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Libro La Cal 2014 Nonoparticulas
Libro La Cal 2014 Nonoparticulas
net/publication/371681463
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Piero Baglioni
University of Florence
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Luis Barba PingarrÛ n
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Luis Guerrero
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Alejandra Alonso Olvera
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Isabel VillaseÒ or y Renata Schneider
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Claudia GarcÌ a SolÌ s y Yareli J· idar Benavides
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Luis Alejandrino Torres Montes
Consideraciones inales.............................................................................................269
Luis Barba PingarrÛ n e Isabel VillaseÒ or
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La ciencia aplicada a la conservaciÛ n del patrimonio en MÈ xico se ha enfo-
cado, principalmente durante los ˙ ltimos aÒ os, a la identificaciÛ n de tÈ cni-
cas de manufactura de los bienes culturales por medio de la caracterizaciÛ n
analÌ tica de sus materiales constitutivos y las reacciones quÌ micas relaciona-
das con la degradaciÛ n de los mismos. Los avances logrados han aportado
numerosos conocimientos en cada uno de estos rubros; sin embargo, esto
a˙ n no ha sido suficiente ya que para contar con un desarrollo integral en
el campo de la conservaciÛ n serÌ a sumamente importante incrementar la
b˙ squeda de nuevos mÈ todos de conservaciÛ n de los materiales, en especial
aquellos que se encuentran expuestos a la intemperie.
En las ˙ ltimas dÈ cadas se ha hecho especial È nfasis en la reversibilidad de
los tratamientos de conservaciÛ n y restauraciÛ n del patrimonio cultural, debi-
do principalmente a la mala experiencia que se ha tenido con el uso de ciertos
polÌ meros sintÈ ticos aplicados en pintura mural y elementos decorativos ex-
puestos en contextos arqueolÛ gicos. Sin embargo, existen procesos utilizados
en la conservaciÛ n de estos bienes que, por su misma naturaleza de aplica-
ciÛ n, contradicen la posibilidad de que el tratamiento sea cien por ciento re-
versible; tal es el caso de la consolidaciÛ n y el fijado de estructuras y estratos
pictÛ ricos. Para subsanar esta paradoja, se ha propuesto el uso de mÈ todos
basados en la aplicaciÛ n de materiales similares y compatibles a los que con-
forman a los bienes culturales a fin de que presenten por lo menos el mismo
comportamiento y permitan a su vez futuros tratamientos.
Considerando esta premisa, en recientes fechas se ha explorado un cam-
po innovador en la conservaciÛ n en MÈ xico: el de la nanociencia y la nanotec-
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En funciÛ n de la decisiÛ n de utilizar determinados tratamientos y materiales
para la consolidaciÛ n y fijado de pinturas murales hemos considerado im-
portante establecer algunos elementos teÛ ricos, antes de entrar al tema que
nos ocupa.
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En el campo de la conservaciÛ n, los principios son aquellos enunciados que
determinan las bases teÛ ricas sobre las que se apoya la pr·c tica tÈ cnica de la
disciplina, ya que es justamente a partir de ellos que se derivan los criterios de
intervenciÛ n que son, a su vez, los mecanismos pr·c ticos mediante los cua-
les se respetan y cumplen los primeros. Desde nuestro punto de vista, para
poder obtener resultados satisfactorios en la b˙ squeda de nuevos materiales
utilizados en la conservaciÛ n de bienes culturales es fundamental considerar
el siguiente marco teÛ rico y sus definiciones.
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La integridad se entiende como los valores que le dan significado y relevancia
al patrimonio cultural. De tal manera, cualquier tipo de intervenciÛ n que se
lleve a cabo deber· efectuarse al nivel mÌ nimo necesario y mantener dichos
valores, respetando por completo los aspectos fÌ sicos, histÛ ricos y estÈ ticos de
È stos, incluyendo las evidencias de su origen, su constituciÛ n original, los ma-
teriales que los componen, apariencia y textura, las pÈ rdidas como testimonio
del paso del tiempo y toda aquella informaciÛ n que pudieran contener, como
son las intenciones del fabricante y la tecnologÌ a usada en su manufactura.
Por lo tanto, conservar in situ monumentos y conjuntos debe ser el objetivo
fundamental de la conservaciÛ n del patrimonio arqueolÛ gico, a menos que su
estabilidad estÈ en juego (icomos 1999).
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La conservaciÛ n debe propiciar la estabilidad de los materiales constitutivos
de los bienes culturales, la cual est· determinada desde el momento mismo de
su creaciÛ n. Este principio tiene como objetivo devolver y mantener en el
estado de menor alteraciÛ n fisicoquÌ mica, formal y estructural los materiales
constitutivos de los elementos decorativos y recubrimientos arquitectÛ nicos.
Para lograr esto se observan distintos criterios, que son indispensables para
la estabilidad de los bienes:
El primero de estos criterios es la compatibilidad fisicoquÌ mica de los ma-
teriales usados en la intervenciÛ n, lo que significa que su composiciÛ n debe
ser similar o igual, y no deben modificar, alterar o destruir quÌ micamente el
material del bien que se desea conservar. Por lo tanto, la compatibilidad se
refiere al hecho de que no deben darse reacciones quÌ micas indeseables entre
el material de restauraciÛ n y el bien cultural, y en la medida de lo posible no
deber· generar ning˙ n tipo de producto secundario ni contrastes mec· nicos
Deinición de tratamientos
Se han tratado anteriormente algunos de los principios y criterios que guÌ an
la ejecuciÛ n de los tratamientos de restauraciÛ n. A continuaciÛ n nos interesa
hablar particularmente sobre las operaciones de consolidaciÛ n y fijado por
ser fundamentales en la conservaciÛ n de la pintura mural y elementos deco-
rativos.
Consolidación y ijado
La consolidaciÛ n y fijado de estucos y capas pictÛ ricas en pinturas murales ha
permitido durante los ˙ ltimos cincuenta aÒ os comparar el comportamiento
de los productos de naturaleza org· nica e inorg· nica y escoger unos u otros
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de ijado y consolidación de pintura mural
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En dÈ cadas pasadas, con la apariciÛ n en el mercado de nuevos productos
industriales, se introdujeron en MÈ xico polÌ meros sintÈ ticos usados con È xi-
to en Europa. A partir de la dÈ cada de 1950 hasta la de 1980, los productos
quÌ micos elaborados por la industria prometÌ an durabilidad, reversibilidad y
permanencia de sus propiedades Û pticas, las cuales fueron otorgadas a partir
de pruebas realizadas en laboratorios en un periodo muy corto de tiempo,
comparado con la antig¸ edad de los materiales de un edificio histÛ rico o de
los objetos en los que fueron aplicados, sin considerar todas las variables que
ofrecen los bienes y su contexto constantemente cambiante (Peterson 1981:
54). Cuando se iniciaron los trabajos con estos materiales, no existÌ a una ex-
periencia anterior que sirviera para prever los resultados, ni investigaciones
realizadas in situ de sus propiedades fisicoquÌ micas que llevaran a deducir su
incompatibilidad con los bienes culturales hechos a base de cal.1 A pesar de
Esto no quiere decir que en otras condiciones los resultados no han sido favora-
1
bles; muchos objetos que se encuentran dentro de los museos se han conservado ade-
cuadamente.
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A partir de los resultados anteriormente descritos es que muchos restaura-
dores han optado por el uso de consolidantes de origen inorg· nico, como el
agua de cal.3 Este material posee caracterÌ sticas similares a la estructura del
original, por lo que es cien por ciento compatible y m· s resistente al envejeci-
miento que los productos org· nicos; sin embargo, presenta algunos inconve-
nientes que m· s adelante mencionaremos.
2
Desgraciadamente, a pesar de que ya se conocen sus malos resultados, actualmen-
te se siguen empleando por algunos restauradores en diversas partes del mundo.
3
El agua de cal es una soluciÛ n acuosa de hidrÛ xido de calcio, Ca(OH)2. A 20 ∫ C
contiene 1.7 g de hidrÛ xido de calcio por litro de agua y es netamente alcalina, con un
pH de 11 (Giorgi 2000: 155).
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Considerando los resultados hasta ahora descritos, en los ˙ ltimos aÒ os se ha
visto la necesidad de encontrar nuevos mÈ todos y materiales para el proceso
de consolidaciÛ n que cumplan con los criterios de compatibilidad, reversibi-
lidad y retratabilidad. En este sentido, se comenzÛ a trabajar con los sistemas
nanodispersos fabricados a base de hidrÛ xido de calcio, que, de hecho, es la
mejor manera de consolidar pintura mural al ser el mismo material empleado
en su manufactura. Para la consolidaciÛ n, el agua de cal podrÌ a ser utilizada,
pero el hidrÛ xido de calcio es apenas soluble en el agua (1.7 g/l), por lo que
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El proceso de apagado de la cal o hidrataciÛ n del Û xido de calcio, CaO, es el
mÈ todo m· s barato y com˙ n que se lleva a cabo para obtener el hidrÛ xido
de calcio, Ca(OH)2. Gracias a la alta temperatura que se produce durante el
apagado, es necesaria una gran cantidad de agua para lograr la hidrataciÛ n;
con un exceso de agua, se obtiene la cal en pasta.
En general, se sabe que es mejor almacenar la cal bajo el agua pura por
un tiempo prolongado para llegar una hidrataciÛ n completa, lo cual requiere
varios meses o incluso aÒ os. En la pr·c tica se ha visto que dejarla m· s tiempo
favorece la plasticidad y manejabilidad de las pastas de cal; sin embargo, poco
se sabe acerca de los mecanismos (RodrÌ guez-Navarro 1998: 3032-3034).
El efecto del almacenamiento prolongado de la cal bajo agua ha sido estu-
diado por Giorgi (2010: 9377), quien observÛ que la morfologÌ a y el tamaÒ o
del cristal del hidrÛ xido de calcio muestran un cambio considerable con el
paso del tiempo. Es decir, en un cierto plazo los cristales prism· ticos pre-
sentes en la pasta de cal fresca experimentan una reducciÛ n considerable de
tamaÒ o y se convierten en placas hexagonales de cristales submicromÈ tricos.
La alta solubilidad de las caras prism· ticas en comparaciÛ n con las caras ba-
sales de la portlandita hexagonal fue usada como explicaciÛ n para la trans-
formaciÛ n de cristales prism· ticos a placas hexagonales. Por otra parte, se vio
que propiedades tales como la gran superficie de contacto y los cambios en la
morfologÌ a determinan el incremento de la capacidad de adsorciÛ n de agua
y plasticidad. En los morteros preparados con la cal que se ha dejado reposar
por cierto tiempo, se ha podido observar la retenciÛ n de agua y facilidad de
trabajo.
Por esta razÛ n se ha demostrado que los morteros preparados con cal
ì envejecidaî muestran un proceso de carbonataciÛ n m· s r· pido en compara-
ciÛ n con morteros que contienen cal reciÈ n hidratada o de las disponibles en
el mercado. Con esto se concluye que la cal apagada es probablemente uno
de los m· s antiguos nanomateriales conocidos por la humanidad y el conso-
lidante ideal de pinturas murales y piedra caliza, basados en los cristales de
tamaÒ o nanomÈ trico con una forma de placas hexagonales.
Figura 1. Nanocristales de
hidrÛ xido de calcio con
formas de placas hexagonales.
Imagen: cortesÌ a de csgi 2011.
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La aplicaciÛ n de nanopartÌ culas se lleva a cabo mec· nicamente esparciÈ ndolas
por medio de un pincel plano sobre la capa pictÛ rica a consolidar, colocan-
do un papel japonÈ s delgado como interfase a manera de protecciÛ n, lo que
ayuda a readherir las escamas o material que se encuentre desprendido de la
superficie, donde el gramaje del papel varÌ a dependiendo de la problem· tica
que se presente.
Una vez que la superficie deje de absorber la dispersiÛ n de nanopartÌ cu-
las (dependiendo de la porosidad del soporte y el estado de conservaciÛ n del
muro), se aplica pulpa de celulosa con agua destilada sobre el mismo papel,
esto con la finalidad de reordenar las partÌ culas en redes cristalinas, evitando
que se forme el velo blanquecino en la superficie pictÛ rica y dando el tiempo
necesario a la carbonataciÛ n del hidrÛ xido de calcio.4 Una vez aplicada la pul-
pa de celulosa con agua destilada, se debe dejar secar completamente antes
de removerla.
Las nanopartÌ culas pueden ser utilizadas para realizar una preconsoli-
daciÛ n del soporte, lo que permitir· estabilizar la pintura o el soporte de la
misma (en el caso de presencia de sales o polÌ meros) a fin de poder realizar
otro tratamiento. DespuÈ s de esto, se podr· tratar con nanopartÌ culas para la
consolidaciÛ n final de la pintura.
Es importante mencionar que su aplicaciÛ n no produce ning˙ n efecto
contraproducente debido a la compatibilidad de È stas con el sustrato. Unos
dÌ as despuÈ s de la aplicaciÛ n, las nanopartÌ culas reaccionan con el CO2 del
aire para producir una pelÌ cula carbonatada que reemplaza a la degradada.
La reacciÛ n completa se da en aproximadamente 28 dÌ as.
Finalmente, debe quedar claro que el mÈ todo aquÌ expuesto no es una
receta de intervenciÛ n, ya que puede cambiar de acuerdo con la problem· tica
que presente el elemento decorativo a intervenir y las condiciones geoclim· -
ticas bajo las que se encuentre.
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Mayap· n se ubica en el municipio de Tecoh en el estado de Yucat· n, y cons-
tituye el asentamiento m· s relevante del norte de la zona maya dentro del
Poscl· sico tardÌ o (1200-1450 dC). La zona arqueolÛ gica de Mayap· n cuenta
con una gran cantidad de superficies pictÛ ricas expuestas y relieves modela-
dos de estuco.
A finales de los aÒ os noventa se llevaron a cabo los primeros procesos de
restauraciÛ n. Los materiales utilizados fueron el cemento ñpara la realiza-
ciÛ n de resanes tanto de las estructuras arquitectÛ nicas como de los elemen-
tos decorativosñ y el acetato de polivinilo5 ñpara la consolidaciÛ n y fijado
de estucos y capas pictÛ ricas. Sin embargo, en poco m· s de una dÈ cada de
exposiciÛ n, algunos de estos bienes arqueolÛ gicos6 presentan un alarmante
deterioro como consecuencia del uso de estos materiales.
4
Cuando las condiciones de humedad son muy altas, no es necesaria la aplicaciÛ n
de la pulpa.
5
MowilithÆ 30.
6
Pintura mural del Templo de los Nichos Pintados (Estructura Q.80).
a)
b)
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El mural de los Bebedores se encuentra en una primera etapa constructiva
dentro del Edificio 3 en la zona arqueolÛg ica de Cholula, Puebla. La pintura
mural cubre una superficie aproximada de sesenta metros de largo por dos
y medio metros de ancho. Se trata de la representaciÛ n de figuras humanas
realizando actividades de diversa Ì ndole, tales como beber, ofrendar, servir,
entre otras. Hay personajes que cargan vasijas y algunos de ellos portan m· s-
caras. La pintura fue hecha sobre un soporte de tierra a base de pigmentos
y posiblemente un aglutinante org· nico, el cual no se ha podido identificar.
El mural de los Bebedores se descubriÛ en 1969. Se comenzÛ a tratar con
polÌ meros desde su descubrimiento y continuÛ siendo intervenido mediante
la aplicaciÛ n de diferentes capas de polÌ meros sintÈ ticos sobre la pintura du-
rante las dÈ cadas de los setenta y ochenta a fin de consolidar la capa pictÛ rica.
Fue al final de esta ˙ ltima dÈ cada que se presentÛ el deterioro m· s alarmante.
La capa de pintura y el soporte de tierra comenzaron a perder cohesiÛ n y a
escamarse, debido tanto a la acciÛ n mec· nica de las sales, sulfatos principal-
mente, como a las condiciones ambientales en que se encuentran estas pintu-
ras, todo esto agravado por las intervenciones anteriores.
En Cholula, a diferencia de Mayap· n, la intervenciÛ n con polÌ meros fue
a˙ n m· s desafortunada, ya que en diferentes temporadas se aplicaron polÌ -
meros de distinta naturaleza, especialmente diferentes variedades de acetatos
de polivinilo y acrilatos.
Una de las acciones prioritarias para poder tratar nuevamente y lograr
frenar el deterioro presente en las pinturas murales de los Bebedores, es la eli-
minaciÛ n de los polÌ meros sintÈ ticos con los que se intervinieron. Para ello, a
partir de febrero del 2008, hemos colaborado con la restauradora Dulce MarÌ a
Grimaldi, responsable del proyecto de conservaciÛ n, en diferentes temporadas
de campo en la realizaciÛ n de pruebas con nanotecnologÌ a. Principalmente
se ha llevado a cabo la eliminaciÛ n de los sulfatos,8 se han aplicado diferentes
formulaciones de microemulsiones y nanopartÌ culas de hidrÛ xido de calcio.
Es muy compleja la problem· tica que presenta la pintura mural de los
Bebedores, ya que tiene un comportamiento diferencial a lo largo de su su-
perficie. A partir de las pruebas realizadas con las diferentes soluciones mi-
celares, ha sido posible tener un acercamiento a la selecciÛ n de los productos
lulosa que se humedece con la soluciÛ n del compuesto y que es aplicada sobre un papel
japonÈ s en contacto con la superficie del mural. Una vez que se cumple el tiempo deter-
minado para su aplicaciÛ n, la pulpa con carbonato de amonio es intercambiada por pul-
pa humedecida con agua destilada, la cual se deja sobre el mural hasta que se seca por
completo. DespuÈ s de este proceso se colocan las nanopartÌ culas.
b)
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La Caja de Agua se encuentra en el Antiguo Colegio de la Santa Cruz en Tla-
telolco, D. F. Los diseÒ os de la pintura mural de la Caja de Agua est· n hechos
a base de una tÈ cnica pictÛ rica mixta: algunos elementos est· n pintados e in-
cisos al fresco y otros han sido elaborados con la tÈ cnica al temple. Lamenta-
blemente, hasta la fecha presentan un velo blanquecino en su superficie por la
presencia de sulfatos provenientes del subsuelo y del entorno construido con
cemento. Aunque en algunas · reas se produjeron pÈ rdidas de la pintura, È sta
se ha conservado estable a pesar de las condiciones de humedad permanentes
a las que ha estado expuesta.
A partir de 2007 hemos participado activamente con la arqueÛ loga Lu-
cÌ a S· nchez de Bustamante en el proyecto arqueolÛ gico Rescate de la Caja de
Agua del Imperial Colegio de Santa Cruz Tlatelolco, a cargo del arqueÛ logo
Salvador Guilliem Arroyo. En febrero de 2008 se realizaron las primeras prue-
bas con nanopartÌ culas de hidrÛ xido de calcio y carbonato de amonio.
La decisiÛ n de emplear nanopartÌ culas no sÛ lo fue para consolidar algu-
nas pequeÒ as · reas que presentaban pÈ rdida de cohesiÛ n de la capa pictÛ rica,
sino tambiÈ n para reducir y sellar el di· metro de los poros y volver, en lo
posible, impermeable la capa pictÛ rica para aminorar la cristalizaciÛ n de las
sales en superficie. Los tratamientos m· s importantes para ello han sido la
eliminaciÛ n de sales y la aplicaciÛ n de nanopartÌ culas de hidrÛ xido de cal-
cio. Aunque se planteÛ el uso de nanopartÌ culas de bario como tratamiento
complementario, se decidiÛ que no es conveniente su uso hasta que los muros
sequen casi por completo, ya que se pueden obtener algunos resultados no
deseados. Hasta ahora, gracias a los tratamientos de conservaciÛ n realizados,
ha mejorado notablemente la mayorÌ a de los segmentos que conforman esta
pintura. Por el momento, mientras no se tengan mejores alternativas para im-
pedir la presencia de humedad en los muros, es necesario mantener el interior
de la estancia a una temperatura y humedad lo m· s estable posible para evitar
la eflorescencia de sales en la superficie pictÛ rica.
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La restauraciÛ n de un bien cultural debe respetar y cumplir los principios y
criterios establecidos. La elecciÛ n de cualquier mÈ todo y su modo de aplica-
ciÛ n depender· del conocimiento, criterio y experiencia del restaurador que
lo realice y debe partir de un profundo an· lisis de la problem· tica que se pre-
sente en cada caso, asÌ como de una propuesta justificada de la intervenciÛ n
que se llevar· a cabo. Como en todo tratamiento de consolidaciÛ n, primero
F&G&2&#'-"/
Ambrosi, Moira, Luigi Dei, Rodorico Giorgi, Chiara Neton y Piero
Baglioni
2001 ì Colloidal particles of Ca(OH)2: Properties and application to res-
toration of frescoesî , Langmuir, 17: 4251-4255.
Peterson, Sten
1981 ì Lime water consolidationî , Mortars, cements and grouts used in the
conservation of historic buildings, iccrom, Symposium 3-6 (11): 53-61.
00_CAL.indb 254stats
View publication 27/02/13 02:52