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Acta Otorrinolaringol Esp 2006; 57: 450-454

INVESTIGACIÓN CLÍNICA

Fracturas de peñasco. Nuestra experiencia: 1999-2004


J. B. Ramírez Sabio, C. de Paula Vernetta, J. M. Sanchís García*, F. J. García Callejo, O. Cortés Andrés**,
V. Quilis Quesada**, D. Dualde Beltrán*, J. Marco Algarra
Servicio de ORL. *Servicio de Radiología. **Servicio de Neurocirugía. Hospital Clínico Universitario de Valencia.

Resumen: Objetivo: Realizar una revisión de las fracturas de surgeons, radiologists and otorhinolaryngologists to ob-
peñasco ocurridas en los últimos 5 años (1999-2004) en tain a good management, control and follow up of the pa-
nuestro hospital, su manejo, control y análisis de los facto- tients.
res implicados. Analizar los protocolos de actuación y la bi-
bliografía actual. Material y métodos: Se revisan 266 fracturas Key words: Petrous bone fracture. Temporal bone fracture.
de hueso temporal, 74 con implicación del peñasco. Se ana- Otorrhagia. Head injurie.
lizan estas fracturas en función de la distribución por sexo,
gravedad del traumatismo, clínica otorrinolaringológica de-
but, mecanismo traumático de producción, y hallazgos ra- INTRODUCCIÓN
diológicos. Se discuten minuciosamente los resultados y se
comparan con la bibliografía actual. Concluciones: Las frac- Las fracturas de peñasco del hueso temporal se en-
turas de peñasco se han de sospechar siempre en los pa- cuentran generalmente asociadas a traumatismos craneoen-
cientes con antecedente de traumatismo craneoencefálico cefálicos de severidad variable. Los mecanismos de produc-
(TCE) especialmente en los de gravedad moderada a grave ción pueden ser tanto indirectos cuando el traumatismo se
y sobre todo si hay otorragia. Es necesaria una estrecha co- produce en la bóveda craneal y actúan fuerzas que se trans-
laboración entre los servicios de neurocirugía, radiología y miten a la base del cráneo, o por actuación directa sobre la
ORL para un adecuado manejo, valoración y seguimiento base craneal (p ej.: En una agresión). En los Estados unidos
de los pacientes. alrededor del 30% de los traumatismos son craneales, en-
contrándose en el 18% fracturas de hueso temporal.
Palabras clave: Fractura de peñasco. Fractura del temporal. Estas fracturas clásicamente se han dividido en longi-
Otorragia. Traumatismo craneoencefálico. tudinales si siguen el eje del peñasco y transversales cuando
son perpendiculares al mismo. Se denominan mixtas cuan-
do poseen un recorrido oblicuo que implica tanto participa-
Petrous bone fracture. Our experience: 1999-2004 ción perpendicular como longitudinal. Típicamente cada ti-
po de fractura se asocia a un tipo característico de
Abstract: Objective: To review the petrous bone fractures complicaciones, así las fracturas longitudinales están más
during the last five years (1999-2004) in our hospital, its relacionadas con hipoacusias de transmisión y traumatis-
manage, control, and analysis onf the associated factors. mos timpánicos y las transversales con hipoacusias neuro-
To analyse the managing protocoles and current biblio- sensoriales y afectación del nervio facial.
graphy. Material and methods: We review 266 temporal bo- El mecanismo de producción de las fracturas de peñas-
ne fractures, 74 with petrous bone association. We analyse co generalmente está en el contexto de un politraumatismo,
these fractures by sex distribution, injurie severity, otorhi- por lo que la actuación a determinar en cada situación de-
nolaryngological clinical findings, production mechanism pende de cada caso en particular. En numerosas ocasiones
and radiological findings. The cases are discussed and la actuación del otorrinolaringólogo pasa a un segundo pla-
compared with current bibliography. Conclussions: Petrous no debido tanto a los problemas inmediatos como a las
bone fractures must be always suspected in patients with complicaciones asociadas, requiriendo un estrecho segui-
head trauma, specially if it associates severity and otor- miento y control evolutivo del paciente. Clásicamente se
rhagia. It is necessary a deep colaboration between neuro- describe un primer estadio neuroquirúrgico que atiende a
los signos de mayor urgencia y gravedad: hemorragia sub-
aracnoidea, hematoma subdural, hematoma epidural, des-
Correspondencia: J. B. Ramírez Sabio plazamiento de la línea media por el edema3. Es en este mo-
C/ Virgen de los Dolores nº 6, 2º mento cuando generalmente se produce el establecimiento
46520 Puerto de Sagunto del pronóstico vital11.
Valencia
La segunda fase una vez está estabilizado el paciente
Fecha de recepción: 28-10-2005
Fecha de aceptación: 8-10-2006 corresponde al otorrinolaringólogo. En esta fase y en la pri-

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FRACTURAS DE PEÑASCO. NUESTRA EXPERIENCIA: 1999-2004

Figura 1. Valoración del traumatismo craneal en Urgencias.

mera, si es posible, es necesario una correcta valoración de MATERIAL Y MÉTODOS


las complicaciones asociadas: parálisis-paresia facial, lesio-
nes laberínticas, otorragia, otolicuorrea, luxaciones de la ca- Se realiza un estudio retrospectivo de los casos ocurri-
dena osicular, hipoacusia transmisiva o neurosensorial o dos durante el periodo 1999-2004, obteniéndose un total de
tromboflebitis aséptica del seno lateral que se traduce en hi- 266 fracturas de hueso temporal, con implicación del peñas-
pertensión intracraneal11. Además frecuentemente nos en- co en 74 de ellas. Se ha realizado un análisis exhaustivo de
contramos con cuadros vertiginosos que suelen ser transito- cada caso.
rios7,11 aunque si no lo son podemos sospechar patología El primer abordaje del paciente ha sido llevado en ur-
asociada como fístula perilinfática, conmoción laberíntica o gencias según el protocolo establecido para los traumatis-
hydrops endolinfático. Puede existir afectación directa de mos craneoencefálicos (TCE). Este protocolo contiene minu-
los conductos semicirculares o del vestíbulo por extensión ciosa información que ayuda al clínico en la valoración
del trazo de fractura11. inicial del paciente de manera en que se pueda establecer
Este trabajo describe los resultados obtenidos al reali- una escala de prioridades y de gravedad inmediata (Figuras
zar un análisis de los casos acaecidos en nuestro medio du- 1 y 2).
rante el periodo de 1999-2004. Los objetivos de este estudio En los casos de TCE de Grado 0 que no requieren in-
son determinar los factores implicados, analizar la evolu- greso hospitalario, además se entrega una hoja de informa-
ción y complicaciones y realizar una revisión y comparación ción al paciente y a los familiares en la que se especifican
con la bibliografía descrita. recomendaciones y signos de alarma fácilmente reconoci-

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J. B. RAMÍREZ SABIO ET AL.

RESULTADOS

En la distribución por sexos nos encontramos 55 hom-


bres y 19 mujeres con un ratio hombres : mujeres de 2,9.
Se ha realizado una división en los grados de trauma-
tismo craneoencefálico (TCE) atendiendo a la gravedad de
los mismos en función de la valoración inicial de los pacien-
tes (Figuras 1 y 2), encontrándose TCE leve en el 3,5% de
los casos, moderado en el 53,6% y grave o muy grave en el
42,9% de los mismos (Figura 4).
La clínica otológica inicial ha sido la otorragia (89,5%)
frente al hemotímpano (10,5%).
En el análisis de los mecanismos de producción se ob-
Figura 2. Anamnesis + Exploracion neurológica + Glasgow + Radiología. serva un claro predominio etiológico por grupos de edad,
encontrándose que en el grupo de menor edad (hasta ± 20
años) la causa fundamental son los accidentes de tráfico que
suponen además la causa más frecuente global (46,26%). En
bles para que el paciente vuelva a ser remitido a urgencias el grupo de edad intermedia (entre 20-65 años) existen ade-
(Figura 3). Además se recomienda realizar una dieta blanda más otras causas tales como los accidentes laborales, funda-
y reposo, abstinencia de bebidas alcohólicas y se recomien- mentalmente por precipitación, que suponen el 8,95% de
da encarecidamente no administrar calmantes más fuertes nuestra muestra y los suicidios y agresiones que suponen el
que los antinflamatorios no esteroideos (AINEs) hasta 3 2,98% cada uno respectivamente. Las causas atribuibles al
días de pasado el accidente. grupo de mayor edad están relacionadas generalmente con
Los casos han sido distribuidos por sexo, edad, clínica factores relacionados con la vejez suponiendo las caídas ca-
de debut y signos iniciales, gravedad del traumatismo y el suales (p ej. tropiezos, alteraciones de la visión) el 28,35% y
origen de los pacientes, ya que en nuestra área nuestro cen- las caídas patológicas con origen en patología médica (p ej.
tro es hospital de referencia para hospitales comarcales cer- síncopes, convulsiones) el 7,46%.
canos, hecho que carecería de importancia si no fuera por En el tipo de fracturas, el examen radiológico pone de
su relación con importantes áreas turísticas y de diversión a manifiesto un 63,51% de fracturas de tipo longitudinal fren-
lo largo de la costa levantina y a la elevada tasa de acciden- te a un 25,67% transversales y un 10,81% oblicuas o mixtas.
tes de tráfico que presentan sobre todo durante los periodos En nuestra muestra, el 59% de los pacientes pertenecen
festivos. a nuestra área de atención, existiendo un 41% de pacientes

Figura 3. Signos-Síntomas de alarma: El paciente debe acudir al hospital.

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FRACTURAS DE PEÑASCO. NUESTRA EXPERIENCIA: 1999-2004

po transversal son entre el 10-30% y están relacionadas con


traumatismos occipitales11.
En nuestro medio el mecanismo de producción más
frecuentemente implicado de tipo global son los accidentes
de tráfico3. En los Estados Unidos parece además existir un
auge en la violencia asociándose además otros tipos de me-
canismos, como los disparos por arma de fuego, armas
blancas e incluso bates de béisbol3.
El examen inicial del paciente comprende una minu-
Figura 4. Grado del TCE y asociación con fractura de peñasco.
ciosa valoración inicial del paciente, así como un examen
clínico completo: examen físico y de la cara, otoscopia, ex-
ploración neurológica básica y vestibular, acumetría, au-
que son remitidos desde hospitales comarcales tributarios diometría, videonistagmografía y exámen radiológico
del nuestro, lo que implica una gran absorción de pacientes completo.
y requiere necesariamente de una adecuada interacción con El estudio radiológico es crucial para detectar muchas
los Servicios de Anestesia, Reanimación y Unidad de Cui- de estas lesiones y evitar complicaciones, así como para es-
dados Intensivos (UCI). tablecer un correcto seguimiento evolutivo5,2. Generalmente
El pronóstico fundamental de nuestros pacientes ha ve- este estudio se realiza a través de la Tomografía Computeri-
nido determinado por las alteraciones asociadas debidas al zada (TC), aunque el uso de la Resonancia Magnética (RM)
traumatismo. puede demostrar realces en la meninge adyacente al lóbulo
temporal ipsilateral al traumatismo, así como contusiones
del mismo cuando se compara con un TC sin contraste4.
DISCUSIÓN Cuando clínicamente se observa alteración del nervio
facial se ha de realizar una exploración completa. Si no se
Las fracturas de peñasco típicamente se clasifican se- evidencia de inmediato se recomienda su observación du-
gún su disposición sobre el eje del mismo. La clasificación rante las primeras 24 horas y realizándose un estudio elec-
clásica que divide a este tipo de fracturas en longitudinales, tromiográfico entre las 72 horas y no extendiéndose más
transversales o mixtas ha sido puesta en duda y se han pro- allá de los 14 días2. Cuando se observa una parálisis facial
puesto otras clasificaciones que únicamente atienden a la completa inmediata es necesario el tratamiento quirúrgico
participación del peñasco como entidad aislada, dividiendo de entrada. Además, se indica tratamiento quirúrgico según
las fracturas en si existe o no participación del peñasco1 (Fi- autores siempre que exista una afectación de las fibras del
gura 6). No obstante la clasificación clásica sigue vigente y nervio confirmada a través de estudio electromiográfico,
nos es de utilidad en nuestro estudio. Las fracturas de tipo mayor del 90% de las fibras. Si la parálisis no es completa
longitudinal suelen ser aproximadamente entre el 70-90% de entrada, según la clasificación de House-Brackmann, el
de los casos según series y están relacionadas con trauma- tratamiento quirúrgico no ha de demorarse más allá de las
tismos sobre la escama del temporal, mientras que las de ti- 3 semanas tras el traumatismo siempre que el tratamiento

Figura 5. Secuelas ORL de las fracturas de peñasco.

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J. B. RAMÍREZ SABIO ET AL.

no se presentan aisladas y principalmente el pronóstico vi-


tal del paciente depende de las otras alteraciones neuroqui-
rúrgicas asociadas. Las secuelas otorrinolaringológicas11 co-
mo tales se exponen en la Figura 5.

CONCLUSIONES

En general las fracturas de peñasco aisladas no asocia-


das a complicaciones presentan una buena evolución clíni-
Figura 6. Fractura de peñasco bilateral longitudinal y transversal. ca. La sospecha debe existir cuando se produzca un TCE so-
bre todo en los de gravedad moderada a severa,
especialmente si existen signos evidentes como la otorragia.
Afortunadamente una correcta valoración clínica inicial y
conservador médico fracase. La localización más frecuente
sobre todo los avances en radiodiagnóstico hacen que las
de afectación del nervio facial es el área del ganglio genicu-
nuevas pruebas de imagen sean cada vez más precisas y se
lado1,8,11. El abordaje quirúrgico puede realizarse a través de
identifiquen fácilmente estas fracturas.
fosa media, transmastoideo o ambos, recomendándose que
El abordaje multidisciplinar de estos pacientes, muchas
sea llevado a cabo por un cirujano experto en el tema ya
veces en situación clínica comprometida, obliga en muchos
que existen cambios agudos tales como edema del tejido
casos a posponer la actuación del otorrinolaringólogo, por lo
circundante, hemorragia, múltiples trazos de fractura o po-
que se necesita de un estrecho seguimiento de los pacientes
sibles adherencias que dificultan la técnica2.
y buena colaboración entre los distintos servicios médicos.
Las fístulas de líquido cefalorraquídeo (LCR) suelen
identificarse además de por el exámen radiológico, por la clí- Referencias
nica, generalmente a través de otolicuorrea, aunque en algu- 1. Ishman SL, Friedland DR. Temporal Bone Fractures: Traditional
nos casos so se evidencian fácilmente y existe una alto índice Classification and Clinical Relevance. Laryngoscope 2004;114:1734-
de sospecha en pacientes con meningitis y antecedente de 41.
2. Nosan DK, Beneke J, Murr A. Current perspective on temporal bo-
TCE. En un principio las fístulas de líquido cefalorraquídeo
ne trauma. Otolaryngol Head Neck Surg 1997;117:67-71.
suelen manejarse bien con tratamiento médico conservador12. 3. Alvi A, Bereliani A. Acute intracraneal complications of temporal
Las hipoacusias han de ser valoradas desde el inicio. El bone trauma. Otolaryngol Head Neck Surg 1998;119: 609-13.
establecimiento de una hipoacusia neurosensorial desde el 4. Jones R, Rothman MI, Gray WC, Zoarski GH, Mattox DE. Temporal
inicio del traumatismo implica un peor pronóstico, especial- lobe injury in temporal bone fractures. Arch Otolaryngol Head
Neck Surg 2000;126:131-5.
mente si es un cuadro conjunto de cofosis más vértigo aso-
5. Samii M, Tatagiba M. Skull base trauma: diagnosis and manage-
ciado a una fractura transversal típicamente. Las hipoacu- ment. Neurol Res 2002;24:147-56.
sias de transmisión tienen, en general, un buen pronóstico 6. Singh S, Salib RJ, Oates J. Traumatic fracture of the stapes supraes-
una vez se ha resuelto la fase aguda del traumatismo, y tructure following minor head injury. J Laryngol Otol 2002;116:457-9.
suelen estar debidas a fracturas longitudinales con altera- 7. Alvi A. Battle’s sign in temporal bone trauma. Otolaryngol Head
Neck Surg 1998;118:908.
ciones en oído medio, generalmente por disrupción de la
8. Darrouzet V, Duclos JY, Liquoro D, Truilhe Y, De Bonfils C, Bebar JP.
cadena de huesecillos. No son frecuentes las fracturas de la Management of facial paralysis resulting from temporal bone frac-
platina del estribo9 a diferencia de los niños. Ha de existir tures: Our experience in 115 cases. Otolaryngol Head Neck Surg
sospecha en estos últimos siempre que exista un TCE me- 2001;126:77-84.
nor con una hipoacusia de transmisión mayor de 30 dB6. El 9. Wysocki J. Cadaveric dissections based on observations of injuries
to the temporal bone dtructures following head trauma. Skull Base
signo de Battle13 que consiste en la aparición de una equi-
2005;15:99-106.
mosis cerca del vértice de la apófisis mastoides, aparece por 10. Harrison S, Anand V. Pediatric Temporal Bone Fractures. Ann Otol
ruptura de las venas emisarias, y aunque es típico, es infre- Rhinol Laryngol 2000;109:988-90.
cuente y si se encuentra es altamente sugestivo de fractura, 11. Gentine A et Hérmar P. Fractures du Rocher en: Encycl Méd Chir
por lo que ha de sospecharse en un niño pequeño aunque el (Elsevier, Paris). Oto-rhino-laryngologie 1999;20:A10.
12. De Paula C, Ramírez JB, García Callejo FJ, Serrano MN, Marco J.
TCE haya sido mínimo. Sin embargo la incidencia de estas
Fístulas de Líquido cefalorraquídeo en oído: A propósito de 5 casos.
fracturas es menor en los niños que en los adultos por la re- Acta Otorrinolaringol Esp 2005;56:273-279.
sistencia del cráneo en los niños10. 13. Diccionario terminológico de Ciencias Médicas. 13ª Edición. Ed
Las secuelas de las fracturas de peñasco generalmente Masson.

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