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CARTA NATAL

Signo solar, Lunar y Ascendente: la diferencia

 Signo Solar: Es tu signo del zodiaco habitual, el que miras cuando lees el horóscopo
mensual, por ejemplo. Representa el yo, la personalidad, la identidad y el ego. Es el
indicador más potente de quiénes somos. Tu esencia. Aquí te resumimos las
características más comunes de cada signo. Para calcularlo, se mira la localización del
Sol en el cielo durante tu primer respiro, aunque sabiendo la fecha es suficiente, ya
que los periodos suelen durar cuatro semanas.
 Signo Lunar: Es la posición de la Luna en el momento que naciste. Representa las
emociones. O, para que lo entiendas, refleja cómo somos realmente, la manera de
expresar los sentimientos, si somos dramáticos o más fríos... Según dónde la tengas,
sentirás de una manera u otra, y así lo harás saber a los demás. Vamos, el culpable de
lo ‘drama queen’ que eres.
 Signo Ascendente: Aunque pueda resultar difícil de comprender, es el principio de
nuestra carta astral. Es el punto más oriental de nuestro horizonte cuando respiramos
por primera vez. Este signo describe cómo nos proyectamos o nos ven los demás, que
también cambiará según la constelación sobre la que se encuentre. Es algo así como la
máscara que llevamos, que esconde nuestra verdadera esencia.

Resumen breve: si el Sol es cómo nos vemos a nosotros mismos y la Luna cómo nos
expresamos, el Ascendente es cómo nos ven los demás. Es importante, ya que expresa cómo
nos comportamos con la sociedad, cómo nos relacionamos, nuestras máscaras,
compatibilidades en el amor o el sexo... ¿Entiendes la diferencia? ¿Sí? Pues hasta aquí el
primer capítulo de cómo entender una carta astral. Estos tres puntos son los básicos para
conocer la personalidad de alguien —y con los que conseguirás quedarte con todo el mundo
cuando se los expliques a alguien—. Pero ahora vamos con los planetas.

Los planetas: qué representan en la carta astral

Primero hablaremos de los planetas personales. Es decir, aquellos que nos afectan directa e
individualmente por su cercanía a la Tierra.
 Mercurio: rige la mente y la comunicación. Definirá cómo piensas y la manera de
expresar o hablar que tendrás. El culpable de que se te trabe la lengua o de que seas
una fiera comunicando ideas. Es el más temido cuando empieza a retrogradar (aquí las
fechas astrológicas más importantes del año), porque dificulta el momento de
relacionarse y la comprensión. Rige el signo de Virgo y el signo de Géminis.
 Venus: el planeta del amor. También de la belleza. Si de verdad quieres saber cómo es
alguien en el amor, con quien deseas tener un vínculo amoroso, fíjate dónde tiene
situado este cuerpo astral. Gobierna la constelación del signo de Tauro.
 Marte: este planeta controla la acción y el sexo. También la iniciativa. Es decir, la
manera de movernos, de enfrentarnos a diferentes situaciones a actuar. Aunque
también en la que nos desenvolvemos en la cama. Regente del signo de Aries.

Ahora vamos con los planetas sociales. ¿Qué les diferencia de los anteriores? Pues que su
energía, al estar físicamente más lejos de nosotros, nos afecta más como sociedad que
individualmente. Y también que tardan más tiempo en realizar un vuelta completa por la
rueda zodiacal. Es decir, por las constelaciones. Al final, están más alejados de la Tierra que
los tres primeros que hemos nombrado.

 Júpiter: el de la buena suerte y la expansión. Su función es de altavoz: cada vez que se


topa con algún signo, potencia sus energías. Su único objetivo es hacernos madurar.
Se encarga de la regencia del signo Sagitario.
 Saturno: gobierna la responsabilidad, el control y la ambición. Gestiona cómo
respondemos a las normas u obediencias. Dato curioso: tarda 28 años en dar una
vuelta completa en su órbita y de ahí llegan las crisis de los 30. Gobierna el signo de
Capricornio.

Los tres planetas más alejados aún de nuestro cuerpo celeste son los planetas transpersonales.
Su misión va más allá de mejorar un defecto o sacar lo mejor de nosotros. Están conectados
con nuestra parte más espiritual y con nuestra alma. La posición de estos cuerpos celestes en
los signos suele definir las diferentes generaciones.

 Urano: responsable de tu intuición y la rebeldía. El que te da las sorpresas que


cambian tu vida. Como la personalidad de un Acuario, que nunca saber por dónde te
va a salir, signo que rige. Tarda 84 años nuestros en dar una vuelta completa a su
órbita, unos 7 se pasa en cada signo.
 Neptuno: la espiritualidad e imaginación están dadas por él. También la manera que
una generación tiene de pensar sobre distintos aspectos sociales: política, salud
mental, feminismo, racismo... Son 164 años terrestres de trayecto por su órbita y unos
13 o 14 en quedarse en cada signo. Ahora entiendes por qué los ‘millennials’
pensamos diferente que la generación boomer, ¿verdad? Piscis es el signo gobernado
por este cuerpo celeste.
 Plutón: el más lejano, su vuelta a Sol completa dura 247 años. Aunque el más
poderoso ya que modera la muerte, el renacimiento y la transformación. Por supuesto,
se encarga del signo de Escorpio.

Las Casas en la carta astral

Además de esto, hay que tener en cuenta (sí, todavía hay más) las Casas en las que están
situados los planetas y diferentes astros. Hay 12 y cada una de ellas representa el ámbito de la
vida en el que se aplican dichas energías.

 Primera Casa: es el yo y está regida por Aries.


 Segunda Casa: representa el dinero y está bajo el mando de Tauro.
 Tercera Casa: cómo nos comunicamos, con el signo de Géminis al mando.
 Cuarta Casa: nuestra infancia y relación con la familia, el hogar... gobernado por
Cáncer.
 Quinta Casa: la creatividad y el amor con Leo al timón.
 Sexta Casa: la salud y lo serviciales que somos con los demás con el signo más
hospitalario, Virgo.
 Séptima Casa: la pareja y las relaciones regentada por Libra.
 Octava Casa: el sexo, la muerte y el nacimiento, responsabilidad de Escorpio.
 Novena Casa: la filosofía y aventura bajo Sagitario.
 Décima Casa: la carrera profesional y estatus social es cosa de Capricornio.
 Undécima Casa: la relaciones de amistad y comunidad a cargo de Acuario.
 Duodécima casa: lo que no podemos controlar llamado subconsciente y espiritualidad,
con Piscis.

Los aspectos en la carta astral


Puede que sea la primera vez que escuchas este término, pero es la relación que hay entre los
distintos elementos que hemos visto anteriormente. Es una especie de ‘diálogo’ que hacen,
según la distancia que tengan entre ellos en la carta astral (medido siempre en grados). Y por
supuesto, cada una de ellas tiene un comportamiento específico de las energías. Los aspectos
más importantes son los mayores:

 Conjunción: cuando dos planetas se encuentran entre 0º y 8º grados de distancia. Es


decir, al lado. Unen sus energías.
 Oposición: cuando dos planetas se encuentran a 180º de distancia, es decir, en el
extremo contrario, como ocurriría con el ascendente y el descendente. Las energías
son opuestas y suele haber bloqueo.
 Cuadratura: cuando dos planetas se encuentran a unos 90º de distancia. Puede sonar
similar a la oposición, pero se diferencia en que aquí las energías pueden ser opuestas,
pero ambas salen a la luz
 Trígono: cuando dos planetas se encuentran a unos 120º de distancia. Es una unión
maravillosa porque son energías afines entre sí.
 Sextil: cuando dos planetas están entre 55º y 65º grados de distancia. Esto se
considera una energía ying yang, porque comparten polaridad.

Aquí te dejamos un ejemplo de cómo se ven estos aspectos de unión en una carta astral:

Significado de las doce casas

La casa 1

La casa del "yo". Es análoga a la energía ariana, porque muestra nuestra salida al mundo
exterior.

Los temas de esta casa son la personalidad, nuestra apariencia física, cómo nos ven los
demás, nuestra vitalidad. También los primeros años de nuestra vida (primera infancia), los
inicios, ya sea de vínculos, relaciones, situaciones, estudios, trabajos, emprendimientos.

El ascendente es la cúspide (Inicio) de la casa 1. Es un punto que describe el umbral entre la


vida intrauterina y la salida al mundo. Si se encuentran planetas en el mismo grado del
ascendente, van a sumar información a circunstancias del nacimiento mismo, y también será
visible en nuestro aspecto físico o cómo “salimos al mundo”.
La casa 2

La casa de las posesiones. Se la asocia con la energía taurina y sus temas.

Aquí trabajamos los asuntos financieros, el ingreso de dinero, nuestras posesiones y nuestro
capital. Los planetas y aspectos que estén allí, como el signo de la casa, determinarán cuál es
la forma que tengo de generar ingresos, o como es el flujo financiero en mi vida
(dependiendo de cuan consciente seamos de estos temas también puede manifestar nuestras
deudas).

También se la asocia con nuestra autoestima, recursos y talentos con los que nacemos, desde
lo emocional o espiritual, hasta los materiales, por lo que también va de la mano con la
autovaloración.

La casa 3

Está relacionada con los primeros estudios, el medio ambiente cercano, los hermanos. Se la
asocia con la energía geminiana.

Es la primera casa vincular, pero en este caso representa aquellos vínculos y relaciones que
no elegimos, como los hermanos, primos, vecinos, compañeros de escuela, etc.

Es el medio ambiente que heredamos por decisión de nuestros progenitores o aquellos que
nos cuidan.

También es el área dónde desarrollamos nuestras habilidades de comunicación y lenguaje


(hablada y escrita) y los inicios de la vida social, por eso se la asocia con los primeros
estudios, los cuales tampoco elegimos.

En esta casa vemos cómo aprendemos, cómo nos comunicamos y cómo nos movemos,
porque está asociada con los viajes cortos, la movilidad, todo lo que sean medios de
comunicación o de transporte.
La casa 4

El hogar primario. Se la asocia con la energía canceriana.

Esta casa habla de “de dónde venimos”. Cuáles son nuestras raíces, nuestro clan, nuestro
sentimiento de pertenencia y también nuestro nido y sus características.

Habla de nuestra vida familiar, del vínculo entre nuestros progenitores y el “ambiente” en el
hogar. Se asocia con nuestros ancestros, nuestra historia familiar.

También nos habla de nuestra casa física y cómo la percibimos o qué esperamos de ella.

La casa 5

Esta casa nos habla sobre la autoexpresión y la creatividad. Es análoga a la energía leonina.

Aquí desarrollamos nuestra autoexpresión y nuestra capacidad creadora y artística.


Conectamos con aquello que nos apasiona, con nuestros “amantes” (los de carne y hueso,
pero también nuestros hobbies, pasatiempos y actividades lúdicas).

Aquí vemos cómo expresamos nuestra parte de niños. Por eso se asocia con los momentos de
disfrute como los juegos, las vacaciones, la recreación física y el desarrollo de la creatividad.
También vemos allí los juegos de azar y todo tipo de especulaciones.

Como es la casa de la capacidad creadora, también se asocia con nuestros hijos, ya sean
naturales, y con proyectos, todo aquello en lo que ponemos nuestra libido. También se ven
los futuros embarazos o proyectos que se estén gestando.

La casa 6

Nos habla de nuestros hábitos rutinarios. Es análoga a la energía virginiana.

En esta área de vida nos enfocamos en temas vinculados al trabajo (en relación de
dependencia), las rutinas, temas y asuntos de salud. También representa las áreas de servicio,
como por ejemplo el cuidado de mascotas.
Esta casa hace foco en nuestra salud y el proceso de homeostasis. Nos muestra cómo
estructuramos nuestra rutina en base a trabajo, alimentación, ejercicios, momentos de ocio. Es
el cuidado del cuerpo, nuestra principal herramienta para movernos en el plano material. El
signo de la cúspide de la casa puede indicar la parte más sensible de nuestro cuerpo.

La casa 7

La casa del otro. Es análoga a la energía libriana.

En el proceso de individuación, donde definimos nuestra personalidad en su totalidad,


descubrimos que el vínculo con otro significativo nos ayuda a definirnos, mediante la ley del
espejo. El otro me refleja algún aspecto de mi ser que yo no tenía incorporado. Por eso en
esta casa vemos la necesidad de encontrar nuestro complemento, hasta que descubrimos que
lo que el otro me trae, es para que yo tome conciencia de su existencia en mí.

El eje de casas 1-7 nos conecta con la polaridad, con el contrario, por lo que pueden ser
relaciones afectivas, parejas, amistades uno a uno, socios y hasta enemigos declarados.

Este eje representa el eje del encuentro (casa 1 “YO” y casa 7 “OTRO”).

La casa 8

La casa de la crisis, muerte y transformación. Es análoga a la energía escorpiana.

Los temas de esta casa nos llevan a situaciones y experiencias de gran intensidad emocional
que nos lleva a transformarnos. Representa la muerte, sobre todo la psíquica, de aquellos
asuntos que están “gangrenados” y de los cuales debemos liberarnos para renacer.

Representa la casa de lo oculto y los temas tabú: muerte y sexo.

Puede representar las pérdidas materiales, o recursos compartidos, con pareja o socios.
También los legados y las herencias, los bienes que recibimos de otros.

Otros significadores pueden ser: inversiones, impuestos. Los grandes negocios a nivel
asociaciones, los seguros. Las investigaciones y las terapias psicoanalíticas.
El apoyo que recibimos de las otras personas a nivel financiero, moral, espiritual o físico.
Como casa de las transformaciones, puede ser significador de las cirugías. Junto con la casa
6, muestra el tipo de enfermedades crónicas que podemos desarrollar o padecer.

Junto con la casa 2 forman el eje de las posesiones, tanto propias como ajenas (o el eje de
pulsión de vida y pulsión de muerte).

La casa 9

La casa de los viajes y estudios superiores, asociándola con la energía sagitariana.

Esta área de vida tiene que ver con la búsqueda de un propósito más elevado, buscando
incorporar nuevos conceptos para expandir nuestra mente.

Desde lo físico y a través de viajes largos, abiertos a la aventura, a ampliar nuestros


horizontes.

A veces también puede referir la posibilidad de vivir o mudarnos a un país extranjero, o el


estudio de diferentes culturas y costumbres.

También abarca temas como la filosofía y las religiones, o todo aquello que constituya
nuestro marco de fe y sistema de creencias.

Puede tener que ver con temas legales, papeleos, firmas, así como también publicaciones,
libros y publicidad.

Junto con la casa 3 conforman el eje del pensamiento y el aprendizaje (alumno y maestro).

La casa 10

Es la casa de la profesión, del desarrollo profesional y el compromiso social. Es análoga a la


energía capricorniana.

Así como en la casa 4 hablábamos de nuestras raíces, la casa 10 representaría la copa del
árbol, la máxima expresión de nuestras aspiraciones.

Es nuestra imagen pública y profesional. Aquí vemos posibles profesiones, la forma en cómo
vamos a desarrollarnos, nuestros logros y cómo nos relacionamos con las figuras de
autoridad.
También se visibiliza nuestra reputación, logros mundanos y nuestras ambiciones.

Cómo nos proyectamos en el mundo exterior, y cómo el mundo nos ve y nos evalúa (con
algunos significadores puede indicar el nivel de popularidad que podemos llegar a alcanzar).

Junto con la casa 4 conforman el eje de la individualización (tanto interna como


externamente) y el de la tradición (en ambas casas suelen manifestarse los progenitores).

La casa 11

La casa de los grupos de amigos, equipos y proyectos en conjunto. Es análoga a la energía


acuariana.

Es la casa de los amigos (no familiares o de sangre) ya que nos une un ideal en común.

También es la casa de las grandes agrupaciones como clubes, ONGs, redes sociales y la
conectividad masiva. La creatividad es expresada en un plano social y para beneficio de
varios, no solo el propio. También es la casa de la vocación y nuestro propósito.

Describe que roles solemos tomar dentro de los grupos, ya sea de amigos como de colegas

Refleja nuestros estilos de vida, esperanzas e ideales. Aquellos proyectos que exceden
nuestro beneficio para que sea el de muchos.

Puede expresar los hijos adoptados o los hijos de nuestra pareja, no propios (por casas
derivadas). Junto con la casa 5 forman el eje de las relaciones (la imagen individual y su
proyección social).

La casa 12

Es la casa del inconsciente, de la disolución del ego, y entran aquí las experiencias vividas en
el útero materno (o que probablemente arrastremos de otras vidas), por lo que se la asocia con
nuestro karma (la herencia de aquello que hemos aprendido, pero aun no está integrado a
nuestra consciencia).

Muchas veces habla de temas no resueltos con nuestros ancestros, que se manifiestan aquí,
aunque no los hayamos conocido.
Es un área donde pueden manifestarse enfermedades mentales o crónicas de procedencia
desconocida (cuyo origen es la mayoría de las veces emocional). Tiene que ver con
actividades detrás de la escena, enemigos ocultos. Representa también instituciones,
encierros, reclusiones, pérdida de la libertad, exilios (hospitales, prisiones, asilos,
monasterios).

También al ser la casa del retiro puede representar nuestra jubilación, cuando dejamos de
participar de la vida mundana, preparándonos para otra experiencia aún más trascendental.

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