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Por el Culto a la Cultura

En el Culto dejamos que el Padre-Madre Dios, cultive en nosotros su Espíritu filial,


permitimos que Dios fecunde en nosotros su amor incondicional, para después como
consecuencia cultivar entre nosotros su espíritu fraterno. Dios cultiva en nuestro cuerpo,
inteligencia, emociones y voluntad la certeza de ser hijos siempre y muy amados. Con esta
seguridad afectiva, sin miedos y envidias, por desborde de gratitud y alegría, comenzamos
a tratarnos como hermanos, de modo solidario, tierno y respetuoso.

Del Culto brota la Cultura. Porque hemos sido cultivados por Dios, podemos generar una
cultura, un modo de vivir más humano, fraterno y solidario. De sentirnos amados por Dios
y los hermanos, nos sentimos preparados para aprender a relacionarnos de manera
crítica, creadora, y virtuosa, tanto con la naturaleza como con la sociedad.

Dime a quien le rindes culto y te diré cuál es tu cultura. Los falsos dioses o ídolos de
siempre, como el Poder, el Placer y la Riqueza, contaminan y deshumanizan lo mejor de la
cultura humana. Si le rindes culto al Poder, tu modo de relacionarte con los demás será
autoritaria y dictatorial; si le rindes culto al Placer, tu relación con los otros y las cosas,
será egoísta y hedonista; si le rindes culto a la Riqueza, tu relación con los bienes
materiales será avara, mezquina y consumista. Por el contrario, cuando le rindes culto al
verdadero Dios, Él hace que cultives el poder (social, político, económico etc.) no como un
fin, sino como un medio para servir al Pueblo y a los más vulnerables; Él hace que cultives
el placer (sensual, sexual etc.) como un modo responsable y prudente de vivir el amor; y
por último, Él hace que cultives la riqueza como una forma de generar más justicia y
solidaridad.

Porque soy culto (cultivado en humanidad) no vivo como un depredador de la naturaleza;


sino como un señor responsable de su cuidado; porque soy culto trato a mis semejantes
no como rivales a quienes hay que destruir; sino como hermanos con quienes construyo
la civilización del amor, y porque soy culto no me endioso o idolatro; sino que reconozco
que soy creatura sagrada, hijo de Dios y que dependo ontológicamente de un Padre
Creador, meta y fin de toda civilización y cultura.

El Culto sagrado tiene que convertirse en Cultura, es decir, en un modo consciente,


racional y libre de vincularnos con la naturaleza, los hombres y lo Trascendente (Dios,
Principios, Valores).

La calidad ética de toda cultura se mide por el grado de humanización (valores morales)
que exprese su relación con el mundo, los hombres y lo divino.

Lo ideal es que tu Culto se vuelva Cultura y tu Cultura se vuelva Culto . Lo ideal es que la
oración y los ritos religiosos, no se queden en una experiencia privada o intimista; sino
que tengan consecuencias sociales, políticas, económicas, artísticas, potenciando todo el
quehacer humano (Culto más cultura); y que las grandes realizaciones de la inteligencia y
libertad humana, tanto en el plano científico, tecnológico como artístico (Cultura más
culto) , encuentren su plenitud y perfección, en el reconocimiento de que todo lo bueno
que existe, tiene como fundamento un Dios Creador, que nos ama y que nos ha hecho
partícipes de su amor creador y humanizador, suscitando en la cultura la valoración de lo
sagrado, la religión y lo trascendente.

1. ¿Qué relación hay entre el Culto de la Fe con la Cultura Humana?


2. ¿En qué sentido el culto a Dios potencia el culto al hombre (a lo humano)?

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