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Caso

«Violencias sexuales y reproductivas intrafilas en la guerrilla de


las FARC-EP»

Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No


Repetición
Capítulo de Mujeres y personas LGBTIQ+
2022

1
Índice

1. Antecedentes .................................................................................................................. 4

2. Violencias sexuales intrafilas en las FARC-EP........................................................... 8

2.1. Acoso sexual, y relaciones afectivas y sexuales intrafilas ....................................... 8

2.2. Violación sexual .................................................................................................... 14

2.3. Anticoncepción forzada ......................................................................................... 20

2.4. Aborto Forzado ...................................................................................................... 24

3. Impactos de las violencias sexuales y reproductivas vividas en el interior de las


FARC-EP............................................................................................................................. 29

4. Resistencias, afrontamientos y defensa de la vida .................................................... 34

Referencias .......................................................................................................................... 38

2
«En esa asamblea general de guerrilleros se reúne todo el mundo, ahí sí participa todo el
mundo, son las que se hacen... si es una Columna independiente, como la Teófilo, ellos tenían
que hacer su asamblea de guerrilleros o si era un Frente, también hacían lo mismo. Ellos
trataban todos los problemas del desarrollo, de la operatividad, del territorio, de que hubo
tales acciones negativas o que hubo cosas positivas. Era un balance general, pero de todo, de
todo. Ahí la gente sacaba de todo, hasta temas considerados privados; por ejemplo, los temas
de pareja, todo eso salía ahí»1.

Las experiencias de algunas mujeres excombatientes en el interior de las FARC-EP


estuvieron atravesadas por violencias sexuales y reproductivas como acoso y violación
sexual; así como planificación y abortos forzados. El abordaje de este caso aporta elementos
para el esclarecimiento de la verdad en un tema que, aunque no cuenta con un reconocimiento
pleno por parte de todos los y las exintegrantes del Secretariado y el Estado Mayor Conjunto
de las FARC-EP, tras la labor de contrastación de los testimonios que las mujeres
excombatientes y algunos excomandantes de frentes y bloques brindaron a la Comisión, con
algunos informes entregados al Grupo de Trabajo de Género y con información en fuentes
abiertas, sí permite dar cuenta de estas violaciones a los Derechos Humanos, su dimensión,
impactos y resistencias.
Este caso, a su vez, parte de la idea de que las profundas diferencias entre bloques y frentes
dentro de la guerrilla de las FARC-EP provocaron que la experiencia en la vida guerrillera
pudiera ser radicalmente distinta para las mujeres combatientes dependiendo de su ubicación
y las dinámicas de la confrontación armada que enfrentara la estructura a la que pertenecían.

1
Entrevista 854-PR-02966. Mujer, excombatiente, Bloque Occidental.

3
1. Antecedentes

La composición demográfica de las FARC-EP ha pasado, de acuerdo con Gutiérrez-Sanín y


Carranza2, por tres grandes cambios a lo largo de su historia. En un primer momento, en la
época de La Violencia, sus miembros eran combatientes hombres que incorporaban a sus
familias en la cotidianidad del grupo. Así, mujeres y niños estuvieron presentes y activos
dentro de las actividades guerrilleras, pero no participaron directamente en hostilidades.
Este modelo familiar se transformó en un modelo de guerrilla móvil a mediados de
los años 60; la estrategia militar se enfocó en aumentar su capacidad en el territorio
colombiano. El modelo de guerrilla móvil implicó que los combatientes tuvieron que dejar a
sus familias atrás: las FARC se constituyeron en una organización masculina en donde las
mujeres ejercían roles ocasionales como cocineras. Durante la misma época, sin embargo,
esta guerrilla creó organizaciones de apoyo femeninas en donde a las mujeres se les asignaron
tareas como lavar la ropa, logística no relacionada con actividades militares y cocinar para
los hombres combatientes3.
A mediados de los años 70 alias «Tirofijo» discutió abiertamente la inclusión de
mujeres en las filas argumentando que ésta era contraproducente pues las mujeres no tenían
ni la capacidad física ni la resiliencia para participar en una guerra. Junto con lo anterior, en
la Séptima Conferencia en 1982, las FARC se denominaron como «Ejército del Pueblo» y
cambiaron su nombre a FARC-EP; la organización adoptó un modelo jerárquico militar
dentro de sus filas que generó varios cambios. Así mismo, y a partir de la decisión en 1978
de obtener recursos del tráfico de drogas, y en consecuencia su máxima expansión territorial,
la guerrilla empezó a involucrar mujeres en distintos roles4. Así lo contó una excombatiente
a esta Comisión:
«…El aumento de los ingresos de mujeres estuvo ligado a varios elementos. Por un
lado, a la violencia política, dado que las mujeres de las comunidades tenían mayores

2
Gutiérrez y Carranza. Organizing women for combat: The experience of the FARC in the Colombian war,
17;770-778.
3
Gutiérrez y Carranza. Organizing women for combat: The experience of the FARC in the Colombian war,
17;770-778.
4
Gutiérrez y Carranza. Organizing women for combat: The experience of the FARC in the Colombian war,
17;770-778.

4
vínculos a las luchas sociales en ese momento; segundo, a que la guerrilla fue creciendo y
moviéndose más en el territorio. Por ejemplo, de 1983 en adelante, mujeres que entrevisté
decían "Yo estaba en mi casa y uno ahí sometido todo el tiempo porque los que mandaban
eran los padres, los hermanos, todo mundo mandaba sobre uno y luego el marido. Uno miraba
a esas mujeres cargando agua o a esas mujeres uniformadas, así todas fuertes, pues a uno le
daban ganas de irse también", esa fue otra de las razones por las que las mujeres se vincularon
a la guerrilla en esos años (1982-1983), por la lucha... por su autonomía, de pronto las mujeres
no lo identificaban como eso, pero en últimas era eso. De 1983 en adelante empezó la
guerrilla a hacerse conocer, ya no era una cuestión de orden público… no porque estuvieran
perseguidas o propiamente amenazadas, sino que las mujeres mismas decían "Uno tenía una
alternativa, o se quedaba criando hijos o se iba para la guerrilla", podría decirse que esto
también se relaciona con la condición económica de las mujeres en esos tiempos. Hay otra
ola en el aumento del ingreso de mujeres, relacionados con el genocidio de la UP, fue a partir
de 1987 en adelante»5.
Las mujeres en las FARC-EP en un primer momento tuvieron roles asociados a
labores de cuidado, sin embargo, rápidamente ocuparon diferentes espacios dentro de la
organización debido principalmente a su incidencia: «algunos escribimos una carta a Jacobo
Arenas diciendo que creíamos que las mujeres podían tener las mismas responsabilidades de
todos nosotros y él respondió: descubrieron el agua tibia, ellas son capaces»6. De esta manera,
las mujeres guerrilleras empezaron a tener responsabilidades en tareas de la organización y
permanencia fija en los campamentos, lo que implicó nuevas reglas que regulaban la vida
personal dentro de la organización, lo que significó controles en sus relaciones afectivas,
sexuales y reproductivas:
«[…] cuando yo entré eso había muchachitos por todo lado, y yo creo que les tocó
hacer algo porque ya no era manejable. Había mucho muchachito. Pues si sale la orden de
abortar es por algo ¿no? Las mujeres de los comandantes tenían sus hijos, pero a uno si le
decían que no [...]Yo sí fui a donde Jacobo Arenas cuando estaba embarazada y le dije “mire

5
Entrevista 854-PR-02966. Mujer, excombatiente, Bloque Oriental.
6
Entrevista 185-PR-03006. Exintegrante Secretariado de las FARC, Bloque Oriental.

5
su mujer también está esperando y seguro a ella sí la dejan tenerlo”, y el hombre me dejo
salir a tener mi hija, pero eso sí, uno sabía que tocaba regresar»7.
En el marco de la Octava Conferencia Guerrillera celebrada en 1993, en las FARC-
EP se asumió la decisión de desarrollar una estrategia más fuerte que implicaba
reestructurarse organizativa y militarmente. Esto determinó que ante el aumento de los
nacimientos surgiera la necesidad de controlar la natalidad en los campamentos8. En esta
Conferencia se abordaron ambos temas: por un lado, la atención en salud de los combatientes
en escenarios de disputa, y, por otro, la prevención de embarazos o la práctica de abortos
cuando los métodos anticonceptivos fallaran9:

Sanidad: nuestra política sanitaria en esta época se orientará fundamentalmente en dirección


a resolver nuestros problemas de salud, clínicos, de heridos y de enfermedades con nuestros
propios recursos y en nuestras áreas evitando al máximo tener que sacar enfermos a las
ciudades, poniendo en grave riesgo su seguridad y la de la organización […] En las FARC-
EP es obligatoria la planificación familiar. La Conferencia recomienda el uso del
anticonceptivo NORPLAN, salvo prescripción médica autorizada10.

No existe evidencia disponible para esta Comisión sobre un planteamiento de la posibilidad


de anticoncepción masculina (definitiva o mediante métodos de barrera), lo que dejaba la
carga de evitar un posible embarazo en las mujeres de la organización.

«Luego de la Octava Conferencia se prohibió tener hijos al interior de la guerrilla. En


ese momento había una mujer que había sido urbana -de la red urbana nacional-, Lucía, ella
intentó plantear asuntos relacionados con los derechos de las mujeres, planteó que los
hombres se hicieran la vasectomía para que las mujeres no tuvieran que planificar solas; otra
camarada que empezó a decir algo sobre ese tema fue Olga Marín. Eso para los hombres fue
demasiado, se burlaban»11.

7
Entrevista 058-PR-02107. Mujer, excombatiente, desmovilizada del Bloque Noroccidental.
8
Entrevista 185-PR-03006. Exintegrante Secretariado de las FARC-EP, Bloque Oriental.
9
Catálogo de Fuentes de Archivo Externa 18069-OE-11. «TOMO I Genesis FARC-EP», 149.
10
Catálogo de Fuentes de Archivo Externa 26099-OE-204236. «TOMO III Génesis FARC-EP», 127.
11
Entrevista 854-PR-02966. Mujer, Excombatiente, Bloque Occidental.

6
En los años posteriores, de 1994 a 2000, las FARC-EP incrementaron su tamaño de
manera considerable, inició el proceso de paz en San Vicente del Cagúan y se creó la zona
de distensión. En este periodo, las mujeres en la guerrilla contaban con cierta “estabilidad”
dado que había campamentos fijos en donde se les proveía atención médica y
anticonceptivos12. A partir del año 2002, y con la terminación del proceso de paz del Caguán
y el recrudecimiento de la confrontación militar13, las condiciones cambiaron. Las
comunicaciones se hicieron más complejas y los comandantes adquirieron más
independencia en el manejo de las situaciones cotidianas como la anticoncepción y la vida
sexual de las personas a su cargo14.
Lo anterior tuvo un impacto particular en las mujeres, ya que, dependiendo de la
postura de su comandante en relación con las políticas de anticoncepción, prevención de las
violencias sexuales o el manejo de las relaciones afectivas, su experiencia en las FARC-EP
variaba profundamente.
«Le voy a contar una que está aquí, que sucedió en el Central. Yo creo que eso se
repetía mucho en el Oriental y creo yo que donde menos ocurría era en el Caribe y José María
Córdoba, porque entre los diálogos que he tenido con las compañeras... Entre otras cosas, yo
creo que allí era donde se daba más el tema de las parejas estables, como una cultura más
paisa -me parece a mí-, las parejas estables, pero también la situación de que las mujeres
menos... a pesar de que fue 1 o 2 casitos, Erika porque era comandante de muchos años atrás,
la hermana de Erika… hay unas cuantas mujeres que son comandantes, pero son las
tradicionales; o sea, las que fueron históricas, las de siempre, pero regularmente las chicas
que creo yo que tienen menos... Esto es un poco irresponsable porque es desde mi análisis.
Yo siento que las que menos autonomía tuvieron fueron las chicas del José María, porque
eran más del tema de la pareja. Entonces, ¿si tuvieron más hijos?, sí, ¿tuvieron parejas más
estables?, sí, pero menos autonomía de las mujeres, menos liderazgo de las mujeres. Y el
Caribe sí que menos, yo no estuve en el Caribe porque mi ingreso fue para el sur, ¿no?»15.

12
Jurisdicción Especial para la Paz. «Versión Voluntaria de Carlos Antonio Lozada».
13
Llegan en años posteriores el Plan Consolidación, el Plan Patriota, entre otros.
14
Jurisdicción Especial para la Paz. «Versión Voluntaria de Carlos Antonio Lozada».
15
Entrevista 854-PR-02966. Mujer, excombatiente, Bloque Occidental.

7
La Comisión recibió información sobre bloques y frentes que celebraban el día de la
madre y tenían flexibilidad en la aplicación de la norma de prohibición de embarazos, tales
como el Bloque Caribe, mientras que otros, como el Oriental, tenían una aplicación más
estricta de la misma. Esto también puede explicarse porque justamente en ese bloque se creó
el sistema de hospitales de FARC-EP y fue el más grande (en términos de jurisdicción y
combatientes) en el país.

2. Violencias sexuales intrafilas en las FARC-EP

Este documento aborda las experiencias de violencias sexuales y violencias reproductivas


que se vivieron en el interior de las FARC-EP. Se hace un especial énfasis en las modalidades
de aborto forzado, violación sexual, anticoncepción y maternidades forzadas. Este caso parte
también del análisis de lo que implicaba ser mujer en un contexto profundamente
militarizado; cómo se vivían las relaciones afectivas, las decisiones reproductivas y la vida
sexual en medio de la confrontación armada.

2.1. Acoso sexual, y relaciones afectivas y sexuales intrafilas

«Y eso era... más o menos lo que hablábamos entre las mujeres que habíamos llegado nuevas
ahí... las mujeres que habíamos llegado nuevas, pero tengo que decir por ejemplo... hablando
de ese tema, Erika fue una de las comandantes que todos los días nos daba 2 horas de charla...
a mí en ese campamento tuve 3... como 3 semanas no nos leyeron reglamentos, como tal así
que uno diga: "Le leen a uno el reglamento de FARC", no, sino que sí habían charlas de los
comandantes y entre esos comandantes estaba Erika, pero más que todo como hablándonos
del comportamiento... Erika se destinaba como el comportamiento de la mujer en la guerrilla,
más o menos era eso, para que no fuéramos también como a caer en el tema de que íbamos
era a buscar novio o a buscar marido allá o a acostarnos con todo el mundo, incluso ella nos
decía... en eso sí uno dice, la guerrilla fue clara en eso, pero... o al menos Erika nos daba
muchas charlas, pero Erika por ejemplo en el día nos decía eso, pero en la noche los

8
comandantes o los guerrilleros antiguos ahí iban era [palmadas] mijo a ver cómo le podían
endulzar el oído a uno»16.
Las relaciones afectivas y sexuales no estuvieron prohibidas dentro de la
organización, pero estaban reguladas al punto que los comandantes guerrilleros tenían un
papel importante en la resolución de conflictos entre las parejas o en el otorgamiento de
permisos para tener encuentros sexuales. Existían reglas informales sobre este tipo de
relaciones, no escritas en el reglamento de la organización armada, pero de obligatorio
acatamiento en la práctica. Por ejemplo, era necesario informar el deseo de establecer este
tipo de relaciones a los comandantes y solicitar su autorización, tanto si se tenía una relación
o noviazgo estable, como si no.

Se elaboraban las actividades y tipo 5. p.m., en una minuta el mayor en rango anunciaba
quiénes iban a ser los encargados de la guardia. Los que no eran ocupados en estas labores,
podía, con la compañera, pedirle permiso al comandante17.

Asimismo, algunas voces muestran que existía la idea de las relaciones sexuales y/o afectivas
como un reconocimiento al buen comportamiento, ya que en ocasiones se otorgaba dicho
permiso a quienes comprobaran ser personas «disciplinadas» o tener una «alta moral
revolucionaria». Los criterios para el otorgamiento del permiso eran subjetivos, pues
dependían de la decisión del comandante: «si veían que uno se portaba bien y no tenía
problemas de conducta, te permitían tener socio y compartir caleta»18. Estas medidas
afectaron especialmente a las mujeres guerrilleras puesto que el concepto de buena conducta
estuvo influido por los mandatos sociales sobre su género, que especifican las formas en que
se considera apropiado el manejo de su sexualidad:
«Por la vaina cultural. ¿Por qué dicen que la mujer es libre en la guerrilla?, porque en
la Séptima Conferencia, las conclusiones que estaban allí eran que... a la mujer se le permite
asociase -casarse-, tener una relación estable dependiendo de su comportamiento. Eso está

16
Entrevista 058-PR-02107. Mujer, excombatiente, desmovilizada del Bloque Noroccidental.
17
Pacifista. “Moteles de la Selva: Así era el sexo en la guerrilla”. Agosto de 2018. Disponible en
https://pacifista.tv/notas/moteles-de-la-selva-asi-era-el-sexo-en-la-
guerrilla/?fbclid=IwAR3KzS_wYBO60AVYaT5J2rEIKDsj-CrYi51n-hBIq8sgtpLs_QXQhJihl6g
18
Entrevista 084- PR- 00404. Mujer, excombatiente de las FARC-EP, excomandante.

9
en la Séptima Conferencia. … ¡Aquí es libre!, o sea, usted puede tener la relación que quiera.
Así antes no se dijera eso, antes de la Octava Conferencia, de todas formas, la actividad
sexual o la vida sexual de las mujeres era mucho más libre e independiente en la guerrilla,
pero eso cuando una chica quería tener... por ejemplo, una pareja estable, entonces decían
"Depende de su comportamiento". ¿Su comportamiento es qué?, podía suceder -era muy
frecuente- que una chica en la guerrilla tuviera su pareja estable, pero tuviera otros novios,
otros amantes, otras relaciones pasajeras o lo que fuera y eso era lo condenable, ¿ve?»19.

Así también lo narró Laura, otra excombatiente, quien además mencionó cómo se le
hizo un consejo de guerra a una mujer cuyo comportamiento no era aceptado. Esta mujer era
una persona muy cercana para Laura, por lo que el impacto de su muerte fue particularmente
duro. La decisión y la regulación de la vida de las mujeres en el interior de la organización
no solo fue cruel y autoritaria, sino que también evidencia las relaciones de poder
supremamente desiguales:

«Estábamos desayunando juntas cuando vinieron, la amarraron pues. La encañonaron


le quitaron el armamento, le colocaron una cadena en el cuello. Yo me quedé ahí como
asustada, decía "Dios mío que pasó" yo siempre busco mi Dios y allá es prohibido nombrar
a Dios, pero yo siempre llevaba eso de mí formación como niña. "Ay Dios mío que pasó
aquí” […] cuando dijeron "vamos a hacer consejo de guerra a fulana" y yo dije "¿cómo así
consejo de guerra? ¿Qué es eso?" yo no sabía qué era eso. Entonces un guerrillero antiguo
me dice "Pues recluta, usted ahorita va a ver que es un consejo de guerra a ver si usted sube
la moral" […] “Que a [nombre sensible] se le va a hacer un consejo de guerra por relajo
sexual". O sea, relajo sexual allá es estar con él uno y con él otro y as […] mi compañera,
casi mi prima, ahí amarrada como si fuera un animal. Yo decía "¿Dios mío qué pasó?" le
leyeron el acta, le nombraron un defensor que la iba a defender y el que la acusaba y los 5
jurados. En ese entonces todo mundo empezó a decir "que la fusilen, que la ajusticien, denla
de muerte". Cuando yo ya miré que la pasaron a ella amarrada, amarrada como si no
significara nada, como si la vida de un ser humano no valiera, o sea no. Eso bien duro, contar
eso, pero, o sea, tener que ver morir, escuchar los tiros, escuchar los gritos. Finalmente, la

19
Entrevista 854-PR-02966. Mujer, excombatiente, Bloque Occidental.

10
mataron, la fusilaron y para todo el mundo era normal […] me dijo "Sí, ya averiguamos y
esa era su prima y pues duro decirlo, pero si usted se pone también así, con uno y con otro
pues también toca matarla" yo les dije "pero porque, sabiendo que los mismos hombres son
los que las buscan y ellos mismos buscan que las maten es como injusto" dijo "pero así es la
disciplina" me dijo "usted viene a favor de las FARC o a favor de quién"»20.

Pese a que no había prohibiciones formales, y en apariencia las reglas eran iguales
para todas las personas, los controles que se ejercían sobre las mujeres eran superiores, sobre
todo cuando se trataba de tener relaciones afectivas con personas por fuera de la
organización: «a las mujeres sí las controlaban más. Era mal visto que uno tuviera pareja por
fuera y por eso era mejor que nos autorizaran a tener socio dentro del frente. Eso si, los
hombres si tenían a veces su pareja por allá afuera, yo si vi eso»21.

Así, dentro de las FARC-EP las infidelidades de mujeres eran duramente castigadas,
incluso con la vida, mientras que con las de los hombres no hubo grandes consecuencias.
Una mujer excombatiente que participó en las negociaciones de paz en La Habana compartió
con esta Comisión:

«Lo que sí pienso yo es que había diferencia en el sentido de que una mujer era
juzgada 3 veces más que un hombre. Recuerdo que una muchacha supremamente capaz que
le decían "La Peligrosa". Ella una vez violó el régimen interno, o sea, tuvo relaciones con un
muchacho de otra unidad y jamás la volvieron a subir al mando, mientras que un hombre
podía hacer lo que quisiera en términos de sexualidad y todo eso y no pasaba nada. Una mujer
tenía que cuidarse mucho más y los parámetros dentro de los cuales nosotras nos movíamos
eran mucho más estrechos. No sé si tan estrechos como en la sociedad civil, pero sí eran más
estrechos para surgir y todo eso»22.

También, cuando las mujeres de mandos medios y bajos no aceptaban relaciones con
los comandantes tenían consecuencias negativas. La jerarquización, el machismo, el poder y

20
Entrevista 393-VI-00007. Excombatiente de las FARC-EP. Frente Amazonas.
21
Entrevista 668-PR-00857. Mujer, excombatiente, Bloque Oriental.
22
Entrevista 668-PR-00857. Mujer, excombatiente, Bloque Oriental.

11
las dinámicas de guerra se materializaron, algunas veces, en retaliaciones para las mujeres
dentro de la guerrilla de las FARC-EP:

«Pero tú mencionabas también que el hecho de gustarle a un comandante y de pronto


no ceder también tenía como consecuencias- Sí, eso sí y eso sí yo lo he sentido también. No
con comandantes altos, pero sí con comandantes. Yo nunca me quería cuadrar con un
comandante precisamente por eso, porque yo detestaba mucho la cultura que había alrededor
de eso, entonces y a mí sí me ha pasado como 2 o 3 veces que un tipo que yo le dijera que no
y a limpiar pescado, ¿no?»23.

Tanto para hombres como para mujeres, faltar al protocolo de solicitud de permisos
acarreaba sanciones de diversa índole. Al respecto, la encuesta realizada por el Partido
Comunes a 319 mujeres excombatientes que fue entregada a la Comisión de la Verdad arrojó
que el 6% de las entrevistadas respondió haber sido víctima de acoso sexual en el tiempo que
estuvo en las filas de la FARC-EP. Sobre el tipo de sanciones más frecuentes el primer grupo
de mujeres respondió que el 31% se relacionan con la obligación de realizar oficios de
distinto tipo, como obras de infraestructura, trabajos de la producción. El 26% de las
entrevistadas mencionaron que los castigos correspondían a llamados de atención y pérdidas
de mando, el 25% asoció los castigos por acoso sexual a la existencia de consejo de guerra
con fusilamiento y el 19% de las entrevistadas refirió que los castigos se materializaban en
un consejo de guerra24.

«¿Eso estaba estipulado como una falta grave? […] - Como delito estaba la violación
sexual, pero ahí no había violación porque fue abuso, pero eso no estaba en el reglamento,
en ese frente yo no podía decirle a nadie porque él era el que tenía el poder, él era el
comandante y yo ahí no podía hacer nada. Yo con los años le conté al Mono [conocido como
Mono Jojoy] y el Mono lo que dijo fue... le dijo en el aula "hijueputa, si usted sigue así, los

23
Entrevista 668-PR-00857. Mujer, excombatiente, Bloque Oriental.
24
Informe 086-CI-00801, Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, FARC, «Una mirada crítica
retrospectiva: Hechos de violencia sexual contra guerrilleras en las filas de las FARC-EP», Pág. 21 y ss.

12
guerrilleros lo van a salir es matando en un combate", pero así se lo dijo, pero con Cadete
nunca hicieron nada»25.

El acoso sexual no estaba incluido expresamente en el reglamento de las FARC-EP


como una falta y, aunque desde la Octava Conferencia podría considerarse incorporado
dentro de la categoría “violencia sexual” [que reemplazó a la de violación], los testimonios
reflejan que el acoso se escapaba fácilmente de la comprensión de ese delito.

«Mientras me cogía me decía eso, yo no sé si era porque ya tenía fusil y porque había
pasado por todo lo que había pasado y es vulgar, es un hombre muy vulgar, usa palabras muy
soeces, es horrible, es asqueroso. Yo nunca le conté eso a (anonimizado), como
(anonimizado) era tan frentero, va y lo frentea y le dice algo y Cadete lo manda a pelear o
hasta un consejo de guerra le hace y lo mata. Yo había escuchado que había hecho fusilar a
un muchacho por una muchacha, porque le tenía ganas y como que la pelada le dice que no
porque tenía su socio y el socio era bravo y Cadete le hizo un montaje de deserción y mataron
al pelado y el rumor que había allá era que era por eso. A nadie le conté nada allá»26.

La vida en el interior de la organización guerrillera generó un contexto que facilitó


este tipo de hechos en donde operaba el poder basado en el género y la jerarquía
organizacional. Los relatos de madres que vivieron la experiencia de tener a sus hijas dentro
de la guerrilla de las FARC-EP también fueron documentados por esta Comisión. Gladys,
una mujer del Cauca, contó cómo su hija fue acosada sexualmente en los campamentos del
Frente 6 con jurisdicción en ese mismo departamento. De esta manera, las victimizaciones
muchas veces fueron experimentadas también de manera indirecta por madres, amigas,
primas y hermanas.

«Y ella como mujer, ¿cómo sentía que era el ser mujer al interior de la guerrilla? –
Ella dice que no, que eso era muy duro, era muy duro porque ellos querían que ellos
estuvieran con el que quisieran y ella por eso tuvo problema porque ella decía que no y que
no y que no. Inclusive que a ella la castigaban muchas veces por eso –Por no querer estar

25
Entrevista 091-HV-00020. Mujer, excombatiente, Bloque Oriental.
26
Entrevista 091-HV-00020. Mujer, excombatiente, Bloque Oriental.

13
sexualmente con alguien. Dentro de esas peticiones, por así decirlo, ¿las hacían los
comandantes? – A veces sí, a veces los compañeros – O sea que todo el tiempo tenía que
estarse defendiendo.... – Ella tenía que defenderse, porque ella dice que como estaban tan
lejos del pueblo, en el monte, eso hacían dos cambuches y dormían dos peladas y eso a
medianoche cualquiera le caía – O sea, les tocaba estar durmiendo hasta con el arma – Pues
la que quería lo hacía y la que no, pues no»27.

La experiencia de la hija de Gladys también da cuenta de los momentos de aseo


personal en la vida intrafilas. Según le contó su hija a Gladys, las mujeres tenían que bañarse
en ropa interior en frente de todos sus compañeros lo que les generaba espacios inseguros:

«No había privacidad. Ellas decían que tenían que bañarse en interiores, con todos
ahí. Había veces que se pasaban hasta 3 y 4 días, hasta 6 días sin bañarse. Y decía "eso
horrible mamá, el que no conozca esto que no lo haga". Cuando mi hija llegó a la casa llegó
llena de piojos, pero horrible, horrible. Vea, a mi me tocó dedicarme, con la prima de ella, a
limpiarle la cabeza a mi muchacha. Ella me decía "mamá, córteme el pelo y déjemelo
cortico”. Yo dije "no". Y como ella tenía el pelo largo, lo más de bonito…»28.

2.2. Violación sexual

«Yo no sé qué pensar de todas esas cosas, no dudo de que efectivamente así fue y creo que
era más fácil porque claro, las unidades salían a orden público -por decirlo, estaban mucho
tiempo por fuera en comandos pequeños, que era más difícil -creo yo- de hacer esos controles
más rigurosos […] control de los mandos sobre esas unidades en particular. Incluso yo llego
a pensar que seguramente se dieron muchos hechos de... que vienen siendo relaciones
forzadas, o sea, son violaciones porque... en algunos casos debieron darse relaciones
forzadas»29.

27
Entrevista 070-VI-00051. Mujer, madre de excombatiente del Frente 6 de las FARC-EP.
28
Entrevista 070-VI-00051. Mujer, madre de excombatiente del Frente 6 de las FARC-EP.
29
Entrevista 854-PR-02966. Mujer, excombatiente, Bloque Occidental.

14
La encuesta entregada por el Partido Comunes sobre violencias sexuales intrafilas a
esta Comisión arrojó que el 5% de las entrevistadas (16 de 319 mujeres) vivieron o supieron
de alguna forma de violación dentro de la vida guerrillera en las antiguas FARC-EP. El 75%
de esos hechos fueron denunciados ante alguna autoridad en la organización guerrillera y se
aplicaron sanciones a los responsables30. Esta es la primera referencia directa de las FARC-
EP en relación con actos de violencias sexuales contra sus propias integrantes atribuibles a
guerrilleros. Algunos de los hechos de violación sexual presentados en este informe fueron:

El comandante x era “muy terrible, si quería tener relaciones con alguien, la obligaba y si no
le quitaba la comida o la castigaba”. El compañero se metió a la caleta y violó a la compañera.
Escuchó que podían darse favores a cambio de acostarse con alguien. Fue un interno, ella
gritó y la auxiliaron. Guerrilleros violaron a una compañera, solo se pudo comprobarle a uno.
Los hombres se metían en la caleta y obligaban a las mujeres a tener relaciones sexuales. Un
compañero en exploración violó y mató a la muchacha con la que iba. Un compañero violó a
una compañera. Un mando a una compañera, ella por defenderse disparó su arma. Un mando
medio usaba pastillas para dormir a las compañeras y abusaba de ellas31.

Los testimonios recopilados por la Comisión de la Verdad ponen de presente que la violación
sexual o cualquier otra forma de violencias sexuales estaba prohibida y que había sanciones
para esta conducta, que llegaban incluso al fusilamiento. Sin embargo, las voces señalan
diversas dinámicas en las que se cometieron violaciones, en donde era común la
vulnerabilidad de las guerrilleras al estar desarmadas, como en sus caletas o, por ejemplo, en
espacios de socialización y diversión como las fiestas:
«Además, ellos sí están armados, ellos tienen su fusil en la espalda y nosotras estamos
sin nada, en las fiestas a las guerrilleras nos desarman, pero la justificación es esa, yo tampoco
pienso que sea para estar vulnerables, pero no se daban cuenta que quedábamos vulnerables
porque... bailar con armamento es terrible, pero como somos poquitas y con armamento nos

30
Informe 086-CI-00801, Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, FARC, «Una mirada crítica
retrospectiva: Hechos de violencia sexual contra guerrilleras en las filas de las FARC-EP».
31
Informe 086-CI-00801, Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, FARC, «Una mirada crítica
retrospectiva: Hechos de violencia sexual contra guerrilleras en las filas de las FARC-EP», pp. 35 y 36.

15
cansamos y para que no se cansen que estén sin el armamento. Pero no caían en cuenta... la
verdad yo vine a caer en cuenta... a mí me incomodaba mucho allá, pero yo vine a entender
estando acá que en realidad uno quedaba muy vulnerable antes eso. Entonces, uno se va solo
para los orinales, ya sin fusil sin nada y se le pueden ir a uno 3 guerrilleros borrachos y te
violan... yo no lo vi. En el Frente 16 nosotros tuvimos una fiesta de despedida ya cuando nos
recogieron para donde el Mono y hubo un rumor, yo nunca lo vi ni supe, que a una guerrillera
le habían hecho la 'vaca muerta', ese término lo conocí allá y nunca más lo volví a escuchar,
pero ahí lo conocí»32.
La evidencia disponible en relación con esta violación a los Derechos Humanos
apunta, por un lado, a una falta de control por parte de comandantes en relación con las
acciones de los guerrilleros de base, y por el otro, a situaciones de abuso del poder que
condujeron a violaciones de mujeres. Los hechos de violencias sexuales narrados por mujeres
exguerrilleras estuvieron acompañados por menciones a la planificación y el aborto forzado
dentro de las FARC-EP.
«¿En esos 5 meses te violaron varias veces? –varias veces doctora, varias veces, todas
las veces que ellos querían, lo primero era el comandante de ultimo eran todos […] ni iba a
decir uno que no porque si no le daban la sentencia de muerte decían, la sentencia de muerte.
Si usted no hace parte de ellos, si no conforma el batallón con ellos le damos la sentencia de
muerte –¿Tú tuviste algún embarazo de esas violaciones? – nada, nunca porque ellos me
ponían a planificar, ellos me daban todo para planificar – ¿Con que planificabas? – con ellos,
me daban pastas para tomar o me aplicaban inyecciones para planificar inyecciones de tres
meses»33.
En 2001, Ofelia, una mujer de La Palma, Cundinamarca, les pidió a los guerrilleros
de las FARC-EP que, a cambio de su hermano, militar del Ejército, se la llevaran a ella pues
era joven y «les podría ser útil». A Ofelia la reclutaron y le dieron entrenamiento militar.
También abusaron de ella física y psicológicamente. En su relato, que compartió con esta
Comisión también mencionó que fue testigo de victimizaciones y tratos crueles a otras
mujeres que estaban menstruando:

32
Entrevista 091-HV-0020. Mujer, excombatiente de las FARC, Bloque Oriental.
33
Entrevista 175-VI-00017. Mujer excombatiente, reclutada por el Frente 28 de las FARC-EP.

16
«Pues ellos me vieron joven, que podía ser más útil que mi hermano. Entonces yo ya
le dije a mi mamá que yo me iba con ellos, obvio que los niños lloraban porque los niños
estaban pequeños. A partir de ese día que yo tomé la decisión de irme cambió mi vida porque
ya empezó, ya me empezaron a manejar, que cómo tenía que manejar las armas, ya tenía que
una cosa, la otra. Lo más doloroso de la vida fue cuando ya me obligaron que me tenía que
acostar una noche con un tipo, o sea, a mí me violaron 4 tipos, o sea, yo tuve que acostarme
con 4 tipos diferentes noches. Y lo que viví fue muy duro, o sea, allá la crueldad para la mujer
es muy duro. Si la mujer está en el periodo le queman los pezones, le hacían cosas. Hubo una
muchacha que la hicieron abortar porque quedó embarazada de ellos mismos, entonces es
muy duro […]»34.
De igual manera en el año 2001, en el departamento de Putumayo, Laura fue reclutada
de manera forzada cuando tenía 12 años por las FARC-EP en donde fue víctima de violación
sexual y aborto forzado. Su hermana, Gloria, compartió con la Comisión estos hechos:
«Yo por lo menos, aquí, doctora, aquí entre nos, yo tengo una hermana que fue
guerrillera, y yo le dije a ella que por qué, y mi hermana fue violada, y ella tiene un niño […]
ella violada y eso, la hicieron abortar […] y mi papá bregó, y cuando supo que estaba en
embarazo de ese niño, producto de eso de allá. Mi papá quiso como volverse amigablemente
y todo para sacarla de allá […]»35.
En Mocoa en el año 2007, los guerrilleros del Frente 32 reclutaron a Gabriela y, al
igual que Ofelia, recibió entrenamiento militar y fue víctima de violación sexual. A raíz de
esto, quedó en embarazo y le fue negada la maternidad; cuando decidió irse de la guerrilla,
su comandante no le permitió llevarse a su hijo. Así lo narró Gabriela:
«Sí, señora. Pasa que nosotros vivíamos en el Putumayo con mi familia y con mi
abuela. Cuando una vez llegó un poco de gente de las FARC y ya si ellos querían quedarse
en la casa, se quedaban. Y entonces ya nos invitaban a irnos para allá, hasta que ya llegó la
oportunidad y nos obligaron. Entonces allá me obligaban a estar así con hombres. Entonces...
y ya a lo último, pues ya me tocaba estar con una sola persona. O sea, pero de allá mismo. Y

34
Entrevista 193-VI-00048. Mujer reclutada por las FARC-EP.
35
Entrevista 070-VI-00040. Hermana de una mujer excombatiente de las FARC-EP que fue víctima de
violación sexual y aborto forzado.

17
entonces nos dejaron vivir en una casa, pero ahí mantenían todos ellos: los milicianos, todos.
Cuando ellos querían irse para allá, se estaban allá quince días, así, un mes. Y entonces yo
quedé en embarazo de mi hijo. El hombre con que yo estaba era guerrillero también, y la
familia de él también, todos. Allá no era si usted quería, no; es que le tocaba que estar allá
con ellos. A mí me tocaba. A mí me tocaba estar con ellos, ir a entrenamientos; me estaban
entrenando para... pa' todo […] Entonces yo hablaba con él, pues que nos fuéramos de ahí,
que nos fuéramos pa' otro pueblo, para alguna ciudad, pero no, ellos no querían porque pues
ellos ya eran de allá. Y entonces ya llegó el embarazo, ya tuve mi hijo y me lo quitaron […]
cuando yo ya decidí irme, ellos me quitaron el niño. El niño tenía un añito. El niño quedó
allá. Que, si yo quería ir a verlo, bien; pero que sacarlo, nada de eso. Nada. Ya entonces yo
fui... Yo antes de eso, de salir de allá, fui a hablar con el camarada. El camarada no me dejó
sacar el niño, no me lo dejó sacar […]»36.
En el año 2009, en Caldas, Carmenza fue reclutada cuando era muy niña por
integrantes del Frente 32 de las FARC-EP. Allí, sufrió una violación sexual por un alto
comandante de la guerrilla que visitaba regularmente su campamento. Producto de este
hecho, Carmenza quedó en estado de embarazo y, como la dinámica interna de la guerrilla
favorecía a las mujeres que sostenían relaciones afectivas o sexuales con los comandantes,
Carmenza intentó mediar con sus comandantes para quedarse con su hijo. En principio la
orden fue el aborto, pero el poder y la jerarquía del responsable del hecho de violación sexual
permitió que Carmenza se quedara con su hijo:
«En una de esas visitas él me habló y yo le contesté groserías, no sé si de pronto eso
fue lo que lo atrajo, el carácter mío, no sé. Esa noche se me metió al cambuche, ya yo estaba,
ya yo dormía sola, se me metió e imagínese con un comandante mayor quién iba a poder...
entonces ya pasó lo que pasó...[…] yo dije si la guerrilla lucha por lo justo, ¿por qué nos
hacen abortar? y lo justo sería que si las mujeres de los comandantes pueden tener sus hijos,
porque a ellas las sacaban, tener sus hijos afuera, dejárselos a sus familias, yo decía "¿cuál es
la igualdad en la que estamos?" entonces cuando yo sentí que, o sea, ya yo sabía que estaba
en embarazo y me quedé callada... ya cuando, y yo me arropaba, pero ya cuando no pude

36
Entrevista 043-VI-00012. Mujer reclutada por las FARC-EP, víctima de violación sexual.

18
más, yo le dije a Karina "estoy en embarazo” […] entonces ya yo dije y me dijeron "hay que
abortar" y yo le dije "no, si van a matar al bebé, mátenme a mí, porque no voy a abortar..."
entonces di más razones “¿por qué Fulanita sí puede y nosotras no? ¿cuál es la diferencia?”
entonces yo me rebelé y eso como que llegó a oídos del papá del bebé, entonces el dicho
señor dijo: "si ella quiere, déjenla" de pronto de ahí de esa parte pa’ acá yo empecé a coger
alas...»37.
Respecto al reclutamiento forzado en el interior de esta organización guerrillera, en
el marco del Caso 007 “Reclutamiento y utilización de niños y niñas en el conflicto armado
colombiano” priorizado por la Sala de Reconocimiento de Verdad, de Responsabilidad y de
Determinación de Hechos y Conductas de la Jurisdicción Especial para la Paz, se han
reconocido posibles violencias sexuales contra niñas que ingresaban a la guerrilla. Esto lo
justificaban con la poca capacidad de control y las pocas comunicaciones con la tropa ante
la persecución constante: «a medida que se fue complicando el tema de seguridad, la
comunicación se fue haciendo difícil y no era posible tener el detalle de lo que pasaba en
cada bloque y cada frente. Les tocaba a los comandantes que estaban ahí manejar los asuntos
con las instrucciones que recibían»38.
En los anteriores relatos se hace evidente cómo la jerarquización dentro de las FARC-
EP puso a las mujeres guerrilleras en peligro pues oponerse a un comandante, o a un hombre
con armas, resultaba amenazante y en muchas ocasiones imposible. El cuerpo de las mujeres
en el interior de las filas de las FARC-EP, aunque no era considerado como un botín de guerra
como en el caso de las mujeres civiles, sí fue violentado y objetivado. Además, las claras
relaciones inequitativas de poder -relacionarse (en ocasiones de manera involuntaria y no
consensuada) con un comandante o no- significaron para varias mujeres combatientes la
posibilidad de permanecer cerca de la vida de sus hijos. También resultaban posiciones en
donde las mujeres excombatientes podían alcanzar ciertos beneficios que de otra manera era
imposible tener.
«Porque a Cadete le tenían miedo y sobre todo las mujeres porque nos trataba muy
mal y en los entrenamientos nos trataba muy feo, era muy cochino en su lenguaje con

37
Entrevista 057-VI-00008. Excombatiente de las FARC-EP, Frente 32, reclutada, víctima de violación sexual.
38
Jurisdicción Especial para la Paz. «Versión Voluntaria de Carlos Antonio Lozada».

19
nosotros [...] así y eso hacía que todas la tuviéramos mucho miedo y que fuera mejor tenerlo
de amigo y bien con uno que echarse de enemigo un viejo de esos. Otra cosa es las
comodidades que a veces trae acostarse con un comandante, pues la va a sacar a la población
civil, la va a sacar así sea una misión de unos días y le da platica o le da coca para que pueda
comprar blusitas, uno quiere tener sus areticos, moños, porque no son comodidades, pero son
cosas que no tenemos normalmente y a veces es bonito para uno eso. Un Cherry para tener
sus botas bien bonitas, bolsas para empacar su ropa, son pendejadas, pero las encontraban
cuando se acostaban con comandantes de ese nivel con poder y con plata, con mucha plata»39.

2.3. Anticoncepción forzada

«Y esas [las pastillas anticonceptivas] te las daba el frente? – Sí, todo pa’ la planificación me
lo costeaba pues el mismo frente. Entonces, yo dejé de tomar pastas y, entonces, claro, pasó
él por ahí... y nosotros: "Ah, pues... ¿será que uno va a quedar en embarazo?", y quedé en
embarazo. Pues yo no sabía...»40.

Como se ha mencionado anteriormente, la Octava Conferencia abordó el tema de la


anticoncepción como una necesidad militar de las FARC-EP y estableció la obligatoriedad
del uso de mecanismos para la prevención de embarazos41. A raíz de esta Conferencia se hizo
un ejercicio de investigación sobre métodos anticonceptivos de fácil adquisición en
Colombia, de forma que pudieran obtenerlos para sus integrantes. En una entrevista con un
integrante del antiguo Secretariado hubo referencia a «amigos» que iban a instituciones
expertas en derechos reproductivos o conversaban con expertos para documentarse sobre
medicamentos anticonceptivos. En principio, pedían a personas cercanas o a sus milicias que
hicieran las compras de los anticonceptivos, pero con el paso del tiempo y ante la persecución
militar, debieron empezar a abastecerse de otras formas42.

39
Entrevista 091-HV-00020. Mujer, excombatiente, Bloque Oriental.
40
Entrevista 058-PR-02107. Mujer, excombatiente, desmovilizada del Bloque Noroccidental.
41
Generalmente se usaban mecanismos de anticoncepción que suspendían la menstruación, mediante
medicamentos hormonosupresores.
42
Entrevista 185-PR-03006. Exintegrante Secretariado de las FARC-EP, Bloque Oriental.

20
Una de las comandantes del Frente 47 del Bloque Noroccidental le contó a la
Comisión sobre la obligatoriedad de la anticoncepción; ya fueran pastillas o inyecciones, o
incluso pastillas del día después [que no son un método anticonceptivo]. También mencionó
cómo después de la Octava Conferencia la dinámica de la guerra en el interior de las FARC-
EP cambió radicalmente para las mujeres, pues el concepto de familia dejó de tener cabida:

«¿Cómo planificaban en las FARC? – Con pastas – ¿Y era voluntario? – No. Era
obligatoria la planificación (...). Cuando yo ingresé a las FARC era obligatorio... siempre fue
obligatorio la planificación, lo que pasa es que en algunos momentos no había la forma... o
el enfermero o por algún motivo no llegaba la planificación de las mujeres; había algunas
que planificábamos con inyecciones, otras con pastas o que si la mujer le caía mal la pasta,
entonces era la inyección (…) También había otro método que era... como digamos hoy en
día como la pastilla de un día después. Entonces, que tenía uno la relación sexual, le daban a
uno un tubito así como de ese vitamina C, era una pastillita grandecita, de Reduxon, entonces,
le daban a uno un tarrito para cuando uno tuviera la relación, inmediatamente se introdujera
esa pastilla, sea como un óvulo, para que saliera el esperma hacia afuera o para que el esperma
no hiciera incubación en el útero»43.

Por otro lado, la Comisión pudo constatar que los comandantes al regular la vida de
las guerrilleras también decidían de manera autoritaria quién era su compañera. Esta decisión
tenía en cuenta solo la opinión del hombre con poder, pues, como se ha visto a lo largo de
este documento, las mujeres se veían involucradas en relaciones abusivas por miedo a
retaliaciones. De esta manera, quedar en estado de embarazo y tener la posibilidad de tener
un hijo fuera del campamento resultó para varias mujeres una posibilidad de escape y
supervivencia. Así lo narró Emilse, mujer reclutada en los años 90 por el Bloque Caribe:

«El comandante ya cuando yo iba a cumplir casi ya dos meses me dijo que yo fuera
su esposa (...) Él ya tenía su compañera allá entonces ella como que alcanzó a cogerme como
que celos. Entonces me dijo ese día, yo recuerdo estas palabras, me dijo: “oye, yo quiero que

43
Entrevista 058-PR-02107. Mujer, excombatiente, desmovilizada del Bloque Noroccidental.

21
tú seas mi mujer”. Entonces yo le dije “ande, que no”. O sea, como allá ya me habían dicho
tantas cosas, que cómo uno tiene que portarse, que yo no tenía que decirles nada a ellos, pero
entonces me dijo: “Yo quiero que tú seas mi mujer y me gustaría tener un hijo contigo”,
entonces yo me sorprendo y digo “¿hijo? aquí uno no puede tener hijo porque a mí me ponen
una inyección”. Me dijo: “no es que esa inyección que te ponen a ti es para que no tengas,
pero ya viviendo conmigo ya yo no te voy a inyectar”. Entonces como que ahí adentro de mí
yo dije “si no me va a poner ampolla pa’ no tener hijos acá en la nalga, es pa’ no tener hijos”.
Entonces me dijo: “si algún día tú llegas a salir embarazada yo te mando un tiempo pa’ que
paras y ese hijo lo mandamos, no te preocupes, ese hijo se va lejos”»44.

En el Bloque Oriental la anticoncepción también fue forzada. Los siguientes dos


relatos de mujeres que pertenecieron a los frentes 40 y 44 así lo muestran. Además,
evidencian impactos emocionales y físicos de esta práctica, pues en ocasiones la
planificación, que incluía no solo las pastillas y las inyecciones, sino dispositivos
intrauterinos, fue forzada en niñas que no habían iniciado su vida sexual:
«¿Las mujeres con qué planificaban dentro del grupo? – Con ese... ¿Cómo es que se
llama ese, ese que le ponen en la vagina? – ¿El dispositivo? – Ese dispositivo. Eso sí era una
tortura, porque para muchas mujeres que llegamos allá sin haber tenido una relación era una
tortura. Porque prácticamente... –¿Y era obligatorio? – Sí – ¿Y quién hacía eso? ¿Quién les
colocaban ese dispositivo? – Había personas que eran enfermeros o médicos que sabían de
eso. Entonces pues sí»45.
«–¿Y había gente más joven que tú? – ¡Claro! –¿Desde qué edad? –10, 11 años...por
lo menos tengo un compañero que tenía 11 añitos cuando él llegó allá. (...) ¿O sea, pero era
porque había una instrucción sobre eso, o cómo era?, ¿qué les decían sobre el tema de la
planificación? – No, allá no hay que tener hijos – (...)– ¿Les entregaban las pastillas o la
inyección? – La inyección. Uno llegaba, entonces, cuando yo llegué allá yo ni siquiera tenía

44
Entrevista 136-VI-00009. Mujer excombatiente, reclutada por el Bloque Caribe, víctima de acoso sexual
intrafilas.
45
Entrevista 278-VI-00030. Mujer excombatiente del Frente 40 del Bloque Oriental.

22
mi período menstrual, pero sin embargo me metieron la inyección. Entonces, y ya, me hice
mujer allá. Porque allá pues cuando digamos, los embarazos no son permitidos […] ya
cuando hago parte de la columna Arturo Ruíz (...) a todas las mujeres nos ponen dispositivo,
¡todas!, ya no era inyección sino dispositivo (...). Eso fue muy traumático, digamos para
nosotras, a pesar de que ya éramos mujeres, pero pues de todas formas ¡yo tenía 14 años!,
eso fue ¡muy duro!, a mí me cogieron entre 4 enfermeros y me lo pusieron a las malas»46.
Así mismo, en el Valle del Cauca y Cauca, las mujeres guerrilleras sufrieron
anticoncepción forzada en el interior de las filas. Leidy, excombatiente de la Columna Móvil
Gabriel Galvis corroboró lo narrado en los anteriores testimonios, en cuanto a que los
métodos de planificación pasaron de ser orales e inyectables, a dispositivos subdérmicos o
intrauterinos:
«Las mujeres en la guerrilla, a ver. Nosotras éramos 21 mujeres. No recuerdo cuántos
hombres, pero sólo sé que yo contabilicé las mujeres porque cuando nos colocaron la pila
[implante subdérmico], nos sacaron a todas a un solo sitio –¿Y a ustedes les consultaron o
obligatorio? – No, eso tenía que ser obligatorio para todos, la que no quisiera, pues, de una
vez se moría, esa era cuestión de que... la orden era para todos cuando dijeron: "bueno, les
vamos a colocar la pila, los vamos a separar de los maridos y ustedes se quedan aquí". Esa
era para todas las mujeres. Ese día duraba, ahí fue donde yo distinguí, el día que nos colocaron
la pila fue donde distinguí a Pablo Catatumbo, que llegó con el médico y llegó él a hablar
con los de él, que cómo tenía que ser el procedimiento, que cómo tenían que todo... ese día
fue donde yo distinguí a Pablo Catatumbo y nunca más lo volví a ver tampoco –¿Y antes de
la pila con qué planificabas? – Inyección. Todas las mujeres teníamos una fecha, que ese día
tú, encargábamos la enfermera que, a toda hora teníamos que irle a poner la nalga para que
nos aplicara la inyección»47.
Finalmente, la Comisión conoció que la planificación de las mujeres guerrilleras en
el interior de las antiguas FARC-EP estuvo liderado por los y las enfermeras de cada bloque
y frente. Eran estas personas quienes, bajo las órdenes de los comandantes, mantenían un
control de cada una de las combatientes, tanto en su planificación, como en sus eventuales

46
Entrevista 278-VI-00029. Mujer excombatiente del Frente 44 del Bloque Oriental.
47
Entrevista 138-VI-00003. Mujer excombatiente de la Columna Móvil Gabriel Galvis de las FARC-EP.

23
casos de embarazo: “Lo de la planificación estrictamente del comandante y del enfermero,
porque el comandante tenía que responder por los medicamentos que el enfermero le pedía
y enfermero responder aplicándole la planificación a la mujer”48. Algunas mujeres
excombatientes enfermeras mencionaron que cuando las guerrilleras quedaban en estado de
embarazo eran trasladadas al Bloque Oriental, a donde quien fue conocido como «Mauricio,
el médico»: «Vea, con ese tema es, yo era enfermera de base, no, entonces uno reportaba
Fulana de tal, está embarazada, entonces a esa persona, que cuantas semanas tiene, no, yo tal
día le puse la inyección o no se la puse, o tuve esto, entonces ella tenia que empacar maletas
e irse pal oriental, pa onde Mauricio»49.
Lo anterior da cuenta que fue en este bloque en donde el control de la salud sexual y
reproductiva de las mujeres guerrilleras de las FARC-EP fue más intenso. Esto se explica no
solo por la vasta jurisdicción que abarcaba (nueve departamentos de Colombia), sino porque
allí también comandaban personas que hacían parte del antiguo Secretariado. Además, era
una de las estructuras de las FARC-EP con más recursos y mayor número de integrantes.

2.4. Aborto Forzado

Omaira Rojas, alias «Sonia», excombatiente y jefa de finanzas del Bloque Sur de las antiguas
FARC-EP dijo en su entrevista ante la Comisión que logró evitar ser obligada a abortar
porque solicitó permiso y el diagnóstico de su embarazo se dio en una etapa avanzada de la
gestación50. Rojas logró estar en campamento durante todo su proceso gestacional y obtuvo
permiso para atender su parto cerca a su familia y para regresar poco tiempo después del
parto, dejando a su hijo al cuidado de sus familiares: «Como me di cuenta tarde que estaba
embarazada lo pude tener. Me fui a tenerlo afuera y lo dejé con una familia campesina amiga.
Es que era imposible tener al muchacho conmigo allá. Yo lo veía una vez cada 4 o 6 meses,
cuando se podía»51.

48
Entrevista 173-AA-00001. Mujer, excombatiente, enfermera.
49
Entrevista 060-AA-00004. Mujer, excombatiente, enfermera y ecónoma del Frente 14.
50
Entrevista 084 PR 00404. Mujer, excombatiente del Bloque Sur.
51
Entrevista 084-PR-00404. Mujer, excombatiente del Bloque Sur.

24
Un caso similar ocurrió con Elda Mosquera, conocida como «Karina», comandante
dentro del Frente 47 del Bloque Nororiental, quien también solicitó poder adelantar su
proceso gestacional y tener su parto cerca a su familia. Mosquera mencionó que, al mes de
haber tenido a su hija, fue buscada para regresar y, al igual que Sonia, la dejó al cuidado de
familiares. Así, solo aquellas combatientes con cierto rango y capacidad de diálogo con
instancias superiores dentro de la guerrilla tenían la oportunidad de discutir la posibilidad de
adelantar embarazos.
El aborto forzado ha sido reconocido dentro del Caso 004, “Situación Territorial de
la Región de Urabá” priorizado por la Jurisdicción Especial para la Paz, por excombatientes
del Frente 5 de las FARC-EP52 [del Bloque José María Córdoba] quienes reconocieron la
responsabilidad colectiva en haber obligado a varias mujeres combatientes a practicarse
abortos:
«Los comparecientes afirmaron que a muchas [mujeres] les prohibieron tener hijos y
que las que se embarazaban eran obligadas a abortar, así mismo señalaron los riesgos a la
vida y a la integridad de las guerrilleras que salían de los campamentos a tener a sus hijos,
pues muchas veces eran capturas, torturadas y asesinadas»53.
También, algunos excombatientes comandantes de bloques han reconocido la
obligatoriedad de la anticoncepción y de los abortos. Es el caso del excomandante del Bloque
Occidental quien compartió el siguiente relato con la Comisión de la Verdad:
«Hubo una orden de que quienes tuvieran embarazo tenían que abortar […] todos los
combatientes están enseñados a cumplir las órdenes […]. Había mujeres que quedaban en
embarazo accidentalmente, pero había otras que quedaban en embarazo a propósito. Unas
con el deseo de tener su hijo […] y otras como argumento para poder salir de las FARC [...]
Las FARC tenía el argumento de prohibir el embarazo, para evitar, precisamente, el momento
de una situación de guerra tener que sacar una persona afuera, porque sacarla afuera tenía un
enorme peligro, ya no desde el punto de vista solamente de la familia y de los hijos y de ella
y de su disfrute sexual, sino que sacarla de un campamento guerrillero significaba el secreto

52
Jhover Man Sánchez Arroyave, Arnoldo Montoya Borja, Pedro Pablo Rivera Úsuga, Huldar de Jesús
Montoya Borja y Jorge Luis Higuita Tuberquia.
53
Jurisdicción Especial para la Paz. «Comunicado de prensa 121».

25
de todo lo que tenemos aquí guardado […] Entonces, las FARC dijo […] No podemos
garantizar la seguridad, entonces prohibamos el [embarazo]. Eso trajo consecuencias malas
[…] –¿Qué cosas malas se generaron en esta decisión? – pues abortos a la fuerza. Que
ocurrieron muchos abortos a la fuerza, que la persona no estuvo de acuerdo»54.
En los aportes de la verdad que dieron algunos excombatientes, la justificación de los
abortos forzados se centró en las dinámicas propias de la guerra que impedían el desarrollo
de la maternidad: al estar en estado de gestación, las mujeres guerrilleras representaban una
«carga» al comandante, pues sus cuidados eran especiales y diferentes al resto de las
combatientes. Sin embargo, aunque la Comisión conoció testimonios en donde se reconoció
la obligatoriedad de los abortos en el interior de las FARC-EP, es necesario anotar que el
Grupo de Trabajo de Género y el Equipo de Reconocimiento de la Comisión de la Verdad
adelantaron un proceso de diálogo entre enero y marzo del año 2021 con integrantes del
antiguo Secretariado de esta organización guerrillera y con la persona delegada como enlace
con el Sistema Integral de Paz para que se reconocieran las violencias sexuales intrafilas.
Aunque se sostuvieron varias reuniones, no fue posible llegar a los acuerdos mínimos
necesarios para dar lugar al reconocimiento.
Una de las pocas cifras sobre el tema se obtuvo con base en el mencionado
informe/encuesta sobre violencias sexuales intrafilas presentado por el Partido Comunes.
Este arrojó que de 319 mujeres excombatientes de las FARC-EP que fueron entrevistadas, el
42% dijo haber estado embarazado durante su pertenencia a la organización. También se
registró que el 78% de los hijos/as de las exguerrilleras nacieron fuera de los campamentos
y que solo el 23% de los hijos de las excombatientes creció en el interior de las filas (18
casos). Esto corrobora lo narrado por mujeres excombatientes sobre los tratos diferentes entre
las mujeres de las FARC-EP.
En relación con los métodos de interrupción del embarazo, la misma encuesta dio
cuenta de que el legrado y las pastillas fueron los más comunes. Esta información coincide
con la proporcionada por mujeres excombatientes en las entrevistas realizadas por la
Comisión de la Verdad. Eran las comandancias de escuadra o de frente las que se encargaban

54
Entrevista 615-PR-00407. Excombatiente, Excomandante del Bloque Occidental.

26
de buscar un/a profesional que pudiera hacer el procedimiento, cuando no lo había dentro de
la organización:
«Por un aborto se le podían dar hasta 12 millones de pesos y solo tenía que introducir
unas pastillas y cuando se complicaba el tema del legrado que tenía que hacerlo porque se
pegaba a la placenta, pero eso era algo que él lo hacía en mediodía y salía con 12 millones
de pesos, para él eso era muy bueno. Yo pienso que si no simpatizaba por lo menos con el
dinero simpatizó, pero el hombre era de los primeros presos que hubo cuando empezó a
desertar gente del Yarí del frente…»55.
En el Bloque Oriental, por ejemplo, estuvo muy desarrollado el sistema de formación
en salud por lo que en ocasiones eran personas de la misma organización las que practicaban
el aborto. En este bloque se procuraba que el menor número de personas externas llegasen a
los campamentos por las complejas condiciones de seguridad y por la presencia de personas
importantes del Secretariado en la zona, como Jorge Briceño56.
Cuando a las mujeres del Frente 44 del Bloque Oriental se les permitía ejercer su
derecho de ser madres recibían tratos y trabajos a manera de castigo. Lucy, mujer reclutada
por este Frente cuando era una niña de 13 años en el Guaviare, compartió con esta Comisión
cómo la decisión de tener o no a un bebé dependía del comandante y del buen
comportamiento de las guerrilleras. En su relato se puede ver la lógica de la guerra en el
interior de las FARC-EP en donde los hijos y las hijas no tenían cabida, pues, aunque en
algunos casos las mujeres podían dar a luz, no las podían criar ni podían estar cerca de ellas:
«Había mujeres que quedaban embarazadas, entonces las mandaban de sanción a
cuidar marranos -porque ellos tienen marraneras, pues tenían-, y ese bebé no era pa' usted,
nacía, y ese niño se regalaba a una persona que tuviera modos de sacarlo adelante, o le hacían
el aborto. Ya usted de pronto decidía, en unos casos los comandantes dicen: "Bueno -llegan
a un acuerdo con usted-", "bueno, va a dar en adopción ese bebé, lo va a tener, pero lo va a
dar en adopción", o se saca, o sea, se hace el aborto […] yo, una guerrillera que de pronto fui
con buena conducta podían darme el privilegio de decir "téngalo", pero sin embargo era
sancionada. Tenía yo que criar marranos todos los nueve meses, o hasta que usted se

55
Entrevista 091-HV-00020. Mujer, excombatiente, Bloque Oriental.
56
Entrevista 185-PR-03006. Exintegrante Secretariado de las FARC-EP, Bloque Oriental.

27
sintiera...porque allá dicen: "Aquí no vienen a tener hijos, ustedes vienen a luchar, y somos
un ejército, no somos para ser padres, ni madres, ni nada". Entonces era como la conducta
que usted llevara, así mismo de pronto le daban la oportunidad, pero también igual, porque
usted saber que su hijo nace y se lo quitan»57.
En el Frente 32 del Bloque Sur, los abortos también eran realizados por personas
propias de la organización guerrillera. Así lo narró una excombatiente a la Comisión:
«Allá uno tiene el entendimiento de que, si usted no aborta tiene consejo de guerra,
se muere usted y se muere el bebé, entonces pues las chicas allá deciden, que sí, nos hacemos
el aborto y ya – ¿Y quién les hacía esos abortos? – Allá tienen, como te digo, así enfermeros,
allá hay enfermeros […] allá no hay recuperación, usted abortó y esa noche estuvo ahí en la
cama, o el día y ya en la tarde a formar y listo […] Allá no lo permiten de que, de que a mí
me gustó fulanito y de que me voy a quedar con él, no, porque si usted se enamora de un
compañero, pues a usted la mandan para otro, para otro pelotón, lo separan a uno»58.
La decisión sobre la vida sexual, reproductiva y sentimental de las mujeres recaía
sobre los comandantes de los frentes. Una excombatiente que participó en las negociaciones
de La Habana le contó a la Comisión cómo, además, las experiencias de las guerrilleras en el
Bloque Oriental fueron radicalmente distinta a las experiencias en otros bloques, en tanto en
el Oriental el trato era cruel y el control hacia las mujeres más intenso.
«–¿Tú crees que este tema del aborto dependía de los comandantes de Bloque? […]
En varios lugares tenían tratamientos de acuerdo con los comandantes. En el Central no era
tan fuerte, aunque ocurrieron cosas, pero definitivamente donde yo creo que sucedieron cosas
más terribles fue en el Oriental […] Pues que le dicen "Usted aborta" y simplemente tiene
que abortar […] ¿Por qué lo digo?, porque cuando estábamos en La Habana nosotros
empezamos a hablar de estas cosas. Por ejemplo, yo empecé a poner el tema del peso. Yo sé
que es un tema complicado y que siempre me gané problemas y antipatías de los
comandantes, pero yo puse el tema de la relación de las chicas jóvenes con tipos demasiado
adultos y claro, van saliendo otras cosas, va saliendo el tema del aborto»59.

57
Entrevista 278-VI-00029. Mujer excombatiente, reclutada por el Frente 44 del Bloque Oriental.
58
Entrevista 070-VI-00072. Mujer, excombatiente del Frente 32 del Bloque Sur.
59
Entrevista 854-PR-02966. Mujer, excombatiente, Bloque Occidental.

28
En el Bloque Central también ocurrieron casos de abortos forzados. La misma
excombatiente que participó en las negociaciones de paz en La Habana narró el siguiente
hecho ocurrido en el Frente 21 de este bloque. En su testimonio se puede evidenciar que, a
diferencia del Bloque Oriental y el Bloque Sur, en el Central el médico que practicó el aborto
era externo.
«Ana era de la unidad financiera del 21 y salió en embarazo y le dijeron "Se hace el
aborto", entonces ella dijo que sí, que ella se lo hacía. Ella llegó hasta el lugar, donde tenían
un médico que habían llevado y le iban a practicar el aborto, pero cuando llegó allá dijo que
no lo hacía, que ya no se lo quería hacer, entonces la devolvieron amarrada al campamento
donde se encontraba y le hicieron consejo de guerra por insubordinación, la mandaron de
nuevo a hacerse el aborto y se lo hicieron. Eso fue un aborto forzado, ella no quería, pero lo
más terrible de todo eso es que el tipo comandante, que jodió tanto para que cumpliera la
norma de que se hiciera el aborto, de nombre Pedro Nel –lo mataron después–, el segundo al
mando del Frente 21, al mismo tiempo él tenía su compañera embarazada, era comandante y
la tenía donde sus padres -que estaban ahí cerca- esperando que tuviera bebé»60.
El anterior relato también muestra que desobedecer a la orden de practicarse el aborto
traía consecuencias negativas como el consejo de guerra por insubordinación, y que la
situación para las mujeres que eran pareja de los comandantes cambiaba con respecto a
aquellas que no lo eran. Entonces, la regulación de la vida de las mujeres dependía, como ya
se ha repetido, en gran medida no solo de las decisiones de los comandantes, sino de las
relaciones que se tuvieran con estos. Sobrevivir o tener una vida digna dentro de las FARC-
EP superaba en muchas ocasiones la agencia de las mujeres guerrilleras.

3. Impactos de las violencias sexuales y reproductivas vividas en el interior de las


FARC-EP

«Ella estaba ahí en el frente, pero no conocí de su ingreso ni nada, la verdad era la primera
vez que yo la miraba y ya llevaba como 2 años en la guerrilla. Como gritó tanto y lloraba

60
Entrevista 854-PR-02966. Mujer, excombatiente, Bloque Occidental.

29
tanto por el dolor me tocó sacarla de ahí para una finca donde había un solo trabajador, un
cuidandero y me fui con los míos, con los de mi escuadra por los niños que había en esa finca
porque ellos preguntan, ellos ahí todos asustados y ahí supo que le habíamos hecho eso.
Entonces, el médico se queda con ella en una habitación, yo distribuyo la guardia, nadie
durmió ese día porque ella lloró demasiado, ella gritaba mucho, eso le dolió demasiado a ella
y eso que a ella le hicieron aborto, no fue legrado, sino que le indujeron el medicamento y el
fetico salió y un gato se lo llevó y los muchachos detrás del gato, golpeando, tirándole cosas
para sacárselo y de noche que también para mirar era imposible porque no había luz. El
problema es que a ella le sale el fetico, pero a ella se le queda la placenta pegada y eso sí
duele demasiado, hay que sacarla raspando, yo ahí no estuve presente, pero fue peor los
gritos, fue terrible eso»61.
Teniendo en cuenta que los abortos en las antiguas FARC-EP se realizaron de manera
obligatoria y arbitraria, las mujeres excombatientes reconocieron impactos psicológicos y
físicos que han dejado huella en sus vidas y en las maneras como se relacionan con otras
personas. Los relatos sobre los abortos forzados reflejan la crueldad de esta práctica, incluso
para las mujeres que participan en el procedimiento. Así lo muestran los siguientes dos
relatos:
«Va el mismo médico y a ella empiezan con unas tenazas empiezan a sacarle y yo
ayudo a sostener una pierna, eso fue horrible, y ella me miraba y me llamaba y lloraba y yo
empecé a llorar y yo decía "duérmanla" y dijo "no, ella no está sintiendo nada", pero se quejó
de dolor y yo le decía al médico que la durmiera más y no había llevado más para dormirla...
no sé qué fue, no le hizo la droga y ella todo el tiempo decía "¡mi bebé! ¡mi bebé!". Fue atroz
lo que le pasó a ella y me llamaba y yo no quería que ella me miraba, yo decía "ella va a
quedar con mi recuerdo ahí" eso fue espantoso y decían "no, tranquila, ella se va a despertar
y no se va a acordar de absolutamente de nada". Y yo creo que sí porque ella nunca me habló
de eso y yo jamás le hablé de eso tampoco, pero nunca lo habló ella, pero sí estuvo muy
deprimida mucho tiempo, estuvo mal, se bajó de peso, quedó de muy mal color y a ella le
sacaron esa cosita y la enterraron. Yo supe dónde había quedado enterrada y en algún

61
Entrevista 091-HV-00020. Mujer, excombatiente, Bloque Oriental.

30
momento dije "me provoca decirle para ver si eso le ayuda un poco", pero a mí me dio miedo
meterme en problema, era mujer de comandante […] Solamente vi dónde había quedado el
niñito, era un varoncito, ese fue el otro aborto que vi. Ellas tienen que pasar su duelo como
sea porque no hay quién hable y entre nosotras no sabemos apoyarnos, es difícil eso... uno
no sabe cómo hacer eso, qué decir, es difícil»62.
«Además, el tema de los abortos de estas niñas, de verlas llorando por sus bebés ahí
medio dormidas, pero que no querían que les hicieran eso y aun así hicimos eso. Haber
engañado a esta niña para que le metieran la droga y le sacaron su bebé... Yo pensaba qué
hubiera pasado si me hubiera negado... igual se lo hubieran hecho, pero no estaría yo con la
vaina de pensar que la engañé y que le dije "tranquila que le van a hacer un tacto" y ella me
creyó y yo le hice eso. Entonces, son vainas que uno carga con eso y uno dice "hubiera sido
mejor que no pasara" y hubo muchos guerrilleros que no pasaron por eso, tuvieron más
tranquila su vida... Allá la vida no es tranquila, pero por lo menos lo normal, lo cotidiano: el
combate, la guardia, la rancha y no les tocó estar en estas cosas. No sé si es de arrepentirse,
pero lo mejor había sido no vivirlo, ¿no? »63.
De igual manera, y debido a que a las mujeres que se les practicaba el aborto debían
regresar a sus deberes dentro de la organización guerrillera, no había tiempo de hacerle un
duelo a ese hijo/hija perdida, ni tampoco había acompañamiento psicosocial para que ayudara
a tramitar las emociones.
«Era una tristeza tan grande, cuando yo me desperté no podía ni mover los brazos,
era como que me hubieran dado una golpiza. Yo iba a levantar los brazos y no podía. Y con
esa maluquera que le da a uno con la anestesia, yo duré casi 15 días que yo no me podía ni
levantar sola. No sé por qué. El dolor de haber perdido a mi bebé y el dolor también, el
maltrato fue mucho. Algunos compañeros me decían que yo anestesiada no me dejaba que
hacía mucha fuerza que me habían tenido que amarrar porque no me dejaba. Entonces talvez
por eso cuando me levanté, no podía levantar los brazos del dolor, adolorida todo el
cuerpo»64.

62
Entrevista 091-HV-00020. Mujer, excombatiente, Bloque Oriental.
63
Entrevista 091-HV-00020. Mujer, excombatiente, Bloque Oriental.
64
Informe 119-CI-000738, Women’s Link Worldwide, «Una violencia sin nombre: violencia reproductiva en
el conflicto armado colombiano», p. 54.

31
Respecto a las maternidades forzadas, la Comisión de la Verdad pudo corroborar que
los impactos para las mujeres guerrilleras que tuvieron que separarse de sus hijos e hijas han
sido de largo aliento, pues aún hoy en día viven con el vacío de no saber de ellas. En el
encuentro “Mi cuerpo dice la verdad desde una perspectiva de Arauca”, realizado por la
Comisión de la Verdad en mayo de 2020, Omaira Fuertes Orellano, excombatiente de las
FARC-EP y residente en la antigua ETCR de Filipinas, habló de las maternidades forzadas
tema refiriéndose a un caso particular de una joven que quedó embarazada dentro de la
guerrilla:
«Había que buscar una señora amiga que pudiera sacar adelante a la niña de la
compañera guerrillera, y tuvimos que colaborarle para que la encontrara. Ella sufrió 20 años
buscándola»65. Como este, son varios los testimonios que la Comisión documentó en donde
excombatientes se refirieron al hecho de tener que dejar a los hijos e hijas en manos de
familias campesinas pues las lógicas y normas internas de las FARC-EP así lo dictaban.
Varias narraciones de las mujeres excombatientes dejaron ver que estas situaciones
no eran aisladas y se hicieron evidentes en el proceso de reincorporación cuando las
excombatientes pidieron ayuda para encontrar hijos e hijas que habían dejado con familiares,
“personas de confianza” o familias campesinas. Al respecto, una mujer exguerrillera que hizo
parte de las negociaciones en La Habana mencionó:
«Desde la experiencia y práctica de la vida insurgente, el concepto de familia se
amplía a una noción colectiva y comunitaria. En ese marco los niños y niñas eran cuidados
por personas cercanas, consideradas parte de esa familia, con la que tenía contacto
permanente no solo la madre o padre biológico sino las estructuras que hacían presencia en
los territorios. El conjunto de la organización tenía relación de manera cercana con la familia
biológica, siempre que supiera sobre el bienestar de los hijos e hijas […] Ahorita que estuve
en Tierra Grata, hay una compañera... tanto dolor que me produjo ella, me dijo "Yo tuve mi
hijo y lo dejé con la familia. Hasta que él tenía 6 añitos tuvimos contacto, relación, todo bien,
ningún problema. Yo lo entregué, lo acepto, ellos lo tenían y todo, ni siquiera les estoy
pidiendo que él se venga conmigo ni nada, lo único que digo es que él tenga mi apellido.

65
Comisión de la Verdad. Evento «Mi Cuerpo dice la Verdad», min 1:23:20.

32
Luego me capturaron, estuve 12 años en la cárcel, salí por el acuerdo y desde que salí he
buscado, he buscado, no los encontraba. Yo los encontré ya, ellos están viviendo en
Valledupar", pero ellos empezaron a envenenar el hijo, porque el hijo tiene 21 años, está en
tercer semestre en la universidad, lo cuidan muy bien, lo tienen muy bien, pero le hablan muy
mal de ella y ahí está todo ese problema»66.
Los testimonios de excombatientes en mandos medios-bajos del Bloque Oriental
también dan cuenta de esta práctica dentro de las FARC-EP. Carmenza mencionó cómo
después de los abortos forzados que presenció en sus compañeras combatientes empezó a
«coger rabia» pues los tratos fueron crueles. De igual manera, su relato deja ver que en
ocasiones las mujeres excombatientes se vieron atrapadas en situaciones en donde si
escapaban podrían ser víctimas de los grupos paramilitares o el Ejército Nacional; las
opciones para sobrevivir y para vivir una vida digna eran muy pocas:
«Hubo una niña, que ella está acá -la mamá del niño, la nieta que trajo-, ella le dio
una hemorragia, ella casi se muere, entonces todo eso son cosas que uno, realmente uno
comienza como a cogerle rabia. Yo por lo menos le cogí rabia, empecé a decir: "Yo vine fue
a que me torturaran, no a...", entonces ya, pero ya...todos los días escuchando lo mismo, lo
mismo, pues uno dice: "Ya estoy acá, ¡ya qué!", si se escapa lo matan, si logra salir pues sale,
pero también uno dice: "Bueno, ¿y yo pa' dónde cojo?, sin un peso en el bolsillo -empezando-
, sin conocer a nadie, en una zona donde usted no...sin saber si usted llega a pedir ayuda y
sea un paramilitar, que porque allá por lo menos nos decían: "Si usted se deja coger de esa
gente, esa gente las cogen, las violan, las matan, las...y los paramilitares las desgollan, y
las...", entonces uno mantiene como "¡tengo que ser de acá!, y ¡tengo que ser de acá!, y ¡tengo
que ser de acá!"»67.
«Yo me siento muy grave en mi cuerpo. Como un vacío, como una gestión como de
miedo muy mal, yo voy dejando así, me hago la dura que no siento nada pero mi corazón
está muy triste con todo el maltrato […] –¿Fue difícil volver a tener una relación? – una
relación, sí, claro. Me afecta mucho, doctora, hago eso y eso me afecta doctora, el abuso, a
veces me trato como a vencer la vida porque ellos eran muy tremendos –¿Te has sacado

66
Entrevista 854-PR-02966. Mujer, excombatiente, Bloque Occidental.
67
Entrevista 278-VI-00029. Mujer excombatiente del Frente 44 del Bloque Oriental.

33
exámenes a ver si tienes algún problema de salud? – sí, me saco, pero saco la cita y me han
salido normal»68.
Los impactos psicológicos y emocionales también fueron recurrentes en las
entrevistas que esta Comisión les tomó a las mujeres excombatientes, como lo demuestra el
anterior testimonio. El miedo, la vergüenza y la imposibilidad de sostener relaciones
afectivas y/o sexuales con hombres después de los hechos de violencias sexuales fueron
identificados.

4. Resistencias, afrontamientos y defensa de la vida

En relación con las resistencias de las mujeres farianas en su tiempo como organización
armada, esta Comisión pudo constatar que existieron múltiples procesos en donde ellas se
resistieron desde diversos escenarios y contextos. Uno de estos fue la reticencia a cumplir las
órdenes en relación con restricciones a sus derechos reproductivos. El caso de Elda Neyis
Mosquera es un ejemplo de ello69. Elda se opuso a la orden de abortar, tras contarle a su
comandante que estaba embarazada:
«Entonces, yo le dije: "Camarada, conteste alguna cosa porque es que así me... así me
pone mal a mí también". Oiga, y ese señor llegó y tiró una toalla que tenía así en el hombre,
¡ta!, en el piso. Me dijo: "¿Sabe qué, negra? Yo a usted la mandé fue a hacer curso de
comandantes y yo a usted no la mandé a hacer un curso de maternidad [risa]", de una vez
dijo: "Yo que tenía tanta esperanza con usted, mire... yo que... usted era un ejemplo, pero
usted con este embarazo ya... y la orden es...", y dijo: "Y ya mismo le ordeno que aborte", y
yo de una vez le dije... de una vez me paré y le dije: "¿Abortar?, no, camarada. No voy a
abortar, así me ponga usted el poliéster en la nuca, yo no aborto, yo no aborto, porque todavía
no es una decisión nacional... sancióneme lo que sea, porque hasta ahora se ha sancionado a

68
Entrevista 175-VI-00017. Mujer excombatiente reclutada por el Frente 28 de las FARC-EP.
69
Es importante tener en cuenta lo que encontró la Comisión sobre las graves violaciones a los Derechos
Humanos cometidas por Mosquera, sobretodo a lo relacionado con el reclutamiento forzado. Elda Neyis
Mosquera reconoció su responsabilidad en esta grave violación a los DDHH en un evento de reconocimiento
frente a las madres de Argelia, en el departamento de Antioquia, en diciembre de 2021. Ver:
https://www.youtube.com/watch?v=SZI7Ks1AUVE&ab_channel=Comisi%C3%B3ndelaVerdad

34
las mujeres, yo pago la sanción que sea, pero yo no voy a abortar". Y me dijo: "¿Sabes qué
negra? Ándate, ándate que no te quiero ver", y me echó de la caleta.»70
Algunas mujeres decidieron huir de la organización cuando supieron de sus embarazos, otras
decidieron ocultarlos hasta que la gestación estuvo avanzada para evitar que fuera posible el
aborto, o pidieron permiso para tener un parto y dejar a sus hijos en casa de personas de
confianza o campesinas de confianza. Aunque a la mayoría de las mujeres excombatientes
les fue negada la posibilidad de criar a sus hijos e hijas, saber que ellas y ellos existían
significó una razón para sobrevivir y tener una vida digna.

«–¿Cómo te sientes ahora? – Bien, muy bien [risa]. Sí – Vale. ¿Cuál es la cualidad
más importante que tienes tú y que te ha servido para afrontar? –No, pues primeramente los
hijos, porque uno... yo quedé madre de tres hijos, entonces por ellos uno {uno} tiene que
cambiar. Y trabajando, ahí, pues para mantener uno los hijos porque uno... –Sí. Entonces has
tenido que cambiar, has tenido que trabajar. Es decir que, ¿qué has tenido que sacar de ti para
lograr eso? – No, pues... Los años que dios le da uno la salud y sí. Y pues, estudiar. Yo estudié
porque nunca tuve estudio, sí»71.

Otra forma de resistencia que fue posible identificar en las mujeres excombatientes
fue la desarrollada en el marco del proceso de paz, buscando que sus voces tuvieran un lugar
en la discusión sobre todos los puntos del acuerdo de paz. Lideradas por Victoria Sandino,
las excombatientes buscaron un lugar en el proceso de negociación, y empezaron su proceso
de creación del feminismo insurgente. Al respecto, Victoria Sandino mencionó:

«Eso es bastante reciente. Hay que decir que es un proceso que se inició en La
Habana, porque lo que nosotras tenemos que decir es que había una práctica, que siempre
luchamos por los derechos de las mujeres, pero no teníamos como una identidad o una línea
feminista de referencia, porque eso también está ligado a los desarrollos de los movimientos
sociales y revolucionarios y también a la relación que el movimiento revolucionario ha tenido
con estos movimientos. Entonces nosotras hablábamos de los derechos de las mujeres, de la

70
Entrevista 058-PR-02107. Mujer, excombatiente, Bloque Nororiental.
71
Entrevista 043-VI-00012. Mujer excombatiente reclutada por el Frente 32 de las FARC-EP. Víctima de
violación sexual.

35
igualdad entre mujeres y hombres, pero no habíamos abordado el tema de la teoría feminista
propiamente. Es a partir de La Habana que empezamos a hacer un estudio juicioso,
concienzudo de todas estas teorías, y también el intercambio con las mujeres cubanas,
intercambio con todas las mujeres que transitaron por Cuba a lo largo del proceso de paz,
especialmente las mujeres colombianas. Eso nos llevó a declararnos, a muchas de nosotras,
feministas ¡y por supuesto que yo estuve entre ellas! Todo este camino nos llevó no solamente
a declararnos, sino también a construir nuestra propia reivindicación alrededor del feminismo
desde nuestra práctica, identificar que esa práctica que habíamos tenido, pues no era otra cosa
más que el feminismo insurgente»72.

Finalmente, y a manera de conclusión, las violencias sexuales en el interior de FARC-


EP se dieron en dos dimensiones. Por un lado, a través de normas sobre anticoncepción
obligatoria e inconsulta y, por otro, en hechos de acoso sexual y violación sexual intrafilas.
Estas violencias, que constituyen violencias sexuales y violencias reproductivas como formas
independientes de agresiones a las excombatientes en su etapa de actividad militar, se
sancionaron con criterios subjetivos y se ejerció de forma constante.

Las normas de anticoncepción, en su mayoría instauradas en la Octava Conferencia,


tenían como finalidad facilitar la dinámica militar de la organización e impedir que procesos
gestacionales afectaran la capacidad de reacción de las mujeres combatientes. Los abortos
forzados se dieron de manera muy variada en los diferentes bloques y frentes de la
organización. Por ejemplo, mientras en el Bloque Caribe se celebraba el día de la madre y
era más frecuente la obtención de “permisos” para tener hijos, en el Bloque Oriental la orden
de abortar se cumplía a cabalidad. Igualmente, existía desigualdad entre la capacidad de
decidir sobre la vida reproductiva que tenían las compañeras y esposas de comandantes o
personas con cierto rango dentro de la organización guerrillera, y la que podrían tener mujeres
de la guerrillerada cuyos embarazos provinieran de relaciones con guerrilleros de base.

Los hechos de acoso y violación intrafilas se dieron en situaciones en donde


generalmente se abusaba del poder por rango o del poder sobre las víctimas, para cometer

72
Salazar y Buitrago, «Mujeres en FARC».

36
actos de violencias sexuales. Si bien existían normas que prohibían las violencias sexuales
intrafilas, y establecían castigos estrictos que llegaban incluso al fusilamiento, la
implementación de éstos dependía de la voluntad de los comandantes, quienes decidían el
alcance de las sanciones, en conjunto con los jurados de consciencia cuando se convocaba
consejo de guerra conforme a los Estatutos de las FARC-EP73. En el caso de delitos como el
acoso sexual, las sanciones generalmente no alejaban al agresor de su víctima, limitándose a
incrementar la carga de tareas como ranchar (cocina), elaboración de trincheras, entre otros.

De esta manera, las violencias sexuales intrafilas, y en concreto las relacionadas con
el control de la vida reproductiva, se dieron para reafirmar un orden militar que beneficiaba
la capacidad de sus integrantes para participar en la confrontación armada, o en el marco de
relaciones de poder en donde los comandantes tenían el control completo de la vida de las
combatientes.

Dado que en varias entrevistas tomadas por la Comisión de la Verdad se ha


encontrado evidencia de la falta de comunicación entre instancias de las FARC-EP, con el
fin de evitar interceptaciones, es posible afirmar que el Estado Mayor Conjunto y el
Secretariado de la organización no tenían en determinados momentos control efectivo de las
tropas, lo que impedía que se garantizara el cumplimiento cabal de las normas internas en
todos los bloques y frentes. Así, las violencias sexuales entre integrantes eran parte de dichas
situaciones que fueron resueltas de manera exclusiva por el comandante de turno, sin
comunicación permanente o instrucciones de instancias superiores.

Las violencias sexuales intrafilas se constituyeron, en consecuencia, como un


instrumento para reforzar el control sobre los cuerpos y las vidas de las mujeres farianas,
pasándolo como una norma práctica que buscaba protegerlas de un embarazo en medio del
conflicto (para el caso de las normas sobre anticoncepción forzada), o como una situación
excepcional castigada dentro de la organización, que debía ser ignorada para evitar afectar
“la moral revolucionaria” (para el caso de la violación y el acoso).

73
Estatutos de FARC EP disponibles en http://theirwords.org/media/transfer/doc/estatutos-
34339485fd5d10f2b8c321f1ddca0380.pdf

37
Referencias

—Catálogo de Fuentes de Archivo Externa 18071-OE-71491. Ejército Nacional. TOMO I


Génesis FARC-EP. S.f.
—Catálogo de Fuentes de Archivo Externa 26099-OE-204236. Ejército Nacional. TOMO III
Génesis FARC-EP. S.f.
—Comisión de la Verdad. Evento Territorial Arauca «Mi Cuerpo dice la Verdad». Video,
mayo 27 de 2020. Disponible en
https://www.youtube.com/watch?v=p2IsG83qeH4&t=1562s
—Entrevista 854-PR-02966 (mujer, excombatiente, Bloque Occidental). Tomada por
Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición. 2021.
—Entrevista 185-PR-03006 (exintegrante Secretariado de las FARC, Bloque Oriental).
Tomada por Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No
Repetición. 2021.
—Entrevista 058-PR-02107 (mujer, excombatiente, desmovilizada del Bloque
Noroccidental). Tomada por Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia
y la No Repetición. 2020.
—Entrevista 084-PR-00404 (mujer, excombatiente de las FARC-EP, excomandante del
Bloque Sur). Tomada por Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y
la No Repetición. 2019.
—Entrevista 393-VI-00007 (excombatiente de las FARC-EP. Frente Amazonas). Tomada
por Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición. 2019.
—Entrevista 668-PR-00857 (mujer, excombatiente, Bloque Oriental). Tomada por Comisión
para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición. 2020.
—Entrevista 091-HV-00020 (mujer, excombatiente, Bloque Oriental). Tomada por
Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición. 2019.
—Entrevista 070-VI-00051 (mujer, madre de excombatiente del Frente 6 de las FARC-EP).
Tomada por Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No
Repetición. 2019.

38
—Entrevista 175-VI-00017 (mujer excombatiente, reclutada por el Frente 28 de las FARC-
EP). Tomada por Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No
Repetición. 2019.
—Entrevista 193-VI-00048 (mujer reclutada por las FARC-EP). Tomada por Comisión para
el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición. 2019.
—Entrevista 070-VI-00040 (hermana de una mujer excombatiente de las FARC-EP que fue
víctima de violación sexual y aborto forzado). Tomada por Comisión para el Esclarecimiento
de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición. 2019.
—Entrevista 043-VI-00012. (mujer reclutada por las FARC-EP, víctima de violación
sexual). Tomada por Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No
Repetición. 2019.
—Entrevista 057-VI-00008 (excombatiente de las FARC-EP, Frente 32, reclutada, víctima
de violación sexual). Tomada por Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la
Convivencia y la No Repetición. 2019.
—Entrevista 278-VI-00029 (mujer excombatiente, reclutada por el Frente 44 del Bloque
Oriental). Tomada por Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la
No Repetición. 2019.
—Entrevista 070-VI-00072 (mujer, excombatiente del Frente 32 del Bloque Sur). Tomada
por Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición. 2019.
—Entrevista 136-VI-00009 (mujer excombatiente, reclutada por el Bloque Caribe, víctima
de acoso sexual intrafilas). Tomada por Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la
Convivencia y la No Repetición. 2019.
—Entrevista 278-VI-00030 (mujer excombatiente del Frente 40 del Bloque Oriental).
Tomada por Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No
Repetición. 2019.
—Entrevista 138-VI-00003 (mujer excombatiente de la Columna Móvil Gabriel Galvis de
las FARC-EP). Tomada por Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia
y la No Repetición. 2019.

39
—Entrevista 615-PR-00407 (excombatiente. Excomandante de las FARC-EP, Bloque
Occidental). Tomada por Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y
la No Repetición. 2019.
—Entrevista 173-AA-00001 (mujer, excombatiente, enfermera). Tomada por Comisión para
el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición. 2019.
—Entrevista 060-AA-00004 (mujer, excombatiente, enfermera y ecónoma del Frente 14).
Tomada por Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No
Repetición. 2020.
—Estatutos de FARC EP disponibles en http://theirwords.org/media/transfer/doc/estatutos-
34339485fd5d10f2b8c321f1ddca0380.pdf
—Gutiérrez, Francisco y Carranza, Francy. Organizing women for combat: The experience
of the FARC in the Colombian war. J Agrar Change, 2017.
—Informe 119-CI-000738. Women´s Link Worldwide. «Una violencia sin nombre: violencia
reproductiva». Módulo de Captura, Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la
Convivencia y la No Repetición. 2020.
—Informe 086-CI-00801. Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, FARC. «Una
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—Jurisdicción Especial para la Paz. «Versión Voluntaria de Carlos Antonio Lozada». 24 de
septiembre de 2020. Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=voq2JZWXT5c
—Jurisdicción Especial para la Paz. «Comunicado de prensa 121. JEP Continúa poniendo a
disposición del público las versiones voluntarias del Frente 5 de las FARC, Bloque José
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contin%C3%BAa-poniendo-a-disposici%C3%B3n-del-p%C3%BAblico-las-versiones-
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—Pacifista. «Moteles de la Selva: Así era el sexo en la guerrilla». Agosto de 2018.
Disponible en https://pacifista.tv/notas/moteles-de-la-selva-asi-era-el-sexo-en-la-
guerrilla/?fbclid=IwAR3KzS_wYBO60AVYaT5J2rEIKDsj-CrYi51n-
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—Salazar, Mónica y Buitrago, Paola. «Mujeres en FARC: el feminismo insurgente como una
apuesta para la reintegración en Colombia». Revista La 13 (No 11, 2017). Disponible en
http://www.revistala13.com/publicacion-n11/el-feminismo-insurgente.html

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