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Panel:

El derecho de acceso a la
información, como
un derecho humano

Víctor Muhlia Melo


Ponentes: Guillermo Peña Campuzano
Rc et Ratio 37
38 Rc et Ratio
El derecho de acceso a la información
como un derecho humano
Víctor Muhlia Melo,
Primer Visitador de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de
México
Guillermo Peña Campuzano,
Director General Adjunto de Vinculación con Organismos Públicos de
Derechos Humanos de la CNDH

VÍCTOR MUHLIA MELO

C
omienzo señalando los documentos internacionales principales
que contemplan en beneficio de la persona humana el derecho a
investigar, difundir información y demás.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, textualmente


dice en su artículo 19: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión
y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de
sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones y el de
difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.

De lo anterior se desprende que el derecho a la información es una


facultad esencial de cada persona de atraerse información, es decir, para
ser informada y poder informar.

Sin embargo, esas libertades no han de ser ilimitadas y han de ser


compatibles con los derechos humanos de los terceros, ya que estos deben
tener como fin último proteger y hacer efectiva la dignidad humana.

Por su parte, el artículo 19 del Pacto de Derechos Civiles y Políticos


señala también lo siguiente: “Toda persona tiene derecho a la libertad de

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pensamiento y de expresión. Este derecho comprende la libertad de buscar,
recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideración
de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística
o por cualquier otro procedimiento de su elección”.

El ejercicio del derecho previsto en el párrafo segundo, en el artículo que


precede entraña deberes y responsabilidades especiales, por consiguiente
puede estar sujeto a ciertas restricciones que deberán estar, sin embargo,
expresamente señaladas por la ley y ser necesarias para asegurar el
respeto a los derechos, o la reputación de los demás y a la protección de
la seguridad nacional, el orden público o la salud pública.

Aquí se recogen los preceptos de la Declaración Universal como son:


buscar, decidir y discutir formas, sin embargo, contempla, a diferencia de
la declaración aludida, límites específicos a esa libertad, más aún, define
dichas restricciones puntualizando el derecho que establece a los estados
miembros como obligación para especificar los términos del ejercicio
de ese derecho de acceso a la información y que garantice el respeto a
los derechos de terceros en el ámbito individual, así como la seguridad
nacional y el respeto irrestricto del orden público en lo que se refiere al
mantenimiento del estado de derecho.

Por otra parte, la Comisión Americana de los Derechos Humanos conocida


también como Pacto de San José de Costa Rica del 22 de noviembre de
1969, contempla en su artículo 13, referente a la libertad de pensamiento
y expresión lo siguiente: “Toda persona tiene derecho a la libertad de
pensamiento y expresión, este derecho comprende la libertad de buscar
y recibir”. Ratifica, en términos generales, lo mismo que la Declaración
Universal y el Pacto de Derechos Civiles y Políticos con un agregado
que me permito señalar: “No se puede restringir el derecho de expresión
por vías o medios indirectos, tales como el abuso de controles oficiales o
particulares para periódicos, de frecuencias radioeléctricas, de enseres y
aparatos usados en la difusión, de información o por cualquier otro medio
encaminado a impedir la comunicación y la circulación de ideas”.

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Finalmente, la Declaración Sobre los Principios Fundamentales, relativos
a la contribución de los medios de comunicación a la que me he referido
señala: “El ejercicio de la libertad de opinión, de la libertad de expresión y
la libertad de información, reconocida como parte integral de los derechos
humanos y las libertades fundamentales, constituye un factor esencial de
fortalecimiento de la paz y de la comprensión internacional”.

Este artículo se diferencia de los anteriores en tanto que se enfoca,


específicamente, al ejercicio de la comunicación.

En nuestro país, se encuentra consagrado en el artículo 6° de la Carta


Magna, que a la letra señala: “La manifestación de las ideas no será objeto
de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que
ataque a la moral, los derechos de terceros, provoque un delito o perturbe
el orden público, el derecho de réplica será ejercido en los términos
dispuestos por la ley. El derecho a la información será garantizado por el
Estado”. Para el ejercicio del derecho a la información la federación, los
estados y el Distrito Federal en el ámbito de sus competencias se regirán
por los siguientes principios y bases:

“Toda información en posesión de cualquier autoridad, entidad, órgano y


organismo estatal, federal y municipal es pública. Sólo podrá ser reservada
temporalmente por razones de interés público, en los términos que fijen las
leyes. En la interpretación de este derecho deberá prevalecer el principio
de máxima publicidad. La información que se refiere a la vida privada y
los datos personales será protegida en los términos y con las excepciones
que fijen las leyes”.

“Toda persona sin necesidad de acreditar interés alguno o justificar su


utilización tendrá acceso gratuito a la información pública, a sus datos
personales o la rectificación de estos. Se establecerán mecanismos de
acceso a la información y procedimiento de revisión expeditos”.

“Estos procedimientos se substanciarán en el órgano u organismos


especializados e imparciales y con autonomía operativa de gestión y de

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decisión. Los sujetos obligados deberán preservar sus documentos en
archivos administrativos, actualizados y publicarán, a través de los medios
electrónicos disponibles, la información completa y actualizada sobre sus
indicadores de gestión y el ejercicio de los recursos públicos”.

“Las leyes determinarán la manera en que los sujetos obligados deberán


hacer pública la información relativa a los recursos públicos que entreguen
a personas físicas y morales”.

“De ahí que la inobservancia a las disposiciones en materia de información


pública será sancionada en los términos que dispongan las leyes”.

La Constitución Política del Estado Libre y Soberano de México, en su


artículo 5°, también dice que en el Estado de México todos los individuos son
iguales. Habla sobre la igualdad, sobre los principios que deben prevalecer
para evitar o para no privilegiar la discriminación y particularmente sobre el
tema que nos ocupa, es decir, el derecho a la información será garantizado
por el Estado.

“La ley establecerá las previsiones que permitan asegurar la protección, el


respeto y la difusión de este derecho. Los poderes públicos y los órganos
autónomos transparentarán sus acciones, garantizarán el acceso a la
información pública y protegerán los datos personales en los términos que
señala la ley”.

Así también, en el año 2002 se expidió la Ley Federal de Transparencia y


Acceso a la Información Pública Gubernamental. En el Estado de México,
en el año 2004 se expidió la Ley de Transparencia y Acceso a la Información
Pública del Estado de México.

El derecho a la investigación, recepción y difusión de la información


como un derecho humano es una demanda necesaria que permite la
participación ciudadana y la debida protección de sus derechos dado
que, sin información apropiada, objetiva, oportuna y veraz la sociedad no
estaría en condiciones acordes para participar en la toma de decisiones

42 Rc et Ratio
públicas, por lo que es importante comenzar anexando algunos conceptos
que se han emitido a efecto de construir uno propio y poder precisar el
contenido y alcance en beneficio del individuo y la sociedad.

Para el doctor Ernesto Villanueva, el derecho a la información es


considerado actualmente como una rama del derecho público que estudia
las normas jurídicas que regulan las relaciones entre Estado, medios y
sociedad, además de los alcances y límites del ejercicio de las libertades
de expresión y de información y del derecho a la información a través de
cualquier medio.

Para el maestro Rolando Barrera Zapata el derecho de acceso a la


información debe ser entendido como una garantía de una persona para
saber, informarse de los asuntos gubernamentales de cualquier índole,
respetándose las excepciones que demandan el interés general y la
privacidad de terceros, lo que se traduce en la posibilidad de solicitar
los documentos, registros, expedientes y demás en los que se consigne
la actuación, programas, políticas y resultados de la gestión pública
gubernamental.

El derecho a la información presupone un entendimiento a la democracia,


como un proceso que no se acaba en lo electoral sino que se extiende a la
vida pública en la que el ciudadano tiene el derecho, la garantía de estar
informado de cómo se manejan los asuntos públicos.

En mi modesto criterio, puedo decir que el derecho a la información es


el privilegio de una libertad universal, indivisible e interdependiente que
tiene toda persona sin distinción de ninguna naturaleza para investigar,
recibir y difundir la información pública proveniente del estado, de sus
dependencias, organismos paraestatales y autónomos, así como de todo
sujeto que ejerza gasto gubernamental con respeto a las excepciones.

Recogemos al respecto la frase célebre de Voltaire: “Discrepo de tus ideas,


pero arriesgaría mi vida y libertad por defender el derecho que tienes para
expresarlo”.

Rc et Ratio 43
Por eso el derecho a la información comprende tres facultades relacionadas
entre sí: la libertad de investigar o buscar información, nadie en el estado,
ninguno puede coartar esa libertad. La libertad de recibir información
porque la información es pública y pertenece a todos, debe ser entregada
por los sujetos obligados sin cortapisa alguna. Y tercero, la libertad de
difundir informaciones y opiniones por cualquier medio ya sea de manera
escrita, oral, de forma impresa, artística, digitalizada o por cualquier otro
procedimiento.

En ese sentido tal derecho incluye las libertades tradicionales de expresión,


de imprenta, pero es más amplio debido a que se extiende la protección
no sólo a la investigación, recepción y difusión de la información sino que
implica también la rendición de cuentas del estado hacia sus gobernados.
De la aplicación de los recursos públicos y de la transparencia de su
actuación.

El derecho a la información se configura bajo una relación jurídica directa


de gobernantes y gobernados, como lo afirma el maestro Ignacio Burgoa,
en una dimensión de supra a subordinación en la que el titular o sujeto
activo del derecho lo es al individuo. Esto es: que a él le corresponde la
facultad de ejercer el derecho a la información y por otra parte, el derecho
pasivo de la relación lo constituye el Estado y todos los órganos de éste
que ejerzan el gasto público, quienes se encuentran obligados a respetar
ese derecho a la información pública, no sólo con una actitud pasiva, sino
que indica una relación positiva de hacer esto, con objeto de dar acceso y
garantizar que cualquier persona pueda investigar, buscar información en
archivos, registros o documentos debidamente ordenados, sistematizados
y actualizados, dando de oficio la información que transparente su
actuación sin necesidad de petición alguna, con la que rinde cuentas
de los recursos públicos que ejerce en relación con sus atribuciones de
entregar la información solicitada por el titular de la relación jurídica, con
la excepción de la información que comprometa la seguridad del propio
Estado o que impliquen el respeto de los derechos y dignidad de terceros a
efecto de que libremente también la persona pueda difundir la información
por cualquier medio.

44 Rc et Ratio
En consecuencia, la persona ejerce este derecho frente al Estado, sus
dependencias, entidades, organismos, incluso los autónomos, que no le
pueden impedir la libertad. En caso de una violación por parte del Estado el
individuo tiene la facultad específica de acudir a la protección jurisdiccional.
En el caso del derecho mexicano se tramita el juicio de amparo como
medio genérico de protección de los derechos humanitarios consagrados
en la parte dogmática de nuestra Constitución.

El derecho a la información rompe con la secrecía como esencia del poder.


El secreto siempre fue considerado como recurso de poder. A lo largo de
la historia llegó a ser la esencia del arte de gobernar.

Uno de los capítulos “De la razón de Estado” versaba sobre las formas
y justificaciones del silencio. La expresión “Arkana Imperi”, secretos del
poder, que hoy suena siniestra, se remonta a Tácito quien narró al inicio
de sus historias una colección abundante de ejemplos de desventura atroz
por los conflictos, dramática por las agresiones.

Por su parte Norberto Bobbio sostiene que aquellos que consideran que el
secreto es necesario para el ejercicio del poder, son en esencia partidarios
de los gobiernos autocráticos. Ejemplo de lo anterior es una de las razones
por las que Hobbes abunda que la monarquía es superior a la democracia
y que es principalmente la mayor garantía de la seguridad, toda vez que
las deliberaciones de las grandes asambleas tienen el inconveniente de
que las decisiones del gobierno en la que casi siempre importa muchísimo
guardar el secreto, son conocidas por los enemigos antes de haber podido
ejecutarse.

Corresponde al mejor cálculo, según lo señala el filósofo Norberto Bobbio,


la identificada concepción del individuo en relación a los asuntos públicos.
Es decir, rescatar de la minoría de edad en que se ubica al hombre en
capacidad, que atribuye a los integrantes del pueblo cuando sentencia
a manera de admisión, en detrimento de la participación de los asuntos
públicos, ya que el príncipe sólo hacía partícipes a los intelectuales para
tratar los asuntos del reino y Kant otorga a los ciudadanos la posibilidad de

Rc et Ratio 45
pensar, opinar y decidir, por sí mismos en los asuntos del propio Estado.

De acuerdo con lo anterior, como apunta Kant, las acciones inherentes al


derecho de otros hombres cuya máxima no es compatible con la publicidad
son injustas. Así las cosas, para el hombre que sale de la menoria de
edad, el poder no debe tener secretos para el ciudadano que ha adquirido
mayoría de edad, ya que para poder hacer uso de la razón a menester que
tenga conocimientos de los asuntos del Estado.

Para que eso sea posible, el poder debe actuar en público, de manera
transparente, sin guardar información alguna que, en esencia, pertenece
a los gobernados, en quienes se dice, radica la soberanía.

De esta forma cae una de las razones del secreto del Estado: la ignorancia
del pueblo y surge el derecho a la información, así como el acceso a la
misma, en la que el Estado está obligado a transparentar la utilización de
los fondos y justificar su actuación con el ejercicio de aquellos, rindiendo
con ello cuentas al pueblo y permitiendo su escrutinio y evaluación con el
objeto de que la persona debidamente informada pueda decidir.

Señala el doctor Ernesto Villanueva que hoy en día este derecho se


encuentra regulado en 68 países y que varía de latitud a latitud, no obstante,
solo en 64 se contempla con rango de ley.

Asevera que los principios democráticos limitadores del derecho de


acceso a la información nos permiten evaluar la posibilidad que tiene el
gobernado de alcanzar plenamente el derecho de acceso a la información
pública. Esto es, en la medida en que las leyes de acceso a la información
tengan un mayor número de indicadores o de contenidos normativos, en
esa medida el gobernado podrá acceder a la información pública.

Determina como contenidos normativos los siguientes: los sujetos


obligados, las definiciones, la interpretación que se debe dar a la Ley,
información de oficio, cultura de la transparencia, límites al derecho de
acceso a la información, órgano garante, vías de impugnación, ámbito

46 Rc et Ratio
temporal, versiones públicas, máxima publicidad, principio de prueba de
daño, gratuidad de la información, periodo de reserva, forma de solicitud
de acceso a la información, afirmativa ficta y formas de control de la Ley.

Los sujetos obligados. En principio todo sujeto que ejerza gasto público
tendrá la obligación de rendir cuentas en cuanto al uso que hace de los
recursos. Entre más sujetos queden determinados, la Ley será más eficaz.
Sobre todo al momento de obligarlo a publicar la información de oficio. Y
describe ¿quién es el sujeto activo? Debe entenderse aquella persona
que puede hacer uso de este derecho. Existen legislaciones regionalistas
y otras en las que permite que cualquier persona sin importar su lugar de
residencia pueda ejercer este derecho.

El sujeto pasivo, desde luego, es toda persona que ejerce gasto público
sin importar que sea de derecho público o de derecho privado y tendrá
obligación de rendir cuentas en cuanto al uso y destino de esos recursos.

En cuanto a la interpretación, es otro de los indicadores en el que se


deben manejar tres aspectos importantes para hacerlo efectivo: el uso de
los tratados y convenios internacionales como referentes de perfección.
Segundo, la facultad del órgano garante de interpretar la ley en el ámbito
de su observancia para que tenga plena vigencia en el sistema político.
Y tercero: en la interpretación de la ley, favorecer el principio de máxima
publicidad ante los sujetos obligados.

La información de oficio. Bajo el principio de máxima publicidad existe


información que es de interés general para todas las personas, sin embargo,
dicho principio termina, como efecto secundario, en la transparencia
y el acceso a la información pública. Así, el legislador debe establecer
información cuyo acceso no dependa de una solicitud de información.

Destaco la necesidad de una cultura de la transparencia como elemento


de la aceptación por parte del poder del acceso a la información, sobre
todo en las legislaciones más recientes, es importante establecer dentro
de su contenido un apartado en el que se establezcan instrumentos de

Rc et Ratio 47
difusión y generación de una cultura de la transparencia.

Lo mismo ocurre con los límites del derecho a la información. No toda


información que esté en posesión de los sujetos obligados es pública,
tiene límites, por ello se divide en información confidencial y reservada.

Se privilegia el principio de máxima publicidad, también se establecen


los principios de la prueba de daño, gratuidad de la información, periodo
de reserva, solicitudes de acceso a la información, tiempo de respuesta,
órgano garante, que es muy importante.

Ahora que viene la propuesta de reforma, con autonomía para el ITAIPEM,


no sólo de gestión, también presupuestaria, es una buena señal. La
afirmativa ficta, que cuando no se da respuesta se tenga por concedido
el otorgamiento de la información. Y las formas de control. Si no hay una
sanción a quien incumpla con la Ley de Transparencia, que sea sancionada
su conducta.

Y podría concluir diciendo, hay grandes retos para lograr una cultura de la
aplicación de la Ley que contempla el derecho a la información. Diría que
debemos estar convencidos y reconocer que el derecho a la información
es un derecho humano con el contenido y las características secundadas
en este trabajo, es decir, debe ser universal.

Es indivisible porque no podemos darlo en partes y es interdependiente,


es decir, sin éste y otros derechos no puede existir vida plena del ser
humano.

Debemos tomar conciencia de que no basta que el derecho a la información


se encuentre debidamente consagrado en el orden jurídico mexicano, sino
que es necesario que se encuentre, también, en el poder público, como
en la sociedad, debidamente instaurado, consolidado y desarrollado con
el objetivo de promover, estimular y ejercer el derecho a saber, qué hacen
los gobiernos, para qué lo hacen, cómo y con qué lo hacen y cuáles son
los resultados.

48 Rc et Ratio
Consecuentemente se propone promover una amplia difusión de la cultura
de la transparencia y el acceso a la información pública.

Finalmente me atrevo a decir que el derecho a la información es uno de


los pilares fundamentales del desarrollo de una sociedad humana.

GUILLERMO PEÑA CAMPUZANO

Quiero hacer patente la preocupación por un tema actual. Este tipo de


ejercicios que tienen a bien organizar tanto la Comisión de Derechos
Humanos como el Instituto de Transparencia y Acceso a la Información
Pública del Estado de México, da un realce a la divulgación de los derechos
humanos como tales.

El tema del acceso a la información busca consolidar ciertas limitantes de


la autoridad. Nosotros como Comisión Nacional de los Derechos Humanos
estamos para defender esa parte.

Celebro el desarrollo de esta Tercera Semana de Transparencia y que se


haya incluido el tema de este panel “El derecho de acceso a la información
como derecho humano”.

Me permití utilizar una frase que me llamó muchísimo la atención: “Conoce


la verdad y la verdad os hará libre” palabras del evangelio de San Juan.
Independientemente de que es un evangelio y de épocas remotas, ya se
mencionaba algo así, están inscritas, grabadas, también en el edificio de
la CIA, en Washington. Creo que tenemos que partir desde un punto de
vista histórico. Saber la verdad es todo un derecho implícito dentro de la
propia persona.

Quisiera hablar un poquito de la evolución de los derechos humanos,


entendiendo esto como tres generaciones. La primera generación surge
con la Revolución Francesa en contra del absolutismo del monarca y se
integra por los derechos civiles y políticos que imponen al Estado los
derechos fundamentales: libertad, igualdad y fraternidad.

Rc et Ratio 49
La segunda generación son los derechos colectivos, de índole social,
económico y cultural. Surgen como resultado de la Revolución Industrial y
se consagran por primera vez en el mundo en otra constitución.

Y la tercera generación fue promovida a partir de los años setenta para


incentivar el progreso social y elevar la vida de todos los pueblos.

Todos los derechos deben observarse desde la óptica de la universalidad,


indivisibilidad e interdependencia en beneficio de la persona.

El reconocimiento de los derechos humanos en la legislación de las


naciones no es un otorgamiento, si no una medida para proteger y difundir
su ejercicio.

Los derechos son connaturales a la persona, pues amplía la esfera de


protección del ciudadano en la relación de subordinación ante el poder
público. Como los llamaba atinadamente el doctor, serían limitados estos
derechos.

La codificación de los derechos se presenta en la medida que se necesitan


mecanismos para enfrentar una problemática social ante su violación.

¿A qué aspiramos en la evolución de los derechos humanos? A entender


al Estado como la reunión de una población asentada en un territorio,
organizada por un gobierno, el cual es regido por un orden jurídico, en
consecución del bien común. A defender y proteger a la persona. A tener
una vida digna. A que el Estado genere las condiciones idóneas para el
desarrollo y autorrealización de la persona. A frenar las prácticas abusivas
de los servidores públicos en el ámbito de sus funciones. A tener una
ciudadanía cada vez más fuerte y madura en el ámbito del conocimiento y
goce de sus derechos frente a la autoridad.

¿Qué entendemos por derecho a la información? Esta es la rama del


derecho público que tiene por objeto el estudio de normas jurídicas que
regulan las relaciones entre el gobierno y la sociedad, así como los

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alcances y límites de la libertad de expresión e información, el cual se
configura como la extensión de los derechos fundamentales de libertad de
expresión, imprenta y petición.

Se considera como un derecho de grupo o género, o sea, de los ciudadanos.


La Suprema Corte de Justicia de la Nación lo ha reconocido como un
derecho individual del ciudadano frente al gobierno.

Es el fundamento crucial para el desarrollo de una sociedad democrática.


Este es el punto toral de este derecho humano a la información. Crea las
condiciones de salvaguardar y garantizar el Estado democrático, esto es,
que todos conozcamos lo que hace el gobierno en su actuar, tenemos
derecho a saber en qué gasta, cómo, cuándo y dónde.

Como lo comentaba el licenciado Muhlia, existen entre 65 y 68 países


que ya cuentan con mecanismos de transparencia, de estos, 53 se han
promulgado en los últimos 10 años.

Dentro de los tratados internacionales, como lo comentó también el


licenciado Muhlia, hablábamos de la Declaración Americana de los
Derechos y Deberes del Hombre, del 48, de la Declaración Universal
de los Derechos Humanos, del Pacto Internacional de Derechos Civiles
y Políticos, del 66 y de la Convención Interamericana sobre Derechos
Humanos, en todos ellos se ve plasmado que toda persona tienen derecho
a la libertad de expresión, este derecho comprende la libertad de explicar,
recibir y difundir ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya
sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística o por cualquier
otro procedimiento de elección. Con esto de alguna forma enriquecemos
y fortalecemos el acceso a la información que tenemos como derecho
humano.

Quiero hacer mucho hincapié en esa parte porque el desconocimiento


existe en la población sobre a quién acudir, dónde, cómo. Esa de alguna
manera es una labor sustantiva que la Comisión tiene que estar haciendo
constantemente y que es una tarea nuestra, de ustedes, conocer y que

Rc et Ratio 51
ustedes quieran conocerlo. Abrirnos a ese espectro de lo que tenemos
derecho a saber, a lo que tenemos derecho a conocer es algo que tenemos
que hacer valer.

Dentro de las mismas convenciones internacionales, ya lo mencionábamos,


está la Conferencia Intergubernamental sobre Políticas de Comunicación,
de San José de Costa Rica, la Declaración del Principio sobre el Derecho
a la Información, de 1982, la Declaración de Nuevo León, México.

Todos los tratados, pactos, convenciones y/o declaraciones que ha


firmado y ratificado el Estado mexicano se consideran Ley Suprema de
la Unión en observancia de la jerarquía de ley expuesta en el artículo 133
constitucional.

La importancia de la transparencia en México; recae en que el Estado


mexicano ha venido transitando en un proceso de reestructuración y de
reforma en búsqueda de satisfacer las necesidades que la pluralidad de la
sociedad le exige.

El espíritu democratizador de finales de los años 90, dotó al estado de


nuevas instituciones, organismos y/o entidades que buscan servir de
una mejor manera a la sociedad desde las instituciones, como lo son los
Organismos Constitucionales Autónomos (IFE, BANXICO, CNDH).

En una segunda etapa, se llevó a cabo la reforma al Poder Judicial de la


Federación.

Y podemos observar la creación del Instituto Federal de Acceso a la


Información (IFAI) como una tercera etapa de esta reestructuración
encaminada a elaborar un sistema de pesos y contrapesos a lo que
Thomas Hobbes denominó “El Leviatán”, ya que la rendición de cuentas
es la capacidad de las instituciones para hacerse responsables de sus
actos y decisiones.

En cuanto a los antecedentes del acceso a la información en México,

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conocemos la Constitución de 1857, ya preveía la protección a la libertad
de expresión. En la Constitución de 1917, al incluir los derechos sociales,
mantiene la protección de la libertad de expresión, aunados al de petición
e imprenta.

En 1977 se reforma el artículo 6º para incluir que el derecho a la información


será garantizado por el Estado. Esto es obviamente, en tanto está limitada
por el propio Estado esta garantía.

En 2002, se reforma nuevamente dicho artículo para dotar de un mecanismo


para el ejercicio del derecho de acceso a la información. Ese mismo año se
publica la Ley Federal de Acceso a la Información Pública Gubernamental
(LFAIPG) y se crea el Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI),
en el 2004 fue cuando se crea aquí, en el propio Estado de México.

Es el vehículo jurídico para materializar y hacer exigibles los artículos 6º y


8º de nuestra Carta Magna que consagran como garantías individuales el
derecho de información y el de petición.

Todo individuo podrá dirigirse de manera respetuosa a la autoridad, sin


que se encuentre limitado en cuanto a la materia de la solicitud o a su
nacionalidad.

La autoridad queda obligada, entonces, en todo supuesto a responder


al particular, esto hace transparente el principio de legalidad. Es un
mecanismo para obtener seguridad y garantía en el respeto a los derechos
de los particulares.

Principios que observa la Ley de Transparencia: Sencillez y rapidez en los


trámites, transparencia de gestión pública, protección de la información
que contenga datos personales, favorecer la rendición de cuentas, mejorar
la organización, clasificación y manejo de los documentos, contribuir a la
democratización de la sociedad mexicana y la plena vigencia del Estado
de Derecho, la generalidad de la observancia para los servidores públicos
federales, la preeminencia del principio de publicidad, la preeminencia de

Rc et Ratio 53
las garantías individuales sobre el interés público.

La Ley de Transparencia da la seguridad jurídica al ciudadano frente a


la actuación del gobierno, ajustando su gestión a la legalidad, fomenta el
escrutinio activo y el monitoreo de los ciudadanos para con sus gobernantes,
democratiza espacios públicos y gubernamentales al transparentarlos y es
necesario para la formación de la opinión y la construcción de un debate
informado, fomenta la transparencia en la gestión del Estado, mejorando
la calidad de sus instituciones, el acceso a la información fortalece la
relación de confianza entre gobierno y gobernados, en beneficio del tejido
social, en beneficio de todos nosotros. Pone a disposición del ciudadano
información que le sirva para ejercer sus derechos políticos y que mejore
su calidad de vida.

¿Qué relación existe entre el bien común y la transparencia gubernamental?


Obviamente, como lo hemos comentado, el Estado más transparente
será por consecuencia más eficiente; combate la corrupción, la cual
distrae recursos públicos de obras que generan bien común; promueve el
fortalecimiento del tejido social; orienta las políticas públicas a actividades
productivas como la generación de empleos y el ahorro tanto privado
como público; involucra al ciudadano en la cosa pública, conociendo las
gestiones en el mandato de los servidores públicos; exhibe prácticas de
opacidad del gobierno que vulnera al tejido social (este es uno de los
puntos importantes de este propio derecho, que de alguna u otra forma
rompemos con esa secresía); dota al ciudadano de herramientas para
exigir a la administración pública el cumplimiento cabal de sus funciones,
etc.

¿Por qué considerarlo como un derecho humano? El derecho a la libertad


de expresión, petición y acceso a la información nace de la necesidad
de reglamentar y organizar el ejercicio de un derecho intrínseco a la
persona.

Este derecho fundamental aminora la desigualdad entre funcionarios


y ciudadanos, empodera al ciudadano y limita la discrecionalidad del

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gobierno; la opacidad agrede y violenta la convivencia social, pues se
vulnera la igualdad, legalidad y solidaridad del Estado, pero además este
derecho es un mecanismo de control y contrapeso a las facultades; más
allá de la ley de los funcionarios públicos, lleva ante la opinión pública
hechos y distracciones ilegales de la actuación de servidores públicos que
antes eran desconocidos y que generaban bienes particulares en lugar del
bien común.

Elementos del derecho de acceso a la información como garantía del


ciudadano: Fundamental para la salvaguarda de otros derechos, es un
derecho de todos, sin distinción de nacionalidad, raza, sexo. El acceso
a la información es la regla y el secreto la excepción. Por ser un derecho
ciudadano frente a todos los organismos o entidades públicas financiadas
con recursos públicos, debe ser simple, gratuito, económico y libre. La
denegación de este derecho debe estar fundada y motivada en ley, sin
discrecionalidades; en jerarquía de importancia, prevalece el interés
público sobre la reserva de la información. La reserva de la información
por parte del gobierno debe ser apelable ante autoridad competente.

El proceso cultural y educativo que permite dar a conocer un derecho


como el de acceso a la información es el eje toral, por eso el ejercicio que
se ha desarrollado a lo largo de esta semana de transparencia fortalece el
Estado democrático.

Conocer, saber qué hacen los gobernantes, los que elegimos con nuestro
voto, a los que les pagamos con nuestros impuestos, saber qué hacen con
nuestro dinero, ese realmente es el derecho que nosotros tenemos.

Por eso es necesario modificar la percepción de ser un simple “habitante”


de una sociedad a convertirse en “ciudadano” con derechos y obligaciones
que deben ser ejercidas; hacer eficientes los recursos y las políticas
públicas para que lleguen a más comunidades y se genere conciencia en
la población.

Un derecho de esta naturaleza exhibe las prácticas de simulación, engaño,

Rc et Ratio 55
corrupción y demás prácticas que aún se dan en el gobierno en perjuicio
de la sociedad, como algo deleznable.

Es un hecho que al tener una mejor sociedad, se logrará tener un mejor


gobierno que cumpla con el mandato legal de crear desarrollo y medios
idóneos para la autorrealización de los ciudadanos, es decir, cumplir con
los postulados de lo que fue el contrato social y la razón que dio origen al
Estado nacional.

La exigibilidad del acceso a la información pública gubernamental es


una ventana al quehacer de los funcionarios para con la sociedad civil y
representa un freno a la arbitrariedad en las acciones dentro de las oficinas
del gobierno, forma parte de un sistema de rendición de cuentas, crea
confianza entre los ciudadanos y su gobierno.

Nuevamente reiteramos: fortalece al tejido social que reditúa a una mejor


convivencia social y pone limite a las acciones discrecionales que atentan
contra el sistema republicano de gobierno.

En conclusión, la finalidad del Estado es brindar a los ciudadanos el bien


común, para su pleno e integral desarrollo, mientras que el derecho de
acceso a la información, entendiéndolo como un derecho humano, hace
exigibles las garantías individuales que reconoce nuestra Constitución; es
un medio para acceder a la igualdad entre gobernantes y gobernados;
eficienta los recursos públicos y evita su distracción y uso para fines de
índole personal o partidaria; dota al ciudadano de herramientas para
frenar las actuaciones de opacidad y, en su caso, exhibe el mal manejo
de recursos públicos; debe defenderse como una conquista social, que
frena la arbitrariedad de los funcionarios públicos en aras de consolidar un
mejor gobierno que cumpla con su verdadera finalidad.

56 Rc et Ratio

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