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Tema 3
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TEMA 3
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1. Descripción inicial
Así, aparecen configurados como “instituciones básicas del estado”; las libertades sindicales
y la huelga se configuran como derechos fundamentales; los derechos al trabajo, la libertad
de trabajo, el derecho al salario suficiente...; y los derechos globales de autonomía y
autotutela colectivas, se configuran como derechos de configuración legal ordinaria.
Los diversos derechos laborales pues no tienen fuerza coactiva única y homogénea. En
consecuencia su desarrollo legislativo no será uniforme. A pesar de ello, es perfectamente
posible realizar una esquematización crítica que consiga satisfactoriamente su integración
en un sistema comprensible en sí mismo, lo que se puede realizar en los siguientes
términos:
Los derechos laborales básicos, tanto los de carácter individual como los de carácter
colectivo, están instalados en el texto, aunque su definición concreta sea muchas veces
insuficiente. En la redacción de esta parte se tuvieron en cuenta muy especialmente los
elencos de derechos ya formulados por los textos internacionales a los cuales se reenvió la
interpretación de los preceptos concretos referidos a derechos fundamentales, por medio
del artículo 10.2.
La CE acumuló en sus artículos programáticos una suma de derechos de ese carácter, con
contenido señaladamente social. No todos son trasladables directamente al ámbito de lo
laboral.
Pero tan fundamental como las enumeraciones de derechos laborales, resulta ser el ulterior
desarrollo de los “Derechos laborales inespecíficos” El fenómeno proviene con toda
probabilidad de la doctrina y jurisprudencia italiana y alemana, que se vieron obligadas a
iniciar esta senda interpretativa debido a las carencias de sus textos constitucionales en lo
referido a DDFF. Pero lo cierto es que hoy en día está consolidada la existencia de
derechos laborales de ciudadanía civil e incluso política como son los de la libertad de
expresión, libertad de información, derecho al honor, la intimidad y la propia imagen, etc.,
todos ellos en su versión laboralizada, esto es, en su ejercicio dentro de una prestación
profesional de trabajo asalariado.
Estos derechos personales de los trabajadores, vuelven a renacer dentro del proceso de
reflexión sobre la modernización del derecho del trabajo.
A ello se deben añadir, dentro de esa acción, los desarrollos legales oportunos derivados de
otras previsiones constitucionales no tan directamente referidas al trabajo asalariado.
Está acción constituye lo que se puede considerar como programa constitucional del Estado
en materia laboral. Por la situación que ocupan en la sistemática constitucional debe
admitirse que no se trata de materias te gozan de la protección especial que se otorga a los
derechos fundamentales.
Esa autonomía colectiva está subordinada a su regulación por el Estado. Con posterioridad,
y hasta el momento, la Ley ha consagrado el carácter normativo de los Convenios
colectivos y el Tribunal Constitucional ha avalado esa posición interpretativa.
Este fenómeno Constitucional ha incidido nada menos que en la misma Teoría general de
las fuentes del Derecho, reafirmando para nuestro Ordenamiento jurídico la posición
“pluralista”, tan debatida.
Así pues, la Constitución prevé necesariamente la existencia de tres vías para la regulación
de las relaciones de trabajo: La intervención del Estado, la autonomía colectiva, y la
autonomía individual, derivada del principio de libertad de empresa y del uso en este ámbito
de las libertades individuales.
La eventual suspensión del “derecho” de huelga, tiene pues como virtualidad despojarla de
su “plus de protección”, pero no de actuar como una prohibición. De manera más reciente, y
con ocasión del Estado de Alarma decretado como consecuencia de la situación generada
por COVID-19 y ante la imposibilidad del mantenimiento del desarrollo con normalidad de
las relaciones interpersonales y, entre ellas de las prestación de trabajo, se pudo ver
afectado el ejercicio de derechos laborales.
A. Introducción
De todos modos, cuando se publicó el Estatuto de los Trabajadores, hubo una intención de
“Codificar” toda la normativa laboral.
1. Una descripción inicial
Podemos observar un esquema inicial de carácter informativo que expone el desarrollo legal
de las previsiones constitucionales:
➢ Arts. 35.1 y 2 CE, referente a las normas estatales sobre garantías y derecho de los
trabajadores
➢ Art. 129.2 CE, referente a delegados de personal y comités de empresa, como una
de las formas de participación en la empresa
➢ Art. 37.1 CE, referente a los convenios colectivos
Como cualquier otro sector del Ordenamiento positivo que comporte un intervencionismo
público en las relaciones privadas, la normativa laboral da lugar a la aparición de estructuras
administrativas encargadas de dirigir y hacer cumplir las normas correspondientes.
En el ámbito laboral, se traduce en tres órdenes de Instituciones: la organización burocrática
laboral, la inspección de Trabajo, y los órganos consultivos sociolaborales.
2. La inspección de Trabajo
Sus actual estructura, funciones y competencias están reguladas hoy en la Ley 23/2015 de
21 de julio, ordenadora del sistema de inspección de Trabajo y Seguridad Social; y en el
Real Decreto 138/2000 de 4 de febrero, que aprueba el Reglamento de organización y
funcionamiento, y ulteriores normas de modificación parcial.
Las funciones de la Inspección de Trabajo son las propias de toda Inspección pública, es
decir: velar por el cumplimiento correcto de las normas reguladoras en este caso de las
materias laborales, o en general del denominado orden social del derecho. En principio la
Inspección tuvo una función pedagógica. Además, el núcleo de su función radica en la
comprobación del cumplimiento de las normas y la constatación de eventuales
incumplimientos, y la propuesta de las sanciones legales previstas, sanción que en su caso
es competencia de la Autoridad laboral que resulte competente.
Las materias a que se extiende su competencia van más allá de lo que en sentido estricto
es el Derecho del Trabajo y se concretan en tareas de asesoramiento, mediación,
eventualmente arbitrajes, información a la Autoridad laboral, vigilancia, control y propuestas
de sanción. El ámbito de actuación es amplísimo y sus facultades inspectoras
prácticamente omnicomprensivas (Entrar en empresas sin previo aviso, exigir la
documentación que crean oportuna para sus finalidades oficiales...)
La función inspectora en todo caso se realiza a través de visitas cuyo resultado en su caso
es el levantamiento de “Actas”. Las Actas pueden ser “Requerimientos” (actas de
advertencia), “de Obstrucción”, “de infracción” y “de liquidación”. El inspector puede ordenar
la paralización inmediata de las actividades de una empresa por inobservancia de la
normativa sobre Prevención de Riesgos laborales. Las empresas deben contar con un
“Libro de visitas de la Inspección de Trabajo ”, en dónde se anotarán las que se realicen.
El procedimiento para la imposición de las sanciones por infracciones de orden social y para
los expedientes liquidatarios de cuotas de la Seguridad Social está estrictamente regulado,
de tal modo que queden a salvo los principios fundamentales que operan como límites de la
potestad sancionadora de la Administración Pública.
Son funciones del consejo: emitir un dictamen con carácter preceptivo sobre anteproyectos
de leyes de Estado y proyectos de Reales decretos legislativos que regulen materias
socioeconómicas y laborales, y los proyectos de Reales decretos que se consideren por el
gobierno que tienen una especial trascendencia en la regulación de las indicadas materias.
Se exceptúa expresamente el anteproyecto de ley de presupuestos generales del Estado (
que no lo hacen)
La base jurídico-política real de este Consejo y de sus homónimos, radica en lo previsto en
el art 131.2 de la CE.
También en el poder judicial los temas laborales, de Seguridad Social y sociales en general,
han provocado la especialización de órganos.
En los términos de la LOPJ: “ Los juzgados y tribunales del orden jurisdiccional conocerán
de las pretensiones que se promuevan dentro de la rama social del Derecho, tanto en
conflictos individuales como colectivos, así como las reclamaciones en materia de seguridad
social o contra el Estado cuando le atribuya responsabilidad la legislación laboral”.
El tribunal constitucional tiene competencia para conocer de los recursos de amparo, por
supuesta violación de los derechos fundamentales, entre los que se encuentran los
derivados de los derechos de libertad sindical y de huelga. De modo eventual, puede tener
aplicación directa el procedimiento específico sobre “Conflictos jurisdiccionales”.