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Mi llamamiento como consejera de la presidencia de la Sociedad de Socorro

¿En qué debo centrarme?

“Los líderes alientan a los miembros a participar en la obra de Dios al llegar a ser ‘discípulos verdaderos de […]
Jesucristo’ (Moroni 7:48)” (Manual General: Servir en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos
Días, 4.1). El objetivo de su presidencia es ayudar a cada mujer y a los integrantes de su familia a hacer el
siguiente convenio que necesiten en la senda de los convenios y a fortalecerlas para que guarden sus
convenios.
En su primer discurso como Presidente de la Iglesia, el presidente Russell M. Nelson aconsejó: “Su
compromiso de seguir al Salvador al hacer convenios con Él y luego guardar esos convenios abrirá la puerta a
toda bendición y privilegio espirituales que están al alcance de hombres, mujeres y niños en todas partes […].
El fin por el que cada uno nos esforzamos es ser investidos con poder en una Casa del Señor, ser sellados como
familias, ser fieles a los convenios hechos en el templo que nos hacen merecedores del don más grande de
Dios, que es la vida eterna” (“Al avanzar juntos”, Liahona, abril de 2018, pág. 7).

Dirigir a la manera del Salvador

Usted es una discípula de Jesucristo. El discipulado implica amar, enseñar, guiar y prestar servicio a los demás.
El presidente Henry B. Eyring enseñó: “Se le ha llamado para representar al Salvador. Cuando usted testifica,
su voz es la de Él, sus manos que auxilian son las de Él” (“Elévense a la altura de su llamamiento”, Liahona,
noviembre de 2002, pág. 76).
Los siguientes principios de liderazgo ayudarán a su presidencia a medida que procuren bendecir a las
hermanas de su barrio:
Prepararse espiritualmente.

Ministrar a todos los hijos de Dios.

Enseñar el evangelio de Jesucristo.

Presidir en rectitud.

Deliberar juntas y cultivar la unidad.

Delegar responsabilidades y asegurarse de que se rindan cuentas.

Preparar a los demás para ser líderes y maestros.

Planificar reuniones, lecciones y actividades con propósitos claros.

Para obtener más información, consulte el Manual General, 4.2.

Enseñar a la manera del Salvador

Cada lección y actividad es una oportunidad para que las hermanas de la Sociedad de Socorro aprendan las
verdades del Evangelio y cómo poner en práctica esas verdades en su vida cotidiana. Cree un ambiente en el
que el Espíritu pueda enseñar. Ayude a las hermanas a reconocer las impresiones del Espíritu Santo e invítelas
a actuar de acuerdo con lo que escuchen y sientan.
Como presidencia, supervisen los esfuerzos por mejorar el aprendizaje y la enseñanza en la Sociedad de
Socorro. Repasen las próximas lecciones y actividades, y analicen cómo podrían mejorar el aprendizaje y la
enseñanza del Evangelio en la Sociedad de Socorro. “Los líderes del barrio son responsables de mejorar el
aprendizaje y la enseñanza en sus organizaciones. Esto incluye orientar a los maestros recién llamados”
(Manual General, 13.4). Deliberen en consejo con la presidencia de la Escuela Dominical a medida que
procuren mejorar la enseñanza en la Sociedad de Socorro.

Instruyan y asesoren a las maestras de la Sociedad de Socorro y a otras personas a las que se invite a
enseñar en la Sociedad de Socorro. Ayúdenlas a aumentar su confianza en su capacidad para enseñar por el
Espíritu.

Participen en las reuniones del consejo de maestros. En estas reuniones, los maestros analizan los principios
que se encuentran en Enseñar a la manera del Salvador. A esas reuniones deben asistir al menos una
integrante de su presidencia y todas las maestras (véase Enseñar a la manera del Salvador, pág. 3).

Conocer y ministrar a cada hermana

Al llegar a conocer y amar a las hermanas a las que se la ha llamado a servir, usted puede ayudarlas a
progresar hacia la conversión de por vida al evangelio de Jesucristo. Con espíritu de oración, deliberen juntas
como presidencia para decidir quién necesita de su tiempo y atención. Al tender una mano a quienes se
sientan inspiradas a servir, se darán cuenta de que su amor por cada hermana aumenta. Al orar por el don de
la caridad, su corazón estará lleno de amor por el Salvador y por los demás (véase Moroni 7:46–48).
El élder Dale G. Renlund enseñó: “En la Iglesia, para servir a los demás de forma eficaz, debemos verlos a
través de los ojos de un padre, a través de los ojos del Padre Celestial. Solo entonces podremos empezar a
comprender el verdadero valor de un alma; solo entonces podremos percibir el amor que nuestro Padre
Celestial tiene por todos Sus hijos; solo entonces podemos darnos cuenta de la preocupación del Salvador por
ellos […]. Solo cuando vemos a través de los ojos de nuestro Padre Celestial podemos ser llenos del ‘amor puro
de Cristo’ [Moroni 7:47]” (véase “A través de los ojos de Dios”, Liahona, noviembre de 2015, pág. 94).
Usted puede llegar a conocer y amar a las hermanas a las que sirve de las maneras siguientes:
Orar por cada hermana.

Llegar a conocer los intereses, las fortalezas y los desafíos de cada hermana.

Prestar atención especial a las necesidades de los miembros nuevos o de los miembros menos activos.

Demostrar amor a cada hermana de maneras que se adapten a sus necesidades.

Estar dispuesta a compartir sus experiencias personales y su testimonio del Evangelio para ayudar a guiar a
las hermanas a lo largo de la senda de los convenios.

Participar en las reuniones de presidencia

Participe en las reuniones regulares de presidencia con las demás integrantes de la presidencia y con la
secretaria de la Sociedad de Socorro. A continuación se dan sugerencias relativas a los puntos de la agenda
para las reuniones de presidencia:
Leer y analizar pasajes de las Escrituras e instrucciones de líderes de la Iglesia relacionados con sus
responsabilidades como líderes de la Sociedad de Socorro. Las secciones relevantes del Manual General
podrían ser útiles.

Deliberar en consejo sobre las fortalezas y las necesidades de cada hermana y de su familia. Deliberen en
consejo en cuanto a cómo pueden ayudar a cada hermana y a su familia a prepararse para hacer los convenios
necesarios y guardar los convenios que han hecho. Revisar los registros de asistencia puede proporcionar
información sobre la participación de las hermanas en la Sociedad de Socorro. Analicen las formas en que su
presidencia puede alentar a las hermanas a disfrutar de las bendiciones de la Sociedad de Socorro.

Analizar las asignaciones y la labor de ministración, y planificar cómo pueden mejorar allí donde sea
necesario.

Planificar las próximas reuniones dominicales y otras reuniones de la Sociedad de Socorro, y analizar la
eficacia de esas reuniones.

Analizar maneras de mejorar la enseñanza y el aprendizaje del Evangelio en la Sociedad de Socorro.

Deliberar juntas con espíritu de oración para recomendar a personas a su obispado para llamamientos en la
Sociedad de Socorro.

Analizar el consejo y las asignaciones del obispo y de las reuniones de líderes. Planificar maneras de seguir el
consejo y cumplir las asignaciones.

Revisar el presupuesto y los gastos de la Sociedad de Socorro.

Planificar maneras de edificar la hermandad entre las mujeres de la Sociedad de Socorro.

Compartir y actuar de acuerdo con las impresiones que reciban al deliberar en consejo como presidencia
(véanse Doctrina y Convenios 8:2; 121:26).

Ayudar a planificar y supervisar las reuniones dominicales de la Sociedad de Socorro

Las reuniones dominicales de la Sociedad de Socorro son oportunidades sagradas para que las hermanas
aumenten su conocimiento y testimonio de nuestro Salvador. Una integrante de la presidencia o una maestra
de la Sociedad de Socorro dirige el análisis en esas reuniones. Las hermanas aprenden doctrina de las
Escrituras y de los mensajes de la conferencia general, deliberan en consejo sobre las necesidades locales y
hacen planes para trabajar juntas a fin de hacer avanzar la obra de salvación.
Para obtener más información, consulte el Manual General, 9.2.1.2.

Planificar y supervisar las actividades de la Sociedad de Socorro

Las actividades de la Sociedad de Socorro que se planifican con espíritu de oración pueden fortalecer a las
hermanas de su barrio y ayudar a satisfacer sus necesidades. En esas actividades, las hermanas aprenden y
ponen en práctica habilidades que las ayudarán a aumentar su fe y su rectitud personal, fortalecer a sus
familias y hacer de sus hogares centros de fortaleza espiritual y ayudar a los necesitados.
Las hermanas también pueden aprender y poner en práctica principios de autosuficiencia espiritual y
temporal. Estos principios incluyen la obra del templo y de historia familiar, el servicio caritativo, la
alfabetización y la nutrición. Las actividades de la Sociedad de Socorro también brindan la oportunidad de
aumentar la hermandad y el amor a medida que las hermanas aprenden y sirven juntas.
Para obtener más información, consulte el Manual General, 9.2.1.3.

Ayudar a organizar y coordinar la ministración

Ministrar consiste en cuidar de los demás a la manera de Cristo. Bajo la dirección del obispo, la Sociedad de
Socorro y el cuórum de élderes coordinan sus esfuerzos para ministrar a las personas y las familias del barrio.
Debido a que la ministración es guiada por el Espíritu y se adapta a las necesidades de las personas y las
familias, puede haber muchas maneras de organizarla. Siga las pautas que figuran a continuación:
Como presidencia, consideren con espíritu de oración a quién se asignará la ministración de cada hermana
del barrio. Coordinen las asignaciones con la presidencia del cuórum de élderes y presenten las
recomendaciones al obispo para su aprobación.

En la mayoría de los casos, cada hermana adulta debe tener dos hermanas ministrantes que se ocupen de
ella. En algunas situaciones, una hermana ministrante o un matrimonio podrían ocuparse mejor de las
necesidades de una hermana.

Como presidencia, deliberen en consejo con cada joven de trece años en adelante al comienzo del año, así
como con sus padres y con las líderes de las Mujeres Jóvenes. Si una joven está dispuesta a servir como
hermana ministrante, presta servicio como compañera de una hermana de la Sociedad de Socorro (véase
Manual General, 21.2.2).

Su presidencia y la presidencia del cuórum de élderes se reúnen trimestralmente. En esas reuniones,


analizan la información que han obtenido mediante las entrevistas de ministración acerca de las fortalezas y
las necesidades de las personas y las familias (véase “Llevar a cabo entrevistas de ministración” a
continuación). Según sea necesario, coordinan las asignaciones de ministración.

La presidenta de la Sociedad de Socorro y el presidente del cuórum de élderes se reúnen trimestralmente


con el obispo para abordar las necesidades de las personas y las familias.

Véanse Manual General, capítulo 21, y Ministrar.LaIglesiadeJesucristo.org para obtener más información
sobre cómo organizar y coordinar la ministración.

Llevar a cabo entrevistas de ministración

Las entrevistas de ministración pueden ser un aspecto espiritual destacable de su servicio. Usted será
bendecida al acercarse a cada integrante de su Sociedad de Socorro y deliberar en consejo sobre su bienestar
y el bienestar de aquellas a quienes ella ministra.
Una miembro de su presidencia se reúne al menos una vez cada trimestre con cada compañerismo de
hermanas ministrantes. Se pueden llevar a cabo entrevistas durante el trimestre, que no tienen por qué ser
entrevistas largas para resultar eficaces. Cuando sea posible, lleve a cabo esas entrevistas en persona y con
ambas integrantes del compañerismo, si se dio la asignación a dos hermanas. Un matrimonio que haya
recibido la asignación de ministrar conjuntamente puede reunirse con una miembro de su presidencia o con
un miembro de la presidencia del cuórum de élderes, o con ambos. Si hay jovencitas que forman parte de
compañerismos ministrantes, asegúrese de que tengan la oportunidad de compartir sus ideas durante esas
entrevistas.
Durante las entrevistas de ministración:
Deliberen en consejo en cuanto a las fortalezas y las necesidades de las hermanas a las que ministra cada
compañerismo.

Determinen con qué necesidades podrían ayudar la Sociedad de Socorro o el consejo de barrio.

Aliente a las hermanas ministrantes en sus esfuerzos.

La secretaria de la Sociedad de Socorro podría ayudar a programar citas para las entrevistas de ministración y
preparar informes trimestrales de las entrevistas. La presidenta de la Sociedad de Socorro también podría
consultar con el obispo en cuanto a llamar a una secretaria de ministración que ayude a programar las
entrevistas y preparar los informes trimestrales correspondientes. No obstante, las secretarias no llevan a
cabo esas entrevistas.
Procure seguir el ejemplo del Salvador al centrarse en la ministración. La Iglesia ha preparado materiales y
videos para ayudarla a captar la visión de esta importante obra. En Ministrar.LaIglesiadeJesucristo.org puede
obtener más información sobre las entrevistas de ministración.

Participar en las reuniones del consejo de barrio cuando se la invite

“[L]a Iglesia de Jesucristo es gobernada por consejos en cada uno de sus niveles” (Manual General 4.3). La
presidenta de la Sociedad de Socorro podría invitarla a asistir a una reunión de consejo de barrio cuando ella
esté ausente. El consejo de barrio se reúne con regularidad para analizar y planificar cómo apoyar a los
miembros en los aspectos siguientes:
Edificar su testimonio.

Recibir las ordenanzas de salvación.

Guardar los convenios.

Llegar a ser seguidores consagrados de Jesucristo.

Apoyar los esfuerzos del barrio en cuanto a la autosuficiencia

Mejorar la autosuficiencia espiritual y temporal es fundamental en la labor de la Sociedad de Socorro. Delibere


en consejo con la presidenta de la Sociedad de Socorro en cuanto a sus responsabilidades relacionadas con el
bienestar. Los siguientes recursos la ayudarán a medida que asista a los demás con sensibilidad y amor:
“Proveer para las necesidades temporales y edificar la autosuficiencia”, Manual General, capítulo 22

“Las necesidades a largo plazo y la autosuficiencia”, Manual General, 9.2.2.3

“Servicios de Autosuficiencia” (LaIglesiadeJesucristo.org)


Apoyar la obra misional de los miembros y la obra del templo y de historia familiar

El obispo es responsable de la obra misional de los miembros y la obra del templo y de historia familiar en el
barrio. El obispo puede asignar al presidente del cuórum de élderes para que supervise esta obra, y este
puede asignar a uno de sus consejeros para que supervise la obra misional de los miembros y al otro consejero
para que supervise la obra del templo y de historia familiar.
Para apoyar eficazmente la labor del consejo de barrio, su presidencia tal vez desee seguir el mismo modelo y
asignar a una de las consejeras para que ayude con la obra misional de los miembros y a la otra consejera para
que ayude con la obra del templo y de historia familiar. Delibere en consejo con la presidenta de la Sociedad
de Socorro y con la otra consejera sobre la mejor manera en que su presidencia puede apoyar esta obra.
Para obtener más información, véase el Manual General, capítulo 25. La Instrucción para líderes de templo e
historia familiar 2020 también puede ayudarla a entender cómo puede ministrar a cada miembro de su barrio
y compartir el Evangelio por medio de la obra del templo y de historia familiar.

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