Lloyd Jones - de Lo Profundo

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v y w WV Wl B,.yst” - ty De lo profundo i Una exposicion del Salmo 51 y ] ] D. Martyn Lloyd-Jones “ay : EDITORIAL Gy PEREGRINO 4 EEE a dd a de Prefacio 1, La confesion del pecador 2. La impotencia del pecador 3. La principal necesidad del pecador 4. Liberacién y nueva vida indice 32 54 76 De lo profundo Publicado por Editorial Peregrino, 5.L Apartado 19 13350 Moral de Calatrava (Ciudad Real) Espafia Copyright © 1987 por Bethan Lloyd-Jones Publicado por primera vez por Evargelical Press of Wales en 1987 bajo el titulo Out of the Depths Primera edicién en espafiol: 2004 Copyright © por Editorial Peregrino, S.L. 2004 para la version espaiiola Traduccién: David Canovas Williams Revision: Elena Flores Sanz Disefio de la portada: José Antonio Julia Moreno Las citas biblicas estan tomadas de la Version Reina-Valera 1960 cas Unidas, excepto cuando se cite otra © Sociedades Bit LBLA = La Biblia de las Américas © The Lockman Foundation ISBN: 84-86589-78-9 Depésito legal: 8 39.118 - 2004 Impreso en Espafa en los talleres de Tesys Industria Grafica, S.A. Passeig del Comerg, 122 — 08203 Sabadell (Barcelona) Printed in Spain s para mi un privilegio presentar este libro. Fer de una serie de sermones vespertinos sobre el Salmo 51 predicados en Westminster. Chapel los domingos de octubre de 1949. Esta no es la primera recopilacién de los sermones § de mi marido sobre el Antiguo Testamento, y espero | sinceramente que no sea Ja iiltima. En lo que a mi? | concierne, evocan algunas maravillosas noches de \ domingo que se remontan ya a muchos afios atras, Vez | Nunca leo Lucas 24:44-45 sin desear haber forma: | do parte de aquella maravillosa congregacién para 1 | escuchar a nuestro Sefior mismo mostrar a sus disci Condicwe | pulos el Evangelio del Antiguo Testamento. Pero El Yrs mostré el camino, y el Espiritu Santo siempre utiliza ra sus siervos para ensefiarnos. Deseo que Dios utilice este libro para el enriqueci- miento de las almas y para su gloria. la Santtod Dios, hae Va BETHAN ae in - Sueeraue oe ios a Legis pede | 2 [f) + Raowamene | fem dew Pm nme (> Semeane, f ca) Sntidad ae Yas De lo profundo 9 ic Capitulo 1 La confesién s del pecador Ag] < 3 . B< : ! ) ‘onforme a la multitud de tus piedades borra mis | ob? rebeliones. 1% ‘ a ; Lavame mds y mas de mi maldad, Y limpiame de mi pecado, Condiala | Porque yo recono:co/mis rebeliones, = Jnuenona Y mi pecado esta siempre delante de mi. ‘ontra ti,/contra ti/solo he pecado, < Y he hecho lo malo delante-de tus ojos; J j misericordia; ie f piedad de mi, oh Dios, conforme a tu } nd ARAARARBAAA «a Para que seas reconocido justo en tu palabra, Santiad & ¥ tenido por puro en tu juicio. | < oy. hace He agus, en matdad he sido formado,/). > « Nios , ¥ en pecado me concibis mi madre. : ae (Salmo 51:15 ae « ain ay un consenso generalizado en cuanto a que el Salmo 51 es probablemente la decfil racién clasica del Antiguo Testamento calf respecto a la cuestién del arrepentimient Ciertamente, en un sentido se puede decir que quite sea la declaraci6n clasica de toda la Biblia con resp. to a esta cuestion del arrepentimiento. Es el refle; del tormento del alma de David, el rey de Israel, tras" haber cometido un pecado particularmente mezqu(l - 10 De lo profundo La confesion del pecador no. Una pequefia nota en dice: “Al miisico brinéipal, Pues que se legs a Betsabé, otras palabras, en un sei este salmo ni su ensefiai | Salmo de David, cuando des- vino a él Natén el profeta”. En ntido no podemos entender inza de forma plena a menos gue tengamos en cuenta el trasfondo que condujo a él. Es una historia muy desagradable. No obstante, Alebo recordartela, puesto que la vida puede ser muy’ desagradable. Por desgracia, todos somos capaces de hacer cosas desagradables. La historia es en esencia la siguiente. David era el rey de Israel y en aquel momento en concreto de su reinado sus ejércitos estaban en guerra. El propio David no se encontraba con su ¢jército, se habia quedado en Jerusalén, Se nos dice que resulta que un dia estaba sentado en la azotea de su palacio con la mirada perdida en la dis- tancia cuando, de forma aparentemente accidental, vio a una mujer muy hermosa. Esta mujer era la espo- sa de un hombre que estaba luchando con el ejército de David contra el enemigo. David, tras mirar y encontrar a la mujer’ de su agrado, la codicié y orde- né que Ia Ilevaran a él. Se la Illevaron y cometié adul- terio con ella. La mancill6. Entonces, a fin de encu- brir su pecado, envié a Joab, su comandante, el men- saje de que trajera de vuelta a Urias, el heteo, el mari- do de la mujer. Este regresé y se entrevisté con el rey. Después de esto, el rey le despidié y le pidié que se marchara a su casa. De lo profundo 11 a « « « Capitulo 1 Sin embargo, era un hombre de honor y no volvié a su hogar con su mujer. Crey6 que no debia hacer tal cosa cuando los ejércitos del rey se estaban batiendo en el campo de batalla y quizé el destino de Israel se encontraba en peligro. Dijo: “Yo no haré tal cosa”, y durmié junto a las puertas. El rey supo de esto y emborrach6 al pobre hombre con la intencién de que se marchara a su casa. Pero Urias volvié a negar- se. David escribié, pues, una carta a Joab y se la envié por medio de Urias. Venia a decir: “Quiero deshacer- me de este hombre; tienes que dejarle de un modo u otro en primera linea de batalla”. Joab cumplié la orden. Dispuso que se Illevara a Urias, el heteo y algu- nos otros al frente de batalla donde se encontraban los hombres mas aguerridos del ejército contrario. El pobre Urias cay6 muerto. As{, David obtuvo lo que queria y tomé a Betsabé, la mujer de Urias, como una de sus esposas. Todo parecia ir perfectamente bien. “Mas esto que David habia hecho, fue desagradable ante los ojos de Jehova” (2 Samuel 11:27). Comoquiera que sea, David siguié contento hasta que Dios le envié a Natan el profeta. Natan dijo al rey: “Tengo algo muy triste que contarte. Habia dos hombres en tu reino, uno era un hombre muy acau- dalado y tenia grandes rebaiios y muchas ovejas y bueyes, el otro era un hombre muy pobre que solo tenia una corderita. Era como una especie de masco- ta para él, Pero sucedié que, cuando alguien visit6 al hombre rico, en lugar de matar este una de sus pro- 12. De lo profundo pias ovejas, tomé la del hombre pobre, la maté y la preparé para su huésped. El pobre duefio qued6 des trozado”. David se airé y declaré: “Es preciso castigar de inmediato al que hizo algo tan ruin”, Natan le interrumpié y le dijo: “Til eres aquel hombre", indi- candole que acababa de contarle una parabola para recordarle y sefialarle lo que él mismo habia hecho en el caso de Urfas, el heteo. Ese es el trasfondo. De pronto, David lo ve y le invade una sensacion de vergiienza y horror, y es en ese estado como escri- bi6 este Salmo 51. Ahora bien, espero estudiar este salmo contigo porque centra nuestra atencién de manera muy grdfica y vivida en algunas de las verda- des y algunos de los hechos basicos con respecto a nuestra vida en este mundo. Esta especialmente rela- cionado con la gran cuestién de nuestra salvaci6n. Segiin la Biblia, forzosamente debemos dar ciertos pasos antes de poder conocer la salvacién de Dios en Jesucristo. Vamos a la iglesia cada domingo porque nos preocupa Ja propagacién del Evangelio de nues- tro Sefior Jesucristo. La tinica razén que tengo para estar en el pilpito es que creo que este Libro contie- ne el camino de la salvacién de Dios para el género humano. Es lo tinico que necesita el mundo hoy dia. Es la respuesta a las necesidades del hombre y, sin embargo, los hombres y las mujeres hacen caso omiso de é1y lo ridiculizan, Hay muchos a quienes les inte- resa y que, sin embargo, no han experimentado su poder y su gracia salvadora. Por qué? Bien, simple- De lo profundo 13 oe a A Tun manta +t imo wy en welds of angpettioiond ; pect vy pw Om Qs ech. mente dira que no han comprendido que es preciso que sucedan ciertas cosas antes de que un hombre pueda experimentar la gran salvacién que se puede encontrar en este Evangelio: Hay ciertas cosas quel debemos comprender, que debemos asimilar, y la pring mera de ellas es el arrepentimiento. Ese es el motivo de que comencemos con este salmo; debemos tener clara toda la cuestién del arrepentimiento. «< Cualquier caso de conversién que encontremos en la Biblia incorpora siempre este elemento del arre$ pentimiento. Si leemos la vida de los santos, la histomg ria de los hombres de la Iglesia de Dios de tiempos pasados, veremos que todo el que ha conocido verdas deramente la experiencia y el poder de la gracia det Dios en esta vida es siempre alguien que da muestras de‘arrepentimiento. No dudo, pues, en hacer la ase yeracién de que no hay salvacién posible sin arrepen@& timiento, La necesidad de arrepentirse es uno de es0 ggg principios absolutos que la Biblia no argumenta. Simplemente lo declara. Simplemen‘e lo postula { [aieme que es imposible que un hombre sea cristian in_haberse _arrepentido; ningtin hombre puede experimentar la salvaci6n cristiana a menos que sep: lo que es arrepentirse. Por este motivo, hago hinca pié en que es unaCguestign vital) Cuando Juan el Bautista comenz6 su ministerio, salié y predicé e bautismo de arrepentimiento para remisién de lo: pecados. Ese fue el primer mensaje del primer predi- cador. Marcos nos dice que nuestro propio Senor y 14 De lo profundo La confesién del pecador Salvador Jesucristo fue de un sitio a otro predicando la necesidad del arrepentimiento. El arrepentimien- to es absolutamente vital. Pablo fue de un lugar a otro predicando el arrepentimiento ante Dios y la fe en nuestro Sefior Jesucristo. Pedro predicé en el dia de Pentecostés el primer sermén auspiciado por la Iglesia cristiana, y cuando hubo terminado, ciertas Personas exclamaron: “Qué aaremos?”.| “\Arrepentios!”, dijo Pedro. Sin arrepentimiento no se puede conocer ni experimentar la salvacion. Es a paso esencial. Es el primer paso. “Muy bien —dird alguno—, auep. ga qué te refieres cuan- do dices que debemos arrepentirnos?”. Bien, este salmo es una declaraci6n clasica con respecto a toda la cuestion y la doctrina del arrepentimiento. En este primer estudio solo quiero tratar un aspecto y un paso, el que considero el primer paso en el arrepens{)° timiento. Es la‘conviccién de pecado”o, si asi lo prefe- rimos, la confesién de nuestra pecaminosidad. Si qui- siéramos dar un titulo a este sermén, podriamos decir que vamos a tratar la cuestién de le confesién del pecador, nuestra conviccién de pecade y la confe- sién de nuestra pecaminosidad. Nuevamente, aqui tenemos algo que no dudo en calificar de absolutamente esencial. Los hombres no entienden muchas de las cosas del Evangelio cristia- no porque no han entendido en primer lugar la ense- fianza biblica con respecto al pecado. Hay muchas personas en la actualidad que dicen no ver la necesi- De lo profundo 15 ow 4 Qadri lost coyfaleS b atu Condi Soe Qreboi lastr_coylals 4 h 3 8 & Capitulo 1 dad de la Encarnacion, que no entienden todo este discurso acerca de que el Hijo de Dios vino a la | Tierra, que no entienden este discurso acerca de los milagros y de lo sobrenatural, que no encuentran logica en la idea de la expiacién y en términos como justificaci6n, santificacién y nuevo nacimiento. Dicen que no entienden la necesidad de todo esto. Argumentan del siguiente modo: “;No ha sido la Iglesia quien ha desarrollado todas estas ideas teéri- cas y puramente abstractas? ¢No son cosas engendra- das en las mentes de los tedlogos? zQué tienen que ver con nosotros y dénde esta su pertinencia en la practica?”. Quisiera sefialar que las personas que hablan de esta forma lo hacen porque no han enten- (lido la verdad con respecto al pecadé. No han com- prendido plenamente el significado de la ensefianza biblica acerca del pecado. No han comprendido que ellos mismos son pecadores. Pero la Biblia, en fuerte contraste, insiste en esto constantemente, de princi- pio a fin. Ciertamente, yo plantearia en estos térmi- nos el desafio de la Biblia al mundo moderno. Nos dice que la vida del hombre, ya sea individual 0 colec- tivamente, es sencillamente incomprensible sin la doctrina del pecado. Aqui estamos, en este mundo moderno y desconcertante; somos conscientes de que hay algo que no funciona, y la pregunta es: “ZQué es lo que va mal?”. Los politicos no parecen capaces de resolver nuestros problemas. Los filésofos plan- tean preguntas, pero no parecen capaces de respon- 16 De lo profundo derlas, El mundo no parece arreglarse a pesar de todos nuestros esfuerzos. La Biblia dice: “\Ests pasando por alto la tinica clave de todo el asunto! Es el pecado. Aqui esté la causa de los problemas en los individuos, en las relaciones humanas més cercanas, en las relaciones internacionales por todas partes. Ahi esta la dificultad”. Ahora bien, la Biblia lo recalca de principio a fin y de una manera asombrosamente franca. Esto me resulta siempre una de las cosas mas extraordinarias y fascinantes de este Libro. No oculta nada. No puedo entender al hombre que no cree que este Libro es el Libro de Dios. Es tan sincero. No intenta maquillar a sus mas grandes héroes. No intenta crear un gran fresco con un conjunto de héroes intacha- bles. Eso es lo que hace la mitologia y el ser humano en general. Pero la Biblia no lo hace jams. Muestra a los hombres tanto en su debilidad como en su for- taleza, Lo hace por una sola razén: su interés tiltimo no se encuentra en absoluto en estos hombres, sino en la Verdad de Dios. Quiero que veas que la idea J comin de que los cristianos afirman ser mejores per- Sy sonas que los demas es una desfiguraciéa absoluta de ya postura cristiana.*La postura cristiana es mas bien |g |jcreer ave ne hay esperanza alguna salvo en la gracia PS | de Dios. Soy lo que soy por la gracia de Dios; esa es la 5, |afirmacion bibticaElargumento de la Biblia es que [SS ta nica esperanza del hombre se encuentra en el |S Evangelio yen la gracia de Dios. Este es un Evangelio | De lo profundo 17 S lo acqudad dd pecod abvica A ” us patina! Y f Jon pucwon Sane eo —_— para pecadores. En un sentido, no tiene nada que decir al hombre hasta que este se ve como pecador. En otras palabras, la finalidad de sus afirmaciones es a hacerle verse como pecador. La Biblia no tiene nada que decir a un hombre que no se ha arrepentido. Su . primer llamamiento es un llamamiento al arrepenti- <3 miento. Asi es como trata esta terrible doctrina del = pecado. —. Y su argumento acerca del pecado se puede expre- s sar de la siguiente forma: el pecado es un terrible g poder maligno; el pecado es algo tan terrible, tan ar poderoso, que nos vence a todos; todo hombre que | haya vivido en el mundo ha sido victima suya. Nos 3 + | dice que el poder del pecado es asi de grande y terri- _B.| ble, que hasta un hombre maravilloso y extraordina- ii rio como David, el rey de Israel, pudo caer de la forma que ya he descrito. “Ahora bien —dice Ja Biblia—, _= | hasta que comprendas que te estas enfrentando a un q ‘| poder semejante, no habrés empezado a pensar con )Bien, maldad hace ref Ny La confesion del pecador hacer lo que queremos, lo que nos gusta hacer: |Implica una €leccién deliberada, un “desafio active | Siempre significa hacer algo que nuestra conciencia | nos dice que es erréneo: Es un acto yoluntarig, y deli- | berado de desobediencia, una. transgresi6n de la autoridad: eso es lo que significa rebelién. Todo hombre que se arrepiente comprende que es culpa- ble de eso. Est dispuesto a admitir: “|Si, lo hice, a pesar de que sabia que era erréneo! ;Sabfa que la voz en mi interior, mi conciencia, decia que no; pero lo 2 rencia a que un acto esta desviado, torcido. Significa perversion, y esto es obvio en el caso de David “;Ldvame mds y mas de mi maldad!, de lo pérfido y lo ruin. Qué es lo que me Ilevé a hacerlo? Esa des- viaci6n, esa perversién! {Qué pervertido he debido de ser para hacer algo semejante!”, Recordemos lo que habfa hecho David. No hace falta que haga hin- capié en lo torcido y desviado de su estado y en la per- version de todo ello. Yen este sentido, cuan cierto es de cada acto del que todos somos culpables. ;Gracias a Dios, quiza ta y yo no seamos culpables de asesina- tol No somos culpables de algunas de las otras cosas de las que fue culpable David. Pero mi pregunta es: Cuando te examinas, ano ves muchas cosas en ti per >) vertidas y torcidas? No ves que muchos de los actos! // de tu vida se han torcido? Los celos, la envidia, la malicia... jqué horrible desviacion! El deseo de que| De lo profundo 23 Capitulo 1 sobrevenga un mal a alguien, el desagrado ante las alabanzas que recibe otro; los pensamientos perver- sos, torcidos, feos y malsanos: ;“maldad”! Y todos somos culpables de maldad. Hay alguien que pueda negar que existe tal desviacién dentro de él y que muchos de sus actos estén marcados por esta terrible desviacién y perversion? oe Yluego tenemos la iiltima palabra: {pecado®) sue significa? El pecado significa errar el blanco, y esa es una buena forma de expresarlo. La idea que transmi- te es la siguiente: No estamos viviendo como debiéra- mos. Hay un hombre que apunta a un blanco; ese es su objetivo. Dispara, pero falla. Ha errado el blanco. Significa que no somos lo que debiéramos ser, que no somos rectos segtin la plomada. Ese es siempre el sig- nificado del pecado. Indica que un hombre est viviendo una vida para la que no estaba hecho. Muestra que no esta pisando el camino que Dios ha dispuesto para él. No se mantiene en linea recta, No se mantiene en equilibrio. Hay un vaivén, una falta de rectitud en ella. No hace falta que insista en estos puntos. Sé que todas las personas de esta congregacién deben reco- nocer que son culpables de estas tres cosas: rebelién, maldad (o perversion, actos torcidos y desviados) y pecado (esto es, errar el blanco, no Iegar ala meta, no ser lo que debemos ser 0 aquello para lo que se nos hizo, ir de un lado a otro y no adonde debemos: hacia delante). El segundo paso en la conviccién de 24 De lo profundo La contesion gel pecaaor pecado y la confesin del pecado es que el hombre ‘\_ reconoce que esa es la naturaleza de su vida y de sus | 8 actos. | é ‘Acontinuacién, el tercer paso es que el hombre com- SS 2 wenda y confiese que todo esto que ha hecho ha sido contra ios'y delante de El. “Contra ti, contra ti solo he peca- do, y he hecho lo malo delante de tus ojos”. 2No hay lun error aqui?, puede preguntar alguien. David tenia | que haber dicho: “Contra Betsabé, contra Urias, con- | tra los hombres que murieron en esa batalla, contra Israel y contra mi pueblo he pecado”. Pero dice “Contra ti, contra ti solo [...]". jAh, esté completa- | mente en lo cierto! No niega que haya pecado contra Q otros, pero avanza un paso mas. Comprende que sus |S actos no son simples actos en si mismos. Ve que no solo afectan e implican a otras personas, sino que la on verdadera esencia es que ha pecado contra Dios. S Ahora bien, esa es la diferencia esencial entre el S| remordimiento y el arrepentimiento, Un hombre que % | sufre remordimientos es alguien que comprende que ha hecho mal; pero no se ha arrepentido hasta que * | comprende que ha pecado contra Dios. ePor qué habria de sentirse asi? Permiteme respon- der ala pregunta del siguiente modo. Verés, el peca- do representa una transgresion de lo que Dios ha hecho y de lo que Dios queria que fuera el hombre. Voy a expresarlo de esta forma en una primera apro- ximacién. Cuando un hombre peca, no solo es haciendo ciertas cosas que no debiera hacer; esta De lo profundo 25 mM 9 feaman , o pir Capitulo 1 pecando contra la naturaleza humana, la esta traicio- nando. Esta pecando, pues, contra el género humano y, debido a eso, est pecardo contra el Dios que hizo al hombre. Dios hizo al hombre perfecto y Dios que- ria que el hombre viviera esa vida perfecta. Le dio la posibilidad de hacerlo, y cuando un hombre peca, traiciona a Dios. “Contra ti, contra ti solo he peca- do”. Ha transgredido lo que Dios queria que fuera el hombre. Estoy torciendo y pervirtiendo la Creacion de Dios. Cada vez que peco estoy transgrediendota santa Ley de Dios. Los Diez Mandamientos, la Ley moral, la idea comin de la decencia que hay en la naturaleza humana: todo eso procede de Dios. Esta ahi, todos somos conscientes de ello; y cada vez que somos culpables de una rebelién, de maldad o de pecado, estamos transgrediendo la Ley santa de Dios y el plan que se ha ideado para la vida del hombre. Ciertamente, también estamos transgrediendo, como | ya he recordado, nuestra conciencia interior. Dios ha depositado la conciencia en nosotros. No somos res- ponsables de ella, {Cuan a menudo hemos deseado no tener conciencia! Pero esta ahi. Gonocemos esa € voz interior que nos habla y nos dice que no hagamos “| algo. Silo hacemos estamos transgrediendo la norma i Dios. También es pecado contra Dios porque sig- nifica que hacemos todas esas cosas le su | bondad hacia nosotros. Creo que fue eso lo que le \zempie el corazén a David por encima de todo lo demas. Era solo un muchacho pastor y Dios le habia Nu bundaclne a pune dt Sur emer 26 De lo profundo La confesién del pecador hecho rey de ese gran reino y le habia concedido abundantes bendiciones. Sin embargo, David confie- sa: “He hecho esta cosa ruin”. Dice: “Contra ti, con- tra ti solo he pecado”. Dios te dio el don de la vida. No fuiste ta quien te trajiste al mundo, y tienes una personalidad tinica. Ha derramado sus bendiciones sobre ti. Te ha puesto en una familia, te ha rodeado de amor. Te ha provis- to de comida y abrigo. Podia haberte negado todo eso. jPiensa en el bien que te ha otorgado Dios de dis- tintas formas! jY, sin embargo, le desafiamos! iPecamos contra El y su asombrosa bondad y amor para con nosotros! “BL: © .Cudl es el siguiente paso? El siguiente paso es que 4 s el hombre descubre que no tiene absolutamente nin- «S guna excusa o disculpa. “Contra ti, contra ti solo he q & \pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos; para AAS [que seas reconocido justo en tu palabra, y tenido por puro en tu juicio”. En otras palabras, David le est diciendo a Dios: “No tengo una sola excusa. No tengo disculpa. No hay nada que se pueda decir a mi favor. No hay razon para hacer lo que he hecho. Todo ha sido resultado de una obstinacién absoluta. Me he equivocado por completo. No tengo nada que alegar como atenuante”, Quiero recalcarlo. Afirmo que es una parte absolutamente esencial del arrepentimien- to y la conviccién de pecado. Te ruego, pues, que te examines a ti mismo y examines tus actos. ¢Puedes justificar todo lo que has hecho? ;Puedes ofrecer 4 q 4 4 q , J Capitulo 1 alguna disculpa o alegato? Permiteme que adopte la posicién de Natan el profeta. ¢Qué sucederia si me alzara en este puilpito y describiera tu vida utilizando una parabola acerca de algiin otro? ¢Lo verias? Debemos examinarnos a nosotros mismos en ese sen- tido. Permiteme expresarlo con franqueza del siguiente modo. Mientras intentes justificarte a ti mismo, no te has arrepentido. Mientras te aferres a la més minima autojustificacién, te digo que no te has arrepentido. Ciertamente, el hombre arrepentido es el que, como David, dice; “No tengo una sola excusa. Lo veo con claridad. No puedo justificarme. Odio las cosas que veo en mi vida, no tenia derecho a hacer- las, las hice tozudamente, sabia-que estaba mal. {Lo admito! Lo confieso abiertamente “para que seas reconocido justo en tu palabra, y tenido por puro en tu juicio”. :Sientes que Dios esta siendo duro al con- denarte? ¢Sientes que Dios te habria tratado injusta- mente si alguna vez te vieras en el Infierno? Si lo haces, no te has arrepentido. Quiero insistir en que la prueba del arrepentimiento es esta, que un hombre, tras haberse mirado a si mismo y examinado su cora- z6n y su vida, se diga a si mismo: “No merezco mas que el Infierno, y si Dios me envia alli, no puedo que- jarme lo mas minimo. {No merezco nada mas que eso!”. Esa es una parte esencial del arrepentimiento, y sin arrepentimiento no hay salvacion. Afirmo que el hombre que tiene conviccién de pecado es aquel que sigue estos pasos. Y eso me Heva al tiltimo de ellos. 28 De lo profundo suet pecauut RN cy El iltimo paso es que comprenda y reconozca que su RAY propia naturaleza es esencialmente maligna. “He aqui, en |) matdad he sido formado, y en pecado me concibio | mi madre”, :Puedes ver los pasos? Lo primero que { hace es detenerse y afrontar los hechos, se mira a si mismo. A continuacién, su segundo paso es recono- cer los actos de los que ha sido culpable y admitir que son erréneos en tres sentidos. Yluego dice: “Si, pero eso implica a Dios, y he pecado contra Dios”. El siguiente paso llega cuando reconoce: “No tengo pre- texto o excusa”. Pero luego se pregunta a si mismo: | “zQué me indujo a hacerlo? {Qué me llev6 a hacerlo? ¢Qué hay en mi que me hace capaz de todas estas cosas: celos, envidia, odio, malicia, avaricia, deseo, lascivia y pasion desordenada?”. Yentonces lo entien- de por fin y declara: “/Mi propia naturaleza debe estar corrupta, mi propio corazén debe ser malo! |No es el mundo que me rodea, es algo en mi lo que esta podridol”. En otras palabras, el ultimo paso en esta a yconviecion de pecado es pasar de una comprension Cee los pecados a una comprensién del pecado y de su ‘absoluta indignidad. Este tiltimo paso es el que S. Pablo describe en el capitulo 7 de la Epistola a los Romanos: “Y yo sé que en mi, esto es, en mi carne, no mora el bien [...]. ;Miserable de mi! zquién me librara de este cuerpo de muerte?”. Es decir, declara: “Estoy podrido por | dentro, estoy enfermo, tengo el coraz6n negro. No se | trata meramente de que haga cosas que no debiera, | | De lo profundo 29 Capitulo 1 soy yo mismo. Es el hecho de que tengo el deseo de hacer estas cosas, que quiero hacerlas. gPor qué? Porque hay algo en mi que responde a la atraccién A. \del mal. Es eso lo que me trastorna. Es el hecho de er capaz de ello y de disfrutarlo. Es mi corazén, no [et mundo”. As lo expresa Shakespeare: El error, mi querido Bruto, no estd en nuestras estrellas, ‘sino en nosotros mismos, que somos sus subordinados. “He aqut, en maldad he sido formado, y en pecado ta me concibié mi madre”. Desde el dia que naci, existe en mi una tendencia al mal; hay algo torcido y per. © @ vertido. Esta en mi; es parte de mi ser y de mi natura- ta leza. ii : i. Esos son, pues, los, pasos en la’conviccion de peca a oe | do y en la confesioni ‘del pecado. ez AN J™ Si captas la verdad de lo que he intentado deci , : lo dec ag W jano sientes deseos de clamar junto con David: “Len iedad de mi, oh Dios’? Eso es lo correcto, lo tnico BM \ que podemos hacer, querido amigo. Si te ves ati : \ mismo como alguien que ha pecado, entonces te lo iH pl/ rego, acude a Dios, confiate a su misericordia. Nolo © - WY hards en vano. Descubriras que ha provisto plena ¢/™ mente para ti. Envié a su Hijo amado a este mundo solo por ti, para que muriera por tus pecados en cl | monte Calvario. Tu pecado ha sido castigado, Ello & borr6 alli, El te lavara y te hard mas blanco que la (Mt nieve, te dara lo que necesitas. Apresiirate a ir a El. Si | 30 De lo profundo a Ww @eddbdded La confesién del pecador has visto la necesidad, lo hards. El hombre que lo ve, como lo vio David, clama de inmediato: “Ten piedad de mt, oh Dios [...], lévame”. Haz lo mismo y tu ora- ci6n recibira una gloriosa respuesta, y conoceras el gozo de la gran salvacion de Dios. Capitulo 2 La impotencia del pecador Ten piedad de mi, oh Dios, conforme a tu misericordia; Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Ldvame mas y mds de mi maldad, ¥ limpiame de mi pecado. (Salmo 51:1-2) © nos limitaremos exclusivamente a estos dos versiculos porque, como podris observar, los sentimientos vuelven 2 __repetirse: “Purificame con hisopo, y seré limpio; ldvame, y seré mds blanco que la nieve [...]. Esconde tu rostro de mis pecados, y borra todas mis maldades” (versicu- los 7 y 9). Permiteme recordarte, al proseguit con nuestro estudio de este Salmo, que mi principal motivo para hacerlo es que contiene los principales pasos y las fases en relacin con toda la cuestién de la salvacion y nuestra relacién con Dios. Esa es la cuestién més importante y vital de este mundo: nuestra relacion con Dios. Obviamente, es la cuestién mas importante porque es inevitable. En esta vida hay muchas cosas inciertas, pero hay algo completamente seguro, y es que debemos abandonarla, ¢Y entonces, qué sucede? 32 De lo profundo Sewers er Peo “Bueno, no creo que haya nada después de la muer- te”, dira alguien. ¢Pero puedes demostrarlo y estas dis- puesto a arriesgarte? ¢No ves que sostienes una creen- cia sin prueba alguna? Lo cierto es que vamos a aban- donar este mundo. Todos nosotros moriremos y entonces “ahi esta el problema”; como lo expresé Shakespeare: el pavor a algo tras la muerte. El pais ignoto de cuyos confines no retorna ningun viajero. Eso es lo que nos convierte “a todos en cobardes”. Y ese es el motivo por que lo ms importante en la vida es que sepamos cémo comparecer ante Dios. Afortunadamente, este salmo lo trata a la perfeccién. Nos dice que hay una serie de etapas y pasos muy con- cretos, que hay ciertas cosas siempre presentes en esta cuesti6n de la salvaci6n y de presentarnos ante a Dios. Permiteme recordarte una vez mas que este Salmo 51, escrito por David, el rey de Israel, es realmente un salmo de alguien que se habia apartado del Seiior, de un hombre que sabia que habia cometido un terrible crimen. Era culpable de adulterio, asesinato, mentira y muchas otras cosas; y a pesar de haber hecho estas cosas, fue completamente feliz durante un tiempo y parecié disfrutar del resultado de todos sus actos viles, malignos y perversos, Pero Dios le envié al profeta Natan y este Je refirié una parabola en la que en rea- De lo profundo 33 Capitulo 2 lidad le estaba diciendo a David lo que habia hecho. Y, de pronto, David vio la verdad y el pecado del que era culpable. El] resultado fue que escribié este Salmo 51$ Ya digo que es esencialmente un salmo de alguien qu ha reincidido; pero lo que David nos muestra aqui acerca del pecado es siempre cierto, ya sea en w pecador 0 en un reincidente, ya sea en un hombr: que haya creido en Cristo o no. El pecado siempre tiene las mismas terribles caracterfsticas. En este salmo, pues, encontramos uno de los relatos mas per fectos yelasicos acerca del pecado y de cémo un hom: bre puede deshacerse de su pecado. Por norma gene- ral, es considerado el gran salmo del arrepentimiento Asi es; nos habla de todo lo esencial con respecto le arrepentimiento. ~~ ‘Ahora bien, te recuerdo todo esto porque deseo’ recalcarte que existe con toda certeza un patronyggg comtin en la experiencia de la salvacién. Lo expreso de esa forma a fin de ayudar a ciertas personas qu puedan encontrarse descontentas con respecto a todjggg esta cuestién de Ia salvacién. Hay personas asf; son completamente conscientes de que hay algo cone en sus vidas, se encuentran con otras personas que crud un tiempo fueron como ellos pero que parecen haber encontrado un maravilloso gozo y alivio y que hablan* de la salvacién. Estas personas preocupadas dicen: “Desearfa experimentar algo asi. Ojalé lo tuviera, me gustaria participar de esa experiencia., Cémo se puede obtener?”, Ahora bien, mi respuesta es que hay 34 De lo profundo x aie emdedodee aw La impotencia del pecador ciertas cosas que siempre estén presentes en la expe- riencia cristiana tipica y paradigmatica, y vemos que aparecen en todas partes. Tomemos, por ejemplo, la Biblia misma: existe un patron comtin a todos los casos que se describen en la Biblia, hay ciertas cosas presen- tes en todos, y esas son las cosas que nos interesan. O, si tomamos biografias de cristianos y leemos las vidas de los santos, no podemos hacerlo sin descubrir ese mismo patrén. Hay ciertas cosas que siempre estan presentes; y por eso, si no las sentimos en nosotros, simplemente no somos cristianos. O tomemos nuestro himnario: los himnos los escribieron distintos hom- bres, pero todos dicen lo mismo. Existe un elemento comiin, ese patron comin. La experiencia cristiana es algo muy especifico, muy concreto; por eso uno puede probarse a sf mismo y comprobar si es cristiano o no. El Nuevo Testamento le exhorta a hacerlo, y le esta pidiendo algo factible. No tienes por qué sentir incer- tidumbre; se puede descubrir muy facilmente. No con- cibamos jamés la experiencia cristiana como algo vago, nebuloso, diluido en la atmésfera. No, la posicién cris- tiana es muy concreta; es una de las cosas mas concre- tas de la vida, Por ello, podemos ponerla a prueba. Muy bien, entonces hay un patrén comtin; y, por supuesto, eso no es sorprendente, dado que esta obra viene del Espiritu Santo, Nadie puede convertirse en cristiano sin que el Espiritu Santo obre en su alma, y no sorprende que tienda a hacer lo mismo en todos los casos. Deja ciertas sefiales, y son muy concretas. No De lo profundo 35 Capitulo 2 obstante, habiendo dicho eso, debemos cuidarnos al mismo tiempo de estandarizar erréneamente la expe- riencia cristiana e insistir en que todos los casos mues- tren ciertos detalles concretos. Lo digo a modo de advertencia, porque he visto a personas que tenian problemas debido a que alguien habia intentado estandarizar la experiencia cristiana en sus detalles, y no solo en sus grandes principios. Permitaseme ofrecer un ejemplo de lo que quiero decir. Todo el que haya leido Gracia abundante de John Bunyan sabra que, en ese libro, el autor nos dice que pas6 por un arrepentimiento que fue un tormento y que duré dieciocho largos meses; y durante esos die- ciocho meses vivié una vida que no era mas que pura angustia, Su desdicha Ilegé a tales extremos que en cierta ocasién deseé ser uno de los gansos que vio en un prado para no tener que experimentar el tormen- to del arrepentimiento, Nos dice que, en otra ocasién, vio el Infierno abierto a sus pies y podia oler el azufre. Ahora bien, me he encontrado con personas que me han dicho cosas semejantes a esta: “;Sabes?, ser cristia- no es lo que mas deseo en la vida; lo he estado inten- tando durante afios”. Cuando les pregunto cual es el impedimento, dicen: “Nunca me he arrepentido”. “gEn qué te basas para afirmar tal cosa?”, les pregun- to. Me dicen: “Nunca me he sentido como John Bunyan ni he deseado ser un animal que careciera de naturaleza humana; nunca he sentido el Infierno abierto a mis pies ni he olido el azufre en el aire”. Y 36 De lo profundo be wiyuLeitia Ue! pecaagor debido a que no habian experimentado lo mismo que John Bunyan, tenjan la sensacién de que no se habian arrepentido. En cierta ocasién conoci a un hombre cristiano que expresaba gran preocupacién por el estado de su hijo. Estaba completamente seguro de que su hijo no era cristiano y, cuando le pregunté las razones, me dijo que su hijo no habia tenido “la expe- riencia del camino a Damasco”. £] mismo habia expe- rimentando algo semejante; su conversién se habia producido de manera repentina, y debido a que su hijo no habja tenido algin tipo de experiencia repen- tina, afirmaba que su hijo no se habia conyertido. A eso me refiero cuando digo que debemos cuidarnos de no estandarizar esta experiencia comin en sus detalles mas concretos. En este momento hay muchos santos en el Cielo que jamas experimentaron los sen- timientos de John Bunyan en concreto, pero se arre- pintieron de manera tan cierta como John Bunyan. Bien, tengamos cuidado con eso. O permitaseme expresarlo de este modo: debemos cuidarnos de no insistir en que los diversos pasos y las etapas que se describen en el salmo 51 deben suceder en un deter- minado orden cronolégico. Hay algunas personas que siempre estan deseosas de estandarizarlo todo, y no entra en mis propésitos defender tal postura. Lo que digo es que en todos los casos de conversion, en cada caso de arrepentimiento, existen ciertos elementos comunes. Hay un patrén comin; pero en algunos casos una cosa viene antes que la otra, y en otros lo De lo profundo 37 o n e | e error eter renee rer fee segundo va en primer lugar y luego le sigue lo prime ro. No digo que deba suceder de una manera esting dar, pero si afirmo que la ausencia de ciertas cosas imposibilita el arrepentimiento, y sin arrepentimient no somos cristianos. Otra forma de considerarlo puede ser la siguiente. Hay ciertas personas que parecen eludir toda est! cuestién por el siguiente motivo. Comentan 1 siguiente: “:Sabes?, como dices acertadamente, el Salmo 5] es un gran salmo sobre la cuestion del arre pentimiento. No sorprende que David se sintiers como se sintié en vista de las cosas que habia hecho. Pero, verds, en realidad no me interesa el Salmo 5 porque, gracias a Dios, jams he cometido adulteric Esta bien para un hombre que ha hecho ese tipo de, cosas, ¢pero esperas que experimente lo mismo que David? Si hubiera sido culpable de un gran pecado, s me sentiria asi. :Pero esperas que me sienta como sy sintié David?”. Hay muchas personas que se encuen- tran en esa situaci6n, y la sencilla respuesta es que arrepentimiento no depende en modo alguno de tipo de pecado que se ha cometido. Eso es lo que dice David acerca de si mismo com: pecador, pero permiteme recordarte otro tipo d hombre. Fijémonos en alguien cuyos himnos nos deleitamos en cantar: Charles Wesley. Ahora bien; Charles Wesley nunca cometié adulterio ni asesind, jamas fue culpable de las cosas que habia hecho David en ese punto de su vida. Charles Wesley era un hom- 38 De lo profundo aad ddd w a a ae ad “ Mf Mm Be La impotencia del pecador bre muy bueno; era hijo de un clérigo, y de un cléri- §© particularmente devoto; asimismo, tenia una madre excepcional, una mujer particularmente santa Aqui lo tenemos, educado en una rectoria, y cuando va a Oxford funda junto con su hermano John el Club de Santidad a fin de vivir vidas rectas, Aun durante sus estudios en Oxford iban a predicar a las carceles, Siempre vivié una vida recta e hizo todo lo posible Para ser piadoso y devoto y complacer a Dios. Sin embargo, podras recordar lo que dice de si mismo, cosas tan drasticas como las que nos dice David: Justo y santo eres Tai; Vil e injusto es lo que soy, Ueno de pecado estoy, Eso dice este sobresaliente joven, a pesar de no ser culpable de los pecados de David. Y podria recurrir a otros muchos ejemplos. Fijémonos, por ejemplo, en el gran himno de August Toplady, Aqui tenemos a un hombre que nunca fue culpable de les cosas de que fue culpable David; fue siempre un hombre bueno. Pero podras recordar lo que dijo acerca de si mismo: Sucio, acudo a tu Cruz; lévame, mi buen Jestis, Querido amigo, no puedes escabullirte de la cuestion de esa forma. Tienes los hechos en tu contra. El senti- Delo profundo 39 Capitulo 2 miento de arrepentimiento no depende de la natura- leza especifica del pecado cometido. La Biblia lo demuestra, los himnos lo demuestran, las biografias de cristianos lo demuestran igualmente. Luego hay otros que parecen tener dificultades con esta cuestion. Dicen que no cabe duda que esto se reduce a una cuestién de personalidad, que depende del tipo concreto de perscnalidad que uno tenga. Dicen que han leido algo de psicologia y han descu- bierto que los psicdlogos afirman que existe un tipo de individuo “que nace dos veces”. De acuerdo con el psicélogo, este tipo de individuo es aquel que pasa gran parte de su tiempo examinandose a si mismo Luego hay otro tipo de hombre “que nace una sola vez". Esta clase de hombre no pierde el tiempo haciendo examenes de conciencia. Esta clase de per- sona es més culta y equilibrada, no introspectiva ni dada a la melancolia como el anterior. Ahora bien, afirman que estén dispuestos a admitir que ciertas personas del primer tipo —como David, Saulo de Tarso, John y Charles Wesley y August Toplady— tie- nen propensién a experimentar un gran arrepenti- miento y parecen necesitarlo; pero en el otro caso, no hay necesidad de experimentar un arrepentimiento atormentado como ese, puesto que estén bien tal como son. Dado que todas las personas son distintas, gpor qué vamos a tener que experimentar todos lo mismo? En apariencia, ese es un argumento y una afir- macién muy plausible. Pero, una vez més, basta con 40 De lo profundo someter este argumento a la luz de los hechos. ¢Cuales son los hechos? Los hechos son estos. Si reco- rremos la Biblia y examinamos a esos héroes de la fe de ambos Testamentos, no habra nada que nos sor- prenda mAs que esto: las asombrosas y manifiestas diferencias naturales entre las diversas personas que hemos mencionado. No dudo en aseverar que la Biblia nos ofrece todas las combinaciones psicolégicas de cardcter, temperamento, naturaleza y cualquier otra cosa que queramos afiadir. Considera a los doce discipulos. Juan y Pedro eran hombres muy distintos. Pablo también era distinto, por otro lado. Estos son hechos incontrovertibles. La Biblia misma da respues- ta a esta teoria, y al leer la historia de la Iglesia a lo largo de las épocas, hallaremos exactamente lo mismo. En el seno de la Iglesia encontraremos al tipo voluble y apasionado junto al flemitico, al sensible junto al practicamente insensible; y, sin embargo, todos diran lo mismo acerca de esta cuestién. Asevero que en la Iglesia cristiana de hoy se encuentran repre- sentados todos los tipos concebibles de persona; y, sin embargo, si pudiéramos tomar a cada uno de ellos y oir su testimonio, todos afirmarian considerarse peca- dores y acudir a la fuente en busca de. limpieza. No, no tiene nada que ver con el temperamento, nada en absoluto. Nuevamente, los hechos son suficientes para refutar la tesis. Confio, pues, en que nadie se confunda en cuanto a ese aspecto en concreto. Mi postura es que existen ciertas cosas que siempre De lo profundo 41 estan presentes en todos los casos de conversion y de a si no encuentras esas salvacién; y mi opinién es que, 1, no estas cosas en alguna parte de tu experiencia vital acreditado para considerarte cristiano. Ya hemos exa-€ minado ciertas cosas. Esto es lo primero: que el hom- bre que se arrepiente es alguien que se enfrenta y se mira a si mismo. No hay hombre que se haya conver- tido en cristiano sin haberse detenido a mirarse a si mismo. El mundo hace todo lo posible para evitar que un hombre se mire a si mismo; lo lleva apresurada- mente de un lado a otro; a cualquier cosa que evite. este examen de si mismo. Pero el cristiano es alguien = que se ha examinado a si mismo y ha visto lo que a hecho. Ha reconocido sus rebeliones, su maldad y sus pecado. Comprende el significado de sus actos, ed Comprende que ha pecado contra Dios; y ha visto que su propia naturaleza es pecadora en si misma. Yo | lamaria “el despertar del pecador”, que se examina a si mismo y comprende las verdades basicas acerca de a. Pero no nos quedemos en eso; debemos seguir. EI siguiente punto es este: Ningtin hombre se hq arrepentido jamés ni se ha convertido en cristiano sin un elemento de preocupacion y percepcién en su concienci con respecto a su estado y situacién. Eso es obvio en est salmo: “Ten piedad de mt, oh Dios”. El hombre que escribié este salmo se sentia desesperado. Sentia un! gran preocupacién por su estado y situacién. N podfa librarse de ella, era el problema mas acuciante en su vida y existencia. David era un rey, y un rey muy’ 42 De lo profundo La impotencia del pe dor pudiente, y su reino era muy préspero; pero cuando comprendié esta verdad acerca de si mismo, toda su riqueza, poder y posicién no pudieron satisfacerle. Esto era lo que importaba, y dijo: “Debo hallar la tran- quilidad con respecto a esto; debo reconciliarme con Dios”. Eso se habia convertido en lo mas importante de su vida. No es preciso que lo diga, sin duda es mas © menos obvio. Te pido nuevamente que leas tu biblia, que leas las biografias de los santos, que leas tu himnario, y vers que todo el que se ha arrepentido ha pasado por esta fase y experiencia en particular. Ha sentido una preocupacién por su alma y por su rela- cién con Dios. No tengo nada ms que afiadir a esta cuesti6n, salvo una sencilla pregunta: zTe has preocu- pado alguna vez por ti mismo y por el estado de tu alma? 8 6 46 De lo profundo s La impotencia del pecador este deseo de ser lavado, de ser limpiado, si, de ser purgado de su maldad. E] siguiente elemento caracteristico de toda alma verdaderamente arrepentida y de toda persona verda- deramente cristiana es la conciencia de su absoluta impo- tencia. Vemos cémo aparece en el salmo de David. No sabe qué hacer consigo mismo. :Cual es su problema? No puede acallar su propia conciencia. Su conciencia le estaba acusando, e hiciera lo que hiciera, era inca- paz de silenciarla; su pecado siempre estaba ante él. Una vez despierta, la conciencia es algo terrible; y tarde 0 temprano la conciencia de todo hombre se despierta. Algunos hombies viven una larga vida y no parece que se les despierte; pero atin no ha llegado su fin. Adin les queda su lecho de muerte, y en ocasiones solamente se despierta ahi, y a veces atin después. ¢Recuerdas cuando el hombre rico que murié vio al mendigo en el seno de Abraham (cf. Lucas 16:19-31) y su conciencia se desperté alli, en el Infierno? La conciencia es algo terrible. Aqui, David esta intentan- do acallar su conciencia, pero no puede hacerlo. Daria cualquier cosa con tal de acallarla—es un hom- bre rico, tiene rebatios y manadas— pero es incapaz de ello. Cuando evocas tu vida pasada y ves ciertas cosas, gno te gustaria deshacerte de ellas, borrarlas y eliminarlas, limpiar la mancha? Pero no se puede. David lo comprendié, y todo el que se convierte en cristiano lo comprende. De igual forma, no puede hallar paz; hace todo lo que esta en su mano, pero no De lo profundo 47 Capitulo 2 puede hallar paz. No puede dormir; tiene eso alli, siempre esta ante él, no puede librarse de ello. No digo que debas experimentar forzosamente un senti- miento especifico, pero si afirmo que ningiin hombre es cristiano a menos que haya conocido en algdn momento esa biisqueda de paz, descanso y tranquili- dad. El gran S. Agustin lo supo: sintié esta intranquili- dad en su alma durante un periodo bastante largo, hasta que finalmente clam6: “Tt nos has hecho para ti, y nuestras almas no hallan descanso hasta que des- cansan en ti”. gHas conocido esta intranquilidad? ¢Has conocido esta busqueda de paz y tranquilidad de conciencia, mente y coraz6n a fin de librarte del sen- timiento de culpa? David era consciente de su absoluta impotencia. De hecho va més lejos ain, sabe que no puede hacer nada al respecto. Escichale: “Porque no quieres sacrificio, que yo lo daria; no quieres holocausto”. \Pobre David, qué bien le entiendo! Como ya he dicho, era un hombre rico, y dice que si fuera cues- tién de ofrecer sacrificios, lo haria. “Tengo rebanios y manadas; podria hacer una gran ofrenda. Pero tuyos son ‘los millares de animales en los collados'’, todo el universo creado es tuyo; no puedo darte nada. Si eso bastara, lo harfa; pero no quieres sacrificio”. Todo hombre que se arrepiente verdaderamente sabe exac- tamente lo que eso significa. Veras, cuando tu con- ciencia se despierta, empiezas a pensar y dices: “Voy a vivir una vida mejor, voy a renunciar a ciertas cosas y 48 De lo profundo eee pewuuur voy a hacer otras”. E insistes en ello; pero sigues sin poder hallar paz, descanso y tranquilidad; y prosigues hasta percatarte finalmente de que nunca sera sufi- ciente, y comprendes tu absoluta, completa y total impotencia. Amigo mio, gsigues teniendo algiin vesti- gio de confianza en ti mismo? ;Sigues pensando que puedes convertirte en cristiano? :Crees que la vida que vives satisfaré a Dios? Te pregunto nuevamente, ¢amas a Dios con todo tu coraz6n, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente, y a tu pro- jimo como a ti mismo? Esa es la Ley de Dios, esos son los dos primeros mandamientos. Se te juzgaré en rela- cion con eso. Deja de confiar en tu fariseismo, en tu moralidad legalista y en hacer el bien. Enfréntate a Dios y comprende que no puedes hacer nada. Eres completamente impotente. “Porque no quieres sacri- ficio, que yo lo daria; no quieres holocausto” Pero, en tiltimo lugar, lo mas asombroso en el hom- bre que se arrepiente y se convierte en cristiano es su nueva actitud hacia Dios. Esto es muy obvio en el caso de David. {Qué cosa tan extraordinaria! No dudo en aseverar que esta es quiza la prueba mas sutil y delica- da para saber si nos hemos arrepentido o dénde nos encontramos: nuestra actitud hacia Dios. :Lo has advertido en este salmo? David ha pecado contra Dios y, sin embargo, desea a Dios por encima de todas las cosas. Esa es la diferencia entre el remordimiento yel arrepentimiento. El hombre que no se ha arrepenti- do, sino que solo experimenta remordimiento, evita a De lo profundo 49 Sepia 2 Dios cuando comprende que ha hecho algo contra El. Recordemos a Adan y Eva al principio; cometieron pecado e intentaron ocultarse de Dios. En aquel momento no se habian arrepentido. El hombre que no ha experimentado la obra del Espiritu de Dios y no tiene conviccién de pecado ni lo ha reconocido, intenta alejarse de Dios, evitarle a toda costa. No pien- sa, no lee la Biblia, no ora; hace todo lo posible para evitar pensar en estas cosas. Pero lo extraordinario del hombre al que el Espiritu Santo ha dado conviccién de pecado es que, a pesar de saber que ha pecado con- tra Dios, es a Dios a quien quiere: “Zen piedad de mi, oh Dios”. Quiere estar com Dios: esa es la paradoja propia del arrepentimiento, querer al que se ha ofen- dido! Lo expresaria, pues, de esta forma. El impeni- tente evita a Dios: el penitente sabe que nadie salvo Dios puede satisfacerle verdaderamente. Y después de eso, digo lo siguiente acerca de él: que a pesar de saber que no tiene derecho alguao ante Dios, se diri- ge a El y empieza a hablarle. Cree que Dios puede _ ayudarle y sabe que ningtin otro puede hacerlo; los sacrificios y los holocaustos son insuficientes. Toda la ‘ limpieza del mundo no basta. “;Qué puedo hacer? « —dice—. ;Cémo puedo librarme de la mancha?” Solo hay uno que puede hacerlo, y es Dios mismo. Pero lo mas maravilloso de todo —y lo dejo para el « final— es esto: el pecador arrepentido no solo sabe que Dios tiene el poder para.eliminar la mancha y la culpa de su pecado; sabe, maravilla de maravillas, que 50 De lo profundo Dios esta dispuesto a ello y desea hacerlo. Escucha a David: “Ten piedad de mi, oh Dios”. Sabe que Dios es misericordioso. Qué mas? “Ten piedad de mt, oh Dios, conforme a tu misericordia”. Qué palabras tan gloriosas! Pero no se queda ni siquiera en eso; afiadi “Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones”. Esa es la explicacién de la paradoja del penitente: sabe que ha pecado contra este Dios santo y, sin embargo, sabe que Dios tiene misericordia, que Dios tiene multitud de piedades, y se confia a esta misericordia: “Ten piedad de mt, oh Dios”. Recordemos cémo lo expresé Cristo en la parabola de aquel pobre publicano que fue al Templo a orar; era tan consciente de su pecado que no podia alzar los ojos al Cielo, pero clamé diciendo: “Sé propicio a mi, pecador” (Lucas 18:13). ¢Cémo sabia David todo esto acerca de Dios? La respuesta es, por supuesto, que lo habia experimenta- do. Dios le habia bendecido; Dios habia sido bueno con él; y aqui esta, con este terrible pecado contra Dios. David dice: “Puedo atreverme a acudir a El. He sido un mentiroso, he sido un asesino, he ocasionado la muerte de personas inocentes. NingGn hombre me perdonaria; pero, aunque Dios es absolutamente santo, sé que tiene misericordia. Sé que es misericor- dioso, tiene multitud de piedades. Puedo atreverme a ir a Ely no me rechazara”. David lo sabia, querido amigo; pero tiy yo sabemos algo infinitamente mas. ¢Hay alguien que sea cons- De lo profundo 51 Capitulo 2 ciente del pecado y la culpa pero no ha encontrado la Paz? ¢La ests buscando? Te lo pregunto: zhas acudi- do a Dios? “Pero si supieras lo que he hecho, no me dirias que acudiera a Dios”, dice alguno: “Temo a Dios”. Amigo mio, te ruego que acudas a Dios tal como eres. David sabia que El era misericordioso; conocia la multitud de sus piedades; pero tty yo tene- mos cl privilegio de saberlo de una forma infinita- mente mejor. ¢Qué significan el pan y el vino de la Comunién? Son un recordatorio, un memorial del hecho de que una vez, hace casi 2000 afios, este Dios misericordioso, este Dios con multitud de piedades, envié a su Hijo unigénito a este mundo. Ylo envi con un solo propésito: que soportara la culpa de tu peca- do y el mio. Deposité nuestros pecados sobre El y le castig6 alli. Dios ha castigado tus pecados en Cristo, y alli ofrece su perdén. Confia en El, confia plenamente, No dejes que otra fe se interponga. Esto, en mi opini6n, es lo mas asombroso del mundo: que el Dios al que hemos ofendido sea el que ha pro- porcionado el camino de la salvacion, Nuevamente, es este asombroso amor de Dios el que nos deja perple- jos a causa de su inmensidad: “De tal manera amo Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16). Esa es la respuesta. También, 52 De lo profundo nos da la magnitud del pecado. Vers, Dios tuvo que hacerlo, tuvo que resolver el problema del pecado. El pecado es tan terrible como eso. Tus buenas obras no bastan para expiarlo, de otro modo Cristo jamas habria muerto. ¢Por qué fue Cristo a la Cruz?

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