para el público general.
¿Por qué es además importante un buen inicio? Por dos razones más además
de captar la atención del público. Por una parte, los primeros minutos de tu
presentación es cuando puedes estar más nervioso así que si llevas el principio
bien preparado y ensayado irás más tranquilo. Por otra, si la charla que vas a dar
la realizas con diferentes destinatarios en distintas ocasiones, siempre puedes
utilizar un inicio que sabes que funciona y te sale bien.
Ya tienes el buen inicio que has preparado para llamar la atención del público.
Ahora necesitas organizar bien la presentación. Mi recomendación es que antes
de abrir el programa PowerPoint, si es que lo vas a utilizar, organices tu
intervención sobre el papel.
El guion es muy claro en este caso: buen inicio, objeto del tema y buen final.
¡Ya está! Buscas una frase llamativa para empezar, indicas el motivo de tu
intervención y cierras con una pregunta, una anécdota breve o una cita. Si lo
haces bien te meterás el público en el bolsillo con mucha facilidad.
a) Nombre de la persona
b) Tema del que va a exponer
c) Por qué nos habla de ello
6.3.2. Conferencia/Ponencia/Presentación
Si estás comenzando tu carrera quizás nunca hayas pensado en dar una charla
ante un auditorio extenso pero, comprobarás cómo, si adquieres una cierta
relevancia profesional, surgen las peticiones para que demuestres lo que sabes, lo
que has aprendido, en un escenario. Desde luego, si trabajas en una empresa,
hacer presentaciones a otros departamentos, a otras direcciones o a otras filiales
de tu entidad está a la hora del día así que te vendrá muy bien conocer cómo se
hace una buena presentación.
8) Audio y vídeo solo sin son necesarios y, por supuesto, muy breves.
¡Cuidado! Es importante comprobar antes de empezar la presentación que los
archivos son compatibles con el ordenador que se va a usar en la sala y que los
altavoces están funcionando.
Por cierto, cuando te pongas en pie para comenzar tu presentación calcula bien
dónde te sitúas, de manera que permitas que se vea la pantalla. Asimismo
recuerda que no puedes mirar a la misma, sino al público. Un pasador de
diapositivas te permitirá alejarte del ordenador e incluso pasearte entre la gente si
quieres.
Como dijimos anteriormente, una opción es presentar con PowerPoint pero otra
es no hacerlo. Dar una conferencia sin presentación visual es más difícil —por eso
la utilización de este software se ha hecho tan popular— pero si se sabe hacer bien
tiene mucho más mérito. En este caso, cuando eres tú —sin ningún recurso
técnico— el que está delante de un público, es preciso que tengas bien claro que
debes ser visual, auditivo y kinestésico por ti mismo. ¿Cómo? Empleando
términos de los tres sistemas representacionales, utilizando espléndidamente la
voz y sabiendo emocionar a tu auditorio. En la página web «ted.com»
encontrarás muchas intervenciones tanto con PowerPoint como sin él que te
servirán de guía. En Oratoria se aprende mucho viendo a los demás.
Por supuesto, también se pueden emplear otros recursos técnicos como son
pizarras, rotafolios, cartulinas o cualquier otro que se te ocurra. Y sobre todo...
una gran dosis de imaginación. Cuanto más sorprendente seas más éxito tendrás.
6.3.3. Discurso
Hay muchos discursos que han hecho historia. Algunos muy emotivos, como
el de Robert Kennedy cuando murió Martín Luther King (1968); otros
complicados como el de Bill Clinton (1998) cuando confesó al pueblo
americano que había tenido con la señorita Mónica Lewinsky una relación
inapropiada; declaraciones ante el juez como la de Nelson Mandela (1964) antes
de entrar en la cárcel; el de investidura de John F. Kennedy, etc.
Pero si no cuentas con esos métodos siempre puedes leerlo desde el atril. Eso
sí, tras haberlo practicado mucho, de manera que suene natural y espontáneo
aunque sea leído.
¿Cuánto debe durar un discurso? En realidad, depende del tiempo que te den
los organizadores del evento. En general, un discurso debe tener una longitud
máxima de 20 minutos. Se dice que fue Ronald Reagan quien así lo estipuló pero
además coincide con la opinión de los especialistas que consideran que una
mayor duración supone una pérdida de atención por parte del público. Además,
extenderse puede poner en peligro la vida del propio orador. ¿Qué no te lo crees?
El noveno presidente de Estados Unidos, William Henry Harrison, hizo su
discurso de investidura demasiado largo, habló 45 minutos, en pleno mes de
febrero en Washington, y se empeñó en no llevar abrigo. Murió un mes después
de neumonía.
En la fórmula que te voy a dar, excepto el buen inicio y el buen final, el resto
de los elementos pueden estar incluidos en el orden en el que consideres. Vamos
a ello:
• Una cita célebre: una frase de alguien que sirva para hacer alusión a un tema
respecto a lo que estamos hablando. Aquí hay que hacer una apreciación
importante: cuando escribimos una cita debemos siempre, a no ser que sea una
frase muy conocida, indicar el nombre de la persona que la dijo. Es decir, si
estamos en España podemos decir: «Como dijo el poeta: «Caminante no hay
camino, se hace camino al andar»», siempre que estemos en un foro en el que
tengamos la seguridad de que nuestro público sabe que son unos versos de
Antonio Machado. Pero si no lo sabemos, entonces sí deberíamos mencionar el
nombre del autor.
• Una definición: elige una palabra clave del discurso y emplea una
definición. Puede ser la que proporciona la RAE en su diccionario, la tuya propia
o la de la Wikipedia, etc...
• Una historia (storytelling): mejor si es de la persona protagonista del acto. Si
eres tú puede ser tuya, o del individuo que se va de la empresa, o del grupo de
alumnos que se gradúan, etc...
Esta manera de hacer un discurso no es la única, por supuesto, pero sí una que
hemos comprobado en la Escuela Europea de Oratoria, que funciona.
A ti, el elevator pitch te puede servir: bien para hacer una presentación inicial
en una mesa redonda en la que el moderador indica que tienes solo tantos
minutos para hacerlo; bien para postularte a un nuevo empleo en una empresa en
la que ansías entrar; bien para convencer a un cliente de que acepte tu producto o
servicio, etc. Hay muchas formas de realizar un elevator pitch, yo aquí te voy a
enseñar la que aplico en mis cursos porque creo que es muy fácil de diseñar y
recordar después. Vamos a ello.
4º) Quiénes son tus clientes: qué empresas, entidades o personas han sido
clientes tuyos.
5º) Por qué tu: cuál es tu valor diferencial. Es el punto más importante porque
se refiere a aquello que te hace especial como para que te contraten a ti y no a
otro. Por ejemplo: «Deberían contar con nosotros porque somos líderes en el
sector en nuestro país».
6º) Qué quieres: qué te gustaría sacar de esa charla: una reunión, su tarjeta,
que se pongan en contacto contigo, llamarles tú, etc...
a) Pecha Kucha
Este vocablo tan especial se refiere en japonés al ruido que hacemos los seres
humanos al hablar en grupo, algo así como el «cuchicheo» en nuestro lenguaje.
Es originario de Japón donde dos arquitectos, Astrid Klein y Mark Dytham se
percataron de las aburridas intervenciones que sus compañeros de oficio
realizaban cuando organizaban un congreso. Las alocuciones se alargaban de tal
manera que los eventos se hacían demasiado lentos y espesos.
El formato tuvo tanto éxito que hoy en día no solo se emplea en congresos de
arquitectura sino, por ejemplo, en los comités de dirección de empresas en sus
eventos anuales. Además se usa en todo el mundo para organizar espectáculos
donde el público va a tomarse una copa y ver a los distintos conferenciantes
realizar sus Pecha Kucha. En 2015 tuve ocasión de participar en Madrid en este
tipo de celebración, en mi caso, ¡cómo no! hablando de Oratoria.
b) Ignite
Unos años después, como el Pecha Kucha tenía tanto éxito, desde Estados
Unidos surgió otra forma de presentación similar, a la que llamaron Ignite
(Ilumínanos). Es muy parecida a la anterior, pero en este caso son 20
diapositivas que corren cada 15 segundos, por lo que la charla total es de 5
minutos, en vez de 6 minutos 40 sg.
El ser humano tiene capacidad para comunicarse a través de esos tres tipos de
lenguaje. Es fundamental conocerlos para una buena comunicación con los
demás porque la congruencia de los tres es la que nos da credibilidad ante las
personas que nos escuchan.
Una de las presuposiciones de la PNL, como ya has visto antes, es que «no
puedo no comunicarme», y su explicación se basa sobre todo en la existencia de
un tipo de lenguaje que, usualmente, no sabemos gestionar adecuadamente, el
lenguaje no verbal (LNV).
Si eres de los que considera: «yo soy transparente», plantéate si lo quieres ser.
Está bien que tus seres queridos sepan que tienes un día malo o que te ha
ocurrido algo fantástico pero... ¿estás seguro de que quieres que lo sepan en la
oficina? ¿Que tu equipo o tus jefes se enteren? Al menos necesitas aprender a
gestionar tu lenguaje no verbal, y así puedes decidir cuándo quieres que este
delate algo sobre ti o no.
Los gestos son los movimientos que se producen en nuestro cuerpo, a veces
conscientes y a veces inconscientes, como consecuencia de un impulso exterior o
interior. La mayoría de ellos los aprendemos en nuestra infancia por imitación.
Como los macrogestos varían según la zona cultural en la que vivamos, para
más información sobre el LNV de tu lugar, te recomiendo que busques un libro
específico escrito por un autor de tu misma región.
En cuanto a lo que nos indica la PNL, hay que tener en cuenta que los visuales
tienen tendencia a llevarse la mano a la zona cercana a los ojos, los auditivos se
llevan la mano al oído y los kinestésicos a la nariz.
• microgestos: se producen en la cara, y son los gestos que delatan nuestro
estado de ánimo, aunque a veces son demasiado rápidos para ser detectados. En
ellos, las cejas tienen un papel preponderante; su combinación con la boca
provoca diferentes expresiones.
Los gestos tienen tanto peso en nuestra comunicación que los usamos en
detrimento de la voz. De esta forma, cuando nos comunicamos por teléfono,
por ejemplo, que no contamos con el apoyo del lenguaje no verbal, la
comunicación se complica. ¡Y no es porque nosotros no movamos las manos!
La realidad es que gesticulamos de manera inconsciente para expresarnos mejor,
aunque nuestro interlocutor no pueda contemplarlo.
7.1.2. La mirada
¿Te imaginas una reunión en la que la gente no se mirara a la cara? Sí, bueno,
ya sé que quizás estás pensando que hay reuniones hoy en día en los que las
personas están más pendientes del móvil que de otra cosa. La mirada es
fundamental en la comunicación. Si no miramos, no comunicamos, nos dice la
Programación Neurolingüística y así es. El primer gesto de comunicación del ser
humano es éste.
¿Por qué debemos mirar a los demás cuando hablamos con ellos? Te voy a dar
tres razones fundamentales:
¿Qué ocurre si soy auditivo y no tengo costumbre de mirar a los ojos? Está
bien que seas consciente de cómo eres, pero como hemos dicho ya, la PNL nos
ayuda a hacer cambios, así que, en momentos en que necesites una
comunicación precisa con alguien deberás ser consciente de que necesitas mirar
a la cara. Conocerse a uno mismo nos da la gran ventaja de que podemos
comunicarnos mejor modificando aquello que nos impide hacerlo por nuestra
forma de ser.
7.1.3. La sonrisa
Aunque en algunos lugares del mundo se emplee más que en otros la sonrisa,
y también depende de las personas, por supuesto, lo cierto es que es el gesto más
importante del ser humano. Es el primero de aprobación que hacemos cuando
somos bebés, es gratis, no se gasta y es agradecido en casi cualquier contexto.
Así, muchas situaciones conflictivas se pueden resolver utilizando la sonrisa,
sobre todo cuando no puedes echar mano del lenguaje verbal porque lo
desconoces. Ante un problema de idioma, la sonrisa te salva de muchas
circunstancias.
Está claro que como orador es muy interesante saber leer el lenguaje no verbal
de los demás, puesto que te proporciona información adicional sobre las
personas que tienes delante. Pero hay que hacer las siguientes salvedades en esta
cuestión:
Descifrar lo que dice el lenguaje no verbal es ser capaz de juntar el puzzle que
las piezas de sus gestos nos están transmitiendo. Solo si eres hábil en unir esos
elementos podrás hacerte una idea del estado de ánimo que está en el interior de
la persona que los realiza.
2) Allan y Bárbara Pease en su libro «El lenguaje del cuerpo» resaltan la
importancia de buscar la congruencia de la persona. Si su voz está diciendo una
cosa, su mensaje otra y su lenguaje no verbal otra, habrá que ver cuál es la real.
Si una persona está sentada con los hombros echados hacia adelante y solo
juzgamos por el gesto podríamos pensar: «es kinestésica (asumiendo que es
su postura natural)», «está deprimida» (haciendo una lectura de mente y
espejando lo que a ti te ocurre cuando estás en esa posición); pero si te la
encuentras en un funeral porque un familiar suyo ha fallecido de repente,
puedes descubrir que está desgarrada por el dolor.
Durante los trece años que trabajé en radio siempre fui muy consciente de
que mi voz era el instrumento básico de mi trabajo, con lo cual, traté de
cuidarla al máximo. Por supuesto, al realizar un programa en directo, tenía
una persona de sustitución por si un día me pasaba algo y no podía realizar el
programa. Por fortuna, en todos los años de emisión, jamás sucedió.
Hay personas que cuentan con una voz espléndida, preciosa, pero eso es algo
que no está en nosotros, viene de serie. La voz que tienes es la que vas a tener,
no puedes cambiarla, pero sí el uso que le das, cómo juegas con ella para evitar
que sea monótona o ininteligible, por ejemplo.
A. La respiración
Ya hemos hablado de los tres tipos de respiración que emplea el ser humano:
B. El volumen
Jugar con el volumen de la voz nos ayuda a ser más amenos a la hora de
hablar y nos permite poner énfasis en aquello que es más importante, tanto
subiendo la voz como bajándola. Una presentación realizada con el mismo
volumen, ya sea alto o bajo, puede llevar a la monotonía. Elevarla en un
momento determinado para resaltar algo o bajarla cuando le quieres poner más
emoción te muestra el gran instrumento que tienes en la garganta.
C. La vocalización
D. La velocidad
E. La entonación
F. Silencios y pausas
«Conocí a Boris hace muchos años, más de veinte. El recuerdo que tengo de él era el de
alguien triste, amargado, sin ganas de vivir. Estaba encerrado en sí mismo, enfermo, deprimido…
En 2016 volví a verle. Su vida había cambiado, ahora estaba alegre, sano, feliz... Boris es un
orangután. Nació en cautividad en un zoo holandés. Sus padres fueron capturados en Borneo, y su
madre falleció durante el parto. Cuando aún era un bebé fue vendido a un circo. Recorrió el
mundo viviendo en condiciones terribles, alimentado de dulces que le han provocado una
diabetes. Del mundo del espectáculo pasó a un zoológico, y de ese a otro. En 2008 cerró el zoo de
Valencia, y el destino y buenas personas hicieron que Boris llegara al Centro de Rescate y
Rehabilitación de Primates Rainfer, situado en la Comunidad de Madrid. Allí vive en un espacio
enorme, con su propio recinto para esconderse cuando no quiere visitas. También disfruta de un
terreno muy amplio, con vegetación y troncos naturales, acompañado de una pareja de gibones,
otra especie de primates también asiática. Allí están tratando su enfermedad y cuidando de él
como la auténtica joya que es. La Escuela Europea de Oratoria apoya económicamente al Centro
Rainfer en su impresionante labor. La puedes conocer en www.rainfer.com».
Esta son las precauciones mínimas para mantener en buen estado un elemento
tan importante como delicado.
7.3. Lenguaje Verbal
«Las palabras nunca alcanzan cuando lo que hay que decir desborda el alma».
JULIO CORTÁZAR
«No quiero que hagáis lo que os digo, sino lo que quiero que hagáis».
En el uso del lenguaje verbal, al pasar de lo que voy a decir a lo que realmente
digo se produce una pérdida de información que puede ser muy valiosa para las
personas que me escuchan. Si queremos ser entendidos bien por nuestros
interlocutores necesitamos tratar que nuestra ES se asemeje en lo posible a la EP.
El orador que no es capaz de conseguir ser coherente con sus tres tipos de
lenguaje pierde credibilidad.
8. COMBATIR LAS DIFICULTADES PARA
HABLAR EN PÚBLICO
Suelo decir en mis clases de Oratoria que hablar en público no es fácil porque,
en general, no se practica tanto como para que se convierta en algo habitual. Y ahí
es donde llegan los miedos. Son los nervios habituales en el ser humano al
encontrarse en una situación que le hace «salir de la caja». Una situación que, con
la práctica diaria, se va atenuando y hace que cada vez sea más fácil exponerse a
la circunstancia, ya que esta se convierte en algo que, para ti, ya está «dentro de la
caja».
Aun así, quiero transmitirte tres herramientas de PNL más que pueden
ayudarte a difuminar tus dificultades a la hora de hablar en público: creencias
potenciadoras, visualizaciones y anclajes.
8.1. Las creencias potenciadoras
Robert Dilts definió el mundo de las creencias del ser humano como:
«Un pensamiento que nuestra mente admite como verdadero, con mayor o menor
rotundidad, según lo «instalado» que esté en nuestra mente».
Según este autor, una creencia no es más que una opinión repetida muchas
veces. Imagina un niño pequeño que se cae en el parque. Qué diferente es si la
madre dice:
Por tanto, una creencia es la opinión de una única persona empleada de forma
reiterada, o la opinión de muchas personas al mismo tiempo.
Ahora bien, las creencias se pueden cambiar, y de hecho, cuando yo era niña
creía en los Reyes Magos de Oriente, que nos traían regalos la noche del 5 al 6 de
enero. Hoy no creo en ello, claro. Sin embargo, los niños de hoy en día en
España creen en los Reyes Magos y en Papá Noel, que les trae los regalos la
noche del 24 de diciembre.
Además nos interesa saber que, según la PNL, tenemos creencias que nos
potencian y creencias que nos limitan. Frases como: «no eres capaz», «eres un
inútil», «así no vas a llegar a nada en la vida», «eres torpe», «no sirves para las
matemáticas», etc... son limitadoras. Reiteradas el tiempo suficiente se
convierten en creencias que nos llevan a tomar decisiones en nuestra vida.
También son frases que nos decimos a nosotros mismos.
Lo hacen los entrenadores deportivos con sus clientes para que se vean
ganadores, subidos en el podio, con la copa del mundo en las manos. También
los coaches con los directivos para los que realizan sesiones en donde consiguen
que se imaginen con su proyecto aprobado por el CEO de la compañía, etc...
¿Dónde es el evento?
¿A qué hora es?
¿Quién estará como público?
¿Cómo se desarrollará?
¿Qué vas a decir?
Cuanto más precisas sean tus respuestas mejor para tu visualización. Si por
ejemplo no conoces el lugar en el que vas a hablar, quizás puedas acercarte unos
días antes, entrar por dónde entrarás, buscar la sala en la cual te corresponde
hablar, echar un vistazo al sitio si es posible, etc... Todo lo que te permita hacer en
tu mente una mejor recreación posible te vendrá bien. Igualmente cuanta más
información tengas sobre tu público mejor.
3. Con paso decidido recorres los pasillos hasta llegar a la sala que te
corresponde. Saludas a los organizadores, otros ponentes, el público que va
entrando...
5. Durante tu charla vas mirando las caras de satisfacción de las personas que
tienes delante, escuchas tu voz firme y segura y te vas sintiendo cómodo.
8. Con esa sensación de disfrute y de éxito, poco a poco, abres los ojos y
respiras profundamente.
Si la situación que te vas a encontrar es diferente a cómo yo la he planteado,
prepara tu propia visualización siguiendo las pautas que te he dado. Lo ideal es
que no hagas solamente una vez el ejercicio sino que lo repitas por ejemplo,
quince días antes de la presentación, una semana antes y el día antes.
En realidad es una herramienta muy sencilla y a la vez muy potente por lo que
merece la pena utilizarla en nuestra vida profesional o personal para acometer
cualquier objetivo que tengamos.
8.3. Los anclajes
Es una de las herramientas más llamativas de la Programación
Neurolingüística y está basada en los estudios de Pavlov sobre
condicionamiento. El fisiólogo ruso acostumbró a unos perros a darles de comer
después de hacer un determinado sonido, de manera que, en poco tiempo, los
animales salivaban con solo escucharlo.
Al igual que esto ocurre de forma natural, la PNL nos enseña a realizar
nuestros propios anclajes para conseguir, cuando queramos, revivir
sensaciones ya disfrutadas. Un anclaje que yo suelo utilizar en clase de
Oratoria es el de «relajación». Todo el mundo ha sentido esta sensación en
ocasiones, ¿no? Pues así podemos volver a revivirlas cuando queramos.
Cuando trabajo con opositores, les suelo hacer un anclaje de «concentración»
para que no les cueste ponerse a estudiar.
Te voy a enseñar aquí cómo se hace un anclaje de PNL. Hay muchos, así que
puedes encontrar en Internet otros tantos que te pueden venir bien. Para
realizarlo necesitas estar tranquilo en tu despacho, en casa, etc... donde nadie te
pueda molestar por un rato. Si quieres, puedes grabar cómo se hace el anclaje y
luego, lo vas haciendo dejándote guiar por tu propia voz.
Anclaje de apilamiento
Como tú, lector, puedes ser visual, auditivo o kinestésico, vamos a realizar un
anclaje multisensorial.
a) Qué sensación quieres anclar: siempre en positivo, elige la que más a mano
te gustaría tener. Debe de ser además una sensación que hayas vivido, por
ejemplo, si nunca te ha tocado la lotería no puedes saber cómo será esa
sensación.
c) Elige una palabra, será el anclaje auditivo. Trata que la palabra tenga
relación con la sensación. Es decir, si quieres anclar relajación, no elijas
«estrés», sino «relax», por ejemplo.
2. Cuando sientas esa sensación por todo tu cuerpo, con la mayor intensidad
posible, quiero que hagas tu anclaje visual (con el color), auditivo (con la
palabra, puedes imaginarte la palabra en el color elegido) y kinestésico (con el
gesto). Mantén el gesto, la palabra y el color en tu mente durante unos quince
segundos. Tómate tu tiempo.
3. Pasados esos quince segundos, abre los ojos y piensa en algo que te guste
mucho, un lugar que has visitado, etc... esto es lo que en PNL se denomina
«interruptor de patrón» y nos sirve para salir de la sensación en la que
estábamos.
Este proceso hay que repetirlo dos veces más; lo único que cambia es la
situación de la cual adquirimos la sensación. Ésta es la misma, así como el color,
la palabra y el toque kinestésico.
¿Cómo se emplea el anclaje? Una vez que has apilado los anclajes en un
mismo punto, cuando quieras sentir la sensación que has anclado, solo tienes
que hacer el gesto kinestésico, pensar en la palabra y el color, y la sensación
elegida vendrá a ti. Algo importante: ya no tienes que pensar en ninguna de las
sensaciones empleadas en el anclaje porque ya las hemos utilizado para lo que
queríamos: captar la sensación deseada.
Debes saber que cuanto más uses el anclaje mejor funciona, y también que
puedes recargarlo. ¿Cómo? La próxima vez que sientas esa sensación de nuevo,
haces tu anclaje. Por ejemplo, imagina que has anclado relajación, y que vas a
un balneario, te dan un masaje y te encuentras completamente relajado, en ese
momento puedes hacer tu anclaje de nuevo (visual, auditivo y kinestésico) y con
ello, lo recargas.
«Un día mi abuelo me dijo que hay dos tipos de personas: las que trabajan, y las que
buscan el mérito. Me dijo que tratara de estar en el primer grupo: hay menos
competencia».
Bandler, Richard, Get the life you want, Harper Element, London, 2008.
Grinder, John y Bostic, Carmen, Whispering in the wind, Scotts Valley, 2001.
Hay, Louise, El Poder Está Dentro de Ti. Ediciones Urano, Barcelona, 1991.
Rosen, Sidney (editor), My voice will go with you. The teaching tales of Milton
H. Erickson M.D. New York, 1982.
Wolk, Leonardo, Coaching: el arte de soplar brasas en acción, Gran Aldea
editores, Buenos Aires, 2008.
https://es.wikipedia.org/wiki/Mónica_Pérez_de_las_Heras
Si quieres ver a Mónica Pérez de las Heras «en acción», aquí tienes una
muestra de la autora hablando en público en una conferencia pronunciada el 4 de
marzo de 2013 en Pamplona:
https://www.youtube.com/watch?v=HNC73ZVzd9w
Twitter: @EOratoria
Y email: info@escueladeoratoria.com