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ZZ - 069405spao - Creación de Una Galería Nacional de Arte Honduras - (Misión) - UNESCO
ZZ - 069405spao - Creación de Una Galería Nacional de Arte Honduras - (Misión) - UNESCO
ZZ - 069405spao - Creación de Una Galería Nacional de Arte Honduras - (Misión) - UNESCO
Informe técnico
PP/1984-85/XI.3.5
HONDURAS
Programas de participación
y de cooperación técnica
por
Gloria Delgado Restrepo
N.° de serie: F M R / C L T / C D / 8 6 / 1 2 4
París, 1986
HONDURAS
U N E S C O
Informe técnico
PP/I984-85AI.3.5
FMR/CLT/CD/86/124 (Delgado Restrepo)
2 de mayo de 1986
© Unesco
Printed in Prance
i
PREFACIO
INDICE
Pagina
PREFACIO i
I. INTRODUCCIÓN , 1
a) La infancia 4
b) El público en general 4
4. El aporte del Ministerio no deberá ser solamente el inicial sino que deberá
mantenerse en el presupuesto anual, como base del mantenimiento de la Galería que
será acrecentado a base de las donaciones de otras entidades que luego se unirían
al proyecto.
7. Una vez que se defina el edificio que se adjudicará para la Galería, preferi-
blemente alguna construcción antigua, localizada en la parte céntrica de la ciudad,
que tenga valor arquitectónico y vías de acceso popular, el arquitecto deberá
entrar a estudiar la estructura para definir los puntos que permitan demolición de
divisiones internas para facilitar la circulación del público. Lo ideal sería una
edificación de planta central que facilite la circulación, partiendo de una entra-
da. Deberá dotarse este edificio del equipo técnico necesario, aire acondicionado,
iluminación y climatización, para darle un carácter renovador y atractivo. No
deberán construirse espacios especializados, preferiblemente que éstos sean neutros
para que permitan una utilización múltiple. Debe considerarse primordialmente el
lugar para las bodegas, éstas deben ser amplias y ubicadas en un sitio donde no
exista humedad.
9. Los materiales que se utilicen para adecuarlo deberán ser materiales nobles
que resistan el uso constante. Se debe tener en cuenta que la adaptación a Museo o
Galería, de un edificio histórico puede ser ideal, pero no es suficiente considerar
el monumento en su parte exterior y modificar arbitrariamente el interior. Según
palabras de la conocida arquitecta Franca Helgj "Los antiguos espacios, aunque
desposeídos de sus funciones, tienen su propio valor intrínseco, valor que consti-
tuye un potencial emotivo que sólo una nueva intervención atenta y sensible, que
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instaure una nueva función y que realice nuevas relaciones espaciales, podrán
liberarlos y hacerlos explícitos y activos. La intervención/ atenta y sensible,
exige la contribución del "designer" (arquitecto) y del ordenador (conservador).
En la primera fase, es el ordenador quien, a través de un proceso científico,
acompañado de intenciones metalógicas, plantea el tema al arquitecto, organiza las
finalidades museológicas y determina las secuencias cronológicas de las colecciones
que deben exponerse. Algunas sugerencias para el ordenamiento y preparación tienen
su origen en la situación del monumento y, recíprocamente, la colocación y la
agrupación de las obras pueden intervenir y expresar el carácter del mismo.
12. En vista de que aún no existe personal especializado para el manejo museoló-
gico y museográfico de la Galería, el Ministerio de Cultura y Turismo deberá
considerar el envío de dos personas a la Escuela de Museología de México, para que
efectúen un estudio inicial de tres meses, como mínimo, y puedan regresar con la
preparación básica para dar un adecuado funcionamiento a la Galería.
13. Estas personas podrían ampliar sus conocimientos con "stages" de más corta
duración, que les proporcionará la Institución anualmente, para ponerse al día en
los métodos de conservación y manejo del acervo cultural.
15. En este grupo deberán tomar parte historiadores de arte, artistas y coleccio-
nistas de arte hondureno, que por esta misma razón, estén al tanto de las diversas
etapas en la evolución y desarrollo del arte del país. El proceso para el estudio,
adquisición o aceptación de donaciones podría ser el siguiente«
- Antes de presentar las obras al Comité Asesor, las que se propongan para
adquisición -ya sea por intermedio del personal de la Galería o del público-
deberán ser estudiadas por el director y los curadores de la Galería. Estos
tendrán el poder para seleccionar entre las donaciones ofrecidas y las adqui-
siciones propuestas, aquellas obras que consideren las más relievantes y
valiosas para la colección.
El director y los curadores deberán discutir cada obra frente al Comité Ase-
sor, explicando los conceptos que les hacen considerar que sea o no una
adquisición deseable, tal como su calidad, su valor con respecto a otras obras
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- El Comité Asesor deberá revisar también las obras de la colección que los
directivos de la Galería consideren que deberían salir de ésta, debido tal
vez a que obras similares, pero mejores, de los mismos artistas se hayan
adquirido posteriormente, o porque una obra no parece ya apropiada para la
colección. La salida de una obra que alguna vez ha formado parte de la colec-
ción de la Galería requiere no solamente la aprobación de los miembros del
Comité Asesor, sino también del Comité Ejecutivo de la Galería, a cuyos miem-
bros se les debe mostrar la obra cuando se solicite esta clase de aprobación.
18. Cuando una obra es vendida o cambiada, el resultado del cambio o la venta
siempre deberá llevar el nombre del donante inicial de la obra. El crédito en la
tarjeta podría decir* "Fondos de Roberto González" si es una adquisición» o "Dona-
ción de Roberto González, por Intercambio" si es un intercambio.
19. Hay que tener en cuenta que las colecciones de los Museos o Galerías siempre
son incompletas. Por lo tanto es importante y esencial, organizar exposiciones
didácticas que, ya sea por medio de reproducciones o préstamo de obras a otras
entidades o particulares, den al público una idea general del contexto dentro del
cual se encuentra situada la colección de la Galería. Preferiblemente, deben tratar
de presentarse en estas exposiciones didácticas o temporales obras originales,
puesto que el contacto directo con la obra de arte puede servir de ayuda para
solu- cionar el problema de la pérdida del sentido de calidad.
a) La infancia
24. De esta forma no sólo se cumple con uno de los fines de un Museo vivo que es
el de enseñar, sino que se está preparando al adulto que en el futuro apoyará la
Institución en sus proyectos.
b) El público en general
25. Por medio de seminarios sobre arte, literatura, música, filosofía, para los
cuales puede solicitarse la colaboración de otras entidades culturales, como pro-
fesores de Bellas Artes, de la universidad, escritores, o los mismos artistas,
pueden organizarse ciclos de conferencias gratuitas, invitando a la ciudadanía
para que asista. Para conseguir esto, es importante lograr la colaboración de la
prensa y la radio, imprimir un boletín informativo que deberá enviarse por correo
directo a todas las personas que se considere tendrán interés de asistir, e impri-
mir carteles murales que deberán colocarse en puntos estratégicos de la ciudad, la
universidad, escuelas públicas y privadas, etc.
26. Como es posible que una gran cantidad de público pueda sentirse intimidado
para entrar al Museo, debido tal vez a su posición social, la sección de educación
del Museo deberá estudiar la manera de organizar sono-visos o audiovisuales que en
forma sencilla y de fácil comprensión, a la vez que amena y atractiva, le cuente
al público la historia del desarrollo del arte desde sus inicios hasta la actuali-
dad, considerando la situación histórica, política, social y cultural de cada
época, para colocarlo dentro de un contexto comprensible y fácil. Estos audiovi-
suales no sólo se mostrarán en el Museo sino que debe organizarse, con la ayuda de
los centros sociales de los barrios, presentaciones en esos centros y llevar además
algunas muestras, preferiblemente reproducciones, para que la gente se familiarice
en su propio habitat con estas nuevas expresiones y así visiten luego el Museo,
donde se encontrarán con parte de aquello que ya habían conocido dentro de su
ambiente social.
28. Las embajadas de los diversos países acreditados ante el gobierno también
pueden ayudar. Cada país tiene un programa de divulgación y mantiene exposiciones
itinerantes viajando por diversas partes del continente. Al ponerse en contacto
con estas embajadas, se les puede pedir que dentro del programa incluya a Honduras.
Esto ofrecerá al público y especialmente a los artistas, la forma de confrontarse
con las expresiones artísticas de otros países y servirá para ampliar el panorama
del arte, en un país donde, como en toda América Andina, nos encontramos con gran-
des dificultades de acceso a los diversos movimientos en la plástica del Continente
Americano.
29. Como primera medida puede conformarse un grupo de amigos del Museo a nivel
particular y empresarial, que aporte mensual o anualmente una cuota para colaborar
en su mantenimiento.
30. Coordinando con la entidad legislativa, se puede lograr una ley que conceda
la exención de impuestos a esta clase de donaciones, alcanzando así una mayor
colaboración por parte de los particulares.
31. El Museo podría organizar un Salón Nacional de Artes Plásticas que se lleve a
cabo anualmente. Este salón podría ofrecer dos o tres premios en efectivo o en
becas de estudio o trabajo en el exterior. Para llevar a cabo este proyecto, se
puede contactar la empresa privada y el Salón llevaría el nombre de la firma
patrocinadora. Las obras premiadas, que deberán ser escogidas por un jurado a nivel
internacional, quedarían de propiedad de la Galería y entrarían a formar parte de
su colección.
33. Un almacén, donde se puedan adquirir libros sobre arte, postales, afiches,
elementos para artistas como papel, pinturas, pinceles, etc., no sólo prestaría un
servicio a la comunidad sino que ayudaría para la consecución de fondos para la
Institución.
34. Las necesidades y la proyección del Museo engendrarán por sí mismas los
diversos planes de acción que se requieren para financiar sus exposiciones y pro-
yectos. Todos ellos requerirán una promoción a través de la prensa, la radio, los
catálogos y boletines, como retribución a las entidades patrocinadoras, por lo
tanto es importante crear una sección de Relaciones Públicas dentro del seno del
Museo para que lleve a cabo todas estas iniciativas para recolectar fondos.
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35. Las medidas de protección deberán ser tomadas desde el momento en que se ini-
cie la adecuación o construcción del local para Museo. En su etapa de construcción
deben considerarse los equipos necesarios para corregir las fluctuaciones de tem-
peratura y humedad dentro del recinto, los equipos para prevenir incendios y los
espacios de evacuación en caso de alguna catástrofe.
37. Quién y cómo debe llevar este "record" debe determinarlo la cabeza adminis-
trativa del Museo que puede nombrar un encargado para registrar todas las colec-
ciones, o en museos pequeños, el director o el curador pueden responsabilizarse de
este trabajo. La obligación básica del registro es llevar la historia de todos los
objetos que entran o dejan el Museo. Del registro emana la responsabilidad del
buen manejo y bodega je de las obras mientras se hace el inventario, se empacan y
desempacan, se transportan y se les hace el seguimiento en todo momento.
38. Debido a que estos registros iniciales deben identificar el objeto y servir
como base para la documentación y catalogación posterior, es necesario que sean
claros y precisos. Estos registros de ingreso, posteriormente se amplían en varias
formas y se archivan en las categorías necesarias -donantes, culturas, materiales,
etc.- y permitirán que la información sea útil y accesible para las actividades
del Museo.
39. El seguro no es sustituto de las precauciones tomadas por el Museo para sal-
vaguardar sus colecciones, pero es una forma de compensación financiera si ocurre
algún daño o pérdida.
iii) Conservación
41. El bodegaje de las obras es lo más importante para la conservación del patri-
monio. Las pinturas sobre tela requieren una relativa humedad constante de 55% con
una circulación de aire moderado. El método de los paneles de aluminio corredizos
es el preferible. También pueden colgarse las obras en mallas metálicas colocadas
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sobre las paredes. Debería evitarse el recostar pinturas una contra otra, pero si
no se puede hacer de otra forma, deberán separarse con hojas de cartón corrugado y
colocarse un aislante en el piso. No deberán usarse cubiertas de tela porque a me-
dida que se ensucien pueden causar un daño considerábale a la superficie pintada.
La obra en papel (dibujo, fotografía, grabado, acuarelas, etc.) requiere una hume-
dad relativa constante no superior al 50%. No deberán exponerse a la luz directa,
deberán mantenerse totalmente selladas contra el polvo y la mejor manera de mante-
nerlas, si no están enmarcadas, es en cajas de cartón libre de P.H. (en los Estados
Unidos las venden ya hechas bajo el nombre de "Solander Boxes"). Puesto que el
papel hecho de pulpa de madera, o procesado con ciertos químicos es peligroso,
sólo deberá permitirse que estas obras estén en contacto con papel hecho de trapo
y tratado contra ácido (P.H.). El ácido pasa de los papeles con alto contenido a
los que tienen menor contenido, causando que éste se torne amarillo, se debilite y
eventualmente se deteriore hasta el punto de que sea irreparable. Para enmarcar la
obra en papel debe utilizarse cartón libre de ácido y pegarse a manera de las
colecciones de estampillas con una cinta pegante especial hecha de papel de arroz
que contiene el pegante elaborado sin químicos. También puede hacerse a base de
cola casera que se le aplica al papel de arroz.
43. La evaluación de las condiciones de las obras -el registro-, varía en cada
Museo, pero al escribir la información general se necesita ser breve y preciso.
Deben tratar de describirse tres características de cualquier defecto que presente
la obra» 1) su naturaleza, 2) la localización, 3) su extensión. Debido a que la
naturaleza del defecto es la más difícil de describir, la consideraremos de último.
49. Para la defensa y mantenimiento de las obras del Museo a nivel del público,
como primera medida deberá considerarse la capacitación del personal del Museo a
base de cursos dictados por los directivos del mismo, en los que se les ofrezca
toda la información básica para que al atender al público, ellos mismos sean
quienes lo puedan guiar en la forma de comportarse con respecto a las obras
expuestas, es decirt que no se deben tocar, no porque sean objetos sagrados, sino
porque si todo el público las manosea, la mugre y el ácido que todo ser humano
tiene en sus manos, van minando la integridad de la obra, igualmente el humo del
cigarrillo y cualquier clase de vapores nocivos que signifiquen polución del
ambiente, etc.
50. A nivel de educación del público, pueden imprimirse folletos atractivos donde
se explique, a base de dibujos y pocas frases, lo que le puede suceder a las obras
expuestas si no se comporta en forma debida.
51. Hay que tener en cuenta que el público es la amenaza más grande para la segu-
ridad del Museo y sus colecciones, por lo tanto es necesario hacer una campaña
formativa y de fácil comprensión, para educarlo en su comportamiento dentro de las
áreas de exposición.