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Declive/decadencia: El siglo XVII fue devastador para la sociedad española, debido a las

complicaciones del contexto político, económico y militar, lo que derivó en una gran crisis que
convirtió al Imperio Español en una potencia de menor importancia.

En el siglo XVII, España se endeuda y otros países, especialmente Francia e Inglaterra, ocupan
su lugar de hegemonía en Europa. Baja la producción agrícola y artesanal, debido a la
expulsión de los moriscos, que tuvo lamentables efectos. Sube la inflación, llega menos
riqueza de América por agotamiento de las minas y por el pirateo continuo de los barcos
ingleses. Hay guerras, pestes y hambrunas. La crisis provoca levantamientos populares. Y
mientras España decae, Inglaterra, influyente en la Europa del Norte y en Norteamérica, donde
funda su primera ciudad, Jamestown, en 1610, empieza a subir imparable.

Sin embargo, las tensiones entre potencias produce la Guerra de los Treinta Años (1618-1648),
entre el Sacro Imperio Romano Germánico de los Habsburgo (que englobaba los estados
germánicos, a Austria y al Imperio español) y Francia, Suecia y otros países. Lo que se disputa
es el dominio de los Países Bajos. La guerra perjudicó aún más a España y terminó en 1648, con
la firma de la Paz de Westfalia (1648), en la que se escenificó la pérdida de poder de los
Habsburgo y el auge de los Borbones franceses. Francia se anexionó Alsacia y Lorena. Holanda
se convierte en una potencia independiente, con su puerto de Ámsterdam como gran eje
comercial, en detrimento de Sevilla.

Se conoce como Reforma protestante —o, simplemente, la Reforma— al movimiento religioso


cristiano iniciado en Alemania en el siglo xvi por Martín Lutero, que llevó a un cisma de la
Iglesia católica para dar origen a numerosas iglesias y corrientes religiosas agrupadas bajo la
denominación de protestantismo.

Otra denominación usada para este movimiento por algunos historiadores como Ricardo
García Villoslada es el de "revolución protestante".1

La Reforma tuvo su origen en las críticas y propuestas con las que diversos religiosos,
pensadores y políticos europeos buscaron provocar un cambio profundo y generalizado en los
usos y costumbres de la Iglesia católica, además de negar la jurisdicción del papa sobre toda la
Cristiandad; para los protestantes el papa es solo el "obispo de Roma" y sus doctrinas
religiosas serán conocidas como papismo y las políticas como cesaropapismo. El movimiento
recibirá posteriormente el nombre de Reforma protestante, por su intención inicial de
reformar el catolicismo con el fin de retornar a un cristianismo primitivo o puro, y debido a la
importancia que tuvo la Protesta de Espira, presentada por algunos príncipes y ciudades
alemanas en 1529 contra un edicto del emperador Carlos V tendente a derogar la tolerancia
religiosa que había sido anteriormente concedida a los principados alemanes.

En la Europa católica, el inicio de la Contrarreforma inició un amplio retroceso del


materialismo renacentista. El fortalecimiento de la posición de la Iglesia católica se combinó
con la moda de la astrología, la difusión del ocultismo y otros movimientos místicos como la
Escuela ascética española. Los conflictos entre la iglesia y los representantes del mundo
moderno se intensificaron. Después, en el Concilio de Trento, los miembros de la “Compañía
de Jesús” creada por Ignacio Loyola, los jesuitas, se convirtieron en la unidad de combate de la
Iglesia católica en reacción a las innovaciones filosóficas cuestionando a la Escolástica y sus
derechos políticos.

La guerra entre Francia y España termina con la derrota española en la batalla de las Dunas y la
Paz de los Pirineos (1659), por la que la vertiente norte de los Pirineos catalanes, el Rosellón y
parte de la Cerdeña pasan a Francia.

En 1660, Luis XIV de Francia se casa con María Teresa de Austria, hija de Felipe IV de España, lo
que trae cierta paz entre los dos países. Su nieto, Felipe de Anjou, sucedería a Carlos II el
Hechizado, rey de España, en 1700, con el nombre de Felipe V. Su coronación dio comienzo a
la Guerra de Sucesión Española, que afectó a toda Europa, ya a comienzos del siglo XVIII.

La decadencia española beneficia el sistema absolutista de Francia, con Luis XIV, el Rey Sol, y a
la monarquía parlamentaria de Inglaterra. En nuestro país, la ciencia se estanca, limitada por la
teología, mientras que en Europa se inicia una gran revolución científica: el italiano Galileo
demuestra el funcionamiento del sistema solar, el alemán Kepler lo confirma
matemáticamente, el inglés Newton formula la ley de la gravedad...

Es también el siglo de grandes filósofos: el francés Descartes desarrolla el racionalismo; los


ingleses Bacon (1561-1626), Hobbes, Locke promueven el empirismo. El análisis racional y
científico de los fenómenos de la realidad física prepara el camino para la futura revolución
industrial y para el triunfo del liberalismo como sistema político que combina la libertad
individual con los acuerdos colectivos y el poder del gobierno.

En el arte, hay grandes artistas como los pintores Caravaggio, Rubens, Rembrandt, Velázquez;
escultores como Bernini; arquitectos como Borromini; músicos como Monteverdi, Purcell,
Pachelbel y genios como Vivaldi, Händel, Rameau y Bach.

La situación política española. La decadencia del Imperio

El período de crisis por el que pasó España en el siglo XVII fue uno de los más duros de nuestra
historia, no sólo por la regresión económica, sino por el enorme descenso demográfico,
impactos ambos sufridos principalmente en las zonas mediterránea y atlántica. La crisis,
lamentablemente, pudo haberse evitado de haber tomado las medidas correctas.

Tras el proceso de expansión vivido en los siglos XV y XVI, Europa se sumió en una profunda
crisis que duró casi un siglo. Una crisis en varios aspectos, siendo el principal el demográfico.
Desde finales de la Edad Media, la población había aumentado continuamente, pero ahora el
crecimiento se detiene bruscamente, llegando incluso a retroceder.

Durante los reinados de Felipe III y Felipe IV, en el siglo XVII, se produjo la caída del Imperio
español, debido a una crisis económica causada por los gastos en guerras, la pérdida de
territorios conquistados y la disminución de la llegada de plata y minerales de las Américas por
las continuas revueltas de los nativos.

El centro de Europa, mientras, se veía desgarrado por guerras como la de los Treinta Años, que
asoló el continente. En ese marasmo político, España perdía poder y lo ganaban sus poderosos
vecinos (Francia, Inglaterra, Suecia...). El arte también sirvió para representar al poder
absoluto.

Mientras los Habsburgo españoles decaían y nuestra economía se quedaba estancada, el


Imperio de los Habsburgo austríacos y los ya independientes Países Bajos (las antiguas
Provincias Unidas), se convirtieron en una gran potencia comercial y en un gran demandante
de arte.

A finales del siglo XVII, Francia se convierte en la primera potencia europea de la mano de Luis
XIV y los Borbones llegan al trono español, al morir Carlos II, el último de los Habsburgo, sin
sucesión.

El Barroco se desarrolla, pues, en una España decadente y cada vez más desigualdad, con un
sistema colonial tremendamente costoso que ya no aporta tanta riqueza como antaño.

La crisis económica y social

La crisis económica fue intensa, a falta de un gobierno bien estructurado. La economía


española desperdició el comienzo de la revolución industrial. Hubo, además, una gran pérdida
demográfica como consecuencia de la expulsión de moriscos y judíos y por la emigración
patria.

Esta situación crítica no se solventó ni con el reinado de Felipe III ni con el de Felipe IV (que
gobernó hasta 1665). La sociedad seguía dividida en estamentos: los privilegiados (los nobles y
el clero) y los no privilegiados (campesinos, trabajadores y burgueses); pero la burguesía era
cada vez más influyente, lo que derivó en el mayor desarrollo de los derechos de los
desfavorecidos.

Durante la segunda mitad del siglo XVII, Francia aprovechó la debilidad española y ejerció una
presión expansionista sobre los territorios europeos regidos por España. Como consecuencia,
perdimos buena parte de nuestras posesiones y, a principios del siglo XVIII, no teníamos
prácticamente territorios exteriores en Europa.
La miseria en el campo arrastró a muchos campesinos hacia las ciudades, donde esperaban
mejorar su calidad de vida; pero en las ciudades se vieron arastrados a mendigar, cuando no
directamente a la delincuencia.

Por otra parte, el conservadurismo social dificultaban el paso de un estamento a otro: no había
movilidad social, sólo algunos burgueses lograron acceder a la nobleza. La única posibilidad
que se ofrecía al estado llano para obtener los beneficios que la sociedad estamental concedía
a los privilegiados era convertirse en monjes. Este hecho, unido al clima de fervor religioso,
trajo como consecuencia que, durante el siglo XVII, se duplicara el número de eclesiásticos en
España.

La cultura y el pensamiento en el Barroco

En el Barroco, se tratan los mismos temas que en el Renacimiento (amorosos, mitológicos,


religiosos, patrióticos, carpe diem, beatus ille...), pero con otra visión: la del desengaño, que
llevará a actitudes y planteamientos pesimistas: desconfianza, duda sobre los demás.

El catolicismo tradicionalista lucha con el luteranismo y el protestantismo y se producen


sangrientas guerras de religión. Se sigue defendiendo el absolutismo monárquico como forma
de gobierno.

El pensamiento barroco se asienta en la decadencia que lo rodea. Algunos responden con la


rebeldía y el inconformismo. Otros, con la evasión y el conformismo. Idealismo y realismo,
como en Don Quijote y Sancho.

La actividad artística y literaria

Entre los temas comunes a la literatura barroca, encontramos:

La fugacidad de la vida y su carácter efímero e inestable.

La muerte y el paso del tiempo.

El castigo como consecuencia del pecado.

El arrepentimiento.

La narración de escenas trágicas.

En cuanto a los principales estilos pictóricos, destacamos:

Naturalismo. Estilo que se basa en la observación y reproducción de la naturaleza, pero dando


cabida a directrices morales o estéticas del artista, cuando no a interpretaciones libres del
objeto copiado. Este estilo es heredero del tenebrismo (gusto por los claroscuros) de
Caravaggio.

Clasicismo. Estilo opuesto al naturalismo. También es realista como aquél, pero con una
concepción más racional, en la que predomina el dibujo sobre el color y con obras más
cerradas, sin las bruscas diagonales barrocas.

En lo que se refiere a los géneros literarios del Barroco:

La novela: con el Quijote como ejemplo, el género permite la sátira y la burla, empleando un
lenguaje altisonante y lleno de figuras retóricas y alusiones mitológicas. La novela picaresca
tiene su auge en este momento.

La poesía bucólica: Profusamente cultivada en la antigua Roma, cobra nueva vida en el


Barroco.

El teatro. Alcanza en el Barroco uno de sus momentos más altos, con comedias satíricas, autos
sacramentales y dramas bíblicos.

Entre los autores más relevantes, destacamos a:

Miguel de Cervantes (a caballo entre el siglo XVI y el XVII).

Calderón de la Barca.

Lope de Vega.

Luis de Góngora.

Francisco de Quevedo.

Sor Juana Inés de la Cruz, poetisa mexicana.

Por lo que se refiere al pensamiento barroco, tenía una visión muy negativa de la sociedad y de
la vida, debido a los problemas vividos durante la época, siglo de decadencia y desengaño. La
literatura era recargada, llena de contrastes, contradicciones y dinamismo. El hombre barroco
ve el mundo como un lugar caótico, está obsesionado con la brevedad de la vida y el paso del
tiempo. Es pesimista y se siente desengañado ante el mundo. Para él, vivir es estar en
constante depresión. Esto le hace adoptar una postura ascética (de menosprecio de lo terreno)
o estoica (de resignación ante la desgracia).

En referencia a los temas tratados en la literatura barroca, los más repetidos son:

- La muerte.

- El sentimiento amoroso vivido de forma desgarradora.


- La apariencia engañosa de las cosas.

- La insatisfacción y la soledad (el hombre se siente solo ante el caos).

Bibliografía, webgrafía

 Alonso, Santos y otros: Lengua castellana y literatura. 1º Bachillerato. Barcelona,


Casals, 2016, tema 12 "El Barrco: la poesía", pp. 252-277.

 LC1BAC- 06. Literatura de la Edad de Oro española - siglo XVII - Barroco , página web
del Departamento de Lengua del IES Avempace.

 LU- 05. Prerrenacimiento, Renacimiento, Clasicismo y Barroco europeos. Siglos XVI y


XVII, página web del Departamento de Lengua del IES Avempace.

 Literatura del Barroco, documento en la web del IES Avempace.

 Poesía barroca, muestra de editorial Casals.

 Lírica del barroco, documento en la web del Departamento de Lengua del


IES Avempace.

Otras preguntas de la Wikimpace relacionadas con el tema

 El teatro clásico francés. Jean-Baptiste Poquelin, ''Molière'' (1622-1673) .

 La tragedia clásica francesa: Corneille (1606-1684) y Racine (1639-1699)

 La comedia francesa: ''Molière'' (1622-1673)

 La narración: Madame de Lafayette (1634-1693) y ''La princesa de Clèves''

 La narración: los cuentos. Charles Perrault (1628-1703) y Madame d’Aulnoy (1650-


1705)

 El ensayo: Blaise Pascal (1623-1662) y sus ''Pensées'' (1669). Los ''Pensamientos sobre
la religión y otros varios asuntos''

La pintura barroca fue una de las expresiones artísticas más desarrolladas durante el
movimiento barroco y que mayor diversidad exhibió.

Por un lado, se destacó la pintura religiosa llevada adelante por la religión católica, que buscó
pregonar su fe frente a la amenaza de la reforma luterana (que marcó el comienzo del
protestantismo). A su vez, la pintura llevada a cabo por la burguesía protestante también se
destacó en este período, en la producción de paisajes y escenas de la vida cotidiana.

Algunos de los principales representantes del Barroco en la pintura fueron: Diego Velázquez
(1599-1660) en España, Rembrandt (1606-1669) en los Países Bajos y Michelangelo Caravaggio
(1571-1610) en Italia.
Los principales rasgos que caracterizaron a la pintura barroca fueron:

El uso de claro oscuro (conocido como tenebrismo).

La búsqueda del realismo.

El uso del movimiento y la asimetría.

La predominancia del color sobre la línea.

El uso de la profundidad.

Además, existieron dos vertientes contrapuestas en el arte barroco (sobre todo en la pintura
italiana):

Naturalismo. Fue un estilo que se basó en la observación y reproducción de la naturaleza tal


cual era, con la representación de escenas de la vida cotidiana. Este estilo utilizó el tenebrismo
(gusto por los claroscuros) y su principal exponente fue Michelangelo Merisi da Caravaggio.

Clasicismo. Fue un estilo opuesto al naturalismo que estuvo influenciado por las formas
clásicas, en las que predominaba la armonía y el dibujo sobre el color. Sus principales
exponentes fueron la familia Carracci.

Escultura barroca es la denominación historiográfica de las producciones escultóricas de la


época barroca (de comienzos del siglo xvii a mediados del siglo xviii).

Sus características generales son:

Naturalismo, es decir, representación de la naturaleza tal y como es, sin idealizarla.

Integración en la arquitectura, que proporciona intensidad dramática.

Esquemas compositivos libres del geometrismo y la proporción equilibrada propia de la


escultura del Renacimiento pleno. La escultura barroca busca el movimiento; se proyecta
dinámicamente hacia afuera con líneas de tensión complejas, especialmente la helicoidal o
serpentinata, y multiplicidad de planos y puntos de vista. Esta inestabilidad se manifiesta en la
inquietud de personajes y escenas, en la amplitud y ampulosidad de los ropajes, en el
contraste de texturas y superficies, a veces en la inclusión de distintos materiales, todo lo cual
que produce fuertes efectos lumínicos y visuales.

Representación del desnudo en su estado puro, como una acción congelada, conseguido
mediante una composición asimétrica, donde predominan las diagonales y serpentinatas, las
poses sesgadas y oblicuas, el escorzo y los contornos difusos e intermitentes, que dirigen la
obra hacia el espectador con gran expresividad.
A pesar de la identificación del Barroco con un "arte de la Contrarreforma", adecuado al
sentimiento de la devoción popular, la escultura barroca, incluso en los países católicos, tuvo
una gran pluralidad de temas (religiosos, funerarios, mitológicos, retratos, etc.)

La manifestación principal es la estatuaria, utilizada para la ornamentación de espacios


interiores y exteriores de los edificios, así como de los espacios abiertos, tanto privados
(jardines) como públicos (plazas). Las fuentes fueron un tipo escultórico que se acomodó muy
bien con el estilo barroco. Particularmente en España, tuvieron un extraordinario desarrollo la
imaginería y los retablos.

Algunas de las principales características de la arquitectura barroca fueron:

Se caracterizó por el exceso de ornamentación y por una construcción y decoración con


muchos detalles.

Buscó reflejar movimiento y dinamismo, que se evidenció en el uso de la línea curva y la


incorporación de cúpulas, arcos y columnas entorchadas.

Estableció una relación muy estrecha con otras disciplinas artísticas, al incorporar estatuas,
fuentes, estucados y frescos.

Se destacó en la construcción de iglesias y palacios.

Dio importancia a la urbanización con la creación de plazas y lugares comunes.

El Barroco también estuvo representado en la música, con exponentes como Johann Sebastian
Bach y Antonio Vivaldi. Al igual que en otras disciplinas, la música durante el Barroco fue un
canal usado por los artistas para expresar las pasiones. Entre los principales aportes de esta
época están: el desarrollo de formas musicales como la sonata, la cantata y la ópera, la
policoralidad, el desarrollo del sistema tonal y el desarrollo del contrapunto.

Uno de los hitos de este período fue el establecimiento del bajo continuo, que es una técnica
de acompañamiento instrumental. El bajo continuo contaba con un instrumento grave y
melódico que funcionaba como el bajo e instrumentos armónicos que improvisaban, sobre esa
base, una armonía.

Otro de los aportes de la música en este tiempo fue el nacimiento de la ópera, un espectáculo
cantado que contaba con recursos de diferentes disciplinas. Aunque tuvo sus orígenes en el
teatro griego, la ópera fue desarrollada a finales del siglo XVI. La obra La Dafne (con libreto de
Ottavio Rinuccini y música de Jacobo Peri) fue escrita en 1597 y es considerada la primera
ópera.

Se toma como final del período barroco en la música la muerte del compositor alemán Johann
Sebastian Bach en 1750.

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