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1francis Tovar Avance
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FACULTAD DE DERECHO
ESCUELA DE DERECHO
Realizado por:
V-28.702.504
2
FACULTAD DE DERECHO
ESCUELA DE DERECHO
Trabajo especial de investigación presentado como requisito parcial para optar al título de
Abogado.
Barcelona, noviembre2022.
RESUMEN
PALABRAS CLAVE: Mala Praxis médica, Responsabilidad Penal, lex artis, Marco Legal
Venezolano.
4
ÍNDICE
RESUMEN.....................................................................................................................................3
INTRODUCCIÓN...........................................................................................................................5
CAPÍTULO I..................................................................................................................................7
MARCO TEÓRICO....................................................................................................................7
MALA PRAXIS:......................................................................................................................7
MODALIDADES:....................................................................................................................8
ELEMENTOS:......................................................................................................................10
DEBERES Y DERECHOS DE LOS PROFESIONALES DE LA MEDICINA......................11
CAPÍTULO II...............................................................................................................................16
RESPONSABILIDAD PENAL.................................................................................................16
LA RESPONSABILIDAD PENAL DEL MÉDICO:...............................................................16
LA LEX ARTIS MÉDICA......................................................................................................17
PROCEDIMIENTOS PREVISTOS EN EL MARCO JURÍDICO PARA EL
ESTABLECIMIENTO DE MALA PRAXIS MÉDICA (Arteaga Sánchez, 2012)..................19
LA RESPONSABILIDAD MORAL.......................................................................................19
CAPÍTULO III..............................................................................................................................21
MALA PRAXIS MÉDICA Y EL MARCO JURÍDICO VENEZOLANO.....................................21
MALA PRAXIS MÉDICA EN EL CONTEXTO JURÍDICO VENEZOLANO.........................21
CONCLUSIÓN.............................................................................................................................26
BIBLIOGRAFÍA...........................................................................................................................28
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INTRODUCCIÓN
Dentro de esa perspectiva, se puede denominar este apartado como de tipo penal
abierto, que debe ser llenado por el conjunto de reglas técnicas o procedimentales
suministradas por las ciencias biomédicas y aplicadas por los miembros de esa comunidad
científica a situaciones ya conocidas y contrastadas; a ese conjunto de reglas se le denomina
lex artis (Siccha, 2010) En este orden de ideas, Contreras, 2006, citado por Cardozo, 2019),
señala que existe mala praxis cuando:
En este orden de ideas, Hernandez, (2020) expresa que el campo de la medicina “se
ha visto impactado por diversos y sonados casos que ponen en evidencia lo delicado del
ejercicio profesional de la medicina” (p.8). Dejando además en evidencia que en muchas
ocasiones los médicos desconocen las implicaciones legales del ejercicio su profesión. De allí
que el gremio médico ha elevado un exhorto a sus miembros para que sus actuaciones estén
orientadas por el lex artis evitando las implicaciones que para ellos puede generarle una
actuación considerada mala praxis médica. Ante la realidad señalada, el estudio intenta
contextualizar la mala praxis médica, desde la perspectiva de los derechos fundamentales de
las personas, es decir, el derecho a la vida y a la salud, así como la responsabilidad penal de
los profesionales de la medicina lo cual ha devenido en una necesidad de desdibujar los límites
sobre su actuación y se fijen pautas sobre la posible incidencia por parte este gremio.
Bajo estos principios, en este trabajo, se pretende realizar un análisis de las actuaciones
que pueden comprenderse dentro del término mala praxis médica y cuáles son sus
responsabilidades penales en el contexto jurídico venezolano. La complejidad de esta fina línea
entre la salud, bienestar, vida de un paciente y la actuación médica ha sido la motivación para
la realización de este trabajo. Será el objetivo del mismo plasmar con claridad y análisis la
posible existencia de dichos límites existentes frente a los diversos casos de diferente índole
que pueden surgir en la actividad médica.
jurídica del estado venezolano. Por su parte, Capítulo III Refleja el análisis sobre las
implicaciones de la mala praxis médica bajo la visión de la plataforma jurídica venezolana,
finalmente se presenta las Conclusiones Generales y las referencias bibliográficas.
CAPÍTULO I
MARCO TEÓRICO
MALA PRAXIS:
En tal sentido, Contreras, (2006, citado por Ariza, 2021). Señala que existirá Mala Praxis
en el área de la Salud:
De igual forma, este autor describe una definición de mal praxis médica, la cual, por los
componentes que incluye, es la que resulta más completa:
que tiene como resultado una afectación, que era previsible en la salud o vida
MODALIDADES:
2012, pp 351)
La impericia es un concepto relativo ya que pueden variar con el lugar, el tiempo y las
condiciones en que se realice el acto médico, es por ello que para determinarlas se tiene en
cuenta la situación en cada caso en particular y los medios disponibles para ello. De lo anterior
se infiere, está sujeta a diversas condiciones tales como el tiempo, lugar, condiciones
ambientales y técnicas que devienen en una mala praxis.
La Negligencia: Se puede decir que es una de las formas más frecuentes de mala praxis. Por
ello es que gran cantidad de autores se refieren a la misma. Por su parte Riu, (2010) la define
como: Una actitud negativa, del profesional que no ha puesto el empeño necesario, el celo
requerido, la diligencia exigible, la preocupación, el control debido, la verificación pertinente, el
cuidado y hasta la imaginación suficiente, que la atención del paciente demande. En este
contexto, la negligencia está presente cuando el médico no posea la destreza requerida o que
a pesar de poseerla no la ejerza. De ello algunos autores la describen como la forma pasiva de
la imprudencia porque implica el olvido de las precauciones impuestas por la prudencia.
En este orden de ideas algunas formas de negligencia de acuerdo con Riu, (2010) son:
• Abandono del paciente: en este caso el médico unilateralmente termina la relación médico-
paciente sin notificar adecuadamente a la pare afectada para que se busque un sustituto, aun
cuando éste requería de su atención.
(aumento de sensibilidad), por ello es necesario que se aplique una prueba previa o en su
defecto (aunque no muy conveniente) dejar constancia del interrogatorio del paciente sobre el
tema. Por otro lado, si se prueba que el medicamento administrado no era útil para el proceso
en cuestión puede invocarse negligencia aun cuando la reacción fuese imposible de prever.
ELEMENTOS:
Salazar Ureña, (1994) señala que para que en un caso se considere la presencia de
mala praxis, hay tres elementos esenciales que el médico forense debe establecer en su
dictamen:
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1. Que se haya establecido una relación médico-paciente, ya sea en forma voluntaria (medicina
privada) o involuntaria (medicina institucional o de empresas). Esto es fácil de establecer
mediante el respectivo expediente clínico.
2. Que el médico haya dejado de cumplir alguno de sus deberes para con el paciente. Es decir,
una atención óptima, oportuna, continua y cuidadosa.
3. Que el incumplimiento de sus obligaciones haya sido la causa inmediata del perjuicio
infringido al paciente. La relación causa-efecto se establece probando que la acción u omisión
del médico causa el daño y que el paciente no intervino en la producción del mismo. Un
procedimiento para establecer esta relación es el de la RES IPSA LOQUITUR (los hechos
hablan por sí mismos). Esto consiste en que: La situación no se habría producido de no haber
incurrido en mala praxis médica, es decir, el médico tuvo bajo su control los medios para
evitarlo y en la producción del daño no intervino acción voluntaria o contribuyente alguna de
parte del paciente.
Deberes generales:
Tal como se observa, el articulo refleja una guía orientadora del perl etico del
riesgos injustificados, y que cuando deba aplicar procedimientos que puedan afectarle
De manera general de acuerdo con los postulados anteriores se puede inferir que son
deberes de los médicos:
De acuerdo con Asociación Médica Mundial, (1985), los profesionales de la medicina tienen
derecho a:
Poder ejercer la profesión con libertad y sin soportar presiones de ninguna naturaleza:
Derecho a que se respete su juicio clínico y Derecho a la libertad de prescripción.
Desarrollar su ejercicio profesional en instalaciones adecuadas y seguras.
Tener acceso y disponibilidad a los recursos que su práctica profesional requiere:
Personal auxiliar capacitado y Servicios e instrumental adecuado.
Abstenerse de garantizar resultados en la atención médica: La difícil respuesta a ¿me
curaré?
Recibir toda la información que el paciente y familia puedan facilitarle.
Acceso a educación médica continua.
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En coherencia con los aspectos abordados en los apartados anteriores, los pacientes al
igual que el gremio médico poseen deberes y derechos vinculantes a las actividades médicas,
por cuanto el paciente es la esencia del acto médico, dentro de los deberes están: (Martín
Corona, 1994)
El Derecho a la Salud
La salud es el bien jurídico fundamental que se tutela en los delitos culposos por mal
praxis médica, por ello resulta coherente para el estudio reflejar la noción del derecho a la
salud. Tomando como punto de partida la evolución de dicho derecho, con base en las
disposiciones de la Organización Mundial Para la Salud (OMS, 2008). El derecho a la salud
tiene sus características, es un derecho fundamental, inherente al derecho a la vida y a la
dignidad de la persona humana; la conexión entre la salud y la vida es evidente, por lo que
puede considerarse como un objeto concreto del derecho a la vida: mientras haya vida humana
debe haber derecho a la salud; por su conexidad al derecho a la vida, comienza con la
fecundación y termina con la muerte del hombre. (Figuera Cardozo, 2009).
En esta línea de pensamiento, la salud es un pilar fundamental para la supervivencia del
hombre por lo que involucra necesariamente establecer pautas para su conservación,
restablecimiento y prevención para evitar acciones que puedan afectarla y en consecuencia
reducir la calidad de vida del hombre. En función de lo expuesto, se deduce que la
responsabilidad de garantizar el pleno ejercicio del derecho a la salud corresponde a los
Estados, a través del marco jurídico establecido y se materializa con la eficacia y eficiencia de
los órganos que lo conforman, entre ellos el Ministerio Público, la Defensoría del Pueblo y el
Poder Judicial a través de sus jueces.
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CAPÍTULO II
RESPONSABILIDAD PENAL
Con el objeto de describir cual es la responsabilidad penal del médico, resulta coherente
mencionar que la misma se tipifica como un delito, es por ello que para el estudio se tomó
como plataforma para el análisis y la reflexión la definición del doctor Jimenez de Asua, (2019)
el cual lo señala como el acto típicamente antijurídico culpable e imputable a un hombre y
castigado con una pena o sanción penal. En este marco de ideas, el hecho vislumbra una
conducta externa que puede ser por acción u omisión, voluntaria y consciente, humana, ya que
el hombre es el único sujeto activo del delito. Es por ello que resulta imperante que el delito
esté tipificado como antijurídico por la ley, puesto que nadie puede ser castigado por una
acción que no estuviere expresamente previsto, y además demostrar madurez y salud mental
para que se imputable y, por consiguiente, sancionable.
Ahora bien, toda persona culpable tiene necesariamente que ser imputable, pero no
toda persona imputable es culpable. En la culpabilidad se encuentran los dos subtipos de
culpabilidad: el dolor y la culpa. Tal como lo señala Arteaga Sánchez, (2012), el delito doloso o
intencional es aquel en el cual el resultado antijurídico coincide exactamente con la intención
finalista del sujeto. Es decir, la persona ejecuta un acto voluntario y consciente típicamente
antijurídico, logrando lo que se ha propuesto. Es evidente que en el ejercicio de la medicina (a
excepción de todos aquellos casos extremos) no existe en el ánimo del médico la intención o
propósito de perjudicar, lesionar o matar a sus pacientes; en los que el ha utilizado su
profesión.
Se requiere los tres elementos para que un hecho por la mala praxis pueda ser
imputado a un médico y son:
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B) Antijuridicidad: Para que una conducta típica sea punible, se requiere que lesione o
ponga en peligro, sin justa causa, el interés jurídico tutelado por la ley. La antijuricidad dice en
relación al daño o peligro de un derecho, por causa de un acto humano injustificado: si alguien
se apodera de un bien ajeno, con este acto vulnera el derecho de propiedad que otro tenía
sobre la cosa hurtada. En este sentido, la antijuridicidad es entonces toda conducta contraria a
derecho.
C) Culpabilidad: Para que una conducta típica y antijurídica sea punible debe realizarse
con culpabilidad. Queda proscrita toda forma de responsabilidad objetiva. Decir culpabilidad es
decir representación mental del hecho. En este sentido, hablar de culpabilidad es una noción
que indica que, si la persona se encuentra en ese momento en pleno uso de sus facultades
mentales, debe responder por la comisión del delito porque lo previó y lo quiso o, sin quererlo,
confió imprudentemente en poder evitarlo.
Es imperante denotar, que estas estas reglas que constituyen a la lex artis no se
encuentran expresadas en la ley o en reglamentos, puesto que ningún ordenamiento jurídico le
indica al profesional médico como hacer su praxis profesional, es decir, cómo diagnosticar un
paciente, o realizar una intervención quirúrgica, qué exámenes y tratamientos prescribir entre
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Así, tenemos entonces que la lex artis no está constituida por una serie de reglas
consagrando sus vidas a ese especial campo de conocimiento -en este caso la
ciencia médica-, y que además han sido aceptadas como las normas de la
En este sentido, de los autores anteriores se deduce que aun cuando la lex artis no está
expresada en el ordenamiento jurídico que regula la acción profesional, la misma es
fundamental para determinar cuáles conductas se ubican dentro del riesgo permitido de la
actuación médica.
De acuerdo con Araya Orozco, (2017) en la lex artis se pueden observar tres
características principales:
La lex artis es necesaria para el análisis del comportamiento del médico. Para ello, debe
evaluarse el estado de desarrollo de la profesión, las características esenciales de quien
la ejerce, la complejidad del acto médico, el contexto y las circunstancias específicas de
la enfermedad y del paciente. Debe tenerse claro que el desenvolvimiento normal de la
lex artis, implica un margen de error inherente a la actividad humana, pues el
profesional no es infalible.
El cumplimiento de la lex artis debe analizarse en el caso concreto, pues debe tenerse
en cuenta el estado de la ciencia, las condiciones del paciente y la disponibilidad de
recursos.
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El desempeño de la lex artis debe tenerse en cuenta en todos los momentos del
tratamiento médico. El profesional debe acatar la lex artis durante el diagnóstico, la
formulación de las terapias, el seguimiento y la rehabilitación.
Ariza, (2021), Señala que la sola transgresión a la lex artis no es por sí misma
constitutiva de delito, es necesario además verificar que esa infracción produjo el resultado
lesivo para el bien jurídico. En este sentido, la jurisprudencia ha establecido que no toda
infracción a la lex artis es constitutiva de una infracción al deber de cuidado, siendo
indispensable que la misma sea injustificable. Es decir, destaca Ariza, (2021), “para que la
imprudencia médica sea penalmente relevante es necesario que en el tratamiento dispensado
al paciente se incurra en conductas descuidadas de las que resulta de un proceder
irreflexivo”(p59), en este sentido, la falta de adopción de medidas preventivas de generalizado
uso o ausencia de pruebas, investigaciones o verificaciones precisas como imprescindibles
para según el curso del estado del paciente actuar, aunque entonces el reproche de
culpabilidad viene dado, no tanto por el error, sino por la dejación, el abandono, la negligencia o
el descuido de la atención que el paciente requiere.
Un mal resultado médico; implica necesariamente una mala praxis. Para que quede
configurada una mala Praxis es imprescindible la presencia simultánea de tres (3) elementos:
C. Que exista evidencia de nexo causal Entre la falta y el daño arriba mencionado.
A) obligación preexistente,
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C) daño ocasionado,
LA RESPONSABILIDAD MORAL.
Es por lo tanto esta responsabilidad moral, el pilar principal que debe estimular y cuidar
el profesional médico, ya que ésta nunca deja de evidenciarse, ninguna vez deja de imputar su
fallo. Claramente, la conciencia profesional no deja de lado, no perdona, ni se olvida a través
del tiempo, de aquellos fallos que pueden devenir en delitos, que por acción o por omisión
hayamos cometido; permanentemente deja ver esas experiencias poco gratificantes,
desdibujando a través de las memorias aquellas difíciles y angustiosos momentos, en que
comprobamos un error cometido y sus consecuencias.
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CAPÍTULO III
En Venezuela, el enfoque jurídico aplicable para comprobar la mala praxis médica, tiene
su sustento en lo establecido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el
cual parte de un postulado esencial como es el derecho a la vida y la declaración abierta del
principio de garantía a los derechos humanos. En este se desarrolla una serie de principios
referidos a la inviolabilidad del derecho a la vida, a la integridad física y sucintamente el
derecho a la salud, tal como puede observarse en el Artículo: Artículo 83. “La salud es un
derecho social fundamental, obligación del Estado, que lo garantizará como parte del derecho a
la vida….” (Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, 1999). Se infiere entonces
la declaración taxativa del estado venezolano como garante del derecho a la vida y a la salud.
considerarse como objeto concreto del derecho a la vida, es decir, para garantizar la vida
humana debe haber derecho a la salud. Entonces, la salud integral ha de ser fundamental para
la existencia del hombre de tal forma que implica la conservación, el restablecimiento y la labor
de prevención para evitar acciones que puedan afectarla y en consecuencia disminuir la calidad
de vida del hombre.
Art.411: El que por haber obrado con imprudencia o negligencia, o bien con
persona, será castigado con... Art.422 El que por haber obrado con imprudencia
Sobre este particular, se puede agregar que los delitos culposos se materializan cuando
la consecuencia final de la acción que produce un daño a la persona no estaba contemplada en
la intención del profesional que ejecuta el delito, es decir, sin la intención de lograr el resultado
final dañoso que se ha producido. En la apreciación de la culpa médica en el sistema penal
venezolano, Martín Corona, (1994) consideró que:
donde se señala que “Nadie puede ser castigado como reo de delito no
De acuerdo a ello, se deduce que el indicio o hecho indicador debe estar acabadamente
probado y debe tener significación probatoria respecto al hecho que se requiere demostrar, por
existir alguna conexión lógica entre
Delito de estafa: De acuerdo con artículo 464 del Código Penal de Venezuela, (2000): “El
que, con artificios o medios capaces de engañar o sorprender la buena fe de otro,
induciéndolo en error, procura para sí u otro un provecho injusto con perjuicio ajeno, será
penado con...” (p102). En este sentido, el profesional de la medicina pudiera verse
involucrado cuando al ponerse de acuerdo con su paciente cambia el diagnóstico para
lograr la cobertura del siniestro por parte de la empresa aseguradora. La acción consiste en
engañar a al seguro induciéndola a error en base al fraude cometido en el informe médico
de la intervención.
Falsas certificaciones: por su parte el artículo113 de la Ley de Ejercicio de la Medicina,
(1982) señala que: “Infringen la presente ley... Los médicos que firmen récipes en blanco, o
expidan certificaciones falsas con el propósito de burlar las leyes o para favorecer el
incumplimiento de las obligaciones laborales”. (p46)
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Revelación del secreto médico: (Ley de Ejercicio de la Medicina, 1982) art. 16:
Todo aquello que lIegare a conocimiento del médico con motivo o en razón de su
y auxiliares de la medicina.
Como se observa, ejercer la medicina presupone una obligación legal que se origina de
la interacción entre médico y el paciente. En ese instante nace la relación legal-médica y con
esta la aceptación de los derechos y por ende compromisos de los actores que la conforman.
Cuando en el marco de este vínculo jurídico se incumple un deber, se produce un acto médico
contrario a la normativa médico-legal, se genera, en principio, la responsabilidad médica como
sancionabilidad. Desde la perspectiva del ordenamiento jurídico venezolano y a los fines de la
investigación es pertinente conceptualizar la noción de Homicidio culposo, debido a que cuando
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un paciente pierde la vida como consecuencia de un acto de presunta mala praxis médica, esto
puede ser considerado como tal.
En el artículo 411 del Código Penal de Venezuela, (2000) venezolano, define los actos
de Homicidio Culposo: “El que por haber obrado con imprudencia o negligencia, o bien con
impericia en su profesión, arte o industria, o por inobservancia de los reglamentos, órdenes e
instrucciones, haya ocasionado la muerte de alguna persona, será castigado con prisión de
seis meses a cinco años”. Puede decirse entonces que el Homicidio Culposo es la privación de
la vida de una persona, causada por otra de manera involuntaria o sin intención, como
consecuencia de una actuación que no estaba dirigida específicamente causar lesión y muerte.
CONCLUSIÓN
La actividad médica se puede caracterizar como uno de los sectores en los que el
desarrollo científico técnico ha incidido especialmente en las últimas décadas. Generando por
supuesto una transformación profunda en la interacción de los actores involucrados y por ende
en la praxis médica. Esta realidad, ha se proyectado además en la necesidad contextualizar y
actualizar el ordenamiento jurídico que brinda una protección calificada a los bienes jurídicos en
juego, haciendo especial énfasis en el derecho a la vida y la salud psico-física del paciente. Por
lo que requiere la formulación de políticas y aplicación de normas de cuidado para asegurar su
correcto ejercicio. Es por ello que en su actuación profesional intervienen un grupo de reglas,
que dada las características inherentes a esta profesión son de vital relevancia para controlar o
disminuir el riesgo intrínseco de labor que realizan los galenos y que deben observar de
acuerdo con exigencias concretas de cada caso clínico una postura acorde. De no ser así,
podrían incurrir en una mala praxis con resultados de daños o lesiones al paciente que de
disponer los presupuestos de rigor conduciría a la exigibilidad de responsabilidad penal.
Ahora bien, desde la perspectiva del derecho la mala praxis médica, entendida como
imprudencia profesional o imprudencia médica penalmente relevante, deja ver las tendencias y
generalidades sobre su regulación penal. En esta línea de pensamiento, se pueden apreciar
diversos enfoques legales que se han inspirado en las bases doctrinales que lo avalan, en la
jurisprudencia, y además estudiosos en el área. Del análisis de la información recabada, se
pudo vislumbrar un espectro de reacciones de diversos autores especialistas en la materia de
derecho, que oscila desde quienes propugnan un trato menos severo ante resultados lesivos
ocasionados por imprudencia en el ejercicio profesional hasta aquellos que reclaman
especiales niveles de exigencia, fundamentando su postura ante el singular valor de los bienes
jurídicos que pueden resultar lesionados, es decir, la persona humana y su derecho a la vida, la
salud y la dignidad.
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En Venezuela, el termino de mala praxis médica ha venido cobrando relevancia con los
años, como se ha señalado, el acelerado desarrollo y evolución de las ciencias y tecnologías,
reclaman cada vez más una preparación de calidad de los profesionales de la salud, quienes
permanentemente deben actualizar sus conocimientos para estar cónsonos con los nuevos
avances y poder proporcionar una atención coherente con los nuevos tiempos, de lo contrario
pueden incurrir como factor de riesgo en el ejercicio de sus funciones que podría conllevar a
cometer errores por acción u omisión y como consecuencias del mismo generar lesiones en
sus pacientes. En este contexto, el ordenamiento jurídico venezolano contempla
penalizaciones cuando ocurran daños a la persona por impericia o negligencia.
Como se observa, ejercer la medicina presupone una obligación legal que se origina de
la interacción entre médico y el paciente. En ese instante nace la relación legal-médica y con
esta la aceptación de los derechos y por ende compromisos de los actores que la conforman.
Cuando en el marco de este vínculo jurídico se incumple un deber, se produce un acto médico
contrario a la normativa médico-legal, se genera, en principio, la responsabilidad médica como
sancionabilidad. En función de lo anteriormente expuesto, y asumiendo los principios
fundamentales sobre el derecho a la vida, a la salud y a la dignidad expresados en la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, (1999) corresponde al Estado la
responsabilidad de garantizar el pleno ejercicio del derecho a la salud y esto se materializa con
la eficacia y acción de los órganos que lo conforman, entre ellos el Ministerio Público, la
Defensoría del Pueblo y el Poder Judicial a través de sus jueces.
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